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Bibliograf iorC I JJKV «-
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1 GARC Í A FONT, J ., Historia de la ciencia, Barcelona, Mfa. ediciones, 1 i
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2000. !
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2 POPPER , Karl , £7 desarrollo del conocimiento cient ífico , Buenos Aires ,
Paid ós, 1967.
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5
Capítulo 2
4
^ ídem . \
1
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FCE , 1971 . i
5 SHAP Í N , Steven , La revolución cient ífica. Una interpretaci ón alternativa,
i llamada ciencia ?
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Para saber m ás
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£/ primer hombre de ciencia fue aquel que investig ó algo no caí
para saber si le valía de alimento, refugio, arma o medio « (« •
defensa, herramienta o distracción, sino por el placer de co -
nocer.
Samuel Coleridge
ni
ni
(
La ciencia no nos habla de la naturaleza ; nos ofrece respues -
tas a nuestras preguntas sobre la naturaleza. Lo que observa -
mos no es la naturaleza en sí misma, sino la naturaleza a tra - U
vés de nuestros métodos de preguntar.
Werner Heisenberg
• /
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ni
La ciencia comienza hoy a desvelar sus verdaderos rostros...
no es ni diosa ni ídolo, tiende a confundirse cada vez más con
i
la aventura humana de la que ha surgido.
Edgard Morin
• I
De todo este an á lisis, s ólo se presentaron algunos aspectos o hitos
que nos parecieron sustanciales, dentro de ese largo camino/ aventura
del hombre admir á ndose e interrog á ndose frente a los problemas que
» .
afronta. En un momento de ese proceso , hay una forma de interrogar
at que da lugar a lo que hoy llamamos ciencia . Pero la ciencia no apare -
ci ó de una vez para siempre: la ciencia tambi é n evoluciona , tiene un
carácter din á mico; consecuentemente , su significado se transforma.
%
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* /
Esa “ cosa llamada ciencia ’’ será, pues, el tema central de es -
te capítulo , considerada como actividad intelectual y como
forma de producci ón de conocimiento . i 1. El problema de la demarcaci ó n de la ciencia
46
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47 i
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©
sentido com ú n no tienen una diferencia tajante
, ni una l ínea divisoria derar una teoría desde el punto de vista de la posibilidad de discutirla
n í tida , cuando se trata de demarcar la
ciencia de lo que no lo es hay 4
respuestas diferentes . crí ticamente: de su capacidad de exponerse a todo gé nero de cr íticas y '
«1
—
— si lo hace de su capacidad de resistirlas.” 5
Francisco Romero advertía que “ cada cient í fico
t í ficamente só lo de su
puede hablar cien -
ciencia; si habla de * la ciencia' , lo hace
De una manera sencilla , se podr í a resumir la tesis de Popper en la
m
como fi - afirmaci ón con que inicia su libro El descubrimiento del conocimiento
l ósofo".-1 Nosotros creemos que puede
—que debe— plantearse el pro-
blema de una "ciencia de la ciencia", esto es pensar
. cient íficamente
cient ífico : "podemos aprender de nuestros errores"; lo que quiere decir ©
sobre la misma ciencia . Esta puede ser una tarea que " todo nuestro^tonocimiento aumenta só lo a través de la correcci ó n <É?
del cient í fico y / o del de nuestros errores . .. lo que se llama en la actualidad ‘retroalimcnta -
fil ósofo. ©
ci ón negativa’ ( negative feed back ) no es más que una aplicaci ón del
Sea lo que fuere ( trabajo del cient ífico, trabajo mé todo general de aprender de nuestros errores por el mé todo de ensa-
del fil ósofo , o de
ambos ) , el problema est á planteado . Admiti ' yo y error" . c Na C A rste
sustancial , en cuanto a la naturaleza de lo que
do que no hay diferencia “
I , por lo tanto , en la ü lMIuáT demostraci ó n de la el»
se conoce, entre el saber verdad de una proposici ó n , sino de su no falsedad . Consiguienierncn -
cotidiano y el saber cient ífico o , si se quiere
hacer otra distinci ón , en -
’
te , el criterio de demarcaci ó n no es la verificabilidad sino la falsabili -
0
tre el saber doxa y el saber ep ísteme .
hemos de agregar que la ciencia dad o falsaci ón , es decir, la posibilidad de refutarlo . Hoy d ía , para al - 0
crece , como lo explica Bunge , tla partir del conocimiento com
rebasa con su crecimiento: de hecho , la investigaci ú n y le gunos cient íficos , esta postura de Popper parece inadecuado, puesto 0
- que si los cient í ficos hubiesen aplicado rigurosamente el criterio pop -
/. a gn el lugar mismo en que
rios dejan de resolver problemas o hasta de
ón cient ífica empie-
la experiencia v el conocimiento ordina-
plantearlos" 4 De acuerdo ,
.
l periano , pocas teor ías (o ninguna) hubiese sobrevivido: en todas ellas
se encuentran anomal ías .
0
0
pero ¿ cuando las respuestas que se dan ©
podemos considerarlas como Hay una segunda manera de enfrentar el problema , la de Rudolph
propias de la ciencia? Hay respuestas a problem
as que no se resuelven Camap.7 Su criterio de demarcaci ón es la confirmabilidad , y el mé to -
por experiencia o sentido com ú n , pero esas
respuestas no son científi - do para confirmar es el inductivo, tan duramente criticado por Popper.
cas : pueden ser metaf ísicas teol ó gicas o pseudocient jjr
,
íficas . . Camap retoma la tradici ó n neopositivista cuf dnnnHn pnr . Pnppnr y
Popper, preocupado por encontrar una l ínea de ^
desarrolla su propia tesis sobre el criterio de demarcaci ó n , sosteniendo
§3
demarcació n entre
aquellos enunciados y sistemas de enuncia que la conflrmabilidad por mé todos inductivos es lo que diferencia & '
dos que pueden ser conside
ratios cient íficos , y los que no lo son , "
un conocimiento c!enTTfico de lo que no tiene ese carácter.
