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De la Responsabilidad Médica y la Mala Praxis

Posted mayo 10, 2011


Filed under: Columnistas |

En los comienzos de la humanidad, y aun de la medicina, la responsabilidad del


médico no se daba, en razón del carácter sagrado que ostentaba éste, lo cual lo
colocaba más allá de cualquier cuestionamiento, de toda pena, inclusive de
cualquier tipo de indemnización pecuniaria.

No obstante ello, existía una preocupación social y también legal que se palpaba
en las acciones que realizara Hammurabi, rey de Babilonia al penalizar a los
médicos impreparados y negligentes y así mismo la Lex Aquila romana, que
regulaba la indemnización por el daño causado a otro. En efecto, así lo
consagraban estas dos antiquísimas legislaciones.

Sin embargo, ello no fue óbice para que esa sagrada inmunidad fuera violada por
algún senador romano que terminaba arrojando a un estanque de peces voraces,
al médico que tenía a su servicio, – generalmente su esclavo – que errara en la
práctica de la naciente ciencia hipocrática o también por desconfianza al creer
que la pócima que debía tomar de su médico, estaba envenenada.

La verdad es que los médicos se han sucedido durante siglos legando su


inmunidad, e históricamente sólo habían estado sometidos a las reglas de la
ética profesional y a su conciencia El juramento hipocrático así lo confirma al
expresar de manera sintética, que:“Si observo mi juramento con fidelidad,
séanme concedidos gozar plenamente mi vida y mi profesión, honrado siempre
entre los hombres. Si los quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte
contraria”.

El principio de “Si cumple con sus oficios terapéuticos será reverenciado como un
sacerdote o como un dios verdadero; pero si no es así, paseará su vergüenza ante
la sociedad, ya no termina así, en razón de que esa idealización en el ejercicio
de dicha profesión ha venido a erosionar, debido precisamente a una sociedad
consumista y tecnificada que ha llamado la atención sobre el señorío que el
médico ha venido ejerciendo

Ese señorío y esa idealización han decaído, dejando ver sus consecuencias hasta
el punto de que hoy en día el médico es un profesional más que si ejerce mal su
profesión puede ser acusado a través de la jurisdicción civil o de la penal, según
el caso, estableciéndose así el equilibrio necesario y justo entre los derechos de
los enfermos y de los que ejercen el sagrado ministerio de la medicina.

Los Códigos penales en especial y otras normas concordantes, no menos


importantes se proyectan en esa nueva concepción de la medicina y su ejercicio
por profesionales idóneos y probos.

La orientación actual de las legislaciones modernas y entre ellas la de Colombia


es la de que, el ejercicio de la medicina, se halla dentro de la esfera de .las
obligaciones de medio y no de resultado, lo que quiere decir, que el profesional
de la medicina no está obligado a producir un resultado específico – esto es –
salvar una vida, o asegurar eficazmente la plena salud de un enfermo, mas sí, la
de que pondrá todos sus conocimientos y su actividad es decir todos los medios
necesarios para salvar una vida, curar una enfermedad, dar su apoyo en procura
de una mejoría del paciente, etc

De manera excepcional es de resultado, como en casos de cirugías estéticas, en


las cuales no obstante se corre el riesgo de que el paciente pueda suministrar
una información deficiente o sesgada al profesional médico, creando en esta
forma, expectativas falsas o irreales, información que debe ser manejada con
sumo cuidado, dejando constancia o pruebas idóneas de la misma, para
determinar así la responsabilidad..

La obligación contractual o extracontractual del médico respecto de la persona a


quien va a tratar, es una prestación de servicios enmarcada en el consentimiento

Actualmente en Colombia la responsabilidad médica es de medio y no de


resultado; es decir el profesional médico no está en la obligación de garantizar la
vida ni la salud del enfermo, pero sí la de brindarle todo su apoyo en procura de
su restablecimiento..

El tema en el ámbito del derecho y la jurisprudencia, es controversial, toda vez


que la tradición jurídica latina se inclina por la decisión discrecional
“paternalista” del médico, mientras que la doctrina anglo norteamericana le da
relevancia al consentimiento del paciente, no pudiendo realizarse el tratamiento
sin su aceptación.

Ahora bien uno de los temas que hace parte de esta materia, es el que nos habla
de la Mala Praxis en el área de la salud, la cual surge “Cuando se provoca un
daño en el cuerpo o en la salud de la persona humana, sea parcial o total,
limitado en el tiempo o permanente, como consecuencia de un accionar
profesional realizado con imprudencia o negligencia, impericia en su profesión o
arte de curar o por inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo con
apartamiento de la normativa legal aplicable.”

Otra definición que se puede esbozar sobre el tema es la que la explica como
“Una situación de impericia, negligencia o indolencia profesional, donde el
profesional médico produce un resultado que no previó, que no anticipó y que sin
embargo era anticipable, representable y objetivamente previsible. Y en la que
la imprudencia grave es entendida como la omisión de todas las precauciones
exigibles que debieron adoptarse en el acto o evento de que se trate, o al menos
de las más elementales o rudimentarias, la que es sancionada a título de delito.”

Carlos Martínez Perea

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