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MITOS

El árbol del milagro

Muchos arman el arbolito sin saber por qué lo hacen, ni qué significa. Sus
orígenes se remontan al siglo VIII, según relata la leyenda más conocida,
cuando San Bonifacio fue a Germania para convertir a los paganos al
cristianismo. En una noche de Navidad, los germanos intentaron sacrificar
a un niño debajo de un árbol y San Bonifacio, furioso, arrancó el tronco de
raíz y emergió de este un pino. Con su acción, no solo salvó la vida del
niño, sino que logró que la mayoría de los presentes se convirtieran al
cristianismo, ya que lo consideraron un acto milagroso. Pero fue recién en
el siglo XVI que se empezaron a colocar los árboles de Navidad adentro de
los hogares. La tradición pasó a Reino Unido, de allí a Estados Unidos y de ahí llegó a Latinoamérica.

Mito la Madre de Agua

Es una verdadera diosa de las aguas, aunque sus pies sean volteados hacia atrás no deja
de ser bella, la Madre de agua deja rastros a la dirección contraria a la que se dirige.

Esta mujer solo persigue a niños, a quienes se le dirige con ternura, los enamora, los
atrae con dulzura y amor maternal, situación que preocupa a los padres de familia. Los
niños atraídos por la Madre de agua se enferman, sueñan con la hermosa rubia que los
adora y la llaman con frecuencia. Cuando los niños están cerca del río, que escuchan su
voz la siguen tirándose al agua con peligro.

Los campesinos creen que la Madre de agua surgió de una bella joven española que se
enamoró de un joven indígena, con quien tuvo un niño. Cuando el padre de la joven se
enteró de lo sucedido, ahogó al niño frente a sus padres, luego mató al amante
indígena. La madre desesperada se lanzó al río, convirtiéndose en una apasionada por
los niños y vengativa de la humanidad.

Los magos no eran reyes

El evangelio de San Mateo es el único que menciona la figura de los magos,


pero no da sus nombres ni tampoco cuántos eran. Fue en el siglo III cuando
Quinto Tertuliano se refiere por primera vez a los magos como reyes, o de
estirpe real. Posteriormente, durante el siglo IV, se estableció que fueron
tres, en representación al oro, el incienso y la mirra, y se conocieron sus
nombres. La figura del rey negro Baltasar nació en el siglo XVI, se cree que
por razones ecuménicas, e incluso en ocasiones se le representó como “jefe
indio”. Según diferentes historiadores, con la imagen de los tres Reyes
Magos se pretendió otorgar universalidad a la llegada de Jesús.

Mito el Cóndor

En un pueblo un hombre vivía con su hija, ella tenía como tarea cuidar a las ovejas.
Todos los días iba un joven a visitarla mientras ella cuidaba las ovejas, hasta que un
día se hicieron buenos amigos.

Un día soleado empezaron a jugar a que él la cargaba y ella a él, cuando de pronto
ella se dio cuenta que estaba volando. Desde ese día el joven se convirtió en su
cóndor, él la cuidaba, la alimentaba. Pasaron muchos años los dos crecieron tuvieron
hijos, pero ella no dejaba de pensar en su padre y todas las noches lloraba ya que
había abandonado a su padre y lo había dejado solo con los animales.
Un día ella se encontraba regando las flores y encontró a una mariposa la cual le pidió ayuda para volver a
ver a su padre, la mariposa le dijo al cóndor que su esposa y sus hijos habían desaparecido, mientras la
mariposa hablaba con el esposo ella escapaba con sus hijos y regresaba con su padre.

Desde que ella regresó con su padre, el cóndor jamás volvió, ella todos los días volaba para ver si veía al
cóndor pero nunca más lo volvió a ver.

Mito el Niño Lluvia

En el bosque vivía un niño con un hombre, ahí también se encontraban varios niños, pero es éste niño de
cabellos largos tenía una particularidad, el niño no era un humano, si no lo lluvia convertida en un niño,
entonces el hombre como no sabia nada se quedó con el niño, cuando quiso
agua para la tinaja el niño escurrió su cabello largo y se la dio para que
pudiera tomarla.

