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Ilie Cioara

Ilie Cioara fue un místico iluminado que vivió toda su vida en Bucarest, Rumanía. No perteneció a
ningún linaje, viviendo casi totalmente aislado, en un país comunista, sin ningún contacto con las
filosofías no-dualistas, con el zen, ni con ninguna otra tradición espiritual. Atraído inicialmente por
el misticismo cristiano, estuvo practicando un mantra durante veinte años, hasta que un día sintió el
impulso de abandonar su mantra y simplemente practicar el silencio mental, escuchando los ruidos
que le llegaban de la calle y viviendo totalmente en el ahora. Tras varios años de realizar esta
práctica, una mañana, al despertar, se dio cuenta de que psicológicamente funcionaba de una
manera totalmente distinta a la noche anterior...
Así es como el autor describe su experiencia de Iluminación:
Tenía cincuenta y cinco años. Una mañana, al despertar, noté que psicológicamente
funcionaba de manera distinta a la noche anterior. Había desaparecido de mi mente la
agitación habitual. En un estado de serenidad que nunca antes había sentido, el
funcionamiento mental se hallaba en perfecta comunión con la totalidad de mi
estructura somática.
Hasta que transcurrieron un par de horas no me di cuenta de lo que me había sucedido,
sin que mediara una intenciónpor mi parte. Me encontraba, por usar una analogía, en la
situación de una persona ciega de nacimiento que, tras una operación, acabara de ver
por primera vez. Todo lo que me rodeaba era nuevo. Tenía una perspectiva global de
las cosas, pues una mente que está en silencio permite que los sentidos perciban las
cosas tal como son.
Gracias a ese silencio, la totalidad de la mente se había convertido en un inmenso
espejo en el que se reflejaba el mundo exterior, y el mundo que percibían directamente
mis sentidos me revelaba su realidad. Sentía hacia mis semejantes, ya fueran amigos
íntimos o absolutos desconocidos, un amor indiferenciado que jamás había
experimentado hasta aquel momento.
Si afloraba cualquier reacción de la mente, desaparecía de inmediato al entrar en
contacto con la chispa de la atención impersonal. Un estado de dicha silenciosa y
omnímoda me caracterizaba en todas las circunstancias, ya fueran placenteras o
dolorosas. Me comportaba como un simple testigo, totalmente consciente de todo lo
que sucedía a mi alrededor, que en ningún caso afectaba a mi estado de paz absoluta.
El estado de lo Sublime es, por supuesto, difícil de describir, pero no imposible de
experimentar para alguien que de verdad practique la percepción consciente. Para
comunicarlo, el lenguaje es sencillo y directo, no pasa por el filtro de la razón, porque
el ego, con su percepción subjetiva, ya no existe. Por así decirlo, es la "vacuidad
psicológica" la que vive el momento actual, la que expresa este encuentro con palabras
y, a la vez, sigue estando presente por completo y a disposición del momento siguiente.

Sus escritos, reunidos en dieciséis libros, describen la experiencia de la meditación y la


Iluminación, así como la práctica del "conocerse a sí mismo" utilizando una atención global. Como
en el caso de Ramana Maharshi, Krishnamurti o Eckhart Tolle, el suyo es un mensaje sencillo, que
habla de descubrir nuestra naturaleza divina en el silencio de la mente.
"La mente humana —condicionada por el tiempo y el espacio— nunca, bajo ninguna circunstancia,
será capaz de abarcar y comprender la Verdad Absoluta. La Verdad se revela espontáneamente
cuando, bajo los rayos de la atención lúcida e impersonal, se disipa el ego."

Ilie Cioara

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