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PSICOLOGÍA DEL DEPORTE EN LA ACTUALIDAD

Uno de los temas actuales de la psicología del deporte en diferentes países se trata de lograr que los
psicólogos que tienen formación académica en psicología del deporte tengan una certificación que
garantice que los deportistas y las organizaciones deportivas consideren sus habilidades
profesionales que se actúe con prudencia con la participación de psicólogos con otras
especializaciones en el área del deporte.

No es lo mismo un psicólogo del deporte que un psicólogo en el deporte. A veces es un psicólogo


que no ha tenido éxito en su especialidad y pretende alcanzar buenos resultados en el deporte.

El intrusismo profesional, a menudo proviene hasta de personas que no llegan a ser ni tan siquiera
especialistas en psicología.

La actividad deportiva tiene características únicas y la red social del deporte tiene sus propias
representaciones sociales acerca de los diferentes roles que desempeñan sus miembros, así como
valores y creencias que forman parte de una subcultura. El deporte es una institución socio cultural.

Un psicólogo del deporte conoce de estas características del deporte y puede trabajar con diferentes
deportes, deportistas de diferentes edades y sexo y grados de rendimiento diversos.

He planteado, en diferentes ocasiones, que la psicología del deporte no tiene una relación tangencial
con la psicología; de manera que el psicólogo del deporte debe tener conocimientos profundos de
varias ramas de la psicología.

La comprensión de la subjetividad del deportista y el entrenador no se agota en una rama de la


psicología sino que incluye como actividad interdisciplinaria a toda la psicología, desde la general,
la salud mental, lo social, el aprendizaje motor e incluso aspectos de la sociología y otras ciencias
sociales.

Se pueden cometer fallos sino se tiene un conocimiento al menos básico de la metodología del
entrenamiento y del resto de las ciencias que apoyan el deporte.

Aun cuando no es necesario ser un sabio o un genio para ser psicólogo del deporte nos encontramos
ante decisiones de importancia que tiene un carácter trascendente para la permanencia en la esfera
del deporte.

La única forma de lograr credibilidad con los deportistas y entrenadores consiste en tener
conocimientos de las ciencias del deporte y habilidades competitivas profesionales que incluyen la
comunicación, la capacidad de promoverse y anunciar su campo de trabajo, empatía, persuasión y
una buena regulación emocional para no perder el rumbo de las tareas.
Todo lo planteado nos lleva a reconocer la necesidad de la formación en psicología del deporte. Es
una responsabilidad del psicólogo poder dar respuesta satisfactoria a las expectativas que tienen los
entrenadores y deportistas acerca de su labor.

Para muchos es muy importante saber distinguir entre el interés por elevar los rendimientos y la
misión de preservar la salud mental del deportista. Hay que prevenir las altas demandas del deporte
relacionadas con la presencia frecuente de lesiones, sobre entrenamiento, baronet, desordenes
alimentarios. Ante estas circunstancias el psicólogo del deporte debe trabajar en un sentido
preparando al deportista para las competencias y por otra parte garantizando la salud mental.

Cuando estamos capacitando a los psicólogos en psicología del deporte seguimos diferentes
estrategias desde cursos de post grados a diplomados y programas de maestría y estimulando la
realización doctorados, sin embargo los programas de entrenamiento de los psicólogos en las
condiciones de la practica con frecuencia no se incluyen y cuando están no abarcan el tiempo
necesario. Es necesario contemplar esto como un principio básico en la formación de profesionales
en psicología del deporte. Sobre todo, horas de entrenamiento laboral en condiciones de terreno.

Esto nos habla de la inclusión de supervisión al trabajo del psicólogo y la presencia de tutores desde
un inicio de la formación en psicología del deporte con el propósito de estar constantemente
vinculado a la práctica. A mi modo de ver esto se debe de llevar a cabo entre dos a tres años de
supervisión constante por especialistas que ya lograron ser eficaces en su labor.

Se hace necesario darles más tiempo a los estudiantes de intercambiar con profesionales de
experiencia y especialistas que tengan capacidad de liderazgo en el tema de la psicología del
deporte.

Los programas de estudio deben incluir muchos temas específicos del deporte como lo es los
problemas del dopaje y sus consecuencias, la prevención de la violencia y la agresividad como las
habilidades para enfrentar las frustraciones y las tensiones propias del deporte.

He tenido la vivencia, por ejemplo durante los cursos impartidos con psicólogos interesados en la
psicología del deporte de lo difícil que le resulta a alguien que no ha estado vinculado al deporte
llegar a comprender toda la complejidad del trabajo del entrenador y esto es mucho mas difícil
cuando el psicólogo tuvo práctica profesional en otro campo donde su actividad se centraba sólo en
una persona que busca ayuda para sus reacciones emocionales inadaptadas.

Al introducirnos en la psicología del deporte y atender a los deportistas nos encontramos vinculados
a un sistema que incluye al entrenador, entonces la experiencia de trabajar con lideres resulta un
conocimiento y una metodología de vital importancia.

Es como único puedo llegar a definir esta situación en este trabajo. La figura del entrenador es
fundamental en cualquier plan de preparación mental de deportistas. El logro de los objetivos de
todos los procedimientos transita por la necesaria colaboración y el trabajo mancomunado con el
entrenador e incluso con todo su grupo de apoyo.
Por esta razón, en muchas ocasiones, cuando viene un psicólogo a interesarse por su formación en
psicología del deporte le recomiendo que se haga experto en relaciones interpersonales y mediador
en conflicto.

Además, puedo decir que conocer no es una garantía de que logres ser eficaz, en este campo de
trabajo como en tantos otros hay situaciones en que la no credibilidad, la falta de confianza y la
ausencia de propósitos para favorecer las tareas del psicólogo pueden llevar al mejor experto a un
fracaso.

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