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INSTITUTO TÉCNICO AGROPECUARIO “NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO”

SEDE PRINCIPAL - GUACA – SANTANDER


ÁREA / TEMÁTICA: CIENCIAS SOCIALES. GUÍA DE TRABAJO GRADO: SÉPTIMO
ESTUDIANTE:
DOCENTE: DORA LILIANA ORTIZ MANTILLA FECHA: FEBRERO DE 2019

Marco Polo, viajero en la China del siglo XIII

Marco Polo (1254-1324) fue un mercader veneciano célebre por sus viajes a
Asia a través de la Ruta de la Seda. El relato de sus aventuras cautivó a
millones de lectores durante siglos.

Marco Polo (1254-1324), en chino Mǎkě Bōluó (马可·波 罗), fue un viajero
veneciano del siglo XIII apodado Messer Milione debido a sus extraordinarios relatos sobre las riquezas orientales. Mercader y explorador
célebre por sus viajes a Asia a través de la Ruta de la Seda, nació presumiblemente en la ciudad italiana de Venecia en el seno de una
familia de ricos comerciantes. La mayor parte de su infancia la pasó sin la presencia de sus progenitores. Por un lado, su padre, Nicolás
Polo, se encontraba viajando por Oriente con la compañía de su hermano Maffeo Polo; y, por otro, su madre murió cuando Marco era
todavía un niño. Eso hizo que fuera criado por varios miembros familiares a la vez, lo que no impidió que gozara de una educación
completa en la que aprendió los autores clásicos, leyó los pasajes de la Biblia, teología, ciencias naturales y estudió latín, francés e italiano.
Al año de nacer, en 1255, su padre y su tío emprendieron conjuntamente una expedición hacia Asia, donde, al parecer, conocieron al
emperador mongol y primer monarca de la dinastía Yuan (元, 1271-1294) Kublai Kan (1215-1294), quien los mandó llamar cuando se
enteró de la presencia de dos comerciantes occidentales en tierras chinas. No regresaron a la república Veneciana hasta 1269, cuando
Marco Polo contaba ya con 15 años de edad, encontrándose padre e
hijo en persona por primera vez. Trajeron el recado de Kublai Kan,
muy interesado en el cristianismo, de regresar con una delegación de
cien curas y un cargamento de agua bendita.

Viaje a China
Así, en 1271, con la bendición del Papa Gregorio X (1210-
1276), Marco Polo, ya con 17 años, su padre y su tío se embarcaron
juntos en un épico viaje a Asia –acompañados únicamente de dos
curas de los cien prometidos que regresaron al poco de partir debido a
la dureza del viaje- en el que visitaron Israel, Armenia, las regiones
del actual Georgia, el mar Caspio, el Golfo Pérsico, Persia y
Afganistán hasta llegar a China cuatro años después, tras haber
recorrido miles de kilómetros, toda la Ruta de la Seda y atravesado
ríos, montañas, bosques, desiertos y la cordillera del Pamir, que les
abrió las puertas del imperio de Kublai Kan, quien les recibió en su palacio de verano conocido como Xanadú –en lo que sería la actual
provincia de Mongolia Interior–.

Esta larga y ardua travesía hizo que Marco Polo despertara su espíritu aventurero y se deleitara con cada uno de los paisajes, de las gentes,
de los pueblos y de las desconocidas maravillas con las que se iba encontrando. Su extraordinaria memoria de cada uno de esos lugares y
culturas sería clave a la hora de escribir con todo lujo de
detalles y exactitudes sus andanzas en El libro del millón,
relato que dio a conocer en la Europa Medieval las tierras de
Asia Central y China.
Su extraordinaria memoria de cada uno de esos lugares y
culturas sería clave a la hora de escribir con todo lujo de
detalles y exactitudes sus andanzas en El libro del millón,
relato que dio a conocer en la Europa Medieval las tierras
de Asia Central y China.
Marco Polo escribió lo siguiente sobre el recibimiento que el
emperador mongol le otorgó a su padre: “Se arrodillaron
frente a él [Kublai Kan] y le reverenciaron con gran
humildad. El Gran Kan les hizo acercarse y los recibió con
todos los honores y les deleitó con gran alegría. Les hizo
muchas preguntas acerca de su estado y de cómo les fue tras
su partida. (…) Después le entregaron las acreditaciones y cartas del Papa, que recibió con gran agradecimiento, le dieron el agua
bendita (…) Cuando el Gran Kan vio a Marco, un joven mozuelo, le preguntó quién era. ‘Es mi hijo y su siervo’, le contestó Messer
Niccolo”.

Su estancia en China
En un principio planearon estar ausentes de Venecia solo unos años, pero en total fueron 23, de los cuales unos 17 vivieron en China. El
soberano Kan, impresionado ante su capacidad de hablar cuatro idiomas, pronto tomó a Marco Polo bajo su protección personal, le
demostró su confianza absoluta, le asignó todo tipo de misiones, ingresó en el cuerpo diplomático de la corte, fue nombrado gobernador
de la ciudad de Yanzhou, recaudador de impuestos y enviado chino en el Tíbet, Birmania, la India y otras zonas vecinas. Con él siempre
llevaba el sello oficial de Kublai Kan que le abría las puertas a los confines más alejados. Asimismo, su padre y su tío también ocuparon
posiciones importantes en el gobierno del emperador mongol.
De todos sus viajes Marco Polo amasó no solo un gran conocimiento sobre el imperio mongol, en pleno apogeo, su riqueza y estructura
social, sino también aprendió sobre el esplendor de la capital, su organización administrativa, el sistema de correos imperial, la estructura
del ejército mongol, la construcción de obras públicas, la artesanía y fabricación de la seda, la cacería, el empleo del carbón como
combustible, el funcionamiento del Gran Canal y el uso del papel moneda, idea esta que fracasó en Europa al sustituir el oro y la plata
como dinero metálico. Las historias postreras de Marco Polomostraron que se trató de lo que más tarde se conocería como un antropólogo
y etnógrafo. Sus escritos muestran en realidad muy poco sobre él mismo o sus propios pensamientos, sin embargo, ofrece al lector
descripciones subjetivas sobre culturas que él llegó a conocer y admirar.

