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Shulamith Firestone

La dialéctica
del sexo

~rós
1
LIBRERIA EUROPA
COSTA VERDE, C.A.
Otros libros ~6s Centro Comercl&'l Coate Ver<M
A•. Bella Vlata Merecelbo

Julíus Fast
LA NUEVA ADECUACION
SEXUAL
Basándose en el famoso estudio
de los doctores Masters y
Johnson, expone y somete a crítica
lás conclusiones de dichos doctores.
y examina los posible-s trastornos
de la adecuación sexual: impotencia.
frigidez. incompetenéia
eyaculatorla, vagini;>mo,
eyaculación prematura,
dispareunia, etc. · LA DIAf Jj:CTJCA DEL SEXO
Mary Kathleen Benét
EL GHETTO
DE ~AS SECRETARIAS
Un trabajo. a la vez periodístico
y sociológico, sobre un tema que
afecta a una gran masa de mujeres
de la sociedad contemporánea;
delata la trampg de la sociedad
J..li:ltrlarcal y la situación real ut:: uu
nuevo proletariado.

Carl R. Rogers
EL MATRIMONIO
Y SUS ALTERNAT~AS
Ei creador de la famosa terapia
oo-<lirectiva aborda ·la crisis
Jnstituclonal del matrimonio
··analizando,. •en vivo•. sus
componentes biológicas,
soCiológicas y hasta endocrinas.

Jean Gondonneau
LA FIDELIDAD, LA
INFIDELIDAD
Una rettaxión y una indagación
sobre el tema que cada día~e
habla con mayor insistencia: la
crisis de la Institución matrimoniar.
Este libro es también una·1nvitación
a un nuevo diálogo entre hombres
y' mu)pres. Diálogo ·lúcido y
osado, que no suprime el gran
en1Qma de la ternura.
GLADYS PALAU- OIANA MAFFI
UBACY f Fl 052
1991 - 1993
SliULAMirll 'FIHESTONE

LA DIALECTICA
DEL SEXO
EN DEFENSA DE LA REVOLUCION
FI<~MINISTA

editoria~s
i
!

1 av. generalísimo, 493


.bareelona~.15

l
.l
1
Titulo original: The Dialectic of Se:x
Portada: Joan Batallé
Traducción: Ramón Hihé ()ueralt

A SIMONE DE BEAUVOIH
QUE HA CONSERVADO SU INTEGRIDJ.D

© 1973 \\''ílliam i\Jorrow & Co. Inc.


y Editorial Kairós, S. A. 197ó
avdu. Gmo. Franco, 493- Barcelona-15

Primera edici6n: junio 1976


Printed in Spain

Depósito Legal, ll-29490-1976


I.S.B.N. 84-7245-079-1

!CAP, S. A.- ~;splugas del Llohregat (Barcelona)


El examen y la reflexión en tomo a la Naturaleza -en
su acepción más amplia-, en torno a la historia de la es-
pecie humana o de nuestra propia actividad intelectual, nos
conducen a la percepción inmediata de un entramado sin
fin de relaciones y reacciones, permutas y combinaciones,
en las que nada conserva su esencia, ubicación o modo; al
contrario, todo se mueve, cambia, llega a ser y desaparece.
Nuestra captación primera es, por tanto, la de un todo uni-
tario, mi"entras sus componentes individuales permanecen
en mayor o menor grado en un segundo plano; observamos
los movimientos, los cambios, las conexiones, no lo que se
mueve, combina y une. Esta concepción del mundo primi-
tiva e ingenua, pero intrínsecamente correcta, pertenece a
la antigua filosofía griega y el primero en formularla con
claridad fue Heráclito: todq es y no es, puesto que todo
fluye, cambia sin cesar, adquiere el ser constantemente y
constantemente desaparece.
FRIEDRICH ENGELS
Gl.O.Iil>YS I'.O.L.O.U- DIANA MAFFIA
UBACYT Fl 052
1991 ~ 1993

1
LA DIALECTICA DEL SEXO

La división estanca derivada del sexo es tan profunda


que resulta imperceptible. Caso de ser percibida, puede ser-
lo bajo una capa de desigualdad superficial, susceptible
de abolición mediante unas pocas reformas o mediante la
plena integración de la mujer en el estamento laboral. Es,
sin embargo, la reacción del varón, la mujer o el niño co-
rrientes la que más se acerca a la verdad:
-¡Qué dices! Pero, ¡si ésto no se puede cambiar! ¡Tú es-
tás loco! Pues bien, hasta ahí exactamente ahondamos en
la . realidad. Esta reacción espontánea -la suposición de
que; aunque inconscientemente, las feministas están hablan-
do de cambiar un estado biológico fundamental- es una
reacción sincera. El que un cambio tan profundo no enca-
je fácilmente en las categorías mentales tradicionales -las
«políticas», por ejemplo- no se debe a la irrelevancia de
dichas categorías, sino a su estrechez congénita; el femi-
nismo. radical las .arrolla. Si existiera un vocablo dé conte-
nido más amplio que el de revolución, lo utilizaríamos aquí.
Hasta que no se alcanzó un cierto nivel evolutivo y la
técnica consiguió su actual estadio de sofisticación, poner
en cuarentena un estado biológico fundamental parecía cosa
de locos, .¿Qué razones podían. existir para que una mujer
1'
renunciará a su preciado asiento en el vagón-cuadra por
una lucha sangrienta que no podía tener esperanzas de
ganar? .Sin embargo, e.n algunos pa.íses por vez primera, se
dan las condiciones previas para una revolución feminista;
es más, las. circunstancias empiezan a exigir dicha revolu-
ción.

9
Las pi~neras están intentando evitar la masacre y, avan- resultó ser el análisis que Marx y Engels hicieron del an-
zando a tientas, empiezan a encontrarse unas a otras. Su tag(Jnismo· •de• clases, previo ·a.- la revolución económica: Más
primera actuación táctica consiste en una cuidadosa obser- exhaustivo .aún, porque• nos enfrentamos a-•un• problema de·
vación conjunta, en la resensibilización de una conciencia mayores pr:opprciones; .a •una -opresión' qlie se rentonta -más
fraccionada. Es una labor penosa. Poco importan los ni- allá• de. todo· testimonio escrito hásta- penetrar en •los mis-
veles de conciencia- que se dejen atrás;· el·problema··queda · mísimos umbrales • del reino animaL
siempre a . mayor· profundidad. Está' en todas parfes. El Enda: gestación de• un análisis de tal- naturaleza; pode-
dual!smo ytn-yang (1) imptegria todó el cursó dé la cultu- mos . obtener información valiosísima a través • de Márx y
ra, de la historia, de la economía e incluso de la natura- Engels; No me• refiero a la .. recopilación literal de sus opi-
leza misma; las versiones occidentales de la discriminación niones ·sobre las mujeres ·(apenas tienen idea del'•estado de
sexual no constituyen más que su última floración. Po- la> muj·en como.• clase oprimida 1 hecho- que sólo -reconocen
tenciar hasta este punto la propia sensibilidad con respec- cuando• roza• la -cuestión·•econóntica), sino a su método- ana-
to al sexismo conlleva probleirúis mucho más gráiies que lítico;
cuantos puedan derivarse de ·¡a ·perceptibilidad recién' ad' MaPX • y . Engels . fueron superiores a sus antecesores so-
quirida por el militante negro: frente· al racismo !a's mi' cialistas. por haber· desarro!Wdo un· método dé· análisis ·a
litarités 'feministas se ven en la necesidad de po'rief'efí' telá la :vez dialéctico y · materialistrL' Fueron los primeros· -tras ·
de· juicio' nd sólo la· totalidad de la.· cultura ·océide'ní'cil sfnó largos siglos de cultura- en concebir la ·historia •dii:tlécti- ·
la organización misma•' de la culturá y, más auá; la :dii la camente¡- enrconternplar-·el -mundo- como proceSO· -flujo na-
propia naturaleza.· M'úchás mujeres -perdida la·· espetán-· tural de acción: y reacción, de ·contrarios· que; sirt''erribargo,
za-'-, . abár\.dónim • la lucha, porque; si es ·cierto que· la' pro- resultan dnseparables y ·se· ·penetran mutuamente;·· AFpoder
furídidád del problema alcanza ·estos" niveles, pr~fib'réi se:· captar.: la:: historia.• corrtó•-secuencia-•y ·no como instantánea;
güir ignótáridcilo. OtraS' 'sigüen engrosando las ·filas·' cte· este intentaron:· evit!tn caer· en' la-· estática• perspectiva «meta-
movimiento y prestándole su apóyci; su dolorosa: reactil:ilc· física• -que-•habia seducido· a•4antlü;·:-mentes"-póderosas. (Este
Ji dad a la opresión de la mujer tiene 'un objetiv'6''qtié le" mismo tipo: de .-análisis: ·puede· ser ·producto· de ·•la>tliVisión se-
otorga ·razón de ·existenCia: su eventual elirrtinaciori.: xual, corno· veremos>' en· le'·Capítulo 9.) Combinaron· esta :vi-
Antes de.· prócédér· al irtterito de modificar uria 'detennr sión de la dinámica interl!ctiVa :·.de·, las 'fuerza-s- ·históriCas ·
nada sitúaeión;' dt!bb'rrios: no ob~'tánté, esch1recét sil' origen' con una interpretación materialista; es decir intentaron -por
y evoluCión;· así·'córhd 1as ·instituciones a través de las cua- vez:primera-~asentar'el proceso de·cambio his1:'ótico·y cul-
les actúil: Rtléórdbrríos e~··~viso dé EhgéiS;: <<(D~b~riios) eir.a-· tural: sobre· una •ba-se··real,' atribuir !á •evoluci6ri- 'de' los· esta-
rrtirüir la: sucesiói1 hlstofíca de 'Jo~ hechos de ''los qüe de~ mentos·'·econónikos•· a -'•causas orgánicasc Pimsatotr enseñar a
riva er anfagonis'irio; a ·nh:.de''ctés~ciibrir en· el <;orhplejo de los· hombres cór\:ro·dciminar la: histOria por medio··cte la·'com-
his. cfrcuhstariéiiís . pof', elios -creada( los· niedids ql,le . . nos prensión•pte'na:·-dei su· rneeáriica··irite'rna·:
pétmitiíri. pói:léf 'fin al corif!ibto.>> AÍif~s~ dé''próc,':edet a la LOs· perrsaddres socialistas anteriores a · Mllrx- y Engels
révóliidóri ~érríinista', pfe{;isafemos' dé . uri ariaíisis de' la -como Fó'urier; Owerr y 'Bebe!~ na"pudierotr"'ir·más allá
diháníka. de la:'' guerrá. dé 'lo-s 'sexOs'. tan ' exñaüstivó .. coirió . del discurso rnaratizaute" acerca·· de ·las desigu'atd'ides so-
ciales de la época, exponiendo un mundo ideal- en el -que
(l) El tétmíno,yin'<;leiJ.ota'en la fiíoso:tia china el piiÍÍCil'io pá-'
siV~',- -.n.~'g·atrvo·_·_ b ·tetiúúiiñb _~déi~ urií"'i.h·sa~·' ·siemPr_e~·-en··'_córitráSte ~Y 'c?ril·.:·
no existirían ni la explotación ni los privilegids de ·clase
(al-.i~al -que--los pdmeros •pensadores feministas-- S<~ limita-
piemento miiiúO cOtí"el' pFinCiP'fOH yang, fu:érltt{''í:hf'1uz:·:y cdlór, .,_qtié· es ron a .la exposición- de-un mundo: en-·el que--no--debía- exis-
la .fuerza activa, positiva o masculina del mismo. (N. del T.)

10 11

1
tir ni la exp~otación ni los privilegios. de! macho) apoyán- de las luchas de clase; que dichos estamentos conflic-
dose en la Simple base de la buena voluntad. En ambos tivos de la sociedad son siempre resultado de los
casos, el hecho de que estos pensadores adelantados des- sistemas de producción e intercambio -en una pala-
conocieran el modo en cómo había evolucionado se había bra, de las circunstancias económicas de la época-;
mantenido y era susceptible de eliminación la' injusticia que la estructura económica de una sociedad propor-
social, hacía que sus ideas existieran en un medio cultural ciona siempre la base real que nos sirve de punto de
sintético, utópico. Marx y Engels, en cambio, intentaron un partida para encontrar la explicación última de toda
enfoque científico de la historia. Analizaron el conflicto la superestructura de las instituciones jurídicas y po-
de clases hasta dar con sus orígenes económicos auténticos líticas, así como de las ideas religiosas, filosóficas, et-
y proyectaron una solución económica sobre la base de cétera, de un período histórico dado». (La cursiva es
unas precondiciones económicas objetivas ya existentes: la mía.)
.; '
incautación de los medios de producción por parte del pro-
letariado iba a conducir a un comunismo del que desa- Sería un error intentar explicar la opreswn de la mu-
parecía la función gubernativa, al no necesitar ya reprimir jer a partir de esta interpretación estrictamente económi-
a la clase inferior en beneficio de la superior. En una so- ca. El análisis de clases constituye una labor ingeniosa,
ciedad sin clases los intereses individuales iban a identifi- pero de alcance limitado; correcta en sentido lineal, no
carse con los del conjunto social. alcanza suficiente profundidad. Existe todo un sustrato
Aun concediendo que la doctrina del materialismo his- sexual en la dialéctica histórica, que Engels entrevé de vez
tórico supuso un brillante avance sobre los análisis históri- en cuando; pero, al percibir la sexualidad sólo a través de
cos precedentes, los acontecimientos se encargaron de de- una impregnación económica y reducir a ella toda realidad,
mostrar que no constituía la respuesta definitiva. La ra- se incapacita a sí mismo para una actividad ·evaluadora
zón estriba en que, si bien Marx y Engels basaron su teo- autóctona.
ría en la realidad, tratábase únicamente de una realidad Es cierto que Engels captó que la división original del
parcial. Veamos la definición -estrictamente económica- trabajo se daba ya entre hombre y mujer, siendo su obje-
que Engels nos da del materialismo histórico en su So- tivo la crianza de los hijos; que en el seno dé la familia
cialism: Utopian or Scientific: · el marido era el patrono, la mujer los medios de produc-
ción y los hijos el trabajo; y que la reproducción de la es-
"El materialismo histórico encarna aquella concepc10n pecie humana constituía un importante sistema económico
del curso histórico, que busca la causa última y la diferenciado de los medios de producción. (1)
gran fuerza motriz de todos los acontecimientos en Sin embargo, se ha otorgado a Engels un mérito exce-
el . desarrollo económico de · la sociedad, en las varia- sivo por haber reconocido de forma tan esporádica la opre-
ciones habidas en los sistemas de producción e in- sión de la mujer como clase. La verdad es que tan sólo
tercambio, en la división subsiguiente de la sociedad afirmó el sistema de clases sexuales en aquellos puntos en
en clases diferenciadas y en las luchas de dichos esta- que se entrecruzaba con los montantes de su estructura
mentos .entre sí.» (La cursiva es mía.) económica y podía contribuir a iluminarla. Tampoco en
Más adelante alega
(1) La correlación que establece entre el desarrollo combinado
de ambos sistemas en El origen de la familia, la propiedad p1·ivada
" ... que toda la historia del· pasado, salvo la de sus y El Estado sobre una base temporal, puede tener la interpretación
. estadios rriás primitivos, no fue más que la historia que incluimos en el siguiente diagrama:

12 13
e;;te <\Spec.to ~e . de~en~olvió tan ,bien como se cree. Marx
1 ¡:;esu!t_ó a,t;ln p~pr: sada vez se cpJ;D.prende con .mayor cla-
• ri~¡¡d' la' ~¡:@diSJ?pSÍí'~9P. ,de 'Marx "'n '• c;ontra de ;las .n)l}jeres
. {pre,<¡lisposic}.qn \'pltun>l co1Ilpartida, por Frepd. al )gua] que
jlpr . todos Jps .pp¡;nb~es c1:1ltos), ;Pe]jgro~a ~i .?e jntenta
·forzar la entrada .del feminismo en una estructura marxista
prto<¡l0 xa . dando cqnsistencia de dogma a lo que t~n ·s.ólo
, c_omtituian .il;ltuic;i0J;J.es .espprádic:as de J\iarx y ¡ Engels so-
..l;n~e Jos .eSt<>I!l~rí~o,s , d!!l . ~exo. :Lo ,,q\le debemos : ,\}¡¡¡,cer, en
c.\11Ilbio, es .ampliar el materialismo histórico hasta con·
~e,guir que éste abarque al materialismo estrictamente mar-
.xista; , a~go par!'!I;ido a lo que .!).izo¡ la física re]at~vista, que
pp ·invalidó a la físic.a de Newton, sino que trazó un drcu-
)p "a 'tu ,\'lre<jl~xl¡;>r. í~~¡pitl¡lJ;l<;IO .su ,aplicación ~sólo ,propor-
¡;ionalmente- a. un r;<ldjo .menor. La razón estriba. en que
un ~ia,gnóstico \'C,oJ:lómico F!P.~ llegue !).asta la ,prppú~<,iad. de
)ps ffiediRs ,,c;le . pr<;><;iu<r<¡ipn .e , inc¡:Ius,o ]:¡asta ]a -Pr.oJ?ie<,lad
_¡;le ¡.qs ¡p.\"clips. de .p;prodl,lcc;i.J?p, 1,10 ,apqrta lll)fi '"~pljc::ación
cf?¡:pp~eta .• E,ldste . un ,p)arw ,¡;le r\'ali!i<td que no deriva di-
.T!'!c¡p;tn:;t<cnte 4e ,la ec;ol).pm~a.
E,l SllJl.Uesto , ¡le q¡¡.e, ,¡ná,s ,al]á de la ecoP.omía, , la rea-
,¡¡pafl ,.e,s .psico;S<;lf.ll.iJ.l, ,y¡ep.e siendo rechazado C:OJ;D.O a,):tis-
tórico por quienes aceptan una interpretación matel;',il!lista-
dialéctica de la hi,storia, ya ~ue dicho supue,sto _Parece ha-
cernos retroc"der hasta d misrr¡ísi)J.lo punto de partida de
...: ·Marx: una búsqued.a a tienj:as en medio de un eo¡n,plicado
te~
o-
,_a: cúmulo de hipótesis utópjc~s, de $istemas fjlosófi9ps que
CJ)(.)
;: ·.¡¡¡ ¡
pudi<¡ran ser verdaderos Ó fiJ.!sos _:_no ]:¡ay eorgprg bación
'posibl¡,-, siste¡nas ql!e explican los acontecimientos his-
tóricos concn~to.s por niedio de categorías inÚ;lei;üvas a
priori. El materialismo· histórico, siií 'émbargo, -intenta ex-
Jll,iq~.r el «cop.oc.¡,r» por el .<sser>> .y no vh;ever~.a.
.O AJlHP .biep., ,¡:¡¡iste . una '~rce!fa .~Iten:¡._¡ltiya to!;lpví.a ipé-
·:;;: dit¡:t: la de intentar <les::~rrol!ar una interpretación materja-
.f¡) z
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N )ista de la hiotoria basada en el .sexo mismo.
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.c!e 1Jps ,<;!~es .soc;jales .•:¡;:p <;on,junto, ola .-teoría ,fernirista ha

BASADA EN LA DIVISION ORIGINAL DEL TRABAJO


,15
resultado tan inadecuada como los primeros esfuerzos fe- visión sexual misma? Establecer categorías a priori inte-
ministas por corregir el sexismo. Era algo previsible. El lectuales y existenciales -«Alteridad», «Trasce?den~ia», <<In·
problema es de proporciones tales, que un primer intento manencia»- en las que integrar luego la h1stona, puede
no podía hacer más que arañar la corteza, las desigualda- ser una actividad innecesaria. Marx y Engels habían des-
des más flagrantes por él descritas. Simone de Beauvoir fue cubierto que estas mismas categorías filosóficas surgían
la única en acercarse -y quizás en conseguir- el análisis a su vez de la historia.
definitivo. Su profunda estudio Le Deuxii!me Sexe, que apa-
reció en los inicios de los años cincuenta ante un mundo Antes de adoptar tales categorías, intentemos efectuar
convencido de la muerte del feminismo, intentó por vez un análisis poniendo a la propia biología -la procreación-
primera fundamentar el feminismo sobre su base histórica. en el origen del dualismo. La presuposición intuitiva del
De todos los teóricos feministas, De Beauvoir sobresale como hombre medio de que la división desigual de los sexos es
la más profunda y universal, la que establece un vínculo una división «natural», puede estar bien fundamentada. No
entre el feminismo y las mejores ideas de nuestra cultura. tenemos por qué buscar más lejos, por lo menos de forma
Posiblemente dicha virtud sea también su único defec- inmediata. A diferencia de la esta.mentización económica,
to: una sofisticación y un intelectualismo casi excesivos. las clases sexuales nacieron directamente de umi realidad
Donde quizás alcancen categoría de defecto -cosa siem- biológica: hombres y mujeres fueron creados con distinta
pre discutible-, es en su interpretación estrictamente exis· configuración y diversidad de privilegios. Si bien, como
tencialista del feminismo (una no puede dejar de pregun- sugiere De Beauvoir, dicha diferenciación no exigía po_r
tarse hasta dónde llega la contribución de Sartre en todo sí misma el desarrollo de un· sistema de clases -la domi-
ello), si tenemos en cuenta que todos los sistemas cultu- nación de un grupo por el otro-, tal. como lo demanda-
rales -incluyendo al existencialismo- están asimismo de- ron las funciones reproductivas basadas en . tal.es ~i,feren·
terminados por el dualismo sexual. Son sus propias pa- cias. La familia biológica constituye una d1stnbuc10n de
labras: poder intrínsecamente desigual. La sed de poder q~e co~­
duce a la constitución de clases, surge de la formac1ón psl-
El hombre nunca piensa en sí mismo sin pensar en cosexual de cada individuo en función de su desequilibrio
el Otro; contempla al mundo bajo el signo de la dua- básico, y no como Freud, Norman O. Brown 1 ?tros han
lidad, que no es en principio de naturaleza sexual. alegado -excediéndose. una. vez más en sus ob¡~t1vos-, re-
Pero al ser distinta del hombre, que se presenta a mitiéndolo a cierto conflicto irreductible entre V1da y Muer·
sí mismo como el Mismo, la mujer es consignada te, Eros y Thanatos.
de forma natural a la categoría del Otro; el Otro in- La familia biológica -la umca reproductiva básic.a, c~m­
cluye a la mujer. (La cursiva es mía.) puesta de macho/hembra/hijo, en el ?eno de cualq1!1e: tipo
Quizás se haya excedido en el intento: ¿por qué echar de organización social- se caractenza por los s1gu1entes
mano de una concepción fundamentalmente hegeliana de hechos fundamentales -no inmutables-:
la Alteridad como explicación final -documentando cuida- 1. Las mujeres, durante el largo curso ·histórico ante·
dosamente a continuación las circunstancias biológicas e his- rior al control de natalidad, han estado incesantemente su·
tóricas que han llevado al estamento «mujeres» a tal ca- bordinadas a su propia biología -menstruación, menopau·
tegoría- cuando no se ha considerado en ningún momen- sia y «molestias femeninas», partos dolorosos constantes,
to con seriedad la posibilidad mucho más simple y pro- amamantamiento y cuidado de los pequeños-, todo lo
bable de que éste dualismo fundamental surja de la di· cual las ha lleTado a depender de los varones (hermano, pa-
16 17
dre, esposo, amante; o clan, gobierno, comunidad en ge- es cierto que la familia nuclear es tan sólo de una forma evo-
neral) para salvaguardar su supervivencia física. lutiva reciente, forma que, como intentaré mostrar, inten-
sifica aún más las servidumbres psicológicas de la familia
. 2. Las crías humanas necesitan un tiempo despropor- biológica; y, si bien es cierto también que a lo largo de
cwnadamente mayor al de los animales para .desarrollarse, la historia dicha familia biológica ha pasado por multitud
por lo que se hallan indefensos y, por lo menos durante un de variaciones, las contingencias que he descrito existieron
corto período, en dependencia de los adultos para poder en todas ellas cansando distorsiones psicosexuales específicas
sobrevivir físicamente. en la personalidad humana.
A pesar de todo, conceder que el desequilibrio sexual
3. La interdependencia básica madre/hijo ha existido del poder posee una base biológica, no supone arruinar
bajo una forma u otra en toda sociedad -pasada o pre- nuestra causa. Ya no somos puramente animales y el Rei-
sente- y ha conformado en consecuencia la psicología de no ele la Naturaleza ha dejado ele ser señor absoluto. Como
toda hembra madura y de todo retoño. admite la misma Simone de Beauvoir:
La teoría del materialismo histórico ha arrojado luz
4. La diferenciación reproductiva natural entre los sexos sobre ciertas verdades importantes. La humanidad no
condujo directamente a la primera división laboral en los es una especie animal, es una realidad histórica. La
orígenes de las. clases, así como a la aparición del para- sociedad humana es una antífisis --en cierto sentido
digma de casta (discriminación basada en las característi- se enfrenta a la naturaleza-; no se somete pasivamen-
cas biológicas).
te a su presencia, sino que asume su control en be-
Estas contingencias biológicas de la familia humana no neficio propio. Esta apropiación no. es una operación
pueden ser contrarrestadas por medio de sofismas antropo- interna, subjetiva; se realiza objetivamente a través
lógicos. Cualquiera que observe a los animales apareándo- de la actuación práctica.
se, reproduciéndose y cuidando de sus pequeños, encontra-
rá de imposible aceptación la teoría de la «relatividad cul- En consecuencia, lo <<natural» no es necesariamente va-
tural». No importa el número de tribus oceánicas plena- lor «humano>>. La humanidad ha empezado a desbordar la
mente ignorantes de la contribución paterna a la fertilidad, naturaleza. Ya no podemo.s justificar el mantenimiento de
el de. matriarcados, el de inversiones de la función sexual, el un sistema discriminatorio ele clases sexuales basándonos
de consagración masculina a las tareas domésticas, ni si- en su enraizamiento en la Naturaleza. Es más, aunque sólo
quiera el de intensos dolores de parto empáticos; todo ello sea por razones pragmáticas, empieza. a parecernos que de-
no demuestra más que una sola cosa: la sorprendente .fle- biéramos desembarazarnos de él (v. Capítulo 10). ·
xibilidad de la naturaleza humana. Ahora bien, la natura- El problema se hace político y exige algo más que un
leza humana es adaptable a algo, es dec:r, está efectiva- análisis histórico exhaustivo, al darse uno cuenta de que,
mente determinada por las circunstancias ambientales. Y si bien el hombre es cada vez más capaz de librarse de
la familia biológica que hemos descrito ha existido en todas las circunstancias biológicas que crearon su tiranía sobre
partes a través del tiempo. Incluso en aquellos · matriarca- mujeres y niños, tiene pocos motivos para desear renunciar
dos donde se adora la fertilidad femenina y se ignora o a ·ella. Como dijo Engels a propósito de la revolución eco-
menosprecia la función paterna, se da -aunque posible- nómica:
mente no con respecto al padre genético- cierta dependen-
cia de la hembra y el hijo con respecto al varón. Y, si bien Lo que se encuentra en la base de la división ele cla-

19
18
ses es .la ley. ~e. división del trabajo [obsérvese que sexualidad.) La reproducción de la especie a través de uno
esta misma diVIsión se originó en una división funda- de los sexos en beneficio de ambos, sería sustituida por la
men:a!mente biológica]. Pero esto no evita ,que la cla- reproducción artificial (por lo menos cabría optar por
se dingente, una vez consolidada su posición de con- ella): los niños nacerían para ambos sexos por igual o en
trol, consolide su poder a expensas de la clase traba- independencia de ambos, según quiera mirarse; la depen-
jador~ pi que convierta su .liderazgo social en una ex- dencia del hijo con respecto a la madre (y viceversa) seria
plotacwn cada vez más intensificada de las masas. reemplazada por una dependencia muchó más reducida con
respecto a un pequeño grupo de otros en general y cual-
El siste~a de cl~ses sexuales puede haberse originado quier inferioridad de vigor físico frente a los adultos esta-
en unas Circu1_1stancms fundamentalmente biológicas, pero ría compensada culturalmente. La división del trabajo de-
esto no garantiza que, una vez desaparecida la base bioló- saparecería mediante la eliminación total del mismo ( cyber-
gica de su opresión, mujeres y niños alcancen su liberación. nation) (1 ). Se destruiría así la tiranía de la familia bio-
Al contra~i?, las nuevas técnicas -especialmente el control lógica.
de la fertilidad- pueden convertirse en un arma hostil uti- Con ella feneceda la psicología de poder. Al igual que
lizada para reforzar este arraigado sistema de explota~ión. Engels alegaba en favor de una revolución estrictamente
Del mismo modo que para asegurar la eliminación de socialista:
las clases económicas se necesita una revuelta de la clase
inferior (el proletariado) y -mediante una dictadura tem- La existencia no sólo de ésta o aquella clase gobernan-
poral- la confiscación de los medios de producción, de te, sino de cualquier clase gobernante será un com-
Igual modo, para asegurar la eliminación de las clases se- pleto anacronismo.
xuales se nece:ita ~a revuelta de la clase inferior (muje-
:es~ Y la conf!scac;on del control de la reproducción; es El socialismo jamás se ha aproximado a este objetivo,
mdispensa~le no solo la pleria _restitución a las mujeres no sólo como resultado del incumplimiento o abortamien-
de .1~ propiedad sobre sus cuerpos, sino también la confis. to de unos pre-requisitos económicos, sino también debido
cacwn (temporal) por parte de ellas del control de la fer- a la insuficiencia del análisis mismo marxista, al no pro-
tilidad humana -la biología de la nueva población, así fundizar suficientemente en las raíces psico-sexuales de la
como todas las instituciones sociales destinadas al alumbra- división de clases. Marx intuyó la existencia de algo cuya
~ient? y educación de los hijos. Y, al igual que el obje- profundidad escapaba a sus conocimientos, cuando _obser-
1
1
tivo fmal de la revolución socialista no se limitaba a la vó que la familia contenía en sí misma -en embrión-
~!
eliminación de los privilegios de los estamentos económicos todos los antagonismos que luego se desarrollarían a mayor
sino que alcanzaba a la eliminación de la distinción mism~ escala dentro de la sociedad y el estado. A menos que la
de clases, el objetivo final de la revolución feminista no revolución arranque de cuajo la organización social básica
debe limitarse -a diferencia de los primeros movimientos -la familia biológica, el vínculo a través del que la psi-
f~ministas- a la eliminación de los privilegios masculinos, cología del poder puede siempre subsistir clandestinamen-
smo que debe alcanzar a la distinción misma de sexo· te-, el germen parasitario de la explotaCión jamás será
las diferencias genitales entre los seres humanos debería~
pasar a ser culturalmente neutras. (Una vuelta a una pan- (1) Palabra acuñada hacia 1961 por D.N. Michael, del Peace
sexualidad sin trabas -la «perversidad polimórfica, de Research Institute, para designar el uso de computadoras acopladas
Freud- reemplazaría probablemente a la hetero/homo/bi- a mecanismos automáticos destinados al control y ejecución de ope-
raciones complejas y repetitivas. (N, del T.)
20
21
aniquilado. Necesitaremos u
más amplia que la socialista n~ revolución sexual mucho primitivos»] no fue más que la historia de las luchas
cluya- para erradicar v d d y, por supuesto, que la in- de clase, Estos estamentos conflictivos de la socie-
clasistas. er a eramente todos los sistemas dad son siempre resultado de los sistemas de orga-
nización de la ·unidad familiar biológica con fines re-
productivos de la especie, así como de los sistemas es-
He intentado avanzar e 1 •.. trictamente económicos de producción e intercambio
gar a sus raíces en la div~i~ anah~Js. de clases hasta !le- de bienes y servicios. La organización sexual-reproduc-
hemos renunciado a 1 . . .n. bwlogJca de los sexos. No tiva de una sociedad proporciona siempre la base real
rio, el feminismo radi~s mtuJ~JOnes s?cialistas; al contra- que nos sirve de punto de partida para encontrar la
1
gándole una base más a ~u~ e a_mphar su análisis olor- ·explicación última de toda la superestructura de las
f.
las circunstancias ob. ro n a ~un en su penetración de instituciones jurídicas y políticas; así como de las ideas
de sus cuestiones in~~~~~~s, e~phcando. con . ello muchas religiosas, filosóficas, etc., de un período histórico dado.
sentido, y fundamento d es. omo pnmer paso en este
'k
r~mos la definición que nu~st~o propio an~li~is, amplia- Ahora la aplicación que Engels da de los resultados de
neo. He aquí la misma dn~~ ~ .. a d~l matenahsmo históc un enfoque materialista de la historia, resulta más rea-
fundida ahora a fin de . le ~mcwn Citada más arriba, re- lista:
d e 1os sexos con fines me mr d en. ella la d'!VlsJOn
· · · b'10¡og1ca
..
, repro
1os ongenes de la di vis.. . uc!Jvos que se encuentra en
Ion m1sma de clases: Todo el conjunto de cü:cunstancias vitales que rode~n
al hombre y le han gobernadO hasta este momento,
El materialismo históric pasan ahora a depender de su dominio y control, con-
curso histórico que busc~ ~: aquella. ~oncepción del virtiéndose aquél por primera vez real y consciente-
fuerza mot . d causa ultima y la gran mente en Señor de la Naturaleza y árbitro de su pro-
léctica del e~dl~s ~~s~;ontecimient?s en la dia-
r::xo:e pia organización social.
~la:~s 1 ~!01~;!~~~t~!fe~:n~i.a~a~ne~ i:n:~c;:;:;d~~tie~~ En los próximos capítulos daremos por supuesta esta
variaciones habidas en !!oc as._ ct ses entre sJ; en las definición del materialismo histórico al examinar las ins-
s s1s emas de matrim .
reproducción y educación de los h" . omo, tituciones culturales que ·sostienen y refuerzan la familia
chos conflictos; en el desarml!o ;;~b~readas por di- biológica (especialmente su manifestación actual, la fami-
~~s~ !í~~car:n
1 tedif':renciadas [castas t;~~ ~e P~i~:i~ lia nuclear) y su resultado, la psicología de poder -chau-
vinismo agresivo desarrollado ya con amplitud suficiente
10
. v}s n. tr~ba]o basada en el sexo
lucwno hacia un Sistema [econó . 1 y que evo- para destruirnos. Integraremos todo ello en un análisis fe-
mJco-cu tural] de clases. minista del freudismo, puesto que los prejuicios cultura-
1 PaseJ?O~ ahora a la super-estructura cultural así como a les de Freud, al igual que los de Marx y Engels, no inva-
a economJCa, llevando sus orígenes no '1 h' lidan del todo su concepción. De hecho, Freud tuvo in-
sión de clases (económicas) sino hasta elso o. asta la divi- tuiciones más valiosas aún que las de los teóricos socia-
' m1smo sexo: listas para la construcción de un . nuevo materialismo dia-
Toda la historia del pasado [obsérvese léctico basado en el sexo. Intentaremos, pues, conectar lo
: eliminar ahora «con excepción de sus que podemos mejor de Engels y Marx (el enfoque materialista histórico)

.
estadios más con lo mejor de Freud (la comprensión de la interioridad

l' 23

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masculina y femenina y aquello que las conforma) a fh•
de llegar a una solución política y personal que, no obs-
tante, se fundamente sobre bases reales. Veremos cómo
Freud observó correctamente la dinámica de la psicología·
dentro de su contexto social inmediato, pero cómo, al ser 2
la estructura fundamental de este contexto social un ele-
mento básico -en diversos grados- a toda la humanidad,
se manifestó como condición existencial absoluta que hu-
EL FEMINISMO AMERICANO
biera sido irrazonable poner en duda y que obligó a Freud
y a muchos de sus seguidores a postular hipótesis a priori,
como las Pulsiones de Muerte, para explicar los orígenes
de estas fuerzas psicológicas universales. A su vez esto hizo
irreductibles e incurables las enfermedades de la humani- De acuerdo con la concepcwn feminista radical, el nue-
dad -razón por la que la solución que él propuso (la te- vo feminismo no se limita a ser el renacimiento de un mo-
rapia psicoanalítica), mera contradicción terminológica, re- vimiento político organizado a la búsqueda de la igual-
sultó tan débil frente al resto de su obra y resultó un dad social. Es la segunda ola de la revolución más impar-
fracaso tan estruendoso en la práctica-, que hizo que quie- portante de la historia. Objetivo: la de~trucción d~l sistema
nes estaban dotados de sensibilidad socio-política, recha- más antiguo y rígido de clases/castas existente, el Sistema de
zaran no sólo su solución terapéutica sino también sus des- clases basado en el sexo -sistema fosilizado en el curso
cubrimientos más profundos. de miles de años y que presta a las funciones-tipo varón/
hembra una falsa legitimidad y una permanencia apar~n~e.
A la luz de esta perspectiva, el primer movimiell:to femmis·
ta occidental constituyó sólo el primer asalto, m1entras que
los cincuenta años de ridículo que le siguieron fueron tan
solo una primera contraofensiva, el amanecer de. una larga
lucha destinada a conseguir la liberación de las estructuras
opresivas de poder establecidas por la natural~za y refm;·
zadas por el hombre. Desde. :ste punto. de vista, asome-
monos al panorama del femmismo amencano.

EL MOVIMIENTO EN PRO DE LOS DERECHOS DE LA


MUJER, EN AMERICA

Siempre han existido mujeres r.ebeldes a lo largo de la


historia (1 ); sin embargo, jamás se dieron anteriorment~
las premisas capaces de ~ermitir a _las mujeres 1~ aboh·
ción definitiva de sus funcwnes opresivas. La capacidad re-
24 25
productora femenina con ft . glo XIX, atacar a la Familia, a la Iglesia (v. Elizabeth Cady
la sociedad y, aun cuand~ In~a un:" nec~sidad_ urgente de Stanton, Woman's Bible) y al Estado (ley) era para ]as mu-
ello, hasta la eclosión d t
de métodos efectivos para 1 hubiera sido asi, se carecía
~ont~ol _de natalida~. Por todo
belión feminista estaba ; ~ tvo UCIÓn Industnal toda re-
jeres de la época un ataque dirigido contra las mismas pie-
dras angulares de la sociedad victoriana en que vivían -algo
equivalente a un ataque dirigido contra las propias dife-
mites personales. re es mada a no trascender los lí· rencias sexuales en nuestros días. Los fundamentos teóri-
La naciente revolución f · · · d cos del primer W. R. M. se derivaban de ]as ideas más ra-
se presagiaba ya en los e e_~mista e la_ era tecnológica dicales de su tiempo, especialmente las de los abolicionis-
mujere · b sen os Y en las Ideas de algunas Úls como William Lloyd Garrison y las de comunalistas
en ·rngl~t:;:mM~orys dWeolllast élites intelectuales de su época: como R.D. Owen y Fanny Wright. Pocas personas se dan
. • s onecraft y Mary Sh ¡¡ . A •
nca, Margaret Fui! . e ey, en me- cuenta en la actualidad de que este feminismo pionero era
r b' . er, Y en Francia, las Bas bleus (2). Aho- un movimiento de verdadera raigambre popular. Pocos han
d~o I;~~ae~~~!srr::~~e:,es ¡se adelantar?': a su tiempo .. Fue ar- oído hablar de las penosas caminatas llevadas a cabo por
propios círculos de ~a~;:d~f=P~~~ ~ ded s~s ide~s en sus
0

_grandes masas de hombres ' .


0 ecir _na a de las
las pioneras femin;stas hasta núcleos remotos de pobla-
ción y lejanas fronteras o de puerta en puerta para hablar
du~~s penas habían asimilad; ~u~~:erd~h~c:p~cal, qRue a de sus ideas o para recoger finnas con que apoyar· peti-
luc10n IndustriaL e a evo- ciones que eran desdeñadas entre burlas en las Asambleas.
Tampoco saben que Elizabeth Cady Stanton y Susan B.
industrialización avanzab~g ~e~-r::den pleno apogeo de la
Hacia mediados del s · 1
Anthony, las feministas más fervientes del movimiento, fue-
fem' . t 1 ' I I amente un movimiento ron de las primeras en subrayar la importancia de organizar
tad~~I~~i~o~namtnt~ ~rganizado. Siempre fuerte en los Es- a las mujeres obreras, fundando la Working Woman's Asso-
d s . un a os poco antes de. la Revolución In- ciation en septiembre de 1868: (Delegadas a la National
u tnal y, por ~a;lto, con historia o tradición relativamente
e_s~as~- el femmismo fue estimulado por la campaña Abo
Labor Union Convention en fecha tan .temprana como la
~ciOn;sta y por los ideales latentes de la propia Revoiució~ de 1868, discutieron más tarde por la falta de colaboración
del chauvinista movimiento obrero masculino -caracterís-
mencana. (La Declaración aprobada en 1
vención nacional en favor de los. Derechos :e . .
l~I~er_a con-
leb':~da en Seneca Falls el año 1848, se inspir' e ¡U]~, je-
tica aue no ha cambiado.) En el movimiento feminista mili-
taron- otras pioneras de la -organización laboral, como Augus-
raciOn de Independencia.) o n a ec a- ta Lewis y Kate Mullaney.
El primer Movimiento Ameri·c· ano en pro de los Dere- Este movimiento radical fue organizado por mujeres
ch os d e la Mujer (3) era de naturaleza radical. En el si- que carecían de toda personalidad jurídica ante la ley; mu-
jeres a quienes se declaraba civilmente muertas en el mo-
mento de contraer matrimonio o que seguían siendo legal-
mente menores dé edad, si no lo contraían; mujeres que
carecían del derecho a otorgar testamento e incluso a po-
seer la custodia de los hijos en caso de divorcio; a quienes
ni siquiera se enseñaba a leer, .por no mencionar el pro-
blema de la asistencia a la universidad (las más privile-
giadas recibían lecciones de bordado, decoración de por-
celanas, francés y clavicordio); mujeres que carecían de voz
27
26
en materias políticas. Por todo ello, aun después de la Gue- Christian Temperance Union. Las radicales orga~üz:u·on por
rra Civil, más del cincuenta por ciento de la población de su cuenta la National Woman's Suffrage Assoctatton, cuyo
los Estados Unidos seguía sometida a esclavitud legal, sin único objetivo era la consecución del voto, como símbolo
derechos de propiedad ni siquiera sobre los polizones con del poder político que necesitaban para acometer empre-
que se vestían. · sas más amplias. ·
Las primeras convulsiones de esta clase oprimida, las Hacia 1890 se habían conseguido nuevas refor:nas le-
simples peticiones de justicia que dejaron oír su voz, fue- gales, las mujeres habían pasado a e.ng~o~ar la~ ftlas d~l
ron ahogadas con violencia desproporcionada y una resis- mundo laboral dentro de los cauces ¡undtcos aur: ~oy VI·
tencia difícil de comprender en nuestros días, desdibujadas gentes y un número cada vez mayor de ellas rec1bta edu-
ya las fronteras entre las clases sexuales. El caso es que, cación apropiada. En vez de un poder po~ítico rea:, se les
como a menudo sucede, el potencial revolucionario del pri- había otorgado una posición simbólica e mdependtente e;t
mer despertar feminista fue comprendido con mayor cla- las esferas públicas en cuanto miembros de clubs femei!I·
ridad por quienes ocupaban el poder que por las mismas nos. Se trataba de un poder político mayor que el ~!s­
militantes en el movimiento. Desde los primeros momentos, frutado hasta entonces, pero no dejaba de ser ~n~ versión
éste planteó una seria amenaza para el orden establecido y refundida del «poder>> femenino de cuño tradicional; un
su misma existencia y prolongada duración constituyeron poder de segunda fila -una influencia sobre el pod:~r, de
testimonio de las desigualdades de base existentes en un carácter tradicional, cuya versión moderna se tradu¡o en
sistema que pretendía ser democrático. En colaboración tácticas «entre bastidores» y obstructivas. Cuan~o en 1890,
mutua al principio, y más tarde siguiendo cauces indepen- descorazonadas y envejecidas sus líd~res, el Natwnal feme-
dientes, el Movimiento Abolicionista y el W.R.M. supusie- nino radical se fundió con el Amertcan conservador. p~ra
ron una amenaza de escisión nacional. Si durante la Gue- formar la National America~ Woman ~u(frage Assoctatwn
rra Civil no se hubiera inducido a las militantes feministas ( NAWSA), todo parecía perdido. El f~mmtsm? _conservador,
a trocar su causa por la cooperación en asuntos «de mayor concentrado en objetivos únicos, amplios ·y umftcantes como
importancia», la historia de los primeros pasos de su revo- el voto, intentando operar dentro de la estructura d~l po·
lución sería menos deprimente que la que conocemos en la der masculino blanco y ganar simultáneamente sus simpa-
actualidad. tías -en su empeño por convencer a unos hombres ~le­
De acuerdo con los hechos, la combinación de fuerzas namente conscientes de sus objetvo.s,. mediante. :'na retónca
Stanton-Anthony siguió en la brecha durante veinte años florida-, había triunfado. El femmtsmo, trmcwnado, lan-
más, pero el núcleo motriz del movimiento había recibido guidecía.
un golpe mortal. A miles de mujeres se les franqueó la sa- Peores efectos que las feministas conservador~;; tuvo el
lida del hogar desde las primeras embestidas de la Gue- creciente número de mujeres que, con su r~cten descu-
rra Civil, con el fin de que pudieran realizar obras asis- bierto pedacito de libertad, se lanzaron entusmstas a en-
tenciales. El único punto de unión posible entre sectores grosar las filas de todos los radicalismos de la época -los
femeninos organizados de tan diversa índole, era la cues- diversos movimientos de refonna social de_ la Era Pr~­
tión del derecho al voto, pero -como era de esperar- no gresista- aun cuando fueran opuestos a los mterese.s f~m~-
,,¡ llegaron a un acuerdo sobre las razones en que éste se fun- . t (P~nsemos en el antiguo debate sobre las dtscnmt-
ms as. ·· 1 ·eres) Mar
•'¡
daba. Las conservadoras formaron la American Woman natorias leyes laborales de <<proteccwn» a as mu] · , ·
Suffrage Association o se alistaron en alguno de los clubs garet Rhondda la dirigente feminista inglesa del peno~o
femeninos que brotaban por doquier, como la pía Woman's posterior a la 'Primera Guerra Mundial, lo expresaba ast:

28
29
Podemos dividir a las mujeres que militan en el mo- decidas, se lanzaron al movimiento juvenil de colonización,
vimiento, en dos grupos: las Feministas y las refor- entregando en muchos casos sus vidas sin esperar recom-
madoras, que no son Feministas en absoluto y a quie- pensa, tan sólo para convertirse en estereotipadas asisten-
nes no importa lo más mínimo la igualdad en sí... tas sociales -solteras, tristes y amargadas, pero notables
En la actualidad, casi todas las organizaciones femeni- por su devoción a la causa. Recordemos al W oman's · Peace
nas son conscientes de la existencia de muchas más Party fundado por J ane Adams sin pena ni gloria en vís-
reformadoras que Feministas y de que el entusiasmo peras de la intervención americana en la Primera Guerra
que impregna el deseo de procurar por nuestro pró- Mundial y que irónicamente se dividió en grupos belicistas
jimo y de beneficiarle según el propio criterio es al servicio del esfuerzo militar, por un lado, o en grupos
una actitud mucho más extendida que el deseo de pacifistas radicales tan ineficaces como su propio extre-
proporcionar a cada uno el poder necesario para cui- mismo.
dar de sí mismo. Esta frenética actividad organizadora femenina de la
Era Progresista se confunde a menudo con el W.R.M. pro-
Estas «reformadoras», las mujeres <<radicales» de su piamente dicho. Ahora bien, la imagen de la marimandona
tiempo, se encontraban en el mejor de los casos bajo la dictatorial y frustrada no deriva tanto de las feministas ra-
influencia del feminismo. No eran verdaderas feministas dicales como de las políticos no-feministas, miembros de co-
ni verdaderas radicales, porque no consideraban la causa mités consagrados a las diversas causas importantes de la
de la mujer como opción radical legítima en sí misma. Al época. Además de los desaparecidos movimientos ya cita-
concebir al W.R.N. como algo meramente tangencial res- dos -la Woman's Trade Union League, la National Fede-
pecto a otra política de mayor importancia, se conside- ration of Settlements y la Woman's International League for
raban a sí mismas en cierto sentido como hombres de se- Peace and Freedom (anteriormente Woman's Peace ·Party,
gunda categoría; en otras palabras, las reivindicaciones fundado por Jane Adams)-- toda la amplia gama de orga-
femeninas les parecían <<especiales», <<Sectarias», mientras nizaciones femeninas se iniciaron en !á era comprendida
que todo lo concerniente a los hombres les parecía <<huma- entre los años 1890 y 1920: la General Federation of Wo-
no», <<Universa:I». Al desarrollarse políticamente en el seno men's Clubs, la League of Women Voters, la American Asso-
de unos movimientos dominados por hombres, se preocu- ciation of Collegiate Atumrwe, la National Consumer's Lea-
paban por el mejoramiento de su posición dentro de ellos, gue, la PTA (1) e incluso las DAR (2). Aunque tales orga-
en vez de abandonarlos y crear los suyos propios. La W o- nizaciones estuviesen ligadas a los movimientos más radi-
man's Trade Union League: las mujeres cuya actividad po- cales de la época, lo reaccionario, fatuo y estúpido de su
lítica se movía en sus coordenadas, fallaron en sus obje- política venía indicado desde el primer momento . por el
tivos más fundamentales debido a su incapacidad para cor- simple hecho de sus opiniones no-feministas.
tar los lazos que las unían al chauvinista movimiento mas- Como vemos, la mayor parte de las organizaciones fe-
culino AFL -dirigido por Samuel Gompers- que las trai- meninas del período 1890-1920, período que suele citarse
cionó una y otra vez. Otro ejemplo es el de tantas volun- <:omo punto álgido de la actividad feminista, no guardaban
tarias que, con la misma dedicación de sus colegas del pro- \'elación alguna con el feminismo. Por una parte, éste ha-
grama VISTA (1) para con pobres muchas veces desagra- oía reducido su actividad a la causa única de la consecu-
ción del voto -el W.R.M. se había transformado (tempo-
(1) Volunteers in Service to America: Programa gube~namental
de ayuda social mediante .·prestaciones personales voluntanas, esta- (1) P.T.A.: Parent-Teacher Association.
blecido en 1964. (N. del T.) · (2) D.A.R.: Daughters of the American Revolution. (N. del T.)

30 31
ralmente) en un movimiento sufragista- y, por otra, las Ahora bien, con la concesión del voto, el establishment
energías femeninas se hallaban diseminadas en todas las cau- coartó al movimiento femenino. Como lo expresaba un ca-
sas radicales, excepto en la suya propia. ballero de la época, citado por William O'Neill en Everyone
Was Brave, «a pesar de todo, el voto de la mujer es algo
El feminismo radical dormitaba simplemente. Su des- positivo, aunque no sea más que para disponer de él».
pertar empezó con el retorno de Inglaterra de Harriet Stan- Mrs. Oliver Hazard Perry Belmont del Woman's Party ~ns­
ton Blatch, hija de Elizabeth Cady Stanton, país en donde taba a las mujeres a boicotear las elecciones: <<Negociad
se había alistado en las filas de la militante Woman's Social vuestro nuevo poder. Las sufragistas no lucharon durante
and Political Union -las sufragistas inglesas, cuyos expo- setenta años por vuestra emancipación para que vosotras os
nentes más conocidos sean quizás las Pankhursts-, mo- limitéis a servir a los partidos masculinos.>> Charlotte Per-
vimiento de signo contrario a las Constitutionalists (femi- kins Gilman abogaba en favor de lo mismo:
nistas conservadoras). Convencida de que para alcanzar los
objetivos radicales profesados por su madre se necesitaban El poder que las mujeres pueden ejercer, radie~ en
tácticas militantes, recomendó atacar el problema con la su no-adhesión a un sistema de partidos masculmos.
olvidada estrategia de la ramificación Stanton-Anthony, es El sistema de partidos que rige en política, es un en-
decir, ejerciendo presión en favor de la reforma de la Cons- gaño de los hombres para esconder los verdaderos ob-
titución federal. Muy pronto las militantes americanas se jetivos. Las mujeres deberían luchar por aquello que
desgajaron de la conservadora NAWSA para formar la Con- quieren, con independencia de las políticas de par-
gressional Union (más tarde el Woman's Party), iniciando tido. Precisamente por la conciencia que los viejos
las osadas tácticas de guerrilla y la línea de actuación tenaz partidos políticos tienen de la poca influencia que las
y sin compromisos que incorrectamente se han atribuido mujeres pueden tener en su seno, es por lo que se
muchas veces a todo el movimiento sufragista. muestran tan ansiosos de alistarlas en sus filas.
La cosa funcionó. Las militantes tuvieron que soportar Nada de esto iba a servir de mucho. Ni siquiera la for-
obstáculos, atropellos, palizas, induso huelgas del hambre mación de un nuevo Woman's Party el 18 de febrero de 1921
-más penosas por la ingestión · forzada de alimentos-; -como alternativa a los grandes partidos que con tanta
pero en el curso de una década se conquistó el voto. El rapidez estaban absorbiendo la nueva fuerza política de
brillo del feminismo radical fue el acicate que necesitaba la mujer- fue capaz de resucitar este movimiento agoni-
el lánguido movimiento sufragista para lanzarse a su úni- zante (1).
co objetivo. Proporcionó un enfoque nuevo y sano (la pre- La concesión del voto al movimiento sufragista apun-
sión en favor de una reforma nacional en sustitución del tilló al W.R.M. Si bien las fuerzas antifeministas parecie-
fatigoso método de organización por estados independien- ron rendirse, lo hicieron sólo de palabra. Jamás abando-
tes utilizado durante más de treinta años), una agresividad naron la partida. Por la época en que se concedió el derecho
que dramatizaba la urgencia de la causa de la mujer y, sobre
- todo, una perspectiva más amplia, en la que el voto consti- (1) El Woman's Party siguió luchando_ durante una é~oc~ de
tuía sólo el primero de una larga serie de objetivos, por aepresión y de guerras mediante .una camp~a en favor del ~~g~lente
lo que debía conseguirse a la mayor brevedad. Las mo- gran paso legal hacia la consecución de la hbertad de la muJer. una
deradas peticiones de las feministas conservadoras, a quie- Enmienda de Igualdad de Derechos para la Constitucióp. Cincu~nt~
años más tarde, las supervivientes prosiguen 1~ campana. El chche
nes lo único que faltaba por alegar era la no-utilización del de la excéntrica anciana con su paraguas, obsesxonada P?r una causa
voto en caso de obtenerlo, fueron bien acogidas como mal ya conseguida, es el resul~ado "cómi_:o" del ~~quilosam1ento del fe-
menor frente a las exigencias del •voman's Party. minismo creado por los czncuenta anos de ndzculo.

33
32
al voto, el prolongado encauzamiento de las energías fe- a conseguir que las legislaturas sometieran a votación
ministas en el limitado objetivo sufragista -considerado las enmiendas sufragistas, 47 campañas con el obje-
al principio sólo como el primer paso hacia el poder polí- tivo de que las convenciones constitucionales del es-
tico- había consumido completamente· al W.R.M. El voto tado incluyeran el sufragio femenino en las constitu-
era el monstruo que había devorado todo lo demás. Tres ciones estatales, 277 campañas para conseguir que las
generaciones habían transcurrido desde los inicios del convenciones estatales de los partidos incluyeran los
W.R.M. Sus fundadoras habían muerto. Aquellas mujeres programas sufragistas de las mujeres, 30 campañas
que se afiliaron posteriormente al movimiento feminista para para hacer que las convenciones presidenciales de los
luchar por la causa única sufragista, no habían tenido oca- partidos adoptaran los programas sufragistas femeni-
sión de desarrollar una toma de conciencia más amplia; nos en las plataformas del partido y 19 campañas
por aquel entonces habían olvidado ya para qué servía el con 19 Congresos sucesivos.
voto. La oposición se había salido con la suya.
La derrota era, pues, tan frecuente y tan escasos los
triunfos -siempre conseguidos por estrechos márgenes-,
• • • que hasta la lectura de .los esfuerzos realizados en favor
d;e la cOnsecución del voto resulta agotadora; no hablemos
¿Se recuerda algo de toda esta lucha? La simple ba- ya de la experiencia que supuso su vivencia y .la participa-
talla por la consecución del voto -de poco valor para las ción en la campaña. El olvido de esta fase por parte de
mujeres, como acontecimientos posteriores se encargaron los historiadores resulta comprensible, ya que no perdo-
de demostrar- fue una guerra interminable contra las fuer- nable.
zas más reaccionarias de la América de aquel tiempo, que Como hemos visto, el sufragio constituía un aspecto in-
-como Eleanor Flexner muestra en Century af Struggle- significante de los objetivos del W.R.M. También aquí se
comprendían los grandes intereses capitalistas del norte, ha arrancado una página de la historia americana que com-
es decir, los intereses del petróleo, de las fábricas, del fe- prendía cien años de brillantes personalidades e impor-
·rrocarril y de las bebidas alcohólicas; el bloque racista de tantes sucesos. Las oradoras que se enfrentaron· a las
los estados del sur (que, además de su intolerancia con res- masas -en la época en que no se autorizaba a la mujer a
pecto al sexo femenino, temían conceder el voto a la mu- hablar en públicO- para atacar a la Familia, a la Iglesia
jer porque ello suponía la ciudadanía para otra mitad de y al Estado, que viajaron en míseros ferrocarriles hasta ciu-
la raza negra, del mismo modo que constituía un toque dades ganaderas del Oeste para dirigir la palabra a pequeños
de atención acerca de la hipocresía del sufragio masculi- grupos de mujeres relegadas a un ostracismo social, po·
no «universal»), y, finalmente, el aparato gubernamental seyeron un toque bastante más dramático que el de las
mismo. El esfuerzo que suponía el logro del voto era in- Scarlett O'Haras y Harriet Beecher Stowe y todas las Mu-
creíble. Carrie Chapman Catt calculó que: jercitas cuya memoria ha llegado a nosotros. Sojourner
Truth y Harriet Tupman, esclavos liberados· que regresa-
Eliminar la palabra «Varón» de la Constitución, costó ron una y otra vez -a pesar del alto precio puesto .sobre
a las mujeres de este país cincuenta y dos años de sus cabezas- para liberar a otros .esclavos de. sus mismas
incesante campaña... Durante este período se vieron plantaciones, fueron mucho más efectivos en sus esfuer-
obligadas a dirigir 56 campañas de votación destina- zos que el malhadado John Brown. Sin embargo, muchas
das a votantes masculinos, 480 campañas destinadas personas jamás han oído hablar de Myrtilla Miner, Pruden-

34 35
ce Crandall, Abigail Scott Duniway, Mary Putnam Jacobi, en los libros, algunos cambios en el modo de vestir, sexo,
estilo (<<¡Habéis avanzado una barbaridad, guapas!>>)- qu.e,
Emestine Rose, las hermanas Claflin, Crystal Eastman, Cla-
ra Lemlich, Mrs. O.H.P. Belmont, Doris Stevens y Anne rara coincidencia, siempre beneficiaban a los hombres; sm
Martín. Y, con todo, esta ignorancia no es nada compara- embargo, el poder jamás se ha escapado de sus manos.
da con el desconocimiento de las vidas de mujeres de la
talla de Margaret Fuller, Fanny Wright, las hermanas Grim-
ké, Susan B. Anthony, Elizabeth Cady Stanton, Harriet Stan- II
ton Blatch, Charlotte Perkins Gilman y Alice Paul.
El caso es que sabemos cosas de Louisa May Alcott, LOS CINCUENTA MiOS DE RIDfCULO
Clara Barton y Florence Nightingale, de la misma manera
que tenemos noticia -más que del de Nat Turner- del
triunfo <;le Ralph Bunche o de George Washington Carver ¿Cómo pudo operar culturalmente el Mito de la Eman-
y otras trivialidades. La omisión de caracteres vitales en cipación durante cincuenta largos años, para conseguir
las versiones corrientes de la historia americana en favor anestesiar la conciencia política femenina?
1: de personajes tan afectados, no puede ser casual. Al igual En la década de los veinte la marea erótica alcanzó su
!i que sería peligroso inspirar admiración por los Nat Turners punto álgido. La confusa mescolanza entre romance amo-
¡: roso y matrimonio empezó a cobrar vuelos (<<Amor Y Ma-
de su historia a los niños negros que sufren todavía la
1': trimonio, Amor y Matrimonio, juntos van, como caballo Y
opresión, lo sería inspirada por el W.R.M.; las sospecho- carro ... »), logrando devolver la popularidad -a la vez que
1
sas omisiones de nuestros libros de historia con respecto reforzando- a la decadente institución, debilitada por ~1
al feminismo -o la confusión adicional de todo el W.R.M. reciente ataque feminista. A pesar de todo, la convalec~ncia
con el movimiento sufragista (conservador) o con Jos gru- del movimiento fue breve; inmediatamente se promov.Ió ~1
pos de mujeres reformistas de la Era Progresista- no son individualismo femenino y quedó diluida su nueva solidan-
accidentales. dad de clase. Las feministas conservadoras, que por lo meno.s
Se trata de un ramalazo reactivo contra la primera lucha habían sido capaces de concebir sus pro~lemas en una di-
feminista, cuyas consecuencias seguimos sufriendo. Los po- mensión social, habían sido compradas, .mientras q~e _Ias. fe-
cos modelos-arquetipo de femineidad propuestos a las ado- ministas radicales se veían franca y efr~azmente r~d.Icuhza­
lescentes durante los cincuenta años de silencio, han sido das· en un momento dado, hasta las mismas participes en
cuidadosamente escogidos; se trata de mujeres que, como clubs femeninos de disHnto cariz se vieron incluidas en esta
Eleanor Roosevelt, pertenecen a la tradición femenina al- perspectiva de ridículo colectivo. La campaña cultural ha~í~
i[ truista en oposición a los gigantes tremendamente egoís- comenzado: la emancipación era problema de r.espons~~Ih­
tas de la rebelión feminista radical. Esta violenta reacción dad individual; la redención, cuestión personal -no ~~htJca.
cultural era previsible. Los hombres de la época captaron Las mujeres iniciaron una intensa actividad auto-anahtica en
inmediatamente la verdadera naturaleza del movimiento fe- busca de la propia «realización».
minista, reconociendo en él una seria amenaza para su En esta misma década de los veinte encontramos los
dominio claro y descarado sobre la mujer. Posiblemente se gérmenes del fomento obsesivo del «estilo», que caract~­
vieron obligados a comprar el movimiento feminista a cos- riza a nuestra época, la búsqueda del encanto personal (<<Tu
ta de algunas reformas superficiales no muy claras -la también pueden ser una Theda Bara.») -enfermedad. cultu-
corrección de las desigualdades más flagrantes impresas ral que sigue desuniendo a las mujeres de hoy-, Ideales

36 37
promovidos por revistas femeninas del tipo del Vague, Gla- durante la década de los cincuenta. Sin embargo, en vez
mour, Mademoiselle, Cosmopolitan, etc. La búsqueda de un del esperado renacimiento del feminismo -y tras tantos ca-
estilo personal, «diferente», con que expresarse· a «SÍ mis- llejones sin salida- lo único en boga fue «La _Mística F!"-
ma», sustituyó al antiguo énfasis feminista en el desarrollo menina», que tan bien ha documentado Betty Fnedan. Todo
del carácter por medio de la responsabilidad y la educación. este sofisticado tinglado cultural había sido montado con
En la década de los treinta, tras la Depresión, las mu- un fin concreto: las mujeres habían obtenido empleos du-
jeres volvieron en sí. El flapperism (1) no llevaba a nada, rante la guerra y ahora debíase conseguir su dimisión. Sus
evidentemente. Empezaron a sentirse más frustradas y neu- recientes mejoras laborales había que atribuirlas al hecho
róticas que nunca. Ahora bien, mientras el mito de la eman- de que constituían· un excedente útil de mano de obra que
cipación siguiera avanzando a toda Vela, no se atreverían podía aprovecharse en un momento de crisis; sin en;bargo,
a quejarse. Habían conseguido lo que querían y, no obs- ahora no podía despedírselas sin más. Ello supondna des-
tante, todavía insistían en sus quejas: forzosamente debía mentir el tan cultivado mito de la emancipación. Era nece-
haber algo erróneo en su actitud. En su interior sospecha- sario encontrar una idea mejor, una idea que las hiciera
ban la posibilidad de que, después de todo, .fueran real- dimitir espontánean.ente. La «Mística Femenina» se ajusta-
mente inferiores. O, quizás, la culpa fuera del sistema so- ba admirablemente a estos fines. Las mujeres, ·frenéticas
cial; así que se afiliaron al partido comunista, donde sim- aún y empeñadas en su búsqueda (al fin y al cabo, los em-
patizaron activamente con la escoria, incapaces de reco- pleos en las fábricas tampoco coinciden con la idea que
nocer que la poderosa identificación que sentían con el ex- el hombre se ha forjado del cielo, por más que resulten pre-
plotado estamento obrero, provenía de su propia experiencia feribles a la enloquecedora reclusión femenina), emprendie-
de opresión. ron otra senda equivocada.
En la década de los cuarenta una nueva guerra atrajo Esta fue quizás la peor de todas. Ni ofrecía la sensua-
las preocupaciones de todos. Las frustraciones personales lidad (superficial) de los veinte. ni la entrega a un ideal (fal-
nuedaban oscurecidas temporalmente por el espíritu de so) de los treinta, ni el espíritu colectivo (la ?:opaganda)
Esfuerzo Bélico -el patriotismo y la conciencia de la pro- de los cuarenta. Lo que sí ofrecía era respetabthdad y me-
pia superioridad, intensificados por una omnipresente pro- .iora social, unido todo ello al desengaño sentin¡-ental, a sus
paganda militarista, fueron la droga adormecedora del mo- labores domésticas y reuniones de la PTA (la tmagen ~e la
mento. Los hombres, además, se encontraban lejos; más aún, «madre nutrida» de que ·habló Margare! Mead), a dtscu-
sus sillas d~ mando estaban vacías. Por vez primera en siones familiares, dietas ineficaces e interminables, a los
muchas décadas, las mujeres obtenían empleos dignos. Ne- seriales lacrimosos y spots publicitarios de la televisión
r:esitadas al_ máximo y de forma sincera por la sociedad, se -destinados a combatir el aburrimiento-, y -en el caso de
les concedía temporalmente status humano -en contra- persistir la frustración- a la psicoterapia. Good. H ousekee_p-
posición a su status de mujer. (En realidad, las feminis- ing y Parent's Magazine hablaban a cada una de las muje-
tas se ven obligadas a acoger las guerras con agrado, por res de clase media, de la misma manera que True Confes-
ser ellas su única oportunidad.) sions se. dirigía a las de la clase obrera. Lo~ años cincuenta
La primera tregua prolongada de paz y abundancia en fueron para las mujeres la más sombría de las décadas, la
mucho tiempo se inició a fines de los cuarenta y prosiguió más sombría quizás en muchos siglos. De acuerdo con la
versión del Mito que privaba por esta época, la emancipa-
(1) Se llamó "flappers" en la década de los veinte a las muje~ ción de la mujer era un experimento llevado ya a efecto
res jóvenes que se mostraban atrevidas y anti~convencionales en él con resultados desalentadores (para las propias mujeres,
modo de vestir y de actuar. (N. del T.)
39
38
por supuesto). El primer intento de escis!on cismática de En la década de los sesenta los muchachos partieron.
la asfixiante concepción de una «maternidad creativa», fra- Fueron a la universidad y emigraron al Sur. Viajaron a
casó completamente al parecer. Todo conocimiento autén- Europa en manadas. Algunos se alistaron en el Peace Corps
tico del antiguo movimiento feminista había sido ya ente- y otros se perdieron en el anonimato. Ahora bien, adonde
rrado y, con él, la conciencia de que el mísero estado ac- quiera que fueran, llevaron consigo a sus seguidoras. L?s
tual de la mujer era consecuencia de una violenta reacción hombres liberados necesitaban pollitas guapas que pudie-
que no había perdido aún su virulencia. ran adaptarse a su nuevo estilo de vida; las mujeres hicie-
Para la juventud de los cincuenta se montó un tinglado ron la prueba. Ellos necesitaban sexo; las mujeres cumplie-
cultural más sofisticado si cabe: el «Teenagerism» (1) -el ron con su parte. Pero esto era todo cuanto necesitaban de
último disfraz de este inextinguible romanticismo tan incli- las mujeres. Si a una chica se le metía en la cabeza pedir
nado a afianzar, gracias al consenso cultural del momento, alguna compensación anticuada a cambio, era una <<retró-
una estructura familiar en descomposición (v. Capítulo 7, grada», una «retorcida» o, aún peor, una «frustrada». Una
«La Cultura del Romance>>.) Las jovencitas de todas las chica tenía que aprender a ser independiente a fin de no
edades soñaban con escapar a la monotonía de Jos hoga- convertirse en una carga para su hombre. Las mujeres no
res de sus madres por medio del «romance adolescente>>. podían asimilarlo todo con la rapidez necesaria: cerámica,
El coche aparcado -tradición establecida desde la era de tejido, repujado, clases de pintura, cursos de literatura y
las flappers- se convirtió en necesidad urgente, quizá la psicología, terapia de grupo -todo lo necesario para sacu·
institución que mejor caracterizaba las pasiones de la dé- dírselas de encima. Sentadas frente a sus caballetes, llo-
cada de los cincuenta (v. la «ecología>> de <<El Coche Apar- riqueaban.
cadO>> que nos ofrece Edward Keinholz). Los rituales del Esto no quiere decir que las propias chicas no quisie·
juego de las citas en la high school rivalizaban en serie- ran en principio escaparse de su villorrio. Lo que pasa es
dad con la más depurada tradición caballeresca del Sur, que no había Jugar a donde ir. A dondequiera que fueran
sólo que la <<bella>> del siglo xx era ahora una dulce y dieci- -a Greenwich Village allá por el año 1960, a Berkeley o
séisañera capitana de majorettes. El objetivo supremo de Mississippi en 1964, a Haight-Ashbury o al East Village en
una muchacha era la <<popularidad>>, versión moderna del 1967-, seguían siendo <<pollitaS>> en el más completo ano-
antiguo <<encantO>> irresistible. nimato como personas. No existía ninguna sociedad margi-
Lo que sucedió fue que los muchachos no podían acep· nal a la que escapar; el sistema de clases sexuales lo pe-
tarlo. El empalagoso romanticismo y sentimentalismo des- netraba todo. Inmunizadas · culturalmente por la violenta
tinados a mantener a las mujeres en su sitio, tuvieron efec- reacción antifeminista (en el supuesto de que en el largo
tos secundarios sobre el sexo masculino. período de censura hubieran oído hablar alguna vez del fe-
Si había que aceptar un ritual de asedio a la mujer; minismo, sería tan sólo a través de su condena). seguían te-
también habría que sacrificar algunos varones a la causa. miendo organizarse en torno a su problema. Esto hizo que
Fulanito necesitaba a menganita, pero las citas eran una cayeran en el mismo cepo que había atrapado a las muje-
lata (<<Papá, ¿puedes prestarme el coche esta noche?>>). A res de los años veinte y de los años treinta:. la búsqueda de
buen seguro tenía que haber una forma más fácil de sa- <<la solución personal»:
tisfacer las necesidades del sexo. Frankie Avalon y Paul Irónicamente, la «solución personal» de los sesenta con-
Anka enternecían con sus canciones a las adolescentes; los sistió en la <<Obsesión>> por la política (política radical, es
demás muchachos estaban fuera de onda. decir, más marginal e idealista que la palestra del poder ofi-
(1) Movimiento cultural adolescente. (N. del T.) cial -segregacionista-), lo mismo que en el cultivo del a_rte

40 41
y las letras. La política radical dio a la mujer la oportuni- fusionista fue utilizada con eficacia para desunir de nue-
dad de expresarse a sí misma. Muchas se alistaron en el vo a las mujeres de los años veinte y Jos años treinta, com-
movimiento en favor de la paz, que siempre ha contituido binándose a continuación con la censura de toda refe-
un aceptable pasatiempo femenino, inofensivo debido a su rencia al feminismo en los libros de historia, a fin de man-
propia impotencia política y que, no obstante, proporcio- tener a las mujeres sumergidas en un laberinto enloquece-
naba un cauce sustitutivo para las iras femeninas. Otras dor de falsas soluciones; el Mito se había mostrado eficaz
se comprometieron en el movimiento de derechos civiles; en su labor de arrebatarles toda legítima salida a su frus-
aunque a menudo su eficacia no sobrepasó a la participación tración. La terapéutica demostró ser un fracaso como so-
en el movimiento por la paz, el corto espacio de tiempo que lución (v. Capítulo siguiente). El retorno al hogar tampo-
las mujeres blancas dedicaron al movimiento negro de co constituía una salida, como la generación de Jos años
principios de la década de los sesenta, demostró ser una cuarenta y cincuenta puso de relieve.
experiencia mucho más valiosa desde el punto de vista de En el año 1970, las hijas rebeldes de esta malograda ge-
su propio desarrollo político. Podemos comprobarlo fácil- neración desconocían ya a todos los efectos prácticos la
mente en el actual movimiento de liberación femenino. Las existencia misma de un movimiento feminista. Sólo que-
mujeres que estuvieron en el Sur, suelen ser mucho más daban los desagradables residuos de una revolución abor·
astutas, flexibles y desarrolladas políticamente que las ve- tada, un amasijo sorprendente de contradicciones en sus
nidas del movimiento en favor de la paz; además, evolucio· funciones sociales: por un lado, poseían casi todas las li·
nan con mucha mayor rapidez hacia el feminismo radical. bertades legales, la certificación escrita de considerárseles
Debido quizás a esto, el interés por el sufrimiento de los ciudadanos con plena personalidad política, y, sin embargo,
negros fue lo más que las mujeres blancas se habían acer- no tenían ningún poder. Gozaban de oportunidades educa-
cado -desde 1920- al planteamiento de su propia opre- tivas y, a pesar de ello, ni podían utilizarlas ni se esperaba
¡: sión. Defender la causa de alguien más oprimido es una de ellas que lo hicieran. Tenían las libertades solicitadas
•1
1 manera eufemística de afirmar el propio estado de opre- en el modo de vestir y en las costumbres sexuales, y, con
sión. Así, al igual que la causa de la esclavitud había es- todo, seguían estando explotadas sexualmente. Las frustra-
1· poleado al feminismo radical del siglo xrx, la causa del ra- ciones producidas por lo irremediable de su situación se
r cismo estimulaba ahora al nuevo feminismo; en algún mo- veían exacerbadas por el desarrollo de los medios de co-
1,, mento tenía que adquirirse la conciencia de la analogía municación (v. Capítulo 7Í, a través de los que quedaban
' existente entre racismo y sexismo. Tan pronto como las al desnudo estas contradicciones, y lo odioso del papel
personas habían admitido y se habían enfrentado a su pro- de la mujer se veía subrayado precisamente por este mis-
pio racismo, no podían negar el paralelismo. Y, si era mo carácter intensivo que confería a los nuevos medios
i¡·¡ posible vencer al racismo, ¿por qué no al sexismo? de difusión tanta eficacia como órganos de propaganda. Si
i' el adoctrinamiento cultural necesario para reforzar las tra-
* * * diciones sexuales había sido insidioso hasta entonces, aho-
He descrito este período de cincuenta años. comprendido ra resultaba ya descarado e insípido. Las mujeres, bombar-
entre las postrimerías del antiguo movimiento feminista y deadas por doquier con imágenes maliciosas o eróticas de sí
•.i los inicios del nuevo, para poder examinar los modos es- mismas, se sintieron al principio confusas entre tanta des-
i¡, pecíficos con que operó el Mito de la Emancipación en su
labor desactivadora del potencial explosivo que las frustra-
figuración («;Es posible que ésta sea Yo?») y, finalmen-
te, irritadas. En los primeros momentos, ai ser todavía el
¡¡, feminismo una cuestión tabú, su ira y frustración se tra-
ciones de la mujer moderna representaban. La táctica con-
1 ti

42 43
1 :C'

dujeron en una retirada total (la Bohemia Beatnick y la entre sexo y reproducción, apenas han conseguido abri.r~e
Generación de las Flores y las Drogas) o se canalizó hacia camino en la sociedad. El mismo hecho de que la revoluciOn
movimientos disidentes ajenos al propio, especialmente el científica no haya surtido prácticamente efectos ~c;bre el
movimiento en favor de los derechos civiles de los años feminismo, demuestra claramente la naturaleza pohttca del
sesenta, todo lo cual fue lo más que las mujeres se acer- problema; por ello, los objetivos del feminismo no pueden
caron al reconocimiento de su propia opresión. Sin embar- alcanzarse mediante evolución, sino sólo a través de la re-
go, llegó el momento en que la evidente analogía de su volución. El poder, cualesquiera que sean su historia Y sus
situación con la de los negros, unida al ambiente general de orígenes, no será entregado sin lucha.
inconformismo, llevó a la fundación de un movimiento de
liberación femenino propiamente dicho. Por fin la ira re- • •
bosaba por los cauces adecuados.
Sería falso atribuir el resurgir del feminismo única- III
mente al ímpetu engendrado por otros movimientos e
ideas. ~~tos pueden haber actuado corno catalizador, pero EL MOVIMIENTO DE LIBERACióN DE LA MUJER (1)
el fernm1srno posee en realidad un desarrollo cíclico pro-
pio. A la luz de la interpretación histórica que hemos adop- Hemos contemplado cómo en tan sólo tres años se re-
tado, el feminismo se constituye en la inevitable respues- creaba toda la trama política del antiguo movimiento fe-
ta de la mujer al desarrollo de una tecnología capaz de li- menino. La división general entre feministas radicales Y
berarla de la tiranía de sus funciones sexo-reproductivas Jos dos tipos distintos de reformistas -las feministas con-
-la propia constitución biológica básica y el sistema de cla- servadoras y las políticas- ha renacido bajo nuevos ropa-
ses sexuales basado en ella y que sirve pata asegurar su jes. A grosso modo podernos diferenciar tres f.a~c!ones bá-
consistencia. sicas en el movimiento actual, con sus subd!V!S!ones co-
rrespondientes. Revisérnoslas breven:ente sin, c;lvidar que. ~n
La incesante evolución de la ciencia durante el siglo xx un período formativo de tal especie la poht!ca y la filia-
debería haber sido factor de aceleración de la reacción fe- ción de cada uno de los grupos están sujetas a un conti-

!1.¡'.' :.
.i
minista inicial frente a la Revolución Industrial. (El con-
' . trol de la fertilidad, pongamos por caso -problema para el nuo estado de flujo.
que no disponían de soluciones las primeras feministas- 1) Feministas Conservadoras. Esta facción, si bien. ha
ha alcanzado en el período iniciado en 1920 el nivel de proliferado en infinidad de organizacior;es. parale:as, tiene

~
desarrollo más elevado de su historia.) La dinámica de la quizás su mejor ilustración en el movimiento p1onero (y
contrarrevolución que, sumada a crisis pasajeras corno la por tanto de núcleo más acérrimamente feminista ~e ~o que
d1
i' guerra y la depresión, obstruía el avance del feminismo, generalmente se cree) NOW -la National Orgamzatwn of
'¡;: i·
Women- fundado en 1965 por Betty Friedan tras la triun-
¡11·. ha sido ya objeto de un intento de descripción por mi parte.
·'1 Por culpa de dicha obstrucción, otros avances científicos
·.ji,~.'.1·' que pudieran haber constituido una valiosa ayuda a la cau-
sa del feminismo, no salieron del laboratorio; entre tanto,
(1) Oponemos "liberación" a "emancipación",· para significar la
carencia de subordinación a cualquier tipo de clasificación sexual,
más bien que una simple equiparac~ón de la~ f~nciones ~e ~os sexos.
~:¡ :; las costumbres socio-sexuales no sólo siguieron practicán- Sin embargo, siempre me ha parectdo un termmo dt; dtfícll aceptaM
!¡ dose al igual que antes, sino que aumentaron su intensidad, ción demasiado afín a la retórica de la Nueva Izqmerda y de una
corno reacción a la amenaza. Los avances científicos ca- timidez remisa a aceptar cualquier relación con el Feminismo. Por
paces de debilitar o de cortar del todo los lazos existentes mi parte, prefiero utilizar la expresión "~Feminismo Radical".

j
l. 45
1i ,, 44

'li. ¡!.
1

'
fa! publicación de su The Feminine Mystique. Llamada a la reforma, nos encontramos ahora con que el repudio a
veces la NAACP (!) del movimiento femenino (es más, por dicha legislación es una de sus exigencias básicas.
abundar en ella experimentadas profesiona,les, mujeres de 2) Políticos. Las políticos del movimiento femenino con-
carrera que han «triunfado», recibe simultáneamente los temporáneo son aquellas cuya lealtad fundamental se ~i­
ataques de los grupos jóvenes de liberación por este mis- rige hacia la Izquierda ("El Movimiento>>) antes que ~ac1a
mo «profesionalismo» que le es propio), la NOW centra su el Movimiento ele Liberación Femenino propiamente cl¡cho.
actuación en los síntomas más superficiales del sexismo Al igual que las políticos del Período Progresista, las W?·
-las desigualdades ante la ley, la discriminación laboral, et- temporáneas conciben el feminismo como simple cuestwn
cétera. tangencial a la política radical «Verdadera», no ~omo alg~
Por todo ello, su línea de actuación política recuerda so- con razón de ser autónoma y directamente radical en SI
bre todo al movimiento sufragista de inicios de siglo, la mismo; consideran aún los problemas masculinos -vgr. el
National American Woman Suffrage Association de Carrie reclutamiento militar obligatorio- como cuestión univer-
Chapman Catt con todo el empeño puesto en la equipara- sal, mientras juzgan a los problemas femeninos -vgr. el
ción con el hombre -equiparación legal, económica, etc., aborto- como meros particularismos. Dentro ele la ca-
11
dentro del sistema establecido- más que en la liberación tegoría «político» contemporánea cabe clist.inguir todavía
i:¡
ele las funciones inherentes a cada sexo o en un examen una subdivisión menor que responde aproximadamente al
't:
11 radical de los valores familiares. Al igual que la N AW SA, siguiente esbozo:
intenta concentrarse en la consecución de objetivos únicos
1 ¡· a) Subfacción Izquierdista Femenina ~1). Todas las .fa~­
¡¡ ele cuño político, cualquiera que sea el coste con respeto ciones izquierdistas importantes y también algunos smdi·
a los principios políticos. Lo mismo que ella, se ha gana- catos poseen en la actualidad, tras un período de nota~le
\1··
¡:.
do una numerosa afiliación, que controla por medio de
resistencia, sus propios comités de liberación de la muJer
1
procedimientos burocráticos tradicionales. que conspiran contra el chauvinismo masculino desde ~1
!i 1
i,¡.
!!
; '
Sin embargo, a medida que crece el movimiento juvenil,
más evidente resulta que esta posición, insostenible inclu-
so desde el punto ele vista de la consecución de beneficios
seno de la organización y en favor de una m.a~or capac;-
dad decisoria para la mujer. Las mujeres-pohticos de di-
chos comités son reformistas desde el momento en que su
,,
:i' políticos inmediatos -como el fracaso del último movimien-
to feminista conservador ha demostrado--, es más un re-
objetivo principal se centra en la mejora d~ .la ~rop~a si~ua­
ción dentro del ámbito limitado de la pohtrca IZqUierdista.
siduo del viejo feminismo (del predecesor, si se prefiere) Las demás son, en el mejor de los casos, sus principales
que una configuración del nuevo. Muchas ele quienes se <<agentes colaboradoras» y· utilizan. las reivindicaci~ne~ es-
adhirieron a este movimiento por falta de una mejor or- trictamente feministas como mero mstrumento «radicalizan-
ganización a la que acudir, han ido transfiriéndose rápida- te» con el fin de reclutar mujeres para la «Gran Lucha».
mente a las filas del feminismo radical, forzando a la Por este motivo su actitud respecto a las demás mujeres
NOW a un radicalismo en alza; así, mientras hubo un tiem- suele· ser patrocinadora y evangelista; en otras palabras,
po en que la organización no se atrevía a suscribir oficial- utilizan la táctica <<Celular». Veamos cómo algunas Pante-
mente ni siquiera el repudio a la ley del aborto, por mie- ras Negras en una entrevis:a publicada en Th~ Movement,
do a perder aquellos miembros cuyo objetivo límite era periódico clandestino, lo afirman ·de modo qmzás embara-

(!) N.A.A.C.P.: National Association for the Advancement of (1) Por razones de conveniencia de redacción, he dado esta ver-
Colored People. (N. del T.) sión de la expresión original Laclies' Auxiliaries of the Le{t. (N. del T.)

