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Ambiente y

derecho

Derecho
Ambiental

1
Ambiente y derecho
En el módulo anterior hicimos alusión al concepto de ambiente y a los
¿Cómo se relacionan el
ambiente y el problemas ambientales, tanto de la humanidad como de Argentina. Con la
derecho? ¿De qué se finalidad de proteger el ambiente, y a través de ello la calidad de vida,
trata el derecho surge el derecho ambiental ante la insuficiente respuesta del derecho
ambiental? tradicional. A pesar de ello, la problemática ambiental sigue presentando
grandes desafíos para las instituciones jurídicas. Como expresa Lorenzetti
(1995):

…se trata de problemas que convocan a todas las ciencias a


una nueva fiesta, exigiéndoles un vestido nuevo. En el caso
del Derecho, la invitación es amplia abarca lo público y
privado, lo penal y lo civil, lo administrativo, lo procesal, sin
excluir a nadie, con la condición que se adopten nuevas
características. (P. 483).

A partir de ello, en este módulo haremos referencia al derecho ambiental,


sus conceptos y características principales.

¿Qué es el derecho ambiental?

Coincidimos con Goldenberg (en Cafferatta, 2004) al pensar que “el


derecho ambiental se encuentra en una etapa de plena formación” (p. 9).
En los útlimos años, particularmente a partir de los eventos a nivel
internacional de la década de 1970, ha ido ganando importancia a la par de
los derechos y bienes jurídicos protegidos, entre los que encontramos: el
medio ambiente, la calidad de vida, el desarrollo sustentable, la
bioiversidad, la salud, etcétera.

En referencia al surgimiento del derecho ambiental en nuestro país, Rosatti


(2007) distingue cuatro etapas:

1) Una primera de cesgo privatista que regula el uso de los recursos


naturales específicos (ejemplo: agua, bosques, fauna, etc.). Se trata de
normas pragmáticas más que de protección.
2) En una segunda etapa ya surgen una serie de derechos de recursos
naturales específicos.
3) En una tercer etapa surge el derecho de los recursos naturales en plural,
aunque esta pluralidad es entendida como mera sumatoria de los
componentes individuales (fragmentaria).

2
4) En la cuarta etapa surge el derecho ambiental a partir de la concepción
integral del ambiente, virando hacia su protección publicista e
internacionalista.

En esa línea, Caferatta (2013) expresa:

Hemos pasado […] de un derecho de los recursos naturales,


con una visión parcial, más estrecha, de base ecologista,
aunque pensando en el desarrollo, a un decho ambiental,
más amplio, comprensivo no sólo de la tutela del patrimonio
natural sino también el cultural, con anclaje en los derechos
de incidencia colectiva (o intereses difusos) referidos a los
bienes colectivos y los valores colectivos, de fuerte
compromiso social, con instituciones tanto sustantiva como
procedimentales y procesales, que ponen énfasis en la
prevención (y precaución), la recomposición y
responsabilidad objetiva por daño ambiental (P. 489).

No hay acuerdo entre los juristas sobre el siginificado y alcance del derecho
ambiental, ya sea que designe un conjunto de normas jurídicas que regulan
cuestiones ambientales o que se refiera a la disciplina o ciencia jurídica que
se ocupa de dichas normas (Brañes, 2000).

Si retomamos la diferenciación realizada en el primer módulo entre


ambiente y ecología, podemos coincidir con Bustamante Alsina y Brañes
que consideran que la expresión derecho ambiental es más abarcativa que
derecho ecológico, que se limita a los ecosistemas naturales (Bustamante
Alsina, 1995; Brañes, 2000).

Se han ensayado variadas definiciones de derecho ambiental. Entre las


notas comunes de dichas conceptualizaciones, encontramos que se trata
de un conjunto de principios y normas destinados a la protección,
conservación y uso racional del medio ambiente. Algunos de los conceptos
son restrictivos, limitándose a resolver desde lo jurídico la contaminación;
mientras que desde el otro extremo, se considera que todo el derecho es
ambiental (Cafferatta, 2004).

De una manera inicial, el jurista mexicano Raúl Brañes (2000), define el


derecho ambiental como:

“Un conjunto de reglas que se ocupan de la protección jurídica de aquellas


condiciones que hacen posible la vida, en todas sus formas” (p. 18).

3
Ya en la década de 1970, el jurista Guillermo Cano describía al derecho
ambiental a partir de su contenido. En este sentido, expresaba que:

el derecho ambiental comprende las normas legales


A través de estas notas
comunes y conceptos
referentes al uso y conservación de todos los bienes,
iniciales, podemos fenómenos, y elementos que componen el ambiente
observar cómo el humano, que se integra a su vez, por el entorno natural,
derecho ambiental se formados por los recursos vivos o biológicos y los recursos
interrelaciona con el naturales inertes; y el entorno creado, cultivado, edificado
derecho a la vida, a la
calidad de vida y a la
por el hombre y ciertos fenómenos naturales, en tanto
salud. influyan en la calidad del entorno desde el punto de vista del
interés humano; la doctrina conducente a su formulación e
interpretación; las decisiones jurisprudenciales, y los usos y
costumbres correlativos (Cano, en Cafferatta, 2004, p. 21).

Cabe destacar, como surge de la definición, que para este autor el derecho
ambiental está compuesto por las normas, la doctrina, la jurisprudencia y
los usos y costumbres.

La lista de definiciones sobre derecho ambiental podría ser interminable, el


motivo podemos encontrarlo en que la falta de acuerdo sobre la
conceptualización de derecho ambiental origina que esta tarea deba
realizarse en todas las obras que se refieren a él (Brañes, 2000).

Para cerrar este apartado, citamos a Brañes, que define al derecho


ambiental (en el sentido de derecho positivo) como:

el conjunto de normas jurídicas que regulan las conductas


humanas que pueden influir de una manera relevante en los
procesos de interacción que tienen lugar entre los sistemas
de los organismos vivos y sus sistemas de ambiente,
mediante la generación de efectos de los que se espera una
modificación significativa de las condiciones de existencia de
dichos organismos. (Brañes, 2000, p. 29).

De dicho concepto de derecho ambiental se destacan como características


esenciales: 1) el derecho ambiental regula conductas humanas
consideradas de interés ambiental; 2) esas conductas humanas de interés
ambiental son las que pueden influir en los procesos de interacción entre
los organismos vivos y sus sistemas de ambiente; 3) esas conductas
humanas interesan al derecho ambiental debido a que pueden modificar

4
de una manera importante (quizás irreversible) las condiciones de
existencia de los organismos vivos (Brañes, 2000).

