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TEMA 1
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN.
COMPETENCIA LINGÜÍSTICA Y COMPETENCIA COMUNICATIVA.

0. Introducción.
1. Lenguaje y comunicación.
1.1. El lenguaje: orígenes, definición y funciones
1.2. La comunicación. Orígenes de la teoría y conceptualización
1.3. El proceso de la comunicación
1.4. Los signos.
1.4.1. Semiología y semiótica.
1.4.2. El signo semiológico.
1.5 El signo lingüístico
1.5.1. Estructura
1.5.1.1. Consideraciones conceptuales
1.5.1.2. Definiciones referenciales
1.5.2. Propiedades del signo: Saussure
2. Competencia lingüística y competencia comunicativa.
2.1. Competencia lingüística
2.2. Competencia comunicativa
2.3 Cuatro grandes capacidades comunicativas: Escuchar, Leer, Hablar y escribir
3. Conclusión.

INTRODUCCIÓN
Por el hecho de vivir en comunidad, el hombre se comunica y relaciona con los seres y objetos
que lo rodean. Como ser social, el hombre es un ser esencialmente comunicativo que pasa la
mayor parte de su tiempo emitiendo y recibiendo mensajes que le permiten entablar relaciones
con el mundo exterior; así, una mirada, un gesto, el llanto, las señales de tráfico, la obra teatral,
etc., son actos de relación comunicativa en diferentes niveles que cumplen distintos
objetivos. Los procedimientos de comunicación son múltiples y pueden presentar diferentes
grados de complejidad y en este campo, el lenguaje juega un papel importantísimo en la
comunicación humana. Entre los distintos códigos destaca el del lenguaje como el más rico,
complejo y elaborado Desde las primeras teorías acerca del lenguaje, privativo del hombre y regalo
de los dioses, hasta los últimos estudios sobre la comunicación entre máquinas, se ha avanzado
mucho. La moderna informática, la intercomunicación de unos países con otros, más allá de sus
propias limitaciones lingüísticas, el influjo de los mass media y su alcance universal, la interacción
cultural y social, etc. exigen que cada día se delimiten con mayor rigor todos los elementos que
participan en lo que hoy, con un criterio amplio y abierto, podemos considerar comunicación y
lenguaje. Por todo ello, en un intento de precisar conceptos, comenzaremos por distinguir en el
lenguaje tres aspectos fundamentales:
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A)La facultad de hablar o facultad del lenguaje que implica todo el mecanismo psicofísico de la
comunicación mediante sonidos articulados o signos fono-acústicos.
B) El sistema de signos en que consiste la lengua (signos fono-acústicos, articulados convencionales,
creados por la comunidad y existentes en ella como una disponibilidad, expresan ideas, procesos y
estados anímicos diferentes).
C) La actuación de la facultad de hablar mediante actos de comunicación oral que podemos llamar
habla, y que consiste en la utilización individual del sistema de signos de la lengua.
Estas tres cosas se suponen y exigen en la comunicación por medio del lenguaje. Su análisis,
funcionamiento y relaciones constituyen el quehacer de la investigación lingüística.

1. LENGUAJE Y COMUNICACIÓN.
Tradicionalmente se entendía por lenguaje la facultad humana para comunicar ideas, sentimientos,
etc., en clara referencia al -mismo como actividad psicológica y fisiológica. De igual manera, desde
un punto de vista tradicional se consideraba que el lenguaje realizaba una función externa de
comunicación entre las personas, hasta que Jakobson añadió la función complementaria de la
comunicación intrapersonal o lenguaje interior, la función interna. Por otro lado, no debemos
olvidar que el lenguaje realiza además una función configuradora del pensamiento del hablante-
pensante, lo que plantea el problema de la relación entre lenguaje y pensamiento. A este respecto,
ya en Platón encontramos la idea de que el pensamiento es el diálogo del alma consigo misma,
identificando lenguaje y pensamiento, idea que recogen los conductistas en el siglo XX. También
Sapir y Whorf afirman que el hombre piensa En este tema nos centraremos en el lenguaje como
sistema de signos, dentro del proceso comunicativo emisor-receptor, y no en el lenguaje como
facultad o capacidad humana para la comunicación, objeto de estudio de la sociolingüística, ni en la
posible relación entre lenguaje y pensamiento, aspecto recogido en el tema tres del actual temario.
Nos referimos al lenguaje como sistema de signos que sirve para comunicarse.

