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Origen de la lengua rusa

Rusia, como país y como integrador de una cultura propia, destaca por las costumbres tan
características, venidas de civilizaciones pasadas y presentes que fueron creando, lo que se
considera hoy en día, un gran estado multicultural, resultado de un desarrollo que ha pasado
por varias guerras, tanto dentro como fuera del territorio ruso, además de tener una fuerte
unión con la cultura de los primeros eslavos orientales.
Con el paso de los años y con la llegada de la vanguardia rusa, todas las artes del régimen
soviético fueron cambiando a la vez que el gobierno fue tomando su control. En este ámbito
hubo un avance tornado en la controversia de conservar la noción de cultura soviética o, por
otro lado, preservar las culturas nacionales y, con ello, las prácticas más folklóricas de cada
etnia.
Estos cambios vividos también se tornan un elemento de vital importancia en cada país, pero
especialmente en Rusia, con el lenguaje y su uso.

El ruso, como idioma oficial


El idioma oficial de la Federación Rusa es el
ruso, lengua oficial del imperio zarista ruso
y de lo que se conoció antiguamente como
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o
URSS, donde aún es considerado segundo
idioma en estas repúblicas. Además, el ruso
estándar es una de las cinco lenguas oficiales
configuradas dentro de la ONU
(Organización de las Naciones Unidas).
Este idioma, junto al bielorruso y al ucraniano, conforma una parte de la rama oriental
de lenguas eslavas que están presentes en esa área, dividiéndose en tres grupos de dialectos:
meridional, septentrional y central. Los grupos que están dentro de los dialectos meridional
y central tienen un punto en común, el akan’je, la fusión de algunas vocales átonas.
El idioma ruso (en ruso: РУССКИЙ ЯЗЫК; romanización: russki yazyk) es una lengua
indoeuropea de la rama oriental, e idioma oficial en Rusia, Bielorrusia, Kirguistán,
Kazajistán; de amplio uso en el este de Ucrania, siendo un idioma regional reconocido o co-
oficial en algunas regiones y ciudades del sur y este del país, y en las repúblicas separatistas
de Abjasia y Osetia del Sur en Georgia; de amplio uso en Estonia y Letonia (cuyas
poblaciones están compuestas entre un cuarto y un tercio por rusoparlantes) y de facto oficial
en Transnistria (región de Moldavia). Además, es uno de los seis idiomas oficiales de la
Organización de las Naciones Unidas. Es hablado también por importantes sectores de la
población de las otras naciones alguna vez pertenecientes a la Unión Soviética. Es el más
hablado entre los idiomas eslavos, y el séptimo entre todos los idiomas del mundo (por
número de hablantes nativos), siendo el cuarto idioma más hablado del mundo teniendo en
cuenta los hablantes totales.

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Sistema gramatical
El ruso se caracteriza por un sistema de flexiones muy desarrollado y por un orden muy libre
de las palabras dentro de la oración.
El acento de la palabra no es fijo y cambia según el accidente gramatical, causando el
debilitamiento de las vocales de las sílabas átonas, de modo que la palabra pronunciada no
se parece mucho a la escrita: moloko = /malakó/.
El verbo se caracteriza por categorías de 1) aspecto: perfecto o imperfecto, que es una
característica intrínseca del infinitivo del verbo; 2) tiempo: con tres formas (pasado, presente
y futuro); 3) número; 4) género, en forma de pasado en singular; y 5) modo: indicativo,
subjuntivo e imperativo. En las gramáticas escolares suelen presentarse tres conjugaciones.
Cuenta también con cuatro participios y dos gerundios.
El sustantivo y el adjetivo se caracterizan por categorías de: 1) animación 2) caso 3) número
y 4) género. En las gramáticas escolares suelen presentarse en tres declinaciones.
El ruso pertenece, dentro de la familia de las lenguas indoeuropeas, al grupo de lenguas
eslavas. Forma parte del subgrupo de lenguas eslavas orientales, junto con el bielorruso y el
ucraniano.
Las tres lenguas se han formado sobre la base de la antigua lengua rusa que existió entre los
siglos XI y XIV.

