Вы находитесь на странице: 1из 26

CAPITULO I

1. SISTEMA DE DOMINIO MINERO


Los sistemas aplicables para la regulación del dominio minero nos
conducen a fijar el dominio de las minas, en tanto del recurso natural, dado
que ellas giran alrededor de la propiedad minera y nos permiten esclarecer
situaciones conflictivas. A su vez, permite definir el régimen de la concesión
existente en cada caso concreto dada la naturaleza de la titularidad de las
minas. La manera como se resuelven los conflictos depende entonces del
régimen existente en un ordenamiento jurídico determinado. (GUTIERREZ
GUARDIA, 2010)

2. TEORÍAS DE LOS SISTEMAS DE DOMINIO DE MINERO


A. DEFINICIÓN DE DOMINIO

Le da el origen a una persona (Estado o particulares) responden o intentan


responder a quién pertenecen originaliamente los yacimientos minerales

2.2. SISTEMAS DE DOMINIO ORIGINARIO:


Con respeto al dominio originario, se han planteado en la doctrina tres
soluciones:

• A) Atribuye el dominio originario al propietario del terreno superficial.


• B) Declara que los yacimientos originariamente no pertenecen a nadie ni al
Estado.
• C) Atribuye el dominio originario a la colectividad representada por el
Estado.

A. SISTEMA DE LA ACCESIÓN O FUNDIARIO:

El propietario del suelo lo es también del subsuelo sin limitación alguna


siendo, en consecuencia, propietario de las minas o yacimientos minerales
subyacentes a la superficie. Se basa en la concepción romanista de la
extensión del dominio privado que diera Cino de Pistola y en la figura de la
accesión mediante la cual el subsuelo, lo accesorio, sigue lo principal,
“Accesorium sequitur principale”. legal. Muchas han sido las objeciones que
a esta teoría se han formulado, si bien creemos que la más acertada es
aquella que mantiene lo erróneo de atribuir al subsuelo y su posible riqueza
el carácter de accesorio respecto del suelo, máxime si se tiene en cuenta
que el valor de lo que se halla en el subsuelo es superior en innumerables
ocasiones al valor del suelo. De otra parte, los yacimientos minerales no
son frutos del suelo bajo el que se yacen, de acuerdo con la más pura.
(Franciskovic Ingunza, 2015)

De esta manera se proclama la unidad real del suelo y subsuelo como


fundamento de su unidad interpretación del propio Código Civil en su Art.
890° al decir que son frutos los provechos renovables que produce un bien,
sin que se altere ni disminuya su sustancia, asimismo el Art. 891° dice que
son frutos naturales los que provienen del bien. Este sistema sostiene que
la mina es accesorio del dominio del suelo superficial, por cuanto
jurídicamente, lo accesorio corre la suerte de lo principal, esto es, que el
propietario de un inmueble tiene derecho de todo lo que se une
accesoriamente por obra de la naturaleza o por la mano del hombre o por
ambas causas1. Conforme del a este de sistema el se o propietario
convierte yacimientos y propiedad de un terreno en superficial en virtud de
su título de propiedad y en aplicación principio accesión, yacimiento
automáticamente que se propietario. (Franciskovic Ingunza, 2015)

B.- SISTEMAS DE OCUPACIÓN O RES NULLIUS


Puede ser el primer ocupante, el descubridor, el primer solicitante o aquel
que ofrezca mejores condiciones para su explotación. Los yacimientos son
considerados RES NULLIUS y, por tanto, del dominio del primero que los y
descubra y ocupe; parte del principio de la ocupación que fue el originario y
primer modo de propiedad, consecuentemente, único título. (GUTIERREZ
GUARDIA, 2010)

Quienes critican este sistema, aducen que su aplicación ofrece


inconvenientes como:
a) Que dificulta la explotación racional de las minas por circunscribir el
trabajo minero, sólo a la superficie de la propiedad, sin tener en cuenta la
extensión y profundidad de los yacimientos mineros.
b) Que propugna la inmovilización de la riqueza minera con perjuicio del
interés público, toda vez que la explotación de la mina está sujeta a la
voluntad o la posibilidad del dueño de la superficie, quien con el derecho
absoluto de propietario que la ley le reconoce, puede optar por su
explotación o sencillamente, por su inmovilización a la espera de mejores
perspectivas.

C. SISTEMAS DOMINIALISTA Y SOCIALISTA

Las características comunes a estos sistemas son:


1: -Elementos diferentes propios del yacimiento frente a la superficie.
2.-Declaran que los yacimientos originariamente pertenecen al Estado.

Estos sistemas varían en cuanto el ejercicio de la actividad minera

C1 SISTEMA DOMINIALISTA
También llamado regalista o regalista dominialista. Atribuye el dominio
originario de los yacimientos al Estado. Este sistema distingue o separa con
regímenes legales propios la superficie del yacimiento.
La denominación regalista deriva de regalía (regalis-regio) derecho propio
del soberano: preeminencia, prerrogativa o excepción particular y privativa
que, en virtud de suprema autoridad o potestad ejerce un soberano.