1.1 El LENGUAJE: ORÍGENES, DEFINICIÓN Y FUNCIONES


Muchos son los filósofos, científicos y lingüistas que han aportado teorías sobre los
orígenes del Lenguaje, si bien, aún no se ha podido llegar a una conclusión definitiva. Pitágoras,
Platón y los Estoicos afirmaban que el lenguaje es consecuencia de una necesidad innata o de la
naturaleza. Demócrito, Aristóteles y los Epicúreos sostenían que el lenguaje nació de un acuerdo,
de una convención. Quintiliano consideraba la facultad de hablar como don divino, para
diferenciar a los hombres de los animales. Darwin cree que en su origen era una mímica bucal que
intentaba reproducir los movimientos de las manos; y la teoría onomatopéyica encuentra el origen
del lenguaje en la imitación de los sonidos de la naturaleza. Por su parte, la teoría evolucionista,
defendida por E. Lledó e x p l i c a e l n a c i m i e n t o d e l l e n g u a j e como producto de la reacción
defensiva del hombre ante el medio hostil de la naturaleza en el que aparece inmerso. Peor
dotado físicamente que los animales y con un instinto menos desarrollado, en un
momento decisivo, probablemente de pánico, profirió un grito y su evolución al cabo del
tiempo dio lugar al lenguaje. Ciertamente una de las causas del nacimiento del lenguaje debió ser la
necesidad de la supervivencia común, pero ante la incertidumbre de su origen, concluimos con J.M.
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Valverde en que la producción del lenguaje es una necesidad íntima de la naturaleza humana; no
sólo un comercio social sino algo imprescindible para el funcionamiento de las potencias
espirituales.
En lo que respecta a la delimitación del concepto de Lenguaje, resulta sumamente complejo definir
este término de manera precisa. Sensu lato, lenguaje es cualquier medio de comunicación entre
individuos. Sensu estricto, el lenguaje es un medio de comunicación intersubjetiva que se vale de
señales significativas y articuladas con la propiedad de tener un poder creativo sin límite.
A. Martinet sitúa lo peculiar del lenguaje en la articulación del mismo; sin embargo, los
generativistas prestan esta peculiaridad a la creatividad de la lengua, de la que carecen los seres
no humanos.
En la lingüística presaussiriana, el lenguaje se reduce a la suma de las acciones individuales; pero el
lenguaje no puede ser reducido a un corpus de realizaciones lingüísticas, por amplio que este
corpus sea, ya que no sólo participa del mundo físico, sino que también forma parte del psíquico. El
lingüista ginebrino F. De Saussure estableció algo radicalmente distinto: un lenguaje se reduce a la
suma de las acciones individuales; pero el lenguaje no puede ser reducido a un corpus de
realizaciones lingüísticas, por amplio que este corpus sea, ya que no sólo participa del mundo físico,
sino que también forma parte del psíquico. El lingüista ginebrino F. De Saussure
estableció algo radicalmente distinto: una lingüística estructural o lingüística de la forma
destinada a suplantar la lingüística puramente asociativa.
Dentro de esta lingüística estructural, Saussure defiende que el estudio del lenguaje
comporta dos partes: la una, esencial, tiene por objeto la lengua, que es social e
independiente del individuo; la otra, secundaria, tiene por objeto la parte individual del lenguaje,
es decir, el habla.
E. Coseriu señala como posible fuente de Saussure al lingüista alemán Gabelentz y, a través de
unos interesantes comentarios, ha mostrado que la célebre dicotomía lengua-habla, así como
otros puntos clave de la doctrina saussiriana, se encuentran ya explícitamente formulados por
dicho estudioso. No obstante, fue el Curso de lingüística General el punto de arranque de la
lingüística moderna.
Según Saussure, para entender la lengua hay que situarla en el centro de los hechos del lenguaje.
Para Saussure lenguaje y lengua so n dos conceptos diferentes: la lengua no es más- que una
determinada parte del lenguaje, aunque esencial. Es, a la vez, un producto social de la facultad del
lenguaje y un conjunto de convenciones necesarias adoptadas por el cuerpo social para permitir el
ejercicio de esa facultad en los individuos.
Para hallar en el conjunto del lenguaje la esfera que corresponde a la lengua, hay que situarse ante
el acto individual que permite reconstruir el circuito de la palabra (Curso de lingüística general,
1916).
Circuito de la palabra: Del mundo exterior nos llegan sensaciones que identificamos con imágenes
acústicas (1); tras esa asociación psíquica el cerebro da órdenes a los órganos fonadores y se
produce el habla (2). La palabra llega al receptor mediante ondas sonoras (3), y la excitación del
oído se transmite a su cerebro (4); el receptor asocia la imagen acústica con el concepto
correspondiente (5), y se repite el mecanismo.
Saussure localiza la lengua en el último paso (5), es decir, en la asociación síquica de la imagen
acústica suscitada con el concepto correspondiente: El receptor u oyente no es libre de aceptar una
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imagen acústica por otra, ni de asociar a esa imagen un concepto cualquiera, sino que está
obligado producir esa imagen y a formar el concepto que esa. imagen reclama. Está, pues,
mediatizado por los usos de la comunidad y se comporta automáticamente con respecto al
estimulo exterior. Así, la lengua es el instrumento de comunicación de la colectividad,
un sistema social de signos.
Saussure localiza el habla en la parte ejecutiva dentro del circuito (puntos 1 y 2) y la define
como el uso individual que de la lengua hace cada hablante: la ejecución está ligada al individuo
concreto que emite. No hay nada de colectivo en el habla; sus manifestaciones son individuales y
momentáneas.
A partir de Saussure la distinción entre lenguaje, lengua y habla se hace corriente entre los
lingüistas y su célebre dicotomía lengua-habla ha sido discutida por teóricos posteriores como
Meillet, Coseriu Teoría del Lenguaje y Lingüística General, Klaus Heger, A.Martinet, Hjelmslev, etc.

SAUSSURE MARTINET HJELMSLEV COSERIU CHOMSKY

Lengua Código Esquema (forma pura) Sistema Competencia


--------------------------- --------------- ----------------
Norma(forma material)
-Norma-

Habla Mensaje Uso (conjunto de Habla Actuación


hábitos)