Autonomía y relación con otras ramas del derecho

Retomando lo expresado en el apartado anterior, podemos percibir que el


derecho ambiental es integrado por normas interdisciplinarias (que
exceden el ámbito jurídico), de derecho público (constitucional, penal,
administrativo) y privado (civil, comercial). En esta línea, Jaquenod de
Zsögön (en Cafferatta, 2004) enseña que el derecho ambiental es público y
privado al mismo tiempo, especialmente protector de intereses colectivos,
preventivo y transnacional. Es por ello que algunos especialistas consideran
al derecho ambiental como un derecho horizontal, transversal a las
distintas ramas del dereho. En este sentido:

Más que una nueva rama del derecho, con principios,


instituciones y reglas propias, el derecho ambiental, para
quienes piensan de esta forma, tiende únicamente a
penetrar todas las especialidades jurídicas reconocidas y
consagradas por la doctrina para orientarlas en un sentido
ambientalista, lo que equivale a sostener que carece de
especificidad sistemática propia. (Cafferatta, 2004).

Avanzando en la caracterización del derecho ambiental como disciplina


jurídica, no ya como derecho positivo, algunos autores defienden su
autonomía como una nueva disciplina jurídica, mientras que otros
consideran que se trata de una disciplina en formación. Particularmente, el
argumento que se refiere a la falta de autonomía del derecho ambiental se
refiere a la carencia de un objeto que le sería propio como disciplina
jurídica. “Este argumento enfatiza que aquello que se llama derecho
ambiental se encuentra constituido, de manera principal, por un conjunto
de normas jurídicas que “pertenecen” a sectores perfectamente definidos
del sistema jurídico” (Brañes, 2000, p. 48). Frente a este argumento, Brañes
considera que olvida los nuevos principios y técnicas que trae el derecho
ambiental, como así también la especificidad de su objeto, que está dada
por la legitimidad de su enfoque (la manera como tal objeto es analizado)
(Brañes, 2000). Este autor mexicano defiende la autonomía del derecho
ambiental en los siguientes términos:

…el derecho ambiental tiene un objeto específico. La


especificidad de este objeto está dada, en muchos casos, no
por la pertenencia a lo que se ha identificado como

5
legislación ambiental, de manera exclusiva y excluyente, de
las normas jurídicas respectivas, sino por la especificidad del
enfoque propio del derecho ambiental. En otros casos, sin
embargo, a dicha especificidad se agrega la que resulta del
hecho de que la norma en cuestión ha sido exclusivamente
concebida para efectos ambientales y no tiene ninguna otra
relevancia. (Brañes, 2000, p. 50).

En otras palabras, Morales Lamberti (2005) expresa que “el Derecho


Ambiental, como especialidad de la ciencia jurídica, se basa en nuevos
principios epistemológicos y axiológicos, introduciendo nuevas estructuras,
instituciones y procedimientos al Derecho tradicional” (p. 45).

Características del derecho ambiental


Enrolado en la postura que le da una identidad propia al derecho
ambiental, Bustamante Alsina (1995) enumera una serie de características
propias que le otorgan especificidad a esta rama del derecho. Entre ellas,
destacamos las siguientes:

 Carácter interdisciplinario: esto es consecuencia de la naturaleza


interdisciplinaria del medio ambiente. El derecho requiere, para
establecer las necesarias medidas de protección, las indicaciones y la
asistencia de otras disciplinas que estudian los aspectos físicos, químicos
y biológicos del medio ambiente, como así también, que describan los
deterioros de la biosfera, evaluando y proponiendo soluciones que el
legislador deberá traducir al lenguaje jurídico, teniendo en cuenta,
igualmente, los datos que los economistas y sociólogos puedan aportar.
 Carácter sistémico: como se ha hecho referencia en el módulo anterior,
el ambiente debe ser interpretado como un conjunto de elementos que
se interrelacionan sistemáticamente, no como una mera acumulación
de ellos. Esto se ve reflejado en el derecho ambiental, que como vimos,
tuvo una incipiente primera manifestación como derecho de los
recursos naturales (fragmentaria).
 Carácter supranacional: los elementos que componen el medio
ambiente, como los problemas ambientales, no reconocen fronteras; de
ahí la importancia de la cooperación internacional, la que se evidencia
en los compromisos asumidos por los Estados en diferentes
conferencias internacionales sobre medio ambiente. El derecho
ambiental internacional es un reflejo de esta característica.
 Especificidad finalista: este criterio finalista tiene por objeto suprimir o
eliminar el impacto de las actividades humanas sobre los elementos o
los medios naturales.

6
 Énfasis preventivo: como se expresó en el módulo 1, en el derecho
ambiental es fundamental la prevención del daño, ya que por sus
características la sanción posterior, en la mayoría de los casos, resultará
ineficaz (difícilmente se pueda restablecer el ambiente a su estado
anterior).
 Rigurosa regulación técnica: la normativa que integra el derecho
ambiental contiene prescripciones rigurosamente técnicas que
determinan las condiciones precisas en que deben realizarse las
actividades afectadas. La discrecionalidad de la administración pública
para adaptar las regulaciones a situaciones particulares y diferenciadas
es muy limitada.
 Vocación redistributiva: el derecho ambiental intenta corregir las
deficiencias que presenta el sistema de precios, incorporando a los
costos las externalidades ambientales.
 Primacía de los intereses colectivos: el derecho ambiental es
sustancialmente derecho público. La tutela del ambiente apunta a
mejorar la calidad de vida de la humanidad y a lograr el desarrollo
sostenible como legado para las generaciones futuras. En este sentido
se habla del derecho ambiental como un derecho bifronte: aunque
predominantemente se trata de un derecho social, colectivo o grupal. Al
mismo tiempo, se presenta como un derecho humano personalísimo
(Cafferatta, 2004).

A las características anteriores se puede agregar que el derecho ambiental


se constituye para poner un límite a la idea del progreso ilimitado propio
de la razón moderna, con niveles de vida, producción y consumo
insostenibles, demostrando un desprecio hacia la capacidad de carga de la
naturaleza (Morales Lamberti, 1999). En otras palabras:

El derecho ambiental viene a replantear la relación del hombre con la


naturaleza (Pigretti, 1993).

Para finalizar
Como corolario del recorrido realizado, podemos decir que el derecho
ambiental se ocupa de regular las relaciones entre la sociedad y la
naturaleza, como así también entre los seres humanos, con vista a la
protección del ambiente.

Esta conceptualización y caracterización del derecho ambiental como eje


primero del módulo 2 nos presenta el panorama general de la materia para
seguir profundizando en las fuentes y los institutos a lo largo de los
módulos siguientes.

7
Referencias
Brañes, R. (2000). Manual de derecho ambiental mexicano. México: Fondo de
Cultura Económica.

Bustamante Alsina, J. (1995). Derecho ambiental. Fundamentación y normativa.


Buenos Aires: Abeledo-Perrot.

Cafferatta, N. (2004). Introducción al derecho ambiental. México: Instituto


Nacional de Ecología.

Lorenzetti, R. (1995). Las Normas Fundamentales de Derecho Privado. Buenos


Aires: Rubinzal- Culzoni.

