Вы находитесь на странице: 1из 76

PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

CONTENIDO

Pág.

Antecedentes…….............................................................................................................................. 1
I. Marco Doctrinal...................................................................................................................... 3
1.1. Evangelización y Doctrina Social ………………………………………………………………………………………… 3
1.2. Eje Pastoral: Dignidad, Derechos Humanos y Participación………………………………………………… 9
1.3. Eje Pastoral: Producción Sostenible y Seguridad Alimentaria…………………………………………… 23
1.4. Eje Pastoral: Naturaleza, Ambiente y Cambio Climático…………………………………………………… 27
II. Diagnóstico Estratégico…………………………….…………………………………………………………………..…. 37
2.1. Diagnóstico Externo – Ámbito Regional ………………………………………………………………..………... 37
2.2. Diagnóstico Interno – Análisis Institucional …………………………………………………………………….. 49
III. Despliegue del PEI …………………………………………………………………………………………………………… 54
3.1. Objetivos Estratégicos …………………………………………………………………………………………………….. 54
3.2. Ejes Estratégicos ……….......................................................................................................... 57
Misión de Caritas del Perú 2010 – 2020 …………………………………………………………………………… 60
Misión de Caritas Diocesana de Chuquibambilla 2012 – 2016 …………………………………………. 61
Visión de Caritas del Perú 2010 – 2020 ………………………………………………………………………….… 62
Visión de Caritas Diocesana de Chuquibambilla 2012 – 2016 …………………………….……………. 63
Valores ……………………………………………………………………………………………………………………………. 64
3.3. Acciones al 2016 en función a las Debilidades ………………………………………………………..………. 65
3.4. Acciones al 2016 en función a las Oportunidades …………………………………………………..………. 66
3.5. Acciones al 2016 en función a las Amenazas ………………………………………………………..…………. 67
3.6. Rol de los Actores en la Implementación del PEI 2012 – 2016 …………………………………………. 69
3.7. Esquema gráfico del proceso del PEI 2012 – 2016 …………………………………………………………… 71
3.8. Perfil de los Servidores de Caritas ……………………………………………………………………………………. 72
3.9. Decálogo de la Pastoral de la Caridad ……………………………………………………………………………… 72
3.10. Análisis de Resultados …………………………………………………………………………………………………….. 73

0
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

ANTECEDENTES
CARITAS Chuquibambilla es una institución de la Iglesia Católica constituida legalmente el año 1993
por el Obispo de la Prelatura Excelentísimo Monseñor Domenico Berni Leonadi. La presencia de
Caritas de la Prelatura de Chuquibambilla durante estos dieciocho años está circunscrita como una
Institución que responde y promueve la doctrina, social de la Iglesia Católica, centrándose en la
dignidad de la persona humana. CARITAS cree que los pobres y oprimidos no deben ser objeto de
compasión sino, agentes de cambio, en la lucha por erradicar una pobreza que deshumaniza, que
crea condiciones inaceptables de vida y trabajo así como estructuras sociales, políticas, económicas
y culturales que son injustas.

Lo que hace única a CARITAS es su presencia constante en las comunidades tomando parte de la
sociedad civil y aportando la perspectiva de los pobres, CARITAS puede seguir adaptando sus
estrategias a un medio ambiente en constante cambio, la exclusión, la intolerancia y la
discriminación y lo más importante es de que habilita a los pobres a participar plenamente en todos
los asuntos que afecten sus vidas, e interceder por ellos en los foros de decisión nacionales,
regionales, provinciales y distritales.

CARITAS es una institución de la Iglesia que como dice la palabra de Dios debe atender a los casos
de necesidad que se presenten, al servicio de los más pobres y de la Promoción Humana. En efecto,
Evangelización y Promoción humana son las dos caras de la Iglesia. Es necesario señalar que si bien
Caritas Diocesana Chuquibambilla en sus 18 años de camino institucional avanzó de manera
importante en la contribuir a mejorar las condiciones y la calidad de vida de las familias y
comunidades del ámbito de la Prelatura, este avance fue más contundente y visible en el ámbito
de las caritas parroquiales cuya constitución implicó una mejor gestión y cobertura así como un
soporte administrativo que contribuye en la misión institucional.

Es por ello que las propuestas del plan al 2016 incidirán de modo directo en la manera como Caritas
Diocesana de Chuquibambilla ha venido desarrollando sus actividades, buscando mantener a la
institución en una posición de vanguardia a nivel del sur del país y colocándola, a nivel regional
como un referente en proceso de consolidación. En este camino hacia la búsqueda de la eficiencia,
la participación de todos los actores de Caritas es fundamental para los cambios que deben
experimentarse a través de la implementación de lo propuesto en el PEI. Ellos se constituyen como
la Comunidad Solidaria de la institución. Ellos son los protagonistas del cambio que se espera lograr
y a la vez serán también beneficiados de tales mejoras.

En línea con lo anterior, se debe comprender que el plan contempla la consecución de logros a nivel
de los procesos esenciales, los cuales serán alcanzados a través del trabajo coordinado. Dichos
resultados surgen como expresión de la reflexión de lo que nuestros directivos visualizan como
necesario y urgente para la institución. Así mismo, son propuestas de logro que han tomado en
cuenta un análisis serio de las actuales tendencias de la humanidad, económicas y del ambiente a
nivel nacional e internacional.

El PEI se ha desarrollado en base a un trabajo colaborativo que ha involucrado la participación de


los miembros de la Institución. Se espera que la gestión de los proyectos permita no sólo una
implementación ordenada de las intenciones institucionales sino, además, facilite el seguimiento
de lo que se estará implementando. Esta herramienta de gestión deberá permitirnos una constante

1
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

evaluación de los resultados alcanzados y la calidad de los mismos, así como un seguimiento
transparente de los recursos involucrados en el despliegue.

Es importante indicar que este PEI pretende consolidar la cultura de planificación en la institución
y, por tanto, se constituye en sí mismo en un proceso de aprendizaje institucional. Los objetivos y
metas han sido valorados y priorizados para ser alcanzados en este corto período de 5 años,
considerando tres ejes estratégicos: Dignidad de la Persona, Familia y Comunidad, Derechos
Humanos y Participación; Producción Sostenible y Seguridad Alimentaria; Naturaleza, Ambiente y
Cambio Climático.

Compartimos y asumimos en todos sus términos la Misión y Visión de Caritas del Perú plasmados
en el Plan Estratégico 2010 - 2020, de las cuales desagregamos nuestros propios objetivos y
aspiraciones que se traducen en una Visión y Visión en un contexto más local, en función a nuestras
capacidades y organización institucional y a las características sociales, políticas, culturales y
geográficas del ámbito de la Prelatura de Chuquibambilla, que nos oriente específica y
concretamente al logro de los objetivos estratégicos.

2
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

I. MARCO DOCTRINAL Y ORIENTACIONES PASTORALES DE LA


IGLESIA
1.1. EVANGELIZACIÓN Y DOCTRINA SOCIAL

Caritas Diocesana de Chuquibambilla como instancia de labor social y evangelizadora de la


iglesia católica en el ámbito de la Prelatura, se sostiene como institución en la Doctrina Social de la
Iglesia, que en buena cuenta expone la enseñanza social de la Iglesia, la cual nos orienta en la misión
de transformar la realidad social con la fuerza del Evangelio. Si bien, somos conscientes de la
importancia y el valor del documento en su conjunto, se ha tomado aquellas citas de la doctrina
que nos ayudan a sustentar y orientar institucionalmente el profundo sentido de los ejes y objetivos
estratégicos que nos hemos trazado para los siguientes cinco años.

1 El cristiano sabe que puede encontrar en la doctrina social de la Iglesia los principios de
reflexión, los criterios de juicio y las directrices de acción como base para promover un humanismo
integral y solidario. Difundir esta doctrina constituye, por tanto, una verdadera prioridad pastoral,
para que las personas, iluminadas por ella, sean capaces de interpretar la realidad de hoy y de
buscar caminos apropiados para la acción: «La enseñanza y la difusión de esta doctrina social forma
parte de la misión evangelizadora de la Iglesia».1

2 La doctrina social es parte integrante del ministerio de evangelización de la Iglesia. Todo


lo que atañe a la comunidad de los hombres —situaciones y problemas relacionados con la justicia,
la liberación, el desarrollo, las relaciones entre los pueblos, la paz—, no es ajeno a la evangelización;
ésta no sería completa si no tuviese en cuenta la mutua conexión que se presenta constantemente
entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre. 2 Entre evangelización y
promoción humana existen vínculos profundos: « Vínculos de orden antropológico, porque el
hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales
y económicos. Lazos de orden teológico, ya que no se puede disociar el plan de la creación del plan
de la redención, que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a la que hay que combatir,
y de justicia, que hay que restaurar. Vínculos de orden eminentemente evangélico como es el de la
caridad: en efecto, ¿cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover, mediante la justicia y la
paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre? ».3

3 La Iglesia no se hace cargo de la vida en sociedad bajo todos sus aspectos, sino con su
competencia propia, que es la del anuncio de Cristo Redentor:4 « La misión propia que Cristo confió
a su Iglesia no es de orden político, económico o social. El fin que le asignó es de orden religioso.
Pero precisamente de esta misma misión religiosa derivan funciones, luces y energías que pueden
servir para establecer y consolidar la comunidad humana según la ley divina ».5 Esto quiere decir
que la Iglesia, con su doctrina social, no entra en cuestiones técnicas y no instituye ni propone
sistemas o modelos de organización social: 6 ello no corresponde a la misión que Cristo le ha
confiado. La Iglesia tiene la competencia que le viene del Evangelio: del mensaje de liberación del
hombre anunciado y testimoniado por el Hijo de Dios hecho hombre.

1
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 41: AAS 80 (1988) 571-572.
2
Cf. Pablo VI, Exh. ap. Evangelii nuntiandi, 29: AAS 68 (1976) 25.
3
Pablo VI, Exh. ap. Evangelii nuntiandi, 31: AAS 68 (1976) 26.
4
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2420.
5
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 42: AAS 58 (1966) 1060.
6
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 41: AAS 80 (1988) 570-572.

3
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

1.1.1. En diálogo cordial con todos los saberes

4 La doctrina social de la Iglesia se sirve de todas las aportaciones cognoscitivas,


provenientes de cualquier saber, y tiene una importante dimensión interdisciplinar: « Para encarnar
cada vez mejor, en contextos sociales económicos y políticos distintos, y continuamente
cambiantes, la única verdad sobre el hombre, esta doctrina entra en diálogo con las diversas
disciplinas que se ocupan del hombre, [e] incorpora sus aportaciones ».7 La doctrina social se vale
de las contribuciones de significado de la filosofía e igualmente de las aportaciones descriptivas de
las ciencias humanas.

En esta perspectiva, la doctrina social también nos orienta como entidad hacia una tarea
de anuncio y de denuncia.

Ante todo, el anuncio de lo que la Iglesia posee como propio: « una visión global del hombre
y de la humanidad »,8 no sólo en el nivel teórico, sino práctico. La doctrina social, en efecto, no
ofrece solamente significados, valores y criterios de juicio, sino también las normas y las directrices
de acción que de ellos derivan.9 Con esta doctrina, la Iglesia no persigue fines de estructuración y
organización de la sociedad, sino de exigencia, dirección y formación de las conciencias.

La doctrina social comporta también una tarea de denuncia, en presencia del pecado: es el
pecado de injusticia y de violencia que de diversos modos afecta la sociedad y en ella toma cuerpo.10
Esta denuncia se hace juicio y defensa de los derechos ignorados y violados, especialmente de los
derechos de los pobres, de los pequeños, de los débiles.11 Esta denuncia es tanto más necesaria
cuanto más se extiendan las injusticias y las violencias, que abarcan categorías enteras de personas
y amplias áreas geográficas del mundo, y dan lugar a cuestiones sociales, es decir, a abusos y
desequilibrios que agitan las sociedades. Gran parte de la enseñanza social de la Iglesia, es
requerida y determinada por las grandes cuestiones sociales, para las que quiere ser una respuesta
de justicia social.

5 La finalidad de la doctrina social es de orden religioso y moral. 12 Religioso, porque la


misión evangelizadora y salvífica de la Iglesia alcanza al hombre « en la plena verdad de su
existencia, de su ser personal y a la vez de su ser comunitario y social ».13 Moral, porque la Iglesia
mira hacia un « humanismo pleno »,14 es decir, a la « liberación de todo lo que oprime al hombre

7
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 59: AAS 83 (1991) 864.
8
Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 13: AAS 59 (1967) 264.
9
Cf. Pablo VI, Carta ap. Octogesima adveniens, 4: AAS 63 (1971) 403-404; Juan Pablo II, Carta enc.
Sollicitudo rei socialis, 41: AAS 80 (1988) 570-572; Catecismo de la Iglesia Católica, 2423; Congregación para
la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 72: AAS 79 (1987) 586.
10
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 25: AAS 58 (1966) 1045-1046.
11
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 76: AAS 58 (1966) 1099-1110; Pío XII, Radiomensaje
en el 50º aniversario de la « Rerum novarum »: AAS 33 (1941) 196-197.
12
Cf. Pío XI, Carta enc. Quadragesimo anno: AAS 23 (1931) 190; Pío XII, Radiomensaje en el 50º aniversario
de la « Rerum novarum »: AAS 33 (1941) 196-197; Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 42:
AAS 58 (1966) 1079; Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 41: AAS 80 (1988) 570-572; Id., Carta
enc. Centesimus annus, 53: AAS 83 (1991) 859; Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis
conscientia, 72: AAS 79 (1987) 585-586.
13
Juan Pablo II, Carta enc. Redemptor hominis, 14: AAS 71 (1979) 284; cf. Id., Discurso a la III Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano, Puebla (28 de enero de 1979), III/2: AAS 71 (1979) 199.
14
Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 42: AAS 59 (1967) 278.

4
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

»15 y al « desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres ».16 La doctrina social traza
los caminos que hay que recorrer para edificar una sociedad reconciliada y armonizada en la justicia
y en el amor, que anticipa en la historia, de modo incipiente y prefigurado, los « nuevos cielos y
nueva tierra, en los que habite la justicia » (2 P 3,13).

1.1.2. El Principio del Bien Común

6 El principio del destino universal de los bienes invita a cultivar una visión de la economía
inspirada en valores morales que permitan tener siempre presente el origen y la finalidad de tales
bienes, para así realizar un mundo justo y solidario, en el que la creación de la riqueza pueda asumir
una función positiva. La riqueza, efectivamente, presenta esta valencia, en la multiplicidad de las
formas que pueden expresarla como resultado de un proceso productivo de elaboración técnico-
económica de los recursos disponibles, naturales y derivados; es un proceso que debe estar guiado
por la inventiva, por la capacidad de proyección, por el trabajo de los hombres, y debe ser empleado
como medio útil para promover el bienestar de los hombres y de los pueblos y para impedir su
exclusión y explotación.

1.1.3. La vía de la Caridad

Las acciones de Caritas Diocesana de Chuquibambilla se sostienen sobre la base de la


caridad.

7 Entre las virtudes en su conjunto y, especialmente entre las virtudes, los valores sociales y
la caridad, existe un vínculo profundo que debe ser reconocido cada vez más profundamente. La
caridad, a menudo limitada al ámbito de las relaciones de proximidad, o circunscrita únicamente a
los aspectos meramente subjetivos de la actuación en favor del otro, debe ser reconsiderada en su
auténtico valor de criterio supremo y universal de toda la ética social. De todas las vías, incluidas las
que se buscan y recorren para afrontar las formas siempre nuevas de la actual cuestión social, la «
más excelente » (1 Co 12,31) es la vía trazada por la caridad.

8 Los valores de la verdad, de la justicia y de la libertad, nacen y se desarrollan de la fuente


interior de la caridad: la convivencia humana resulta ordenada, fecunda en el bien y apropiada a la
dignidad del hombre, cuando se funda en la verdad; cuando se realiza según la justicia, es decir, en
el efectivo respeto de los derechos y en el leal cumplimiento de los respectivos deberes; cuando es
realizada en la libertad que corresponde a la dignidad de los hombres, impulsados por su misma
naturaleza racional a asumir la responsabilidad de sus propias acciones; cuando es vivificada por el
amor, que hace sentir como propias las necesidades y las exigencias de los demás e intensifica cada
vez más la comunión en los valores espirituales y la solicitud por las necesidades materiales.17 Estos
valores constituyen los pilares que dan solidez y consistencia al edificio del vivir y del actuar: son
valores que determinan la cualidad de toda acción e institución social.

1.1.4. El principio Solidaridad

La fuerza motivadora de Caritas Diocesana de Chuquibambilla se genera sobre los principios


de la Solidaridad.

15
Pablo VI, Exh. ap. Evangelii nuntiandi, 9: AAS 68 (1976) 10.
16
Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 42: AAS 59 (1967) 278.
17
Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 265-266.

5
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

9 La solidaridad confiere particular relieve a la intrínseca sociabilidad de la persona humana,


a la igualdad de todos en dignidad y derechos, al camino común de los hombres y de los pueblos
hacia una unidad cada vez más convencida. Nunca como hoy ha existido una conciencia tan
difundida del vínculo de interdependencia entre los hombres y entre los pueblos, que se manifiesta
a todos los niveles.18 La vertiginosa multiplicación de las vías y de los medios de comunicación « en
tiempo real », como las telecomunicaciones, los extraordinarios progresos de la informática, el
aumento de los intercambios comerciales y de las informaciones son testimonio de que por primera
vez desde el inicio de la historia de la humanidad ahora es posible, al menos técnicamente,
establecer relaciones aun entre personas lejanas o desconocidas.

La solidaridad es también una verdadera y propia virtud moral, no « un sentimiento


superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación
firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno,
para que todos seamos verdaderamente responsables de todos ».19 La solidaridad se eleva al rango
de virtud social fundamental, ya que se coloca en la dimensión de la justicia, virtud orientada por
excelencia al bien común, y en « la entrega por el bien del prójimo, que está dispuesto a "perderse",
en sentido evangélico, por el otro en lugar de explotarlo, y a "servirlo" en lugar de oprimirlo para el
propio provecho (cf. Mt 10,40-42; 20, 25; Mc 10,42-45; Lc 22,25-27) ».20

10 El mensaje de la doctrina social acerca de la solidaridad pone en evidencia el hecho de


que existen vínculos estrechos entre solidaridad y bien común, solidaridad y destino universal de los
bienes, solidaridad e igualdad entre los hombres y los pueblos, solidaridad y paz en el mundo.21 El
término « solidaridad », ampliamente empleado por el Magisterio,22 expresa en síntesis la exigencia
de reconocer en el conjunto de los vínculos que unen a los hombres y a los grupos sociales entre sí,

18
A la interdependencia se puede asociar el tema clásico de la socialización, tantas veces examinado por la
doctrina social de la Iglesia, cf. Juan XXIII, Carta enc. Mater et magistra: AAS 53 (1961) 415-417; Concilio
Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 42: AAS 58 (1966) 1060-1061; Juan Pablo II, Carta enc. Laborem
exercens, 14-15: AAS 73 (1981) 612-618.
19
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38: AAS 80 (1988) 565-566.
20
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38: AAS 80 (1988) 566. Cf. además: Juan Pablo II, Carta
enc. Laborem exercens, 8: AAS 73 (1981) 594-598; Id., Carta enc. Centesimus annus, 57: AAS 83 (1991) 862-
863.
21
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 17.39.45: AAS 80 (1988) 532-533. 566-568. 577-578.
También la solidaridad internacional es una exigencia de orden moral; la paz del mundo depende en gran
medida de ella: cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 83-86: AAS 58 (1966) 1107-1110;
Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 48: AAS 59 (1967) 281; Pontificia Comisión « Iustitia et Pax », Al
servicio de la comunidad humana: una consideración ética de la deuda internacional (27 de diciembre de
1986), I,1, Tipografía Políglota Vaticana, Ciudad del Vaticano 1986, pp. 10-11; Catecismo de la Iglesia
Católica, 1941. 2438.
22
La solidaridad, aunque falte explícitamente la expresión, es uno de los principios basilares de la « Rerum
novarum » (cf. Juan XXIII, Carta enc. Mater et magistra: AAS 53 [1961] 407). « El principio que hoy llamamos
de solidaridad... León XIII lo enuncia varias veces con el nombre de “amistad”, que encontramos ya en la
filosofía griega, por Pío XI es designado con la expresión no menos significativa de “caridad social”, mientras
que Pablo VI, ampliando el concepto, de conformidad con las actuales y múltiples dimensiones de la
cuestión social, hablaba de “civilización del amor” » (Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 10: AAS 83
[1991] 805). La solidaridad es uno de los principios fundamentales de toda la enseñanza social de la Iglesia
(cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 73: AAS 79 [1987] 586). A partir de
Pío XII (cf. Carta enc. Summi Pontificatus: AAS 31 [1939] 426- 427), el término « solidaridad » se emplea con
frecuencia creciente y cada vez con mayor amplitud de significado: desde el de « ley », en la misma
Encíclica, al de « principio » (cf. Juan XXIII, Carta enc. Mater et magistra: AAS 53 [1961] 407); de « deber »
(cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 17. 48: AAS 59 [1967] 265-266. 281) y de « valor » (cf. Juan
Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38: AAS 80 [1988] 564-566), en fin, al de « virtud » (cf. Juan Pablo
II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38. 40: AAS 80 [1988] 564-566. 568-569).

6
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

el espacio ofrecido a la libertad humana para ocuparse del crecimiento común, compartido por
todos. El compromiso en esta dirección se traduce en la aportación positiva que nunca debe faltar
a la causa común, en la búsqueda de los puntos de posible entendimiento incluso allí donde
prevalece una lógica de separación y fragmentación, en la disposición para gastarse por el bien del
otro, superando cualquier forma de individualismo y particularismo.23

11 “El amor tiene por delante un basto trabajo al que la iglesia quiere contribuir también
con su doctrina social, que concierne a todo el hombre y se dirige a todos los hombres. Existen
muchos hermanos necesitados que esperan ayuda, muchos oprimidos que esperan justicia, muchos
desocupados que esperan trabajo, muchos pueblos que esperan respeto: ‘¿cómo es posible que,
en nuestro tiempo, haya todavía quien se muere de hambre; quien está condenado al
analfabetismo; quien carece de la asistencia médica más elemental; quien no tiene techo donde
cobijarse?’. El panorama de la pobreza puede extenderse indefinidamente, si a las antiguas
añadimos nuevas pobrezas, que afectan a menudo a ambientes y grupos no carentes de recursos
económicos, pero expuestos a la desesperación del sin sentido, a la insidia de la droga, al abandono
de la edad avanzada o en la enfermedad, a la marginación o a la discriminación social… ¿Podemos
quedar al margen ante las perspectivas de un desequilibrio ecológico, que hace inhabitables y
enemigas del hombre vastas áreas del planeta? ¿O ante los problemas de la paz, amenazada a
menudo por las pesadillas de las guerras? ¿O frente a la violación de los derechos humanos
fundamentales de tantas personas, especialmente de los niños?”24

En este orden, la pregunta nuestra es: ¿Cómo podemos contribuir como Cáritas a la
solución de los urgentes problemas sociales y políticos, responder al gran desafío de la pobreza y la
miseria? “Los problemas de América Latina… son múltiples y complejos, y no se puede afrontar con
programas generales. Sin embargo la cuestión fundamental sobre el modo como la Iglesia,
iluminada por la fe en Cristo, deba reaccionar a estos desafíos, nos concierne a todos”25

1.1.5. Al alba del tercer milenio

La realidad de estos tiempos actuales de la era cristiana en el mundo, nos compromete a


asumir nuevos retos a partir de la fuerza del Evangelio para hacer frente a la crisis económica,
ambiental y fundamentalmente espiritual que estamos viviendo, tomando siempre como elemento
de esperanza el testimonio de nuestro compromiso con Jesucristo y su palabra de salvación, amor,
justicia y paz.