comienza por descartar la
concepci ó n m á s difundida en ese entonces, que
de la ciencia se carac- Camap enfatiza el valor de las teor ías cient í ficas por el n ú mero y el
teriza por su base observacional y por su mé
todo inductivo al que con - rango de falsificadores potenciales que permiten la conflrmabilidad y
sidera l ógicamente Inv á lido fcl criterio b ásico
,
"
de demarcaci ón entre la la. conn ión . Para los neopositivistas — y en esa l í nea se inserta el
&
ciencia y la no ciencia es el de falsabilidad,
refutabilidad o testabili - pensamiento de Camap^-, una proposici ón cient ífica “ tiene un sentido
dad . Seg ú n esta concepci ón , una teor ía es cient ífica no porque haya
probado su verdad , sino porque ofrece posibilidad cuando es verificable y sólo entonces” . <2$
la de demostrar su
falsedad , es decir, que pueden refutarse empí Hemos diferenciado las posturas de Popper y Camap . Sin embargo ,
ricamente. Lo carac -
teriza a la ciencia no son los enunciados verdade ^ el debate acerca de la demarcaci ón de la ciencia es m ás amplio y com -
ros , sino la posibili -
dad dejj&mQSfQMque sus aserciones son falsas “ plejo . No es tema para desarrollar en un libro como éste , cuyos propó -
. Se trata de una con-
cepci ó n de la cienciaque considere el enfoque cr
ítico de ésta como su
sitos sólo pretenden servir de introducci ón al conocimiento de los
caracter ística m ás importante . De este
modo , el cient ífico debe consi - métodos y las técnicas de investigación social . A pesar de ello , es opor-
tuno ofrecer a los destinatarios del libro una referencia al debate actual a
ir
)
fizet / nicl A ntlcr - Egg M étodos y t écnicos de investigación social
)
sobre el problema de la ciencia , al menos para que se informen sobre La cuesti ó n que nos ocupa y preocupa queda resumida en una pre-
el abanico o gama , bastante variada, de respuestas sobre el problema gunta: ¿ Cu á les la concepci ó n de la ciencia , hoy, en los umbrales del
de la ciencia . i*. siglo XXI ?
• El modelo racionalista de la actividad cient í fica , defendida por 2. La metamorfosis de la ciencia: de la visi ó n determinista
Popper y Lakatos . a la visi ó n probabil ística
)
• El historicista, propuesto por Kuhn . .
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50 51
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-
Ezequiel Ander Egg Melados y t écnicas de investigación social t
si ó n org á nica del mundo. El universo era considerado como un orga
tem á ticas, “ que tranquila y orgullosamente determinan para siempre su
%
- •
1
msrno. Lsta concepci ó n del universo como un todo org á nico fue domi
nante entre los siglos XII y XVI. Exist ía un orden impecable
- futuro, del mismo modo que determinaron el pasado’’
9
\
verso , una imagen est á tica.
del uni- . Dec íamos que esta concepci ó n alcanza su m á ximo esplendor en el
Ahora bien , esta concepció n entra en crisis con la revolución cien
i»
siglo XIX. “ El universo —
orno explicaba Laplace es un mecanis-
t í fica que comienza con la revolución copemicana - mo de relojer ía, eterno e increado” , todo é l expresado en un ordena - i
y, a través de los miento causal riguroso, que transcurre en un espacio- tiempo absoluto.
aportes de Kepler, Galileo y F. Bacon , culmina con
Newton y Descar - La idea del universo concebido como m áquina es la metá fora domi -
tes. Las ideas Jeestos QOS ú ltimos se convirtieron en el
fundamento de nante de la era moderna. Fritjof Capra , al destacar la importancia que
la visi ó n mecanicista del universo. Esta concepci ón se
transforma en i •tuvo Descartes en el desarrollo de esta concepci ó n mecanicista se
, ñ ala <3
el paradigma de la ciencia y de la cosmovisi ó n
dominante. El universo funcionando “ acuerdo con unas le -
es concebido como una “ supermáquina ” , en la cuaTlos fen ó
que a la naturaleza se la concibe de ti
<s
menos de yes mecá nicas, y todas las cosas del mundo pod í an explicarse en t é r-
la naturaleza se reducen a leyes matem áticas. Es un
universo etermn minos de la disposici ó n y movimiento de sus partes. Esta imagen me -
nista , gobernado por cadenas lineales de causas y efectos. El ^hombre cá nica de la naturaleza fue el paradigma que domin ó la ciencia despu é s
$
de Descartes, marcando la pauta de las investigaciones cient í ficas y su -
es considerado un observador separado de un universo que le
— —
El cient ífico dec ía Francis Bacon debe “ torturar a la naturaleza
hasta arrancarle sus secretos” , porque “ saber es poder” . Con
mo dicen Prigogine y Stengers, se produjo una “ transformaci ó n irre
es ajeno.
esto, co -
giriendo la formulació n de todas las teor
—
ías sobre los fen ó menos natu -
—
rales” . Esta visió n agrega Capra en otro pasaje “ tuvo una influen -
, a
&
&
cia decisiva en las ciencias humanas” en los ú ltimos 300 a ñ os. Hoy
“
versible de nuestra relaci ón con la naturaleza” .8 -
pesar de que se comienzan a vislumbrar las severas limitaciones la de
A comienzos del siglo XXI, existe una toma de
conciencia, cada versi ón cartesiana del mundo , el mé todo de enfocar los problemas in - ($}
vez m ás generalizada , de que no es posible seguir “ torturando la na
a - telectuales y la claridad de razonamiento de Descartes siguen vigen - <¡D
turaleza ” , ni considerar al hombre como su dominador
absoluto, con tes” . 10
derecho a ejercer sobre ella el jus utendi otque abutendi ( Importa se ñ alar, por cuestiones que trataremos m ás adelante , que
derecho de
usar y de abusar).
dentro de la concepción o modelo mecanicista se producen
una serie <s)
• , La revoluci ó n ripnr í fW
no significó, por sí misma, la concepción de rupturas entre: 5
mecanicista. Esta se fue configurando poco a poco y llegó a su m áxi
- . m
rna intensidad a comienzos del siglo XIX. El universo
mecanicista se
transforma en el paradigma de la ciencia y de la cosmovisió n dominan
-
,
• la ciencia y la filosof ía ; m
te. Todo lo real est á organizado seg ú n leyes • el arte y la ciencia; $0
deterministas. El conocer
cient ífico se identifica con la determinaci ó n causal de • la cultura humanista y la cultura cient ífica ; ©
estados homogé-
neos ; de este modo, conocer cient íficamente es “ percibir un orden
sub- • el sujeto (observador imparcial ) y el objeto ( realidad indepen -
y
yacente ” . En un mundo regido por el orden , todo
acontecimiento est á
determinado y todos los procesos se rigen por la din á mica de causa- diente del observador).
efecto. La ciencia no só lo ha construido un modelo comprensible
de
ese mundo , sino ¿) ue tambi é n es capaz de ver e interpretar lo que ha Ni la é tica ni la esté tica; ni el misterio ni lo espiritual ; es decir
, ni la
pa- campo
sado, lo que pasa y de predecir el futuro.
