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ANÁLISIS JURÍDICO-TRIBUTARIO DEL DECRETO DE INTERPRETACIÓN

AUTÉNTICA DE LA REFORMA TRIBUTARIA DE FEBRERO 2019

Hoy viernes 5 de abril –¡abril del alma, abril! – el país fue testigo de desenfrenadas
carreras de la Asamblea Nacional consistentes en un extraño engendro sin ningún valor
legal, publicado en La Gaceta No. 68, Decreto Legislativo No. 8544. ¿Qué pasó? Resulta
que los diputados intentaron corregir la disposición confiscatoria que “obliga” a cancelar
el Pago Mínimo Definitivo (PMD) del Impuesto sobre la Renta (IR) de las empresas, del
1% que existía antes de la reforma (y legalmente aún existe) al 2% y 3%, según la
categoría de las empresas. Pero lejos de aclarar lo complicaron todo. Veamos.
1. Antecedente del maratón legislativo
Ante la inocultable caída de las recaudaciones causada por la reforma tributaria
reciente, la DGI admitió oficialmente “la existencia de dudas de los contribuyentes,
relacionadas con el PMD del IR”. Según los diputados era necesario que la Asamblea
Nacional aclarase tal situación. Fíjense ustedes, no pudo explicarlo a la ciudadanía
el Director General de Ingresos, tampoco el Ministro de Hacienda, sino que el
muerto lo cargó la Asamblea Nacional mediante una interpretación auténtica de la
Ley de Reforma Tributaria, Ley No. 987. ¿Por qué tanto mambo? ¿Dudaron de la
validez legal de su reforma?

2. ¿Qué significa la interpretación auténtica de la ley?


Cuando existen ambigüedades estructurales de una ley que afecten o arriesguen su
aplicación, procede interpretarla y aclararla mediante otra norma; sin embargo, en
el presente caso el legislador no explicó en qué consistió su necesaria aclaración. El
tratadista Guillermo Cabanellas, define la interpretación auténtica como la emanada
del propio autor, es la aclaración que el legislador hace de la ley dictada por él mismo.
En cambio, el Decreto Legislativo objeto de esta crítica, no es aclaratorio sino
imperativo. No razonó, no motivó, no aclaró. En suma, nada interpretó. De esta
manera se incumplió en todos sus términos el artículo 101 de la Ley Orgánica del
Poder Legislativo, que exige fundamentar su motivación, para que en verdad sea una
interpretación auténtica de la ley en todo el sentido jurídico de la expresión.

3. Entonces, ¿a partir de cuándo obliga el PMD?


Aquí hago un alto para recordarles que en mi tuit del 5 de marzo 2019 publiqué un
dictamen explicando cómo por una grave falla técnica del Parlamento, el PMD no
aplica en el año 2019 sino hasta el 2020, todo según lo ordenado taxativamente el
artículo 5 del Código Tributario, ¡Aquí está la madre del cordero! Este punto central
de nuestras consideraciones, lo publico en hilo al pie de este tuit. (Perdonen que les
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colme de tantas cosas aparentemente complejas, pero en realidad son sencillas si


las revisamos con paciencia. Mi deseo es llegar a todos los contribuyentes, no solo
a expertos y abogados).
4. Despidámonos de una vez
Y ahora finalizaremos con una divertida joya de la corona: vamos a suponer –solo
por un segundo, ¿verdad?– que hipotéticamente los diputados tienen la razón legal
en todo este rollo (ni en sueños, por supuesto). Entonces, si así fuera, que me
explique la DGI por qué motivo el artículo sexto numeral 3 de la Ley de Reforma
Tributaria, expresamente establece que las nuevas tasas del PMD del IR (2% y 3%)
únicamente serían obligatorias para los contribuyentes con períodos “especiales”.
En otras palabras, la gran mayoría de empresas que son grandes contribuyentes y
principales contribuyentes, no estarían obligadas a pagar el 2% y 3%, ya que su
período fiscal es ordinario (año calendario), no especial (por ejemplo, de julio de un
año a junio del siguiente). Estos últimos empresarios bajo período especial, serían
los únicos a quienes habría obligado la supuesta reforma del PMD del IR. ¡Por favor,
échenme ese trompo en la uña!

5. Conclusión
Para que después no me digan que olvidé advertir lo esencial, por aquello de las
dudas repitamos la lección: esta peligrosa y errática reforma tributaria no es la causa
del mal que sacude a la nación. Es apenas un asomo, un síntoma demoledor, pero
expresión al fin del gran problema nacional. La crisis sociopolítica es la causa y razón.
¡Que nadie se extravíe en las ramas! Con permiso de Montserrat Roig, cierro esta
modesta reflexión jurídico-técnica con una idea que desea acompañar nuestra
conclusión: “La democracia no se aprende en el Parlamento, sino en casa y la sociedad.
Ser demócratas no es una actitud política en sí misma, es una actitud ante la vida”.

Julio Francisco Báez Cortés


Managua, 5 de abril 2019

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