Nuestro país está viviendo un momento estable en el aspecto económico, sin embargo la
naturaleza, los valores y la pobreza no parecen concordar con esta estabilidad. No obstante, Dios
sigue bendiciendo y para el cristiano no existe como tal una Crisis cuando todo va bien en el país,
sobre todo en el aspecto económico y social, pero la crisis que estamos viviendo es una crisis
espiritual evidente en la situación de la familia, de nuestra comunidad, de los valores y de nuestro
ambiente; así, cuando todo va bien, nos alejamos de Dios y dejamos de depender de Él. Para los
Pobres es buen tiempo por que estamos dependiendo de Dios y no necesariamente del dinero y
Dios se agrada de eso, mientras vivimos en “pobreza” o quizá con lo necesario, es un buen tiempo
para acercarse más a Dios y depender de Él.

23
Cf. Congregación para la Educación Católica, Orientaciones para el estudio y enseñanza de la doctrina
social de la Iglesia en la formación de los sacerdotes, 38, Tipografía Políglota Vaticana, Roma 1988, pp. 40-
41.
24
Juan Pablo II, NMI, 50-51
25
Benedicto XVI, Discurso Inaugural de Aparecida, 4.

7
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Caritas Diocesana de Chuquibambilla como institución de la iglesia, es consciente de que


somos parte inherente e intrínseca de nuestra Prelatura, por tanto en nuestras acciones asumimos
también, que la tarea importante que se nos ha encomendado desde el inicio, junto con la
Evangelización, es la de formar una iglesia local con Agentes pastorales locales, porque una Iglesia
local perennemente dependiente del extranjero no se puede llamar una iglesia madura.26

12 La gloria de Dios es la vida del hombre, el hombre que vive en plenitud de su dignidad
da gloria a Dios, que se la ha donado. Es pues, el primer detalle de lo que es nuestra misión como
Cáritas: Devolver al hombre su plena dignidad personal dentro de un contexto de familia y
comunidad, y para ello el amor es la fuerza extraordinaria que nos ha de mover a comprometernos
con valentía y generosidad en el campo de la justicia y la paz. Una “caritas” que debe defender la
verdad, proponerla con humildad y convicción y testimoniarla con la vida.27

13 La Iglesia, pueblo peregrino, se adentra en el tercer milenio de la era cristiana guiada por
Cristo, el « gran Pastor » (Hb 13,20): Él es la Puerta Santa (cf. Jn 10,9) que hemos cruzado durante
el Gran Jubileo del año 2000. 28 Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida (cf. Jn 14,6):
contemplando el Rostro del Señor, confirmamos nuestra fe y nuestra esperanza en Él, único
Salvador y fin de la historia.

26
Mons. Domingo Berni, OSA (Obispo de la Prelatura de Chuquibambilla). 2008. 40 años de la Prelatura de
Chuquibambilla.
27
Benedicto XVI, Carta Enc. Caritas in Veritate, 1
28
Cf. Juan Pablo II, Carta ap. Novo millennio ineunte, 1: AAS 93 (2001) 266.

8
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

1.2. EJE PASTORAL: DIGNIDAD DE LA PERSONA, FAMILIA Y


COMUNIDAD, DERECHOS HUMANOS Y PARTICIPACIÓN
1.2.1. La Persona

14 La persona humana es la protagonista de la vida social, lejos de ser un objeto y un


elemento puramente pasivo de la vida social, el hombre es, y debe permanecer como su sujeto, su
fundamento y su fin.29 El hombre comprendido en su realidad histórica concreta representa el alma
y el corazón de la enseñanza social católica. 30 Toda la doctrina social se desarrolla a partir del
principio que afirma la inviolable dignidad de la persona humana, tutelándola frente a todo
relativismo reductivo.

15 El hombre es por tanto nuestro primer capital: “Quisiera recordar a todos, en especial a
los gobernantes que se ocupan en dar un aspecto renovado al orden económico y social del mundo,
que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su
integridad”31 Las cuestiones netamente antropológicas que hieren trágicamente la dignidad de la
persona no pueden dejarse de prestar atención si realmente buscamos la promoción integral de la
persona humana, la anticoncepción como negación de la vida, el aborto y la cultura de la muerte
en todas sus modalidades, la fecundación in vitro, la esterilización forzada, la investigación con
embriones, la posibilidad de la clonación y de la hibridación humana, la planificación eugenésica de
nacimientos, la mentalidad eutanásica, entre otras aberraciones, “detrás de todos estos escenarios
hay planteamientos culturales que niegan la dignidad humana”.32

En este sentido debemos entender que el autentico desarrollo del hombre concierne de
manera unitaria a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones. 33 E igualmente que no
podemos confiar todo el proceso de desarrollo solo a la técnica, por que de este modo quedaría sin
orientación.34

16 “La cultura actual tiende a proponer estilos de ser y vivir contarios a la naturaleza y
dignidad del ser humano. El impacto dominante de los ídolos del poder, la riqueza y el placer
efímero se han transformado, por encima del valor de la persona, en la norma máxima de
funcionamiento y el criterio decisivo en la organización social. Ante esta realidad, anunciamos una
vez más, el valor supremo de cada hombre y de cada mujer. El creador en efecto, al poner todo lo
creado al servicio del ser humano, manifiesta la dignidad de la persona humana e invita a respetarla
(cf. Gn 1, 26-30)”35.

En todos nuestros programas sociales ciertamente visualizamos la vida corporal del


hombre, su mundo material, sus necesidades, sus requerimientos, pero si olvidamos de su
dimensión espiritual y trascendente, falsearíamos la verdadera caridad que busca el desarrollo

29
Cfr. Pío XII, Radio Mensaje de Navidad (24-12-1944)
30
Cfr. CA. 11.
31
Benedicto XVI, Caritas in Veritate, 25.
32
Carta Enc. Caritas in Veritate, 75.
33
Cf. PP. 14.
34
Cf. Caritas in Veritate, 14.
35
DA. 387.

9
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

integral “de todo el hombre y de todos los hombres”36. Es precisamente esta dimensión espiritual
la que abre al hombre la trascendencia y a la realización de su plena vocación.

17 La revelación en Cristo del misterio de Dios como Amor trinitario está unida a la
revelación de la vocación de la persona humana al amor. Esta revelación ilumina la dignidad y la
libertad personal del hombre y de la mujer y la intrínseca sociabilidad humana en toda su
profundidad: « Ser persona a imagen y semejanza de Dios comporta... existir en relación al otro
“yo” »,37 porque Dios mismo, uno y trino, es comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

18 El libro del Génesis nos propone algunos fundamentos de la antropología cristiana: la


inalienable dignidad de la persona humana, que tiene su raíz y su garantía en el designio creador
de Dios; la sociabilidad constitutiva del ser humano, que tiene su prototipo en la relación originaria
entre el hombre y la mujer, cuya unión « es la expresión primera de la comunión de personas
humanas »;38 el significado del actuar humano en el mundo, que está ligado al descubrimiento y al
respeto de las leyes de la naturaleza que Dios ha impreso en el universo creado, para que la
humanidad lo habite y lo custodie según su proyecto. Esta visión de la persona humana, de la
sociedad y de la historia hunde sus raíces en Dios y está iluminada por la realización de su designio
de salvación.

19 La persona humana no puede y no debe ser instrumentalizada por las estructuras


sociales, económicas y políticas, porque todo hombre posee la libertad de orientarse hacia su fin
último. Por otra parte, toda realización cultural, social, económica y política, en la que se actúa
históricamente la sociabilidad de la persona y su actividad transformadora del universo, debe
considerarse siempre en su aspecto de realidad relativa y provisional, porque « la apariencia de este
mundo pasa » (1 Co 7,31). Se trata de una relatividad escatológica, en el sentido de que el hombre
y el mundo se dirigen hacia una meta, que es el cumplimiento de su destino en Dios; y de una
relatividad teológica, en cuanto el don de Dios, a través del cual se cumplirá el destino definitivo de
la humanidad y de la creación, supera infinitamente las posibilidades y las aspiraciones del hombre.
Cualquier visión totalitaria de la sociedad y del Estado y cualquier ideología puramente
intramundana del progreso son contrarias a la verdad integral de la persona humana y al designio
de Dios sobre la historia.

1.2.2. La Familia; Célula Vital de la Sociedad

20 Iluminada por la luz del mensaje bíblico, la Iglesia considera la familia como la primera
sociedad natural, titular de derechos propios y originarios, y la sitúa en el centro de la vida social:
relegar la familia « a un papel subalterno y secundario, excluyéndola del lugar que le compete en
la sociedad, significa causar un grave daño al auténtico crecimiento de todo el cuerpo social ».39 La
familia, ciertamente, nacida de la íntima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el
matrimonio entre un hombre y una mujer,40 posee una específica y original dimensión social, en
cuanto lugar primario de relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad:41 es una
institución divina, fundamento de la vida de las personas y prototipo de toda organización social.

La familia es el núcleo básico para la formación integral de la persona.

36
Carta Enc. Populorum Progressio, 20.
37
Juan Pablo II, Carta ap. Mulieris dignitatem, 7: AAS 80 (1988) 1664.
38
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 12: AAS 58 (1966) 1034.
39
Juan Pablo II, Carta a las Familias Gratissimam sane, 17: AAS 86 (1994) 906.
40
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et Spes, 48: AAS 58 (1966) 1067-1069.
41
Cf. Concilio Vaticano II, Decr. Apostolicam actuositatem, 11: AAS 58 (1966) 848.

10
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

21 La familia es importante y central en relación a la persona. En esta cuna de la vida y del


amor, el hombre nace y crece. Cuando nace un niño, la sociedad recibe el regalo de una nueva
persona, que está « llamada, desde lo más íntimo de sí a la comunión con los demás y a la entrega
a los demás ».42 En la familia, por tanto, la entrega recíproca del hombre y de la mujer unidos en
matrimonio, crea un ambiente de vida en el cual el niño puede « desarrollar sus potencialidades,
hacerse consciente de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible ».43

En el clima de afecto natural que une a los miembros de una comunidad familiar, las
personas son reconocidas y responsabilizadas en su integridad: « La primera estructura
fundamental a favor de la “ecología humana” es la familia, en cuyo seno el hombre recibe las
primeras nociones sobre la verdad y el bien; aprende qué quiere decir amar y ser amado y, por
consiguiente, qué quiere decir en concreto ser una persona ».44 Las obligaciones de sus miembros
no están limitadas por los términos de un contrato, sino que derivan de la esencia misma de la
familia, fundada sobre un pacto conyugal irrevocable y estructurada por las relaciones que derivan
de la generación o adopción de los hijos.

22 La familia, comunidad natural en donde se experimenta la sociabilidad humana,


contribuye en modo único e insustituible al bien de la sociedad. La comunidad familiar nace de la
comunión de las personas: « La “comunión” se refiere a la relación personal entre el “yo” y el “tú”.
La “comunidad”, en cambio, supera este esquema apuntando hacia una “sociedad”, un “nosotros”.
La familia, comunidad de personas, es por consiguiente la primera “sociedad” humana».45

Una sociedad a medida de la familia es la mejor garantía contra toda tendencia de tipo
individualista o colectivista, porque en ella la persona es siempre el centro de la atención en cuanto
fin y nunca como medio. Es evidente que el bien de las personas y el buen funcionamiento de la
sociedad están estrechamente relacionados con « la prosperidad de la comunidad conyugal y
familiar ». 46 Sin familias fuertes en la comunión y estables en el compromiso, los pueblos se
debilitan. En la familia se inculcan desde los primeros años de vida los valores morales, se transmite
el patrimonio espiritual de la comunidad religiosa y el patrimonio cultural de la Nación. En ella se
aprenden las responsabilidades sociales y la solidaridad.47

Todo modelo social que busque el bien del hombre no puede prescindir de la centralidad y
de la responsabilidad social de la familia. La sociedad y el Estado, en sus relaciones con la familia,
tienen la obligación de atenerse al principio de subsidiaridad. En virtud de este principio, las
autoridades públicas no deben sustraer a la familia las tareas que puede desempeñar sola o
libremente asociada con otras familias; por otra parte, las mismas autoridades tienen el deber de
auxiliar a la familia, asegurándole las ayudas que necesita para asumir de forma adecuada todas
sus responsabilidades.48

1.2.3. El Matrimonio; Fundamento de la Familia

42
Juan Pablo II, Exh. ap. Christifideles laici, 40: AAS 81 (1989) 468.
43
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 39: AAS 83 (1991) 841.
44
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 39: AAS 83 (1991) 841.
45
Juan Pablo II, Carta a las Familias Gratissimam sane, 7: AAS 86 (1994) 875; cf. Catecismo de la Iglesia
Católica, 2206.
46
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 47: AAS 58 (1966) 1067; cf. Catecismo de la Iglesia
Católica, 2210.
47
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2224.
48
Cf. Juan Pablo II, Exh. ap. Familiaris consortio, 45: AAS 74 (1982) 136-137; Catecismo de la Iglesia Católica,
2209.

11
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

23 La familia tiene su fundamento en la libre voluntad de los cónyuges de unirse en


matrimonio, respetando el significado y los valores propios de esta institución, que no depende del
hombre, sino de Dios mismo: « Este vínculo sagrado, en atención al bien, tanto de los esposos y de
la prole como de la sociedad, no depende de la decisión humana. Pues es el mismo Dios el autor
del matrimonio, al cual ha dotado con bienes y fines varios ». 49 La institución matrimonial —«
fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la íntima comunidad conyugal de vida y
amor »50 — no es una creación debida a convenciones humanas o imposiciones legislativas, sino
que debe su estabilidad al ordenamiento divino. 51 Nace, también para la sociedad, « del acto
humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente »52 y se funda sobre la misma
naturaleza del amor conyugal que, en cuanto don total y exclusivo, de persona a persona, comporta
un compromiso definitivo expresado con el consentimiento recíproco, irrevocable y público.53 Este
compromiso pide que las relaciones entre los miembros de la familia estén marcadas también por
el sentido de la justicia y el respeto de los recíprocos derechos y deberes.

1.2.4. La solidez del núcleo familiar

24 La solidez del núcleo familiar es un recurso determinante para la calidad de la convivencia


social. Por ello la comunidad civil no puede permanecer indiferente ante las tendencias
disgregadoras que minan en la base sus propios fundamentos. Si una legislación puede en ocasiones
tolerar comportamientos moralmente inaceptables,54 no debe jamás debilitar el reconocimiento del
matrimonio monogámico indisoluble, como única forma auténtica de la familia. Es necesario, por
tanto, que las autoridades públicas « resistiendo a las tendencias disgregadoras de la misma
sociedad y nocivas para la dignidad, seguridad y bienestar de los ciudadanos, procuren que la
opinión pública no sea llevada a menospreciar la importancia institucional del matrimonio y de la
familia ».55

Es tarea de la comunidad cristiana y de todos aquellos que se preocupan sinceramente por


el bien de la sociedad, reafirmar que « la familia constituye, más que una unidad jurídica, social y
económica, una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión
de los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y
bienestar de los propios miembros y de la sociedad ».56

1.2.5. La tarea educativa

25 Con la obra educativa, la familia forma al hombre en la plenitud de su dignidad, según


todas sus dimensiones, comprendida la social. La familia constituye « una comunidad de amor y de
solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión de los valores culturales, éticos, sociales,
espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestar de sus propios miembros y de la
sociedad ».57 Cumpliendo con su misión educativa, la familia contribuye al bien común y constituye

49
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et Spes, 48: AAS 58 (1966) 1067- 1068.
50
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 48: AAS 58 (1966) 1067.
51
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1603.
52
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 48: AAS 58 (1966) 1067.
53
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1639.
54
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Evangelium vitae, 71: AAS 87 (1995) 483; Santo Tomás de Aquino, Summa
theologiae, I-II, q. 96, a. 2 (« Utrum ad legem humanam pertineat omnia cohibere »): Ed. Leon. 7, 181.
55
Juan Pablo II, Exh. ap. Familiaris consortio, 81: AAS 74 (1982) 183.
56
Santa Sede, Carta de los derechos de la familia, Preámbulo, E, Tipografía Políglota Vaticana, Ciudad del
Vaticano 1983, p. 6.
57
Santa Sede, Carta de los derechos de la familia, Preámbulo, E, Tipografía Políglota Vaticana, Ciudad del
Vaticano 1983, p. 6.

12
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

la primera escuela de virtudes sociales, de la que todas las sociedades tienen necesidad.58 La familia
ayuda a que las personas desarrollen su libertad y su responsabilidad, premisas indispensables para
asumir cualquier tarea en la sociedad. Además, con la educación se comunican algunos valores
fundamentales, que deben ser asimilados por cada persona, necesarios para ser ciudadanos libres,
honestos y responsables.59

26 Los padres son los primeros, pero no los únicos, educadores de sus hijos. Corresponde a
ellos, por tanto, ejercer con sentido de responsabilidad, la labor educativa en estrecha y vigilante
colaboración con los organismos civiles y eclesiales: « La misma dimensión comunitaria, civil y
eclesial, del hombre exige y conduce a una acción más amplia y articulada, fruto de la colaboración
ordenada de las diversas fuerzas educativas. Éstas son necesarias, aunque cada una puede y debe
intervenir con su competencia y con su contribución propias ».60 Los padres tienen el derecho a
elegir los instrumentos formativos conformes a sus propias convicciones y a buscar los medios que
puedan ayudarles mejor en su misión educativa, incluso en el ámbito espiritual y religioso. Las
autoridades públicas tienen la obligación de garantizar este derecho y de asegurar las condiciones
concretas que permitan su ejercicio.61 En este contexto, se sitúa el tema de la colaboración entre
familia e institución escolar.

27 Los padres tienen el derecho de fundar y sostener instituciones educativas. Por su parte,
las autoridades públicas deben cuidar que « las subvenciones estatales se repartan de tal manera
que los padres sean verdaderamente libres para ejercer su derecho, sin tener que soportar cargas
injustas. Los padres no deben soportar, directa o indirectamente, aquellas cargas suplementarias
que impiden o limitan injustamente el ejercicio de esta libertad ». 62 Ha de considerarse una
injusticia el rechazo de apoyo económico público a las escuelas no estatales que tengan necesidad
de él y ofrezcan un servicio a la sociedad civil: « Cuando el Estado reivindica el monopolio escolar,
va más allá de sus derechos y conculca la justicia... El Estado no puede, sin cometer injusticia,
limitarse a tolerar las escuelas llamadas privadas. Éstas presentan un servicio público y tienen, por
consiguiente, el derecho a ser ayudadas económicamente ».63

1.2.6. La Persona Humana y sus Derechos

28 El hombre, comprendido en su realidad histórica concreta, representa el corazón y el


alma de la enseñanza social católica.64 Toda la doctrina social se desarrolla, en efecto, a partir del
principio que afirma la inviolable dignidad de la persona humana. 65 Mediante las múltiples
expresiones de esta conciencia, la Iglesia ha buscado, ante todo, tutelar la dignidad humana frente
a todo intento de proponer imágenes reductivas y distorsionadas; y además, ha denunciado
repetidamente sus muchas violaciones. La historia demuestra que en la trama de las relaciones

58
Cf. Concilio Vaticano II, Decl. Gravissimum educationis, 3: AAS 58 (1966) 731-732; Id., Const. past.
Gaudium et spes, 52: AAS 58 (1966) 1073-1074; Juan Pablo II, Exh. ap. Familiaris consortio, 37: AAS 74
(1982) 127-129; Catecismo de la Iglesia Católica, 1653. 2228.
59
Cf. Juan Pablo II, Exh. ap. Familiaris consortio, 43: AAS 74 (1982) 134-135.
60
Juan Pablo II, Exh. ap. Familiaris consortio, 40: AAS 74 (1982) 131.
61
Cf. Concilio Vaticano II, Decl. Gravissimum educationis, 6: AAS 58 (1966) 733-734; Catecismo de la Iglesia
Católica, 2229.
62
Santa Sede, Carta de los derechos de la familia, art. 5, b, Tipografía Políglota Vaticana, Ciudad del
Vaticano 1983, p. 11; cf. también Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, 5: AAS 58 (1966) 933.
63
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 94: AAS 79 (1987) 595-596.
64
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 11: AAS 83 (1991) 807.
65
Cf. Juan XXIII, Carta enc. Mater et magistra: AAS 53 (1961) 453, 459.

13
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

sociales emergen algunas de las más amplias capacidades de elevación del hombre, pero también
allí se anidan los más execrables atropellos de su dignidad.

29 El hombre y la mujer tienen la misma dignidad y son de igual valor,66 no sólo porque
ambos, en su diversidad, son imagen de Dios, sino, más profundamente aún, porque el dinamismo
de reciprocidad que anima el « nosotros » de la pareja humana es imagen de Dios.67 En la relación
de comunión recíproca, el hombre y la mujer se realizan profundamente a sí mismos
reencontrándose como personas a través del don sincero de sí mismos.68 Su pacto de unión es
presentado en la Sagrada Escritura como una imagen del Pacto de Dios con los hombres (cf. Os 1-
3; Is 54; Ef 5,21- 33) y, al mismo tiempo, como un servicio a la vida.69 La pareja humana puede
participar, en efecto, de la creatividad de Dios: « Y los bendijo Dios y les dijo: “Sed fecundos y
multiplicaos, y llenad la tierra” » (Gn 1,28).

30 La doctrina social de la Iglesia indica constantemente la exigencia de respetar la dignidad


de los niños. « En la familia, comunidad de personas, debe reservarse una atención especialísima al
niño, desarrollando una profunda estima por su dignidad personal, así como un gran respeto y un
generoso servicio a sus derechos. Esto vale respecto a todo niño, pero adquiere una urgencia
singular cuando el niño es pequeño y necesita de todo, está enfermo, delicado o es minusválido
».70

Los derechos de los niños deben ser protegidos por los ordenamientos jurídicos. Es
necesario, sobre todo, el reconocimiento público en todos los países del valor social de la infancia:
« Ningún país del mundo, ningún sistema político, puede pensar en el propio futuro de modo
diverso si no es a través de la imagen de estas nuevas generaciones, que tomarán de sus padres el
múltiple patrimonio de los valores, de los deberes, de las aspiraciones de la Nación a la que
pertenecen, junto con el de toda la familia humana ».71 El primer derecho del niño es « a nacer en
una familia verdadera »,72 un derecho cuyo respeto ha sido siempre problemático y que hoy conoce
nuevas formas de violación debidas al desarrollo de las técnicas genéticas.

31 En ningún caso la persona humana puede ser instrumentalizada para fines ajenos a su
mismo desarrollo, que puede realizar plena y definitivamente sólo en Dios y en su proyecto salvífico:
el hombre, en efecto, en su interioridad, trasciende el universo y es la única criatura que Dios ha
amado por sí misma.73 Por esta razón, ni su vida, ni el desarrollo de su pensamiento, ni sus bienes,
ni cuantos comparten sus vicisitudes personales y familiares pueden ser sometidos a injustas
restricciones en el ejercicio de sus derechos y de su libertad.

La persona no puede estar finalizada a proyectos de carácter económico, social o político,


impuestos por autoridad alguna, ni siquiera en nombre del presunto progreso de la comunidad civil
en su conjunto o de otras personas, en el presente o en el futuro. Es necesario, por tanto, que las

66
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2334.
67
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 371.
68
Cf. Juan Pablo II, Carta a las familias Gratissiman sane, 6.8.14.16.19-20: AAS 86 (1994) 873-874. 876-878.
893-896. 899-903. 910-919.
69
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 50: AAS 58 (1966) 1070-1072.
70
Juan Pablo II, Exh. ap. Familiaris consortio, 26: AAS 74 (1982) 111-112.
71
Juan Pablo II, Discurso a la Asamblea General de las Naciones Unidas (2 de octubre de 1979), 21: AAS 71
(1979) 1159; cf. también Id., Mensaje al Secretario General de las Naciones Unidas con ocasión de la
Cumbre Mundial para los Niños (22 de septiembre de 1990): AAS 83 (1991) 358-361.
72
Juan Pablo II, Discurso al Comité de Periodistas Europeos para los Derechos del Niño (13 de enero de
1979): AAS 71 (1979) 360.
73
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 24: AAS 58 (1966) 1045; Catecismo de la Iglesia
Católica, 27, 356 y 358.