46 47
. : ~ B! . ~
·"!''

zoso para la propia izquierda blanca por su desenfadada política radical, son negados súbitamente cuando se trata
claridad; de todas maneras, el estilo resulta típico de la de las mujeres, de acuerdo con una duplicidad de criterios
más revolucionaria retórica blanca al respecto ((:habrá to- de la peor especie.
mado de ella sus expresiones?): Los grupos de liberación femeninos empeñados en ope-
rar desde el amplio movimiento izquierdista no tienen una
Es muy importante que las mujeres más avanzadas sola oportunidad de éxito, porque su línea de actuación
-aquellas que ya comprenden los principios revolu- viene dictada desde arriba y su análisis y sus tácticas están
ci?narios- salgan al encuentro de las otras, les ex- manipulados por el mismísimo estamento contra cuyo po-
pliquen la esencia del movimiento y luchen a su lado. der protestan. Por esto, lo único que generalmente consi-
No tenemos otra salida que reconocer el atraso po- guen es elevar la tensión que amenaza ya de muerte a sus
lítico de la mujer y nuestra obligación de luchar con debilitados grupos izquierdistas. Si alguna vez adquieren
ellas. (La cursiva es mía.) fuerza activa, se verán seducidos con concesiones simbóli-
cas o contemplarán cómo la organización global que los
Veamos también cómo enjuician un movimiento femi- patrocina, se descompone secretamente para reorganizarse
nista independiente:
sin ellos. Al final la única solución suele ser la desintegra-
ción para pasar a formar parte del movimiento femenino
[Ellas] pierden de vista la Lucha Fundamental. Es po- independiente.
sible organizar quizás ciertos grupos especiales fe-
meninos, pero peligroso; corren el riesgo de encerrar- b) El Movimiento Político Centrista. Con una línea de
se en sí mismos, de convertirse en pequeñas camari- actuación propia, pero dependientes aún de la protección
!las petit-bourgeois donde sólo se hable del cuidado de masculina, estos grupos son ambivalentes e indecisos. Están
los hijos, o de degenerar en cotilleos lamentativos. (Las llenos de vacilación. Su evidente imitación del análisis, re-
cursivas son mías.) tórica, táctica y estrategia izquierdistas (masculinos) tra-
dicionales -convengan o no al logro de los propios obje-
11 Vemos cómo los negros (lo mismo que las mujeres) nie- tivos diferenciados-, halla compensación en su abundan·
gan completamente los propios principios del Black Power te sentimentalismo a propósito de las «hermanas oprimi-
11
! (1 ), si se aplican a otro grupo -principios que incluyen el das que andan por el mun<;Io». Su política tiende a la ambi-
':" derecho de los oprimidos a organizarse con motivo de su güedad, porque ambiguas son sus lealtades; por un lado
opresión tal como ellos la conciben y definen. Es triste no poseen la seguridad de que el causante directo de la
que el movimiento del Black Power, que tanto enseñó a las explotación de las mujeres sea el capitalismo, mientras por
mujeres acerca de sus necesidades políticas -gracias a un el otro no se deciden a dar por sentada la intervención de
paralelismo evidente-, sea el último en captar la dimensión los hombres en todo ello. Los hombres son <<hermanos». Las
inversa de tal semejanza. (En el Capítulo 5 ofrezco un aná- mujeres son <<hermanas». Si no hay más remedio que acha-
lisis más completo de los motivos de tal proceder.) La or- car las culpas a alguien, (.por qué no dejarlo en tablas y car-
ganización de la base popular del movimiento en torno a garlas sobre El Sistema?
la propia opresión, el fin del liderazgo y tácticas de poder,
la necesidad de una base de masas previa a la batalla san- e) Las Políticos Feministas. Este epígrafe cubre qui-
grienta, es decir, todos los principios fundamentales de la zás el porcentaje más numeroso de células anónimas afin-
cadas en el movimiento de liberación femenino en nuestro
(!) Poder Negro. (N. del T.) país, y cuya posición atrae eventualmente a muchas de las

48 49
mujeres clasificadas anteriormente por mí como centristas. das, las incapacitan para· independizarse en otros movimien-
En el fondo se trata de un feminismo conservador con im- tos cuando las circunstancias lo exigen y las condena a un
plicaciones izquierdistas (o, quizás, sería más. exacto afir- mero reformismo de izquierdas, a la falta de originalidad y
mar que se trata de un izquierdismo con implicaciones fe- -finalmente- a la esterilidad política.
ministas). Si bien las políticas feministas admiten la nece- Puntualicemos, no obstante, que el contraste presenta-
sidad de que las mujeres se organicen con motivo de su do por el feminismo radical -la posición más militante den-
opresión de acuerdo con su propio criterio y de que el tro de la gama comprendida dentro del movimiento de li-
objetivo fundamental de toda agrupación de mujeres debe beración femenino- ha obligado a las feministas políticos y
basarse en la problemática femenina, en la práctica se es- a las conservadoras a una posición cada vez más defensiva
fuerzan al máximo por conseguir encuadrar tales activida- y a un radicalismo en alza. Al principio, las mujeres cuba-
des en el análisis izquierdista pre-existente y en su tabla de nas y las pertenecientes al N.L.F. (1) eran modelos indis-
prioridades -en las que, evidentemente, las mujeres nunca cutibles; en la actualidad predomina la actitud del <<espe-
ocupan el primer lugar. remos a ver qué pasa». Las convenciones puramente femi-
A pesar de la aparente diversidad que impera en esta nistas celebradas el año pasado se iniciaron siempre con un
subdivisión; las tres posturas implicadas son reductibles a tributo a los negros, a los ob¡·eros o a los estudiantes. Este
un denominador común: el principio de secundariedad del año, en cambio, los portavoces de la izquierda hablan pom-
feminismo en la ordenación de prioridades políticas y su posamente y en tono dogmático de la abolición de la fa-
obligada adaptación a una estructura política (de origen milia nuclear. Todo ello porque la Hermandad de Izquierdas
masculino) pre-existente. El temor a que una falta de vi- ha hecho un rápido amago de irrupción para sondear la
gilancia permita al feminismo alzar el vuelo con plena posibilidad de obtención de beneficios, presentando una de-
autonomía y divorciarse de La Revolución, revela el temor claración contra la monogamia, ante la que -por la cla-
que las políticos sienten a que el feminismo constituya cau- ridad de su origen masculino- las feministas no pueden
sa promocionable por sí misma -causa que (desgraciada- evitar reír con amargura. Con todo, mientras hace unos
mente) exija una revolución para la consecución de sus años a la SDS (2) no le importaba un comino Uí1 estúpido
objetivos. movimiento femenino, concede ahora a sus miembros de
Ahí radica el reverso de la medalla: las mujeres-políticos este sexo un papel cada vez más brillante a fin de evitar que
son incapaces de desarrollar una auténtica línea política, encabecen, por ejemplo, la lista de Los Diez Más Buscados
porque jamás se han enfrentado a la opresión que como de Weathermen y de las diversas guerrillas. Existen sínto-
mujeres sufren, con espíritu audaz. La incapacidad que les mas de que se inicia un reconocimiento, por parte de la
impide engendrar un análisis izquierdista propio acerca del política izquierdista oficial, de las mujeres como importan-
problema femenino, la necesidad que tienen de ligar con- te grupo oprimido con personalidad propia; sínt<;>mas de una
tinuamente su propia causa a una «lucha básica» -en vez comprensión superficial de la necesidad de un movimiento
de plantearla como causa intrínsecamente revolucionaria feminista independiente; síntomas de un cierto grado de
(no digamos ya de establecerla como centro de toda revo- atención hacia los problemas y las quejas. de las mujeres,
lución)- deriva de sus agobiantes sentimientos de inferio- vgr. los centros de aborto y las guarderías infantiles; sín-
ridad como mujeres. Su incapacidad de exigencia de prio- tomas de un aumento de las concesiones aparentes. Y, al
ridad para sus propias necesidades, su dependencia de la
aprobación masculina -en este caso, de una aprobación (1) National Liberation Front: Frente de Liberación Nacional
masculina subversiva- para sentirse políticamente legitima- (de Vietnam del Sur). (N. del T.)
(2) Students for a Democratic Society. (N. del T.)
50 51
igual que sucedió durante los primeros estadios del Black mucho mayor -a la vez que cualitativamente distinto- que
Power, existe el mismo afán apaciguador, la misma ner- ningún otro en el pasado:
viosa risa liberal, la misma incomprensión de los sentimien-
1) Distribución. A diferencia de los grupos minoritarios
tos femeninos -disfrazada bajo una sonrisa congraciadora.
(accidente histórico) o del proletariado (evolución económi-
3) El F'eminismo Radical. Las dos posturas que acaba- ca) las muieres han constituido siempre una clase oprimida
mos de describir, suelen engendrar una tercera: la postu- mayoritaria (51 %) distribuida por igual entre las demás
ra feminista radical. Quienes militan en sus filas constituyen clases. El movimiento americano de mayor analogía, el Black
una gama de la más variada procedencia, que comprende Power, aun dando por supuesto que pudiera movilizar ins-
desde feministas moderadas desilusionadas procedentes de tantáneamente a todos los negros del país, controlaría tan
la NOW hasta izquierdistas desengañadas procedentes del sólo a un 15 % de la población. Es más, las minorías oprimi-
movimiento de liberación de la mujer, pasando por otras das unidas -dando generosamente por supuesta la supre-
que estaban al acecho de la aparición de un movimiento de sión de toda rivalidad faccional- no constituirían mayoría,
esta naturaleza y para las que ni el burocratizado feminis- a menos que se incluyera a las mujeres. El hecho de que
mo conservador ni la recalentada dogmática izquierdista éstas convivan con los hombres, constituye en algunos aspec-
ejercían demasiado atractivo. tos nuestro hándicap más grave (la incomunicación inter-
La postura feminista radical es descendiente directa de femenina es la culpable de la ausencia de movimientos de
la línea feminista radical propia del antiguo movimiento, liberación femenina en el pasado o de la debilidad de és-
especialmente del capitaneado por Stanton y Anthony, así tos), pero, en otro aspecto, aporta una ventaja: la de que, si
como de la militante Cong¡•essional Union conocida poste- situamos una revolucionaria en cada dormitorio, es imposi-
riormente como Woman's Party. Considera los problemas ble no subvertir el status quo. Y, si es tu mujer la que se
femeninos no sólo como la primera prioridad de las muje- rebela, no puedes limitarte a meter la cabeza bajo el ala.
res, sino como núcleo de todo análisis revolucionario más El feminismo, en el momento en que consiga realmente sus
amplio. Rechaza el análisis izquierdista ya existente no por objetivos, resquebrajará las estructuras más básicas de nues-
ser excesivamente radical, sino por no serlo suficientemente; tra sociedad.
considera que el análisis izquierdista es anticuado y superfi- 2) Política personal. j:\1 movimiento feminista es el pri-
cial, ya que no establece ningún vínculo entre la estructura mero en combinar eficazmente el factor «personal» con el
del sistema de clases económicas y sus orígenes afincados «político». Está desarrollando un nuevo tipo de relación,
en el sistema de clases sexuales -modelo de todos los demás un nuevo estilo político, que con el tiempo reconciliará el
sistemas de explotación y parásito que debe, por tanto, ser factor personal -constante prerrogativa femenina- con el
eliminado por toda revolución sincera. En los capítulos que público -con el «mundo exterior>>-, a fin de devolver a este
siguen, pasaré revista a las ideas del feminismo radical y mundo sus emociones y sus sentimientos.
a su relación con otra teoría radical, a fin de mostrar La dicotomía entre emociones y entendimiento ha impe-
cómo, gracias a él, podemos arrojar luz sobre muchos sec- dido que el movimiento establecido adquiera una base de
tores controvertidos del análisis izquierdista, proporcionan- masas populares; por un lado tenemos a los izquierdistas
do por vez primera una solución revolucionaria integral. ortodoxos -unas veces abstraídos intelectuales universita-
Lo primero que salta a la vista es que el movimiento fe- rios, desligados de toda realidad concreta, y otras disfra-
minista radical posee muchos recursos políticos que ningún zados de capa activista y sirviendo en las filas del machismo,
otro movimiento puede alegar, y un potencial revolucionario autoindulgentes en su actuación y poco interesados en la

52 53
eficacia política. Por otro lado, tenemos la Woodstock Na- dicar al mismo tiempo no sólo sus naturalezas sumisas, sino
tion, la Rebelión Juvenil, la Generación Hippy de las Drogas también sus naturalezas dominantes, quemando así la vela
y de las Flores, los Yippies, los Crazies, los Motherfuckers, por ambos cabos.
los Mad Dogs, los Hog Farmers, etc., que, aunque compren- Ahora bien, si hay algún movimiento revolucionario capaz
den que la antigua propaganda y análisis marxistas han per- de establecer una estructura igualitaria, éste es el feminis-
dido posiciones -el problema es mucho más profundo que mo. Someter a examen las relaciones básicas entre los sexos
la mera lucha del proletariado, que, en cualquier caso, di- y entre padres e hijos es llevar el esquema psicológico de
fícilmente se identifica con la vanguardia americana-, no dominio-sumisión hasta sus mismas fuentes. A través del
tienen ningún análisis histórico sólido y autónomo con que examen político de esta psicología, el feminismo será el pri-
reemplazarlos; es más, se trata de grupos apolíticos. Por todo mer movimiento que jamás haya enfocado el problema desde
ello el Movimiento se está hundiendo, sea por marginalidad, un punto de vista materialista.
fragmentación o ineficacia debidas a su rígido y anticuado
análisis, o, en aquellos casos en que posee atractivo para un
movimiento de masas, por falta de una sólida base histórica
y económica, y es un movimiento de <<renuncia» más que de
revolución. El movimiento feminista es el unificador que con
tanta urgencia se necesita.
3) El Fin de la Psicología de Poder. Los movimientos
más revolucionarios son incapaces de practicar en sí mismos
lo que predican. Los fuertes apegos al liderazgo, el facciona-
lismo, «el culto al yo», las maquinaciones, constituyen regla
más que excepción. El movimiento femenino, en su propia
historia, tiene en este aspecto una trayectoria mejor que la
de muchos otros movimientos. Uno de sus objetivos más
afirmados es la democracia interna y se llega a extremos (a
menudo absurdos) en su persecución.
Esto no es lo mismo que hablar de éxito. Existe mucha
más retórica que realidad en esta cuestión, retórica que a
menudo encubre hipócritamente las mismas tretas y los
mismos juegos de poder que antaño, adornados muchas ve-
ces con nuevas y complejas variantes femeninas. Sería de-
masiado pedir que, con todo su profundo enraizamiento en
el sistema de clases sexuales y en la estructura familiar, al-
guien fuera hoy capaz de eliminar la psicología de poder.
Y, si bien es cierto que muchas mujeres jamás han adoptado
la función dominante (el poder sobre los demás), existen
muchas otras que, al identificar todas sus vidas con los hom-
bres, se encuentran en la postura peculiar de tener que erra-

54 55
EL FREUDISMO:
UN FEMINISMO DESCARRIADO

Si tuviéramos que apuntar hacia una corriente de pensa-


miento como las más característica de América en este siglo,
bien cabría señalar la obra de Freud y las ciencias de ella
derivadas. Nadie es inmune a su concepción de la vida hu-
mana; unos reciben dicha influencia de modo directo, estu-
diándola como disciplina académica («psicología»); otros a
través de la terapéutica personal -experiencia cultural co-
rriente para los niños de clase media-; los más, a través de
la impregnación de la cultura popular. La nueva terminolo-
gía ha invadido el habla cotidiana y el hombre medio piensa
en sí mismo en términos de «perturbación emocional», «neu-
rosis» o «psicopatías»; comprueba su <<ello» a diario en busca
de una «pulsión de muerte>> y su «ego» en busca de alguna
«debilidad>>; quienes le rec;hazan, son «egocéntricos»; da por
sentada la posesión de un «complejo de castración>>, la «re·
presión» de un deseo de acostarse con su madre, el haber
experimentado o estar experimentando aún la «rivalidad fra·
terna>>, el hecho de que las mujeres «envidien>> su pene;
probablemente verá en cada plátano o salchicha un «SÍm-
bolo fálico>>. Sus discusiones matrimoniales y procedimientos
judiciales de divorcio operan de acuerdo con estas termino-
logías psicoana!íticas. Casi nunca 'sabe a ciencia cierta su
significado, pero por lo menos está seguro de que su psi-
quiatra sí lo sabe. El pequeño vienés de gafas y perilla, dor·
mitando en su sillón, es uno de los estereotipos del (tenso)
humor moderno. Llevaría bastante tiempo contabilizar el
número de historietas gráficas referentes al psicoanálisis.

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s.ólo con respecto al diván, hemos creado ya toda una nueva conceptos siguen en boga. Los médicos siguen valiéndose de
Simbología. ellos. Es más, al final de cada nueva crítica se entona -en-
El freudismo se ha convertido -con sus confesionarios tre sentimientos de culpabilidad- un himno de alabanza al
Y sus actos .de rep~ración, sus prosélitos y conversos, con Gran Padre iniciador de todo este proceso. Nadie se siente
tod?s. .los millones mvertidos en su mantenimiento- en la con fuerzas para acabar con él.
Rel!gwn de nuestra época. Nuestros ataques incluyen siem- No creo que se deba únicamente a falta de valor para
pre una leve desazón, porque ¿quién posee la seguridad de admitir, después de tantos años, la desnudez del emperador.
que en el día del juicio definitivo la razón no •estará de su Tampoco creo que .el motivo sea siempre el temor a des-
parte? ¿Quién posee el convencimiento de estar todo lo sano truir la propia fuente de ingresos. Estoy convencida de que
que debería? ¿Quién desarrolla toda su potencialidad? ¿Quién la mayor parte de las veces la misma integridad que les hace
no está asustado de sus propios instintos? ¿Quién no odia poner todo el sistema en entredicho, es quien les impide
a su padre y a su madre? ¿Quién no rivaliza con su herma- destruirlo del todo. Su «conciencia>> les dice «intuitivamente>>
no? ¿Qué muchacha no ha deseado alguna vez ser mucha- que no se atraverán a descargar el golpe definitivo.
cho? '(.para aquello~ espíritus recios que persisten en su La razón estriba en que, aunque las teorías freudianas no
escepticismo, queda siempre la temible palabra: resistencia. sean verificables empíricamente, aunque la aplicación del
Estos son los enfermos más graves, como su obstinación pone freudismo a la práctica clínica haya llevado a verdaderos
de manifiesto. absurdos y ya en 1913 se observara que el propio psicoaná-
La reacción no se ha hecho esperar y ha sido encarnizada. lisis se identifica con la enfermedad que pretende curar
Se han escrito libros y han brillado personalidades dedica- -creando una neurosis sustitutiva de la precedente (todos
das exclusivamente al estudio de las contradicciones en las hemos observado que cuantos se encuentran bajo tratamien-
obras de Freud; algunos se han hecho famosos profundizan· to terapéutico se muestran más preocupados por sí mismos
d? exclusivamente en una pequeña parcela de su obra (por que en ningún otro período anterior y que han pasado a un
eJemplo, refutando el deseo de muerte o la envidia del pene) estado de neurosis «perceptiva» rebosante' de «regresiones»,
Y otros, más audaces o más ambiciosos, han atacado los ab- «transferencias>> amorosas y torturados soliloquios)-, no po-
su~dos del c?njunto global. No hay más que asistir a cual· demos evitar pensar que hay algo cierto en e] fondo de todo
qmer cocktazl party para oír toda clase de 'teorías críticas· este asunto. Y, aunque al p'reguntar repentinamente a quie-
algunos intelectuales llegan hasta relacionar la extinción d~ nes se encuentran bajo tratamiento terapéutico si éste les
la. com~r:i~ad intelectual americana con la importación del ayuda o si merece la pena someterse a él, se encuentran to-
psicoanahsis. En contraposición a la religiosidad del freu- talmente confundidos, no por ello podemos permitimos el
dismo, se ha fundado toda una escuela empírica behavioris· lujo de despreciarlo olímpicamente.
ta (a pesar de que la psicología experimental arrastra sus Freud conquistó la fantasía de todo un continente y de
propios prejuicios). Poco a poco se ha ido deshojando todo toda una civilización por una razón muy sólida. Aunque pue-
el pensamiento freudiano y sus dogmas fundamentales han da parecer inconsistente, ilógico o «anticuado», sus seguido-
ido cayendo uno a uno hasta no quedar nada sobre Jo que res -con toda su lógica cautelosa, sus experimentos y sus
centrar los ataques. revisiones- no tienen nada comparable que decir. El freu-
P,e;o no :nuere. Se ha demostrado que la terapia psico- dismo es tan censurado y a la vez tan imposible de repu-
anahtica es meficaz, que las ideas de Freud sobre la sexuali- diar porque Freud captó el problema crucial de la vida mo-
dad femenina están equivocadas ( cf. Masters y J ohnson, derna: la Sexualidad.
acerca del mito del doble orgasmo) y, con todo, sus viejos

58 59
mr·
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reflejan su impredecible línea de comportamiento y su exa-


men aterrorizador y a menudo desastroso de los papeles
jugados por cada sexo. Nadie quedó inmune a las violentas
consecuencias del estallido. Y esto no fue algo privativo del
I hemisferio occidental: Rusia experimentaba por esta época
con la abolición de la familia.
COMUNIDAD DE RAíCES ENTRE FREUDISMO Con el cambio de siglo, en el pensamiento político y so-
Y FEMINISMO cial, lo mismo que en la cultura literaria y artística, pulu-
laba un tremendo fermento de ideas con respecto a la se-
xualidad, al matrimonio, a la familia y a la función de la
mujer. El freudismo fue sólo uno de los productos cultura-
1) Freudismo y Feminismo han brotado del mismo suelo. les de tal fermentación. Tanto el freudismo como el femi-
N~ es casualidad que Freud iniciara su obra en el clímax del nismo surgieron como reacción contra uno de los períodos
pnmer :novimie¡;to femini~ta. En la actualidad seguimos me- más puritanos de la civilización -la Era Victoriana- carac-
nos~rec¡ando la 1mportanc1a de las ideas feministas de aque- terizado por su énfasis sobre la institución familiar y, en
lla epoca. Las conversaciones a media voz acerca de la na- consecuencia, por su represión y opresión sexual exageradas.
turaleza del hombre y de la mujer, y de la posibilidad de ]a Ambos movimientos fueron un toque de atención; pero Freud
r~producción artificial (niños en probetas de cristal), reco- se limitó a ser un diagnosticador de aquello que el feminis-
gidas por D. H. Lawrence en su Lady Chatterley's Lover no mo se propone curar.
eran puramente imaginarias. El sexismo era el tema ~1ás 2) Freudismo y Feminismo estdn hechos del mismo ma-
can~en~e del día; l.o únic.o que hizo Lawrence fue captarlo terial. El gran éxito de Freud fue el redescubrimiento de la
Y anad1r sus prop1as opmiones. El sexismo selló también sexualidad. Freud entendió la sexualidad como la fuerza vi-
casi tóda la obra de G. B. Shaw. La Nora de Ibsen en Casa ele tal básica; el modo en que dicha líbido se estructuraba en
muñecas no· era ningún ser anormal; estas discusiones es- el niño, determinaba la psicología del individuo (quien, a su
taban destrozando muchos matrimonios en la vida real. La vez, recreaba en sí mismo la de la especie histórica). Descu-
nauseabunda descripción que Henry James nos dé de las brió que, para adaptarse a la civilización actual, el ser se-
n:ujeres r:m!n!stas en The Bostonians y las más compren- xuado debe pasar por un próceso de represión durante la in-
siVas de V1rgm1a Woolf en The Years y Night ancl Day, están fancia. Todos los individuos sufren dicho proceso, pero unos
arranc~das de la vida real. El mundo de la cultura reflejaba lo sobrellevan con menos éxito que otros, produciéndose en-
las actitudes y preocupaciones dominantes; el feminismo fue tonces en ellos una inadaptación de gravedad mayor (psi-
un tema literario importante porque en aquellos momentos cosis) o menor (neurosis), que a menudo basta para incapa-
era un problema vital. Los escritores reflejaron aquello que citar totalmente al individuo.
veían, describieron el medio cultural en que respiraban. Pues La solución propuesta por Freud tiene menos envergadu-
bien, en este medio hervía la preocupación por las reivin- ra y, de hecho, ha producido verdaderos estragos; en ella se
dicaciones· feministas. La cuestión de la emancipación de la supone que el paciente, por medio de un proceso que le
muJer afectaba a cada una de ellas, tanto si tomaba parte permite desenterrar las represiones frustrantes, reconocerlas
act1va en la defensa de dichas reivindicaciones como si lu- conscientemente y examinarlas a plena luz, será capaz de
chaba desesperadamente contra ellas. Las viejas películas de aceptar o de rechazar conscientemente -en vez de reprimir
la época muestran la creciente solidaridad de las mujeres, subconscientemente- los deseos perturbadores del ello. Este

60 61
r ,.

proc.eso terapéuti~o se emprende con la ayuda de un psico- responsable de la confusión surgida en las ciencias derivadas
an:'hsta J?Or mediO de la «transferencia», según la cual el de su teoría. Agobiados por los problemas insuperables que
psicoanalista actúa en sustitución de la figura autoritaria la puesta en práctica de una contradicción de base suponía
o.riginal ';lue se encuentra en las raíces de la neurosis repre- -la resolución de un problema dentro del mismo medio que
Siva. Al Igual que la curación religiosa o la hipnosis (que lo había creado-, sus seguidores empezaron a atacar uno
Freud estudió y cuya influencia recibió), la <<transferencia>> tras otro todos los elementos de su teoría, hasta dejarla en
actúa por implicación emocional más que por puro razona- mantillas.
miento. El paciente <<Se enamora>> de su analista; al <<proyec- ¿Había algún elemento aprovechable en tales ideas? Re-
tar>> el problema sobre la superficie -supuestamente intac- examinemos de nuevo algunas de ellas, esta vez desde un
ta- de la relación terapéutica, lo arranca de sí para conse- punto de vista feminista radical. Estoy convencida de que
guir su curación. Lo que pasa es que este mecanismo no re- Freud hablaba sobre algo real, aunque sus ideas, tomadas al
suelve nada (1 ). pie de la letra, llevaron al absurdo -su genio era más poé-
Freud, en la tradición de la ciencia <<pura>>, examinó las tico que científico y, por tanto, sus ideas resultan más valio-
estructuras psicológicas sin poner atención ninguna al hecho sas como metáforas que como verdades literales.
de que éstas existían en un contexto social. Si tenemos en Desde esta perspectiva, examinemos en primer lugar el
cuenta su propia estructura psíquica y sus prejuicios cultu- Complejo de Edipo (1) -piedra angular de la teoría freudia-
rales -era un mezquino tirano de la vieja escuela, para na-, que afirma que el niño varón desea poseer sexualmen-
quien ciertas verdades sexuales podían resultar excesiva- te a su madre y matar a su padre y que el miedo a ser cas-
mente costosas-, difícilmente podíase esperar que incluyera trado por éste le obliga a reprimir tal deseo. El mismo Freud
un examen de esta especie en su quehacer vital. (Wilhelm afirmó en su último libro:
Reich fue uno de los pocos en seguir esta senda.) Añadamos
a ello que, al igual que Marx no pudo prever el advenimien- Me atrevo a afirmar que, aunque el psicoanálisis no pu-
to de la cibernética, Freud no tuvo el conocimiento decisivo diera alardear de más logros que del descubrimiento
de la posibilidad tecnológica que nosotros tenemos. Tanto en del Complejo de Edipo, éste solo bastaría para permi-
el caso de que podamos censurar a Freud como persona, tirle ser contado entre las más preciadas conquistas de
como en el caso de que sea imposible hflcerlo, en su omi- la humanidad en estos últimos tiempos.
sión de un examen de la sociedad misma tenemos la causa
Comparemos esta afirmación con la de Andrew Salter en
(l) R. P. Knight, en su estudio "Evaluation of the Results of The Case Against Psychoanalysis:
Psychoanalytic Therapy", aparecido en American ]ournal oi Psychia~
try -1941-, descubrió que el psicoanálisis era un fracaso com"
pleto en el 56,7 por 100 de los pacientes por él estudiados, y que (1) Si hago referencia al niño varón antes que a la hembra, es
só!o en :u; 43,3 por ~00 había tenido éxito. De ello resulta que el porque Freud -y toda nuestra cultura- lo colocan siempre en pri-
pswoanáhsts había temdo más fracasos que éxitos. En otro estudio, mer lugar. Hasta para poder criticar a Freud con propiedad, nos
apa:ecido en 195~, Ey~enck mostraba un índice de mejoría en los veremos obligadas a seguir el orden de prioridades establecido por
pacientes que habían stdo tratados por medio del psicoanálisis, que él en su obra. Además, como el mismo Freud comprendió, el Com-
alcanzaba a un 44 por 100; en los pacientes sometidos a psicotera~ plejo de Edipo tenía mucha mayor trascendencia cultural que el de
p~a, un ~n:Hce ~e ~ejoría de! 64 por lOO; y en aquellos que no ha- Electra; también yo intentaré demostrar . que es mucho más perju-
btan rectbtdo nt~gun tratamiento, un índice de mejoría del 72 por dicial psicológicaínente, aunque no sea más que por el hecho de que,
100. Otros estudws (Barron y Leary, 1955; Bergin, 1963; Cartwright en una cultura dominada por el sexo masculino, el daño infligido
Y Vogel, 1960; Truaux, 1963; Powers y Witmer, 1951) confirman a la psique masculina tiene consecuencias de mayor alcance. (N.
estos resultados negativos. ' del A.)

62 63

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Ni los más entusiastas seguidores de Freud pueden evi- Echemos una mirada a esta familia nuclear patriarcal,
tar sentirse confundidos por las contradicciones impli- en cuyo seno aparece con rasgos tan definidos el Complejo
cadas en el Complejo de Edipo. El Diccionario Psiquiá- de Edipo. En la familia-tipo de esta especie el hombre es
trico dice a propósito del Complejo de Edipo: «El fu- quien aporta el sustento y por ello los demás miembros
turo del Complejo de Edipo no se comprende con mu- crean un vínculo de dependencia para con él. Establece ade-
cha claridad>>. En mi opinión, podemos hablar con toda más un pacto implícito por el que accede a mantener a su
seguridad acerca de dichas perspectivas futuras. El des- mujer a cambio de sus servicios: cuidado de ·la casa, sexo
tino del Complejo de Edipo será el mismo que el de y reproducción. Los hijos que ella le da, son aún más de-
la alquimia, la frenología y la quiromancia. El destino pendientes, si cabe. Legalmente son propiedad del padre
del Complejo de Edipo será el olvido. (una de las primeras campañas del primer W. R. M. atacó
Para Salter, dicho Complejo está plagado de las contra- las disposiciones que privaban a la mujer, en caso de di-
dicciones comunes a toda teoría que presume que el con- vorcio, de la custodia de los hijos), cuyo deber es alimentar-
texto social -causa del complejo- es inmutable: los y educarlos -«moldeados>> a fin de que puedan ocupar
su puesto en la sociedad en que él vive, cualquiera que ella
La teoría de Freud acerca de la desaparición «normal» sea. A cambio, espera aquella perpetuación de bienes y ape-
del Complejo de Edipo, adolece de inconsistencia crí- llido que tantas veces confundimos con la inmortalidad.
tica en su lógica interna. Si aceptamos la afirmación de Sus derechos sobre los hijos son completos. :f:stos no pue-
que la desaparición del Complejo de Edipo se consi- den escapar a su posesión hasta su mayoría de edad y para
gue a través del miedo a la castración, ¿no parece que entonces el moldeado psicológico ha sido ya realizado; en
damos por sentado que la normalidad se adquiere otras palabras, están preparados para re-iniciar todo el pro-
como resultado del miedo y la represión ejercidos so- ceso.
bre el niño? Y, ¿acaso la adquisición de la salud men- Es importante recordar que las versiones más recientes
tal por medio de la represión no está en flagrante con- de la familia nuclear pueden haber desfigúrado este tipo de
tradicción con las más elementales doctrinas freudia- relación esencial hasta el punto de hacerlo irreconocible,
nas? (La cursiva es mía.) pero siguen reproduciendo el mismo triángulo de dependen-
cias: padre, madre, hijo. Au!)que la mujer haya recibido una
Por mi parte, yo sugiero que el único modo de compren- educación equivalente (a veces olvidamos que hasta las ar-
der el Complejo de Edipo en toda su lógica, es l'?n términos duas conquistas del W. R. M. en tiempos de Freu~ las mu-
de poder. Debemos recordar que Freud observó este com· jeres no recibían educación ni encontraban traba¡o ), pocas
piejo como elemento común a todos los individuos que se veces le resulta posible -dada la desigualdad de la deman-
desarrollan en el seno de la familia nuclear de una sociedad da- ganar tanto dinero como el marido (y ¡pobre matri-
patriarcal -forma de organización social que intensifica los monio aquel en que esto suceda!). Pero, aunque así fuera,
peores efectos de las desigualdades inherentes a la propia en cuanto empieza a engendrar hijos y a hacerse cargo de
familia biológica. Existen algunas pruebas que llevan a ellos, se encuentra otra vez totalmente incapacitada. Conce-
demostrar la disminución de los efectos del Complejo de der la total independencia a la mujer y a los hijos supondría
Edipo en aquellas sociedades en que el hombre dispone eliminar no sólo la familia nuclear patriarcal, sino también
de menos poder y que el debilitamiento del patriarcalismo la misma familia biológica.
conlleva gran número de cambios culturales atribuibles qui- :f:ste es, pues, el clima opresivo en que se desarrolla el
zás a dicha relajación. niño. Desde los primeros momentos es extremadamente sen-

64 65
sible a esta jerarquía. de poderes. Sabe perfectamente que dre es el hogar de donde derivamos, la naturaleza, el
en todos los aspectos -física, económicamente y emocional- suelo el océano; el padre no representa ningún hogar
mente- depende completamente y, por tanto, está a la com- natu;al de dicha especie. Durante los primeros años
J?leta disposición de sus dos progenitores, quienquiera que de la vida del niño pocos vínculos existen entre am-
estos sean. De entre los dos, sin embargo, él siempre prefe- bos y su importancia es para el hijo mucho menor que
nra a su madre. Existe un vínculo de opresión que ]o liga la de la madre en estas primeras etapas. Pero, aunque
a ella; él sufre la opresión de ambos progenitores y ella no represente al mundo natural, el padre sí repres~n­
sufre, por lo menos, la de uno. El padre, en la medida de ta el otro polo de la existencia humana: el mundo m-
la comprensión infantil, posee el control total. (<<¡Aguarda telectual, de los logros humanos, de la ley y el orden,
a que tu padre llegue de la oficina!, ¡verás la paliza que te de la disciplina, de los viajes y la aventura. El pa?re
espera!>>) El niño percibe entonces la posición de su madre es quien enseña al niño, quien le muestra el cammo
como intermedia entre la autoridad y la impotencia. Si ésta hacia el mundo exterior ... El amor paterno es un amor
:omete alguna injusticia, él puede acudir a su padre; pero si condicionado. Su máxima es: «Yo te amo porque res-
este le pega una paliza, poco podrá hacer aquélla más que pondes a lo que yo espero de ti, porque cumples con
ofrecerle té y simpatía. Si su madre es sensible a la injus- tu deber, porque te pareces a mí» ... En esta transición
ticia, utilizará quizás sus tácticas y algunas lágrimas para de un apego de polaridad materna a otro de polaridad
ahorrarle algunos golpes. Pero también el niño es maestro paterna y en su eventual síntesis se fundamenta la base
en esto de las tácticas y las lágrimas a esta edad y sabe que de la salud mental y de la adquisición de la madurez.
las lágrimas no tienen punto de comparación con la fuerza
física. Además, su eficacia es limitada y está en función de Si estas palabras no hubieran sido ciertas en el momento
muchas variables («Un mal día en la oficina», etc.). En cam- en que se escribieron, lo serían ahora. El libro de Fromm
bio, la fuerza física o la simple amenaza de su utilización sobre el amor ha sido traducido a diecisiete idiomas y se
es un factor incontrovertible. han vendido, según se dice en la contraportada, 1.500.000
En la familia tradicional existe una polaridad paterna: se ejemplares sólo en lengua inglesa. Más adelante me ocuparé
espera de la madre que ame abnegadamente al hijo, incon- con mayor detalle de la naturaleza del amor tal como esta
dicionalmente incluso, mientras que el padre, por otro lado, última cita expone y la clase de daños que este ideal pro-
raramente asume un interés activo por él -desde luego no duce tanto en la madre co·mo en el hijo. Por ahora me cen-
en el aspecto de sus cuidados íntimos- y, más tarde, cuan- traré únicamente en la relación que esta polaridad tradi-
no el hijo ha crecido ya, su amor es condicionado -está en cional guarda para con el Complejo de Edipo.
función de los logros y éxitos obtenidos. Dice Erich Fromm A diferencia de otros, Freud no menospreció .los proce-
en que se escriabieron, lo serían ahora. El libro de Froom sos interiores del niño hasta la edad de seis años. Si las
en su Arte de Amar: necesidades básicas del pequeño son satisfechas por su ma-
dre, si es vestido, alimentado y acariciado por ella, si pur
Hemos hablado ya acerca del amor materno. El amor ella es amado de manera «incondicional». frente al. amor
materno es, por su propia naturaleza, incondicional. «condicionado» del padre -al que raras veces ve y aún en.
La madre ama al recién nacido porque es su hijo, no tonces sólo para recibir el castigo: o la «aprobación mascu-
porque éste haya cumplido ningún requisito ni haya lina»- y si, además, intuye que él y su madre se encuentran
respondido a ninguna esperanza concreta... La relación unidos frente a un padre más poderoso, al que. deben agra-
para con el padre es de signo bastante diverso .. La ma- dar y apaciguar, entonces sí. resulta cierto que todo varón

66 67
normal se identifica en primer lugar con la hembra de la bra se asusta. Cuando va a la peluquería, llora. Está con·
especie. vencido de que su padre le cortará el pene, porque no se •:'!

Con referencia al deseo que siente por la madre, también comporta como el <<hombrecito>> que debería ser.
habrá que admitir su veracidad. Ahora bien, es absurdo lle· :e:sta es su <<difícil fase transitoria>>. ¿Qué es lo que al fin
gar a las conclusiones a que una interpretación literal de convence al niño normal para que invierta su identificación?
Freud puede conducirnos. Es imposible que el niño piense Fromm lo formula maravillosamente: <<Es cierto que el pa-
en unirse sexualmente a su madre. Lo más probable es que dre no representa el mundo natural, pero representa el otro
el niño sea incapaz siquiera de imaginar cómo debería arre- nolo ele la existencia humana: el mundo intelectual, de los
glárselas para un acto de esta clase. Tampoco se encuentra logros humanos, de la ley y el orden, ele la disciplina, ele
suficientemente desarrollado físicamente para sentir necesi- los viajes y la aventura. El padre es quien enseña al niño,
dad ele una distensión orgástica. Sería más correcto conce- quien le muestra el camino hacia el mundo exterior ... >> Pues
bir dicha necesidad sexual en forma más generalizada y ne- bien, este algo que vence sus resistencias, es la oferta del
gativa; es decir, sólo posteriormente y debido a la estruc- mundo condicionada a su crecimiento. Se le pide una tran·
turación ele la familia en torno al tabú del incesto, se se- sición del estado de impotencia -niños y mujeres- al es·
parará la respuesta sexual ele otros tipos ele respuestas fí· taclo de poder potencial -hijo (extensión del ego) ele su
sicas y emocionales. Al principio, .todas ellas forman una padre. Los niños no suelen ser tontos. Su intención no
unidad integrada. es la ele encadenarse al estilo de vida limitado y mísero ele
¿Qué sucede a los seis años, cuando repentinamente em- las mujeres. Les interesan estos viajes y aventuras. Pero se
pieza a esperarse del niño que empiece a «comportarse como trata de una tarea ardua, porque en el fondo desprecian a
<;s debido», a actuar como un hombrecito? Por todas partes su padre y a todo su poder. Sus simpatías están con su
se oyen las expresiones «identificación masculina>> o <<Íma· madre. Pero, ¿qué pueden hacer? <<Reprimen>> el profundo
gen del padre>>. Los bonitos juguetes del año anterior eles- apego emocional que sienten hacia su madre, «reprimen>> el
aparecen. Se le induce a empezar la práctica del baseball. deseo ele matar a su padre e ingresan eri el honorable esta-
Se multiplican los camiones y los trenes eléctricos. Si llora, do ele la virilidad.
se le llama <<niñita>>; si corre hacia su madre, <<perrito fal· No es ele extrañar que esta transición deje tras sí un
clero>>. De improviso, su padre asume un interés activo hacia residuo emocional, un «COJ;nplejo>>. El niño varón, para po-
él (<<lo estáis echando a perder>>). El niño teme a su padre, der salvar su propia piel, ha abandonado y traicionado a
y no le faltan motivos. Sabe que, entre sus dos progenito- su madre, alistándose en las filas de su opresor. Se siente
res, su madre está mucho más cerca ele él. La mayor parte culpable. Sus emociones ante las mujeres como clase se re-
ele las veces ha podido constatar que su padre hace a su sienten ele ello. La mayor parte ele los hombres han salido
madre desgraciada, que la hace llorar, que no le dirige ex- triunfantes ele esta transición a un estado ele poder sobre
cesivamente la palabra, que discute mucho con ella, que la los demás; otros, en cambio, siguen atascados en el intento.
lastima (ésta es la razón por la que, si ha tenido ocasión de Hay otros elementos de la teoría freudiana que se com·
observar sus relaciones sexuales, las interpretará sobre la prenden en toda su amplitud, cuando se los ·examina en tér-
base de los datos que ha ido almacenando y creerá que el minos de poder, es decir, en términos políticos; el feminis-
padre está atacando a la madre). Sin embargo, sin previo mo, como antídoto, elimina la parcialidad sexual que produ-
aviso se espera de él que se identifique con este extraño jo la distorsión inicial.
brutal. ¡Desde luego que no lo hará! Se resiste. Empieza a Suele creerse que el Complejo de Electra constituye un
soñar con seres que le aterrorizan. Hasta de su propia som- descubrimiento menos profundo que el Complejo ele Eclipo,

68 69
porque -al igual que el resto de las teorías freudianas so- dos alternativas: i) Puede enfocar la situación en forma rea-
bre la mujer- analiza a la hembra tan sólo como varón ne- lista y empezar a utilizar todas sus estratagemas femeninas
gativo: el Complejo de Electra no es más que un Complejo -en lo que valgan- en un intento destinado a despojar al
de Edipo invertido. El Complejo de Electra, con el com- padre de su poder (para lo cual tendrá que rivalizar con su
plejo de castración que lo acompaña, es -brevemente- madre en la obtención de los favores de quien tiene el
como sigue: la niña, al igual que el niño, empiezan su vida poder); o, 2) Puede negarse a creer que las diferencias físi-
con una fijación a la madre. Hacia los cinco años, que es cas existentes entre ella y su hermano implicarán ya para
cuando suele descubrir su carencia de pene, empiezan sus siempre una desigual distribución del poder. En este último
sentimientos de castración. Como compensación, intenta en- caso, rechazará cualquier cosa que se identifique con su
tablar una alianza con el padre por medio de la seducción, madre, cosas como el servilismo y las estratagemas -la psi-
lo cual la lleva a la subsiguiente rivalidad y hostilidad para cología del oprimido- e imitará obstinadamente todo aque-
con su madre. El super-ego se desarrolla como reacción a la llo que ha observado hacer a su hermano y que le proporcio-
represión del padre. Ahora bien; al ser éste el objeto de su na a él exactamente el mismo tipo de libertad y aprobación
seducción, no la reprime de la misma manera que reprime que ella busca. (Observad que no afirmo que finja mascu-
al hijo, que es su rival sexual en el afecto de la madre, y linidad. Estos rasgos no están determinados sexualmente.)
por ello la organización psíquica fundamental de la niña Pero, por más que intente desesperadamente conquistar los
difiere de la de su hermano a la vez que resulta más débil. favores de su padre comportándose cada vez más tal como
Cuando una muchacha persiste en esta fuerte identificación ha visto que éste alentaba a comportarse a su hermano,
con su padre, se dice de ella que ha quedado retrasada en dicho sistema no da resultado en el caso de ella. Redobla
el estadio «clitoridiano» de la sexualidad femenina y que sus esfuerzos. Actúa como un mozalbete y se siente halagada
con toda probabilidad será frígida o lesbiana. si la apodan como tal. Esta obstinación frente a un realidad
El rasgo más notable en toda esta descripción, reformu- ·insoportable puede llegar a triunfar. Durante un tiempo.
lado en términos feministas, es el de que también la niña ·Quizás hasta la pubertad. Entonces se encuentra realmente
está al principio apegada a su madre (lo cual, dicho sea d~ en una encrucijada. No puede negar su sexo por más tiem-
paso, refuta una heterosexualidad determinada biológica- po; esto lo confirman los lujuriosos varones que pululan a
mente). Al igual que el niño, la niña ama más a su madre · :su entorno. Es entonces cuando suele desarrollar una iden-
que a su padre y exactamente por las mismas razones: la • tificación femenina como vénganza. (Las tan «difíciles», «re-
madre cuida de ella más íntimamente y comparte con ella ; -servadas» e «histéricas» adolescente; tal etapa corresponde
su opresión. Hacia los cinco años de edad y más o menos : al estadio de ingobemabilidad de los muchachos.)
paralelamente al niño, empieza a observar conscientemente Por lo que se refiere a la «envidia del pene», resulta mu-
el mayor poder del padre y su capacidad de acceso a este más cierto interpretarla también como metáfora. Existe
interesante mundo exterior, capácidad negada a su madre. una preocupación por los genitales, pero es evi-
A partir de este momento, empieza a rechazar a su madre que todo aquello que distinga físicamente al envidiádo
c_omo algo aburrido y demasiado familiar, para pasar a iden- ''vá:rón. será objeto de envidia. Lo que sucede es que la mu-
tificarse poco a poco con su padre. La situación resulta más no puede comprender cómo, si se comportá exacta-
complicada aún si tiene hermanos, porque entonces se da igual que su 'hermano, el comportamiento de éste es
cuenta de los deseos del padre de que el muchacho compar- :"""'J"'-v de aprobación y el suyo no. Es posible que establezca
ta su mundo y su poder, mientras que dicho mundo sigue establezca una confusa conexión entre el comporta-
estando negado para ella. En este momento se le presentan y el órgano que diferencia a su hermano. La hos-

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tilidad que siente hacia su madre y su relación con una nas freudianas. periféricas que parecían absurdas, adquieren
observada similitud genital son asimismo mera posibilidad; sentido. Veamos, por ejemplo, lo que Ernest Jones dice en
cualquier cosa que la identifique con su madre, a quien con Papers on Psychoanalysis:
tanta obstinación intenta rechazar, es objeto asimismo de
rechazo. Pero el hecho de que una niña, sin que nadie se lo En muchísimos niños existe un ardiente deseo de con-
indique, comprenda su identidad de sexo con la madre, re- . vertirse en padres de sus propios padres... Esta curio-
sulta mucho menos probable que el que se considere a sí· sa construcción imaginativa... guarda evidentemente
misma sexual. Hasta quizás se sienta orgullosa de ello. Al fin una estrecha relación con los deseos incestuosos, pues-
y al cabo, no posee abultamientos visibles, como los pe- to que se trata de una forma exagerada del deseo más
chos, que para ella son el distintivo de la mujer. En cuan- común de ser el propio padre de uno.
to a los genitales, su inocente hendeclura no parece guar-
dar ningún parecido con el velludo montículo de su madre; He aquí la traducción feminista: los niños imaginan en·
además, raras veces es consciente siquiera de su posesión contrarse en una posición de poder sobre sus propios due-
de una vagina, porque ésta se encuentra sellada. Su cuerpo ños paternos, particularmente sobre aquel que detenta real-
es por el momento tan flexible y funcional como el de sus mente el poder: el Padre.
hermanos y toda ella está al unísono con su cuerpo; tanto Veamos por ejemplo las palabras de Freud sobre el fe-
unos como otros se encuentran igualmente oprimidos por tichismo:
la mayor fuerza de Jos adultos. Sin una dirección específi-
ca, es posible que durante largo tiempo pudiera conven- El objeto es para el muchacho el sustitutivo ~d
falo
cerse a sí misma de que no iba a terminar siendo como su de la madre, en el que creía el niño y del que no
madre. Por esta razón es por lo que se la anima tanto a quiere prescindir.
jugar con muñecas. a «jugar a ama de casa», a aparecer
bonita y atractiva. Se confía en que no sea una de las que Realmente, Freud puede resultar desconcertante de ver-
repudian sus funciones hasta el último minuto. Se confía dad. ¿No sería mucho más lógico hablar del poder de la ma-
asimismo en que acceda a ellas de forma temprana, me- dre? Lo más probable es que el niño ni siquiera haya visto
diante la persuasión, artificialmente y no por necesidad; en a su madre desnuda; y es todavía mucho· menos probable
que la promesa abstracta de un bebé sea reclamo suficien- que haya observado con 'detalle las diferencias existentes
te, sustitutivo de este excitante mundo de «Viaje y aven- entre el pene y el clítoris. Lo que sí sabe es que se encuen-
turas>>. (Un negocio floreciente de muñecas se está en- tra ligado a ella y qué no quiere rechazarla sólo por causa
riqueciendo gracias a esta ansiedad paterna. En cuanto a la de su impotencia. El objeto escogido es simplemente el sím-
niña, le encantan los regalos, cualesquiera que sean las os- bolo de esta fijación.
curas razones que habiten en las mentes de los adultos. Sin Abundan los ejemplos de este estilo, pero ya he demos-
embargo, una vez conscientes de la finalidad de las muñe- trado lo que quería, es decir, que el análisis feminista da
cas, muchas niñas inteligentes deciden repentinamente que -por vez primera- sentido a toda la estructura del. freu-
lo que ellas desean es un tipo distinto de juguetes o, cuan- ·dismo, clarificando áreas relacionadas tan importantes como
do menos, un muñeco; al fin y al cabo, es más agradable la homosexualidad e incluso la naturaleza del mismo tabú
afilar sus armas contra su «Ken, que jugar a la Mamá ya represivo que es el incesto -dos cuestiones · relacionadas
conquistada.) · . :por un vínculo causal y que durante largo tiempo han go-
A la luz de esta interpretación feminista, muchas doctri- zado de poca unanimidad por parte de los investigadores.

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Podemos comprenderlas, pues, sólo como síntomas de la mente arraigada en la cultura. Toda la vi?a mora~ se
psicología de poder creada por la familia. había organizado en torno a esta evoluCión; hubiera
Durkheim, a principios de siglo, con su obra básica sobre sido necesario destruir todo el .sistema moral, para po-
el incesto -al igual que Freud- impulsó una corriente de der regresar al estadio anterior.
opinión contradictoria que ha durado hasta nuestros días.
Durkheim creyó que el tabú del incesto nacía de la propia Durkheim añade sorprendentemente: «De no haber teni-
estructura del clan: do sus orígenes en la exogamia, pasión y amor entre sexos no
hubieran llegado a ser sinónimos.» ,
(Muchos hechos tienden a demostrar) que en los albo- Así pues, para eliminar el t~?ú del incest? debenamos
res de las sociedades humanas el incesto no estaba eliminar en primer lugar la familia y la sexualidad tal como
prohibido, hasta aparecer la división en por lo menos están estructuradas.
dos clanes primarios; la razón estriba en .que la pri- No es una idea tan mala, después de todo, ya que esta
mera variante prohibitiva conocida por nosotros, es prohibición tradicional -y en la actualidad casi universal-
1 1
decir, la exogamia, parece por encima de todo· corre- del incesto, nos ha obligado a aceptar como «normal» una
lativa a dicha organización. La otra variante, con toda sexualidad que deja insatisfecho el potencial del individuo.
certeza, no es primitiva. Freud describió los sufrimientos psicológicos de la repre-
sión sexual ocasionada por el tabú del incesto, en particu-
Además: lar mediante su descubrimiento del Complejo de Edipo en
¡ todo niño normal y su contrapartida -el Complejo de Elec-
.Puesto que la estructura básica del clan supuso un es- tra- en toda niña normal.
tadio por el que todas las sociedades humanas pare- La homosexualidad no es más que lo que ocurre cuando
cen haber pasado, y la exogamia estaba estrechamente estas represiones no siguen el curso debido, es decir: ~uan­
ligada a la constitución del clan, no debe sorprender- do en vez de ser suprimidas completamente -permiiien?o
nos que el estado moral que el clan inspiró y dejó trás po~ lo menos el desenvolvimiento del individuo en 1:' socie-
sí, fuera asimismo rasgo común a toda la. humanidad. dad-, permanecen en la superficie, frustrando senam~nte
Por lo menos, para triunfar sobre él era necesaria la las relaciones sexuales de dicho individuo e incluso su pstque
existencia de necesidades sociales que ejercieran una global. Un sistema conducente a que la primera persor;a que
presión notable; ello explicaría el por qué de la legi- provoca en el niño una reacción err;ocional.. sea qmen le
timación del incesto en ciertos. pueblos y el por qué exija la represión de una parte sustancial de dtcha respuesta,
dichos pueblos siguieron constituyendo la excepción. esta destinado a un fracaso casi continuo. Como observaba
Ruth Hirschberger en Rdam's Rib:
Una vez convertida la familia en el centro del moralismo
religioso y afirmadas en el exterior todas las libres. pasiones Resulta significativo el hecho de que. la misma mujer
-sexo y mujeres entre ellas'- el tabú contra el incesto que- que despierta los afectos del muchacho (y son pocos
dó sólidamente establecido y fue auto-perpetuándose. La ra- quienes niegan el componente sexual en tod~s las de-
zón es que, mostraciones), sea la primera. en alzar el tabu en con-
tra de su sexualidad.,. La supresión de la sexualidad
cuando los motivos de esta dualidad (entre moralidad se convierte en el acompañamiento inseparable del
y pasión) desaparecieron,· ésta se encontraba ya firme- afecto materno.
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74
Es posible también que ¡ h . .
cia de que el niño de cincoa on;ose:uladida ~ea consecuen- , los casos. No olvidemos que urta mujer puede realizar el
salto de una «fijación mater~a~~ls anos se .m~~ue a dar el sexual sin prácticamente respuesta a los estímulos,
negación provocada a menudo o una «fiJ~cion paterna», . completamente imposible en el caso del hombre. Aun·
madre y un desprecio real por un amor smcero hacia la . debido a la excesiva presión de convencimiento
Vación de la «figura patern:,,or/lhpadre. \E.t; el caso de pri- sobre ellas, rechazan su función sexual en forma
nunca al niño explícitamente )Ic Ea t~~ns¡cwn no es exigida. transformándose en lesbianas, esto no significa que
-dado el cariz que la guerra e. t. s Cierto que a menudo mayoría se sientan sexualmente satisfechas por sus reia·
· . n Ie sexos adopta en h ciones físicas con los hombres. (Puntualicemos, sin embar-
ma t nmon.Ios- la nladre · al'Ien t a d'ICh o apego
' ¡· · mue os
te, con el fin de ponerse al . . ma ICiosamen. go, que una sexualidad femenina perturbada es relativa·
tándole Jos ¡11·J·os · · mismo mvel del padre arreba. : fuente inocua en el aspecto social, mientras que la pertur·
' que son la razó d .
con ella. Sin embar 0 e n ~ su tolerancm para · bación sexual masculina -la confusión entre sexualidad y
afirmar s' 1 g ' reo que resultana mucho más exacto ··poder- perjudica a los demás.) Es ésta una de las razones
Imp emente que el n.- . ,
afectivo de un padre . d. f . m o es tan solo el sustituto •por las que en la sociedad victoriana -al igual que en épo·
A toda madre incluso m 1 cne~Ite Y ~ .menudo mujeriego. . cas anteriores y po:,teriores e incluso en la actualidad-
q ue haga de 1'a matermdad .a la mas «equilibrada», se le exige · el interés de las mujeres por el sexo fue menor que el de
el e t
cuencia el niño es su . . e': ro d e su VIda.
.
Con fre- . los hombres. Esto es de una evidencia tan palmaria, que
que le ha sido negado ~meo! sustitutivo p~ra todo aquello hizo afirmar a un conocido psicoanalista -Theodor Reik-
de Freud, el sustitutivo d~ e ~mndo ~xt~nor, en términos (¡en 1966!) «que el verdadero impulso sexual es propia·
garla, pues a no ser o s? pene». GComo podemos obli· mente masculino, incluso en las mujeres, puesto que en
Y sin luch~ -el mun~~ ':S!va> .a entregar repentinamente un nivel evolutivo inferior la reproducCión es posible sin
mísimo hijo que representa~ «VIaJes. Y aventuras»- al mis- contar con los machos».
su definitiva pérdida de est~ P~~~~~~ la compensación por Vemos, pues, que en una sociedad que tenga por base
La homosexualidad femenina a la familia, las represiones ocasionadas por el tabú del
raíces en una represión . f '' aunque tenga también sus incesto imposibilitan para todo el mundo una sexualidad
tra), es bastante más con:~/u~uo~ (el Complejo de Elec· plenamente satisfecha y tan sólo permiten a unos pocos
la niña pequefia tiene al .lea. ~· ecord.e:tt;~s que también el correcto funcionamiento sexual. En nuestra época los ho·
posible que debido a la pr~nc.IpiO .un~ fi¡acwn materna. Es mosexuales no son más que Jos casos extremos de este sis·
reprimir este sentimient.;'o~=~~ort nv~!I,da~ jamás aprenda a tema obstructivo de la sexualidad, que toma cuerpo en la
ble que intente actuar co;no am Ien ' entro de lo posi· familia. Pero, aunque la homosexualidad se encuentra actual·
seguir la aprobación matern~n(:ucha~h~ para poder con· mente tan limitada y perturbada como nuestra heterose·
las mujeres prefieren hi. esgracm amente, también xualidad, es posible que llegue pronto el día en .. qu~ quede
aquellos casos en que l~o~i;:rone~~· p~ el contrario, en establecida como norma üna saludable transexualidad. Acla·
con su padre puede e se 1 enti. ca poderosamente remos este punto: si damos por sentado que, al nacer, el
. . . ' n garse a renuncmr a 1 d 1 impulso sexual no se encuentra precisado ni tampoco dife·
pnvi!egiOs masculinos inclu d .1 os eseac os
extremo 11 · ' . so pasa a a pubertad; en casos renciado del conjunto de la personalidad (la «perversidad
apel esst,a' ega a Imagmarse ser realmente el varón CU"O polimórfica» de Freud); si, como hemos visto, sólo se dife-
P · representando. · ·'
Añadamos que ni siquiera •1 u · rencia en respuesta al tabú del incesto; si, además, este
estar sexualmente adaptad '¡que aás muJeres que parecen tabú tan sólo es necesario para la preservación de la fami·
as, o est n en la mayor parte lia, resultará que, en el caso de que eliminemos a esta ú)ti·
76
Tl
ma, destruiremos también todas las represiones que condu- el individuo. Si tomamos como punto de Teferencia la cul-
cen a la sexualidad hacia realizaciones específicas. Si todos tura en su sentido más amplio, acontecimientos históricos
los demás factores permanecieran inmutados, posiblemente enteros y la propia historia del arte y de la literatura, han
la gente seguiría prefiriendo a las personas del sexo opues- sido determinados directamente por ella. En este aspecto,
to, simplemente por conveniencia física. Pero, hasta esta su- la veneración cortesana de la mujer durante la Edad Media,
posición es demasiado vaga, porque, si efectivamente la . que la exaltaba únicamente a expensas de su faceta ~¡_u­
sexualidad jamás estuviera diferenciada de otras respues- · mana de carne y hueso -convirtiendo el se~o ~n a~c10n
tas, si un individuo reaccionara frente al otro de una ma- baja y disociada del verdadero amor- evoluciOno hac1a el
nera total que incluyera a la sexualidad tan sólo como uno Marianismo -el culto a la virgen a través del arte Y la
de sus componentes, resultaría muy improbable que un poesía.
mero factor físico se constituyera en decisivo. Sin (mbargo, Una canción de esta época, puede ilustrar esta escisión:
por el momento carecemos de comprobación.
El fin de la compartimentación de la personalidad por . No me importan aquellas damas
·~ ' medio de la reintegración del factor sexual con el todo; A quienes hay que cortejar y suplic~r,
pudiera tener importantes efectos culturales secundarios; Dadme, en cambio, la amable Amaryll!s,
En la actualidad, el Complejo de Edipo, que se t'ngma en La voluptuosa campesina,
el casi-universal tabú del incesto, obliga al niño a una dis- La Naturaleza desdeñó al Arte,
tinción precoz entre lo «emocional» y lo «sexual»; el primero Su belleza es sólo suya,
de dichos factores es, en opinión del padre, respuesta co- Así, cuando nos acariciamos y besamos, gime:
rrecta al estímulo materno, mientras que el segundo no. -«De verdad lo pido, déjame in•,
Si el hijo quiere conquistar el amor de la madre, debe Pero, cuando llegamos al punto del placer,
separar el sentimiento sexual. de sus otros sentimientos Jamás dice que no.
(las relaciones <<inhibidas en su fin», de Freud). Evolución
cultural nacida directamente de una dicotomía psicológica La separación entre sexo y emoción: .s~ e:1cuentr~ en
tan antinatural, es el síndrome de la mujer-buena/mujer- las mismas bases de la cultura y la ClVlhZaClón. ocCide~­
mala, que ha contaminado culturas enteras. En otras pala- tales, Si la represión sexual precoz es el rrteca;n~mo ba-
bras, la división de la personalidad se proyecta hacia afuera sico en la producción de las estructuras caracterolog1c~s que
en forma de estamentización de las «mujeres»: aquellas que sostienen la servidumbre política, ideológica y económica, ~1
se parecen a la madre son «buenas>>, y, por tanto, uno no fin del tabú del incesto -mediante la abolición de la fa¡:m·
debe abrigar sentimientos sexuales hacia ellas; aquellas que Ji a- tendría efectos profundos; la sexualidad se vería libe-
se diferencian de la madre, que no crean una respuesta rada de su encorsetamiento, erotizando toda nuestra cultura
total, son sexuales y, por tanto, «malas». Categorías enteras y cambiando su misma definición.
de personas -por ejemplo, las prostitutas- pagan con sus
vidas esta dicotomía; otras, sufren sus consecuencias en • • •·
diversos grados. Un buen porcentaje de nuestras expresio-
nes coloquiales rebajan a la mujer hasta el .nivel en que Quiero recapitular mi segundo principio, el de que Fr~ud
resulta permisible abrigar sentimientos sexuales a su res- y el feminismo están trabajando sobre el mismo matenal:
pecto. («Coño. Tienes el cerebro entre las piernas.») Esta La hipótesis fundamental de F~eu~ .-la natm;aleza de la
esquizofre:>!•. sexual raras veces es superada del todo por líbido y su conflicto con el pnne1p10 de reahdad- tiene

78 79
mucho más sentido si se la proyecta sobre el fondo social cera: El Freudismo usurpó el puesto reservado al Femi-
de la familia (nuclear patriarcal). He intentado reanalizar nismo; como el menor ent~e dos males.
en términos feministas aquellos componentes de la teoría Hemos visto ya cómo el freudismo hirió el mismo punto
freudiana que hacen referencia más directa a la sexualidad sensible que el feminismo; ambos constituyeron reacciones
y a su represión dentro del sistema familiar: el tabú del : simultáneas a siglos de creciente monopolio de la vida fa-
m?esto y los subsiguientes. Complejos de Edipo y de Electra, . miliar con toda su escuela de subyugación de la mujer y
asi como su común desviación hacia un mal funcionamiento de represiones sexuales seguidas de las neurosis consiguien-
sexual o, en casos graves, hacia lo que constituye actual- tes. El mismo Freud fue considerado una vez más como
mente desviación sexual. He subrayado que esta represión maníaco sexual y destructor de la sociedad -se le ridiculizó
sexual, exigida a cada individuo en beneficio de la inte- y despreció tanto como a las militantes feministas. Sólo
gridad famíliar, no sólo produce neurosis individuales sino mucho más tarde el freudismo alcanzó un rango sagrado,
también vastas enfermedades culturales. ' comparable al de las religiones establecidas.
. ~econozco que el objetivo único de este capítulo se Empecemos por considerar el contexto social en que
l!.r;nta a una somera exposición, puesto que una refundí- . se desarrollan tanto el Freudismo como el Feminismo. He-
CI?n de . Freud en. términos feministas constituiría por sí mos visto ya que las ideas de las primeras feministas· radi-
misma tarea suficiente para un valioso libro. Me he limi- cales contenían en sí mismas los gérmenes de la revolución
tado a sugerir que Freudismo y Feminismo vieron la luz sexual venidera. También hemos visto que, aunque en mu-
al mismo tiempo, en respuesta a los mismos estímulos, y chos casos estas mismas feministas no captaron con cla-
que ambos poseen los mismos componentes esenciales -me- ridad la importancia de lo que tenían entre manos ni lle-
diante un examen detallado de los elementos básicos del varon a efecto una crítica feminista-radical .completa y con-
freudismo, he demostrado que éstos constituían simultánea- sistente de la sociedad (dado el clima político imperante en
mente la materia prima del feminismo. La diferencia es- aquella época es algo que no debe extrañarnos), la reacción
triba únicam~nte en que el feminismo radical no acepta un de la sociedad frente a ellas indica que sus .enemigos sí sa-
contexto social en el que la represión (y la neurosis re- bían exactamente dónde·· estaba .el meollo !iel asunto -a
sultante) deban evolucionar predeterminadamente. Si des- pesar de las .inc~rtidumbres que ellas pudieran albergar-;
mantelamos la família, la tiranía de la «realidad» sobre la virulenta literatura antifeminista de la. época, escrita
el <<placen>, es decir, la· represión sexual, habrá perdido su a menudo por hombres respetados y honestos dentro de
razón de ser. sus propios sectores, ilustra el calibre de la amenaza que
el feminismo suponía contra el orden establecido. También
he aludido en el capítulo anterior al modo como el movi-
miento fue desviado hacia un esfuerzo agotador _por la con-
2 secución del voto y cómo de esta manera · fue arrumbado
y destruido, Tras el fin del movimiento feminista -y con
EL FREUDISMO REEMPLAZA AL FEMINISMO la consecución del voto- llegó la era de las· flappers, cuya
sexualidad pseudo-liberada se parece mucho a la de ·nues-
A las dos principales afirmaciones de este capítulo -que tros d.ias. La extendida revolución . femenina, azuzada por
Freudismo y Feminismo nacieron de las mismas circunstan- el movimiento feminista, no sabía ahora qué ruml;>o. tomar.
cias históricas y que freudismo y feminismo se basan en Aquellas muchachas que. se habían cortado sus ··cabellos,
un mismo conjunto de realidades- añadiré ahora una ter- · acortado su falda y asistido a la universidad, no poseían

