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Los intentos que tuvo Colombia para industrializarse fueron varios. Como lo
menciona Ocampo en su libro “HISTORIA ECONÓMICA DE COLOMBIA” una primera
actividad que se acercó al ingreso a la era de la industrialización fue la actividad productiva
del hierro. Esta comenzó con la ferrería de Pacho, creada en 1825, y en el año 1855 se montó
otra ferrería en la Pradera. Posteriormente para el año 1878, se comenzó a operar otra ferrería
en Samacá, esta hizo las primeras fundiciones en 1882 y fue un paso importante, según
Ocampo para una proyección de más fundiciones.
Ocampo afirma que en 1882 fue el inicio de la creación de los primeros rieles en la Pradera,
esto estableció un hito para creer que se había entrado en la era industrial. Pero la
continuación y consolidación de este inicio industrial se vio interrumpido por no poder
sostenerlas con los subsidios estatales de Núñez, por ello la fábrica de la Samacá tuvo que ser
abandonada, y sus instalaciones fueron usadas para la industria textil.
La industria textil tuvo lugar en este deseo industrial, pero hubo factores que no ayudaron a
consolidar esta actividad como se hubiera deseado, tal fue el caso de la fábrica de textiles en
Bogotá, en la década de los treinta, que desapareció por los altos costos de transporte y las
dificultades financieras del país. Entonces los impulsos de estas actividades industriales eran
efímeros porque hubo dificultades que impedían el desarrollo de estas, tal como lo fue la
fábrica de tejidos de lana que solo duró desde el año 1855 hasta 1888.
Para Ocampo todos estos esfuerzos de establecer industrias de hierro y de textil tuvieron
obstáculos para consolidarse. Sin embargo, hubo industrias que pudieron evolucionar sin
tantos obstáculos como la industria de alimentos y bebidas. Ahora bien, hay que tener en
cuenta que la tecnología era simple para la época, pero la demanda era una constante que
debía ser tenida en cuenta para promover el desarrollo industrial. Según Ocampo la expansión
del mercado por el aumento de la población y de los ingresos de los sectores en las ciudades
mayores, pudieron estimular la era industrial.
El gobierno de Reyes motivó la industrialización, haciendo visibles impulsos de progreso
industrial. Bogotá y Cundinamarca tenían menos actividad industrial con respecto a la región
antioqueña, donde hubo un gran desarrollo de la industria textil por el dinamismo empresarial
en Antioquia. Ahora bien, Ocampo afirma que hubo muchas empresas que hicieron posible el
acercamiento a las actividades industriales, como lo fueron la empresa de tejidos de Bello
establecida en el año 1902, la empresa de tejidos de Samacá creada en 1904, la Compañía
Colombiana de Tejidos creada en 1907, la Sociedad Industrial de San José de Suaita creada
en 1908, en Santander, la fábrica de tejidos Obregón en Barranquilla creada en 1910, la
fábrica de tejidos Rosellón en Medellín fundada en 1911, la de Caldas, en Manizales
originada en el año 1919, y la Fábrica de Tejidos del Hato en Bello, Antioquia fundada en
1920.
En Bogotá y Cundinamarca la industrialización se estableció la Cervecería Bavaria, una
fábrica de cemento, dos fábricas de tejidos, una Fábrica Nacional de Fósforos, y una fábrica
de calzado. Hubo una industrialización en Barranquilla con la fábrica de textiles Obregón y
fábricas de zapatos, cerveza, gaseosas y de molinos de trigo. Cabe resaltar que las industrias
que lograron sobrevivir a principios del siglo 20 fueron Coltejer, Fabricato en textiles y
Coltabaco.
Según Ocampo en la industria textil, no existió una continuidad respecto a la producción
tradicional, ya que, en la región de Antioquia, se estableció el primer núcleo industrial
importante en este ramo, y la producción de tipo tradicional era prácticamente inexistente.
La actividad industrial se centró en el sector textil de Antioquia y el desarrollo ferrocarrilero
fue útil en el crecimiento económico para transportar el café que se iba a exportar. Sin
embargo, el desarrollo industrial se había caracterizado hasta los años veinte por un retraso
con respecto a los países grandes de América Latina.