Couchepin Lois (1922) afirma que los derechos regalianos serían el


resultado de un error, de un contrasentido histórico, el hábito de imponer
impuestos a los yacimientos, que no eran otros que impuestos especiales
de carácter administrativo derivados del derecho romano, que dejan poco a
poco implantada la idea de un impuesto al propietario y derechos privados
del soberano sobre los yacimientos. (Franciskovic Ingunza, 2015)
Ruiz Burgeois (1949) afirma que en el sistema «regalista» el Estado es
dueño absoluto de todos los yacimientos y podrá enajenarlos, arrendarlos,
trabajarlos o ejecutar cualquier acto de dominio sobre ellos. Coinciden en
este pensamiento (Franciskovic Ingunza, 2015)

C2 SISTEMA SOCIALISTA
En el sistema socialista el dominio originario de los yacimientos pertenece al
Estado y se separa la superficie del recurso mineral, son bienes distintos
con un régimen legal propio cada uno.
La diferencia entre los sistemas dominialista y socialista radica en que el
sistema dominialista acepta la participación de la empresa privada en la
industria minera, esto es, permite que

los particulares ejerzan todas las actividades mineras, al lado del Estado
empresario; en tanto que el socialista rechaza esa posibilidad encargando
exclusivamente al Estado ejercer las actividades mineras, salvo casos de
excepción, generalmente de la gran minería en que el Estado comúnmente
celebra contratos con empresas extranjeras. (GUTIERREZ GUARDIA,
2010)

C3 NACIONALIZACIÓN
No debe confundirse al sistema socialista con la «nacionalización» que se
define como el acto estatal, derivado de la competencia del legislador, que
sustrae a la iniciativa o propiedad privada, bienes, empresas o una
actividad, medios de producción o de cambio para asignarlos al Estado u
organismos creados por él apoyado en razones de utilidad pública o de
interés social.

La nacionalización se distingue de la socialización porque se concreta a un


bien o a un conjunto de bienes determinados, de modo que puede darse en
un Estado de organización capitalista.
En el sector minero mencionamos como ejemplos, la nacionalización de
Marcona, de Cerro Pasco, de Cerro Verde, Brea y Pariñas etc., o el
monopolio del Estado respecto a la comercialización de los minerales
(Franciskovic Ingunza, 2015)

 LA LEGITIMIDAD DE ADQUIRIR LOS RECURSOS MINERALES.

Su finalidad se centraba en estimular los trabajos de descubrimiento de


nuevos yacimientos. Se basa en dos principios fundamentales: la
separación del suelo y el yacimiento como elementos distintos que pueden
pertenecer a dos personas diferentes y que los yacimientos no pertenecen a
nadie ni al Estado. De acuerdo a este sistema de ocupación quien ocupa o
descubre un yacimiento e inicia su explotación se convertirá en su titular o
propietario. Es decir, que es opuesto al Sistema Res Nullius y se basa en el
principio de que él posee el dominio de la mina quien la descubre y la
trabaja. De acuerdo con el sistema de Res Nullius las minas se consideran
como: “Res Nullius” Cosas de Nadie Res = Cosas Nullius Carente de dueño

CAPITULO II

SISTEMAS DE DOMINIO MINERO

1. TEORÍAS DE SISTEMAS: ORIGINARIO Y DERIVADO


El Dominio Originario como aquel que pertenece desde su origen a una
persona (Estado o particulares) y no reconoce titular anterior, a diferencia
del Dominio Derivado que reconoce la preexistencia de otro titular.
¿A quién pertenecen originariamente los yacimientos minerales?
Con respecto al Dominio Originario tenemos tres soluciones:
a) Atribuye el Dominio Originario al propietario del terreno superficial.
b) Declara que los yacimientos originariamente no pertenecen a nadie ni al
Estado.
c) Atribuye el Dominio Originario a la colectividad representada por el
Estado.
2. CLASIFICACION
Edmundo Fernando CATALANO, clasifica en dos grandes sistemas:
(Catalano, 1999)
a. Sistemas que no separan el dominio originario del derivado (el dominio
originario y derivado están unificados en solo concepto de dominio,
atribuyendo éste al propietario del suelo o al Estado); y,
b. Sistemas que separan el dominio originario del derivado y consideran a
aquél como de nadie.
2.1. Sistemas que no separan el dominio originario del derivado:
a) Sistema de la Accesión, Fundiario o del Dominio del Superficiario o
Fundus.
Todas las sustancias minerales existentes en el suelo o el subsuelo del
predio, pertenecen por accesión al propietario del mismo (accesorium
sequitu principale).
La propiedad no se limitaría a la superficie de un terreno, sino que abarcaría
un cono que, teniendo por vértice el centro de la tierra, no sólo delimitaría
en la corteza terrestre aquella superficie, sino que se proyectaría luego
indefinidamente en el espacio aéreo, del cielo al infierno –usque ad coelos
et usque ad inferos- según la concepción romanista que da CINO DE
PISTOIA.
Este sistema fue seguido por el derecho romano en el período de la
República, aun cuando también durante el Imperio, al estimarse que las
minas no tenían caracteres propios y no estaban separadas jurídicamente
de la propiedad superficial; por ello, se aplicaba que lo accesorio, la mina,
siguiera la suerte de lo principal, la tierra.
Este sistema sostiene que la mina es accesorio del dominio del suelo
superficial, por cuanto jurídicamente, lo accesorio corre la suerte de lo
principal, esto es, que el propietario de un inmueble tiene derecho de todo lo
que se une accesoriamente por obra de la naturaleza o por la mano del
hombre o por ambas causas. Conforme a este sistema el propietario de un
terreno superficial en virtud de su título de propiedad y en aplicación del
principio de accesión, se convierte automáticamente en propietario del
yacimiento o yacimientos que se encuentran dentro de los límites de su
propiedad. Los elementos superficie y propiedad constituyen una unidad.
CRITICA. -
 Las minas no son accesorias del suelo
 Ocupan grandes extensiones de formas irregulares que no
concuerdan con las divisiones de la propiedad de la superficie
terrestre.
 Cada propietario de una fracción en la superficie se vería obligado a
emprender la explotación por su cuenta en los estrechos límites de
su terreno.
 No todos los propietarios de la superficie se encuentran en
condiciones de disponer de grandes capitales que se necesitan para
la explotación minera.
b) Sistema Dominial o de Dominio Absoluto del Estado.
Llamado también de dominio eminente o útil, las minas forman una
propiedad distinta del suelo y pertenece al dominio del Estado como parte
de su dominio público o privado.
Los sistemas que ubican las minas en dominio privado del Estado, estiman
que el Estado transmite ese dominio y autorizan a constituir mediante el
acto de la concesión una especie de propiedad particular sobre parte de su
patrimonio minero; pero este sistema no faculta al Estado a vender,
transferir, hipotecar o arrendar.
Los sistemas que consideran a las minas como parte del dominio público,
otorgan a éste el carácter de absolutamente indispensable o sea
permanente, y sólo facultan al Estado a constituir a favor de los particulares
derechos de explotación manteniendo el dominio directo en el patrimonio
estatal.
Los derechos que se constituyen tienen el carácter real e inmobiliario y no
otorga derecho de propiedad.
CRITICA. -
 A este sistema se han objetado los tradicionales argumentos contra
el Estado empresario: mala administración, burocracia, poca
iniciativa, explotación antieconómica y otras.
 El sistema dominial no impone necesariamente la explotación de los
minerales por el Estado, sino que se limita a atribuir a éste el
dominio, dejando librada a criterio del mismo Estado la decisión
soberana de la forma de explotación.
c) Sistema de la Nacionalización.
El término nacionalización atrajo la atención de la doctrina y la
jurisprudencia a partir de 1917, cuando la revolución bolchevique al crear la
URSS ésta reclamó como propiedad del Estado la tierra como los medios
de producción y circulación.
Posteriormente, el 8 de marzo de 1944, día en que el movimiento de la
resistencia contra la ocupación alemana del General De Gaulle inscribió a la
nacionalización en su programa respecto a la futura organización de
Francia.
De Gaulle la definió como: “un sistema económico trazado con objeto de
realizar una valoración adecuada de los recursos nacionales y no en
provecho de intereses de particulares y en donde las grandes fuentes de
riquezas comunes pertenecerán a la nación”.
En el Preámbulo de la Constitución del 28 de septiembre de 1946 se
precisó que: “Todo bien, toda empresa cuya explotación tiene o adquiere los
caracteres de un servicio público nacional o de un monopolio de hecho,
debe convertirse en propiedad de la colectividad.”
CRITICA. -
 En cuanto a la actividad minera, es un punto esencial: aun cuando la
nacionalización recae sobre bienes que el Estado no se propone
utilizar de inmediato (como sucede con las riquezas del subsuelo que
no son explotadas enteramente), el acto de nacionalización no deja
por eso de inspirarse en la idea de que dichos bienes sólo pueden ser
utilizados en el interés común, y que, si llegan a ser explotados algún
día, deberán ser puestas al servicio de la colectividad.
 Jurídicamente, el acto de la nacionalización no puede ser aprobada
por la autoridad administrativa al no constituir acto administrativo. Es
un acto supremo de gobierno que tiene sustento material en un acto
legislativo previo que no debe colisionar con la Constitución. No
resulta admisible su impugnación ante ninguna jurisdicción.
 Jorge BASADRE AYULO, citando a Jonathan H. HINES y Dimitri V.
NIKIFOROV, manifiesta que: (Ayulo, 1974)
“Actualmente, la legislación soviética ha tenido grandes y
trascendentales cambios, por lo que se otorgará injerencia a la actividad
privada con el establecimiento de normas promocionales y estímulos
fiscales, eliminándose la intervención absoluta y asfixiante del Estado. La
Ley denominada ‘Recursos del Subsuelo’ ha sido publicada oficialmente el
13 de enero del año 2000 y permite la inversión franca, la renta o aporte de
derechos mineros a los joint ventures a formarse con compañías
extranjeras, la entrega de los derechos mineros a quien realiza los trabajos
y consiga la inversión”.