80 81
una directriz política para su frustración; como sustitutivo, . mujer de negocios. Esta imagen de una mujer supuestamente
intentaron agotarla participando en torneos maratonianos «liberada» se esparció por todo el mundo, gracias a Holly-
de baile o absorbiéndose totalmente en empresas tales como wood; las consecuencias perturbadoras que para las mu-
la travesía a nado del canal y pilotando aviones a través . jeres supuso esta pseudo-liberación, prestaron nuevos arres-
del Atlántico. Constituían un estamento recién abocado a tos a los antifeministas y reforzaron la posición de resis-
la acción, que no sabía qué hacer con su propia conciencia tencia de aquellas sociedades abiertamente partidarias de
de tal. Se les decía, al igual que sucede en la actualidad: la supremacía masculina a la puesta en libertad de «SUS»
Habéis conseguido los derechos civiles, las faldas cortas mujeres. («Nos gustan nuestras mujeres tal como son, fe-
y la libertad sexual. Vuestra revolución ha triunfado. ¿Qué meninas.» Los soldados americanos regresaron a casa, al
más queréis? fin de la Segunda Guerra Mundial, repletos de historias
Pero la «revolución» había triunfaC:o dentro de un sistema las magníficas mujeres continentales, que sabían
organizado alrededor de la familia patriarcal nuclear. Como aún cómo agradar a un hombre. El término Qastración em-
muestra Herbert Marcuse en Eros and Civilization, dentro pezó a ponerse en bogar. Y por fin, en esta década de los
de una estructura tan represiva sólo puede nacer una re- cuarenta, el Freudismo invadió América de forma arro-
presión más sofisticada aún (la «de-sublimación represiva»). lladora.
Dentro de una sociedad represiva, la felicidad y el Entretanto, el Freudismo había sufrido profundos cam-
desarrollo productivo individuales se oponen a la so- bios internos. Se había pasado de un interés primordial por
ciedad; si los definimos como valores a actuar dentro . la teoría psicoanalítica a un énfasis creciente sobre la. prác-
de dicha sociedad, vuélvense represivos a su vez ... . tica clínica. En el último capítulo de Eros and Civilizatio"
[El concepto de de-sublimación represiva] denota la Marcuse examina las implicaciones reaccionarias de este
liberación de la sexualidad a través de modas y formas . desplazamiento del foco de interés, mostrando cómo la con-
que reducen y debilitan la energía erótica. Dentro de tradicción existente entre las ideas de Freud y la posibilidad
este proceso, la sexualidad se extiende a dimensiones de una «terapéutica» eficaz basada en ellas -el psicoanálisis
y relaciones anteriormente consideradas tabú. Sin em- no puede producir la felicidad individual en una sociedad
bargo, en vez de recrear dichas dimensiones y rela- , cuya estructura no tolera más que una felicidad individual
ciones a semejanza del Principio del Placer, se afirma estrictamente controlada- ·provocó finalmente una remode-
la tendencia contraria: el Principio de Realidad ex- ', iación de la teoría con el fin de adaptarla a la práctica:
tiende su dominio sobre el Eros. La ilustración más
elocuente la tenemos en la introducción metódica de Los conceptos más especulativos y «metafísicos>>, no
la cualidad sexual en los negocios, la política, la pro- susceptibles de comprobación clínica ... fueron minimi-
paganda, etc. zados y abandonados completamente. Adémás, en el
curso de este proceso, algunos de los conceptos más
En esta década de los años veinte, nacieron los tópicos
de la «Career girl» (1) americana, la «coed» (2) y la «dura, decisivos de Freud (como la relación entre el ello
y el ego, la función del inconsciente y el ámbito y sig-
(1) Muchacha que sigue con dedicación u~a carrera profesionaJ nificado de la sexualidad) fueron objeto de una rede-
o comercial, algunas veces hasta el punto de renunciar al matrimonio, ¡," finición que eliminó todo su contenido explosivo ... Los
~~~ . . revisionistas han convertido el debilitamiento de la
(2) Muchacha que asiste a un centro de instrucCión superior;
donde rige la coeducación. (N. del T.) teoría freudiana en una nueva teoría.

82 83
El té~mino que quizá defina mejor este revisiOnismo de Pandora cuyo contenido no le preocupaba en lo
neo-freudiano es el de «adaptación>>. ¿Adaptación a qué? más mínimo.
El postulado implícito dice que todo el mundo debe aceptar
la realidad en que se encuentra. Pero, ¿qué sucede cuando Theodor Reik -prototipo quizás del Freud visto por el
uno es negro, mujer o miembro de cualquier otro estamento profano medio- es un ejemplo de la estupidez e insensi-
desafortunado de la sociedad? En este caso,' se es doble- . ·' bilidad de la mayor parte de los psicoanalistas frente a los
mente desafortunado, porque no sólo debe alcanzarse una· problemas reales de sus pacientes. Es notable el hecho
normali~ad que hasta para los privilegiados resulta difícil de que, a pesar de los cuantiosos estudios sobre las dife-
Y precana -como ya hemos visto-, sino que no debe «adap- rencias emocionales entre hombres y mujeres, jamás des-
t~rse» al r~cismo o sexismo específicos, que limitan el pro- cubra la diferencia objetiva de sus situaciones · sociales.
pio potencml desde el primer momento. Deben abandonarse Así; por ejemplo, observa incidentalmente diferencias como
todos los intentos de auto-definición o auto-determinación. las que citamos, sin sacar nunca las conclusiones correctas:
De ~h~ que, en· palabras de Marcuse, el proceso terapéutico
se. hm1te a ser «Un curso sobre resignación» y la diferencia A veces las niñas se susurran al oído:
entre salud mental y neurosis <<el grado y eficacia de dicha -<<Los hombres hacen» esto o aquello.
resignación», ya que -como en la tan citada afirmación
de Freud a su paciente (Studies in Hysteria, 1895)- «[Ha- Los niños casi nunca hablan así de las mujeres.
bremos adelantado mucho si conseguimos por medio de la Una mujer da mucha más importancia al hecho de
terapia] transformar tu sufrimiento histérico en inera infe- ser mujer, que un hombre al hecho de ser hombre.
licidad cotidiana». Casi todas las mujeres, al pedir un favor a un hom-
Además, como pueden atestiguar cuantos se han some- bre, sonríen. Raramente sonríen los hombres cuando
tido al proceso terapéutico, ésta es ni más ni menos la . se encuentran en la misma situación.
realidad. La descripción que de su análisis da Cleaver en Frecuentar demasiado la compañía femenina significa
Soul of 1ce, marca la pauta de la experiencia de cualquier en cierto modo no s.er demasiado hombre.
otra persona oprimida: Casi todas las mujeres temen que el hombre a quien
aman, las abandone. En cambio, apenas hay hombre
Asistí a varias sesiones de mi psiquiatra. Su dictamen alguno que tema que una mujer le abandone.
fue el de que yo odiaba a mi madre. Nunca sabré Las mujeres comentan a veces en sus corrillos:
cómo llegó a e.sta conclusión, puesto que nunca supo -Mi amo y señor (1) me permitió salir esta noche.
nada acerca de ella y, cuantas veces me preguntó al Los hombres dicen:
respecto, respondí con absurdas mentiras. Lo que real- -Mi ball-and-chain ... (2).
mente me cargaba de dicho individuo era que, cada
vez que yo arremetía contra los blancos, él retornaba Veamos ahora una selección de sus contribuciones neo-
deliberadamente la conversación hacia mi vida fami- freudianas a la comprensión de la sexualidad:
liar y hacia mi infancia. La cosa en sí misma no tenía
nada que objetar, pero bloqueó deliberadamente to- (1) Expresión_ humorística corriente .que hace referencia al ma-
dos mis intentos por traer a escena la cuestión racial rido. (N. del T.)
y dejó bien claro que no le interesaban mis actitudes (2) Expresión acuñada qu,e indica la pesada esfera de metal y la
ca~ena qUe iinpiden al prisioner-o escapar. ·En argot, designa a la pro-
con respecto a los blancos. ~stas constituían una caja pia mujer. (N; del T.)
l,o'•

84 85
1'

que ha de enseñar por primera vez el hijo recién na-


La primera impresión que nos produce la mujer que
cido de su marido. Teme que a éste no le guste.
entra en una estancia llena de gente, es de inseguridad
oculta o mal disimulada. Parece como si la posesión . Parece. un libro de humor freudiano.
de un pene protegiera a los hombres de esta excesiva •
auto-preocupación. Las pacientes femeninas de Reik, en cam_bio, eran a ve-
Los hombres no se encuentran en casa dentro del ces de una clarividencia que sorprende e mcluso de una
universo. Las mujeres, al formar la cadena que une brillante astucia. Se encontraban mucho más _en contacto
a todos los seres orgánicos, se encuentran en casa con la realidad, de lo que él podría estar jamas:
l i
dentro de este mundo y no sienten el apremio por Cierta mujer parece incapaz de expres~r sus )'odero-
descubrir todos sus secretos. sos sentimientos negativos y expresa su mcapacrdad en
Me parece que la investigación psicoaria!ítica, al in- una sesión psicoanalítica: .
sistir sobre la deficiencia física de la región genital -Tengo miedo de mostrar estas emociOnes porque,
que experimenta la niña, ha pasado por alto el valor si lo hiciera sería como abrir la caja de Pandora. · ·
;: '
estético y su importancia en el desarrollo de hi actitud Temo que rr'ri agresividad lo destruiría. todo.
¡,¡
femenina. Doy por sentado que la niña, al comparar Antes de que marchara, la llevé hasta la ventana, le
sus genitales con los del niño, encuentra los suyos mostré las tiendas de la acera de enfrente con sus
desagradables a la vista. No sólo la mayor modestia leyendas en letras de neón y le dije: .
de las mujeres, sino también su incesante esfuerzo -¿Acaso no es éste un mundo remenmo?
por embe)lecer y adornar sus cuerpos, deben inter." Mi observación no pareció impresionarla mucho y re-
pretarse como desplazamiento de su esfuerzo compen- plicó:
satorio de su "impresión original de la fealdad de sus Da una vuelta por Wall Street y verás que se trata
genitales. de un mundo masculino. ·
Creo que el hábito de la limpieza tiene un doble (Una paciente· hace esta observación) Los hombres son
origen: en primer lugar, los· tabús de las tribus; y, extraños. No permiten que nos limitemos a .s~r mu·
en segundo lugar, un factor aparecido con miles de jeres, quiero decir mujeres con toda.s sus d~br!rdades;
años de posterioridad, es decir, la conciencia que las pero, ni por un momento nos per;mten olvtdarnos de
mujeres tienen de su propio olor, especialmente los que no somos más que esto: muJeres .
.olores desagradables producidos por las secreciones de ¿Cómo pueden soportar estas mujeres la estúpida . miso-
sus genitales. ginia de. Reik? Es obvio: no pueden. . . ·
Veamos una típica interpretación terapéutica: Le dije a una paciente de unos cuarenta años, que ella
había deseado ser un muchacho, como su. ~.erman?.
[Una paciente temía mostrarme su diario.] Pensé! este Entoces empezó a maldecir e insultarme, drcrendome:
paciente, que durante la previa transferencia ha mos- ~¡Que te jodan! ¡Vete á! infierno! . _ .
trado síntomas evidentes de transferencia amorosa ha- y otras expresiones indignas de una senara.
cia mi persona, actúa ahora como si el cuaderno fuera Pero la última palabra la dice el doctor:
un hijo que hubiera engendrado con mi colaboración.
Al tiempo de· marchar, quedóse un rato más largo de
Actúa de la misma manera en que lo hace una mujer
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86
mento de personas aquejadas por el sufrimiento les estaba
lo normal frente al espejo de la sala de espera, arre-
esperando. Y no fueron únic~ente las mujeres. ~icas Y
glándose los cabellos .. Sonriendo, le comenté: aburridas quienes fueron atraidas a la nueva rehg1ón; el
-Estoy contento de ver un resto de femineidad. caso es que América estaba sufriendo graves trastornos al
Veamos algunas otras reacciones femeninas: renunciar a una revolución sexual que había superado ya
con creces los primeros estadios. Todos sufrían, hombres
Cuando me escucháis largo rato sin decir nada, tengo ·' y mujeres. Se publicaron libros con títulos como éste: «~ó~o
a menudo la impresión de que lo que estoy diciendo vivir con una neurótica» (puesto que esta clase opnm1da
son majaderías de mujer tonta carentes de valor. Es está· ahí, en vuestra cocina, lloriqueando, quejándose e im-
como si creyerais que no vale la pena dirigirme la pa· portunando). Pronto empezaron a acudir también. los hom-
labra. bres al psicoanalista ·-los hombres educados, cmdadan?s
He aquí una mujer criticando a su psicoanalista: responsables; no sólo los psicópatas- y los niños. Se abne-
-Hasta su espontaneidad es artificial. ron ramificaciones del tratamiento completamente nuevas:
La paciente había guardado un. silencio más largo de psicología infantil, psicología clínica .. terapi~ de grupo, con-
· lo normal. Luego, sin levantar la voz, dijo: sultorios matrimoniales, etc. Cualqmer vanante que se nos
-¡Maldita sea! No sé siquiera por qué estoy aquí. ocurra, existía ya y, sin embargo, no era suficiente. La de-
¡Vete al diablo! manda crecía más rápidamente que las inauguraciones de
No se trata de que estas mujeres no se dieran cuenta nuevas secciones en las facultades.
de la situación; al contrario, se encontraban en el despacho No debe extrañarnos que estas nuevas secciones se lle-
de Reik por esta misma conciencia. No había otra manera naran rápidamente de mujeres. Masas de. mujeres ansio-
de enfocar su frustración, porque no existe realmente nin- sas estudiaban psicología esperando apas10nadameote. en-
gún modo de hacerlo, sin acudir a la revolución. contrar una solución a sus frustraciones. Pero las muJeres
· Hemos llegado al último punto: la importación del freu- que se habían interesado por la psicología, porque ~u ca;npo
dism() ciÍl;lÍco para cortar la marea del feminismo. Las de estudio se entrecruzaba con sus problemas vwen~mles
muchachas de las décadas de los veinte y los treinta se en- cotidianos, pronto empezaron a vomitar una. pomposa .J~rga
contraban a medio camino entre la identificación con las en torno a la adaptación . marital y a la responsabilidad
funCiones tradicionales o su abandono. Por ello, ni se en- del papel de cada sexo. Los departamentos de psi,cología
contraban aisladas ·y protegidas del mundo exterior como se convirtieron en lugares de paso, de donde sallan las
anteriormente, ni estaban preparadas para enfrentarse a mujeres hacia sus antiguos puestos <<adaptadas». a sus fun-
él.· Tanto su vida personal como su vida laboral se resen- . dones tradicionales de esposas y madres. Aquellas que pe~­
tían de ello. Su frustración adoptaba muchas veces formas sistieron en su exigencia de estudios s~periores, conv!rtie-
histéricas, complicadas por el desprecio que en todo el ronse a su vez en instrumentos del s1st~J?a ed~cacwr;al
mundo se sentía hacia ellas debido a la falsedad· de la pe- represivo; su recién adquirida «penetracJon». ps¡cológ¡~a
queña liberación conseguida. La confusión general las hlzo -toda esta cháchara de la Psicología Infantil, la Socwl
acudir en manadas a los psicoanalistas. Ahora bien: ¿de Work 301 y la El. Ed.- no sirvieron n;~s que par~ man·
dónde habían llegado todos estos? Por esta época se estab11 tener subyugados a una nueva g~nera.cwn de mujeres Y
desarrollando una guerra en Europa y gran parte de la niños. La psicología se hizo reaccwnana ·hast~ ~1 ~uétano,
intelectualidad alemana y ·austriaca se había asentado aquí al estar .·corrompido todo su potencial como dJSC!plma aca-
en .busca de clientela. La situación era ideal: todo un esta-
89
88
démica verdadera por su utilidad para quienes detentaban ñando como se pudo las heridas ocasionadas por la abortada
el poder.
revolución feminista, consiguió pacificar la inmensa desazón
.~a psicología no fue la única disciplina académica que social y confusión de funciones que siguieron a la recupe-
sufr~ó los efectos de la corrupción .. La educación la asis- ración del primer ataque contra la rígida familia patriarcal.
t~ncia social, la sociología, la antropología, todas 'las cien- No hay seguridades respecto a si hubiera sido posible dejar
cias del_ coi?portamiento humano afines, siguieron siendo ' paralizada la revolución sexual a mitad de su camino du-
pseudo-c¡en_c,Ias durante ~ños, al soportar el peso de una· i·ante medio siglo, de no haberse contado con su ayuda;
dob_le funcwn: el ad~ctrmamiento de las mujeres y el es- el caso es que Jos problemas suscitados por la primera ola
tudiO del comportamiento «humano». Aparecieron escuelas de feminismo siguen sin resolverse en la actualidad. D. H.
de pensamiento reaccionarias; las ciencias sociales se hi- Lawrence y Bernard · Shaw siguen teniendo la misma ac-
cieron «funcionales», estudiando la actuación de las institu- tualidad al respecto que tuvieron en su época; The Sexual
ciones tan sólo dentro del sistema de valores establecido Revolution de Wilhelm Reich pudiera haberse escrito ayer.
Y promoviendo así la aceptación del statu quo. El freudismo constituyó la barrera perfecta para el fe-
No es de extrañar que estos campos pasaran a ser típi- minismo, porque, aunque hiriera el mismo punto sensible,
camente <<femeY.lino~», mientras que los hombres pronto op- tenía un dispositivo de seguridad del que éste carecía. -ja-
taban J?Or la Ciencia «pura» (exclusivamente masculina); a más ponía en duda la realidad establecida. Ambos tenían
l~s muJeres, pseudo-educadas aún, impresionadas por su re- un núcleo explosivo, pero el freudismo fue objeto de revi-
ctente entrada en la academia, se las dejó engatusadas con sión gradual para adaptarlo a las necesidades pragmáticas
toda la bazofia pseudo-cientifica. Así, además de instrumento de la terapéutica clínica; se convirtió en una ciencia apli-
de a?octrinamiento, las ciencias del comportamiento servían cada perfecta, con sus técnicos de bata blanca y su conte-
de dique de contención que impidiera a las nuevas hordas nido desviado hacia un objetivo reaccionario -la sociali-
de inqt!Ísitivas intelectuales el acceso a las ciencias «reales>> zacwn de hombres y mujeres en un sistema de funciones
·-la física, !a ingeniería, 1~ bioquímica, etc.-, ciencias que de los sexos artificial. Pero quedaban residuos suficientes
en una sociedad tecnológica guardaban una relación cada de su antigua fuerza como para servir de señuelo para
vez más directa con el control de dicha sociedad. cuantos buscaban una salida a su estado de opresión; así
En consecuencia, hasta el acceso a la educación superior el freudismo pasaba de ser algo !'xtremadamente sospechoso
-una de las pocas victorias del antiguo W.R.M.- se vio co- y antipático para el ciudadano medio, a lo que es en la
rrompido. Muchas más mujeres acudían ahora a las uni- actualidad: la opinión psicoanalítica constituye la palabra
versidades, pero con menor eficacia. A menudo, la única decisiva en todos Jos campos, desde las separaciones ma-
difere_ncia entre . una ama de casa moderna con estudios trimoniales hasta los juicios criminales. El freudismo con-
sup~;wres y el _prot~tip_o tradicion_al,_ estribaba en la .. jerga quistó el terreno perdido por el feminismo, floreció a ex-
utilizada en la descnpc1ón de su mfierno matrimonial. pensas del feminismo hasta actuar como dique contenedor
de su fuerza destructora.
• • • Hace muy poco hemos empezado a adquirir conciencia
de este período de letargo; medio siglo después de sus co-
mienzos, las mujeres empiezan a despertar. Se pone un
En resumen, la teoría freudiana, remozada para sus· nue- nuevo énfasis en el estudio de condiciones sociales obje-
vas funciones de <<adaptación soda!», fue utilizada como tivas en psicología y en las demás ciencias de corr;porta-
medio de exterminio de la insurrección · femenina. Resta- miento; estas disciplinas, empiezan ahora -largas decadas
90 91
después de haber surtido efectos su accwn destructora-
a z:eacci~mar c~ntr~ su prolongada prostitución y a exigir 4
v~z:Ificacwnes cienti_ficas -simplemente el fin de la «obje-
tiVIdad» Y. una remtroducción de los «juicios de valor». SUPR1MAMOS LA NIÑEZ
El gran numero de mujeres que militan en estos campos
pu.eden empezar a utilizar muy pronto este hecho en bene-
ficiO suyo. ~as~a es posible que una terapia cuyos efectos
no se ha~ limitado a la inutilidad, sino que han llegado
a ser ':ocivos, _se vea ~~emplazada por lo único que puede DEDICADO A NECHEMIA
producir un b1en positivo: la organización política.
que habrd sobrepasado la niñez antes de que ésta sea abolida

A las mujeres y a los mnos se los menciona siempre


juntos: <<Las mujeres y los niños al refugio!,.
Todo el mundo reconoce el vínculo especial que une
a una.s y a otros. Sin embargo, yo sugiero que la verdad
de este lazo no es más la realidad .de una opresión mutua-
mente. compartida. Es más, sugiero . que ambas opresiones
se encuentran tan íntimamente entrelazadas y. se refuerzan
mutuamente de modo tan complejo, que no podemos hablar
de la liberación de la mujer sin poner sobre el tapete la
liberación del niño y viceversa. El núcleo de la opresión
femenina hay que buscarlo en sus funciones procreadoras
v de crianza. A su vez, los· niños se definen eh relación
a dicha función y son formados psicológicamente por ella;
aquello . en que se conviertan cuando lleguen a adultos y
determinan la clase de. sociedad que van a constituir.

' ' •
He intentado demostrar en qué aspectos las jerarquías
de poder propias de la familia biológica y las represiones
sexuales -especialmente intensas en la familia nuclear pa-
triarcal- resultan destructivas y costosas para la psique
del individuo. Antes de que me adentre en la explicación
de los modos y razones que la llevaron a crear el culto
'''·'
a· la infancia, veamos cómo evolucionó la familia nuclear
patriarcaL
9?.
93
En todas las sociedades habidas hasta la fecha, se ha por medio de ambos -varón y hembra- ... pero, al no
dado una u otra variante de familia biológica, con lo que compartir ella su modo de pensar y de obrar -puesto
afirmamos la existencia de una opresión femenina e infantil que seguía siendo esclava de los procesos misteriosos
ininterrumpida, aunque de distintos grados de intensidad. de la vida~, el varón no la reconoció como ser seme-
Engels, Reich y algunos otros apuntan hacia los matriarca- jante a sí mismo. (La cursiva es mía.)
dos primitivos como ejemplos, en un intento por demos- ..·
trar que el autoritarismo, la explotación y la represión Así pues, fue la biología reproductiva de la mujer la
sexuales nacieron con la monogamia. Sin embargo, resulta razón de su opresión original e ininterrumpida después, no
demasiado fácil bucear en el pasado a la búsqueda de • una repentina revolución patriarcal, cuyos orígenes ni. el
estructuras ideales. Simone .de Beauvoir es más honesta mismo Freud puede explicar satisfactoriamente. El ~atnar­
cuando en Le Deuxleme Sexe, escribe: tado es una etapa en el camino que conduce al patnarcado
~a la plena realización del varón, q~e pasa de ut;a fas~
Aquellos pueblos que han seguido bajo la égida de ·de adoración a la Naturaleza a traves de las mujeres a
la madre-diosa, aquellos que han conservado un régi- · otra fase de conquista. Es cierto que la situación de la
men matri!ineal, son precisamente los mismos que mujer empeoró con el patriarcado, pero nunca había ~s~d?
se han estancado en un estadio primitivo de civiliza~ buena, ya que -a pesar de la nostalgia- no es dif~<;'l
ción... La devaluación de la mujer (bajo el matriar- , probar que el matriarcado jamás constituyó una solucwn
cado) representa una etapa necesaria de la historia •a la opresión básica de la mujer. En el fondo, no se trataba
de la humanidad, porque el prestigio de la mujer no · inás que de un sistema diferente de continuidad Y le~ado
se alza bajo su positiva valía, sino sobre la debilidad . sucesorios, sistema que -si bien concedía a la~ n;uJeres
del hombre. En la mujer· se encarnan todos k•s mis- . ventajas' más numerosas que el patriarcado subsigl!len:e-
terios perturbadores de la naturaleza y el hombre ' · les permitía una situación social de igualdad. Ser cb]~;o
escapa a su dominio en el mismo momento. en que , de adoración no es sinónimo de libertad· (1 ); la adoracwn
se libera de dicha naturaleza... Por esto, el triunfo ' tiene lugar en la mente de otra persona y esta mente per-
del patriarcado no fue cuestión de azar ni resultado '• tenece al hombre. Así pues, a !o largo .de todo el proceso
de una revolución violenta. Desde los orígenes de la · · -en todos sus estadios y culturas- las mujeres
humanidad su ventaja biológica permitió al varón afir- han visto oprimidas por causa de sus funciones bio-
mar su condición de ser autónomo y soberano, posi;
ción de ·¡a que jamás ha abdicado. Tan sólo una vez . El examen del pasado no ofrece ningún modelo genuino
dejaron una parte de su existencia independiente en y, sin embargo, posee cierto valor a la hora de. compre~der
manos de la Naturaleza y de la Mujer; pero poco ,: ia relatividad de dicha opresión, porque, si b1en es c1erto
tiempo después la recobraron. se trata de una condición humana fundamental, ha
diversos grados y variedad de formas.
Añade: La familia patrim;cal es tan sólo el ~!timo es~abót; de
larga cadena de organizaciones SOCJales <q_:mm.ar~as »,
Quizás podamos afirmar, sin embargo, que, si el tm' · las cuales definían a la mujer como espeGJe dJstmta,
bajo productivo hubiera seguido estando dentro del
ámbito de sus posibilidades, la mujer habría. llevado ·• La servidumbre de- la diosa ha sido representada admirableM
a cabo con el hombre la conquista de la naturaleza ... en el film de Satyajit Ray, Devt.

94 95
debido. ~ su capaci.dad engendradora. El término familia
fue. utilizado en pnmer lugar por los romanos, a fin ele Edad Media y gracias al desarrollo creciente de la <•utoridad
des~gnar un~. unidad social cuyo jefe gobernaba sobre la paterna en el seno de la familia burguesa, se abolió la pro-
mujer, los hiJOS y los esclavos (según la ley ¡·omana pcseía piedad conyugal conjunta y la propiedad a<;irnismo con-
d~re~~os de vida y muerte sobre todos ellos); famulus junta de los hijos, dándose paso a las leyes de progenitura.
Sigmflca esclavo . doméstico y familia denota el conjunto . Aries nos muestra cómo la iconografía de la época refleja
de esclavos pertenecientes a un solo hombre. Los romanos · · Jos valores cotidianos de la sociedad medieval. Las repre-
f;Ieron los ~rin:ero~ en acuñar el término, pero no en ser- sentaciones normales muestran composiciones solitarias o
v~rse de la mstttu.ció.t;. Leamos el Antiguo Testamento; por amplios grupos conviviendo en lugares públicos; apenas hay
eJemplo, la descnpcwn de la caravana familiar de Jacob escenas interiores, porque la vida no se desarrollaba dent~o
cuando ~tras una larga separación- viaja al encuentro de de un <<hogar>>. En esta época no cabía la retirada al propio
s:' herma?o ~emelo ~saú. Este temprano patrimo~io fami- y privado «grupo primario>>. El grupo familiar se c~mponía
liar constituyo tan solo una ele las muchas variantes de la de un gran número ele personas en estado de fluJo cons·
familia patriarcal habidas hasta nuestros días. tante y, en las propiedades de los nobles, de grandes masa~
Sin embargo, para ilustrar la naturaleza relativa de la de servidores, vasallos, músicos, gentes de todas clases, as1
opresión infantil, no necesitamos acudir a la comparación como gran cantidad de animales, al antiguo. estilo tradi-
de todas estas formas ele familia patriarcal habidas a lo cional del patrimonio familiar. Si bien el in1ividuo podía
largo de la historia; nos basta el examen de su estadio retirarse de este constante intercambio social· a una vida
ev_olutivo. má.s reciente: la familia nuclear patriarcal. Su espiritual o académica, también en ésta regía la cost¡,Jmbre
m1sma :~nstona, por corta que sea -nace aproximadamente comunitaria, en la que él podía participar.
en el s1g!o xrv- resulta reveladora: el desarrollo de nues- Esta familia medieval -el honor de la sangre en las
tros valores familiares más apreciados estuvo en función clases superiores, mientras en las in~eriores no habí~ más
de las circunstancias culturales y carecían, por tanto, de que la pareja conyugal sita en . med1~ de la comur;I~ad­
todo fundamento absoluto. Revisemos el desarrollo de la evolucionó gradualmente hasta convertirse en la fam¡ha ~e­
familia nuclear -y su construcción, <<la infancia>>- desde rrada que nosotros conocemos. Aries describe el cambw:
mediados de la Edad Media hasta la actualidad, .basando
nuestro análisis en la obra de Philippe Aries, Centuries of Fue como si un cuerpo rígido y po!imórfico se hubiera
Childhood: A Social History of Family Life. descompuesto para ser reemplazado por una horda
La familia nuclear moderna es tan sólo un estadio evo- de pequeñas sociedades, las familias, y por unos pocos
lutivo reciente. Aries demuestra que la familia, tal como la grupos ele masas, las clases.
entendemos ahora, no existía en la Edad Media y que sn
gradual gestación tan sólo empezó a partir del siglo xrv. Una tal transformación ocasionó cambios culturales pro-
Hasta entonces, «familia>> significaba fundamentalmente la fundos, a la vez que afectaba a la misma est~uctura psi·
propia línea hereditaria legal y su énfasis radicaba más cológica del individuo. Hasta !á misma perspectiva del ciclo
en el linaje de sangre que en la. uni<\ad conyugal. Con res- vital del individuo evolucionó culturalniertte; por ejemplo,
pecto a cuestiones legales como la transmisión de la pro- la <<adolescencia», que nunca había existido anteriormente,
pie~ad, su función primaria, existía un sistema de propiedad entró en escena: El más trascendental de todos estos con-
conjunta de marido y mujer, así como también de pose- ceptos de los estadios vitales fue el de la infancia.
sión conjunta por parte de los herederos; sólo a fines de la
·,.>!
96
97
se consideraba un hecho deshonroso, puesto que todos los
adultos partían de este mismo estamento (una equivalencia
I aproximada podríamos verla en el siervo contratado de la
historia americana). Todos los niños eran siervos; se tra-
EL MITO DE LA NIÑEZ taba de su etapa de aprendizaje para la vida adulta. (En
Francia, por ejemplo, hasta mucho después no se consideró
actividad inferior el servir la mesa, puesto que se trataba
de una práctica que -en calidad de arte- habían ejercitado
todos los aristócratas en su juventud.) Hasta nuestro siglo
se han venido oyendo lamentaciones acerca de esta comu-
nidad de experiencias entre los niños y los siervos, con la
Durante la Edad Media no existió esto que denominamos lógica intimidad quF de ella derivaba. A medida que las
infancia. La concepción que de los niños se tenía entonces clases sociales se hicieron más estancas, se pasó a considerar
difería diametralmente de la nuestra. No se trata única- este vínculo de intimidad como fuente de corrupción moral
mente de que no estuviera «estructurada en torno al niño>>, de los niños pertenecientes a las clases media y superior.
sino de que no se tenía conciencia de los niños como seres El niño no era más que otro miembro del enorme pa·
distintos a los adultos. Los niños y niñas de la iconografía trimonio. No era siquiera elemento esencial de la vida
medieval son adultos en miniatura y reflejan una realidad· familiar. El niño era siempre criado por una persona ajena
social totalmente distinta: los niños eran en realidad adul· a la familia y, más tarde, se le -enviaba a un hogar dis.tinto
tos en pequeño, portadores del nombre y clase en cuyo (desde los siete años -aproximadamente- hasta una edad
seno nacieron -cualesquiera que fueran-, y destinados a comprendida entre los catorce y los dieciocho) con la inten-
ocupar una posición claramente definida. El niño se con- ción de que sirviera como aprendiz a un maestro artesano
sideraba a sí mismo como el futuro adulto que iba a ser, -aprendizaje que, como ya he apuntado, se limitaba al ser:
pasando por los correspondientes estadios de aprendizaje; vicio doméstico o lo incluía entre sus obligaciones. De ah1
era ya su mismo yo poderoso del futuro «todavía en pe- que jamás tuviera una dependencia excesiva de . _sus pa-
queño». Su transición a los diversos estadios de la función dres, que eran responsables tan sólo de que el hiJO goza-
adulta era casi inmediata. ra de unos vínculos mínimos de bienestar material. L~s
Los niños se diferenciaban tan poco de los adultos, que padres, a su vez, no «necesitaban» a los hijos, y_ue, descte
no existía un vocabulario específico para su descripción; luego, no eran objeto de excesivas contemplaciones. La ra-
en otras palabras, compartían el vocabulario de la subor- zón podemos buscarla -dejando a un lado la elevada tasa
dinación feudal. Sólo algún tiempo después y gracias a la de mortalidad infantil, que evidentemente constituía un fac-
introducción de la infancia como estadio autónomo, se pro· tor disuasorio- en el hecho de que los padres educaban
dujo una escisión de este vocabulario aleatorio. Tal aleación a los hijos de otras familias preparándolos para la -"~~a
verbal se basaba plenamente en la realidad; los niños se adulta. Debido, pues, a la gran escala de la composicion
diferenciaban de los adultos únicamente en el aspecto de familiar, repleta de siervos genuinos y de una horda inc~­
la dependencia económica. Se los utilizaba como si se tra- sante de visitantes -amigos y clientes-, la dependencia
tara de otro estamento servil, aunque de carácter tran- ------e incluso el contacto- del niño con respecto a un proge-
sitorio; había una variante, sin embargo: la de que no nitor determinado tenía un alcance muy limitado; si alguna

98 99
madera sustituyó al caballo real, cuya monta resultaba
imposible para el niño. Sin embargo, hacia finales del si-
vez se desarrollaba algún tipo de relación, cabría mejor de- glo xvn encontramos ya entre los objetos de uso común
finirla como de tipo avuncular. algunos artefactos de concepción específica para la infancia.
La transmisión generacional quedaba asegurada por la Por esta misma época descubrimos la introducción de los
participación cotidiana de los niños en la vida adulta -ja- primeros juegos exlusivamente infantiles. (De hecho, esto
más eran confinados a aposentos, escuelas o actividades· sólo significó una división: ciertos juegos compartidos an-
especiales. El objetivo era preparar al niño lo antes po- teriormente por niños y adultos fueron abandonados por
sible para la vida adulta, cosa que con bastante lógica les estos últimos en favor de niños y clases inferiores, al tiempo
llevaba a pensar que una segregación de esta especie retra- qué adoptaban otros juegos para uso exclusivamente adulto,
saría u obstacularizaría la formación de una cosmovisión destinados a convertirse en los <<juegos de salón>> de la clase
adulta. El niño era integrado en la comunidad lo antes • adulta superior.)
posible y en todos los aspectos. No había juguetes, juegos o Vemos, pues, que en el siglo xvn la infancia, considerada
vestidos especiales para ellos ni clases de concepción espe- como concepto nuevo y de buen tono, estaba muy <<in>>. Aries
cífica infantil. Los juegos eran compartidos por grupos de nos señala las repercusiones del cambio en la iconografía,
todas las edades y los niños cooperaban en las fe;;tividades en la que empiezan a abundar, por ejemplo, lás represen-
de la comunidad adulta. Las escuelas (destinadas sólo a im- · taciones glorificadas de las relaciones madre-hijo. Como,
partir enseñanzas artesanas especializadas) estaban abiertas por ejemplo, el Niño en brazos de María, o -más tarde,
a quienquiera que deseara acudir a ellas, sin discriminación en los siglos xv y XVI- las representaciones de interiores Y
de edad; el sistema de aprendizaje estaba abierto tanto a . de escenas familiares, entre las que se incluyen retratos
los niños como a los adultos. , individuales infantiles y los atavíos de la edad. Rousseau,
Terminado el siglo xiv y gracias al desarrollo de la bur- entre otros, desarrolló una ideología en torno a la <<infan-
guesía y de la ciencia empírica, dicha situación empezó cia>>. Se .habló mucho de la pureza e «inocencia>> infantiles.
a evolucionar paulatinamente. El concepto de infancia se La gente empezó a preocuparse por su posible contaminación
desarrolló como elemento anejo a la familia moderna. Em- con el vicio. El «respeto» a los niños, así como a las mu-
pezó a tomar cuerpo un vocabulario especializado en la des- . jeres, desconocido hasta el siglo XVI -mientras formaron
cripción de los niños y la niñez (como, por ejemplo, en , parte de la sociedad global- se hizo necesario ahora que
francés, le bébé), así como una terminología característica formaban un grupo oprimido claramente definido. Su aisla-
para dirigirse a ellos -el vocablo «chi!dreness>> (l ), miento y segregación habían comenzado. La nueva familia
ejemplo, se puso de moda durante el· siglo XVII. (Desde burguesa, estructurada alrededor de los hijos, conllevaba
entonces, dicho vocabulario ha crecido hasta convertirse una supervisión constante; toda independencia anterior que-
un arte y en una forma de vida. Existen toda clase de daba abolida.
namientos en torno al habla infantil. Hay personas La importancia de estos cambios queda reflejada en la
la utilizan constantemente, especialmente en el trato historia de la vestimenta infantil. El modo de vestir cons·
sus amigas íntimas, a quienes tratan como a niñas titilía uno de los medios manifestativos del. rango y pros-
ditas.) Los juguetes infantiles no aparecieron hasta peridad social, como sigue sucediendo en la actualidad -es-
y aun entonces no se concebía su utilización más allá ·· pecialmente en el caso de las mujeres. Todavía hoy, el
los tres o cuatro años. Los primeros juguetes se lirni1:ar<;ll) temor -sobre todo en Europa- a cualquier impropiedad
a ser objetos adultos a estala infantil. Así, el caballo en el vestir, se debe a la inconveniencia de <<salirse del
(1) Derivación de child (niño), cuya equivalencia m{ts
mada sería quizás "infantil". (N. del T.) 101

100
propio rango». En aquella época, si tenemos en cuenta el 1 militares La indumentana · utl·¡·¡zad a p or el
elevado precio de los atavíos y la carencia de producción plenas ga as · . el Luis XVI incluía simul-
en serie, esta función del modo de vestir cobraba una im- adolescente durante el penad~ se (golilla renacentista), de
táneamente componentes arcaiCO . elementos mili-
portancia muy superior. Es tan gráfica la descripción que
las modas del vestir nos ofrecen de las disparidades de las. clases inferiores (pantalones mannos) lvestimenta se
sexo y clase, que la historia de la moda infantil constituye tares masculinos (chaqueta Y dbo~o'.'e.s)c.¡'o'na a la virilidad,
· ·· · otra forma e mJCia
una clave valiosa en torno al proceso de la infancia. conv1rtw
mientras el as1mno . b a -en la terminología moderna-
.:n sup1Jea
Las primeras vestimentas específicamente infantiles apa-
recieron a finales del siglo XVI, importante fecha para la ser vestido con «pan:a:o.ne~ .largo~»- .d adulta reflejadas
Estas etapas de !DICJacwn a a vi ll; b. en
formación del concepto de infancia. Al principio, el vestido
infantil consistió en una imitación de los vestidos adultos en la historia de la indument~ria infattl~e c~~~~c~~y en¡ el
arcaicos, al estilo de las clases inferiores, que utilizaban con el Complejo de Edipo, ta como. ? · su vida dentro
. L 111'ños varones mictan
prendas de segunda mano desechadas por la aristocracia. Es- capítulo anteno;. ~s f . 0 Vestidos como mujeres,
tos arcaísmos eran símbolo de la creciente exclusión de del est~m~nto mfenord e:e~: ;iñas; ambos sexos se ideo-
niños y proletariado de la vida pública contemporánea. En no se d¡stmguen en na a e la hembra-· ambos
tifican en esta _etapa ~on_ ~ :u~:~o años se procu;a alejar
1
el período que precedió a la Revolución Francesa, se intro-
dujo la costumbre de llevar unos pantalones especiales de juegan con munecas. acia 0 1 ente -como puede
origen marinero, cosa que sirvió para distinguir aún más al niño de su madre, alentarlo gra~ua m !' a la imi-
ser mediante la concesión de la gohlla mascu_ ¡:'~-del Com·
a las clases inferiores; pues bien, esta misma costumbre é ¡ período de transiciOn
se extendió rápidamente entre los niños de las clases supe- · tación paterna; ste es e 1 remia por su separación
riores. Es importante subrayar este punto, porque corrobora piejo de Edipo. Finalmente ;e e !' de sus identificaciones
con toda claridad el hecho de que los niños de las clases de la madre y por la tr~ns erencia . es ecial de «ádoles-
superiores formaban en su seno un estamento de categoría al varón, mediante una mdumentana d~ la plenitud del
cente» -sus galas militares, promesa - -
inferior. Esta diferenciación en las funciones del vestir, des-
tinadas a aumentar la segregación y a expresar con claridad Poder masculino venidero. . t . femenhn' Res-
· de la mdumen ana •·
las distinciones de clase, es afirmada también por una cos- ·Qué podemos elecir h h asombroso:
< . tramos con un ec 0
tumbre de los siglos XVII y XVIII, que carece de otra expli' pecto a ella no~ enc~n a licaba a las mujeres. La
cación: todos los niños, hembras o varones, debían llevar el concepto de mfancza no se p - s por el vestido de
1
dos cintas anchas cosidas al vestido más abajo de los hom- niña trocaba direct~~ente su:sc~~f:, ~nstitución que, como
bros y colgando hacia atrás. Aparentemente dichas cintas mujer adulta. No asistla a
. t
!a
ba el twmpo e m
d . fancia A Jos nueve
· .
no tenían otra función que la de servir de distintivos ex- veremos1 estruc ura 1 t como una «señorita»; su ach~
ternos de la infancia. 0
diez años ac~uaba ~e~ m~n ~a de las mujeres adultas. Tan
El vestido del niño varón revela especialmente la' conexi6n vidad no se diferencia al e b tad hacia los diez o doce
de sexo e infancia con la clase económica. El niño pasaba pronto como alcanzaba a pu. ermu~ho mayor que ella.
- la casaba con un varan .
por tres estadios más o menos generales: al principio tro- anos, se 1 d la infancia es -evidente por SI
caba los pañales por los atavíos femeninos; hacia los cinco . La -b~se es~~~~~~ y ~uchachas pertenecientes a la cla-
años, sustituía éstos por una indumentaria que incluía algu- misma, os mu t , n necesidad de ser marcados me-
nos elementos del traje adulto masculino, como es la golilla; se trabajad~ra no · em_a racterística porque en sus fun-
finalmente, a medida que avanzaba en edad, pasaba a lucir diante una mdumenta~I~ caestando al ~ervicio de los indivi-
ciones de adultos segmnan
102
103
duos de las clases superiores; tampoco era necesaria nin- . t mento usual ele inicia-
guna iniciación a la libertad. ·Las muchachas no tenían · derse hasta convertirse en ~1..msd~u la niñez a la virilidad.
ningún motivo para pasar por diversas etapas en el vestir, ' ción social dur.ante la t~~stct~~licarse nunca el verdadero
puesto que no había ningún objetivo en cuya dirección pu- (Aquellos a qmenes no I a ~mo sucedía con las rpuchachas
dieran desarrollarse, ya que las mujeres adultas seguían concepto de etapa adulta¡ -e t abaJ'adora- durante muchos
los muchachos de e ase r
estando en una posición inferior con respecto a los hom- ·
bres. Los niños de la clase trabajadora (y esto vale tam' ~iglos no asistieron a ¡~ .~scue~a~~~:· el desarrollo de la es-
bién para el momento presente) se veían libres de toda En contra de la opmwn P P ' ·elación con la esco-
restricción en el vestir, puesto que sus prototipos adultos cuela modet;"~ guardaba m;:d p~~~i: 0 con el desarroll?
eran a su vez <<niños>> con respecto a las clases dominantes. laridad tradtct_onal de ladE 1 humanidades en el Renact-
Si bien los muchachos de la clase media y superior com- de las artes liberales Y e as . t del Renacimiento se
partían temporalmente la condición de las mujeres y de· miento. (En realidad: los .humams :s filas de gran cantidad
la clase trabajadora, paulatinamente iban elevándose por distinguieron por la mclus¡?n er: ssutruidas. ellos subrayaban
.• ces y de muJeres m • d d
encima de estas clases oprimidas; las mujeres y los niños de mnos preco . . . les uiera que fueran su e a
de la clase inferior permanecían, sin embargo, en ella. el desarrollo del md!VlduoÁ~~: lds historiadores de la ~ite­
Tampoco es ninguna casualidad que el afeminamiento del y sexo.) De acuerdo con '. de la tradición humamsta
vestido infantil fuera abolido por la época en que las femi- ban la importancia ·
ratura exagera las Los verdaderos arqm-
nistas se revolvieron para terminar con las opresivas pren- en la estructura de nuestras ~scu~or~!istas y los pedagogos
das de la mujer. Ambos estilos de atuendo guardaban ínti- tectos e innovadores fuer?n os Oratorianos y los Janse-
ma conexión con la opresión de la clase y con la inferio- del siglo xvn -los Jesm~as, los ontramos en los orígenes
ridad de las funciones femeninas .. El pequeño Lord Faunt- nistas. A estos hombre~ ros ~nc de su institucionalización,
leroy pasó por el estadio de la indumentaria femenina. (Mi mismos del concepto de m ·anctla ~d d Fueron los primeros
propio padre recuerda el día en que vistió de pantalón t moderno . de esco an a . . d
el concep o d la debilidad e «inocenCia» e
largo y, aún en la actualidad se siguen practicando en algu- en abrazar l~s concepto.s fa~cia sobre tin pedestal, al igual
nos países de Europa estas costumbres de evolución indu- la niñe-¿; pusieron a. la ~~ f minidad y predicaron la segre-
mentaria.) que se había hecho con a . e
Podemos asimismo observar la base estamental del na- , residuos de estas costumbres.
ciente concepto de infancia en el sistema concomitante de (1) En nuestros días quedan . au~ a convertirse en comercian~
educación de los niños. Si la niñez no era más que un Con- Los muchachos de clase .obrera tten ~~rnos) en vez de dedicarse a
tes, artesanos (o .s~s. eqmvalen~e~ .r;:o Esto e~ una reliquia de la ép~~
cepto abstracto, la escuela moderna fue la institución que
lo llevó a la realidad. (En nuestra sociedad las nuevas con-
una uerudición" . :nutd -f su )~~~\dr seguían un siste~a de aprendl-
ca en. que los nmos. _de e ase m edia asistían ya a la escuela .mo-
cepciones acerca del ciclo vital se organizan en torno a ziije, mientras los mnos de.dcl~se
derna. (Tampoco es casuah a h q h
::! muchos de los grandes artistas
de clase inferior' adiestrados
las instituciones; por ejemplo, la adolescencia -construc-
del Renacimiento fue~~n mue '~) ~~demos encontr~r resto~ de esta
ción conceptual del siglo xrx- fue creada para facilitar el en los talleres de los. ~aestros · áneo en el que se concentran
reclutamiento del servicio militar.) La educación impartida
los extremos de la socle a

historia. en nuestro CJér.c~od cdntecl!~~ p~r un lado, jóvenes. traba-
~ t dios ·y por otra, los oficiales pro~
por la escuela moderna equivalió, en efecto, a la articula'
ción del nuevo concepto de la infancia. La asistencia a la jadores que abandonarox: sus Ís u u West 'Pointers" de la aristocracia,
cedentes de clases S';Ipenores, os letafiado se retrasó en la adop-
escuela fue objeto de redefinición: no estaba ya limitada puesto que ésta, al Igual 9-lt;e el p~o siste.ma 'cte escuelas públicas de
a los clérigos y a los humanistas, por Jo que pudo exten- ción de la estructura faml Iar y e .
la burguesía.
104 ",,
105
i' gación de los mnos del m d d
plina» fue la cla d 1 un o e los adultos. La <<disci. ducida casi a cero en nuestra época (1 ). Hoy, por ejemplo,
. . ve e a escuela moderna cuestión much
:;::s0
. t
1
rr:~;;;-;ant~óen definitiva que la adminlstración de cien~
mac¡ n, puesto que para ellos la disciplina era
las hazañas de Mozart como compositor infantil apenas
resultan creíbles; por aquella época no se trataba de una
ms .rumento de pe r fe ccwnam¡ento
· · cosa tan desacostumbrada. Muchos niños ejecutaban y com-
moral y espiritual co ponían música hábilmente y se entregaban también a mu-
vemente no tanto por su eficiencia en la dirección de' crra~~ chas otras actividades <<ad¡:¡ltas». Nuestras clases de piano
~es grul?os entre~ad~s a un trabajo comunitario, cuant; por actuales no guardan punto de comparación. De hecho, se
b~a;ropw dvalor mtnnseco, moral y ascético. En otras pala- limitan a ser síntomas de la opresión infantil -de la misma
' se a optó la represión como valor espiritual manera que los «complementos femeninos» tradicionales, co-
En con.s~cuencia, la función de la escuela pa~ó a ser mo el bordado, no eran más que una mera actividad super-
1a :<ed?cac!On del niño», llevada a cabo mediante la . ficial-, que nos hablan de la sumisión del niño a los ca-
ogmdmfantih disciplinaria. Aries cita las Regulatio~~s,fcoor-
JB·
prichos de los adultos. Además, resulta muy signific~tivo que
oar t ers .at Port-Royal ' pre d ecesor de nuestros manuales de
ad. estas <<habilidades>> sean cultivadas con más frecuencia en
1es ram1ento de pedagogos: el caso de las muchachas que en el de los muchachos;
cuando un chico estadía piano suele deberse a la posesión
~~~~e ma:'ten.erse una vigilancia constante sobre los de dotes excepcionales o a la afición musical de Jos pa·
s y Jamas se los dejará solos en parte alguna dres.
ya gocen de buena o mala salud... Esta supervisiód Aries cita a Heroard -Journal sur l'enfance et la jeu-
constante _debe ser ejercida con amabilidad y cierta nesse de Louis XIII- en la detallada relación de la infancia
:::.:·¡' ~~maradena. c.alculada para hacerles creer que se les del Delfín escrita por su médico, que nos cuenta cómo el
d a Y que U~!.camente se está con ellos para disfrutar Delfín tocaba el violín y cantaba constantemente a la edad
.e su compama. Con esto no temerán la supervisión de diecisiete meses. Sin embargo, el Delfín no era ningún
smo que la amarán. (La cursiva es mía.) ' genio y más tarde demostró a todas luces no ser más
inteligente que el término medio de la aristocracia. Añada-
Este •pasa' · en 1612, muestra ya el tono afectado mos que sus actuaciones no se limitaron al violín; la rela-
. Je, escnto
f:r~~t~nst;co de ~a moderna psicología infantil así como ción de la infancia del Delfín, nacido en 1601 y de capacidad
!S ancm peculiar -artificial en esta é ' intelectual media, nos demuestra el menosprecio en que i¡
pletamente inconciente en la actualidad poc~, pero com- tenemos Jos potenciales infantiles. Descubrirnos que a esta il
adultos y niños. - existente entre misma edad jugaba al mazo, equivalente al golf actual y ·,fl
practicado por Jos adu1tos de la época, así como al tenis;
del E~ nu~vo s~stfma escolar segregó eficazmente a los niños hablaba correctamente y practicaba juegos de estrategia
il
1'
• un o a u to durante períodos de tiempo cada vez militar. A Jos tres y cuatro años de edad, respectivamente,
:~~J'ro~o~g~d~s. Ahora bien, esta segregación del niño del
P
ara fa ta .u. :o y el! severo proceso de iniciación exigido '
ransicion a a mayoría de edad . d' b
aprendió a leer y escribir. A los cuatro y cinco añ"os, aunque
seguía jugando con muñecas (! ), practicaba el tiro con arco, li
dente des· t • ' m 1ca a un cre- jugaba a las cartas y al ajedrez (a los seis años) con los
pacidades '¡~t::~IZs. un menosprecio sistemático de las ca-
(1) En el ambiente ju4fo ortodoxo en cuyo seno crecí, conside~
Aquella precocidad tan comu"n en 1a .Eda d Media y du, rado anacrónico pOr los ajenos, muchos riiños siguen iniciándose con
rante un breve período de tiem·po. pos t enor, h a quedado re- seriedad en los estudios antes de los cinco' años de edad y, como
consecuencia, los prodigios talmúdicos son corrientes.
106
107
1

1
1
'
1
adultos y a otros muchos juegos propios de gente mayor Tan
pronto como pudo andar, tomó parte en todas las a~tivi­
dades de l_os adultos en términos de igualdad, bailando como mnos bajo la jurisdicción paterna el mayor tiempo posible.
un .rrofeswnal, actuando y tomando parte en todas las di- Se multiplicaron las escuelas, sustituyendo la antigua esco-
. vers:~nes. A los siete años, el Delfín empezó a utilizar las laridad y aprendizaje práctico por una educación teórica,
vesti ura~ de un varón adulto, se le privó de sus muñecas ; cuyo objetivo consistía en <<disciplinar>> a los niños más que
y empezo su educación, dirigida por tutores masculinos· . en impartir el conocimiento por sí mismo. Por ello, no debe
c_omo parte de ella, se inició en la caza, monta de caballos' . sorprendernos que la escuela moderna retrase el desarrollo
tiro Y apuestas. Advierte, sin embargo, Aries: ' en vez de acelerarlo. A! alejar a los niños del mundo adulto
...:.al fin y al cabo, los adultos no son más que niños mayores
~ebería_:nos evitar exagerar [la importancia de sus
con experiencia mundana- y al someterlos artificialmente a
s1et<; anos de edad]. A pesar de que había dejado una relación de porcentaje niño-adulto de veinte a uno, ¿qué
de JUgar . con sus muñecas o debía haber dejado de otro efecto final puede haber más que el de la nivelación
hacerlo, el Delfín siguió llevando la misma vlda que del grupo a una escala de inteligencia media (mediocre)?
antes ... Antes de los siete tendría más muñecas y ju- Por si esto fuera pc.co, finalizado el siglo xvnr se estableció
gue.tes . ale~ane~, mientras que al superar esta edad una rígida separación y distinción de edades (<<grados»). Los
se .mclmana .mas por la caza, la monta, la esgrima y, niños no podían aprender ya ni siquiera de otros niños ma-
qmzás, .la as1stencm al teatro; el cambio fue casi im· yores y más instruidos. Durante la mayor parte de su jor·
perceptible dentro de esta larga sucesión de pasatiem. nada escolar se veían constreñidos a un grupo perfectamente
pos que el niño compartía con el adulto. definido según su criterio cronológico, y en cuyo seno se
les administraba dosificada y uniformemente un «programa» .
Esta gradación tan rígida elevó forzosamente el número
. Para mí, lo más claro de toda esta descripción es lo si-
gmente: que antes del nacimiento de la familia nuclear y de niveles a superar en su iniciación a la vida adulta e hizo
de la :scuela moderna, la infancia apenas se diferenciaba casi imposible al niño la elección de su propio ritmo de pro-
greso. La motivación de su aprendizaje pasó a ser controlada
de la VIda adulta. El niño aprendía directamente de los adul-
.desde fuera. y susceptible de las influencias aprobatorias,
tos. que lo rodea~an y se integraba, tan pronto como le era
.muerte segura de la originalidad. Los niños, en otra época
posible, en la sociedad adulta. Hacia los siete años de edad
considerados simplemente· personas jóvenes -al igual que
se daba ya alguna diferenciación de la función de los sexo;
definimos a un cachorro de perro con referencia a su ma-
-era alg? qu~ tenía. que ocurrir en uno u otro momento, durez-, pasaron a constituir ahora un estamento plenamente
d~da la VI~enc¡a del Sistema patriarcal- pero ésta no se veía
definido, con sus rangos internos propios, estímulo para la
aun c:::_mphcada y~r 1:' posición de inferioridad estamental de competencia mutua (el <<más listo del grupo», el <<más inteli·
los mnos. La distmción, por el momento, se limitaba a los
gente de toda la escuela», etc.). Se obligó a los niños a pensar
cl?3 polos del hombre y de la mujer, no a la doble polaridad de acuerdo con unas pautas jerárquicas, montadas con rela-
n:nos-adultos. Un siglo después, esto había empezado a cam-
ción a la unidad de medida <<Cuando sea mayor ... ». En este
b:ar, dada la creciente vinculación entre la opresión f(·me·
mna y la opresión infantil. aspecto la escuela se convertía en un reflejo- del rriundo exte-
rior cada vez más escindido en clases acordes con la· edad y
· En resumen, con la instauración de la familia nuclear ' .
est:ucturad~ en torno a los hijos, se hizo necesaria la insti- el estamento propios.
tución plamficadora de una «infancia» que mantuviera a los • •

108
109
En resumen: el desarrollo de 1 f ..
la descomposición de . a amii!a moderna supuso para dirigirles la palabra y jamás se mantenía una conver-
una sociedad integrada · . sación seria en su presencia («No hablemos de ello delante
pequeüas unidades autóno El . _ I?as amp 1Ia en
mento importante de esta mas:d d mno se hizo ahora ele- de los niños>>) El «ritual» de la sujeción se convirtió en
. t mantener a los h..s um a es conyugales . E ra conve-
mene legislación hogareña («Los niños deben escuchar y callar>>) ..
tiempo posible a fin d IJ_os eln el hogar durante el mayor Ahora bien, la conversión de éstos en clase oprimida no
• e vmcu arios s· ¡· · fi hubiera tenido éxito, de no haber contado con la ayuda
emocionalmente a la unidad f T P Ico ogica, nanciera y
que. fueran capaces de crear ami .Iar. hasta el momento en todopoderosa de una institución creada al efecto: la escuela
lía. E:ste fue el objetivo d ~or SI mi~mos una nueva fami- moderna.
1
til. (Más adelante se le a ~e a mstaur~ci~n de la Edad Infan- La ideología escolar era la ya expuesta ideología de la
como adolescencia -o dg garon apendices extensivos, tales infancia. Su actuación se basaba en el supuesto de que Jos
ricana «teena erdom • e acue;do con la terminología ame- niños necesitaban «disciplina>>, en su concepción de los ni-
hood,,') El g >>, ."collegtate youth>> y «young adult- fios como criaturas especiales que debían ser objeto de trato
. concepto mismo de i f . . d.
niños constituían una es . d. ~ anCia m Icaba que los asimismo especial ()Jsicología infantil, pedagogía del niño,
sino tamb" 1' . pecie Istmta no sólo cronológica etcétera), y en el supuesto de que, para facilitar esta k:bor,
Ien cua Itativamente p d •
toda una estructura ide ¡· . . ara emostrarlo se montó debía encerrárselos en un lugar especial con los de su pro-
de la inocencia de lo o ?~Ica -tratados arbitrarios acerca pia especie y de acuerdo con subdivisiones lo más ajustadas
s mnos Y de su proxi 'd d
( «angelitOS>>), que llevaban a la ·. mi a a lOS
n· posible a los límites cronológicos de edad. La escuda fue
eran asexuales ¡ .. . creencia de que los niños la institución que estructuró la infancia, segregando eficaz-
aberración y as mamfestacwnes sexuales infantiles una mente a los niños del resto de la sociedad y retrasando· '
-, que contrastaba podero t
tumbres del período ant . . samen e con las cos- en consecuencia el desarrollo de habilidades específicas que
en contacto con las real~~~J~s e~ qul e s_e ponía a los niños les hubieran valido un puesto en la sociedad. El resultado fue
momento (1) Adm't' e a VIda desde el primer que siguieron sujetos a una dependencia económica cada vez
· I Ir, aunque fuera en ' ·
sexualidad del niño hubier mmimo grado, la más prolongada, salvaguardia de la indisolubilidad de los
1
etapa adulta cosa ~e h . a ace erado su transición a la lazos familiares.
Las diferencÍas ~n ~l ves~~:ae que retrasar a cualquier precio. He señalado ya la estrecha relación existente entre las
rencias físicas que separaba~a~eraron ~~uy pronto les dife- jerarquías familiares y el sistema económico de clases. En-
e incluso de ]os niños de más . los m~?s de los adultos gels ha observado que dentro de la familia el esposo cons-
ya los juegos de los adultos ~dad. Los ;unos no practicaban tituye la burguesía y la mujer y los niños el proletariado.
(en la actualidad tampoco m. c~mpartian sus celebraciones También se han apuntado otras semejanzas entre los niños
sino que se les . as¡s ~n a las veladas sociales) y las clases obreras u otros grupos oprimidos, al tiempo
t?s propios (ju~~~~~rci~a~=~rl:~gos esp~cial~s y artefac~ que se realizaban investigaciones destinadas a demostrar
J
!Iem~~ actividad artística comun~t::ri~e ·q~~~o;~as,l en ¡otro
os mnos hasta dese b
infantil de nuest
. • o re egac a a
.m oca~ en 1.a. literatura específicamente
su participación en idéntica psicología. Hemos vi~to tam-
bién el paralelismo existente entre la indumentaria del pro-
ra epoca. e utilizaba un lenguaje especial letariado y la de los niños, así como la adopción por p3rte
de niños y plebeyos de los juegos abandonados por los
(!) En Aries, op cit Capít 1 V "D . adultos de las .clases superiores. De ambos grupos se afir-
cencia"-, puede enc.ontr~se uo 7' . e la Inmodestia a la ino~ maba que «trabajan manualm'ente>>, en contraste con las
tacto, basada en las experien~~= ~=fc~pf:fn detal~ada de este con~ elucubraciones cerebrales más ekvadas del varón adulto
de Heroard. e n recogtdas en el Diario
-abstracciones que se encuentran fuera de su alcance. A am-
110
111
pediciones que amenazaban su supervivencia. La diferencia
bos grupos se les consideraba felices, despreocupados, y de comportamiento situacional, según que el niño se en-
'.¡,
de carácter apacible -«más en contacto con la realidad», cuentre entre compañeros --en cuyo caso se conducirá con
A ambos se les recordaba su buena suerte, por carecer de naturalidad- o entre adultos --en cuyo caso se comportará
las preocupaciones de los adultos cargados de responsabi- artificialmente o con timidez- demuestra con claridad este ,·,•J

lidades --cosa que, a pesar de todo, los dos deseaban. Sus punto (notemos cómo las mujeres exhiben también un com-
relaciones con la clase · dominante estaban teñidas en am- portamiento distinto, según se encuentren entre compañeras
bos casos de miedo, sospechas e insinceridad, y se encu- de sexo o en presencia de algún hombre). En ambos casos
brían bajo una tenue capa de simpatía (su adorable bal- las disparidades físicas han sido ampliadas mediante va-
buceo, su modo de poner los ojos en blanco y sus triqui- riantes en el vestir, en la educación, modales y actividad,
ñuelas). hasta el punto de hacer parecer «natural» y casi instintivo
El mito de la infancia encuentra un paralelismo mucho este hábito cultural adquirido -proceso de exageración que
más estrecho en el mito de la femineidad. Tanto a las mu- lleva a una fácil creación de tópicos; gracias a todo ello
jeres como a los niños se les consideraba asexuales y, por. el individuo parece adquirir una animalidad diferenciada,
tanto, «más puros» que el.hombre. Su condición de inferio- con su propio código de leyes y de comJ?ortamient~ ( «¡Ja-
ridad quedaba mal disimulada bajo un artificial «respeto». más entenderé a las mujeres!» ... <<¡No entiendo una JOta de
No se discutían asuntos serios ni se maldecía en su pre· · • psicología infantil!»).
sencia; tampoco se les rebajaba abiertamente, sino a sus La jerga vulgar de nuestros días ref~eja ·esta co~dición
espaldas. (En cuanto al doble criterio valorativo de la mal· animal. Así los niños pasan a ser «ratoncttos», «coneJlt?S» o
dición, observemos que un hombre puede blasfemar contra «gatitos>>, mientras que a las mujeres se las apoda «pollitas»,
el mundo, porque es prerrogativa suya el vituperio; en cam- ·«pajaritos», «pavas», «mulas viejas» o «p.erras» (1). , Una
bio, la misma maldición puesta en labios de una mujer o de terminología similar la utilizamos para demgrar el caracter
un pequeño --es decir, de un «hombre» incompleto a quien
del varón y, más general, restringiéndonos a los ~aro~ es
el mundo no pertenece todavía-, es considerada presun-
oprimidos: «Semental», «lobo», «zorro», «macho sohtano»,
tuosa y, por tanto, impropia o algo peor.) Ambos estamentos •·
veían exteriorizada su segregación mediante vestiduras ca- «eunuco» (1 ); aún así, su uso es mucho menos. frecuente
prichosas y no funcionales y a ambos se les asignaban tareas y siempre conlleva una coimotación sexual especifica.
especiales (las labotes caseras y Jos deberes escolares, Al estar arropada la opresión femenina e infantil con una
pectivamente). A unos y a otras se les consideraba fraseologm, «ocurrente»,
· resu1ta mueh o más difícil
. de com-.
talmente deficientes («¿Qué se puede esperar de una m1lli<•r?» batir que la opresión abierta. ¿ Q~é, piñ? ~s capaz de :eph:
o "Es demasiado pequeño para comprenderlO»). El no•rlo•O. car adecuadamente cuando una tia estupida no· le _deJa. m
tal adorativo en que se les había colocado constit1~ía a sol ni a sombra con su celo exagerado o un extrano cual-
atmósfera asfixiante. Cada encrucijada interactiva con quiera decide darle una palmada en las nalgas Y barb?~ear
mundo de los adultos exigía a los niños un despliegue una pretendida jerga infantil? ¿Qué mujer puede permitirse
toda su astucia. Aprendiel'on cómo utilizar su misma ·
a
para conseguir sus deseos por caminos indirectos ( <<j y (1) Dado que la correspondencia entre la jerga de amb.~s idio-
cogiendo otra rabieta!»), del mismo modo que las ·mas al respecto no· es muy exacta, he optado por ~na .v~rston que,
aprendieron a utilizar su condición femenina ( <<jYa sin alejarse excesivamente del original, resulte de mtehg1ble aphca-
llorando otra vez!»). Cuantas incursiones se emprendían dón. (N. del T.)
el mundo de los adultos, se convertían en terroríficas
113
112
mostrar desagrado cuando un desconoCido se mete con ella,
al pasar? .Si a su dentemente, abogaría por una sociedad en la que las caricias
-Nena, ¡qué guapa ·estás hoy! en c-enera! no fueran algo susceptible de desaprobación; a
Responde con un me;udo, la única demostración de afecto que el niño recibe,
tiene este carácter artificial. Claro que el niño puede pre-
-No más que antes de conocerte. ferir esto a nada.) Muchos hombres son incapaces de com-
El hombre gruñirá: prender que sus fáciles muestras de intimidad no sean
-Pero, ¿qué se habrá creído esa? consideradas como un privilegio. ¿Han pensado alguna vez
O, quizás, algo peor. que la persona real que habita dentro de ~ste animal-?i?o
Muy a menudo la verdadera .naturaleza de estas obser- o animal-hembra puede preferir no ser objeto de cancms
vaciones aparentemente amistosas queda de relieve cuando en este instante preciso, no ser acariciado precisamente por
el niño o la mujer no sonríen como se espera de ellos: ellos o no ser siquiera objeto de su atención? Imaginé:
-¡Vieja asquerosa! ¡No me acostaría contigo aunque son- monos por un instante la consternación de este hom?r~ SI
rieras con esta bocaza! algún extraño se le aproximara en la calle de modo sumlar
0: -dándole una palmadita, murmurando o balbuceando l;~a
-¡Pilluelo repugnante! ¡Si yo fuera tu padre, te daría jerga infantil- sin guardar ningún respeto por su profeswn
tantos azotes que no te tendrías en pie! o por su <cvirilidad».
Esta violencia resulta realmente sorprendente. Tales hom- En suma, si los miembros de la clase trabajadora y de
bres están convencidos de su razón al criticar al niño o a los grupos minoritarios actúan como niños, es porque _los
la mujer por no mostrarse «amistosos>>. Les desazona pen- niños -sean del estamento económico que sean- constztu-
. sar que la mujer, el niño, el .negro o el obrero se puedan yen realmence una clase inferior, al igual que la han co_n_s-
ofender, por lo que los grupos oprimidos deben aparentar tituido siempre las mujeres. El nacimiento de la fam1ha
que les gusta su opresión -sonriendo o riendo bobamente, nuclear moderna, con su anejo -la- «infancia»-, estrechó
aunque les hierva el infierno por dentro. La sonrisa es los nudos en torno a un grupo económicamente ya depen-
el equivalente infantil-femenino de las astucias; con ella .se diente, ampliando y reforzando lo que ~o había sido más
indica la aquiescencia de la víctima a la propia opresión. que una ligera dependencia, por los medws us':ales: el .de-
En mi propio caso, tuve .que adquirir el hábito de la sarrollo de una ideología al efecto, de un estllo de vida,
renuncia a esta sonrisa falsa, que constituye casi un tic ner- de lenguaje, vestido y modales específicos, et~. Con ~1 au-
vioso en todas las adolescentes. Esto significó que sonreía mento y exageración de la dependencia infanti!, también l~
raras veces, porque la verdad es que, cuando llegaba a son- servidumbre femenina respecto a la matermdad alcanzo
reír con sinceridad, ya eran pocos los motivos para ha- sus cotas máximas. Niños y mujeres se encontraban ah?ra
cerlo. Mi «ideal» táctico para el movimiento de liberación en el mismo mísero bote. Sus opresiones empezara? ~ ejer·
femenino es el boicot a la sonrisa;' al. declararse la cam- cer una influencia recíproca intensificante. A la mistlca de
paña, todas las mujeres deberían abandonar instantánea- las excelencias de la maternidad ~la grandeza de la ,cr~a­
mente sus sonrisas «congraciadoras» y sonreír tan sólo tividad femenina «natural»- se añadía una nueva rn1st1c~
cuando . las ·complaciera de verdad a ellas. Del mismo modo,
la liberación infantil supondría poner punto final a todas en torno a las excelencias de la infancia y ~ la «creati·
las caricias no solicitadas por el mismo niño. (Esto, evi- vidad» de la educación infantil. («Bueno, quend.~, ¿es que
puede haber algo más creativo que la educacwn de un
114
115
niño?•) ~n la actu~lidad la gente ha olvidado la lección de versas. Existe toda una industria publicitaria, cinematográ-
la h1stona, es dec1r, que «educar» a un niño equivale a fica y televisiva destinada a ellos, que incluye su propia
retrasar su desarrollo. El mejor método de contribución literatura, sus programas y anuncios e incluso juntas de
a su desarrollo es la NO-INTERVENCION. censura cuya misión consiste en decidir qué productos cul-
turales son aptos para su consumo. Tenemos una intermina-
ble proliferación de libros y revistas destinadas a instruir
a Jos legos en el delicado arte del cuidado infantil (vgr.,
II Parents' Magazine del Dr. Spock). Hay especialistas en psi-
cología infantil, en métodos educativos para la infanda,
NUESTRA t:.POCA: CRECE EL MITO en pediatría y en todas las ramas especializadas de la cien-
cia desarrolladas recientemente con el fin de estudiar este
J:l<;mos visto cómo la creciente privatización de Ja vida animal peculiar. La educación obligatoria está en su apogeo
~am1har ~carreó un~ opresión cada vez mayor para los no- y goza de la suficiente difusión para fonnar una ineludible
mdependJente_s, ;nuJeres y niños. Los mitos interrelaciona- red de socialización (lavado de cerebro), de la que ni el más
dos de la femme1dad y de la infancia fueron los instrumentos rico puede esperar del todo. Terminaron los días de -Huck·
de esta_ opresión. Durante la Era Victoriana alcanzaron Jeberry Finn; actualmente el vago o el que abandona volun-
proporciOnes_, tan épicas, que al final las mujeres se rebe- tariamente los estudios, emplean una jornada laboral com-
lare~ (re~ehon que sólo periféricamente afectó a la in- pleta en eludir al enjambre de especialistas dedicados a su
fancia). Dicha rebelión, sin embargo, fue destruida antes estudio, a los numerosos programas gubernamentales y a Jos
de que pudiera abolir estos mitos, que pasaron a una exis- asistentes sociales que siguen su rastro.
t~n~m cland<;stina para reaparecer en una versión más in- Echemos una ojeada más detenida a la versión moderna
SidiOsa relacwnada con el consumismo de masas. En efec- de esta ideología de la infancia. Visualmente es tan sana,
to, nada había cambiado. En el Capítulo 2 he descrito cómo atractiva y sonriente como un anuncio Kodak. Al igual
la ~mancipación de las mujeres fue objeto de un sabotaje que en el caso de la explotación femenina como clase con-
sutil, cosa que también ocurrió con respecto a su opresiÓn sumidora prefabricada, existen muchas industrias ansiosas
derivada -la «infancia». · de sacar partido de la vulnerabilidad física infantil (como
. La pseudo-emancipación de los niños guarda un para- por ejemplo, la Aspirina de San José para niños). Más aún
lel~smo exacto con la ps.eudo-emancipación de las mujeres. que su salud, la palabra mágica para comprender la infan-
As1, aunque ~~mos abohdo. ya todos los signos superficia- cia moderna es felicidad. Sólo se es niño una vez. Los niños
les de opreswn -las veshmentas distintivas y abigarra- deben ser encarnaciones Vivientes de la felicidad (los ni-
das Y la vara del maestro de escuela-, ni por un momento ños huraños o perturbados emocionalmente son inmediata-
podemos dudar de que el mito de la infancia florezca en mente objeto de desagrado general, porque contribuyen a
p~oporciones épicas al estilo del siglo xx. Se fundan indus- desmentir el mito). Es deber de todo progenitor proporcio-
t:ms en~eras destinadas a la fabricación de artículos espe- nar a su hijo una infancia digna de recuerdo (trapecios, pis-
c¡ficos: JUguetes, juegos, alimentación infantil artículos ali- cinas hinchables, juguetes, excursiones campestres, fiestas
ment.icios. para el desayuno, libros infantiles' y colecciones de cumpleaños, etc.). Es la Edad de Oro que el niño recor-
de h1stonetas, caramelos-juguete, etc. Los analistas de mer- dará cuando crezca y se convierta en un robot como su pa-
cado estudian la psicología infantil a fin de desarrollar dre. De acuerdo con esto, cada padre trata de dar a su hijo
productos que resulten atractivos para niños de edades d·; todo aquello que más echó en falta en la que debería haber

J 16 117
?ido la etapa más gloriosa de su . .
mfancia como Edad d 0 prop¡a VIda. El culto de la . ma de. cursos, entrelazados por una vasta red de promocio-
pas de la vida obtiene~ s~o/~ tan f~er~e que las otras eta' nes y «graduaciones>>; recientemente se ha extendido el sis-
con ella, dentro de un culta or ~ ti aves de su paralelismo' . tema de graduaciones hasta el mismo parvulario y1o la guar'
«mayores» se comportan e o nacwnal de la juventud. Los ' dería infantil.
géticas ( «S.í, claro te doblooml o alsndos con. sus celosas a polo- , Así pues, una vez desarrollado suficientemente el niño
.ce una creenc¡a . general
' en laa .ec
d a ' quenda ' pero ... >> ). E Xls·
.
para poder reproducirse, pierde todo contacto con cuantos
progreso porque en nuestra . 1 ea de ha.~erse conseguido el son ajenos a su estrecho ámbito adulto y, desde luego, con
mente liberados de la . epoca los ml_los han sido final- los niños. A causa del culto que lo rodea apenas es capaz
infantil y de muchas s t odiosas her;amientas del trabajo de recordar ni siquiera su propia infancia, llegando en oca-
generaciones anteriores o ~as ex¡.~otacwl_les tradicionales de siones a bloquear enteramente dicho recuerdo. Es posible
.ia envidiosa que afin;¡a ~ rea 1 a d. _existe ~ambién la qu('- que como niño hubiera intentado adaptarse al mito, cre·
atención, según ella se les qes~ _los mnos reciben demasiada yendo sinceramente que todos los demás niños eran más fe·
nía tu edad a estropeando («Cuando yo te.
... >> es una expres· · 1 !ices que él; más tarde, como adolescente quizás se haya en-
ele mujeres ... >>). wn para e1a a «Esto es propio tregado a una alegría desenfrenada, lanzándose a las di ver-
Elemento defensiv · siones -siendo así que la adolescencia es en realidad sinó-
lo tenemos en la con~ capital. ~e este mito de la felicidad nimo de repugnancia a entrega total- de acuerdo con aque-
del resto de la socied~~~a ~ ngi~a se~regación de los niños
1 llo de que «sólo se es joven una vez>>. (Ahora bien, la ver-
tintivos los ha convert'do exa,eracwn d_e sus rasgos dis- dadera juventud no tiene conciencia de la edad -«la ju-
en una raza distinta. N~es;ro~omo se habla pl~neado, casi ventud se desaprovecha en los jóvenes>>- y se distingue por
tMora perfecta para . parques proporcwnan la me- una espontaneidad real, por la ausencia de esta conciencia
una sociedad como 1 .
de segregación cronoló . . . a nuestra, objeto concreta de uno mismo. El almacenamiento de la felicidad
dedicada a los Tiernosg~~~to~n~l z~n(a de juego especialmente de acuerdo con estas pautas, para poder recordarla cuando
nadie más en est . . a e~ rara vez se encuentra a ya no se posea, es una idea susceptible· sólo de ser produ-
hibida por decre~~/I~os, como ~ la est~ncia estuviera pro- cida por la vejez.) Una ausencia tal de contacto con la rea-
para los 'óvene. ' n campo e atletismo o una piscina lidad de la infancia prepara al joven adulto para aquella
venes y l;s est:di~~~ loma sombreada para las parejas jó- misma visión sentimentalista acerca de los niños que él
cianos. Esta segregaci~ny c~~~o~~~a con b~ncos para los an- probablemente despreciabá durante su infancia. El proceso
la vida de todo individuo mode~~~ rrosigue a lo. largo de sigue adelante formando un círculo vicioso; los adultos jó-
poco contacto con los . - ' a gente mantiene muy venes sueñan con terier hijos, intentando desesperadamen-
. . mnos, una vez supe d .
mfancm. Incluso dentro de la . . - ra ~ su prop¡a te llenar el vacío creado por la segregación artificial del es-
h . . . misma nmez existen co tamento infantil; pero, al encontrarse encenagados en el
em~s VIsto, n¡;I_das segregaciones en función de l ' d~o
mundo de los embarazos y los cuidados infantiles, los pro-
~~r c~m~~~í=l ::n~t~:y:á:epseenti:á av(e~gGonzado ~t lee v~~ blemas de las guardadoras y de la escuela, los. favoritismos y
• · quenos "1 randullon 1 • p las discusiones, se dan cuenta forzosamente de que los ni-
que no juegas con chicos de tu edad~»). A lo largo d · e 'dor
escolar -perí d b · · e 1a VI a ños no son más que seres humanos al igual que todos no·
o o astante largo en nuestra época- l . -
~:r~:~e~e entre_ compañer?s que no difieren de él :n :~~ sotros.
daciones e:~~ ~:zo~~¿as. J:?dismas escuelas reflejan estas gra-

118
ng¡ as, con todo su complicado siste-
.
,•. .
. .~l¡}
·:·.\>0.
Hablemos, pues, de cómo es realmente la niñez y no de
cómo es en la mente de los adultos. En primer lugar, re-
sulta evidente que, si el mito de la felicidad infantil florece

119
~on t~nta. fuerza, no se debe a que satisfaga una necesidad Sin embargo, la opres10n infantil nace más de la depen-
mfant!l, smo a que satisface las necesidades de los adultos. dencia económica que de la dependencia física. Quienquiera !,\.

