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LA CRISIS DEL SIGLO III- SIGNOS:


1) Inestabilidad política: luchas internas entre las diversas legiones
2) Problemas defensivos: Invasiones bárbaras que aprovechan los síntomas de
debilidad del imperio y se lanzan al ataque, ahora conformando federaciones de tribus
(alamanes, francos, etc.)
3) Problemas económicos: inflación
4) Descenso demográfico: los pocos hombres disponibles se los disputan el ejército y el
campo.
BÚSQUEDA DE SOLUCIONES:
1) Inestabilidad política. Solución: autoridad fuerte y centralización con ayuda de
una enorme burocracia.
La defensa del imperio es el principal objetivo, los intereses de los grupos militares son
los que prevalecen, por lo que el antiguo Principado se convierte en una monarquía militar
absoluta imitando a la autocracia persa, organizada bajo la autoridad de un gobernante que
es el amo y señor.
- El Dominado: el emperador se transforma en el dueño absoluto del estado,
justificando su autoridad en su derecho divino como representante de los dioses. Esto lleva a
que Diocleciano tuviera que perseguir al cristianismo, que no aceptaba identificar al
emperador con Dios.
Con Constantino se llegó a la formulación de que el emperador recibe la legitimación y
la autoridad moral directamente de Dios, por lo que el poder emana de la gracia divina
- La Tetrarquía: en el 293 Diocleciano instaura el sistema de la tetrarquía, con el fin de
neutralizar a los posibles pretendientes al trono, y también para repartir la gran carga de las
tareas políticas y militares. Reforma la administración:
1) Cuatro Prefectos del Pretorio que dirigían un cuerpo de funcionarios en las
prefecturas de las Galias (Galia, Hispania e Inglaterra); de Italia (Italia y Africa); Iliria (los
Balcanes y la región del Danubio) y Oriente.
2) Cada prefectura estaba constituidas por diócesis (17 en total) administradas por un
vicarius
3) Las diócesis se dividían en 120 provincias. El gobernador de una provincia ya no
posee ninguna competencia militar, siendo el dux el comandante de los ejércitos que se
encontraran en los límites provinciales. Las ciudades de Constantinopla y Roma eran
administradas por separado, por los prefectos senatoriales.
- El Cristianismo: Constantino trata de que el Cristianismo pase de ser un enemigo del
Estado romano a ser un apoyo del mismo. La crisis condujo a un cambio en la mentalidad,
desarrollándose una elevada sensibilidad religiosa, planteándose una ruptura con el
universalismo racional de la antigüedad clásica greco-romana. La gente se vuelca hacia los
cultos de salvación, entre ellos el cristianismo.
Pero Constantino no concebía una separación entre los campos políticos y religiosos,
trata de convertir a la Iglesia en un apoyo del mismo. Por eso interviene en los asuntos de la
Iglesia y convoca al Concilio de Nicea (325) que condena al Arrianismo y organiza a la
Iglesia en 5 patriarcados.
Consecuencias:
- El ciudadano, que hacía tiempo que ya había perdido la libertad política, ahora resigna
su libertad social y económica para asegurar el mantenimiento y supervivencia del orden
imperial. El imperio sólo podía mantenerse por el despotismo pero este despotismo ahoga
toda vitalidad, arruina al Estado y lo llevará a su fin
- Para Lot, el cambio de religión fue una operación mediocre desde el punto de vista
político. El emperador impone el cristianismo en el mismo momento en que esta religión
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experimenta una crisis muy grande con la herejía arriana, y el Estado se mezcla en este tipo
de controversias, que provocan un gran daño.
2) Problemas defensivos: transformación del ejército. En el siglo III el ejército
comienza a separarse en:
- Ejército de campaña (cimitatenses) formado esencialmente por mercenarios
germanos.
- Ejército de cobertura de fronteras (limitanei) instalado en las guarniciones fronterizas y
conformados por poblaciones autóctonas. La frontera queda entonces deficientemente
vigilada por soldados-labradores gratificados con parcelas de tierra pero sujetados
hereditariamente a esta condición a partir del siglo IV (con Constantino). De esta forma se
soluciona el problema del reclutamiento.
Consecuencias:
- El limes se transforma en una frontera abierta y en las ciudades del interior comienzan
a construirse murallas (260 DC).
- Al ser básicamente un ejército mercenario se comprende que sea reemplazada la
lealtad al Estado por la lealtad al jefe militar, quien generalmente es proclamado Emperador
por sus tropas.
3) Problemas económicos. Solución: aumentar la recaudación impositiva y
terminar con la inflación a fin de tener más fondos para destinar al ejército de
mercenarios
- Decreto de precios máximos (Diocleciano). Creó un mercado negro y el
desabastecimiento.
- Implementación de una moneda fuerte, el solidus (Constantino). Es necesario contar
con más recursos para hacer frente a los enormes gastos provocados por el aumento de la
burocracia y por los ejércitos mercenarios.
- En el siglo IV se implementa la dependencia hereditaria de un individuo a su oficio
(artesanos, campesinos, soldados), a fin de tener controlada la evasión de impuestos y de
personas. Esto se complementa obligando a las aristocracias locales a recaudar los
impuestos.
- El Estado crea empresas para la producción de artículos necesarios para el
abastecimiento del ejército y establece tributos en especie y prestaciones personales
(munera, siglo III) destinados al aprovisionamiento del ejército
Consecuencias:
- El brutal efecto deflacionista provocado por la implementación de una moneda fuerte
(solidus) obligó a los campesinos libres a huir y buscar protección ya que no podían pagar
los impuestos en moneda. Se transforman en colonos entrangando sus tierras a un patrono,
quien las devuelve en concepto de tenencia, aunque los campesinos deben pagar el alquiler
de sus antiguas tierras en especie y debiendo realizar prestaciones personales en las tierras
que conserva el señor como explotación personal.
- Surge así el latifundio. Los grandes propietarios sólo tenían grandes extensiones de
tierras en las zonas de saltus. En otros lugares las propiedades estaban fragmentadas por
otros propietarios grandes, medianos y pequeños. Es por esto que los propietarios más ricos
aceptan establecer contratos de patronazgo, y también se aseguran mano de obra en
tiempos donde escasea.