Historia
Protoeslavo: Todas las lenguas eslavas, y el ruso entre ellas, descienden del llamado
protoeslavo.
Presumiblemente, en el III milenio a.C. de la familia indoeuropea de lenguas se individualizó
el dialecto protoeslavo que en el II milenio a.C. se transformó en la lengua protoeslava. El
protoeslavo fue la lengua de las tribus y poblaciones eslavas hasta el siglo VI. No se sabe si
la lengua tenía alguna escritura ya que no ha llegado ningún escrito hasta nuestros días.
En los siglos V y VI las tribus eslavas empezaron a migrar, lo que impulsó el proceso de la
división del protoeslavo en los siglos VI y VII, que resultó en la creación de tres subgrupos
de lenguas eslavas: el oriental, el occidental y el meridional.
A finales del siglo IX, los hermanos san Cirilo y san Metodio registraron por escrito el
dialecto búlgaro, perteneciente al subgrupo de lenguas eslavas meridionales, y sobre su base
formaron la lengua eslava antigua, sistematizando y formalizando los datos lingüísticos de
las variantes de la zona. La fecha de la creación del alfabeto que permitió fijar el eslavo
antiguo y formó la escritura de todas las lenguas eslavas en aquella época se considera el año
862. Los santos Cirilo y Metodio crearon un alfabeto común que hizo posible representar por
escrito los sonidos de los dialectos eslavos locales y elaborar una lengua literaria
estandarizada, el eslavo antiguo. En 862 los santos, apoyados por sus discípulos,
compusieron un alfabeto que correspondía a los sonidos del habla eslava y tradujeron del
griego muchos textos religiosos. En aquella época los tres subgrupos de idiomas eslavos no
se distinguían tanto y se entendían, así que el eslavo antiguo asumió el papel de lengua de
cultura para todas las naciones eslavas.
Los textos más antiguos que han sobrevivido hasta hoy en día se fechan en el siglo X. El
alfabeto cirílico desciende del alfabeto griego, pero los santos y sus discípulos añadieron

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algunas letras para representar
ciertos sonidos ausentes en la
lengua helénica. Desde el
momento de su creación el
cirílico se ha adaptado a los
cambios lingüísticos y, como
resultado de numerosas
reformas, en cada idioma
adquirió sus propios rasgos
específicos. Diferentes
versiones del cirílico hasta hoy
en día siguen usándose en
varios países de Europa
Oriental y de Asia Central. El primer Estado que lo aceptó como escritura oficial fue el Primer
Imperio Búlgaro.

El misterio de los dos alfabetos eslavos: Sin embargo, a día de hoy los especialistas siguen
sin llegar a un acuerdo sobre cuál de los dos alfabetos eslavos, el glagolítico o el cirílico, fue
el que compuso Cirilo. Los dos se distinguen exclusivamente por la representación gráfica
de los sonidos.
Durante cierto tiempo se pensó que el alfabeto original fue el cirílico, mientras que el
glagolítico era una forma de escritura clandestina, inventada después de que en 885 el Papa
prohibiera el uso del eslavo antiguo en el servicio religioso y de que más tarde las autoridades
moravas prohibieran la escritura cirílica.
A favor del carácter clandestino del glagolítico está el trazo de las letras, que es similar al del
jutsuri, el alfabeto eclesiástico georgiano, creado antes del siglo IX; y el número de caracteres
en ellos también coincide. Al mismo tiempo algunas letras glagolíticas recuerdan mucho a
caracteres cabalísticos hebreos medievales (de la Cábala o Kabbalah, una de las principales
corrientes de la mística judía) y algunas a caracteres rúnicos islandeses clandestinos.
Especialistas comentan que no es casual, ya que Cirilo conocía los alfabetos orientales y leía
los textos hebreos originales.
Actualmente prevalece la versión de que el alfabeto glagolítico fue el primero en aparecer y
los hermanos santos son sus autores, mientras que el cirílico fue creado por la escuela literaria
búlgara posterior: muchos científicos lo asocian con San Clemente de Ojrid, uno de los
discípulos de los apóstoles Cirilo y Metodio.
A favor de la opinión de que los santos compusieron el alfabeto glagolítico, mientras que el
cirílico fue creado a base del glagolítico y del alfabeto griego, están los manuscritos más
antiguos, del siglo X, que están escritos con el alfabeto glagolítico y con un vocabulario más
arcaico y más próximo fonéticamente a la lengua de los eslavos meridionales. Otro
argumento es que los textos más antiguos en pergamino muestran huellas del alfabeto
glagolítico, borrado para dar lugar a la escritura cirílica, pero no se conoce ningún
palimpsesto sobrescrito en glagolítico.