Dentro de esta concepci ón, moral , la belleza, el amor o los valores tienen lugar dentro del
no existen ¿Tazar ni la contingencia. Todo est á ligado seg ú n leyes ma- de la ciencia, seg ú n el modelo mecanicista.
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:euuiel A ruler - Ei;x
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y limita -
ciones del modelo mecanicista , no impidieron que fuera
mienta conceptual muy poderosa para producir
una herra-
1
—
ticulares objetivos de estudio de cada ciencia est á n sujetos a un or -
den , y que todos los hechos y fen ó menos se encuentran relacionados
espectáculares desarro- de manera determinada y estable. En la concepci ó n actual de la cien -
llos de la ciencia y la tecnolog ía. i
i cia, el cosmos- universo es un gigantesco proceso tn expansi ó n en el
Pero he aqu í que esta imagen del universo, dominan
te entre el siglo que todo es irreversible, como la flecha del tiempo. Orden , desorden ,
X Vll y el XIX , fue sufriendo una gran transformaci ón que,
^
.
siem - yes probabil ísticas y estad ísticas . La idea de orden impecable en el uni -
pre , sino un sistema en continua evoluci ó n y cambio) .
verso cede ante la idea de una combinaci ó n incierta y enigm á tica del
Ya en el siglo XX, la f ísica cu á ntica produce otros cambios
dos en la concepci ó n de la realidad . Max Planck , un cient ífico
profun -
imbui -
gffdiU juego cosmogen ésico” — —
como dice Morin del desorden , el
rden y la organizaci ó n. El universo ya no se considera una m áquina ,
do del pensamiento del siglo XIX , iniciador de la f ísica cu á
mente con Einstein , Bohr, Fermi, Dirac, Bose y De
ntica junta - jno un organismo. La imagen est á tica y ordenada del universo f ísico
Broglie, formiíla la / áquilibrado es reemplazada por una imagen din á mica de un universo
' '
“ teor ía m á s exitosa de la historia de la
ciencia” . No só lo influy ó en la í| n donde existen tanto el orden como el desorden ; un universo desbo-
f ísica, tambi é n en la qu ímica y la biolog ía . Y. m ás a ú n , en el paradig
ma mismo de la ciencia: los postulados del modelo - cado , de dinamismo extremo , de movimiento y cambio continuos, a
newtoniano-carte - veces previsible y a veces imprevisible en sus bifurcaciones. El univer -
siano son cuestionados. En la actualidad , las leyes de la
física corres so desbocado es un burbujeo viviente, en una especie de danza cósmi -
. "ponilcn una nueváTorma de inteligibilidad expresada en representay
dones probabil ísticas irreductibles ” . 11 Consideremos
las sorprendentes exploraciones en el campo de la
, por otro lado,
^ ca que existe en lo infinitamente peque ñ o (el á tomo) y en lo infinita -
mente grande (el cosmos) . Nos abrimos hacia una descripci ó n y una
astrof ísica y la cos- comprensi ó n distintas de la realidad con la ciencia actual que luí entra -
molog ía de los a ñ os treinta, que provocan una crisis
radical al dar una
i
do en el á mbito de lo que hoy se llama el caos determinista o. simple -
perspectiva completamente diferente de la visi ó n mecanicista. ¿
'i
Una “ vi- • *
mente, caos.
si ó n determinista” es reeemplazada orno lo explican Prigogine y
—
Stengers por una “ visió n probabil ística ” . Se trata de una
ma de inteligibilidad deTa-Te tfda3 que , desde un nuevo
nueva for-
A comienzos del siglo XXI, sabemos que la realidad ú ltima no la
vemos; es una realidad escamoteada... Mientras t ú , amigo lector, Ices
^
manifiesta una nueva coherencia: Hoy nos
paradigma, esta p ágina, est ás girando sobre el eje de la Tierra , junto con la Tierra
— —
encontramos dicen los
- í\ giras alrededor del Sol , te mueves como parte de nuestra galaxia y te
—
t
— una metamorfosis progresiva. cuerpo pueden quedar reducidos al tama ñ o de una cabeza de alfiler si
. •*
* eliminamos todos los espacios (y tendr íamos la misma masa). Somos
La ciencia tradicional , que arranca con Newton , fundam
entada filo- una “ motita ” insignificante de la energ ía c ósmica y estamos en un
só ficamente por Descarten , y cuyo paradigma tiene
vigencia hasta ya mundo que se nos presenta con olores , colores , sonidos y resistencias ,
entrado el siglo XX , considera el cosmos como
un mecanismo que fun - pero, “ ah í fuera” , s ó lo hay ondas electromagn é ticas , variaciones de
ciona en el tiempo y en el espacio, con leyes eternas
y procesos irre- presiones y de energía; nada de eso vemos, y ésa es la realidad ú ltima...
versibles. Se parte del supuesto de que toda la
—
naturaleza y los par- posiblemente.
54
55
lIs 4
-
E:equ id A / u/ cr fZi’ i; M étodos y técnicas de investigación social
.
Y en nosotros, en nuestros cuerpos, acontecen una serie de hechos 3. Acerca de la noci ón de ciencia C
básicos para nuestra existencia, que no vemos y que la mayor ía de los j
seres humanos no saben que est á n pasando en ellos. Somos un conglo- Las consideraciones de estos dos primeros pará grafos creo que nos
merado de unos 100 billones de c é lulas , todas ellas procedentes de un pueden servir para no caer en la superficialidad de creer que la noci ó n
cigoto ( un ó vulo y un espermatozoide , que tambi é n son cé lulas), que de ciencia expresa un fen ó meno simple y sencillo de delimitar. La
han sido formadas en el proceso de la divisi ó n celular. Cada una de complejidad misma de la ciencia y el hecho de que se trata de algo que
ellas con un n ú cleo de cromosomas y mol éculas de ADN, con todas las todav ía se est á haciendo, unido a la diversiticaci ó n de los que h ace res
instrucciones para la vida y la reproducci ó n. Los genes, por su parte , de íaTdiferences disciplinas cient íficas , nos hacen m ás cautos a la ho-
tienen la informaci ó n necesaria para construir prote í nas , y las prote í- ra de querer explicar qu é es “ esa cosa llamada ciencia” .
nas son las nanom á quinas que ejecutan las tareas en la cé lula viva..