Pasó el tiempo y unos niños quisieron jugar con él, entonces comenzaron a
jugar, el hombre no avisó que tuvieran mucho cuidado con él, que no le
fueran a hacer nada malo.

Los niños comenzaron a pegarle patadas por todo su cuerpo, luego ocurrió
algo terrible, el niño lluvia comenzó a lanzar relámpagos desde debajo de su
brazo, cuando terminaron los relámpagos empezó a llover mucho y los niños que le hicieron daño
desaparecieron y más nuca se volvió a saber del niño lluvia.

LEYENDAS

El Cadejo:

Cuenta la leyenda que era la historia de un mítico animal, existen varias


versiones de que el cadejo tenia varios aspectos; unos contaban que era
muy parecido a un perro de color negro y ojos rojos, proyectando una
mirada de fuego, este cuidaba a los borrachos que deambulaban en la
calle, ayudando a estos a encontrar el camino a su hogar.
Otros decían que el cadejo era de color blanco igualmente con los ojos
rojos, y cuidaba a las mujeres que estaban en estado de embriaguez,
mientras que el cadejo gris cuidaba a los niños que estuvieran
desamparados y enfermos.
Cabe mencionar que el aspecto mas relevante del cadejo es que dicen que
si una persona dejaba que el cadejo le lamiera la boca, este iba a seguirlo por el resto de su vida.

La Llorona
La Llorona es una de las leyendas con más fuerza en nuestro país. Hoy día su presencia
sigue causando tanto pavor como hace siglos. La gente del pueblo no duda en afirmar su
existencia e incluso los más instruidos temen objetar algo ante quien afirma haberla visto,
pues está tan imbuida en el pensar del guatemalteco que forma parte misma de su
existencia y se le otorga el carácter de realidad..
La leyenda:
"…Una mujer, envuelta en un flotante vestido blanco y con el rostro cubierto con velo
levísimo que revoleaba en torno suyo al fino soplo del viento, cruzaba con lentitud
parsimoniosa por varias calles y plazas de la ciudad, unas noches por unas, y otras, por
distintas; alzaba los brazos con desesperada angustia, los retorcía en el aire y lanzaba
aquel trémulo grito que metía pavuras en todos los pechos. Ese tristísimo ¡ay! mis hijos...
se levantaba ondulante y clamoroso en el silencio de la noche, y luego que se desvanecía con su cohorte de
ecos lejanos, se volvían a alzar los gemidos en la quietud nocturna, y eran tales que desalentaban cualquier
osadía.
Así, por una calle y luego por otra, rodeaba las plazas y plazuelas, explayando el raudal de sus gemidos; y, al
final, iba a rematar con el grito más doliente, más cargado de aflicción, en la Plaza Mayor, toda en quietud y
en sombras. Allí se arrodillaba esa mujer misteriosa, vuelta hacia el oriente; inclinándose como besando el
suelo y lloraba con grandes ansias, poniendo su ignorado dolor en un alarido largo y penetrante; después se
iba ya en silencio, despaciosamente, hasta que llegaba al lago, y en sus orillas se perdía; se deshacía en el
aire como una vaga niebla, o se sumergía en las aguas, No sólo por la ciudad de Santiago de los Caballeros
andaba esta mujer extraña, sino que se la veía en varias ciudades de la Guatemala de antaño.
Atravesaba, blanca y doliente, por los campos solitarios; ante su presencia se espantaba el ganado, corría a
la desbandada como si lo persiguiesen; a lo largo de los caminos llenos de luna, pasaba su grito el cual se
escuchaba su quejumbre lastimera entre el vasto rumor del mar de los árboles de los bosques; se la miraba
cruzar, llena de desesperación, por la aridez de los cerros, la habían visto echada al pie de las cruces que se
alzaban en las montañas y senderos; caminaba por veredas desviadas, y sentábase en una peña a sollozar;
salía misteriosa de las grutas, de las cuevas en que vivían las feroces animalias del monte; caminaba lenta
por las orillas de los ríos, sumando sus gemidos con el rumor sin fin de las aguas…