En una cultura de gente alienada, la creencia de que todos que haya observado al niño que ha sonsacado una moneda
hemos_ gozado por lo menos de un período de nuestra a su madre, sabe que la servidumbre económica constituye
VIda libres de preocupaciones y de la servidumbre del tra- la base de la vergüenza infantil. Si sois de estos parientes
bajo, es difícil de exterminar. Es obvio que no podemos go- que clan dinero a los niños, seréis sus preferidos. Pero, ¡ase-
zar de este período durante nuestra vejez; luego, es -lógico guraros siempre de que les entregáis el dinero dil'ectamente!
que hemos gozado ya de él. Ésta es la explicación del con- Probablemente el niño no desfallezca ele hambre (tampoco
fusionismo sentimental que empapa toda discusión referen' su~edería si tuviesen su propio empleo; los niños negros
te a la infancia o a los niños. Todo el mundo está sabo- que se dedican a limpiar zapatos, a pedir limosna o al eje~­
reando sus propias ensoñaciones autóctonas. cicio de pequeñas ilegalidades fraudulentas, son la envidia
del vecindario), pero depende para su supervivencia del pa-
• • • ternalismo y no se trata de ninguna situación envicliabl~­
Una dependencia tan extrema no se compensa con el sumi-
La segregación no ha dejado pues de operar a pleno ren-
dimiento en su labor intensificadora de la opresión del niño nistro de la alimentación cotidiana.
como estamento. ¿Cuáles son los elementos constitutivos de En este punto se asienta uno de los pilares ele la versión
dicha represión en el siglo xx? moderna del mito. Se nos dice que la infancia representa
La dependencia física y económica. La desigualdad física . un gran progreso -e inmediatamente acuden en tropel a
natural existente entre niños y adultos -su mayor debilidad nuestra mente las imágenes dickensianas de niños míseros
Y menor talla- se ve intensificada, no compensada, por nues- y descarnados trabajando duramente ·en la mina de car-
tra cultura actual. Los niños siguen siendo «menores» ante bón. Sin embargo, como ya hemos reseñado en la breve
1~ ley, carecen ele derechos civiles y constituyen todavía pro-
historia de la infancia incluida en este capítulo, los mnos
piedad de una pareja arbitraria de progenitores. (Aun cuan- de clase media y superior no trabajaban ·en los albores ele
do los niños tengan «buenos» padres, hay que tener en cuen- la Era Industrial, sino que se hallaban bien protegidos en
ta que en el mundo se clan en la misma· proporción las «ma- alguna aburrida escuela estudiando a Homero y la gra-
las». personas que las «buenas», y se considera que la pro- mática latina. Los niños de la clase inferior, justo es admi-
babilidad de que las <<malas» personas engendren hijos es tirlo, no gozaban de mayor' consideración que sus padres y
;nuch~ mayor.) El índice anual de palizas graves y muertes
compartían las torturas inhumanas a que debían someterse
mfant1les corrobora el hec'ho de que el niño que simplemente todos los miembros de su clase; así, por la misma época
sufre ele infidelidad, puede considerarse afortunado. Podían en que encontramos a una Emma Bovary, a un Pequeño
haberle sucedido cosas peores. Ha sido sólo en fecha re- Lord Fauntleroy o a otros individuos ociosos de idéntica
ciente que los médicos han creído conveniente informar de condición, existían mujeres que destrozaban sus vidas y sus
estos accidentes, tanto era el abandono de los niños en ma- pulmones e_n las primeras. fáb~icas textiles y niños. vag~bun­
. nos de lo~ padres. Quienes no tienen padres, están, sin em- dos y pordiOseros. Esta dtverstdad de modos de vida mfan-
bargo, mas desamparados todavía (al igual que las mujeres til en función de las distintas clases sociales persistió hasta
solteras, carentes de la protección del marido, están más la fecha de la conquista del ·derecho al voto por parte de
desamparadas aún que las mujeres casadas). Para ellos no la mujer y hasta nuestros días. Los niños _que ~onstituían ~1
hay más lugar que el orfanato, el lugar de confinamiento de patrimonio reproductivo de la clase medta, vetanse someti·
los indeseados. dos a presiones psicológicas mucho peores que · las nues·
121
120
tra~; lo ~nismo acontecía con las mujeres. Pero en compen- los adultos, el niño se ve libre del «principio de realidad»
sación disfrutaban de una protección económica. Los de las y puede jugar (es decir, dedicarse a una actividad por el
clases inferiores veíanse, en cambio, explotados, no especí- placer que de su ejercicio se origina y no por otro obje-
ficamente en cuanto niños, sino de un modo más general tivo extrínseco); cómo el niño es sexualmente polimórfico y
-en cuanto estamento económico. El mito de la infancia tan sólo posteriormente se ve condicionado y reprimido
era demasiado valioso para ser malgastado en ellos. Ahí te- hasta resultar apto exclusivamente para el placer sexo-
nemos otra prueba de cuán arbitrario era el mito de la in- genital adulto.
fancia, mito construido a la medida de las necesidades es- Freud explicó también que los orígenes de la neurosis
tructurales de la familia de clase media. de los adultos se encontraban en los mismos procesos de la
Bien -diréis-, pero probablemente hubiera sido mu- niñez. Aunque el prototipo teórico infantil posea la capacidad
cho más conveniente para los niños de la clase obrera la po- del placer puro, esto no significa que pueda entregarse ple-
sibilidad de cobijarse bajo este mito. Por lo menos habrían namente a él. Sería mucho más correcto decir que, aunque
podido disponer de sus vidas. ¿Para qué? -pregunto yo-, por naturaleza se siente inclinado al placer, esta inclinación
¿para asfixiar su vida espiritual en alguna escuela u oficina? desaparece en el miShlO grado en que crece su socialización
La cuestión es meramente retórica; es como si alguien se (represión). Y esto es algo que empieza inmediatamente a
preguntara si el sufrimiento de los negros de América es operar.
auténtico, fundándose en que pueden ser considerados ricos <<El principio de realidad>> no es algo reservado exclusi-
en comparación con algunos ciudadanos de otros países. vamente a los adultos, sino que· es imbuido en la vida del
El sufrimiento es siempre sufrimiento. Lo que debemos ha- niño casi inmediatamente a escala infantil reducida, ya que
cer aquí es pensar en términos más amplios. Así pues, pre- desde el momento en que existe dicho principio de realidad,
guntémonos: ¿por qué, en primer lugar, sus padres fueron la idea de ahorrar al niño sus inconveniencias es un fraude.
explotados?, ¿qué hace un minero cualquiera en el fondo de En el mejor de los casos podrá disfrutar de un retraso en
una min¡¡ de carbón? En vez de protestar de que los niños la aplicación del proceso represivo, pero generalmente éste
sean explotados como si fueran adultos, debemos protestar se inicia a todos los niveles en cuanto se es capaz de una
de que se explote de este modo a los adultos. Necesitamos reactibilidad a sus estímulos. No existe este período feliz
empezar a hablar, no de ahorrar a los niños durante unos desprovisto de todo contacto con la «realidad». De hecho,
pocos años los horrores de la vida adulta, sino de eliminar la represión comienza en ef mismo momento de nacer (la
para todos dichos horrores. En una sociedad libre de ex- conocida fijación cualitativo-cronológica de su alimentación
plotación los niños podrían ser iguales a los adultos (sin la no es más que un caso extremo). Antes de los dieciocho me-
implicación de ninguna explotación) y los adultos podrían ses, dice Robert Stoller, la diferenciación sexual básica ya
ser como niños (sin la implicación de ninguna explotación). ha tenido lugar, y, como hemos visto, este proceso .exige fun-
La forma privilegiada de esclavitud (el patronazgo) que su- damentalmente la inhibición del impulso sexual hacia la
fren mu¡eres y niños, no es lo mismo que libertad, porque madre. Así, desde el principio se cierra a su sexualidad
la capacidad de auto-determinación es la base de la libertad polimórfica la posibilidad de actuar libremente. (En nues-
y la dependencia la raíz de !á desigualdad. tros mismos días, en que se está en plena campaña en fa-
La represión sexual. Freud describe las primeras gratifi- vor del reconocimiento de la masturbación como hecho nor-
caciones del niño: la satisfacción del pequeño cuando recibe mal, a muchos pequeños se les impide jugar con sus geni-
el pecho de la madre, satisfacción que intenta recobrar du- tales mientras aún están en la cuna.) Se desteta al niño Y
rante el resto de su vida; cómo, gracias a la protección de se le enseña el control de sus deposiciones con la mayor an-

123
122
telacjón posible -actividades ambas traumáticas desde el Aquí tenemos a un?s cuantos ~iños hablando de sus ex-
punto de vista infantil. Las represiones aumentan. El amor periencias. Seguimos citando a Re1k:
materno, que idealmente debe ser sinónimo de plenitud per- Me contaron el caso de un niño que hasta c~si los
fecta ( <<Íncondiciona¡, ), se utiliza a semejanza del amor pa-
cuatro años de edad creía que su nombre era «Callate».
terno -para dirigir más eficazmente al niño hacia unas pau-
tas de conducta socialmente aprobadas. Finalmente se exi- Un muchacho presenció una violenta discusión entre
ge. una identificación activa con el padre. (En los hogares · sus padres y oyó cómo su madre amenaza?a ~~ ~adre
PX:Vados de .la figura paterna, esta identificación puede ocu- con el divorcio. Cuando regresó a casa al dm sigmente,
rnr algo mas tarde, cuando el niño empieza a asistir a la de vuelta de la escuela, preguntó a la madre:
escuela.) Desde este momento hasta la pubertad el niño -¿Te has divorciado ya? . .
debe llevar una vida asexual -o, por lo menos, encubier- Más tarde recordaba haberse sentido muy decepciOn~­
ta-, sin admitir siquiera la existencia de sus necesidades de do porque ésta no había cumplido su promesa de di·
esta índole. Esta asexualidad impuesta desde fuera produce vorcio.
una frustración responsable, por lo menos en parte, de la
exagerada rebeldía y agresividad -o, alternativamente, de Un padre visitó a su hijo de nueve años en el campa-
la anémica docilidad- que a menudo hace tan exasperante mento de verano y, al preguntarle si añoraba su casa,
la presencia del niño. el niño contestó simplemente:
La represión familiar. No necesitamos hilar al máximo -No.
las sutiles presiones psicológicas que acontecen en la vida Insistió el padre, inquiriendo si los demás chicos sen-
f~mil!ar. Pensad en vuestra propia familia. Si esto no basta, tían añoranza. .
SI SOIS de verdad el uno entre un millón que está conven• -Sólo unos cuantos -contestó el niño-, los que tie-
ciclo de haber disfrutado de una <<familia feliz,, leed parte nen perros en casa.
de_ la obra de R. D. Laing, especialmente Politics of the Fa- Lo divertido de estas anécdotas, si es que hay algo diver-
mzly, cuando habla de la Estructura de la familia feliz. Laing tido en ellas, es el candor de los niños, incapaces. de com·
expone la dinámica interna de la familia, dando razón de prender o de aceptar todo el monstruoso masoqmsmo que
su invisibilidad a los ojos del miembro normal de la fa- implican. .
milia: La represión educativa. La escuela e_s el_ lu~~r dond_e la
represión cuaja definitivamente. Cualqmer IlusiOn de liber-
Para el espectador independiente hay algo evidente: tad que pudiera quedar, desaparece pronto :por ~o_mpleto.
existen resistencias familiares concertadas que se opo- Toda actividad sexual o expansionismo afectiVO ÜSICO son
nen al descubrimiento del curso real de los hechos vetados. El niño se entrega por vez primera a unos juegos
as¡' como complicadas estratagemas para mantener a' •. objeto de estricta supe~visión. El p~acer natural que los
todos en la ignorancia y en la ignorancia de estar en .' niños encuentran en el JUego, es utilizado ahora como me·
la ignorancia. Hay que sacrificar la verdad para man- dio para una más eficaz socialización (r7pres~ón~ el~ los
tener una imagen de familia... Puesto que esta fanta- mismos. ( «Larry es quien ha hecho el meJOr dibUJO. ¡Eres
sía tan sólo existe en la medida en que existe <<en» cada· · un magnífico chico! ¡Tu madre estará orgullosa de ti!) Es
uno de quienes participan «en» ella, cuando uno de los · cierto que en algunas escuelas liber~les hay b_u7nos profe·
miembros renuncia a ella destruye la «familia>> en to- sores que intentan encontrar matenas y actividades que
dos )os demás. de verdad interesan a los niños (<<De esta manera es más

124 125
predeterminadas (juguetes y juegos infantiles), su zona de
fácil tenerlos quietos».) Pero, como ya hemos visto, la mis-: juego también está hjada (gimnasios, parques, zonas r~crea­
ma estructura represiva de la segregación por clases ase- tivas, campamentos); a menudo ve reducida tambien. su
gura que todo interés natural del niño por aprender servirá elección de compañeros de juego a muchachos perten~Cien­
en último término a los intereses esencialmente disciplina- tes al mismo estamento económico y -en los suburbw~­
nos de la escuela. Los profesores jóvenes que ingresan en a compañeros de escuela o hijos de amigos de la familia;
el sistema con una visión idealista de su cometido, se re- se ve enrol1~do en más grupos de los que puede abarcar
vuelven repentinamente en su contra y muchos renuncian 1Boy Scouts, Cub Scouts, Girl Scouts, Browmes, campamen-
descorazonados. Si habían olvidado sus propias experien- tos, clubs post-escuela y deportes); su cultura ha sido de-
cias de la escuela-prisión, pronto acuden de nuevo a su me- terminada sin participación -con respecto a la ~.V., s_ól~
moria y se ven obligados a aceptar que, si bien hay cárceles se le permite contemplar los pastosos program~s I~fant!l~s
liberales y cárceles no tan liberales, por definición son siem- (<<papá sabe mejor lo que te conviene>>) y se le Impide asis-
pre cárceles. El niño va a ellas por obligación; la prueba tir a la proyección de las películas destinadas a los adultas
está en que jamás iría a ellas por propia iniciativa. (Recor- (las buenas); sus libros y literatura suele~ estar sacados d~
demos el estribillo: «La escuela ya no existe - la escuela , anticuadas listas de libros infantiles ( D1ck and Jane. The
ya no existe - Maestros expulsad a los tontos - No más Bobbsey Twins. The Partridge Family. The Annals _oi Babe
lápices - No más libros - No más miradas furibundas de Ruth. Robinson Crusoe. Lassie, etc., 'hasta el aburrumento ).
maestro-».) Y, aunque educadores inspirados han ideado Los únicos niños con algunas posibilidades de escapar a
planificaciones enteras de actividades disciplinadas intrín- esta pesadilla supervisora -atmque cada vez menos-, son
secamente interesantes, con el fin de engañar y convencer los niñ.os de los ghet tos y de la clase obrera, e':tre los. que
al niño para que acepte la escuela, jamás han tenido. un éxito priva todavía la concepción medieval de ~on;u_rndad abierta
completo, porque una escuela cuyo objetivo fuera únicamen- -vivir en la calle. En otras palabras, hi~tonca~ente mu-
te el de satisfacer la curiosidad de los niños en los térmi· chos de estos procesos concernientes a la. mfancm alcm~zan
nos planteados por éstos y bajo su propia dirección, consti- a la clase inferior con bastante retraso y no_ suelen. arraJgar
tuiría una pura contradicción verbal, ya que -como he- con solidez. Los niños de las clases mfenores t1e:1den. a
mos visto- la escuela moderna existe ~de acuerdo con su provenir de familias numerosas que conviven en veondad Y
definición estructural- como medio de aplicación repre- que se c01nponen de individuos de edades muy diversas.
siva. Pero, aun en los casos en que no sea así, suele h~ber hen:na-
El niño emplea la mayor parte de sus horas diurnas den- nastros y hermanastras, primos, ~obrinas •. s~?rmos o ~:as,
tro de esta estructura coercitiva o preparando alguna tarea en un ambiente familiar de .contmua vanacion. Los mnos
relacionada con ella. El poco tiempo restante suele estar apenas son objeto de atención individual y, desdp luego, no
absorbido en los pequeños quehaceres y deberes familiares. son supervisados; se les permite vagabundear le¡os ~e casa
Se ve obligado a soportar interminables discusiones fami' 0
jugar en las calles hasta muy t~rde. Si po: casuahdad el
liares o, en el caso de algunas familias «liberaleS>>, «conse- : número de miembros de su familia es reducido, en la calle
jos de familia>>. Hay parientes a los que debe sonreír y con pueden encontrar cientos . de niños: muchos de los cual~s
mucha frecuencia ·servicios religiosos a los que debe asis- han formado sus propios grupos socmles (bandas)(!). No ¡e-
tir. En el poco tiempo libre es <<supervisado>> -por lo me'
(l) Las bandas son el único grupo infantil que ~ozan ~e. auto~
nos en nuestra clase media actual-, con lo cual se bloquea . · - ·' El térm 1·no "banda" (gang). tiene evocactones stmestras
todo desarrollo posible de su iniciativa y creatividad; sus d etermmacwn.
por buenas razones políticas.
preferencias en torno al material de sus juegos ya han sido
127
126
ciben juguetes con mucha frecuencia, por lo que crean edad adulta -y aún esto es discutible-; los nmos de las
propios útiles de juego. He observado a muchachos de los cl':s~s inferiores están entre los más brillantes, atrevidos y
ghettos construyendo ingeniosos toboganes de cartón, que ongmales que uno pueda encontrar. Son así porque se les ha
coloc~ban en escaleras donde faltaban algunos peldaños. dejado solos. (Si no se desenvuelven bien en los tests, qui-
He VIsto a otros construir carretillas y poleas con viejas :, zás deberíamos examinar a los tests y no a los niños.) Más
ruedas de goma, cajas y cuerdas. Ningún niño de clase · tarde, al enfrentarse a un «principio de realidad» muy dis-
media se dedica a estas cosas. No necesita hacerlo. Pero; . tinto del de la clase media, son agotados emocionalmente y
como resultado, pronto perde esta ingenuidad. Exploran derrotados; jamás «Superarán» su supeditación económica.
rincones muy alejados de sus propios bloques de viviendas . Es esta incesante opresión quien produce estos adultos apá-
y, con más frecuencia que sus contemporáneos de clase me' ticos y carentes de imaginación, las omnípresentes restric-
día, entablan amistad con adultos sobre una base de igual- ciones a la expansión de su libertad personal y no su infan-
dad. En clase son díscolos y rebeldes, como en realidad cia indómita.
deben ser -porque la clase es una situación que infundiría Sin embargo, los niños de los ghettos son libres sólo re·
sospechas hasta a una persona sólo parcialmente libre. Exis' lativamente. Siguen siendo dependientes y se encuentran
te un desinterés constante con respecto a la escuela por oprimidos como estamento económico. Existe una buena
parte de las clases inferiores, puesto que en realidad ésta razón para que todos los chicos quieran llegar a mayores.
constituye en sus orígenes un fenómeno de clases medias. Entonces es cuando pueden dejar el hogar y (finalmente)
Desde un punto de vista sexual, los niños del ghetto tener una oportunidad de hacer lo que quieren. (Existe cier-
gozan también de mayor libertad. Cierto individuo me con' ta ironía en el hecho de que los niños imaginen que sus pa-
taba que no podía recordar una sola edad en la que no hu- dres pueden hacer lo que les viene en gana y éstos imaginen
biera tenido relaciones sexuales con sus camaradas comó que son los niños quienes realmente hacen lo que quieren.
co~a natural, ya que todos obraban igual. Aquellos que en- La expresión «Cuando yo sea mayor ... >> tiene un paralelismo
senan en las escuelas de los· ghettos han observado la im- directo con aquella otra, "¡Ah, quien fuera otra vez niño ... !»)
posibilidad de poner freno a la sexualidad infantil. Se tratá Sueñan en el amor y el sexo, porque están viviendo el perío-
de algo atractivo, que entusiasma a los adolescentes y que, do más árido de sus vidas. A menudo, cuando observan la
desde luego, supera en mucho a una lección sobre la Gran miseria de sus padres, juran firmemente que cuando ellos
Democracia Americana, sobre la contribución de los hebreos sean mayores -esto no les sucederá. Construyen sueños glo-
al desarrollo del monoteísmo o sobre le café y el caucho riosos de matrimonios perfectos o de alejamiento absoluto
como principales artículos de exportación del Brasil. Así que del matrimonio (en el caso de chicos más inteligentes, que
se e;:ttr~gm: a estas actividades sexuales en las escaleras y intuyen que el defecto está en la institución, no en sus pa-
al. dia sigUiente no se acercan por la escuela. Si en América · dres), de montones de dinero que podrán gastar .a su antojo,
exist.e actualmente una infancia libre, en el grado que sea', de amor y éxito popular. Quieren aparentar ser 'mayores de
es Ciertamente entre las clases inferiores, donde el mito há lo que realmente son y se sienten insultados, si se les dice
gozado de menor difusión. que aparentan menos edad de la que tienen. Intentan por
Entonces, ¿por qué «resultan» peores que los adolescen- todos los medios disimular su ignorancia sobre las cosas que
tes de clase ~edia? La respuesta quizás sea evidente. Sin 1 constituye la verdadera aflicción de los niños. Citemos un
e'?bargo, dara una respuesta extraída de mi experiencia de ejemplo de Reik, incluido en Sex hi Man and Woman, acer-
VIda Y enseñanza en los ghettos: los adolescentes de dichos , ca de las pequeñas crueldades a que se ven constantemente
ghettos no son inferiores en inteligencia hasta alcanzar la sometidos:

128 129
Me divertí un poco a costa de un niño de cuatro Los niños no son, pues, más libres que los adultos. Están
al que expliqué que cierto árbol del jardín de sus ; ·agobiados por toda una fantasía de deseos que se encuen-
dres producía barras de chicle. Previamente yo 'tra en proporción directa con las limitaciones de la estr~­
comprado algunos paquetes y había colgado las . chez de su vida; por un desagradable sentido de la propw
rritas de la rama más baja del árbol mediante· ctterde' incapacidad física y del ridículo; por la constante vergüen-
citas. El niño se encaramó a ella y las cogió. Ni za de su dependencia, económica y de otros tipos («Mamá,
un instante dudó de que crecieran en el mismo ¿puedo hacer ... ?»); y por la humillación derivada de su ig-
y tampoco paró mientes en el hecho de que ,.,,,,.;p,•oni . norancia natural de las cosas. Los niños se encuentran re-
envueltas en papel. Aceptó de buena gana mi . primidos cada minuto del día. La niñez es un infierno.
ción de que, al florecer en distintas estaciones, las .. El resultado es esta personita insegura y, por tanto, agre-
rritas de chicle adquirían sabores distintos. Al año siva y defensiva que llamamos niño, molesta a veces. Sus
guiente, cuando le recordé la historia del · árbol opresiones -económica, sexual y psicológica en gene~al­
chicle, se sintió muy avergonzado de su credulidad se ponen de manifiesto a través de su reticencia, sus prcar-
terior y lo único que me dijo, fue: . días, su rencor -en suma, todas aquellas características que
-Por favor, no hablemos de esto. i contribuyen a reforzar en pago el aislamiento de los niños
Algunos niños, en un intento de luchar contra este . ' con respecto al resto de la .sociedad. Por esto su educa-
lo constante de su credulidad, cuando ven que su ;.,.,,n•ro,,~;" ción, especialmente en aquellos estadios más difíciles ?e la
es cOnsiderada «graciosa», tratan de sacar de ella todo personalidad, es confiada de buen grado a .las muJeres,
provecho posible, al igual que hacen las mujeres. quienes -por la misma razón- tienden a mam~estar. :asgos
de conseguir el abrazo y el beso, sacan adrede las cosas de personalidad idénticos. Si exceptuamos la sattsfaccwn del
su contexto; pero ésta es una estratagema que ego implicada en el hecho de tener un hijo propio, ·pocos
tiene éxito la segunda vez, cosa que los deja perplejos. hombres muestran interés por los niños y son menos aún
comprenden que aquello que se considera <<gracioso» es quienes les otorgan la debida importancia política.
ignorancia misma, no sus manifestaciones concretas. Lo Concluyamos que es a las revolucionarias !~ministas. (ex-
pasa es que los niños no comprenden el orden que niñas y mujeres-niña todavía sujetas a. ?preswn) a q.men~s
cosas en el mundo de los adultos ni se les explica en fOJrma: corresponde adoptar esta línea de accwn. Debemos mcJUJr
adecuada, aunque exista una explicación razonable. Sin el problema de la opresión infantil ~n todo programa de ~e­
bargo, en casi todos los casos las conclusiones del niño volución feminista o, de lo contrano, caeremos en las mrs-
perfectamente lógicas partiendo de los datos que él mas omisiones de que tantas veces hemos culpado a los
acumulado. De modo parecido, si un adulto llegara a hombres; es decir, no habremos profundizado suficiente-
planeta desconocido y encontrara que sus habitantes mente en nuestro análisis o habremos pasado por alto in1-
truían hogares para el fuego sobre los tejados, busc:"rí.a portarttes sustratos de opresión, simplemente porque no nos
una explicación; pero sus conclusiones, deducidas en aquejaban directamente a nosotras. Digo todo esto,. aun a
ción de un pasado distinto, podrían causar cierto re:go>cijo. sabiendas de que muchas mujeres están ya más hartas de
a los otros. Toda persona que viaja por primera vez a que se las trate a un mismo nivel que los niños Y reconocien-
país extranjero cuyas costumbres y lengua no conoce, do que el principio de que no son· ocupación ~ responsabi-
rimenta la niñez. lidad nuestra más que de cualquier otro, constituye un ele-
mento crucial en nuestras exigencias revolucionarias. Se tra·
• • ta únicamente de que a lo largo de nuestro largo periplo de
130 131
s~'rimientos paralelos hemos adquirido una cierta
SI n y comprensión hacia ellos que no tenemos o ,
~~:i~ar _ahora; sabemos c~_ál es su situación y cu~Ie: ';~~
. ?-Cias, porque tamb1en nosotras seguimos
1
:eor:~~n~at;~~ ade oh:~siones. Aquella madre que siente 5
· . . su 1l 0 por culpa de todo cuanto ha tp,,¡,¡,-;
¿ue sacnficar por su causa (deseo muy común) sólo aprét1;
e a ~m.arlo cuando se da cuenta de que está t~n
EL RACISMO O EL SEXISMO DE LA
y op~1m~~o como ella en manos del mismo opresoirl1.•:le!fer¡s~ FAMILIA HUMANA
ces ,e o 1~ to:na ~istintos derroteros y nace el «a~or
tern~h> .. Ire. :nas lejos aún: nuestro objetivo último debe
la e1.1mmaciOn de la condición infantil Y de la condición
memna que ahora llevan a esta alianza en la opres·,
parando con ello el camino para una cond" " .hiOn,
pi N0 h , JciOn " umana» Es posible liberar a los esclavos y dejar a la mujer en el
l"bena. ay todav¡a niños capaces de escribir sus propios
1 ros Y contar su propi:o¡ historia. Tendremos que hacerlo estado en que se encuentra; lo que no es posible es liberar
por e 11os, aunque sea ésta la última vez, . a las mujeres y dejar a los esclavos en su estado.
Angelina Grimké,
en una carta a Theodore We!d.

Creo que lo que debemos hacer es sacar a la luz pública


todos estos problemas, especialmente el de la perturbación
enfermiza existente entre la mujer blanca y el hombre ne-
gro, para poder examinarlos y resolverlos... Estoy conven-
cido de que todos nosotros, la nación entera, saldría ganando
si nos enfrentamos a dicha!! realidades.
Eldridge Cleaver, On Becoming.

El primer libro americano que trató específicamente de


los vínculos existentes entre sexo y racismo, fue Sex and
Racism in America de Calvin Hernton. La popularidad inme-
diata del libro, tanto en la comunidad blanca como entre la
comunidad de color, confirmó lo que todo el mundo sabía
desde siempre: que sexo y racismo sostienen intrincadas im-
plicaciones mutuas. Hernton. sin embargo, que no captó
con claridad toda la profundidad de esta relación, se limitó
a describir lo evidente: que los hombres blancos sienten
una predilección morbosa por las mujeres negr¡:¡s, que los
í32 hombres negros la sienten por las mujeres blancas, 'que los

133
negros no pueden respetar a las mujeres de su raza, que
los blancos no son estimulados con la misma intensidad por Ahora bien, no fue este elemento de machismo de! Black
las mujeres de su color, que las mujeres blancas guardan Power lo que soliviantó a sus enemigos. Este aspecto rara-
una simpatía y curiosidad secretas por los hombres. negros... mente era atacado por el Establishment propiamente dicho,
Y que las mujeres negras odian a las mujeres blancas y sien-, por el Establishment liberal (en realidad, P;'ede afirma:·se
ten celos de ellas, etc., etc. Aun así, este libro, como tantos 1: .que el informe de Moynihan sobre el «mat:Iarcado neg;?"
otros libros y artículos aparecidos hasta la fecha sobre este ha sido quien ha creado este masivo compleJo. de ca:tr~cwn
tema, produjo una conmoción inmediata. ¿Por qué? en el seno de la comunidad negra que él descnbe ), m SiqUie-
ra por la Nueva Izquierda. Era muy comprensible, al fin Y
El primer movimiento de derechos civiles había silen- al cabo, que un día u otro los hombres ne~ros desearan .lo
ciado la verdad demasiado tiempo. En un lenguaje a la vez que todos hombres desean: el control efectivo de ~u.s muJe-
pomposo y elegante había hablado delicadamente y con to- res. De hecho, esta parte del programa era tranqmhzadora;
nalidades neutras acerca del «Problema Negro»; los negros posiblemente los negros desviarían sus miradas de la b.e-
eran «personas de color» que querían únicamente las mismas 1!eza blanca para vclverlos hacia las mujeres de su propia
cosas sencillas que los blancos (incoloros) deseaban («So- ·' raza (la marea de recientes artículos lamentando la <<do~le
mos gente sencilla»). Basándose en ello, los blancos cam- · · carga>> de la mujer negra y la falta de un consorte apre~I~­
biaron so~ícitamente el enfoque de su facultad perceptiva a tivo, resulta sospechosa) y la <<pureza>> de hogar y fami:Ia
fin de deJar fuera del cuadro las evidentes diferencias físi- conduciría probablemente al conservadurismo y la predic-
ca~, culturales y psicológicas. Se suprimieron palabras como tabilidad. No, no era la virilidad negra lo que poma ner-
«ntggen>. Frases como esta: «¿Te gustaría que tu hermana viosos a los blancos, sino el aspecto activo de la virilidad:
se casara con uno de ellos?», pasaron a ser de imperdona- el poder. Los hombres negros salían ahora a campo abierto
ble mal gusto y señal de una educación deficiente. La acu· para combatir por el poder masculino -«Queremos lo que
sación del año fue la frase <<¡Tú tienes prejuicios!» Martín': vosotros tenéis y menos triquiñuelas». Los hombres blan-
Luther King utilizó magistralmente este sentimiento de cul- ' ·cbs suspiraban aliviados y empezaban a armarse. Sabían
pabilidad volviendo esta retórica cristiana liberal contra sí cómo enfrentarse a esto, porque una vez más se trataba de
misma.
hombres contra hombres, una fuerza de poder (fraudulento)
Pero entonces hizo su aparición el Black Power. Sobre contra otra. Trazaron el plan de batalla con alegría.
la nación se elevó un murmullo incesante de voces (<<¡Ya ·Cuál fue esta verdad censurada para que el movimiento
lo decía yo!») surgidas sobre todo de la clase obrera la más de ~os derechos civiles resultara aceptable a la América blan-
próxima a los negros: '
ca? ¿Cuál es el vínculo entre sexo y racismo que hace que
-Ld que realmente pretenden en nuestro poder, quieren :• los· !Íbros sobre este tema se vendan tan bien? ¿Cuáles son
qtredarse con nuestras mujeres. ·· los temores del hombre corriente, de naturaleza tan sexual,
La sinceridad de Eldridge Cleaver en Soul on Ice lo en presencia del negro? ¿Por qué la simple contemplación
firmó. La naturaleza intensamente sexual del racismo quLeao de un negro provoca con tanta frecuencia poderosos senti-
de manifiesto. Además, el movimiento del Black Power mientos sexuales en un hombre blanco? ¿Por qué los va-
hallaba cada vez más unido intrínsecamente a una vamm1:e rones negros sienten un deseo sexual tan fuerte hacia las
especial de machismo, que tanto. se preocupaba de procla- · · mujeres blancas? ¿Por qué el prejuicio racial se expresa tan
mar su virilidad como de protestar contra las injusticias a menudo en términos sexuales? ¿Por qué el linchamiento
raciales y de clase. ~acompañado muchas veces de castración) constituye la ma-
nifestación más extrema del racismo?
134
135
La conexwn existente entre sexo y racismo es evidente-..
mente mucho más profunda de Jo que nadie se ha preocu-:· ·
pado de averiguar. Sin embargo, aunque esta relación jamás· I
ha sido objeto de una investigación profunda, ya en la dé-
cada que tiene de existencia el nuevo movimiento, poseemos;, LA FAMILIA RACIAL:
una nueva colección de tópicos referentes al sexo y a la. EDIPO/ELECTRA, EL ETERNO TRIANGULO,
raza -una nueva dogmática para «los que están al día». ·
Por ejemplo, en el «Quién es Quién de la Opresión», encon- EL «BURDEL ENTRE BASTIDORES»
tramos todavía un orden de preferencias (hombre blanco - .
mujer blanca - mujer negra - hombre negro) a pesar de
las estadísticas recientes del Ministerio de Trabajo ( 1 ).
Tenemos luego el <<antagonismo entre la inteligencia y la Contemplemos las relaciones .racjale~ en América ( 1)
fuerza muscular», tal como ha sido desarrollado por Mailer, macrocosmos de las relaciones Jerarqmcas en el seno _de
Podhoretz y otros y ampliado por Cleaver -básicamente, la la familia nuclear. El hombre blanco es el padre; la muJer
mística de la mayor virilidad del hombre negro. Tenemos blanca esposa y madre, y su posición depende de I_a del
también la Black Womb of Africa, la Big Black Mammy adre;' los negros, como los niños, constituyen su ~ropiedad,
con atavíos africanos. Ahora bien, esta exposición superficial ~en do la diferenciación física el elemento determmant~ _de
del racismo-sexual estaba destinada únicamente a otorgar la inferioridad de clase, de la misma manera que los nmos
a la causa un matiz distinto, esta vez en inte]."és del Anti- constituyen un estamento servil frente a los adultos •. de t~n
Establishment masculino. fácil observación. Esta jerarquía de poder crea laf psi~?logta
del racismo, de la misma manera que crea en la ami ta nu-
En este capítulo intentaré demostrar que el racismo es clear la psicología del sexismo. . .
un fenómeno sexual. Al igual que sucede con el sexismo den-
Previamente he descrito el compleJo de E~Ipo en ~1 _va·
tro de la psique individual, sólo podemos comprender pie- ·
rón como la neurosis resultante de una obligada. ~uJeCI~n
naniente el racismo en función de las jerarquías de poder.
al poder del padre. Apliquemos esta interpre~ac~o~ aun:
de la familia. De acuerdo con la expresión bíblica, las razas psicología del varón negro. Éste adopta al prmcipio b",
no son más que Jos diversos progenitores y hermanos de la identificación de afinidad con ~a !llujer blanca, q~e t~ Ie~
Familia Humana. Y, como aconteció en la aparición de las se encuentra visiblemente opnmida por el hom re. a~c .
clases sexuales, la distinción fisiológica racial cobró impor- Al haber sido «Castrados» ambos (es decir, hechos Impo en·
tancia sólo debido a la distribución desigual del poder. Por tes y desposeídos de poder) de la misn:a manera po~ el P~­
ello, el racismo es un sexismo ampliado. dre existe un gran paralelismo en los tipos de opresi<?n psi-
colÓgica que deben soportar, en la naturaleza ;ep;esiva se-
(1) En 1969, los hombres blancos que trabajaban full-time du- xual de estas opresiones y, por tanto, en la consigui:nte con-
rante todo el año, tenían un· promedio de ingresos de 6.497 dólares; . figuración caracterológica. Ppseen un vínculo especial en la
los hombres negros, de 4.285 dólares; .las mujeres blancas; de 3.859
dólares, y .las mujeres negras, de 2.674.
Sin embargo, sólo en unos pócO.s· medios radicales influidos por . ·
(1) Trataré únicamente aquí de las re1acwne s raciales domésti-
d d . .
el' Movimiento de Liberación Fernerifno, se·ha téconocido i:}ue la mu- G;as con las que estoy mucho más familiarizada~ aunfue no u .o n~
; un morriento que esta· misma metáfora podrta ap tcars~ con. 1gua
jer negra se encontraba en el últim-o 'példáño eéortómico. · ·
~~oPiedad la política internacional y a la del Tercer Mundo.
a
!36.
!37
opresión, de_ la misma manera que el hijo y la madre se en- mente la consecuencia directa de la precariedad de su propia
cuentran umdos frente al padre. situación (carencia) ele clase. Así, el hombre negro puede
Esto explica la frecuente identificación personal de la convertirse en el chivo expiatorio que cargue con todo el
';'';"Jer blanca con e! t~ombre ne!?o y, en una forma más po- odio que la esposa siente hacia el esposo, aunque no sea
I;t!Ca, desde el mov1m1ento abohcwnista (cf. Harriet Beecher capaz de admitirlo abiertamente. . .
Stowe) hasta nuestro movimiento negro actual. La natu- Por todo esto la mujer blanca tiende a oscilar entre. una
raleza sustitutiva de esta lucha contra el dominio del hom- identificación sustitutiva con el hombre negro Y un racismo
bre blan~o es similar a la identificación sustitutiva materna histérico (pero espúreo). Las mujeres radicales, que -:-como
c_on el hiJO en su enfrentamiento con el padre, La mujer no la mayor parte de las mujeres- sufren las consecuencias de
t1ene esperanzan reales en su propia lucha autodeterminada· conceder. el beneficio de la duda a los hombres en gene:al,
para ella todo está perdido desde el comienzo. Se la defin~ suelen estar predispuestas a confiar en ~os neg~os Y a Sim-
enteramen.t~ . como. apénclic~ del hombre blanco, vive bajo patizar con ellos; por esto con frecuencia se Sienten amar-
su superv¡swn cotidiana, aislada ele sus hermanas y tiene gamente desilusionadas si éstos . tratan d~ ~acar provecho
menos fuerza agresiva. Pero la madre (la hembra blanca) personal de dicha confianza o SI el mov1m1ento negro no
sabe_ que por lo menos su hijo (el varón negro) es en po- muestra la suficiente celeridad en aprestarse a apoyar la
tencia «macho>}, es decir, poderoso. causa femenina.
~unque ';lue?an algunas mujeres empeñadas en conseguir El caso es que tampoco por parte del varón negro todo
su libertad md1rectamente, es decir, a través de la lucha del es amor y simpatía. Acudamos de nuevo a nue~tr~ ~nalo­
hom~~e n~gr~ '! ele otros grupos racialmente oprimidos (y gía: del mismo modo que el niño posee al prmc1p1o _un
t~mb1en bwlog1camente diferenciados), muchas han renun- vínculo de simpatía hacia la madre y pronto se le . exige
c.wdo. completamente a la lucha. Prefieren aceptar su opre- que transfiera al padre dicha identificación materna, a fin
SIÓn, Identificando sus intereses propios con Jos de sus hom- de erradicar el elemento femenino que pueda haber en él,
bres en una fútil esperanza de que el poder caiga de sus así el hombre negro, para «Ser un hombre>>, debe librarse deiF
manos; su solución ha consistido en destruir sus propios vínculo que le une a la hembra blanca y relacionarse con
egos, a menudo por amor, para identificarse completamente dla -si es que conserva alguna rela~ión sól'? mediant~ un
con los poderosos egos de sus hombres. · trato humillante. Añadamos que, debido al vwlento .odw Y
Esta i~entificación sin esperanzas constituye el racismo a Jos celos que siente hacia su Poseedor -el hombre blan-
de las mujeres blancas, causante quizás de mayor amargura· co-, puede albergar hacia ella un intenso deseo sexual; se
en los hombres negros que el racismo más inmediatamente trata del objeto que hay que conquistar, para vengarse del
comprensible de los esposos, porque es el síntoma evidente hombre bla~co. A diferencia, pues, de los sentimient?s de
de la tradi?ión de la Madre. A pesar de todo, se trata de una la mujer blanca -de polarización m_ucho más · defimd~-,
f~rm~ espurea de racismo, porque nace de una falsa con- los sentimientos del hombre negro hacia ella se caractenzan
Ciencia de clase -de la amenaza a Jo que, al fin y al cabo por su ambivalencia, su intensa mezcla de amor y odio. Aho-
no es más que una ilusión de poder. Aunque llegue a se; ra bien, cualquiera que sea el modo que escoja pa~a exp:esar
tanto o más fuerte que el racismo del hombre blanco su dicha ambivalencia, es incapaz de controlar su mtens1dad.
~aturaleza es ?istinta. Se caracteriza por una histeria p~cu­ Una de las. primeras obras dramáticas de LeRoi J on~s,
har, que -al Igual que el conservadurismo de la burguesía Dutchman, ilustra prácticamente algunas de estas tens;o-
negra o los reproches que la mujer le hace al marido, acu- nes psicológicas y ambivalencias existentes en las relaciO-
sándole de tr~tar mejor a los hijos que ella- es. intrínseca- nes entre el hombre negro y la mujer blanca, En un en-
138 139
menos no es una mujer (el Complejo de Chulo); tratando a
cuentro casual e~ el metr?, Clay -joven burgués negro- y <<estas perras» con olímpico desprecio, quiere demostrar a
Lula -una vampiresa rubia- personifican todas estas fuer- todo el mundo que él pertenece a la clase sexual superior.
zas. Presenciamos el desprecio que siente Clay por Lula 3) Intentar derrocar el poder del <<padre». Un inten-
a quien considera juguete del hombre blanco mezclad; to de esta índole puede implicar, aunque no necesariamen-
con u?a atr~cción erótica envidiosa; la comprensfón profun- te el deseo de convertirse en el mismo padre, adjudicándo-
d~- e mmedmta que ella tiene de Clay y finalmente la trai- se' su posición de poder.
cwn de Lula, que ter;nina ?on :'n golpe real por la espalda A menos que escoja la primera de estas soluciones, la
(tras lo cu~l ella grita «VIOlación», mientras escapa com- identificación con· el «padre» en las condiciones por él
pletan;ente Ilesa..-uno imagina que para destruir a un ma- impuestas, sufrirá una castración (destrucción de su con-
yor .numero de JOvenes negros, que no se habían metido con
nadie-). :;etrata de la visión íntima que un negro tiene
dición de hombre, su poder «masculino» ilegítimo), espe-
cialmente si juguetea con el tesoro paterno, el apoyo y en-
de la muJ~r bi~r:ca .. ~ula no es una mujer real, tan gran- carnación del poder del «padre» -su mujer. Esta cas-
de. es su .Identificacwn con el producto del Complejo de tración racial no es sólo metafórica, sino real, en forma
Edipo racial que he descrito.
ele linchamiento.
La relación existente entre el hombre negro y el hom- Apliquemos ahora nuestra interpretación política del
bre blanco, constituyen asimismo un duplicado de las re- Complejo de Electra a la psicología de la mujer negra. Si
laciones entre el hijo y .el padre. Ya hemos visto cómo lle- el hombre negro es el «hijo» de la familia americana, la
gados a cierto punto, el niño -para poder afirmar su e~o-­ mujer negra es la <<hija>>. Su simpatía inicial por la mujer
debe transferir su identificación de la hembra (carente de blanca (la madre), el vínculo de la opresión que la une
poder) al varón (poderoso). El odia a su padre poderoso, a ella (la madre) frente al hombre blanco (el padre) se
nero ~e le presenta ur:a alternativa: si ejecuta dicha trans- complica por medio de su posterior relación con el hom-
ferencia (en l?s térmmos impuestos por el padre, desde bre blanco (el padre). Cuando descubre que el varón blanco
lu~g_o )• se vera rec.ompensado; pero, si se niega a ello, su posee este «mundo de viajes y aventuras», ella, desde su
«VIrilidad, (humamdad) será puesta· en duda. En Améri- posición servil de niña, intenta identificarse con él, re-
ca, el ho~bre negro sólo puede escoger una de las siguien- chazando a la mujer que encuentra en sí misma. (Quizás
tes solucwnes:
sea ésta la causa de la ·mayor agresividad de la mujer
. 1) Someterse al hombre blanco en los términos por él negra frente a la mayor docilidad de sus hermanas blan-
Impuestos y verse recompensado por éste (Une/e Tomism) cas.) En su esfuerzo por rechazar el componente femenino
( 1). (impotente) que existe en ella, adquiere el desprecio hacia
la <<madre» (la mujer blanca). Al igual que la . niña, puede
2) Rechazar en términos absolutos dicha identificación, reaccionar frente a su carencia de poder de una de estas
con lo cual a menudo se rendirá a la homosexualidad. Pue- maneras: intentando obtener el poder por métodos direc-
d.e que siga luchando desesperadamente por demostrar que, tos, es decir, imitando al hombre blanco y convirtiéndose
SI no es un «hombre» a los ojos de la sociedad blanca, al en una «triunfadora» -en una mujer de carácter que se
eleva a cotas muy altas (<<especialmente para una mujer
0) Derivado de Uncle Tom, anciano esclavo negro protagonista
d~ la famosa -~wvela, an~i-esclavista de H. B. Stowe, Uncle Tom's Ca- negra»)-, o intentando obtenerlo por métodos indirectos,
btn (182.5). Dicho termu~o ha pasado a designar despreciativamente es decir, seduciendo al «padre» (ya tenemos a la negra se-
al neg:o c_\IYO c::omp.ortamiento con respecto a los blanCos se consi- ductora en escena) y colocándose en posición de compe-
dera h1pócnta y serviL (N. del T.)

140 141
medirse por la intensidad del deseo que sienta hacia _la
tenc~a sexual con la mujer blanca en un esfuerzo por con- carne negra, como hacia algo exótico y erótico por su miS-
seguir I_os favore_s de aquél -por lo que siente odio y ce- ma prohibición.) La mujer negra, aunque obligada a pagar
~os_ hacia la muJer blanca, a la que ahora debe procurar
nn1tar. el precio de la explotación sexual de este cisma, por lo
menos se ve liberada de la esclavitud de la estructura fa-
Entretanto las relaciones entre «hermanO>> (varón ríe- miliar. La mujer blanca, aunque venerada en su papel ~e
gro). Y «hermana>> (mujer negra) son de rivalidad y des- «madre>>, está permanentemente encadenada a su propiO
preciO mutuos. Cada uno ve en el otro a un ser impoten-
te, a un lacayo que intenta estar en buenos términos con tirano particular.
los padres (el hombre y la mujer blancos). Ambos com- ¿Qué sentimientos recíprocos albergan las mujeres im-
prenden . la verdadera naturaleza de los propósitos sexua- plicadas en este «triángulo>> racial? «Divide y venceráS>>:
les del otro. Les resulta difícil intercambiar entre sí sus ambos estamentos femeninos han desarrollado una marca-
energías eróticas. Se comprenden demasiado. da hostilidad recíproca. Así, mientras las mujeres blancas
P~demos utilizar a la familia en otro aspecto todavía, en desprecian a esas «promiscuaS>> sin moral, las mujeres ne-
este mtento de comprender la psicología del racismo. Con- gras envidian a esas complacientes «caretas empolvadas>>.
templemos al racismo como una variante del «eterno trián- La mujer negra siente celos de :a posición legítima, ~?s
gulO>>. Dentro de este contexto, el hombre blanco es el privilegios y el confort de la mujer blanca, pero tm;1J;>1e11
«esposo>>; la mujer blanca, la «esposa>>, y la mujer negra desprecio; para ella, las mujeres blancas s_on una_s _"fngtdas
«I_a otra. mujer>>. Ya h~mos examinado cómo este tipo de neuróticaS>> para quienes todo es demasiado facii Y que
dzcot_omm entre la muJer «buena» y la mujer «mala>> es dejan a las negras todas sus obligaciones de mujeres bla_n-
propzamente una consecuencia del Complejo de Edipo. El cas -desde la satisfacción de las necesidades sexo/pasiO-
hombre es incapaz de sentir simultáneamente afecto y deseo nales de sus esposos y el cuidado de los niños hasta en-
sexual por el mismo objeto, por lo que debe dividir sus cargarse de su trabajo sucio ( «ser~icio domésti_co>> ). Par~­
sentimientos. Hacia su esposa, madre e hijos, siente res- lelamente, el desprecio que la muJer blanca s1ente hacia
p_eto y afe~to; hacia la «Otra>> mujer, su receptáculo sexual, la mujer negra está teñido de envidia; en primer lugar por
szente paszón. La exageración adicional de dicha división su mayor permisividad sexual y luego por su mayor cora-
por med!o _de_ la diferenciación biológica -vgr. el color (1) je y desvinculación de las. ataduras matrimo'?iales .. Al f~n
o las d1stmcwnes de estamento económica- hace muy y al cabo, la mujer negra no se encu~ntra ~aJO el _Jm¡;eno
apropiada la realización de la propia esquizofrenia sexual, de un hombre, sino que es mucho mas duena de SI m1sma
al no tener uno que preocuparse de degradar el objeto de para ir adonde le plazca, para dejar la casa, para ir a tra-
satisfacción sexual a fin de evitar el sentimiento de cul- bajar (por muy degradante que sea el trabajo) o para ser
pab~Jidad originado en la transgresión del tabú del incesto; una «inútil». Lo que la mujer blanca ignora ·es que la
al fm y al cabo, sus atributos como mujer negra, por de· mujer negra, si bien no está sometida ·al dominio de un
finición .•social, la han degradado ya. (Quizás el grado de hombre, puede en la práctica ser atropellada por todos: Am-
corrupcwn de la psique masculina del individuo pueda bas carecen de otra alternativa que ser objeto de propiedad
privada o pública; pero, dado que cada una de ellas si-
. (I) Una ilustración de su función política común e intercam- . gue creyendo que la otra goza de 'ciertas vent_::jas, ambas
btable la. tenemos en la sustitución psicológica de la distinción de
casta racial I:or la distinción de cast~ sexual; vgr. una lesbiana negra son susceptibles de engaño y de verse constremdas a des-
con frecuencia asume automáticamente la función masculina en una viar su frustración hacia un ataque mutuo, en vez de ha-
relación de lesbianismo entre blanca y negra.
143
142
cerio hacia un ataque frontal contra su verdadero .nosa>> y la .-,ros:ituta>>,
.ti:' "'
mantiene en vilo
,
al
,
<<chulo>> y a la
go, «el hombre». <<prostituta», que luchan contra él atacu.!::,ose mutuamente.
Si en el drama sexual· del hombre blanco la mujer blan- Casi todas las tensiones de estos triángulos supupuestos
ca representa el papel de «esposa>• (su propiedad privada) .aparecen en la brevedad de la siguiente cita de las p.!abras
y la. mujer negra el de «prostituta>> (su propiedad pública), .dirigidas por una negra a su hombre:
¿que papel representa el hombre negro? Pues bien: éste
Claro. Tú me dirás: <<¿Cómo quieres que te ame y
repres~nta el papel de «chulO>>. El negro es un simple peón
desee estar· contigo, si llego a casa y estás hecha una
en el JUego de la sexualidad del varón blanco, porque, como
marrann?>> ¡Bah! Cuando las mujeres blancas abren la
ya hemos visto, el hombre negro no es un hombre com-
puerta a sus maridos, nunca lo hacen como lo hacéis
pleto ni tampoco un homosexual (que ha renunciado del
todo a la lucha por la identidad masculina), sino un va- vosotras, negras malditas.
rón degradado. (Que chulo tiene el sentido de «macho de- Estoy segura de que no, ¡ignorante! ¿~o: qué ha-
gradado>>, queda demostrado por el hecho de que llamar. brían de tener el aspecto que yo tengo, s1 t1enen mu·
chulo a alguien equivale a un desafío. He subrayado ya que· chachas que, como yo, les hacen todo el trabajo? No
los términos animales degradantes, tanto para el varón · tienen que desesperarse por los niños, ni que preocu;
como para la mujer, sólo gozan de circulación regular en . parse por la estufa; todo se les da hecho y, tanto sl
la jerga de los ghettos -semental, pícaro, capón, eunuco, ·su hombre las quiere como si no, paga ... paga... ¿lo
lechuguino, etc.). La virilidad del hombre negro se siente oyes, negro maldito? ¡PAGA!
tan insegura frente al «hombre>>, que sólo queda de re-
lieve en términos de poder y control -es decir, de malos. Gail A. Stokes en «Black Woman to Black Man»,
Liberator, Diciembre, 1968
tratos- sobre las mujeres, que, por lo menos, son más .
potentes aún que él. Al ser éstas su arma principal en·
la lucha de la masculinidad contra el hombre blanco Pero no es sólo la relación del hombre negro para con
relación con ellas se encuentra corrompida; ya no se 'tra-. -la mujer negra lo que está corrompi?-o por su preocupaci<?n
ta de la relación de superioridad del hombre sobre la mu'., por el hombre blanco.. Aunque aquella dé al negro su ul-
jer, del esposo sobre la esposa, sino de la de un chulo timo dólar para que se pague una bebida, la obsesión de
bre su prostituta. Su patronazgo sobre la mujer negra .es ella es también el hombré blanco. Aquí tenemos las pala·
falso, porque, aunque puede llegar a protegerla de vez en bras del <<infiel», sacadas de la <<Alegoría del eunuco ne-
cuando de los riesgos del mercado, lo hace en defensa de· gro>> de Cleaver:
sus propios intereses. Ahora bien, por más que el
aparezca como su explotador principal, no es en realidad Desde entonces he creído que, para una mujer ne·
más que el agente indirecto de su explotación. wa casarse con un blanco es como añadir la última
azuce unas contra otras a las yeguas de su «establo>>, -est;ella a su corona. Es la cumbre del éxito a sus
v derroche en el juego su dinero (el fruto tan arduo de ·ojos y a los de sus hermanas. Fijaos. en cuantas ne-
expl?tación directa por el hombre blanco), las golpee · gras de familias impo;tantes se casan .con hombres
las msulte, todo ello no le hará jamás un hombre de blancos. Todas las muJeres n.egras no celebres desea-
dad. El hombre real, como ambos saben, es «el u---'-·-- · rían serlo para poder, a su vez, casarse cor: hom~res
Sólo él puede conferir la legitimidad al varón o a la blancos. El blanco es el hombre de sus suenos. Mien-
bra negros. Es él quien, como en su triángulo con la tras te están besando, no es a ti a quien besan. Cierran
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sus ojos Y se imaginan al blanco de sus sueños. Es-- y su valía como «hombre» se mide por el modo como do-
cucha_d ~us suspiros ... Jesucristo, el puro, es el aman• mina a sus rameras y por el número que es capaz de do-
te psiqui~o de la mujer negra. Antes de que mueras, minar simultáneamente. Se convierte en un maestro de la
aprenderas que durante el coito y en el momento de cháchara hipócrita, de las palabras de doble ·sentido. Pue-
su orga~mo la mujer negra, en medio de las primeras de engañar a una joven blanca, con lo que añade una nue-
c~mvulswnes de su espasmo, grita el nombre de Je- . va hazaña a su lista, por tratarse de un golpe directo con-
sus._ «¡Jesús! ¡Jesús!», repite. tra el hombre blanco («padre»). Esto explica lo frecuen-
Te. sentirás herido. Será como un cuchillo en tu. te. de la combinación prostituta blanca/chulo negro; la mu-
corazon .. Será como si tu mujer, durante su orgasmo, jer blanca (la «madre») es degradada al nivel de prostituta
p;onunciara el nombre de cualquier tipo piojoso que junto con la mujer negra, lo que supone tina: bofeta~a en
vive unas casas más abajo. pleno rostro del hombre blanco. Se . trata ~e la propiedad
más preciosa del «padre», que le es ·revendida _ahora _como
La mujer negra siente, pues, tanto desprecio por e.! hom- mercancía averiada. Por lo que toca a la prostituta blanca,
bre negro co~o él por ella -un hombre de verdad podría en aquellos pocos casos en que existía _una . posibilidad de
eleva~la, gracias al matrimonio, y en virtud de su clase elección, ha demostrado el último grado de masoquismo.
supenor. No puede respetar al hombre negro, porque sabe Se ha convertido totalmente en la presa del hombre blan-
que carece de todo pode:r. El hombre blanco «Sostiene», por co, irritándole con su sumisión a la humillación extrema:
lo menos, a sus mujeres y no las apalea. El hombre blan- un chulo negro.
co es correcto, amable y educado en todo momento. Ella
no comp~ende que el blanco obra así en interés propio II
-para evitar con ello que el «Chulo» o la <<prostituta» sos-
pec'hen que el «educado cliente blanco» es el responsable LA "VIRILIDAD NEGRA»
de la destrucción de ambos.
A !a fat;1ilia plenamente americana se le habla, pues, de
la existenc;aa ~e la •casa de prostitución» del ghetto ne- ·Cuál es la actitud de la comunidad negra militante ante
g':~· La Vl~lació': de la comunidad negra americana posi- la degradación psicosexual que impl~ca el racismo? J:l:'
afir-
biiit~ la existencra de la estructura familiar de la gran ·co- mado la. existencia de tres· alternativas en la reaccwn del
mumdad blanca, del mismo modo que la· prostitución sec varón negro frente al poder que el hombre blanco ejerce
xual. en general ~os tiene. a la familia respetable de clase sobre él.
~edta. La comumdad negra es el grupo marginado que sa- 1) . Puede someterse de acuerdo con las condiciones .im-
tisface las necesidades sexuales de la familia humana blan- puestas por el hombre blanco (en el mejor de los casos
ca Y la mantiene en funcionamiento. Y ésta es la razón de podrá convertirse en una celebridad negra .-actor, atleta
la ausenCia de solidez familiar en el ghetto. o músico- o en un miembro de la burguesia negra).
La frecuencia eón que este sistema sexo/racial es re-
c:eado en miniatura en la vida privada, revela la profnn- 2) Puede rechazar totalmente la ident!fi_cación, con t~­
dJd~d del problema. La familia blanca individual es sos- das las consecuencias derivadas de ser defmido como s~mi­
ten~da por la vitalicia explotación doméstica y sexual de • hombre (el joven acabado del ghetto, que ya he descnto).
n:uJeres negras · individuales. Paralelamente; el joven me• · 3) Puede intentar rebelarse .y derrocar a~ :<padre»,. cosa
dio del gh'etto chulea e incluso putea como cosa normal que puede incluir la apropiación en beneficiO propiO de
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su p<:sición de. poder (la organización política para la re- Además, los «hermanos» han hecho un pacto de san-
volución, especialmente la última militancia). gre: tú me traspasas tus mujeres (el. <<herm.ano bastardo»
El . movimiento negro ha elegido la tercera de estas al- · realiza sus fantasías con la <<hermamta», mtentras el. mu-
terna ti vas, ~a más auténtica de todas. Pero, ¿cómo planea chacho blanco finge no darse cuenta) y :ro te dare _Ias
acometer dicha empresa? Una de las posibilidades es la mías (el muchacho blanco consigue su pnmera expeneJ?--
um~:m ccn las fuerzas blancas qu~ persiguen la misma fi,, cia sexual auténtica mientras el <<hermano bastardo» ne
nahdad ( 1 •. De Joltevo hemos de acudir al símbolo familiar: taimadamente).
la izquierda blanca masculina es el débil «hijo legítimo»; el -¿Qué sucede entretanto con la hermana ~~gr~? Los ne-
~o:n;~rc negro es el vigoroso <<hermano bastardo», el hijo gros militantes, que esta vez buscan la legitimidad, re?r·
·legitimo que pr:tEnde una oportunidad en la lucha por denan su sexualidad para conformada al modelo ~~mun­
este poder. Los <<hermanastros» hacen un trato: la ayuda mente aceptado. Se intenta ahora establecer la familia en
de los <<bribones» callejeros y de la fuerza bruta del des- el seno de la comunidad negra, para transformar esta .c?-
contento que controla el <<hermano» desheredado a cam- munidad negra de la «Casa de prostitt;ción» para la familia
bio de t~?ticas, retórica y, sobre todo, de la pr~mesa de , blanca en la <<familia negra». La muJer negra pasa de su
una porcwn del derecho de cuna de este otro hijo, cuan- : función previa -la de prostituta- a de~emp.';ñar el papel
do acceda al trono. De lo que en realidad están hablando de «respetada reina negra, madre d.e mis hiJO~». De esta
ambos herm~nos no es de justicia o igualdad, sino de PO' manera, el «hijo bastardo» ha asumido la función. ~e •p,a·
der (masculmo). dre» dentro de su propia comunidad, como antlcipacwn
. '! ¿quién es la «hermanita»? A las mujeres blancas que de su poder venidero. Traigamos aquí un cartel de gran
militan e? la ~zqui.erda, se les permite en ocasiones seguir difusión clavado en los cristales de una tienda del East
a poca dtstancm, si se encargan del trabajo sucio; pero, lo Village:
mas frecuente es qúe se las recha<;e e ignore (por ser unas ORO NEGRO
· <<latosas» con sus incesantes exigencias de indusión y sus
pataletas cada vez que alguien emite una pequeña obser- (Un perfil enorme y formidable de mujer negra en
vacion <<chauvinista masculina>>). La <<hermana» se engaña .: atuendo afro.)
a sí misma al identificarse tan intensamente con el <<her- • YO SOY LA MUJER NEGRA, MADRE DE LA CIVI-
mano mayor», que a veces empieza a creerse igual a él, • LIZACION, REINA DEL UNIVERSO, A. TRAVES DE
Se le hace cada vez más difícil identificarse con esta masa MI EL HOMBRE NEGRO CREA ESTA NACION.
oscura de mujeres ordinarias que pululan por ahí (la <<rmt~ · Si no protege a su mujer, el negro no produce una
dre» ), a la que debe destruir en sí misma para conquistar buena nación. . .-,
la aprobación del <<hermano mayor». Éste la anima :.: Es mi deber enseñar y adiestrar a los JOvenes, que
su empeño. Sabe que la ilusión de un futuro poder son el futuro de la nación.
hará más dócil a la larga. Ella puede ser útil, Enseño a mis hijos el idioma, la historia Y la cultu·
mente para llegar hasta el <<padre», ra, mientras son aún muy pequeños. ·
. Les enseño a amar y respetar a su padre, que traba-
(1) Tanto en este párrafo como en el resto del capítulo ja duramente a fin de darles alimentos, vestidos Y
la postura del Black Panther Party como representantes· del cobijo adecuados.
Power, aunqu~. tengo plena ~onciencia .de las violentas. disputas Cuido nuestro hogar y lo hago confortable para mi
el B.P.P. sosttene con otros grupos del Black Power sobre oran·..
mero de cosas (N. del A.). · .o esposo.

