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Solución: La activación de los linfocitos B ocurre cuando sus anticuerpos de membrana
contactan con el antígeno, en este proceso también intervienen los linfocitos T
colaboradores. Al activarse los linfocitos B se dividen sucesivamente y dan lugar a dos
grupos de células: las células plasmáticas y los linfocitos B con memoria. Las células
plasmáticas son células grandes en las que se ha desarrollado mucho el retículo
endoplasmático rugoso, ya que se han especializado en sintetizar y liberar al exterior una
enorme cantidad de anticuerpos (inmunoglobulinas) específicos contra el antígeno que se
unió al linfocito B. Estas células tienen una vida corta de tan solo unos pocos días. Las
células con memoria constituyen el segundo grupo de células que se forman cuando se
activan los linfocitos B. También producen anticuerpos. Estas células son muy longevas,
continúan en circulación durante mucho tiempo, a veces durante toda la vida. Lo más
característico de estas células es que guardan un recuerdo molecular del antígeno, y si se
produce un segundo contacto con dicho antígeno responden inmediatamente.
Solución: La activación de los linfocitos B no solo depende de su exposición a los antígenos
complementarios a los anticuerpos que llevan en su superficie, sino también de su
interacción con los linfocitos T auxiliares. Los linfocitos B, al igual que los macrófagos,
pueden procesar los antígenos y presentarlos en su superficie. Una vez que los anticuerpos
que hay en la membrana de un linfocito B inactivo se han unido con el antígeno, algunos de
estos antígenos son transferidos a las moléculas CMH de Clase II que hay en la superficie
de dichas células B y los exponen. Cuando un linfocito T auxiliar activo se encuentra con
una célula B que lleva expuesta en su superficie este antígeno, se une a él mediante
receptores específicos. Esta unión provoca que los linfocitos T auxiliares liberen unas
proteínas llamadas interleucinas. Estas proteínas actúan estimulando la activación,
proliferación y diferenciación de las linfocitos B y también de las células T citotóxicas. Al
activarse los linfocitos B se dividen sucesivamente y dan lugar a dos grupos de células: las
células plasmáticas y los linfocitos B con memoria. Las células plasmáticas son células de
vida corta que sintetizan y liberan al exterior gran cantidad de anticuerpos, para lo que han
desarrollado mucho el retículo endoplasmático rugoso. Las células con memoria son células
que viven mucho tiempo, a veces toda la vida del organismo al que pertenecen, y guardan
un recuerdo molecular del antígeno. a) La lactancia materna es aconsejable durante los
primeros meses de vida porque, mediante ella, la madre proporciona inmunidad al bebé
hasta que se ponga en funcionamiento su sistema inmunológico. La inmunidad que
presentará el bebé será inmunidad natural adquirida de forma pasiva. Esta inmunidad es
natural porque se adquiere sin ser provocada, el lactante recibe a través de la leche
materna los anticuerpos, y es pasiva porque los anticuerpos son producidos por otro
organismo diferente a aquel al que proporcionan inmunidad, su acción es poco duradera
porque el individuo inmunizado (bebé) no genera nuevos anticuerpos b ) Otro ejemplo de
inmunidad natural adquirida de forma pasiva es el que se puede producir por el paso de
anticuerpos de la madre al hijo a través de la placenta. Existen varios ejemplos de este tipo
de inmunidad; podemos citar el caso de la varicela, que no es padecida por los niños hasta
los tres o cuatro años de edad, debido a que nacen con una resistencia natural a la
infección que les transmite la madre por vía placentaria.
18.- ¿Cuáles son los principales órganos en los que se concentra el sistema inmune?
Solución: Los órganos en los que se localiza el sistema inmune son aquellos en los que se
producen maduran y diferencian los linfocitos, puesto que estas células constituyen el
principal componente del sistema inmune. A estos órganos se les denomina órganos
linfáticos y pueden ser de dos tipos: primarios y secundarios. Órganos linfáticos primarios.