- La política impositiva también provoca la ruralización de la sociedad, al huir muchos
ciudadanos al campo.
- La decadencia económica ha sido una de las causas de la decadencia estética: una
sociedad pobre raras veces es fecunda en obras de arte. Los últimos destellos de la
literatura latina coinciden con períodos de gobierno enérgico.
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1) Unidad y diversidad del Imperio Romano:
El verdadero centro del Imperio Romano era el Mar Mediterráneo.
Elementos unificadores del Imperio: la administración, el derecho romano y las vías de
comunicaciones. Todo esto contribuyó a unificar la economía, la cultura y los estilos de vida.
Elementos de diversidad en el Imperio: la lengua, el latín era hablado en el occidente
romanizado y el griego en la región oriental. Además, estas provincias orientales eran las
más productivas y las que proporcionaban mayor cantidad de impuestos al Estado romano.
La población se encontraba desigualmente repartida, siendo la región oriental la más
poblada (Asia Menor, Siria y Egipto eran las zonas más densamente pobladas de todo el
imperio). El occidente era más bien consumidor y proveedor de materias primas.
3) Los frentes de guerra y la desaparición de la Pax Romana:
Frentes de Guerra: 1) En el este: el reemplazo de la débil dinastía Arsásida por la
Sasánida (224) fortaleció la confederación parta de estados vasallos al centralizarlos
rígidamente, incluso se produce el renacimiento del Zoroastrismo, como elemento unificador
del imperio. Esto, sumado a la aparición de una nueva táctica de combate con la introducción
de la caballería pesada provocó la derrota de Roma en varias ocasiones hasta el 270,
cuando la presión parta comienza a debilitarse.
2) Sobre el Danubio y al sur de Rusia: sármatas (de origen iraní), que también
presionan sobre las confederaciones de tribus germánicas. Los godos se asientan entre los
ríos Don y Danubio hasta principios del Siglo III. El Dniester separa a los ostrogodos de los
visigodos, quienes son los primeros en soportar la presión de los hunos.
3) Sobre el Rin: alamanes, francos, cuados penetran hasta el norte de Italia y España.
Esto se ve posibilitado por la transformación de los pequeños grupos tribales germanos en
auténticas federaciones de tribus.
2) La dictadura militar: absolutismo y transformación del imperio:
Transformación del Imperio: los graves desórdenes internos que caracterizan al Siglo III,
sumados al incremento de las incursiones bárbaras sobre la frontera, el Imperio pasa de su
acostumbrada actitud de “superioridad defensiva” a una verdadera lucha por su existencia.
Desaparece la idea de seguridad y las ciudades comienzan a amurallarse.
Como la defensa del imperio es el principal objetivo, los intereses de los grupos
militares son los que prevalecen, por lo que el antiguo Principado se convierte en una
monarquía militar absoluta. Este absolutismo militar tiende a unificar la administración y el
status de los ciudadanos (desde el 212). El sostén del poder del emperador será el ejército,
que es solo leal a su jefe. Al ser básicamente un ejército mercenario se comprende que sea
reemplazada la lealtad al Estado por la lealtad al jefe militar, quien generalmente es
proclamado Emperador por sus tropas.
Transformación del Ejército: las reservas militares a partir del siglo III estarán
conformadas por súbditos semi-romanizados del imperio (como los ilirios), así como por
mercenarios extranjeros (partos y germanos). Galieno sustituye de los altos mandos militares
a la clase senatorial, reemplazándolos por oficiales de carrera, desapareciendo de este
modo la antigua estructura romana del mando.
Sin embargo, las poblaciones ilirias y tracias son casi exterminadas por las invasiones
bárbaras durante el siglo IV. Por lo tanto, es necesario buscar soldados entre los bárbaros
(Lot).
Además se produce un profundo cambio en las tácticas de guerra, debido a la
necesidad de hacer frente a las nuevas formas de combate de los adversarios del imperio.
La caballería pesada se convierte en la principal arma de choque. El ejército comienza a
separarse a partir del Siglo III en el ejército de campaña (cimitatenses, tropa de élite, a
caballo, formada esencialmente por mercenarios germanos) y el de cobertura de fronteras
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(limitanei), en las guarniciones fronterizas (para la vigilancia rutinaria de las fronteras,
conformados por las poblaciones autóctonas de la zona).
La defensa del limes (límite, frontera) resultaba imposible. Se transforma en una
frontera abierta (border) y en las ciudades del interior comienzan a construirse murallas (260
DC). La frontera estaba deficientemente vigilada por soldados-labradores gratificados con
parcelas de tierra pero sujetados hereditariamente a esta condición a partir del siglo IV. En
los border se les construyen castella o burgi que tienen la misión de guarnecer. En cuanto al
ejército combatiente, estaba compuesto en su mayoría por jinetes germanos (Lot).
A fines del siglo III la caballería romana comienza a vestirse con un revestimiento de
cota de malla, de la cabeza a los pies (a imitación de los jinetes partos) aunque en conjunto,
el armamento se hace más ligero. A partir de Constantino el soldado por excelencia es el
jinete. La infantería tendrá como única misión la de apoyar a la caballería, papel que
conservará durante toda la Edad Media (Lot).
El proceso de estabilización del imperio comienza con Claudio Gótico, sigue con
Aureliano, Probo, Caro y concluye con Diocleciano. El absolutismo militar, que constituyó
durante mucho tiempo un mero sistema de emergencia, llegó a transformarse en un orden
estable.
Teóricamente las levas afectaban cada año a todos los ciudadanos del imperio. Sólo los
obispos y los esclavos estaban exentos. Cada terrateniente debía proveer cierto número de
campesinos libres en función de la cantidad de unidades fiscales asignadas Los pequeños
propietarios que no llegaban a poseer una unidad fiscal se agrupaban en un consortium para
designar a uno de ellos y encargarse de sus gastos cuando partiera. Ante la escasez de la
mano de obra, los propietarios preferían pagar el equivalente de un recluta. El servicio militar
se vuelve hereditario, especialmente en el ejército de cobertura o limitanei (Rouche).
18) El pueblo: sin conciencia colectiva. La transformación en súbditos:
El ciudadano se torna en un simple súbdito, cuyo principal deber es servir al estado y
trabajar para su mantenimiento. Hacía tiempo que ya había perdido la libertad política, pero
ahora resigna su libertad social y económica para asegurar el mantenimiento y supervivencia
del orden imperial. La móvil sociedad romana del principado se petrifica.