2.2. SISTEMAS QUE SEPARAN EL DOMINIO ORIGINARIO DEL


DERIVADO

2.2.1. SISTEMA DE OCUPACIÓN:


Este sistema considera que las minas son cosas sin dueño originario y que
el derecho de explotación pertenece al primer ocupante.
Se basa en que se entrega el dominio de las minas al que las descubre y
trabaja, con el fin de fundamentar el justo otorgamiento de la propiedad
minera a aquel que descubre el yacimiento y luego realiza actividad minera
con el trabajo. Ello no implica entonces el establecimiento de concesión
minera alguna ni transferencia de propiedad por parte del Estado. Las
minas son entonces bienes que no pertenecen a nadie.
Una persona que descubre una mina puede explotarla y penetrar por medio
de galerías subterráneas debajo de la propiedad de los vecinos, cualquiera
que sea el dueño, con tal que no haga peligrar la estabilidad de la
superficie. El ocupante se convierte por sus trabajos en propietario, sin
necesidad de permiso, concesión, autorización ni intervención de ninguna
especie del Estado.
En la actualidad no ha sido adoptado este sistema por ninguna las
legislaciones mineras del mundo, salvo en casos extraordinarios debido a
las sustancias denunciadas que no figuran dentro de las disposiciones que
regulan las concesiones mineras en cada caso concreto. TURGOT en su
Memoria sobre Minas y Canteras, cuando desempeñaba la Intendencia de
Limoges (1770).
2.2.2. SISTEMA DE RES NULLIOS:
Este sistema considera a las minas como cosas de nadie. El dominio de las
minas no corresponde al propietario de los suelos como si sucede con el
sistema de accesión. En consecuencia, este sistema no entrega
estrictamente la propiedad de las minas al estado ni a los particulares, pero
vemos que es el estado que adjudicará u otorgará el yacimiento minero a
favor de quien ofrezca mayores garantías y a la vez una situación
económicamente viable que permita su explotación.
Es por ello que, en este sistema, el rol del estado es principalmente de
hacer que la explotación del yacimiento minero sea tal que beneficie a la
actividad económica de la industria minera en el país. A diferencia del
sistema de ocupación, este régimen requiere un procedimiento para otorgar
el yacimiento, mientras que aquel implica únicamente el reconocimiento por
parte del Estado de la propiedad sobre el mismo.
Es en Francia, Portugal, Chile, México y Bélgica, que han adoptado este
sistema, limitándose a determinadas sustancias que se consideran
taxativamente como minerales. Es necesario señalar que en la actualidad
este sistema no ofrece seguridad jurídica por lo que está supeditada a
contingencias al entregar al estado, a aquel que ofrezca grandes garantías
para la explotación sin tomar en cuenta a quien tenga mayores derechos.
No permite en consecuencia corregir los posibles conflictos de propiedad
respecto a la propiedad del predio superficial. Eduardo DALLOZ, De la
Propieté des mines et de son Organisation Légale en France et en
Belgique, Paris, 1862.