Como conclusión, definiremos el lenguaje como un sistema estructurado de signos producidos de


manera consciente, y del que se sirve el hombre para comunicarse.
Desde la antigüedad clásica la filosofía y otras ciencias afines se preocuparon por reflexionar
en torno a las funciones que cumplían las lenguas utilizadas por los hombres. Platón en su diálogo
Crátilo, nos habla ya de ello, y Aristóteles señala dos funciones: la representativa y la expresiva.
Santo Tomás establece tres (indicativa, imperativa y optativa), y la filosofía Romántica presenta
diversas interpretaciones sobre la funcionalidad del lenguaje, considerando a éste como
actividad creadora. Pero formulaciones científicas sobre las funciones del lenguaje no
aparecen hasta aquellos filósofos y psicolingüistas, como Meinong (expresión, significación y f.
instrumental), Croce y Vossler (exaltan el valor estético de la expresión), precursores de Karl
Bühler.
Bühler, sicólogo alemán, en Teoría del lenguaje (1934), hace un brillante análisis del modelo triádico
respecto a la cosa significada, al hablante y al oyente, y desarrolla una interesante teoría en la que
distingue tres funciones basándose en una explicación genética del lenguaje:
Función apelativa o de llamada. Considerada como la función típica del lenguaje animal, o de
la primera etapa del hombre (aunque posteriormente perdure en manifestaciones como las formas
del imperativo), actúa sobre el oyente para dirigir o atraer su atención. Es la función del tú. A través
de esta primera función puede observarse la identificación signo-señal.
Función-expresiva. A través de ella el sujeto emisor o hablante manifiesta su estado de ánimo o
actitud síquica. Puede también darse entre los animales y es frecuente y singular en el lenguaje
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infantil. Es la función del estado afectivo, de la manifestación del yo. En esta segunda función
bühleriana se da ya cierta representatividad en la conexión entre lo expresado y la causa
subjetiva de la expresión.
Función representativa. Por medio de esta función el hablante puede transmitir un contenido a
través de un sistema de signos que representan una realidad externa. Es la función propia del
hombre, la función del ello. La falta de inherencia entre el signo y la cosa significada es la esencia de
la función representativa.
Así pues, el mensaje es a un tiempo símbolo de algo exterior a los interlocutores, síntoma de
algo interior al hablante y señal para el oyente.
Algunos autores -Kainz y Ungeheuer- consideran el esquema de Karl Bühler
excesivamente simplificado, pero sus modificaciones al mismo han quedado anuladas por la gran
divulgación de las doctrinas posteriores de Jakobson.
Roman Jakobson, lingüista ruso nacionalizado americano (Moscú. 1886), fundador junto con
Trubetskoy del Círculo lingüístico de Praga, opina que el fin último y primordial del lenguaje es la
comunicación humana y ello implica seis términos constituyentes del proceso comunicativo a los
que corresponde una función determinada:
- EMISOR --------------------------------------------- EMOTIVA
- DESTINATARIO ------------------------------------ CONATIVA
- MENSAJE ------------------------------------------- POÉTICA
- CONTEXTO- ---------------------------------------- REFERENCIAL
- CONTACTO ----------------------------------------- FÁTICA
- CÓDIGO ---------------------------------------- METALINGÜÍSTICA
En este proceso están implicados, pues, un objeto del que se habla o REFERENTE; un CÓDIGO,
sobre el que se basa la creación del MENSAJE; un EMISOR que transmite una. Información a través
de un MEDIO a un receptor, lo que implica un CONTACTO entre ambos, y un CONTEXTO
determinado.
1. Función referencial. Es la función básica de todo acto de comunicación, puesto que si
no hay algo que comunicar no existe comunicación. Establece la relación entre el mensaje
y el objeto al cual se refiere.
2. Función emotiva. Establece la relación entre el mensaje y el emisor. Expresa la actitud
del mismo ante el objeto, pero realizada de un modo intencionado y no como producto de
una emoción espontánea o natural.
3. Función conativa. Establece la relación entre el mensaje y el receptor. Esta función se
cumple cuando el hablante usa el lenguaje para producir una reacción determinada en el
oyente (ejecutar una orden, adoptar una conducta... ).
4. Función poética. La función poética o estética es definida por Jakobson como la
relación que el mensaje guarda consigo mismo. Se da principalmente en las artes,
donde el signo deja de ser instrumento para convertirse en objeto. En arte el referente es
el mensaje.
5. Función fática. Establece la relación entre el emisor y el receptor. Tiene por objeto
consolidar, mantener o detener la comunicación.
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6. Función metalingüística. Esta función hace referencia al código en sí mismo. Tiene


como finalidad definir el signo, que puede no ser bien comprendido por parte del
receptor, es decir, sitúa al signo en el código del que ha sido tomado y donde adquiere
valor significativo.
Todas estas funciones concurren simultáneamente, mezcladas en diversas proporciones y con
preponderancia de unas u otras según el tipo de comunicación.