Disponibilidad para el servicio y servilismo fueron conceptos que el estado implantó
firmemente en la mentalidad de las gentes. Al colono le interesaba poco cual fuera el señor
que lo dominara (el estado o el patrono), ya que ello no modificaría su situación de
dependencia y miseria.
El papel de la Iglesia en la transformación del comportamiento social fue esencialmente
pasivo. No desarrolló ninguna teoría social revolucionaria sino que más bien contribuyó de
modo decisivo al reconocimiento de la idea de servicio (omnipresente en la nueva sociedad)
favoreciendo la consolidación de las autoridades existentes y las relaciones de
subordinación.
25) Crisis cívica y vicios de la sociedad:
Las tentativas de abandonar las responsabilidades civiles (búsqueda de un patrono,
huida de los curiales hacia los conventos, etc.) y escapar al control de las corporaciones
provocó contramedidas estatales destinadas a conseguir (aún por la fuerza) el regreso a sus
lugares de residencia de los escapistas, y el cumplimiento de las prestaciones que el estado
determinaba. Durante la primera mitad del siglo IV se implementa la dependencia hereditaria
de cada individuo a un determinado oficio (y por ende, a un determinado grupo social). El
problema de reclutamiento del ejército también intenta resolverse por esta vía, volviéndose
hereditario el oficio de soldado, así como el curial estaba ligado a la curia y el colono al
suelo.
5) La tetrarquía. El dominado. La mística imperial. La corte y los funcionarios:
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No se había formado una conciencia colectiva de nación romana. Esta falta de unidad
hizo necesario el dominado para unificar el imperio desde arriba (Lot).
Roma a conseguido romanizar parcialmente el mundo mediterráneo, pero sólo las
clases superiores poseen la mentalidad y conciencia colectiva romana. Para mantener la
unidad política y cultural del mundo mediterráneo se hará necesario romper toda resistencia
y establecer un poder absoluto. Pero por una faatlidad inexorable, el Imperio sólo puede
subsistir por el despotismo, y el despotismo ahoga toda espontaneidad vital, arruina al
Estado y lo conducirá a su fin (Lot).
Para impedir la dislocación del imperio hay que centralizar, hacer a la magistratura
imperial en casi una monarquía, proporcionarle órganos, funcionarios, dividirla entre varias
cabezas (primero una tetrarquía, luego repartirla entre los hijos de los emperadores). Pero
este dominado no es una monarquía ya que no se transmite por herencia, ni por el carácter
augusto de sus representantes, ya que la etiqueta y la pompa no consiguen ocultar el bajo
origen de la mayoría de los emperadores. El emperador no es respetado por la población
(Lot).
En el 293 Diocleciano instaura el sistema de la tetrarquía, con el fin de neutralizar a los
posibles pretendientes al trono, y también para repartir la gran carga de las tareas políticas y
militares. Esta primera tetrarquía funcionó sin problemas gracias a que la autoridad de
Diocleciano aseguraba una dirección unificada.
La figura del emperador se transforma del antiguo primer ciudadano, quien era
simplemente el principal magistrado del Estado, convirtiéndose en dueño absoluto del
Estado, como representante de la divinidad. El emperador se transforma en la única fuente
del poder y del derecho, gobernando con autoridad ilimitada. Si bien el ejército siguió siendo
el fundamento principal del poder del emperador, junto a esta fuerza pura y simple surge un
nuevo método de legitimación de la autoridad imperial: el ejercicio de la autoridad por
derecho divino. Esto llevó a que tuviera que perseguir al cristianismo, que no podía identificar
al emperador con Dios. Sin embargo, con Constantino se llegó a la formulación de que el
emperador recibe la legitimación y la autoridad moral directamente de Dios, por lo que el
poder emana de la gracia divina.
Este absolutismo imperial y su burocracia centralizada sobrevivirán durante más de
1000 años, hasta la caída del Imperio Bizantino.
4) La burocracia centralizada. La administración imperial:
La burocracia centralizada actuaba como uno de sus principales instrumentos de
dominio (junto con el ejército) del que disponía el Emperador para imponer su voluntad. La
militarización alcanzó también a la administración civil, por lo que se colocaban en los cargos
más importantes a los antiguos oficiales.
La administración centralista elaboró un riguroso sistema de cobro de impuestos, así
como de reglamentación estatal de la economía. El cuerpo de funcionarios estaba
estructurado en una rigurosa escala jerárquica, en la que se diferenciaban los derechos y
deberes de cada funcionario, lo que creó dificultades en la coordinación de las funciones
administrativas: gran separación de tareas y delimitación de competencias. A todo esto se
debe agregar una estricta supervisión de la administración a través de la vigilancia recíproca
y de la policía secreta.
Existen 4 sectores en el aparato político: 1) La Administración Central (Comitatus): se
concentraba en el lugar de residencia del emperador. Estaba conformada por diversos
ministros que constituían el Consejo del emperador. Esta administración central controlaba la
guardia personal del emperador y la policía secreta. 2) La Administración Civil: conformada
por cuatro prefectos del pretorio que dirigían un cuerpo de funcionarios en las prefecturas de
las Galias (Galia, Hispania e Inglaterra); de Italia (Italia y Africa); Iliria (los Balcanes y la
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región del Danubio) y Oriente. A su vez, cada prefectura estaba constituidas por diócesis (17
en total) administradas por un vicarius y finalmente, estas diócesis se dividían en 120
provincias. El gobernador de una provincia ya no posee ninguna competencia militar, siendo
el dux el comandante de los ejércitos que se encontraran en los límites provinciales. Las
ciudades de Constantinopla y Roma eran administradas por separado, por los prefectos
senatoriales.
Las ciudades siguen siendo administradas por un grupo de notables locales (los
curiales) que forman un senado municipal que debe aplicar los preceptos imperiales. La
asamblea de ciudadanos aprueba las propuestas de nombramientos de magistrados
municipales que presenta el consejo de los decuriones (la curia). Cada año se eligen los
responsables de la recaudación de impuestos, del reclutamiento, de la gestión de las minas,
de los dominios imperiales, etc. Todos los gastos municipales descansaban sobre la fortuna
personal de los curiales, que servían de garantes de la recaudación de impuestos. Para
escapar de todo esto, muchos curiales aspiraban a entrar en la nobleza senatorial (Rouche).