2.2.3 SISTEMA REGALISTA


Este sistema refiere el dominio de las minas como bienes de propiedad
exclusiva del estado; y que podrá otorgar a los particulares disponiendo de
ella a su arbitrio, mediante el pago respectivo de los productos que genere
la mina.
En su carácter de titular del derecho de dominio sobre las minas, el Estado
puede usar, gozar y disponer de ellas con entera libertad y así podrá
venderlas, permutarlas, arrendarlas, concederlas, o explotarlas por su
cuenta y riesgo.
En este sistema es el Estado el que mantiene el derecho exclusivo para
conceder el goce y disfrute del suelo, y el que a la vez tiene todo el derecho
de poder celebrar cualquier contrato sobre la explotación de las minas; ya
sea uno de enajenación o de arrendamiento, razón por la cual dicho
derecho es susceptible de ser transferido. Además, el estado puede hacer
uso del mecanismo de control y fiscalización mediante sus organismos
administrativos, legales y técnicos. En consecuencia, el mecanismo a
emplear no es la concesión, sino la transferencia de propiedad, cuando el
sistema lo permite, o simplemente la explotación por encargo, a través de
un contrato de derecho público.
En la teoría regalista, si bien el Estado tiene la “propiedad” de las minas, no
puede, sin embargo, enajenarlas, ni explotarlas por sí; puede
exclusivamente concederlas. La concepción de este sistema se comprende
remontándonos en sus antecedentes históricos hasta el feudalismo, que
establecía una estrecha vinculación entre la soberanía y el derecho de
propiedad.
El Estado no tiene sobre las minas un verdadero derecho de propiedad sino
un derecho especial, el dominio eminente, atributo emanado directamente
de la soberanía.
Se explica que el Estado, aún sin desprenderse de esta singular “propiedad”
pueda, sin embargo, conceder la "propiedad” (ahora denominada útil) de la
mina a los particulares, mediante el cumplimiento de éstos de ciertas
condiciones. (Gamarra, 2007)

2.2.4. SISTEMA DE DOMINIO DEL ESTADO O DOMINIALISTA:


Este sistema considera que es el estado el titular de las minas que se
encuentran en el suelo y en el subsuelo, ejerciendo su soberanía sin que
signifique propiamente un derecho patrimonial. El sistema de dominio del
Estado – antiguamente denominado de libertad de minas – es aquel que
atribuye el dominio originario de las minas al Estado, con lo cual participa de
las características del sistema regalista, pero a diferencia de éste, el
dominio del Estado no es un dominio completo, sino un dominio eminente,
virtual o también llamado radical, es decir, una emanación de la soberanía,
careciendo el Estado de las facultades de usar y gozar de las minas de
manera directa.
Por ello el estado tiene toda la facultad de entregar las minas y los
minerales que se encuentra en su interior en propiedad a los particulares
para su explotación, exploración y beneficio, con todos los atributos del
derecho de propiedad en su favor, sin que la propiedad pertenezca o haya
pertenecido inicialmente al Estado, a través de la concesión minera.
La semejanza de este sistema con el sistema regalista es que el Estado
posee en ambos casos el dominio sobre las minas, siendo más bien la
diferencia entre dichos regímenes que el sistema dominialista se caracteriza
porque el dominio es sólo una expresión de soberanía que consiste en los
poderes públicos y que el estado no tiene más atributos que el conceder la
mina a los particulares – o a entidades del propio estado, como a las
empresas públicas – para que ellos dispongan de ella. En cambio, en el
sistema regalista, el derecho que tiene el estado sobre las minas es uno de
dominio patrimonial, de derecho real, es el propietario exclusivo de las
minas y tiene incluso la facultad de explotarlas por sí mismo, sin que exista
ningún permiso o concesión previa.
Se define finalmente al sistema dominialista de minas como el régimen que
atribuye al estado el dominio de todas las minas, pero sin más atributos que
el de entregar a los particulares para que ellos dispongan como dueños,
bajo las condiciones establecidas por ley. En este orden de ideas, por su
naturaleza intermedia este sistema se muestra como aquel que permitiría
un ejercicio más adecuado de los derechos que confiere la concesión
minera y por ello es el más difundido en el derecho comparado.

Capitulo III
SISTEMA DE DOMINO PERUANO

1. LEGISLACIÓN PERUANA
La legislación peruana adopta el sistema dominialista. La Constitución en su
artículo 66º declara que los recursos naturales renovables y no renovables
son patrimonio de la nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento.
Por ley orgánica se fijan las condiciones de su utilización y de su
otorgamiento a particulares. La concesión otorga a su titular un derecho
real, sujeto a dicha norma legal. El Texto Único Ordenado (art. II TPTUO)
reitera la declaración constitucional: Todos los recursos minerales
pertenecen al Estado cuya propiedad es inalienable e imprescriptible.
(Franciskovic Ingunza, 2015)