14
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

autoridades públicas vigilen con atención para que una restricción de la libertad o cualquier otra
carga impuesta a la actuación de las personas no lesionen jamás la dignidad personal y garantice el
efectivo ejercicio de los derechos humanos. Todo esto, una vez más, se funda sobre la visión del
hombre como persona, es decir, como sujeto activo y responsable del propio proceso de
crecimiento, junto con la comunidad de la que forma parte.

32 En la diversidad de las culturas, la ley natural une a los hombres entre sí, imponiendo
principios comunes. Aunque su aplicación requiera adaptaciones a la multiplicidad de las
condiciones de vida, según los lugares, las épocas y las circunstancias,74 la ley natural es inmutable,
« subsiste bajo el flujo de ideas y costumbres y sostiene su progreso... Incluso cuando se llega a
renegar de sus principios, no se la puede destruir ni arrancar del corazón del hombre. Resurge
siempre en la vida de individuos y sociedades ».75

33 « Dios no hace acepción de personas » (Hch 10,34; cf. Rm 2,11; Ga 2,6; Ef 6,9), porque
todos los hombres tienen la misma dignidad de criaturas a su imagen y semejanza.76 La Encarnación
del Hijo de Dios manifiesta la igualdad de todas las personas en cuanto a dignidad: « Ya no hay judío
ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús »
(Ga 3,28; cf. Rm 10,12; 1 Co 12,13; Col 3,11).

Puesto que en el rostro de cada hombre resplandece algo de la gloria de Dios, la dignidad
de todo hombre ante Dios es el fundamento de la dignidad del hombre ante los demás hombres.77
Esto es, además, el fundamento último de la radical igualdad y fraternidad entre los hombres,
independientemente de su raza, Nación, sexo, origen, cultura y clase.

34 Sólo el reconocimiento de la dignidad humana hace posible el crecimiento común y


personal de todos (cf. St 2,19). Para favorecer un crecimiento semejante es necesario, en particular,
apoyar a los últimos, asegurar efectivamente condiciones de igualdad de oportunidades entre el
hombre y la mujer, garantizar una igualdad objetiva entre las diversas clases sociales ante la ley.78

También en las relaciones entre pueblos y Estados, las condiciones de equidad y paridad son
el presupuesto para un progreso auténtico de la comunidad internacional. 79 No obstante los
avances en esta dirección, es necesario no olvidar que aún existen demasiadas desigualdades y
formas de dependencia.80

35 Las personas minusválidas son sujetos plenamente humanos, titulares de derechos y


deberes: « A pesar de las limitaciones y los sufrimientos grabados en sus cuerpos y en sus facultades,
ponen más de relieve la dignidad y grandeza del hombre ».81 Puesto que la persona minusválida es
un sujeto con todos sus derechos, ha de ser ayudada a participar en la vida familiar y social en todas
las dimensiones y en todos los niveles accesibles a sus posibilidades.

74
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1957.
75
Catecismo de la Iglesia Católica, 1958.
76
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1934.
77
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 29: AAS 58 (1966) 1048-1049.
78
Cf. Pablo VI, Carta ap. Octogesima adveniens, 16: AAS 63 (1971) 413.
79
Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris, 47-48: AAS 55 (1963) 279-281; Pablo VI, Discurso ante la
Asamblea General de las Naciones Unidas (4 de octubre de 1965), 5: AAS 57 (1965) 881; Juan Pablo II,
Discurso a la Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas (5 de octubre de 1995), 13,
Tipografía Vaticana, p. 16.
80
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 84: AAS 58 (1966) 1107-1108.
81
Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 22: AAS 73 (1981) 634.

15
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Es necesario promover con medidas eficaces y apropiadas los derechos de la persona minusválida.
« Sería radicalmente indigno del hombre y negación de la común humanidad admitir en la vida de
la sociedad, y, por consiguiente, en el trabajo, únicamente a los miembros plenamente funcionales,
porque obrando así se caería en una grave forma de discriminación: la de los fuertes y sanos contra
los débiles y enfermos ».82 Se debe prestar gran atención no sólo a las condiciones de trabajo físicas
y psicológicas, a la justa remuneración, a la posibilidad de promoción y a la eliminación de los
diversos obstáculos, sino también a las dimensiones afectivas y sexuales de la persona minusválida:
« También ella necesita amar y ser amada; necesita ternura, cercanía, intimidad », 83 según sus
propias posibilidades y en el respeto del orden moral que es el mismo, tanto para los sanos, como
para aquellos que tienen alguna discapacidad.

1.2.7. El hombre en Comunidad

36 La persona es constitutivamente un ser social,84 porque así la ha querido Dios que la ha


85
creado. La naturaleza del hombre se manifiesta, en efecto, como naturaleza de un ser que
responde a sus propias necesidades sobre la base de una subjetividad relacional, es decir, como un
ser libre y responsable, que reconoce la necesidad de integrarse y de colaborar con sus semejantes
y que es capaz de comunión con ellos en el orden del conocimiento y del amor: « Una sociedad es
un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por un principio de unidad que supera a cada
una de ellas. Asamblea a la vez visible y espiritual, una sociedad perdura en el tiempo: recoge el
pasado y prepara el porvenir ».86

Es necesario, por tanto, destacar que la vida comunitaria es una característica natural que
distingue al hombre del resto de las criaturas terrenas. La actuación social comporta de suyo un
signo particular del hombre y de la humanidad, el de una persona que obra en una comunidad de
personas: este signo determina su calificación interior y constituye, en cierto sentido, su misma
naturaleza.87 Esta característica relacional adquiere, a la luz de la fe, un sentido más profundo y
estable. Creada a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26), y constituida en el universo visible para
vivir en sociedad (cf. Gn 2,20.23) y dominar la tierra (cf. Gn 1,26.28-30), la persona humana está
llamada desde el comienzo a la vida social: « Dios no ha creado al hombre como un “ser solitario”,
sino que lo ha querido como “ser social”. La vida social no es, por tanto, exterior al hombre, el cual
no puede crecer y realizar su vocación si no es en relación con los otros ».88

1.2.8. El valor de los derechos humanos

82
Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 22: AAS 73 (1981) 634.
83
Juan Pablo II, Mensaje al Simposio internacional « Dignidad y derechos de la persona con discapacidad
mental » (5 de enero de 2004): L'Osservatore Romano, edición española, 16 de enero de 2004, p. 5.
84
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 12: AAS 58 (1966) 1034; Catecismo de la Iglesia
Católica, 1879.
85
Cf. Pío XII, Radiomensaje de Navidad (24 de diciembre de 1942), 6: AAS 35 (1943) 11-12; Juan XXIII, Carta
enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 264-165.
86
Catecismo de la Iglesia Católica, 1880.
87
La natural sociabilidad del hombre hace descubrir también que el origen de la sociedad no se halla en un
« contrato » o « pacto » convencional, sino en la misma naturaleza humana. De ella deriva la posibilidad de
realizar libremente diversos pactos de asociación. No puede olvidarse que las ideologías del contrato social
se sustentan sobre una antropología falsa; consecuentemente, sus resultados no pueden ser —de hecho no
lo han sido— ventajosos para la sociedad y las personas. El Magisterio ha tachado tales opiniones como
abiertamente absurdas y sumamente funestas. cf. León XIII, Carta enc. Libertas praestantissimum: Acta
Leonis XIII, 8 (1889) 226-227.
88
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 32: AAS 79 (1987) 567.

16
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

37 El movimiento hacia la identificación y la proclamación de los derechos del hombre es


uno de los esfuerzos más relevantes para responder eficazmente a las exigencias imprescindibles de
la dignidad humana.89 La Iglesia ve en estos derechos la extraordinaria ocasión que nuestro tiempo
ofrece para que, mediante su consolidación, la dignidad humana sea reconocida más eficazmente
y promovida universalmente como característica impresa por Dios Creador en su criatura. 90 El
Magisterio de la Iglesia no ha dejado de evaluar positivamente la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre, proclamada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, que Juan
Pablo II ha definido « una piedra miliar en el camino del progreso moral de la humanidad ».91

38 Puestos a desarrollar el tema de los derechos del hombre observamos ante todo que
éste tiene un derecho a la existencia, a la integridad corporal, a los medios necesarios para un
decoroso medio de vida, cuales son, principalmente, el alimento, el vestido, la vivienda, el
descanso, la asistencia médica y los servicios indispensables que a cada uno debe prestar el Estado.
De lo cual se sigue que el hombre posee también el derecho a la seguridad personal en caso de
enfermedad, invalidez, viudez, vejez y cualquier otra eventualidad que le prive, sin culpa suya, de
los medios necesarios para su sustento.92

39 La raíz de los derechos del hombre se debe buscar en la dignidad que pertenece a todo
ser humano.93 Esta dignidad, connatural a la vida humana e igual en toda persona, se descubre y se
comprende, ante todo, con la razón. El fundamento natural de los derechos aparece aún más sólido
si, a la luz de la fe, se considera que la dignidad humana, después de haber sido otorgada por Dios
y herida profundamente por el pecado, fue asumida y redimida por Jesucristo mediante su
encarnación, muerte y resurrección.94

La fuente última de los derechos humanos no se encuentra en la mera voluntad de los seres
humanos,95 en la realidad del Estado o en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios
su Creador. Estos derechos son « universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún
concepto ». 96 Universales, porque están presentes en todos los seres humanos, sin excepción
alguna de tiempo, de lugar o de sujeto. Inviolables, en cuanto « inherentes a la persona humana y
a su dignidad »97 y porque « sería vano proclamar los derechos, si al mismo tiempo no se realizase
todo esfuerzo para que sea debidamente asegurado su respeto por parte de todos, en todas partes
y con referencia a quien sea ».98 Inalienables, porque « nadie puede privar legítimamente de estos

89
Cf. Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, 1: AAS 58 (1966) 929-930.
90
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 41: AAS 58 (1966) 1059-1060; Congregación para la
Educación Católica, Orientaciones para el estudio y enseñanza de la doctrina social de la Iglesia en la
formación sacerdotal, 32, Tipografía Políglota Vaticana 1988, pp. 36-37.
91
Juan Pablo II, Discurso a la Asamblea General de las Naciones Unidas (2 de octubre de 1979), 7: AAS 71
(1979) 1147-1148; para Juan Pablo II tal Declaración « continúa siendo en nuestro tiempo una de las más
altas expresiones de la conciencia humana »: Discurso a la Quincuagésima Asamblea General de las
Naciones Unidas (5 de octubre de 1995), 2, Tipografía Vaticana, p. 6.
92
Cf. Pacem in terries, 11.
93
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 27: AAS 58 (1966) 1047-1048; Catecismo de la
Iglesia Católica, 1930.
94
Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 259; Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et
spes, 22: AAS 58 (1966) 1079.
95
Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 278-279.
96
Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 259.
97
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1999, 3: AAS 91 (1999) 379.
98
Pablo VI, Mensaje a la Conferencia Internacional sobre los Derechos del Hombre (15 de abril de 1968):
AAS 60 (1968) 285.

17
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

derechos a uno sólo de sus semejantes, sea quien sea, porque sería ir contra su propia naturaleza
».99

40 Los derechos del hombre exigen ser tutelados no sólo singularmente, sino en su conjunto:
una protección parcial de ellos equivaldría a una especie de falta de reconocimiento. Estos derechos
corresponden a las exigencias de la dignidad humana y comportan, en primer lugar, la satisfacción
de las necesidades esenciales —materiales y espirituales— de la persona: « Tales derechos se
refieren a todas las fases de la vida y en cualquier contexto político, social, económico o cultural.
Son un conjunto unitario, orientado decididamente a la promoción de cada uno de los aspectos del
bien de la persona y de la sociedad... La promoción integral de todas las categorías de los derechos
humanos es la verdadera garantía del pleno respeto por cada uno de los derechos ». 100
Universalidad e indivisibilidad son las líneas distintivas de los derechos humanos: « Son dos
principios guía que exigen siempre la necesidad de arraigar los derechos humanos en las diversas
culturas, así como de profundizar en su dimensión jurídica con el fin de asegurar su pleno respeto
».101

41 Las enseñanzas de Juan XXIII,102 del Concilio Vaticano II,103 de Pablo VI104 han ofrecido
amplias indicaciones acerca de la concepción de los derechos humanos delineada por el Magisterio.
Juan Pablo II ha trazado una lista de ellos en la encíclica « Centesimus annus »: « El derecho a la
vida, del que forma parte integrante el derecho del hijo a crecer bajo el corazón de la madre
después de haber sido concebido; el derecho a vivir en una familia unida y en un ambiente moral,
favorable al desarrollo de la propia personalidad; el derecho a madurar la propia inteligencia y la
propia libertad a través de la búsqueda y el conocimiento de la verdad; el derecho a participar en
el trabajo para valorar los bienes de la tierra y recabar del mismo el sustento propio y de los seres
queridos; el derecho a fundar libremente una familia, a acoger y educar a los hijos, haciendo uso
responsable de la propia sexualidad. Fuente y síntesis de estos derechos es, en cierto sentido, la
libertad religiosa, entendida como derecho a vivir en la verdad de la propia fe y en conformidad con
la dignidad trascendente de la propia persona ».105

El primer derecho enunciado en este elenco es el derecho a la vida, desde su concepción


hasta su conclusión natural,106 que condiciona el ejercicio de cualquier otro derecho y comporta,
en particular, la ilicitud de toda forma de aborto provocado y de eutanasia.107 Se subraya el valor
eminente del derecho a la libertad religiosa: « Todos los hombres deben estar inmunes de coacción,
tanto por parte de personas particulares como de grupos sociales y de cualquier potestad humana,
y ello de tal manera, que en materia religiosa ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia ni
se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, solo o asociado con otros, dentro

99
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1999, 3: AAS 91 (1999) 379.
100
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1999, 3: AAS 91 (1999) 379.
101
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998, 2: AAS 90 (1998) 149.
102
Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 259-264.
103
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 26: AAS 58 (1966) 1046-1047.
104
Cf. Pablo VI, Discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (4 de octubre de 1965), 6: AAS 57
(1965) 883-884; Id., Mensaje a los Obispos reunidos para el Sínodo (23 de octubre de 1974): AAS 66 (1974)
631-639.
105
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 47: AAS 83 (1991) 851-852; cf. también Id., Discurso a la
Asamblea General de las Naciones Unidas (2 de octubre de 1979), 13: AAS 71 (1979) 1152-1153.
106
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Evangelium vitae, 2: AAS 87 (1995) 402.
107
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 27: AAS 58 (1966) 1047-1048; Juan Pablo II, Carta
enc. Veritatis splendor, 80: AAS 85 (1993) 1197-1198; Id., Carta enc. Evangelium vitae, 7-28: AAS 87 (1995)
408-433.

18
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

de los límites debidos ».108 El respeto de este derecho es un signo emblemático « del auténtico
progreso del hombre en todo régimen, en toda sociedad, sistema o ambiente ».109

La « Gaudium et spes » estudia orgánicamente los temas de la cultura, de la vida


económico-social, del matrimonio y de la familia, de la comunidad política, de la paz y de la
comunidad de los pueblos, a la luz de la visión antropológica cristiana y de la misión de la Iglesia.
Todo ello lo hace a partir de la persona y en dirección a la persona, « única criatura terrestre a la
que Dios ha amado por sí mismo ».110 La sociedad, sus estructuras y su desarrollo deben estar
finalizados a «consolidar y desarrollar las cualidades de la persona humana ».111 Por primera vez el
Magisterio de la Iglesia, al más alto nivel, se expresa en modo tan amplio sobre los diversos aspectos
temporales de la vida cristiana. « Se debe reconocer que la atención prestada en la Constitución a
los cambios sociales, psicológicos, políticos, económicos, morales y religiosos ha despertado cada
vez más... la preocupación pastoral de la Iglesia por los problemas de los hombres y el diálogo con
el mundo».112

42 Otro documento del Concilio Vaticano II de gran relevancia en el « corpus » de la doctrina


social de la Iglesia es la declaración « Dignitatis humanae »,113 en el que se proclama el derecho a
la libertad religiosa. El documento trata el tema en dos capítulos. El primero, de carácter general,
afirma que el derecho a la libertad religiosa se fundamenta en la dignidad de la persona humana y
que debe ser reconocido como derecho civil en el ordenamiento jurídico de la sociedad. El segundo
capítulo estudia el tema a la luz de la Revelación y clarifica sus implicaciones pastorales, recordando
que se trata de un derecho que no se refiere sólo a las personas individuales, sino también a las
diversas comunidades.

43 El Concilio Vaticano II ha comprometido a la Iglesia Católica en la promoción de la


libertad religiosa. La Declaración « Dignitatis humanae » precisa en el subtítulo que pretende
proclamar « el derecho de la persona y de las comunidades a la libertad social y civil en materia
religiosa ». Para que esta libertad, querida por Dios e inscrita en la naturaleza humana, pueda
ejercerse, no debe ser obstaculizada, dado que « la verdad no se impone de otra manera que por
la fuerza de la misma verdad ».114 La dignidad de la persona y la naturaleza misma de la búsqueda
de Dios, exigen para todos los hombres la inmunidad frente a cualquier coacción en el campo
religioso. 115 La sociedad y el Estado no deben constreñir a una persona a actuar contra su
conciencia, ni impedirle actuar conforme a ella.116 La libertad religiosa no supone una licencia moral
para adherir al error, ni un implícito derecho al error.117

44 La libertad de conciencia y de religión « corresponde al hombre individual y socialmente


considerado ».118 El derecho a la libertad religiosa debe ser reconocido en el ordenamiento jurídico

108
Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, 2: AAS 58 (1966) 930-931.
109
Juan Pablo II, Carta enc. Redemptor hominis, 17: AAS 71 (1979) 300.
110
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 24: AAS 58 (1966) 1045.
111
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 25: AAS 58 (1966) 1045.
112
Congregación para la Educación Católica, Orientaciones para el estudio y enseñanza de la doctrina social
de la Iglesia en la formación de los sacerdotes, 24, Tipografía Políglota Vaticana, Roma 1988, p. 28.
113
Cf. Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae: AAS 58 (1966) 929-946.
114
Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, 1: AAS 58 (1966) 929.
115
Cf. Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, 2: AAS 58 (1966) 930-931; Catecismo de la Iglesia
Católica, 2106.
116
Cf. Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, 3: AAS 58 (1966) 931-932.
117
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2108.
118
Catecismo de la Iglesia Católica, 2105.

19
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

y sancionado como derecho civil.119 Sin embargo, no es de por sí un derecho ilimitado. Los justos
límites al ejercicio de la libertad religiosa deben ser determinados para cada situación social
mediante la prudencia política, según las exigencias del bien común, y ratificados por la autoridad
civil mediante normas jurídicas conformes al orden moral objetivo. Son normas exigidas « por la
tutela eficaz, en favor de todos los ciudadanos, de estos derechos, y por la pacífica composición de
tales derechos; por la adecuada promoción de esa honesta paz pública, que es la ordenada
convivencia en la verdadera justicia; y por la debida custodia de la moralidad pública ».120

1.2.9. Derechos y deberes

45 Inseparablemente unido al tema de los derechos se encuentra el relativo a los deberes


del hombre, que halla en las intervenciones del Magisterio una acentuación adecuada.
Frecuentemente se recuerda la recíproca complementariedad entre derechos y deberes,
indisolublemente unidos, en primer lugar en la persona humana que es su sujeto titular.121 Este
vínculo presenta también una dimensión social: « En la sociedad humana, a un determinado
derecho natural de cada hombre corresponde en los demás el deber de reconocerlo y respetarlo
».122 El Magisterio subraya la contradicción existente en una afirmación de los derechos que no
prevea una correlativa responsabilidad: « Por tanto, quienes, al reivindicar sus derechos, olvidan
por completo sus deberes o no les dan la importancia debida, se asemejan a los que derriban con
una mano lo que con la otra construyen ».123

46 El campo de los derechos del hombre se ha extendido a los derechos de los pueblos y de
las Naciones,124 pues « lo que es verdad para el hombre lo es también para los pueblos ».125 El
Magisterio recuerda que el derecho internacional « se basa sobre el principio del igual respeto, por
parte de los Estados, del derecho a la autodeterminación de cada pueblo y de su libre cooperación
en vista del bien común superior de la humanidad ».126 La paz se funda no sólo en el respeto de los
derechos del hombre, sino también en el de los derechos de los pueblos, particularmente el
derecho a la independencia.127

47 La Iglesia, consciente de que su misión, esencialmente religiosa, incluye la defensa y la


promoción de los derechos fundamentales del hombre,128 « estima en mucho el dinamismo de la
época actual, que está promoviendo por todas partes tales derechos ». 129 La Iglesia advierte

119
Cf. Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, 2: AAS 58 (1966) 930-931; Catecismo de la Iglesia
Católica, 2108.
120
Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, 7: AAS 58 (1966) 935; cf. Catecismo de la Iglesia Católica,
2109.
121
Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 259-264; Concilio Vaticano II, Const. past.
Gaudium et spes, 26: AAS 58 (1966) 1046-1047.
122
Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 264.
123
Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 264.
124
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 33: AAS 80 (1988) 557-559; Id., Carta enc. Centesimus
annus, 21: AAS 83 (1991) 818-819.
125
Juan Pablo II, Carta con ocasión del 50º aniversario del comienzo de la Segunda Guerra mundial, 8: AAS
82 (1990) 56.
126
Juan Pablo II, Carta con ocasión del 50º aniversario del comienzo de la Segunda Guerra mundial, 8: AAS
82 (1990) 56.
127
Cf. Juan Pablo II, Discurso al Cuerpo Diplomático (9 de enero de 1988), 7-8: AAS 80 (1988) 1139.
128
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 54: AAS 83 (1991) 859-860.
129
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 41: AAS 58 (1966) 1060.

20
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

profundamente la exigencia de respetar en su interno mismo la justicia 130 y los derechos del
hombre.131

El compromiso pastoral se desarrolla en una doble dirección: de anuncio del fundamento


cristiano de los derechos del hombre y de denuncia de las violaciones de estos derechos.132 En todo
caso, « el anuncio es siempre más importante que la denuncia, y esta no puede prescindir de aquél,
que le brinda su verdadera consistencia y la fuerza de su motivación más alta ».133 Para ser más
eficaz, este esfuerzo debe abrirse a la colaboración ecuménica, al diálogo con las demás religiones,
a los contactos oportunos con los organismos, gubernativos y no gubernativos, a nivel nacional e
internacional. La Iglesia confía sobre todo en la ayuda del Señor y de su Espíritu que, derramado en
los corazones, es la garantía más segura para el respeto de la justicia y de los derechos humanos y,
por tanto, para contribuir a la paz: « promover la justicia y la paz, hacer penetrar la luz y el fermento
evangélico en todos los campos de la vida social; a ello se ha dedicado constantemente la Iglesia
siguiendo el mandato de su Señor ».134

1.2.10. Participación y democracia

48 La participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones


del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los
demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos,135 además de una
de las mejores garantías de permanencia de la democracia. El gobierno democrático, en efecto, se
define a partir de la atribución, por parte del pueblo, de poderes y funciones, que deben ejercitarse
en su nombre, por su cuenta y a su favor; es evidente, pues, que toda democracia debe ser
participativa.136 Lo cual comporta que los diversos sujetos de la comunidad civil, en cualquiera de
sus niveles, sean informados, escuchados e implicados en el ejercicio de las funciones que ésta
desarrolla.