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El eslavo eclesiástico, la versión rusa del eslavo antiguo: Cuando Rusia abrazó el
cristianismo, en el país empezaron a extenderse los textos religiosos cristianos traducidos al
eslavo antiguo por los apóstoles Cirilo y Metodio y sus discípulos. Como su lenguaje era
muy parecido al idioma hablado en el país, los escribanos no podían evitar que penetraran
elementos de los dialectos locales del ruso antiguo en los textos y, aunque fuese
involuntariamente, cambiaban la escritura de las palabras eslavas, aproximándolo al de las
rusas. Y así el eslavo antiguo, en el territorio de Rusia, se transformó en el eslavo eclesiástico,
una lengua que se clasificó posteriormente como idioma eslavo meridional a causa de sus
orígenes, a diferencia del ruso antiguo, perteneciente, igual que el ruso contemporáneo, al
subgrupo de lenguas eslavas orientales.
Los procesos de sistematización del eslavo eclesiástico y de la introducción de las
regulaciones lingüísticas comunes duraron hasta finales del siglo XVII.

El eslavo eclesiástico y el ruso antiguo: Así es como en Rusia empezaron a hablarse dos
lenguas: la litúrgica, es decir, el eslavo eclesiástico de los textos religiosos que hasta hoy día
conserva su estatus y se emplea en los oficios religiosos, y la laica, el ruso antiguo, que tuvo
la misma escritura heredada del eslavo antiguo, el alfabeto cirílico, pero servía en las esferas
de la vida cotidiana.
Los primeros textos escritos en ruso antiguo que se conocen están fechados en el siglo XI.
Es todavía una mezcla de dos lenguas: del eslavo antiguo, creado por los santos Cirilo y
Metodio, y del ruso, la lengua hablada del país.
El ruso antiguo que existió entre los siglos VI y XIV sirvió de base para tres lenguas eslavas
orientales, el ruso, el bielorruso y el ucraniano, que se formaron entre los siglos XVII y XIX.
El ruso antiguo empleó la misma escritura que el eslavo antiguo, formado a base de
protoeslavo, y el eslavo eclesiástico.
Como material para los documentos laicos se utilizaba corteza de abedul. Los textos
preservados muestran correspondencia paticular, documentos comerciales, testamentos y
protocolos de tribunales. Además, aparecen textos escolares, abecedarios, tareas de casa o
dibujos infantiles. Hay también textos folklóricos, chistes, adivinanzas y recetas.
En las épocas posteriores el alfabeto cirílico, empleado en la vida cotidiana, sufrió cambios,
y el trazo contemporáneo de las letras del ruso moderno hoy día se distingue mucho del
eslavo eclesiástico, que sigue usándose como lengua litúrgica de los oficios religiosos.
Durante los siglos XII y XIII el ruso antiguo sufrió muchos cambios, tanto fonéticos (cuando
desaparecieron, por ejemplo, vocales reducidas o consonantes líquidas), como gramaticales
(cuando se empezaron a emplear mucho las construcciones a base de sustantivos con
preposiciones y oraciones compuestas subordinadas). En el período entre los siglos XIV y
XVII el ruso antiguo perdió formas de presente de verbos copulativos, que hoy en día solo
permanecen en ciertas frases hechas. También desaparecieron algunas formas de tiempos
verbales como el pluscuamperfecto o imperfecto. En cambio, se desarrolló la oposición entre
el aspecto perfecto e imperfecto en el infinitivo del verbo y aparecieron los gerundios.

