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Los primeros filósofos de la filosofía occidental

Podría afirmarse que Sócrates implanta en la filosofía occidental la pregunta por la cuestión
humana, indagando si es posible conocer al ser humano del mismo
modo como se conocen los objetos y demás seres que habitan el
mundo. Para ello, de acuerdo con Sócrates, es preciso un método
adecuado, a saber: la mayéutica. La mayéutica es una forma de
diálogo que permite indagar en lo profundo del ser humano,
acercándonos al conocimiento de su esencia.
Sócrates: “Conócete a ti mismo”
De ahí que a Sócrates le interese el hombre concreto y su
conducta, mas no el mundo de las cosas. Piensa que la vida sin ser
examinada no vale la pena ser vivida, principio que dirigió su
propio actuar. Además, preguntaba acerca de cuestiones éticas,
es decir, se preguntaba cosas como ¿en qué consistía el bien?
¿qué es ser justo? Estas cuestiones estaban dirigidas a reflexionar sobre la felicidad que, según
él, consistía en hacer el bien. Así pues, el mal era un obstáculo para alcanzar la felicidad y era
concebido como ignorancia.
Por esto, la tarea socrática de hacer mejores a los demás se basa en un conocimiento
profundo de sí mismo; intenta persuadir especialmente a los jóvenes para que busquen la
verdad, la virtud y la sabiduría.
Su trabajo filosófico se ocupa también de cuestionar la
incompetencia, la falta de honradez política, la ambición y la
rapacidad del hombre, que lleva a la deshumanización y la
violencia.
Sócrates se ocupa fundamentalmente del fin mismo de la vida
humana.
“Conócete a ti mismo” era una de sus más célebres expresiones y
esto era una invitación explícita a la búsqueda interior del bien y la
vida virtuosa y coherente en el anhelo de alcanzar la felicidad, que
consiste en la sabiduría o conocimiento del bien, pues quien
conoce el bien y lo practica es feliz. La ignorancia en este sentido
es la causa del mal.
Platón: ¿Y qué es el hombre?
Para Platón el hombre es alma y cuerpo, de ahí que distinga claramente un cuerpo y un alma con
la primacía del alma sobre el cuerpo, ya que esta es el principio que anima y da vida al cuerpo.
Por su parte, el cuerpo es una sustancia material (cosa sensible) que puede cambiar o acabarse,
en consecuencia, es mortal; mientras el alma racional es una realidad espiritual que existe antes
del cuerpo y es de carácter divino.
Para comprender su visión de hombre, Platón acude a varios mitos; aquí presentaremos uno de
ellos: el mito del carro alado: Platón representa al hombre como un conjunto formado por un carro,
un par de caballos alados y un cochero. El conductor del carruaje representa el alma racional de
la acción. El afecto está representado en este mito por el caballo hermoso, noble y bueno,
mientras que los instintos están simbolizados por un caballo rebelde e indomable. En el famoso
diálogo platónico Timeo, este indica que el alma racional habita en la cabeza y tiene la prioridad
de gobernar el cuerpo y el alma afectiva y apetitiva. Finalmente, le asigna al alma racional la
contemplación de lo que es en verdad, y para alcanzarla debe renunciar totalmente a los sentidos
y contemplar intuitivamente la idea del bien.
Aristóteles: “El hombre es un animal racional”
Aristóteles nos ofrece una mirada muy enriquecedora para la realidad del hombre de hoy. El
estagirita (se le denomina así pues nació en la ciudad griega de Estagira) considera al ser del
hombre en tres dimensiones:
• Ontológica (constitutivo): el hombre es un ser viviente racional.
• Social: el hombre es un ser cívico.
• Ética: el hombre es praxis (acción)

El hombre es un ser viviente racional


Aristóteles se pregunta por la naturaleza esencial del hombre y, de acuerdo con su reflexión, lo
lleva a la categoría de animal racional, es decir, un ser viviente dotado de razón. A través de su
razón regula su actuar y vivir con otros, pues así puede regular el tejido social en cuanto permite
poner en común las cualidades morales. El ser humano siempre tendrá que enfrentar sus pasiones
e instintos, pero posee una razón que debe orientar su acción.

El hombre es un ser cívico


Aristóteles observa al ser humano como un ser cívico y naturalmente hecho para vivir en
comunidad; es social por naturaleza y está hecho para vivir con otros. Es pues un animal que habita
en la ciudad; un ser comunitario que necesita realizar su actividad vital y satisfacer sus necesidades
en esta forma concreta de asociación natural que es la sociedad.

El hombre es praxis (acción)


La existencia humana no se entiende sin el obrar, sin la acción concreta que transforma la realidad.
Es en la acción en donde el hombre adquiere su verdadero sentido y desde allí puede dar cuenta
de su ser. Es decir, si queremos comprender al hombre es necesario ver la conexión entre su
capacidad racional, su convivencia con otros y su acción transformadora y constructora de virtud.
San Agustín y Santo Tomás
Estos dos filósofos representan el pensamiento filosófico en
la edad medieval, en ella la sociedad se caracteriza por
la concepción de un dios todopoderoso, creador de todo
lo que existe (de todo lo visible o invisible). Bajo este poder
absoluto de Dios está sometida la voluntad humana, de
modo que todo lo que es posible o permitido se establece
de acuerdo por Dios.
El hombre en este momento histórico es visto o entendido
por su referencia a Dios, de modo que el camino del
hombre en la vida estará orientado a buscar y hacer lo
que Dios espera de él. En síntesis, de acuerdo al
pensamiento de San Agustín y Santo Tomás dentro del
contexto histórico medieval, el hombre es concebido bajo
la imagen de Cristo, quien lo libera de sus ataduras
materiales y mundanas.
De acuerdo a San Agustín: “El hombre está hecho por Dios y para Dios”. Agustín, al igual que
Platón, distingue entre alma y cuerpo. El alma sería la parte divina del ser humano, en tanto ella se
comunica con Dios. Sin embargo, esta comunicación no consiste en palabras pues Dios, siendo
eterno y omnipotente, no exterioriza su palabra. De manera que la comunicación que Agustín
plantea entre el hombre y Dios se da a mediante lo que él llama el maestro interior, ese maestro
nos permite recordar que somos divinidad y alejarnos de la superficialidad en la que vivimos como
seres humanos. Por ende, el hombre se encamina a contemplar la divinidad, a ser feliz.
Preguntas del ejercicio de lectura:
1. ¿Qué es lo propiamente humano según Sócrates, Platón y Aristóteles? Escriba mínimo 2 párrafos.
2. ¿Qué es lo propiamente humano para San Agustín y Santo Tomás? Escriba mínimo 2 párrafos.
3. ¿Qué es la mayéutica?

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