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En Colombia el 85 % de los niños que nacen son criados por madres solas o cabezas de familia.
Ante el abandono de los padres siempre hay dos opciones: la primera es reproducir el modelo de
abandono y la segunda es hacer todo lo contrario y ser padres presentes. Foto: Thinkstock
América Latina tiene un problema que podría parecer poco importante pero que
afecta a sociedades enteras. Los padres, en especial los hombres, suelen
abandonar a sus parejas y a sus hijos, quienes podrían crecer con serios
problemas emocionales.
“Todavía estamos en una sociedad en la que los hijos no se planean. Eso implica
que el oficio de maternidad o paternidad sea improvisado, y en muchas ocasiones
se prefiera abandonar”, explicó Gloria Mercedes Isaza, psicóloga de familia y
autora del libro Descubre tu GPS.
¿Cómo afecta?
Esta situación puede afectar el desarrollo social y emocional de los niños a futuro.
Según argumentó el psicoanalista, de 1 a 5 años el cerebro está madurando y las
redes neurales encargadas en registrar memorias profundas se están formando.
“Hay cosas que no podemos recordar, pero esta etapa es fundamental porque de
algún modo el cerebro guarda información que va a replicar después, así no sea
totalmente consciente de eso. El niño que recibió atención, afecto, que no fue
maltratado, seguramente sería un buen padre, porque su cerebro recuerda esos
momentos y tiende a replicarlos”, aseguró.
Isaza agregó que los padres son modelos de los hijos y que los recuerdos de los
primeros años los guardan durante toda su vida: “En la memoria profunda queda
registrado lo que significa la familia, los roles de mamá y de papá desde la
experiencia que tuvieron los niños. Cuando hay ausencia de esos eventos pues no
se tendrá el referente”.
Los expertos concuerdan en que el abandono es una de las vivencias más duras
que puede vivir un niño y que deja una lesión profunda en la seguridad de sus
relaciones afectivas. Muchas veces tienen dificultades para poder confiar en el
amor del otro y piensan que no son suficiente para que su padre (o madre) no los
deje.
“El abandono para los niños es muy complicado para la niñez, porque la ausencia
de esa figura no es muy comprensible para los niños y tienden a sentirse
responsables de que los padres no estén presentes, se culpabilizan a ellos
mismos o a los papás”, relató Isaza. Suelen ser personas inseguras, celosas,
posesivas y a veces repiten el modelo de abandono.
¿Cómo solucionarlo?
Para reparar las secuelas del abandono, o para evitarlas, es necesario que el niño
encuentre en la familia personas que le den seguridad, que los hagan sentir
confiados y amados.
“Las madres (o padres) solas deben generar un vínculo que les dé la sensación de
que hay otro que está a su lado y que está muy interesado en lo que le sucede,
que le deje claro que no se va a ir”, recomendó Alarcón.
“Pero estas actividades suelen ser complementarias. De nada sirve una mascota
si en la casa nadie se preocupa por el otro, si no hay comunicación, si no hacen
actividades juntos, sino aprenden a aceptarse como son, advirtió Isaza.