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dT lt d or liberarse a sí mismos de la
Reflejo su amor sobre mis hijos, del mismo modo que cu?ntJ:~a g~~~o/:a~~~l ay ! sienten irresistiblemente atraí-
la luna refleja la luz del sol sobre la tierra. ~~~0ha~ia las «diablesas blancas», ya que todo ello ~a ~a­
Me siento a hablar con mi esposo para solucionar los lado demasiado hondo en sus psiques con el apoyo e as
problemas y. necesidades cotidianos de la dirección de eternas realidades del poder. Presenciemos la lucha de Clea·
una familia estable y pacífica.
Lo mejor que puedo dar a mi nación son hijos fuer- ver consigo mismo:
tes, sanos e inteligentes que se convierten en los Jí. Un día vi en una revista el retrato de la r::'uje~ blan-
deres del mañana. ue había flirteado (y, como consecuen?Ia, cuusado
Soy siempre consciente de que el verdadero valor ~: ~uerte) con Emmett Ti!!. Mient~~s mirab:' el re-
de una nación se refleja en el respeto y protección trato, experimenté una pequeña tenswn en :~r pe~7;.;
a la mujer; por esto me comporto siempre de forma .. a1 que siempre que me atrae una m. J .
civilizada y enseño a mis hijos a hacer lo mismo. a1 1gu e ar de m1 voluntad
su retrato una y otra vez, y' a p s
Yo soy la Mujer Negra. del odio contra aquella mujer y todo cu';'n;o rep;e·
Y 'a atrayéndome Me encolence con ra
sentab a, segu1 · · blan
Ahora bien, una transformación de esta naturaleza, cuan- mí mismo contra América, contra 1as mu~eres :
do tiene éxito, se basa en la fantasía, puesto que mientras cas contr~ la historia que h~bía introducido en ~m
el hombre blanco esté en el poder, goza del privilegio de pe¿ho tales tensiones de pasión y _deseo. Dos dms
definir la comunidad negra a su antojo -,dependen de más tarde ·sufrí una «depresión nerviosa».
él para su supervivencia- y las consecuencias psicosexua-
les de esta definición inferior seguirán operando forzosa- .. t d de Cleaver como escritor es su sin·
mente. Por esto el concepto de «familia negra dignificada» La mayor v1r u . ¡ · del hom·
raramente penetra más allá de los círculos de la «burgue- ceridad. En Soul O'; I ce nos ofg~~~~d: ~~~~~~~:'o hacia el
'- egro en ·partiCU1ar su a Cl
sía imitamonos» o de los «auténticos creyentes en la re- ure n ' .. ) E realidad, el proceso de ea:'er
volución>>. En efecto, se debe creer fanáticamente en la re- «O~» (la m~Jer blanca . :bivalencias que ya he descnt?.
volución para arrojar de la mente las consecuencias del contiene casi todas las ; . a su actitud previa hacia
actual sistema sexo/racial; tan sólo podría adoptarse una ~;uí~~J:r~~s(:~~~~s !~t~~en¡~a~namorarse de una mujer
estructura ajena de tal naturaleza gracias a un firme vi-
sión anticipadora de un mundo distinto. Es fácilmente com- r(blanca):
prensible que el núcleo masivo de la juventud del ghetto no · T gola mala cos-
Te respeto incluso cuando no e~tas. en a audiencia
se muestre ansiosa por llevar a la práctica semejante es- tumbre cuando hablo de muJeres en un 'eres

-~~~~si;:::~.teE~!s~~~;:·e;t~,r=~i~!L:r~;s 1[~~r~;;~
tructura familiar; a diario dependen de las necesidades
sexuales reales de la «familia blanca»;· no pueden permi-
tirse engañarse acerca de su desagradable realidad ni ol-
vidar por un instante quién detenta el poder. En este as- .-ya sabes. Hace poco es af a. t' como a «esta pe-
.. d ·matones y me re en a 1
pecto, los revolucionarios negros son tan peligrosos como pareJa e . do de mí mismo por
Me sentí muy avergonza
una pequeña banda de Nat Turners que intentaran estable- rra ... ». . dándole vueltas y sufrí espiritualmente
cer el matrimonio en los barracones de esclavos, como an- ·ello. Estuve. , d é d incidente. Puede pare-
ticipación de la rebelión venidera. Y, a pesar de todas las durante vanos d¡as espu s e1 ·m or-
.... ¡:¡'dad , pero yo le concedo gran I p
teer una t nvta
exhortaciones en contra, los mismos revolucionarios en-
151
150
tancia debido a la cade d .
denada por él M na e pensamientos desenca- Le recuerd::t que:
ti, todo lo cu~l re pltreocupo por ti, me intereso por
· . esu a una gran novedad d Torrentes de sangre fluyen hoy de mis ingles ...
cambw para mí.. Eldiidge X. y un uro-
Y finalmente añade en tono triunfal:
<<Preludio al Amor - Tres Cartas»
abo~~ge~:~~~l en estas cartas dirigídas oiiginalmente a la
He penetrado en la cueva y he recuperado mis tes-
tículos de entre los dientes de un león rugiente ...
desnudarse de ~o:e~?d de ~an Francisco, Cleaver intenta
neiia. que constituye lai~~~~!IacÍe ~~b~~~= :: il~~!brcharlata-
1
No Siempre 1? constituye la marca de fábiica d 1 ~ negbro.
Lo menos que podemos decir de sus interminables fór-
mulas de encantamiento dirigidas a la Black Womb de Afri-
negro ... No Siempre lo . . . e om re ca, es que no se trata de la mejor maner::~ de halagar ¡¡ una
tiene que luchar contrac~~sig~e. ~os damos cuenta de que mujer.
instante preciso ( d f mis~o, logr:a controlarse en eF El caso es que, a pesar de su dedic::~toria ::~ la Feminei-
mediante la admisióe ?rma cdasi excesivamente brillante). dad Negra (<<Reina-madre-hija de· Africa, hermana de mi
n smcera e lo que está haciendo: alma, negra amante de mi pasión, eterno amor mío), Clea-
ver -en est::~ supuest::~ carta de amor- no dej::~ de dar
AHORA DA LA VUELTA AL DISCO y ESCUCHA L• vueltas ::~!rededor de sí mismo y de su «masculinidad». Ni
0 TRA CARA: "" por un momento concibe en. ella a la mujer negra como a
H? intentado engañarte. No creas ser humano por derecho propio, sino como mero apoyo de
mi!dad. que lo digo por hu-
su propi::~ imagen (masculina). No es más que el truco de
siempre, bajo disfraz revolucion::~rio: el varón se define
de ~~~~v~~a~~~ Bl everly expresa su cinismo acerca del amor a sí mismo negativamente como hombre-fuerte al estable·
• e e asegura en un estilo mu t d' d cer una distinción con la mujer-débil por medio del control
debe <<entregársele», confiar en él. y es u Ia o que
que sobre ella ejerce (de manera parecida al chulo, que
Beverl.l:' .tenía razón. Su cinismo femenino como sueie rechaza el elemento femenino que habita en él, ::~1 adquirir
:~~=~íC: ;~e~::reÍo esstaJ:>~ más que j~s.tificado;' en realidad,
. 1 u zczentemente Cimca. (Cleaver
ner un eJemplo, se casó con Kathleen y deJ'ó a B~ polr po-
un falso sentido de virilidad -poder- por medio del do-
minio ejercido sobre l::ts mujeres que la rodean). La ver-
el atolladero La , u· ver Y en dadera natur::~leza sexual de las agonías r::tciales de Cleaver
un b eb e., ) S us
· s u Imas fotos recogían la presencia de
cartas a Bev ¡
queda bien patente en su at::~que contr::~ B::tldwin, que no
te la actitud , ·· er Y•. que recogen probablemen- es más que el despreciable at::~que del <<chulo n<;Jgro» contra
hacia una muJ!as s;~r~ona!dY smcera que jamás adoptará la «reina negm». L::~ <<rein::t» ha decidido renunciar del todo
· · . ' egui as por una carta floiid ( . t a la identific::~ción masculin::~ (poder) antes que aceptar la
tlmonw?, ¿doctrina?) dirigida A tod l . . a o es-
de parte de todos l h . . as as mu¡eres negras, degradante definición sexual emitida por el hombre blan·
incluye joyas como ~~ta;mbres negros, Su grafismo genital co, con lo cual eleva una amenaza contra el chulo, que se
ve reducido a combatir en 'un::~ batalla perdida de ::~nte­
m::~no. Por si este ataque fuera poco, Cleaver pone de ma-
A través del desnudo abismo de mi negada masculini-
dad: de cuatrocientos años ( 1) de privaeión d . nifiesto su insegurid::~d sexu::~l por medio · de su autorre·
tesüculos, nos contemplamos c¡¡r¡¡ ¡¡ c::~ra,. rein::~e ~~~ trato supermujeriego -Norm::~n Mailer en negro. Pum pro-
p::~g::~nd::t, a juzgar por sus histéricos golpes de pecho.
152
153
me corresponde ... Tú
La transformación de la mujer negra en la hembra pa· éste es el Jugar que en tu vida
si va tradicional, crea un útil decorado negativo· sobre el eres toda mi razón de ser.
que emerge la definición masculina (agresiva) que el hom-
bre negro da de sí. Además, tanto en su capacidad de ac- A continuación se dedica a calmar su eg~ ~eri~o, ase
tuación como trampolín masculino, como en su práctica· gurándole su imperecedera lealtad a sus testzcu os.
de mudo servilismo, la mujer negra debe ser compadecida · Te han arrancado Jos testicu· ¡
os y .1sigues intentando
d 1
«humildemente»; su cooperación es importante, porque el ser un hombre\ ¡Oh, los angustiosos mom~n~os .e m~
I10mbre negro sólo puede ser «hombre» si alguien asume el pubertad ... aquellos dolores en aur~ento.... ¡De~.zd de-
papel de «mujer». cudntos hombres castrados han tenzdo el v~lord e
Las mujeres negras, tan al corriente de las «triquiñue- safiar esta pérdida de su masculinidad y e esarro-
las verbales», parecen haberse dejado engañar por ésta. llar nuevos testículos! Necesitáis. que se os s~stenga,
Traigamos aquí las palabras de censura escritas por otra se os ame y se os diga lo maravillosos que sois.
mujer negra como réplica a las acusaciones lanzadas por
Gail A. Stokes contra los hombres negros y que ya he ci- Edith R. Hambrick, «Biack Woman to Black Woman»
tado más arriba. Es digno de resaltar su antifeminismo fe- Li/Jerator, Diciembre, !968
menino:
(La cursiva es de la autora. Fij~monos en las ~::!!~
No pongo en duda que (los hombres negros) cometen culas del título; ¿se trata del aVISO dado_ a lun?J
na para que empiece a atenerse a las ¡eg as. .
errores y se equivocan; pero, ¿es que nosotras no ha-
cemos lo mismo? Esto es algo corriente cuando al- · de las reglas no
guien se lanza a una actividad nueva, vgr. el lidera- Pero la recompensa a su ro b servanc¡a .• d'
d ( mo en las carta> !-
to ... ¿Cómo has tenido la audacia, Gail Stokes, de po- será un tipo de amor pe~lon_a IZ~~ a:or impersonal dirigí-
ner la zancadilla al hombre negro? ¿Cómo te has atre- rígidas a Beve;Iy Axe1~~ la s~e~ineidad Negra. Citemos un
vido a intentar romper su emblema de vencedor? ¿Se do, a su traves, a to ublicada Carta a mi mujer de
te ha ocurrido alguna vez que en realidad eres tú el extracto de la tantas vece~a Pinscripción del poeta incipien-
elemento discordante? Examínate a ti misma, herma- Bobby Sea! e que, co:o . d d de su prometida, aparece
na. Una mujer es siempre el reflejo de su hombre. te para Jos regalos .e .navi a de primavera de cada revis-
inevitablemente en el n~mero
ta universitaria de poes1a.
Dirige entonces su atención hacia el hombre negro:

Negros: yo también he oído vuestro grito, nacido de


~~:m;~e~;d~ ··razón de mi locura por ti no se de::.
las entrañas de vuestro orgullo recién conquistado y a. algo que vi el o~~~of~~i:~a~~. r~~~~o d~b~u~em:ndar
vuestro atuendo africano. A este grito yo replico: ocu- cta .que ~ras ~c?~mo está Malik [su hijo de tres años]?
pa el lugar que te corresponde delante de mí, amor eqmvoca o ... o • plos Artie a 'estar al servicio
mío ... Sí, negro mío, tú eres un hombre de verdad, un Enséñale con tus e¡ern • ' •t
de los demás ... Artie confío en que no t~e~l=g~~h~
hombre magnífico. Quiero que sepas que en todas tus e reserves esta carta para 1 . 1 •
luchas estaré sólo a unos pasos detráS de tí, porque y en que no t
155
154
tí cuando dije que no tenía perspectiva sobre mí mis-
Sé que la estás leyendo a otros miembros del partido ... mo. Tengo plena conciencia de mi forma .de actuar.
Mi vanidad es tan inmensa como los límt~es de un
¿Por qué las mujeres negras, tan perspicaces en general sueño mi corazón es el de un tirano y mt brazo el
en todo lo que concierne a sus hombres, aceptan este tipo de u~ verdugo. A lo único que temo es al fracaso
de amor protector, impersonal y carente de inspiración? de mis intrigas.
La razón radica en «el triángulo>>: recordemos que la mu-
jer negra ha desempeñado durante siglos el papel de pros-
tituta y ha sido objeto de uso y abuso por parte de blan-
cos (sus <<clientes») y de negros (sus <<chulos»). Durante
todo este tiempo ha sentido envidia de la legitimidad y
seguridad de la mujer blanca. Ahora se le ofrece esta le-
gitimidad y ella se apresta a conservarla, sea cual fuere
el burdo disfraz bajo el que se le presente, desconocedora
de los horrores que lleva emparejados. La <<esposa» es la
única persona que podría ponerla sobreaviso, pero desgra-
ciadamente no se dirigen la palabra, porque, como ya hemos
visto, ambas han aprendido a proyectar sobre la otra
todas sus frustraciones. Su inveterado antagonismo difi-
culta el intercambio de las valiosas (y dolorosas) lecciones
que han aprendido acerca del «hombre». Si pudieran, des-
cubrirían que ni la <<esposa» ni la <<prostituta» son funcio-
nes que garanticen la libertad, porque ninguna de las dos
goza de auto-determinación. Deberían ponerse en estado
de alerta ante el aviso de Eldridge Cleaver que, en uno
de sus poco frecuentes momentos de sinceridad para con
las mujeres, anticipa el advenimiento de su futuro poder
masculino:

AHORA DA LA VUELTA AL DISCO Y ESCUCHA LA


OTRA CARA:

He intentado engañarte. No creas que lo digo por hu-


mildad. No soy humilde ni te temo lo más mínimo.
Si finjo timidez, si ¡:Jarece que dudo, se trata sólo de
una actuación para engañarte. Al representar el papel
de la humildad, consigo embaucar a mis camaradas
y seducir sti confianza. Despúés, si ello me reporta
· algún beneficio, descargo mis golpes sin piedad. Men-
157
156
6
AMOR

Un libro sobre el feminismo radical que no tratara del


amor, sería un fracaso político, porque el amor, más qui-
zás que la gestación de los hijos, es el baluarte de la opre-
sión de las mujeres en la actualidad. Me doy perfecta cuen-
ta de las temibles implicaciones y sé que me preguntaréis:
¿Es que hemos de .liberarnos del amor?
El pánico que sentimos cada vez que algo amenaza al
amor, es una buena pista para comprender su importancia
política., Otro síntoma de la esencialidad del amor en todo
.análisis de las mujeres o de la psicología del sexo, lo te-
nemos en su ausencia del ámbito de la cultura, en su pos-
tergación a la esfera· de la «vida personal». (¿Alguien ha
oído hablar alguna vez de la lógica del dormitorio?) Sí, es
cierto que tenemos retratos de él en las novelas, incluso
en la metafísica; pero en ellos el amor es descrito o, me-
jor ·aún, recreado, no analizado. El amor jamás ha sido
comprendido, aunque haya sidó plenamente experimenta4o
y esta experiencia haya sido comunicada.
Hay una razón que explica esta falta de an.álisis: Las
mujeres y el amor son pilares básiCos. Examinadlos y es-
taréis amenazando la estructura misma de· la cultura.·
. La interminable pregunta «¿qué hacíanlas mujeres mien-
tras los hombres creaban obras maestras?», merece algo
más que la evidente réplica: Las mujeres tenían cerrado
el acceso a la cultura y eran explotadas en su fmición de
madres. Invirtamos la formulación: las mujeres no tenían
ninguna necesidad de pintar grandes cuadros, porque ya

159
culina. Pero, aunque a la mitad masculina se la haya de·
~reaba~ . a sus hijos. Los hombres se dedicaban a pensar, finido como la totalidad cultural, los hombres ·no· han ol·
escnbir, Y a crear, porque sus mujeres invertían todas V1ctact:o que existe una mitad <<emocional» feiñeiiíña, que
sus ene;gias en ellos; las mujeres no crean cultura, por-
que estan preocupadas por el amor.
ex~rimentan en secre!'?., Como .consecuencia de . su lucha
por rechazar-el'elemento femenino en sí mismos (el Com·
Decir que las ~ujeres viven para el amor y los hom· piejo de Edipo en la interpretación que le hemos dado) son
bres para el tr3:ba¡o es una verdad incontestable. Freud fue incapaces de tomarse en serio el amor como problema cul·
el pnmer? ~n. mtentar fundir esta dicotomía sobre la psi· tural; sin embargo, no pueden prescindir de él. .!l.L.§IItQL
que del I.ndividuo: el niño varón, rechazado sexualmente ~,;-el punto vulnerable de la cultura (masculina) ~!_Jgual __
por la pn~era persona en quien fija su atención su ma- /gueTo· es de ·cada hombre, dedi<;aciCI _c()mC!.J~.stá a demos•.
dre, «sublima>> su <<!íbido» -su reserva de ene~gías se-
xuales (vitales)- hacia proyectos a largo plazo·, confían·
·. trar sifvirilidaa··en este· :iñ.iinélo masculino de «viaje y
aiTenturas>>.···t;a;r·mujeres siempre han sabido hasta qué
do. en obtener el amor a través de una forma más gene-
ralizada; de e~ta manera reemplaza su necesidad de amor punto los hombres riecesiü\b ..eCamorY cómo seesffierzart
por una necesidad de reconocimiento. Este proceso no se ' · pOr negar dicna ñec~sii:j¡lcC~oüízás esto contribuye a expli·
car ..el"cUrioso desprecio que las mujeres tan universalmente
cumple en _la mujer de forma tan completa: la mayor parte .
sienten hacia los hombres («los hombres son tan estúpidos»),
de las m~¡eres no dejan nunca de buscar la aprobación y
el calor directos. · porque, al fin y al cabo, ellas se dan cuenta de su ficción
, ~xiste as!mismo un gran porcentaje de verdad en los ante el mundo.
topicos cornentes que nos aseguran que <<detrás de cada
hombre ~ay una mujer» y que· <<las mujeres son el poder
' oculto (lease "~1 potencial operativo") tras el trono». La I
¡ cul~ura (masculma) fue construida sobre el amor de las
(1 mu¡eres. Y a sus expensas. Las mujeres fueron quienes . ···-~- 1

proporciOnaron el contenido de estas obras maestras del ¿Cómo actúa este fenómeno que llamarnos «amor»? _<;:<;>11·
hombre;_ durante milenios fueron ellas quienes realizaron tr:.a.riamente a _lay¡rlnió.n.._p.op.ular.,....el. . arnoJ:...no...es..altr:uista.. c.. ,
el ~;abaJo Y. soportado los necesarios sacrificios de una r.e... La atracción inicial se basa en una admiración llena de cu·
}acio!l emociOnfil unilateJ:_"aJ, cuyos beneficios fueron--;;-pa: ' riosidad (en la actualidad podríamos más bien decir en
rar a los .hombres. y a .sus. obras.· ~or esto, si ·las mujeres una envidia y resentimiento) por el auto-control, la unidad
so~ un estamento parasitariO que· vive de la economía mas- integrada del otro, y en un deseo de participación en este
c~lma, permanecie1_1do marginada de ella, con igual vera- <<YO» de un modo u otro (actualmente podríamos hablar
cidad podre~ os a~Irmar lo contrario: la cultura ( masculi- de un deseo de intrusión, de control), de llegar a ser ele·
n?) era ;: ( stgue stendo) parásita, y se alimenta de la ener· mento importante de este equilibrio psíquico. La reserva
gza er;wct.onal de las mujeres sin reciprocidad. · · del otro crea el deseo (es decir, un desafío); la admiración
Mas ~un. Ten~emos a olvidar que esta cultura no es uni- (envidia) sentida hacia el otro se transforma en deseo de
versal, smo parcml y que presenta tan sólo la mitad del asimilación (posesión) de sus cualidades. A esto sigue una
espectro de la realidad. colisión de yos, en la que el individuo intenta desembara-
Como veremos, la misma estructura de la cultura está '· zarse del creciente poder del otro. S()bre éL El arn<;>J.:_<'!_s__l_a_
saturada de esta polaridad sexual y accionada y orientada entrega final(Iarendición al<:lo_I!l~!lio'J~"'l· otro). El amante
en todos sus gr\'dos hacia los intereses de la sociedad mas· . -- ..
••""'' .. ·--·-··-----··-
161
160
demuestra al amado cómo le gustaría ser tratado. («Me es- amor es una formación reactiva, un ciclo de envidia, hos-
forcé tanto por hacer que se enamorara de mí, que al fi- tilidad y posesividad; se da cuenta de que le precede una
nal me, enamoré .Yo. de éL») Así pues, ~ amor es_la_.Gima. fase de descontento del propio yo, de anhelo de algo me-
~L.eg().I§ffio: el yo mtenta enriquecerse mediante la absor- jor, creado por la discrepancia existente entre el ego y el
l9L~~-cl.~.IJ.tr.Q__~!:,. Amar es estar físicamente abierto del todo ego ideal; ve que el éxtasis producido por el amor se debe
al otro. Se trata de una situación de vulnerabilidad emocio- a la resolución de dicha tensión mediante la sustitución
n:'-.1 absoluta. P.or tanto, no debe limitarse a la incorpora- del propio ego ideal por el ego del otro; y finalmente obser-
cion del otro, smo a un intercambio de yos. Todo lo que sea va que el amor se desvanece <<porque el otro no puede
u.na disminución del intercambio mutuo, equivaldrá a 'he- vivir de acuerdo, con los elevados criterios del yo ideal ni
nr a una de las partes. más ni menos que uno mismo; entonces el juicio será
En este proceso no hay ningún elemento intrínsecamen- tanto más severo, cuanto más elevadas sean las exigencias
te destructivo. Un poco de egoísmo saludable constituiría sobre uno mismo>>. Así, según la idea de Reik, el amor se
un cambio refrescante. Amor entre dos iguales debería equi- desgasta del mismo modo que se formó: el descontento de
valer a un enriquecimiento, haciendo que cada uno de ellos uno mismo (¿quién ha oído hablar de enamoramiento en la
creciera a través del otro; .en vez de constituirse en unidad misma semana que uno se va de viaje a Europa?) lleva al
cerrada, limitada a su propia experiencia y perspectiva, po- · asombro ante el auto-control del otro; luego lleva a la
dría participar de la existencia del otro -de una nueva envidia; a la hostilidad; al amor posesivo y otra vez al
ventana hacia el mundo. Esto explica el éxtasis que los punto de partida siguiendo exactamente el mismo proce-
verdaderos amantes experimentan, porque los amantes se so. Éste es el proceso amoroso en la actualidad. Pero, ¿por
ven temporalmente libres de la carga de soledad que so- qué ha de ser forzosamente así?
porta todo individuo. Muchos, por ejemplo Denis de Rougemont :n. Lo.ve in
""Pero el éxtasis amoroso no suele ser frecuente. the Western World, han intentado trazar una divisona en-
experiencia amorosa positiva en nuestros días, tre el «enamoramiento>> romántico con su «falsa recipro-
¡,_¡::ey~ __ período de enriquecimiento, ....encontramos .'iiie><='~~ cidad, disfraz de un doble narcisismo>> (el «eros pagano>>)
periencias amorosas destructiv11s, períodos de y un amor altruista hacia el otro aceptado tal como es
P9.!'!:amorosa é!e .. mucha mayor .duración y qge. . .!!. menudo (el «ágape cristiano>>). De Rougemont atribuye la mórbida
, llevan·a·¡¡¡·destrucción deljn!UViduo a; por lo menos, a un pasión de Tristán e !sol.da (amor romántico) a una vulga-
· ~~~inismo emoc. ional que dificulta o hace imposible volver rización de corrientes específicas místicas y religiosas en
ff amar de nuevo. ¿Poc:Qué.. los acontecimientos deben se-:· la civilización occidental.
guir este curso, si en realidad nada de esto es inherente al·. Por mi parte, sugiero que el amor es en e_:;~g~~a un
( proceso amoroso propiamente dicho? ;: fenomeno mucho más simple y que sec01IlJ.'l!ca, .c:<Jr!o!llP..".
· Hablemos ahora sobre el amor bajo esta faceta ' n__qos@y?f];f9r=ifi~Q.fo.Q~ !iú_il~~egil_i[i§!::(o: d_il~.:tzoqer. Y a he·
c:!~_<:l~_s_t11,IC:YYª y sobre las razones que le llevan· á mas visto qué el amor exige una vulnerabilidad mutua, por-
este camino, apoyándonos una vez más en la obra de que de lo contrario se vuelve destructivo ..!'~ien~
dor Reik. La minuciosa observación de Reik hace que efectos destructivos del amor sólo ap~~e<:.~~--~-n__ _llll: .. .C:()I!:_ ..
pere a inteligencias más brillantes, a la hora de ctex'to-de -desigualdad. ·si-ieñemos.en·-·ciierita, pues, qu~ 1:>
der' el proceso del «enamoramiento>>; sin embargo, se desiguaraacr--entre---IOs sexos ha ·sido una. constante histo-
voca en. la medida en que confunde el amor, tal como rica, a pesar de las posibles variaciones de grado, compren-
te en nuestra sociedad con el amor en sí. Observa que deremos por qué la corrupción presentada por el amor
162 163
«románticO>> se ha convertido en la característica distinti- su intensidad, el varón sentirá hm;ror hacia la propia en-
va del amor entre los sexos. (Lo único que nos quedará trega, temiendo «abrir>> sus prop¡as defensas y ser des-
por explicar es por qué su intensidad ha ido creciendo truido. Ya hemos visto de qué modo est? afectaba a su
uniformemente desde el período medieval, cosa que in- sexualidad: en la medida en que una mu¡er se parezca a
tentaremos llevar a cabo en el capítulo siguiente.) su madre, el tabú del incesto actuará restringieD;do su
·¿De qué manera el sistema de clases sexuales basado entrega completa sexo/emocional; para pod~r. ;ent1: con
en la desigual distribución del poder de la familia bioló- seguridad el tipo de respuesta total q';le srnt10 pnmera-
gica afecta al amor entre los sexos? Al examinar el freu- mente por su madre, respuesta que se vw. r?cha~ada, debe
dismo hemos analizado la estructuración psíquica del in- degradar antes a la mujer para poder . drstmgmrla de ~u
dividuo dentro de la familia y hemos visto cómo esta or- madre. Este comportamiento, reproducido a escala mas
ganización de la personalidad debe ser distinto según se amplia explica muchos fenómenos culturales --entre los
trate del varón o de la hembra, debido al cuño tan distin- que q~izás podríamos contar el de la adoraci~n amorosa
to de sus relaciones para con la madre. En la situación idealizada de la éyJOca caballeresca, que se enge en pre-
actual la interdependencia insular de las relaciones madre/ decesor del romanticismo moderno.
hijo provoca tanto en el varón como en la hembra una La idealización romántica es responsable en parte, P?r
ansiedad con respecto a una posible pérdida del amor ma- lo menos en lo que toca a los hombres, de una caractens-
terno, del cual dependen para su supervivencia física. Cuan- tica peculiar del <<enamoramiento>>; se tr:;tta de que ~1 cam:
do algún tiempo después, el niño se da cuenta de que el bio acontece en el amante con una mdep~ndencra casi
amor de la madre es un amor condicionado (a pesar de absoluta del carácter del objeto amado. Ocaswn~lmente el
lo que pueda decir Erich Fromm) y que sólo se le otorga amante, aunque ello le trastorne, comprende graCias. a ot~a
como recompensa cuando su comportamiento se ajusta a facción racional de sus facultades, que -hablando o~~e­
las normas aprobadas (es decir, cuando su comportamiento tivamente- la persona amada no merece una devoc1 n
responde a la escala de valores materna y a la gratificación tan ciega; pero se encuentra. impotente para obrar en con-
de su ego personal, ya que ella es libre de moldear al niño secuencia es lo que suele llamarse <<Un esclavo del amor>>.
«creativamente>>, cualquiera que sea la forma en que lo Lo más frecuente es que se engañe totalmente .. Los otros:
defina), la ansiedad del niño se traca en desesperación. en cambio pueden comprender la realidad de lo que esta
Esto, unido al rechazo sexual del niño por parte de la ma- sucediendo' (<<No comprendo qué. dia?lo .~a podido ver en
dre, provoca en el muchacho -como ya hemos visto- una ella para quererla asÍ>>). Esta ¡deahzacwn se da. mu~h?
esquizofrenia entre el factor emocional y el factor físico; menos en las mujeres, como demuestran los estud1os ch.m-
en el caso de la niña, el rechazo de la madre -debido a de Reik. El hombre necesita idealizar a una mu¡er
razones distintas- produce una inseguridad acerca de su ~~~re todas las demás, para así justificar su desc~ns~ a
identidad en general, que crea una necesidad de aprobación una clase inferior. Las mujeres carecen de esta motivación
que durará toda su vida. (Más tarde el amante reemplazará para idealizar a los hombres --en realidad •.•al depender. su
al padre como elemento otorgª':lte de la necesaria iden- vida de la propia capacidad de comprensron de l.a· psico-
tidad sustitutiva --ella lo verá todo a través de sus ojos.) logía masculina, tal idealización P<?dría resultar peligrosa-,
Ahí se origina el hambre de amor que más tarde hará que aunque el temor al poder masculmo en general pue¿e ~~­

G
ambos sexos busquen en una persona tras otra una si- .
tuación de seguridad para su ego. Pero, debido precisa-
mente a este rechazo precoz, y dependiendo del grado de
tenderse a sus relaciones con los h?mbres colll;o mdlVI-
duos, adoptando la apariencia del fenomeno antenor .. Pero,
aun cuando las mujeres saben que este <<enamomrannento>>

164 165
er algo parecido a «ella
masculino no es auténtico, todas ellas exigen pruebas de esclavitud masculina al amor _sue 1es~ mano» o le tiene tan
él -de una u otra forma- antes de permitirse amar (sin- ha conseguido hacerle comer enién está tratando.) Sin em-
ceramente, en su caso) a cambio; la razón está en que di- «camelado» que no sabe con t~~dad con respecto a los va-
cho proceso de idealización actúa con la finalidad de equi- bargo, el aumento de per~~~o~VIdel otro, no equivale a «Ce-
librar artificialmente a las dos partes, condición mínima lores reales, aur:qu~ .escon_ 1 a un oder más profundo de
indispensable para el desarrollo de un amor no corrom- gu era»..o «ideal!zacwn»,
. .
smo "d l"p cr"ón descrita más arri-
ente la falsa 1 ea IZa . .
pido -ya hemos visto que el amor exige una vulnerabi- captac!On. Unlcam . t ·o· n Así pues el factor
ble de la des rucCl · ·
lidad mutua, imposible de alcanzar en una situación des- ba es la responsa 1 roceso mismo amoroso, smo
equilibrada de poder. Así pues, el «enamoramiento» no es erróneo no se encu~r:tra en ~edr en el contexto de una de-
más que el proceso de alteración de la visión masculina en su contexto polttzco, es d 1 h locausto busquémoslas,
-a través de la idealización, la ofuscación o la glorifica- . sigualdad de poder; las raz.ones ta~cia~es en el quién, en el
los elementos c1rcus . '
ción- que anula la inferioridad estamental de la mujer. pues, en ¡ 'mo
por qué, en el cuándo y en e co .
A pesar de todo, la mujer sabe que esta idealización
-que con tanto esfuerzo ella ha contribuido a crear- es
:runa rfientira y que sólo es cuestión de tiempo el que él
da conozca tal cual es». Su vida se convierte en un tor- u
mento y oscila entre una uecesidad devoradora de amor
y aprobación masculinos que la liberen de su sujección . sobre el amor no son
de clase, hasta los incesantes sentimientos de insinceridad Ahora bien, las abstraccwnes d d que le hemos diag-
una vez conseguido su amor. Por ello, toda su identidad más que un síntoma de la enfe~m~ó a de una paciente de
pende de la balanza de su vida amorosa. Sólo se le per- nosticado. (En la astuta formu acl e~ amor demasiado en
mite amarse a sí misma· en el caso de que un hombre la Reik, «Los hombres o se ~o~~~iciente seriedad».) E:cami-
encuentra digna de amor. serio o no se Jo toman con a e estamos expenmen·
Si pudiéramos eliminar el contexto político en el que némoslo con mayor detalle, d~~o Dna vez más citaremos
se de el amor entre los sexos, ¿no quedaría algún grado tándolo en su forma. cor~ompl a.Reik porque si la obra
de idealización inherente al proceso mismo amoroso? Yo, párrafos del «confeswnano» de . ~ente en aquello que
por lo menos, así lo creo, puesto que el proceso sigue siem- de Reik tiene algún valor' ;s _Precls su trivial impulso fe-
pre las mismas pautas, cualquiera que sea el objeto amo- él menos sospecharla, es .e~lr, ~=~emos de nuevo, justifi-
roso escogido -el amante siempre se «franquea totalmen- menino al «comadreo». Aln e que su «super-ego»
. dose a sí mismo (debemos suponer
te» al otro. Gracias a esta fusión de los egos, por medio de
la cual cada uno se preocupa por el otro como a un nuevo
~:nestá .ocasionando problemas):
yo, el carácter y la belleza del ser amado, escondidos qui- . 0 debe encontrarse
zás a los profanos tras una muralla de defensas, se pone Una antigua c_eleb;l_dad t~~:~aJdo en algo. ¿Por qué
ele manifiesto. La expresión «me pregunto qué es lo que siempre en a!gun slt;o Y equeJos interrogantes que a
ha visto en él» ya no significa únicamente «está engañada, no ocuJ?ar_me. de es os ~ lantearse, pero que quizás
el romanticismo la ciega>>, sino «el amor le ha dado una es- veces m Slqmera ll~gan ~·tes questions» tienen un
pecial penetración; quizás hay algo que nosotros no vemos». tienen respu~s~a? as ¡"~e -~nto a los grandes y fun·
lugar por mentas prop o .1 • Ts"s
(Obsérvese que esta expresión es muy frecuente cuando se damentales problemas del psJCoana 1 1 .
habla de mujeres. La frase equivalente, refiriéndose a la
167
166
Créeme Si todas las mujeres cuyos maridos .tuvier~~
Presupone un gran valor moral escribir sobre cier- aventu;as, les aband?naran, sólo habría muJeres I·
tas cosas, como -por ejemplo- acerca de un juego vorciadas en este P.ars. 'd 1 biera disfrutado unas
que las niñas practican entre clase y clase. ¿Se trata Después de que mr man ° m ·
ecé a juguetear con a I
1 ·dea
de un tema realmente digno de un psicoanalista se- cuantas aventuras, emp p • ? Lo que es bue·
rio que ya ha cumplido los 77 años? (La cursiva es de echarme un amante. ¿ or que no. n
mía.) h lo será para la hembra... Pero e
. no para e1 mac o, , 'd 'b con mi carác-
<oste plan yo era una estupr a; ?o 1 a
En seguida acude a su memoria que: ter tener una aventura. extramantal.
En el psicoanálisis no hay pensamientos carentes de Pregunté a varias personas si era ~erdad que l~s hom-
importancia; hay únicamente pensamientos que fingen bres gritaban también para dormrrse. Yo no o creo.
no ser importantes para evitar ser revelados.
HOMBRES (para más ejemplos, v. Screw):
De esta manera justifica lo que en realidad puede cons-
tituir la única contribución valiosa de toda su obra. Oiga- No es verdad que lo único que irr;port_a en la ;'?uj~~
mos a sus pacientes de ambos sexos hablando personal· sea la apariencia externa. La ropa mtenor tambren
mente acerca de sus vidas amorosas:
importante. h cha Lo dificil
No es difícil hacerlo con una mue a .
MUJERES:
~~ ::~:~~· me preguntó si me preocupaba por su
Después me llamó su dulce nma ... Yo no contes- . 1' . Me sentí tentado a contestar que me
m te rgencra.
té ... ¿qué le podía decir? .•. pero yo sabía que no era preocupaba más por su traser~. .
en absoluto una muchacha dulce y me daba cuenta -·Te vas ya? Preguntó al abnr los OJ?S. iba una
de que él me atribuía una identidad distinta. Eia un tópico de dormitorio, tanto SI me
Ningún hombre puede amar a una muchacha del mis- hora o dos días ~espués~ la mujer y fingir amor 1

mo modo que la muchacha ama a un hombre. Quizás sea necesano enganar ~ . mismo?
Puedo pasar mucho tiempo sin sexo, pero no sin amor. . or qué enganarme a mr
por el1a. P ero, tP e siento interesado por
Es como H,O en lugar de agua. Cuando está ~nfe~~d~oso:r; yo el enfermo, se com-
A veces pienso que todos los hombres son maníacos ella. Endcam;no, se muestra más afectuosa que de or-
sexuales y que desfallecen de hambre sexual. En lo padece e mr Y
único que pueden pensar cuando están con una mu- dinario. t ue oír su chácha-
chacha es en acostarse con ella. No ~e basta a mi ebslpo~laq~la.~~g~ ~spera también de
¿Es que no tengo nada más que ofrecer a este hom· ra s 1n descanso - a, ' . .
bre que mi cuerpo? mí que escuche lo que está drcrendo.
Me quité el vestido y el sostén. Me eché en su cama
y esperé. Por unos instantes me imaginé como un Simone de Beauvoir ya lo dijo:
animal que va a ser sacrificado sobre el altar. . absoluto el mismo sen-
La palabra amor no treyn~s~~ es una de las causas de
No comprendo los sentimientos de los hombres. Mi
esposo me tiene a mí. ¿Por qué necesita otras muje-
res? ¿Qué tienen ellas que yo no tenga?
tido para ambos sexos . d' 'd
Jos grandes malentendrdos que los IVI en.
169

168
'1
,,:
to del proceso: tan pronto corno el hombre siente la más
. !"'fás arriba
dJCJOnales entrehehombres
ilustrado al gu_nas de las diferencias
. tra- mínima presión por parte de la mujer en el sentido de una
entrega total, se asusta y reacciona de una de las siguien-
tanta frecuencia son tem ~ muJeres enamorados, que con
la :<doble medida>>; gen~al~~~~adreo, ~u:o:ndo se habla de tes maneras:
muJeres son monóaa e s~ comcJde en que: las 1) Es posible que huya y se acueste con otras diez mu-
l . . " mas, aman meJor son . jeres para demostrar que la primera mujer no tiene nin-
es», mas mteresadas ( entr d ) ' posesivas, <<fie-
en el sexo mismo y que c~!~~~enen las <<relaciones» que gún dominio sobre él. Si ella lo acepta, es posible que él
sexual. Se coincide también en el a;e:to con el deseo continúe viéndola sobre esta base. Las otras mujeres com-
a los hombres es el sexo (•Graci q~e 1~ d~g1co que interesa prueban su (falsa) libertad; las discusiones periódicas a
el contrario, idealizan ro~á ras. Y ¡a 1 s!) o en que, por propósito de ellas conservan intacto su temor. Sin embarf(O,
extremos ridículos· en que n Icamente a la mujer hasta las mujeres son un tigre de papel, porque de cualquier
vierten en unos ~uJ· eriegos ' undae vez
tomoseguros
y Iomde ella,
· . se con-
.
modo no son capaces de nada trascendente; las contrapone
ec os; y en que confund o, Jamas satis- unas a otras a fin de que ninguna consiga de él demasiado.
h
fdemuestra
lo que ya he en sexo por emoción. Todo esto Muchas mujeres astutas, reconociendo que se trata tan
organizaciones psicosexur;:l~s e;puest~ -la diferencia de las sólo de una válvula de escape de la ansiedad masculina,
por su primera relación pas e ami os sexos, determinada «aflojan la cuerda», puesto que la verdadera causa de todas
H ra con a madre las discusiones acerca de otras mtijeres estriba en la pro-
1)e sQacado tres conclusiones basadas en estas diferencias.
pia incapacidad de entrega del hombre.
ue los hombres no pued .
culinas? Las mujeres es en amar. (¿Hormonas mas- 2) Es posible que muestre constantemente un compor-
de los hombres una pa. fr~n y a:eptan tradicionalmente tamiento imprevisible dándole plantones con frecuencia,
intolerable en una mu'r I)SJS emocwnal que considerarían mostrándose vago acerca de la próxima cita, diciéndole que
Jer. <<mi trabajo es Jo primero» u ofreciendo toda una variedad
2). Que el comportamiento <<f' ¡ .
cesano para su situación soc¡·a·1 o bl~Jetlva.
de excusas. En otras palabras, aunque siente la ansiedad
». de la muJer es ne- de la mujer, rehúsa por todos los medios darle segurida-
3) Que esta situación no h b' . . . . des y hasta el reconocimiento de su ansiedad como legítima,
te de como siempre ha sido. a cam lado SJgmfJcatJvamen- puesto que necesita su ansiedad como recordatorio cons-
Los hombres no pueden amar Ya hem . tante de que sigue aún libre, de que la puerta no se ha
los hombres encuentran dificultad ' . os visto por qué cerrado del todo.
pueden hacerlo lo que suel en amar y que, aunque
-de la proye~ción de sue suce~er _es que <<Se enamoran» 3) Cuando se ve obligado de verdad a una (difícil) en-
cuente es que un día d . propia Imagen. Lo más fre- trega, hace que la mujer pague por ello, ya sea mirando
y al día siguiente se ha estruya~ l~s defensas de una mujer con descaro a otras mujeres en su presencia, comparándo-
sin embargo es raro q~a~ des!l~swnado ya completamente; . la desfavorablemente con antiguas amigas o .con estrellas
bres y, en c~so de que e . als ~uJeres abandonen a los horn- de cine, mediante observaciones maliciosas ante los ami- ':'¡
que sobradas. as! o agan, se debe a razones más gos recordándole que ella es su <<cruz», llamándola <<or- ¡1
tiga», <<malintencionada», <<arpía», o sugiriendo que si si- ri

Es peligroso tener compasión ¡ . guiera estando soltero, estaría mucho mejor. Con todo ello ""
mujeres son especialmente por e propw opresor -las !,
pero me siento tentada p~opensa_s a caer en este error- revela su ambivalencia acerca de la «inferioridad» de las
pacidad de amar es un ~~~n;~~o .a~e s tn este¡
e es e caso .. La inca-
funcwnarnien-
mujeres; al entregarse a una, se ha identificado en cierto
171
170
modo con la odiada hembra, a la que debe negar ahora .· 1 el ida de su posible comparación, en la mayor
tas o, en a me li N os extra·
repetidamente para mantener su autorrespeto en la co- parte de las ma~i~~~~! fa~lí:~Jerr::s~~e~~:~ d~ <~obligacio-
~:~~!~f~~::~s;ulleguen siempre. exhcau~t~~d~ r:n:~e:;.t:
munidad (masculina). Esta constante negación no es del
todo fingida, porque en realidad todas las otras mucha-.
chas aparecen repentinamente con un atractivo especial y •d d lquier esfuerzo seno. ast
no puede evitar sentir que ha perdido algo -y, naturalmen- t¡I a e .cousaaños de actividad creativa se consumen en «rea-
os prop1 b te de los restan-
te, hay que culpar de ello a su mujer, porque él jamás ha lizar una buena captura>> yc~:~rv~:~~ap~~esa. («Estar ena·
renunciado a la búsqueda del ideal; es ella quien le ha tes años se consumen .en « actividad exclusiva de la mu-
obligado a renunciar. Probablemente bajará a la tumba
sintiéndose todavía engañado, sin darse cuenta jamás de que ;nora~": ~~~~:ec~~:e:t~:i~a~;rofesional del hombre».) Aque-
no hay mucha diferencia entre una mujer y otro, y que es: ¡er, a lfl f ren desertar de esta carrera, esco-
llas muJeres que pre te como ya hemos visto-
el amor quien crea la diferenda. · gen una vida sin amor, cosa que - tienen la audacia de
Hay una gran gama de variedades al respecto. Muchos la mayor parte de los hombres no
mariposean de una aventura casual a otra, abandonando rá- hacer. . b la «caza del hombre»
pidamente cada vez que la cosa se complica. Sin embargo, Desgraciadamente, sm em argo, . al mucho más pro·
. rgencia emocwn
la vida sin amor demuestra por fin que es tan intolerable se caractenza po~ un~ ~ de entrega correlativa. Entre
para los hombres como para las mujeres. La pregunta que funda que este stmp e. eseoe encuentra aquella misma rea-
sigue planteándosele entonces a todo varón normal, es, pues,·· sus elementos constitutivos s . fruto precoz la inca-
¿cómo voy a conseguir que alguien me quiera sin que me lidad estamental que p(.odu~e c~osociedad gobernada por
exijan a cambio una entrega igual a la suya? pacidad amorosa m~scu I~a. n ~eres como estamento infe-
* * hombres y que defme .a as mu]o consigue en una u ótra
'
rior y parásit% 1~, muJe:c~~~an está ya sentenciada. Para
1

El comportamiento «fiel,, de las mujeres vi·ene exigido forma la a pro ~ClOn . ma ·~r debe ser algo mds que
por la situación social objetiva. La respuesta femenina a justificar su existencia, la mu) 1 búsqueda continuada de
esta situación de histeria masculina ante cualquier previ- simple _mujer,
una sahda a sudedbef' e_n!róeg~:~n~er~oridad
e lniCl n (1); por otro lado,
sión de entrega mutua, consistió en el desarrollo de mé-.
todos sutiles de manipulación, por medio de los que obli- . . :, d las mujeres, que jamás ob-
(1) De ahí la pecuhar sttuac~~~r c~mo estamento, siempre -que
gar al hombre a la máxima entrega que de él pudiera ob- jetan al insulto 9-ue. pdue~an rect 1consideradas excepción. El pe;o
tenerse. A lo largo de los siglos se han ido planeando como entidades mdr~'l ua es- s~an ue "es como todas", es dect ...,
ticas, se las ha perfeccionado, se han transmitido de ma- insulto para una muJer es dectrle q e ·or cumplido consiste en de·
dres a hijas en secretos téte"a-tétes o de amiga a amiga en e¡
que no es mejor que las o!ras; 1 l~tlo la dignidad o la fortaleza
cirle que tiene la intelig~~a, e a eaco~tece con todos 1os miem-
las inevitables tertulias femeninas («Jamás comprenderé de de un hombre. En r:al~ a ' como i ma toma parte en la actividad
qué pueden estar hablandó las mujeres durante tanto tiem- bros de las clases opnmtdas, ella :f s con ello dejar bien claro que
de insultar a sus .igu~l~, ~spera~á por encima del . comportamiento
0
po») o, en los tiempos actuales, por medio del teléfono.
No se trata de triviales sesiones de chismorreo (corno las' ella --como ente mdtvt ua- es u "eres como clase, estén mutua~
de las otras. Esto hace que las m J ás';)· la uotra" cree que la
· f d ("Divide y vencer ' .
mujeres prefieren hacer creer a los hombres), sino de técJ mente en rent~, ~s . , "no le compreride" y la esposa esta con~
nicas desesperadas de supervivencia. Hay más ingenio en esposa es una ttrana que . na "oportunista" que "se esta
una hora de conversación telefónica entre dos amigas que vencida de ~,uedelasuotra
aprovechando man~u¡e.:_Yes X:ientras tanto, el verdadero cut-
° •
en los cuatro años de estudios superiores que pasaron jun- pable sale libre de castigo-. (N. del A.)
172
173
1) la seguridad emocional que, como ya hemos visto,
son los hombres los únicos que se encuentran en .
de concederle este estado de gracia. Ahora bien puesto exige con toda razón.
tar: pocas veces se le permite a la mujer re~lizarse 2) la identidad emocional que debería poder encontrar
feswnalmente en la gran sociedad (masculina) _ por medio de su trabajo y de su reconocimiento por parte
le es permitido hacerlo, raramente se reconocen ~us de los demás, pero que se le niega, obligándole por tanto
tos-, resulta más fácil intentar conseguir la a¡>rc>bllción a buscar su definición a través de un hombre.
de un. solo hombre que la de muchos; y, en honor a la 3) la seguridad económica de clase que, en esta so- '
dad, esta es la decisiór~ que la mayoría de ellas adopta. ciedad, va ligada a su habilidad de <<Captura>> del hombre.
mos, pues, que el fenomeno del amor -bueno en sí
mo- una vez más resulta corrompido por el contexto Dos de estas tres exigencias son condiciones invalidan-
clases en que se produce, porque las mujeres deben amar tes para el amor; sin embargo, pesan sobre él con los con-
no s_ólo ror r_azones saludables, sino para justificar
propia existencia. siguientes efectos negativos.
En su precaria situación política las mujeres no pueden,
Añadamos, que la incesante dependencia económica en pues, permitirse el lujo de un amor espontáneo. Resulta
que se_ encuentran, imposibilita una situación de amor sano demasiado peligroso. El amor y la aprobación masculina es
entre Igua~es. Las mujeres siguen viviendo en la actuali- lo más importante. El amor irreflexivo, previo a la segu-
dad .sometidas a un sistema de patronazgo; con raras ex- ridad de m1a entrega correlativa, pondría en peligro dicha
c_epcwnes, su ?ama_ de _elección no consiste en la dualidad '
aprobación. Citemos a Reik:
· h~er~ad-o-matnmomo, smo en la de pasar a ser propiedad
publ;ca. Aquellas que se alían a un miembro del estamento Por fin quedó claro, durante el psicoanálisis, que la
do:n:na;Jte, pueden confiar al menos que una parte de los paciente temía que, si demostraba a un hombre su
pnvilegws m~scu!inos p~sen a sus manos -por así decir- amor, éste la consideraría inferior y la abandonaría.
Jo. En cambiO, las muJeres carentes de hombres se en-·.
cuentran _en idéntica situación que los huérfanos -son una La razón estriba que una vez entregada emocionalmente,
subclase mdefensa _a la que falta la protección de los po- la mujer será incapaz de llevar a cabo las necesarias tri·
derosos. Esto eqmvale a la antítesis de libertad si si- quiñuelas; su amor pasará a primer plano en busca de
guen estando definidas (negativamente) por una sÍtuación expresión. Fingir una frialdad que no siente,. en estos m?·
de cla~e, ya que ~hora se encuentran en posición de re- mentas sería ya demasiado doloroso y, ademas, no tendna
cru~ec;da vulne~abilidad. La participación en el propio so- sentido; con ello perjudicaría sus propios intereses, porque
metimien~o ~edmnte la elección del propio amo, da a me- la libertad en el amor era aquello a que deseaba llegar.
nudo la Iluswn de estar realizando una elección libre· sin Ahora bien, para asegurar esta entrega, debe reprimir sus
e_mbargo, la realidad nos dice que una mujer no es n'unca emociones, debe utilizar astucias, puesto que -como ya
hbre de escoger el amor sin motivaciones externas. Para hemos visto--- los hombres no se entregan a una compe-
ella: en el momento actual, ambas cosas -amor y situación netración y vulnerabilidad total, a menos que se les obligue
socml- deben permanecer indisolublemente entrañadas
a ello.
. Ahora, suponiendo que una mujer no pierda la perspec- · ¿Cómo deberá actuar, pues, para forzar esta entrega del
tJva_ de estos factores fundamentales de su condición de , varón? Una de sus armas más poderosas es el sexo. Puede
n_mJer, cuando ama, jamás podrá amar en forma gratuita, conducirlo hasta un estado de tormento físico valiéndose
smo sólo a cambio de su seguridad:
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de u~a variada gama de astucias: negándose a satisfacer su
nec_esidad, burlándose de él, haciendo amago de dar y re- -Posiblemente sea muy poca cosa como hombre, pero
temendo, p_r~vocando sus celos, etc. Una mujer sometida por lo menos tengo un hombre que es mío.
a psicoanahsis se pregunta los motivos: Éstos suelen ser sus sentimientos. Le queda como con-
suelo que puede por fin dejar de actuar. Por primera vez
Hay pocas mujeres que no se hayan preguntado algu- puede amar con seguridad; lo que tiene que hacer ahora es
na vez: «¿He de hacérselo muy difícil?» intentar con todos los medios a su alcance capturarlo emo-
Creo _que a ni~g_ún hot;n~re le preocupan este tipo de cionalmente, intentar aquello que ha estado persiguiendo
cuest~ones. Qmzas lo umco que él se pregunte, sea: todo . el tiempo. A menudo se ve asaltada por temores de
«¿Cuando cederá?» verse descubierta. Se siente como una impostora. Le aco-
san los temores de que él no la ame <<tal corno es en rea-
~os hombres tienen razón cuando se quejan de que las lidad» -y generalmente suele estar en lo cierto. («Lo que
muJeres carecen de discriminación, de que raras veces aman quería era casarse con un hombre con el que poder ser tan
a:m J:ombre por sus rasgos individuales, sino que lo aman
mas b1en por aquello que puede ofrecer (su clase), de que
mala como es en realidad.»)
Éste es el momento en que descubre que amor y ma-
son ca!c~ladoras, de que utilizan el sexo para conseguir trimonio tienen significados distintos para él y para ella;
sus objetivos, et~-; porque 1~ realidad es que las mujeres atmque los hombres creen en general que las mujeres son
no pueden perm1t1rse amar libremente. Si una mujer es lo inferiores, todo hombre ha reservado un lugar especial en
suficientemente afortunada para encontrar «un tipo de- . · su mente para aquella mujer a quien él elevará sobre las
cente» que la ame y mantenga, está teniendo éxito y gene- demás en virtud de su asociación consigo mismo. Hasta
ralmente será lo bastante agradecida como para corres- ahora, la mujer -expuesta a las inclemencias de fuera-
ponder a su arno_r. La única discriminación que las muje- suplicaba su aprobación, desfalleciéndose por conseguir re-
res pueden practicar de verdad es la de elegir entre los montarse al calor y claridad de este lugar. Sin embargo, una
hombres que han puesto los ojos en ellas o la de enfrentar vez allí, la mujer se da cuenta de que ha sido elevada so-
a un var~n -un poder- contra el otro. Ahora bien, pro- bre las demás, mujeres no en reconocimiento de su propia
vocar el mterés de un hombre y conseguir ccm astucias valía, sino porque ha luchado brevemente por este pedes-
su entrega una vez que él ha expresado su interés, no es tal impersonal. Lo más probable es que él no sepa aún quién
exactamente auto-determinación. es ella (dando por supuesto 'que ella ya lo sepa). La ha de-
Veamos ahora: ¿qué sucede después de que la mujer .iado entrar, no porque la amara sinceramente, sino porque
ha conseguido finalmente capturar a su hombre, después ella ha sabido encajar tan bien en sus fantasías preconce-
de que se ha enamorado de ella y está dispuesto a hacer bidas. Aunque ella ya sabía que su amor era falso, puesto
cualquier cosa? A la mujer se le presenta toda una serie que todo era maquinación suya, no puede evitar sentir des-
de J?roblernas nuevos. Se encuentra ahora eri posición de precio por él. A pesar de ello, tiene miedo de revelar su
afloJar la cuerda, de abrir la red y examinar lo que ha verdadero yo, por temor a que pueda quizás escapársele
pescado. Generalmente . sufre una decepción. Es algo que hasta este falso amor. Finalmente comprende que también
no le habría importado, si ella fuera un hombre. La ver- para él el matrimonio implicaba una serie de motivaciones
dad es que suele encontrarse muy por debajo del nivel de que nada tenían que ver con el amor. Ella era simplemen-
ella. (Comprueba esto alguna· vez; dirígete para hacerlo a te la más acorde a la imagen albergada en su fantasía, con
algunas de estas esposas tímidas y silenciosas.) lo cual ha recibido el nombramiento de «actriz más ver-
sátil» por su multi-interpretación del «Otro yo», de la «ma-
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dre de nlis ·!11jos», de la :«an1a de casa», de la «Cocinera», gran utilidad para Jos hombres. Al convencer a las muje-
de la «compañera» en la representación compuesta por ·el res de que las astucias y exigencias femeninas tradicionales
hombre. Ha sido comprada para llenar un espacio vacío en eran despreciables, injustas, mojigatas, anticuadas, purita-
su viaa; pero la vida ae ella no nene nmgun valor. nas y autodestructivas, se creó una nueva reserva de mu-
Así que no se ha librado de ser como las demás mu- jeres asequibles con el fin de ampliar la escasa existencia
jeres. Ha sido elevada de este estamento simplemente por- de mercancía para la explotación sexual tradicional, desar-
que ahora es un apéndice de un miembro de la clase do· mando así a las mujeres de las escasas protecciones que
minadora y porque él no puede asociarse a ella, a menos con tanto esfuerzo ·habían conquistado. Las mujeres no se
que eleve su condición. Pero no ha sido liberada, ha sido atreven en la actualidad a renovar las viejas exigencias por
simplemente ascendida a la condición de ."~sclava domés- miedo a que caiga violentamente sobre ellas todo un nue-
tica» ha sido elevada tan sólo para ser utlhzada de modo vo vocabulario destinado expresamnte a este fin: <<jodida»,
disti~to. Se siente engañada. Lo único· que ha conseguido <(rompehuevos», <(engañatontOS·», «Un verdadero fraude», «una
es posesión y control, no amor y reconocimiento. Ahora es pesadilla», etc ... -en verdad que el ideal es ser una <<pollita
cuando se transforma de la <<novia ruborosa» que era, en la apetitosa y complaciente».
«mujer amargada y gruñona», cambio que, no por univer· Todavía hay en la actualidad mujeres que ven más allá
sal y predecible, deja de producir perplejidad en el ma· de las apariencias y evitan la trampa, prefiriendo los mo-
rido. (<<Tú no eres la muchacha con quien me casé.») tes a ser despojadas de lo poco que pueden esperar de los
hombres (porque sigue siendo cierto que hasta los más
• • • sofisticados prefieren a una <<chica anticuada» que haya
pasado por un número relativamente escaso de manos). Pero
La situación de las mujeres no ha cambiado de modo no- es cada vez mayor el número de mujeres atraídas hacia la
table de como siempre ha sido. Durante Jos últimos cin· trampa, sólo para descubrir demasiado tarde y en forma
cuenta años las mujeres se han visto doblemente contur- muy amarga que las triquiñuelas tradicionales femeninas
badas por causa del amor: bajo la capa de una <<rev?Ju- tenían una razón de ser; de repente se dan cuenta aterro-
ción sexual», que se pretende haber tenido lugar (<<Pero, .m?_a, rizadas de haber llegado a Jos treinta años y de que lo
¿dónde has estado? ¿no has oído hablar de la revolucwn único que saben hacer es quejarse en una terminología pe-
sexual?»), se ha convencido a las mujeres a dep~n~~ su ligrosamente parecida a aquello de <<Se han aprovechado de
armadura. La mujer moderna tiene horror a la posibihdad mí... los hombres son unos mujeriegos impenitentes ... todos
de que la tengan por una tirana gruñona, mien.tras. q';le su ellos son· unos bastardos ... , etc.». Con el tiempo se ven obli-
abuela sabía que se trataba de algo que llegana sigmendo gadas a reconocer la verdad de lo que decían _las viejas
el curso normal de los acontecimientos. Asimismo, los hom- comadres: una mujer amable y complaciente es (en el
bres -en tiempos de su abuela- esperaban de toda mu- mejor de Jos casos) respetada, pero jamás amada. Traiga-
jer que se respetaba a sí mism~, q~e los man_tuvier~ en es- mos aquí una descripción todavía válida de una mujer
pera, que utilizara todas las tnqumuelas debidas sm aver- <<emancipada» -en este caso una artista de Greenwich
gonzarse por ello; a la mujer que no miraba de este modo Village de los años treinta- extraída de Mosquitoes, una
por sus propios intereses, no se la respetaba. Todo el mun- novela de la primera época de Faulkner:
do estaba al corriente de ello.
La retórica de la revolución sexual, si bien no mejoró Siempre tuvo problemas con sus hombres... Antes o
. en nada la situación de las mujeres, sí demostró ser de después, siempre la abandonaban... Los hombres en

178 179
pre casándose con «la gruñona» y luego, como remate fi-
quienes ella reconocía posibilidades pasaban siempre nal, volvían para quejarse de lo odiosa que era. Las muje-
por un período violento, pero breve, de interés, que res <<emancipadas» descubrieron que la sinceridad, la ge-
cesaba tan repentinamente como había comenzado, nerosidad y la camaradería masculinas eran una mentira;
sin dejar tras sí ni siquiera los trazos agonizantes de los hombres eran felices utilizándoles y despreciándolas des-
una influencia mutuamente recordada -al igual que pués en nombre de una verdadera amistad. (<<Te respeto Y
aquellas breves tempestades de truenos que surgen ame- me gustas mucho, pero seamos razonables ... » También hay
nazadores en agosto para luego disolverse sin razón los hombres que la invitan a una para discutir a Simone de
alguna aparente y sin dejar tras sí una sola gota de Beauvoir, mientras· la esposa se queda en casa cambiando
lluvia. pañales.) Las mujeres <<emancipadas» descubrieron que los
A veces especulaba con un despego casi masculino hombres se encontraban muy lejos de ser los «buenos chi-
acerca de las posibles razones de este comportamiento. cos» a quien había que emular; descubrieron que median-
El caso es que siempre intentaba mantener sus rela- te la imitación de los patrones sexuales masculinos (el jue-
ciones en el plano que los hombres parecían prefe- go de las miradas, ia búsqueda del ideal, el énfasis en el
rir -y, desde luego, ninguna mujer hubiera exigido atractivo físico, etc.), no sólo no conseguían la liberación,
(pocas mujeres hubieran sido capaces) menos de los sino que caían en algo mucho peor que aquello a que ha-
hombres que ella. Jamás los atosigaba .con capri- bían renunciado. Estaban imitando. Se habían inoculado
chosas exigencias sobre el tiempo que le dedicaban, una enfermedad que ni siquiera había surgido de sus pro-
jamás les hacía esperar ni les obligaba a acompañarla pias psiques. Descubrieron que su nueva <<frialdad» era
hasta su casa a horas inoportunas, jamás les hizo superficial y carente de sentido, que su capacidad emotiv'l
ir de un sitio para otro cumpliendo sus encargos; al se iba secando, que envejecían y decaían; en suma, temían
contrario, los satisfacía en todo y se vanagloriaba de estar perdiendo su capacidad amorosa. No ganaron nada
ser una buena oyente. Y, sin embargo... Pensaba en imitando a Jos hombres; tan sólo superficialidad e inma-
las mujeres que conocía; en cómo todas tenían por durez teniendo además en cuenta que su imitación tampo··
lo menos un hombre evidentemente enamorado; pen- co e;a demasiado buena, porque en todo ello había algo
saba en las mujeres que había observado; en cómo que seguía irritando sus sentimientos.
todas ellas parecían conseguir los hombres a su ~n­ Así, pues, aquellas que decidieron no casarse por ser lo
tojo y en cómo, si su hombre dejaba de pertenecerlas, suficientemente inteligentes para echar una mirada a su
lo sustituían rápidamente por otro. alrededor y comprender a dónde conducía este camino, se
encontraron con que el dilema era: o matrimonio o nada. Los
Las mujeres de grandes ideales que creyeron posible .la hombres se entregaban sólo en base a un precio: el de com-
emancipación, aquellas que lucharon desesperadamente por partir (cargar con) su vida, permanecer sobre su pedesta!,
liberarse de las «frustraciones» femeninas, para cultivar
convertirse en apéndice suyo, etc. La otra alternat~va eqUI-
lo que creyeron una mayor sinceridad, fran'!ueza Y gene-
valía a verse consignada para siempre a ·este hmbo de
rosidad masculinas, fueron cruelmente enganadas. Descu-
<<pollitas» que nada significan. o, al menos, no lo que su
brieron que nadie apreciaba su conversación inteligente,
madre significaba; a ser la <<otra mujer>> durante el res-
sus altas aspiraciones, sus grandes sacrificios por evitar
to de sus vidas, utilizada por el hombre pata . provocar a
adquirir el modo de ser de sus ma~res; _los homb~es es-
la esposa, para demostrar su virilida~ y/o su mdep~n~en­
taban contentos de disfrutar de su mgemo, su estilo, su
cia, objeto de discusión entre los amigos como su ultima
sexo y sus cenas a la luz de las velas, pero terminaban siem-
181
180
conquista <<interesante>>, etc. (porque, aun cuando ella hu· Preguntóse una vez a una paciente joven durante una
. hiera renunciado a toda esta terminología y a todo cuan• consulta psicoanalítica si prefería ver a un psicoana-
· to. ella significa, no sucedería lo mismo en el caso de los lista masculino o femenino. Sin la más leve vacilación,
hombres). Es cierto: .el amor significa cosas muy distintas contestó:
para el hombre y para las mujeres. Significa propiedad y -A una psicoanalista, porque me siento demasiado
control; significa celos, los mismos celos que el hombre ja- ansiosa por conseguir la aprobación masculina.
más había manifestado anteriormente, cuando ella hubie·
ra querido que los manifestara (¿a quién le preocupa que
la mujer sea burlada o violada, mientras no le pertenece
oficialmente? Más tarde será una furia desatada, un ver'
dadero ciclón, .porque su propiedad, la extensión de su ego,
se haya visto. amenazada); significa una creciente falta de
interSs, unido a los devaneos. ¿Quién lo necesita?
Desgraciadamente, las mujeres siguen necesitándolo. Vea-
mos una vez más lo que los .pacientes de Reik nos dicen:·

De vez en cuando sufre alucinaciones de no ser ya


perseguida por los hombres. En estos momentos de
manía no-persecutoria se siente muy deprimida.

Además:

Todos los hombres son egoístas, brutales y desconside-


rados ... y yo quisiera encontrar uno.

Hemos visto ya que la mujer necesita amor; en primer


lugar, por su función natural enriquecedora, y, en segundo
lugar, por razones sociales y económicas que nada tienen que
ver con el amor. Negar la satisfacción de dicha necesidad
supone colocarse en una posición super•vulnerable social y
económicamente,· así como destruir su equilibrio emocional,
que -'a· diferencia del de la mayor parte de los hombres~
es hmdamentalmente sano. ¿Merecen los hombres todo
esto? Decididamente no. La mayor parte de las mujeres
piensan que pasar por todas estas penalidades por un hom•
bre sería añadir escarnio a la herida. Por esto, siguen como
.antes, procurando sacar el mejor partido de una mala si'
tuación. Si la cosa se pone ·demasiado fea, entonces acuden
a un psiquiatra (masculino):

182 183
7
LA CULTURA
DEL ROMANCE AMOROSO

Hasta el momento no hemos trazado ninguna divisoria


entre «romance» y amor, porque no existen dos clases dis-
tintas de amor -uno sano (aburrido) y otro no (doloroso)
(«Querida, lo que tú necesitas es una relación amorosa ma-
dura. Sobreponte a esta estupidez romántica>>), sino sólo
una agonía pseudo-amorosa o cotidiana. Cuando el amor
nace en un contexto de poder, la •vida amorosa>> de todos
se ve necesariamente afectada, porque poder y amor no son
elementos combinables. ·
Por esto, al referirnos al amor romántico, estamos ha-
blando el amor corrompido por su contexto de poder --el
sistema de clases sexuales- en una forma enfermiza de
amor que tan sólo sirve para reforzar las estructuras del
sistema de clases basadas en el sexo. Ya hemos visto cómo
la dependencia psicológica. de las mujeres con respecto a
los hombres es producida por una opresión real económica
y social sin solución de continuidad. Ahora bien, en el mun-
do moderno las bases socio-económicas de la opresión no
bastan por si sola~ para asegurar su supervivenCia. Éste es
el motivo por el que se ha introducido artificialmente en es-
cena todo el aparato del romanticismo (¡Chicos!, ¡parece
como si tuviéramos que ayudarla!)
El romanticismo se desarrolla en proporción al grado
de liberación de las mujeres con respecto a su biologia.
A medida que la civilización avanza y las bases biológicas
del sistema de clases sexuales se desmorona, la supremacía
masculina debe apoyarse cada vez más en instituciones ar-
tificiales o en formas agudizadas de instituciones preceden-

185
tes para. ~ubsistir -por ejemplo, en sustitución de la anti- nor impulso sensual produce un efecto exagerado, suficiente
gua famllm caracterizada por su forma elástica, permeable para otorgar inspiración a todas las realidades, desde una
t~ne;nos ah?r:' una variedad de familia nuclear patriarcal d~ escuela de pintura artística hasta el rock and roll. En re-
CI~Ciente ngid~z estructural, observamos también que el sumen, el erotismo es la concentración de la sexualidad -a
frun~o despreciO con que antes se juzgaba a las mujeres, menudo sobre objetos emocionalmente sobrecargados· («el
ha Sido reemplazado por una adoración que cabe calificar de encaje de Chantilly» )- y que representa la transferencia al
farsa (1). El romanticismo no es más que un instrumento sexo de otras necesidades socio-afectivas. Para ser sinceros,
cultural del poder masculino, cuya finalidad es n1antener a la expresión de una necesidad afectiva de cuño antiguo le
las rr;ujeres _en la ignorancia de su condición. Su necesidad convierte a uno en un «soso»; necesitar un beso es algo em-
es mas acucmnte -y por tanto su incidencia más intensa- barazoso, a menos que. se. trate de un beso «eróticO>>; lo
en los países occidentales caracterizados por un índice más único es el «SeXO>>, elemento por el que se mide el propio
elevado de industrialización. En. la actualidad, a pesar de la temperamento. Virilidad y nivel de actuación sexual pasan
!~enología que capacita a las mujeres para desertar defini- a confundirse con valía social ( 1).
tivamente de sus funciones tradicionales -objetivo que es- La ininterrumpid" estimulación erótica de la sexualidad
tuvo cerca del éxito a principios de siglo- el romanticismo masculina, emparejada con la imposibilidad de darle salida
se encuentra en un apogeo jamás alcanzado. a través de los cauces más corrientes, tiene por objeto ani-
¿Cómo actúa el romanticismo en su función de instru- mar a los hombres a considerar a las mujeres únicamente
mento cultural diseñado para reforzar las clases sexuales? como objetos cuya resistencia a la intromisión hay que su-
Examinemos sus elementos constitutivos, perfeccionados ~ perar. Veamos, por ejemplo, cómo este erotismo no opera
lo largo de los siglos, y los· métodos modernos de su difu- más que en una sola dirección. Las mujeres son los únicos
sión -técni_cas culturales tan sofisticadas y penetrantes, que objetos de «amor» en nuestra sociedad; tanto es así, que
hasta los mismos hombres se ven perjudicados por ellas. ellas mismas se consideran a sí mismas como objetos eró-
1) Erotismo. Componente básico del romanticismo es el ticos ( 2 ). Esto tiene como finalidad reservar para el varón el il
e;otismo:. To~as las necesidades animales (el afecto del ga- placer sexual directo, reforzando con ello la dependencia :¡
tito que )amas ha estado en celo) de amor y calor .se ven femenina; así, las mujeres sólo pueden satisfacerse sexual-
encauzadas hacia la sexualidad específicamente genital -las (1) Pero, como todas las mujeres han podido darse cuenta, el
1
personas no deben jamás tocar a las de su mismo sexo y mismo hombre que presiona en favor del ínt~rcambio sexual, suele
t~n sólo pueden tocar a las de sexo opuesto como prepara• mostrar un gran alivio cuando se le dispensa·_ de su ej~,c:ución real; ,,11
CIÓn a un intercambio sexual de tipo genital («una intento- su ego ha sido puesto en· situación de dependencia de sulf esfuer-
na»). El aislamiento con respecto a sus semejantes, hace zOs constantes de auto-demostración por medio de la conquista se- li
xual, pero lo que desea no es m~s que -una excusa pata permitirse 1
1
que la gente anhele violentamente las manifestaciones de la entrega afectiva sin perder su propio respeto masculino. La ma- li
contacto físico;· si el único tipo de contacto físico obtenible yor represión que . los hombres ejercen sobre la eXpresión de sus 11
es el específicamente genital, pasará pronto a ser su único proPias emociOneS, se debe -ádemás de a las consecuencias del
Complejo· de Edipo:-- a que la expresión sentimental hacia la mujer "
punto de mira. En este estado dé hipersensibilidad, el me- s1,1pone el reconocimiento de su igualdaQ.. A menos, evidentei}1ente,
qu~ el hombre modere su exp,resión sentimental -la retire- con
. (1) L~ galantería ha solido definirse como "una ·excesiva aten~ alguna demostración extem·a de dominio, (N. del A.).
<aón hac::m las· m~.j~res, . sin ningún objetivo serio concomitante". (2) Se ridiculiza tanto a los homosexuales, porque, al considerar
¡,
~hora '!nen, el obJe~tvo es, real,nente ser! o:_ se. trat~ de mantener a al varón como_ objeto sexual, atentan por dos ·veces contra las nor-
las muJeres en. la Ignorancia· d~ su. coridición de inferioridad de mas establecidas-; por esto, ni siquiera las mujeres. leen las revistas
clase, por med10 de falsos halagos, (N. ·del A). de "chicos guapos". (N. del A.).

186 187
1
mente por medio de la identificación sustitutiva con el hom- clase, cosa que las hace invisibles como seres individuales a
bre que disfruta de ellas. la mirada masculina.
·No es acaso esta desconocida Dama contigua al Pre-
La única excepcion a esta concentracion de todas las ne-
cesidades emocionales en la relacion erotica la encontramos sid~nte entre el personal de su séquito una r~~iniscencia del
(a veces) en el afecto intra-familiar. Pero también en estas discreto sirviente negro que presta sus serviCIOs en la Casa
circunstancias el hombre es incapaz -a menos que se trate Blanca? ·
de sus hijos- de expresar afecto por los niños, al igual que El proceso es realmente insidioso. Cuando un hombre
le acontece con las mujeres. Así pues, el afecto por los pe- exClama:
queños se convierte a su vez en una trampa destinada a · -¡Me encantan ·las rubias!, todas las secretarias que an-
atarlo a la estructura familiar y reforzando, por tanto, el dan por allí cerca, aguzan los oídos; lo toman como cosa
sistema patriarcal. personal, porque han sido personalizadas sexualmente; La ru-
bia se siente personalmente halag:'da, po:que ahora pue,de
2) P.ersonalización sexual de la mujer. El erotismo no medir su valía a través de los atnbutos fis1cos que la dife-
es más que el estrato superior del romanticismo que refuer- rencian de las demáo mujeres. Olvida por completo que cual-
za la inferioridad femenina. Como sucede con todas las· cla- quier atributo físico susceptible de menc}ón es cm;npartido
ses inferiores, la conciencia de grupo debe ser suprimida, por otras muchas mujeres, que estos atnbutos acc1~entales
si se quiere evitar la rebelión. En este caso, al ser sexual no son fruto de creación personal y que su sexualidad es
la característica distintiva de la explotación de las mujeres compartida por la mitad de la hu~an_i~ad. ~n cambio, en
como clase, deben utilizarse medios especiales para mante- un acto de reconocimiento de su mdiVtduahdad, su color
nerlos en la ignorancia de que se las considera sexualmente rubio sería amado, pero de modo distinto; en prirr;er lll:~ar
idénticas («coños»). Quizás en el caso del matrimonio el sería amada como totalidad insustituible y, a contmuacwn,
hombre elija cuidadosamente de entre este surtido indife- su cualidad de rubia sería amada como una de las caracte-
renciable, puesto que --como ya hemos visto- reserva un rísticas de dicha totalidad. · .
lugar elevado en su mente para «aquélla>>, en virtud de su El proceso de la personalización del sexo es t?;t sofisti-
íntima asociación con él; pero, en general, no sabe distinguir cado, que puede llevar años de exarr;en su deteccton, supo-
entre unas y otras («rubias>>, «castañas>> o «pelirrojas>>) (1 ). niendo que sea detectable. Esto explica muchos rasgos des-
Además, a él le gusta así («El contoneo de tu andar, la risa concertantes de la psicología femenina, que P~~den adoptar
de tu hablar, ¡ESTO ES LO QUE ME GUSTA!>>) Cuando un una gran gama de variantes; veamos algunos e¡emplos:
hombre cree que todas las mujeres son iguales, pero no
quiere que ellas lo sepan, ¿qué es lo que hace? Guarda sus Hay mujeres que se sienten halagadas per-sonalment~,
convicciones para sí y finge, para apaciguar sospechas, que cuando se dirigen halagos a su sexo, vgr. «-¡Descu-
lo que ella tiene en común con las demás mujeres es pre- hrans.e ante la mujercita!>>
cisamente lo que la distingue de ellas. Así, llega un momento
en que su sexualidad es sinónimo de su individualidad. Hay mujeres que no se sienten insultadas cuando se
les dirige la palabra habitualmente en forma_ ilnper~o­
La personalización sexual de la mujer es el proceso por el
nal, vgr. «querida)>, «cielo», <~bornbón», ~<gatlto», «an-
que las mujeres pierden la perspectiva de su identidad como
gel», «reina», «princesa», <<muneca», «mUJer».
(l) 14 En cuanto a sus otros deportes", dice una reciente nota Hay mujeres que se sienten halagadas de que las pe-
propagandística acerca del {dolo del fútbol, Joe Namath, "las pre-
fiere rubias". (N. del A.). llizquen el trasero cuando se encuentran en Roma.

188 189
(¡Mucho más inteligente sería contabilizar cuántas ve- que las mujeres deben enfrentarse más a las ciaras a su
ces les es pellizcado a las otras chicas!) propia personalización sexual, es en las peleas de enamo-
rados, cuando las verdades salen a la cara; en tales momen-
tos el hombre puede perder su reserva y confesar abierta-
El placer ante la excitación física masculina ( demostra- mente que Jo único que realmente le gustaba de ella, era
ción muy frecuente de la sensualidad del hombre e su busto («construido como una >>) o sus
interpretada como signo de la propia valía y seduc- piernas (<<¡Hola, piernas!>>) y que éstos son elementos que
ción). puede encontrar en cualquier otro lugar, si es necesario.
De esta manera, la personalización del sexo estereotipa
El fenómeno de la obsesión por los vestidos. (Las mu- a las mujeres: alienta a los hombres a considerar a las mu-
jeres, al verse privadas de cauces legítimos por los jeres como «muñecas>>, diferenciadas tan sólo por atribu-
que expresar su individualidad, se «expresan» a sí tos superficiales -seres de distinta especie a la suya- y
mismas físicamente, en un intento por aparecer «dis- ciega a las mujeres ante su explotación sexual como clase,
tintas».) evitando su unión contra ella y segregando con eficacia am-
bos estamentos. Podemos considerar el reverso de la ima-
Estas menciones constituyen tan sólo algunas de las reac- gen, como efecto secundario de este proceso: si las muje-
ciones al proceso de personalización del sexo --en otras pa- res sólo se diferencian por sus atributos físicos, los hombres
labras, de la confusión de la propia sexualidad con la pro- -en cambio-- aparecen más individualizados e insustitui-
pia individualidad. El proceso es tan eficaz, que muchas bles de lo que realmente son.
mujeres llegan a creer seriamente que el mundo necesita Las mujeres, al concedérseles el reconocimiento social
para seguir existiendo sus contribuciones sexuales particu- únicamente en gracia a una falsa individualidad, no puedel1
lares. (<<Cree que tiene la carita de oro»), pero las canciones desarrollar lit fuerte individualidad que les permitiría des-
de amor seguirían componiéndose sin ellas. trozar tal engaño. Si lo único reconocido es la propia exis-
Es posible que las mujeres resulten engañadas, pero. Jos tencia sin más, ¿por qué esforzarse por conseguir un ver-
hombres son plenamente conscientes de este proceso como dadero carácter? Resulta mucho menos complicado <<ilumi-
de una valiosa técnica susceptible de manipulación. Por esto nar la estancia con una sonrisa>> -por lo menos hasta el
se toman tantas molestias por evitar hablar de mujeres de- día que la «jovencita>> se gradúe para pasar a ser un «Ve-
lante de ellas («nunca en presencia de una señora»); su jestorio>> y descubrir que su sonrisa ya no es «inimitable>>.
juego quedaría al descubierto. Escuchar a hurtadillas una 3) El ideal de belleza. Todas las sociedades han elegido
de estas sesiones llenas de alardes exagerados masculinos, un tipo específico de belleza como superior a ios dernás.
resulta traumático para la mujer. ¿De manera que durante Poco importa cuál sea este ideal, porque la mayoría siem-
todo este tiempo no ha sido considerada más que <<trasero», pre quedan fuera de él; los ideales -por definición- siem-
«carne», « » o « », para después ser juz~ pre se ajustan a cualidades poco frecuentes. En América, por
gada como «esta cascarrabias», «especie de ... », «mujeruca» ejemplo, la moda actual de modelos franceses o el ideal
y ser despojada fraudulentamente del dinero, del amor o del erótico de la «rubia sensual» son cualidades verdaderamente
sexo? La comprensión en último término de que no·es me- poco frecuentes; pocas americanas hay de ascendencia fran-
jor que las otras mujeres, sino que resulta absolutamente cesa (en realidad, la mayor parte de ellas no tiene aspecto
indiferenciable de ellas, no es sólo un golpe terrible, sino francés ni Jo tendrá jamás; añadamos el hecho de que co-
una aniquilación total. Sin embargo, quizás el momento en men demasiado); las rubias sensuales pueden ser teñidas

191
190
. .d iensan de forma parecida y'
(al igual que Marilyn Monroe, la reina misma del sexo), pero -tienen un aspec;o parecl o, p túpidas que no creen en su
lo que no pueden hacer es adquirir curvas a placer; el lo que es peor aun, son tan es ¡, .... ,

caso es que la mayoría, de raíz anglosajona, difieren sen- semejanza.


cillamente de esta constitución particular. Aun cuando por
supuesto que, gracias a los métodos artificiales, muchas • • • \'

puedan ajustarse al ideal, éste cambia. Si el ideal fuera al-


. ci ales elementos constitu-
canzable, ¿qué mérito habría de él? Estos son algunos de los pnn P . . 0 que a pesar
Así pues, la exclusividad del ideal estático sirve a una . t ultural -el romanttctsm -, '
tivos d~l. apa;a o e d . 1 . l'mitaciones «naturales» que pesan
función política definida. Siempre quedará alguien -la ma- del debthtamtento e as. 1
la opresión sexual. Las
1
yor parte de las mujeres- fuera de sus cánones y en lu- sobre las mujer~~· mantiene ~~n~i~~smo a través de los ~i­
cha constante, además, porque -como ya hemos visto- aplicaciones poht!cas del ro .. d d y a opere sut!l-
1
a las mujeres tan sólo se les ha permitido conseguir su in- glos han ido creciendo en coe~~~;:;a~tlcismo se ve -en
dividualidad a través de la apariencia externa -siendo ca- mente o en forma descarada, r la función masculina
lificado el aspecto de «bueno», no por amor a su poseedora, d áxima amenaza pa a . .'
esta época e m. .· uevas técnicas de comumcacwn
sino por una mayor o menor proximidad a unos cánones del poder- ~pl~fic~~a por n los hombres se ven envuelt_os
externos. Esta imagen, definida por hombres (y general-
mente por hombres homosexuales, muchas veces misógi-
de tan ampl~a dtfuston,.
en sus proptas redes. ( omo
¿'!e funciona esta tarea amphfi-
.
nos de la peor especie), se convierte en el ideal. (:Qué su- cadora? ., de los más mínimos deta-
cede? Por todos los rincones encontramos mujeres esfor- Con la representacwn cu1tura1 d . "n de las axi-
zándose por embutirse en el zapatito de cristal, torturando . · ( gr la deso onzac10
Jles de nuestra. exts:encta v · propia experiencia y las
1
y mutilando sus cuerpos con dietas y programas de belleza, las), la distanci~ existente e:~:ec:ntada por una vasta red
vestidos y maquillaje, todo para convertirse en la muchacha propias percepciones se ve . cia directa choca con la
soñada por un príncipe ele mala muerte. Pero no hay otra interpretativa; si nuestra. expen~n ltural es la validez de
alternativa. Si no actúan de esta manera, el castigo es tre- interpretación de esta ubicua re e~ Est~ proceso, eviden-
mendo -su legitimidad social se ve en entredicho. la experiencia la que hay ~ue. negaal~s muJ'eres La di.fusión
Por todo esto, las mujeres son cada vez más parecidas e aplica en exc,usiva ·
temente, no s . d t n profundamente nuestras re-
entre sí; pero, simultáneamente, se espera de ellas que ex- 1
de la imagen ha a tera o a . os ue hasta los hombres
presen su individualidad a través de la apariencia física, de ladones para c?n nosotr~~~~s~a~n~ue jamás en objetos
tal manera que navegan entre dos aguas, tratando a un se han convertido en o J ser extensión de uno mis-
mismo tiempo de expresar su comunidad y su singularidad eróticos. Las in;ág~nes pasan : ersona real de·. su última
de rasgos. Las exigencias de la «personalización sexual» es-
tán en contraposición con las exigencias del <<ideal estético»,
mo; se hace difíci~ separ~e la
imagen, esto supomendo q A
1
!'
·!
ersona subyacente» no se
el chico que se sentaba
.provocando graves neurosis femeninas en torno al aspecto haya evaporado totalmente. rnia~do en su nariz y gastando
personal, detrás tuyo en el sexto _curso udregformación en su hombro iz-
Ahora bien, este conflicto tiene una función política im- b romas, aquel que tema
d'd0 . buna . . capas· sucesivas d e Imagenes
· ,
portante. A medida que las mujeres empiezan a parecerse quierdo, se ha per I de ~~o High School», el «rebelde del
más y más unas a otras, distinguiéndose tan sólo por el gra- adoptadas -el «actor te de la primavera de Sa-
do de divergencia con respecto a un ideal teórico, pueden campus», «James Bond>>, «e1 aman .. . h't de sofis·
ser estereotipadas como estamento con creciente facilidad lem», etc.- alcanzando cada imagen nuevos I os
193
192
ticación hasta un extremo en que la misma persona ignora se hace más provocativa -los vestidos se acortan. Los te-
,su propia identidad. A ello añádese e\ hecho de que trata a jidos transparentes pasan a ser de uso corriente. Sin em-
los demás a través de esta· extensión de imágenes (la «ima- bargo, en todo este ataque masivo de estímulos eróticos los
gen del muchacho» conoce a la «imagen de la muchacha» y hombres raras veces son representados como objetos eró-
·se consume el «romance-imagen»). Aun suponiendo que una ticos. El erotismo femenino, así como el masculino, va di-
mujer pudiera penetrar bajo esta intrincada apariencia rigido cada vez más hacia las mujeres.
imaginativa, lo cual exigiría meses y quizás años de relación Una de las contradicciones internas de este sistema pro-
penosa y casi terapéutica, no sería recibida con la gratitud pagandístico de tanta eficacia, es que expone tanto a los
merecida por haber amado (penosamente) al hombre en su ojos de los hombres como a los de las mujeres el proceso
yo real, sino con la repulsión y terror frenético del hombre estereotipante que estas últimas se ven sometidas. La idea
que se ve descubierto._ Lo que él desea en cambio, es «la primordial era quizás hacer llegar a ojos femeninos cuanto
muchacha_ Pepsi-Cola», que sonría agradablemente a su pe- mejor conviene a su función femenina, pero, en cuanto. los
lirrojo Johnny Walker frente a los troncos de una chi- hombres conectan la televisión; reciben un tratamiento in-
Inenea. tensivo acerca de los últimos adelantos en el control de la
Sin embargo, aunque esta reconstrucción afecte a hom- obesidad, en pestañas postizas, o en ceras para el pavimen-
bres y a mujeres por igual, en el caso de estas últimas se ve to. Toda esta marea de hostigación y despliegue sexual bas-
profundamente complicada por las formas de explotación tarían para hacer que los hombres odiaran a las mujeres,
sexual ya descritas. La mujer no es sólo una «imagen», es en el supuesto de que no fuera ya así.
la «imagen de la atracción sexual». La uniformización de las La extensión del romanticismo a través de los medios
mujeres se extiende, sólo que a,hora ya no hay la excusa de modernos de comunicación amplifica, pues, enormemente
la ignorancia. Toda mujer es informada constante y explí- sus efectos. Si ya antes la cultura mantenía la supremacía
citamente de cómo <<mejorar» lo que la naturaleza le con- masculina a través del «erotismo», la «personalización del
cedió, dónde comprar los productos necesarios al efecto y sexo>> y el «ideal de belleza>>, ahora todos esto.s proces?s ~~n
cómo contabilizar las calorías que jamás debió haber inge- alcanzado una eficacia casi excesiva; los mediOs de difuswn
rido -es más, la mujer <<fea» está ya casi tan cerca de la son culpables de «overkill>> (1 ). La regeneración de las mu-
extinción, que hasta ella está rápidamente convirtiéndose en jeres en este momento particular de la histo;:ia. pw';de de-
«exótica>>. La competencia se hace histérica, porque todas berse a un efecto retroactivo, a una contradiCCIÓn mterna
están conectadas al mismo circuito. El mismo ideal de be- de nuestro sistema moderno de indoctdnación cultural, por-
lleza lo invade todo («Las rubias tienen más atractivo ... >>)' que -en su intensificación de la indoctrinación sexual- los
El erotismo se hace erotomanía. Estimulado al límite, ha medios de difusión han expuesto a la luz pública la degra-
alcanzado niveles epidémicos inigualados en la historia. Des-- dación de la «femineidad».
de cualquier portada de revista, pantalla cinematográfica,. Como conclusión, quiero añadir una observación acer~a
aparato de televisión o anuncio del metro nos asaltan pe- de las especiales dificultades encontradas en el ataque al Sis-
chos, piernas, hombros, muslos,, etc. Los hombres están en tema de clases sexuales- a través de los medios de indoctri-
un estado de excitación sexual constante. Ni siquiera con la nación cultural. Los objetivos se~uales son bellos. Un ataque
,mejor de las intenciones es fácil concentrarse en otra cosa.
'E:ste bombardeo de los sentidos, en contrapartida, lleva aún ' >. (1) Término que designa la capacidad de reservas de armame~to
más lejos la provocación sexual, porque los métodos ordina- nuclear de una nación suficiente para aniquilar un número crec1do
de veces (siempre superior a la unidad) a la población total de cual~
l de excitación han perdido ya -su efecto. La indumentaria. quier otra nación. (N. del T.).