Pintura medieval donde se puede ver


a Marco Polo durante uno de sus
viajes.
Marco Polo se enamoró de la ciudad de Hangzhou, capital de la dinastía
Song del Sur (1127-1279), de sus canales y del Lago del Oeste, similar en
cierto modo a Venecia, y la visitó con mucha frecuencia. Consecuencia de
ello fueron los múltiples escritos que dedicó a alabar esta hermosa ciudad
y su bucólico entorno.
El regreso a casa
Después de más de 17 años en China y tras haber acumulado una gran
fortuna en oro y joyas, los Polo decidieron que había llegado el momento
de regresar a Venecia. Esa decisión no agradó mucho a Kublai Kan, quien
ya se había más que acostumbrado a su presencia y que dependía mucho
de ellos, pues ya contaba con más de setenta años de edad. Al final, aceptó
su partida bajo una condición: escoltar a la princesa mongola Kokachin, en un trayecto por vía marítima, hasta el Ilkanato de Persia para
casarse con el príncipe Arghun Kan.

Aunque no hay escritos del propio Marco Polo, se sabe que el viaje duró más de dos años y debido a las tormentas, a los problemas
propios de la travesía, a los ataques piratas y a las enfermedades, durante su transcurso murieron más de seiscientos miembros de la
tripulación y del grupo de viajeros. Tras atravesar el mar del Sur de China, Sumatra, el Océano Índico, el estrecho de Ormuz y el golfo
Pérsico, sólo lograron llegar a Persia un total de dieciocho personas, incluyendo a la princesa mongola y a los propios Polo.
Después de cruzar Armenia, partieron de nuevo desde el puerto turco de Trebizonda, a orillas del mar Negro, hasta Constantinopla –
actual Estambul-, donde los turcos se apropiaron de tres cuartos de
los tesoros que traían los Polos de China, hasta llegar a Venecia
durante el invierno de 1295. Cuando llegaron a casa, sus caras eran
extraños para sus propios familiares que apenas los reconocieron,
pues además habían olvidado casi su idioma natal. A pesar de eso,
fueron recibidos con gran interés a la vez que incredulidad por las
historias tan estrambóticas –a oídos de los europeos– que contaban.

Su libro y su vida en Venecia


Tres años después de su regreso a Venecia, Marco Polo comandó
una galera veneciana de guerra contra Génova, ciudad rival en
aquél entonces. Fue capturado por los genoveses y hecho
prisionero. Durante el año que permaneció en prisión, aprovechó
para dictar en provenzal los relatos de sus viajes a un compañero de
celda apodado Rusticiano de Pisa, famoso escritor de romances.
Marco Polo le habló de todo lo que vio, de lo que experimentó, de
las maravillas que le asombraron, de China, de sus viajes y de sus
conquistas. Sus historias fueron recopiladas en un manuscrito que
recibió el título de Livre des merveilles du monde, también
conocido como Los viajes de Marco Polo o El libro del millón, el cual fue traducido a muchas lenguas europeas, y cuyo manuscrito
original se perdió. La primera traducción al español fue en el siglo XVI, en 1503, realizada en Sevilla.
Sus descripciones sobre la riqueza del imperio chino, el poder de los emperadores mongoles, las costumbres exóticas, mitos, filosofías y
religiones de China, la India, Siam –actual Tailandia-, Japón, Java, Cochinchina –parte de lo que hoy es Vietnam-, Birmania, Ceilán,
Tíbet y alguna zonas de África convirtieron pronto a este libro en todo un éxito del medioevo europeo y en Marco Polo en alguien famoso
y respetado. Sin embargo, muchos pensaron que se trataban de meras invenciones y restaron importancia a sus relatos tachándolas de
mentiras, de fábulas salidas de la imaginación salvaje de su autor.

Sus descripciones convirtieron a Marco Polo en alguien famoso y respetado. Sin embargo, muchos pensaron que se trataban de
meras invenciones y restaron importancia a sus relatos tachándolas de mentiras, de fábulas salidas de la imaginación salvaje de
su autor.
Una vez liberado de la cárcel, Marco Polo volvió a Venecia, donde fue nombrado miembro del Gran Consejo y escribió, asimismo, una
nueva relación de sus viajes. Se casó con Donata Badoer, tuvo tres hijas y se ocupó de los negocios familiares durante 25 años hasta la
fecha de su fallecimiento, el 8 de enero de 1324. En su lecho de muerte, familiares y amigos le exigieron que confesara que todo lo que
había escrito en sus libros no era cierto, a lo que él contestó: “ni siquiera he contado la mitad de todo lo que he visto”.

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