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TRAUMA CADERA.
INTRODUCCION
Figura # 1. Circulación ascendente de la cabeza femoral por las ramas circunfleja medial y
lateral de la arteria femoral.
1
EPIDEMIOLOGÍA.
EVALUACIÓN.
Clasificación.
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femoral son las 31 y tres grupos: Simples, deprimidas y combinadas como se
ilustra en la figura # 2.
DIAGNÓSTICO.
3
Figura # 4. Luxación posterior de la cadera derecha asociada a fractura de la cabeza
femoral. Interrupción de la línea de Shenton en el lado derecho.
LESIONES ASOCIADAS.
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TRATAMIENTO.
5
Figura # 6. Luxación posterior de la cadera con fractura de la cabeza femoral, osteosíntesis
con dos tornillos.
COMPLICACIONES.
La incidencia de lesiones del nervio ciático varían del 10 al 23%, la rama del
nervio peroné es la más comprometida y la recuperación parcial o total del
nervio se presenta en 60 a 70% de los casos.
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tratamientos con injerto óseo vascularizado no han mostrado resultados
satisfactorios y no se realizan en nuestro medio.
La causa más frecuente de este tipo de estas lesiones son los accidentes de
tránsito y las caídas de altura. La posición de la cadera en flexión y leve
aducción dentro del automotor favorece que un trauma directo del tablero del
carro en la rodilla origine la luxación posterior de la cadera
CLASIFICACIÓN
DIAGNÓSTICO
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Todo paciente con trauma múltiple y/o asociado a trauma en la pelvis o dolor
en la región de la cadera requiere una radiografía anteroposterior de la pelvis.
El análisis del resultado de esta radiografía inicial y la valoración clínica
permite realizar el diagnóstico con relativa facilidad en la mayoría de los
casos de una luxación anterior o posterior de la cadera. Confirmado el
diagnóstico de la luxación se debe reducir en forma inmediata y posterior a
esto valorar con nuevas radiografías y una escanografía para descartar
fracturas en el acetábulo o en la cabeza femoral. En la figura # 9 ilustramos
un caso de luxación traumática posterior de la cadera derecha y anterior de la
cadera izquierda variedad obturatriz.
LESIONES ASOCIADAS.
Esta incidencia tan alta y variada de lesiones asociadas exige descartar este
tipo de patologías en cada uno de los pacientes con luxación de la cadera,
mediante una escanografía (TAC).
TRATAMIENTO.
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anestesia general, en las luxación posterior se practica la maniobra clásica
descrita por Jacobo Bigelow realizando tracción en flexión de la cadera a 90°,
abducción y rotación lateral; el ayudante debe realizar contra presión sobre la
cresta ilíaca para facilitar la reducción; en la mayoría de los casos se logra
reducir en forma cerrada la luxación posterior de la cadera. Figura 10. En la
maniobra de Stimson la reducción se hace al revés (Figura 11) Una vez
reducida la luxación debe valorarse su estabilidad, la reducción es inestable
cuando fácilmente a una flexión menor de 90° se luxa, generalmente por
fracturas asociadas de la cabeza femoral o del acetábulo y en muy pocos
casos por interposición de partes blandas (cápsula articular o estructuras
musculares o tendinosas) dentro del acetábulo que impiden una reducción
adecuada de la cadera.
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tamaño del fragmento y desplazamiento para definir el tratamiento ortopédico
o quirúrgico.
COMPLICACIONES.
BIBLIOGRAFIA.
3) Brumback RJ, Kenzora JE, Levitt LE, Burgess AR, Poka A: Fractures of the
femoral head. Hip 1987; 181-206.
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CT-directed pelvic oblique radiograph. ClinicalOrthopaedicRelated Research.
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8) Butler JE: Pipkin type-II fractures of the femoral head. Journal Bone Joint
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10
12) Cornwall R, Radomisli TE: Nerve injury in traumatic dislocation of the hip.
ClinicalOrthopaedic Related Research. 2000. 377: 84-91.
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Head and Neck Fractures. Orthopaedic Knowledge Update Trauma
4.American Academic Orthopaedic Surgeons. 2010. 399-416.
