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El

itinerario
espiritual
del
deseo

Las rotaciones del alma

« En la medida en que el hombre refina su voluntad y deseos, la realidad y la vida del hombre se
acercan a los estados superiores de la Neshamá »

Nos enseña el Rab Ashlag (Introducción al libro del Zóhar letra-mem) que a diferencia
de lo que muchos opinan, la Neshamá no es el pensamiento ni la emoción en sí
mismos, sino que éstos la revisten constituyéndose en sus vehículos de proyección
espacial y temporal. Como ya vimos, la Neshamá se relaciona con la voluntad y el
placer y sus raíces trascienden el tiempo y el espacio.

Tanto en este mundo como en los mundos espirituales, la Neshamá es atraída siempre
hacia la realidad con la cual se identifica y donde su voluntad y anhelo se encuentran.
Luego del deceso del cuerpo, la Neshamá queda relacionada con la realidad que deseó
y en la cual invirtió su energía. Si el alma deberá volver a este mundo volverá
exactamente al nivel de voluntad que logró en su guilgúl hakodém / rotación anterior.

Guilgulim: proviene del vocablo galgal que significa rueda. Los guilgulím son
rotaciones de la Neshamá que atraviesa diversos estados, desde lo más inferior y
egoísta del Néfesh elevándose en altruismo a través del Rúaj, la Neshamá [***] y la
Jaiá, hasta el estado de Iejidá que abarca la totalidad de la realidad (ver el siguiente
diagrama).

Debemos entender el guilgúl /rotación del alma, en su índole espiritual y no


materializar los conceptos. El libro "Sháar haGuilgulím"/ "El Pórtico de las
Rotaciones" nos explica que los cinco aspectos del alma: Néfesh, Rúaj, Neshamá,
Jaiá y Iejidá son cinco grados de la Luz del Infinito, que el hombre alcanza
gradualmente de acuerdo a la medida de bien que logra realizar.

En la medida en que el hombre refina su voluntad y deseos, transformando su deseo de


recibir en deseo de dar, la realidad y la vida del hombre se acercan a los estados
superiores de la Neshamá.

Cuando el hombre siente la necesidad y el deseo de su semejante como propio, su


voluntad y conciencia trascienden el estado limitado de Néfesh expandiéndose en los
niveles más elevados de Rúaj, Neshamá, etc.

"Debes saber que todas las NEFASHOT (plural de Néfesh) pertenecen al mundo de la ASIA/ ACCION,
todas las RUJOT (plural de Rúaj) al mundo de la IETZIRA / FORMACION y todas las NESHAMOT
(plural de Neshamá) al mundo de la BRIA/ CREACION.La mayoría de los hombres no posee los cinco
estratos del Alma (Néfesh, Rúaj, Neshamá, Jaiá y Iejidá) sino solamente la parte del NEFESH que
corresponde al mundo de la ASIA - ACCION. A su vez en el NEFESH hay varios grados ya que el
mundo de la ACCION se divide en cinco estratos (ver diagramas 9 y 10). El hombre, antes de alcanzar
su RUAJ en el mundo de la IETZIRA/FORMACION, debe estar completo en los cinco estratos del
NEFESH del mundo de la ACCION ..."

"SHAAR HAGUILGULIM" - "EL PORTICO DE LAS


ROTACIONES DEL ALMA", Hakdamá Alef.

Adám [****], el primer hombre, antes de perder el estado edénico tiene su Neshamá
cercana al nivel de Iejidá. La Neshamá de Adám incluye todas las Neshamót que se
manifestarán luego de la pérdida del estado edénico. Es decir, que los guilgulím
/rotaciones de la Neshamá de Adám constituyen el proceso de la Creación.

En el estado edénico, el hombre tenía a su disposición la totalidad de la realidad pero


no tenía conciencia ni deseo más allá de sí mismo, ya que no había sobre quién volcar
su deseo. Al manifestarse Javá, el aspecto femenino, surge el desafío del deseo (el fruto
prohibido), surge la posibilidad de ganarse el estado edénico por su propia voluntad y
conciencia. Adám falla en su contacto con el deseo, generando así todo el ciclo de los
guilgulím.

Dichos guilgulím, ciclos de rotación de la Neshamá, finalizarán cuando el hombre


aplique las mitzvót en la dirección correcta a través del estudio y comprensión de la
Torá, con la conciencia de transformar su ratzón lekabel / egoísmo, en ratzón
lehashpía/ altruismo. Entonces la Neshamá adquirirá por su propia voluntad y deseo
el grado de Iejidá, unificándose a la Luz Infinita, siendo UNA con EL UNO sin
segundo, el KADOSH BARUJ HU.

[***] El vocablo Neshamá se utiliza como nombre general para denominar al alma y en particular para
designar el tercero de los cinco estados del alma humana (Néfesh, Rúaj, Neshamá, Jaiá y Iejidá).
[****] Adám: Designa a los aspectos masculino y femenino unificados, el dar y recibir en equilibrio.

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