1.2. LA COMUNICACIÓN: ORÍGENES DE LA TEORÍA Y LA CONCEPTUALIZACIÓN


La mayoría de los estudiosos del lenguaje coinciden en considerar como función central del
mismo la función de comunicación, entendiendo por comunicación la utilización de un código para
la transmisión de mensajes.
La teoría de la comunicación, posterior a la teoría lingüística, surgió de las investigaciones
realizadas por el ingeniero de teléfonos SHANNON (Teoría matemática de la información. 1948)
cuyos trabajos, orientados a mejorar el rendimiento económico de los mensajes telefónicos,
interesaron a otros investigadores de diferentes campos del saber, que intentaron aplicar sus
conclusiones a la transmisión de información en ciencias como la biología o la física, la
moderna cibernética, las ciencias del lenguaje humano y otras de carácter social.
Acorde con el desarrollo de la información mediante mecanismos físicos, se produce en estos
años un fuerte crecimiento de los medios de comunicación de masas, prensa, radio, televisión, cine,
que han hecho suyos muchos de los conceptos y de la terminología de la Teoría de la Comunicación.
A partir de 1950 puede ya hablarse de una ciencia de la de la comunicación y de la información, que
se apoyó en la matemática y en la lingüística para su desarrollo. La investigación en los diferentes
mass media dieron como resultado la preocupación por una doctrina científica sobre la
comunicación y una ciencia autónoma (algo semejante a lo que ocurrió en la lingüística
ante la aparición de Saussure y BIoomfíeld).
La lingüística, deudora de la Teoría de la Comunicación al igual que otras ciencias, hace uso de
conceptos y términos de la misma, si bien, el significado preciso de cada vocablo está siempre
restringido al contexto en el que se aplica. Términos como canal, emisor, receptor, información,
mensaje, etc., son utilizados en diversos campos ampliando o restringiendo su significado según en
el que se aplique.
Así pues, todas las disciplinas que analizan el lenguaje verbal son tributarias de la
Teoría de la Comunicación. La lingüística estadística, la gramática generativa, la semiótica, e
incluso la moderna crítica literaria, en tanto que estudian la transmisión de significados, poseen
conexiones y emplean esquemas básicos, conceptos y terminología que surgieron avalados por esta
ciencia.
En la Teoría de la Comunicación, el término comunicación se define como toda transferencia de
información. Esta definición, sin duda muy general, abarca todos los campos, prescindiendo de las
características propias del acto de la comunicación, de si el emisor o fuente es humano o no, de si
el mensaje transporta o no significado o de si existe intencionalidad o no en la transmisión. Sólo así
se puede hablar de comunicación en parcelas corno la Biónica (comunicación entre seres vivos), o de
la cibernética, entre máquinas, en la que se incluye tanto los procesos más simples (relación
estímulo - respuesta), como los más complejos y sofisticados (ordenadores).
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La lingüística, por su parte, restringe estos conceptos al presuponer en todo mensaje no sólo un
contenido significativo sino, además una intención comunicativa por parte del emisor. De otro lado,
desde el punto de vista de los hechos del lenguaje, Ia comunicación supone el contacto entre
individuos que se relacionan. Dicho contacto es siempre significativo, pero no necesariamente
informativo. Visto así, la información es una parte de la comunicación que añade a todo proceso
relacionante un sema informativo: el mensaje. El concepto de información supone aquellos
contenidos comunicativos desconocidos por el receptor. Por lo tanto, en el terreno lingüístico
debemos diferenciar información y significación.
El contenido informativo varía en proporción inversa a la probabilidad: a mayor previsibilidad, menor
información. La cantidad de información de un mensaje se puede medir en BITS. El BIT es la unidad de
información establecida también por Shannon.
Tanto si un mensaje aporta información como si es exclusivamente significativo, en su transmisión
pueden surgir factores que dificulten la comprensión. A estos factores u obstáculos los
denominamos ruidos. Dentro de la T. de la Comunicación, los estudios informáticos son, así mismo,
los que han introducido los términos Ruido y Redundancia, que la lingüística ha asimilado y aplicado a
su propio campo. Llamamos RUIDO a cualquier perturbación que impida la correcta transmisión y
recepción de un mensaje. El ruido no se define sólo como sonido confuso más o menos fuerte, sino que
también consideramos ruidos, por ejemplo, una voz en tono imperceptible, los errores en el código (haiga
por haya), distracciones del receptor, o manchas de tinta y faltas ortográficas en el lenguaje escrito, la
doble imagen en la T.V., etc.
Además del ruido, el lenguaje verbal presenta otra característica que hace necesario el uso de la
redundancia, la extinción o Fading rápido. Al desaparecer rápidamente las emisiones, el mensaje
necesita de una claridad, de un eslabonamiento que favorezca la capacidad de retención y ese
eslabonamiento lo proporciona la redundancia.
Llamamos REDUNDANCIA a la repetición superflua de elementos de un mensaje, es decir, a aquella parte
del mensaje que es innecesaria, en el sentido de que, sin ella, el mensaje sería esencialmente
completo. En la Teoría de la Comunicación se aplica el término redundancia a cualquiera de los
medios que usa el emisor y que previene el código, para evitar la pérdida de información. Los
elementos redundantes pueden ser:
- Extragramaticales, libremente introducidos por el hablante, como la elevación del tono de voz,
la gesticulación, los recursos tipográficos (subrayados, empleo de letras diferentes, etc.).
- Gramaticales, inherentes al código, como la reiteración de morfemas de género y número, o
de sintagmas.
- Semánticos, como las repeticiones explicativas de un mensaje, o las perífrasis.
La Teoría de la información cifra en un 50% el grado de redundancia que se precisa en la
comunicación lingüística.