2. SEPARACIÓN LEGAL DE SUPERFICIE Y YACIMIENTO


La Ley peruana distingue entre superficie y yacimiento. En efecto, el artículo
954º del Código Civil dice: «La propiedad del predio se extiende al subsuelo
y sobresuelo comprendidos dentro de los planos verticales del perímetro
superficial y hasta donde sea útil al propietario el ejercicio de su derecho. La
propiedad del subsuelo no comprende los recursos naturales, los
yacimientos y restos arqueológicos ni otros bienes regidos por leyes
especiales».
El artículo 9º del TUO de la LG. se refiere a esta situación: «La concesión
minera es un inmueble distinto y separado del predio donde se encuentra
ubicada».
Es necesario advertir que esta situación es aplicable únicamente a las
concesiones mineras, no así a las concesiones de beneficio, labor general y
transporte minero por la sencilla razón de que el artículo 9º forma parte del
Título II Capítulo I Concesiones Mineras, que trata de la exploración y
explotación, en tanto que las otras concesiones se encuentran en los
Capítulos II, III y IV del mismo título. Al respecto algunos autores
manifiestan que cuando la LGM dice concesión minera se refiere al género,
es decir, comprende las actividades mineras de exploración, explotación,
beneficio, labor general y transporte minero, lo cual no es exacto. Queremos
aclarar que «concesión minera» designa los derechos mineros de
exploración y explotación, en tanto que «concesión» denota a los derechos
mineros de beneficio, labor general y transporte minero.
En síntesis, yacimiento y superficie son dos bienes distintos sujetos a dos
regímenes legales diferentes, así la superficie regulada por la legislación
común y el yacimiento normado por el TUO de la LGM. (Franciskovic
Ingunza, 2015)
De otro lado, el cisma superficie y yacimiento no siempre es físicamente
perceptible, en particular cuando los recursos minerales (materiales de
construcción o explotación a tajo abierto) se encuentran en la misma
superficie. La diferencia debe ser entendida en un sentido ideal, una ficción
del derecho, teniendo presente los fines a que se dedican. La superficie a la
agricultura, vivienda, fábricas, etc., y el yacimiento a la explotación minera.
No hay límites precisos que marquen la división. En realidad, lo que
llamamos «superficie» está compuesto de minerales y por ello puede
utilizarse para propósitos mineros, o sea, que en unos casos es
propiamente «superficie» y en otros «yacimiento».
3. Participación de la empresa privada en la industria minera
Los particulares están autorizados para ejercer todas las actividades
mineras conforme lo establece el artículo 66º de la Constitución que
enuncia que por ley orgánica se fijan las condiciones de su utilización y
otorgamiento a particulares. El artículo 885º, inciso 8 del Código Civil
consigna: son inmuebles las concesiones mineras obtenidas por
particulares y el artículo II TP del TUO declara que el aprovechamiento de
los recursos minerales se realiza a través de la actividad empresarial del
Estado y de los particulares mediante el régimen de concesiones.
(GUTIERREZ GUARDIA, 2010)

 .El Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería


Reitera la declaración constitucional: (Art. II T.P. Del TUO) todos los
recursos minerales, pertenecen al Estado cuya propiedad es inalienable e
imprescriptible.

Constitución Política del Perú - Artículo 66.- Recursos Naturales. Los


recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la
Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento. Por ley orgánica se
fijan las condiciones de su utilización y de su otorgamiento a particulares. La
concesión otorga a su titular un derecho real, sujeto a dicha norma legal. 5
Texto Único Ordena de la Ley General de Minería – Art. II del Título
Preliminar. Todos los recursos minerales pertenecen al Estado, cuya
propiedad es inalienable e imprescriptible. El Estado evalúa y preserva los
recursos naturales, debiendo para ello desarrollar un sistema de
información básica para el fomento de la inversión; norma la actividad
minera a nivel nacional y la fiscaliza de acuerdo con el principio básico de
simplificación administrativa. El aprovechamiento de los recursos minerales
se realiza a través de la actividad empresarial del Estado y de los
particulares, mediante el régimen de concesiones.

CAPITULO IV. SISTEMAS DE DOMINIO MINERO EN LA LEGISLACIÓN


COMPARADA.
Conforme se ha desarrollado anteriormente los sistemas de dominio minero
abarcan una gran cantidad de países por lo que es preciso desarrollar
algunos de estos bajo la denominación de legislación comparada, siendo
ésta la que se desarrollará de manera principal, en ese sentido se
desarrollaran las legislaciones de Argentina, Colombia, Chile.