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FRACTURAS DE CADERA.
INTRODUCCION.
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presentan otras patologías que interfieren en el tratamiento y rehabilitación
integral del paciente.
Figura # 1B. Circulación de la cabeza femoral por las ramas de las arterias circunfleja medial
y lateral.
EPIDEMIOLOGÍA
El 50% de los pacientes con trauma de alta energía tienen otra lesión: trauma
de cráneo, tórax, abdomen, columna, pelvis, rodilla o en otra extremidad. En
los pacientes ancianos con trauma de baja energía generalmente no se
presentan lesiones asociadas significantes.
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La osteoporosis juega un papel importante no solo en la etiología de estas
fracturas, sino también en el tratamiento. La osteoporosis asociada a la
conminución de la cortical posterior disminuye la calidad y estabilidad de la
fijación interna, aumentando los riesgos de no unión y desplazamiento en
varo de la fractura.
En nuestro medio más del 60% de las fracturas son consecuencia de caídas
simples; el 30% por accidentes de tránsito en automotor o motocicleta, y en
el 10% la causa de la fracturas son las heridas por arma de fuego de alta o
baja velocidad.
EVALUACIÓN.
CLASIFICACIÓN
Varios sistemas de clasificación han sido propuestos para las fracturas del
cuello femoral; en la figura # 2, apreciamos la clasificación AO de las
fracturas del cuello femoral, tres grupos: impactada en valgo o no
desplazada, fractura que compromete el cuello femoral y fractura a nivel
subcapital.
B1 B2 B3
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Otra clasificación muy utilizada es la de Garden, que considera cuatro
estados para las fracturas del cuello femoral: Estado I fracturas impactadas
en Valgo, Estado II fracturas no desplazadas, que equivalen a las fractura
tipo B1 de la AO, Estado III fracturas parcialmente desplazadas, equivalente
a las fracturas tipo B2 de la AO, y el Estado IV fracturas completamente
desplazadas, equivalente a las fracturas tipo B3 de la clasificación AO como
se ilustra en la figura # 3.
GARDEN I GARDEN II
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Figura # 4. Fractura cuello femoral en la foto superior una fractura Pauwels III, con ángulo
mayor de 50° inestable, y en la foto inferior ángulo menor de 30°, Grado I, estable.
DIAGNOSTICO.
Los estudios radiológicos deben permitir conocer el valor normal del ángulo
cérvicodiafisario del lado sano, el diámetro y tamaño de la cabeza del fémur y
descartar cambios artrósicos de la articulación de la cadera fracturada.
LESIONES ASOCIADAS.
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En pacientes mayores se pueden presentar en la caída que origina la
fractura: trauma de cráneo, fracturas de húmero proximal, y radio distal. En
los pacientes jóvenes generalmente por la causa, trauma de alta energía, se
puede presentar trauma de cráneo, tórax, abdomen o fracturas en otras
extremidades e incluso en el mismo fémur de la fractura del cuello femoral o
en la pelvis.
TRATAMIENTO.
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Figura # 5. Fijación con tornillos de una fractura de cuello femoral.
18
Figura # 7. Prótesis bipolar de cadera como tratamiento de fractura cuello femoral.
COMPLICACIONES.
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Figura # 8. No unión fractura cuello femoral tratada con osteotomía valguizante y fijación con
implante a 135°.
INTRODUCCIÓN.
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reducción y estabilización de la fractura, sino iniciar la rehabilitación integral
del paciente.
EPIDEMIOLOGÍA.
50% de los pacientes con trauma de alta energía tienen otra lesión: trauma
de cráneo, tórax, abdomen, columna, pelvis, rodilla o en otra extremidad. En
los pacientes ancianos con trauma de baja energía generalmente no se
presenta lesiones asociadas significantes, las lesiones más frecuentes son
fracturas del tercio distal del radio o proximal del húmero
CLASIFICACIÓN.
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traumatismo y requieren un tratamiento prioritario y más exigente, son muy
poco frecuentes y cuando se presentan es en fracturas subtrocantericas.