Morales Lamberti, A. (1999). Derecho ambiental. Instrumentos de política y


gestión ambiental. Córdoba: Alveroni.

Morales Lamberti, A. (2005). Instituciones de derecho ambiental. Córdoba: M.E.L.

Pigretti, E. (1993). Derecho ambiental. Buenos Aires: Depalma.

Rosatti, H. (2007). Derecho ambiental constitucional. Santa Fe: Rubinzal-Culzoni.

Petrmalinak. Isolated 3d render eco scales with white background [Imagen].


Shutterstock. Recuperado de: https://www.shutterstock.com/es/
image-illustration/isolated-3d-render-eco-scales-white-253697599?utm_
medium=Affiliate&utm_campaign=Eezy%20Inc&utm_source=38919&irgwc=1

8
Fuentes del
derecho
ambiental

Derecho
ambiental

1
Fuentes del derecho ambiental
El derecho ambiental tiene un carácter difuso por la dispersión de las
normas jurídicas que tratan, directa o indirectamente, de la protección del
ambiente (Brañes, 2000). En esa línea, Mario Valls (2016) se refiere al
marco jurídico ambiental argentino como heterogéneo, disperso, extenso,
cambiante, en acelerada expansión. Además, atendiendo a la
caracterización del derecho ambiental para identificar su contenido, se
debe analizar una pluralidad de fuentes y ramas jurídicas.

Durante el recorrido de esta lectura complementaremos el pormenorizado


análisis realizado por Mario Valls de las fuentes del derecho ambiental.
Comenzaremos repasando los conceptos básicos, para luego, aplicando la
clasificación entre fuentes internas y externas, incursionar brevemente en
algunas de ellas.

Generalidades
Por fuentes de derecho se entiende, en un sentido figurado, la designación
del origen de donde proviene todo lo que llamamos derecho. Aunque hay
quienes consideran que es más claro hablar de medios de expresión del
derecho (Garrone, 1993). Las fuentes se dividen generalmente en formales
y materiales, aunque esa justificación de esa diferenciación no es uniforme
en la doctrina.

La mayoría de los doctrinarios hispanohablantes distingue


entre fuentes materiales y formales, entendiendo que las
primeras son las razones o causas (económicas, políticas,
sociales, culturales, etc.) por las que una norma jurídica
surge; en tanto las formales, son las normas y principios en
sentido propio (manifestaciones de orden jurídico que
crean, modifican o extinguen derechos y obligaciones).
(Drnas de Clément, 2010, p. 2).

Otros autores entienden que las fuentes materiales o reales son ajenas al
derecho, constituyen su antecedente y prefiguran su contenido. Se trata de
“los factores y circunstancias que provocan la aparición y determinan el
contenido de las normas jurídicas.” (Garrone, 1993, p. 176). Entre esos
factores, la doctrina enumera las circunstancias políticas, históricas,
económicas, sociales, culturales, ideológicas, religiosas, científicas
susceptibles de influir en la producción del derecho. En cambio, las fuentes

2
formales son la manifestación exterior de una voluntad dispuesta a crear el
derecho.

Esta proviene de un acto humano, individual o colectivo,


que le da origen, y la hace surgir a la realidad; pero como la
voluntad del hombre utiliza necesariamente una forma para
manifestarse (ley, costumbre, sentencia, etcétera), es esta
forma la que se llama fuente del derecho, la cual no es otra
cosa que el medio de exteriorización de la voluntad
creadora del orden jurídico. (Garrone, 1993, p. 177).

Entre las fuentes formales se incluye: 1) la ley (como norma legislada), 2) la


costumbre jurídica, 3) la jurisprudencia. Algunos autores consideran que la
doctrina es fuente formal del derecho, mientras que otros entienden que
se trata de una fuente material (Garrone, 1993).

Desde otro punto de vista, observando la actividad del jurista que consiste
en solucionar conflictos, Lorenzetti (2014) entiende que las fuentes son
“criterios a los que se recurre en el proceso de creación normativo en
búsqueda de objetividad, lo cual exige una mirada retrospectiva hacia el
principio de autoridad (fuente formal) o hacia el argumento `razonable´
(fuente material)” (p.28). Las normas formales son obligatorias conforme a
una norma de reconocimiento, entre ellas, encontramos: a) la ley, que es
general y obligatoria; b) la costumbre; c) la jurisprudencia obligatoria; d) las
decisiones de tribunales internacionales y de organismos creados por
tratados internacionales en los supuestos previstos por la Constitución. Las
fuentes materiales carecen de obligatoriedad, pero son importantes
porque fijan el contenido del derecho. Lorenzetti (2014) destaca la doctrina
y la jurisprudencia no obligatoria.

Según una clasificación muy extendida en la doctrina, particularmente en el


derecho ambiental, las fuentes pueden provenir del derecho interno, pero
también del derecho internacional. En este sentido, López Alfonsín expresa
que la incorporación del artículo 75, inciso 22, a la Constitución Nacional
con la reforma de 1994 modificó radicalmente el sistema de fuentes de
nuestro sistema jurídico, “al producir la internacionalización de los
derechos humanos” (López Alfonsín, 2012, p. 42). Es decir que a partir de
dicha reforma coexiste en nuestro ordenamiento jurídico un doble sistema
de fuentes. Por un lado, la fuente interna, entre las que encontramos la
Las fuentes del Constitución Nacional, las leyes nacionales, las constituciones locales y la
derecho ambiental legislación provincial. Por otro lado, la fuente externa integrada por los
pueden ser: externas o
internas; generales o instrumentos internacionales, la costumbre internacional y los principios
específicas. generales del derecho (López Alfonsín, 2012).

3
Brañes presenta lo que sería un mapa del derecho ambiental, reseñando
algunas de sus fuentes provenientes del derecho interno. Expresa que la
Constitución es la primera de las fuentes por la jerarquía de sus normas
(aunque en la mayoría de los casos, también por razones de orden
cronológico). Teniendo en cuenta nuestro sistema federal de gobierno, se
toma en consideración a las constituciones locales o provinciales. La
segunda fuente del derecho ambiental se constituye por la legislación
ambiental moderna o legislación propiamente ambiental, que se refiere al
conjunto de los problemas ambientales. El autor hace la salvedad de que lo
más común es la legislación que se refiere a problemas ambientales
específicos o sectoriales (legislación sectorial de relevancia ambiental). La
tercera fuente del derecho ambiental está constituida por “las normas de
relevancia o interés ambiental” (Brañes, 2000, p. 57) contenidas en una
legislación que versa sobre otros temas. Aquí encontramos a los distintos
códigos de fondo y legislación conexa. Por último, se incorpora a la
jurisprudencia y la costumbre como fuentes del derecho ambiental.

