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La unidad se complementa con los textos sobre El mito de la superioridad racial aria y el
“espacio vital” y las “razas inferiores” y finalmente sobre Un mosaico de víctimas:
Persecución a otros grupos humanos, que nos ayudarán a comprender cómo la política
racista, discriminatoria y genocida excedía en mucho la persecución a los judíos y se tornaba
legitimadora de la expansión territorial y militarista alemana.
El texto “El Hongo Venenoso” nos dará una idea de la pedagogía del odio y la discriminación
en la Alemania nazi. El mismo nos plantea actividades para reflexionar sobre la discriminación
en nuestro país y en general.
Para saber más acerca de los prejuicios y persecuciones antijudías, podemos leer de las
Memorias de Dunia Rozen: manifestaciones antisemitas en la escuela en Kosov,
Galitzia y también:
Recomendamos también ver el filme Europa Europa (en la videoteca del Instituto) que nos
ofrecerá un acercamiento, basado en hechos reales, a la formación de la juventud bajo la
ideología racista nazi.
Razas humanas: un concepto científicamente erróneo
Para los genetistas una población animal es una raza si difiere de las otras poblaciones por sus
frecuencias genéticas.
Dicho concepto es inaplicable para la especie humana. Cuando se toman en cuenta
características biológicas de grupos humanos tales como grupos sanguíneos, proteínas u otras,
se ha comprobado que las diferentes distribuciones de genes según cada una de ellas no se
superponen en las poblaciones mundiales.
De modo que se podría definir por ejemplo una clasificación de la especie humana para los
grupos sanguíneos (A-B-0), otra para el factor Rh, otra para las hemoglobinas, sin que guarden
relación una clasificación con la otra.
Si se mide la distancia genética entre poblaciones que pertenecen a un mismo “grupo racial”
según la definición clásica, resulta que las variaciones encontradas en el interior de cada “raza”
son mucho mayores que aquellas presentes entre los grupos raciales clásicos: el 85% de la
variabilidad genética total de la especie humana se observa entre los individuos de una misma
población, mientras que sólo del 7 al 10% de dicha variabilidad se observa entre los grupos
raciales clásicos.
El concepto de “razas humanas” es una noción social y cultural, que no carece de fundamento
científico biológico. Se basa en características externamente observables como el color de la
piel o la forma del cráneo, que varían en pocas generaciones por influencias ambientales.
Los seres humanos actuales descendemos de un pequeño grupo que se dispersó desde su
origen africano en los últimos 100.000 años, lo que explica la escasa variabilidad genética
contenida en nuestro ADN.
La antigua clasificación de razas humanas suponía un correlato entre estereotipos físicos y
culturales:
Etnocentrismo: En la antigüedad, cada pueblo afirmaba su propia cultura como la única
verdadera. La mayoría de los pueblos que llamamos primitivos se autodenominan con un
nombre que significa “los verdaderos”, “los buenos” o, simplemente, “los hombres”, y a
menudo aplican a los demás calificativos despectivos.
Sin duda, los antiguos griegos consideraban a los extranjeros “bárbaros” (cuya lengua les
sonaba como un balbuceo incomprensible) pero si adoptaban la cultura helénica pasaban a ser
sus pares. Igualmente en el antiguo Israel existía una noción de superioridad de la fe
monoteísta, pero estaba abierta la posibilidad de una conversión de los gentiles a dicha
creencia.
Racismo: Aparece en el siglo 19, consecuencia del colonialismo europeo. Es un concepto
sustentado sobre una supuesta base científica. Se fundamenta en investigaciones realizadas en
el campo de las ciencias naturales, como las de Darwin, traspoladas al ámbito de las ciencias
sociales (darwinismo social). Sostiene que entre los humanos existen diferentes razas, algunas
más aptas que otras para desarrollarse y para dominar en un territorio determinado
considerado su “espacio vital”. De este modo, legitima la lucha por la supervivencia del “más
fuerte” en base a la dominación y la aniquilación del “más débil”.
El racismo afirma:
-La existencia de las razas.
-La determinación de lo biológico sobre lo cultural.
-La primacía del grupo sobre el individuo: Principio determinista de que el comportamiento del
individuo depende del grupo “racial” al que pertenece.
