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En Italia, el pop art no representaba tanto una respuesta a las demandas de un nuevo
mercado de consumidores como una reacción contra el preeminente movimiento
neomode.rno italiano. Después de 1966, surgió una nueva generación de arquitectos y
diseñadores capaces de estrechar los lazos con la industria y de utilizar el diseño como
un arma política. Se formaron grupos como Superstudío (fundado en Florencia en 1966
por Adolfo Natalini, Cristiano Toraldo di Francia, Gian Pietro Frassinelli, Alessandro
Magris, Roberto Magris y Alessandro Poli), Archizoom (fundado en Florencia en 1966 y
formado por Andrea Branzi, Gilberto Corretti, Paolo Deganello, Massimo Morozzi, Darlo
Bartolini y Lucia Bartolini), el Gruppo Strum (Tunín, 1966) y el Gruppo 9999 (Florencia,
1968), que preferían trabajar como colectivos creando diseños radicales y entornos
innovadores.
Todos estos grupos se inspiraban en la obra de Ettore Sottsass. Las exposiciones de sus
muebles y objetos de cerámica, inspirados en la cultura pop y el misticismo indio,
resultaban motivadores para una nueva generación de creadores que rechazaban los
valores del vanguardismo anterior. El nuevo movimiento se llamó "antidiseño" porque
utilizaba todos los valores que el movimiento moderno despreciaba: lo efímero, la ironía o
el kitsch,
Muchos fabricantes se sumaron a la revuelta y fabricaron muebles "antidiseño" como por
ejemplo, la silla inflable Blow, de Zanotta, diseñada por De Pas, D'Urbino y Lomazzi en
1967, o el asiento Sacco, un saco de piel o de vinilo relleno de bolitas de poliestireno que
se ajustaba al cuerpo de la persona que se sentaba, diseñado por Fiero Gatti y otros en
1968.
A finales de los años sesenta, la "antimodernidad" se había extendido internacionalmente.
En Alemania, por ejemplo, a mediados de los años sesenta, el diseñador gráfico Ingo
Maurer creó una serie de lámparas de estilo "antidiseño". Y en 1980, diseñó el modelo
Bulb Bulb, una lámpara gigante inspirada en la obra del escultor pop estadounidense
Claes Oldenburg. En Finlandia, Eero Aarnio diseñó la silla Ball, de color amarillo, en 1985,
fabricada por Asko. En Estados Unidos, el arquitecto Robert Venturi criticó el rígido
formalismo del movimiento moderno en su libro Complejidades y contradicciones de la
arquitectura (1966), que se convirtió en una especie de manifiésto del "antidiseño"."(1)
INTRODUCCIÓN
Los años setenta supusieron el fin del dominio de un único movimiento de diseño a nivel
internacional. Por un lado, el movimiento moderno seguía siendo criticado y
desacreditado, y, por otro, los últimos creadores de esta tendencia trataban de probar su
validez y convencer al público de que, a pesar de los cambios económicos, sociales y
culturales, la tecnología conduciría a la sociedad hacia un mundo mejor.
Al igual que ocurrió en la época de los primeros diseñadores modernos el debate más
intenso se dio primero en el ámbito de la arquitectura, para pasar más tarde al del diseño.
La obra de arquitectos como Robert Venturi y Michael Graves, que recibían influencias tan
variadas como el Pop Art, o la revitalización de los motivos clásicos y de diseños Art
Decó, abrió el debate sobre el movimiento posmoderno. Lo que quedaba claro de las
discusiones que generaban las críticas de sus obras era que, al menos desde el punto de
vista estilístico, había muchas alternativas al movimiento moderno y que en las últimas
tres décadas de siglo iba a imperar el pluralismo o, dicho de otro modo, que ninguna
teoría arquitectónica o de diseño iba a volver a primar sobre las otras. Ese final abierto
resultaba un reflejo del proceso de fragmentación que había iniciado la sociedad
occidental.
Mientras los arquitectos discutían la validez de un estilo, en la línea de sus predecesores
del siglo XIX, los diseñadores pensaban en otras cosas, como la crisis del petróleo, el
coste de los plásticos y el creciente interés de la sociedad por los problemas
medioambientales y el reciclaje. Esos temas restaron protagonismo al debate sobre el
estilo y otorgaron más importancia a nuevas definiciones del diseñador y a su relación con
la industria. La sensación de desencanto con respecto a la tecnología se fue
generalizando, con lo que se pusieron en peligro los valores y principios en los que se
había asentado el diseño moderno.
