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MAESTRÍA EN FILOSOFÍA
1
Revista de estudios sobre la ciencia y la tecnología. Vol. 9, N°18, Buenos Aires, junio de 2002, p. 110.
2 Ibídem, p. 110.
2
En este sentido, el ataque o rechazo de la metafísica como carente sentido,
el que no “no existe nada semejante a una filosofía como ciencia básica o
universal paralela o por encima de los diversos campos de la ciencia empírica” 3, y
el carácter tautológico de las proposiciones verdadera de la lógica y las
matemáticas. Esto constituye precisamente entre tantos principios, la postura del
positivista lógico, en particular, el simbolismo lógico desarrollado por Frege, Peano
y Russell, en las que se dividían las proposiciones en formales como las de la
lógica y las matemáticas y las fácticas, que se requerían que fueran verificables
empíricamente.
3
Neurath, Empiricism and sociology, p. 316.
4Moritz Schlick, Positivismo y Realismo, en: El positivismo lógico, compilado por: A.J. Ayer, FCE, México,
1965, p. 90.
3
del significado de los enunciados y de las interrogantes, problema vital de la
filosofía, y desarrollo del positivismo lógico. Puede suceder que el lenguaje que
empleamos efectivamente no disponga de los medios para expresar estos
enunciados: puede suceder que ninguno de los enunciados de los que puede
servirse para el acto de expresar, sea totalmente elemental; pero aun esos
enunciados elementales, a pesar de que la base permanezca oculta, sólo son
significativos en cuanto que dicen lo que se diría afirmando ciertos enunciados
elementales y negando otros, esto es, sólo en cuanto que dan una imagen,
verdadera o falsa, de los hechos "atómicos"5. Por lo tanto, es posible
representarlos, afirmando que están formados de enunciados elementales,
mediante operaciones lógicas de conjunción y negación, de tal manera que su
verdad o su falsedad depende plenamente de la verdad o de la falsedad de los
enunciados elementales en cuestión.
Ahora bien, el supuesto que descansaba tras esto era el de que todo lo que
se podía decir, se podía expresar en términos de enunciados elementales. Todos
los enunciados de un orden más elevado incluidas las hipótesis científicas más
abstractas, no eran al fin más que descripciones simples de acontecimientos
observables; pero interesante era que resultaba muy difícil sostener este
supuesto. Particularmente era difícil cuando se consideraba a los enunciados
elementales como registros de las experiencias inmediatas (sólo conocimiento de
la experiencia que se basa en lo dado inmediatamente) del sujeto, pues aunque a
veces se sostuvo que los enunciados acerca de objetos físicos podían traducirse
fielmente a enunciados sobre objetos sensoriales, pero no se hizo dicha
traducción.
4
exigía que un enunciado fuese capaz de ser confirmado o refutado en algún grapo
por la observación, conocido como el criterio empírico de significado. El empirismo
lógico o contemporáneo específicamente, mantiene una máxima según la cual una
oración constituye una afirmación cognoscitivamente significativa y puede decirse
que es verdadera o falsa únicamente si es, bien “1) analítica o contradictoria, o
bien 2) capaz, por lo menos en principio, de ser confirmada por la experiencia”. 6
6
Carl G. Hempel, Problemas y cambios en el criterio empirista de significado, en: El positivismo lógico,
compilado por: A.J. Ayer, FCE, México, 1965, p. 115
5
(A1) Si de acuerdo con un criterio dado de significación cognoscitiva
una oración S carece de significado, entonces también carece de él su
negación, ~ S.
(A2) Si de acuerdo con un criterio dado de significación cognoscitiva
una oración N carece de significado, entonces también carece de él
toda conjunción N · S y toda disyunción N v S, tenga o no S significado
de acuerdo con el criterio dado.7
Todo esto es con la idea que una oración para hacer una afirmación
empírica, debe apoyarse o no con fenómenos de observación directa, es decir
oraciones observacionales, ella puede afirmar o negar que un objeto, o un grupo
de objetos, con característica observacional (cuya presencia o ausencia puede
discernirse), en circunstancias favorables por observación directa.
Sin embargo, este criterio tiene algunos defectos, una de ellas es cuando
una oración no es deducible de un conjunto finito de oraciones observacionales,
por ejemplo. Además, tenemos el requisito de la refutabilidad en principio, y este
opera cuando una oración si y sólo si su negación no es analítica y se sigue
lógicamente de alguna clase finita y lógicamente consistente de oraciones
7
Hempel, C. G., “La explicación científica. Estudios sobre la filosofía de la ciencia”, Barcelona, Paidòs, 1996,
p. 108.
8
Hempel, p. 109.
6
observacionales, igualmente es inadecuado, tanto el de verificabilidad como
refutabilidad son restrictivas en un sentido, y en otro inclusivas9.
En definitiva, el criterio como una definición que indica lo que los empiristas
entienden por una oración cognoscitivamente significativa, más allá de una
afirmación verdadera o falsa, esta concepción le atribuiría al criterio cierto grado
de arbitrariedad que no puede conciliarse con las controversias que han dado
lugar dicho criterio. No obstante, lo concluyente en el criterio empirista de
significado es la exigencia a una explicación adecuada en la esfera del uso común
del mismo, es como el requisito de adecuación representa un papel importante en
el desarrollo del criterio, que junto a otros conceptos como de confirmación y
probabilidad, proporcionara el marco de referencia para una explicación teórica
general de la estructura y fundamentos del conocimiento científico.
9
L a afirmación de Ayer es establecer un criterio claro y suficientemente amplio de confirmabilidad.