Como en otras cuestiones similares, me parece oportuno hacer una
Y todas estas maravillas, invisibles a nuestros ojos eTTcacfTuna de las
primera aproximaci ó n a partir de la etimolog ía de la palabra ; el té r-
billones de c é lulas que forman la masa de nuestro cuerpo.
mino “ ciencia ” deriva etimol ógicamente del vocablo latino scieiitia ,
una refundaci ó n
— —
Entre los a ñ os 1975 y 1985, se produce un cambio - para algunos,
de la ciencia contemporá nea. El tr á nsito de un á
que significa “ saber” , “ conocer” . Esta noci ó n concuerda con su ra íz
,
scio, que deriva del griego isemirverbo que tambi é n equivale a \s;tficf
%
perspectiva u orientaci ó n mecanicista hacia otra orgnnirist.i jnnrn con en toda la extensi ó n de este té rmino, en el sentido de “ tener noticia",
Las breves referenc ias que hemos hecho sobre el problem a de la de-
i
u • Los datos de la experien cia ( hechos, fen ó menos, etc.) , que per- \/
marcaci ó n de la ciencia nos ponen de relieve que existen no pocas
tenecen a la naturalez a propia de cada ciencia .
cuestion es en debate. De ah í que no pretenda mos una definici ó n ex -
haustiva y suficient e; nuestro propó sito es m ás modesto: proporci onar
una noci ó n do ciencia a trav és de aquellos elemento s que la caracteri -
• Los m é todos y t é cnicas utilizado s para recoger y estudiar estosA
datos.
/
^
zan . Hoy, cuando se habla de ciencia, en té rminos generale s, se hace • El marco teó rico referenci a! constituy e el n ú cleo duro de una
referenc ia a: £ ciencia que orienta todo su discurso , ofreciend o un sistema de
\/
$
clasifica ci ó n y de categor ía de an á lisis , y permitien do incorpo-
rar los hechos y las hip ó tesis dentro de un cuerpo general que
Un conjunto de conocim ientos racionale s, de tipo conjetura l ,
posibilit a la unificaci ó n sistem á tica del conocim iento cient ífico .
(
fue pueden ser verdadero s o falsos ( nunca se tiene certeza absolu - 1
ta ) , ) que se obtienen de una manera met ó dica y se verifican en su
i • El paradigm a que, como supuesto metate ó rico , configur a una
4
validez y fiabilida d mediante la contrasta ci ó n emp í rica. Este cuer - constela ci ó n de valores, creencia s, problema s y t écnicas que /
po de conocimi entos, org á nicament e sistemati zados dentro de cada proporci onan un modo de organizar la lectura de la realidad .
ciencia , hace referencia a hechos y fen ó menos de una misma natu - .*
• %
do. M
..
• *! Pero he aqu í que estos cinco elemento s que ayudan a la configur a -
V
ATS
ci ó n de la racionali dad (datos, mé todos y t écnicas, teorías , paradigm as
Esta noci ó n , aun siendo insuficie nte , a nuestro juicio contiene las y la filosof ía, ideolog ía o valores del investiga dor) evolucion an y cam -
notas esenciale s de cualquier ciencia : bian . Esto implica que lo que consider amos la racionali dad tambi é n
evolucio na de acuerdo con esos cambios.
Conocim iento racional. El tipo de conocim iento propio de la cien - Hemos de advertir que no todo conocim iento es conocim iento ra-
cia es un conocim iento de determin ado g é nero que , como tal , exige el cional : existen otras formas de conocim iento ( como es el conocim ien -
uso de la raz ó n o , dicho con m ás precisi ó n , de la racionali dad . Ésta to poé tico o la aprehens ió n inmediat a sin que medien razonami entos,
consiste en la “ aplicació n de principio s de coherenc ia a los datos pro que es propio del conocim iento intuitivo ). Estas formas de conoci -
porciona dos por la experien cia ” , seg ú n la define Morin .
- •
vftS miento pueden ser v á lidas en cuanto llevan a conocer alg ú n aspecto de
• ¿i
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:; í la realidad pero, cuando se trata de la ciencia, el tipo de conocim iento
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Fzci/ uiet Andcr Egg
1i-
7
M étodos y técnicas de investigación social
3
coherente de enunciados fundados y contrastables” .13 Quiz ás habr ía cepci ón actual de la ciencia, los modelos deterministas han sido susti -
que repensar la racionalidad como visi ó n cient ífica de. la realidad des- tuidos por modelos probabilisticos. En las ciencias no hay teor
, ías ge-
de la perspectiva que nos propone Xavier Zubiri con su tesis sobre la nerales, consideradas como un saber absoluto, cierto e indubitable.
“ inteligencia sintiente ” conforme con la cual "lo inteligible" y “
lo sen- Puesto que en la ciencia no hay, pues , certeza absoluta , sino só lo
sible" est á n fundidos en la misma actividad psíquica. probabilidadinductiva, a veces comprobable y siempre refutable. Con -
La ciencia no es l á ú nica manera leg ítima de conocer, ni tiene poi\ secuentemente, se trata de verdades parciales sujetas a correcci ó n
qu é excluir otras certezas , pero es la ú nica manera de conocer que se cuando nuevos datos o experiencias demuestran la necesidad de recti -
plantea expresamente el controlar/ veriFtcar de manera sistem á tica la ficaci ó n o de rechazo.
veracidad de su conocimiento.(*)
Actualmente , entre los cient íficos , existe un acuerdo generalizado
de que la ciencia no acepta dogmas , ni argumentos de autoridad , sea
De tipo conjetural y probá bil ístico que puede ser verdadero 6 cual fuere su procedencia. De ah í que los conocimientos cient í ficos
falso. La ciencia no es un conjunto de verdades totalmente estructura- I . siempre se deban considerar como conjeturales , provisionales y abier -
das y definitivas ; toda ciencia es un sistema que “ aspira a una verdade - tos a la duda. Por eso, la ciencia no pretende ser una explicaci ó n ú lti -
ra descripci ó n del mundo o dealgunos des ú s aspectos, y a una expli- ma basada en esencias que describen de manera verdadera un aspecto
cació n verdadera de los hechos Observables 'Tlpero “ nunca puede saber de la realidad.