De todos modos, esos miedos y ansiedades se hicieron a un lado a principios de los años
ochenta, cuando el diseño demostró que, al igual que la arquitectura, podía
independizarse y aumentar su importancia en el ámbito de la cultura. El catalizador de esa
nueva conciencia popular del diseño fue, como era de esperar, Italia. La exposición de
Memphis, órganizada en Milán en 1981, coincidiendo con la exposición de muebles anual
de la ciudad, marcó un cambio importante. Ettore Sottsass, ayudado por jóvenes
diseñadores italianos y extranjeros, revolucionó el mundo del diseño exponiendo una serie
de objetos que trastocaron los valores tradicionales. (1)
INTRODUCCIÓN
Los años ochenta se conocen como la década del diseño, en parte gracias al boom
consumista que se produjo durante esos años, y en parte por el nuevo giro que el
concepto democrático del diseño tomó en ese momento. La palabra diseño se intercaló en
el lenguaje común alemán. El término "diseñador" se aplicó a todos los ámbitos que
pretendían mejorar su posición de mercado, y fue difundido a través de los medios
publicitarios. Este término era radicalmente distinto al que predominaba desde los años
cincuenta en Alemania, con su origen en (Hochschule für Gestaltung) y basado en su
premisa central de "la buena forma", y su culminación en la euforia del hi-tech. Esta nueva
concepción del diseño como ya se ha dicho comenzó en Italia con Alchimia y Memphis,
pero rápidamente se expandió hacia Alemania Occidental, donde sufrió modificaciones
convirtiéndose en un independiente y joven movimiento de diseño.
Exhibiciones como "Móbel Perdu" (Hamburgo 1982) o "Wohnen von Sinnen" (Düsseldorf
1986), y la presentación de esta distinta clase de diseño en el "Documenta 8 (1987)", que
constituye la más grande y famosa exhibición artística del mundo, causó sensación y
dividió a la nación entre seguidores entusiastas y opositores a ultranza. Grupos del
"Nuevo Diseño" emergieron (Bellefast, Pentagon, Ginbande, Stilettto, Mobel Perdu,
Berliner Design-Werkstatt, Berliner Zimmer, etc). Los modelos italianos no eran
simplemente imitados: después de un breve período en el que predominó lo provocativo y
lo espectacular, las "virtudes" del diseño alemán volvieron a aparecer.
De manera distinta a lo acontecido en Italia, en Alemania el énfasis estaba puesto en lo
individual y en la estilización de componentes " artísticos", tratando de que estos términos
se transformen en términos normales.
Los diseñadores experimentaron nuevos conceptos, nuevas formas de mirar las cosas,
redefinieron a los objetos y a las tradicionales ideas sobre la función, se presentaron bajo
un movimiento antagónico con pretensiones
enérgicas contra el exceso y el diseño excesivo, este movimiento quería derrumbar la
noble comodidad en que se asentaba el diseño neofuncionalista (Dieter Rams, Braun,
etc). Muebles de materiales no aceptados: cantoneras de hierro, plástico, cajas de
madera, ready- mades, constituyeron una sombría sencillez, estos objetos parecían
sencillos, ecológicos y accesibles pero no lo eran. Lo cierto es que el pensamiento propio
de "la buena forma" ha sido retado por una generación de jóvenes diseñadores.
Ellos'exageraban, sus creaciones no solo se veían distintas con respecto a lo que se
estaba acostumbrado a ver y esperar del tradicional diseño alemán. Se propusieron
funcionalidades basadas en principios totalmente nuevos, sus concepciones del diseño
rondaron a través de su naturalidad, es decir que se comprendieron por sí mismo siendo
ante todo elementos lógicos. Este último punto fue la clave del "Nuevo Diseño", la
presentación de elementos familiares bajo la luz de lo no familiar, lo cual produjo irritación,
y permitió a los diseñadores ganar experiencia en el campo de la objetística.
INTRODUCCIÓN
Tendencias contemporáneas
El neovanguardismo
En 1939, cuando estalló la segunda guerra mundial, el diseño vanguardista ya estaba
totalmente consolidado y su influencia se sentía a nivel internacional tanto en la práctica
como en sus formulaciones teóricas. Los diseñadores y estudiosos del movimiento habían
obtenido el reconocimiento que merecían, de modo que los artistas jóvenes que iniciaron
su carrera a partir de 1945 tenían la posibilidad de aceptar o rechazar los modelos
existentes y el estilo de los diseñadores de la generación anterior aún en activo. El diseño
de posguerra evolucionó a partir de las distintas identidades nacionales.
Muchos de los países que emprendieron su reconstrucción después de la guerra
deseaban proyectar una imagen positiva de sí mismos ante la comunidad internacional, y
el diseño constituía una de las armas para lograrlo.
Las naciones europeas en las que más se dio este fenómeno fueron los países
escandinavos, Italia, Alemania y Gran Bretaña. Fuera de Europa, Estados Unidos y Japón
también utilizaron el diseño vanguardista como escaparate de su economía progresista y
de su cultura. Estados Unidos aplicaba el estilo aerodinámico a los diseños que exportaba
a todo el mundo.
