Вы находитесь на странице: 1из 8

Universidad Autónoma del Estado de Morelos

Facultad de Psicología
Un ciego en el cajero automático

El centro histórico de la ciudad de Cuernavaca es un punto de encuentro comercial


para las personas que por ahí transitan. Ahí podemos encontrar diferentes productos y
servicios que la gente consume regularmente, desde comida y ropa hasta
electrodomésticos y curiosidades. Atendiendo a la necesidad de la gente, se han
establecido diferentes bancos en las cuadras aledañas, además de cajeros
automáticos independientes y “practicajas” para poder disponer de dinero en efectivo o
realizar pagos.

Es una realidad indudable que los bancos trabajan en horarios comerciales y no en


horarios de las actividades de las personas, es decir, la atención de los bancos está
centrada en el flujo del dinero pero no en las necesidades de las personas a quienes
prestan sus servicios. Un ejemplo de este desinterés es la tendencia creciente a
eliminar las cajas atendidas por personas y reemplazarlas por cajeros automáticos y
“practicajas” en donde puedan realizar sus trámites sin necesidad de alguien que les
oriente.

Este cambio en la manera de atender a las personas trae consigo otros ajustes que las
personas deben asimilar para poder realizar sus trámites en estas nuevas máquinas.
La aspiración de los bancos es por un lado reducir los recursos humanos en sus
nóminas y por otro agilizar los trámites que los usuarios quieran realizar. Las largas
filas y horas de espera en los bancos podrían quedar en el pasado, pero ¿están listas
todas las personas para realizar sus trámites de manera independiente?

Si ponemos atención en ciertos sectores vulnerables de la población encontraremos


que incluso cuando hay diferentes ejecutivos y personas que atienden en los bancos,
no están siempre capacitados para atender, por ejemplo, a una persona que tenga
alguna discapacidad. La mayoría de los bancos tienen rampas de acceso para atender
a las personas con discapacidad motriz, pero esas personas no son la totalidad de los
grupos vulnerables ni de las personas con alguna discapacidad. No basta con entrar al
establecimiento del banco para poder ser atendido adecuadamente.

U1- Julia Hernández y Carlos Pineda


1
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Facultad de Psicología
Por eso las facilidades que pretenden proporcionar con los cajeros automáticos
deberían estar apropiadamente adaptadas para incluir a la población en general y
especialmente poniendo atención a cualquier persona con otras discapacidades
diferentes a las motrices. ¿Cómo podría operar algo así, por ejemplo, un ciego?

La ceguera es una discapacidad que se categoriza en diferentes tipos dependiendo del


tipo y grado de pérdida de visión. Existen cajeros que intentan implementar algunas
medidas para atender a ciegos. Por ejemplo, el sistema de lectura braille o una entrada
para conectar audífonos y recibir instrucciones, pero estas mismas parecen estar
aisladas de los procesos del mismo cajero y resulta casi imposible que la persona
pueda realizar sus trámites sin ayuda. El análisis del problema se vuelve más complejo
si agregamos que en primer lugar poder llegar al cajero puede resultar muy complicado
para un ciego. Mencionamos las rampas de acceso para las personas con
discapacidad motriz, pero en ningún banco del centro histórico de Cuernavaca existen
líneas guía para personas ciegas.

¿Cómo podrían mejorar las adaptaciones de los cajeros automáticos para atender
mejor a los ciegos? ¿Debemos crear cajeros exclusivos para ciegos y ubicarlos en
lugares estratégicos para su mejor acceso? ¿Sería eso una discriminación positiva?

En nuestra sociedad es difícil poder realizar trámites burocráticos, desplazarse a


lugares, satisfacer necesidades, etcétera, y si eres ciego la dificultad aumenta
considerablemente. Son pocos o nulos los espacios que están debidamente
capacitados para atender a personas ciegas. Esta situación puede analizarse desde
dos asuntos paralelos: por un lado desde una perspectiva social y por otro con una
perspectiva política.

Los ciegos son discriminados en los dos ámbitos. Políticamente no existen medidas
específicas que posibiliten el ejercicio pleno de los derechos de estas personas, que no
dejan de ser sujetos de derecho por su condición. De hecho, es precisamente esa una
de las necesidades de este y otros grupos vulnerables: crear leyes que les nombren,
que los visibilicen para poder ejercer su ciudadanía plenamente. Todos somos víctima
de la burocracia y sus obstáculos para el ejercicio de la justicia y la aplicación de las

U1- Julia Hernández y Carlos Pineda


2
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Facultad de Psicología
leyes. Si los grupos vulnerables no tienen leyes específicas sus derechos seguirán
siendo maltratados por las autoridades.