194 195
contra ellos puede ser interpretado como un ataque contra
la belleza misma. Las feministas no deben mostrarse tan
mojigatas en sus esfuerzos, como para sentirse obligadas a
negar de plano la belleza de una portada de Vogue. Ahí no
está el meollo del asunto. La cuestión real es la siguiente:
8
¿es esta cara hermosa según unos cánones humanos -per-
mite el desarrollo, el cambio y la decadencia, sobresale entre CULTURA (MASCULINA)
las demás sin necesidad de ayudas artificiales- o imita fal-
samente el tipo de belleza tan diferente de un objeto inani-
mado, como una madera que intentara ser metal?
Atacar al erotismo implica problemas similares. El ero-
tismo es excitante. Nadie quiere librarse de él. La vida se- La concepción del mundo, al igual que el mundo en sí
ría una lata o una rutina si careciéramos hasta de esta pe- mismo, •es obra de los hombres; ellos lo describen desde su
queña chispa estimulante. Ahí está el punto crucial. ¿Por propio punto de vista, al que confunden con la verdad ab-
qué toda la alegría y excitación ha sido concentrada y unifi- soluta.
cada en una parcela estrecha y difícil de alcanzar de la ex- Simone de Beauvoir
periencia humana, dejando baldío todo lo demás? Cuando
exigimos la eliminación del erotismo, no nos referimos a la
eliminación del goce y excitación sexuales, sino a su redi- La relación de las mujeres con la cultura ha sido de tipo
fusión sobre toda la trama de nuestras vidas -no impli- indirecto. Ya hemos expuesto cómo la organización psíquica
caría una disminución, puesto que se desarrolla con el uso. actual de los dos sexos dispone que las mujeres inviertan
su energía emocional en los hombres, mientras estos «SU·
b!iman» las suyas en el trabajo. Siguiendo esta senda, el
amor de la mujer se convierte en el combustible que mueve
la máquina cultural. (Esto por no hablar de las <<grandes
ideas» nacidas directamente de las discusiones matinales de
tocador.)
Además de proporcionarle su soporte emocional, las mu-
jeres tuvieron otra importante relación indirecta con la cul-
tura: la inspiraron. La «musa» era femenina. Los hombres
cultos estaban emocionalmente distorsionados ·por el pro-
ceso de sublimación; convertían la vida en arte y, por tanto,
no podían vivirla._ Las mujeres, sin embargo, y los hombres
excluidos de la cultura siguieron en contacto directo con su
experiencia -convirtiéndose, así, en interesante materia de
estudio cultural.
Un ejemplo sacado de la historia del arte nos demuestra
la intrinsicidad de las mujeres en el contenido cultural.

197
196
I)I.'Ml\SIIWJ 111 lli~ -
IIISTiiUTO lli1 n:.OOilt\A
fACULí"/;.!J UE
l'l!»AFlA Y !JH!tldi '
Los hombres son estimulados eróticamente por el sexo opues- qué es lo que realmente su experiencia les dicta y de si real-
to; ahora bien, la pintura era quehacer masculino; por tan- mente ésta es distinta de la de los hombres. El instrumento
to, el desnudo pasó a ser un desnudo femenino. En aquellos de representación, de objetivación de la propia experiencia
casos en que el desnudo artístico masculino alcanzó níveles para poder examinarla, está tan plagado de prejuicios mas-
notables -ya fuera en la obra de un artista individual, como culinos, que casi nunca pueden contemplarse culturalmente
Miguel Angel, o en todo un período -artístico, como el de la las· mujeres a sí mismas a través de sus propios ojos. El re-
Grecia clásica- los hombres eran homosexuales. sultado es que los contenidos de su propia experiencia que
. El contenido artístico; cuando lo hay, está en la actuali- chocan con la cultura predominante (masculina), son recha-
dad todavía mucho más inspirado por las mujeres. Supon- zados y reprimidos.
gamos por un momento que eliminamos los personajes fe- Debido; pues, a que los dictámenes culturales son obra
meninos de las películas y las novelas más populares, in- masculina y a que tan sólo presentan una perspectiva mascu-
cluso de las obras de directores <<de fuerte sesgo intelec- lina sobre las cosas -intensificada ahora por el bombardeo
tual» -Antonioni, Ber'gman o Godard-; no quedaría gran masivo de los medios de comunicación- las mujeres no
cosa, porque durante los últimos siglos, especialmente en pueden conseguir una auténtica idea de sí mismas. ¿Por qué
la cultura popular -y debido, quizás a la problemática po- las mujeres, por ejemplo, se sienten excitadas por repre-
sición de las mujeres en la sociedad-,- las mujeres han pa- sentaciones pornográficas de cuerpos· femeninos? A través
sado a ser el contenido principal del arte. En realidad, si de su experiencia ordinaria del desnudo femenino -en los
analizamos la propaganda -aunque sea de un sólo mes- vestuarios de un gimnasio, pongamos por caso~, el es-
de la producción cultural, creeremos que las mujeres son pectáculo de otras mujeres desnudas puede resultar intere-
lo único que ocupa el pensamiento de la gente. sante (aunque probablemente sólo en la medida en que juzc
¿Qué podemos decir acerca de las mujeres que han con- gan de acuerdo con criterios masculinos), pero no directa-
tribuido directamente .a la cultura? No hay muchas. En el mente erótico. La distorsión cultural de la sexualidad ex-
caso de aquellas pocas que han participado en la cultura plica también cómo .la sexualidad femenina se ve enzarzada
masculina, han tenido que hacerlo en sus propios términos en el narcisismo ~las mujeres se hacen más el amor a sí
masculinos. Es algo palpable. Al tener que competir como mismas en forma sustitutiva, a través del hombre, que a
hombres y en una actividad masculina -mientras segman éste por sí mismo. A veces, esta obsesiva difusión cul-
presionadas para que se encontraran a sí mismas en sus tural del hombre-sujeto 1 mujer-objeto desensibiliza tanto a
antiguas funciones femeninas, funciones a todas luces con- las mujeres con respecto a las formas femeninas que hasta
trapuestas a las ambiciones ·que se habían autbpropuesto- orgásticamente se ven afectadas (1).
no es de extrañar que rara vez resultaran tan habilidosas Existen otros ejemplos de los efectos distorsionantes de
como los hombres en el juego de la cultura. una cilltura exclusivamente masculina sobre la ·perspectiva
No es ya cuestión de igualdad de competencia, sino de femenina. Volvamos otra vez a la historia de la pintura figu-
autenticidad. Hemos visto al hablar del amor cómo las mu-
jeres modernas han' imitado la psícología masculina, con- (1) _Se ha descul.Jierto que la incapacidad femenina de represen'-
tación -lniaginativa sexual es una causa importante -de frigidez.· Mas~
rundiéndola con la salud, y cómo han terminado por' ello ters y Johnson, Albert Ellis Y. ot~os han subrayado la importancia
en peor situación que Jos mismos hombres; ni siquiera eran del "enfoque seXual". cuando se enseña a· las mujeres -frígidas a con-
fieles a sus propias enfermedades. Hay todavía aspectos seguir. ·el orgasmo; . Hilda O'Hare, en lnternational ]ournal o f. Sexo-
más complejos en esta cuestióh de la autenticidad; las mu- logy. atribuye correctamente este_ problema a la. ausencia en nuestra
jeres carecen de medios para llegar a uri acúérdo acerca de sociedad de. una contr~partid¡¡. femenina a los incontables estimulan-
tes del irhptilso seXual másctilino. (N. del A.)

!98 199
rativa. Ya hemos visto cómo en la tradición del desnudo a las mujeres un rechazo de toda la tradición cultural, pues-
las inclinaciones heterosexuales masculinas llevaban a in- to que la mujer que participa de la .cultura existente (mas-
sist.i~ sobre la hembra más que sobre .el varón, como forma culina) debe triunfar y ser juzgada según los criterios de
estetica Y agradable a los sentidos. Una tal predilección por una tradición en cuya confección no ha tomado parte -y,
uno de los dos se basa, evidentemente en una sexualidad desde luego, en dicha tradición no hay el menor resquicio
artificial en sí misma, producto de cr~ación cultural. Sin
t·.··
para una perspectiva femenina de las cosas, aun dando por
~II!~argo, por lo menos cabría esperar el predominio del pre- supuesto que la mujer pudiera descubrir en qué consistiría
JUICio opuesto en la visión de las mujeres artistas englobadas dicha perspectiva. En aquellos casos en los que una mu-
aún en la tradición del desnudo. Pero no sucede así. Acuda- ,iei:, cansada de perder en un juego regido por reglas mas-
_mos a cualquier escuela artística de este país y veremos las culinas, ha .intentado. tornar parte en la cultura de un modo
aulas llenas de muchachas trabajando diligentemente a par- femenino, ha sido menospreciada y mal interpretada; el
tir de ~odelos femeninas, dando por sentado que el modelo establishment cultural (masculino) la ha clasificado corno
rnasculmo es de un modo u otro menos estético -en el rne- <<Lady Artist», es decir, trivial, inferior, y ahí se acabó todo .
.ior de los casos, poco usual- y sin preguntar jamás por Incluso en aquellos casos en que no ha quedado más reme-
qué el rnodel? masculino lleva un taparrabos, cuando la dio que reconocer (a regañadientes) su valía, se ha puesto
mode~o fememna no se atrevería a soñar en aparecer ni con de moda -manera sencilla de poner de relieve la propia
una cmta. <<seriedad» y refinamiento de gustos- afirmar que es <<bue-
S! echamos una ojeada a las obras de famosas pintoras na» pero intrascendente.
asocmdas a la Escuela Impresionista del XIX como Berthe Posiblemente sea cierto que la presentación exclusiva del
Morisot y Mary Cassatt, una se extraña ante su obsesiva aspecto femenino de las cosas -que tiende a ser una larga
P;_::ocupación por el tradicional terna femenino: mujeres,
"'
i
protesta lamentativa más que la representación de una exis-
:1
nmos, desnudos femeninos, interiores, etc. En parte esto se !i. tencia plena y sustantiva- es una visión limitada. Pero una
explica por las circunstancias políticas imperantes en la cuestión de igual importancia y mucho menos planteada es
época; las pintoras ya eran lo bastante afortunadas pudien- la siguiente: ¿acaso esta visión es más limitada que la co-
do pintar lo que fuera, para atreverse a tocar el terna del rriente visión masculina de las cosas, la cual, aunque no
desnudo masculino. Pero no es esto todo. A pesar de su so- sea aceptada corno verdad absoluta, es por lo menos con-
berbio dibujo y de su habilidad compositiva estas muje- siderada <<seria>>, pertinente ·e importante? ¿Es realmente la
res siguieron siendo artistas de segunda fila, ~orque habían Mary McCarthy de The Group una escritora tan por debajo
"plagiado» un conjunto de tradiciones y una visión del mun- del Norman Mailer de The American Dream? o ¿es que
do inauténtica en ellas. Trabajaban dentro de los estrechos está describiendo una realidad cuya onda los hombres, los
lími~e~. de lo que. había si.do definido como femenino por una controladores y críticos del <<establishment cultural>>, son
tradJCJOn mascultna -vemn a las mujeres a través de ojos incapaces de sintonizar? · ·
masculinos, pintaban la idea masculina de la hembra. Esta El hedho de que hombres y mujeres se hallan sintoniza-
hazaña la llevaron además al último extremo, porque in- dos en distinta longitud de onda, de que existe realmente
tentaron sobrepasar a los hombres en este menester· habían una realidad . enteramente distinta para unos y para otras,
sido engañados por una cháchara aduladora (seduct~ra), De es algo enteramente evidente a partir de nuestra. forma cul-
ahí la falsedad que corrompe su obra, haciéndola <<feme- tural más primaria -los libros de cómics. Hablo ahora
nina», es decir, sentimental, huera. de mis propias experiencias. Cuando era pequeña, mi her-
Producir una verdadera obra de arte <<femenina» exigiría mano tenía una habitación entera de cómics. Pero, a pesar

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ele ser yo una lectora voraz, esta inmensa librería ele cómics güenza confesarlo, la muerte me habría cogido antes con
no me interesó en Io más mínimo.· Él prefeiía los «serios» un libro de Hemingway en las manos que con uno ele Vir-
como las «hist.orie~~ béli~as». (¡Aak-Aak-Aak!) y Supermán; ginia Woolf.
en plan ele c!Iverswn mas ligera, los . «ele humor>>, como Para ilustrar en términos más objetivos esta dicotomía
B-ugs Bunny, Tweetie y Sylvester, Tom y Jerry, y todos los cultural, no necesitamos atacar los tigres de papel mas evi-
es:úpicl?s repetit.ivos que se empeñaron en publicar un mene dentes (en todos los aspectos) -vgr. Hemingway, Jones, Mai-
saJe mas que evidente. Aunque estas <<historietas de humor>; Ier, Farrel, Algren y los clemá:s. La nueva «escuela ele la vi·
irritaban la mayor sensibiliclacl ele mis· facultades estéticas riliclacl» ele la literatura del siglo xx constituye en sí misma
era capaz ele leérmelas de un tirón. Péro, si hubiera clis: una respuesta directa, es más, una violenta reacción cultural
frutado ele una mayor libertad como hermana mayor y ele masculina a la creciente amenaza que se cernía sobre la su-
una supervisión paterna algo menor, probablemente me hu- premacía masculina -<< Virility, lnC.», un manojo ele <<tipos
biera enfrascado en la lectura ele toda una colección <<seria» duros» culturalmente subdesarrollados, dando continuamen-
de <<historietas ele amor» (GRAN LAGRIMA. Oh, Toe!! ¡No te palos ele ciego para salvar su condición de hombres.
le cuentes lo nuestro a Sue! ¡moriría!), ocasionalmente True Y aunque su fama es mayor, los escritos ele clidhos artis· ·
Confessions; y para diversión más <<ligera», Archie y Veró- tas sobre la experiencia <<masculina» no son más perspicaces
nica, o aquellas variantes ocasionales más iinaginativas ele que los ele Doris Lessing, Sylvia Plath o Annals Nin sobre
las historietas para niños como Plasticman o las histol:ietás la experiencia femenina. En realidad son culpables de ha-
del Tío Scroofe McDuck dentro ele la serie del Pato Donald ber confundido deliberadamente su experiencia, cosa que
-me encantaba la egoísta extravagancia ele bañarse en convierte en falsos sus escritos.
dinero. (Muchas mujeres -privadas ele su yo- me han con- En cambio, examinaremos un prejuicio más insidioso
fesado esta misma pasión ele su infancia). Lo más probable, (porque es menos evidente) afincado en escritores que in·
es que no hubiese invertido ningún dinero en libros de có- tentan con sinceridad describir el espectro total de la ex-
mics. Los cuentos ele hadas, mucho menos realistas, cons- periencia masculina/femenina -Bellow, Malamud, Upclike,
tituían mejores evasiones. · • Roth, etc.-, pero que fracasan en su intento, a menudo sin
Mi hermano sostenía la opinión ele que los gustos de las conciencia de ello, por haber descrito esta totalidad desde
niñas eran ele <<Sentimentalismo estúpido» y yo éstaba con- un á:ngulo (masculino) limitado.
vencida ele que él era <<basto e insensible», ¿Quién tenía ra- Echamos una breve ojeada' a una narración ele Herbert
zón? Arribos la teníamos, pero él ganó (la colección era Golcl, escritor no <<masculino» 'ni· en su estilo ·ni en el con-
suya). . . tenido ele sus obras. Está hablando ele lo que les interesa
Esta diferenciación continúa. operahc!o a niveles· stipeé a las mujeres, es decir, relaciones -preferiblemente hombre/
riores. Yo tuve que obligarme a mí misma a leer a Mailer mujer, matrimonios, divorcios, líos amorosos. En esta na·
Heller, Donleavy y otros, por las mismas ·razones pot la~ rración -<<¿Qué ha sido de tu criatura?»- describe el asun-
que· no podía soportar los libros de mi· hermano; para mí to amoroso entre ·un .atormentado ,profesor joven. de uni·
no ·eran otra cosa que versiones más complejas de (res- versiclacl con. su rubia, una estudiante checa..
pectivamente) Superrriá:n, · AakcAak:Aak y de las Aventuras El retrato que se nos da ele. Lenka Kuwaila desde el pun·
ele Bugs Bunny. Pero,· aunque ·la lectura <<masculina>> si; to ele vista masculino del protagonista es únicamente sen·
giiió repeliéndómé, durante el proceso de adquisidóri ele sual; aun suponiéndola sensible en tales términos. La his- li
<<buen gusto» (gusto masculino)· perdí también el gusto· por toria empieza así:
la lectura <<femenina»; es más, llegué a odiarla: Y, me aver- Una muchacha. Una muchacha alegre, bonita y malé· 11
¡,
202 203 !l11
;'l
vola, plenamente cualificada tanto por su dulzura como Lenka abandonó New York sin verle, después de reci-
por su crueldad. Cuando él miró en su mesa a la bús- bir su angustiosa llamada:
qued.a de cigarrillos, encontró un sedoso montón de ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué tuviste que hacerlo de
panttt;s doblados como flores, que le aturdieron con la este modo, Lenka? ¿No ves que de este modo des-
alegna de la p~imavera. Cuando ella se puso un par, truyes todo lo que existe entre nosotros, incluso lo
llenando repentmamente los dos delicados pétalos de pasado?
rop~ forma~do dos capullos gemelos, fue como si el sol -No me importan los recuerdos. Lo pasado no signi-
hu_brera oblrgado a una flor a una delicada floración fica ya nada. Está pasado. Lo único que querías era
pnmaveral. ¡Oh! ¡La necesitaba, la amaba y, por esto, deslizarte por mi ventana un par de veces por se-
e~ honor de a:nbos, contemos 1a verdad de fonna tan mana ...
drrecta como esta llega siempre! -Pero, ¿qué significaba el escribirle así? ¿Cómo ... ?
-Te preocupabas más por una harpía calculadora que
Sin embargo, la verdad que se nos da «de forma tan di- por mí. Simplemente porque tenías un hijo.
recta como ésta siempre llega», es sólo su visión · de la -¿Por qué? ¿Por qué?
verdad: Ella le colgó el teléfono.
Se quedó contemplando con indiferencia el teléfono.
Efay un momento en la vida de cada hombre en que Todas las mujeres del mundo le estaban colgando el
este es capaz de hacer cualquier cosa. Ahora era este teléfono. Estaba desconectado.
momento en la vida de Frank Curtiss. La pérdida de
esperanzas de un arreglo con su esposa le había lle- Sintiéndose traicionado y engañado, Frank cuida aturdi-
vado a un goce profundo con una hermosa muchacha. damente sus heridas. A lo largo de lo que queda de historia
Hasta en. casa p~redan ir las cosas mucho mejor. Las sentimos su desconcierto; no entiende qué ha podido mo-
quer~llas se enfnaron .Y calmaron. Su trabajo marcha- verla a hacer aquello, no «entiende a las mujeres». Por fin
ba bren. Apenas necesrtaba donnir y no sufrió su ha- lo deja correr concediéndole «plenas cualificaciones por su
bitual alergia durante la primavera en que conoció a crueldad» así como por su dulzura.
Le?k~. Nada d~ U:?lestias nasales, nada de ojos en- Ahora bien, la «crueldad» de Lenka es la consecuencia
roJecrdos. Resprracton profunda, visión aguda. El do- directa de la incapacidad que él tiene de ver en ella más
lor de cabeza ocasional producido por la fatiga y el que a <<una muchacha» (alegre, bonita, o malévola), en vez
exceso quedaba curado al toque de su mano ante su de, quizás, un ser humano complejo con intereses propios
a:ogida cuando sonriente él llegaba, mostr~ndo sus distintos de los suyos. Sin embargo, gracias al sincero modo
drentes, a través de la ventana. de relatar el incidente y el diálogo que tiene Gold; un lector
perspicaz (probablemente femenino) podría leer entre líneas
Ahora bien, la verdad de ella debe de haber sido ente' que Lenka fue la traicionada. Veamos a Frank unos años
r~~ente distinta, ~;rdad . de la que no tenemos ningún in- más tarde en Manhattan:
dtcto en la. narracwn hasta que un día (imprevisiblemente)
Le?ka escnbe a la esposa una larga carta. El matrimonio en Encontró a una muchacha que le ayudara a morder
rumas, que había ido mejorando de modo constante desde una manzana, sorbiendo su dulce jugo al amanecer y
que Frank empezó su asunto con Lenka, es destruido para besándose finalmente como buenos amigos para vol-
siempre: verse cada uno de su lado y conciliar el sueño... Se

204 205
sentí~ !ibre ... A_rroj~ lejos de sí el tubo de aspirinas. se pusieron difíciles, creí que estabas demasiado en-
Su VISIÓn matnmomal de sí mismo <;omo un búfalo fadado ....Pero he estado recordando... Éste es el mo-
pesado, pelud~, cansado, con la cabeza gacha y el mo- tivo... Perdona ...
rro hendo, d10 paso a otra imagen: era delgado, su La rodeó con sus brazos y se la acercó, pero con más
postura er~ buena, era un tipo ágil. Cuando su ex- confusión que amor o ternura ...
esposa voi~Ió. a casarse, desapareció su último. vestigio Entonces pensó en las cartas sobre las que ella aca-
de remordimiento. Libre, libre. Jugaba al badminton baba de mentir y de repente, mientras ella levantaba
dos veces por semana con una muchacha francesa que el rostro esperando ser besada, la imagen más viva
pronunciaba « Badd-ming-tonn.» ele su mente era ésta: ella •era una mujer manchada.
Su miedo incontrolado llenó su mente de. confusión
Feliz soltero otra vez, un di'a Frank 11 ama Impulsiva-
· -engaño, enfermedad, oculta compasi6n, lodo y re-
mente a Lenka: tribución. Sin saber qué era Jo que temía, se limitó
a pensar:
Per? después de decirle cuánto tiempo había perma- (-Inmundicia, marrullería, corrupción creciente, pús-
n?ci~o ~n N~w York, ella le contestó que no sentía tuJas, llagas ... )
nmgun Interes por verle. No pudiendo soportar las amarguras de Lenka, pensó:
-Estaba resentido, seguramente lo comprenderás. Sigo (-¡Impostura, marrullería y vicio!)
pensando que anduviste muy equivocada, pero de to- La apartó de sí antes de que sus labios entraran en
d~s maneras te estoy muy agradecido. Todo fue para contacto; las uñas ele Lenka se hincaron en su brazo,
bien. desgarrando .la piel. Huyó. Sus sollozos le acompaña-
-Y se ha terminado -contestó ella. ron a través de la puerta abierta, mientras él bajaba
dando bandazos por las infectas escaleras y .alcan-
. Más adelante. él la encuentra por casualidad. Está consu- zaba el aire libre de la calle. ·
mida por las drogas y alterna· con clientes bajo la protec- Cae el .telón. Frank acaricia a su esposa, que se encuen-
ción de un músico negro: tra en las primerías de su embarazo, preguntándose qué
habrá sido ele Lenka.
Ella podría haber .inventado alguna estúpida mentira
(par~ invitarle a subir a su habitación), pero reconoció No se trata de una historia de contenido masculino ni
1~ mirada de desprecio en la cara del hombre, y en su es una historia de estilo «masculinO>>. Hay en ella la sufi-
vida; que ah?ra contaba ya con un cuarto de siglo, ciente descripción emocional para sonrojar a cualquier es-
~w.b~a aprendido t<tn sólo una manera de responder al critor masculino. Sin embargo, sigue siendo una narración
JUICIO de los hombres. Se apretó contra él con una
<<masculina>> gracias a la peculiar limitación de su perspec-
mezcla de recelo y timidez en su cara, una semisonrisa tiva de las cosas; en otras palabras, no comprende a las
provoca~ora, técnica felina muchas veces practicada, mujeres. Los motivos de Lenka para escribir a la esposa,
Y sus OJOS se llenaron de lágrimas al tiempo que los su negativa a verle, su intento de seducción -descritos con
cerraba; las lágrimas se balancearon en sus húmedos una aversión tan abrumada de sentido de culpabilidad-
párpados y rodaron por sus mejillas. . son cosas que Frank no puede soportar, exactamente igual
-Frank -dijo entrecortadamente-. Dejé de recor- que sucede en la vida real con los demás hombres.
darte durante mucho tiempo, no .sé cuánto, las cosas (<<No pudiendo soportar las amarguras .de Lenka, pen-

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só: ¡Impostura, marrullería y vicio!) Conocer a una mujer tas han sido hermafroditas en un sentido u otro. Durante el
más alla de las fronteras de su encanto, le resulta demasia- >Siglo xx, por ejemplo, escritores de la talla de Proust, Joy-
d_o p~noso. Juzga a las mujeres tan sólo con referencia a ce o Kafka lo ·han conseguido, ya sea mediante una iden-
SI mismo y a lo que ellas pueden proporcionarle sea en tificación física con ia mujer (Proust), cruzando voluntaria-
~érminos de belleza y placer o de dolor y amar~ra. No mente la línea divisoria con la imaginación (Joyce) o re-
Importa de qué se trate. Él no se preocupa por tal cosa, tirándose a un mundu imaginario pocas veces afectado por
porque no se da cuenta de que su propio comportamiento la dicotomia (Kafka). Pero no se limita al problema al he-
puede convertirse en influencia decisiva. chp ele que la mayor parte ele· los artistas no· consigan su-
Es _posible imaginar una versión completamente distinta perar la divisoria, sino que ni siquiera son conscientes de
del mismo argumento, utilizando incluso los mismos datos la existencia ele una limitación cultural basada en el sexo
Y diálo~o, pero escrita esta vez por la propia Lenka. Su com- -tanta es la aceptaCión que la realidad masculina tiene como
portamiento aparecería entonces quizás no racional, pero «Realidad>>, por parte de hombres y mujeres.
plenamente comprensible; en cambio, el carácter masculino Y ¿qué podemos decir ele las mujeres artistas? Ya he-
parecería superficial. Hasta es posible que consiguiéramos mos visto que sólo en los últimos siglos se les ha permi-
algo más que terminar imbuidos en el prejuicio sexual opues- tido tener una partiCipación -y únicamente sobre una base
to; podríamos conseguir tres cuartas partes del cuadro com- individual y en términos. masculinos- en la confección ele
pleto ( Frank es superficial porque es incapaz de vivir al "la cultura. Aun así, su perspectiva ha resultado falsa; se
nivel _de sus emociones), porque las mujeres en general 1es negaba el uso del espejo cultural.
-debido a su prolongada opresión- han aprendido a ser Además, hay muchas razones negativas en la entrada ele
más receptivas a la psicología masculina que los hombres 1a mujer en el mundo del arte. La abundancia crea siempre
a la femenina. Pero éste es un fenómeno que raras veces el clilettantismo femenino -vgr. la .«señorita>> victoriana,
se ha dado en literatura, porque la· mayor parte de las -con todos sus talentos, o las artes ele las gheisas japonesas-
Lenk~s ~stán ya tan destrozadas por el uso y el abuso, porque, aparte ele servir como símbolo del bienestar mascu-
que .Jamas _serán capaces de escribir sus propias historias 1ino, la creciente ociosidad ele las mujeres a medida que
con la debida coherencia. avanzaba el proceso de industrialización, creaba un pro-
La diferencia, pues, entre el enfoque artístico «masculi- blema práctico: había que mitigar el descontento femeni-
no» Y el «femenino>>, no es únicamente -como algunos no, para evitar su esta1liclo." Es posible también que las mu-
creen- cuestión de diferencia «estilística,, en el tratamien- jeres ingresaran en el mundo del arte como refugio. Tocla-
to d~do a un mi~mo contenido (estilo personal, subjetivo, ·vía en la actualidad las mujeres se ven excluidas ele los
emociOnal y descnptivo, frente a un estilo vigoroso conci, centros vitales ele poder ele la actividad humana; el arte,
s?, incisivo, frío y objetivo), sino del contenido mi;mo. El .en cambio, es una ele las últimas ocupaciones que disfrutan
sistema de c!a~es sexuales divide • la. experiencia humana. de autodeterminaCión y que con frecuencia se realizan: en
Hombres y muJeres viven en estas mitades distintas de la "la más estriCta soledad. Pero en este sentido las mujeres
realidad. La cultura no hace más que reflejarlo. ·son como una Petty Bourgeoisie que intentara abrir tien-
Sólo unos pocos artistas han sido capaces de superar da en la era de1 «capitalismo corporatiVO>>. ·
en su obra esta dicotomía. Una no puede por menos de En cuanto a los aJtos índices de párticipación femenina
preguntarse si los homosexuales tendrían o no razón al TeCiente en el mund() del arte, p1..1eden decirnos más acerca
reclamar este privilegio para sí. En todo caso, aunque no del estado del arte que acerca del _estado en que se encuen-
sea a través de la expresión · física, los más · geniales artis- tran 'las mujeres. ¿Es que hemos de alegrarnos de que las

208 209
mujeres hayan asumido unas funciones que pronto van a tada como siempre Jo ha estado la masculina. Un ejemplo
encontrarse fuera de producción? (Al igual que sucede con Jo tenemos en la obra de Anne Sexton.
el 95 %. de negros del Post Office, no se trata de un s.ín- Con el tiempo --quizás muy pronto- veremos surgir
toma de integración; al contrario, es una manifestación de de este fermento un auténtico arte femenino. No veamos,
que a los indeseables se les empuja hacia aquellas funcio- sin embargo, como reaccionario el desarrollo de este arte
nes que nadie quiere asumir. <<¡Vamos, ocupa tu sitio y ,<femenino», tal como acontece con su contrapartida, la «es-
mantén la boca cerrada!») El hecho de que el arte no cuela de la virilidad>> masculina. Se trata más bien de un
sea ya un centro vital de atracción para los hombres más quehacer progresivo -una exploración de la realidad es-
brillantes de nuestra generación, puede ser también con- trictamente femenina es un paso necesario para corregir
secuencia de la división varón/'hembra, como intentaré de- la distorsión existente en una cultura sexualmente predis-
mostrar en el próximo capítulo. Sea ello como quiera, es puesta. Sólo después de haber integrado la cara oculta
posible que la animación de mujeres y homosexuales rei- de la luna en nuestra concepción del mundo, podremos em-
nante en torno a las artes en la actualidad, no signifique pezar a hablar en serio de una cultura universal.
otra cosa que el rebullir de las ratas junto a un cuerpo
agonizante ( 1). • • '
Ahora bien, si la nueva ilustración femenina no ha dado
grandes mujeres artistas, sí ha creado una audiencia fe- Todos los elementos de la cultura han sido corrompidos,
menina. Del mismo modo que las audiencias masculinas pues, en diversos grados por la polarización sexual. Resuma-
siempre han pedido y recibido un arte masculino que re- mos las clistintas formas asumidas por dicha corrupción:
forzara su propia visiÓn de la realidad, una audiencia feme- 1) Arte protestatario masculino. El arte que glorifica
nina exige un arte «femenino>> que refuerce su realidad es- auto-conscientemente la realidad masculina (en el sentido
pecífica. De ahí el nacimiento de la inmadura novela feme- de que se opone a aceptar por principio su identificación
nina del siglo XIX, que conduce hasta la historia de amor
de nuestros días, tan omnipresente en la cultura popular ~ con la realidad ¡nisma) es sólo una aparición reciente. Para
mí se trata de una respuesta directa a la amenaza a la su-
(<dos seriales melodramáticos>>), al negocio de las revistas premacía masculina, conte!lida en el primer estadio de in-
femeninas y al Valle de las Muñecas (2). Quizás no se tra- diferenciación de las rígidas funciones determinadas por
te más que de unos comienzos inmaduros. La mayor parte 1 el sexo. Un arte de tal naturaleza es reaccionario por de-
de este arte es todavía primitivo, desmañado, pobre; pero,
de vez en cuando ' la realidad femenina está tan . documen-
¡
!
finición. A aquellos hombres que están convencidos de
que dicho arte es lo que mejor expresa sus vivencias y·
sentimientos, les recomiendo un examen detenido de su
(l) Sin embargo, la presencia d~ las mujeres· en el ·terreno de
las artes y de las humanidades es . combati.da todavía encarnizada-
1 personalidad.
mente por los pocos hombres que aúh quedan en estos ·cainpos, en
proporción a la insegUridad de su propia posición -particularmente
precaria en las escuelas tradicionales y humanistas, tales· como 'la
pintura figurativa. (N. del A.)
l 2) La perspectiva masculina. Dicho arte no consigue
una visión global del mundo porque no reconoce que la
realidad masculina no se identifica con la «realidad», sino
(2) La autora hace referencia a la ,famosa novela de Jacqlleline sólo con una mitad de ella. La consecuencia es que el re-
SUSan publicada én 1966, y que inmediatan:tente se convirtió én best- trato que nos da del sexo opuesto y de su comportamien-
sellers ·mundial, sierido llevada a la pantalla casi inmediatamente. to (es decir, la otra mitad de la humanidad) es falso; el
(N. del T.) .
'
1
artista no comprende la motivación femenina. Algunas ve-
210
211

1
ces, como en el caso de la narración citada de Herbert Gold, man, son descripciones no de una sexualidad liberada, sino
los caracteres femeninos pueden todavía resultar verosími- de un conflicto irresuelto aún entre la identidad sexual y la
les, si el autor ha sido fiel por lo menos al cómo -ya que identidad humana.
no al porqué- dé s4 comportamiento. 4) Arte femenino. Se trata de una nueva rama que no
Un ejemplo muy conocido es el carácter de Catherine debe confundirse con el arte «masculino», aunque por el
_:_sacado de la vida real- en la película de Truffaut .1 u- momento sea culpable de los mismos prejuicios -en sen-
Z.es and J.im. Existen . muchas vampiresas y femmes fatales 1 tido inverso-, ya que puede representar los albores de
de este tipo, que en realidad no son más que mujeres que una nueva toma de conciencia más que una fosilización de
rehúsan aceptar su situación de impotencia. Para conservar la antigua. Posiblemente dentro de la nueva década veamos
una ilusión de igualdad y conseguir un. ascendiente indi- su evolución hacia la constitución de un arte nuevo y po-
recto sobre los hombres, Catherine debe valerse del «mis- deroso -unido quizás al movimiento feminista político o
terio» (<<esfinge»), la imposibilidad de predicción de su inspirándose en él-, que captará por primera vez en toda
conducta (se arroja al Sena) y las triquiñuelas (durmiendo su autenticidad la realidad en que se mueven las mujeres.
con <<hombres misteriosos» para mantenerle a «éh desaso· Podemos asimismo contemplar una tendencia <<crítica»
segado). Cuando al final, como acontece con todas las mu- femenina, que subraya en su afán corrector las diversas
jeres, pierde hasta este poder ilegítimo, su orgullo no le formas de prejuicio sexual que corrompen actualmente el
permitirá admitir la derrota; por esto mata <1l hombre que mundo del arte. Ahora bien, con respecto a la tercera ca-
se atrevió a huir de ella, al mismo tiempo que pone fin tegoría citada -aquella en que el arte es culpable tan sólo
a su propia vida. Pero incluso aquí en un arte cuidadosa- de reflejar el precio pagado por la humanidad por una rea-
1
mente elaborado, surge el prejuicio masculino. El director lidad sexualmente dividida- debe tenerse mucho cuidado
utiliza la mística de la «mujer misteriosa», pero sin in- en dirigir las críticas no contra los artistas, por su (cuida-
tentar descubrir lo que hay debajo. Es más, no quiere sa- dosa) interpretación de una realidad imperfecta, sino con-
berlo; la utiliza sólo como fuente de erotismo. El retra- tra lo grotesco de esta misma realidad, que el arte pone
to que se nos da de Catherine, nos llega únicamente a tra· de manifiesto.
vés de un velo. Sólo una revolución feminista es capaz de eliminar com-
3) La mentalidad hermafrodita (de cultivo sólo indiv.i- pletamente el cisma sexual que produce estas distorsiones
dual). Aun en aquellos casos en que el artista ha conse· culturales. Hasta entonces el <<arte puro» es una ilusión
guido vencer las limitaciones impuestas por el sexo, su arte -una ilusión responsable tanto del falso arte femenino
debe revelar una realidad repulsiva por su propia dicoto- producido hasta la fecha, como de la corrupción de toda
mía. Citemos brevemente otro ejemplo, sacado también del la cultura masculina). La incorporación de ..la olvidada
campo cinematográfico. Aunque los directores suecos se mitad cultural de la experiencia humana -la experiencia fe-
han manifestado muy liberados de los prejuicios personales menina- al grueso de la cultura, es sólo un primer paso,
del sexo (las mujeres que nos presentan, son primeramen- 1 una condición previa; pero debe destruirse el cisma cons-
te seres humanos y después mujeres), el retrato que Liv ~·· tituido por la propia realidad, antes de que pueda haber
Ullman nos da de la «noble esposa» que acompaña a ,;u '
una verdadera revolución cultural.
marido a través de los estadios de su creciente locura ( Hour
of the Wolf, de Bergman) o le ama en su misma degenera-
ción moral (Shame, de Bergman), así como la confusa sen-
sibilidad de Lena Nyman en I am Curious (Y'ellow) ele S jo-

212 213
9
DIALECTlCA DE· LA HISTORIA
DE LA CULTURA

Hasta ahora hemos considerado a la «Cultura» como si-


nónimo de «artes y letras» o, en su sentido más amplio,
de «humanidades». Ésta es una confusión harto frecuente.
Sin embargo, eh nuesto contexto es más bien sorprenden-
te, porque descubrimos que, aunque sólo en relación indi'
recta con el arte, las mujeres han sido absolutamente ex-
cluidas de otro apartado no menos importante de la cul-
tura: la ciencia. Si al hablar de las artes pudimos recopi-
lar por lo menos el suficiente material acerca de las re-
laciones entre mujeres y cultura -sea indirectas, bajo ca-
pa de influencia, estímulo o contenido, sea ocasionalmente
directas, mediante participaciones activas- para llenar un
capítulo, apenas encontramos . ningún vínculo entre mu-
jer y ciencia que sea digno de discusión. Quizás en su
acepción más amplia resulte . cierta nuestra afirmación de
que las mujeres son la fuerza emocional ·que . se encuen-
tra detrás de toda cultura (masculina), pero estamos am-
pliando la acepción del término . para poder incluir en el
la· ciencia moderna, en la que los metodos empíricos exic
gen que la personalidad del científico quede completamen-
te al margen de su investigación. La satisfacción de sus
necesidades emocionales por medio de una mujer, en sus
horas libres, puede contribuir a su mayor estabilidad; pero'
esto es traer las cosas. por los pelos. ·
Aun concediendo que la relación indirecta de las mu-
jeres para con la ciencia sea un punto discutible, no lo es

215
su absoluta carencia de relación directa. Es necesario inves- bre universal del Renacimiento, la especialización sigue cre-
tigar a fondo para encontrar un solo nombre de mujer que ciendo. J".stos son algunos de los síntomas de una larga
haya contribuido en forma importante a la cultura cientí- enfermedad cUltural basada en el dualismo del sexo. Exa-
fica. Añadamos que la situación femenina con respecto a ·~inemos la historia de la cultura a la luz de esta hipótesis
la ciencia no está en vías de mejora. A pesar de que la :_¡a de que existe en ella una dialéctica subyacente del
labor investigadora ·ha pasado de las · grandes mentes uni- sexo.
versales del pasado a pequeños equipos pragmáticos de
investigación que operan en las universidades, hay muy po-
I
cas mujeres-científicos (1 ).
Esta ausencia femenina en todos los niveles de las dí-
LAS DOS MODALIDADES DE LA HISTORIA
versas parcelas científicas es un tópico tan común que ha
DE LA CULTURA
llevado a muchas personas (por otra parte inteligentes) a
atribuirlo a alguna deficiencia (¿lógica?) inherente a las
mujeres, o a las predilecciones femeninas por lo subjetivo Para los fines de nuestro análisis definiremos la cul-
y emocional antes que por lo práctico y racional. Sin em- tura del modo siguiente: Cultura es el intento del hombre
bargo, no podemos desembarazarnos con tanta facilidad def por realizar lo concecib1e en lo posible. La conciencia que
problema. Es cierto que para la mujer la ciencia es terri- el hombre tiene de sí mismo dentro de su medio lo dis-
torio extranjero, pero ¿cómo se ha llegado a dicha situa- tingue de. los animales inferiores y le convierte en el úni-
ción? ¿Por qué hay ramas del saber o de la investigación co animal capaz de cultura. Esta conciencia, esta facultad
que admiten exclusivamente mentes masculinas? ¿Por qué, superior, le permite la proyección de estados menta)es de
para destacar, la mujer debe adquirir una psicología que ser que no existen en el momento presente. Al poder cons-
le es ajena? ¿Cuándo y por qüé la mujer 'fue excluida de truir un pasado y un futuro, se convierte en criatura tem-
esta mentalidad-tipo? ¿Cómo y por qué la ciencia ha lle- poral -historiador y profeta. Es más, puede imaginar ob-
gado a ser definida y restringida al terreno de lo «Objetivo»? jetos y estados de ser que jamás han existido y que po-
. Me permito sugerir que las artes y las ·humanidades no siblemente jamás existirán en el mundo real ~lo que le
fueron Jos únicos apartados culturales en verse corrompi- convierte en creador de arte. Así, por ejemplo, aunque
dos por la dualidad de sexos, sino que la ciencia moderi1a los antiguos griegos jamás supieron volar, pudieron ima·
se ha visto predeterminada por ella. Además; creo que la: ginar la posibilidad. El mito de Icaro no fue más que .la
cultura refleja esta polaridad en su propia organización. formulación que su fantasía dio a su concepción del estado
C. P. Snow fue el primero en observar lo que cada vez (<volador».
era más evidente: la profunda división . de la cultura --'las Pero el hombre no sólo podía proyectar en ·su fantasía
artes y las ciencias se habían hecho cada vez más irrecon~ lo concebible. Aprendió también a imponerlo a la realidad.
ciliables entre sí. Por mucho que se siga invocando al hom- Al acumular conocimiento y adquirir experiencia sobre di·
cha realidad y su manejo, pudo moldeada· a su semej,m-
(1) Me sorprendió muchísimo acudir a un laboratorio del Mo-
vimiento de Liberación Femenino, incluido en el departamento cien- za. Esta acumulación de ·métodos para el control del me-
tífico de una famosísima universidad del este, y. descubrir que de dio la técnica es otro medio dirigido a la consecución del
las cincll.enta mujeres presentes, tan sólO una o dos estaban 'éntre- mi~mo fin, la ~ealización de lo concebible en lo posible. Por
gadas a tareas de investigación --y :no de investigación a alto nivel. ejemplo, si antes de Jesucristo el hombre. podía v~lar en
Las otras eran ·simples técnicos de laboratorio, auxiliares·· ·dTpl0mad·as,_
profesoras de la high school, etc. (N. del A.) la alfombra mágica del mito o de su fantas1a, en el s1glo xx

2·16 217
misma realización puede adoptar un matiz sensacionalista
su tecnología, la acumulación de sus habilidades prácticas, le o de irrealidad, vgr. el monstruo de Frankenstein compara-
ha hecho capaz de volar realmente -ha inventado el avión. do,_ pongamos por caso, con el General Electric's CAM rc_y-
Pongamos otro ejemplo: según la leyenda bíblica, los ju- bernetic Anthropomorphic Machines) Handyman. (El ~r~;s­
díos, pueblo agrícola encallado durante cuarenta años en ta nunca puede predecir el modo concreto en que su ViS!On
el- desierto, recibió de Dios el Maná, sustancia milagrosa será traducida a la realidad.)
que podía convertirse libremente en alimento de cualquier La cultura es, pues, )a suma y la dinámica correlativa
color, forma y gusto; pues bien, los modernos procesos ali- de_ las dos modalidades por medio de las cuales la mente
menticios, especialmente con la «revolución verde», crea~ intenta superar las ·limitaciones y contingencias de la rea-
rán probablemente en fecha muy próxima una producción lidad. Estos dos tipos de respuesta cultural incluy~n me-
alimenticia completamente artificial, dotada quizás de estos dios diversos para la consecución del mismo objetivo, la
atributos camaleónicos. También en las antiguas leyendas realización de lo concebible en lo posible. En la primera
podía el hombre imaginarse especies cruzadas, como el cen- de ellas ( 1), el individuo niega las limitaciones de una rea-
tauro, el unicornio, o los partos híbridos, como el nacimien- lidad determinada, escapando de ella completament~ para
to de un animal a partir de un hombre o un nacimiento vir- definir, crear su propia realidad posible. En las distmtas
ginal; la revolución biológica en curso, con· su creciente coordenadas de su imaginación y objetivado de uno u otro
conocimiento del proceso reproductivo, podría crear en la modo -sea por medio del desarrollo de una imagen visual
actualidad stas «monstruosidades» en la realidad -aunque dentro de unos límites artificiales, como pue-den ser cua-
sólo en sus primeros estadios más imperfectos. Duendes tro pies cuadrados de tela, o por medio de imágenes , vi-
y elfos, el «golem» de la ciencia judía medieval, el mons- suales proyectadas mediante símbolos verb_ales \P?esia);
truo de Mary Shelley en Frankenstein, no fueron más que con una ordenación de sonidos en secuencia (musJCa) o
las construcciones imaginativas que precedieron en varios con una ordenación de ideas verbales en prog_resión (teo-
siglos a la correspondiente capacidad tecnológica. Muchas logía, filosofía)- el individ~o crea , un ~';lr:do ideal go~er­
otras construcciones fantásticas -espíritus, telepatía men- nado por el orden y armoma que el artifiCialmente ha Im-
tal, edad de Matusalén, etc.- son elementos todavía irrea- puesto, una estructura en la que conscientemefol~e él p~ne
lizados por la ciencia. en relación la parte con el_ todo, una construccw_n estática
Estas dos respuestas, la ideal y la científica no se limi- (y por tanto «atemporal»). El gr~do _en <;tue dicha crea-
tan a existir simultáneamente, sino que hay un verdadero ción haya sido abstraída de la realidad, no Importa, porque
diálogo entre las dos. La construcción imaginativa prece- aun en el caso de mayor imitación aparente, ha creado una
de a la tecnológica, aunque no suele desarrollarse hasta que ilusión gobernada por su propio código -quizás o_culto-
el procedimiento tecnológico está «en el ambiente». Citemos de leyes artificiales. (Degas afirmó <;lue el artista d~bia men-
el caso del arte de la Ciencia-ficción que se desarrolló tan tir para decir_ la verdad.) A esta busqueda de lo Ideal, rea-
sólo medio siglo antes de la revolución científica con la lizada con la ayuda de un medio artificial, la llamaremos
que sigue coexistiendo, revolución que está transformándo- <da modalidad estética».
~-
la en· realidad -por poner un ejemplo (inocuo esta vez), ' En el segundo tipo de respuesta .cultural se superan las
citemos los vuelos a la luna. Expresiones como «experi- contingencias de la realidad, no por. medio de la creación
Inental», «vanguardista», «espacial» y el comentario «pare~
ce de ciencia-ficción>> están a la orden del día. En la res- (1) La ~odalidad idealista co_rres¡;ondiente gro~s'? modo., a la
puesta estéticá, debido a su característico avance en el modalidad de pensamiento suprahtstónca, no-matenahsta .Y meta-
tiempo y a ser, por tanto, producto de otra época, una física", contra ·ta que se rebelaron Marx Y Engels. (N. del A.)

219
218
de una realidad alternativa, sino mediante el dominio de los el comportamiento «femenino». A ambas actividades se les
mismos procesos de la realidad; en ella se ponen al descu- puede aplicar idéntica terminología: subjetivo, intuitivo, in-
bierto las leyes de la naturaleza y luego se las vuelve contra trovertido, ansioso, propio de un sueño o fantástico, reJa'
ella misma para moldearla de acuerdo con la concepción donado con el subconsciente (el ello), emocional e in el u·
1
del individuo · humano. Si existe un veneno, el hombre so temperamental (histérico). Paralelamente, la respuesta
1
da por sentado que existe un antídoto; si existe una en- tecnológica es la respuesta masculina; objetiva, lógica, ex-
fermedad, busca su remedio. Todo hecho de la naturaleza l trovertida, realista, relacionada con la fracción conscien-
objeto de comprensión, ·puede ser utilizado para su propia r te (el ego), racional, mecánica, pragmática y bien asentada
alteración. Ahora bien, la consecución de lo ideal a través 1 en la realidad, estable. La respuesta estética es así la re-
de tal procedimiento exige un espacio de tiempo muy su- creación de la mitad del espectro psicológico adjudicada a
perior y es infinitamente más penoso, especialmente en la hembra, mientras que la respuesta tecnológica es la
los primeros estadios del conocimiento, puesto que la in- magnificación cultural de la mitad masculina.
mensa y complicada máquina de la naturaleza debe ser Del mismo modo que hemos admitido que la división bio-
plenamente comprendida (y siempre hay nuevos e inespe- lógica de Jos sexos destinada a la reproducción constituye
rados estratos de complejidad) antes de poder ser contro- la dualidad básica «natural>> de la que surge toda división
lada plenamente. Así, antes · de poder hallar soluciones a ulterior estamental, aceptamos ahora a esta misma división
las contingencias más profundas de la condición humana de .. sexos .como raíz a su vez de esta división cultural fun-
~vgr. la muerte- es necesario catalogar los procesos na- damental. La interacción entre estas· dos respuestas cultu-
turales del crecimiento y del declive, todas las leyes se· $ rales la «modalidad tecnológica» «masculina» y la «moda.
cundarias que guarden relación con las primarias. Este mé- i lidad estética, «femenina», re-crea -si bien a otro nivd-
todo científico (intentado también por· Marx y Engels en la dialéctica de los sexos, así como su superestructura -la
su enfoque materialista de la historia) es un intento del distinción de castas y la dialéctica de las clases económi-
hombre por dominar la naturaleza a través de ·una com- cas. Además, del mismo modo que la fusión de las cla~
prensión total de su mecanismo interior. A la coacción ejer- ses divididas -sexuales, raciales y económicas- es con-
cida sobre la realidad con el fin de adaptarla al ideal con- dición previa indispensable para toda revolución -sexual,
ceptual del hombre mediante la aplicación de la infor- racial o económica-, !a fusión. de la. cultura estátic.a con
mación inferida de ella misma, la llamaremos <da modali- la cultura tecnológica es .la condición indispensable previa
dad tecnológica». a toda revolución cultural. Del mismo modo, también, que
Hemos definido a la cultura como a la suma y la dia- el objetivo revolucionario de las revoluciones sexual, racial
léctica existente entre los dos diversos modos en que el y económica es, más que una nivelación de las diferencias
hombre puede resolver la tensión creada por la flexibili- de clase, la eliminación total del sistema mismo· de clases,
dad de sus facultades mentales dentro de las limitaciones el objetivo de una revolución cultural no debe limitarse a
de un medio dado. La correspondencia de estas dos diver- la integración de las dos corrientes de cultura, sino que
sas modalidades culturales con la dualidad de sexos es . im- debe alcanzar a la eliminación total de las· categorías cul-
posible negarla. Ya hemos observado cómo el reducido turales -en otras. palabras, a la eliminación de la cultura
número de mujeres que han contribuido directamente a la tal como la conocemos. Sin embargo, antes de que discu-
cultura con su capacidad creadora, han gravitado . hacia los tamos esta revolución cultural definitiva o siquiera el es-
campos incluidos dentro de la «modalidad. estétic~». Hay tado de la división cultural en nuestra propia época, vea-
una buena razón: la respuesta estética. se corresponde con mos cómo actuó este tercer nivel de la dialéctica del sexo

no 221
REALIZACION DE LO CONCEBIBLE EN LO REAL
-la interacción entre las modalidades «estética» y «tecno- DESAPARICION DE LA ·CULTURA·
lógica>>-- para determinar el curso de la historia de la
cultura.
FUSION DE ARTE Y REALIDAD
• • •
REVOLUCION CULTURAL
Al principio el almacenaje de conocimientos técnicos fue AVANCE CIENTIFICO
un proceso lento. Poco a poco los hombres aprendieron a DEMOLICION DE LAS CATEGORIAS ·CULTURALES
controlar los aspectos más elementales de su medio am-
biente -descubrió la herramienta, el control del fuego, la z
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rueda, la fusión del metal para confeccionar armas y ara- :'f-< o«- o
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dos, y, con el tiempo, el alfabeto-, pero estos descubrimien- """' U<[ u-
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tos eran pocos en número y muy espaciados entre sí, por- ·oo -~
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de iniciación a ellos. Sin embargo, llegó un momento en ,..._.,..__._ .
que el hombre había reunido la suficiente cantidad de co- <( MEDIEVAl
nocimientos prácticos para construir sistemas globales, vgr. o "'
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la medicina o la arquitectura, y para crear instituciones ju- "':;;;"'
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lucionó desde la primitiva tribu cazadora hasta una socie- o
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dad agrícola y, finalmente, a través. de progresivas etapas, S\f:JISif'J:J


desembocó en el feudalismo, el capitalismo y los primeros <(o '
intentos de socialismo. a:z~ <
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Ahora bien, durante todo este tiempo la capacidad hu-
mana de representación de un mundo ideal ha estado muy
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nes -la religión y sus derivados, la mitología, la leyenda,
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el arte primitivo y la magia, la profecía y la historia- se
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orden tan sólo artificial e imaginario en un universo to- ··~<(g~
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davía misterioso y caótico. Incluso las teorías científicas "'u.
primitivas no pasaban de ser metáforas poéticas en torno "' ' "o O+

a aquello mismo que más tarde sería realizado empírica- z ~


mente. La ciencia, la filosofía y las matemáticas de la an- <t E o
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tigüedad clásica, predecesores de nuestra ciencia moderna a:: z z
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pór un puro proceso imaginativo y operando en un vacío


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sas que luego iban a demostrarse. ciertas: los átomos de


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222
Demócrito y la «Sustancia» de Lucrecio se anticiparon mi- la primera fusión de la cultura estética en la tecnológica y
les de años a los descubrimientos de la ciencia moderna. tuvo lugar en la creación de la ciencia moderna (empírica).
Sin embargo, se realizaron sólo dentro del reino imaginario Durante el Renacimiento el escolasticismo aristotélico
de la «modalidad estética». habíase mantenido vigoroso, aunque ya podían advertirse
Durante la Edad Media la herencia judea-cristiana. se las primeras grietas en sus muros. Sin embargo, no fue has-
fundió con la cultura pagana para producir el arte reli- ta el advenimiento de Francis Bacon, que fue el primero
gioso medieval y la metafísica de Tomás de Aquino y los en proponer la utilización de la ciencia para «extender los
escolásticos. Aunque simultáneamente la ciencia. árabe, pro- 1ímites del poder y la grandeza del hombre», que se con-
longación del período griego alejandrino (s. III a.C. hasta stimó la unión de· las dos «modalidades». Bacon y Locke
el S. VII cÍ.C.), hacía un acopio considerable ele. informadon transformaron la filosofía --el . intento ele comprensión ele
en áreas como la geografía, la astronomía, la fisiología y la vida- de una especulación abstracta desligada del mun-
las matemáticas -tabulación ·esencial para el ·empirismo do real (metafísica, ética, teología, estética, lógica) en un
posterior- el diálogo era mínimo. La ciencia o2ciderttal, descubrimiento de las leyes reales de la naturaleza por
con su alquimia, su astrología, los «humores» de la medi- medio de la experimentación y la demostración (ciencia em-
cina medieval, se encontraba aún en una etapa «pseudo- pírica).
científica» o, de acuerdo con nuestra definición, operaba aún En el método empírico propuesto por Francis Bacon, !a
dentro de la «modalidad estética». Esta cultura estética me- intuición y la imaginación debían ser utilizadas Úl;licamen-
dieval, compuesta por los legados clásico y cristiimo, cul- te en la primera etapa de la investigación. Debían formu-
minó en el Humanismo Renacentista. larse hipótesis provisionales por medio de la inducción de
Hasta el Renacimiento, pues, ·la cultura existió dentro los hechos y luego. deducir lógicamente sus consecuencias
de la «modalidad estética», porque, en el período prece- y comprobar su consistencia mutua y su acuerdo con los
dente, la tecnología· había 'sido tan primitiva y· la compi- hechos primarios y con los resultados de los experimentos
lación de conocimientos científicos tan incompleta. En tér- ad hac. La hipótesis debía convertirse en teoría aceptada
minos de la dialéctica del sexo, este largo período de la sólo después cie haber superado todas las pruebas y debe-
historiá de la cultura corresponde a la etapa matriarcal de ría permanecer -por lo menos hasta que se probara su
la civilización: el Principio Femenino -oscuro, misterioso, falsedad- como teoría capaz de predecir fenómenos con
incontrolable- reinaba, erigido por el hombre mismo, te- un alto grado de probabilidad.
meroso aún de la insondable Naturaleza. Los hombres cul- La concepción empírica sostenía que, si se registraban
tos eran los sumos sacerdotes del homenaje; hasta el Renae y ordenaban de esta manera todas las observaciones Y. ex-
cimiento y durante todo él todos los hombres de cultura perimentos posibles, el «Orden Natural» surgiría automáti-
fueron practicantes de la modalidad estética ideal y sien- camente. Aunque al principio se seguía. preguntando el «por
do, por tanto, en cierto sentido artistas. El Renacimiento, qué» con la misma frecuencia que el «cómo», a medida
el pináculo del humanismo cultural fue la edad de oro que la información empezó a acumularse y cada descubri-
ele la <<modalidad estética>> (femenina). miento empezó. a encajar sobre el anterior como las piezas
Fue también el principio del fin. En el siglo xvr la cul- de un rompecabezas, el elemento especulativo, e~ intuitivo
tura se veía sometida a un cambio profundo representado y el imaginativo fueron perdiendo valor cada vez más. Los
por la transición del matriarcado al patriarcado en térmi- fundamentos iniciales hapían sido colocados por hombres
nos de dialéctica sexual y que correspondía al declinar del de la talla de Kepler, Galileo y Newton -pensadores perte-
feudalismo en términos de la dialéctica de clases. Ésta fue necientes aún a la inspirada ,tradición científica <<estética»-,

224 225
pero ahora cientos de técnicos anónimos podrnan ocupar los ciencia según la «modalidad estética>>, con la tecnología pura,
resquicios para llegar en nuestros días a las albores de produjo un mayor progreso hacia los objetivos de la tec-
üna edad de oro de la ciencia, que será para la «modali- nología -la reali"<ación de. lo concebib~e e~ lo re"!- que
dad tecnológica» lo que el Renacimiento habla sido para Jos conseguidos en miles de años de histona antenor.
la «modalidad estética». El Empirismo en sí mismo no constituye más q~~ _I?s
medios, una técnica más rápida y eficaz, para la adqmsicwn
del objetivo cultural último de la tecnología: la c?ns~r~c­
ción de lo ideal en el mundo real. Uno de sus prmcipws
II básicos es la necesidad de recoger y disponer en categorías
LAS DOS CULTURAS EN LA ACTUALIDAD una cierta cantidad de material antes de poder realizar nin-
guna comparación, análisis o descubrímiento decisi:vos. E_n
En estos momentos, en 1970, estamos experimentando este sentido, los siglos de ciencia empírica no han Sido mas
un avance científico de la mayor importancia. La nueva fí~ que la construcción de los fundamentos para lo~ a~~nces
sica, la relatividad y las teorías astrofísicas de la ciencia de nuestra época y del futuro. A su vez, la recopilacwn de
contemporánea habían sido ya creadas en la prímera parte información y la comprensión de las leyes y procesos m;·
del siglo. En su última parte estamos llegando con la ayuda cánicos de la naturaleza (<<investigación pura>>) no son mas
del microscopio electrónico y otros instrumentos igualmen- que los medios para un fin de mayor envergadura: la total
te nuevos a éxitos similares en biología, bioquímica y todas comprensión de ]a Naturaleza para, en último término, con-
las ciencias de la vida. Cada año se realizan importantes seguir su trascendencia.
descubrimientos por pequeños grupos de investigación es- A la luz del desarrollo y de los objetivos de la histo-
parcidos por todos los rincones de los Estados Unidos y ria de la cultura, vuelve a ser digno de mención el obje-
de otros países -descubrimientos de la importancia del tivo final de Engels, citado más arriba a propósito de la
DNA en genética o de la obra de Urey y Míller a princi- revolución política:
pio de los años cincuenta sobre los orígenes de la vida.
Ante nuestros ojos se alza ya el dominio pleno en fecha Todo el conjunto de circunstancias vitales que rodean
próxima del proceso reproductivo y ha habido importan- al hombre y le han gobernado hasta ahora, pa~a~, aho-
tes avances en la comprensión de los procesos básicos de ra a depender de su dominio y control, convirtiendo-
la vida y de la muerte. La naturaleza del desarrollo y del se aquél por primera vez real y conscientemente en
envejecimiento, del sueño y la hibernación, el funcionamien- Señor de la Naturaleza.
to químico del cerebro y el desarrollo de la conciencia y
la memoria, empiezan a ser comprendidos en su. plenitud. La ciencia empírica es a la cultura lo que · el paso al
Esta aceleración promete continuar durante cien años n1ás patriarcado fue para la dialéctica del sexo y lo que ;1
o durante todo el tiempo necesarío para la consecución de período burgués es para la dialéctica marxista, un es~a~IO
los objetivos del Empirismo: la comprensión total de las avanzado previo a la revolución. Además, las tres dialec-
leyes de la naturaleza. ticas se encuentran íntegramente relacionadas unas con
Esta sorprendente acunmlación de conocimientos con- otras tanto vertical como horizontalmente; la ciencia em-
cretos en sólo unos cientos de años es el resultado del pírica, que surge de la burguesía (el período ~mrgués es en
desplazamiento filosófico de la «modalidad estética>> a la sí mismo una etapa del período patriarcal), sigue al huma-
«modalidad tecnológica>>. La combinación de ciencia «pura», nismo de la aristocracia («el principio femenino>>, el ma-
226 227
triarcado) Y con su ..desarrollo ~el método empírico desti- rrolladas, en caso de error -como sucedió con algunos
nado ~ la ac~mulacwn de conocimiento real (el desarrollo experimentos con drogas «que desarrollaban la mente»-
d~ la mdustna moderna dedicada a la acumulación de ca- podría tener implicaciones terribles. Imaginemos también
p~tal) con el tiemp':' ~e excluye a sí mismo del juego. El la partenogénesis, el alumbramiento virgen -tal como es
cumulo de descubnmientos científicos (los nuevos modos practicado por la mosca verde-- aplicado a la fertilidad hu-
de producción) rebasarán al final forzosamente el modo mana.
empírico (capitalista) de su utilización. ·
Otra contradicción inherente a la ciencia empírica es
J?el. mismo modo que las contradicciones internas del
capitalismo deben resultar cada vez más evidentes, lo mis- su concepción del universo mecanicista, determinista, «sin
n:;o ~ebe suceder con las contradicciones internas de la alma», que re~ulta de los medios utilizados para el Empi-
c.u;mc.ta pur~ !1asta el punto en que asume una vida propia, rismo, más que del objetivo final del mismo (intrínseca-
c1encm empinca -como en el aspecto del desarrollo de la mente noble y olvidado muy a menudo): la realización de
vgr. _la bomba ató.mica. Mientras el hombre siga entrega- lo ideal en la realidad.
do solo a los mediOs -el estudio del organigrama interno Su precio en humanidad es extraordinariamente eleva-
de la natura~eza: _la ~_ecopilación de conocimiento «puro»- do en el caso del científico, que apenas pasa de sér un mero
para .su. reahzacwn fmal, el dominio de la naturaleza, su técnico cultural, porque, ·irónicamente, la adecuada acumu-
c;onoc1m1ento -al ser incompleto- es peligroso. Tan pe- !"'ción ·de conocimientos acerca del. universo exige un tipo
ligroso, .que m~chos científicos se preguntan por qué no de mentalidad que constituye el polo opuesto a la menta-
val~~r Ciertos tipos de investigación. Sin embargo, esta so- lidad comprensiva e integrada. Aunque a la larga los es-
l~cwn es fat~lmente inadecuada. El mecanismo empiristn fuerzos del científico individual pueden conducir a~ control
trene su propra fu~rza autóctona y, para tales erectos, está del medio en beneficio de la humanidad, de momento el
completamet;te fuera de control. ¿Podría alguien decidir en método empírico exige que quienes lo practican se con-
rea:I~a?; que es lo que debe descubrirse y qué :t:o? Por viertan en «Objetivos», mecanicistas, superprecisos. La di-
d_efm.rc~o_n, esto es algo antitético a todo el proceso empí- fundida imagen del Dr. Jekyll embutido en su bata blan-
nco .m~cmdo por Bacon. Muchos de los más importantes des- ca, sin sentimientos para con sus pacientes, meros cone·
cubrimientos han sido prácticamente accidentes de labo- jillos de indias, no es falsa del todo. No hay espacio para
r~torio, sin que los Científicos· que tropezaron con ello se los sentimientos en el trabajo del científico; se ve obliga-
d1eran .apenas cuenta de las repercusiones sociales que de do a eliminarlos o aislarlos en la medida ·en que pueden
ellos podían derivarse. Por ejemplo, )lace cinco años nada constituir un riesgo ocupacional. En el mejor de los ca-
más, el Profesor F.C. Steward de Coniell descubrió un pro- sos puede resolver el problema separando su .yo profesio-
ceso llam:¡tdo «cloning>> (1 ). Mediante la colocación de una nal de su yo personal, compartimentalizando . su emoción.
célula aislada· de zanahoria· en un medio aÍii:nerlticio ro- Así pues, aunque a menudo entiende de arte de un modo
tativo,. podía conseguir la aparición de toda. una lámina de académico -en cualquier caso, la frecuencia de estos co-
células. id.énticas de zanahoria. La comprensión de. un pro- nocimientos se da en un porcentaje mayor al de los ar-
ceso similar con respecto a células animales más desá- tistas con conocimientos científicos-, el científico sé halla
' . .
fuera del alcance directo de sus emociones y sentimie11tos,
. 0) Deriva~o 9e clf!ne, términO Q(le se utiliz~ para designar a
todos los descendtentes derivadQs ·asexualmente de ·un ·solo indiVi- o, en el mejor de los casos, se halla emocionalmente divi-
~.o,d:faA~or .gemación, espor.ulación,. fisiparidad, partenogénesis, etc. dido. Su vida «privada» y «pública» no se encuentran en
la mejor de L.<ts relaciones y, debido precisamente a que
228 229
su personalidad no está todo lo integrada que debierá, pue- desligado de ia vida real como lo iba a. esta': .más tarde/
de mostrarse sorprendentemente convencional. puesto que la sociedad de la época se 1dent1flcaba, para
(-Querida, hoy he descubierto cómo reproducir ar- todos Jos efectos prácticos, con la clase gobernante, ya se
tificialmente a la gente en el laboratorio. Ya podemos tratara de la clerecía, la monarquía o la nobleza. Las ~-a­
irnos a esquiar a Aspen.) sas jamás fueron ·consideradas por la «sociedad>> fr~ccwn
legítima de la humanidad; erar; esclavos, mero.s_ ammales
Para él no existe ninguna contradicción en vivir de acuer- humanos, parásitos o siervos, s1n cuya aportacwn laboral
do con unas convenciones, ni siquiera en acudir a la igle- la reducida élite cuitural no hubiera podido automantenerse.
sia, porque jamás ha integrado el fantástico material de La gradual descomposición de la aristocracia por obra
la ciencia moderna en su vida cotidiana. A veces es ne- de la nueva clase media, la burguesía, fue el síntoma de
cesario el uso abusivo de su descubrimiento para alertarle la erosión de la cultura estética. Ya hemos visto qu~ el ~a­
con respecto a esta conexión perdida hace ya tiempo en pitalismo intensificaba los peor~~ atributos del_patnarcahs-
su mente. mo; cómo, por ejerr.plo, la familia nuclear surgia de la am-
El catálogo de los vicios del científico ya nos es cono- plia y flexible institución familiar del pasado, reforzand?
cido; duplica, exagera, el catálogo de los vicios «masculi- el cada vez más debilitado sistema de clases sexuales Y ~pn­
nOS>> en general. Es algo previsible. Si la «modalidad tec- miendo a mujeres y niños con mucha mayor prof~.mdidad
nológica>> se desenvuelve a partir del principio masculino, que anteriormente. La modalidad cu!tural f~voreCida por
es lógico suponer que sus practicantes desarrollarán las •esta nueva burguesía, de fuerte cuno pat;:I~rcal, fu~ la
distorsiones de la personalidad masculina hasta el extre- «modalidad tecnológica>> «masculina>> -ob¡etlva, .realista,
mo. Dejemos a la ciencia a un lado por el momento, sin positiva, de «sentido común>>- más que la <<modalidad es-
embargo, preparándose para la revolución cultural defini- tética» afeminada «idealista romántica» y extraterrenal. La
tiva, para ver qué ha sucedido entre tanto con la cultura burguesía, al bus~ar lo ideal en lo real; desarrolló pronto
estética propiamente dicha. la Ciencia empírica que ya hemos ~e~crito. E.l ~'?co uso que
Con la deserción de la filosofía en su sentido más clá- todavía se hacía de la cultura estetica, se hmitaba al arte
sico -incluyendo en ella la ciencia «pura>>-, la cultura es- <<realista>> ~en cuanto opuesto al arte <<idealista>> de 1~
tética se hizo cada vez más estrecha y autometabólica, que- 'antigüedad clásica o al arte abstracto religios? d~ la anti-
dando reducida a las artes y humanidades en el sentido güedad o de la época medieval. Durant~ .algun !lemp~ se
restringido y afinado en que actualmente las entendemos. entregaron a una literatura que descnbtera la realidad
El Arte (referido a partir de este momento a las «artes li- --cuyo mejor ejemplo lo tenemos en la .novela del ~· XIX-
berales>>, especialmente a las artes y a las letras) siempre ha- y a un arte decorativo de caballete: vidas tra':'qmlas, re:
bía sido el acólito de la religión y sus funciones eran las de tratos escenas familiares, interiores. Se constrman museos
articular el sueño común y objetivar los «Otros» mundos y bibÍiotecas públicas junto a los antigu_o~ salones Y ~?;ale­
de la fantasía común, vgr. el arte de las tumbas egipcias, rías privadas. Pero, con s;t to~a de postcwr;es como e~ta­
con lo que explicaba y excusaba al mundo presente. Así, aun- mento sólido e incluso pnmano, la burguesta no necesita-
que apartado del mundo real, cumplía una importante fun- ba ya imitar a la cult~r~ aristoc;:ál;ica. Lo que es . más .im-
ción social -la de satisfacer artificialmente aquellos de- portante aún, con el rap1do crec1m1ent~ de su nueva Cien-
seos de la sociedad no susceptibles de realización concreta da y tecnologia, la poca estima <!ue aun conserva~an. por
por el momento. Aunque subvencionado y protegido tan ·el arte, se eclipsó. Tomemos, por eJemplo, el. desc~bnm.1~nto
sólo por la aristocracia, la élite->.cultural, jamás estuvo tan •de la cámara fotográfica; muy pronto la burguesta de¡o de