49 La participación puede lograrse en todas las relaciones posibles entre el ciudadano y las
instituciones: para ello, se debe prestar particular atención a los contextos históricos y sociales en
los que la participación debería actuarse verdaderamente. La superación de los obstáculos
culturales, jurídicos y sociales que con frecuencia se interponen, como verdaderas barreras, a la
participación solidaria de los ciudadanos en los destinos de la propia comunidad, requiere una obra
informativa y educativa. 137 Una consideración cuidadosa merecen, en este sentido, todas las
posturas que llevan al ciudadano a formas de participación insuficientes o incorrectas, y al difundido
desinterés por todo lo que concierne a la esfera de la vida social y política: piénsese, por ejemplo,
en los intentos de los ciudadanos de « contratar » con las instituciones las condiciones más
ventajosas para sí mismos, casi como si éstas estuviesen al servicio de las necesidades egoístas; y

130
Cf. Juan Pablo II, Discurso al Tribunal de la Sacra Rota Romana (17 de febrero de 1979), 4: L'Osservatore
Romano, edición española, 1º de abril de 1979, p. 9.
131
Cf. CIC, cánones 208-223.
132
Cf. Pontificia Comisión « Iustitia et Pax », La Iglesia y los derechos del hombre, 70-90, Tipografía Políglota
Vaticana, Ciudad del Vaticano 1975, pp. 49-57.
133
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 41: AAS 80 (1988) 572.
134
Pablo VI, Motu propio Iustitiam et Pacem (10 de diciembre de 1976): AAS 68 (1976) 700.
135
Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 278.
136
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 46: AAS 83 (1991) 850-851.
137
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1917.

21
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

en la praxis de limitarse a la expresión de la opción electoral, llegando aun en muchos casos, a


abstenerse.138

50 Considerar a la persona humana como fundamento y fin de la comunidad política


significa trabajar, ante todo, por el reconocimiento y el respeto de su dignidad mediante la tutela y
la promoción de los derechos fundamentales e inalienables del hombre: « En la época actual se
considera que el bien común consiste principalmente en la defensa de los derechos y deberes de la
persona humana ». 139 En los derechos humanos están condensadas las principales exigencias
morales y jurídicas que deben presidir la construcción de la comunidad política. Estos constituyen
una norma objetiva que es el fundamento del derecho positivo y que no puede ser ignorada por la
comunidad política, porque la persona es, desde el punto de vista ontológico y como finalidad,
anterior a aquélla: el derecho positivo debe garantizar la satisfacción de las exigencias humanas
fundamentales.

51 La comunidad política tiende al bien común cuando actúa a favor de la creación de un


ambiente humano en el que se ofrezca a los ciudadanos la posibilidad del ejercicio real de los
derechos humanos y del cumplimiento pleno de los respectivos deberes: « De hecho, la experiencia
enseña que, cuando falta una acción apropiada de los poderes públicos en lo económico, lo político
o lo cultural, se produce entre los ciudadanos, sobre todo en nuestra época, un mayor número de
desigualdades en sectores cada vez más amplios, resultando así que los derechos y deberes de la
persona humana carecen de toda eficacia práctica ».140

La plena realización del bien común requiere que la comunidad política desarrolle, en el
ámbito de los derechos humanos, una doble y complementaria acción, de defensa y de promoción:
debe « evitar, por un lado, que la preferencia dada a los derechos de algunos particulares o de
determinados grupos venga a ser origen de una posición de privilegio en la Nación, y para soslayar,
por otro, el peligro de que, por defender los derechos de todos, incurran en la absurda posición de
impedir el pleno desarrollo de los derechos de cada uno ».141

138
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 30-31: AAS 58 (1966) 1049-1050; Juan Pablo II,
Carta enc. Centesimus annus, 47: AAS 83 (1991) 851-852.
139
Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 273; cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2237; Juan
Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2000, 6: AAS 92 (2000) 362; Id., Discurso a la
Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas (5 de octubre de 1995), 3, Tipografía Vaticana, p.
7.
140
Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 274.
141
Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 275.

22
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

1.3. EJE PASTORAL: PRODUCCIÓN SOSTENIBLE Y SUFICIENCIA


ALIMENTARIA
“Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des
pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; No sea que
llegue a ser rico, y te niegue; O que en la pobreza hurte, Y así
ponerte en vergüenza”. Proverbios 30:8-9

1.3.1. El hombre, pobreza y riqueza

52 En el Antiguo Testamento se encuentra una doble postura frente a los bienes económicos
y la riqueza. Por un lado, de aprecio a la disponibilidad de bienes materiales considerados necesarios
para la vida: en ocasiones, la abundancia —pero no la riqueza o el lujo— es vista como una
bendición de Dios. En la literatura sapiencial, la pobreza se describe como una consecuencia
negativa del ocio y de la falta de laboriosidad (cf. Pr 10,4), pero también como un hecho natural (cf.
Pr 22,2). Por otro lado, los bienes económicos y la riqueza no son condenados en sí mismos, sino por
su mal uso.

La actividad económica y el progreso material deben ponerse al servicio del hombre y de la


sociedad: dedicándose a ellos con la fe, la esperanza y la caridad de los discípulos de Cristo, la
economía y el progreso pueden transformarse en lugares de salvación y de santificación. También
en estos ámbitos es posible expresar un amor y una solidaridad más que humanos y contribuir al
crecimiento de una humanidad nueva, que prefigure el mundo de los últimos tiempos. 142 Jesús
sintetiza toda la Revelación pidiendo al creyente enriquecerse delante de Dios (cf. Lc 12,21): y la
economía es útil a este fin, cuando no traiciona su función de instrumento para el crecimiento
integral del hombre y de las sociedades, de la calidad humana de la vida.

1.3.2. Moral y Economía

53 La doctrina social de la Iglesia insiste en la connotación moral de la economía. Pío XI, en


un texto de la encíclica Quadragesimo anno, recuerda la relación entre la economía y la moral: «
Aun cuando la economía y la disciplina moral, cada cual en su ámbito, tienen principios propios, a
pesar de ello es erróneo que el orden económico y el moral estén tan distanciados y ajenos entre
sí, que bajo ningún aspecto dependa aquél de éste. Las leyes llamadas económicas, fundadas sobre
la naturaleza de las cosas y en la índole del cuerpo y del alma humanos, establecen, desde luego,
con toda certeza qué fines no y cuáles sí, y con qué medios, puede alcanzar la actividad humana
dentro del orden económico; pero la razón también, apoyándose igualmente en la naturaleza de
las cosas y del hombre, individual y socialmente considerado, demuestra claramente que a ese
orden económico en su totalidad le ha sido prescrito un fin por Dios Creador. Una y la misma es,
efectivamente, la ley moral que nos manda buscar, así como directamente en la totalidad de
nuestras acciones nuestro fin supremo y último, así también en cada uno de los órdenes

142
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 25-27: AAS 73 (1981) 638-647.

23
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

particulares esos fines que entendemos que la naturaleza o, mejor dicho, el autor de la naturaleza,
Dios, ha fijado a cada orden de cosas factibles, y someterlos subordinadamente a aquél ».143

54 La relación entre moral y economía es necesaria e intrínseca: actividad económica y


comportamiento moral se compenetran íntimamente. La necesaria distinción entre moral y
economía no comporta una separación entre los dos ámbitos, sino al contrario, una reciprocidad
importante. Así como en el ámbito moral se deben tener en cuenta las razones y las exigencias de
la economía, la actuación en el campo económico debe estar abierta a las instancias morales: «
También en la vida económico-social deben respetarse y promoverse la dignidad de la persona
humana, su entera vocación y el bien de toda la sociedad. Porque el hombre es el autor, el centro
y el fin de toda la vida económico-social ».144 Dar el justo y debido peso a las razones propias de la
economía no significa rechazar como irracional toda consideración de orden metaeconómico,
precisamente porque el fin de la economía no está en la economía misma, sino en su destinación
humana y social. 145 A la economía, en efecto, tanto en el ámbito científico, como en el nivel
práctico, no se le confía el fin de la realización del hombre y de la buena convivencia humana, sino
una tarea parcial: la producción, la distribución y el consumo de bienes materiales y de servicios.

55 La dimensión moral de la economía hace entender que la eficiencia económica y la


promoción de un desarrollo solidario de la humanidad son finalidades estrechamente vinculadas,
más que separadas o alternativas. La moral, constitutiva de la vida económica, no es ni contraria ni
neutral: cuando se inspira en la justicia y la solidaridad, constituye un factor de eficiencia social para
la misma economía. Es un deber desarrollar de manera eficiente la actividad de producción de los
bienes, de otro modo se desperdician recursos; pero no es aceptable un crecimiento económico
obtenido con menoscabo de los seres humanos, de grupos sociales y pueblos enteros, condenados
a la indigencia y a la exclusión. La expansión de la riqueza, visible en la disponibilidad de bienes y
servicios, y la exigencia moral de una justa difusión de estos últimos deben estimular al hombre y a
la sociedad en su conjunto a practicar la virtud esencial de la solidaridad, 146 para combatir con
espíritu de justicia y de caridad, dondequiera que existan, las « estructuras de pecado »147 que
generan y mantienen la pobreza, el subdesarrollo y la degradación. Estas estructuras están
edificadas y consolidadas por muchos actos concretos de egoísmo humano.

1.3.3. La globalización: oportunidades y riesgos

56 La globalización alimenta nuevas esperanzas, pero origina también grandes


interrogantes. 148 Puede producir efectos potencialmente beneficiosos para toda la humanidad:
entrelazándose con el impetuoso desarrollo de las telecomunicaciones, el crecimiento de las
relaciones económicas y financieras ha permitido simultáneamente una notable reducción en los
costos de las comunicaciones y de las nuevas tecnologías, y una aceleración en el proceso de
extensión a escala planetaria de los intercambios comerciales y de las transacciones financieras. En
otras palabras, ha sucedido que ambos fenómenos, globalización económico-financiera y progreso
tecnológico, se han reforzado mutuamente, haciendo extremamente rápida toda la dinámica de la
actual fase económica.

Analizando el contexto actual, además de identificar las oportunidades que se abren en la


era de la economía global, se descubren también los riesgos ligados a las nuevas dimensiones de las

143
Pío XI, Carta enc. Quadragesimo anno: AAS 23 (1931) 190-191.
144
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 63: AAS 58 (1966) 1084.
145
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2426.
146
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 40: AAS 80 (1988) 568-569.
147
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 36: AAS 80 (1988) 561.
148
Cf. Juan Pablo II, Exh. ap. Ecclesia in America, 20: AAS 91 (1999) 756.

24
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

relaciones comerciales y financieras. No faltan, en efecto, indicios reveladores de una tendencia al


aumento de las desigualdades, ya sea entre países avanzados y países en vías de desarrollo, ya sea
al interno de los países industrializados. La creciente riqueza económica, hecha posible por los
procesos descritos, va acompañada de un crecimiento de la pobreza relativa.

57 Con la afirmación de que el nombre del desarrollo se llama Cristo, el Papa reconduce
todo al corazón de la cuestión: la urgencia de una nueva evangelización, de un nuevo compromiso
con Cristo; por que si Cristo no se transforma en el criterio del vivir, no existe un anuncio posible y
adecuado. El hombre necesita de Cristo y por eso de pastores, de hombres enamorados de Jesús,
capaces de ofrecer su presencia como única respuesta a la pobreza que todos vivimos. Pobreza –
afirma el Papa- que coincide, antes que nada, no con el hambre, la falta de vestido o educación, el
acceso a la salud pública, etc… sino con la falta de un sentido en la vida, en la pérdida del rumbo
que conduce al objetivo último de la vida. Benedicto XVI nos recuerda que en el origen de esta
pobreza está la soledad que vive el hombre, debida al “rechazo del amor de Dios”.

Hay que ser cautos con la ayuda, sin la soberbia de por medio podemos advertir situaciones
en el que el fin eminentemente económico puede agredir la dignidad de las personas y de la
naturaleza.

58 La gran bendición de Dios no es la riqueza económica, si no espiritual. El Papa Benedicto


XVI en su encíclica “Caritas in veritate”, nos advierte una “visión de la existencia que antepone a
todo la productividad y la utilidad”149, e interpela al hombre ante “la sorprendente experiencia del
don”, “el ser humano está hecho para el don”150. Explica el Papa cómo “el desarrollo, si quiere ser
auténticamente humano, necesita… dar espacio al principio de gratuidad” 151 señalando la
necesidad de personas abiertas al don recíproco.

59 Benedicto XVI, también nos propone a este respecto alguna idea novedosa, cuando
analiza la situación económica actual y su relación con la pobreza: “No se trata solo de remediar el
mal funcionamiento con las ayudas. No se debe considerar a los pobres como un “fardo”152, sino
como una riqueza incluso desde el punto de vista estrictamente económico. No obstante, se ha de
considerar equivocada la visión de quienes piensan que la economía de mercado tiene necesidad
estructural de una cuota de pobreza y de subdesarrollo para funcionar mejor. Al mercado le
interesa promover la emancipación, pero no puede lograrlo por si mismo, por que no puede
producir lo que está fuera de su alcance. Ha de sacra fuerzas morales de otras instancias que sean
capaces de generarlas”153

60 Y el documento de nuestros obispos en Aparecida lo culmina de manera excelente:


“…nuestra opción por los pobres corre el riesgo de quedarse en un plano teórico o meramente
emotivo, sin verdadera incidencia en nuestros comportamientos y en nuestras decisiones. Es
necesaria una actitud permanente que se manifieste en opciones y gestos concretos154, y evite toda
actitud paternalista. Se nos pide dedicar tiempo a los pobres, prestarles una amable atención,
escucharlos con interés, acompañarlos en los momentos más difíciles, eligiéndolos para compartir
horas, semanas o años de nuestra vida, y buscando, desde ellos, la transformación de su situación.
No podemos olvidar que el mismo Jesús lo propuso con su modo de actuar y con sus palabras:
“Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos” (Lc 14, 13).

149
Benedicto XVI, Caritas in Veritate, 34.
150
Benedicto XVI, Caritas in Veritate, 34.
151
Ibid.34.
152
Benedicto XVI, Caritas in Veritate, 49.
153
Benedicto XVI, Caritas in Veritate, 49.
154
Benedicto XVI, DCE. 28. 31.

25
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Sólo le cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profundamente los valores de los
hombres de hoy, sus legítimos anhelos y su modo propio de vivir la fe. La opción por los pobres
debe conducirnos a la amistad con los pobres.155

1.3.4. Reconocimiento de algunas consecuencias del desarrollo

61 Los eventos de naturaleza económica que se produjeron en el siglo XIX tuvieron


consecuencias sociales, políticas y culturales devastadoras. Los acontecimientos vinculados a la
revolución industrial trastornaron estructuras sociales seculares, ocasionando graves problemas de
justicia y dando lugar a la primera gran cuestión social, la cuestión obrera, causada por el conflicto
entre capital y trabajo. No podemos dejar de mencionar los graves daños a la naturaleza y al
ambiente del siglo pasado y que aún continúan, ocasionadas fundamentalmente por una idea del
desarrollo que deja del lado el valor del ambiente como hábitat de la humanidad, y enfoca la
naturaleza como un potencial de recursos explotables con un sentido eminentemente económico.

62 Si bien en el proceso de desarrollo económico y social adquieren notable relieve formas


de propiedad desconocidas en el pasado, no se pueden olvidar, sin embargo, las tradicionales. La
propiedad individual no es la única forma legítima de posesión. Reviste particular importancia
también la antigua forma de propiedad comunitaria que, presente también en los países
económicamente avanzados, caracteriza de modo peculiar la estructura social de numerosos
pueblos indígenas. Es una forma de propiedad que incide muy profundamente en la vida
económica, cultural y política de aquellos pueblos, hasta el punto de constituir un elemento
fundamental para su supervivencia y bienestar. La defensa y la valoración de la propiedad
comunitaria no deben excluir, sin embargo, la conciencia de que también este tipo de propiedad
está destinado a evolucionar. Si se actuase sólo para garantizar su conservación, se correría el riesgo
de anclarla al pasado y, de este modo, ponerla en peligro.156

Sigue siendo vital, especialmente en los países en vías de desarrollo o que han salido de
sistemas colectivistas o de colonización, la justa distribución de la tierra. En las zonas rurales, la
posibilidad de acceder a la tierra mediante las oportunidades ofrecidas por los mercados de trabajo
y de crédito, es condición necesaria para el acceso a los demás bienes y servicios; además de
constituir un camino eficaz para la salvaguardia del ambiente, esta posibilidad representa un
sistema de seguridad social realizable también en los países que tienen una estructura
administrativa débil.157

155
DA. 397-398.
156
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 69: AAS 58 (1966) 1090-1092.
157
Cf. Pontificio Consejo « Justicia y Paz », Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma
agraria (23 de noviembre de 1997), 27-31: Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1997, pp. 25-28.

26
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

1.4. EJE PASTORAL: NATURALEZA, AMBIENTE Y CAMBIO CLIMÁTICO


“…Sólo en el diálogo con Dios la criatura humana
encuentra la propia verdad, en la que halla inspiración y normas
para proyectar el futuro del mundo, un jardín que Dios le ha dado
para que sea cultivado y custodiado”. (cf. Gn 2,15).

63 El Antiguo Testamento presenta a Dios como Creador omnipotente (cf. Gn 2,2; Jb 38-41;
Sal 104; Sal 147), que plasma al hombre a su imagen y lo invita a trabajar la tierra (cf. Gn 2,5-6), y
a custodiar el jardín del Edén en donde lo ha puesto (cf. Gn 2,15). Dios confía a la primera pareja
humana la tarea de someter la tierra y de dominar todo ser viviente (cf. Gn 1,28). El dominio del
hombre sobre los demás seres vivos, sin embargo, no debe ser despótico e irracional; al contrario,
él debe « cultivar y custodiar » (cf. Gn 2,15) los bienes creados por Dios: bienes que el hombre no
ha creado sino que ha recibido como un don precioso, confiado a su responsabilidad por el Creador.
Cultivar la tierra significa no abandonarla a sí misma; dominarla es tener cuidado de ella, así como
un rey sabio cuida de su pueblo y un pastor de su grey.

1.4.1. El mundo agrícola y el trabajo

64 El trabajo agrícola merece una especial atención, debido a la función social, cultural y
económica que desempeña en los sistemas económicos de muchos países, a los numerosos
problemas que debe afrontar en el contexto de una economía cada vez más globalizada, y a su
importancia creciente en la salvaguardia del ambiente natural: « Por consiguiente, en muchas
situaciones son necesarios cambios radicales y urgentes para volver a dar a la agricultura —y a los
hombres del campo— el justo valor como base de una sana economía, en el conjunto del desarrollo
de la comunidad social ».158

Los cambios profundos y radicales que se presentan actualmente en el ámbito social y


cultural, y que afectan también a la agricultura y, más en general, a todo el mundo rural, precisan
con urgencia una profunda reflexión sobre el significado del trabajo agrícola y sus múltiples
dimensiones. Se trata de un desafío de gran importancia, que debe afrontarse con políticas
agrícolas y ambientales capaces de superar una cierta concepción residual y asistencial, y de
elaborar nuevos procedimientos para lograr una agricultura moderna, que esté en condiciones de
desempeñar un papel significativo en la vida social y económica.

1.4.2. En Salvaguardia del Medio Ambiente

65 La relación del hombre con el mundo es un elemento constitutivo de la identidad humana.


Se trata de una relación que nace como fruto de la unión, todavía más profunda, del hombre con
Dios. El Señor ha querido a la persona humana como su interlocutor: sólo en el diálogo con Dios la

158
Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 21: AAS 73 (1981) 634.

27
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

criatura humana encuentra la propia verdad, en la que halla inspiración y normas para proyectar el
futuro del mundo, un jardín que Dios le ha dado para que sea cultivado y custodiado (cf. Gn 2,15).

En su ministerio público, Jesús valora los elementos naturales. De la naturaleza, Él es, no sólo su
intérprete sabio en las imágenes y en las parábolas que ama ofrecer, sino también su dominador
(cf. el episodio de la tempestad calmada en Mt 14,22-33; Mc 6,45-52; Lc 8,22-25; Jn 6,16-21): el
Señor pone la naturaleza al servicio de su designio redentor. A sus discípulos les pide mirar las cosas,
las estaciones y los hombres con la confianza de los hijos que saben no serán abandonados por el
Padre providente (cf. Lc 11,11-13). En cambio de hacerse esclavo de las cosas, el discípulo de Cristo
debe saber servirse de ellas para compartir y crear fraternidad (cf. Lc 16,9-13).

66 El ingreso de Jesucristo en la historia del mundo tiene su culmen en la Pascua, donde la


naturaleza misma participa del drama del Hijo de Dios rechazado y de la victoria de la Resurrección
(cf. Mt 27,45.51; 28,2). Atravesando la muerte e injertando en ella la resplandeciente novedad de
la Resurrección, Jesús inaugura un mundo nuevo en el que todo está sometido a Él (cf. 1 Co 15,20-
28) y restablece las relaciones de orden y armonía que el pecado había destruido. La conciencia de
los desequilibrios entre el hombre y la naturaleza debe ir acompañada de la convicción que en Jesús
se ha realizado la reconciliación del hombre y del mundo con Dios, de tal forma que el ser humano,
consciente del amor divino, puede reencontrar la paz perdida: « Por tanto, el que está en Cristo, es
una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo » (2 Co 5,17). La naturaleza, que en el Verbo había
sido creada, por medio del mismo Verbo hecho carne, ha sido reconciliada con Dios y pacificada (cf.
Col 1,15-20).

67 No sólo la interioridad del hombre ha sido sanada, también su corporeidad ha sido


elevada por la fuerza redentora de Cristo; toda la creación toma parte en la renovación que brota
de la Pascua del Señor, aun gimiendo con dolores de parto (cf. Rm 8,19-23), en espera de dar a luz
« un nuevo cielo y una tierra nueva » (Ap 21,1) que son el don del fin de los tiempos, de la salvación
cumplida. Mientras tanto, nada es extraño a esta salvación: en cualquier condición de vida, el
cristiano está llamado a servir a Cristo, a vivir según su Espíritu, dejándose guiar por el amor,
principio de una vida nueva, que reporta el mundo y el hombre al proyecto de sus orígenes: « El
mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro; y vosotros, de Cristo y Cristo, de
Dios » (1 Co 3,22-23).

68 La visión bíblica inspira las actitudes de los cristianos con respecto al uso de la tierra, y
al desarrollo de la ciencia y de la técnica. El Concilio Vaticano II declara que « tiene razón el hombre,
participante de la luz de la inteligencia divina, cuando afirma que por virtud de su inteligencia es
superior al universo material ».159 Los Padres Conciliares reconocen los progresos realizados gracias
a la aplicación incesante del ingenio humano a lo largo de los siglos, en las ciencias empíricas, en la
técnica y en las disciplinas liberales.160 El hombre « en nuestros días, gracias a la ciencia y la técnica,
ha logrado dilatar y sigue dilatando el campo de su dominio sobre casi toda la naturaleza ».161

69 Las consideraciones del Magisterio sobre la ciencia y la tecnología en general, se


extienden también en sus aplicaciones al medio ambiente y a la agricultura. La Iglesia aprecia « las
ventajas que resultan —y que aún pueden resultar— del estudio y de las aplicaciones de la biología
molecular, completada con otras disciplinas, como la genética, y su aplicación tecnológica en la
agricultura y en la industria ». 162 En efecto, « la técnica podría constituirse, si se aplicara

159
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 15: AAS 58 (1966) 1036.
160
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 15: AAS 58 (1966) 1036.
161
Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 33: AAS 58 (1966) 1052.
162
Juan Pablo II, Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias (3 de octubre de 1981), 3: AAS 73 (1981)
670.