con certeza si ¿> ü S tlallazgus son verdad é ros , aunque a veces pueda de- Todo conocimiento cient ífico considerado “ cierto ” lo es en cuanto
mostrar con razonable certeza que una teor ía es falsa” .14 En la ciencia no demuestra su falsedad. Por eso lo de “ cierto” debe t ó marse con ese *
ninguna conclusi ó n es definitiva: siempre es pen ú ltima, puesto que
ofrece conocimientos probables, m ás que conocimientos totalmente
alcance y precaució n. “ Aunque pueda parecer una paradoja como lo
—
hace notar Bertrand Russell , toda ciencia exacta ser á dominada por
— *
de n í ostíadosr “ " *
la idea de aproximaci ó n ” ; y, en otro pasaje , precisa esta idea diciendo: *
*
Tricon ocimiento que proporciona la ciencia no es un dogma que
"
“ Si un hombre os dice que posee la verdad exacta sobre algo , hay ra -
zó n para creer que es un hombre equivocado... Ning ú n hombre de tem -
*i
pretenda ser un conocimiento cierto , en el sentido de ser una verdad in -
peramento cient ífico afirma que lo que ahorá es cre ído en ciencia sea
I
I
mutable c incuestionable. Es un conocimiento conjetural y probabil ís-
imo en cuanto contiene elementos de ceneza que se tundan en datos
•
exactamente verdad ; afirma que es una etapa en el camino hacia la ver-
*
. *
verificados emp ír ícamenteTaptos para proporcionar una descripci ón de dad exacta.” 15 Las aserciones definitivas son ajenas al campo de la
determinados fen ó menos y hacer algunas predicciones concretas. Esta * ciencia. Toda conclusió n cient ífica considerada como absoluta y defi -
certeza relativa deseada enunciado cient ífico éTpToblbil ística; tiene di-
ferentes grados de corroboració n y diferentes posibilidades de refuta^
nitiva, es una ilusió n . Quienes hacen tal tipo de afirmaciones ignoran
lo que es la ciencia actual.
i
Á
<4
( * ) No hay que menospreciar los conocimientos que se obtienen fuera de la ciencia. El ser huma - Obtenidos mediante la aplicaci ó n del m é todo cient ífico . Aunque
no es razó n , pero es tambié n sentimiento, emociones , risas y llanto, alegría y tristeza. Una mez - los conocimientos científicos son conocimientos probables, la ciencia
cla de todo eso somos los humanos; desde ah í conocemos, desde esa totalidad que somos, y no
tiene exigencias met ódicas que ofrecen mayores posibilidades de ga - •' i
só lo desde la razó n . Einstein dec ía que en “ la construcció n científica , el est ímulo que mueve aJ
investigador es tan subjetivo y tan condicionado psicol ógicamente como cualquier rama del es
fuerzo humano” . Por otro lado, en nuestra “ penuria vital ”
ne poco o nada que decimos. —
orno diría Husserl , la ciencia tic
-
-
rantizar la verdad relativa del saber cient ífico. No se trata de conoci
mientos adquiridos al azar o en la vida cotidiana ; es un modo de cono-
- •j
1
i
6C
-
E:.c< { nie! Antier Egg Y2 M étodos v técnicas de investigación social
I
cer sistemático y controlable mediante reglas l ógicas y procedimientos
I leyes y constantes que explican determinados acontecimientos
] . En la
t é cnicos que se integran seg ú n convenciones cient íficas propias de una t ciencia ning ú n conocimiento permanece aislado, sino que se incorpo
determinada disciplina. Es sistem á tico en cuanto desarrolla una serie * ra como pane de un sistema que tiene un eje de coordenadas -
tridimen -
de t écnicas y procedimientos para resolver problemas y dar respuestas
.
sional que contempla el hecho cient ífico:
a los interrogantes que se plantea, y es controlado porque pretende i
justificar la validez de sus aserciones mediante un proceso de verifica-
• fenom é nicamente (empiria ) ,
ci ó n emp írica de la evidencia Táctica y de la coherencia intema, de
acuerdo con preceptos establecidos en cada dominio concreto del sa- • anal íticamente ( l ógica),
ber. • tem á ticamente ( themara ).
Verificados en su contrastaci ó n con la reali-dad . La ciencia só lo Si bien la ciencia es consecuencia de una continua acumulaci ó n de
se ocupa de los fen ó menos o hechos que son comprobables, constata- los resultados de observació n y de experimentos, esta acumulación de
bles y refutables ; es decir, que son susceptibles de ser contrastados em- material emp í rico , en s í misma, tiene escaso valor. La simple descrip-
p í ricamente en el di á logo/ intercambio con la realidad , a través de con - ci ó n de hechos no hace avanzar la ciencia ; lo esencial es la visi
diciones experimentales precisas , de procedimientos rigurosos, y de un ó n que
percibe las relaciones y las interdependencias entre los fen ó menos, y
lenguaje claro y exarto. Las afirmaciones o enunciados que no pueden la interpretaci ó n que se hace de los “ datos", que es siempre
una inter -
ser observados de manera clara, repetible y bien definida , es decir, que pretaci ó n que el cient ífico realiza a la luz de la teor ía que organiza
no pueden ser sometidos a pruebas de verificació n , confrontaci ó n o re- su
saber. En este punto, conviene recordar aquello que dec ía Poincar “
futabilidad emp írica , no entran en el á mbito de la ciencia. No hay cien- é: El
\ sabio debe ordenar; la ciencia se hace con los hechos como una casa se
cia si se rechaza la experiencia, pero tampoco hay ciencia si el conoci- hace con ladrillos. Pero una acumulaci ó n de hechos no es todav í una
miento no es capaz de apartarse y trascender la experiencia inmediata, a
jt'
ciencia, lo mismo que un montó n de ladrillos no es una casa "16
yendo m ás all á de los “ hechos" y la “ comprobaci ó n". i
ci ó n / verificacion . J i
’
zás, una de las caracter ísticas más significativas del pensamiento ac- cerse un desarrollo y una explicaci ón mucho más amplios . Hemos tra-
tual : una conciencia clara y viva de su propia insuficiencia. En la cien - tado de ir al meollo de la cuesti ó n , lo que consideramos suficiente para
cia , nunca se puede hacer una afirmaci ó n como aqué lla de Men éndez los temas subsiguientes que hacen al aspecto sustancial de este traba -
'
y Pelayo , cuando dec ía : “ Hay principios de eterna verdad.. . que no ne - jo . Sin embargo , haciendo un intento de recapitulaci ón de lo dicho, y
gara ninguna metaf ísica futura .” La ciencia no es posesi ón de la ver- expres á ndolo de manera diferente , podr í amos afirmar que la ciencia
es :
dad ,. es una frontera abierta al infinito; en ella , nada es eterna verdad y e
nunca se puede afirmar que se ha alcanzado un punto en el que ya se
sabe todo acerca de algo . Como bien dec ía lord Byron , “ la ciencia no * í deal de racionaIidad , es decir, la posibilidad de aplicar prin -
es sino el cambio de una clase de ignorancia por otra” ; es “ bú squeda cipios de coherencia a los datos de la realidad y expresarlos a través de 1
sin termino” , como afirma Popper en el t í tulo de su autobiografía . A . enunciados quetienen un fundamento razonado y que , adem ás , se pue - (
modo de s íntesis sobre este punto, podemos afirmar que el conoci- den contrastar.