Fuentes externas
A diferencia de lo que ocurre en el resto de las ramas del derecho, en el
En el módulo 3 se derecho ambiental las fuentes internacionales son de gran relevancia. Aquí
profundizará sobre las incluimos a los tratados y convenciones internacionales formalmente
fuentes jurídicas
externas. concluidas que se refieren en todo o parte a cuestiones de carácter
ambiental, así como también lo que se denomina el derecho internacional
emergente (ejemplo: las resoluciones de los organismos
intergubernamentales y las declaraciones políticas sobre cuestiones
ambientales internacionales) (Brañes, 2000).

Enumerar la totalidad de las fuentes externas es una tarea de difícil


conclusión. Por ello, solo destacaremos, en concordancia con Brañes, que
los principios básicos del derecho internacional para la protección del
ambiente se encuentran tanto en la Declaración de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Estocolmo, 1972), como en la
Declaración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro, 1992).

López Alfonsín (2012) considera que a pesar de la amplia percepción de la


Agenda 21 que surgió de la Conferencia de Río 92, continúa el tratamiento
del tema ambiental de manera sectorial convencional. Luego, enumera los
obstáculos que se presentan para la codificación del derecho internacional
ambiental. Entre ellos, mencionamos: a) la complejidad que reviste dicha
tarea y la posibilidad de incluir los problemas locales y regionales en un
acuerdo general; b) ante la movilidad que caracteriza a las normas
ambientales,dicho Código se volvería desactualizado rápidamente; c)

4
además, se esgrime la inutilidad de un acuerdo general, cuando los
mecanismos de aplicación y control se enfrentan a distintos niveles de
desarrollo en los países respectivos. En lecturas previas nos hemos referido
a las diferencias entre los países desarrollados y subdesarrollados.

Figura 1: Derecho internacional ambiental

Fuente: Ricochet64, Recuperado de: https://goo.gl/OI2r72

Fuentes internas
Como se hizo referencia en las generalidades, entre las fuentes nacionales
o internas podemos destacar: la Constitución, los códigos de fondo, las
Constituciones Provinciales (por la forma de Estado federal), la legislación
propiamente ambiental, otras leyes sectoriales. En este apartado haremos
una breve referencia a ellas, lo que se puede profundizar recurriendo a la
bibliografía obligatoria.

Constitución Nacional

Al comenzar a referirse al marco constitucional, Valls hace la salvedad de


que esta norma suprema influye de manera genérica sobre el derecho
ambiental cuando “fija las bases del derecho argentino, atribuye funciones
a los tres poderes y distribuye la competencia entre los gobiernos locales y
el federal (Valls, 2016, p. 106).

Pero podemos decir que influye directamente sobre el derecho ambiental


a partir de la reforma de 1994, donde se incorpora el artículo 41 al capítulo
segundo titulado Nuevos Derechos y Garantías. A través de dicha
disposición, la Constitución Nacional ha receptado el derecho a un
ambiente sano dentro de los derechos de tercera generación (derechos de
solidaridad), en contraposición a los derechos civiles y políticos (primera
generación) y a los derechos sociales y económicos (segunda generación).
El artículo 41 de la Constitución Nacional dispone que:

5
Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las
actividades productivas satisfagan las necesidades presentes
sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el
deber de preservarlo. El daño ambiental generará
prioritariamente la obligación de recomponer, según lo
establezca la ley.

Las autoridades proveerán a la protección de este


derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a
la preservación del patrimonio natural y cultural y de la
diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales.

Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan


los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias,
las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas
alteren las jurisdicciones locales.

Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos


actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.1

Como puede observarse, la norma se estructura en varias partes,


destacando:
 El derecho-deber a un ambiente sano de todos los habitantes y la
cuestión intergeneracional: se caracteriza al ambiente como sano,
equilibrado y apto para el desarrollo humano. Además, se incorpora el
principio de desarrollo sustentable a través de la protección a las
generaciones futuras.
 El daño ambiental y la obligación prioritaria de recomponer: siempre
que se produzca un daño ambiental se generará el deber de
recomposición, es decir, de volver las cosas al estado anterior en el que
se encontraban, siempre que fuera posible.
 Las obligaciones de las autoridades de proveer a la protección de este
derecho a un ambiente sano. Se entienden incluidas las autoridades
nacionales, provinciales y municipales, como así también las que
desempeñan funciones ejecutivas, legislativas y judiciales.
 El reparto de competencias entre Nación y provincias: los presupuestos
mínimos ambientales a través de los cuales el gobierno nacional
establece una protección ambiental mínima para todo el país, debiendo
cada provincia complementarla.
 Prohibición de los residuos peligrosos y radiactivos.

1
Artículo 41. Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de: https://goo.gl/NVXWuR

6
En concordancia con dicha norma, el artículo 124 infine de la Constitución
Nacional establece que “…corresponde a las provincias el dominio
originario de los recursos naturales existentes en su territorio”2. Por su
parte, el artículo 43 establece la acción de amparo ambiental,
especialmente en el párrafo segundo.

Constituciones Provinciales

Esta fuente del derecho ambiental es de particular importancia por nuestra


forma de Estado federal. Debe tenerse en cuenta lo prescripto por el
artículo 31 de la Constitución Nacional, que establece que las leyes
federales son ley suprema de la nación, estando obligadas las autoridades
provinciales a conformarse a ellas.

En casi todas las provincias se consagran normas protectoras del ambiente


a nivel constitucional, aunque con diferente alcance. Es de destacar que, en
un primer momento, las Cartas Magnas provinciales se preocuparon por
tutelar aquellos recursos naturales que tenían mayor influencia en sus
economías, resabios que aún quedan presentes en varias de ellas.

Leyes de presupuestos mínimos


Sobre las leyes de
presupuestos mínimos
La Constitución Nacional en su artículo 41, al hacer el deslinde de
ambientales se
profundizará en el competencias entre Nación y provincias, establece que “corresponde a la
Módulo 4. Nación dictar las normas que contengan presupuestos mínimos de
protección y a las provincias las necesarias para complementarlas, sin que
aquéllas alteren las jurisdicciones locales”3.