En el ámbito social la discriminación es acaso peor. Las personas que no pertenecen a


un grupo vulnerable no parecen tener conciencia de la vida de personas diferentes a
ellos. A los ciegos se les victimiza y se les pretende ayudar pero sin tomar en cuenta
cuáles son sus necesidades, es decir, se cree que por ser ciego requiere tal o cual
ayuda y se actúa en consecuencia pero no se toma en cuenta la autonomía que tiene
la persona ciega.

Frente a los ciegos y a todos los grupos vulnerables, las personas que viven en
privilegio prefieren voltear la mirada, pretender que es una situación consecuencia del
destino y por lo tanto ajena a ellos mismos. Desde la zona de privilegio se ejerce poder
sobre las personas de grupos vulnerables y se emprenden acciones que simulan
beneficiar pero que en última instancia están motivadas por el deseo de anular a esas
personas. Así no tendrían que enfrentar la idea expuesta de una realidad distinta, una
realidad posible que los quitaría de su privilegio.

Hablar de desigualdad y falta de oportunidades para personas con discapacidad se ha


vuelto algo común pues existe bastante información acerca de las diversas
discapacidades y de cómo ayudar o facilitar las cosas para a estas personas; sin
embargo, no ha sido suficiente ya que la información que existe solo está presente para
un grupo minoritario de la sociedad, que son las personas que tienen una convivencia
más cercana con personas de grupos vulnerables. El resto de la población sólo sabe
que existe un grupo diferente de personas, al que respeta, reconoce y tolerar pero los
posiciona en un lugar fuera del que ellos existen, tomando una actitud pasiva y poco
incluyente.

Esto nos conduce a pensar que no existe una sociedad incluyente y que a pesar de la
información y alguna serie de reglamentos que existen para los establecimientos
comerciales o que prestan servicios, no es suficiente para visibilizar a estos grupo de
personas con alguna discapacidad, ya que la mayoría de las facilidades que existen
para estas personas son para las personas con discapacidad motriz.

U1- Julia Hernández y Carlos Pineda


3
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Facultad de Psicología
Quedan excluidas otras de las diversas discapacidades, como los ciegos, pues no
existen las facilidades para ellos, ya que no se cuentan con caminos guía en los
establecimientos, ni con personal capacitado que los pueda orientar, principalmente en
los bancos, cajeros y practicajas que son lugares en los cuales podrían ser víctimas de
los abusos de otras personas.

Mirar hacia otra dirección y encontrar al ‘otro’, al ‘diferente’ puede causar miedo y ser
amenazante, puesto que tendríamos al reconocerlo también reconocemos la
posibilidad de estar en su lugar, por lo que preferimos no mirar. Y si lo hacemos,
buscamos en seguida convertirlo en algo natural y fuera de nuestro alcance, dejándolo
en un extremo donde no nos parezca amenazante, y donde el otro termina volviéndose
vulnerable y nosotros una amenaza para él, produciendo y reproduciendo así la
discriminación.

No obstante, deberíamos de hacernos responsables e involucrarnos más como


sociedad, intentar ser incluyentes, informarnos y exigir oportunidades y facilidades que
permitan a los diversos grupos posicionarse en una igualdad de oportunidades y
derechos. Dejar de pretender que el otro diferente está aislado y hacerlo parte de
nosotros.

U1- Julia Hernández y Carlos Pineda


4
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Facultad de Psicología
ANEXOS

Entrada a cajero automático sin rampa.

U1- Julia Hernández y Carlos Pineda


5
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Facultad de Psicología

Entrada a cajero automático sin ninguna rampa o acceso alterno a la sucursal

U1- Julia Hernández y Carlos Pineda


6
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Facultad de Psicología

Entrada a cajero no apta para la mayoría de las personas con alguna discapacidad

U1- Julia Hernández y Carlos Pineda


7
Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Facultad de Psicología

Cajero automático con algunas características para personas con discapacidad

U1- Julia Hernández y Carlos Pineda


8

Вам также может понравиться