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Instituto de Pedagogía Crítica

Maestría en Pedagogía

Seminario “Pedagogía y Multiculturalismo”


Profesor: Enrique Nevárez Trejo

Visibilizar, desaprender y reaprender. Decolonialidad e Interculturalidad en la Educación


Popular del siglo XXI

Manuel Palacio

“Cambia la piel, duele, duele


Vértigo de la desnudez
Me encuentro conmigo y me asusto
Y empiezo a andar sobre mis pies
Algo habrá para aprender
Y me entrego nomás al misterio
Algo tendré que perder
Si más libre quiero caminar de nuevo”

Arbolito

Introducción: recreando la memoria en el contexto de una avanzada neoliberal

Han pasado varios años ya del final del siglo XX, un siglo que en sus últimas décadas
se cerró con muchas voces y posturas pesimistas a la hora de anticipar el rumbo de mujeres
y hombres en este planeta. Dentro de esas posturas pesimistas, o como dijo Freire
“fatalistas”, las voces que plantearon la llegada a la cima del desarrollo humano y la
imposibilidad de proyectos superadores del capitalismo tuvieron por aquellos años una
fuerza importante. Está claro que estas posturas intentaban legitimar la expansión del
neoliberalismo a escala global, fueron tiempos duros para muchas y muchos, y también lo
fueron para el pensamiento crítico.

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Como otras veces, lxs de abajo, lxs “nadies” de este continente fueron lxs que
iniciaron un gran movimiento de resistencia y construcción de nuevas formas de vida social.
El movimiento zapatista, el movimiento sin tierra de Brasil, los movimientos originarios, las
agrupaciones piqueteras, las organizaciones y asambleas barriales, constituyeron espacios
y fermentos de construcciones alternativas. Esas expresiones sociales de organización y
resistencia tienen algo en común: la importancia que otorgaron y otorgan a la educación
en sus acciones cotidianas. A partir de sus experiencias pedagógicas, la educación fue
renovada y volvió a recobrar su dimensión humanizante, en tanto proyecto liberador.

Aunque hoy las fuerzas de cambio siguen sus rumbos de manera serpenteante, el
neoliberalismo intensifica su lógica privatista y avasalladora, las grandes corporaciones
acrecientan aún más sus ganancias al mismo ritmo en que crecen lxs excluidxs, la represión
social, la debilidad de las democracias, y se potencia la depredación de la naturaleza sobre
algunas naciones de Latinoamérica.

En este momento histórico lxs educadorxs críticxs de la Abya Yala nos encontramos
con nuevos desafíos que parten desde aquellos avances: la importancia de sumarnos a
experiencias de lucha y organización que no separan el acto pedagógico de la resistencia y
la organización, involucrarnos en la construcción de prácticas educativas que surgen desde
los movimientos sociales y organizaciones comunitarias, y al mismo tiempo la tarea
permanente de recrear y profundizar en las instituciones educativas experiencias
sentipensadas que incluyan nuevas orientaciones epistemológicas, metodologías y por qué
no, nuevos conocimientos. Se trata de seguir construyendo proyectos pedagógicos
colectivos y liberadores que rescaten el sentido más profundo y diverso de lo humano.

Abya Yala es el nombre con el cual el pueblo Kuna, residente en parte de Colombia y
Panamá identificaba a este continente antes de la llegada de los españoles. Su significado
es “tierra de sangre vital”, o “tierra madura”. Usar este nombre es una manera de visibilizar

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la prexistencia humana en nuestro continente y una forma de desprenderse de la matriz
colonial.

Desafíos actuales de la Educación Popular: sentipensar desde lo decolonial y la


Interculturalidad

De acuerdo con Hernández Reyna (2007) las categorías de multiculturalidad,


multiculturalismo, interculturalidad y e interculturalismo, presentan similitudes y
diferencias de sentido en torno una temática compartida, la diversidad cultural. La autora
nos aporta una distinción entre los alcances de la multiculturalidad y el multiculturalismo.
Si la primera es una categoría descriptiva, que reconoce la existencia concreta de grupos
diversos, señalando el espacio donde se hallan estos grupos diversos, la segunda, la
entiende como una categoría política que intenta regular la agenda pública y las políticas
dirigidas a esos grupos.