1.3 EL PROCESO DE LA COMUNICACIÓN


Hemos comentado anteriormente que la comunicación consiste en un acto mediante el cual un
individuo establece con otro un contacto que le permite transmitirle un mensaje. Dicho acto se
denomina acto de comunicación o acto sémico. Pues bien, todo acto sémico se produce
necesariamente entre:
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♦ Un EMISOR, punto de origen del mensaje, selecciona del sistema los signos necesarios y las
leyes combinatorias de los mismos, para dar forma al contenido que desea transmitir; es decir,
codifica el mensaje.
♦ Un RECEPTOR que recibe el mensaje y, por lo común, reacciona o actúa en consecuencia.
Realiza la operación inversa al emisor: decodifica el mensaje.
Otros elementos necesarios son:
♦ El MENSAJE: signo o secuencia de signos que el emisor transmite al receptor. La transmisión
del mensaje se realiza con dos procesos complementarios, explicados anteriormente:
mecanismo onomasiológico y mecanismo semasiológico.
♦ El CANAL: medio físico por el cual se transmite el mensaje (aire, cable telefónico, ondas
electromagnéticas de la radio o TV, papel...).
♦ El CÓDIGO: conjunto limitado y moderadamente extenso de signos, que se combinan mediante
ciertas reglas conocidas por emisor y receptor; es decir, el conjunto o sistema de equivalencias que
convencionalmente establecen el emisor y el receptor. Sirve como regulador, tanto de la
codificación como de la decodificación del mensaje. Los códigos se regulan internamente guiados
por dos objetivos: el costo y el rendimiento óptimo. Un código es mejor que otro cuando con
menor costo (menos unidades, en menos tiempo) permite mayor información asegurada.
Existen diversos tipos de códigos: código del lenguaje oral, escrito, morse, braille...
♦ EL CONTEXTO. De un modo general se entiende por contexto todo lo que rodea al acto de
comunicación. No obstante, tiene dos acepciones bien diferenciadas:
- Contexto lingüístico: signos lingüísticos que rodean a otro, confiriéndole el significado que le
corresponde. Ej.: Me voy a dar un paseo (acción)
Me lo encontré en el paseo (lugar)
Este tipo de contexto se identifica con las llamadas relaciones sintagmáticas.
- Contexto extralinguístico o situacional: conjunto de circunstancias, espaciales y
temporales, sociales e incluso personales que rodean y enmarcan el acto comunicativo. Este
tipo de contexto condiciona fuertemente el proceso, ya que determina el uso de un canal u otro
(aire, ondas, papel), e incluso de un código u otro. Las circunstancias propias de cada situación son
las que, en definitiva, permiten interpretar unívocamente su mensaje.
En los mensajes semiológicos y lingüísticos es la Pragmática la que estudia esta relación entre el
mensaje y los usuarios. Ej. Esta manzana es enorme: Conjunto de casas / Fruta

1.4 LOS SIGNOS


1.4.1. SEMIOLOGÍA Y SEMIÓTICA. EL SIGNO SEMIOLÓGICO
La t eorí a d e l a comun ic ac ión n o me nci ona la pa lab ra si gno ; ha bl a de sí mbolo,
co mo unidad que establece el mensaje, y de señal, como la transformación del símbolo para la
comunicación. Este planteamiento no tiene en cuenta el significado que transportan las unidades;
se interesa tan sólo por el mecanismo de la transmisión propiamente dicha.
Por el contrario, la semiología o semiótica centran todo su estudio en el signo, pues es
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precisamente su carga significativa lo que constituye el centro de interés. Semiología y Semiótica


son dos términos acuñados, casi al mismo tiempo, por dos lingüistas –europeo uno, americano otro-
para referirse a una ciencia nueva e independiente.
La semiología fue definida por Saussure en Ginebra, en 1916, como la ciencia que estudia la vida de
los signos en el seno de la vida social, haciéndola depender da la psicología general y siendo su
rama más importante La Lingüística. De este modo, el estudio del lenguaje se independiza de la
filosofía y de la historia, para pasar a integrarse en la ciencia que estudia los sistemas de
comunicación. Por su parte, Peirce concibe una teoría general de los signos bajo el nombre de
Semiótica (1931), aunque dándole un enfoque más logicista que sociológico. Dado que los dos
aspectos de estudio e investigación están en estrecha correlación, semiología y semiótica pueden
considerarse una misma disciplina, un campo común de estudio que tiene un objetivo concreto:
los sistemas de comunicación. (Ambas proceden del término griego σεμειον que significa
signo).
En Semiología entendemos por signo toda realidad física perceptible que informa de algo que no es
él, que sustituye a algo, que remite a otra cosa.
Tanto en la vida cotidiana como en los estudios científicos, el hombre utiliza distintas unidades
capaces de transmitir contenidos significativos. Pero lo que denominamos signo es algo muy
complejo y abarca fenómenos sumamente heterogéneos que, por otro lado, tienen algo en común:
ser portadores de una información o de un valor significativo.
El hombre, al establecer comunicación a través del lenguaje oral o escrito, a través de señales
artificiales (semáforo, cartel), etc. está empleando signos. El signo es, pues, el elemento
mediatizado entre la realidad y el hombre, entre el hombre y los otros hombres: es el instrumento
capaz de crear una cultura y una civilización, y todos los sistemas sígnicos creados desempeñan un
papel importantísimo en la historia de las mismas.

1.4.2. TIPOLOGÍA DE LOS SIGNOS


Son múltiples los ensayos realizados por parte de los filósofos para analizar y clasificar los
sistemas de signos. Casi todos ellos de carácter contradictorio y sin tener en cuenta el proceso de la
comunicación humana dentro del sistema social en que se desenvuelve. Siguiendo los trabajos de
Adam Schaff y la crítica que de ellos hace Reznikov, intentaremos establecer una tipología que
relacione y diferencie los diversos sistemas de signos: los SIGNOS pueden ser Naturales
(índices) y Artificiales. Estos últimos, a su vez, pueden ser Lingüísticos (fundamentales, auxiliares) y no
lingüísticos(señales, símbolos, iconos).
La distinción Naturales – Artificiales, se basa en la índole del emisor, atendiendo a si el hombre
participa (artificiales) o no en la creación consciente del signo: llanto/alfabeto morse.
Los signos artificiales se dividen a su vez en: lingüísticos y no lingüísticos. Entre los primeros se
incluyen los sistemas verbales (los sustitutivos –escritura, morse, etc.) de carácter tradicional, es
decir, las lenguas o idiomas.
Los no lingüísticos, atendiendo a la relación signo - referente, se dividen en:
• Indicio. Signo que tiene conexión física con el referente, es decir, con el objeto
denotado: la huella de una pisada, el humo, la fiebre, etc.
• Icono. Refiere el objeto en función de una semejanza. La iconocidad siempre es una
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relación de grado. Ej. una fotografía, un dibujo, un mapa, un plano, etc.