La Segua
Hay varias leyendas de la Segua. Una de ellas cuenta que es una joven muy linda, que persigue a los
hombres mujeriegos para castigarlos. Se aparece de pronto en el camino pidiendo que el jinete la lleve en su
caballo, pues va para el pueblo más cercano. Y dicen que ningún hombre se resiste a su ruego. Hay quienes
le ofrecen la delantera de la montura y otros la llevan a la polca. Para ella es lo
mismo. Pero a medio camino, si va adelante vuelve la cabeza y si va atrás hace
que el jinete la vuelva. Entonces aquella hermosa mujer ya no es ella. Su cara es
como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos dientes
muy grandes, al mismo tiempo que se sujeta como un fierro al jinete. Y el
caballo, como si se diera cuenta de lo que lleva encima, arranca a correr como
loco, sin que nada lo pueda detener.
Otras leyendas cuentan que las Seguas son varias. Y no faltan ancianos que
aseguren que cuando ellos eran jóvenes atraparon a una Segua. Pero que una
vez atrapada y echa prisionera se les murió de vergüenza. Y que al día siguiente
no encontraron el cadáver, sino solamente un montón de hojas de guarumo,
mechas de cabuya y cáscaras de plátano.

Manuelita "La Tatuana"

Había en la Antigua Guatemala una señora viuda que vivía por el barrio del Calvario, en medio de la mayor
pobreza.
Sus vecinos casi no le hablaban, pues creían que era una bruja.
Un día le pidió a la señora de la tienda que le diera el pan a crédito, pero ésta como siempre se negó a
hacerlo. Entonces la mujer le dijo: “Yo sé que su marido se fue de su lado, pero yo puedo arreglarle que
vuelva con usted. Tenga este cuerito, a las ocho de la noche llámelo por su nombre, golpee con él tres veces
la almohada y guárdelo debajo de ella”.
Agradecida la tendera, le dio un canasto lleno de verduras. En la noche hizo lo que la señora le había
aconsejado y en el acto se presentó su marido. Mientras la señora tuvo el objeto su marido permaneció fiel.
Pasados cuatro días la extraña mujer se asomó a la tienda y le pidió el cuerito. La tendera protestó: “Vea
usted, que mi marido se me volverá a ir”.
La viuda le contestó que lo usaría para otro trabajo. La tendera se lo dio y ese mismo día su marido se fue de
la casa.
Enojada la vecina la acusó de bruja, se fue con las
autoridades y el cura de la iglesia. Entre todos
decidieron llevarla a la cárcel. Pero ella, burlándose de
quienes la tenían prisionera, organizó un plan de
escape.
Con un trozo de carbón dibujó un barquito en la pared
de la bartolina, se subió a él, pronunció algunas
palabras mágicas y huyó. En su lugar quedó un intenso
olor a azufre. En adelante nadie volvió a saber nada de la extraña mujer, a quienes todos recuerdan como
"La Tatuana".

El Sombrerón

Al igual que la Llorona, El sombrerón es una de las leyendas más populares en Guatemala y por lo tanto,
tiene varios elementos similares y varios elementos distintos en cada uno de los relatos. Todas las leyendas
concuerdan en que el sombrerón era una hombre de pequeña estatura, que usaba un sombrero muy
grande, siempre estaba con una guitarra y tenía una voz maravillosa.

Cuentan las leyendas que el sombrerón vio a una


mujer que lo deslumbro con su belleza, de ojos
oscuros y pelo negro. Al verla no puedo resistirse y
quiso enamorarla, por lo que se acerco a su balcón
y le cantó serenata. La mujer, a quienes en algunas
leyendas la llaman Celina, se enamoró de este
pequeño hombre con esta angelical voz a quien
esperaba todos los días.

Celina dejo de comer esperando a la llegada del


hombre con la voz melodiosa. Los padres de Celina, preocupados, llaman a un sacerdote y al ver que este
no podía ayudarla, la llevaron a un convento. La muchacha murió de tristeza y el dia del velorio apareció el
sombrerón cantando y llorando de tristeza. Desde ese día, cuentan las leyendas que se puede escuchar al
sombrerón cantar con su guitarra en las noches y busca a mujeres de pelo negro y ojos oscuros. Así mismo,
se dice que para ahuyentar al sombrerón de una mujer a la que persigue, a esta se le debe de cortar el pelo.

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