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La psicología es la ciencia que se ocupa tanto teórica, como prácticamente, al estudio de los
aspectos biológicos, sociales y culturales del comportamiento humano, tanto a nivel social
como individual, así como también del funcionamiento y desarrollo de la mente humana.
Estos estudios permiten explicar su comportamiento y hasta en algunos casos, predecir sus
acciones futuras.
Esto significa, aquellos que analizan el comportamiento de los seres vivos desde un
enfoque científico. Sigmund Freud, Carl Jung y Jean Piaget son considerados como
algunos de los psicólogos pioneros.
Por otro lado, es necesario aclarar que la psicología es una ciencia en constante desarrollo y
dados los condicionantes sociales y morales, va transformándose en base a la madurez de
las sociedades a lo largo del tiempo.
En la actualidad, la psicología se divide en varias ramas, las cuales se encuentran
conectadas en tanto y en cuanto intentan dar respuesta a lo mismo, el por qué de las
acciones y los efectos que las experiencias puedan tener en un ser vivo o grupo para
condicionar su existencia.
Se llama psicología social a la rama que se encarga de analizar las influencias que marca
el entorno social sobre un individuo, las cuales se estudian a partir de las reacciones que
ese individuo tiene frente a las experiencias que le acontecen.
Para la corriente filosófica del materialismo, la naturaleza del valor reside en la capacidad
del ser humano para valorar al mundo en forma objetiva.
En otro sentido, los valores son características morales inherentes a la persona, como
la humildad, la responsabilidad, la piedad y la solidaridad. En la antigua Grecia, el
concepto de valor era tratado como algo general y sin divisiones, pero a partir de la
especialización de los estudios, han surgido diferentes tipos de valores y se han relacionado
con distintas disciplinas y ciencias.
Los valores también son un conjunto de ejemplos que la sociedad propone en las relaciones
sociales. Por eso, se dice que alguien “tiene valores”cuando establece relaciones de respeto
con el prójimo.
Podría decirse que los valores son creencias de mayor rango, compartidas por una cultura y
que surgen del consenso social.
Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo
que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una
decisión.
Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está
realizando un juicio moral.
La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una
sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral.
Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no
son leyes).
La ética puede dividirse en diversas ramas, entre las que se destacan la ética
normativa(son las teorías que estudia la axiología moral y la deontología, por
ejemplo) y la ética aplicada (se refiere a una parte específica de la realidad, como
la bioética y la ética de las profesiones).
De esta forma, el psicólogo del deporte ayuda al competidor a controlar el estrés, que produce una
desorganización emocional y conductual que puede afectar su rendimiento. Por otra parte, intenta
pasar de la expectativa de éxito (cuando el deportista siente que su habilidad está directamente
asociada a la victoria deportiva) a la expectativa de eficacia (para que las acciones y los
movimientos técnicos ocupen su atención y sentimientos).
Pero no sólo eso, además el psicólogo deportivo, que se encarga de asistir tanto a atletas como a
entrenadores y equipos, también lleva a cabo la dotación a aquellos de diversas técnicas que les
sirvan para entrenar lo que son las llamadas habilidades sociales. En este sentido, trabajan con lo
que es la concentración, el control de la ansiedad o los miedos y la confianza.
Para ello, este profesional de la psicología no sólo trabaja con sus pacientes a nivel de consultorio
sino también en lo que son las instalaciones donde ellos practican su deporte tales como las canchas
o los gimnasios.
Existen dos grandes perspectivas de la psicología del deporte: la desarrollista y la terapéutica. Por
otra parte, según su aplicación, esta psicología puede dividirse en psicología del deportista,
psicología y counseling del coach y counseling de dirigentes.
Tan importante es actualmente la psicología que estamos abordando que en el caso de España
existe lo que se conoce como Federación Española del Psicología del Deporte (FEPD).
En la década de los años 80 tiene su origen este mencionado organismo que tiene como objetivo el
fomentar y coordinar el trabajo de las distintas asociaciones existentes que giran en torno a aquella.
En concreto, en dicha Federación se trabaja en ámbitos tales como la psicología del rendimiento
deportivo, la psicología del ejercicio y la salud, la psicología de la iniciación deportiva, la psicología
del arbitraje y juicio deportivo, la evaluación en psicología del deporte y el aprendizaje motor.
Un total de diez asociaciones son las que actualmente ejercen como miembros de la citada
Federación y juntas desarrollan anualmente diversos eventos para promocionar el trabajo que se
realiza en el ámbito de la psicología del deporte como sería el caso de diversos congresos.
Cabe destacar que un buen diagnóstico para la psicología del deporte aparece vinculado a la utilidad
que representa tanto para el atleta como para el equipo y para la institución a la que pertenece.