1. SISTEMA DE DOMINIO MINERO EN LA LEGISLACIÓN ARGENTINA

En principio es importante resaltar que en Argentina existe un Código de


Minería, el mismo que establece ciertos principios rectores para regular
la minería en éste país, en ese sentido el profesor Pigretti indica que;
Debemos partir de la base de que existen dos dominios, uno originario
cuya titularidad detenta el Estado y otro derivado que es el que obtiene
el particular que. cumplidas ciertas formalidades, constituye una
propiedad sobre sustancias que hasta ese momento reconocían al
Estado como dueño. La ley minera crea una propiedad nueva al
disponer la inscripción en el registro correspondiente de la operación de
mensura de un descubrimiento; propiedad minera que mantiene perfecta
independencia con los derechos de dominio que caracterizan la
superficie del suelo. (Eduardo, 2004)
Desde su Independencia (mayo de 1810), la República Argentina es el
país de América Latina donde se aplicaron y estuvieron en vigencia
durante mayor tiempo las Ordenanzas de Minas de Nueva España
(1783) como la principal Ley o Código Minero del país, aun cuando su
aplicación no siempre fue completa y uniforme. (FUENZALIDA
VILDOSOLA, 2000)
Los antecedentes sobre la evolución histórica del derecho minero
argentino permiten describirlo como configurado por tres grandes
períodos, comprendiendo el tercero de ellos la legislación vigente.
Así se indica que el período de aplicación de las Ordenanzas de Minas
de Nueva España y legislación complementaria La primera normativa
expedida por la Asamblea General Constituyente después de la
Revolución de mayo de 1810 fue el Reglamento del 7 de mayo de 1813,
en cuya virtud se establece un Tribunal de Minería para la Villa de Potosí
“bajo las reglas adoptadas por igual establecimiento de México”, en
alusión a las Ordenanzas de Minas de Nueva España. Más tarde, otro
“Reglamento Provisional” de 1817 prescribe que “hasta que la
Constitución determine lo conveniente, subsistirán todos los Códigos
legislativos, cédulas, reglamentos y demás disposiciones generales y
particulares del antiguo gobierno español que no están en oposición
directa o indirecta...”. En el año 1819, el Director Martín de Puygrredón
dicta el Decreto del 21 de mayo, en el que, además de crearse la Casa
de Moneda en Córdoba y el Banco de Rescate y Comercio de La Rioja,
se establecen las primeras normas especiales para la actividad minera,
proclamando al respecto “que sigan en vigencia dichas Ordenanzas [de
Minas de Nueva España] para que en adelante se establezca el Código
de Minería, no sólo en Famatina, sino en los demás Estados en
uniformidad, hasta que la Junta proponga las modificaciones y adiciones
que merezcan dichas Ordenanzas, además de las que ya tienen, con lo
que no se haya dispuesto en la de México [Ordenanzas de Minas de
Nueva España], regirán las Ordenanzas 200 El dominio de los recursos
mineros en AL y C y sus sistemas concesionales del Perú, conocidas por
las del Virrey Toledo, y, en defecto de éstas, las Leyes de la
Recopilación de Indias”. La aplicación de las Ordenanzas de Nueva
España, según decíamos, no fue completa y uniforme sino que tuvo
excepciones, como por ejemplo la del Reglamento Minero dictado por el
Gobernador de La Rioja, Diego Barrenechea, que estableció normas
especiales para el importante mineral de Famatina, inspirado al efecto
por las Ordenanzas de Minas del Perú. Además, se dictaron entre 1810
y 1850 varias disposiciones mineras de carácter específico,
complementarias a las Ordenanzas de Minas de Nueva España, en
materias relacionadas con la actividad minera argentina. (FUENZALIDA
VILDOSOLA, 2000).
Por otro lado su Legislación vigente es la Constitución Política.
Reformada de 1994 la misma que le otorga rango constitucional al
dominio de las provincias sobre sus recursos naturales (entre ellos las
minas), “disponiendo al efecto el Art. 122; “corresponde a las Provincias
el dominio originario de los recursos naturales existentes en su
territorio”. Código de Minería de 1887 y modificaciones posteriores,
siendo las últimas las aprobadas por Ley N° 22.259 de 1980, las N°
22.224 y N° 22.228, ambas de 1993, la N° 24.196 de 1995 sobre el
régimen de inversiones en la actividad minera. Estas últimas no
introdujeron reformas al concepto del dominio, pero sí al régimen
concesional. Brevemente se puede señalar que la ley N° 22.224
contiene importantes modificaciones a la confección y aplicación de las
cartas geológicas; crea el Consejo Federal Minero y normas sobre el
canon minero; deroga al respecto la ley 21.593 y el art. 212 del Código
de Minería; aumenta el número de pertenencias que pueden otorgarse al
descubridor o a una empresa, y se faculta al Poder Ejecutivo para crear
zonas francas especiales a la actividad minera. En cuanto a la ley
24.228 de 1993 sanciona el Acuerdo Federal Minero, tendiente a otorgar
mayores facultades a las provincias, a objeto de que estas últimas sean
las que administren sus recursos, y puedan así ejecutar acciones y
políticas de promoción y descentralización. Finalmente, la ley 24.498 de
1995 reconoce a las provincias la facultad de aplicar en su jurisdicción
territorial concurso público para la inversión y desarrollo de la gran
minería. En cuanto al dominio de los recursos, el Código de 1887
estableció que: “Las minas son bienes privados de la Nación o de las
Provincias, según el territorio en que se encuentran” (Art. 7o). Dicha
disposición se complementa con 202 El dominio de los recursos mineros
en AL y C y sus sistemas concesionales lo establecido en el Art. 10
sobre la naturaleza jurídica del dominio de la Nación, señalando al
respecto que aquél tiene el carácter de “dominio originario del Estado”.
Otra disposición que ilustra el alcance de la cuestión del dominio de los
recursos mineros de ese país, es el Art. 9o, en cuya virtud “El Estado no
puede explotar ni disponer de las minas, sino en los casos expresados
en la presente ley”. Finalmente, una importante disposición que aclara el
alcance y naturaleza jurídica del concepto de dominio originario del
Estado es la contenida en el Art. 352 del Código Minero en cuya virtud
“la prescripción no opera contra el Estado propietario originario de la
mina”. Esta norma fue introducida por la Ley N° 22.259 en la
modificación del año 1980. (FUENZALIDA VILDOSOLA, 2000)

