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PRÁCTICA 3:

“PENSANDO EN PROCESOS GRUPALES”

 ¿La cohesión conduce a la victoria? o ¿La victoria conduce a la cohesión? Analice esta
cuestión y las consecuencias para un entrenador a la luz de las investigaciones que
conozca. (incluir citas de investigaciones)

En el ámbito deportivo hay muchas ocasiones en las que el fracaso o el éxito del equipo
son atribuidos por parte de los entrenadores y jugadores al grado de cohesión alcanzado
en el equipo, ya que éste ha competido como una unidad más o menos cohesionada. Ello
ha provocado la necesidad de analizar los factores que inciden en la cohesión de los
grupos deportivos y determinar su influencia en el rendimiento del equipo (Carron, 1991;
Weinberg y Gould, 1996).
Hay equipos no cohesionados que obtienen muy buenos resultados, pero, al mismo
tiempo, hay equipos en los que la modificación del grado de cohesión entre los jugadores
y el equipo técnico tiene unos efectos potenciadores del rendimiento.
A primera vista, se podría suponer que cuanto mayor fuese el nivel de cohesión de un
equipo, mayor sería su éxito. Los resultados de las investigaciones al respecto no han
establecido esta relación de forma tan clara.
Carron (1982) realizó una revisión sobre la relación entre cohesión grupal y el
rendimiento de los equipos deportivos y precisó que tal relación depende de tres tipos de
factores, como son: el tipo de medición, las exigencias de la tarea y la dirección de
causalidad.
Carron (1982) también analiza la relación circular entre la cohesión grupal y el
rendimiento en los equipos deportivos. Mantiene que el éxito en la ejecución tendría como
efecto un aumento de la cohesión que, a su vez, podría provocar un incremento en
rendimiento (Landen, Wilkinson, Hatfield y Barber, 1982; Nixon, 1977; Carron y Ball,
1977).
Los entrenadores deben mantener con los miembros del equipo un tipo de comunicación
que ha de ser sincera y efectiva. Esta es una vía adecuada para potenciar la cohesión
grupal. Para ello, los entrenadores pueden practicar una serie de estrategias necesarias
para ese fin (Weinberg y Gould, 1996)

- Deben explicar lo más claro que sea posible los roles encargados a sus jugadores
y la complementariedad entre los mismos. Los entrenadores deben hacer ver a sus
jugadores la importancia de todo y cada uno de los roles del equipo y la aportación
que hace cada individuo al equipo.

- Hay deportes en los que hay dentro del equipo subunidades (por ejemplo, en el
fútbol se puede diferenciar entre los defensas y los delanteros). A este respecto
los entrenadores han de desarrollar el sentimiento de orgullo dentro de cada una
de las subunidades. Todas son indispensables para el buen funcionamiento del
equipo.

- Establecer objetivos de equipo estimulantes, ya que así se consigue una norma o


estándar elevado de productividad, aumentando el rendimiento y haciendo más
factibles las victorias.

- Estimular la identidad del equipo como una entidad diferente del resto de los
equipos.

- Evitar la formación de pandillas y subgrupos. En muchos casos las pandillas


surgen cuando hay un descontento en el grupo. Los entrenadores deben determinar
con toda la rapidez que sea posible las causas de la formación de las pandillas y
hacer todo lo posible para disolverlas.

- Los entrenadores deben evitar la rotación excesiva, ya que dificulta la


compenetración entre los miembros del equipo.

- Celebrar reuniones periódicas entre los jugadores para resolver los conflictos que
tuvieren lugar de forma sincera e inmediata.

- El entrenador debe permanecer en contacto con el ambiente del equipo y con las
redes informales que surgen dentro del mismo.

- Conocer algún dato personal e íntimo de cada uno de los miembros del equipo (p.
ej., fechas de nacimiento, estado civil...), para que los jugadores se sientan con un
trato personalizado.

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