28
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

rectamente, en un valioso instrumento para resolver graves problemas, comenzando por el del
hambre y la enfermedad, mediante la producción de variedades de plantas más avanzadas y
resistentes y de muy útiles medicamentos ».163 Es importante, sin embargo, reafirmar el concepto
de « recta aplicación », porque « sabemos que este potencial no es neutral: puede ser usado tanto
para el progreso del hombre como para su degradación ». 164 Por esta razón, « es necesario
mantener un actitud de prudencia y analizar con ojo atento la naturaleza, la finalidad y los modos
de las diversas formas de tecnología aplicada ». 165 Los científicos, pues, deben « utilizar
verdaderamente su investigación y su capacidad técnica para el servicio de la humanidad », 166
sabiendo subordinarlas « a los principios morales que respetan y realizan en su plenitud la dignidad
del hombre ».167

1.4.3. El uso de las biotecnologías

70 En los últimos años se ha impuesto con fuerza la cuestión del uso de las nuevas
biotecnologías con finalidades ligadas a la agricultura, la zootecnia, la medicina y la protección del
medio ambiente. Las nuevas posibilidades que ofrecen las actuales técnicas biológicas y
biogenéticas suscitan, por una parte, esperanzas y entusiasmos y, por otra, alarma y hostilidad. Las
aplicaciones de las biotecnologías, su licitud desde el punto de vista moral, sus consecuencias para
la salud del hombre, su impacto sobre el medio ambiente y la economía, son objeto de profundo
estudio y de animado debate. Se trata de cuestiones controvertidas que afectan a científicos e
investigadores, políticos y legisladores, economistas y ambientalistas, productores y consumidores.
Los cristianos no son indiferentes a estos problemas, conscientes de la importancia de los valores
que están en juego.168

71 La visión cristiana de la creación conlleva un juicio positivo sobre la licitud de las


intervenciones del hombre en la naturaleza, sin excluir los demás seres vivos, y, al mismo tiempo,
comporta una enérgica llamada al sentido de la responsabilidad.169 La naturaleza, en efecto, no es
una realidad sagrada o divina, vedada a la acción humana. Es, más bien, un don entregado por el
Creador a la comunidad humana, confiado a la inteligencia y a la responsabilidad moral del hombre.
Por ello, el hombre no comete un acto ilícito cuando, respetando el orden, la belleza y la utilidad
de cada ser vivo y de su función en el ecosistema, interviene modificando algunas de las
características y propiedades de estos. Si bien, las intervenciones del hombre que dañan los seres
vivos o el medio ambiente son deplorables, son en cambio encomiables las que se traducen en una
mejora de aquéllos. La licitud del uso de las técnicas biológicas y biogenéticas no agota toda la
problemática ética: como en cualquier comportamiento humano, es necesario valorar
cuidadosamente su utilidad real y sus posibles consecuencias, también en términos de riesgo. En el
ámbito de las intervenciones técnico-científicas que poseen una amplia y profunda repercusión

163
Juan Pablo II, Discurso a los participantes en el Congreso promovido por la « Accademia Nazionale delle
Scienze » en el bicentenario de su fundación (21 de septiembre de 1982), 4: L'Osservatore Romano, edición
española, 17 de octubre de 1982, p. 13.
164
Juan Pablo II, Discurso pronunciado durante el encuentro con científicos y representantes de la
Universidad de las Naciones Unidas, Hiroshima (25 de febrero de 1981), 3: AAS 73 (1981) 422.
165
Juan Pablo II, Discurso a los obreros en las oficinas Olivetti de Ivrea, Italia
(19 de marzo de 1990), 4: L'Osservatore Romano, edición española, 8 de abril de 1990, p. 9.
166
Juan Pablo II, Homilía durante la Misa en el Victorian Racing Club, Melbourne (28 de noviembre de
1986), 11: L'Osservatore Romano, edición española, 14 de diciembre de 1986, p. 14.
167
Juan Pablo II, Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias (23 de octubre de 1982), 6: L'Osservatore
Romano, edición española, 12 de diciembre de 1982, p. 7.
168
Cf. Pontificia Academia para la Vida, Biotecnologías animales y vegetales. Nuevas fronteras y nuevas
responsabilidades, Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1999.
169
Cf. Juan Pablo II, Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias (23 de octubre de 1982), 6:
L'Osservatore Romano, edición española, 12 de diciembre de 1982, p. 7 14618.

29
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

sobre los organismos vivos, con la posibilidad de consecuencias notables a largo plazo, no es lícito
actuar con irresponsabilidad ni a la ligera.

72 Las modernas biotecnologías tienen un fuerte impacto social, económico y político, en el


plano local, nacional e internacional: se han de valorar según los criterios éticos que deben orientar
siempre las actividades y las relaciones humanas en el ámbito socioeconómico y político. 170 Es
necesario tener presentes, sobre todo, los criterios de justicia y solidaridad, a los que deben
sujetarse, en primer lugar, los individuos y grupos que trabajan en la investigación y la
comercialización en el campo de las biotecnologías. En cualquier caso, no se debe caer en el error
de creer que la sola difusión de los beneficios vinculados a las nuevas biotecnologías pueda resolver
todos los apremiantes problemas de pobreza y subdesarrollo que subyugan aún a tantos países del
mundo.

73 Los políticos, los legisladores y los administradores públicos tienen la responsabilidad de


valorar las potencialidades, las ventajas y los eventuales riesgos vinculados al uso de las
biotecnologías. Es inaceptable que sus decisiones, a nivel nacional o internacional, estén dictadas
por presiones procedentes de intereses particulares. Las autoridades públicas deben favorecer
también una correcta información de la opinión pública y saber tomar las decisiones más
convenientes para el bien común.

74 Los responsables de la información tienen también una tarea importante en este ámbito,
que han de ejercer con prudencia y objetividad. La sociedad espera de ellos una información
completa y objetiva, que ayude a los ciudadanos a formarse una opinión correcta sobre los
productos biotecnológicos, porque se trata de algo que les concierne en primera persona, en
cuanto posibles consumidores. Se debe evitar, por tanto, caer en la tentación de una información
superficial, alimentada por fáciles entusiasmos o por alarmismos injustificados.

1.4.4. Respeto a las demás criaturas vivientes

75 Punto central de referencia para toda aplicación científica y técnica es el respeto del
hombre, que debe ir acompañado por una necesaria actitud de respeto hacia las demás criaturas
vivientes. Incluso cuando se plantea una alteración de éstas, « conviene tener en cuenta la
naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado ». 171 En este sentido, las
formidables posibilidades de la investigación biológica suscitan profunda inquietud, ya que « no se
ha llegado aún a calcular las alteraciones provocadas en la naturaleza por una indiscriminada
manipulación genética y por el desarrollo irreflexivo de nuevas especies de plantas y formas de vida
animal, por no hablar de inaceptables intervenciones sobre los orígenes de la misma vida humana
». 172 De hecho, « se ha constatado que la aplicación de algunos descubrimientos en el campo
industrial y agrícola produce, a largo plazo, efectos negativos. Todo esto ha demostrado
crudamente cómo toda intervención en una área del ecosistema debe considerar sus consecuencias
en otras áreas y, en general, en el bienestar de las generaciones futuras ».173

76 El hombre, pues, no debe olvidar que « su capacidad de transformar y, en cierto sentido,


de “crear” el mundo con el propio trabajo... se desarrolla siempre sobre la base de la primera y
originaria donación de las cosas por parte de Dios ».174 No debe « disponer arbitrariamente de la

170
Cf. Juan Pablo II, Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias (3 de octubre de 1981): AAS 73 (1981)
668-672.
171
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 34: AAS 80 (1988) 559.
172
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 7: AAS 82 (1990) 151.
173
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 6: AAS 82 (1990) 150.
174
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 37: AAS 83 (1991) 840.

30
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

tierra, sometiéndola sin reservas a su voluntad, como si ella no tuviese una fisonomía propia y un
destino anterior dados por Dios, y que el hombre puede desarrollar ciertamente, pero que no debe
traicionar ».175 Cuando se comporta de este modo, « en vez de desempeñar su papel de colaborador
de Dios en la obra de la creación, el hombre suplanta a Dios y con ello provoca la rebelión de la
naturaleza, más bien tiranizada que gobernada por él ».176

Si el hombre interviene sobre la naturaleza sin abusar de ella ni dañarla, se puede decir que
« interviene no para modificar la naturaleza, sino para ayudarla a desarrollarse en su línea, la de la
creación, la querida por Dios. Trabajando en este campo, sin duda delicado, el investigador se
adhiere al designio de Dios. Dios ha querido que el hombre sea el rey de la creación ».177 En el fondo,
es Dios mismo quien ofrece al hombre el honor de cooperar con todas las fuerzas de su inteligencia
en la obra de la creación.

1.4.5. La crisis en la relación entre el Hombre y el Medio Ambiente

77 El mensaje bíblico y el Magisterio de la Iglesia constituyen los puntos de referencia


esenciales para valorar los problemas que se plantean en las relaciones entre el hombre y el medio
ambiente.178 En el origen de estos problemas se puede percibir la pretensión de ejercer un dominio
absoluto sobre las cosas por parte del hombre, un hombre indiferente a las consideraciones de
orden moral que deben caracterizar toda actividad humana.

La tendencia a la explotación « inconsiderada » 179 de los recursos de la creación es el


resultado de un largo proceso histórico y cultural: « La época moderna ha experimentado la
creciente capacidad de intervención transformadora del hombre. El aspecto de conquista y de
explotación de los recursos ha llegado a predominar y a extenderse, y amenaza hoy la misma
capacidad de acogida del medio ambiente: el ambiente como “recurso” pone en peligro el ambiente
como “casa”. A causa de los poderosos medios de transformación que brinda la civilización
tecnológica, a veces parece que el equilibrio hombre—ambiente ha alcanzado un punto crítico ».180

78 La naturaleza aparece como un instrumento en las manos del hombre, una realidad que
él debe manipular constantemente, especialmente mediante la tecnología. A partir del
presupuesto, que se ha revelado errado, de que existe una cantidad ilimitada de energía y de
recursos utilizables, que su regeneración inmediata es posible y que los efectos negativos de las
manipulaciones de la naturaleza pueden ser fácilmente absorbidos, se ha difundido y prevalece una
concepción reductiva que entiende el mundo natural en clave mecanicista y el desarrollo en clave
consumista. El primado atribuido al hacer y al tener más que al ser, es causa de graves formas de
alienación humana.181

Una actitud semejante no deriva de la investigación científica y tecnológica, sino de una


ideología cientificista y tecnócrata que tiende a condicionarla. La ciencia y la técnica, con su
progreso, no eliminan la necesidad de trascendencia y no son de por sí causa de la secularización
exasperada que conduce al nihilismo; mientras avanzan en su camino, plantean cuestiones acerca

175
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 37: AAS 83 (1991) 840.
176
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 37: AAS 83 (1991) 840.
177
Juan Pablo II, Discurso a la 35ª Asamblea General de la Asociación Médica Mundial (29 de octubre de
1983), 6: AAS 76 (1984) 394.
178
Cf. Pablo VI, Carta ap. Octogesima adveniens, 21: AAS 63 (1971) 416-417.
179
Pablo VI, Carta ap. Octogesima adveniens, 21: AAS 63 (1971) 417.
180
Juan Pablo II, Discurso a los participantes en un Congreso Internacional sobre « Ambiente y salud » (24
de marzo de 1997), 2: L'Osservatore Romano, edición española, 11 de abril de 1997, p. 7.
181
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 28: AAS 80 (1988) 548-550.

31
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

de su sentido y hacen crecer la necesidad de respetar la dimensión trascendente de la persona


humana y de la misma creación.

79 Una correcta concepción del medio ambiente, si por una parte no puede reducir
utilitariamente la naturaleza a un mero objeto de manipulación y explotación, por otra parte,
tampoco debe absolutizarla y colocarla, en dignidad, por encima de la misma persona humana. En
este último caso, se llega a divinizar la naturaleza o la tierra, como puede fácilmente verse en
algunos movimientos ecologistas que piden se otorgue un reconocimiento institucional
internacionalmente garantizado a sus ideas.182

El Magisterio ha motivado su contrariedad a una noción del medio ambiente inspirada en


el ecocentrismo y el biocentrismo, porque ésta « se propone eliminar la diferencia ontológica y
axiológica entre el hombre y los demás seres vivos, considerando la biosfera como una unidad
biótica de valor indiferenciado. Así se elimina la responsabilidad superior del hombre en favor de
una consideración igualitaria de la “dignidad” de todos los seres vivos ».183

80 Una visión del hombre y de las cosas desligada de toda referencia a la trascendencia ha
llevado a rechazar el concepto de creación y a atribuir al hombre y a la naturaleza una existencia
completamente autónoma. El vínculo que une el mundo con Dios ha sido así roto: esta ruptura ha
acabado desvinculando también al hombre de la tierra y, más radicalmente, ha empobrecido su
misma identidad. El ser humano ha llegado a considerarse extraño al contexto ambiental en el que
vive. La consecuencia que deriva de todo ello es muy clara: « La relación que el hombre tiene con
Dios determina la relación del hombre con sus semejantes y con su ambiente. Por eso la cultura
cristiana ha reconocido siempre en las criaturas que rodean al hombre otros tantos dones de Dios
que se han de cultivar y custodiar con sentido de gratitud hacia el Creador. En particular, la
espiritualidad benedictina y la franciscana han testimoniado esta especie de parentesco del hombre
con el medio ambiente, alimentando en él una actitud de respeto a toda realidad del mundo que
lo rodea ». 184 Debe darse un mayor relieve a la profunda conexión que existe entre ecología
ambiental y « ecología humana ».185

81 El Magisterio subraya la responsabilidad humana de preservar un ambiente íntegro y


sano para todos:186 « La humanidad de hoy, si logra conjugar las nuevas capacidades científicas con
una fuerte dimensión ética, ciertamente será capaz de promover el ambiente como casa y como
recurso, en favor del hombre y de todos los hombres; de eliminar los factores de contaminación; y
de asegurar condiciones de adecuada higiene y salud tanto para pequeños grupos como para
grandes asentamientos humanos. La tecnología que contamina, también puede descontaminar; la
producción que acumula, también puede distribuir equitativamente, a condición de que prevalezca
la ética del respeto a la vida, a la dignidad del hombre y a los derechos de las generaciones humanas
presentes y futuras ».187

182
Cf., por ejemplo, Consejo Pontificio de la Cultura - Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso,
Jesucristo, Portador del agua de la vida. Una reflexión cristiana sobre la ‘‘Nueva Era'', Librería Editrice
Vaticana, Ciudad del Vaticano 2003, p. 35.
183
Juan Pablo II, Discurso a los participantes en un Congreso Internacional sobre « Ambiente y salud » (24
de marzo de 1997), 5: L'Osservatore Romano, edición española, 11 de abril de 1997, p. 7.
184
Juan Pablo II, Discurso a los participantes en un Congreso Internacional sobre « Ambiente y salud » (24
de marzo de 1997), 4: L'Osservatore Romano, edición española, 11 de abril de 1997, p. 7.
185
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 38: AAS 83 (1991) 841.
186
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 34: AAS 80 (1988) 559-560.
187
Juan Pablo II, Discurso a los participantes en un Congreso Internacional sobre « Ambiente y salud » (24
de marzo de 1997), 5: L'Osservatore Romano, edición española, 11 de abril de 1997, p. 7.

32
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

1.4.6. El Ambiente, una responsabilidad común, un bien colectivo

82 La tutela del medio ambiente constituye un desafío para la entera humanidad: se trata
del deber, común y universal, de respetar un bien colectivo,188 destinado a todos, impidiendo que
se puedan « utilizar impunemente las diversas categorías de seres, vivos o inanimados —animales,
plantas, elementos naturales—, como mejor apetezca, según las propias exigencias ».189 Es una
responsabilidad que debe crecer, teniendo en cuenta la globalidad de la actual crisis ecológica y la
consiguiente necesidad de afrontarla globalmente, ya que todos los seres dependen unos de otros
en el orden universal establecido por el Creador: « Conviene tener en cuenta la naturaleza de cada
ser y su mutua conexión en un sistema ordenado, que es precisamente el cosmos ».190

Esta perspectiva adquiere una importancia particular cuando se considera, en el contexto


de los estrechos vínculos que unen entre sí a los diversos ecosistemas, el valor ambiental de la
biodiversidad, que se ha de tratar con sentido de responsabilidad y proteger adecuadamente,
porque constituye una riqueza extraordinaria para toda la humanidad. Al respecto, cada uno puede
advertir con facilidad, por ejemplo, la importancia de la región de amazónica, « uno de los espacios
naturales más apreciados en el mundo por su diversidad biológica, siendo vital para el equilibrio
ambiental de todo el planeta ».191 Los bosques contribuyen a mantener los esenciales equilibrios
naturales, indispensables para la vida.192 Su destrucción, incluida la causada por los irrazonables
incendios dolosos, acelera los procesos de desertificación con peligrosas consecuencias para las
reservas de agua y pone en peligro la vida de muchos pueblos indígenas y el bienestar de las futuras
generaciones. Todos, personas y sujetos institucionales, deben sentirse comprometidos en la
protección del patrimonio forestal y, donde sea necesario, promover programas adecuados de
reforestación.

83 La responsabilidad de salvaguardar el medio ambiente, patrimonio común del género


humano, se extiende no sólo a las exigencias del presente, sino también a las del futuro: « Herederos
de generaciones pasadas y beneficiándonos del trabajo de nuestros contemporáneos, estamos
obligados para con todos y no podemos desinteresarnos de los que vendrán a aumentar todavía
más el círculo de la familia humana. La solidaridad universal, que es un hecho y un beneficio para
todos, es también un deber ».193 Se trata de una responsabilidad que las generaciones presentes
tienen respecto a las futuras,194 una responsabilidad que incumbe también a cada Estado y a la
Comunidad Internacional.

84 La responsabilidad respecto al medio ambiente debe encontrar una traducción adecuada


en ámbito jurídico. Es importante que la Comunidad Internacional elabore reglas uniformes, de
manera que esta reglamentación permita a los Estados controlar más eficazmente las diversas
actividades que determinan efectos negativos sobre el ambiente y preservar los ecosistemas,
previniendo posibles incidentes: « Corresponde a cada Estado, en el ámbito del propio territorio, la

188
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 40: AAS 83 (1991) 843.
189
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 34: AAS 80 (1988) 559.
190
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 34: AAS 80 (1988) 559.
191
Juan Pablo II, Exh. ap. Ecclesia in America, 25: AAS 91 (1999) 760.
192
Cf. Juan Pablo II, Homilía en la fiesta de San Juan Gualberto, Val Visdende, Italia (12 de julio de 1987):
L'Osservatore Romano, edición española, 19 de julio de 1987, p. 12.
193
Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 17: AAS 59 (1967) 266.
194
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 37: AAS 83 (1991) 840.

33
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

función de prevenir el deterioro de la atmósfera y de la biosfera, controlando atentamente, entre


otras cosas, los efectos de los nuevos descubrimientos tecnológicos o científicos, y ofreciendo a los
propios ciudadanos la garantía de no verse expuestos a agentes contaminantes o a residuos tóxicos
».195

El contenido jurídico del « derecho a un ambiente natural seguro y saludable »196 será el
fruto de una gradual elaboración, solicitada por la opinión pública, preocupada por disciplinar el
uso de los bienes de la creación según las exigencias del bien común y con una voluntad común de
instituir sanciones para quienes contaminan. Las normas jurídicas, sin embargo, no bastan por sí
solas;197 junto a ellas deben madurar un firme sentido de responsabilidad y un cambio efectivo en
la mentalidad y en los estilos de vida.

85 Las autoridades llamadas a tomar decisiones para hacer frente a los riesgos contra la
salud y el medio ambiente, a menudo se encuentran ante situaciones en las que los datos científicos
disponibles son contradictorios o cuantitativamente escasos: puede ser oportuno entonces hacer
una valoración según el « principio de precaución », que no comporta la aplicación de una regla,
sino una orientación para gestionar situaciones de incertidumbre. Este principio evidencia la
necesidad de tomar una decisión provisional, que podrá ser modificada en base a nuevos
conocimientos que eventualmente se logren. La decisión debe ser proporcionada a las medidas ya
en acto para otros riesgos. Las políticas preventivas, basadas sobre el principio de precaución,
exigen que las decisiones se basen en una comparación entre los riesgos y los beneficios hipotéticos
que comporta cada decisión alternativa posible, incluida la decisión de no intervenir. A este
planteamiento precaucional está vinculada la exigencia de promover seriamente la adquisición de
conocimientos más profundos, aun sabiendo que la ciencia puede no llegar rápidamente a la
conclusión de una ausencia de riesgos. Las circunstancias de incertidumbre y provisionalidad hacen
especialmente importante la transparencia en el proceso de toma de decisiones.

86 La programación del desarrollo económico debe considerar atentamente « la necesidad


de respetar la integridad y los ritmos de la naturaleza », 198 porque los recursos naturales son
limitados y algunos no son renovables. El actual ritmo de explotación amenaza seriamente la
disponibilidad de algunos recursos naturales para el presente y el futuro. 199 La solución del
problema ecológico exige que la actividad económica respete mejor el medio ambiente, conciliando
las exigencias del desarrollo económico con las de la protección ambiental. Cualquier actividad
económica que se sirva de los recursos naturales debe preocuparse también de la salvaguardia del
medio ambiente y prever sus costos, que se han de considerar como « un elemento esencial del
coste actual de la actividad económica ».200 En este contexto se deben considerar las relaciones
entre la actividad humana y los cambios climáticos que, debido a su extrema complejidad, deben
ser oportuna y constantemente vigilados a nivel científico, político y jurídico, nacional e
internacional. El clima es un bien que debe ser protegido y requiere que los consumidores y los

195
Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 9: AAS 82 (1990) 152.
196
Juan Pablo II, Discurso a la Corte y a la Comisión Europea de los Derechos del Hombre, Estrasburgo (8 de
octubre de 1988), 5: AAS 81 (1989) 685; cf. Id., Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 9: AAS 82
(1990) 152; Id., Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1999, 10: AAS 91 (1999) 384-385.
197
Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1999, 10: AAS 91 (1999) 384-385.
198
Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 26: AAS 80 (1988) 546.
199
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 34: AAS 80 (1988) 559-560.
200
Juan Pablo II, Alocución a la XXV Conferencia General de la F A O (16 de noviembre de 1989), 8: AAS 82
(1990) 673.

34
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

agentes de las actividades industriales desarrollen un mayor sentido de responsabilidad en sus


comportamientos.201

Una economía que respete el medio ambiente no buscará únicamente el objetivo del
máximo beneficio, porque la protección ambiental no puede asegurarse sólo en base al cálculo
financiero de costos y beneficios. El ambiente es uno de esos bienes que los mecanismos del
mercado no son capaces de defender o de promover adecuadamente. 202 Todos los países, en
particular los desarrollados, deben advertir la urgente obligación de reconsiderar las modalidades
de uso de los bienes naturales. La investigación en el campo de las innovaciones que pueden reducir
el impacto sobre el medio ambiente provocado por la producción y el consumo, deberá incentivarse
eficazmente.

1.4.7. Interculturalidad en relación al ambiente

87 La relación que los pueblos indígenas tienen con su tierra y sus recursos merece una
consideración especial: se trata de una expresión fundamental de su identidad.203 Muchos pueblos
han perdido o corren el riesgo de perder las tierras en que viven,204 a las que está vinculado el
sentido de su existencia, a causa de poderosos intereses agrícolas e industriales, o condicionados
por procesos de asimilación y de urbanización.205 Los derechos de los pueblos indígenas deben ser
tutelados oportunamente.206 Estos pueblos ofrecen un ejemplo de vida en armonía con el medio
ambiente, que han aprendido a conocer y a preservar:207 su extraordinaria experiencia, que es una
riqueza insustituible para toda la humanidad, corre el peligro de perderse junto con el medio
ambiente en que surgió.