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Los esquemas de clasificación de las fracturas subtrocantericas incluyen la
propuesta por Fielding y Magliato, basada en la distancia del rasgo de la
fractura en relación con el trocánter menor. La clasificación de Russell-Taylor
fue diseñada como respuesta terapéutica a las indicaciones de tratamiento
con clavos bloqueados de segunda generación; clasificando las fracturas en
estables e inestables; las fracturas inestables tienen extensión a la fosa
piriforme, y no están indicados los clavos bloqueados. La clasificación mas
utilizada es la descrita por el grupo AO. Es una clasificación alfanumérica
donde al hueso femoral le corresponde el número tres (3), y a su región
subtrocanterica el numero uno (1). Estas fracturas son las A3 de las fracturas
del extremo proximal del fémur como se ilustra en la figura # 11.
EVALUACIÓN.
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El estado de las partes blandas no solo debe establecer si la fractura es
abierta o cerrada, sino la presencia de abrasiones, contusiones, hematomas,
y en el caso de heridas la contaminación y presencia de cuerpos extraños, y
calidad de los tejidos para un abordaje quirúrgico.
DIAGNOSTICO.
Los estudios radiológicos deben permitir conocer el valor normal del ángulo
cervicodiafisario del lado sano; y el diámetro y curvatura del canal medular
del hueso, para definir el tipo de implante que puede ser utilizado en el
tratamiento y fijación interna de la fractura.
LESIONES ASOCIADAS.
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Las fracturas abiertas inter y subtrocantéricas del fémur son poco frecuentes,
y generalmente están asociadas en nuestro medio con heridas por arma de
fuego, en otros casos un trauma de alta energía en accidente automotor o
caída de altura. Su tratamiento quirúrgico es prioritario, la fractura debe
desbridarse lo antes posible, realizar un lavado exhaustivo y una fijación
estable utilizando una fijación estable, con implantes poco invasivos.
TRATAMIENTO.
Tratamiento Ortopédico.
Cuando las condiciones del paciente no permiten por cualquier causa un
tratamiento quirúrgico; se realiza un tratamiento ortopédico, con una tracción
esquelética durante tres a cuatro semanas, seguido de una inmovilización
con una espica de yeso o aparato ortopédico. Este tipo de tratamiento es muy
costoso por la hospitalización prolongada; y su resultado es malo por el
acortamiento de la extremidad, rigidez articular, deformidad en varo y rotación
lateral, no unión de la fractura y gran atrofia muscular; la mayoría de los
pacientes no pueden volver a caminar, o terminan con cojeras muy
incapacitantes. Por esta razón se acepta que este tipo de tratamiento debe
ser reservado únicamente para pacientes con muy alto riesgo de ser
sometidos a cirugía o para pacientes que no tienen buen pronostico por la
gravedad de su estado general o para pacientes que no deambulaban antes
de la caída.
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Los pacientes con fracturas de rasgo en espiral deben fijarse por el riesgo
alto de convertirse la fractura cerrada en abierta. En los pacientes con este
riesgo y en el grupo que se contraindica una fijación interna; debe
considerarse siempre la alternativa de una fijación externa, método menos
invasivo que cualquier osteosíntesis, que permite una fijación para movilizar
rápidamente al paciente de su cama y puede obtenerse en algunos casos
una consolidación en posición aceptable. La fijación externa debe realizarse
al menos con dos clavos en cada uno de los fragmentos óseos proximal y
distal, previa reducción adecuada de la fractura. La osteoporosis en los
pacientes de edad, la infección, poca tolerancia del método, rigidez articular,
pérdida de la reducción, hacen que este método sea poco utilizado y exija
una supervisión muy estricta.
Tratamiento Quirúrgico.
El tratamiento quirúrgico es el tratamiento de escogencia para las fracturas
de la cadera inter y subtrocantéricas de fémur, se aconseja realizar la cirugía
en las primeras 24 horas; hay diferentes métodos para realizar la fijación
interna que vamos a detallar a continuación:
El implante más utilizado es el tornillo deslizante con placa tubo a 135° que
permite una fijación estable y compresión en el foco de fractura. El éxito de la
cirugía depende de la reducción de la fractura, selección del implante y
colocación central dentro de la cabeza y cuello femoral del tornillo deslizante,
restaurando la angulación normal cervicodiafisaria. En casos de fracturas
muy complejas, desplazadas y conminutas es necesario realizar una
aumentación de la osteosíntesis con una placa de soporte trocantérico,
tornillos de esponjosa e incluso amarras de alambres que pueden ayudar a
mejorar la estabilidad de la fijación. En la figura # 12 ilustramos el tratamiento
de una fractura intertrocanterica con este tipo de implante.