El concepto de presupuestos mínimos de protección ambiental ha


suscitado discusiones doctrinarias que se profundizaron tras su definición
legal en el artículo 6 de la Ley General del Ambiente, que expresa:

Se entiende por presupuesto mínimo, establecido en el


artículo 41 de la Constitución Nacional, a toda norma que
concede una tutela ambiental uniforme o común para todo
el territorio nacional, y tiene por objeto imponer condiciones
necesarias para asegurar la protección ambiental. En su

2
Artículo 124. Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de: https://goo.gl/NVXWuR
3
Artículo 41. Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de: https://goo.gl/NVXWuR

7
contenido, debe prever las condiciones necesarias para
garantizar la dinámica de los sistemas ecológicos, mantener
su capacidad de carga y, en general, asegurar la preservación
ambiental y el desarrollo sustentable.4

Las leyes de presupuestos mínimos vigentes en Argentina son:

 Ley de Gestión Integral de Residuos Industriales y Actividades de


Servicios Nº 25.612 (29/07/2002).
 Ley para la Gestión y Eliminación de los PCBs Nº 25.670 (19/11/2002).
 Ley General del Ambiente Nº 25.675 (28/11/2002).
 Ley de Gestión Ambiental de Aguas Nº 25.688 (03/01/2003).
 Ley Régimen de libre acceso a la Información Pública Ambiental Nº
25.831 (07/01/2004).
 Ley Integral de Gestión de Residuos Domiciliarios Nº 25.916
(07/09/2004).
 Ley Protección Ambiental de Bosques Nativos Nº 26.331 (26/12/2007).
 Ley de Control de Actividades de Quema Nº 26.562 (23/11/2010).
 Ley Régimen de Presupuestos Mínimos para la Preservación de
los Glaciares y del Ambiente Periglacial Nº 26.639 (28/10/2010).
 Ley Sistema Federal de Manejo del Fuego Nº 26.815 (16/01/2013).
 Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la Gestión
de los Envases Vacíos de Fitosanitarios Nº 27.279 (11/10/2016).

Códigos de fondo

Según el artículo 75, inciso 12, de la Constitución Nacional: “corresponde al


Congreso… dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal, de Minería, y del
Trabajo y Seguridad Social”5.

Esta normativa nacional también constituye una fuente del derecho


ambiental, aunque directamente no se refiera a la temática. En el nuevo
Código Civil y Comercial sancionado en 2014 se incluyen normas
importantes, como por ejemplo: los artículos 14, 240 y 241 hacen
referencia a los derechos de incidencia colectiva y a los presupuestos
mínimos. Con respecto al Código Penal, destacamos el capítulo de daños
dentro de los delitos contra la propiedad, y otros artículos que se refieren a

4
Artículo 6. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de: https://goo.gl/75jNXA
5
Artículo 75. Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de: https://goo.gl/NVXWuR

8
incendios, explosiones e inundaciones, envenenamiento o adulteración de
agua potable, entre otros. En cuanto al Código de Minería, en el año 1995,
por la Ley 24.585 se incorporó la sección 2, De la protección ambiental,
para la actividad minera dentro del título 13, Condiciones de la explotación.

Reflexiones finales
¡Atención!
Estudiar las otras
fuentes del derecho Para concluir esta lectura, retomamos lo expuesto por Valls al considerar
ambiental que que el sistema jurídico ambiental en nuestro país se caracteriza por su
enumera Valls: extensión, dispersión y continuo crecimiento, sin un enfoque sistemático
jurisprudencia, que oriente a los individuos, a los intérpretes y aplicadores del derecho.
doctrina, costumbre y
Ante ello, se plantea la necesidad de un ordenamiento sistemático de dicha
acuerdos
interjurisdiccionales. normativa, ya sea a través de una ley nacional general del ambiente (más
completa que la actual Ley 25.675) o de la sanción de un código nacional
del ambiente (Valls, 2016).

9
Referencias
Brañes, R. (2000). Manual de derecho ambiental mexicano. México: Fondo
de Cultura Económica.

Constitución de la Nación Argentina. (1994). [Sancionada por el Congreso


General Constituyente el 1° de mayo de 1853, reformada y concordada por la
Convención Nacional Ad Hoc el 25 de septiembre de 1860 y con las reformas de
las Convenciones de 1866, 1898, 1957 y 1994]. Recuperada de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/804/norma.htm

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=Eezy%20Inc&utm_source=38919&irgwc=1

10
Derecho al
ambiente

Derecho
ambiental

1
Derecho al ambiente
Valls (2016) define el derecho al ambiente a través de una serie de
características, entre las que se encuentran: que se trata de un derecho
natural, humano, universal, enunciado explícitamente, operativo,
inalienable e imprescriptible, que se puede ejercer directamente sobre el
ambiente, que su violación puede no causar perjuicio económico, etcétera.

En esta lectura se hará referencia al derecho al ambiente, profundizando


en su característica como derecho humano, y al orden público ambiental.

Derecho al ambiente

El artículo 41 de la Constitución Nacional establece que “todos los


“El derecho al habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para
ambiente es inherente
el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las
al derecho a la vida”
(Valls, 2016, p.207). necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones
futuras…”1.

Podemos observar que nuestra Carta Magna hace referencia al derecho de


todos los habitantes al medio ambiente, sin discriminar según sean
nacionales o extranjeros, ciudadanos con derechos políticos o no. Además,
este primer párrafo del artículo 41 hace referencia a tres características del
ambiente: 1) el ambiente sano que impacta en el derecho a la salud, como
un derecho metaindividual, social; 2) el ambiente equilibrado que se
refiere a logar una relación armónica entre el hombre y la naturaleza; 3) el
que deba ser apto para el desarrollo humano coloca al hombre como
centro de las preocupaciones del desarrollo sustentable desde una visión
antropogénica (Franza, 2010).

La contracara de este derecho la constituye el deber de preservarlo,


reconocido por el mismo artículo 41, tanto para todos los habitantes como
para las autoridades.

Derecho humano al ambiente

López Alfonsín y Tambussi (2007) consideran que la conciencia de la íntima


relación entre los derechos humanos y el medio ambiente surge como

1
Artículo 41. Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de: https://goo.gl/NVXWuR

2
consecuencia, por un lado, de la profundización de los problemas
ambientales tanto en los países desarrollados como subdesarrollados, y
por otro, de la imposibilidad de ejercer libremente otros derechoshumanos
como consecuencia de las condiciones ambientales desfavorables.

El derecho a un medio ambiente sano es en sí mismo un derecho humano


fundamental y, a su vez, constituye un presupuesto indispensable para el
disfrute y ejercicio de los demás derechos humanos.

“No se perciben las consecuencias de la degradación ambiental como


violaciones de derechos humanos” (CEDHA, 2002, p. 5).Ello tiene como
consecuencia que sus víctimas no se reconozcan como tales,por lo que
quedan en una absoluta indefensión, mientras que los grandes
contaminadores quedan impunes.

Las violaciones a derechos humanos originadas en


problemas ambientales revisten una extrema gravedad ya
que en la mayoría de los casos se trata de conductas o
actividades sistemáticas, que afectan a grupos de personas o
comunidades enteras, con continuidad en el tiempo y
efectos que se multiplican y trascienden su origen,
vulnerando múltiples derechos humanos. Son en especial los
sectores más desposeídos, y por ende más expuestos,
quienes soportan, casi sin oponer resistencia, las
consecuencias de la degradación ambiental. Esta falta de
reacción es atribuible a diversas razones, tales como: el
desconocimiento imperante en torno a las consecuencias de
la problemática ambiental; la escasa o nula información
disponible sobre situaciones potenciales o actualmente
peligrosas, la no percepción de las víctimas de degradación
ambiental como víctimas de violaciones de derechos
humanos y la dificultad de acceder a la justicia. (CEDHA,
2002, p. 7).