230 231
necesitar pintores retratistas; la cámara ejecutaba con ma~ ligible- de las cienCias sociales; las exclusivistas publica-
yor perfecCión lo que la burguesía podía exigir de ellos. ciones literarias trimestrales con toda su esotérica poesía;
El arte «mo?erno» fue una venganza desesperada ( «épa- las elegantes galerías y museos de la Calle 57 (no es nin-
t~r le bourgeots» ), . pero autodestructiva, contra estas pér- guna casualidad que se encuentren exactamente al lado de
didas -la desaparición de su 'función social, la rotura del Saks Fifth Avenue y Bonwit Teller) atendidos y servidos,
cordón umbilical social, la disminución de las antiguas fuen- en su mayor parte, por tipos aduladores y serviles que
tes de mecenazgo. La moderna tradición artística aso:. recuerdan en sus modales a los peluqueros de las viudas
ciada fu~dame~talmente a los nombres de Picasso 'y Cé- riCas; los voraces· establecimientos que se nutren de los
zanne e mclus1ve de todas las principales escuelas del si- restos de lo que en otro tiempo fue una gran cultura llena
glo xx -cubismo, constructivismo, futurismo, expresionis- de vida... -todos estos elementos testifican la muerte del
mo, surrealismo, expresioi1ismo abstracto, etc.~ no es tan- humanismo estétieo.
to una expresión auténtica de modernidad cuanto una reac- Durante los siglos en que la Ciencia escalaba nuevas ci-
ción contra el realismo de la burguesía.. El post•impresio· mas el Arte decaía Su forzado autometabolismo lo trans-
nismo. renunció deliberadamente a todas las convenciones forn~ó en un código secreto. Fugitivo de la realidad :-Por
afirmadoras de la realidad --en realidad el proceso ini- definición · propia- volvía ahora sobre sí mismo hasta tal
cióse ya con el propio impresionismo, que descompuso la ilu- punto, que corroía hasta la extinción de sus propias entra-
sión en sus valores formales, engullendo el todo real y ñas. Volvióse enfermizo -neurótico, auto-compasivo, paga-
devolviéndolo en forma de arte- para alcanzar eventual- do de sí mismo, retrógrado en su enfoque (en contrapo-
mente un estadio tan puro del arte por el arte; una nega- sición con la orientación futurista de la cultura tecnológi-
ción tan completa de. la realidad, que lo convertía finalmen- ca)-; ello le llevó a su congelación en convenciones y aca-
te en algo carente de sentido, estéril y hasta absurdo. (El demias -ortodoxias ·de las que la «avant-garde» ·constituye
hombre sencillo es realmente· un reaccionario, porque co- simplemente su último eslabón- suspirando por las vie-
noce un fraude en cuanto le echa la vista encima.) La deli- jas glorias, los «días de grandeza pasados, cuando la belle-
berada violación, deformación y fracturación de la ima- za estaba en flor»; se 'hizo pesimista y nihilista, cada vez
gen, llamada arte «moderno», no ha sido más que cincuenta más hostil a la sociedad eh cuanto tal -los «reacciona-
años de destrucción de ídolos conducente a Ja. larga ai rios». Entonces, cuando la arrogante Ciencia joven inten-
callejón sin salida de nuestra cultura actual. tó requebrar al Arte para sacarlo de su torre de marfil
En el siglo xx, el arte; secada su savia vital y anulada ~convertida ya en buhardillá~ con las falsas promesas del
del todo su función social, es arrojado a ·las c·lases aco- galán ·enamorado (<<Ya puedes bajar. Estamos. convirtien-
modadas de la actualidad, a aquellos nouveaux riches -es' do día a día al mundo en un lugar mejor»), el Arte rehusó
pecialmente en América, que sigue sufriendo un complejo con mayor vehemencia: que nunca: tratar con él y, desde
de inferioridad cultural- que necesitan todavía demostrar luego, negóse en absoluto a aceptar sus regalos corrompi-
que «han llegado», exhibiendo un gusto cultural refinado. dos, refugiándose más · profundamente que ·nunca en sus
El secuestro de los intelectuales dentro de torres de mar- ensoñaciones ..:..neoclasicismo, romanticismo; expresionismo,
fil -las universidades~ desde donde, si exceptuamos el surrealismo, existencialismo.
terreno científico; poca influencia ejercen sobre el mundo El artista o el intelectual se consideraron a sí mismos
exterior, por muy brillantes que sean (y no lo son, porque ,,
o bien como miembros de una élite invisible, un «sabio», o
no gozan ya del necesario proceso de retorno de influen- bien como marginados de esta· misma sociedad, mezclán-
cias); la abstrusa jerga --a menudo completamente ininte- dose con lo que ellos considerabán las heces de su socie-

232 233
da~. ~n ambos casos, tanto si representaban el papel del se dispusiera a considerar un computador tan sólo como
<'anstocra~a» o el de~ «bohemio», se encontraban al margen una serie bellamente dispuesta de luces y sonidos y ol-
de la sociedad considerada como conjunto. El artista se vidara por completo la función que le es propia. El expe-
había convertido en un ser anormal. Su creciente aliena- rimento científico no se limita a ser bello, a constituir una
ción del mundo que le rodeaba --el nuevo mundo creado estructura elegante, otra pieza de un rompecabezas abstrac-
por la ciencia- debíase, especialmente en sus primeras eta- to, algo que puede ser utilizado en el próximo montaje (si
pas, a un terror increíble, que no hacía más que intensifi- bien los científicos, a su modo, consideran también a la
car su necesidad de evasión hacia el mundo ideal del arte ciencia como esta abstracción separada de la vida), sino
al mismo tiempo que su falta de audiencia le llevaba a un; que posee un significado real propio, parecido -no igual-
mística de «genio». Como un ascético San Simeón en su a la «presencia», el «en-soi», de la pintura moderna. Muchos
pedestal, se esperaba que el «genio de la buhardilla>> crea- artistas han cometido el error de intentar anexionarse la
ra obras maestras en un vacío cultural. Ahora bien la ar- ciencia de este modo, de incorporarla a su propia estrn.c-
teria que le comunicaba con el mundo exterior había sido tura artística, en vez de utilizarla para ampliar esta mis-
cortada. Su tarea, cada vez más imposible, le forzaba fre- ma estructura.
cuentemente a una verdadera locura o al suicidio. ¿Es todo el panorama actual de la cultura estética· tan
Confinado en un rincón y sin otro lugar a donde ir el sombrío? No. Ha habido algunos hechos progresivos en el
artista debe empezar a llegar a un acuerdo con el mu,;,do arte contemporáneo. Hemos visto ya cómo la tradición pic-
modern~. ~~ un cometido que no se le da bien. Al igual tórica realista murió con la cámara fotográfica. Esta tra-
que un mvahdo que ha permanecido encerrado mucho tiem- dición se había elevado a través de los siglos hasta un ni-
po, no sabe ya nada del mundo que le rodea -no tiene idea vel de ilusionismo pincelístico -examinemos un Bougeu-
de política, de ciencia y ni siquiera de cómo vivir o amar. reau- equivalente o superior al de las primeras fotogra-
Hasta ahora, e incluso en la actualidad -aunque cada vez fías, consideradas por aquel entonces simplemente otro
en m~nor grada-, la sublimación, esta distorsión de la per- medio gráfico, como el grabado al aguafuerte. Los inicios
sonalidad, era algo recomendable; era el único modo (aun- del nuevo arte fotográfico y la tradición realista pictórica
que indirecto) de alcanzar la plenitud. Sin embargo, el pro- se entrecruzaron, se sumaron, en artistas que, como Degas,
ceso artístico ha sobrevivido -casi- a su utilidad. Y el utilizaron una cámara en S\1 trabajo. Entonces el arte rea-
precio a pagar por ello es caro. lista adoptó una nueva senda: o bien se hizo decadente,
Los primeros intentos de enfrentamiento al mundo mo- académico, divorciado de todo sentido y marcado --tomo
derno han sido en su mayor parte erróneamente dirigidos. los desnudos que cuelgan de las clases d.e arte o de galerías
La Bauhaus, por poner un ejemplo famoso, fracasó en su de segunda fila- o se fracturó en la imagen expresionista
objetivo de reemplazar un arte irrelevante de caballete (sólo o surrealista que aportaba una nueva realidad·. interna o
unas cuantas ilusiones ópticas y sillas de diseño jalonan su fantástica. Entretanto, sin embargo, el joven arte fotográfi-
tumba) para terminar en un híbrido que no es arte ni es co, basado en una verdadera síntesis de las <<modalidades
ciencia y que, ciertamente, no es la suma de los dos. Fra- estética y tecnológica» (al igual que lo había sido el .pro-
casaron porque no entendieron la ciencia tal como es; pio empirismo), siguió llevando hacia adelante la viva tra-
para ellos, que contemplaban todavía las cosas según el dición realista. Y, del mismo modo que con la unión de
aiitiguo modo estético, se trataba simplemente de un nue- !.os principios masculino y femenino, la ciencia empírica
vo y rico contenido que debía ser asimilado por completo dio fruto, así aconteció con el medio fotográfico. Pero, a
dentro del sistema estético tradicional. Es como si alguien diferencia de otros medios estéticos del pasado, derribó la

234 235
división misma entre lo artificial y lo real, entre la cultuta femenina -es temperamental, inseguro, paranoide, derro-
Y la vida misma, sobre la que la «modalidad estética» se tista y mezquino. Además. cpn la reciente retirada de los
levanta. refuerzos llegados de más allá del frente (la sociedad) todo
ello se ha exagerado enormemente; su desmesurado <<ello»
. Veamos otros hechos relacionados: el ensayo explora-
no tiene nada con qué equilibrarse. Mientras el científico
llvo de materiales artificiales -vgr. Jos plásticos-, el in-
puro .es esquizofrénico o, peor aún, ignorante completo de
tento de enfrentamiento a la misma cultura plástica (arte
pop ), la desaparición de las categorías tradicionales de me- la realidad emocional, el artista puro rechaza la reahdad por
su falta de perfección y, en los siglos modernos, por su
~ios. de comunicación (medios combinados) y de las dis-
tmcwnes entre arte y realidad (representaciones activas fealdad ( 1).
¿Quién sufre más, el ciego (el científico) o el lisiado (el
elaboración ambiental). Sin embargo, me cuesta calificar d~
artista)? Culturalmente, se nos ha dado únicamente a escoger
progresivos sin más a estos últimos acontecimientos; por el
entre una función sexual o la otra --o un marginalismo so-
momento, la mayor parte de su producción carece de sen-
cial conducente al egocentrismo, introversión derrotismo,
tido Y es pueril. El artista no ha descubierto aún cuál es
la realidad y mucho menos el modo de tratarla. La alinea- pesimismo, hipersensibilidad y falta de contacto con la rea-
lidad o una personalidad <<profesionalizad~» dividida, 17n~ ig-
ción. de vasitos de p~pel en la calle o los pedacitos de papel
norancia emocional y la estrecha perspectwa del especmhsta.
arroJad~s en un cubilete vacío, por muchas críticas elogiosas
que reciban en Art News, no son más que una pérdida de
tiempo. Si· intentos tan chapuceros aportan alguna espe-
ranza, es en Ja medida en que son síntomas de· la desapa-
CONCLUSióN: LA REVOLUCióN DE LA ANTICULT(JRA
rición del arte «puro».
La fusión de la «modalidad estética» con la «modalidad
tecnológica» ahogará gradualmente v en forma absoluta a He intentado mostrar cómo la historia .de la cultura refle-
la forma elevada del arte <<j:mrO>>. La primera abolición de ja la dicotomía sexual en su misma organización y evolución.
categorías; el refundimiento' del arte· con una realidad ( tec- La cultura se desarrolla no sólo a partir de la dialéctica eco-
nificada), indica que nos encontramos en el período· de nómica subyacente, sino también a partir de la más profunda
transición pre-revolucionario, en el que las tres corrientes dialéctica sexual. Hay, pues, no sólo una dinámica horizon-
c::'Jtura!es. ?eparadas -la tecnología (<<ciencia aplicada»), la tal, siho también una vertical; cada uno ele estos tres estra-
<<mvestigación pura» y el arte <<puro» modern()--o' se fundi- tos forma una versión más de la dialéctica de la historia
rán entre sí, paralelamente a la fusión de las rígidas ca- basada en el dualismo biológico. En la actualidad hemos al-
tegorías del sexo que ellas reflejan. canzado los últimos estadios del Patriarca\ismo, del Capita-
La polaridad cultural basada en el sexo sigue causando lismo (capitalismo corporativo) y ele las Dos Culturas simul-
n;uchos desastres. Si el mismo científico <<puro», vgr. el fí- (1) Un pintor abstracto que conocí y que había experimentado
~ico ~uclear (y mucho tnás el científico <<aplicado», vgr .. el 1os horrores de los campos de . batalla del Norte _de Africa durante
mgemero) sufre de excesivo <<mascülinismo» y se convierte 1a Segunda GueÍ'ra Mundial -campos. de hombres {c~maradas) pu-
en driéndose al sol mientras las ratas surgían . de sus estoma~os- pasó
. autoritario, convencional, insensible
. emocionalmente ' casi
m capaz de comprender su propia labor dentro del· laberinto añds enteros dibujando un simple· círculo beige alrededor de un
simple cuadrado beige. De esta manera, el artista "moderno" niega
científico -por no decir nada del cultural o social-, el ar- la fealdad de la realidad (las ratas en los estómagos de los compa-
tista, en consonancia con la división sexual, ha encarnado ñeros). en favor de armonías artificiales (círculos Y cuadrados). (N.
todos Jos desequilibrios y sufrimientos de la personalidad del A.) ..
' ·

237
236
aquel entonces la humanidad habrá
táneas. Pronto nos encontraremos con una triple serie de mente a la naturaleza, habrá llevado a cabo
condiciones previas a la revolución, cuya ausencia fue la res- la realidad. Con la plena consecución de lo •
ponsable del fracaso de las revoluciones del pasado. real, el elemento sustitutivo -la cultura- no
La diferencia entre aquello que está casi al alcance de sario. El proceso de sublimación, una vía indirecta
nuestra mano y lo que ya existe está engendrando fuerzas tisfacción de Jos deseos, dará paso a la satisfacción
revolucionarias (1 ). Nos estamos acercando -creo que ha- a través de la experiencia, tal como experimentan ahor:ai
bremos llegado dentro quizás de un siglo, si la bola de nieve exclusiva los niños o los adultos que utilizan drogas. , ...
del conocimiento empírico no estalla antes debido a su gran que los adultos normales «S~ desenvuel_ven» a diferent_es ·
velocidad- a una revolución cultural, así como sexual y eco- veles, el ejemplo que más graficamente ¡lustra ~ara. caSI todo
nómica. La revolución cultural, al igual que la revolución eco- el mundo el nivel de intensidad de esta expenenc¡a futura,
nómica, debe postularse en torno a la eliminación del dua- que ocupa la posición cero en la escala de la consumación,
lismo (sexual) que se encuentra no sólo en los orígenes de pero que siempre vale la pena de un modo u otro, es 1~
las divisiones de clases, sino también en los de la división actividad amorosa.) Será innecesario el control y posposi-
cultural. ción de la satisfacción del «ello», por parte del <<YO»; el ello
¿Qué aspecto puede adoptar esta revolución cultural? podrá vivir en libertad. El goce dimanará dir~cta~ente d~l
A diferencia de las «revoluciones culturales» del pasado, mismo ser y actuar -el proceso de la expenencJa-;-, mas
no se trataría meramente de una escuela cuantitativa -más que de la cualidad del logro. Mientras en la actuahdad ~a
y mejor cultura- en el sentido en que· el Renacimiento era «modalidad tecnológicá» masculina puede por fin producir
la cima de la «modalidad estética» o en el que el actual lo que la «modalidad estética» femenina había soñado, ha-
avance tecnológico constituye la acumulación de siglos de bremos eliminado la necesidad de ambas en el futuro.
conocimiento práctico acerca del mundo real. A pesar de su
grandeza, ni ]a cultura «estética» ni la «tecnológica», aun
en sus momentos álgidos, alcanzaron la universalidad; en
un caso se trataba de una cultura globalista, pero divor-
ciada del mundo real, y ep el otro «alcanzaba el progreso>>
al precio de una esquizofrenia cultural y de la falsedad y
aridez de la «objetividad>>. La próxima revolución cultural
nos traerá la reintegración del varón («modalidad tecnoló-
gica>>) con la hembra («modalidad estética»), a fin de crear
una cultura andrógina que se remonte por encima de ambas
corrientes e incluso por encima de la suma de sus integra-
ciones. Más que una unión, deben!! ser una abolición de las
propias categorías culturales, una cancelación mutua -una
explosión de la materia con la antimateria, que finalice con
el estallido de la cultura misma.
No la echaremos en falta. No la necesitaremos ya. Por
·- : (l) Los revolucionarios, por definición, siguen siendo los visio~
narios de la "modalidad estética'', los idealistas de la política prag-
mática. (N. del A.)
239 i
238

il
lO
FEMINISMO
-
. . Y EGOLOGJA
.. ,-. . ; ' ._- ' - .

La ciencia empmca ha dejado repercusiones tras de sí;


el repentino avance tecnológico trastornó el orden. natur¡1l,
pero el interés reciente por· la ecología, el estudio d<e las re-
laciones entre · el · hombre y su rriedio, qui;zás -estamos
en 1970- haya llegado demasiado tarde. Desde luego es
demasiado tarde para el conservadurismo, el intento de res-
tituir los equilibrios naturales; Lo que se necesita es un pro-
grama ecológico revolucionario que intente establecer un
equiÍibrio ·artificial humano (creado p 0 r el hombre) en susti-
tución del natural, realizando así de pasó el objetivo original
de la ciéricia empírica: el dominio hurriario de la rrwteria..
. Las rriejores de entre las nuevas corrientes ecológicas y
de planificación social coinciden ~on los objetivos feminis-
tas. El modo en que estos dos fenómenos ~ociales, el femi-
nismo y la ecología revoll\eionaria, ·han aparecido con una
coincidencia tan aparente, ·ilustra una verdad histórica: las
nuevas teorías y los ·nuevos .movimientos ·no se desarrollan
en el vacío, sino que surgen para apuntar las necesarias so-
h.téiones· ·s6cialés a Jos nuevos prÓblemas derivados dé clas
·contradicciolies del-medio. En este caso, ambos movimientos
·han surgido c6mo respuesta a una mistna contradicción: la
vida animal dentro de la tecnología. En el caso del feminis-
mo el ·problema es de tipo moral; la urtidild .familiar biológi-
ca ha oprimido siempre a mujeres y niños, pero ahora, por
6 vez primera ,eri la historia, la i:ecnolo.gía ·ha creado )as. ¡;ondi-
_<:;jones .xea!,es .previi.\S. para el .desmantela,miento de ..esta,s cir-
<:l!nstar¡<;las . qpresivas. c«n.attiralés;,, .jJint6 · Qoh sus , apqyos
culturales. En el caso de la nueva ecología descubrimos .-que,

241
independientemente de toda postura moral -tan sólo por ra- tante, porque, a pesar de las opmwnes cada vez más esca-
zones pragmáticas, de snpervivencia- se ha hecho necesario lofriantes de los expertos en este campo, muy pocas perso-
librar a la humanidad de la tiranía de su biología. La huma- nas se preocupan seriamente. De hecho, la euforia y el lais-
nidad no puede permitirse por más tiempo la permanencia sez fair¡; parecen estar creciendo en proporción directa a la
en el estado de tránsito entre la simple existencia animal y necesidad de una acción inmediata destinada a prevenir un
el control pleno de la naturaleza. El caso es que estamos futuro desastre.
mucho más cerca de un salto evolutivo importante hacia. el La relación entre ambas situaciones es directa: la inca-
control de nuestra propia evolución, que hacia un retorno al pacidad para enfrentarse al problema en busca de solución
reino animal del que provenimos. crea una falsa confianza, cuya amplitud es puesta de mani-
Así pues, en términos de la tecnología, moderna, un mo- fiesto por un reciente sondeo Gallup (3 de agosto ·de 1968)
vimiento ecológico revolucionario tendría el mismo objeti- en el que, en respuesta a la pregunta «¿Cuáles son en tu
vo que el movimiento feminista: el control de la nueva tec- opinión los problemas más apremiantes a que se enfrenta la
nología 'con fines humanos y el establecimiento de un equi- nación en la actualidad?», menos de un 1 % de los adultos
librio «humano» beneficioso entre el hombre y el nuevo me- consultados mencionaron el problema demográfico. Y, sin
dio artificial que está creando, con el que sustituir al des- embargo, como mínimo, por citar a Lincoln H. Day y Alice
trozado equilibrio «natural». Taylor Day -expertos en demografía- en su libro Too
¿Cuáles de entre las preocupaciones de la ecología pue- Many Americans, <<Para sostener un ·aumento de otros
den tener interés directo para el movimiento feminista? Dis- 180.000.000 de habitantes (cifra que alcanzaremos dentro de
cutiré aquí brevemente dos aspectos de la nueva ecología c~arenta y cuatro años, con Jos índices actuales) este país
que incumben particularmente al nuevo feminismo: la re- debería sufrir cambios en el modo de vivir tan radicales
volución y su control, incluyendo la. gravedad de la explo- como Jos que !han tenido lugar desde Colón». Éste es el
sión demográfica y Jos nuevos métodos para el control de cálculo más conservador. La mayor parte de los demógrafos,
la fertilidad, y la cybernation ( 1), la futura adopción por biólogos y ecólogos son bastante más pesimistas. Continna-
parte de las máquinas de funciones cada vez más comple- mente se editan libros sobre la materia, cada uno de ellos
jas, alterando así la relación existente entre la edad del añadiendo una nueva opinión a los terrores de la explosión
hombre y su trabajo ·y,salarios. demográfica (Si nos hubiéramos reproducido· a este .ritmo
Al principio tomé muchas notas, elaboré esquemas com- de.sde los tiempos de Cristo, en la actualidad habríamos .. .
pletos sobre la explosión demográfica, citando una y otra vez Si proseguimos con estos índices, la inanición parecerá.. .
toda clase de estadísticas escalofriantes acerca del índice de hacia el año ... Un número tal de ratas apiñadas en una ha-
crecimiento de la población. Sin embargo, al reflexion.ar por bitación, producen un comportmniento XYZ ... ), libros con
segunda vez sobre ello, me pareció haberlo oído todo ya .an- títnlos como Famine, 1975, The Population Bomb, etc. Los
teriormente y que Jo mismo ocurriría con Jos demás. Qui- mismos científicos son presa del pánico, Se cnenta de un
zás, convendria más a Jos objetivos de este libro el discutir famoso biólogo de .la Rockefeller University qut! dejó de
por qué tales estadísticas son ignoradas de forma tan cons- hablar a sn propia hija, después de que ésta dio a luz a su
tercer hijo. Sus discípulos se multiplican a su cuenta y
(l) Término acuñado hacia 1961 por D. N. Michael, del Peqce riesgo.
R.esearch Institute para designar el uso de computadoras acopladas
a ·maquinaria automática para el control y ejecución de operaciones Sin embargo, el público permanece convencido de que la
complejas o para la rea1ización de tareas rutinarias -o repeti_tivas-. ciencia puede resolver el problema. Una de las razones por
(N. del A.) las 'que el hombre de la . calle cree tan firmemente en que

242 243
·«ellos» •pueden solucionarlo (además de la «mística del bru- Gión?); la personalización de la experiencia sexual; ·la psico-
jo», gracias a la .que «ellos;> parecen siempre encontrar una logía de· poder; etc;
respuesta para .todo) estriba.en •que la información •se 'filtra ' Desgraciadamente, ]os izquierdistas y revoluCionarios · no
tan lentamente desde las altas esferas hasta la calle. Por constituyen ninguna excepción a esta deformación psicoló·
ejemplo, • el público· empezó :a oír hablar de la «revolución giGa universal engendrada por la familia. También ellos
verde» sólo cuando los científicos abandonaron Ia espe- ceden· al: «Unidos contra todos», aunque esta vez a la in•
ranza. en e!Ia, por constituir nada más que una desespe- versa. Si el •nosotros unidoS>> -'-la clase superior y la inte-
rada ;nedida tr.ansitoria .destinada .a .postponer el hambre lectualidad más- avanzada- aduce que «Es conveniente no
mundta! durante otra ge11eración; sin embargo, en ·vez de tener por nuestra parte· un descenso en· los índices de nata-
·causar .una ·alarrpa general y. una acción inmediata esta lidad, porque en este caso la chusma y/o los débiles· menta-
información ·actuó como sedante. ' les tomarían el mando»; todos ellos· -la chusma (reciente-
El «milagro de ·]a ciencia moderna•• es ·sólo uno de en mente conocida como la •minoría extremista»)- contraata-
tre un arsenal_ de argumentos que, a pesar de sus ·innume- can con la paranoia en torno a su propia desaparición por
:rables refutaciOnes, siguen apareciendo sorprendentemente medio del control de natalidad -•el genocidio del Tercer
una: y otra vez. Así ··tenemos el argumento de los «excedentes Mundo y de los indeseables del país»c Este temor· está
·a!íi:nenticios>>, el argumento ·de -los «vastos espacios de tierra bien fundamentado. Sin embargo; es también responsable de
deshabitada>>, ·el.argumento «económico>> (el crecimiento de la incapacidad de la Izquierda de comprender que,· bajo los
'.la poblaci?n mantiene a la economía en marcha), el argu- malos usos del control de natalidad, existe un problema eco-
mento ·«mllitar» (la población aumenta la capacidad. de .de- lógico auténtico que no puede ser .rebatido eón ningún ar-
fensa, cf. el Boogy-Woogy chirio) y muchos más variando·su gumento antojadizo ni con estadísticas imaginarias. Es cier-
.sofisticación en· función del. ambiente social de quienes los to que los gobiernos imperialistas-capitalistas distribuyen
propugnan. Es· inútil :discutir (y por tanto no voy ·a hacerlo con la mayor de las satisfacciones entre los habitantes del
aquí) porque ·no ·se trata .en absoluto de una cuestión de Tercer Mundo --o entre la población negra y lós pobres en
·exactitud informativa o· de lógica. Hay algo más que une a los Estados Unidos (particularmente entre las madres que
todos estos argumentos. ¿Qué es? . utilizan los servicios de la seguridad pública, que son a me-
Fondo común a todos ellos , es el chauvinismo peculiar nudo utilizadas como conc:'jillos de indias para la puesta
que se desarrolla en el seno de la 'familia. En ·capítulos an- en práctica de lbs experimentos más recientes)'-, mientras
teriores •hemos discutido algunos de los componentes de esta que en su país no dudan en c:ondenar a diez años de cárcel
·psicología: la mentalidad patriarcal preocupada sólo por sus al hombre que proporciona Emko Foam a una jovencita
propios intereses· y por· su progenie, en la medida en ·que soltera y blanca; .es cierto también que una redistribución· de
·ésta es •heredera y ·extensión de su ego y en un .envite priva- la rique:.¡¡a y recursos mundiales• contribuiría grandemente a
·cto por la ·inmortalidad (¿por •qué preocuparse por: e! bien suavizar ef. problema, suponiendo· q\:le· esto· pudiera acontecer
social comunitario, mientras -'y ahí viene aquella hermosa mañanac Sin embargo; er problema seguiría existiendo, por•
frase- <<tú -y los tl})'OS>> seáis «felices•> cuando sobrevenga que· su existencia es independiente ·de la· polttica y eeónomía
·¡a 'gran :catástrofe?); el -chauvinismo del «unidos contra to- tradicionales y, por tanto, no puede ser solventado con la
dos>> (la fuerza de la sangre); la división entre lo abstracto economía y política tradiciomrles·-como únicos medios. Estas
y lo concreto; lo público y lo ·privado (¿qué puede habecmás complicaciones pofítkas y econóriücas no son más. que agra-
·abstracto y púb!icoo,qtie mna estadística demográfica?; ¿qué va,mientos de un. 'auté!ltio pr:oÍ')lliina ecdtógico. Uh.a yez más
:puede> haber. más ·concreto·. y privado que la propia·reproduc- los radicales• no han conseguido p.ensar con ·la, necesaria: ra,

245
dicalidad; el capitalismo no es el único enemigo, la redistri- uno tan sólo de los muchos tipos de control de la fertilidad
bu.ción de la riqueza y de los recursos no es la única solu- en experimentación. La inseminación artificial y la anovu-
ción y los intentos de control demográfico no son los úni- lación artificial son ya· una realidad. La elección del sexo del
cos intentos encubiertos de «SUpresión del Tercer Mundo». feto y la fertilización en el tubo de ensayo (cuando la opera-
Sin embargo, a menudo se comete un error mucho más tividad del esperma dentro de la vagina sea comprendida
grave; el mal uso de los descubrimientos científicos se con- plenamente) son acontecimientos al alcance de la mano.
funde muchas veces con la propia tecnología. ((Es que los Diversos equipos científicos están trabajando en el desarro-
militantes negros que abogan por una fertilidad sin control llo de una placenta artificial. La misma partenogénesis -na-
para sus mujeres negras, se permiten a sí mismos cargar cimiento virginal- podría ser algo no muy lejano.
con los sucesivos embarazos y con un número demasiado
crecido de bocas que alimentar? Una se permite creer que ¿Se siente la gente -científicos incluidos- propensa a
también ellos encuentran en los anticonceptivos una buena tales eventualidades? Rotundamente no. Una reciente
ayuda para mantener el ritmo de su actividad predicadora.) encuesta Harris, citada en la revista Life, realizada so-
Como se demostró en el caso del desarrollo. de la energía bre una base representativa muy amplia de ciudadanos
atómica, los radicales, en vez de darse golpes de pecho a americanos ~incluía, por ejemplo, a granjeros de
propósito de la inmoralidad de la investigación científica, Iowa- descubrió un número realmente sorprendente
se mostrarían mucho más eficaces concentrando todas sus de individuos dispuesto tener en cuenta los nuevos
energías en exigir el control de los descubrimientos científi- métodos. El obstáculo estribaba en que su· buena dis-
cos por parte del pueblo y en su beneficio, puesto que -al posición a considerar su adopción se limitaba a aque-
igual que la energía atómica- el control de la fertilidad, llos casos en que tales métodos pudieran reforzar y
la reproducción artificial y la cybernation, son por sí mis- ampliar los valores actuales de ·la vida famili.ar y de. 1~
mos descubrimientos liberadores -a menos de ser utilizados reproducción, vgr. para ayudar a una muJer estenl
impropiamente. a dar un hijo a su esposo. Todo cuanto fuera suscep-
¿Cuáles son los nuevos descubrimientos científicos en tor- tible de ser interpretado como promoción de una «re-
no al control de tan peligrosa reproducción prolífica? Dispo- volución sexual» era rechazado de plano como cosa
nemos ya en la actualidad de más y mejores anticonceptivos antinatural. Obsérvese, sin embargo, que no era la fe-
que nunca antes en la historia (1 ). Los antiguos medios de cundación en el <<tubo de ensayo>> lo rechazado como
intervención directa, interceptores de la fecundación ( dia- · antinatural (el 25 % de los consultados mostraron in-
fragmas, preservativos, medios químicos) fueron sólo el co- mediatamente su conformidad a su utilización perso-
mienzo. Pronto dispondremos de una comprensión absoluta nal del sistema, generalmente una vez dadas las con-
de todo el . proceso reproductivo en toda su complejidad, diciones previas ya descritas), sino el sistema de valo-
incluyendo la sutil dinámica hormonal y su influencia sobre res basado en la eliminación de la supremacía mascu-
el sistema nervioso. Los actuales anticonceptivos orales es- lina y de la familia.
tán aún en una etapa primitiva (imperfecta) y constituyen Es evidente que la investigación en .el campo . de la
reproducción se ve obstaculizada por el prejuicio se-
· (1)Debo pedir disculpas al lector, porque este capítulo fue es- xual. A pesar del dinero destinado a estos · sectores
cr~to antes de los uProcesos en torno a los anticonceptívos orales" concretos de la investigación, la labor investigadora
e incluso del vertiginoSo de~p,egu~ del ·movimiento ecológico .mis_pto. ·llevada a cabo, sólo accidentalmente beneficia a la mu-
Tal es la rapidez de las modernas comunicaciones, que un libro está
anticuado 'antes ya de pasar a la imprenta. (N.. del A.) jer; en muchos casos, ni esto siquiera. Así, por ejem-

246 247
plo, el tr:'b~jo realiz.ado en .e_i . desarrollo. de una pla- guna necesidad de fingir que el embarazo era una di-
centa artificial necesita todav1a la excusa ·de su utili- versión o un orgasmo místico («aquella mirada soña-
zación en la salvación de los niños prematuros. Por dora»). La Biblia lo dijo: sudor y lágrimas', Los ador-
esto, aunque sería mucho más fácil técnicamente tras- nos no eran necesarios. Las mujeres, carecían de elec-
plantar un embrión joven qUe un feto casi completa- ción. No se atrevían a protestar, pero por lo menos
mente desarrollado, tódó el dinero se encallZa' hacia este podían gritar cuanto querían durante los dolores del
último cometido. Otro ejemplo lo tenemos en la ex- parto. Terminado éste e incluso durante el mismo,
ci_usión de la mujer del campo. científico, como causa eran objeto de admiración (limitada) por su valentía;
directa de la falta de investigación en totno a anti- su valor se medía por. el número.· de hijos (varones)
conceptivos masculinos. (¿Es posible que se considere que podían traer al mundo.
a las rn.ujeres cdnejillos de indias más aptos; porque
a los o¡os de los científicos masculinos sean «inferio- En la actualidad todo esto está muy confuso. El mismo
res»? o ¿Se trata únicamente dé qué los científicos mas- cultd del parto rtatütal ·nos dice bieri a las claras cuán le-
culinos adoran la fertilidad masculina?) Son muchos jos estamos de una verdadera· identificación con ·ra natura-
los ejemplos que podríamos aducir al respecto. leza¡ El parto n:atural mies más' qué' ótro elemento del reac-
El temor a los nuevos métodos de reproducción está cio.nario «tetorrio a la naturareza» hippie.rousseaúnlano, tan
tan extendido, que miettttas escribo este libro se trata pagado de sí mismo como él. QuizáS tina· misfiffcación su-
de tin tema aún tabú· fuera de los médios científicos. blimista del parto, una fe verdadera; contribuya a faeilitar
Hasta muchas de las mujeres del movimiento feme- las cosas a .la mujer en cuestión . Los ejercicios pseudo-yoga
nino de liberación -quizás más que las otras- tienen ~veinte emba-razadas inspirando y expirando profundamen-
miedo de eXpresar cualquier tipo de interes por él. te en el suelo-'- pueden llegar a ayudar a algunas mujeres
temerosas de confirmar las sospechas que los demás a· désarróllar actitudes «adecuadas>> (como las de quienes
pueden sentir haeia su <<anti-naturalidad», y emplean dicen «No grité ni una sola· vez>>). La presencia del espo-
buena parte de· sus energías en negar su supuesta an- so comptll!gido junto a la cama, al igual que los dolores
timaternidl'rd, su supueSta defensa de la reproducción erripáticos de los nombres .de ciertas tribüs (,,:Recuerda
artificial, etc. qtie lo pasamos jun:tos, querida>>), puede contribuir a que
Yó no creo, como afirman mtichas rrtújeres, qUe la ra- una mujer se sienta menos· sola durartte el trance. Sin em-
zón· de· que no se considere hermosa a la preñez bargo, el hecho, permanece: el parto, en el mejor de los
estribe en una distorsión cultural. La reacción instin- casos, es necesario y tolerable, pero no es ninguna diversión.
tiva del niño (¿Qué le sucede a esta <<señora tan
gorda·,;?), ei desvaneeii:tliento compungido del · deseo (~Es como cagar una calabaza. -Me contestó una
seltU:al del esposo y las lá:gril:rtas de la mujer ante el amiga cuando le pregunté acerca de «la gran experienc
espejo cuando se contempla de otho meses; son reac- cia que uri.a se está perdiendo».
ciones demasiado básicas para que las desdéñemos l ¿Qué hay de malo en cagar? Puede ser divertido :-re"
como· .simples hábifos culturales;· El embarazo· es la plica la «Escuela· de la gran experiencia».
deformación temporal del cuerpo del individüo en be- ,...,Duele --"'contesta ella.
neficio. de !á especie. -¿Qué hay de malo. en .. unos ·dolorcillos, con tal<de
Aderriás, el :parto es doloroso. ·Hace tres mil años, las que no ·te maten? -·-·aduce la «Escuela>>.
müjeres .que daban a luz <<naturalmente» no teníán nin- -eEs Una lata· ~replica ella.

248 249>
-El dolor· puede ser interesante como experiencia La cybernation, al igual que el control de la natalidad,
-dice la «Escuela». puede ser un arma de dos filos. Lo mismo que la reproduc"
-¿Acaso no es un precio demasiado elevado por una ción artificial, el sólo pensamiento de que pudieran estar en
simple experiencia interesante? manos. de los poderes actuales constituye por sí mismo una
-Un momento. Ten en cuenta que recibes una recom- pesadilla. No necesitamos insistir sobre este punto. Todo el
pensa -alega la escuela-. Un bebé todo tuyo, con el mundo está famaliarizado con la. «tecnocracia>> tal como se
que puedes «hacerlo» siempre que te venga en gana. describe en 1984>> (1): la creciente alienación de las masas,
-Bueno, ya es algo -replica ella-. Pero, ¿cómo sa- el poder intensificado de la élite (quizás cibernéticos), las
ber que será varón como tú?) fábricas de niños, el aumento de la eficiencia gubernamental
(el «Gran Hermano>>), etc. No podemos dudar.ni por un mo"
La reproducción artificial no es por sí misma deshumani- mento de que en manos de la sociedad actual la máquina
zante. Por lo menos, la posibilidad de opción debería hacer sería utilizada --está siendo utilizada-. para intensificar el
posible un re-examen sincero de Jos antiguos valores de la aparato de represión y para acrecentar el poder establecido.
maternidad. En la actualidad, dar abiertamente la cara en Como en el caso de la explosión demográfica y del con-
contra de la maternidad por principio, es físicamente peli- trol de la natalidad, la di.stincíón entre el uso indebido de
groso para una mujer. Sólo puede salir con bien, si añade la. ciencia y el valor mismo de la ciencia no está del todo
que es neurótica, anormal, que odia a los niños y que, claro para algunas mentes. En este caso concreto, aunque
por tanto, «no está en condiciones». posiblemente la· reacción no sea tan histérica y evasiva, nos
encontramos frecuentemente con la misma· insistencia caren-
(-Quizás más tarde ... cuando me encuentre mejor te de imaginación sobre los males de la máquina misma, en
preparada.) No puede decirse que sea un ambiente 1 vez de toparnos con el reconocimiento de su revoluciona-
donde puede cuajar una decisión libre. Hasta que el ria importancia. Abundan los libros y la investigación acer-
tabú no desaparezca y hasta que la decisión de no te- 1 ca de cómo evitar la .«Tecnocracia, i984>> (vgr. Privacy and
ner hijos o de no tenerlos «de forma natural» sea Freedom de Alan Weston), pero se ha meditado poco en tor-
una opción tan legítima por lo menos como el parto
tradicional, las mujeres se encuentran virtualmente
t no a cómo hacer frente con eficacia con los cambios cuali-
tativos en el estilo de vida que la cybernation traerá con-
prisioneras de. sus funciones femeninas. sigo.
Las dos perspectivas, el control demográfico y la cyber-
Otro aspecto de la evolución científica difícil de asimilar rzation, producen la misma respuesta artificial porque en
dentro de nuestro ·sistema de 'valores tradicional es el na- ambos casos el problema subyacente es un problema sin pre-
cimiento de la cybernatíon, la adopción por parte de má- cedentes: un cambio cualitativo en las relaciones humanas
quinas cada vez más complejas de las funciones laborales con respecto tanto a su producción como a sti reproducción.
-máquinas que pronto pueden igualar y superar al hombre Necesitaremos casi inmediatamente -para poder hacer fren"
en originalidad de pensamiento y en resolución de los pro- te a los profundos efectos del control de la fertilidad y de
blemas. Aunque puede aducirse que, como en el caso de la cyberrzation- una nueva cultura basada en uüa re'defini-
la reproducción artificial, tales máquinas apenas han su- ción radical de las relaciones humanas y del ocio para las
perado la etapa especulativa, debemos recordar que no hace masas. Definir de forma tan radical nuestras .relaciones
más de cinco o diez añéis los expertos en la materia predi-
jeron que cinco o seis computadores bastarían para satisfa- (1) La autora· hace referencia a la pesÚnista novela de George
cer permanentemente las necesidades de todo el país. Orwell -"1984"- publicada poco antes de su muerte. (N. del T.)

250 251
par~ con la producción y la reproducción exige la destruc- probable que el fermento revolucionario se haga general.
ción simultánea del sistema de clases y de la familia. Ha:bre• Teniéndolo todo en cuenta, es posible, pues, que la cyber-
mos sobrepasado toda discusión acerca de <<quién es el que nation contribuya a agravar la frustración que las mujeres
se' .neva la tajada»; nadié. se _la _llevará, porque nadie. <<tra- sienten ya con respecto a sus funciones y las empuje hacia
baj'l\i'íh•. La discriminación laboral carecería de toda base la revolución. ·
en .una· sociedad en la que las máquinas réalieen e1 trabajo Una revolución feminista podría ser el factor decisivo en
me¡or que los humanos, de cualquier talla o habilidad. Las el establecimiento de un nuevo equilibrio ecológico. Con ella,
máquinas podrían así actuar de igualador perfecto, anu- el toque de atención hacia la explosión demográfica, el des-
lando' el sistema de clases basado sobre la explotación de la plazamiento de la preocupación por la reproducción hacia
manó' de· obra. ·· · · el problema del control de la fertilidad y las peticiones de
desarrollo al máximo de la reproducción artificial, propor-
' . ¿Cuál puede .ser el impacto inmediato de la cybernation
.cionarían una alternativa a las opresiones de la familia bio-
sobre· la posieión de las mujeres? Brevemente, podemos pre- lógica; la cybernation, al transformar las relaciones del hom-
decir Jo siguiepte: bre para con el trabajo y los salarios, al transformar la ac-
' ' 1} Aunque en un primer estadio la automación seguirá tividad de <<trabajo» en <<juegO>> (actividad realizada por mor
proporCionando nuevos puestos de trabajo para las mujeres, de sí misma), permitiría una total redefinición de la econo-
vgr. perfotaliloras, programadoras, etc., probablemente tales mía, incluyendo a la unidad familiar en su capacidad eco-
puestos no durarán mucho (esta es la rázón por la que las nómica. La doble maldición que obligaba al hombre a culti-
mujeres, mano de· obra; transitoria por excelencia, son pre- var la tierra con el sudor de su frente y a la mujer a dar a
feridas en ellos). Con el tiempo, este control de hts máquinas luz con esfuerzo y sufrimientos, se vería anulada gracias
de tan sencilla especialización, dará paso a un conocimiento a la técnica, haciendo que la vida realmente humana sea por
más liíiiversal de su control y, al mismo tiempo, a niveles primera vez una posibilidad. El movimiento feminista tiene
más altos, a urt cdnodmiento más especializad() de sus fun- la misión esencial de crear la aceptación cultural del nuevo
cidnes rru'ís complejas por parte de una nueva élité de in- equilibrio ecológico necesario para la supervivencia de la
genieros y ciberrtéticos. El tipo de empleos a que han acce- raza humana en el siglo xx.
dido las mujeres, er último peldaño de los empleos buro-
cráticos, serán automatizados. Al mismo tiempo, el trabajo
doméstico se verá tambiért cada vez automatizado reducien-
do a'ún más las legítimas funciones laborales . d~· las mu-
jeres'.
2) La erosión de la posición del <<cabeza de familia»,
particularmente en las clases- obreras, puede' conmover. más
profundamente aún la vida familiar y las tunciones tr.adi·
cion&les-- de los sexos.
, . 3) ta Inquietud masiva d~ los jóvenes, los pobtes o los
parados aumentará. A medida qtie crezca la· dificultad ·de
obtención de, empleos y al no J;¡aber ninguna educ&ción _del
ocio que ptaeda suavi'"ar.. el 'cóns1guiente , shock cuÚÚral, es

25.2 253
CONCLUSJON

255
LA REVOLUCION DEFINITIVA

IMPERATIVOS ESTRUCTURALES

Antes de empezar a hablar de alternativas revoluciona-


rias, resumamos a fin de determinar qué elementos espe-
cíficos son los que deben quedar cuidadosamente excluidos
de las nuevas estructuras. Luego podremos seguir con nues-
tra «especulación utópica», dirigidas por lo menos por unas
líneas maestras negativas.
Hemos visto cómo las mujeres -diferenciadas biológica-
mente de los hombres- se encuentran culturalmente dife-
renciadas de la condición «humana». La naturaleza fue quien
produjo la desigualdad básica -media humanidad debe en-
gendrar y criar hijos de toda ella~ que más tarde fue
consolidada e institucionalizada en beneficio de los hombres.
La reproducción de la espede supuso un alto precio a pagar
por las mujeres, no sólo en términos emocionales, psicoló-
gicos y culturales, ·sino también en los estrictamente m8.te-
riales (físicos) -antes de la aparición de los nuevos mé-
todos para el control de la fertilidad los. continuos par-
tos ocasionaban continuas «perturbaciones femeninas», en-
vejecimiento prematuro y muerte. Las mujeres eran el
estamento esclavo que sostenía la especie para dejar a la
otra mitad libre para el manejo del mundo ·~muchas veces
con toda una secuela de aspectos negativos, es cierto, pero
también con toda una gama de aspectos creativos.
Esta división 'natural. del trabajo prosiguió sólo a costa
de un gran sacrificio cultural; hombres y mujeres desarrolla-

257
ro_n tan sólo la mitad de sí mismos, a expensas de la otra cierto punto; en manos de. nuestra sociedad media y de
mitad. ~a división de la psique en masculina y femenina nuestros .habituales científicos (pocos de los cuales son
para meJor reforzar la división reproductiva, tuvo consecuen- mujeres o siquiera feministas), .cualquier intento de utili-
cias trágicas; la hipertrofia en los hombres .del racionalismo zar la· tecnología para "liberar» a alguien resulta sospecho-
Y el imp!!lso agresivo, y la atrofia de su sensibilidad em 0 : so. Sin embargo, estamos especulando acerca de sistemas
cional supuso un desastre tanto físico (la guerra) como cul- post-revolucionarios y, para los fines de nuestra discusión,
tural. El sentimentalismo y la pasividad de las mujeres acre- presupondremos ·• flexibilidad·. y . buenas intenciones ·en los
centaron sus sufrimientos (no podemos hablar de ellas en agentes operativos . del cambio.
forma simétrica, puesto que como clase se vieron converti-
das en víctimas gracias a la división). Sexualmente, hom- ·Una tal ··liberación de las mujeres de su biología cons-
bres Y mujeres se vieron encauzados hacia una heterosexua- tituiría una amenaza a la unidad social .organizada en torno
lidad completamente estructurada -tiempo, lugar, procedi- a la reproducción. biológica y al, sometimiento ,de las mu-
miento e incluso diálogo- y restringida a los genitales, en jeres a su destino biológico, la familia. Nuestra .segunda exi-
vez de extendida a todo el ser físico. gencia surgirá .también como . oposición fundamental a la
·He aquí, pues, algunas sugerencias de sisterna alternativo: familia, considerada esta vez como unidad económica:
U La li!Jeración de las mujeres de. la tiranía de su 2) La plenti auto:determinación,: incluyendo la i1!1depen-
biología reproductiva por todos los medios disponibles y la denda económica, tanto dé_ lqs n:zujeres cOmo de. lo~''niñ.os.
ampliación de la función reproductor4 y educadora a toda La consecuc;ión de este objetivo exige cambios fundamen-
la sociedad globalmente considerada -tanto hombres como 1 tales en nuestra .estructura . econqmica. y .social.' Por esto
mujeres. Esto es algo susceptible de ser. realizado en rnuy
diversos grados. Tenemos ya (tras dura lucha) la acepta,
ción de la «planificación familiar», ya que no el control
!il debemos hablar de u'n socialismo feminista; en el futuro in,
mediato, bajo la égida del capitalismo, lo .máximo a que po-
dría aspirarse sería a uria integración. simbólica de las
de la fertilidad por mor de sí mismo. Poco falta para que mujeres en ··el mundo laboral, porque éstas han . demostrado
se nos propongan centms de cuidados infantiles diurnos 1 constituir con frecuenCia· una fuente de mano 'de obra tre'
quizás hasta de veinticuatro horas, regidos tanto por hom: mendameÍJ.ti:' útil, barata, tran~itor,ia y a J'nenudp 'muy há-
bres como por mujeres. Ahora bien, esto -en mi opinión,-- bil (1 ), por no
decir nada. del valor económico de su fun-
es algo tímido, si no enteramente carente de valor como 1 ción tradicional,. la reproducción • y crianza de la· genera-
transición. Estamos hablando de un cambio. radical; y, aun, ción siguiente infantil, trabajo por el cual reciben patroci-
que dichos. cambios no puedan surtir efecto súbitamente, nio (literal y figuradamente) en vez de paga._ Si,n embargo,
deben mantenerse bien presentes en todo momento lo.s o.b- 1 se· reco.nozca o no oficialmente, se, trata de .·funciones esen-
jetivos radicales. Los centros de asistencia diurna engañan cialmente económicas. Las mujeres, en su funCión actual,
a las mujeres, aliviándolas de la carga inmediata, pero sin constituyen ·Jos fundamentos zy¡isl'nos, de ,la. supetestructuni
preguntar por qué esta carga pesa sobre )as mujeres,
(1) ta nlayor ·.parte d~ los_ }efes_,· fra~~s~dan' lámen~ablemente, si
En el extremo contrario tenemos las soluciones más tuvieran .que asumir· el trabajo de sus secretarias o pasarse sin ellas.
distantas basadas en los potenciales de la embriología mo- Conozco a_ variáS. secretarias Que $in dudarlo. firman con. los. nom~
'1 bres de. sus jefes ·al.ple. de.- sus .proPias So.luciPries.-(muchas .:v..eces hd,.
derna, es decir, la reproducción artificial -posibilidades to-
davía tan atemorízadoras .que rara vez se las. discute en se-
rio .. Hemos visto cómo este miedo está jl!stificado hasta
j
,1
ll~n~_eS).:. _La. 'actu3.ción de las .mujeres.-.Con tíilllo supe:rior costaría_ una
fOrtUna ~Oritabilizilda en términos económicos de obra de mano de
Obra rriaSculina. · - · ·
,,>1
258. '1
259

1
1
económica, elementos vitales para su existencia (1 ). Los Him- nuestra sociedad post-revolucionaria adultos y mnos serían
nos dedicados a la maternidad autosacrificada tienen una mantenidos -independientemente de sus contribuciones so-
base real: <<Mamá es realmente un elemento vital del sis- ciales- gracias a la primera distribución equitativa de la
tema de vida americano, bastante más que la tarta de riqueza en el curso de la historia.
manzana>>. Se trata de una institución sin la cual todo el sis-
tema se vendría abajo. En términos capitalistas oficiales, el Hasta ahora hemos atacado a la familia en un do·
coste de los servicios económicos de la mujer (2) puede ble frente, poniendo en entredicho aquello en torno
elevarse a 1/5 del producto nacional bruto. Sin embargo, el a lo cual está organizada: la reproducción de la espe-
pago no es solución. La remuneración de la mujer -tal cie por parte de las hembras y su consecuencia, la
como se viene discutiendo seriamente en Suecia- es una dependencia física de mujeres y niños. La elimina-
reforma que no pone en entredicho la división básica del ción de estos elementos equivaldría a la destrucción
trabajo e incapaz, por tanto, de erradicar las desastrosas de la familia, que es quien nutre la psicología del
consecuencias psicológicas y ·culturales de tal división; poder. Sin embargo, en nuestra labor destructiva ire-
Por lo que respecta a la independencia económica de mos aún más allá.
los niños es realmente un sueño fútil, que por el momento 3) La integración total de las mujeres y los niñas en
no ha sido puesto en práctica en ningún rincón del globo. todos los aspectos de la sociedad global. Todas aquellas ins-
También en el caso de los niños nos estamos refiriendo a tituciones que segregan a los sexos o separan a los niños
algo más que a una justa integración en el estamento la-
boral; nos referimos a la abolición · ae la misma mano de
obra en el corltexto de un socialismo cibernético, a la rees-
1 de la sociedad adulta, vgr. la escuela elemental, deben ser
destruidas. ¡Abajo la escuela/
Estas tres exigencias predican una revolución feminista
tructuración radical de la economía con el fin de hacer in- basada en una tecnología avanzada. Y si las distinciones
necesario el <<trabajo>>, es .decir, el trabajo asalariado. En culturales varón/hembra y adulto/niño son destruidas, rto
(1) Margaret Benston ("The Political Economy of Women's Libe- necesitaremos ya la represión sexual que mantiene esta de·
ration.", Monthly Review, Septiembre 1969), es un intento por de~ 1
1
sigualdad de clases, permitiendo por vez primera .una liber-
mostrar que la opresión fernenina es efectivamente económica -a tad sexual «natural». Ello nos conduce a:
pesar de que el análisis económico previo· ha sido incorrectO- dis-
tingue entre la economía de superestructura masculina basada en la 4) La libertad de todas las mujeres y niños para hacer
produ5!ción de bienes· de consumo (propiedad capitalista -de los me-
dios de producción + mano de· obra asalariada) y la economía re- cuanto deseen sexualmente. No habrá razones ya para no
duplicativa preindustrial de la familia -producción para uso inme- hacerlo. Veamos las razones del pasado: una sexualidad
diato. Debido a que esta última no forma parte de la economía plena amenazaba a la reproducción continuada necesaria
Cohtemporánea oficiál. su función en la base de esta misma econow para la supervivencia humana; por esto, a través de la re-
mía· suele pasarse por alto. Hablar- de la inserción- de Iois mujeres en
la superestructura de una economía de. bienes de· consumo, no tiene ligión y otras instituciones culturales debía restringirse la
en ~u~nta la tremenda cantidad de producción indispensable del tipo sexualidad a fines reproductivos, pasando todos los place-
tradtctonal efectuada actualmente por las mujeres sin retribución res sexuales no-reproductivos a ser considerados inclinación
alguna. ¿Quién se hará cargo de ella?- (N. del A.)· desviada o algo peor. La libertad sexual de las mujeres ha-
(2) El Chase Manhattan · Bank calcula la totalidad de la semana
laboral doméstica de una ffiujer ·en 99.6 horas. Margaret Benston ofre~ bría puesto en entredicho la paternidad del niño, amena-
ce un .cálculo mínimo para un~ mujer Cas~da sin hijos de 16 horaS, zando así al patrimonio. La sexualidad infantil debía ser
cerca de la mitad de una semana laboral· corriente·· una·- rhadre· debe reprimida por cuanto constituía una amenaza para el pre-
pasar seis o siete días a la semana trabajando casi 12 horas di3daS. cario equilibrio interior de la familia. Estas represiones
(N. del A.)

260 261
sexuales crecieron en proporción al grado de exageraCión liarizados con los detalles del Brave New World ( 1) -'frías
cultural de la familia biológica.) En nuestra nueva socie- colectividades, abolición del individualismo, reducción del
dad, la humanidad podría finalmente regresar a su sexua- sexo a un acto mecánico, niños convertidos en autómatas,
lidad polimórfica natural; todas las formas de sexualidad el .Gran Hermano invadiendo todos los aspectos de la vida
serían permitidas y consentidas. La mente plenamente se- privada, hileras de bebés alimentados por máquinas im-
x;t~da, realizada tan sólo en unos pocos individuos (super- personales, el control eugénico. en manos del estado, el ge-
VIVIentes) en el pasado, pasaría a ser ahora universal. El lo- nocidio de lisiados y retrasados mentales en beneficio de
gro cultural artificial ho sería ya el úniCo ~camino hacia una super-raza creada por técnicos de bata blanca, la con-
una auto-realizaciM sexuada; el individuó podría realizarse sideración de toda emoción como debilidad, la destrucción
plenamente mediante el simple proceso de ser y actuar. del amor, eté. La familia que, a pesar de su opresión,
es ahora el último refugio frente al poder invasor del -es-
tado, úna protección que proporciona el escaso calor emo-
cional, intimidad y confort individual obtenibles en la actua-
II lidad) sería . destruida, permitiendo que todp este hon-or
lo • invadiera todo.
MIEDOS Y CONSIDERACIONES ParadójiCamente, una de las razones por las que <<la pe-
sadilla de !984>> se nos aparezca con tanta frecuencia, es-
Estos amplios imperativos deben formar la base de toda triba· en que ·dimana directamente ~exagerándolos- de -Jos
1¡· males de nue&tra actual cultura basada en la supremacía
programación feminista radical más concret¡¡. Sin embar-
go, nuestras exigenciasrevolucionarias serán recibidas pro- masculina. Muchos de sus detalles visuales, por ejemplq,
bablemente con una actituc) que abarcará desde un spave están sacados directamente de nuestros orfanatos y de la·s
rechazo (~«es algo utópico ... poco realista ... descabe)lado ... instituciones· estatales para niños (2). ·La pesadilla es con-
demasiado lejano todavía.,. imposible... sí, es posible que secuencia directa del ilitepto de imaginar una sociedad en
hieda, pero carecemos de algo mejor ... ») hasta la histeria la que las ·mujeres se han hecho semejantes a los hom-
(-<<es inhumano... antinatural... en,fermizo. .. pervertido ... bres. con las -mismas frustraciones, destruyendo así un de-
comunista ... 1984 ... ¿qué? ¿la maternidad creativa va a ser licado equilibrio de relaciones de interdependencia.
abolida para tener los niños en tubos de cristal, monstruos (l) La autora hac.e referencia a la novela de ·Aldous Leonard
creados por los científicos?, etc.»). Sin embargo, ya hemos Huxley, Brave New · Worl~, aparecida en 1932 'y vertida al castellano
visto que estas reacciones negativas pueden significar pa- bajo el título Un .mundo feliz. (N .. del T.)
radójicamente lo cerca que nos hallamos del meollo de (2) Aunque es eierto que Jos niños de .-los orfanatos no reciben
ni siquiera el calor .y los ·cuidados que los padres proporcionan a
la cuestión; el feminismo. revolucionario es el único pro- sus hijos y que ello tiene efectos frustrantes -los tests han demos-
grama radical que se abre paso inmediatamente hasta los trado .. q'ue los· niños albergados en tales .instituciones poseen un C.I.
estratos emocionales subyacentes a toda polítiCa <<Seria», más bajo, un grado más elevado de inadaptación emocional e_ inclu-
so, como en el famoso experimento de los monos privados de los
reintegrando así lo personal con lo público, lo subjetivo cuidados maternales, una frustración o destrucció'ri, de sus funciones
con lo objetivo, lo emocional con lo racional -el principio sexuales-, quienes- citan tan· triunfalmente estas estadísticas para
femenino· con el masculino. ·· . desacreditar. las".-fllternativas radicales, no~- se- dan ·.cuenta de que -el
¿Cuáles son los componentes primeros de esta resisten- . OI,'fanato es la antítesis de una alternativa radical, de que- en realidad
no es más que_ una consecuencia de lo que intentamos corregir.
cia que impide a la gente experimentar fórmulas alter)la- · El_ orfanato es la contrapartida de la familia, al igual que la pros~
tivas a la familia y de dónde proviene? Todos estamos fami- titución es el resultado direct& de la institución del matrimonio pa-

262 263
Sin embargo, lo que nosotros sugerimos es exactamente caso de los experimentos sociales del pasado. Los '"xperi-
lo contrario; en vez de concentrar el principio femenino mentos radicales, en aquellos casos en que han solucionado
en un retiro «individual», al que los hombres puedan acudir algún problema, han creado toda una nueva -y no forzosa-
de vez en cuando en busca de alivio, queremos redifut'ldirlo, mente mejor- gama de problemas en sustitución. Echemos
creando por primera vez una sociedad de arriba a abajo. El una rápida ojeada a algunos de estos experimentos radicales
difícil triunfo del hombre sobre la Naturaleza ha hecho po- a fin de determinar las causas de su fracaso; puesto que
sible "restaurar el verdadero estado natural -le permite ~a mi parecer- en ningún caso podía sorprender la falta
éonjurar la maldición que pesaba tanto sobre Adán como de éxito, dados los postulados originales del experimento
sobre Eva y restablecer el Jardín del Edén terrenal. Ahora y su contexto social ..específico. Podemos utilizar, pues, esta
bien, en su prolongado esfuerzo su imaginación se ha visto información como otra valiosa directriz negativa que nos
sofocada y teme una ampliación de sus penalidades a través muestra aquello que con más cuidado debemos evitar en
de la incorporación de la maldición de Eva a la suya nuestra programación.
propia. El fracaso más importante de" todos los experimentos
Sin embargo, existe una razón más concreta por la que sociales modernos fue el de las comunas en Rusia. (El fra-
esta imagen subconsciente amenazadora actúa en la des- caso de la Revolución Rusa en general es una espina en
trucción de toda consideración seria del comunismo: el fra- el costado de todo radical; sin embargo, su relación di-
recta con el fracaso de las comunas raras veces es obser-
triarcaL En el mismo sentido en que la prostitución es un comple- vada.) 1?.1 fue quien irónicamente condujo a suponer una
mento del matrimonio, el orfanato ·es el mal necesario y complemen- conexión causal entre la abolición de la familia y el desa-
tario de una sociedad en la que la mayor parte de loS niños viven
óajo un sistema de -patrocinio por parte de sus padres _genéticos. __ En rrollo de un estado totalitario. Bajo esta luz, la reinstau·
el primer caso, al existir mujeres bajo régimen de patrúciriio,- aquew ración posterior rusa del sistema de familia nucléar es
llas cuya posesión no ha sido reclamada pagan un precio especial; considerada como un último intento desesperado por sal-
en el otro, al ser los niños propiedad de individuos concretos y no vaguardar los valores humanistas -intimidad, individua-
miembros libres de la sociedad, aquellos niños cuya posesión no es
reclamada por nadie, sufren. lismo, amor, etc.- que estaban en trance de rápida ex-
Los ·huérfanos son aquellos niños desafortunados que ·no tienen tinción.
padres en ·una sociedad' que dictamirta que todos los niños deben Pero la verdad está exactamente en lo contrario: El fra-
tener padres para sobrevivir. Al estar todos los adultos monopoli~
zados por sus hijos genéticos, no queda ninguno dispuesto a cuidar caso de la Revolución Rusa puede atribuirse directamente
a los huérfanos. Sin· embargo, si· nadie mantuviera relaciones exclu- al fracaso de sus intentos de eliminación de la familia
siyistas con los niños, entonces todo el mundo estaría libre con res- y de la represión sexual. Como ya hemos visto, este fracaso
Pecto a todos los niños. El interés natural por lós niños se exten- fue causado a su vez por las limitaciones de un análisis
dería a todos ellos en vez de concentrarse exclusivamente en los
propios. revolucionario cuajado de prejuicios masculinos y basado
Los males de este sistema de orfanatos, la existencia hacinada, tan sólo en las clases económicas, sin tener plenamente en
la impersonalidad y el anonimato, surgen porque tales instituciones cuenta a la familia, ni siquiera en sus funciones como unidad
son los vertederos de basuras destinados a los rechazados en un sis- económica. De ahí que todas las revoluciones socialistas
tema· exclusivista familiar; nosotros, en cambio, deseamoS extender 1'
Ia:s· emociortes .familiares a toda 1a soCiedad. Por todo cuanto .lleva- habidas hasta la fecha han sido o serdn fracasos absolutos
mos dicho, lás institUciones infantiles y sus consecuencias se· encuen- por estas mismas razones. Toda liberación inicial empren-
tran en las antípodas de las alternativas revoluciOnarias, por cu3.nto dida bajo el socialismo que conocemos, deberá revertir
violan casi todos· nuestros postulados esenciales·· -la integración de 1
fos niños· en el conjunto de la sociedad y la contesión de 'libertad 1 siempre en la opresión, debido a que la estructura familiar
económica y sexual plenas. (N. del A.) es la fuente de la opresión psicológica, económica y polí-

264 265
tica. Los intentos, socialistas destinados a suavizar la es- de ün•' análisis feminisia radical previo a la misma revo-
th.!ctura de poder en el seno de la familia mediante· la lución.)
Incorporación de la mujer en. las fábricas o en el, ejército,
110 pasan de ser veleidades· reformistas. Así que no .debe
sorprendernos que el socialismo, tal como está montado
en la actualidad en distintas. regiones. del globo, no sólo
110 aporte ninguna mejoría con respecto al capitalismo,
·sino que con frecuencia suponga un empeoramiento de la
r 4) La estructura psicológica sexual negativá 'del indi-
viduo, creada y reforzada por la familia a lo largo de la
historia, ·obstaculizó la liberación del individuo de esta
misma estructura. Como dice Reich:
situación. . Debe recordarse que los seres .humanos sienten un
Éste es el modo en que se desarrolla uno de los prin- inmenso temor ante aquel mismo tipo de vida que
cipales componentes de «la pesadilla»:· La destrucción de tanto ansían, pero que se contrapone a sus estructuras
la familia como último refugio para la intimidad, H con- propias.
fort; el individualismo, etc.; la "invasión total de la super-
estructura económica en todos los aspectos de la vida y 5) Las explosivas complejidades prácticas de la sexua-
la inserción de las · mujeres en un mundo masculino en lidad.
vez de la total eliminación de las distinciones de clase En el cuadro que Reich nos ofrece sobre la época, una
basadas en el sexo: Puesto que no se ha previsto ninguna siente· la' inmensa frustración· de aquellas gentes .que inten-
medida tendente a restablece:( el elemento femenino en el tan liberarse a sí' mismas sin disponer de una ·ideología
mundo, a incorporar lo «personal» en· lo «púb1ico>>, y, profundamente meditada y que les pudiera ·servir de orien-
puesto que el principio femenino ha sido minimizado y anu- tación.' Al final, el hecho de. haberlo intentado eú forma
lado en vez de difundirlo para humanizar el conjunto de tan voluntariosa y sin una preparación adecuada; hizo .su
la sociedad, el resultado es monstruoso. fracaso más ·estrepitoso si cabe: ·La destrucción del equi·
Wilhelm Reich resumió en The Sexual Revolution · Iás librio de la polarización sexuar sin su completa eliminación
razones objetivas doncietas del fracaso de las comuúás fue peor que la pura. pasividad.
rusas, en el mejor análisis realizado hasta la fecha: Otro sistema ·comunal experimental, objeto de grandes
alabanzas, es el kibbutz l.sráelí. El fracaso no es, sin em-
1) Confusión del liderato y evasión del problema. bargo, tan. notorio. Suele afirmarse que 1os niños del kib-
butz carecen de individualismo, que ·eXiste un «gregaris-
2) . La laboriosa empresa · de la reconstrucción en gene- mo» en su psicología, que es el precio a pagár por la elimi-
ral, dados el atraso cultural de la Antigua Rusia, la guerra nación de la familia. («Si tú quieres pagar el precio ... pues,
y el hambre. bi'en ... >>) En este caso concreto prefiero hablar por propia
experiencia, · aunque existen muchos libros sobre la mate-
ria. Mi impresión de la vida en el kibbutz es la siguiente:
3) La falta de teoría. La Revolución Rusa fue la pri-
_ta !livisión laboral es tan fuerte como en todo d mun-
mera en su especie. No·. se . había realizado ningún :intento
c[o (uná c~nujer me explicaba que conducir ún tractor puede
por . eJ:!frentarse a los problemas emotivo-sexo-familiares en
·destrozar la complexión de una mujer). Las muchachas ex-
la formulación de . una teoría básica ·revolucionaria. (O', en ·ti'ánjer\}s sóú las únicas que siguen preguntaÍH:'lo pór qué
nuestra terminología, careció· de un «poceso de conciencia- las mujeres no están trabajando en los campos, en vez de
ción» en torno a la opresión femenina e infantil, así como verse reducídas a la Jávandería, la costurería o ·. .:....en el
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mejor de los casos- los gallineros ( 1). Los niños mantie:ten una organizacwn convencional, muy poco distinta de la
una fuerte identificación con sus padres genéticos (se oyen sexualidad de la sociedad en general. El tabú del incesto
continuamente las palabras Ema Sheli, Ema Sheli -«Mi y sus consecuencias se han limitado a pasar de la familia
madre, Mi padre»- en el mismo tono en que cualquier al grupo de compañeros.
niño americano diría: «-Si no lo,haces, se lo diré a mi En realidad el kibbutz no es ningún experimento ra-
padre» o «Mi madre te va a dar una paliza, ¡ya verás!»). dical, sino un cornunalismo limitado y constituido para
Los lazos familiares siguen siendo fuertes, aunque se haya llevar a la práctica los objetivos agrícolas. El kibbutz no
conseguido superar sus peores efectos. es~ otra cosa que una comunidad de pioneros agrícolas, obli-
Por encima de todo, los niños son quienes siguen su- gados temporalmente a sacrificar sus estructuras sociales
friendo en mayor grado la segregación, a pesar de que tradicionales para mejor adaptarse a una gama peculiar
cuentan con sus propias ocupaciones -granjas de anima- de circunstancias nacionales. En el mismo momento en
les, horarios especiales de comidas y actividades diver- que estas circunstancias cambien, el kíkbbutz cederá el
sas. Se continúa manteniendo el concepto de infancia con terreno a lo «normal». Por ejemplo, las mujeres del remoto
todas las actividades inherentes. La escolarización imita el kibbutz donde permanecí estaban preocupadas por conse-
modelo europeo, si bien se 'han eliminado algunos de sus guir cocinas privadas como suplemento a la cocina comu-
peores aspectos, corno las calificaciones; pero todavía exis- nal donde se servían comidas seis veces por día. Seguían
te el aula, con su proporción de uno a veinte y la aproba- en el papel de «solícita esposa», pero carecían del equipo
ción de los adultos sigue siendo el objetivo final, no el apren- adecuado para representarlo~ Su interés nada fácil de sa-
dizaje por sí mismo. tisfacer por los vestidos, las modas, el maquillaje y el atrac-
Se fomenta cuidadosamente el patrón de las fondones tivo personal. recordaba, es más, se identificaba con la año-
en concordancia con el sexo, no se ha eliminado la segre- ranza que la joven del campo siente por los placen'" de
gación sexual (siguen habiendo cuartos de baño distintos la gran ciudad -añoranza tanto rnás .intensa en la fanta-
para hombres y mujeres) y la homosexualidad o la bise- sía, cuanto más difícil de ·realizar. Al atravesar .la zon~ re-
xualidad son cosas tan poco comentadas que, cuando saqtié sidencial del kibbutz al anochecer, podía fácilmente Ima-
el terna a colación, varias mujeres abandonaron la habita- ginar estar paseando por los tranquilos suburbios de una
ción en señal de protesta. A pesar de los rumores en contra, pequeña ciudad americana -los mismos hogares minúscu-
el kib}mtz es sexualrnente cada vez más conservador (re- los · cuidados con el mimo de todo pequeño burgués por
sulta muy embarazoso para una mujer soltera pedir píldoras su propiedad privada, el mismo esrnero en la decoración
para el control de la fertilidad y el contraer una enfermedad de los apartamentos. (La vuelta al sistema de propiedad me
venérea es una ignominia) y es mirada con malos ojos toda fue explicada como una medida «simplemente realista>>. Los
alianza que no sea definitiva y con un compañero social- antiguos miembros de los kibbutzs habían compartido hasta
mente aprobado. La sexualidad del kibbutz sigue teniendo él atuendo personal, pero pronto se cansaron de ello.) La
propiedad es aún una importante prolongacióD; del yo,
(1) Durante mi corta estan.cia observé que una americana amiga porque · los niños siguen siendo objeto de propiedad. La
mía, a pesar de estar inscrita como enfermera, no podía conseguir ni
con toda su fuerza argumentativa puesta en el empeño que le dieran fila de «pequeños» saliendo de la «casa de los niñ~s» tras
un empleo en la enfermería, porque todas las mujeres resultaban la «mamá» coincide • con la imagen de un parvulano cual-
necesarias en la cocina; también pude ver cómo se concedía· un ernM quiera. Lo; niños siguen estando oprimidos. .· · .
pleo en una zapatería a un muchacho qtie desconocía el oficio, con
preferencia a Una muchacha especializada en trabajos en cuero. Es notable que, a pesar de la falta de . radicalismo en
(N. del A.) torno al experimento del kibbutz, · hayan dado resultados

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tan aceptables. Los resultados c.orrespondientes a. una sim- quienes dirigen el establecimiento (el voto de Neill tiene
ple disminución de la división del trabajo, de la mentali- sólo valor de uno, aunque imagino que en una. verdadera
c;l_";d de propiedad, de la familia nuclear y de la repre- crisis la decisión no seria sometida a votación. En cual-
swn sexual, son verdaderamente espectaculares. Mi .impre- quier caso, los chicos saben siempre quién es d jefe, por
sión fue la de que los niños eran. más sanos física, ment<•l muy benévolo que éste sea) y se suaviza la educaCión obli-
y emocionalmente que sus congéneres en la . estructura gatoria -aunque los niños estudian sólo cuando ellos quiec
familiar norteamericana; · que eran más amistosos Y: des- rén, •la estructura de las clases permanece igual, si' bien'
prendidos, con una gran. curiosidad por el mundo exterior; algo suavizada-; la masturbación no · es críticada,. pero el
que sus padres no eran Úm nerviosos y quisquillosos ·y intercambio sexual no es, desde luego, alentado (al fin y
que, por tanto, sus relaciones con ellos podían ser. mejo: al cabo, óbserva Neill, con toda la razón, «ellOS» eliminarían
res; y, por fin, que su creatividad e individualidad etan completamente la escuela), Lo peor es que la diversidad
aTentadas hasta donde . podía alcanzar el esfuerzo de la. co- de funciones segun los sexos no ha sido eliminada ( 1) y
nmiüdad (1 ). · · es algo que va más allá de las posibilidades de tal' ·experi-
Otro experimento limitado, pero que ha .levantado un gran mento, dado que los niños se encuentran ya psicosexual-
revuelo y. ha producido resultados desp,oporcioriadamente mente formados por la familia al tiempo de su ingreso
buenos ·es Summerhill fundado por A. S. Nei)l. En ~!.fa­ .:...a los cinco o más años. Lo que tenemos es, púes, en
moso libro que él mismo escribió sobre su pequeña escuela
experimental del norte dé Inglaterra, Summerhill: A Radical (l) Nfill comenta algo desconcertado la vuelta a ·la diversidad
Approach to Childrearing (libro que se encuentra, en li1 de funciones según los sexos·, aunqUe aceptándola en términos. gene-
biblioteca de todo. liberál, radical, bohemi(J y1o padre pe- hiles. Es :más, él y su esposa·· Ena actúan como benevolentes ·modelos.
de. tales. funciones, aunque se :trate quizá de una f¡unilia más bien
dagogo que se respete, en este. país), describió la tral1sfor. n_umerosa. Veamos lo que Neill. nos dice al respecto:
mación de ,niños normales en !liños «libres» que se mito- Si el tiempo es .buéno, probable~ e~ te no veréis a los
gobernaban. Ahora bien, Summerhill no es . un .enfoque 1 gangsters (?) jUveniles de· Sumrnerhill. Están ert los 'rincones.
más a'Jejados intentando lleva·x a término sus proezas teme-
«radical» de la educación infantil, sino un enfoque liberal.
Neill, el tipo de maestro . agradable y justo .más que de
verdadero innovador soda! (2), ha constituido un pequeño
l rarias. En ..cambio, podréis obsc::;rvar a las niñas. Éstas_ perma-..
necen en .la casa o _cerca de ella, y nunca .se alejan dema-siado
. de lqs mayores. · .- . _ _
refugio para aquellas víctimas c;le nuestro sistema aCtual A menudo encontraréis la Sala ··de Arte llena de niñas pin--
cuyos paores tienen e) sufidente dinero e ideas liberales tando o haciendo pequeñas cosas manuales. ·Pienso, sin em--
bargo, _que. en genera_l lo.s niños_ so.n más creat_ivos; por lo me-
para mandarlos allí. Dentro de este retiro los nh1os eyitan nos, nunca oigo a .·un .niño decir que_ está aburrido porque_ .J?.o-
los perniciosos efectos del autoritarismo de la estructura sabe qué hacer,. cosa (¡u e a veces -9i&:9 de labios_ de_ las niñas .
familia y se finge una . absoluta igualdad de poder con .Es _posibl~- que yp encuentre a _los niños más.. creativos que:
las niñas, debido a que la ef¡cúela .est~ _:me}oÍ' e(jui"pada para
ellqs que_ para ellas. Las muchachas 9e diez o más añOs poca
_ . (1). _En .un kibbutz conocí. _,a un .muchacho de diecisiet~. ~ñO$ que necesidad. tienen. de un taller con._. hierros Y. maderas .. ,. Tienen,
había construido su propio pequeño· estudio de artista, al 'que acudía
regularmente con sus amigos para pintar. Como cosa típica, la ini~
,, en _ cainbio, su trabajo .artístico, en el que s~. inCluye e_l cOrte·
_¡je .. pi~za_s_ de linóleo,. la pintura, .labor de costura, etc._, ··cqsa~­
dativa· y el pr'oyecto e·ran- exclusivamente,suyos. (N. del-A.) · i ._..qu~. síp._ embargo, para algunas no resultan suficientes ... ,
. {2) Neill afiqna de sí mismo: "Aunque ~Scr,ibo y .digo lo que ,, .-Las !liñ~~ toman p0;1rte menos activa ~n las retiniones de la.
ptenso acerca de la, sociedad, si jnte.ntara reformarla po,.r medio de ¡,
, , ___ . escuela que lo·s niños. Debo .·~dmitir é¡ue np encue'n"tr6 éxpli--
la acción, la sociedad me I~ataría como a un enemigo públicO.,.. [Me . 9:ición aProPiada par"a este ))echo. · · ·
dOy cuenta] de que mi fuiíción 'básiéa no es la reforma· de· la s-Ocie- , _(L_a cursiva es .mía.)
dad,. Sino el _pro¡Jorcienar feljcidad a unos pocos niños .. (N. del· A.) (N. de! A.)