En esa época todos los países mencionados trataron de mejorar su imagen recurriendo al
diseño y empleando distintas estrategias. Algunos grupos de diseñadores pretendían
cambiar el gusto de los fabricantes y del público. Fue el caso del Council of Industrial
Design británico (1944) o del Rat für Formgebung alemán (1951).
Los diseñadores de la posguerra tomaron partido por las distintas tendencias
democráticas que se instauraron con la paz. Los artistas anteriores habían abierto el
camino, y los más jóvenes siguieron apostando por diseños que estuviesen al alcance de
todos. No obstante cada país reaccionó de manera distinta ante su pasado. Por ejemplo
en Italia se rechazaron algunos estilos previos a la guerra por su relación con el fascismo,
mientras que en Alemania se retomó el diseño moderno en el punto en que lo había
dejado la Bauhaus, puesto que se consideraba que, al cerrarla el Partido Nacional
Socialista en 1933, su obra había quedado incompleta. El movimiento italiano de
posguerra optó por formas orgánicas para oponerse a la estética de preguerra, y
desarrolló un estilo vanguardista propio que dejó su huella en muebles y objetos de
cerámica y vidrio. Las lámparas de los diseñadores italianos aparecían en revistas
internacionales y se convirtieron en baluarte de un nuevo estilo en el que primaba la
sofisticación.
Por el contrario en la Alemania de 1945, los diseñadores se esforzaron por recuperar el
estilo previo a la guerra. La estandarización del estilo maquinista fue apoyada por los
avances tecnológicos de la época.
Diseñadores e industriales trabajaron unidos, el país pronto volvió a ser asociado al
neofuncionalismo, un movimiento de diseño asociado a tecnología avanzada y a unos
electrodomésticos visualmente minimalistas.
Al igual que ocurrió en los años previos a la guerra, la posguerra presenció el surgimiento
de varios diseñadores de fama internacional. En esa época convivieron dos importantes
tendencias estilísticas: el diseño orgánico, formulado por Charles Eames en Estados
Unidos, Ame Jacobsen en Dinamarca, Robín Day en Gran Bretaña y Marcello Nizzoli en
Italia y el sobrio neoracionalismo de Dieter Rams en Alemania y Kenneth Grange en Gran
Bretaña. (1)
GINBANDE Design
GINBANDE Design
1985 - 1995
Uwe Fischer, nació en 1958, estudió diseño industrial en el Hochschule für Gestaltung
Offenbach, es profesor en la Akademie der Bildenden Künste Nürnberg.
Diseñaron para:
Anthoiogie Quartett, Gebr.
Rasch Tapetenfabrik, Messe Frankfurt, Rat für Formgebung, Sawaya & Moroni, serien
Raumleuchten, y para Vitra Internacional.
De esta manera estos objetos presentan una especie de espectro que parte de una base
de utilización con uso específico pero intrínsicamente contiene una configuración espacial
abierta y posible de modificarse. Así se sobrepasan las convenciones prefijadas que
establecen la relación objeto-sujeto, en especial si hablamos del más estático de todos los
muebles: la mesa.
Tradicionalmente, la mesa, independientemente de su forma constituye un objeto en cuyo
alrededor toman asiento de cuatro a seis personas, GINBANDE precisamente trata de
disolver este código prefijado.
"El lugar del hombre en la mesa" fue el título de la exposición que tuvo lugar en Milán en
el marco del cual GINBANDE presentó su Tabula rasa. Fueron los únicos que
implementaron el tema tanto en su relación con su validez universal como también el
significado que estuvo reflejado en el título. Primero se trata de tomar asiento en la mesa,
con esto no se quiere formular consideraciones formales o ergonómicas, sino simbólicas
por la cual el objeto induce a sentarse en sus alrededores. Para GINBANDE en la mesa
se realizarán actos que independientemente de una persona individual pueden ser
ejecutados como ser comer, beber, escribir, etcétera, además en la mesa se pueden
realizar tareas comunes colectivas de manera casi ilimitada. El mueble se adapta en su
tamaño de acuerdo al número de personas que se sientan en su alrededor, sin abandonar
sus cualidades significativas arcaicas.
El tradicional pensamiento "la forma sigue a la función" no se implementa aquí de manera
unilateral, sino que de manera muy conciente se amplía con un componente social, a
saber que una mesa no presenta simplemente un constructo sobre el cual se apoyan
elementos a una determinada altura para que uno desde una posición de sentado los
pueda alcanzar, sino que aquí la mesa se comprende como centro de la reunión. Esta
utilización abierta del término se va a garantizar a través de la relativa neutralidad de la
construcción.