3
Figura 1: Derechos humanos y ambiente sano

Fuente: Guedes, 2009, https://goo.gl/poaUO9

En lo que respecta a los derechos humanos, se distinguen tres


generaciones: a) los derechos de primera generación son
fundamentalmente los derechos civiles y políticos; b) los derechos de
segunda generación conformados por los derechos económicos, sociales y
culturales; c) los derechos de tercera generación, que son los derechos
colectivos o intereses difusos, también llamados derechos de la solidaridad
y derechos de la humanidad. Entre estos últimos derechos encontramos: a
la paz, a un medio ambiente sano, a la protección del patrimonio común de
la humanidad, a la protección de los usuarios y consumidores, la defensa
de la competencia, entre otros (López Alfonsín, 2012).

Cabe destacar que en el útlimo tiempo, varios doctrinarios consideran que


el derecho a un ambiente sano podría calificarse tanto como derecho
humano de tercera generación -en cuanto está basado en valores
fundantes como la paz, la solidaridad y la cooperación-, como de cuarta
generación -por velar no solo por la defensa de las generaciones presentes,
sino también futuras y perseguir fines de calidad de vida- (Cafferatta,
2013). Una de las características de la problemática ambiental la consittuye
el conflicto de intereses entre las generaciones presentes y las futuras, en
este sentido:

La conciliación entre crecimiento o desarrollo con las


limitaciones de los recursos y las aspiraciones –y derechos-
de todos los habitantes a un ambiente sano y equilibrado,
teniendo en cuenta el compromiso con las futuras
generaciones (Art. 41 CN) implica que la tutela ambiental no
sólo es un derecho de incidencia colectiva en función del
presente, sino que supone la obligación de solidaridad

4
generacional, de garantizar que aquellos que heredarán el
ambiente deben vivir en condiciones como mínimo iguales o
mejores que las presentes a fin de facilitar su desarrollo
efectivo. (Morales Lamberti, 2005, p. 59).

En cuanto al marco normativo constitucional, antes de la reforma de 1994,


se consideraba que el derecho a un medio ambiente sano estaba incluido
entre los derechos no enumerados o implícitos a los que se refiere el
artículo 33. Luego, en 1994, se han incorporado en la Constitución Nacional
los derechos de incidencia colectiva dentro del capítulo segundo titulado
Nuevos Derechos y Garantías. En el artículo 41 expresamente se reconoce
al medio ambiente sano como presupuesto para el desarrollo humano,
como derecho fundamental para la vida del hombre.

Es muy importante destacar que además del artículo 41, con la reforma de
1994 se ha dado jerarquía constitucional a los tratados de derechos
humanos enumerados en el artículo 75, inciso 22, esto ensancha
enormemente el marco normativo constitucional. Particularmente, el
derecho humano al ambiente fue incorporado en importantes
instrumentos jurídicos internacionales, ya sea de manera explícita como
implícita. Explícitamente, en el Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, conocido comunmente como Protocolo de San
Salvadorde 1988, se establece el derecho de toda persona a vivir en un
medio ambiente sano y la obligación de los Estados de proteger, preservar
y mejorar el medio ambiente2. De manera implícita, en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica se
reconoce en el artículo 4 inciso 1 (derecho a la vida), y en el artículo 5
inciso 1 (derecho a la integridad personal)3.

Orden público ambiental


Las leyes de orden público constituyen “aquella parte del orden jurídico
¿Qué es el orden
que asegura los fines esenciales de la colectividad” (Garrone, 1993, p. 639).
público ambiental?
¿Todas las normas En otras palabras, son aquellas normas jurídicas que no pueden ser dejadas
ambientales son de de lado por los particulares, porque su fin es asegurar un mínimo de
orden público? condiciones indispensables para la normal convivencia. La consecuencia es

2
Artículo 11. Ley 24.658 (1996). Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Protocolo de San Salvador.
Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de: https://goo.gl/Spfb9J
3
Artículos 4 y 5. Ley 23.054 (1984). Convención Americana sobre Derechos Humanos. Pacto de San
José de Costa Rica. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de:
https://goo.gl/7kKbnS

5
entonces que las leyes de orden público marcan el límite de la autonomía
de la voluntad (Garrone, 1993).

En este sentido, el artículo 12 del Código Cívil y Comercial señala que “Las
convenciones particulares no pueden dejar sin efecto las leyes en cuya
observancia está interesado el orden público”4.

En lo que respecta a lo ambiental particularmente, como consecuencia de


la expansión de las actividades dañosas al ambiente, el orden jurídico ha
comenzado a limitar los derechos individuales a través de este tipo de
normas que prevalecen sobre la voluntad de las partes(Valls, 2016).

“…Muchas normas ambientales son de orden público, lo que significa que las
convenciones particulares no pueden dejarlas sin efecto (art. 12 CCC). Pero no
todas lo son” (Valls, 2016, p. 201).

Solo para citar un ejemplo, la Ley General del Ambiente Nº 25.675 en su


artículo 3 establece que sus disposiciones son de orden público y que se
utilizarán para la interpretación y aplicación de la legislación específica
sobre la materia.

Consideraciones finales
Como corolario del recorrido realizado, podemos decir que existe una
relación doble entre los derechos humanos y el medio ambiente. Por un
lado, los problemas ambientales, agravados en los últimos años, impiden el
ejercicio y goce pleno de derechos humanos preexistentes. Mientras que
por otro lado, el derecho al ambiente sano constituye un derecho humano
en sí mismo, íntimamente relacionado con el derecho a la vida, a la
integridad personal y a la salud.

Es importante percibir esta relación y tomar conciencia de que la


degradación ambiental constituye en sí misma una violación a los derechos
humanos. Para asegurar un mínimo de protección ambiental que no puede
ser vulnerado por los particulares, se establecen las normas de orden
público.

Para seguir profundizando en la temática, te invitamos a leer el artículo “El


medio ambiente como derecho humano” de López Alfonsín y Tambussi,
que se encuentra en el aula abierta.

4
Artículo 12. Ley 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación. Recuperado de: https://goo.gl/zFIZ95

6
Referencias
Cafferatta, N. (2013). Derecho ambiental. Enfoque constitucional e internacional.
En S. Palacio de Caeiro, Tratado de Derecho Federal y leyes especiales (pp. 485-
548). Buenos Aires: La Ley.

CEDHA (2002). Informe sobre derechos humanos y medio ambiente en América.


Recuperado de http://wp.cedha.net/wp-content/uploads/2011/05/Informe-
sobre-DDHH-y-Medio-Ambiente-en-Am%C3%A9rica.htm.pdf

Franza, J. (2010). Manual de Derecho de los Recursos Naturales y Protección del


Medio Ambiente. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas.

