La Secretaría Nacional de Doctrina de la A.I.B. transmite a la
Secretarías Provinciales a ella subordinadas, las siguientes directrices:
I)- El Integralismo comprende el Mundo de un modo total, y
pretende construir la Sociedad, según la jerarquía de sus valores espirituales y materiales, de acuerdo con las leyes que rigen sus movimientos y bajo la dependencia de la realidad primordial, absoluta y suprema, que es Dios. II) - Esa jerarquía, en la cual se fundan el principio y el ejercicio de la Autoridad, hace prevalecer el Espiritual sobre el Moral, el Moral sobre el Social, el Social sobre el Nacional y el Nacional sobre el Particular. III) - El Integralismo considera la Autoridad como fuerza unificadora que asegura la convergencia y el equilibrio de las ganas individuales y realiza la integración total de las energías de la Nación en razón del bien colectivo. IV) - El Integralismo considera la Sociedad como la unión moral y necesaria de seres humanos, viviendo harmónicamente, según sus superiores destinos. V) - El Integralismo comprende la Nación como una gran sociedad de familias, viviendo en determinado territorio, bajo el mismo Gobierno, bajo la impresión de las mismas tradiciones históricas y con las mismas aspiraciones y finalidades. VI) - El Integralismo comprende el Estado como una institución esencialmente jurídico-política, detentora del principio de soberanía para realizar la unidad integral de la Nación, coordinando y orientando en una directriz única todos los grupos naturales que a constituyen y todas las fuerzas vitales que la dinamizan. VII) - Por lo tanto, en la concepción integralista, el Estado se reviste de la Suprema Autoridad político-administrativa de la Nación, controlando y orientando todo su dinamismo vital, subordinando-si, sin embargo, en todo, a los imperativos de la jerarquía natural de las cosas, de la armonía social y del bien común de la Nación. VIII) - El Integralismo reconoce en el hombre uno ser dotado de personalidad intangible, con derechos naturales en la tríplice esfera de sus legítimas aspiraciones materiales, intelectuales y morales. IX) - Incumbe al Estado la obligación de proveer las condiciones necesarias a la satisfacción integral de esas legítimas aspiraciones de la personalidad humana, respetándolas y favoreciendo su más amplia expansión, norteando-si siempre por los imperativos de la armonía social y de los superiores destinos del hombre. X) - El Integralismo, proclamando, así, los derechos intangibles de la personalidad humana, y por eso aún, insiste en la obligación impreterita que cabe a todo individuo de cumplir a la risca todos los deberes que resultan de su vida en sociedad; declara, por lo tanto, todo individuo subordinado, en la esfera de sus actividades, a los intereses superiores de la colectividad, que, por su parte, condicionan y favorecen la legítima expansión de su personalidad y la satisfacción de sus más nobles aspiraciones. XI) - Para el Integralismo la Familia es la primera y de más importante de las instituciones sociales, pues que, por su naturaleza a la vez biológica y moral, es el hacedor de la vida social y el repositorio de sus más lídimas tradiciones. Cumple, pues, al Estado hacer todo para mantener indisoluble el vínculo que la constituye, proteger y favorecer su integridad, respetar sus derechos intangibles y lastrear su autonomía y su comunión de afectos con bases económicas sólidas, por medio de una legislación familiar justa y esclarecida, en vez de abandonarla, como hasta aquí, a la mengua de toda estabilidad y seguridad y sin ninguna posibilidad de cumplir su alta misión social de educación integral del niño y de su encaminamiento en la vida. XII) - El Integralismo reclama, por lo tanto, para la Familia, debido a su noble y delicadísima función social, los derechos que le confiere la institución del “bien de familia” y del “salario familiar” en la orden económica, y del “voto familiar” en la orden política, como justo reconocimiento de su alta benemerência social y nacional. En la defensa de los derechos de la Familia, el Integralismo no puede olvidar la gran familia indígena, nuestros indios, que, entonces, deberán ser integrados en la civilización por la acción de los misioneros cristianos bajo la protección del Estado. XIII) - El Integralismo considera la educación intensiva e integral del pueblo como un deber fundamental del Estado, en el interés de su propia estabilidad y progreso material y moral. Por eso, el Integralismo defiende un programa ampliamente educativo: enseñanza unificada y gratuito en los grados primarios y secundarios, con obligatoriedad de matrícula y frecuencia; intensificación de la enseñanza técnica; abaratamiento de la enseñanza superior; levantamiento del nivel económico, social y moral del profesorado brasileño; creación de universidades inspiradas en los principios de una filosofía integral; creación de cursos populares y de alta cultura; estímulo a la investigaciones científicas, a la bellos artes y a la literatura en sus diferentes modalidades, respetados siempre los límites impuestos por los imperativos de orden moral, social y nacional; libertad y estímulo a la iniciativa particular en todos los ramos de enseñanza, sujetándola, sin embargo, a la indispensable fiscalización por parte del Estado, en el sentido de ser respetados los mismos imperativos. El Integralismo, manteniendo la justa libertad científica y didáctica, condena formalmente la libertad descontrolada de cátedra. XIV) - En la ejecución de este vasto e intenso programa educativo, el Estado jamás podrá ultrapasar la legítima esfera de sus derechos, aniquilando o aún coartando los derechos primordiales de la familia y de la religión sobre la educación de las nuevas generaciones; al contrario, buscará fijar la participación de esas grandes fuerzas morales de la Nación, en un espíritu del más franco comprensión y de la más amplia cooperación, afín de que de esta acción conjunta resulte una formación realmente integral de las nuevas generaciones, consetanea con las tradiciones y sentimientos del pueblo brasileño. En