6) La economía en crisis: inflación, retracción de la producción, exigencias
fiscales, crisis de los transportes:
Los principales problemas del siglo III (retroceso de la producción, reducción de los
ingresos y aumento de los gastos estatales) persistieron durante el siglo IV.
Durante el siglo III se perciben manifestaciones depresivas en la economía, como la
desvalorización de la moneda ligada a la inflación y al aumento de los precios. El denario
descendió hacia el 250 a 1/30 de su valor anterior. Para remediar esto, Caracalla introdujo
una moneda de plata (el antoninianus) pero su contenido de plata se fue reduciendo y ya en
la época de Claudio Gótico era una moneda de bronce o cobre recubierta de un ligero baño
de plata.
27) El Estado dirigista y productor:
Como forma de evitar el fraude fiscal comienzan a adoptarse una serie de medidas que
regulaban todas las prestaciones de servicios, y asignaban a cada súbdito un puesto de
trabajo para que pueda ser mejor controlado.
Un ejemplo de medidas dirigistas es la fijación de precios máximos fijados por
Diocleciano (301) a los alimentos y los salarios por las prestaciones personales. Sin embargo
esta medida el único efecto que tuvo fue provocar el desabastecimiento de bienes y en
tiempos de Constantino este edicto fue derogado.
Desde hacía siglos la administración de las ciudades dependía de la Curia o Consejo
Comunal (reclutado entre las clases altas de la ciudad). Pero ahora el estado les impuso a
los curiales (o decuriones, viejo orden ecuestre) además de sus obligaciones en la
administración, la responsabilidad de las recaudaciones tanto en dinero como especies, así
como de las prestaciones para el abastecimiento del ejército.
Las corporaciones gremiales (collegia) que existían antiguamente, fueron sometidas al
control estatal y se llegó así a una especie de red estatal de transporte y aprovisionamiento.
La participación en los collegia era obligatoria para todos los profesionales del ramo.
Los oficios son agrupados en corporaciones forzosas de trabajadores manuales y del
transporte.
También se crearon empresas estatales para la adquisición de materias primas. Junto a
las minas (que en su mayoría estaban en poder del estado) cuya mano de obra era reclutada
entre condenados, surgieron fábricas de armas y tejedurías de lana y lino.
12) La acumulación de capital: el latifundio y riquezas en oro:
Sólo las clases altas se aprovecharon de la estabilidad de la moneda de oro. Los
grupos mayoritarios de la población fueron excluidos de estos beneficios por la constante
elevación de los impuestos, así como por la costumbre de pagar los salarios en especie. La
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riqueza y el poder económico descansarían, de ahora en adelante, en una doble
acumulación de capital (en oro y en tierras).
El capital romano no se invertía en la industria, el comercio o la agricultura. Se
empleaba en la usura (Lot)
13) La economía monetaria y el trueque:
Constantino logra estabilizar la moneda, a través de la acuñación del solidus (moneda
de oro de 4,5 gramos). Esta moneda mantuvo su valor en forma constante hasta el reinado
del emperador bizantino Alejo I (1081-1088). El fortalecimiento de la moneda creó deflación y
se hundieron los precios de las mercancías fundamentales, como los cereales y la carne.
Sumado a la presión fiscal sobre los sectores de la producción urbana (la industria y el
comercio) ejercieron efectos depresivos sobre el potencial económico.
El Estado, los funcionarios, los soldados y los comerciantes exigían ser pagados
en moneda de oro. El brutal efecto deflacionista de la moneda de oro obligó a los
campesinos libres a convertirse en colonos ligados al suelo, dependientes de un
patrono al que pagaban su impuesto en especie, encargándose éste de abonarlo al
fisco en moneda (Rouche).
Los funcionarios y soldados, que cobraban sus salarios en oro, tenían un gran poder
adquisitivo (Rouche).
10) La política fiscal: abusos y corrupción. Los gastos del Estado:
La fuente principal de recaudación de impuestos fue la annona, que era un impuesto
cobrado a los propietarios de tierras. Se fijaba por el tamaño y la calidad del terreno, así
como por la producción del suelo con relación al número de colonos, esclavos y ganado.
Este era un capitatio-iugatio (impuesto mixto, agrario y personal) se tasaba cada 5 años, y
luego cada 15 (pág. 35).
Coexistían dos formas de impuesto: el que gravaba la tierra (impuesto territorial) y el
concerniente a cada persona (la capitación) (Rouche)
Junto al capitatio-iugatio existían impuestos de producción (collatio lustralis), y tributos
en especie y prestaciones personales (munera, siglo III) destinados al aprovisionamiento del
ejército.
El sistema impositivo, que fue rigurosamente aplicado sin tener en cuenta la estructura
social de cada provincia, fue muy duro para la población. El volumen de los impuestos era
fijado por funcionarios (curiales) corruptos y a menudo los niños eran entregados como
esclavos para poder reunir las sumas que deben ser pagadas. Sin embargo, finalmente
llegaba a las arcas del estado una pequeña parte de las elevadas recaudaciones.
Buena parte de los recursos del Estado procedía de las tierras públicas. Estas tierras
eran arrendadas a campesinos (Rouche).
Se eximía del pago de impuestos a los esclavos, a los soldados, a la Iglesia y al
clero, pero también a muchos miembros de las clases altas, sobre todo a los terratenientes.
Por lo que, eximidas las clases superiores del pago de impuestos, el peso fiscal se cargó
sobre las clases productoras. Esto llevó a un gran endeudamiento de los agricultores
originado por los préstamos que debían pagar con un 50% de interés.
Los soldados estaban exentos de todo impuesto, y los veteranos poseían otros
privilegios como donación de tierras y privilegios honoríficos (Rouche).