Garrone, J. (1993). Diccionario Jurídico. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley 23.054(1984). Convención Americana sobre Derechos Humanos. Pacto de San


José de Costa Rica. Honorable Congreso de la Nación Argentina.Recuperada
de:http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/25000-
29999/28152/norma.htm

Ley 24.658 (1996). Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos


Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Protocolo de
San Salvador. Recuperada de:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/35000-
39999/37894/norma.htm

López Alfonsín, M. (2012). Derecho ambiental. Buenos Aires: Astrea.

López Alfonsín, M. y Tambussi, C. (2007). Capítulo XI: El medio ambiente como


derecho humano. En A. Gordillo, G. Flax, A. Loianno, G. Gordo, M. López Alfonsín,
M. Ferreira, C. Tambussi, A. Rondanini, Derechos humanos, (pp. XI-1-XI-11).
Buenos Aires: Fundación de Derecho Administrativo. Recuperado de
http://www.gordillo.com/DH6/dh.pdf

Morales Lamberti, A. (2005). Instituciones de derecho ambiental. Córdoba: M.E.L.

Valls, M. (2016). Derecho ambiental. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Guedes, F. (2009), Basural a cielo abierto [Imagen] Flickr. Recuperado de:


https://www.flickr.com/photos/35295655@N05/3314615187

7
Participación
ciudadana

Derecho
Ambiental

1
Participación ciudadana
Estar informados y conocer las problemáticas ambientales de nuestro
¿Qué es el derecho a
la información entorno nos permite participar de una manera activa en la gestión del
ambiental? ¿La medio ambiente. En otras palabras, podemos decir que tanto la
participación información como la educación ambiental constituyen prespuestos
ciudadana en temas fundamentales para la participación ciudadana en la temática. Por ello, en
ambientales en qué
esta lectura haremos primero referencia al derecho a la información y
consiste? ¿Cómo se
relacionan estas luego a la participación ciudadana.
temáticas?
Tomamos como punto de partidala Declaración de Río sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) de 1992, que en sus principios recoge
correctamente la función del derecho a la información ambiental,
encuadrándolo en el contexto de la participación. Destacamos el principio
10 que hace referencia a los derechos de acceso a la información, a la
participación y a la justicia ambiental.

PRINCIPIO 10
El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la
participación de todos los ciudadanos interesados, en el
nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona
deberá tener acceso adecuado a la información sobre el
medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas,
incluida la información sobre los materiales y las actividades
que encierran peligro en sus comunidades, así como la
oportunidad de participar en los procesos de adopción de
decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar la
sensibilización y la participación de la población poniendo la
información a disposición de todos. Deberá proporcionarse
acceso efectivo a los procedimientos judiciales y
administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los
recursos pertinentes.1

1
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. (1992). Declaración
de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Recuperado de: https://goo.gl/jerMVJ

2
Derecho a la información2
El derecho a la información ambiental, como surge del principio transcripto
de la Declaración de Río 92, tiene una doble faz de derecho-deber, ya que
por un lado, significa el derecho que tienen los ciudadanos de acceder
(solicitar y obtener en tiempo y forma adecuada) a la información pública
que es administrada por el Estado o por particulares sobre los que recae la
obligación de informar. Por otro lado, el derecho a la información supone
Te invitamos a visitar
la página Acceso
el deber del Estado de producir, elaborar, organizar, sistematizar y difundir
ambiental, donde la información.
encontrarás la
respuesta a muchas En Argentina, la Constitución Nacional en 1994 incorporó en su artículo 41
inquietudes la garantía del derecho de acceso a la información y la educación
https://www.accesoa
mbiental.net.ar/
ambientales, asignándole al Estado el deber correspondiente. Cabe aclarar
que a pesar de que solo hace referencia a la obligación del Estado, se ha
interpretado que el deber de información es una obligación concurrente (y
no exclusiva del Estado) con los particulares, en especial, aquellos
eventuales contaminadores.

La Ley General del Ambiente Nº25.675 del año 2002, en su artículo 2,


establece los objetivos de la política ambiental nacional, entre ellos, el
inciso i) establece que se deberá organizar e integrar la información
ambiental y asegurar el libre acceso de la población a esta. Luego, se
enumera a la información ambiental entre los instrumentos de la política y
la gestión ambiental (artículo 8, inciso 5). El artículo 16 establece quiénes
son las personas obligadas a brindar información ambiental y quiénes
tienen el derecho a solicitarla:

Las personas físicas y jurídicas, públicas o privadas, deberán


proporcionar la información que esté relacionada con la
calidad ambiental y referida a las actividades que
desarrollan.

Todo habitante podrá obtener de las autoridades la


información ambiental que administren y que no se
encuentre contemplada legalmente como reservada.3

2
Para el desarrollo de este apartado se tomó como base el artículo: Foradori, M. y Perez Cubero, E.
(2015). La información ambiental en su doble faz: instrumento de política pública y requisito para la
participación ciudadana. Un abordaje desde la perspectiva de los movimientos socio-ambientales.
En M. Julia(Dir.),La investigación jurídica en políticas públicas ambientales. Parte II (pp. 153-174).
Córdoba: Advocatus.
3
Artículo 16. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/75jNXA

3
A su vez, el artículo 18 reafirma la obligación de las autoridades al expresar
que “…serán responsables de informar sobre el estado del ambiente y los
posibles efectos que sobre él puedan provocar las actividades antrópicas
actuales y proyectadas”4. Esto quiere decir que el Poder Ejectivo, a través
de los organismos competentes, elaborará un informe anual sobre la
situación ambiental del país que presentará al Congreso de la Nación. De
esta manera, se hace palpable que la información ambiental constituye un
elemento imprescindible de toda política y gestión ambiental en el orden
nacional, provincial y municipal.

El tema bajo análisis cuenta con una ley específica: la Ley Nacional de
Presupuestos Mínimos sobre Régimen de Libre Acceso a la Información
Pública Ambiental (Ley 25.831) sancionada en 2003. En el artículo 1 fija su
objeto, que es establecer los presupuestos mínimos tendientes a garantizar
el derecho de acceso a la información ambiental que se encontrare en
poder del Estado (nacional, provincial o municipal), como así también de
entes autárquicos y empresas prestadoras de servicios públicos (públicas,
privadas o mixtas)5.