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Figura # 12. Fractura intertrocanterica izquierda fijación y consolidación tratada con implante
a 135°.
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por arma de fuego tratada con una placa condílea AO a 95 ° e injertos óseos,
y su estado de consolidación a los 12 meses.
Figura # 13. Fractura subtrocanterica conminuta por arma de fuego, tratamiento con placa
AO a 95°, e injertos óseos. Consolidación de la fractura a los 12 meses.
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20% con este tipo de implante. En la figura # 14 ilustramos una fractura
conminuta subtrocantérica tratada con un tornillo condilar a 95°.
Figura # 14. Fractura subtrocantérica conminuta fijada con un tornillo deslizante a 95 ° con
técnica mínimamente invasiva.
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cuello femoral a través de la guía. Los resultados reportados en la literatura
con este implante, son muy satisfactorios; como no es el más recomendado,
su utilización se realiza con menores indicaciones y mayores precauciones
constituyéndose en un procedimiento seguro y efectivo para autores como
Wile, Ruff y Lubbers, Mullaji y Thomas. En la figura # 15 ilustramos una
fractura subtrocantérica fijada con un tornillo deslizante a 135°.
Figura # 15. Fractura subtrocantérica de fémur con rasgo intertrocanterica fijada con implante
a 135°.
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que las placas en las fracturas subtrocantericas de fémur. No han podido
demostrarse ventajas de menor sangrado, menor tiempo quirúrgico y de
menor irradiación de los clavos intramedulares sobre las placas.
COMPLICACIONES.
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1) Pérdida de la fijación. En pacientes con fracturas conminutas y marcada
osteoporosis el implante puede quedar inicialmente bien colocado dentro del
cuello y cabeza femoral, pero puede migrar o salirse, originando una pérdida
de la reducción de la fractura por una fijación inestable. Para evitar el
desanclaje de las placas se recomiendan colocar cuatro tornillos de cortical
tomando las dos corticales en el fragmento distal. Cuando la fijación de la
fractura es inestable, el paciente presenta acortamiento, deformidad en
rotación externa y manifiesta dolor en la cadera y muslo. En los casos de
pérdida de la reducción, fijación inestable de la fractura, o ruptura del
implante, es necesario realizar una nueva osteosíntesis, y se recomienda
cambiar el implante, por una placa más larga u otro modelo; y en casos de
defecto óseo se deben colocar injertos óseos.
2) No Unión. Cuando han pasado seis meses, y el paciente con una fractura
subtrocanterica no logra deambular y presenta dolor en la cadera y el muslo
se debe sospechar un retardo en la consolidación de la fractura una no unión.
En cualquiera de estos casos es necesario realizar una nueva intervención
quirúrgica revisando la estabilidad de la osteosíntesis. Cuando el implante se
ha aflojado o roto es necesario mejorar la fijación de la fractura, colocando un
nuevo implante e injertos óseos. En la figura # 17 ilustramos una fractura
subtrocantérica tratada con un clavo placa, presento infección, se paso un
fijador externo y posteriormente a un clavo gamma largo, obteniéndose la
consolidación.
Figura # 17. No unión de fractura subtrocanterica de fémur tratada con un clavo gamma
largo.
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con desbridamiento, lavado y cambio de la fijación a un tutor externo si hay
pérdida de la fijación inicial, y antibióticos de acuerdo al resultado de los
cultivos. En la infección tardía o crónica, generalmente hay una fístula, y se
asocia con una no unión de la fractura, en estos casos es necesario un
desbridamiento, lavado, revisión de la fijación; tratamientos generalmente
muy largos y costosos.
BIBLIOGRAFIA.
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