9) Ruralización de la sociedad y empobrecimiento de las ciudades:
El papel de las ciudades y el campo se invierten. Las ciudades que antaño habían
absorbido la población rural ahora languidecen y es el campo el que atraerá a los poderosos
(Lot)
Desde los primeros tiempos del imperio, el sistema de intercambio de bienes hizo
posible la especialización de algunas provincias en monocultivos rentables, o en algunas
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actividades artesanales. La economía era predominantemente agraria, aunque coexistía con
las formas productivas propias de las ciudades. Aunque el grado de urbanización fuera
distinto en cada una de las regiones del imperio, sólo en pocas de ellas las ciudades jugaban
un papel importante en la economía. Las ciudades (a pesar de sus industrias y empresas
comerciales) eran principalmente un centro de residencia y administración, más que de
actividad económica.
La ciudad no tenía verdadera actividad industrial o productora. Eran centros
consumidores (Lot)
Eran raras las ciudades que tenían artesanos y vendían productos manufacturados. La
ciudad se convirtió en un lugar de intercambio, en grandes burgos rurales donde los
campesinos se concentraban a menudo para vender sus productos (Rouche).
En el siglo II, la ley romana reconocía dos tipos de propiedad sobre la tierra:
- La propiedad plena (proprietas)
- La possessio o derecho a perpetuidad que tenía un individuo sobre la tierra que cultivaba.
En el siglo V, cualquier tierra abandonada que un individuo roturara, pasaba a su propiedad
al cabo de dos años. En 424 una ley autorizaba a cualquiera que roturara una tierra pública y
que la ocupara regularmente durante 30 años pagando el alquiler y los impuestos, a
convertirse en propietario oficial. Así la possessio se transformaba en proprietas (Rouche).
La clase senatorial incrementaba sus tierras alquilando tierras del estado que pasaban
a su patrimonio personal al cabo de 30 años (Rouche).
Si bien fue lento el traslado del centro de gravedad económico de las ciudades al
campo y comenzó en el siglo III, se aceleraría como consecuencia de la atracción y la
protección que ofrecían las grandes propiedades de los latifundios condujo, a finales del siglo
IV a una masiva huida de las ciudades al campo, aunque en el oriente las ciudades siguieron
siendo muy importantes.
El papel económico del Estado disminuye como consecuencia de la interrupción de las
vías de comunicación interiores, y la inseguridad llevó a la fortificación y al
empequeñecimiento de las ciudades. Las comunicaciones rápidas habían llevado al
surgimiento de mercados abiertos y especializados. Ahora, la finca se convierte en el centro
de gravedad de la economía.
Desde la ruina del comercio y de la industria, será de aquí en adelante la única fuente
de riqueza (Lot).
11) El régimen de castas. Patronato-colonato. La polarización social:
El colono sólo dependía de su señor, y estaba obligado a prestar servicios únicamente a
él. Para asegurar la continuidad en el pago de impuestos y las prestaciones, se los vinculó
jurídicamente a su puesto de trabajo. Como reacción contra este sistema, muchos individuos
intentaron escapar a tales obligaciones, quienes buscaban la protección de los altos
funcionarios (que eran también terratenientes). Para escapar de las contribuciones y de los
brutales métodos con que se realizaba la recaudación, los labradores libres o pueblos
enteros entregaban sus posesiones al terrateniente, del que recibían a su vez estas tierras
(incluso algo aumentadas) como arrendatarios, asegurándose la protección del señor. El
paso al patrocinium, que convirtió a los labradores en colonos, fue un intercambio de
obligaciones contra terceros (el estado).
La antigua clase media desapareció y las clases bajas se empobrecieron cada vez más.
La sociedad romana se divide en dos grupos opuestos. Las diferencias entre los libres
empobrecidos, los colonos y los esclavos desaparecieron tanto jurídica como
económicamente. Sólo el oficio determinaba la posición y rango social. La entrega
jurídicamente formalizada (precario) de la propiedad convertía al rusticus, vicanus o agrícola
en colono de las grandes propiedades rurales.
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El colono es un arrendatario que pagaba una renta sobre la tierra y la mayor parte de
los terrenos de los grandes latifundios fue arrendado a estos coloni, a cambio de la entrega
de parte de la producción y por prestaciones de trabajo (covatae).
26) El pasaje de la esclavitud antigua a la servidumbre de la gleba:
Se produce una evolución hacia un sistema económico basado en pequeñas unidades
autárquicas. De él derivan organizaciones políticas que se asientan sobre la propiedad y el
señorío de la tierra: la gran masa de la población vive en el campo en régimen de
semilibertad; la clase dominante es sostenida económicamente por la producción de esta
población rural.
En el 332, como consecuencia de un edicto de Constantino, el colono quedaba sujeto a
la gleba (más exactamente al registro catastral de su finca) y, de esta manera, a su profesión
y a su señor. La vinculación hereditaria a una profesión determinada y a un grupo social
dado (ordo) consolidó la tendencia a la rigidez de límites entre los estamentos sociales a
mediados del siglo IV.
El pueblo, bajo la doble presión del emperador (presión política) y de la aristocracia
(económica) queda reducido a una insignificancia absoluta (Lot).
Tanto en el campo, las minas, las canteras, en las fábricas textiles o metalúrgicas del
Estado, el rendimiento de un trabajador esclavo es mucho menor que el de un hombre libre,
porque el esclavo no puede sacar ningún provecho de su trabajo. Por esto, durante el
reinado de Valentiniano I se prohibió vender un esclavo sin la tierra que cultivaba, con la
intensión de que el esclavo tuviera la perspectiva de una ganancia personal cultivando la
tierra, a cambio del pago de un arriendo al propietario (Rouche).
Los esclavos por nacimiento siempre fueron pocos, pero los prisioneros de guerra
esclavizados no disminuyeron sino que su número aumentó, bajando su precio a finales del
siglo IV. Provenían de las zonas fronterizas: Panonia (Hungría Occidental) y Mauritania. Los
mismos bárbaros vendían a sus propios prisioneros de guerra a los romanos (Rouche, pág.
59).
22) Tecnología y productividad. ¿La agricultura en crisis?
Los grandes latifundistas no crearon nuevos métodos de administración económica ni
renovaron las técnicas agrícolas. El nivel tecnológico en todas las actividades es similar al
alcanzado por el helenismo y determinadas actividades industriales y artesanales pasan a
ser explotadas en las fincas.