2. SISTEMA DE DOMINIO MINERO EN LA LEGISLACIÓN COLOMBIANA

En Colombia el contrario a lo que sucede en Argentina es el Estado tiene


el dominio eminente sobre todas las minas en Colombia. El dominio útil
o propiedad radica en el mismo Estado o en otras personas naturales o
jurídicas, ya sean éstas de naturaleza pública o privada. Por ese dominio
eminente o de soberanía, el Estado es el supremo tutor de la propiedad
minera, es él quien la ha creado y y quien la atribuye y protege. Cuando
el Estado dice que el propietario del suelo es también dueño de
determinadas minas, cuando transfiere otras en propiedad a distintas
personas, cuando las da en concesión o cuando las explota
directamente o por medio de administración delegada, se coloca dentro
de los actos de dominio eminente o en el ejercicio de dominio útil que la
constitución o las leyes le asignan.
Así lo indica el Profesor Juan Molina Para explicar ese dominio eminente
y en ocasiones el dominio útil que el Estado tiene sobre las minas, se
han ideado dos teorías que van por sendas tan próximas que a menudo
se confunden. Estos sistemas son: el REGALISTA y el DOMINIAL.
El REGALISTA se refiere más al soberano, al Estado como sujeto activo
de todos los derechos. Originariamente, el REGALISMO significaba el
conjunto de atribuciones inalienables, las preeminencias y prerrogativas
propias del soberano. Era la regia potestad en ejercicio de la soberanía
conforme a la cual podía imponer contribuciones y amparar con fórmulas
eficaces la propiedad territorial y la riqueza mobiliaria. En una palabra, la
regalía era, en este sentido, el ejercicio de los derechos inmanentes del
soberano. (Juan, 2005)
El doctor Joaquín F. González citado por Juan Molina define así el
REGALISMO MINERO: "Es aquel que reconoce la intervención del
Estado en la adjudicación de ellas (las minas) a los particulares, y
establece la facultad del poder público para vigilar, garantir V asegurar
por propia utilidad el ejercicio, uso y goce de todos los derechos que el
código acuerda a las personas privadas".
Conforme se mencionó anteriormente el sistema regalista tiene vida
secular y no puede por ello considerarse como secuela del derecho
moderno en su aspecto de intervencionismo de Estado: Desde el tiempo
de los romanos, principalmente en el período de los emperadores, se le
puso en práctica, ya para reservarse el Soberano la explotación de
determinadas minas yacentes en sus dominios o para cobrar un tributo,
regalía o impuesto sobre ellas. España implantó este sistema con mayor
vigor y a través de ella llegó a los territorios americanos que fueron sus
colonias.
En el marco de lo señalado, el Código de Minas de 1989 establece las
siguientes disposiciones básicas: Campo de aplicación. “El Código
regula las relaciones entre los diversos organismos y entidades
estatales, las de los particulares entre sí y con aquellos entes públicos,
en lo referente a la prospección, explotación, beneficio, fundición,
transformación, transporte, aprovechamiento y comercialización de los
recursos naturales no renovables que se encuentren en el suelo o
subsuelo, incluidos los espacios marítimos jurisdiccionales, sean de
propiedad nacional o de propiedad privada. Se exceptúan los
hidrocarburos en estado líquido o gaseoso, que se regulan por normas
especiales sobre la materia”. (Art. 2).
Propiedad de los recursos no renovables. “De conformidad con la
Constitución Política, todos los recursos no renovables del suelo y
subsuelo pertenecen a la Nación en forma inalienable e imprescriptible.
En el ejercicio de esa propiedad, podrá explorarlos y explotarlos
directamente a través de organismos descentralizados, o conferir a los
particulares el derecho de hacerlos, o reservarlos temporalmente por
razones de interés público”. (Art. 3). 214 El dominio de los recursos
mineros en America Latina y Colombia y sus sistemas concesionales En
la legislación de Colombia no se define expresamente la naturaleza
jurídica del dominio del Estado, pero la doctrina y autores han llegado a
la conclusión de que las minas, en virtud del dominio eminente,
pertenecen al Estado, a título patrimonial, inalienable e imprescriptible, y
que en las leyes y decretos se establece y expresa su forma de
explotación (dominio radical), otorgándolo a personas naturales o
jurídicas, pero conservando antes, durante y para siempre su “dominio
directo”. Propiedad de materiales pétreos. “También pertenecen a la
Nación, en forma inalienable e imprescriptible y con iguales atribuciones
a las señaladas en el artículo anterior, las canteras y los demás
depósitos de materiales de construcción de origen mineral, así como los
pétreos de los lechos de los ríos, aguas de uso público y playas. Quedan
igualmente a salvo las situaciones jurídicas, subjetivas y concretas, de
quienes, en su calidad de propietarios de los predios de ubicación de
dichas canteras, las hubieren descubierto y explotado antes de la
vigencia de este Código”. (Art. 4). Declaración de utilidad pública o
interés social de la actividad minera. “Declárase de utilidad pública o de
interés social la industria minera en sus ramas de prospección,
exploración, explotación, beneficio, transporte, fundición,
aprovechamiento, procesamiento, transformación y comercialización.
Por tanto, podrán decretarse por el Ministerio de Minas y Energía, a
solicitud de parte legítimamente interesada, las expropiaciones de
bienes y derechos necesarios para su ejercicio o su eficiente desarrollo”.
“Podrán de igual modo, decretarse expropiaciones de las minas o del
suelo o subsuelo mineros, así como de las canteras, cuando en uno u
otro caso se requiera integrar tales bienes o derechos a una explotación
de gran minería de importancia básica para la economía del país y cuyo
titular sea una empresa industrial y comercial del Estado, del orden
nacional”. Reserva minera especial. “El Gobierno, por razones técnicas y
económicas comprobadas y en forma eminentemente temporal, podrá
declarar de reserva especial, determinados depósitos, yacimientos,
minas o áreas potencialmente mineras, para determinados minerales
que puedan existir en ellos, con el objeto de que el Ministerio
directamente o por medio de sus organismos adscritos o vinculados,
adelante investigaciones geológico-mineras”. (FUENZALIDA
VILDOSOLA, 2000)