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El desarrollo de la lengua rusa literaria
Pedro I: El gran reformador ruso, el emperador Pedro I, impuso cambios no solamente en la
estructura del Gobierno y del Ejército, sino que también impulsó cambios en el idioma.
Estableció relaciones comerciales con varios países de Europa, sobre todo con Alemania,
gracias a lo cual en el ruso aparecieron muchos préstamos alemanes, tanto términos técnicos
y comerciales, como palabras cotidianas.
Además, entre los años 1708 y 1711 Pedro I reformó el alfabeto ruso: suprimió letras
repetitivas, es decir, aquellas que representaban los mismos sonidos, y letras que se habían
usado en la época antigua para presentar números y habían caído en desuso tras la
introducción en Rusia de los números arábigos. Desde entonces el alfabeto ruso empezó a
distinguirse del alfabeto del eslavo eclesiástico de una manera más marcada.

Lomonósov: Hasta el siglo XVIII el eslavo eclesiástico se usó también como la lengua de
literatura, pero jamás fue un idioma hablado.
En el siglo XVIII empezó a desarrollarse muy rápidamente la lengua literaria propiamente
rusa, mientras que las esferas del uso del eslavo eclesiástico se redujeron.
Este cambio de tendencia se debió a Mijaíl Lomonósov, fundador de la primera universidad
rusa en 1755, que hoy lleva su nombre, y del sistema de educación abierto, en el que los
orígenes nobles dejaron de ser un criterio de acceso.
Lomonósov, a parte de ser un astrónomo, químico y físico ruso, que anticipó en la
formulación de muchas de las leyes científicas contemporáneas, reformó el sistema de
versificación y compuso la gramática descriptiva del ruso. En 1739 formuló los principios de
la versificación, rechazando los esquemas prestados de lenguas extranjeras y afirmó que
hacía falta emplear las posibilidades del idioma ruso. En su gramática describió variedades
del ruso y sistematizó elementos de diferentes registros: el oral, el especializado (comercial
y jurídico) y del estilo literario.

Pushkin: Gracias a Lomonósov, el ruso mejoró considerablemente su posición como lengua


literaria y sustituyó en esta función al eslavo eclesiástico casi por completo, pero en cuanto
a sus funciones comunicativas, durante todo el siglo VXII y parte del XIX, tan solo el pueblo
llano hablaba ruso, mientras que la lengua de la nobleza en Rusia era el francés.
Tras establecerse estrechas relaciones políticas y culturales con países europeos gracias al
primer emperador ruso, Pedro I, en el país empezó a difundirse mucho el alemán desde el
inicio del siglo XVIII como lengua académica y comercial y, posteriormente, el francés,
como la lengua de comunicación entre los aristócratas. Lo usaban en casa con la familia, para
escribir cartas personales y lo dominaban mucho mejor que el ruso. Algunos casi no hablaban
ruso y solo sabían algunas frases.
Se puede afirmar que la lengua rusa literaria en su forma actual se formó en el cambio de
siglos XVIII y XIX. El ruso, resultó ser un idioma apto para la literatura y recibió el estatus
de lengua nacional en la primera mitad del siglo XIX gracias a la personalidad de Alexandr
Pushkin, el poeta y escritor ruso, a quien se considera el creador de la lengua literaria
nacional.

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A pesar de los más de 200 años transcurridos desde su obra y de todas las diferencias notables
entre el lenguaje de Pushkin y el de los autores contemporáneos, sus obras siguen
considerándose la cima de la literatura rusa, un patrón, igual que Dante para Italia o Goethe
para Alemania.
A diferencia de Lomonósov, que en sus obras usaba el estilo alto (la lengua de la clase alta),
Pushkin empleó el ruso popular. Creó una nueva literatura rusa y estableció las normas de la
lengua nacional literaria, aproximando el lenguaje de la literatura lo más posible al lenguaje
popular. Siempre acentuó lo absurdo que es para un noble no saber hablar bien el idioma de
su propio país. Gracias a él, el ruso conquistó el puesto de lengua de comunicación universal
de Rusia.