Para Walsh (2017) la interculturalidad en su sentido crítico, rebasa el problema de


la diversidad cultural, se trata de una “diferencia ontológica, política, epistémica,
económica y de existencia-vida impuesta desde hace más de 500 años atrás, y
fundamentado en intereses geopolíticos y geoeconómicos, en criterios de “raza”, “género”
y “razón”, y en la inherente -y naturalizada-inferioridad”. (p. 3).

Desde esta perspectiva, interculturalidad y decolonialidad entretejen caminos para


la construcción de otros proyectos políticos y pedagógicos, es decir, la construcción de
formas de vivir y existir radicalmente alternativas.

La interculturalidad pensada y accionada “desde abajo” siempre ha tenido una


intencionalidad transformativa. Esta intencionalidad se dirige, por un lado, hacia la
afirmación de lo propio, la afirmación de lo que ha sido oprimido y negado. Algunos
llaman esa la “intraculturalidad”. Y por el otro lado, se dirige hacia la interrelación,

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realmente posible solo cuando se logra derrumbar la diferencia colonial. Por eso, la
interculturalidad y decolonialidad van de la mano.” (Walsh, 2016: 4).

Los planteos más recientes en la educación popular comparten con las pedagogías
decoloniales, la afirmación de que la experiencia y las visiones del mundo, van mucho más
allá de la visión occidental hegemónica. Partimos de entender que la educación popular es
una praxis, una perspectiva emancipadora, integral, ligada a la formación y no sólo a la
instrucción, con una profunda raíz ética y política, una herramienta para la apropiación y
reconfiguración de saberes de lucha y configuración de subjetividades singulares y
colectivas. Es en este cruce donde la decolonialidad, la interculturalidad, y el trabajo
pedagógico de la educación popular se encuentran: el reconocimiento de la diversidad
epistemológica del mundo. Encuentros que denuncian las epistemes, las existencias, las
opresiones que forman parte del sistema–mundo occidental-blanco-heteropatriarcal
hegemónico globalizante, y a la vez, levantan la voz para constituirse en esperanza, germen
y semilla de proyectos alternativos y liberadores que surgen y se desprenden desde la tierra
y lxs invisibilizadxs.

La invitación de estos encuentros, es un desafío para imaginar unas pedagogías más


allá de las ideas occidentales dominantes. Implica toda una tarea de repensar los cánones
desde donde hacemos y pensamos la educación, y al mismo tiempo, el esfuerzo por
imaginarnos otros mundos posibles, es decir una actividad creadora. Como notas iniciales
de esta tarea, podríamos plantear la necesaria reflexión sobre los lugares desde dónde se
plantea la relación educativa, el por qué y para qué se educa y nos educamos, el lugar del
conocimiento en esas prácticas. Preguntas que se tornan éticas, políticas, preguntas para
incomodar los caminos recorridos por la educación popular, pero al mismo tiempo
imaginadoras de nuevos contornos, y grietas. La educación popular sabe de esto, como
praxis de lucha, es una marca distintiva de su trayectoria.

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Bibliografía

Hernández, M. (2007). Sobre los sentidos de “multiculturalismo” e “interculturalismo”. Ra


Ximhai, vol. 3, núm. 2, mayo-agosto, 2007, pp. 429-442. Universidad Autónoma Indígena de
México. El Fuerte, México.

Walsh, C. & Mari ́n, C. (2013). Pedagogías decoloniales. prácticas insurgentes de resistir,
(re)existir y (re)vivir. Quito, Ecuador. Abya Yala.

Walsh, C. (2017). ¿Interculturalidad y (de)colonialidad? Gritos, grietas y siembras desde


Abya-Yala. En: Garcia Diniz, Alai., et. al. (orgs.). Poéticas e políticas da linguagem em vias de
descoloniazaçâo. Pedro & Joâo Editores: Sâo Carlos-Brasil.

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