1.4.8. Medio ambiente y distribución de los bienes

88 También en el campo de la ecología la doctrina social invita a tener presente que los
bienes de la tierra han sido creados por Dios para ser sabiamente usados por todos: estos bienes
deben ser equitativamente compartidos, según la justicia y la caridad. Se trata fundamentalmente
de impedir la injusticia de un acaparamiento de los recursos: la avidez, ya sea individual o colectiva,
es contraria al orden de la creación.208 Los actuales problemas ecológicos, de carácter planetario,

201
Cf. Juan Pablo II, Discurso a un grupo de estudio de la Pontificia Academia de las Ciencias (6 de
noviembre de 1987): L'Osservatore Romano, edición española, 6 de diciembre de 1987, p. 18.
202
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 40: AAS 83 (1991) 843.
203
Cf. Juan Pablo II, Discurso a los pueblos autóctonos del Amazonas, Manaus (10 de julio de 1980): AAS 72
(1980) 960-961.
204
Cf. Juan Pablo II, Homilía durante la liturgia de la Palabra para la población autóctona del Amazonas
peruana (5 de febrero de 1985), 4: AAS 77 (1985) 897-898; cf. también Pontificio Consejo « Justicia y Paz »,
Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria (23 de noviembre de 1997), 11,
Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1997, pp. 13-14.
205
Cf. Juan Pablo II, Discurso a los aborígenes de Australia (29 de noviembre de 1986), 4: AAS 79 (1987) 974-
975.
206
Cf. Juan Pablo II, Discurso a los Indígenas de Guatemala (7 de marzo de 1983), 4: AAS 75 (1983) 742-743;
Id., Discurso a los pueblos autóctonos de Canadá (18 de septiembre de 1984), 7-8: AAS 77 (1985) 421-422;
Id., Discurso a los pueblos autóctonos de Ecuador (31 de enero de 1985), II. 1: AAS 77 (1985) 861; Id.,
Discurso a los aborígenes de Australia (29 de noviembre de 1986), 10: AAS 79 (1987) 976-977.
207
Cf. Juan Pablo II, Discurso a los aborígenes de Australia (29 de noviembre de 1986), 4: AAS 79 (1987) 974-
975; Id., Discurso a los Amerindios (14 de septiembre de 1987), 4: L'Osservatore Romano, edición española,
11 de octubre de 1987, p. 20.
208
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 69: AAS 58 (1966) 1090-1092; Pablo VI, Carta enc.
Populorum progressio, 22: AAS 59 (1967) 268.

35
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

pueden ser afrontados eficazmente sólo gracias a una cooperación internacional capaz de
garantizar una mayor coordinación en el uso de los recursos de la tierra

89 El principio del destino universal de los bienes ofrece una orientación fundamental, moral
y cultural, para deshacer el complejo y dramático nexo que une la crisis ambiental con la pobreza.
La actual crisis ambiental afecta particularmente a los más pobres, bien porque viven en tierras
sujetas a la erosión y a la desertización, están implicados en conflictos armados o son obligados a
migraciones forzadas, bien porque no disponen de los medios económicos y tecnológicos para
protegerse de las calamidades.

Téngase presente, además, la situación de los países penalizados por las reglas de un
comercio internacional injusto, en los que la persistente escasez de capitales se agrava, con
frecuencia, por el peso de la deuda externa: en estos casos, el hambre y la pobreza hacen casi
inevitable una explotación intensiva y excesiva del medio ambiente.

90 El estrecho vínculo que existe entre el desarrollo de los países más pobres, los cambios
demográficos y un uso sostenible del ambiente, no debe utilizarse como pretexto para decisiones
políticas y económicas poco conformes a la dignidad de la persona humana.

91 El principio del destino universal de los bienes, naturalmente, se aplica también al agua,
considerada en la Sagrada Escritura símbolo de purificación (cf. Sal 51,4; Jn 13,8) y de vida (cf. Jn
3,5; Ga 3,27): « Como don de Dios, el agua es instrumento vital, imprescindible para la supervivencia
y, por tanto, un derecho de todos ».209 La utilización del agua y de los servicios a ella vinculados
debe estar orientada a satisfacer las necesidades de todos y sobre todo de las personas que viven
en la pobreza. El acceso limitado al agua potable repercute sobre el bienestar de un número enorme
de personas y es con frecuencia causa de enfermedades, sufrimientos, conflictos, pobreza e incluso
de muerte: para resolver adecuadamente esta cuestión, « se debe enfocar de forma que se
establezcan criterios morales basados precisamente en el valor de la vida y en el respeto de los
derechos humanos y de la dignidad de todos los seres humanos ».210

92 El agua, por su misma naturaleza, no puede ser tratada como una simple mercancía más
entre las otras, y su uso debe ser racional y solidario. Su distribución forma parte, tradicionalmente,
de las responsabilidades de los entes públicos, porque el agua ha sido considerada siempre como
un bien público, una característica que debe mantenerse, aun cuando la gestión fuese confiada al
sector privado. El derecho al agua,211 como todos los derechos del hombre, se basa en la dignidad
humana y no en valoraciones de tipo meramente cuantitativo, que consideran el agua sólo como
un bien económico. Sin agua, la vida está amenazada. Por tanto, el derecho al agua es un derecho
universal e inalienable.

209
Juan Pablo II, Mensaje al Card. Geraldo Majella Agnelo con ocasión de la Campaña de Fraternidad de la
Conferencia Episcopal de Brasil (19 de enero de 2004): L'Osservatore Romano, edición española, 5 de marzo
de 2004, p. 8.
210
Juan Pablo II, Mensaje al Card. Geraldo Majella Agnelo con ocasión de la Campaña de Fraternidad de la
Conferencia Episcopal de Brasil (19 de enero de 2004): L'Osservatore Romano, edición española, 5 de marzo
de 2004, p. 8.
211
Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2003, 5: AAS 95 (2003) 343; Pontificio
Consejo « Justicia y Paz », Water, an Essential Element for Life. A Contribution of the Delegation of the Holy
See on the occasion of the 3rd World Water Forum, Kyoto, 16-23 de marzo de 2003.

36
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

II. DIAGNÓSTICO ESTRATÉGICO


2.1. DIAGNÓSTICO EXTERNO - ASPECTOS RELEVANTES DEL ÁMBITO DE
LA PRELATURA EN EL CONTEXTO REGIONAL

Caritas Diocesana de Chuquibambilla, se encuentra en el ámbito político administrativo de


la Región Apurímac y en un contexto de concertación y de coordinación interinstitucional para la
ejecución de acciones en el ámbito de la Prelatura encuentra espacios de concordancia con los ejes
estratégicos plasmados en El Plan de Desarrollo Regional Concertado al 2021 de la Región
Apurímac. Así también tomamos en cuenta el marco normativo que provee el Estado como fuente
de legitimidad jurídico-político de las decisiones del Gobierno Regional de Apurímac y de los
Gobiernos Locales de las provincias de Antabamba, Cotabambas y Grau.

2.1.1. Objetivos del Milenio

Aprobada en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas en el año 2000, donde los líderes
de 147 países se reunieron en la Asamblea General de las Naciones Unidas para emprender la tarea
avanzar en las sendas de la paz y el desarrollo humano y determinar sus voluntades y compromisos
para combatir decisivamente la pobreza extrema. La Declaración del Milenio, entre otros muchos
elementos, derivó en la aprobación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los cuales
son:

 Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre.


 Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal.
 Objetivo 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
 Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil.
 Objetivo 5: Mejorar la salud materna
 Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
 Objetivo 7: Garantizar el sustento del medio ambiente.
 Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

A continuación se han consignado las normas vigentes a partir del 2002, que también dan
legitimidad a los Ejes Estratégicos que ha tomado en cuenta Caritas Diocesana de Chuquibambilla
en el Plan Estratégico Institucional 2012 – 2016.

2.1.2. Marco Legal Internacional

Se han priorizado aquellos referidos a los derechos humanos, sociales, económicos,


culturales y políticos.

37
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Cuadro Nº 1
NORMAS Y COMPROMISOS INTERNACIONALES
Norma o Compromiso Dispositivo Contenidos y Alcances
Declaración Universal de Ratificada por el Estado Peruano con R. L. Nº 13282 de
los Derechos Humanos. fecha 09 de diciembre de 1959.
Convención Tratado Internacional de Ratificada por el Estado Peruano con D. L. Nº 22231 de
Interamericana sobre Derechos Humanos fecha 12 de julio de 1978.
Derechos Humanos, conocido como Pacto de
San José de Costa Rica.
Pacto Internacional de Resolución 2200 A (XXI), Ratificado con D. L. Nº 22128 de fecha 28 de marzo de
Derechos Civiles y de 16 de diciembre de 1978
Políticos. 1966.
Pacto Internacional de Adoptado por la Tratado multilateral general que reconoce derechos de
Derechos Económicos, Asamblea General de las segunda generación y establece mecanismos para su
Sociales y Culturales Naciones Unidas protección y garantía.
(ICESCR) mediante la Resolución
2200A (XXI), de 16 de
diciembre de 1966 y
entró en vigor el 3 de
enero de 1976.
Pacto de los Derechos Adoptado y abierto a la El Pacto en su Artículo 3 declara el compromiso de sus
Civiles y Políticos (1976) firma, ratificación y signatarios para garantizar la igualdad de hombres y
adhesión en 1966. En mujeres en el goce de todos los derechos civiles y
1976, se declara su políticos. Prohíbe toda forma de discriminación.
vigencia.
Carta Democrática Aprobada en el seno de Enfatiza la eliminación de toda forma de discriminación
Interamericana (2001) la OEA en su primera y la promoción y protección de los derechos humanos,
sesión plenaria, de la diversidad y el fortalecimiento de la democracia y
celebrada el 11 de la participación ciudadana. (Art.º 27).
septiembre de 2001. Declara el compromiso de los Estados para promover la
plena e igualitaria participación de la mujer en sus
estructuras políticas, lo cual es fundamental para la
promoción y ejercicio de la cultura democrática (Art.º
28).
Código Iberoamericano XV Cumbre Mediante este Código los gobiernos se comprometen a
del Buen Gobierno Iberoamericana de Jefes guiarse por principios buen gobierno, definido éste
de Estado y de Gobierno como “aquél que busca y promueve el interés general,
del 3 al 5 de noviembre la participación ciudadana, la equidad, la inclusión
de 2006 social y la lucha contra la pobreza, respetando todos
los derechos humanos, los valores y procedimientos de
la democracia y el Estado de Derecho”.
Carta Iberoamericana de “XIX Cumbre La Carta expresa el interés de los gobiernos de
Participación Ciudadana Iberoamericana de Jefes fortalecer el ejercicio del derecho de participación
en la Gestión Pública de Estado y de ciudadana en la gestión pública. La Carta exhorta el
Gobierno” 30 de compromiso de los gobiernos a desarrollar una gestión
noviembre y 01 de participativa, favoreciendo la inclusión y la cohesión
diciembre de 2009 social como parte de sus objetivos de desarrollo.
Entiéndase la participación ciudadana como transversal
en la formación de políticas públicas, programas
sociales y servicios públicos; así como la incorporación
de los enfoques de género y promoción de los sectores
vulnerables como las poblaciones indígenas, mujeres y
personas con discapacidad.
Fuente: Plan de Desarrollo Regional Concertado al 2021. Gobierno Regional de Apurimac

38
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

2.1.3. Marco Legal Nacional

Las leyes y normas nacionales consideradas por del Plan de Desarrollo Regional Concertado
del G.R. de Apurimac, y que tienen relación con los Ejes Estratégicos del PEI de Caritas Diocesana
Chuquibambilla son los siguientes:

Cuadro Nº 2
LEYES Y NORMAS NACIONALES
LEY CONTENIDO
1. Ley N° 27867 "Ley En su art. 6º, señala que “el desarrollo regional comprende la aplicación
Orgánica de Gobiernos coherente y eficaz de las políticas e instrumentos de desarrollo económico,
Regionales", modificada social, poblacional, cultural y ambiental, a través de planes, programas y
por la Ley Nº 27902. proyectos orientados a generar condiciones que permitan el crecimiento
económico armonizado con la dinámica demográfica, el desarrollo social
equitativo y la conservación de los recursos naturales y el ambiente en el
territorio regional, orientado hacia el ejercicio pleno de los derechos de
hombres y mujeres e igualdad de oportunidades”.
2. Ley Nº 26300 la “Ley de Regula el ejercicio de los derechos de participación y control previstos en el
los Derechos de artículo 2º y 31º de la Constitución Política. Señala que son derechos de
Participación y Control participación ciudadana los de iniciativa de reforma constitucional, iniciativa en
Ciudadanos”, la formación de leyes, referéndum, iniciativa en la formación de dispositivos
municipales y regionales.
“Ley que Constituye la Mesa de Concertación Para la Lucha Contra la Pobreza ‐
MCLCP”, se constituyó con los objetivos de concertar las políticas sociales
3. DS Nº 001‐2001‐ entre el Estado, la sociedad civil y el sector privado, institucionalizar la
PROMUDEH y 014‐ 2001‐ participación ciudadana en el diseño, toma de decisiones y fiscalización de la
PROMUDEH, política social y lograr mayor eficiencia, transparencia e integridad en los
programas de lucha contra la pobreza.

39
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

2.1.4. Marco Legal Regional

En el marco regional son vinculantes las ordenanzas y acuerdos regionales que


principalmente aluden al reconocimiento de espacios de participación y concertación como los
consejos, mesas y el propio acuerdo regional, que forma parte de la institucionalidad regional
creada al amparo de la autonomía política y administrativa del Gobierno Regional de Apurímac.

Cuadro Nº 3
ACUERDOS Y ORDENANZAS REGIONALES
ACUERDOS REGIONALES
Acuerdo Regional N° 033-2009- CR-APURIMAC: Respaldar, el Plan de Desarrollo Integral de los Pueblos Andinos
(PDIPA), elaborado por el Equipo Multidisciplinario de Alto Nivel de la Mesa de Diálogo para el desarrollo
Integral de los pueblos Andinos de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica (MOIPA)
Acuerdo Regional N° 037-2009- CR-APURIMAC: Aprobar, los Lineamientos de políticas de Salud de la Región de
Apurímac.
ORDENANZAS REGIONALES
Ordenanza Regional Nº 015-2005-CR-APURIMAC: Se Aprueba, El Plan de Participación Ciudadana del Gobierno
Regional Apurímac.
Ordenanza Regional Nº 021-2007-CR-APURIMAC: Se Reconoce como Política Regional Prioritaria las acciones a
favor de la Infancia y la Adolescencia en la región Apurímac, a fin de promover su desarrollo integral en tiempo
indeterminado.
Ordenanza Regional Nº 025-2007-CR-APURIMAC: Se Conforma el Grupo Técnico de Minería y Medio Ambiente
de la Región Apurímac, con la finalidad de plantear soluciones, políticas normativas técnicas, financieras y
administrativas.
Ordenanza Regional Nº 026-2007-CR-APURIMAC: Se Aprueba el plan de acción ambiental regional de Apurímac
al 2015, a nivel de objetivos estratégicos, líneas de acción y responsables de ejecución, como marco de
referencia para las acciones a corto plazo.
Ordenanza Regional Nº 028-2007-CR-APURIMAC: Se Reconoce a la Mesa de Minería y Desarrollo Regional de
Apurímac -MMDRA, como un espacio público y privado de diálogo y concertación, para promover una minería
innovadora, económica, social, ambiental, ética y culturalmente responsable.
Ordenanza Regional Nº 014-2008-CR-APURIMAC: Reconocer al Consejo Regional de Nutrición, Seguridad
Alimentaria y Superación de la Pobreza como la instancia interinstitucional y de concertación en el que se opera
la Estrategia Allin Wiñanapaq - CRECER Apurímac, bajo la conducción de la Gerencia Regional de Desarrollo
Social, recogiendo el abordaje integral de la política regional y la Estrategia Nacional CRECER.
Ordenanza Regional Nº 018-2008-CR-APURIMAC: Declarar como Política de Estado de Prioridad Gubernamental,
el reconocimiento e implementación sistemática del Proyecto Educativo Regional (PER) de Apurímac al 2021.
Ordenanza Regional Nº 026-2008-CR-APURIMAC: Crear y Conformar, el Consejo Regional de la Mujer y sus
Filiales Provinciales como un Órgano Consultivo de Coordinación y participación de la mujer apurimeña en el
Desarrollo local y Regional.
Ordenanza Regional Nº 028-2008-CR-APURIMAC: Que Institucionaliza la Comisión Multisectorial Consultiva y de
Monitoreo del Tratamiento de las secuelas de la Violencia Política y de las Recomendaciones de la Comisión de
la Verdad y Reconciliación de la Región Apurímac (CMR-A).
Ordenanza Regional Nº 030-2008-CR-APURIMAC: Apruébese el "Plan Regional de Igualdad de Oportunidades
entre Mujeres y Varones 2009-2012.
Ordenanza Regional Nº 009-2009-CR-APURIMAC: Conforme el Grupo Técnico Regional de Vulnerabilidad y
Adaptación al Cambio Climático de Apurímac cómo interés regional de formular la política y estrategia de
cambio climático.
Ordenanza Regional Nº 018-2009-CR-APURIMAC: Crear el Grupo Técnico Regional de Educación Ambiental de
Apurímac, el mismo que se encargara de elaborar el plan y la política de Educación Ambiental.

40
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

2.1.5. El Plan de Desarrollo Regional Concertado del Gobierno Regional de Apurímac


ha optado por el desarrollo humano

La idea de desarrollo, como se sabe, ha presentado diversos significados luego de su


aparición en el siglo XX, y más aún cuando pasó a ocupar la primera prioridad en la agenda de las
naciones. En un inicio apareció ligado a la idea del crecimiento económico lo que sería posible
mediante un radical proceso de modernización, que significaba abandonar los valores e
instituciones tradicionales, como en el caso del Perú

Diversas corrientes académicas confrontaron ideas y el desarrollo empezó a ser definido


como un proceso cada vez más complejo y multidimensional que exprese mejor las aspiraciones de
dignidad y bienestar integral para la humanidad.

Una muestra esquemática de esos enfoques y, luego, la opción tomada por el desarrollo
humano se presentan a continuación:

2.1.6. Las razones que fundaron la opción del enfoque del desarrollo humano

 El desarrollo es, fundamentalmente, desarrollo de las personas, y no de la economía.


 La finalidad del desarrollo no se limita al bienestar material sino al enriquecimiento de la
vida humana en sus diferentes dimensiones, incluida la espiritual.
 Las personas son más importantes que los bienes o que la expectativa de acceder a ellos.
 El desarrollo puede ser asumido como un proceso de logro de capacidades que lleva a la
humanidad al ejercicio pleno de sus derechos para alcanzar bienestar, al logro de su libertad
como autodesarrollo, es decir en lo que la gente puede "hacer y ser" y no en lo que puede
"tener".
 Dentro de la idea de desarrollo humano está la idea de usar los recursos que posee el
planeta en previsión de no agotarlo o dañarlo, pues este servirá para las generaciones que
vengan después de nosotros, esto hace que el desarrollo sea humano y sostenible.

Las dimensiones del desarrollo humano y la aspiración a su articulación o integración cada


más equitativo y sostenible es una tarea por realizar. Uno de los principales retos es hallar la manera
de evitar la disputa entre esas dimensiones por desempeñar un papel hegemónico en desmedro de
los demás.

Cuadro Nº 4
LAS DIMENSIONES DEL DESARROLLO HUMANO
DIMENSION
EQUIDAD DE GÉNERO Es un criterio transversal, y un objetivo del desarrollo, garantiza la
inclusión y equidad entre mujeres y hombres, con igualdad de
oportunidades.
INTERGENERACIONAL Reconocimiento de los diferentes grupos de edad y de sus intereses
distintos, a tomar en cuenta en el Plan y su gestión.

41
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

PARTICIPATIVO Se considera como un enfoque tanto de principio como de acción, es


decir, la planificación del desarrollo debe ser participativo, a fin de
lograr que todos puedan involucrarse en el proceso, de modo que todos
participan y todos se benefician de los resultados de su participación.
Algunos enfatizan la condición de ciudadanía, de allí que consideran
que el centro es el ciudadano (a) en el desarrollo.
VALORATIVO Coloca en el centro del desarrollo los valores, cómo se generan, se
transmiten, se clarifican o asumen con convicción. La solidaridad, la
tolerancia y el respeto son valores fundamentales para construir el
desarrollo, y tiene que ver con las actitudes, o sea la forma de ver,
sentir y actuar de las personas.
DESARROLLO SOCIAL Es un enfoque que prioriza la atención a aquellos derechos de las
personas que les permiten alcanzar la satisfacción de sus necesidades y
alcanzar bienestar.
GESTIÓN DE RIESGOS Es un enfoque orientado a reducir la incertidumbre respecto a eventos
o amenazas que pueden tener ocurrencia, como desastres naturales u
otras contingencias.
INTERCULTURALIDAD Toma en cuenta la diversidad cultural existente al interior de la región.
No se trata de demostrar que cultura es mejor, sino de identificar los
puntos de contacto y una forma de relación a través del diálogo para
disfrutar lo mejor de diferentes culturas.
La interculturalidad es un enfoque transversal del desarrollo e implica el
reconocimiento de la existencia de dos o más culturas que entablan
relación a partir del diálogo entre culturas, mediante valores como la
tolerancia, el respeto y el reconocimiento, sin que una se asimile a la
otra, y permitiendo el intercambio sin jerarquías. Ha dado lugar al
surgimiento del concepto de ciudadanía intercultural, que parte de la
consideración de existencia de derechos culturales, y de la
preeminencia de las culturas originarias, el respeto al relativismo
cultural y el derecho a la diferencia.
TERRITORIAL Es un enfoque central del proceso de planificación. La planificación es
necesariamente territorial, pues el territorio además de ser una
realidad física porque contiene recursos y potencialidades de todo tipo
(naturales, sociales, económicos, humanos, e institucionales) que se ven
dentro de una colectividad, incluida la identidad y la cultura, es también
es una construcción social, es decir es un espacio socialmente
construido, donde hay elementos que actúan dinámicamente. El
enfoque territorial toma en cuenta esta mirada para formular políticas
de carácter integral, multisectorial y transversal, ejecutadas con alto
grado de coordinación, y que requieren de un marco institucional
apropiado.
PSICOLOGÍA SOCIAL Individuo y sociedad son componentes indisolubles de la realidad y de
O PSICOSOCIAL ello se desprende que, problemas sociales, políticos, catástrofes
naturales o sociales que rompen la cohesión y equilibrio de la vida
cotidiana de las personas y/o comunidades, generan también períodos
de crisis en las personas y en su colectividad, períodos de crisis que
contienen confusiones, alteraciones, que modifican y confrontan la
propia existencia de cada individuo, y también las relaciones entre los
individuos.
DE DERECHOS HUMANOS Los derechos humanos son una conquista universal irreversible. Estos
nos permiten vivir con goce de libertades individuales o derechos
civiles, nuestros derechos a participar como derechos políticos, pero
también a acceder a la educación, al trabajo, el respeto a nuestra
cultura, los cuales son llamados Derechos Económicos Sociales y
Culturales. El ejercicio de los derechos es una condición para acceder a
oportunidades y libertades necesarias para alcanzar un desarrollo
humano sostenible.
CIUDADANÍA Enfatiza el desarrollo como un proceso donde se adquiere y se asume el
ejercicio de los derechos civiles, sociales y políticos donde la ciudadanía
es una expresión jurídica y política de esta realización humana que
permite que los individuos se incorporen plenamente a una comunidad
política.