Reforma de los años 1917 – 1918: En vísperas de la época soviética el ruso, tanto hablado
como escrito, no tenía mucho que ver con el ruso antiguo y menos con el eslavo eclesiástico.
La mayoría de la población no entendía los textos en estos idiomas si no estaban
acompañados de explicaciones.
Al llegar al poder, los bolcheviques impulsaron la reforma de la ortografía que eliminó
algunas letras y aproximó la escritura cirílica a la versión hablada del ruso, lo que provocó
muchas críticas por parte de los intelectuales. Veían en esto la violación de las leyes naturales
del desarrollo del idioma y una simplificación muy drástica, destinada a servir a los intereses
de la plebe no educada.
Cambios posteriores en el idioma fueron causados por cambios en el sistema político del
país. El fuerte crecimiento de la burocracia causó la aparición de un gran número de
expresiones cancillerescas y abreviaturas que penetraron incluso en los nombres propios, por
ejemplo Industrina (de “industria”), Tractorina (de “tractor”), Barrikada, Marlen (Marx y
Lenin), Vladlen (Vladímir Lenin), Idlen (Ideas de Lenin), Yurgag (Yuri Gagarin), Ercom
(“Era del comunismo”) y muchos otros.
La tendencia no duró mucho. Sin embargo, hasta ahora el lenguaje jurídico conserva algunas
frases fijas de aquella época que se caracterizaba por el uso excesivo de sustantivos, por
ejemplo: “realizar irrigación” en vez de “irrigar”, “realizar labores de excavación” en vez de
“excavar” o “realizar el regreso a casa” u otro tipo de casos.

El ruso sirvió de base para muchos dialectos sociales:


Trasianka: Lenguaje mixto en Bielorrusia, formado sobre la base del vocabulario ruso, pero
con fonética y gramática del bielorruso. Tiene una historia bastante larga, desde que el
territorio de Bielorrusia entró a formar parte del Imperio Ruso a finales de siglo XVIII. Los
primeros testimonios escritos están fechados a finales del siglo XIX. Surgió como medio de
comunicación entre campesinos, para quienes la lengua natal era el bielorruso, y habitantes
de las ciudades, “rusificados” por orden real. En la época soviética el dialecto se desarrolló
aún más debido a que en la educación básica y superior, en la televisión, en la radio y en los
periódicos la lengua utilizada era el ruso ya que Bielorrusia careció de lengua oficial hasta el
año 1990, cuando la República se proclamó Estado independiente.

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Súrzhyk: Es una mezcla de vocabulario ruso y ucraniano modificados con fonética y
gramática ucranianas. Fue registrado por escrito ya en 1819. Según los datos del Instituto
Internacional Sociológico de Kiev, hoy en día lo hablan entre un 11% y un 18% de la
población de Ucrania, es decir, entre 5,1 y 8,3 millones de personas.

Runglish: La lengua pidgin ruso-inglesa que usan los emigrantes rusos que residen en países
anglófonos. La comunidad más famosa donde se utiliza es la de Brighton Beach, en
Brooklyn, Nueva York. Se caracteriza por el vocabulario inglés, pero con algunas inclusiones
rusas, y por la fonética y gramática rusas.

Deutschrussisch: La lengua pidgin ruso-alemana, caracterizada por la formación del


vocabulario sobre la base de raíces alemanas pero con prefijos y sufijos rusos, cuyas palabras
se flexionan después según las reglas de la gramática rusa.

Fenya: La jerga criminal, compuesta a base de morfología y gramática rusas pero con un
vocabulario muy peculiar. Se formó en la Rusia de la época medieval y originalmente fue
una lengua clandestina que usaban entre sí los comerciantes y viajantes.

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