En 1925 la industria sólo representaba el 10% del producto nacional. Esta desventaja fue a
causa de la escasez de recursos en moneda extranjera que impedía la dotación de maquinaria
y equipo, la escasa división del trabajo y a las precarias dimensiones del mercado interno
debido a la carencia de vías de comunicación que restringía el mercado a un ámbito
puramente local o regional a la presencia de relaciones de trabajo no salariales en el campo
que obstaculizan la demanda de productos manufacturados.
Según Ocampo entre 1920 y 1929 se fundaron 811 nuevos establecimientos industriales y
mayoría de ellos se orientaron a las industrias livianas tradicionales. La creación de nuevos
establecimientos en los sectores de bienes intermedios y metalmecánica era una señal de una
incipiente diversificación de la estructura industrial. Sin embargo, en esa época seguía
dependiendo en gran medida del sector primario y especialmente en un producto: el café.
Esta dependencia a este producto ha sesgado la proyección industrial.
Según Ocampo la producción parcelaria del occidente introdujo en la economía exportadora
nacional un estímulo para producir café y expandir también el mercado de bienes agrícolas,
Pero este desarrollo cafetero dejó ver partes negativas. Si bien la economía colombiana estaba
caracterizada por bajos niveles de ingreso per cápita y acumulación de capital, con poca
integración en el mercado mundial, había también una escasa incorporación tecnológica a la
actividad agrícola y, es por esto que era muy difícil que en la economía colombiana se
hubiera podido llevar a cabo el desarrollo industrial.
Ahora bien, el depender del sector agrícola conlleva a una desventaja en cuanto a la
vinculación al mercado mundial, ya que estos productos agrícolas al comercializarlos no
dejan una ganancia notoria, ya que no hubo un proceso de transformación del producto y por
ello no tiene un valor agregado que al cambiarlo le refleja una ganancia o una utilidad. Cabe
destacar que la creación de una red de transporte tuvo lugar para el uso de los ferrocarriles,
con la que se hizo posible la ampliación del mercado, a muchos lugares y aumentó el acceso
de consumidores a estos productos.
La gran depresión de 1929, se prolongó durante los años treinta, y la segunda guerra
mundial. Para Ocampo en estos años, la economía colombiana experimentó una
transformación, ya que la crisis aceleró el surgimiento del intervencionismo estatal, de la
industria manufacturera y de nuevas fuerzas sociales. En el capítulo VI, Ocampo asegura que
la intervención estatal se desarrolló por medio de mecanismos de crédito a largo plazo para la
vivienda, la agricultura y la industria.
En el frente industrial, existía desde los primeros años una sección industrial en la Caja
Agraria y en 1937 se lanzaron al mercado los bonos industriales del BCH, pero la realización
más importante fue, sin duda, la fundación del Instituto de Fomento Industrial, IFI, en 1940.
se diseñó con la capacidad de aportar capital de riesgo en empresas recientes y de investigar
las posibilidades de nuevas industrias en el país.
Según Ocampo los esfuerzos de industrialización, que comenzaron en forma pasiva, se
habían consolidado de forma lenta por la ampliación del mercado interno generado por la
bonanza exportadora y con la expansión de la red ferroviaria y la red de carreteras que
lograron una integración del mercado. Para Ocampo el lento crecimiento de la industria
estuvo acompañado por una involución de su estructura. Las industrias de sustitución
intermedia y tardía sufrieron el peso de la crisis. Ocampo afirma que el desarrollo industrial
en la posguerra entre 1945 y 1974, la industrialización fue el centro de la política económica
y entre 1974 y 1983, y a partir de 1984 se inició una fase de crecimiento industrial. Ocampo
describe que en el auge de la industria entre 1945 y 1974, y entre 1945 y 1974, la producción
de la industria manufacturera se incrementó y el empleo fabril creció. Aunque la expansión
del empleo total, las actividades artesanales y la pequeña industria fueron menores. El
crecimiento de la productividad del trabajo en la industria durante las primeras tres décadas
de la posguerra según Ocampo fue rápido por tres factores: 1) el incremento del empleo fabril
en relación con el artesanal, 2) la adopción y aprendizaje de nuevas técnicas, en el sector de la
industria, y 3) por el aumento de la intensidad de capital. Esto junto con el surgimiento de
nuevas industrias de bienes intermedios u al crecimiento de bienes de capital y consumo
duradero. Pero estaban subdesarrolladas en el país al final del período analizado, si se las
compara con los patrones internacionales.