3. SISTEMA DE DOMINIO MINERO EN LA LEGISLACIÓN CHILENA

En el caso de Chile, la cuestión relativa a su sistema de dominio de los


recursos mineros y al sistema concesional es sui generis e inédita, no
sólo a nivel de las Leyes Mineras de America Latina y Chile sino también
del resto de los países mineros del mundo y, desde luego, es en lo
sustancial completamente diferente a las legislaciones del Modelo A. De
ahí que se justifique objetivamente como cuestión de método el que
dicha legislación Modelo A se identifique y analice y pueda así
efectuarse en el futuro el correspondiente estudio comparativo entre
aquella y el Modelo B representado por las LM de Chile y Bolivia.
a) En lo que respecta a la Ley Minera de Chile, después de la
Independencia ocurrida en 1810, se continuó aplicando como única ley
minera las Ordenanzas de Minas de Nueva España (1783) hasta el año
1874, fecha en que se dicta el primer Código de Minería que no definía
ni establecía definición ni concepto sobre el dominio en general de los
recursos, aunque sí contenía en su regulación el sistema de amparo por
el trabajo, real y efectivo (el pueble), tal como lo establecían las
mencionadas Ordenanzas; sin perjuicio de señalar que dicho cuerpo
legal incluía en su ámbito de aplicación sólo algunas sustancias
metálicas. Posteriormente, con la dictación del segundo Código de
Minería, promulgado en 1888, se inicia plenamente el extenso período
de aplicación integral del derecho minero liberal a que se refiere el
Capítulo III del Título Primero, el que continúa siendo similar en lo
sustancial al tercer Código de Minería, dictado en 1932, finalizando en
1971, al aprobarse por la unanimidad del Congreso Nacional la reforma
de la Constitución Política de 1925. (Esta última, al igual que la de 1833,
nada decía ni establecía sobre el dominio de los recursos mineros). Los
mencionados Códigos Mineros de 1888 y 1932 incluyen una definición
del dominio del Estado, similar a la que establece el Código Civil de
1855 en su artículo 591, vigente aún (aunque algunos sostienen que
tácitamente fue derogada en 1971 al modificarse la Constitución Política
de 1925, incorporando una definición de rango constitucional), en cuya
virtud: “El Estado es dueño de todas las minas de oro, plata, cobre...etc.,
no obstante el dominio de las corporaciones o de los particulares sobre
la superficie de la tierra...Pero se concede a los particulares la facultad
de catar y cavar en tierras de cualquier dominio para buscar minas...
labrarlas y beneficiarlas y la de disponer de ellas como dueños, con los
requisitos y bajo las reglas que prescribe el Código de Minería”
(paradojalmente, este último aún no existía en 1855, como puede
observarse). En la reforma mencionada del año 1971, el Congreso
Nacional reformó por unanimidad la Constitución Política de 1925,
atribuyendo al Estado, por una parte, el dominio absoluto, exclusivo,
inalienable e imprescriptible sobre los recursos mineros y, por otra,
estableciendo por primera vez el sistema de las concesiones mineras de
exploración y explotación, como el único medio e instrumento jurídico
mediante el cual los particulares pueden válidamente aprovechar dichos
recursos y obtener derechos (títulos) sobre estos últimos, al otorgarse
las concesiones en cuestión por la correspondiente autoridad
administrativa minera del Estado. En la misma oportunidad (1971), se
nacionalizaron las minas de cobre de la llamada Gran Minería,
propiedad de empresas extranjeras. (FUENZALIDA VILDOSOLA, 2000).
En la Ley Minera chilena no existe ni está contemplada la institución u
organismo que representa a la Nación/Estado en la cuestión vinculada
con el dominio de las sustancias mineras concesibles (98%), como en el
resto de las LM del Modelo A en América Latina y el Caribe. En el resto
del mundo -e incluso en Bolivia-, se contempla una Autoridad Minera y
una estructura de Administración Minera que representa a la Nación y/o
Estado, establecida en sus Códigos de Minería o Leyes Generales de
Minería, y que opera en la órbita del derecho minero administrativo-
público, como representante del Estado/Nación, el que otorga y concede
los derechos mineros a los particulares. Es así que, en la Ley Minera de
Chile, CODELCO opera y funciona, en lo que respecta a la obtención de
derechos mineros (concesiones), del mismo modo que los particulares y
no como un organismo del Estado con derechos propios y especiales
sobre los recursos.
CONCLUSIONES

Los sistemas aplicables para la regulación del dominio minero nos


conducen a fijar el dominio de las minas, en tanto recurso natural, dado que
ellas giran alrededor de la propiedad minera y nos permiten esclarecer
situaciones conflictivas. A su vez, permite definir el régimen de la concesión
existente en cada caso concreto dada la naturaleza de la titularidad de las
minas. La manera como se resuelven los conflictos depende entonces del
régimen existente en un ordenamiento jurídico determinado.

Como hemos visto según los distintos tipos de sistema del dominio minero,
en lo que concierne a la titularidad de los yacimientos minerales es
indiscutible que el Estado ostenta y ejerce la propiedad minera con carácter
absoluto e ilimitado, con derecho a disfrutar y de disponer conforme a la ley,
que establece que los recursos naturales renovables y no renovables son
patrimonio de la Nación

Por otro lado, es importante tener en cuenta que los distintos tipos de
legislaciones otorgan a cada uno de los Estados cierto de grado de
seguridad jurídica, siendo en algunos casos que la pertenencia y
explotación de un yacimiento minero corresponde netamente al Estado y en
otros casos en los cuales se otorga una “concesión” a un tercero para que
éste realice la explotación del yacimiento, en ese sentido las diferencias son
si se quiere, marcadas.
BIBLIOGRAFIA

 Ayulo, J. B. (1974). Derecho minero peruano. P. L. Villanueva.


 Catalano, E. F. (1999). CÓDIGO DE MINERIA COMENTADO. Buenos
Aires: Zavalia.
 TURGOT en su Memoria sobre Minas y Canteras, cuando
desempeñaba la Intendencia de Limoges (1770).
 Eduardo DALLOZ, De la Propieté des mines et de son Organisation
Légale en France et en Belgique, Paris, 1862.
 Carolina Gamarra. Derecho Minería y sociedad. Perú, 2007.
 Franciskovic Ingunza, M. (2015). SISTEMAS DE DOMINIO ORIGINARIO DE
LOS YACIMIENTOS. LIMA: VOX JURIS.
 GUTIERREZ GUARDIA, C. (2010). La propiedad minera. FIGMMG , 42-48.

 Eduardo, P. A. (2004). El Amparo de la Propiedad Minera. Buenos Aires: Fondo
Editorial UBA.
 FUENZALIDA VILDOSOLA, J. (2000). El Dominio Minero y el Sistrema
Concesional en America Latina y el Caribe. Caracas: Latina C.A.
 2-48. Juan, M. C. (2005). El Dominio Minero en Colombia. Bogatá: Fondo
Editorial de la UNAL.

LINKOGRAFIA

 http://blog.pucp.edu.pe/blog/carolinagamarra/2007/11/30/los-distintos-
sistemas-que-determinan-el-dominio-minero/
 file:///C:/Users/Usuario/Downloads/1.pdf

Вам также может понравиться