¿POR QUÉ TRABAJAR CON UN PSICÓLOGO DEL DEPORTE?
Es fundamental que el psicólogo del deporte, se adapte a las necesidades del entrenador y
de los deportistas, por tanto es imprescindible la formación del profesional, no solo en
psicología del deporte, sino también en el deporte en el que se trabaja. Conocer muy bien la
disciplina en la cual se desarrolla la función, conocimiento del reglamento, el lenguaje que se
utiliza, como así también los códigos que circulan en el mismo. Por lo tanto, el consultorio
de los psicólogos del deporte, es amplio: puede ser una cancha, un vestuario, un bote, el rio,
una grada, allí donde el deportista o el entrenador trabajan…
Motivación: Deberá ser capaz de movilizar sus energías internas con la finalidad de
conseguir la mejor utilización posible de sus propios recursos.
Para conseguir resultados óptimos en los campos anteriores, es necesario que el deportista
conozca una serie de herramientas o técnicas que le faciliten la consecución de un estado
mental que le ayude a desarrollar su máximo potencial. Algunas de estas herramientas
pueden ser las siguientes:
3. Trabajar sobre la influencia del estrés para alcanzar el estado óptimo de éste.
4. Trabajar con deportistas suplentes, ya que suelen estar menos preparados para
afrontar la presión de las pruebas competitivas.
Es por eso que el deportista debe adoptar una manera de pensar que le ayude a evitar:
Un diálogo interno negativo del tipo «seguro que vuelve a salirme mal», «tengo que
ganar o decepcionaré a todo el mundo», «con este contrincante no tengo nada que hacer,
siempre pierdo», «…». Esto es especialmente importante porque podemos caer en el
fenómeno de las profecías auto cumplidas o Efecto Pigmalión.
Además de todo esto, el atleta deberá aprender a aceptar que siempre habrá algunos
factores que no puede controlar como las condiciones atmosféricas, el estado de las
instalaciones, la actitud del rival, el comportamiento de los espectadores o el nivel técnico y
táctico del equipo contrario. Pero deberemos de dotarle de estrategias para que mejorar
aquello que sí que depende de él como su actitud, voluntad, el autocontrol, sus creencias o
su diálogo interno.
Desde Nueces y Neuronas os hacemos las siguientes recomendaciones:
⇒ Si eres deportista de competición trata de convertir cada uno de tus entrenamientos y
de tus pruebas competitivas en un momento de atención plena. Trata de percibir en todo
momento las sensaciones de tu cuerpo, de tu respiración y de tus movimientos. Para
aprender la mayoría de gestos deportivos debemos mecanizarlos para ejecutarlos sin
pensar, esto puede acabar generando que los hagamos sin prestar la más mínima atención
(igual que cuando vamos conduciendo). Por eso es importante que percibas todas esas
sensaciones y descubras experiencias “nuevas” en cada uno de tus entrenamientos,
evitando así la sensación de monotonía y aburrimiento. Y cuando te sientas poco motivado
recuerda que te dedicas a aquello que amas.
⇒ Si eres deportista ocasional ten presente que la práctica deportiva debe ser un aliciente
para mejorar tu salud. Establece objetivos realistas, disfruta con tus entrenamientos, pero
trata de evitar sentimientos de obsesión y frustración cuando no consigas lo que en un
momento dado te has propuesto. Piensa que la vida no te va en ello, y si por mejorar tu
estado físico acabas generando un flujo de pensamientos nocivo, tu salud no sólo no
mejorará sino todo lo contrario. Trata de ver al deporte como tu gran aliado, ese amigo que
te acompaña y saca lo mejor de ti.
⇒ Si no sueles practicas deporte suponemos que ya sabrás que deberías hacerlo. Pero
no te culpes, es posible que no hayas dado con el tipo de actividad que te gusta. Nuestra
recomendación es que te tomes un tiempo para ver qué tipo de práctica puede ser la que
mejor se adapte a tu personalidad o tu disponibilidad. Piensa que vivimos en el mundo de las
posibilidades, y si el deporte como tal lo descartas por cualquier motivo, ten en cuenta que
hay muchas otras actividades de carácter físico que aun siendo más relajadas también
pueden producir una mejor en tu salud. Algunas de estas pueden ser pasear, el senderismo,
patinar, el yoga, el tai-chi, el baile,… Deberías tratar de encontrar la tuya, y no sólo por
conseguir una mejora de la salud en el plano físico, sino porque te ayudarán a relajarte,
pensar con más claridad y potenciar tu creatividad y tu autoestima. ¡Anímate! ¿A qué estás
esperando?
Si queréis más información sobre la importancia de la psicología en el deporte podéis visitar
la página web Psicólogos del Deporte. ¡Esperamos que os resulte útil!