Hubo un cambio estructural de la actividad industrial que se reflejó en el mayor tamaño del
sector fabril con respecto a la pequeña industria y al artesanado. Según Ocampo la pequeña
industria experimentó un cambio, por lo que los talleres de textiles y vestuario perdieron
peso, y se aumentó la importancia de los talleres de carpintería y metalmecánicos. Este
cambio estructural se inició en los años treinta, y alcanzó un desarrollo desde la década del
sesenta. Según Ocampo, el cambio estructural adoptó una integración vertical, que consistía
en la compra y creación de industrias productoras de insumos y utilizadoras o
comercializadoras de los productos. Adoptó también una integración horizontal que consistía
en la inversión en nuevos sectores. La financiación de la acumulación de capital en el sector
industrial tuvo diversas fuentes, como lo afirma Ocampo, en donde se refiere a que el Estado
adquirió recursos en el sector industrial mediante inversiones del Instituto de Fomento
Industrial, Ecopetrol y el Fondo Nacional del Café. El Fondo Nacional del Café, y los
recursos que invirtió en la industria al procesamiento de café y a empresas fundamentalmente
agroindustriales hacían parte de su programa de diversificación en zonas cafeteras. Las
actividades del IFI fueron mucho más variadas. Sin embargo, Ocampo asegura que la
inversión, se mantuvo deprimida, a pesar de la reducción de los costos reales de los equipos
importados en 1972-1973.
Hemos visto, que los intentos que tuvo Colombia para industrializarse fueron varios,
iniciando con una actividad productiva del hierro. y luego una industria textil, que con el
aumento de la población y de los ingresos de los sectores en las ciudades mayores, pudieron
estimular la era industrial. Aunque los altos costos de transporte, la simplicidad de la
tecnología y las dificultades financieras del país por el contexto de crisis, representaron una
dificultad para la consolidación de las industrias. Además de ello, la dependencia en el sector
primario sesgó la proyección industrial y supuso una desventaja en cuanto a la vinculación al
mercado mundial, ya que estos productos al comercializarlos no dejan una ganancia notoria,
si no hay un proceso de transformación del producto no tendrá un valor agregado como si lo
hace un producto industrial. En el contexto de crisis económica, Colombia aumentó la
intervención estatal con medidas proteccionistas basadas en una política de aranceles a las
importaciones, unos subsidios a las exportaciones y un implemento de sustitución de
importaciones. En Colombia no hubo industria pesada, solo industria liviana, lo que no ayuda
en gran medida al crecimiento económico. La actividad agrícola era una actividad más grande
que la industrial, y esto era un problema ya que los productos primarios tienden a la baja con
respecto a los bienes industriales porque estos tienen valor agregado y los bienes primarios
no. La demanda de bienes primarios siempre va a ser la misma, en cambio la demanda de
productos industriales con valor agregado tiende a aumentar.
El estímulo a la industria por la protección con aranceles a esas empresas, provocó que los
empresarios no se actualizaran tecnológicamente, ya que como no entran productos
internacionales, sino solo nacionales, los empresarios adquirieron un monopolio en la
industria textil, y al dejar de actualizarse tecnológicamente por la falta de competencia,
siguieron produciendo con la misma maquinaria desde 30. Pero con el desmonte parcial de
los subsidios a las exportaciones, en 1975, junto con la apertura económica, cuando entran los
productos internacionales a Colombia, como la industria textil China, con costos más baratos,
las industrias textiles no pudieron competir y quebraron. Si Colombia se hubiera preocupado
por ser competitivo, mediante la actualización tecnológica permanente con un objetivo de
salir de la mentalidad de un mercado interno y ocupar el mercado interno con visión de
expandirse, seguramente tendría un mayor crecimiento económico. Colombia no se ha
desarrollado industrialmente, y depende del sector primario, ya hemos visto las desventajas
del sector primario, y con el presente ensayo se demuestra, que el principal problema
económico en Colombia es la falta de la industrialización. ¿Qué pasaría si decidiéramos en
vez de fomentar políticas proteccionistas, fomentar una mejora tecnológica y promover la
competencia para hacernos más productivos en la parte industrial?, esta pregunta es tema de
otro ensayo.