Los grandes latifundios no solo producían para cubrir sus propias necesidades sino
también para satisfacer las necesidades regionales, comerciándose los siguientes productos:
alfarería, tejeduría, fragua, panadería y carnicería.
La invención técnica se detuvo y la esclavitud no pudo suplir la falta de maquinismo
(Lot).
Para una mejor utilización de la escasa mano de obra, los agrónomos romanos
aconsejaban el empleo de máquinas como los molinos de agua (para moler el trigo sin tener
que recurrir al trabajo animal o humano). En el norte de Italia se utilizaba la serra que era
una especie de carretilla con ruedas dentadas para trillar el trigo. En el norte de la Galia se
utilizaba el vallus, carro con cuchillas en la parte delantera, empujado pro mulas y dirigido
por un solo hombre, que separaban las espigas del tallo. Con todas estas técnicas se
suprimía el empleo de muchos segadores. Las zonas poco pobladas estaban condenadas a
la innovación (Rouche).
14) Las luchas por el poder: la monarquía y la clase senatorial.
Las grandes familias aristocráticas habían desaparecido hacía mucho tiempo,
formándose una nobleza militar y administrativa a la que podían acceder las familias más
notables del orden ecuestre. Sin embargo este grupo fue diezmado durante el siglo III y en
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su lugar, la nueva clase dirigente surge del grupo de los potentes, que provenía e las familias
de la vieja nobleza senatorial y latifundista, y sobre todo de los militares de alta graduación y
de los altos funcionarios. Si bien esta nobleza senatorial había perdido hacía ya tiempo su
viejo poder institucional, ahora recuperaba una posición política clave como detentadora de
la administración imperial. Sus miembros eran potentes por su poder económico (al poseer
los grandes latifundios y su inmunidad frente a los impuestos) y su poder político (por sus
amplias posibilidades de acceso a cargos estatales). La lucha que mantiene el poder imperial
contra los grandes latifundios (y contra el régimen de patronato) demuestra que esta era
fuente de una constante confrontación con el gobierno y la administración.
El emperador no puede contar tampoco con el apoyo de la aristocracia. Esta busca su
beneficio particular más que el interés general (Lot).
15) Feudalización: milicias privadas, sistema judicial autónomo, exenciones
fiscales:
En las grandes posesiones fueron apareciendo milicias armadas, un sistema judicial
autónomo y cárceles propias.
A principios del siglo V aparecieron los guardias privados llamados bucelarios, que
prestaban fidelidad no sólo al emperador sino también a un jefe militar prestigioso o a un
gran senador (Rouche).
Se edificaron iglesias en los grandes latifundios, aunque estas dependían de la
jerarquía eclesiástica.
19) El derecho romano como fuente de inspiración del Estado:
En el respeto por la ley se basa la autoridad de los códigos romanos. El Código
Teodosiano, promulgado en las dos partes del imperio en el 438. Durante los próximos
siglos, toda la legislación de Occidente se basará en este código. A partir de entonces, las
leyes y constituciones imperiales (consideradas sagradas) fueron intocables, utilizándose en
las sentencias (Rouche).
20) La organización de la justicia: la perdurabilidad frente a la debilidad del
gobierno central:
Los funcionarios locales (curiales) podían tener un tribunal de justicia a su cargo. La
apelación podía llegar hasta el Emperador. Para proteger a los más pobres se reservaron las
causas civiles menores a un “defensor” elegido en cada ciudad. También se aceptó que los
obispos resolvieran el mismo tipo de litigio, siempre y cuando lo hubieran acordado ambas
partes. Hacia el 450 se suprime lo poco que queda de la autonomía urbana al nombrarse a
un conde con funciones de juez sobre una ciudad (Rouche).
16) La cultura: la tradición romana y la decadencia intelectual y artística:
Los últimos destellos de la literatura latina coinciden con los períodos de gobierno
enérgico. Con la anarquía progresan la ignorancia y la indiferencia por las artes. La literatura
consiste en escribir copiando las formas que las obras maestras habían consagrado, por lo
que hacer literatura se transforma en escribir en una lengua estereotipada, artificial, muerta.
La Filosofía y la ciencia se sumergen en el torrente de religiosidad venido de Oriente. La
revelación anuló el esfuerzo de la razón griega (Lot).
La decadencia económica ha sido una de las causas de la decadencia estética: una
sociedad pobre raras veces es fecunda en obras de arte (Lot).
23) Decadencia de la educación. Críticas a la cultura pagana:
Los cristianos laicos no habían querido cambiar la enseñanza clásica humanística que
tanto admiraban, pero los monjes se daban cuenta de todo el paganismo que la cultura
grecorromana transmitía.
En los siglos IV y V fueron la época de la redacción de manuales, como las gramáticas
de Donato y Prisciano. Como sólo se enseñaba la gramática y la retórica, el deseo de salvar
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las otras cinco disciplinas consideradas como “artes liberales” (dialéctica, aritmética,
geometría, astronomía, música) llevó a la redacción de las Bodas de Filología y Mercurio,
una vasta enciclopedia. Surgen innovaciones como el libro (codex) donde las páginas
pueden hojearse, reemplazando al rollo. El pergamino competía con el papiro egipcio y la
pluma de oca reemplaza a la caña de cálamo.
7) Los cultos orientales: religiones monoteístas de revelación y salvación:
La inseguridad del individuo con el nuevo estado de cosas, condujo a un cambio en la
mentalidad, desarrollándose una elevada sensibilidad religiosa, planteándose una ruptura
con el universalismo racional de la antigüedad clásica greco-romana.
30) El cristianismo: tolerancia y persecución:
A principios del siglo IV el cristianismo aún era una más de las tantas religiones de
salvación orientales. Pero hacia la mitad de este siglo, se transforma en una fuerza muy
influyente en la sociedad. El cristianismo fue uno de los pocos cultos perseguidos en el
imperio debido a su negación a efectuar el sacrificio a las divinidades oficiales, por lo que se
consideró que ponían en peligro la ayuda divina al imperio, tan necesitado en tiempos de
crisis. Las medidas anticristianas de Diocleciano se iniciaron en el 302 con una depuración
del ejército y la administración civil. Al año siguiente se prohibió el culto, comenzó la
destrucción de iglesias, quema de libros sagrados, etc. Tras el retiro de Diocleciano, Galerio
y Máximo Daia continuaron con las persecuciones.