270 271
buena disposición de los padres legales y de los subven-
t':do~ los aspectos ~psicológico, sexual, educativo-- una sua- cionadores _liberales, sin. los. cuales.:no .podría•siquiera•exis-
VIzaCIÓn de los aspectos más rudos del sistema. tir. Tampoco puede afirmarse que 'sea una comunidad auto-
EI._problema no ha sido atacado de raíz. Legalmente suficiente con su economía propia, por lo que tiende más
los nmos se encuentran todavía bajo la jurisdicción de Jos bien a convertirse en un establ¡,cimiento -.P"!ra . niños per-
padres, quiene_s pueden hacer con ellos lo que les parezca. turbados abierto. dur:;mte todo .el año, cuyos.. paclres han
(Y . los pequenos no están en situación de solicitar unos acudi<;lo al liberalismo corno .último recurso. Debido. a .que
~adres que los envíen a Summerhill.) Neill se queja con- el·númerp de niños. sol¡repasaa(número de maym;es y a
tmuamente de que los padres pueden en unas solas vaca- que ellqs son el rriotivo central de .la existenci~ de . todo
c~~nes destruir toda su labor. o de que pueden retirar al el· proyecto, sus deseos. y opiníqnes son .observados y «res-
mno de su e~tablecimiento en el mismo momento en que petado~» . más . que en casi ninguna .otra .. parte del mundo,
han desaparecido los peores efectos de la victimación. Teme pero se trata de un respeto artificial . no b<tsado .en una
al poder que ejercen sobre él. Al fin y· al cabo, está a su verdadera· integración en una 'comunidad ryal. · ·. ·
servicio. y, si .no están satisfechos del «producto», «elloS• . Si corÍ _sóÍo iin<ts reformas superficiales jos niños .mani-
son qmenes tienen la última palabra. Aun en el caso · de fiestan una conducta notablemente superior y su agresividad,
aquellos padres que son devotos seguidores de la filosofía represión y ho~tiJidad se . ven SUStituidás ppr ..auténtica .Cvr~
de Summerhill (1 ), resultan una molestia por sus constantes
tesía, desahogq psicológico y. sinceridad! . pensemos lo. que
visitas e interrogatorios. Entre las dos clases de visitantes pOdríamos esperar de e!l()S bajo circunstancias verdade¡-a-
~los admiradores y los investigadores recelosos (entre los
mente revolucionarias. ... ·
q~e deben con~~rse toda una caterva de investigadores ofi-
ciales)-- los mnos deben acostumbrarse a vivir como en Un estudio detallado de éste y otros experimentos desde
un zoológico, cosa que no supone· apenas mejoría con res- el punto de vista feminista radical, . constituiría mp con-
pecto a su condición normal. de. objetos. tribuCión valiosa· a la teoría feminista:. AqúFla necysidad
¿Cómo podría ser de otro modo? Summerhill es vn re- nos ha obligado a la brevedad. Nos hemos liinita4o a dis~
fugio aislado en el que los niños se encuentran más segre- ctitir algunos dé los más iinportatltes ·e)(perimentos sociales
gados -no menos- de los mayores e incluso de la vida modernos fundamentalmente para demostrar que no satisfa-
de la ciudad. Además la escuela depende totalmente de la c~n· nuestras cuatro exigerr~í:is mínimas· para uria ·revolución
féminfstá. · · · · · ·· · · · ··
(1) .~i el experimento escolar aisl.ado de Summerhill tiene éxito · Pétmí taseme resumir
. las caus~s de. su frac·áso:
···.~- ' .
,'•

h~sta cterto punto, el Summerhill ."hogareño" es un fracaso estre-


pitoso... No h~y nada.·más trist~· que el espectáculo de unos padres · r) Los vínculos espeCiales de lá mujer eon la repr<?-
tratando de 1ntroduc1r su propta versión de Summerhill en su vida ducción biológica y la érianzá de lbs niñós, esmducent.es
familia~, .. sin Caer· jamás en la cuenta de la profunda contradicción
que extste entre la vidá familiar y la verdadera libertad infantil. He a .un~ .división ·desigual ·del .trabajo, .~n. ningún caso , han
.estado en.. ~'?gares en los que las madres se veían ·reducidas a supli~ sido' cortados, · Liis filliciónes de ·la mujer· se han visto am•'
car ~.los nmos a dejar de pegar a lOs ·visitantes (yo); no se atrevían pliadas, no re-definidas. Las mujeres han ·sido intégradas
a utthzar el _poder .cuya _existencia el niño- pór lo menoS conoce y
que,_ de ~.e. .cho, actua como provocación. Hay ·otras familias en las (parcialmente) en la superestructura económica masculina,
q~e. ·los nmos ~op. obligados periódicamente a asistir a cOnsejos fa- generalmente con la• úníca··finalidad · de•. satisfacer. una ·ne-
milt~res, etc. Sm embargo, y a pesar de todas estas acttiaCiories pro· cesidad específica, muchas ··veces transitoria;. de mano•· de
_grests~as: los niños saben ínstintivamen·te -y actúan basados en este
.c.onoctmter;to:- que toda decisión real será tomada sobte: unas rea- obra;• perO la ·función· femenina .janiás·.ha sido extendida
lidades practicas cuyo control estd en manos de lbs padres. (N. del A.)
273
272
al conjunto de la sociedad. En consecuencia las mujeres' los pioneros eran incapaces de superar sus propias estruc-
han conservado sus antiguas funciones y, e~ algunos ca- turas «sexo-negativas>> (1).
sos; simplemente han incorporado una más.
A estas cuatro causas de su fracaso añadiré una quinta:
2) En ocasiones -como en el caso de Summerhill- 5) No hubo una toma de conciencia rii análisis femi·
e! exper~men:o ..estaba supeditado a la economía -y a la nistas antes de la iniciación del experimento. El mejor ejem-
buer;a disposi~I~n~ de una comunidad más amplia (y re-· plo de esta. omisión lo tenemos en nuestros corrientes ex-
presiv~), convirt!éndos~ por tanto en algo parasitario y co- perimentos comunales americanos, que se limitan a exten-
rro;npido en sus propias raíces. Sin embargo, en aqtiellasc der la .. estructura familiar con el fin de que pueda abarcar
soCiedades donde encontramos un socialismo en las fuen- mayor número de · personas. La división del trabajo sigue
tes mismas del experimento, el problema no tenía ya este· vigente, porque las funciones de la mujer junto a la cuna
cariz. Los niños de las éomunas y de los kibbutz se sienterr o en la cocina no han sido .sometidas a examen, así como
tan dependientes del conjunto de la comunidad como pue- tampoco la del hombre como proveedor del sustento. Y,
den sentírselo de cualquier persona concreta; muchas· ve- dado que .la relación «madre/hijO>> permanece intacta, no
ces llegan a participar activamente en el trabajo productf" debemos extrañarnos .de que, en. cuanto la comuna. se de-
vo, Sólo en el aspeCto de la división del trabajo sigúeri sintegra, .todos. los. «padrino,s>> desaparezcan, lo mismo que
fracasando (hablando én términos económicos) estos ex-- el propio·. padre .. genético, dejando a la madre en la esta-
perimentos y esto, como ya sabemos, se debe a otras ra- cada y carente incluso de la .protección de un matrimonio
zones. corriente.
Por todo esto, nunca ha habido un caso' verdadero de
3) La ininterrumpida segregación infantil y el no ha- plena integración, como miembros,. de mujeres y :l').iños en
. ber abolido la escuela o, por lo menos, no .haberla. re-es- el cQnjunto de la sociedad. La moderna experimentación so-
tructurado radicalmente, Los métodos de segregación han cial, .al igual que el período matriarcal de la. historia huma-
variado y. comprenden desde Jos vertederos de desechos; na, representan sólo una relativa suavización dentro de un
-orfanatos que más bien se parecen a Ún. ,cuartel.:_' hasta' movimiento más amplio dirigido hacia la consolidación de
su versión más liberal -la aislada institución campestre la supremacía masculina a' lo largo de la historia. Jamás
de un Summerhill o. un Beit Yeladim (la «casa de los ni- ha conseguido modificar la realidad fundamental de la opre-
ños» del kibbutz). Sin embargo, aunqué haya podido amor- sión sexual. Cualquier beneficto que haya reportado a mu-
tiguarse •Su impacto destructivo, en ningún caso ha .sid"' jeres y niños ha sido acompáñamiento incidental de otros.
puesto en. entredicho el concepto mismo de infancia o han objetivos sociales -que, a, su .. vez,. viéronse obstaculizados
sido abolidas del todo cuantas instituciones .van ligadas m por el vasto y 110. reconocido sustrato de Ú1 opresión Se· .
ella. (la escuela . moderna, . las. costumbres especiales infanti- xual. Al no estar fundada su ideología en las premisas
les; etc.). · feministas mínimas enunciadas ·más arriba, estos· experi-

· (1) . Reich estudia la íncapacida~ de ~usia en el. ,tratamiento de


:4) La ininterrumpida represwn sexual; en ,_parte.. comQ- loS; :primeroS síntorilas· de" una--sexualidad infantil:'libre~-:La sexualidad
resultado de su impotencia para cortar los vínculos espe" infántil. fue interpretada· en términos -puritanos;. coln<.> sigri,6' 'de deca~
ciales que unen a mujeres y niños y en parte debido a que; denda_ -moral,; en -yez de c<:msiderársela comO· la primera· ~tapa del
retorno a una· sexualidad natural. '(N. del A.)
274
275
mento.s no llegaron a alcanz~r ni los. objetivos dem.oCJ:áticos mones sentimentales, manuales orientativos, editoria-
más limitados que sus teóricos y líderes (¡nasculinos) ha- les. de periódicos y revistas, cursos especiales, servi-
bían profetizado. Sin embargo, su éxito. es susceptible de cios e instituciones para parejas (profesionales), pa-
cambio; pero . deberíamos controlar· totalmente süs insti- . dresy educadores infantiles, nostalgia, avisos a aque-
tuciones para "liminar ~bsolutarrwnte la. opre~ión,. .· Uos individuos que: la ponen en entredicho o la eluden
Sin embargo, para sÚ justos, debewo.s r¡oconocer
y, fin!llmente, si el número de desertores llega· a cons·
tituir una seria amenaza, una reacción violenta . que
que sólo. recientemente h¡m e¡npezado a existir ·"n los incluye .la persecución ¡tbierta .de los inconformistas.
países industrüUes más avanzados .las condiciones pre- Esto último no ha sucedido por la única razón de que
vias .auténticas. para una revolw;ión feminist¡t. Po.r pri- toda~ía no ha sido necesario.
mera vez se hace posible atac<~r a la familia, no. sólo. · El matrimonio se· .encuentra en la misma situación
con argumentos ¡norales '-en el sentido. de que re- que ·la Iglesia: ambas instituciones están agonizando
fuerza !á · división en clases sexuales, de base. bio- funcionalmente, mientras sus predicadores van prego-
lógica, elevando a los. vár<:mes adultos (quienes más
· tárde se dividirán a su vez según privilegios d<; raza
.nando una resurrección contabilizando ansiosamente
sus convertidos en un dia de temor. Del mismo modo
y clase) sobre his mujeres de tod<~s las ed~des y ~obre · que en muchas ocasiones se ha anuncia¡:lo. la muerte
los niños-, sino también· con argumentos prácticos: de Dios y Éste rest1cita a sí mismo solapadamente,
ya no es necesaria o ya no es la insHtución más efic<~z cuantos refutan el matrimonio terminan casados .a pe-
corrio Unidad social básíca de reproducción upiver- sar ele todo·. (1) ..
sal, aun en el caso de que la reproducción artifiCial
no sustituya pronto; á la •reproducción biológica ínis- ¿Qué es lo que mantiene tan vivo al matrimonio? He
rria; la cyberf!atiim> al cambiar no sóW·Ias relaciórtes apuntado ya algunos de los contrafuertes del matrimonio
del hombre para con ·su trabajó, sino su misma ne" én el siglo xx. Ya hemos visto cómo la tradición romántiCa
· · /cesidad 'de trabajar; despojará con el ti'einpóia la di- del amor extramarital, el heterísmo que constituía el com'
.•visión.. del .trabajo que: se encuentra. en h .base de la pañero · inseparable del matrimonio rno1_1og~mi~o,. ·ha si~o
.·JamLlia; del poco ·valor •práCtico residuaL confundida intencionadamente con esta mshtuc¡ón, la mas
pragmática 'de todas, dándole un mayor atractivo (impi~ién­
do así que la ·gente experimentara · otras formas socmles
capaces .de satisfacer sus .necesidades .éinodonales tan bien
Hl o mejor qüe élla). ·· . . · · ·
Bajó las crecientes presiones . y difuminadas las bases
LA I,.ÉNTA ÁGONfA DE LA, FAI'VULlA, pragmátiCas de la iilstitüción matrimonial, .las für\ciones
propias 'de ·.los ·sexos 'se. ~elaj~~on hasta. un. punt? que !hu-
La creciente labor erosiva de las ·funciones fami- biera supuesto tina ·humlilacwn plira . un . y1ctonano .. Este
. ' .:.- '.
liares por parte de la tecnología moderna debería
haber. producido ya algunos síntomas.de su. decaden- · (1)• ·El 95'pót lOO del' tótal de' niÜ)ere~ 'ameri~~nas si~Uél,l con•
trayendo: matdmbnio· y. el 90:.por 100 temendo .hJ¡os,:. casJ. . SJempre
cia. Sin embargo, ésta nó es ni tm-!cho íneilóf \á rea· más de dos. La familia mecti~.• (son,unmj¡nero de;,\Jjjos eptre; dp,s Y
)idad. La instltt!dón es an:;<ti.ca, pero. se han .,titi!i~(ldo cuatro), _sigue . predominan~o _. c;o111:o ___Si_e:m_pt~t-. p_o~_ 1?., q.u7,. s~t _!_11a~or
apoyos culturales .¡trtifiditles para. apuritali;\rla ~ser- i:ii'ddéhcHf'··no \·pü~de··-'atri_bllir~ -a 'la· 'exploslOn'-'~e" nataltdad' ·postenor
a:•lá guerra (NC'del' A.) •.· · ·· ''·.
276 477
no tenía dudas frustradoras en torno a sus funciones pro- ¡persona entra en el matlimonio convencida de que lo que
pias, ni acerca de la función y valor del matrimonio. Para les ha ocurlido a sus padres o a sus ·amigos no le sucederá
él se trataba simplemente de un arreglo económico suscep- nunca a ella. Aunque el «naufragio matrimonial» se ha con-
tible de proporcionarle cierto beneficio egoísta al procurar vertido en un hobby nacional y en obsesión universal -como
fácil satisfacción para sus necesidades físicas y una des- queda atestiguado por el floreciente negocio de los libros-
cendencia. También su esposa tenía ideas claras acerca . !' guía para el matrimonio y divorcio, por la industria de las
de sus deberes y compensaciones: renuncia a la propiedad .-evistas femeninas, por todo un desahogado estamento de
sobre sí misma y sobre sus servicios sexuales, psicológicos consejeros matrimoniales y psiquiatras, repertorios enteros
y domésticos a perpetuidad, a cambio de un patrocinio y <le ·chistes y gracias en torno a la cruz matrimonial, y por
protección duraderos por parte de un miembro . de la. clase ,productos culturales como el serial romántico, del tipo
dominante; por su parte gozaba . de un control limitado .familiar que encontramos en la televisión, vgr. l Love Lucy
sobre la administración doméstica y sobre los hijos hasta o Father Knows Best, y películas y obras teatrales Cómo
que éstos alcanzaban cierta edad. En la actualidad este con- !Faces de Cassavetes y Who's Afraid oi Virginia Woolf? de
trato basado en la división de funciones ha quedado tan Albee-, todavía se encuentra por todas partes explosiones
disfrazado por el sentimiento que pasa completamente de- de optimismo («Nosotros somos distintos») ert las que el
sapercibido para millones de recién casados. e incluso para único buen matrimonio dé la comunidad ejemplar de puer-
la mayor parte de los matrimonios ~aduros. tas afuera, en cualquier caso) suele· citarse para demostrar
Ahora bien, esta difuminación del contrato ec:onómico y la posibilídad.
la consiguiente confusión de las funciones de cada sexo, La personalización del proceso queda ilustrada en co-
no ha aliviado visiblemente la opresión de la mujer. Lo úni- mentarios como éste:
co que ha hecho en muchos casos ha sido colqcarla en -Sé que seré una buena madre.
una posición más vulnerable. Abolidos casi del todo los ma- Es ·inútil subrayar que todo el mundo dice lo mismo,
trimonios concertados directamente por los padres, la mu- .que los mismos padres o amigos que ahora son desdeñados
jer -componente aún de una clase inferior- debe ahora, como «malos» padres y «deficientes» consortes empezaron
conseguir el patrocinio . y protección masculinos indispensa- el.matrimonio y la paternidad exactamente con este mismo
bles, para poner en práctica un juego desesperado, yendo -espíritu. Al fin y' al cabo, ¿hay alguien que escoja un «mal»
a la caza de aburridos varones mientras ella mantiene. una matrimonio? ¿Hay alguien que escoja ser una «mala->> ma-
apariencia de frialdad. Incluso una vez casada,. toda sobre- dre? Si fuera simplemente una cuestión de «buenos» o «ma-
posición de funciones suele darse generalmente por parte los» consortes o padres, siempre habría tantos de unos como
de la mujer, no del marido; la cláusula del «cuidado y pro- de otros; en el sistema actual de matlimonio y. paternidad
tección>> es lo primero que se olvida, mientras que la es- universales, hay tantas esposas y niños afortunados como
pqsa ha obtenido el privilegio ,de salir a trabajar con el desafortunados; de hecho, todas las variedades de <<bueno»
fin de «ayudar», incluso con el fin de pagar los estudios y «malo» están destinadas a recrearse a sí mismas en idén-
de su marido. Más que nunca es ella el sostén del embate tica proporción ( 1). De esta manera el proceso de perso-
matrimonial, no sólo emocionalmente, sino también en sus
aspectos más prácticos. Lo único que ha hecho ha sido (1) Pe·ro, ¿qué ·significa realmente la dicotomía' bueno;.malO?
añadir un empleo al que ya tenía. Quizá no se trata, después de todo, más que de una eufemísta dis-
tinción de clases -los· sensitivos y educados, en oposición a los ine-
·Un segundo sostén cultural de la anticuada institución ·duc·actos, menesterosos, perseguidos y, por tanto, indiferentes. Ahq~
es la personalización de la experiencia ·matrimonial; . cada 'l'a- bie!l, aünque el niño nacido de padres educados o pertenecien-

278 279
naliza¡;ión sirve: para que la gente . se culpe a sí misma de que cumple (en su estilo mezquino) una parte por lo menos
su . fracaso en ,ve:z de culpar a la institución;: aunque·. la 1· de las exigencias ,tan oien o mejor que la mayoría de lo.s
institución demuestre contingentemente ·su insatisfactorie· experirr~entos. soCiales expuestos. ·
dad e incluso su corrupción, les. alienta a '·creer que su caso 1) La liberación de las mujeres de la tiranía de la re-
será distinto de un modo u otro. producción y educación de los niños, no puede 'decirse que
• Los consejos ·no pueden surtir efecto, ·porque la lógica se cumple. Sin embargo, las mujeres: se ven a menudo ali·
no tiene nada que ver con las razones que mueven a la gente viadas de los peores esfuerzos gracias a un estamento servil
a casarse, Todo el mundo tiene ojos y todo el mundo tiene y, en el matrimonio moderno, gracias 'a Ia moderna gihe·
· padres. Si la persona. renuncia a toda evidencia, es por· cología, a la <<planificación ·familiar» y a· la· creCiente ádop-
que debe hacerlo así. En un mundo que· no puede controlar, ción por parte de la 'escuela, guarderías ditirtias, etc., de
las únicas instituciones que le • prestan, una ilusión de con- las funciones educadoras. ·
trol,, que parecen ofrecerle seguridad; protección·· o ·calor,
son las instituciones «privadas» -religión, matrimonio/fanii· 2) . A~nque no .we.le concederse la indep~ndencia finan-
lia y, la: más reciente,-- la terapia psicoanalítica. Pero, como ciera de mujerés y niños, ambos grupos cuentan con un
ya hemos visto, la familia •ni. es privada ni es refugio, sino factor sustitutivo: la seguridad física.
que está en conexión directa (es más, es· su causa) con los
males del conjunto de la sociedad a los que el individuo.no 3) Mujeres y niños, segregados del conjunto social, se
puede ya enfrentarse. encuentran integrados dentro de la unidad familiar -único
sitio en que esto acontece. El hecho de que la poca acción
Los baluartes culturales ·que acabamos de exponer -la recíproca existente entre hombres, mujeres y niños esté
confusión de amor romántico y matrimonio, la ·difumina- concentrada en una sola unidad social, hace mucho más
ción de sus funciones eéonómicas y de sus rígidas fundo· difícil renunciar a ella.
nes propias de cada sexo, el· proceso .de personalización, la
ilusión de . . control. y refugio, .todo lo' cual explota- los temo- 4) , Aunque, la familia es. la fuente de la represión sexual,
Tés de . la· persona· moderna cuya vida se desarrolla en un garantiza a la pareja conyugal una constante -si no satis·
·ambiente cada vez ·más hostil-, no constituyen la respuesta factoría- satisfacción sexual y .proporciona a los otros re-
completa a la pregunta de por qué la institución rnatri· laciones «frustradas>> . que ·son en.. m1,1chos. casos Jas únicas
·monial' sigue .·prosperando. relacion"s a )a~go plazo que ja¡:nás sostendrá¡;¡, , ..· ,
' Es improbable: que •estos factores ·negativos pudieran Así,_pues, existen. ve¡¡t>;~j!ls prácticas. en, el matrimoni\) a
·por sí solos sostener la· unidad ' familiar como institución las, q1,1e )a, gente. se aferra. No tpdo . es. asunto de venta
'Vital. -Sería' demasia'do fácil atribúir •la :perpetuación· de la cultura_\.,E,n una ,¡scal_<t de, porcentajfls,,el.matri¡poniq _ ,.-.-por
·estructura .familiar úri.itameti tir a: im .rárnalazó' reactivo: Me lo , wenp~ ~n: SI,!; dest;§per¡¡,<;ia .<yyrsi,ón, libera!izac\a.,-; saldría
temo'•'que, descubriremos;! alLté-examirlar' el· matrimonio •a tan. bien )ilmtdo C\)mo la.,mayor, pa¡;te .de las: !llternatiyas
Ja:.i.Juz· ·de- nuesttas • cuatro•'exigehdas femini~tas mínimas, exper!mentfl,les ).nten!¡¡4;;t~ . . )lasta. <J;~lOJ:a ·y, .. q]le,.: COI!).()·.; j:¡erp.ps
·; ·,:· ." : .. ,,' ~ ; ,. / : .. r visto, satisfacían también algunas de las estipulacion~s;. ;:i\lJ.n·
tes a la clase alta es más afortunado en todos los aspectos, y puede qut; _¡¡o Jp<;las,, Q, que !as, satisfacían, ,to<;l>ts pan;ialmente. El
re~Jl?ir:. ·. u.n, ,._,n.úwt:ro ,_ C,9n.siq_e,raPl~-. . 4!-~L.P~ivil~g_iqs _gra_c;ias. a s_u _posición, ¡natdm\mlo tipn,e:;.\flewá.s¡á_.. yen,t~ja ~~Ucjpn'al. de ser:_. ya
.nprn"Q~~- ,_.,y:::,:btene_s. q11e va .. _a__.:heredar, la . _. dist"tibución ..:de los niños._ !)e COI,10cidQf,,~.-~ ·_, · f.·" . ~-. _ , , , •'
i.~~Ji~~i·Ppr,)8;~~( ~P.ti~- -~-944~~)~S ·aa~~s_:_(~qP.oflie_ñ.,do :q~_lf íOs· h~}oS. de
lps; ,_:-PlettHs, }~fo.t:~lfP,a~49~~: ~o , ~qbr~J?a~~ ...er; :--n-Y.m~ro: :·~ )q~ ,_._.Qt.ros) ... t~Pro .. ' .•. SÍI), ~Jnb~;¡gp 1 el m;;ttriÍ)J.onip,, por S!l I!).isma definición,
cff!pen,do, asf .en Idyn},Iga p~OBOJ;Ción la,ft.esigualdad, inici~k(.N. de] A.,) jamás ,,podrá ,sat¡sf¡¡ce¡; las n<;(:e~id>td>'S de. St,lp: partfcip¡;~,

,280 281
me desconcertaba, como porque soy consciente eje los pe-
puesto que fue montado en tomo a un estado biológico ligros políticos encerrados en la peculiar falta ele imagina-
fundamentalmente opresivo, al que refuerza, y que sólo ción con respecto a las altemativas ele la familia. Existen,
ahora podemos enmendar. Mientras mantengamos la insti- como ya hemos visto, diversas razones justificativas de esta
tución, tendremos ·en su base las circunstancias opresivas. carencia. En primer lugar, no hay precedentes de ninguna
Necesitamos empezar a hablar acerca de nuevas a!temati· revolución feminista en la historia; ciertamente, han exis-
vas que satisfagan las necesidades emocionales y psíquicas tido mujeres revolucionarias, pero todas ellas han sido
que el matrimonio -a pesar de su arcaísmo-- satisface, utilizadas por revolucionarios masculinos, quienes raras ve-
pero que ellas satisfarían mejor. Ahora bien, en toda pro- ces conceden siquiera un apoyo verbal fingido a 1¡, igualdad
posición tenemos que conseguir siempre ventajas superio- femenina· no cabe hablar, pues, ele su apoyo a una estruc-
res al matrimonio en ·nuestra escala feminista, porque de turación 'feminista· radical ele la sociedad. A esto se suma
lo contrario, a pesar de todos los consejos, la gente se- que carecemos incluso de una imagen ~eórica de est_a . so:
gmra pnswnera --en la esperanza de que, aunqpe sólo eieclad futura; no P-xiste siquiera una literatura. fetmmst~
sea una vez, aunque sólo sea en su caso, el matrimonio «Utópica>>. En tercer lugar, la naturaleza de la um~ad. f~mt­
tenga éxito. liar es tal que impregna más profundar~ent_e al mdt~tdu~
que cualquiera otra de nuestras orgamzacwnes soctales,
dondequiera que éste viva es alcanzado por el brazo de
su influencia. He explicado ya cómo su estructura mol?ea
IV la psique del individuo hasta que éste llega a . ~oncebt.rla
como valor absoluto y a identificar como perverswn la stm·
ALTERNATIVAS pie consideración de alternativas. Como factor concluyente,
la mayor parte de dichas alternativas pueden suponer la
pérdida del poco. calor emocional qu_e por lo menos la. fa-
La trampa clásica para todo revolucionario es siempre milia le proporciona, por lo que se stente presa del pán.tc~.
esta pregunta: El bosquejo que me dispongo a trazar. adolece de las ~tm~­
~¿Qué alternativas· ofreces a cambio?
taciones de todo plan trazado sobre el p¡,pel por un mdl-
Pero aun en el· caso de que· pudieras ofrecer al interro- viduo aislado. Recuerda que estas soluciones no han sido con-
gador un esbozo detallado, esto no significa que se sir- cebidas como ·definitivas; que, de hecho, el lector. puede
viera de él; ·la mayor parte de las vec'es su deseo de sa~er trazar por sí mismo otro plan . que satisfaga . .tan bien o
no es sincero. En realidad se trata de un ataque comun, mejor que éste los cuatro imperativos estructurales expues-
de una técnica destinada a desviar la ira revolucionaria y tos más arriba.
volverla contra sí misma. Además, los oprimidos no tienen
por qué andar convenciendo a toda la gente. Lo único que ' '
ellos necesitan saber es que el sistema actual los está des- ¿Cuál es la altemativa para 1984, si conseguimos ver
truyendo. satisfechas a tiempo nuestras peticiones?
Pero, aunque cualquier derrotero específico debe surgir
La característica más .importante a mantener en toda
orgánicamente de la propia acción revolucionaria, me siento revolución es la flexibilidad. Propondré, en consecuencia, 1.111
tentada a hacer aquí algunas proposiciones «peligrosamente 1
programa de opciones múltiples -entrelazadas mutuamen-
utópicaS»· -tanto ¡:íor simpatía hacia mi propia época pre-
radical, cuando el «argumento de la falta de alternativas»
' te~, unas transitorias y otras para un futuro a largo plazo.

283
282
.Con la ampliación. de cuantas profesiones· celibatarias sf.
Un individuo puede escoger un «estilo de vida» para una gan e¡¡istiendo en nuestra· cultura, con e!'fin·de'.dar cabida
década y preferir otro en el período .siguiente• · en e)las a las mujeres,.·y·con·la·creación'de tiJi mayor riú'
1) Profesiones celibÚ. Una vida solitaria .organizada en mero,de tales ..funciones unida a·un·:.programa de incentivos
torno a ·Jas exi¡:;encias de una determinada profesión libre- destinados a. hacerlas remuneradoras; -podt'íamós reducir de
mente elegida, que satisfaga las necesidades emodonales y forma indolora el número de personas interesadas ·en la pa-
.·'1
sociales del individuo gradas a su pecúliar estructura ·ocú. 1, ternidad. ·
pacio~al, puede CO{\Stituir una solución a.tractiva para rnu- 2) «Vivir juntos». Praticada al principio sólo en círculos
chos Individuos, especialmente en el período transitorio .. bohemios o intelectuales y ahora en franca expansión ·'-eS-
· Las ·profesiones ce!ibatadas · han desaparecido práctica- pecialmente entre la juventud· metropolitaná-'- la · ~<cohabi­
mente, a pesar de. que el estímulo a .la reproducción no es tación» se está convirtiendo eh una práCtica social corriente.
ya una causa social válida. Las antiguas profesiones ceiiba- Dicha «cohabitación» es la forma soda! !ai<á por la que dos
tarias, como la vida reJigiosa, .las funciones cortesanas. ~bu­ dos o más miembros ~de cualquier sexo-· constituyen un
fón,. músico, paje, caballero o escudero. fiel-, Jos ccr.Nboys, pacto no-legal de camaradería sexual cuya duración varía
marmeros, bomberos, transportistas de uno a otro extremo en función de •Ja dinámica interna de la relación. El con·
del pilís, detectives o pilotos, .tenían un carisma propio; no tratO ese realiza exCJusivamehte entre·!ás dós partes; ·Ja SÓ·
era ninguna deshonra ser . célibe . por causa de .. la propia ciedad no cuenta en él, puesto que· no ·sé incluye la repto-'
profesión. Desgraciadamente estas funciones raras veces eran ducciórt ni: la producCión '-'-cosa que créada de!Jendehcias
¡tccesibles para las mujeres~ Casi todas las funciones feme- mutuas. Esta ·situación inforrnal táh flexible podría ·exten'
ninas celibatarias (la tía. soltera, la rrwnja o la. cortesana) de;:se· hasta constituir lá · unidad;tipo · en la ·que la mayot
seguían estan.d.o definidas por su naturaleza sexuaí.. parte de la gente pudiera viVir práétiéamehté 'toda su vida.
. Muchos científicos sociales están proponiendo en la ac- Al principio, en· el período trahsieiohal, es probable que
tualidad, como solución al problema demográfico, el estímu- las ··relaciones sexüales fueran· ·l:hórtógainas (código ·· rrioral
lo a. «estilos de vida .. característicos>> que, por def).nición,. im- único para· hombrés y·. mujeres, y expresión: de la indivi·
pliquen la no- fertilidad. Richard Meier sugiere que 'estas pro- dualidad femenina), aun en• 'el casó de que la parejá eligiera
fesiones celibatarias tan prestigiosas, antes reservadas sólo compartir su vida :coil' atraso Podríamos asistir ihcluso a la
para . hombres, abran sus puertas también a las umjeres; prolongación de pactos . de. Vida en común estrictamente a ..
ygr. la profesión de «astronauta». Observa que, cúando estas sexuales (<<compañeros de· habitaCión»): Sin', embargo; tras
ocupaciones el\isten para la mujer -vg;r. azafatas-, se ba- varias· generaciones de vida no-familiar; es posible que nues-
S¡ln en el atractivo físico _de la joven y constit!lyen, .portán- tras estrücturas psiéósexuales sufrieran una· alteración tan
to, simples pasos intermedios para ·un mejor empleo o ·ma- radical, que la pareja monógama ·..:.:..o la l'e!adón <<a-óbjetal>i-'--
trimonio. Añade: · qiiédarían superadas. Eh cuanto á lás relaciones sustituti-
·vas sólo podemos realizar ·conjeturas; ¿quizás se daría· paso
son tantas las limitaciones impuestas (al trabajo feme-
a verdaderos «matrimonios de grupo», matrimonios colectf;.
nino.J;uera del hogar), que uno llega a·sospecharla.exis-
vos transexuales en los que tuvieran cabida los niños a par-
tencia de una conspiración a. nivel cultural; •.que Leon-
tir de ·cierta. edad?. No lo sabemos;.
vierta . ]a. función ocupacional en actividad •tam.desagra-
·; · dable,: que, el 90 % , o. más.'; de. las... mujeres; prefiera,.el Las ·dos· opciones expuestas hasta· ahora-,.-las!.profesiones
celibatarias· y·Ja ·«cohabitación-, existen· ya en la actualidad,
trabajo .. en el hogar como :alternativa más ventajosa
· par¡a ellas; pero. sólo fuera delcurso ·normal-de la.-.sociedad>oo .por bre-

284 285
ves períodos en la vida del individuo normal. Queremos de pulsiones del ego carentes de desahogo adecuado.
ampliar estas opciones, para que en ellas tengan cabida mu- Es posible que fuera algo inevitable en el pasado,
chas · más personas y durante períodos más largos de su pero quizás vaya siendo 'hora dtl satisfacer de forma
vida, transfiríendo a ellas los incentivos culturales que ac- más directa estas necesidades del ego. Mientras siga
tualmente refuerzan el matrimonio y, finalmente, haciendo siendo necesaria la reproducción natural, podemos idear
estas alternativas tan frecuentes y aceptables como lo es el estímulos culturales menos destructivos. Ahora bien,
matrimonio en la actualidad. es probable que -una vez eliminados los· intereses del
¿Qué hemos de decir con respecto a los niños? ¿Hay al- ego en la paternidad- la reproducción artificial se
guien que en uno u otro momento de sus vidas no desee desarrolle y consiga amplia aceptación.
hijos? No negamos ni por un instante que Ja gente siente 3) Grupos de convivencia { 1). Creo que .el esbozo
en la .actualidad un deseo sincero de . tener hijos. Lo que que voy a diseñar podrá satisfacer las necesidades re-
pasa es que desconocemos 'hasta qué punto se- trata de ver- manentes con respecto a los . niños una vez que las
darera afición a los niños y hasta qué punto puede ser des- pulsiones del ego hayan· sido eliminadas del conjunto
plazamiento de ot.ras necesidades. Hemos observado ya cómo de nuestras- motivaciones. Supongamos que una per-
la. satisfacción .paterna sólo se obtiene a través de la frustra- sona o una pareja desean en un momento dado de sus
ción del hijo; el intento de extensión del ego a través de vidas compartir su vida con niños en uxia unidad de
los hijos -:-en el caso del homl;>re, la <<inmortalización» del niedidás similares ·a las de la familia. Aunque la repro-
apellido, patrimonio, clase e .identificación étnica, y en el ducción no se contará ya entre los objetivos vitalés del
caso de Ja mujer, la maternidad· como justificación de su individuo normal -ya hemos visto cómo' los modos de
existencia, y _el intento consecutivo de_. vivir a través del vi.da no-reproductivos, ·sea en estado célibe o en gru-
hijo, el hijo-como-proyecto-, daña o destruye en último tér- po, pueden ampliarse con el fin de que . resulten sa-
mino al hijo .o al progenitor" o, en aquellos casos :en que tisfactorios para un crecido número de personas du-
n,ing¡.¡no de ellos es vencedor cl_aro, a ambos. Quizás cuan- rante, todo el curso de su vida y para otras durante
do despojemos a la paterni.dad de estas funciones anejas, períodos prolongados de ,¡a misma,-, ciertas -personas
encontn!rem 0s un verdadero . instinto de paternidad -in- pueden seguir prefiriendo un estilo de vida comunita-
clu~o por parte masculina=, :un simple deseo físico ·de aso- rio permanente y otras pueden· desear •expedmentarlo
ciación: con·: los. pequefíos. La. ven!ad es. q1,1e no habremos durante ciertas etapas de su vida; , especialmente en·
perdido nada con ello, puesto que una exigen.:;ia fundamen- los primeros años de la infanda. · •,
tal de l)4eStro . ,sistema alternativo es alg~,~na forma de estre- Así que debemos contar con la posibi!idai:l de que
ch¡t interacción..con los niñ0s. $1· existe· de: .v~erdad un ins- en cualquier momento dado un porcentaje ·de la po-_
tinto . paternal, se ver!'> capacitado para .actuar . -más libre- 'bláción desee vivir dentro de unas estructuras sociac
menté, al verse despojado. de _las respons¡~bi!idades· prácti- les reproductivas. Paralelamente¡ la · sociedad · seguirá
cas el<) la paternidad actual, . que. ,la convierten en un an- precisando de la reproducción, áurique no 'sea más
.gustioso. tormento.· que para crear una nueva generación. • · '· .
Este porcentaje de la población global constituirá
Pero, ¿qué sucederá ·.si descubiimos ·finalmente que automáticamente un grupo selecto· con' un índiCe pre-
no existe el· instinto personal? Quizás la sociedad ha Ú) La aJtonl' utiliza:-· él téfr¿_irio · ho-~Ú:hóÚl~ qu~· li;tCrairri~tlte de-
esÚl.!io convenciendo al individuo durante todo este -s'igna el grupo de_ personas que viven en una casa· -incluyén4qse en él,
tiempo para que tuviera hijos, valiéndose únicamente no ,sólo la -familia, sinO también 'Si-rvieÍlteS, etc;- (N:'del A:} -e·

286 287
de?ible~ de estabilidad bastante elevado, puesto que ha-
bran go~ado. de la capa~idad de libre elección de que más que una referencia a un grupo numerbso de per-
en la actualidad suele .carecerse. Actualmente aquellas sonas que cohabitan durante un-período déCtieir!po in-
pers~mas q11" tienen jlijos . sin haber con~r¡ddo matri-
determinado sin ninguna pauta prefijada de relacio-
. mpmo,)leg!ldas a cierto momento de sus . vidas·sufren nes ínter-personales. ¿Cómo debería· actuar ·dicho «gJU-
. las_ consecuencias ~se encuentra.11 ~olas, excluidas y :po de convivencia>>? · · ·· · ' ·
avergonz?das, marginadas de una sociedad cuyos miem- Contrato limitado. Si la unidad conilivenciar susti-
b,ros estan compartimentalizados en familias reproduc- tuyera .al 'matrimonio, quizás empezaríamos legalizán-
tlvas permanentes y que .se distinguen especialmente . _ . · dola de l,ln mod0 u otro,. suponiendo •que -fuera nece-
por su chauvinismo y _exclusivismo: . (Sólo en Man- . sario. Un grup0 de aproximadamenté ·diez adultos de
.hattan · puede resultar tolerable 'la vida célibe y, aun edades diversas (2) actuando•. libremente¡' podría soli-
·_así; es éste un purito· discütible.) La mayor parte de citar una licencia' de grupo, de· la -misma •manéta que
las J;lersonas siguen viéndose abocadas al matrimonio ' en la. actualidad las parejas jóvenes solicitan- una Ji.
pór lás presiones' familiares, como «rep~rádón obli- · · . cencia. matrimonial, utilizando incluso tierto tipo de
,gada)), por consid~raciones ~conómicas y por otras ceremonia ritual,. para :proceder a continuación a la
razones que nada tienen q1,1e ver con la libre elección · constitución · de- hogar. La licenCia de grupo debería
.. de un ~stilo de vida. ·sin. embargo, en nuestra nueva tener validez tan sólo por un período de tiempo deter-
·.unidad 'reproductiva, caracterizada· por un .contrato li- minado, posiblemente de siete a diez años o cualquiera
mitado (v. más_ abajo), por una función edÜcativa in- .. otra duración establecida como tiempo· mínimo para la
fantil .tan' extendida que qúedará .prácticamente. elimi- : necesidad infantil de estabilidad estructural en :orden a
n~da; _por la a'tisencia de considera<;:Íóné~ .€?~onómicas y su. desarrollo; . con todo¡ siempre sería un período de
por d hecho de· que _todos sus miembro~ _habrán in- tiempo más:corto de lo que•imaginamos; Si al·finalizar
g;esa'do por !a unica razón de sus preferencias per- el período el · grupo, decidía • proseguir unido, cabría
.. _smales, las «Inestables,» . estructuras reprodudivas so- siempre la posibilidad de renovar el contrato. Hay que
. ciales'·habrán desaparecido; · ·. · · · · · ' · ·· hacer la salvedad de que a ningún rniembr<Y' ¡¡islado
'. ),,• -·· . . ,. '· ··- _,. .· . '.· . .. .. .,. -
:,del· grupo podría obligársele. a permanecer; una vez
· A· esta ·11nidad la · denomino grupo de-·· convivencia, . consumado .. el• tiempo • establecido;. ,también· -hay que
con. preferencia .a· familia ampliada (l); La distinción es ·contar con la posibilídad de que algunos de los par-
importante: la palabra famiUa implica • reproducción tícipes se dieran, de bajaí ·de.. que ingresaran nuevos
biológica y un ciert0 g-rado. de. división ,del. trabajo en miembros o de que. -la unidad se disolviera del todo.
razón. deL sexo, de todo l0 cual se. derivan·; las -depen- Existen muchas .ventajas en· los grupos convivencia-
. -.dencias. tradicionales-. y las 1ógicas·reladones ·de. poder, les •a corto ·plazo ~estas unidades convivenciales· esta-
··· · ·'.que- se-.-.extienden· .a-·través .de las ·generacione:s; aunque bles programadas para una · düración aproximada de
eL tamaño .• de la familia '"""en este caso;. :eL:may0 r nú- .una. década-; :entre ellas deberíamos -contar el fin del
mero de miembros -pertenecientes ·a esta .familia «am- . , chauvinismo familiar -constituido a lo largo: de muchas
pliada»- ·puede -aféctar a la robustez .·de ··la relación generacionesr.el ·fin de los. prejuicios transmitidos de
jerárquica; ·ello · no: cambia su definición estructural.
«C!ruRo.
•. '., '·
de.___ convivencia>>
. ··'
'
(1), sin embarg0 , no aduce
. '' '' .. . (2) Una ventaja adicional del grupo de convivencia estribaría en
p~rmitir. a,. l~s-personas-. m<,tyeres,. superada la eP,ad ,de la fertilidad,
(!) V. ~ota ,anterior. (N, d~l T:) _seguif c.ompartien_do p~~nament.e ,.la 'paternidad cuando .ásí :lo desea~
ran. (N. dé! A.) · · . · . . . '

288
289
padres a hijos, la inclusión de personas de todas las un instinto de gestación sería superfluo; o, ¿es que la
edades en el proceso de educación infantil, la integra- naturaleza podría oponerse al control del hon1bre so-
ción de grupos .de muy variadas edades en una sola bre la reproducción? ¿Qué sucedería, si '-una vez
unidad social, la ampliación de la personalidad resul- arrumbadas las falsas rnotiva:eiones para la gestación-
tante de su contacto con un mayor número de· idiosin- . las mujeres se negaran en redondo a «tener>> más ni-
cracias, etc. ños? ¿No constituiría esto un desastre, si tenemos en
Los niños. Un porcentaje establecido de miembros cuenta que la reproducción artificial no está aún per-
de cada grupo convivencia! ~un tercio, pongamos por feccionada? El caso es que las rnu jeres no tienen nin-
caso- serían niños. Ahora· bien, no revestiría: ninguna guna obligación .reproductiva concreta' para con la es-
importancia el hecho de que al principio se tratara de pecie. Si. se muestran definitivamente reacias, será ne-
hijos genéticos, fruto de las parejas cornponehtes dei cesario desarrollar a toda prisa los métodos artificiales
grupo, o de que en un futuro próximo -después de o, en caso extremo, proporcionar compensaciones sa-
que algunas generaciones de vida comunitaria hubie- tisfactorias -'que no sean los destructivos intereses del
ran cortado los lazos especiales existentes entre los ego- que hagan. que la gestación merezca la pena.
adultos y «SUS» hijos- Jos niños fueron objeto de repro- Los adultos y· los niños mayores cui<,larían de los
ducción artificial o de adopción; la responsabilidad pequeños durante el tiempo que fuera necesario, pero,
(mínima) respecto a la dependencia física de los ni- al. haber crecido número de adultos y· niños mayores
ños en su primera edad, estaría repartida pór igual compartiendo esta responsabilidad -como en el caso
entre todos los miembros del grupo convivencia!. de la familia ampliada~ ninguna persona se.vería in-
Aunque estructurahnerite correcto, debemos tener voluntariamente. ligada a ella.
bien presente que, mientras se utilicen los métódos de las relaCiones niños/adultos se desenvolverían exac-
procreación naturales, la «unidad convivencia~» no será tamente igual a como 'lo ·hacen las ·mejores relaciones
nunca una forma social plenamente liberadora: Lo más existentes en la actualidad; algunos· adultos sentirían
probable es que una madre que· soporta nueve meses preferencia por determinados niños· y algunos' niños
de embarazo, abrigue el sentimiento de que el 'fruto de por determinados , adultos, preferencias ·que podrían
todo este dolor y molestias le «pertenece» («¡Cuando convertirse en definitivas al 'decidir 1os interesados per-
pienso .en todo· lo que he tenido que pasar para tener- manecer unidos, formimao quizás cierto tipo 'de unidad
te!>>)· Queremos; sin embargo, destruir este sentimien- no-reproductiva. De esta manera todas las relaciones se
to· de posesión con todos los apoyos culturales inhe- basarían únicamente en el amor y no se verían co-
rentes, a fin de .que ningún niño se sienta a priori más rrompidas· por dependencias .reales con todas sus con,
favorecido. que los demás y a fin de· que los niños sean secuentes desigualdades de clase; La:s relaciones perma·
amados por sí mismos. nentes entre personas de edades muy dispares se con-
¿Qué sucederá si, después de todo, resulta que existe . vertirían en hecho corriente;
un instinto de gestación? Me permito dudarlo. Una vez
hayamos eliminado la corteza· de las Superestructuras Derechos y transferenCias legales. Con el debilitamiento
culturales, lo más probable es que descubramos un ins- y destrucción de los vínculos de sangre, la jerart:¡~ía de po-
tinto sexual cuyas cons.ecuencias normales conduzcan der de lá. familia desaparecería. La estructura legal -"-en la
a la gestación. Quizás existit también un instinto de su- medida en que siguiera siendo· necesaria- reflejaría esta de-
ministro de cuidados al pequeño una vez .nacido,· pero mocracia- instaUrada en las· raíces mismas· de nuestra sacie-

290 291
dad. Las mujeres .serían iguales a los. hombres ante la ley. jar la nueva estructura social. Probablemente proseguirla la
Los niños no . serían ya «meno);'es,, sometidos al. patrocinio tendencia hacia la fabricación de· viviendas a, gran escala,
de unos «padres»; go~arían de igualdad. de derechos. Las pero estas viviendas podrian estar diseñadas e incluso cons-
desigualdades físicas remanentes .podrían verse compensa- troid<ts (posiblemente a ):¡ase de componentes prefabricados)
das, por la ley; así; si un ni-ño era .pegado, cabría quizás la por sus habitantes, de acuerdo con sus gustos ·Y neeesida-
posibilidad de que informa.ra· a un tribunal especial sim- des. La intimidad quedaría . respetada, ya mediante :habita-
plificado .del .«grupo .convivencia!», donde obtendría inme- ciones privadas dentro de cada . grupo de convivencia, ya
diatamente compensación leg,U... ·mediante «refugios>> .urbanos .compartidos . con miembros de
Otro derecho. especial de los niños sería el 'derecho a la otros grupos o con ambas cosas a la vez. El conjunto podría
transferencia inmediata; .· si el ·'niño, ·por cualquier ·razón, le formar .un complejo de las dimensiones de ·una pequeña
desagradara el grupo· de convivencia donde . tan· :arbitraria- ciudad o de un gran campus. Quizás, COllJ.O comparación,
mente había nacido, recibiría ayuda para ser· transferido. el campus ofrezca una imagen más clara: podríamos tener
Por otro lado, un adulto .;_tras haber vivido •Un espacio de pequeñas unidades de viviendas a.utodirigidas ,....-de compo-
tiempo determinado en un grupo· (de siete ·a diez· años)- nentes prefabricados fáciles de montar o desmontar fácil y
tendría que . presentar su caso ante un tribunal, ql:te decidi- rápidamente a .fin de satisfacer las necesidades :de uil. con-
ría, como. sucede actualmente éon los tribunales de divor- trato limitado- así como edificios centrales permanentes
cios, si existían motivos suficientes para el rompimiento del destinados a satisfacer .las necesidades· de la comunidad como
contrato. Es posible que durante· el período· de· siete años conj.unto global, es decir, algo' equivtdente quizás . a.· una
fuera necesario realizar un cierto·' número .de transferencias «Student union» (1) en los aspectos de lugares ·:de c<;>nviven-
para el funcionamiento correcto del· grupo, cosa: que no su- cia social, restaurantes, una gran cónsola .de computador,
pondría ningún perjuicio' para su estabilidad, . siempre y un moderno centro de comunicaciones, )lna bibliotecá y una
cuando, permaneciera un . núeleo 'in:variable. (De hecho, la filmoteca computadorizada, «centros de aprendizaje» dedica-
integración de. nuevas· personas de vez en cuando podría dos a diversas materias especializadas y todo aquello que pu,
ser un cambio renovador.) Sin embargo, la unidad, en bien diera resultar necesario en una ·comunidad cibernética.
de s.u. propio funcionamiento, debería. tener· .un tope de po- La Econqmía. El fin de la estructura familiar con)levaría
sibilidades en ·el núni.eto de altas y bajas, .a ·fin de evitar la necesa.riamente carnbios en el conjunto de la economía, No
anemia, ·el excesivo· desarrollo y/o las fricciones:. sólo la. reproducción· sería .. cualitativamente diferente, sino
Tareas: En cuanto a las tareas domésticas, .un grupo co- también la .producción;· del t111smo modo que habríamos .te-
rrespondiente a· las dimensiones de una: familia numerosa nido que purificar nuestras relaciones con ,los ~ifí¡:¡s de toda
(de. doce a quince·.·miémbros) setía •lac solución tl1ás práctica, consideración externa, tendríamos _q.ue. adoptar .ef! .. primer
al evitarse l:i pérdida de energías y la repetiCión: de tareas de lugar ~para el }~xho <;mnpleto de n11es{i;.o~. objetivos;_,.: .un
una unidad .farniliar nuclear' (como' en el hecho de tener que socialisí;no . , que.· actm'll;a d~~tro, de .un esÜtQ.o .c;ib~¡;'nét¡co
comprar y cocinar para una filmilia. reducida), sin que por cÚyo priin~r o):¡je#vo ..fwi¡:á equ~ta'tivariidts,tribil~ió¡;\ .qe.)á~
ello se perdiera la familiaridad .del experimento comunal. cargas, ,hast~o~ . éven tual!lient,e .ci.>r¡~egtl~r .. su . ·•.elírP·in~o~¡;I9,~: .Jcitáf.
Entretanto. las ·rutinas doDJ.éstlcas deberian ser desempeña- Con e!.posterioi:,de~arfplla·· y 'e(.ilite!igeht~; y~o ,·q:¿·)~s.:J?!íc
das en forma rotativa y justa, pero con el tiempo ·la cyberna- quinas, la ,g~nte poci~í~~ verse, J.i,~,ylw~§ ~éi . ¡:~~~(j~z? '~got~43t
tion podría.automatizar casi todas.Jas.tareas domésticas., y,.•' ·'eL «~rabajo»
' ' >-·-.) ·"•· .•..
veríase. ~nd,epQ~dizaflo, <rJ,.,, los .~l'\)!lPo~ y ~en<t
_·., ._,,_, __ ... _ ·,,, -- ··-.·· ·' .,,,__ ,, ·······'' ··'·''·"·!···· ..... ·.., .. ·.:.,
Planificaéión, urbana.. ..La planificación urbana, la arqui- . Ú( ·'In.Sfai3d6iú:f~ _'., Ct¿S:t"i~actáS: ;"á/·tüV~.isít5iJ!-:··y :;·CdnVi~ét1~d SdCHll · :en
tectura, los servicios; se verian:·. alterados ocon· objeto de refle- el campzH 'de un tollege'o un!versíty,c'.(N::• del,•'il'.)''''"".il''·' ,,,,.,.,

291 293
objeto de re-definición; ahora adultos y mnos podrían en- vencwn de la imprenta y tan in'!portante como el alfabeto.
tregarse a un «juego» serio con toda la intensidad que les Mt;Lul>an ha -señalado ya el inicio de una regresión de los
viniera en gana. medios !iterados de absorción del conocimiento a los visua'
Durante el período de tdmsición, mientras ·siguiéramos les. Estamos en situación de esperar una escalada de este y
en posesión de una economía monetaria, las personas po- otros aspectos en el desarrollo de los medios modernos para
drían recibir del estado unos ingresos anuales garantizados, una rápida transmisión de la información. Además, la can-
con Jos que hacer frente a las necesidades básicás. Estos in- tidad de conocimientos memorísticos necesarios tanto para
gresos, repartidos equitativámente entre hombres, mujeres niños como para adultos se verá reducida en grandes pro-
y niños, independientemente de edad, trabajo, prestigio y porciones, puesto que dispondremos de terminales de compu-
cuna, igualarían por •sí mismos y de una sola vez el sistema tador dentro de un radio de fácil alcance. Al fin y al cabo,
económico de clases. · ¿por qué almacenar hechos en nuestra cabeza, cuando el
Actividad. ¿A qué' se dedicaría la gente en esta' utopía? computador puede suministrarnos instantáneamente infor-
A mi parecer, esto no iba a ser problema. Si verdaderamente mación más amplia y rápida? (Ya Jos niños de hoy se es-
hubiésemos desterrado todos los trabajos desagrádables, las tán preguntando por qué han de aprender las tablas de mul-
personas dispoúdtíári de tiempo· y energías· para desarrollar tiplicar y. no el funcionamiento de una calculadora automá-
intereses propios s.aludables. Lo que actualmente sólo encon- tica.) Cualesquiera que sean los hechos cuyo almacenamien-
tramos entre la élite' -'la persecución de intereses especia- to mental sigamos necesitando, dicho almacenamiento pue-
lizados, por· mor de sí mismQs-· se convertiría probable- de ser rápidamente conseguido por medio de los nuevos
mente en norma. métodos mecánicos, máquinas de enseñar, discos y cintas, et-
Por Jo que respecta a nuestras instituciones educativas, cétera; todos los cuales, en cuanto sean fáciles de obtener,
debo decir· que la falta de razón de ser de la escuela garan- permitirán la abolición de la escolaridad obligatoria para el
tiza su desaparición en un futuro próximo. Podríamos qui- aprendizaje básico. Al igual· que sucede con los ..estúdiantes
zás sustituirl;'l por «centros de aprendizaje» no-obligatorios, extranjeros que pretenden instruirse en una profesión es·-
que a. la vez .com))inarlan las funciones mínimas m;cesarias pecializada, los niños· podrán captar cualquier ·«lenguaje»
de. nuestras instituciones. educativas inferiores· -lá enseñan- necesario .básico· de forma marginal, a través de estos mé-
za de aprendizajes rudh;ner¡tários- con los de las superiores todos mecánicos suplementarios. Sin embargo, lo más pro-
·-la expaúsión del conocimiento- y que abarcarían simul-
tán<¿trnente ·a cnalesquiera ir\dividuos, de cualquier edad y
bable es que las técnicas básicas y el conocimiento indis-
nivel, liños y aduitos. · · · ··. . . .. pensable sean los mismos para los niños que para los adul-
tos·: la técnica del funcionamiento de las nuevas máquinas .
.· Sí, pero ¿qué sucedé cónej aprendizaje básico?, ¿cómo
Las técnicas de programación pueden convertirse en exigen-
podría, por ejerr\plo, un niño sin ningún· adiestra!Ilieilto se-
cuencial formal emprender .un estudio avanzado cómo la ar- 'cia universal, pero, en vez de ser. o])jeto de aprendizaje en
quitectura 7 A esto debemos qnizás oponer el hecho de que una escuela c()n un horario. de jornada completa, deberán
el aprendizaje tradicional a partir de los libr?s, la memo- :aprenderse (rápidamente) sólo en conexión· con las exigen-
rización de hechos, que forn¡a la parte más sustancial del das. de una materia específica.
programa .académico de nuestras. escuela~ elementales., se Examinemos ahora la «indecisión» en la elección de ca-
verá radicalmente alterádo bajo el impacto. de la ciberneti- rrera. Aquellas persm1as cuyo «hobby» inicial ha' perdurado
ca, que constituirá una .diferencia cualitativa pap¿t :todo el desde la infancia· hasta convertirse en su «profesión» ádulta,
aparato cultural tan decisiva; por lo menos 1: corno Ja in- neis dirán casi siempre que dicha afición apareció antes ele

294 295
cumplir los cinco años . (1). En la medida en que sigan ducir sus intereses, convirtiéndose aSí en el insípido adulto
existiendo. las ·profesiones especializadas, podrían ser cárn- medio. Pero, si consiguiéramos hacer désaparecer estos obs-
biadas .con la misma frecuencia con· que· los· adultos cambian táculos,· todo el mundo se· desarrollaría hasta· el· punto · que
de asignaturas fundamentales o de. profesión en ·la actuali- ·sólo las clases más grandes y poderosas y unos pocos «ge-
dad. Ahora. bien, si la elección profesional no estuviera te- nios>>' aislados han .alcanzado. Cada individuo contribuiría al
ñida de motivaciones superpuestas, si se basara únicamente conjunto ele la sociedad, no· a cambio ·de un salario o de
en eL interés ·por la materia. misma, los cambios a medio otros incentivos de poder y· prestigio,· sino' porque el trabajo
curso ·serían mucho menos. numerosos. ··La · incapacidad ·de elegido le interesaba por sí ·mismo y, quizás, aunque sólo
desarrollar <1fidones poderosas es en la actualidad conse- incidentalmente, ·porque dicho trabajo poseía un' valor social
cuencia sobre todo de la corrupción. de la cultura ·y de sus para los otros (actividad tan saludablemente egoísta como
instituciones, sólo el arte lo es en la actualidad). El trabajo cuyo valor fue-
Así pues, nuestra . concepción del trabajo y de la edu- ·ra exclusivamente social, no personal; habría sido eliminado
cación se encontraría mucho más próxima al aprendizaje por la máquina.
directo de . una disciplina que privaba en la Eda¡l Media
-,-personas de todas .las edades participando a todos ·los ni-
veles. Como sucede actt~,almente en . el mundo académico,
la dinámica interna de las diversas disciplinas proporcionaría Así, en el amplio contexto de un socialismo cibernético,
su propia organización social, proporcionando los medios de e! establecimiento de la unidad de. convivencia como alter-
ponerse en contacto. con otras personas que .comp:;¡rtieran nativa a la familia por lo que toca ,a la reproducción de los
los mismos intereses y de compartir los intereses intelec- hijos, combinada con cualq1,1ier. es tU o ge vida imagi11able
tuales y. estéticos hoy ¡tccesibles solamente para unos. pocos para quienes escojan vivir solos o en lU1idades no"reproduc-
elegidos -la intelectt~,alidad. El tipo de ambiente soda! tivas, resolvería todos los dilemas básico.s que surgen al:lora
que actualmente sólo encontramos en Jos mejores depar- de Ja fa!Jl.ilia y obstaculizan. la. felicidad. humana .. Repasemos
tamentos de las mejores facultades, s.e convertiría en el es- ahora nuestras . cuatro exigencias mínimas, para ver hasta
tilo vital de las masas, libres para desarrollar todo ·su po- q~é punto tendda éxito nuestra concepción imaginaria.
tencial desde el comienzo; mientras ahora sólo los afortu-
nados o los perseverantes llegan alguna vez a «expresar su 1) • La liberación de las mujeres de la . titanía . de su
propia personalidad» (generalmente a través de la actividad .biología reproductiva por t.odos los medios disponibl~s y ,la
prÓfesionál), entonces todo el mundo· gozaría de ta opor- ampliación de la función reproductora y edu~ado-ra a to.da
tunidad de· ·desplegar· tódo ·su potencial. la sociedad globalmenre considerada -tanto hombres como
·.Séría asimismo libre para no desplegar dicho potencial, mujeres. Esto es algo conseguido. La• reproducCión· es. fun-
pero 'esto hci. parece probable, ya que todo rtiñd al principio •ción que podría ser·, asumida por la tecnología y, en. el caso
rrn.testra curiosidad acerca de las personás,- cosas,· él mundo de que ·.demuestre estar. en excesiva contraposición .con nues,
en ·general y lo que lo hace funcionar; Sólo debido a' que la tra tradición anterior y nuestra estructura psíquica (cosa que
dura realidad deprime su curiosidad,, el niño •aprende a re- .al principio ciertamente sucedería) ·entonces deberían crear-
se.incentivos y compensaciones .adecuados. _;distintos· de• las
. (l) Si Jos : niños . de Ja. aptualidad recll:l~eran una idea. :~lat:l! ,.·de satisfacciones del ego por la posesión · del hij()-,"o. a .fin de
las. P,rofesiónes. posibles -no la. ~imple. distü1ci6n entre.. -b_()mbero _:Y recompensar . a . las. ·mujeres .por su ·espeeiab.contribución
enfeim'era-:, probablemente" des.clrrdllai:íah -'-hftéteSes. ·cOrtcretos. ·áÜtes
iucluso de esta edad. (N. del 'A.)' social·mediante el parto ..y el embarazo. La mayor .parte del

296 297
quehacer educativo guarda, como ya hemos visto, estrecha re- El niño seguirá constituyendo relaciones amorosas íntimas,
lación con el mantenimiento de las relaciones de poder, con pero en vez de hacerlo con una <<madre» y un <<padre>> pre-
la obligada interiorización de los valores familiares y con fijados, podni ahora formar estos vínculos con respecto a
oti-os muchos intereses del ego que luchan, contra la felici- personas de su propia elección, de cualquier edad o sexo.
dad del niño individual. Este proceso represivo de socializa- Así pues; . todas las relaciones entre adultos y niños se
ción sería algo necesario en una sociedad en que los ,in- caracterizarán por una mutua libertad de establecimiento
tereses del individuo coincidirían con los del conjunto so- -relaciones igualitarias, íntimas, libres de dependencias ma-
ciaL Toda responsabilidad respecto .a la crianza de los ni- teriales, Consecuentemente, aunque los niños serán más ese
ños, , se vería repartida de forma que comprendiese a los casos en número, no se verán monopolizados, sino que se
lwmbres y a los demás niños en un plano de igualdad con repartirán libremente por toda la sociedad en beneficio de
laS mujeres, Además, los métodos nuevos, de ·comunicación todos, satisfaciendo así el legítimo deseo de frecuentar el
inSt<tntánea disminuirían la dependencia infantil incluso res- trato de los niños, que suele llamarse «instinto>> reproductivo.
pecto a esta unidad primaria igualitaria.
4) Libertad sexual, amo•r, etc, Hasta ahora no hemos ha-
La independencia económica y la autodeterminación
2) blado mucho acerca del amor y la libertad sexu.al porque no
de todos. Bajo el socialismo, aun cuando siguiera siendo hay razón para presentarlo como problema; nada se opon•
una economía monetaria, el trabajo sería independient':' de dni a ellos. Con la plena libertad del hombre, las relaciones
los salarios, la propiedad de los medios de producción es- serán objeto de redefinición positiva. Si un niño no. conoce
taría en manos de todos y la riqueza se repartiría sobre la l. a su propia madre, o, por lo menos, no le atribuye un valor
i
base de las necesidades de cada cual independientemente especial sobre las otras, es improbable que la escoja como
del valor social de la contribución del individuo a la so- su primer objeto amoroso simplemente para desarrollar in-
ciedad. Nos dirigiríamos a la eliminación de la dependen- hibiciones sobre este mismo amor. Es posible que el niño
cia de mujeres y niños con respecto al trabajo masculino, establezca sus primeras relaciones físicas estrechas con gente
así como a la de otros tipos de explotación laboral. Cada de su propia talla por mera conveniencia física, al igual que
persona podría escoger libremente su propio estilo de vida, hombres y mujeres -en igualdad de otros factores- se
cambiándolo' para adaptarlo, a sus gustos y sin producir preferirán el uno al otro. sobre los demás individuos del pro-
graves inconvenientes a los demás; nadie se vería ligado a pio sexo por simple conveniencia fisica. Pero, de no ser· así,
tina estructura social contra su voluntad, porque cada per- si el niño escogiera la relación sexual con los adultos', aun en
sona gozaría de total autodeterminación, tan ptonto como el caso .de que escogiera a su propia madre genética, no
fuera físicaniente capaz. existirían razones a priori para que ésta rechazara sus in-
sinuaciones sexuales, puesto, que el tabú del in.,est() habría
3) La imegración total de las mujeres y. los niñ,os. en
perdido su función. La «unidad de convivencia>>, forma so:
el conjunto social. Esto se habrá realizado ya: e~ concepto cial. transitoria, no se vería sometida a los peligros , de un
de infancia habrá sido abolido y los niños poseerán plenos exclusivismo reproductivo. ,
derechos legales, sociales y económicos, siendo sus activi-
dades educativo/laborales indistintas. de las de los adultos. De esta manera, al carecer del tabú del incesto, dentro
Hemos sustituido durante ·los breves años de su infancia de . pocas : generaciones , los adultos podrían retornar a ,una
la <<paternidad» genética ,-psicológicamente destructiva- sexualidad polimórfica más natural y la concentración en el
de uno o más .adultos, ·por un reparto de la responsabilidad aspecto genital• del sexo y en el placer orgástice daría paso
del bienestar físico sobre un número mayor de personas. a una:s relaciones físico/ emocionales totales que , incluirían

298 299
estos aspectos. Las relaciones con los niños incluirían· la can· gregarse o recomponerse tan pronto como los mnos fue-
tidad de sexualidad genital de que el niño fuera capaz.~pro­ ran físicamente aptos para la independencia, una unidad
bablemente bastante más de lo. qul'! creemos en l¡;¡ .actuáli• concebida para satisfacción de las necesidades inmediatas
dad-, pero .al no ser ya el aspecto genital del sexo. el foco y no para la transmisión del poder y el privilegio (la base
central de la relación, la falta de orgasmo no supondría un del patriarcado es la herencia de la propiedad conseguida
problema grave. Los tabús sexuales adulto/niño y homosexua- por medio del trabajo), eliminaría la psicología del poder,
les desaparecerían, así como la .amistad no-sexual (el .amor la represión sexual y la sublimación cultural. El chauvinis-
«a-objeta!» · de Freud). , Toda relación estrecha incluiría la mo familiar, el privilegio de clase basado en la cuna, serían
relación física, . desapareciendo n.uestro concepto de cama- eliminados. El vínculo de sangre entre madre e hijo sería
radería física exclusivista (monogamia) de nuestra estmctura, disuelto con el tiempo (si existen verdaderamente los celos
a_sí .com.o la far:tasía de un «Consorte ideal». Sin embargo; .el masculinos de la gestación «creativa», pronto estaremos en
t1empo necesano para la realización de estos cambios y las posesión de los medios para crear la vida independiente-
formas concretas bajo las que aparecerían, siguen siendo ob- mente del sexo) de manera que el embarazo, reconocido ac-
jeto de conjetura. Los detalles concretos no nos interesan tualmente como algo imperfecto, ineficiente y penoso, sería
ahora. Necesitamos simplemente constituir las condiciones permitido -en todo caso- sólo como un arcaísmo irónico,
previas para una sexualidad libre; cualesquiera formas que parecido al hecho de que las mujeres sigan utilizando el
ésta adoptara, supondrían siempre una mejora sobre lo que blanco virginal en sus bodas. El socialismo cibernético abo-
ahora tenemos, al ser «natural» en el sentido más genuino. liría las clases económicas y todas las formas de explota-
Durante la fase de transición es posible que la caracte- ción laboral, al conceder a todos los individuos unos me-
rística adulta de la sexualidad genitill y el exclusivismo de dios de subsistencia basados únicamente en las necesida-
las J?ai:eja~ tuvieran que ser mantenidos para coimiguir un des materiales. Con el tiempo los trabajos pesados (empleos)
funcwnamiCnto suave de la unidad, con un mínimo de ·ten- serían eliminados en favor del juego (complejo) -activi-
i;lones interna's debidas' a fricciones sexuales. Supone faltá dad realizada por mor de sí misma- tánto por parte de
de realismo imponer teorías acerca de cómo deberian ser los adultos como de los niños. Amor y sexualidad serían
las cosas, en una psique organizada ya fundamentahnente en reintegrados y discurrirían sin impedimentos.
tomo· a necesidades emocionales espeCíficas. ¡;:sta es la ra- La rebelión contra la familia biológica podría aportar la
zón por la que Io~ intentos de eliminación de la posesividad primera revolución venturosa o lo que los antiguos conci-
sexual son siempre falsos en la actualidad. Conseguiríamos bieron corno Edad Mesiánica. La doble maldición de la
mucha · rriás eficacia concentrándonos en la ·eliminaCión de humanidad tras comer la «manzana de la ciencia>> (el cre-
las estmduras socia1es que han producido esta orgahizaeión ciente conocimiento de las leyes del medio que erearon la
psíquica, permitiendo asf Uua eventual -"-SÍ es que no óeu- civilización represiva), de que el hombre trabajáría con el
rre · durante nuestra · vh:hi-'- reestructuración fntldamental sudor de su frente para poder vivir y la mujer daría a luz
(¿debería deéir de estiucturacion?) de nuestra psicbse¡¡:tla- con dolor y esfuerzo, puede ser conjurada ahora gracias a
Iidad. · ···· · ·· los mismos esfuerzos del hombre en el trabajo. Poseernos
.. He trazado simplemente un esbozo .muy general a.: fin en la actualidad los conocimientos necesarios para crear
de .. hacer .más vívido -e\ enfoque general· de una; revolución un paraíso sobre la tierra una vez ·más. La alternativa es
feminista¡.· la. ,producCión .y • reproducciótr de las .especies· se- la de nuestro propio suicidio a través de este mismo co-
rían reorganizadas-.·simult:,ítleamente. .de modo n<rrepresivo. nocimiento, la creación de un infierno sobre la tierra se-
El. nacimiento de .niños • en ·una unidad susceptible de dis, guidos por un olvido total.

301
300
Para consultar este insólito d.iugrama

de la JU-:VOLUCION de las 3~Dialécticas


TRANSICION OBJETIVO FINAL

DIALECTICA'. PERIODO
HISTORIA CLASICO
DEL ..... ESCRITA < >

SEXO MATRIARCADO
CASTA:~ · ,. · .'l
EXTENDIENDOSE
EDAD Y RAZA
PATRIARCADO
DIVERSAS FORMAS DE ORGANIZACION SOCIAL A LO LARGO
DE UA HISTORIA ·BASADI>lS SIEMPRE SOBRE LA UNIDAD FAMILIAR
BIOLOGICA [INCLUYEN SL CLAN, !lAZA, NACION, ETC.]

o
NOMADf<S AGRICULTORES
CIVILIZACION
0 "o;::e ¡¡¡oz
ClASES (EL ·SALVAJIS- I(EL •BARBA·
+ ARISTOCRACIA
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MO~ DE RISMO DE
EUITE m :e
n~ ""'o o "'o
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BA'SADA EN LA
DIVI:SION DBL TRA·
ENGELS) ENGELS) . oz,..
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BAJO RESPECTO :A:
PRODUCTOS V SER·
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ADAPTACION
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CONTROL DE
LA NATURA·
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RESPECTO A' C'I'ENCIA
EMPIRlCA ()~ >
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cf' MODALIDAD TECNOLOGICA e
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DE LO CONCEBIBLE , _ _ _ _ _<P_R_A_G_M_A_T_Ic_A_J

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EN LO •POSIBILE ¡· 3 CIENCIA ~
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<¡' MODALIDAD ESTETICA
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FILOSOFIA ARTE
MODERNO "' "'~
ARTE PRIMITIVO Y MAGIA -
PROFECIA-HISTORIA } (•El MITE POR
ARTE EL ARTE•]
INDICE

l. LA DIALÉCTICA DEL SEXO 9

2. EL FEMINISMO AMERICANO . 25

3. EL FREUDISMO: UN FEMINISMO DESCARRIADO 57

4. SUPRIMAMOS LA NIÑEZ . 93

S.
.
EL RACISMO O EL SEXISMO DE LA FAMILIA HU·
MANA 133

6. AMoR 1.59

7. LA CULTURA DEL ROMANCE AMOROSO 185

8. CULTURA (MASCULINA) . 197

9. DIALÉCTICA DE LA HISTORIA DE LA CULTURA 215

10. FEMINISMO Y ECOLOGÍA 241

307
1
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Julius Fast
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y otras meditaciones

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ALTERNATIVAS PARA EL FUTURO
(Un programa para 1980)

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o cómo resolver problemas cotidianos

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(Un nuevo manifiesto anarquista)
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orgasmo vaginal ~t. «La economía
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ha creado una obra revoluci-onaria;
REFLEJOS EN LA NADA estos dibujos explican -sin ·
necesidad de texto- la
Elsa Triolet metamorfosis de 1¡;¡ mujer que
RECUERDOS SOBRE MAIAKOVSKI espera un niño. Llt;l'no de humor,
amor y talento •. f¡j}e 1a crítiga)
1
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'!
1 LA INCOMPATIBILIDAD
ENTRE HOMBRES Y
1, MUJERES
li Situado en una posición que va
\Q m más allá del Women's Lib, Fas!
plantea toda una revisión· de los

\ \~\ ~\
concept-os de Hombres Masculinos
y Mujeres Femeninas, fantasíaS
1
\*254014*
\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\ 1
mentales que hay que de,struir
si se quiere· terminar con la actual
íncompatibilidad ·entre los ·sexos.

1

'!

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