Son aquellos en los que maduran los linfocitos. En los mamíferos son la médula ósea y el
timo. En las aves aparece también la bolsa de Fabricio. La médula ósea se localiza en el
interior del tejido óseo esponjoso, ocupando las cavidades que deja la sustancia ósea
intercelular. Este tejido óseo, y por lo tanto la médula ósea, se encuentra en el interior de
huesos planos, en los huesos cortos y en las epífisis de los huesos largos. En la médula
ósea es donde maduran los linfocitos B. El timo es una glándula situada detrás del esternón,
que en el adulto está algo atrofiada. En ella maduran los linfocitos T, por eso se denomina
así. Bolsa de Fabricio es una estructura exclusiva de las aves, está relacionada con la
cloaca. En ella maduran los linfocitos B. Órganos linfáticos secundarios. Son aquellos en los
que los linfocitos interaccionan con los antígenos produciéndose la respuesta inmune. Estos
órganos son: los ganglios linfáticos, el bazo, el apéndice, las placas de Peyer, las
amígdalas, etc. De todos ellos los más importantes son los dos primeros. Los ganglios
linfáticos son órganos que se localizan en el trayecto de los vasos linfáticos, y en ellos
confluyen varios vasos linfáticos. Abunda especialmente en axilas, ingles, cuello, etc. Filtran
la linfa gracias a la acción de los macrófagos que hay en su interior, y en ellos los linfocitos
B y T procedentes de los órganos linfáticos primarios se ponen en contacto con el antígeno,
produciéndose la respuesta inmunitaria. El bazo se localiza en la parte superior izquierda
del abdomen; en él se filtra la sangre eliminándose células sanguíneas y otras sustancias, e
igualmente se ponen en contacto los linfocitos B y T con los antígenos.
20.- ¿Qué son los macrófagos? ¿Qué papel desempeñan en la respuesta inmune?
Solución: Los macrófagos son células grandes que tienen una gran capacidad fagocítica
inespecífica. Están presentes en todos los tejidos en los que reciben distintos nombres:
histiocitos (tejido conjuntivo), células de Kupffer (hígado), células de microglía (tejido
nervioso), células de Langerhans (piel), etc. El conjunto de todos los macrófagos constituye
lo que se denomina sistema retículo endotelial. Son monocitos, es decir, un tipo de
leucocitos que emigran del torrente sanguíneo, atraviesan las paredes de los capilares y
pasan a los diferentes tejidos y órganos; allí aumentan su tamaño y la capacidad fagocítica
y se convierten en macrófagos. Los macrófagos intervienen en distintas fases de la
respuesta inmune: Intervienen en el reconocimiento del antígeno, ya que poseen receptores
en la membrana que les permite unirse a ellos e ingerirlos por fagocitosis. En su interior los
fragmentan en péptidos antígenicos (procesado del antígeno), y posteriormente los sitúan
en su membrana (presentación del antígeno). Activación de los linfocitos T. Los macrófagos,
además de presentar el antígeno en su superficie, segregan una sustancia, la interleuquina
1. Estos dos estímulos provocan la activación de los linfocitos T auxiliares, iniciándose la
respuesta inmune. Eliminación del antígeno. Los macrófagos, además, fagocitan células
muertas, material intercelular y partículas inertes
22.- ¿Qué se entiende por inmunidad? ¿De cuántos tipos puede ser?
Solución: Se entiende por inmunidad el estado de resistencia que presentan un organismos
frente a la infección causada por la invasión de macromoléculas extrañas y gérmenes
patógenos. En términos más actuales se dice que un organismo es inmune ante un
determinado antígeno cuando es capaz de anularlo o desactivarlo sin presentar reacción
patológica. La inmunidad puede ser de dos tipos: 1) Innata: Es la resistencia que poseen
algunos organismos a padecer ciertas enfermedades, debido a su propia naturaleza. Esta
inmunidad es congénita y, por consiguiente, se nace con ella. Esta inmunidad no es
específica. La inmunidad innata puede ser de varios tipos: De especie: Cuando la presentan
todos los individuos de una especie. De raza: Cuando la presentan solo determinados
grupos de una especie. De individuo: Si la presenta solamente un individuo. 2) Adquirida:
Cuando la resistencia no nace con el individuo sino que se adquiere en algún momento de
la vida del individuo, como consecuencia de la formación de anticuerpos. Esta inmunidad es
específica para el antígeno causante de ella. Su duración es variable: puede ser muy
prolongada como en la rubéola, o muy corta como en la gripe. Esta inmunidad puede ser de
dos tipos: natural, cuando la inmunidad se adquiere sin ser provocada de forma natural, y
artificial, cuando se adquiere provocándola mediante técnicas artificiales.