-La superioridad de unas “razas” sobre las otras.
Del antijudaísmo tradicional al antisemitismo moderno
En la antigüedad y el medioevo europeos el odio a los judíos se fundaba en la imputación de
responsabilidad colectiva por el deicidio (haber provocado la crucifixión de Jesús).
La diferencialidad religiosa de los judíos (únicos no cristianos en la Europa medieval) y su
singularidad social y económica en el orden feudal –por no ser ni nobles ni siervos, más el
hecho de que algunos de ellos se dedicaban a las finanzas) los marcaba como el otro absoluto.
Así, se los responsabilizaba de provocar epidemias, envenenar los pozos de agua y secuestrar
niños cristianos para utilizar su sangre con fines rituales (la “patraña del crimen ritual”).
“Los Protocolos de los Sabios de Sión” continúan siendo usados actualmente por grupos neo-
nazis.
Propaganda del Partido Cristiano Austríaco (1920): judíos, capitalismo, comunismo, estrangulan
a la nación
“Detrás de los telones del enemigo ruso, británico y americano se esconde el judío”
(Propaganda nazi)
El antisemitismo como eje de la política nazi
“Toda revolución requiere la presencia de un pararrayos que atraiga y canalice el odio de las
masas. Con esta idea en mente pasé revista a los eventos de la historia preguntándome contra
cuál elemento racial en Alemania podría dirigir mi propaganda. Debía encontrar la víctima
adecuada, una en contra de la cual la lucha tuviera sentido. Llegué a la conclusión de que una
campaña en contra de los judíos sería tanto popular como exitosa.”
“¡Los Judíos son nuestra desgracia!”.Der Stürmer (“El atacante”), periódico de propaganda nazi,
febrero de 1929
“No votes judíos. Judá para los judíos, pero: Alemania para los alemanes!”
Gran parte de la campaña electoral del Partido Nacional-Socialista (“nazi”) se cimentó sobre la
circulación de imágenes denigrantes de quienes eran considerados enemigos de Alemania y de
la “raza aria”: comunistas y judíos fueron víctimas predilectas de la narrativa nazi. Esas
representaciones tendían a destacar diversos estereotipos tendientes a reconocer a los
“enemigos”.
De esta forma, la circulación de imágenes, relatos y la evocación “del mal” en los discursos de
los funcionarios del Tercer Reich creaban un “sentido común” que permitió la colaboración y el
consenso de sectores de la población con las políticas de persecución y exterminio.
En este proceso la pedagogía nazi inculcó en la joven generación estereotipos que inducían odio
y discriminación.
Der Ewige Jude o “El judío eterno” (1940), película de propaganda antisemita de Alemania Nazi,
que se hizo pasar por documental.
Describe al judío como parásito, un desarraigado que se infiltra en la sociedad aria. El objetivo
central: crear la imagen de una plaga invasora que debe ser exterminada.
La aparición de este filme en 1940 no es coincidencia, formó parte del plan para la destrucción
de la judeidad europea.
El mito de la superioridad racial aria
Los pueblos que hablan lenguas indoeuropeas serían representantes de una supuesta “raza
aria” superior, en tanto los judíos, al hablar originariamente una lengua como el hebreo
constituirían la “raza semita”, una raza foránea que pulula como parásita el espacio vital de los
arios en Europa.
Esta construcción racista es muy anterior al nazismo. Ernest Renan, historiador francés del siglo
19 afirmaba que “desde el día en que transmitieron la Biblia hebraica a la ciencia europea
ninguna otra cosa esencial han realizado (los judíos)...” “Una vez cumplida esta misión, la raza
semítica decayó rápidamente, dejando que la raza aria marche sola a la cabeza de los
predestinados del género humano”.
Hitler consideraba a los alemanes como los representantes superiores de la raza aria. En esta
visión, solo la raza aria es creadora de cultura. El resto de las razas son inferiores, y deben ser,
de acuerdo al grado de impureza, dominadas o aniquiladas.
