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PITAGORAS

(Siglo VI a. de C.)

Filósofo griego, nacido probablemente en Samos, que, tras viajar por diversos
países, se estableció en Trotona (Magna Grecia), donde fundó una comunidad
integrada principalmente por aristócratas. Se le atribuye el famoso teorema
de Pitágoras. La suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado
de la hipotenusa. Los pitagóricos descubrieron la relación matemática de la
Escala musical, creían que los cuerpos celestes estaban a distancias
armónicas, de tal manera que en su movimiento producían una especie de
sinfonía: la famosa armonía de las esferas. Sus principios éticos se basaron
en el ascetismo y produjeron hombres notables como Arquitas y Pitias.

OBRAS:

No ha llegado hasta nosotros ninguno de sus escritos. Conocemos su


doctrina por referencias de autores posteriores.

DISCUSIÓN PREVIA

Todos los fenómenos se pueden expresar matemáticamente. ¿Qué piensa al


respecto? ¿Se llegará algún día a la expresión matemática del fenómeno de la
vida?

En las lecturas anteriores hemos insistido sobre la importancia de la


dimensión histórica en el estudio de las distintas creaciones del espíritu de
humano antes de entrar a desarrollar el tema de esta nueva lectura,
profundizaremos un poco más sobre el concepto de historia, sirviéndonos
para esto del concepto de vida y de evolución.

Como objeto de reflexión consideremos un árbol de edad adulta, su altura, su


frondosidad, el grosor de su tallo, la forma de sus ramas, el color de sus hojas,
etc., son el resultado de cuarenta, cincuenta o más años de lluvias, sequías,
vendavales, cambios de temperatura, características del suelo, etc. Bajo
condiciones distintas su estado actual habría sido otro, más bajo, menos
frondoso, quizás se hubiera secado. Lo que el árbol es en este momento es
el compendio de un pasado, de una historia. Esta historia va más allá de los
cuarenta o cincuenta años, la semilla de la cual brotó tiene también un pasado
que se confronta a millones de años. El árbol que observamos comenzó
probablemente bajo la forma de un helecho gigante y éste bajo la forma de
liquen o de musgo. ¿Y el musgo? No apareció de un momento a otro, tiene a
su vez un pasado que llega hasta los comienzos de la vida misma, bajo la
forma de las primeras moléculas orgánicas. Llegamos así al origen de la vida,
sin embargo, aún estamos lejos del primer instante, a partir del cual comenzó,
por decirlo así, a escribirse la historia del árbol objeto de nuestra reflexión. La
vida no comenzó de una manera súbita, sin preparación alguna en la materia
inorgánica, ella tiene un pasado que nos lleva en la imaginación al comienzo
mismo de la materia y del tiempo. Hasta ahora sólo hemos considerado una
dirección en la historia, el pasado. El árbol tiene también futuro comenzará a
envejecer, se secarán sus raíces, se caerán sus hojas y terminará por servir
de abono a nuevos retoños, de sus semillas surgirán nuevos árboles que
prolongarán en el tiempo su propia historia.

Si un lugar del objeto anterior me tomo a mí mismo como ejemplo y pregunto,


que soy yo en este preciso momento, debería responder de una manera
semejante: soy compendio y resultado de una larga cadena de
acontecimientos que fueron tejiendo lo que constituye mi historia: yo soy
historia y hago historia, mi vida no es un acontecimiento, aislado, soy deudor
del pasado y contribuyo, quiera o no, al futuro propio, y al de los demás.

Lo que hemos dicho de los individuos, debemos decirlo también de las


creaciones de estos mismos individuos. Nuestros conocimientos actuales de
matemáticas y de física no surgieron de un momento a otro en la mente de un
hombre privilegiado, son el resultado de miles de condiciones, de miles de
circunstancias, a lo largo de muchísimos años de historia. Las matemáticas
como cualquier otra creación del espíritu humano, tiene una
historia. Comenzó en forma muy rudimentaria, unos descubrimientos servían
de b ase a otros, se complementaban, se corregían hasta llegar al alto grado
de perfección de nuestros días. Primero fue la aritmética, luego el álgebra,
luego el cálculo y así sucesivamente; pero la historia no se detiene, y
seguimos avanzando, nuestros conocimientos sirven de base a nuevos
descubrimientos.