• Símbolo. Schaff otorga al símbolo tres características diferenciadoras: a) son objetos
materiales que representan ideas abstractas; b) funcionan por ejemplificación, alegoría
o metáfora y van dirigidos a los sentidos; c) su representación ha de tener un previo
convenio para ser entendido. Ej. La Cruz, la Media Luna, la Estrella de seis puntas, la Hoz
y el martillo. Podemos definir el símbolo como la representación de una noción
abstracta por ente material. En esta clasificación de Schaff se observa que los signos se
oponen a los signos naturales y, dentro de los artificiales, forman un grupo
independiente. Frente a los demás sistemas de signos, los lingüísticos, han alcanzado un
gran desarrollo en el análisis histórico y hoy todos los estudios serios de comunicación
los suelen tomar como punto metodológico de partida. (Existen otras clasificaciones,
según distintos criterios, que en estos momentos no exponemos dada la premura del
tiempo y el hecho de que, a nuestro parecer, podrían ser incluidas con mayor propiedad
en los temas 4 y 6).

1.5 EL SIGNO LINGÜÍSTICO


Se entiende por comunicación verbal o lenguaje humano la que se establece a través de los signos
lingüísticos. Así pues, continuando con el estudio lenguaje en relación con la comunicación,
debemos centrarnos ahora en el estudio de los signos que forman el sistema de la lengua.
Se afirma que la lengua no es más que uno de los sistemas que el hombre puede emplear para
relacionarse con sus semejantes. Esta idea une la lingüística y la semiología o semiótica, cuyo
fundador fue Morris, en cuanto que esta última se ocupa de todos los sistemas humanos de
señales. Entre el signo lingüístico y los demás signos de los diversos sistemas existen las diferencias
de la inmotivación y el superior grado de espiritualización subsiguiente en la relación que se
establece entre los dos elementos del signo lingüístico.
Intentaremos caracterizar el signo lingüístico refiriéndonos a dos aspectos fundamentales del
mismo: su estructura y sus propiedades.

1.5.1. ESTRUCTURA DEL SIGNO LINGÜÍSTICO: SAUSSURE Y HJELMSLEV.


1.5.1.1. CONSIDERACIONES CONCEPTUALES
El problema de la estructura del signo es tan antiguo como la lingüística. Platón y Aristóteles ya
se plantearon la relación existente entre la realidad y los nombres que ésta recibía. Para
Platón, el signo es una cualidad de las cosas (analogistas); Aristóteles, por el contrario, defiendo la
teoría de que los nombres no significan rectamente las cosas (anomalistas).
El ginebrino Saussure ya citado como creador de la corriente estructural en lingüística, fue quien
afirmó que en realidad lo que el signo lingüístico une no es una cosa y su nombre, sino un
concepto y una imagen acústica. En la naturaleza del signo no interviene la realidad;
el concepto es la imagen depositada en nuestro cerebro, formada por el entendimiento agente que
extrae de la realidad sus cualidades esenciales despreciando las accidentales. La imagen acústica es
la representación que del sonido nos da el testimonio de nuestros sentidos. El signo para Saussure
es la asociación de un significante y un significado. El significante es la parte activa: imagen acústica
que actúa en nuestro cerebro como consecuencia de una serie de actividades físicas transmitidas a
través de canales físicos. El significado es la parte pasiva del signo, su concepto.
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Hjelmslev recoge la concepción estructural saussiriana, pero la añade al concepto general de


lenguaje, es decir, a la comunicación. Para Hielmslev la comunicación supone el desarrollo de dos
planos: el del contenido y el de la expresión, al tiempo que establece en cada uno de ellos una
disyunción entre sustancia y forma: al caudal total de conceptos albergados en la mente, así como a
las leyes de su combinación denomina sustancia del contenido; al caudal total de disponibilidades de
articulación de sonidos llama sustancia de la expresión. La actualización de estas sustancias, tanto
en un plano como en otro, constituye las formas. El signo lingüístico se sitúa en la correlación de la
forma del contenido y la forma de la expresión. Así:
COMUNICACIÓN: . Contenido - sustancia
- forma
SIGNO LINGÜÍSTICO.
. Expresión - forma
-sustancia

1.5.1.2. DEFINICIONES REFERENCIALES: ODGEN Y RICHARDS.


Al igual que Bloomfíeld, estos autores incluyen la realidad en la estructura del signo, pero difieren
del mismo en su consideración lineal.
Aliquid stat pro aliquo
Símbolo referencia referente
El símbolo es el elemento material que no apunta directamente a la realidad, sino a través de una
referencia de nuestra mente (Ste).
Referencia: concepto de nuestra mente a través del cual está representada la realidad (Sdo).
Referente: objeto representado tal como existe fuera de nuestra mente (realidad).

Referencia

Símbolo referente
Este planteamiento es incompleto ya que sólo describe la actividad del emisor y omite la del
receptor.
La complejidad que presenta el signo lingüístico ha hecho necesaria la precisión de la que se han ocupado
Ullman y Baldinger, que, en lo referente a la estructura del signo, establecen la distinción entre el
plano onomasiológico (plano del hablante) y semasiológico (plano del oyente).
En un plano onomasiológico el emisor debe encontrar el termino preciso para expresar lo que
quiere, en el semasiológico, la actividad del receptor es reconocer las señales que le envían. En el
primero vale la estructura del signo descrita por Ogden y Richards, pero en el segundo la referencia
puede no estar clara y no es ya un punto, sino todo un plano referencial por el que la estructura queda
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descrita en forma trapezoide. El receptor se encuentra en una polisemia que debe reducir a
monosemia, por lo que debe eliminar las falsas referencias para llegar a la auténtica.