23.- Principales diferencias entre las respuesta inmune primaria y la secundaria.
Solución: 1) La respuesta inmune primaria es la que se produce en el organismo después
del primer contacto con el antígeno. La respuesta secundaria, por el contrario, es la que se
desencadena después de que el organismo entra de nuevo en contacto con un antígeno
que ya desencadenó en él una respuesta primaria. 2) En la respuesta primaria, tras un
período de latencia de 1 ó 2 semanas se empiezan a formar anticuerpos que aparecen en la
sangre y cuya concentración aumenta de forma exponencial hasta alcanzar un máximo a
partir del cual comienza a decrecer hasta su desaparición del plasma. En la respuesta
secundaria el período de latencia es mucho más corto, es decir, la respuesta es más rápida
y por lo tanto el tiempo que el organismo tarda en comenzar a producir los anticuerpos es
mucho menor. Además, en la respuesta secundaria la cantidad de anticuerpos que se
producen es mucho mayor que en la respuesta primaria y su duración en el plasma
sanguíneo también es bastante mayor, pudiendo persistir durante varios años. Por lo tanto
podemos decir que la respuesta inmune secundaria es más rápida, más intensa y más
duradera que la respuesta primaria. La respuesta inmune secundaria, se produce gracias a
la existencia de células con memoria, estas células son estirpes de linfocitos B y T que,
después de la activación debida al primer contacto con el antígeno, se transforman en
células de larga duración que guardan el recuerdo molecular del antígeno. Esto permite una
rápida e intensa respuesta en el caso de que se produzca un nuevo contacto con dicho
antígeno. 3) En la respuesta inmune primaria los anticuerpos que se producen son las
inmunoglobulinas M (IgM), mientras que en la respuesta secundaria los anticuerpos que se
sintetizan son las inmunoglobulinas G (IgG) y A (IgA).
25.- Principales células que intervienen en la respuesta inmune y papel que
desempeñan.
Solución: Las principales células que intervienen en la respuesta inmune son: los
macrófagos, los linfocitos T y los linfocitos B. Los macrófagos son células grandes que
tienen una gran capacidad fagocitaria, son monocitos que han emigrado del torrente
sanguíneo a los tejidos. Una de las funciones es la de actuar como células presentadoras
del antígeno. Reconocen el antígeno, ya que poseen receptores en la membrana que les
permite unirse a ellos e ingerirlos por fagocitosis, en su interior los fragmentan (procesado
del antígeno) y posteriormente los sitúan en su membrana (presentación del antígeno). Los
macrófagos además segregan una sustancia, la interleuquina 1, que contribuye a la
activación de los linfocitos T auxiliares. Los linfocitos T no producen anticuerpos; son los
responsables de la inmunidad celular específica, destruyen parásitos, agentes patógenos
intracelulares, células extrañas, células infectadas, etc., y colaboran en la respuesta
humoral. Se diferencian tres tipos de linfocitos T: Linfocitos T colaboradores o auxiliares.
Reconocen los antígenos que presentan los macrófagos y otras células presentadoras del
antígeno. Esto hace que produzcan y liberen una gran cantidad de linfocinas que producen
tres efectos: * Activan la proliferación y diferenciación de los linfocitos T citotóxicos. *
Activan a los macrófagos aumentando su poder fagocítico. * Activan a los linfocitos B para
que liberen anticuerpos. Linfocitos T citotóxico. Atacan y destruyen a las células extrañas y
a las células propias que hayan sido infectadas por virus u otros microorganismos; también
se fijan a células cancerosas y las destruyen, etc. Linfocitos T supresores. Detienen la
acción de los linfocitos T colaboradores cuando el antígeno ha sido destruido. Los linfocitos
B son los responsables de la inmunidad humoral, puesto que ante la presencia de un
antígeno producen anticuerpos.