Antes de los griegos, los caldeos y los egipcios habían hecho importantes
descubrimientos en la aritmética y en la geometría; sin embargo, son los
griegos quienes por primera vez se dedican al estudio de estas materias de
una manera desinteresada. Ya no se trata de resolver solamente problemas
concretos de cálculo y de medición, se trata de investigar el misterio de los
números y del espacio geométrico; es el comienzo de las matemáticas como
ciencia, o mejor, como filosofía, es decir, como ocupación de espíritu, por
amor a la especulación como tal, y no por su sola aplicación instrumental al
mundo de la medida y del cálculo.

La escuela pitagórica fue en sus comienzos una secta, en la que se


mezclaban curiosamente la religión y la ciencia. Creían en la inmortalidad, en
la trasmigración de las almas, en la salvación individual a través del cultivo de
la ciencia, en particular de la ciencia de los números. Se trataba de una
especie de comunidad religiosa, dedicada a la meditación sobre los números,
sus leyes y misterios. Todo esto nos puede parecer un tanto extraño, pero no
olvidemos que estamos en los comienzos de las matemáticas, y los
descubrimientos de los números y sus relaciones constituían algo así como
una revelación. Han pasado muchos años, nuestros conocimientos superan
notablemente a los de los primeros matemáticos, sin embargo, todos los días
se escribe algo nuevo sobre los números y sus misteriosas
combinaciones... “la magia de los números”, “paradojas matemáticas”, “el
misterio de los números”etc.

¿No es algo supremamente curioso que la suma de los primeros cuatro


números sea precisamente diez y que diez sea la base de toda la numeración
decimal? ¿Cómo explicar la existencia de números que sólo son divisibles por
sí mismos? (Números Primos) ¿Y la sucesión de números pares e
impares? El 1 es “impar”, el 2 par, el 3 impar, el 4 par, el 5 impar, el 6 par y
así sucesivamente.

La gran revelación para la escuela pitagórica fue el descubrimiento de que


cada número correspondía una figura y, por consiguiente, a cada figura un
número. Ahora bien, todas las cosas tienen una figura, por lo tanto tienen un
número que las define, que las hace tal cosa y no otra: las cosas son
números.

Para nosotros los números son símbolos, el tres es implemente 3, el cuatro,


4; para los griegos, en el tiempo de los pitagóricos, el 3 era un triangulo, el 4
un cuadrado, el 30, un rectángulo, etc., a cada número correspondía una
figura. Intentemos explicarlo de la siguiente manera comenzando con la
unidad representada por un punto:

Aunque no es nuestro intento exponer de una manera detallada la teoría de


los números de la escuela pitagórica, vamos a mostrar con un ejemplo cómo
la aritmética “figurativa! Lleva a conclusiones geométricas, por esta razón se
la llama aritmogeometria. Si añadimos la figura que corresponde al cuadrado
(9) a la figura que corresponde el cuadro (16) a la figura que corresponde el
cuadrado (16) obtenemos un tercer cuadrado (25), uno de cuyos lados
corresponde un tercer cuadrado (25), uno de cuyos lados corresponde a la
hipotenusa de un triángulo cuyos dos catetos son (3) Y (4) respectivamente;
tenemos así la solución, en un caso concreto, al Teorema de Pitágoras:

La suma de los cuadrados construidos sobre los catetos es igual al cuadrado


construido sobre la hipotenusa; en este caso concreto, un triángulo
rectángulo cuyos catetos son (3) y (4), tiene una hipotenusa (5). Hoy en día
expresamos lo mismo de la siguiente manera: 32 + 42 = 52 , como este caso
hay varios, en los cuales la suma de dos números cuadrados da un tercer
número cuadrado, uno de cuyos lados corresponde exactamente a la
hipotenusa del triángulo formado por los lados de los otros dos
cuadrados; por ejemplo: la figura cuadrada que corresponde al número 169, o
sea: 52 + 122 = 132 ; el triángulo formado por las tres figuras tiene de
lados (5) y (12) y de hipotenusa (13).

Otro gran descubrimiento viene a corroborar la tesis pitagórica de que las


cosas son números, el descubrimiento de que la armonía musical sigue
ciertas leyes numéricas. Si se hacer vibrar una cuerda tensa sobre una caja
de resonancia se obtiene una nota, si se divide la longitud de la cuerda por
medio de un soporte o puente, se pueden obtener notas diferentes en cada
uno de los segmentos en que se divide la cuerda. Este instrumento musical
constituye el monocordio, conocido desde la más remota antigüedad y que los
griegos recibieron de los egipcios. El tono de la nota producida por el
monocordio depende de la longitud de la cuerda vibrante, más abajo cuanto
más larga y más alto cuanto más corta. La música no es más que la
combinación sucesiva de diferentes sonidos o notas que produce una
sensación agradable al oído. Ahora bien, hay un primer hecho musical
aceptado universalmente: sólo algunas combinaciones de dos notas, son
agradables al oído, es decir consonantes. Las otras combinaciones de dos
notas, son disonantes. La armonía, por lo tanto, es una condición impuesta al
músico. Esta condición se manifiesta concretamente en las posiciones
permitidas al puente, que se habían ido determinando a lo largo de la tradición
musical y que aparecían en forma de una escala de monocordio.

