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Desde que tenía catorce años había sabido que era diferente.
Miraba más a los chicos que a las chicas. Siempre se quedaba hasta
al final en los vestidores para poder ver los cuerpos desnudos de sus
compañeros en las duchas. Había tenido su primera paja mirando
una foto de Brad Pitt en ropa interior. Entonces supo quién era él en
realidad, y lo había ocultado a su familia estos ocho años. Pero ya
no. Quería decírselo de una vez a su padre.
─ …lo expulsaron.
Tenía que seguir ocultándolo. Tal vez para siempre. Cerró los
ojos y trató de calmar el dolor en su pecho. Dolía. No quería el
desprecio de su padre. No quería que todos sus amigos lo miraran
como si fuera un bicho raro. No quería ver el asco en los ojos de su
hermana.
─ ¿Aló?
─ Hola Matt, soy yo. ¿Cómo van las cosas por allá? ¿Ya
contrataste al arquitecto para las renovaciones del Hotel?
─ Aquí te la paso.
─ ¿Matt qué dem…?
─ ¿William?
─ Will, soy Will y sí, amo está ciudad ─ logró decir a pesar de
estar nervioso.
Will era muy apuesto. Sabía que era alto, más alto que él a
pesar que ambos estaban sentados. Tenía el cabello castaño, corto y
rizado, ojos color miel, pestañas largas y negras que hacían resaltar
el tono castaño dorado de sus ojos, nariz recta, pómulos salientes y
una fuerte mandíbula. Eran la combinación perfecta para hacerlo
irresistible. Tenía hombros anchos y piernas largas y musculosas, y
seguro tenía un cuerpo duro y en forma bajo la ropa que vestía.
Estaba impaciente por tenerlo de una vez desnudo y dispuesto entre
las sábanas de su habitación de hotel.
─ ¿Viniste de vacaciones?
─ ¿Will?
─ Sí ─ jadeó Will.
Respiró profundamente.
─ Sííí…fóllame.
ios! Sentir la lengua de Mike en su agujero, lamiendo y
¡ jodiéndolo, lo estaba llevando a la locura. Nunca
imaginó que el placer llegara hasta esos límites. Su cuerpo se sentía
tirante. Su renovada erección pulsaba y sus bolas estaban adoloridas
por el inmenso placer que estaba creciendo en su interior.
─ Mike…sí..sí..oh ahí…Mike.
─ Ahora…jódeme ahora.
Mike salió del baño con una toalla y empezó a limpiarlo muy
suavemente. Cuando terminó, tiró la toalla al suelo y se acomodó
cerca de Will.
─ ¿Estás bien?
─ Eres maravilloso.
─ Oh…sí…más duro…más…
─ Joder…joder…
─ ¿Mike?
─ Hmm
Sólo había sido sexo para Will, pero para él había sido mucho
más. Una extraña risa salió de su boca. Era un idiota. Siempre era un
idiota en situaciones como ésta.
Había creído que ésta vez sería diferente. Que ésta vez había
elegido al tipo indicado. Pero había sido una jodida estupidez.
─ ¿Aló?
─ ¿Y cuál es?
Te deseo una buena vida, Will. Espero que me recuerdes del mismo
modo que lo haré yo toda mi vida. La noche anterior nunca podré borrarla
de mi mente. Ya que por un instante fuimos sólo dos amantes disfrutando
del amor.
─ Lo entiendo.
─ Sí, gracias.
“─ ¿Y qué es eso tan importante que tenías que decirme? ¿De qué se
trata?─ preguntó Gaby, mirándolo con atención mientras dejaba a un lado
los regalos que le había traído de Paris.
Gaby se sentó otra vez en el sofá y jaló a Will de la mano para que se
sentara junto a ella. ─ Sí, yo empecé a sospechar cuando en mi fiesta de
quince te presenté al hermano de Kate, una compañera de la escuela, y vi el
modo en que lo mirabas. Nunca había visto ese tipo de mirada cuando
conocías a una chica, así que pensé que él te gustaba. Pero cuando volviste
de la universidad de vacaciones ese mismo año, tú empezaste a comportarte
extraño. Estabas distante y reservado. ¿Qué fue le que te pasó esa vez?
Will cerró los ojos y recordó esa época. Fue el verano siguiente a
escuchar la conversación de su padre con su tío. Habían sido los meses más
difíciles de su vida. No podía decírselo a su hermana. Eso ya era parte del
pasado.
─ Adelante.
─ Will
─ ¡¿Qué?! ¿Cómo?
─ ¿Mike?
─ ¿Te enamoraste?
─ Yo…
─ Mike.
─ ¿Crees?
Mike nunca pensó que alguna vez pudiera sentir esto que
sentía por Will. Lo amaba.
─ Ven aquí, siéntate Will. Hay algunas cosas que debes saber
de Mike antes de que ustedes lleguen a algo más serio. Lo digo por
que si desean continuar lo de París, va a ser un poco difícil para uds.
Ambos rieron.
─ ¿Tú…?
Will lo miró unos minutos sin decir nada y luego suspiró con
pesar. Bajó las manos y sostuvo en un fuerte agarre las manos de
Mike.
─ Oh...Dios...oh…joder
Will sonrió al escuchar los gemidos de Mike. Le gustaba
cuando Mike hacía esos ruiditos. Sin dejar de chupar y lamer la dura
longitud de Mike, tomó el lubricante y aplicó un poco a sus dedos.
Rozó suavemente el agujero de Mike, provocando que arqueara la
espalda con la excitación.
─ Will…no…te…detengas…
─ Sí…sí…ahí…Dios
─ Más…más
Dos empujes más con sus dedos y su boca fue llenada con
espeso y caliente semen. Se lo tragó todo hasta la última gota. Dio
una última lamida a la polla de Mike y sacó sus dedos de su culo.
Enfundó su erección en un condón y aplicó lubricante. No podía
soportarlo más. Él lo quería, ya no podía seguir conteniéndose. Se
colocó sobre el cuerpo de Mike tratando de no aplastarlo y posicionó
la cabeza de su polla en el agujero de Mike. Rozó suavemente su
polla con la delicada piel del agujero, logrando obtener otro gemido
de Mike. Lentamente su polla fue tragada por el apretado agujero.
La presión lo estaba llevando al borde. Besó la boca de Mike
tragándose los gemidos. Nunca creyó que se sentiría tan bueno joder
a Mike. Podía sentir cada centímetro del interior de Mike
succionándolo dentro. Cuando sus bolas golpearon el trasero de
Mike, gruñó. Era como estar en casa. Perfecto.
─ Sí, lo fue.
─ Te amo.
─ Hijo, no puedes…
─ ¿Alguna noticia?
El doctor asintió.
Eran dos meses que no lo veía, pero lucía igual que antes.
Fuerte y seguro.
─ ¿Cómo te fue?
─ Mhmm.
─ Mike…por favor.
─ Mike…oh…
─ Oh…joder…
─ Oh…Dios…sí
Mike le sonrió y movió los dedos dos veces más, dentro y
fuera y luego se desnudó. Will nunca se cansaría de ver el increíble
cuerpo de Mike, era hermoso. Cuando sus miradas se conectaron
pudo ver amor y deseo por igual.
─ Sí.
─ Te amo.
─ ¿Qué pasa?