42
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

DESARROLLO COMUNITARIO El concepto de desarrollo comunitario o desarrollo de base ha sido


promovido por algunas agencias de cooperación y consiste en otorgar
importancia a los agentes comunales como gestores de su desarrollo y
no como beneficiarios, como aliados o socios en los procesos de
desarrollo local.

2.1.7. Aspectos Socio Demográficos

Apurímac experimenta una marcada transición demográfica, por lo tanto su estructura


poblacional se ha modificado notoriamente. Ha engrosado sus grupos de edad infantil por un lado
y juvenil y adulto en edad de trabajar, por otro. Es decir que se ha acrecentado su potencial de
fuerza de trabajo que aspira a incorporarse a la economía regional y no seguir migrando por la falta
de oportunidades educativas y laborales, que se expresa en el decrecimiento o estancamiento
poblacional en algunas provincias. El crecimiento urbano es desigual, y la población rural, aun
cuando dispersa territorialmente sigue siendo importante. Esa asimetría regional se debe a la
manera como el crecimiento económico y sus beneficios se vienen distribuyendo solo en algunas
provincias que cuentan con mejor integración al mercado, con más servicios públicos y mejor
comunicación con el país y el mundo. Las dos ciudades mayores y sus periferias agro-urbanas que
cuentan con más medios y recursos para retener y atraer población se distancian de aquellas zonas
rurales que no logran condiciones para romper el aislamiento y precariedad de poblados y
pequeñas centros urbanos, que son la mayoría de la región.

2.1.8. Población total y crecimiento poblacional

La población de la Región Apurímac según el censo del año 2007 es de 404,190


habitantes, con una Tasa de crecimiento intercensal de 0.4%. En los últimos treinta años la región
de Apurímac muestra dos tendencias muy marcadas respecto al crecimiento de su población. De
un lado un lento pero constante crecimiento hasta 1993 y, luego, entre 1993-2007 una brusca
caída de 1.4% a 0.4%, que es la más baja del país. Sin embargo, se constata un rápido aumento en
la población urbana. Explican están asociadas a esa dinámica el fenómeno de violencia política y
el empobrecimiento del ámbito rural, que generan la emigración dentro y fuera del
departamento. Existe una desigual distribución de la población. Los espacios más poblados
corresponden a las provincias de Andahuaylas con el 35%, Abancay con el 24% y Chincheros con
el 13%, mientras que la de Antabamba es la menos poblada con 3%.

Gráfico Nº 1
Apurímac, Distribución de la Población por Provincias

43
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Fuente: INEI. Censos Nacionales 2007: XI de Población y VI de Vivienda

Cuadro Nº 5
POBLACIÓN DEL ÁMBITO DE LA PRELATURA DE CHUQUIBAMBILLA
Región
POBLACIÓN URBANA RURAL
APURIMAC
TOTAL TOTAL TOTAL
PROVINCIAS HOMBRES MUJERES HOMBRES MUJERES HOMBRES MUJERES

ANTABAMBA 12,267 6,272 5,995 8,616 4,340 4,276 3,651 1,932 1,719
COTABAMBAS 45,771 23,126 22,645 12,205 6,212 5,993 33,566 16,914 16,652
GRAU 25,090 12,760 12,330 9,980 4,951 5,029 15,110 7,809 7,301
83,128 30,801 52,327
Fuente: INEI. Censos Nacionales 2007: XI de Población y VI de Vivienda

En la región Apurímac oficialmente existen 471 Comunidades Campesinas Reconocidas y


421 comunidades Campesinas Tituladas según los datos de Cifras Para la Descentralización – PNUD
– 2008. En las tres provincias del ámbito de la prelatura de Chuquibambilla existen cerca de 400
comunidades campesinas, en ese sentido el 63% de la Población es Rural en las provincias de
Antabamba, Cotabambas y Grau.

2.1.9. Situación Social Pobreza y desarrollo social

La incidencia de pobreza en Apurímac es de casi 70%. (69,5%), en tanto la pobreza extrema


alcanza casi el 28% del total de la población en el 2007, sin embargo para el año 2009 de acuerdo a
la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO – INEI) la pobreza en el país es de 34.8% y pobreza
extrema a 11.5%, mientras que en Apurímac la pobreza es de 67.2% y pobreza extrema 33.1%. Estos
datos son medidos por el Instituto Nacional de Estadística e Informática con parámetros
eminentemente monetarios.

Igualmente si analizamos la llamada pobreza por necesidades insatisfechas (no monetaria),


encontramos que casi el 50% de la población apurimeña tiene al menos una necesidad básica
insatisfecha (NBI), situación que se reitera en el caso de los hogares con al menos una NBI (46,4%).

44
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

2.1.10. Índice de Desarrollo Humano (IDH)

El uso del IDH provincial, es una metodología adaptada de la medición del IDH por países.
Así, en el ranking por provincias, Abancay es la provincia con mayor IDH, y la de menor es la de
Cotabambas con un IDH de 0,5216:

Cuadro Nº 6
IDH POR PROVINCIAS REGIÓN APURÍMAC 2007

Fuente: PNUD/ Informe sobre Desarrollo Humano Perú 2007

2.1.11. Territorio, Ecología y Ambiente

Apurímac posee un territorio con un patrimonio natural diverso que esperan ser utilizados
de modo sostenible por sus diversas comunidades originarias que han heredado los saberes y
prácticas propios de la cultura ancestral andina.

2.1.12. Caracterización de zonas agroecológicas

La Región Apurímac se encuentra ubicada en la zona sur oriental del territorio peruano, en
plena cordillera de los Andes y por su accidentada topografía genera una gran diversidad de
microclimas y pisos ecológicos. En tal sentido, para explicar de mejor manera esta realidad
podemos estratificar en zonas agroecológicas:

45
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

- Zona agroecológica alta; la de mayor extensión, se despliega principalmente al sur y centro


de la región, entre los 3,800 metros de altura a más, abarcando mayormente las provincias
de Cotabambas, Antabamba, Aymaraes, Andahuaylas, Grau y algunos distritos de las
provincias de Abancay y Chincheros.
Presenta diversos pisos ecológicos que le permite una variedad de productos. Aquí se
ubican los Laymes o terrenos de rotación sectorial y temporal, siendo su principal cultivo la
variabilidad papa nativa, quinua y otros tubérculos andinos como oca, olluco, añu entre
otros.
- Zona agroecológica media; ubicada entre los 2,800 y 3,800 metros de altura, siendo la
segunda de mayor extensa, abarcando predominantemente las provincias de Abancay,
Chincheros, Grau; en menor proporción las provincias de Andahuaylas, Aymaraes, mientras
que en forma muy reducida las provincias de Antabamba y Cotabambas. En ella se localizan
los principales centros urbanos: Abancay, Andahuaylas, Chalhuanca, Curahuasi, Uripa.

Esta zona presenta una geografía relativamente ondulada, con suelos y climas favorables
para el desarrollo de diversas actividades agropecuarias. Predominan los cultivos de papa,
maíz, cebada, trigo, habas, frejoles y anís, en algunos frutales nativos como sauco.

- Zona agroecológica baja; es la de menor extensión, se ubica en la parte norte y centro entre
los 1000 y 2800 metros de altura, en las terrazas y fondos de valle de los ríos principales de
la región. Abarca parte de las provincias de Chincheros, Andahuaylas, Cotabambas y
Abancay. Presenta variedad de pisos ecológicos y microclimas favorable para cultivos
permanentes. Contiene el mayor porcentaje de áreas bajo riego, predominando los cultivos
permanentes como frutales exóticos, pastos mejorados y en menor porcentaje hortalizas,
menestras y maíz.

2.1.13. Recursos de Flora y Fauna

 Flora

El territorio de Apurímac se divide en catorce formaciones de vegetación. Entre las arbóreas


se encuentran las maderables: la intimpa, queuña, el chachacoma, unka, molle, nogal, aliso,
eucalipto (extendido y muy controvertido), cedro; para construcción: carrizo, maguey, cabuya;
leñosas, retama, tayanco, huarango; entre las alimenticias: tuna, pacae, lúcuma, capulí, sauco, etc.;
y plantas medicinales, aromáticas, etc. La creciente extracción de madera para combustible, los
avances de los frentes agrícolas y las “quemas” (incendios provocados), son causas de la
degradación de la vegetación natural, uno de los factores principales de los procesos de
desertificación en este espacio. Así, cabe destacar la extinción progresiva de los pastos más
palatables y la predominancia de las especies poco o nada apreciadas por el ganado (garbancillo,
paco paco, waranqo, etc.). Además, estas prácticas provocan un proceso de pérdida de vegetación,
que aumenta los procesos de desertificación ampliados por los problemas de sequía.

 Fauna

Al igual que la flora, la fauna es abundante presentando diversas variedades de especies


zoológicas, en los diferentes pisos ecológicos; está compuesta por especies domésticas y silvestres,

46
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

entre las que podemos mencionar las siguientes: el puma, osos de anteojos, venado gris, la taruca,
el zorro, las comadrejas, ciervos, gatos de pajonal, venado rojo, vizcachas, zorrinos y muchos otros.
Se cuenta también con numerosa variedad de aves, peces nativos, y especies sembradas como la
trucha y pejerrey en ríos y lagunas. Por otra parte, existe variedad de camélidos sudamericanos los
que fueron domesticados desde épocas precolombinas, así tenemos la alpaca y la llama, utilizados
por su fibra, carne y como animal de carga; los denominados silvestres, entre ellos la vicuña y el
guanaco se los encuentra en pequeñas cantidades; la vicuña y la alpaca se constituyen en potencial
de primera importancia por las características de la fibra fina. Los vacunos se encuentran poblando
todas las provincias, con mayor incidencia en Andahuaylas y Cotabambas; ovinos en las partes altas
de Andahuaylas, Chincheros, Cotabambas y Grau. Los camélidos se encuentran en las provincias de
Aymaraes y Antabamba fundamentalmente, entre los 3,800 a 4,000 metros de altura.

2.1.14. Recursos Hídricos

El drenaje hidrográfico en el territorio de Apurímac tiene una orientación general de Sur a


Norte y todos sus ríos convergen a la cuenca del río Apurímac, al que dan sus aguas por la margen
izquierda, dando origen el Valle del Río Apurímac, una de las más profundas depresiones del
continente americano. Este desnivel explica su variedad de climas, desde los tropicales en las
profundidades del valle hasta la frigidez de las cumbres nevadas. La distribución de aguas en la
región es muy heterogénea, pues a pesar de que el potencial hidrográfico de Apurímac es
abundante y diverso, existen bolsones de aridez por razones orográficas, lo cual determina que en
algunos valles el agua sea un recurso insuficiente. El conjunto de sistemas hidrográficos es de suma
importancia para el desarrollo socioeconómico y el desarrollo agropecuario a través de sistemas de
irrigación y criaderos de peces entre otros. Además, los altos grados de desnivel procuran una alta
capacidad hidroenergética, que sólo es aprovechada por pequeñas mini centrales hidroeléctricas.
El sistema orográfico de la Región Apurímac está conformado por tres cuencas hidrográficas:
cuenca del río Apurímac, cuenca del río Pachachaca y cuenca del río Pampas.

47
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

48
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

60 0 00 0 65 0 00 0 70 0 00 0 75 0 00 0 80 0 00 0 85 0 00 0

CUSCO
8500000

8500000
A P U R IM A C

AYACUCHO
C o ta b a m b a s
8450000

8450000
G ra u
N

W E

A n ta b a m b a
8400000

8400000
C a r it a s D io c e s a n a d e C h u q u ib a m b illa

LEYE N D A
P r e la t u r a d e C h u q u i b a m b i ll a M A P A D E U B IC A C IÓ N
A n ta b a m b a
C o ta b a m b a s A M B IT O D E L A P R E L A T U R A D E C H U Q U IB A M B IL L A
G ra u P R O V IN C IA S D E A N T A B A M B A , C O T A B A M B A S Y G R A U
P r o v . A p u r im a c A P U R IM A C
R e g io n e s A R E Q U IP A W G S_8 4 E s c a la
Zona 1 8 S 1 : 3 0 0 ,0 0 0

60 0 00 0 65 0 00 0 70 0 00 0 75 0 00 0 80 0 00 0 85 0 00 0

20 0 20 40 60 8 0 K i lo m e t e r s

49
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

2.2. DIAGNÓSTICO INTERNO – ANÁLISIS INSTITUCIONAL EN RELACIÓN


AL CONTEXTO DEL ÁMBITO
A continuación se exponen los aspectos claves resultantes del análisis de las capacidades
estratégicas y el entorno en que se desenvuelve Caritas Diocesana de Chuquibambilla:

2.2.1. Organigrama de Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Asamblea de Asociados

Concejo Directivo

Secretaría General Ejecutiva

Secretaría
Comité de Responsables

Administración -
Contabilidad
Coordinador Diocesano

Planificación – Monitoreo y
Evaluación

Microcréditos
COTABAMBAS
ANTABAMBA

GRAU

Agropecuaria

Salud

50
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

2.2.2. Organigrama Funcional de caritas Diocesana de Chuquibambilla

Asamblea de Asociados

Concejo Directivo
Aprueba Políticas de Desarrollo
Institucional – Orienta y dirige a la
Dirección

Secretaría General Ejecutiva


Propone y Conduce la
Implementación de Políticas – Dirige y
orienta unidades de apoyo e
intervención (Programas)

Secretaría
Comité de Responsables
Conducción de estrategias de
intervención – Monitoreo de
articulación institucional
Administración -
Contabilidad
Coordinador Diocesano

Planificación – Monitoreo y
Evaluación

Microcréditos
COTABAMBAS
ANTABAMBA

GRAU

Agropecuaria

Salud

2.2.3. Identificación de los Actores de Caritas Diocesana de Chuquibambilla.


a. Profesionales y Técnicos de Proyectos
b. Caritas Parroquiales – Miembros
c. Administrativos
d. Ejecutivos - Asamblea de Asociados, Consejo Directivo, Secretaría General,
Coordinador Diocesano.

51
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

2.2.4. Análisis Interno

 Fortalezas
1. Experiencia de gestión institucional de 18 años en el ámbito de la Prelatura de
Chuquibambilla.
2. Experiencia en la gestión y ejecución de proyectos.
3. Prestigio institucional a nivel de las fuentes de financiamiento
4. Relaciones interinstitucionales establecidas y en continuo fortalecimiento.
5. Compromiso institucional de apoyo social.
6. Institución de la Iglesia Católica con el prestigio y confianza de parte de la
población.
7. Institución que se sostiene y se respalda en los principios de la Iglesia Católica.
8. Oficinas descentralizadas denominadas “Caritas Parroquiales”(Antabamba,
Grau y Cotabambas)
9. Infraestructura e instalaciones con las condiciones básicas adecuadas.
10. Organización logística apropiada.
11. Profesionales y técnicos multidisciplinarios.
12. Personal con experiencia en las diferentes áreas de la institución.
13. Equipamiento necesario para una comunicación fluida entre los ámbitos.

 Debilidades
1. Ámbitos de intervención muy distantes.
2. Débil Intercambio de experiencias entre las caritas parroquiales.
3. Insuficiente capacitación del personal.
4. Insuficientes estrategias de gestión del personal para mejorar el rendimiento.
5. Débil retroalimentación de las experiencias de ejecución en la formulación de
proyectos.
6. Planeamiento institucional poco participativo.
7. Personal poco comprometido con la Visión y Misión institucional.
8. El personal tiene poco conocimiento de los valores y los principios de la iglesia
católica.
9. Cambios constantes de personal en equipos de trabajo formados.
10. Poco conocimiento del personal sobre el MOF y ROF institucional.
11. Inestabilidad laboral
12. Desarticulación entre niveles jerárquicos y percepción de un trato vertical
13. Inadecuada comunicación entre sedes, inter parroquiales
14. Dificultades administrativas, disponibilidad limitada de materiales y Demora
de desembolso de las financieras.

52
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

2.2.5. Análisis Externo

 Oportunidades
1. Cooperación internacional disponible, Financiamiento e Inversión privada en
el ámbito de trabajo.
2. Interrelación con instituciones del estado y/o privados locales
3. Existencia de corredores económicos locales y regionales para la integración.
4. Integrantes una red de caritas de sur del Perú (consorcio)
5. Ámbitos de intervención en extrema pobreza
6. Manejo de proyectos (M.A, salud , social, agrario, pecuario)
7. Financiamiento del sector minero
8. Microcréditos

 Amenazas
1. Minera informal e ilegal en el ámbito de intervención
2. Cambio de autoridades locales y comunales
3. Incremento de sectas religiosas
4. Programas sociales del estado mal orientados
5. Conflictos sociales para la ejecución de Proyectos.
6. Falta de financiamiento para nuevos Proyectos
7. Cambios climáticos
8. Debilitamiento de los principios y lineamientos de Caritas - Tendencia al
mercantilismo

53
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Cuadro Nº 7
RESUMEN FODA INSTITUCIONAL 2011
Análisis de Factores Internos
Fortalezas Debilidades
 Experiencia de gestión institucional de 18 años  Ámbitos de intervención muy distantes.
en el ámbito de la Prelatura de Chuquibambilla. (ORGANIZACIÓN)
(ORGANIZACIÓN)  Débil Intercambio de experiencias entre las
 Experiencia en la gestión y ejecución de caritas parroquiales. (PROCESOS)
proyectos. (PROCESOS)  Insuficiente capacitación del personal.
 Prestigio institucional a nivel de las fuentes de (RECURSOS HUMANOS)
financiamiento. (ORGANIZACIÓN)  Insuficientes estrategias de gestión del personal
 Relaciones interinstitucionales establecidas y en para mejorar el rendimiento. (RECURSOS
continuo fortalecimiento. (Procesos) HUMANOS)
 Compromiso institucional de apoyo social.  Débil retroalimentación de las experiencias de
(ORGANIZACIÓN) ejecución en la formulación de proyectos.
 Institución de la Iglesia Católica con el prestigio (PROCESOS)
y confianza de parte de la población.  Planeamiento institucional poco participativo.
(ORGANIZACIÓN) (ORGANIZACIÓN)
 Institución que se sostiene y se respalda en los  Personal poco comprometido con la Visión y
principios de la Iglesia Católica. Misión institucional. (RECURSOS HUMANOS)
(ORGANIZACIÓN)  El personal tiene poco conocimiento de los
 Oficinas descentralizadas denominadas “Caritas valores y los principios de la iglesia católica.
Parroquiales”(Antabamba, Grau y Cotabambas) (RECURSOS HUMANOS)
(ORGANIZACIÓN)  Cambios constantes de personal en equipos de
 Infraestructura e instalaciones con las trabajo formados. (ORGANIZACIÓN)
condiciones básicas adecuadas. (TECNOLOGÍA E  Poco conocimiento del personal sobre el MOF y
INFRAESTRUCTURA) ROF institucional. (ORGANIZACIÓN)
 Organización logística apropiada.  Inestabilidad laboral. (ORGANIZACIÓN)
(ORGANIZACIÓN)  Desarticulación entre niveles jerárquicos y
 Profesionales y técnicos percepción de un trato vertical.
multidisciplinarios.(RECURSOS HUMANOS) (ORGANIZACIÓN)
 Personal con experiencia en las diferentes áreas  Inadecuada comunicación entre sedes, inter
de la institución.( RECURSOS HUMANOS) parroquiales. (RECURSOS HUMANOS)
 Equipamiento necesario para una comunicación  Dificultades administrativas, disponibilidad
fluida entre los ámbitos. (TECNOLOGÍA E limitada de materiales y Demora de desembolso
INFRAESTRUCTURA) de las financieras. (ORGANIZACIÓN)
Análisis de Factores Externos
Oportunidades Amenazas
 Cooperación internacional disponible,  Minera informal e ilegal en el ámbito de
Financiamiento e Inversión privada en el ámbito intervención
de trabajo.  Cambio de autoridades locales y comunales
 Interrelación con instituciones del estado y/o  Incremento de sectas religiosas
privados locales  Programas sociales del estado mal orientados
 Existencia de corredores económicos locales y  Conflictos sociales para la ejecución de
regionales para la integración. Proyectos.
 Integrantes una red de caritas de sur del Perú  Falta de financiamiento para nuevos Proyectos
(consorcio)  Cambios climáticos
 Ámbitos de intervención en extrema pobreza  Debilitamiento de los principios y lineamientos
 Manejo de proyectos (M.A, salud , social, de Caritas - Tendencia al mercantilismo
agrario, pecuario)
 Financiamiento del sector minero
 Microcréditos
Fuente: Taller Institucional 02/09/2011.

54
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

III. DESPLIEGUE DEL PLAN ESTRATÉGICO INSTITUCIONAL


3.1. OBJETIVOS ESTRATÉGICOS
3.1.1. Objetivo Estratégico 1
Fomentar y velar, desde la Fe y los principios de la iglesia católica, por la Dignidad
de la Persona, Familia y Comunidad como instancias básicas de amor, respeto y solidaridad,
así como por la administración justa de los Derechos Humanos y la Participación ciudadana.

 Meta 1:

En los siguientes cinco años las Caritas Parroquiales han sido fortalecidas desde la
parte administrativa así como al personal con vocación pastoral, para responder y
consolidarse como una instancia de motivación espiritual de la persona, familia y
comunidad en concordancia con su dignidad.

 Meta 2:

Al 2016 Caritas de Chuquibambilla se ha consolidado como una entidad


articuladora entre gobierno, empresas y comunidades para poder actuar sólidamente en
temas de reducción de la pobreza.

 Meta 3:

En los siguientes cinco años el personal de Caritas de Chuquibambilla ha socializado


y se ha sensibilizado en los temas de Derechos Humanos y ha identificado sus roles como
institución en estos aspectos.

 Meta 4:

En los siguientes cinco años Caritas Diocesana de Chuquibambilla ha promovido la


participación ciudadana en los temas de gobernabilidad, a nivel comunal, distrital y
provincial.

 Logros previstos:
 Se ha asistido a 400 familias en situación de extrema pobreza, excluidos o en situación
de desamparo.
 Al 2016 se han ejecutado tres proyectos de inversión en temas relacionados al Objetivo
1.
 En los siguientes cinco años se ha contribuido en la elaboración de 3 planes de
estratégicos de desarrollo comunal y distrital del ámbito de la Prelatura.
 Al año 2016 se ha contribuido en la formulación y ejecución de 2 proyectos
relacionados al Ordenamiento Territorial en los distritos del ámbito de la prelatura.

55
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.1.2. Objetivo Estratégico 2


Impulsar, a partir de los valores católicos y las capacidades locales, una Producción
Sostenible enfocado en principio a la Suficiencia Alimentaria de la familia y la comunidad.

 Meta 5:

Al segundo año de implementación del PEI Caritas Diocesana de Chuquibambilla ha


identificado los potenciales y las limitaciones de producción sostenible en cada ámbito de
la Prelatura, para implementar acciones pertinentes en los siguientes años.

 Meta 6:

En los próximos cinco años Caritas Diocesana de Chuquibambilla ha mejorado ó


fortalecido sistemas de producción agropecuaria en base a capacidades locales, orientado
en principio a elevar los niveles de seguridad alimentaria de las familias y comunidades del
ámbito de la prelatura.

 Logros previstos:
 En los cinco años del PEI se han fortalecido las capacidades productivas en 20
comunidades campesinas.

 Al 2016 se ha establecido las bases de la suficiencia alimentaria en concordancia con


la agrobiodiversidad de las comunidades campesinas.

 Al quinto año se ha consolidado las metodologías de intervención de Caritas


Chuquibambilla en las comunidades del ámbito de la Prelatura.