“ … cada vez que la sangre aria se mezcló con la de otros pueblos inferiores, la consecuencia
fue la destrucción de la raza portaestandarte de la cultura. La América del norte, cuya población
está formada en su mayor parte por elementos germánicos que apenas si llegaron a
confundirse con las razas inferiores de color, exhibe una cultura y una humanidad muy
diferentes de las que exhiben la América central y del Sur, pues allí los colonizadores (…)
mezclaron con mucha liberalidad su sangre con la de los aborígenes …”
Adolf Hitler, “Mi Lucha”
El término Volk puede ser traducido como “pueblo”, “nación” o “raza”, términos que se tornaron
sinónimos en la segunda mitad del siglo 19
El “espacio vital” y las “razas inferiores”
Hitler afirmaba que ¨el pueblo alemán está compuesto por 85 millones de seres (…) razón que
le otorga el derecho a un mayor espacio vital con preferencia a otros pueblos.
(…) La solución del problema alemán sólo puede lograrse por la violencia, ocupando otros
territorios¨.
El espacio vital abarcaría Europa desde el Atlántico hasta los Urales.
Los alemanes no serían los únicos habitantes. Contendría también a otras razas nórdicas, como
los holandeses o escandinavos - y también pueblos no nórdicos que serían destinados a cumplir
con las funciones domésticas. Los mantendrían subyugados, impidiéndoles todo acceso a la
educación, una vez que aprendan a leer, escribir, y hacer cálculos básicos.
Hitler dijo que ¨sólo debían saber lo necesario como para comprender las señales de tránsito y
no ser atropellados por nuestros vehículos¨ …
La teoría del espacio vital fue una fundamentación para legitimar el expansionismo territorial de
la Alemania nazi, especialmente hacia el Este, conquistando entre otros países Polonia, Lituania,
Letonia, Estonia y (dentro de la entonces Unión Soviética) Bielorrusia, Moldavia, Ucrania y gran
parte de Rusia.
Un mosaico de víctimas: Persecución a otros grupos humanos
Marzahn, el primer campo de concentración para roma (gitanos) en el Tercer Reich. Alemania,
fecha incierta
Los sinti y los roma (tal como se autodenominan las tribus gitanas entonces presentes en
Europa) estaban entre los grupos elegidos por razones raciales para ser perseguidos por el
régimen nazi, por ser considerados “racialmente inferiores” o bien de origen racial ario, pero
corrompido por el mestizaje. Otro criterio fue el modo de vida, siendo las principales víctimas
los gitanos que mantenían el modo de vida itinerante tradicional. Sobre la base de prejuicios
tradicionales en la sociedad alemana, los nazis consideraron a los gitanos “asociales”, y
poseedores de una inclinación hereditaria a la delincuencia.
Su destino fue similar al de los judíos. Los gitanos estaban sujetos a trabajos forzados y
deportación a los campos de exterminio.
En preparación para su eventual deportación de Alemania, en 1940 todos los roma fueron
confinados en campos de concentración: Marzahn en Berlín, Lackenbach y Salzburg en Austria
eran de los peores de estos campos en los que cientos de roma murieron a consecuencia de las
condiciones horrendas.
En diciembre de 1942, Himmler firmó una orden para la deportación final de los roma a
Auschwitz-Birkenau. Allí fue establecido para ellos un “campo de familias gitanas”. Familias
enteras fueron encarceladas juntas. Los mellizos y enanos fueron separados y sujetos a
experimentos médicos seudo-científicos conducidos por el SS Dr. Josef Méngele.
El “campo de las familias gitanas” en Auschwitz estaba plagado de epidemias: tifus,
viruela y disentería, que provocaron severa mortandad. En mayo de 1944, los alemanes
decidieron liquidar el campo: al rodear las SS el campo, encontraron a los roma armados con
tubos de hierro y otras armas improvisadas. Los alemanes se retiraron y postergaron la
liquidación.
En los estados bálticos y las áreas de la Unión Soviética ocupadas por los alemanes, los
Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) asesinaban a los gitanos junto a los judíos y los
lideres comunistas.
Los Ustacha (fascistas de Croacia- aliados de Alemania) mataron entre 26.000 y 28.000 gitanos.
Se estima que los nazis y sus aliados asesinaron en la Segunda Guerra aproximadamente
220.000 del millón de gitanos que vivían allí antes de la misma.