1.5.2. PROPIEDADES DEL SIGNO LINGÜÍSTICO


Entre las características internas del signo señala Saussure la arbitrariedad y la linealidad; y entre las
externas, la inmutabilidad y la mutabilidad.
ARBITRARIEDAD. El signo lingüístico es arbitrario porque no hay una correlación
necesaria entre significante y significado. Ahora bien, la palabra arbitrario necesita también una
observación. No debe dar idea de que el significante depende de la libre elección del hablante...
queremos decir que es inmotivado, es decir, arbitrario con relación al significado, con el que no
guarda ningún lazo natural.
Benveniste, contrario a Saussure, opina que la relación Ste-Sdo no es arbitraria sino necesaria.
Según él, lo arbitrario no se da entre los componentes del signo, sino entre el signo y su realidad.
Consecuencia de la arbitrariedad del signo es lo que Hjelmslev llama supletivismo y homonimia
(Gramática estructural de Alarcos,1994, pág. 53).
LINEALIDAD. El significante, por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el tiempo y
presenta los caracteres del mismo: - representa una extensión y dicha extensión es mensurable en
una sola dimensión, es una línea. Por oposición a los significantes visuales (tiempo y espacio), los
significantes acústicos no disponen más que de la línea del tiempo; sus elementos se representan
uno tras otro; forman una cadena.
Así pues, el signo en cuanto a Ste es lineal, pero hay que precisar con otros autores que no es ésta
una característica del signo; pues éste no se da ahí, sino en la unión Ste-Sdo.
INMUTABILIDAD. Si, con relación a la idea que representa, aparece el significante como elegido
libremente, con relación a la comunidad lingüística que lo emplea, en cambio, no es libre sino
impuesto. A la masa social no se le consulta, ni el Ste elegido por la lengua puede ser reemplazado
por otro. No solamente es verdad que un individuo sería incapaz de modificar en un ápice la
elección ya hecha, sino que 1a masa social no puede ejercer su soberanía sobre una sola palabra,
pues está atada a la lengua tal cual -es. Si la lengua tiene carácter de fijeza no es sólo porque está
ligada a la colectividad, sino también porque está situada en el tiempo. Estos dos hechos son
inseparables. En todo instante la solidaridad con el pasado pone en jaque la libertad de elegir.
Decimos "hombre” y "perro " porque antes de nosotros se ha dicho "hombre” y “perro ".
MUTABILIDAD. El tiempo que asegura la continuidad de la lengua, tiene otro efecto en apariencia
contradictorio con el primero: el de alterar más o menos los signos lingüísticos de modo que, en
cierto sentido, se puede hablar a la vez de la inmutabilidad y la mutabilidad del signo... El principio
de alteración se funda en el principio de la continuidad (se altera porque se continúa).
Sean cuales fueren los factores de la alteración, ya obren aisladamente o combinados, siempre
conducen a un desplazamiento de la realidad entre el Sgdo y el Ste.
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2. COMPETENCIA LINGÜÍSTICA Y COMPETENCIA COMUNICATIVA


El lenguaje constituye una actividad humana compleja que asegura dos funciones básicas: la de
comunicación y la de representación. Las representaciones constituyen el principal contenido de la
comunicación; la comunicación contribuye a la construcción de la representación de la
realidad física y social. Mediante estas funciones, no excluyentes entre sí, regulamos la conducta
propia y la ajena. Por lo tanto, debemos analizar y estudiar el lenguaje desde una doble
perspectiva: como medio de comunicación, pues permite recibir y transmitir mensajes e interactuar
con otras personas, y como instrumento para representarnos el mundo, en cuyo caso el lenguaje está
estrechamente vinculado al pensamiento.
Pero el enfoque comunicativo significa también que el niño aprende el lenguaje en la interacción
con las personas de su entorno; ello implica que no aprende sólo signos, sino también los
significados culturales y el modo de entender e interpretar la realidad. Por eso decimos que el
lenguaje contribuye a construir una representación del mundo socialmente compartida y
comunicable.

2.1. COMPETENCIA LINGÜÍSTICA


Se entiende por Competencia Lingüística el conocimiento de una lengua. Este concepto se enmarca
dentro de la gramática generativa-transformativa de Chomsky (1957), según la cual, la Competencia
(COMPETENCE) es el sistema de reglas lingüísticas, interiorizadas por los hablantes, que conforman
sus conocimientos verbales y que les permiten entender un número infinito de enunciados.
Dicho conocimiento engloba los siguientes componentes: fonológico, morfológico, sintáctico,
semántico y léxico.
Competencia se opone a Actuación (PERFORMANCE) que consiste en el uso de sistemas de reglas de
transformación de las Estructuras Profundas (representación, formulación lógica del significado) en
Estructuras Superficiales (lo que oímos y vemos escrito); es decir, la ejecución efectiva de la
competencia. A esto debemos añadir, junto con Chomsky, la Competencia Pragmática, que incluye
en la actuación lingüística una finalidad consciente (propósito de alcanzar ciertos fines), así como
las condiciones y el modo apropiado del uso del lenguaje. Por otra parte, el ejercicio de las
habilidades lingüísticas se concreta en el desarrollo de las destrezas de comprender y producir
discursos orales y escritos, las cuales exigen escuchar, hablar, leer y escribir.
La Pragmática es una rama de la semiótica y la lingüística que estudia todos los
conocimientos y habilidades que hacen posible el uso adecuado de la lengua; es decir, analiza los
signos verbales en relación con el uso social que los hablantes hacen de ellos: situaciones,
propósitos, necesidades, etc. La competencia pragmática es, en conclusión, el conjunto de estos
conocimientos no lingüísticos que tiene interiorizados un usuario.