las demás cuestiones que se relacionan con los intereses vitales y supremos de la Nación, el Integralismo promoverá siempre idéntica actitud del Andar# con respeto a los derechos e intereses fundamentales de la familia y de la religión. XV) - Fiscalización directa del Estado sobre el cine, el teatro, la prensa, lo radio, todos los vehículos del pensamiento que están hoy atentando contra la libertad, forzando el pueblo a someterse a los caprichos de capitalistas internacionales, de burgueses materialistas, de espíritu anárquico y de agentes de Moscú. Amparar los artistas nacionales, de modo que puedan, con independencia, tener la libertad de ser brasileños; auxiliar todos los emprendimientos artísticos; proteger el cine nacional; sanear la prensa, elevándola y liberándola de los intereses particulares que a oprimen - todo eso será una obra grandiosa del Integralismo. XVI) - El Integralismo, visando promover el perfeccionamiento moral y espiritual de la Nación, se declara por el espiritualismo contra todas las corrientes materialistas de pensamiento y de acción, que cubiertas por el liberalismo, vienen ejerciendo su obra nefasta de desintegración de todas las fuerzas vivas de la Patria. XVII) - Dentro de este criterio, el Integralismo se propone respetar íntegramente, la libertad de conciencia y garantizar la libertad de cultos desde que no constituyan amenaza a la paz y a la armonía social. XVIII) - El Integralismo mantendrá todas las reivindicaciones religiosas consubstanciadas en la Constitución Federal de 16 de Julio de 1934 y, posteriormente, hará respetar los sanos principios cristianos de la sociedad en todos los detalles de la legislación nacional. XIX) - El principio del Integralismo en cuestión de cooperación religiosa es lo del régimen de concordata, sin pérdida de autonomía de las partes y visando siempre la grandeza nacional dentro del ideal cristiano de la sociedad. XX) - El Integralismo favorece la pluralidad sindical dentro del régimen liberal vigente, pero, mantiene el principio de rigurosa unidad sindical, en un régimen político integral, por cuanto en este los sindicatos deberán proporcionar íntegramente a la respectivas clases los medios necesarios a la satisfacción de sus legítimos intereses materiales, culturales, morales y espirituales. XXI) - Una vez organizado el Estado Integral, este no podrá permitir que se formen, fuera de su círculo de acción, cualesquier fuerzas de orden político-social o económica que lo puedan amenazar; en estas esferas de la vida nacional, todo debe ser controlado y orientado por el Estado Integral. XXII) - El Integralismo quiere la dirección de la economía nacional por el gobierno, evitando que el agiotarismo depaupere las fuerzas de la producción, que el trabajo sea reducido a una simple mercancía, sujeta a la ley de la oferta y de la busca; que el intermediario asfixie el productor y chafe el consumidor; que el capitalismo internacional los esclavice, cada vez más, a los grupos financieros de Londres y Nueva York, no transfiriendo, como hace el Estado liberal democrático, la soberanía económica de la Nación al capitalismo burgués que permite la orgía de los “trustes”, “carteles”, “monopolios”, expoliaciones de toda la suerte, a través de los intereses onerosos, del juego de la bolsa, de las maniobras con las cuales el capitalismo atenta contra el principio de la propiedad. Esa actitud del Estado Integralista no se debe confundir con el absurdo del comunismo en que el gobierno se hace el único propietario, el único capitalista, el único patrono XXIII) - El Integralismo defiende el derecho de propiedad hasta al límite impuesto por el bien común, estableciendo, al lado del derecho, también el deber del propietario. El Integralismo reconoce en la iniciativa privada el factor más fecundo de la producción económica, pero, para salvaguardar de las ambiciones particularistas, el bien estar y la libertad del pueblo brasileño, hará la nacionalización de los servicios que, por su naturaleza, no pueden ser explorados con fines de logro, y que se destinan al desarrollo de la economía nacional e interés público, tales como: carreteras de hierro, navegación, minas, fuentes de energía y aparejamiento bancario. XXIV) - El Integralismo da plena eficiencia, y restituye la dignidad al voto, transportándolo para las corporaciones, donde el individuo es garantizado moral y materialmente. En el Estado Integral, se hacen desnecesarios los partidos, pues todos los brasileños colaborarán, en el grupo a que pertenezcan, para la formación del Poder Público. El Integralismo no hiere la democracia, extinguiendo los partidos. Por el contrario: la democracia verdadera es a que no se esclaviza a la mentiras del democratismo, que originan las oligarquías prepotentes. Todo partido político trae la levadura de una dictadura disfrazada. El democratismo ilude las turbas, haciendo el voto una cosa despreciable. La verdadera representación nacional es a que se efectúa a través de las profesiones organizadas, de los grupos naturales, de las asociaciones culturales y científicas del país, no más como expresión cuantitativa, pero como índice cualitativo de la Nación. El Integralismo es por la organización corporativa de Brasil. XXV) - El Municipio es una reunión de familias. El origen del municipio en la Familia lo hizo sagrado, intangible, en todo lo que diga respeto a sus intereses peculiares. Esos intereses, sin embargo, como los individuales, no pueden exorbitar, al punto de a sí mismos se hieran. Así, el Integralismo, manteniendo la autonomía del municipio, subordina-lo a los intereses de la región o de la Nación, en todo lo que relacionarse con servicios de carácter general y técnico. XXVI) - El Integralismo quiere la centralización política y la descentralización administrativa, de modo que una pluralidad de medios realice una unidad de fines. Las Provincias deben tener autonomía administrativa, componiéndose todas las fuerzas de las regiones brasileñas en el todo nacional, sin perjuicio para sus valores propios. La fórmula del Integralismo es: “Diferenciación en la Unidad”.