Los nazis creían que los homosexuales eran hombres débiles que no podían luchar por la nación
alemana ni contribuir a aumentar la natalidad alemana. Alegando “indecencia” los hacían
pasibles de pena de muerte.
Himmler, jefe de la SS, creó una oficina para detectar y humillar a los homosexuales. Entre
10.000 y 15.000 de ellos fueron llevados a campos de concentración y obligados a llevar en su
vestimenta un triangulo rosa.
Los jueces y los oficiales de las SS podían ordenar la castración de un prisionero homosexual sin
su consentimiento.
Los nazis interesados en encontrar una “cura” para la homosexualidad ampliaron este programa
para incluir la experimentación sobre prisioneros homosexuales de los campos. Estos
experimentos causaban enfermedad, mutilación, y hasta muerte. No existen estadísticas
conocidas sobre el número de homosexuales que fueron asesinados en los campos.
Este grupo sufrió grandes pérdidas ya que se negaron jurar fidelidad a Hitler y a la Alemania
nazi. Su resistencia debe ser señalada, ya que hubiera bastado con escribir unas líneas en un
papel para evitar el castigo.
Miles de los 20.000 Testigos que se encontraban en Alemania fueron conducidos a campos de
concentración y mataron alrededor del 25 por ciento de ellos.
De las memorias de Dunia Rozen: manifestaciones antisemitas en la escuela en
Kosov, Galitzia
“Recuerdo: la noche del Shabat. Un orden meticuloso impera en todos los rincones de la casa,
la abuela cubre la mesa con un mantel luminosamente blanco. Prepara el pan trenzado,
enciende las velas de Shabat; la luminosidad de las velas se difunde agradablemente por toda
la habitación y un estado de ánimo festivo prevalece por sobre todo. Esta noche fue diferente
del resto de las noches. Nadie se atrevió a pasar el umbral de la posada y a pedir una copa de
licor. Alrededor paz y tranquilidad. El abuelo ordenó cubrir muy bien las ventanas y cerrar los
postigos y se dispuso a rezar. Y luego el kidush [bendición del vino].
‘No soy diferente a ellos’, me decía a mí misma, ‘los mismos sentimientos anidan en nuestros
corazones con respecto a las altas montañas que nos circundan, los verdes campos y los ríos
fluyentes – y ¿por qué pronuncian el nombre judía con tal desprecio?’
Continué jugando con ellos, pasé la mayor parte del tiempo en su compañía en la escuela y
fuera de ella. Pasaron los años – y mi inquietud se acrecentó…”
Del testimonio de Eva Abraham sobre el antisemitismo en la región de Ucrania
Transcarpática, Checoslovaquia 1938
“En el año ‘38 tenía 12 años. Hitler le dio esta región a los húngaros. Dividieron a
Checoslovaquia. Esto sucedió en el tiempo cuando les quitaron los Sudetes a los checos, y
entregaron la parte oriental de Checoslovaquia a los húngaros, entonces empezaron los
problemas de los judíos, y entonces empezaron las persecuciones y el antisemitismo – entonces
supimos que éramos ciudadanos de segunda y tercera clase y aún menos, atacaban a los
judíos, no les proporcionaban mercadería, y yo recuerdo que mi padre siempre se quejaba que
no proveían a su negocio – que estaba basado en la harina – no le dieron harina, no había de
donde sacar nada, y le confiscaron su propiedad… y entonces todo se terminó, y no dieron
nada, y mi padre siempre estaba de mal humor, ¿cómo mantener a la familia? Entonces
empezaron los problemas. Mi judaísmo se terminó entonces. En la escuela me empezaron a
decir: judía maloliente, y nos echaron de la escuela.”
P: Hagamos una pequeña pausa y volvamos hacia atrás para clarificar otros detalles. Usted dijo
que la gente los golpeaba en la calle [sí] – en el momento en que la calle pasa a manos de los
húngaros se produce súbitamente un cambio muy drástico…
R: “Un cambio extremo.”
3-Cuáles son las bases esgrimidas por el nazismo para ejercer una política de persecución a los
judíos?
5-Cuál era la argumentación desde el punto de vista nazi para perseguir a los gitanos?