miento cient í fico y las ciencias , productos de esos conocimientos , son (
Que tiene un componente artístico: la investigaci ó n cient ífica
siempre aulocorcectivos .
no consiste tanto en ‘ responder preguntas” como en “ formular pregun -
' ’
3
X
<
unos medios de salvar, prolongar y mejorar la vida sin prece -
dentes; unos medios, también sin precedentes, para destruir
esas vidas que se trata de salvaguardar, que incluyen, por pri-
Para terminar, quisiera destacar un aspecto que no se puede deducir 1$ .
mera vez el riesgo de desaparición de toda la civilización
con la sola lectura de estos dos primeros cap ítulos, por las limitaciones
de nuestro an á lisis, pero que revela un hecho central para la compren
. i V .
mundial; y un conocimiento , igualmente sin precedentes, de
nosotros mismos y del universo que nos rodea. Estos tres for
-
- I
$
I
i<2
dichada situaci ó n del hombre en la Tierra.” Convertida progresivamen -
te en una fuerza de transformaci ó n , la ciencia , en su aplicaci ó n al pro -
ceso productivo, produjo profundas mutaciones en todos los á mbitos
Ü
de la vida. La ciencia expresi ó n de la racionalidad universal , es consi -
Al aceptar que la ciencia, como un dominio cognitivo consti
-
tuido a través de la aplicación del criterio de validación de ex M derada la fuente de salvaci ó n de la humanidad. Como consecuencia de
plicaciones cient íficas, no trata con la verdad en un sentido
-
ello, la idea de “ progreso científico ” qued ó estrechamente ligada con
trascendental , sino sólo como la explicación de la experiencia la idea de “ posibilidades de resolver los problemas que afronta la hu -
humana en el dominio de las experiencias humanas.
manidad ” .
Humberto Maturana
De este modo , considerada o convertida la ciencia en una panacea ,
algunos pretendieroiKéncontrar en ella la ú nica v ía para establecer la
verdad de las^coSasy la ú nica capaz de resolver todo tipo de proble- ~
66
’
- 67
s.
-
Ezequicl Ande r Egg
.JL M étodos y técnicas de investigación social
mas. A medida que esta forma de considerar la ciencia fue siendo acep
1
tada de manera generalizada , poco a poco se la transformó en un cre
- J zo por la humanización del mundo. Sin ella, todav ía estar íamos vivien -
do , en una especie de religión o, si se quiere, en una especie de
- c d ó en una sociedad supersticiosa, basada en el principio de autoridad ;
Mes ías . en una sociedad intolerante con los que piensan libremente . Aun
capaz de rescatar al hombre de su ignorancia y su miseria. cuan -
do existan resabios de todo esto, la ciencia ha ayudado a que se incor
Como es bien conocido, la historia no ha confirmado esta “ fe” en pore algo más de racionalidad en la consideraci ó n de los problemas y
-
la
ciencia; ha sido una confianza enga ñosa, desmentida de una en el respeto de las opiniones ajenas.
manera
tr á gica y cruel , especialmente por las ú ltimas guerras y
por la forma en Sin la ciencia y la tecnolog ía, no se hubiesen dado pasos decisivos
la que han incidido en la agresi ó n ecol ógica que sufre el planeta
. Por en la lucha contra determinadas plagas y enfermedades, y coptra el do -
otra parte , no pocos problemas que afronta el hombre del siglo
•
tan estrechamente relacionados con esta frustraci ó n. M ás
XXI es - lor f ísico. Sin la ciencia y la tecnolog ía , no se podr ían satisfacer mu -
cia est á en el origen de los dos mayores problemas que afronta hu
a ú n , la cien- chas necesidades humanas que ayudan a la calidad de vida ... Mucho es
manidad : el riesgo de una cat ástrofe ecol ógica y el de un holocau .
la - lo que se puede decir sobre lo bueno que trajeron la ciencia y la tecno-
sto logía en diferentes á mbitos de la existencia humana. Ellas nos dieron
nuclear. No decimos que la ciencia haya originado estos problemas , si
no que est á en sus or ígenes , en el sentido de que, si no fuese por el gran
- mucho m ás de lo que nos afecta. Pero esto no debe ocultar lo que ha
sido tambi é n como Un “ Sat á n en la Tierra’’ , al constituirse como “ aque -
desarrollo cient í fico y tecnol ógico, tales riesgos no existir ían . llo” que ha proporcionado a los seres humanos el triste privilegio de
Hoy, han de ser muy pocos los que consideren la ciencia como ú ni
ca fuente de verdad y el ú nico instrumento del que disponen
- poder terminar con la especie humana, ya sea por la catástrofe ecol ó-
gica o el desastre de una guerra nuclear. Y esto es posible , gracias a la
los seres
humanos para construir una sociedad m ás humanizada. La ciencia, incre íble capacidad de destrucci ó n que la ciencia y la tecnolog ía han
por !
s í sola , no es el instrumento m á s apto para asegurar el porveni permitido ... Si bien ’parte de la ciencia y de la tecnolog ía son ambiva -
nestar de lafiumanidad . Pero tambi é n es cierto que la ciencia
r y el bie - lentes en la medida en que todo conocimiento puede utilizarse para
nolog ía lian ayudado a humanizar la naturaleza. Basta pensar lo que
y la tec -
los bjen o para mal , tambié n es cierto que algunas formulaciones cient ífi -
adelantos cient íficos aplicados a la medicina hacen para aliviar el cas y tecnol ógicas no tienen un carácter indiferente o neutro, habida
su-
frimiento humano, y basta tener en cuenta, prácticamente en todos cuenta de que en la misma construcci ó n te ó rica llevan impl ícita sus
los
pa íses del mundo , cu á nto ha aumentado la expectativa de vida entre condiciones de aplicaci ó n como si fuese posible ser ajeno a todo tipo
comienzos y fines del siglo XX. de valoraci ón é tica.
<
En otro orden de cosas , sin la ciencia probablemente estaríamos su -
•
"
l
I Subyaciendo en todo esto, est á la arrogancia dominadora del hom - *
midos en .muchas supersticiones , errores e ignorancia. La disyuntiva bre, expresada arquet ípicamente en un pasaje del Fausto, del poeta y
ante la que nos encontramos no es “ ciencia” o “ no ciencia” , “ m ás o dramaturgo Christopher Marlowe, que propon ía que el hombre tomara
menos ciencia * ', sino ciencia para qu é y para quiénes; es decir, el pro “ el puesto de Dios en la ordenaci ó n del universo ” .