 Al año 2016 se han ejecutado 4 proyectos agropecuarios orientados al fortalecimiento


de la producción en el ámbito de la Prelatura.

56
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.1.3. Objetivo Estratégico 3


Promover el uso sostenible de los bienes de la creación de Dios enfocados en la
Naturaleza y el Ambiente, orientados fundamentalmente a la adaptación al Cambio
Climático y a mitigar los efectos de la actual crisis ambiental global.

 Meta 7:

Al año 2016 Caritas ha identificado zonas naturales y vulneradas que merecen un


tratamiento especial, en el ámbito de la Prelatura.

 Meta 8:

Al segundo año de implementación del PEI Caritas ha identificado las capacidades


y potenciales de adaptación al Cambio Climático en las comunidades del ámbito de la
prelatura para ejecutar acciones en los siguientes años.

 Logros previstos:
 Al 2016 se han fortalecido las capacidades de adaptación al cambio climático en 20
comunidades campesinas del ámbito de la Prelatura.
 En los siguientes cinco años se han establecido y documentado mecanismos de
conservación del ambiente sobre las base de la conservación y uso sostenible de la
biodiversidad.
 Al año 2016 se han ejecutado por lo menos 2 proyectos de inversión orientados a la
conservación del Ambiente y procesos de adaptación al Cambio climático.
 Al año 2016 se ha atendido por los menos a tres áreas naturales vulneradas del
ámbito de la prelatura, con diferentes acciones de restauración y recuperación.

57
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.2. EJES ESTRATÉGICOS:


3.2.1. Eje Estratégico 1:
DIGNIDAD DE LA PERSONA, FAMILIA Y COMUNIDAD, DERECHOS
HUMANOS Y PARTICIPACIÓN
 Lineamientos Estratégicos
1. Promover una Educación inclusiva e intercultural
2. Velar por Salud física y espiritual y la Seguridad Social
3. Desarrollo Integral de la persona, familia y la comunidad
4. Combatir toda forma de discriminación
5. Proteger los derechos de los pueblos indígenas
6. Impulsar los mecanismos de participación ciudadana en las decisiones públicas
7. Promover el acceso a la información
8. Promover la elaboración de planes de estratégicos de desarrollo desde el marco
pastoral.
9. Promover a caritas como una instancia de conciliación.
10. Identificar demandas no satisfechas de bienes y servicios.
11. Trabajar concertadamente
12. Desarrollar acciones de sensibilización para el apoyo a grupos excluidos (ancianos,
huérfanos, minusválidos, enfermos, madres solteras, entre otros.
13. Concertar y coordinar con instituciones que luchan contra la pobreza.
14. Animar y fortalecer la pastoral social como sello distintivo de nuestra acción y base
para la concertación
 Proyectos posibles:
 Apoyo a madres solteras.
 Apoyo a adultos mayores.
 Apoyo a la niñez.
 Planes Estratégicos de Desarrollo.

58
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.2.2. Eje Estratégico 2:


PRODUCCIÓN SOSTENIBLE Y SUFICIENCIA ALIMENTARIA
 Lineamientos Estratégicos
1. Desarrollo Sostenible.
2. Promover una visión de desarrollo compartida, humanista y participativa.
3. Seguridad Alimentaria.
4. Reducción de la pobreza.
5. Impulsar alternativas de economía y defensa del medio ambiente desde los más
pobres.
6. Fortalecimiento de la producción local y regional.
7. Fortalecimiento de la Infraestructura productiva.
8. Fortalecer y desarrollar capacidades productivas.
9. Tecnologías Apropiadas, Innovación y Tecnología.
10. Promover alianzas para la inversión en infraestructura productiva.
 Proyectos posibles:
 Fortalecimiento o mejoramiento de la producción.
 Irrigación.
 Agrobiodiversidad.
 Pecuarios – crianzas menores – Camélidos.

59
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.2.3. Eje Estratégico 3:


NATURALEZA, AMBIENTE Y CAMBIO CLIMÁTICO
 Lineamientos Estratégicos
1. Promover el Ordenamiento Territorial y la descentralización de las actividades
económicas.
2. Velar por el patrimonio natural con un enfoque de aprovechamiento sostenible en
concordancia con el crecimiento económico, equidad social y conservación del
ambiente.
3. Proteger la biodiversidad, controlando la pérdida de bosques, y conservando el
patrimonio genético nativo.
4. Velar por la calidad ambiental, en función a la doctrina social de la iglesia católica y la
normativa del Estado, para proteger la salud de las personas y los ecosistemas.
5. Promover la restauración y conservación de la calidad ambiental
6. Desarrollar, informar y educar con planes de prevención y contingencia de
emergencias y desastres naturales, identificando zonas vulnerables
 Proyectos posibles:
 Ordenamiento Territorial.
 Forestación y Reforestación.
 Agrobiodiversidad – Biodiversidad.
 Conservación de suelos.
 Uso sostenible y conservación del agua.

60
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Misión de Caritas del Perú 2010 – 2020

Nuestra misión es el servicio de la caridad (Hch. 6, 3-4), para construir hoy y aquí el Reino de Dios,
animando y acompañando, a la luz del Evangelio y desde la Doctrina Social de la Iglesia, el proceso de
transformación de la sociedad peruana en orden al bien común, viviendo como auténticos discípulos
misioneros de Jesucristo; creando conciencia social e impulsando procesos de promoción integral de los
pobres y excluidos para que asuman un liderazgo cristiano al servicio de sus comunidades; defendiendo el
don de la vida y la creación, promoviendo el uso racional de los recursos naturales en los procesos de
desarrollo sostenible.

61
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Misión de Caritas Diocesana de Chuquibambilla


La misión es la expresión de la manera como definimos a nuestra Caritas como institución en términos de identidad, valores, actividades y ámbitos de
acción.

Caritas Diocesana Chuquibambilla es una institución religiosa inspirada en los principios éticos y
valores de la iglesia católica que promueve el desarrollo humano integral a la luz del evangelio y en
armonía con la naturaleza, por medio de acciones de apoyo y asistencia social orientadas a mejorar las
posibilidades, condiciones y calidad de vida de las personas e impulsar una producción sostenible que
garantice en principio la suficiencia alimentaria en los ámbitos de la Prelatura.

62
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Visión de Caritas del Perú 2010 – 2020

En el año 2020, somos una sólida Red Nacional Católica promotora de desarrollo humano integral
que, mediante la caridad y solidaridad, contribuye a la construcción de una sociedad justa constituida por
personas protagonistas de su historia.

63
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Visión de Caritas Diocesana de Chuquibambilla


La visión es nuestra la imagen suprema de aquello que deseamos crear en el futuro a partir de Caritas y refleja cuáles son los aspectos a los que damos mayor
importancia en nuestra institución.

Al año 2016 caritas Diocesana Chuquibambilla se consolidará como institución de desarrollo


sostenible en base a los lineamentos de la iglesia católica asistiendo fundamentalmente a las comunidades
menos favorecidas, fortaleciendo sus capacidades a partir de la Educación, Salud y Producción Sustentable
enfocada en la suficiencia alimentaria, en el marco de una relación armoniosa con la naturaleza y un
continuo proceso de adaptación al cambio climático.

64
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Valores
Los valores constituyen la base de nuestra organización y constituyen los elementos
esenciales que forjan la identidad de nuestra institución, le otorgan singularidad y afirman su
presencia social. Se exponen sobre la base de la Doctrina Social de la Iglesia Católica.

• Solidaridad
• Caridad
• Amor
• Búsqueda de la verdad
• Respeto por la dignidad de la familia, comunidad y persona
• Pluralismo
• Responsabilidad social y compromiso con el desarrollo sostenible
• Honestidad
• Justicia

65
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.3. Acciones al 2016 en función a las Debilidades


El logro de los Objetivos Estratégicos, tanto como el logro de la Misión y Visión de Caritas
Diocesana Chuquibambilla implica una reflexión y fortalecimiento institucional. El cumplimiento de
los objetivos tiene una relación directa con las medidas que se tomen en torno a las debilidades,
oportunidades y amenazas identificadas. En ese sentido, los actores institucionales han sugerido
las siguientes acciones:
1. Fortalecer e implementar logísticamente las Caritas Parroquiales.
2. Programar una Reunión anual de Intercambio de experiencias entre las Caritas
Parroquiales.
3. Incluir en la formulación de los Proyectos acciones y presupuesto de capacitación para el
personal de Caritas.
4. La capacitación será enfocada como una estrategia de motivación del personal. En los
siguientes cinco años se capacitará por lo menos al 20% del personal de Caritas.
5. Formular proyectos en base a la experiencia de los proyectos ejecutados.
6. Promover la participación del personal en el monitoreo del PEI al 2016 y la formulación de
los siguientes PEI en base a los resultados.
7. Renovar y socializar la Doctrina Social de la Iglesia y la Misión fundamental de Caritas.
8. Socializar en talleres la Doctrina Social de la Iglesia.
9. Mejorar los criterios y mecanismos de rotación de personal en base a las acciones y áreas
de la institución así como a un enfoque de especialización o capacitación en la institución.
10. Socializar el MOF y ROF de Caritas Diocesana Chuquibambilla.
11. Mejorar los criterios y mecanismos de selección de personal en base a los principios y
naturaleza de la institución.
12. Mejorar los niveles de relación del personal en base al MOF y ROF institucional.
13. Definir en el MOF y ROF institucional así como en los contratos, claramente las funciones
del personal.
14. Establecer mecanismos de comunicación más apropiados, en función a las características
de cada ámbito, así como la periodicidad de coordinación.
15. Mejorar los niveles de coordinación entre las partes técnica y administrativa.

66
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.4. Acciones al 2016 en Función a las Oportunidades


1. Formular proyectos al 2016 en base a los Ejes y Objetivos estratégicos del PEI.
2. Promover el trabajo concertado, interdisciplinario e interinstitucional.
3. Promover el consorcio entre Caritas para ampliar ámbitos atención y generar proyectos
interregionales.
4. Planificar la intervención en base a las capacidades técnicas y financieras de la institución,
y a objetivos pertinentes en base a la realidad del ámbito de la Prelatura.
5. Establecer indicadores institucionales razonables para medir la mejora de la calidad de vida
de las familias del ámbito de la Prelatura.
6. Formular proyectos orientados a fortalecer capacidades de gestión de microcréditos.

67
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.5. Acciones al 2016 en función a las Amenazas


1. Trabajar con la minería formal en base a los lineamientos y doctrina de la iglesia católica así
como la normatividad oficial.
2. Trabajar con un enfoque de procesos de gestión y no de capacitación individual.
3. Sobreponer los principios de la doctrina social de la iglesia católica y fortalecer la naturaleza
de la institución.
4. Trabajar en acciones concretas sostenibles, partiendo de la seguridad alimentaria.
5. Promover los principios y Misión Institucional en la formulación de los proyectos.
6. Trabajar con un sentido de pertinencia en base a la realidad de los ámbitos de la Prelatura.
7. Establecer con claridad los límites de participación de Caritas con el financiamiento minero.
8. Promover los principios y Misión Institucional en la formulación de los proyectos.
9. Renovar los compromisos del personal y revitalizar los principios, lineamientos y doctrina
institucional.

Cuadro Nº 8
RESUMEN DE ACCIONES INSTITUCIONALES POR DIMENSIONES

68
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

DIMENSIÓN 1: ORGANIZACIÓN DIMENSIÓN 2: CAPITAL HUMANO


 Renovar y socializar la Doctrina Social de la  Incluir en la formulación de los Proyectos
Iglesia y la Misión fundamental de Caritas. acciones y presupuesto de capacitación para el
 Socializar el MOF y ROF de Caritas Diocesana personal de Caritas.
Chuquibambilla.  La capacitación será enfocada como una
 Definir en el MOF y ROF institucional así como estrategia de motivación del personal. En los
en los contratos, claramente las funciones del siguientes cinco años se capacitará por lo menos
personal. al 20% del personal de Caritas.
 Establecer mecanismos de comunicación más  Mejorar los criterios y mecanismos de selección
apropiados, en función a las características de de personal en base a los principios y naturaleza
cada ámbito, así como la periodicidad de de la institución.
coordinación.  Formular proyectos en base a la experiencia de
 Establecer indicadores institucionales los proyectos ejecutados.
razonables para medir la mejora de la calidad de  Formular proyectos orientados a fortalecer
vida de las familias del ámbito de la Prelatura. capacidades de gestión de microcréditos.
 Trabajar con la minería formal en base a los  Renovar los compromisos del personal y
lineamientos y doctrina de la iglesia católica así revitalizar los principios, lineamientos y doctrina
como la normatividad oficial. institucional.
 Sobreponer los principios de la doctrina social  Socializar en talleres la Doctrina Social de la
de la iglesia católica y fortalecer la naturaleza de Iglesia.
la institución.  Formular proyectos al 2016 en base a los Ejes y
 Promover los principios y Misión Institucional en Objetivos estratégicos del PEI.
la formulación de los proyectos.  Mejorar los criterios y mecanismos de rotación
 Establecer con claridad los límites de de personal en base a las acciones y áreas de la
participación de Caritas con el financiamiento institución así como a un enfoque de
minero. especialización ó capacitación en la institución.
 Promover los principios y Misión Institucional en
la formulación de los proyectos.
 Promover el trabajo concertado,
interdisciplinario e interinstitucional.
DIMENSIÓN 3: TECNOLOGÍA E INFRAESTRUCTURA DIMENSIÓN 4: PROCESOS
 Fortalecer e implementar logísticamente las  Programar una Reunión anual de Intercambio
Caritas Parroquiales. de experiencias entre las Caritas Parroquiales.
 Establecer mecanismos de comunicación más  Promover la participación del personal en el
apropiados, en función a las características de monitoreo del PEI al 2016 y la formulación de los
cada ámbito, así como la periodicidad de siguientes PEI en base a los resultados.
coordinación.  Mejorar los niveles de relación del personal en
base al MOF y ROF institucional.
 Mejorar los niveles de coordinación entre las
partes técnica y administrativa.
 Promover el consorcio entre Caritas para
ampliar ámbitos atención y generar proyectos
interregionales.
 Planificar la intervención en base a las
capacidades técnicas y financieras de la
institución, y a objetivos pertinentes en base a
la realidad del ámbito de la Prelatura.
 Trabajar con un enfoque de procesos de gestión
y no de capacitación individual.
 Trabajar en acciones concretas sostenibles,
partiendo de la seguridad alimentaria.
 Trabajar con un sentido de pertinencia en base
a la realidad de los ámbitos de la Prelatura.
Fuente: Taller Institucional 02/09/2011.

69
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.6. Rol de los Actores en la Implementación del PEI al 2016 de Caritas


Diocesana de Chuquibambilla.
3.6.1. Profesionales y Técnicos de Proyectos
El equipo de profesionales y técnicos responsables de la implementación de los proyectos
de Caritas, en el proceso de implementación del Plan Estratégico Institucional tienen como
responsabilidad mayor el compromiso con la institución en base a la doctrina de la iglesia. En
correspondencia con los principios de Caridad y Solidaridad contemplados en la doctrina se
ejecutarán las actividades de los proyectos con un despliegue responsable de todas sus capacidades
técnicas y vocación de servicio en los ámbitos de la Prelatura. La ejecución responsable y eficiente
de las actividades, del presupuesto y de los plazos establecidos así como los informes físicos y
financieros, constituye el soporte institucional para dar cuenta a las instancias financieras sobre los
resultados e impactos, de manera que se renueve la confianza en la culminación de cada proyecto.

Los profesionales y técnicos de los proyectos en ejecución se constituyen como la instancia


más confiable de retroalimentación en el proceso de formulación de nuevos proyectos. La
experiencia “en campo” por lo general nos provee de “lecciones aprendidas” durante la ejecución
del proyecto en sus diferentes etapas, circunstancias y escenarios, los cuales deben ser transmitidos
al equipo formulador de modo que los posibles errores en la formulación de los primeros proyectos
no deban repetirse en los siguientes proyectos.

3.6.2. Caritas Parroquiales – Miembros


Como sedes desconcentradas de la oficina de Caritas Diocesana de Chuquibambilla
representan a la Prelatura y a la institución en cada ámbito en la que se encuentren. Las sedes tanto
como el equipo de personas que allí cumplen su vocación de servicio constituyen las instancias de
apoyo para la ejecución de los proyectos, por tanto desde la sede central debe sostenerse en una
implementación apropiada para tal fin.

3.6.3. Administrativos
La administración de Caritas de Chuquibambilla, a través de su personal, tiene el
compromiso de apoyar de modo eficiente los procesos que la implementación del PEI supondrá, en
torno a las actividades centrales de la institución (Planificación, ejecución de proyectos,
formulación de proyectos, informes financieros). Esta labor implicará realizar un trabajo cercano,
que permita plantear procedimientos administrativos que aseguren una atención de calidad a los
diversos miembros de nuestra institución así como a la atención oportuna de los requerimientos
durante la ejecución de los proyectos, formulación de los proyectos, implementación institucional
y capacitación.

En la administración se sostiene el desarrollo normal de las actividades de los proyectos, en


ese sentido parte del personal administrativo debe compartir en algunas ocasiones la experiencia
de la ejecución de los proyectos.

3.6.4. Ejecutivos - Asamblea de Asociados, Consejo Directivo, Secretaría General,


Coordinador Diocesano.

70
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

Las instancias ejecutivas tienen un papel decisivo en el éxito de los diversos propósitos que
Caritas se ha planteado a través del PEI. Son ellos los llamados a liderar los procesos de mejora y
cambio, motivando al personal en su conjunto con los objetivos que cada proyecto espera lograr.
Su principal responsabilidad es mantener los propósitos institucionales, avivando la voluntad de sus
representados para seguir avanzando y manteniendo una mirada crítica de construcción de futuro
para la institución.

Las instancias ejecutivas son las principales gestoras del PEI. En este sentido, se espera de
ellas una actitud abierta, perceptiva, de amplia convocatoria y fundamentalmente de amplia
escucha que permita facilitar el logro de los objetivos propuestos.

Es necesario comprender que Caritas como institución se construye día a día con las
decisiones que cada uno de sus integrantes toma, no es una consecuencia azarosa del devenir, es
una consecuencia de nuestros actos y de la bendición de Dios. El logro de la mejora institucional
requiere más que nunca de nuestros actos y de la conciencia crítica que tengamos de ellos. La
calidad y la mejora no “ocurren”, se construyen.

Una de las estrategias para motivar al personal en el logro de los objetivos institucionales
se ha identificado en la Capacitación. Por tanto es importante considerar en este proceso del PEI
una capacitación progresiva, coherente y sostenible a cada área institucional, cuyo presupuesto
deberá ser considerado de manera razonable en la formulación de los proyectos o gestionar a las
instancias pertinentes.

Los cuatro actores actúan sobre los Principios de la Caridad y la Solidaridad, y el desempeño
eficiente y en armonía lograrán las metas del PEI en los siguientes cinco años. Todos los actores
constituyen una COMUNIDAD SOLIDARIA, para lograr los objetivos supremos.

3.7. Esquemas gráficos del Plan Estratégico Institucional

71
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.7.1. Esquema del proceso de planeamiento e implementación del PEI

Se logra la Visión de Caritas Diocesana


de Chuquibambilla al 2016

La Comunidad Solidaria de Se logran a través de


Caritas Diocesana de una Gestión eficiente
Chuquibambilla es el actor
principal en la ejecución del
de Proyectos sobre la
base de la doctrina de
Metas
PEI al 2016 la Iglesia

Objetivos Estratégicos

Capacitación y Motivación
Formulación de Proyectos Misión Caritas
Ejecución de Proyectos Chuquibambilla
Gestión del Financiamiento

Fase de Resultados (2016)


Fase de Ejecución (2012 – 2016)
Fase de Planeamiento (2011 – 2012)

72
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

3.8. Perfil de los Servidores de Caritas Diocesana de Chuquibambilla.


3.8.1. Decálogo de Cualidades:
1. Tener competencia Profesional (servicio de calidad, pertinente, realizado de manera
adecuada y que tenga continuidad).
2. Actuar con sentido de humanidad (atención cordial y la dedicación al otro. Una formación
del corazón).
3. Obrar con humildad a imitación de Cristo (darse a sí mismo como don, reconocimiento de
ayudarse a sí mismo al ayudar al otro, agradecer a Dios por este don, sentirse un
instrumento en manos del señor.
4. Ser acogedor y misericordioso (para con los pobres y necesitados, ser un corazón que ve).
5. Ser persona de oración (para recibir constantemente fuerzas de Cristo).
6. Sentirse movidos por el amor de Cristo (personas cuyo corazón ha sido conquistado por
Cristo con su amor, despertando en ellos el amor al prójimo).

3.9. Decálogo de la Pastoral de la Caridad:


- Es humanística (atención técnicamente correcta y humana)
- Es universal (es la actitud del buen samaritano, por encima de partidos o ideologías)
- Es personal (compromete a cada discípulo de Jesucristo, esté donde esté)

73
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

- Es comunitaria (compromete a toda la comunidad eclesial)


- Es comunicacional (vida en comunión en la iglesia como familia, ninguno en necesidad)
- Es ecuménica (necesario voz común y compromiso de cristianos para el desarrollo)
- Es imperativa (pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia
esencia)
- Es cooperativa (cooperación mutua y alianzas, para eficacia de servicio caritativo)
- Es testimonial (el amor en su pureza y gratuidad es el mejor testimonio de Dios)
- Es planificada (la pastoral de la caridad no es una forma de asistencia social que se añade)

3.10. Análisis de Resultados – Indicadores de Resultados


La evaluación de los resultados del Plan Estratégico Institucional de Caritas Diocesana de
Chuquibambilla del período 2012 al año 2016 tienen un carácter que se sostiene en gran medida
sobre variables cualitativas, que soportados donde corresponda por cifras cuantitativas, pretenden
fundamentalmente concluir con una satisfacción plena de la labor realizada por cada uno de los
actores de la institución, que en la generalidad no es apropiado enfocarlos en términos económicos.
Una evaluación de Costo Beneficio sobre los resultados de la institución no corresponde a Caritas,
porque Caritas tiene una naturaleza religiosa y porque cuando nos referimos a los proyectos con el
término de “inversión” contemplamos en principio el bienestar social y espiritual de la persona, de
la familia y de la comunidad.

Los resultados del PEI 2012 – 2016, se medirán estrictamente sobre la percepción de lo
logrado o avanzado en base a las 8 Metas Propuestas y a los Logros Previstos, en relación a los
Objetivos y Ejes Estratégicos. Por otro lado en relación al diagnóstico institucional, los resultados
del PEI serán medidos en función a lo que se ha hecho o ejecutado en los cinco años en base a las
Acciones contempladas en función a las Amenazas, Debilidades y Oportunidades. Evidentemente
constituye un análisis reflexivo de lo logrado y un análisis interno que debe exponer “lecciones
aprendidas” para los siguientes Planes Estratégicos. Sin embargo, tiene que estar presente en todo
momento de la evaluación de los resultados, la verdadera naturaleza y misión suprema de la
institución. En ese sentido se plantean algunos posibles indicadores de resultados sobre los cuales
podemos emitir criterios de evaluación:

74
PEI 2012 – 2016 - Caritas Diocesana de Chuquibambilla

- Número de Familias y comunidades constituidas y fortalecidas en su dignidad, fortalecidas


y motivadas en el evangelio.
- Niveles de participación institucional en la gobernabilidad.
- Número de familias y comunidades motivadas y sensibilizadas en relación a la producción
sostenible.
- Número de familias y comunidades fortalecidas y con capacidades para gestionar su
propia suficiencia alimentaria.
- Número de áreas naturales vulneradas atendidas.
- Niveles de satisfacción del personal al término del PEI 2012 – 2016.
- Resultados de las capacitaciones al personal.

75

Вам также может понравиться