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COD: 1.053.809.132
En el presente texto, nos propondremos analizar la siguiente cuestión, trabajada desde la visión
puede ayudar a superar las limitaciones del entendimiento humano para acceder a la verdad?
Para esto analizaremos tres preguntas fundamentales que son: ¿qué es para Aristóteles la verdad?
¿cuál es la limitación humana para su consecución? y ¿cómo el estudio de lo dicho por filósofos
En primera medida será necesario acercarnos a la concepción de verdad; este término es de gran
importancia no solo para Aristóteles sino para casi toda la historia de la filosofía, pues como este
autor nos lo dice en el libro I, es el conocimiento de la verdad el fin de la ciencia teórica, así
conoceremos lo verdadero sin conocer la causa” (Metafísica, págs. 993b 20-25) , se quiere decir
que la verdad es el conocimiento de las causas primeras (especialmente las causas primeras de
los seres eternos), y solo de esta manera accederemos a la verdad en su grado superior, y
El camino natural es el que va de lo que es más claro y más fácilmente cognoscible para nosotros
(la experiencia cotidiana) a lo que es más cognoscible y más claro en su propia naturaleza (los
principios y las ideas básicas), porque los dos no son los mismos. Este es, por consiguiente, el
procedimiento que debemos adoptar, avanzando de lo que es menos claro por su naturaleza pero
más claro para nosotros, a lo que es por naturaleza más claro y más cognoscible. Las cosas claras
y evidentes a nosotros, con las que se ha de empezar, son las cosas compuestas y complejas; es
sólo después, y como resultado de su análisis, como llegamos a conocer sus elementos y sus
Vemos acá que Aristóteles no aborda este tema de manera aislada o casual, sino que existen en
su obra un punto focal en el asunto del conocimiento, cosa que no es de extrañar y menos en el
estudio de la filosofía, porque debe existir una claridad respecto a la posibilidad de acceder a
Ahora bien el acceso a la verdad tiene limitaciones tanto externas (limitaciones propias de la
cosa misma que se desea conocer), como internas al ser humano (se refiere principalmente a
limitaciones de los filósofos, pero por su naturaleza son aplicables a las personas en general),
pero son según el autor estas últimas las que determinan realmente la posibilidad o no de acceder
a esa verdad. Para ejemplificar la anterior cuestión utiliza la metáfora de los murciélagos según
la cual “el estado de los ojos de los murciélagos ante la luz del día es también el del
entendimiento de nuestra alma frente a las cosas más claras por naturaleza”, (es acá apenas
necesario referir que lo que ocurre a los ojos de los murciélagos al ver la luz del día es que
quedan ofuscados y por eso la visión se ciega.). Por lo tanto es nuestra incapacidad de percibir
En este punto será necesario recordar lo traído anteriormente de la Física, esas cosas claras y
cognoscibles por naturaleza son las que son menos claras para nosotros, ya que nos es más fácil
conocer las percepciones que los principios, porque como es fácil conocer las cosas es también
que Platón en la alegoría de la caverna que expone en el Libro VII de La Republica había se
-y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empina da cuesta, sin soltarlo antes de llegar
hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría
los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que
Por lo tanto Aristóteles lo que hace es tomar la concepción platónica, sin embargo, acá es más
precisa porque en la filosofía aristotélica la percepción que logramos por los sentidos si tendrá un
En ese aspecto, la relación entre la teoría del conocimiento aristotélica y platónica muestran una
reveladores sin mediar proceso alguno, así lo denuncia Pierre Aubenque en su libro El Problema
Si bien la luz del sol es la que hace posible toda visión, produce en principio el efecto inverso,
Según este comentarista no solo hay una relación entre ambas teorías, sino que de ellas se puede
desprender que esa ceguera causada por la luz es temporal y con el tiempo y cuidados
suficientes, podrá después verse de forma más clara eso que antes parecía un resplandor sin
forma.
Sin embargo al igual que Platón, Aristóteles considera que a través de ciertos ejercicios y
practicas podemos acceder de manera más completa a la verdad, aunque en este punto también la
técnica aristotélica va a ser algo diferente y acá va a tener relevancia especial la experiencia, y
más aún la experiencia relacionada con lo que los filósofos anteriores dijeron acerca de las
preguntas que ocupan la ciencia de los primeros principios. Por esto el primer libro de la
metafísica (al igual que buena parte de la obra de Aristóteles) va a dedicarse a retomar, valorar o
Esto ya lo evidencia (Reale, 2007, pág. 31) en su guía de lectura de la Metafísica de Aristóteles
así: “Aristóteles da luego a entender que la búsqueda de la verdad se beneficia de los hallazgos
de todos los pensadores, aun los más superficiales, ya que todos ellos, directa o indirectamente,
ayudan a descubrir lo verdadero”. Es entonces necesario para acostumbrar nuestra alma al acceso
a las verdades cada vez más completas, el mirar hacia atrás y ver las construcciones de otros
acerca de esas verdades, ya que poder conocer las causas primeras seria tarea inabarcable si la
tomamos desde cero, y la experiencia de otros nos permite tener ciertas doctrinas útiles para la
lo que nos referiremos cuando se habla de tradición, ya que una acepción más amplia de la
palabra daría una cantidad de ideas a abordar excesiva y porque la mayoría de estas no tienen
carácter filosófico y aún más, no son transmitidas como algún tipo de conocimiento.
Como conclusión podemos ver que Aristóteles reconoce una limitación interna (ya plateada
anteriormente) en nuestra capacidad de acceder a las verdades principales, sin embargo a través
de la revisión de la tradición es posible construir cimientos que nos permitan poco a poco
Bibliografía