-
blema b ásico que afrontamos es el de crear las condiciones para que el
progreso cient ífico se ponga al servicio de la humanidad . Necesitamos
tambi é n , como explicamos en el primer volumen de esta obra, una 5. El desencanto por la ciencia
ciencia con conciencia e incorporar a la ciencia otras dimensiones con
sideradas ajenas a ella.
-
Frente a este vertiginoso desarrollo cient í fico y tecnol ógico , que he -
Y, para que nuestro an álisis no peque de unidimensional , hay que .!
• mos descrito someramente, coexisten en nuestro mundo de comienzos
mostrar otras caras de la realidad. Nos falta decir lo que la ciencia hi del siglo XXI la ilusi ó n del mito cientificista/ tecnocr á tico y el desen -
- *
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69
Lzdi/ uicl A ruler•Egg v:
s. M étodos y t é cnicas de investigación social
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it ,
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-
Ezc nicl Andcr Egg M étodos y técnicos de investigación social
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claro que no es decepci ó n sobre el valor y la utilidad que puede tener «
3ft El desencanto de los alternativistas 0
el trabajo cient ífico, sino desencanto porque superó la “ candidez, qui - «J
z á s necesaria , de la ciencia naciente", de imaginarse que podría obser- Durante mucho tiempo, fue casi universalmente aceptada la idea de (O
var los fen ó menos por s í mismos , tal como se desarrollar ían fuera de que la ciencia y la tecnolog ía eran sumamente provechosas para la hu -
nosotros. Instintivamente , los f ísicos y los naturalistas operaron al manidad , y que su progreso podr
O
ía ser un factor decisivo para resolver
principio como si su mirada cayera desde lo alto sobre un mundo en el sus problemas. Sin embargo, todo lo que el hombre ha inventado, toda O
que su conciencia pudiera penetrar sin experimentar en s í niismo, sin la energ ía que ha liberado, se transforma en una incógnita para su des - O
modificarlo con su propia observaci ó n ” . Con estas palabras , Teilhard
de Chardin nos explica en qu é consiste este desencanto, que para é l es
tino futuro. Este progreso fulminante, esta “ grandeza casi tr á gica", co-
mo la llama De Broglie, ¿ lleva hacia la elevaci ó n o hacia la destrucci ó n
o
una pé rdida de candidez. Pero el cient ífico no só lo descubre que no del hombre y de la especie ? ¿Marchamos hacia una liberaci ó n masiva <ü
puede captar los fen ó menos en s í mismos , tambié n empieza “ a darse de los hombres o hacia una cat ástrofe de dimensiones planetarias? O
cuenta de que sus observaciones, aun las m ás objetivas , est á n todas ¿Có mo va a resultar el futuro de la humanidad , como consecuencia de $3
ellas impregnadas de convenciones aprior ísticas, as í como de formas o
de costumbres de pensar desarrolladas a lo largo del proceso hist ó rico
los adelantos cient íficos y tecnol ó gicos ? «9
Evidentemente, hoy no podemos pensar en suprimir la técnica y
de la investigaci ón . Llegados al extremo de sus an á lisis, ya no est á n
volver a los instrumentos manuales y al artesanado, como propusieran
muy seguros de si la estructura conseguida es la esencia misma de la OJ
materia que estudian o reflejo de su propio pensamiento” .-0
esos grandes hombres que fueron Gandhi y Lanza del Vasto. Nos en -
contramos en un punto de la historia que es irreversible . En la aciuali -
Junto con esta superaci ó n de la candidez , existe tambi é n un cambio dad , algunas mentes m ás l ú cidas no tienen grandes ilusiones sobre lo
de apreciaci ó n relativo a las posibilidades de la ciencia , pero que no es, que la ciencia y la técnica puedan aportar para mejorar la calidad de I ;a -
O
como lo advierte Russell , un cambio de apreciaci ó n en lo que concier-
ne al car ácter cient í fico de la ciencia, ni en poner en duda su eficien -
-
vida. Es cierto que aumentan las posibilidades de mejorar la vida gra -
cias a los adelantos ciemiTicos y tecnol ógicos , pero tambi é n aumentan
O
o
cia , sino cr ítica de la concepci ó n positivista de la ciencia que la priva
de su significaci ó n humana que ha sustituido, “ nuestro mundo de cua-
nuestras posibilidades- materiales de destrucci ó n , ya sea por~eT holo - u
lidades y percepciones sensibles , mundo en el cual vivimos , amamos y
causto nuclear o la cat ástrofe ecol ógica, como lo hemos repetido en es -
te cap ítulo. JuntcTcon ello, tambié n existe el nesgo de un proceso de o
morimos , por otro mundo : el mundo de la cantidad , de la geometr
rificada
bre ’ ’ - 1
, un mundo en el que hay
ía ve-
sitio para todo menos para el hom - i
¿ i
- —
regresión pol ítico-social como lo denunciaran Orwell y Huxley en
el que el hombre sea totalmente controlado y dominado por . el totalita -
rismo tecnocr á tico.
— '
<u
Sin embargo, no es la pé rdida de la significaci ó n humana de la cien -
—
Estas preocupaciones propias de los grupos alternativistas de los
V
cia lo que produce el descorazonamiento, sino la incapacidad de cap -
tar la realidad tal como es fuera de nosotros mismos ; dicho en otras ,
—
países industrializados en el fondo constituyen una cr ítica a la razó n
tecnol ógica que ha conducido a una utilizaci ó n insensata de la t écnica
palabras, la incapacidad del pensar cognoscente para reflejar en la| | y a la agresi ó n de la naturaleza , arbitrariamente destrozada dentro del
mente del hombre los objetos del mundo natural , sus propiedades, ne- í : context de una l ógica utilitaria. A su vez , el extraordinario crecimien -
xos y relaciones.
•: v
^
to de la actividad cient ífica, “ en el interior del medio ambiente cultural ,
parece sustituir al conjunto de la cultura” ..., para algunos “ asustados V
.y< por la manipulació n a la cual el hombre y la sociedad se ven expues - 'O
•
. •r
•
%
^
•
tos cayendo bajo el poder de la ciencia, ven perfilarse el aspecto de la
derrota cultural ” .22
u fc \
3.