La importancia de este descubrimiento fue enorme. La música


desempeñaba un papel de primer orden dentro de la educación y de la cultura
griega, si la música está sometida a leyes numéricas ¿por qué no, la
astronomía y con la astronomía, el universo entero? ¿No se puede pensar,
acaso, por analogía con la música, que las distancias de los planetas guardan
entre si cierta proporción fija de acuerdo con una especie de armonía
cósmica, de tal manera que produjeran en la inmensidad del espacio una
sinfonía perenne?

La escuela pitagórica desapareció casi por completo hacia el sigo III antes de
Cristo, entre otras razones, por la inmensa autoridad de Platón y de
Aristóteles quienes la atacaron acérrimamente, en especial éste último. Sin
embargo, su programa y su espíritu reapareció nuevamente en occidente,
durante la Edad Media. Entre sus principales representantes se encuentran
Copérnico, Kepler, Galileo y el mismo Descartes, para Galileo la naturaleza es
un libro escrito en caracteres geométricos y quien quisiera leerlo, desearía
aprender geometría. En una carta que escribe el gran matemático y filósofo
Descartes a su amigo Mersenne confiesa que “según mi opinión todo
acontece en la naturaleza de forma matemática”.

Copérnico rechaza la hipótesis tradicional según la cual la Tierra es el centro


del sistema astronómico porque le falta simplicidad, simetría, en una palabra,
armonía. Kepler desea hacer en astronomía lo que siglos antes hizo
Pitágoras en la música: descubrir las proporciones fijas de las distancias de
los planetas con respecto al sol. El 8 de marzo de 1618, después de
innumerables y dispendiosos cálculos, formula su famosa tercera ley: los
cuadrados de los tiempos de revolución de los planetas son proporcionales a
los cubos de sus distancias medias al sol.

El filósofo pitagórico es un apasionado cultor de los números porque a través


de los números se manifiestan los más profundos secretos del mundo. Dos
razones poderosas revelan la relación entre los números y las cosas: el
aspecto figurativo de estos y la correspondencia de la armonía musical a
proporciones numéricas fijas. Si a cada cosa corresponde una figura y a
cada figura un número, cabe esperar que a cada cosa corresponda un número
que la defina.

Y de una manera análoga, si la armonía musical se puede expresar


matemáticamente, se puede suponer razonablemente que la armonía cósmica
que se manifiesta por doquier, en particular en la regularidad de los
movimientos planetarios, también se expresa matemáticamente. No se puede
ser, por tanto,, filosofo, si no se aprende matemáticas.

CUESTIONARIO

PREGUNTAS DE COMPRENSION

1. Yo soy historia y hago historia. Comente esta afirmación desde una


perspectiva filosófica.

2. La escuela pitagórica fue en sus comienzos un secta que veía en los


"números" una especie de revelación. Explique el sentido de esta afirmación.

3. Las cosas son números. Comente el sentido filosófico de esta afirmación.

4. La armonía musical sigue ciertas leyes numéricas. ¿Cuales?

5. ¿Que descubrimiento lleva a la escuela pitagórica a la tesis de que la


realidad sigue leyes numéricas?

6. "Todas las cosas tienen un numero, porque sin él no seria posible que algo
fuese conocido o comprendido". Comente brevemente.

PREGUNTAS DE ATENCION .

1. ¿De que siglo es Pitágoras?

2. ¿Que teorema se atribuye a su nombre?

3. ¿Como se atribuye el termino aritmo-geometria?


4. ¿Que tipo de figura corresponde al tres?

5. Muestre que el nueve es un numero cuadrangular

TAREAS

1. "Todas las cosas tienen un numero, porque sin él no sería posible que algo
fuese conocido o comprendido" (Filolao). Realice un ensayo en el que
desarrolle este afirmación (1 pagina)

2. A Toda figura corresponde un numero y a todo numero una figura. ¿Que


opina usted al respecto? Fundamente sus razones

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