La tolerancia hacia todos los cultos desaparece por la necesidad del estado romano de
conseguir el apoyo de una religión políticamente fuerte. He aquí la importancia que adquiere
el cristianismo en el siglo IV, así como el porqué de las persecuciones a los paganos, aunque
formas religiosas paganas subsisten hasta el siglo VI.
Teodosio lleva a cabo una política persecutoria contra el paganismo y deja de usar el
título de pontífice máximo. Se cierran los templos, se limitan los derechos civiles y son
prohibidas las reuniones de los paganos. En el 393 se celebran los últimos juegos olímpicos.
A pesar de todo esto, a menudo se desconoce en el campo la nueva religión. En
cambio, casi todas las ciudades están cristianizadas y tienen obispo (Rouche).
28) Constantino y el cristianismo. El traslado de la capital:
Constantino quizá observó que las persecuciones fueron un gran error político, ya que
se había subvalorado la capacidad de resistencia del cristianismo. El primer edicto de
tolerancia es firmado por Galerio en 311. El edicto de Milán, (313) promulgado por
Constantino y Licinio confirmaba el edicto anterior, aunque precisando sus términos.
Al obtener personería jurídica, la Iglesia pudo ser poseedora de bienes, los cuales
comenzó a acrecentar al hacerse beneficiaria de grandes donaciones de tierras.
Constantino gobernó como un decidido cristiano. Sus monedas mostraban emblemas
cristianos, sus leyes los favorecían, presionaba para unificar el dogma y el culto a la
divinidad. Constantino no concebía una separación tajante entre los campos político y
religioso, pero no aspiraba a imponer la exclusividad del cristianismo frente a otras
religiones. No renunció al cargo de pontífice máximo a cargo de la religión estatal pagana. Y
tampoco persiguió el paganismo, aunque en la fundación de Constantinopla, se niega la
realización del culto público pagano, siendo el cristianismo el único culto permitido. Este
cambio se debía al desplazamiento del peso político hacia oriente, debido a la superioridad
económica de esta región. Su posición natural y sus dispositivos de defensa convertían a
Constantinopla en la fortaleza más importante del Mediterráneo (solo fue conquistada dos
veces en toda su historia: 1204 y 1453). Sin embargo, esta despolitización de la ciudad de
Roma sería una condición necesaria para que el papado pudiera alcanzar su independencia
como centro de la cristiandad occidental.
17) El cristianismo: ¿Disolvente del imperio?
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Para el cristianismo, el apoyo de Constantino se convirtió en una espada de doble filo.
El apoyo del estado dio a la Iglesia un poder y desarrollo decisivos, pero al unir
estrechamente sus intereses con los del Estado, la Iglesia renunció a una parte de su
independencia. El cristianismo podía actuar como factor de unidad y como sostén del
absolutismo imperial, pero también podía convertirse en un elemento de disgregación.
Las controversias teológicas dentro de la Iglesia se trasladaron al resto de la sociedad,
amenazando con provocar auténticas guerras civiles.
Incluso, las críticas cristianas al estado llegaron a condenar a un emperador a hacer
penitencia. Pero la acción de la Iglesia quedaba reducida a eliminar abusos y mejorar
algunas cosas, pero nunca se intentó una reforma profunda del orden social y político.
Incluso los teólogos partidarios del estado renuncian de plano a la transformación del estado
y la sociedad.
Para Lot el cristianismo es disolvente el imperio porque arrastró al Estado a las luchas
teológicas en defensa de la ortodoxia, agravando la crisis interior del imperio.
El cambio de religión fue una operación mediocre desde el punto de vista político. El
emperador impone el cristianismo en el mismo momento en que esta religión experimenta
una crisis muy grande con la herejía arriana, y el Estado se mezcla en este tipo de
controversias, que provocan un gran daño (Lot).
8) La iglesia como factor de poder. Organización y estrategias:
Algunas medidas favorecen la posición del cristianismo: los obispos obtuvieron el
derecho de fallar juicios inapelables en procesos civiles entre laicos, la iglesia se fortaleció
económicamente al recibir enormes donaciones.
Se constituyó un clero rígidamente organizado, que no se hallaba ligado al Estado, al
contrario de los cultos oficiales. A partir del siglo II, la dirección colegial de los ancianos de
cada comunidad es reemplazada por la posición y autoridad rectora de un obispo. Todo
obispo era considerado como sucesor de los apóstoles y dirigía su comunidad con plena
autonomía. Al principio era elegido por el pueblo de su diócesis, pero luego es electo por el
sínodo metropolitano. El obispo disponía de amplias medidas disciplinarias de carácter
eclesiástico, pero también el derecho a emitir juicios inapelables en los conflictos civiles.
Todo ello le confería una gran influencia en su lugar de residencia, que superaba a la de la
autoridad civil. Esto hacía atractivo los cargos sacerdotales para clases como los curiales.
Por esto los emperadores promulgan leyes para evitar el abandono de los cargos
municipales por el servicio eclesiástico.
Si bien las tierras eclesiásticas estaban gravadas con impuestos, los clérigos estaban
exentos de ellos y del servicio militar. Cada clérigo recibía según su cargo, un salario
proveniente de las rentas de los bienes de su iglesia local. Por todo esto aumentó
prodigiosamente el número de clérigos en los siglos IV y V (Rouche).
La compra de cargos eclesiásticos (simonía) se acentúa a fines del siglo IV y es
rigurosamente prohibida en el concilio de Calcedonia. A partir de Nicea, la Iglesia se organizó
en 5 grandes patriarcados, que luego serán definitivamente sancionados por el concilio de
Calcedonia (451). Los patriarcados eran iglesias madre fundadas por los apóstoles. Los 5
patriarcados son: el de Roma, Constantinopla, Antioquía, Alejandría y Jerusalén. Se
aceptaba la igualdad de rango de todos los obispos, y las cuestiones teológicas eran
debatidas en asambleas de obispos. Estos concilios podían reunir a todos los obispos de un
patriarcado o a todos los del Imperio (concilios ecuménicos), convocados y presididos por el
Emperador, ya que no existía una autoridad eclesiástica superior que pudiera sustituir al
emperador en estas tareas.