•5
-
Ezcquicl Ander Egg
m M étodos y técnicas de investigación social
%
Es cierto que la ciencia y la tecnología sellan nuestra sociedad y .
nuestras vidas; mucho m ás lo será en el futuro. Es igualmente cierto / \
xos monio . maligno” o , en el polo opuesto , como si fuesen la “ llave”
que
abre autom á ticamente las puertas del para íso terrenal lleno
que los adelantos cient íficos y tecnol ógicos han traído muchos benefi- \ .- - de armon ía
í y felicidad, es plantear falsamente el problema. La ciencia
CIOS en la vida del hombre , pero tambi é n son ciertos los apocal ípticos f V - no son buenas ni malas en s í, son ambivalentes; el bien o el
y la t é cnica
peligros de una guerra at ó mica o del desastre ecol ógico . mal puede
estar en el uso que hacemos de ellas los hombres. El
riesgo está en que
Estas posibilidades extremas de vida o de muerte, de cara al futuro, el cuerpo siga siendo demasiado grande y el alma
— —
son de vieja data. Desde hace siglos la historia da testimonio de
e|lo , la humanidad se mueve entre la amenaza apocal íptica que — —
“ Nos hemos empeque ñ ecido decía el gran
demasiado peque ñ a .
cient ífico y sabio que fue
Oppenheimer en los planos elevados, en los de la espiritu
alidad , de
anuncia la ruina y el desastre que habrá de sobrevenir, yia esperanza los que el hombre extrae su verdadera fuerza y grandeza
. Y, sin embar -
de que “ algo” o “ algui é rT ryude aun pemranente ascenso o -mejflra -
^ go, ¿quié n de nosotros no tiene sed de nobleza?, ¿quié n de
miento de la condici ó n humana . N rrrüvemos , pues , entre las posihL
^
lidades del final de la utop ía o del desastre planetario.
En los an á lisis precedentes han ido surgiendo diferentes aspectos o
— siente necesidad de esas palabras elevadas y raras , y de esos
a ú n m ás raros donde la simplicidad armoniza con la verdad
vasto mundo en transformación , rico en realizaciones
nosotros no
hechos
...? En este
sin precedentes ,
consecuencias de una posible cat á strofe final , ahora posible gracias a sometido a ritmos y tensiones enormes , obsesionado por
la nostalgia
la ciencia yaja tecnolog í a. Sin embargo no hemos destacadosuficien - de una é poca donde las cosas eran m ás familiares,
, tenemos un doble
teincjatíTTaotra dimensi ó n o posibilidad : la que nos llevar ía al final de deber: trabajar para desarrollar nuestra aptitud en la
especialidad ele-
la utop ía . Hoy se sabe que , con el nivel de desarrollo alcanzado por la gida y permanecer abiertos a lo que escapa a esta especia
lizaci ó n y
ciencia y la tecnolog ía , es posible librar una batalla decisiva para ter - concierne al destino de la humanidad .” 23 He aqu í el pensam
iento de un
minar con el hambre y la miseria , cr mrfcr+as condiciones para que to - hombre que ha conocido la intimidad del á tomo, que ha
^ palpado los se-
das las personas tengan posibilidad de alcanzar niveles de vida dignos. cretos m ás íntimos de la materia , pero que reclama
para la humanidad
Existen energ í as . y potencialidades hasta hoy insospechadas en loque
•
i de hoy ese “ suplemento de alma” del que hablara
.• Bergson , para que
respecta a las posibilidades de producci ó n de bjenes. El problema no
• !r
i.
cada hombre no só lo crezca en lo que tiene sino , sobre
todo , en lo que
resuelto es có mo hacer que la ciencia y la t écnica esté n al servici del . y. es.
p hombre: ésta es una cuesti ó n que va m ás all á de la ciencia: es unopro- É poca maravillosa y excepcional la nuestra, en la cual los adelant
os
blema de decisi ó n pol í tica , relaciunad ó73Sirnismo , con la é tica de la in - • J. científicos nos suscitan tantas esperanzas como temores
: el hombre ,
vestigaci ó n o , para ser m ás precisos , con la é tica de los investigadores. mediante la ciencia y la t é cnica , est á penetrando los
secretos que hay
desde lo infinitamente peque ñ o hasta infinitamente
Esta posibilidad de librar una batalla decisiva y definitiva contra el h' Jo
mo al mundo sideral ; de la materia subat ó mica al estudio
grande; del á to -
hambre , la miseria y todas las manifestaciones de subdesarrollo, es lo de las gala -
—
que llamamos — usando el lenguaje de Marcuse las posibilidades de Ir
» •
'
X
xias. Mientras los físicos trabajan en el campo de las
infinitesimales y profundizan cada vez m ás en la propia
demostraciones
*.
'
caci ó n , vestido y atenci ó n a la salud para vivir como personas . M ás la energía y la materia, los bi ólogos, con los descub
rimientos en el
a ú n : los adelantos cient ífico- tecnol ógicos pueden liberar a los hombres campo de la biología molecular, pueden trastocar la esencia
; •£ misma de
de buena parte del trabajo alienante. la vida, alterando el patrimonio gené tico de plantas,
animales y aun de
seres humanos .
En el fohdo , el problema que se plantea a la humanidad no es el de
la fuerza incre íblemente poderosa deda ciencia v de la t écnica , sincmn
•
if El hombre ha ocupado toda la Tierra y la ha empeque ñ ecido
me-
problema de utilizaci ó n desmedios . Pensar de ambas como de un “ de- diante los medios de comunicaci ó n , llegando casi a
*
Vs la instantaneidad
m
!#
.,
*
-
Ezcifutel .*1njtr Egg
M étodos y técnicas de investigación social
— —
que el uso que se ha hecho y se sigue haciendo de la ciencia y de
es
sí mismo, la ciencia y la tecnolog ía a comienzos del siglo XXI
han permitido. llegar a estas situaciones l ímite.
hombre de hoy a vivir la angustia y la incertidumbre
Ellas han conducido al
— i
i
la tecnología hace que el desastre sea posible .
¿Qu é hacer ? No cabe duda de que podemos hacer diferente uso de
de sus proyectos la ciencia y de la tecnolog ía que han permitido desatar fuerzas
tremen -
personales y de la historia que vive en un mundo
desposeído de senti - I damente destructivas. Pero eso no es lo más importante para salir de
do, en donde la ciencia y la tecnología parecen ser
tinos de la humanidad , conducié ndolas en una direcci
due ñas de los des-
ón incierta y, pa-
i este funcionamiento incontrolado sin finalidad humana.
Necesitamos
una ciencia con conciencia que nos ayude a avanzar por el camino
de
catástrofe nuclear. . _
ra muchos, preocupante, por el riesgo de un
j •
desastre ecol ógico o una la sabiduría: 1
m
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Ezet / niei Ander Egg - M étodos y técnicos dt investigación social
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