Se clasifica por lo general el trabajo de GINBANDE bajo la etiqueta de "nueva modestia".
Esta etiqueta se relaciona con las motivaciones estéticas del grupo. La estética escogida
se relaciona con la objetividad que persigue GINBANDE, así Tabula rasa se compone de
una combinación de mecanismos plegables y los correspondientes segmentos de
madera. Cuando el objeto está plegado la mesa desaparece y se convierte en una simple
caja de madera, ésta de ninguna manera permite imaginar el diseño cuando está
desplegado y, sin embargo, de esta composición tan simple se desprende un fascinante
objeto. Primero llama la atención la longitud que adquiere el objeto desplegado, por otro
lado está integrado a éste un mecanismo muy discreto que permite un manejo casi sin
esfuerzos, finalmente el cambio entre situaciones se produce de manera muy suave,
poniendo en cuestionamiento los tradicionales pensamientos del tema en cuestión. En
este punto GINBANDE colisiona profundamente con otra disciplina social que es la
arquitectura, ésta se protege a sí misma con interpretaciones "lógicas" de diseño, quizás
de manera inconsciente pero sin embargo presente en el auténtico sentido de la palabra.
GINBANDE Design
En el claustro del Convento de Las Carmelitas hay una doble fila de asientos de alto
impacto confeccionados por termoformado, y de los cuales sale una especie de música.
GINBANDE lo llama un nuevo mundo industrial en serie en el marco de antiguos recintos
con frescos. Confluyen aquí las estéticas de dos épocas muy distanciadas, todo es
posible pues al fin y al cabo vivimos en una sociedad pluralista.
Por último cabe destacar que el trabajo de GINBANDE tuvo una importante resonancia en
los medios de comunicación, con más influencia en las publicaciones que en la propia
venta, ya que el número producido de objetos es bajo y éstos son realmente caros. (3 y 4)
Otros proyectos:
De Oeste a Este predomina una corriente minimalista, muebles transformables, libres del
énfasis puesto en los materiales, pero llenos de riqueza en su aspecto general y en sus
funciones. Esta es la corriente que predomina en el diseño de GINBANDE, así como
también en la de Matthew Hilton y Fumio Shimuzu.
Mobiliario transportable
El medio ambiente como tema de diseño constituye una nueva tarea para aquel que
quiera mejorar al mundo, salvar la tierra. El vanguardismo tiene problemas en esta área
pero el ecológico es un tema inevitable en el diseño.
Yellow Design comenzó como cualquier otro estudio de diseño, pero en el transcurso de
los años comprendieron que el desarrollo del diseño exclusivamente a nivel de productos
no tenía sentido porque el mercado estaba cubierto.
El grupo, por lo tanto, se concentró en dos sectores: el diseño netamente industrial y en el
packaging, este último vinculado al área ecológica en el más amplio sentido. Los
materiales ecológicos están en plena discusión: plásticos reciclados, reutilizables que a
nivel de diseño constituyen un problema estético.
Un producto concebido para aguantar condiciones extremas ha de volverse más valioso
con las huellas del desgaste, hablamos del principio de los jeans stone-wash. El grupo
Yellow Design justamente toma este concepto y lo utiliza en otros productos como ser
radios, packaging, etc, que no se fabrican para desechar sino contrariamente se fabrican
de lo desechado. Son tareas que exigen de los diseñadores la elaboración y definición de
nuevas posiciones: el diseño ecológico.
Günter Horntrich explica que hay dos sectores a apuntar: Por un lado se puede actuar en
el presente utilizando los materiales adecuados, teniendo la posibilidad de presentar en
conferencias y por encargos los modelos deseados, esta libertad se tiene como diseñador
que desarrolla conceptos. La segunda posibilidad es actuar a largo plazo, influyendo a
través de la estética, sacando la ecología del rótulo de lo usado, gris oscuro, fibra natural
en lugar de plástico. Para decirlo llanamente: que la tecnología apunte a la ecología, para
luego tener de inmediato la interrelación entre ecología y economía, hacer productos
comprables desde la relación de precio, es decir que tengan sentido. Precisamente esto
es lo que está faltando.
Yellow Design ha desarrollado últimamente un costoso set de cosmética en un packaging
ecológico, la meta de este diseño es compatibilizar los materiales y producir cuidando el
medio ambiente, la estética de este producto es desacostumbrada, moderna, pudiendo
influir en la conciencia general de los diseñadores. (4 y 5)
“CRAZY”
Packaging modular
(producto de higiene
corporal) desarrollado
por Yellow Design
(1988,89)
Yellow Design
Packaging “Lagoon”
1988
Yellow Design Estudios sobre el packaging
Blendax GmbH, Procter “Lagoon” 1988
& Gamble Group