24) Disputas en el seno de la Iglesia: herejías dogmáticas:

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Herejía Donatista (Siglo IV): se da principalmente en Africa y sostienen que la validez de
los sacramentos depende del estado de gracia del sacerdote. Posee una estructura
jerárquica propia y bienes comunales. De esta herejía surge un grupo extremista con
concepciones anarquistas que atacaron a clérigos y terratenientes. Surge así una forma
religiosa de oposición social, por lo que el donatismo se convirtió en un auténtico peligro.
Herejía Arriana (Siglo IV): Arrio pensó que el monoteísmo estaba en peligro debido a la
veneración indiferenciada de Cristo como Dios. Sostenía que Cristo no poseía la misma
esencia que el padre, sino que era de esencia semejante (homoios). El arrianismo encontró
gran eco entre los teólogos griegos y entre los neoconversos, a causa de su mayor claridad y
sencillez conceptual. Esto llevó a una crisis tan grande dentro del cristianismo que forzó a
actuar al estado (para el cual la Iglesia ya era un puntal para su autoridad), por lo que
Constantino convocó al primer concilio ecuménico, el de Nicea, donde el arrianismo fue
condenado como herético. Sin embargo el arrianismo era muy fuerte en la zona oriental del
imperio y los sínodos de Sirmio (357) y Rímini (359) lo declararon como religión del estado.
En el 364, regía el imperio nuevamente dos emperadores: Valentiniano I (católico) y Valente
(arriano). Con la llegada al trono de Teodosio se busca una salida a la crisis y en el 380
declara a la profesión de fe nicena como la única religión del Imperio. Luego, por presión de
la Iglesia debió convocar a un segundo concilio ecuménico, el de Constantinopla en 381, que
corroboró la decisión imperial. Después de este concilio, el arrianismo sólo tuvo importancia
entre los pueblos germanos. También durante el reinado de Teodosio se persiguieron a las
otras herejías (donatitas, maniqueos y otras menores).
Herejía Monofisista (Siglo V):
Además de todo esto, los monjes consideraban que el mundo romano era cristiano sólo
de nombre. Los monjes son los más marginales y los menos integrados de los grupos que
integran la sociedad romana (Rouche).
29) San Agustín y la nueva teoría política:
San Agustín fue uno de los grandes teólogos de los primeros tiempos de la Iglesia. En
el 396 se convierte un obispo de Hipona y se transforma en el director de la iglesia africana.
Muere en el 430 cuando la ciudad de Hipona es atacada por los vándalos.
Establece una nueva teoría del estado y de la gracia en su tratado “Sobre la ciudad de
Dios”. Roma sería la encarnación de la “ciudad terrena” y como consecuencia del pecado
original, todo orden político es perverso, de dominación del hombre por el hombre. La
cristianización de un orden basado en el poder no es posible y la acción de los cristianos (y
de los emperadores cristianos) sólo puede constituir un intento de obtener lo mejor de estas
instituciones profanas.
Pero como en la creación divina nada puede considerarse como eternamente malo, la
historia de la humanidad es la historia de la salvación que concluirá con la redención de toda
la humanidad (pág. 69).
21) Barbarización de las fronteras: ¿Asentamiento pacífico o irrupción violenta?
Como forma de hacer frente a la continua presión de los bárbaros sobre las fronteras, el
imperio comienza a firmar tratados con aquellas tribus que quisieran establecerse dentro del
imperio y defender sus fronteras. Las tribus foederati poseían completa autonomía (vivían
bajo sus propias leyes), exención de impuestos y una soldada por sus servicios como tropas
fronterizas.
Desde el reinado de Constantino, los francos renanos eran utilizados para vigilar la orilla
izquierda del Rin (la ripa), de allí el término “ripuarios”. Un segundo grupo, los salios fue
establecido por Juliano en el norte de Bélgica.
Bajo Teodosio el ejército regular fue germanizado hasta en sus puestos dirigentes más
elevados.
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Se enrolaba a voluntarios germanos que luego, enriquecidos volvían a sus tierras de
origen en la margen derecha del Rin, donde se han encontrado sus suntuosas tumbas
(Rouche).
El ejército, que antaño había sido un poderoso agente de romanización mientras estuvo
formado por italianos y provinciales, en el siglo IV se encuentra compuesto por soldados y
comandantes germanos, y sin quererlo se transforma en un agente de germanización (Lot).
El método del foedus fue una medida desastrosa. A diferencia de los germanos que
componían el ejército romano de los siglos IV y V y que jamás traicionaron a Roma, los
federados se rebelaron continuamente y se resistieron a toda romanización (Lot).

LOS REINOS ROMANO-GERMÁNICOS:

Italia sigue siendo un país de ciudades mientras que en las otras regiones la vida
urbana desfallece. La autoridad de los reyes (que en todas partes es soberana) en ¿Italia?
Aparece limitada por los duques (Lot).
Los papas de los siglos IV y V se erigen en cabezas de todas las iglesias, extendiendo
su jurisdicción sobre ellas (Rouche)
El rey dispone a su antojo de su reino que es su propiedad personal. Desaparece la rex
publica (Lot).
En medio de esta crisis, el cristianismo propaga dos elementos preciosos:
- Un principio de administración (representado por el obispo)
- Una preocupación moral (Lot).
El vasallaje es la traducción de esta fidelidad de hombre a hombre que era la base de la
sociedad germana y que, favorecida por las circunstancias generales, debía sustituir la
unificación romana por el fraccionamiento político (Lot).

LA EDAD MEDIA:

Esta expresión fue utilizada por primera vez en 1688 por Cristobal Kellner (Cellarius)
muerto en 1707, profesor de Historia de la Universidad de Halle. Para ciertos economistas, la
Edad Media comienza en el siglo X después de un período que va de las invasiones a los
Capetos y que termina en la economía cerrada (Lot).
Lot sostiene que lo que comienza verdaderamente la Edad Media es la aparición de
nuevas fuerzas en el siglo VII (el Islam, el Pontificado, el Vasallaje). La unidad de toda esta
fase se halló en el predominio del sentimiento sobre la razón.
La Edad Media no es una época de avance ni de retroceso, sino de incubación (Lot).
Después de Carlomagno, el vasallaje se organiza y el poder público se desorganiza
(Lot).

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