COMPETENCIA + COMPETENCIA = COMPETENCIA COMUNICATIVA.


LINGÜÍSTICA PRAGMÁTICA

2.2 COMPETENCIA COMUNICATIVA


La Competencia Comunicativa, concepto acuñado por el etnógrafo Hymes en 1967, es la
capacidad de usar el lenguaje de manera apropiada en las diversas situaciones sociales en las que
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puede hallarse un hablante. Por lo tanto, la competencia comunicativa es una suma de los distintos
tipos de competencia:
● Gramatical: supone el dominio del código lingüístico, con sus correspondientes
subsistemas fonético-fonológico, morforsintáctico y léxico-semántico.
● Sociolingüística o capacidad de producir enunciados acordes a la situación de
comunicación tanto en forma como en significado.
● Discursiva: capacidad de utilizar los diferentes tipos de discurso y organizarlos en función
de los parámetros de la situación de comunicación en la que son producidos e
interpretados.
● Por último, otro aspecto característico de la competencia comunicativa es la
capacidad de los interlocutores para definir y matizar progresivamente los significados que
transmiten, para realizar ajustes, formular aclaraciones, llevar a cabo precisiones y
utilizar todos los recursos lingüísticos y extralingüísticos de que disponen para evitar que se
rompa la comunicación. Se trata de la competencia Estratégica.

2.3. CUATRO GRANDES HABILIDADES LINGUISTICAS DE LA COMUNICACIÓN O


CAPACIDADES COMUNICATIVAS
El uso de la lengua sólo se puede realizar de cuatro formas diferentes, según el individuo sea Emisor
o Receptor y según el mensaje sea Oral o Escrito.

Hablar > mensaje oral > Escuchar


EMISOR RECEPTOR
Escribir > mensaje escrito > leer

Hablar, escuchar, escribir y leer son las cuatro habilidades que el usuario de una lengua debe
dominar para poder comunicarse con eficacia en todas las situaciones posibles.
Dentro del proceso de la comunicación, las habilidades lingüísticas, se pueden clasificar:
a) Según el papel receptivo (comprensión) o productivo (expresión) del individuo.
b) Según el código (oral o escrito) usado por el mismo.

CÓDIGO RECEPTIVO PRODUCTIVO

ORAL ESCUCHAR HABLAR

ESCRITO LEER ESCRIBIR

Hasta hace poco tiempo, a las habilidades receptivas se las denominaba pasivas y a las productivas,
activas; sin embargo, esta denominación es incorrecta ya que escuchar y leer, también son
destrezas activas que requieren complejas y laboriosas operaciones, aunque no sean observables
externamente.
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Las habilidades lingüísticas no funcionan aisladas sino integradas, relacionadas entre sí. El usuario
de una lengua intercala, con frecuencia, los papeles Emisor-Receptor en la comunicación. Ej. una
conversación.
Los planteamientos didácticos más modernos se basan en el concepto de Competencia
Comunicativa. Los métodos o planteamientos didácticos centrados en la comunicación se
denominan enfoques (didácticos) comunicativos. Surgieron en la didáctica de Lenguas Extranjeras y
el más usado es el social-funcional. Estos métodos fijan su objetivo en la comunicación y en el
correcto uso de la lengua.

3. CONCLUSIÓN
La comunicación por medio del lenguaje nos permite a los seres humanos relacionarnos unos
con otros así como regular nuestra propia conducta posibilitando la convivencia y, desde Platón
y Aristóteles hasta nuestros días, ha suscitado el interés de los estudiosos. Es en el siglo XX, a
partir de los años 60, debido a la influencia de la Teoría de la comunicación de Shannon, cuando
se valoran los aspectos extralingüísticos del acto comunicativo, esto es, deja de atenderse sólo
al código y se abren nuevas expectativas para la lingüística al relacionarse con otros factores del
acto de la comunicación con el surgimiento de la Pragmática. Este hecho hace que se valoren las
cuatro habilidades lingüísticas y se llegue a un nuevo método didáctico, el enfoque
comunicativo, en el estudio de las lenguas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
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BÜHLER, K. (2002): Teoría del Lenguaje. Madrid, Rev. De Occidente.
CHOMSKY, N. Estructuras sintácticas. Buenos Aires, Siglo XXI, 1999.
-Aspectos de la teoría de la sintaxis. Barcelona, Gedisa, 1999.
-Lingüística cartesiana. Madrid, Gredos, 1972.
COLLADO,J.A.:(1974): Fundamentos de Lingüística General. Madrid. Ed. Gredos.
COSERIU, E. (1967): Teoría del Lenguaje y Lingüística General. Madrid. Ed. Gredos.
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MORRIS, C. (1985): Fundamentos de la teoría de los signos. Barcelona. Ed. Paidós.
LYONS, John (1999): Introducción a la Lingüístíca Teórica. Barcelona. Ed. Teide.
PEIRCE, J.R. (1962): Semiótica y Símbolos, Señales y Ruidos. La Ciencia de la Comunicación. Madrid
Rev Occidente.
REZNIKOV. (1970): Semiótica y Teoría del Conocimiento-Comunicación. Madrid. Ed. Alberto
Corazón.
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ROMERO RUBIO, A (1974): Teoría General de la Información y de la Comunicación. Madrid. Ed.


Pirámide.
SAUSSURE, F. Curso de Lingüística general. Buenos Aires, Losada, 2008.

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