Según el artículo 2 de la Ley 25.831:

Se entiende por información ambiental toda aquella


información en cualquier forma de expresión o soporte
relacionada con el ambiente, los recursos naturales o
culturales y el desarrollo sustentable. En particular:

a) El estado del ambiente o alguno de sus componentes


naturales o culturales, incluidas sus interacciones recíprocas,
así como las actividades y obras que los afecten o puedan
afectarlos significativamente;

b) Las políticas, planes, programas y acciones referidas a


la gestión del ambiente.6
Existe una vasta
cantidad de
regulaciones Sobre las condiciones de ese acceso a la información, el artículo 3 de la ley
específicas sobre expresa que será libre y gratuito, siendo exceptuados solamente los gastos
acceso a la vinculados con los recursos utilizados para la entrega de la información
información en las solicitada, siempre y cuando estos no impliquen un menoscabo para el
distintas esferas y
niveles de gobierno.
4
Cabe destacar que, en Artículo 18. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
septiembre de 2016 se Argentina. Recuperado de https://goo.gl/75jNXA
sancionó la Ley 5 Artículo 1. Ley 25.831. (2003). Ley Régimen de Libre Acceso a la Información Pública Ambiental.

Nacional de Acceso a Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/hek0vA


6
la Información Pública. Artículo 2. Ley 25.831. (2003). Ley Régimen de Libre Acceso a la Información Pública Ambiental.
Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/hek0vA

4
ejercicio del derecho de acceder a la información. Además, no es necesario
acreditar razones ni interés determinado, solo se debe presentar la
solicitud formal ante quien corresponda, donde conste la información
requerida y la identificación del solicitante7.

Debemos tener presente que la información ambiental solicitada puede ser


denegada en los casos previstos expresamente por el artículo 7, entre los
que se encuentran8:
 cuando pudiera afectarse la defensa nacional, la seguridad interior o las
relaciones internacionales;
 cuando pudiera afectarse la confidencialidad de datos personales;
 cuando la información solicitada se encuentre sujeta a consideración de
autoridades judiciales, en cualquier estado del proceso y su divulgación
o uso por terceros pueda causar perjuicio al normal desarrollo del
procedimiento judicial9.

Participación ciudadana
Cuando nos referimos a la gestion ambiental, generalmente la asociamos
¿Cómo percibimos la
con lo que se hace desde las instituciones de gobierno en relación a los
gestión ambiental del
lugar donde vivimos? temas ambientales, sin pensar en lo que hacemos los ciudadanos al
¿Nos sentimos respecto. En este sentido, en los últimos años se desarrolloó una gran
partícipes? cantidad de encuentros y convenciones internacionales y nacionales que
llevaron a la sanción de leyes y la formulación de políticas ambientales,
pero se señala que no tuvieron el éxito esperado. La causa de este fracaso
se encuentra en que dichas políticas, al haberse construido en esas
esferaslejanas, no pueden implementarsede manera sostenida en una
sociedad que no participó en su construcción, en la que no se tuvo en
cuenta las características de los modos de vida de los pobladores locales,
sus intereses, su cultura.

En esta línea, en concordancia con lo expresado anteriormente, la


información, la educación y la descentralización de la gestión ambiental
son fundamentales para el fortalecimiento de las capacidades de gestión y
participación de la sociedad (Morales Lamberti, 2005).Valls (2016) expresa
que es conveniente y hasta necesario que el individuo administre junto a
sus semenjantes el ambiente compartido. En otras palabras:

7 Artículo 3. Ley 25.831. (2003). Ley Régimen de Libre Acceso a la Información Pública Ambiental.
Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/hek0vA
8 Artículo 7. Ley 25.831. (2003). Ley Régimen de Libre Acceso a la Información Pública Ambiental.
Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/hek0vA
9 Artículo 7. Ley 25.831. (2003). Ley Régimen de Libre Acceso a la Información Pública Ambiental.
Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/hek0vA

5
“La gestión ambiental y de los recursos naturales requiere de oportunidades o
espacios para la participación de la comunidad en el proceso de toma de
decisiones públicas” (Morales Lamberti, 2005, p. 168).

La Ley General del Ambiente (Nº 25.675) entre los objetivos de la política
ambiental nacional enumera el de “fomentar la participación social en los
procesos de toma de decisiones” (Artículo 2 inciso c) 10. Luego, le dedica un
título denominado Participación Ciudadana, en el que especifica normas de
presupuestos mínimos en tres artículos. El primero de ellos declara que
toda persona tiene derecho a opinar en procedimientos administrativos
que se relacionen con la preservación y protección del ambiente, ya sean
de inciencia general o particular (artículo 19).

Además, y como contrapartida de este derecho, impone a las autoridades


el deber de “institucionalizar procedimientos de consultas o audiencias
públicas como instancias obligatorias para la autorización de aquellas
actividades que puedan generar efectos negativos y significativos en el
ambiente”11. Es muy importante destacar los efectos de las opiniones u
objeciones de los participantes, ya que no serán vinculantes para las
autoridades, “pero en caso de que éstas presenten opinión contraria a los
resultados alcanzados en la audiencia o consulta púbica deberán
fundamentarla y hacerla pública”12.

Por su parte, el artículo 21 especifica que “la participación ciudadana


deberá asegurarse, principalmente, en los procedimientos de evaluación
de impacto ambiental y en los planes y programas de ordenamiento
ambiental del territorio, en particular, en las etapas de planificación y
evaluación de resultados”13.

10
Artículo 2. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/75jNXA
11
Artículo 20. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/75jNXA
12
Artículo 20. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/75jNXA
13
Artículo 21. Ley 25.675. (2002). Ley General del Ambiente. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/75jNXA

6
Figura 1: Participación ciudadana en temas ambientales

Fuente: Rawpixel, https://goo.gl/Fl8gI8

Como surge de la normativa, entre los instrumentos más relevantes de


participación pública, resaltan las audiencias públicas, que al decir de
Morales Lamberti (2005), “constituyen mecanismos de encuentro y debate
entre ciudadanos (individuos, grupos, sectores representativos y
organizaciones no gubernamentales) y los representantes de organismos
con responsabilidad de tomar decisiones (nacionales, provinciales y
municipales)” (p. 169).

Reflexiones finales
¿Por qué es importante este derecho de acceder a la información
ambiental? ¿Cómo impacta en la participación ciudadana?

Coincidimos con Vera (2014) al considerar que acceder a la información y


participar en los temas públicos son las únicas maneras de vivir en una real
democracia ambiental. En otras palabras, se constituyen en elementos
fundamentales tanto para la formulación de políticas (preventivo) como
para la solución de conflictos derivados de impactos negativos sobre el
ambiente. Debemos constituirnos en parte activa de las decisiones que
afectan nuestro destino común.

No queremos dejar de aclarar que el derecho de acceso a la información en


materia ambiental tiene una naturaleza instrumental como también
autónoma o sustancial. En este sentido, a lo largo del recorrido se afirmó
que la información ambiental constituye un presupuesto de los
mecanismos de participación, pero también se lo interpreta como derecho
subjetivo autónomo, ya que se trata de un derecho oponible al Estado,
quien tiene la obligación de recolectar la información ambiental y
procesarla para suministrarla y difundirla públicamente (Díaz Araujo,
2011).

7
Referencias
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.
(1992). Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Recuperado
de: http://www.un.org/spanish/esa/sustdev/agenda21/riodeclaration.htm

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