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La formación del hombre virtuoso a través del imperativo categórico y las máximas en la

ética de Kant.

Introducción.

Cuando se habla de la propuesta ética de Immanuel Kant inevitablemente hemos de


enfrentarnos a la pregunta: "¿Qué debo hacer?", a la cual intenta responder a través del
planteamiento de toda su propuesta ética. No obstante, esta pregunta nos lleva a pensar de
forma particular cómo sería la relación entre éste con el resto de los sujetos morales si
decidiera guiarse por la ética kantiana; a éste se le denominará hombre virtuoso y será por
medio de esta imagen como se expresará el ideal de la ética kantiana.

Siguiendo lo expresado en el párrafo anterior, en el presente ensayo se hablará de la


concepción del hombre virtuoso y la formación de este mismo en la ética de Kant, tomando
en cuenta dos aspectos fundamentales tanto para explicar el tema de este ensayo como para
referirse a cualquier aspecto de la ética de Immanuel Kant: el imperativo categórico y las
máximas. Es importante siempre tener presentes estos dos conceptos puesto que conforman
el cuerpo del tema que se tratará.

El trabajo se estructura a partir de textos que tratan puntos esenciales para el


tratamiento de nuestro tema: el libro Virtud y Justicia en Kant y el texto El imperativo
categórico en la fundamentación de la metafísica de las costumbres de Faviola Rivera, otro
apoyo será un ensayo de Roberto García Casales sobre las máximas. Asimismo,
comenzaremos explicando quién es el hombre virtuoso de acuerdo con el imperativo
categórico y las máximas y con esto cómo es su formación, posteriormente nos dirigiremos
hacia la relación del hombre virtuoso con los otros integrando los dos puntos tratados en el
inicio del trabajo.

El objetivo de este escrito es mostrar de acuerdo con los aspectos antes


mencionados cómo Kant hace al hombre responsable de sus acciones y cómo éstas afectan
a los otros, partiendo del hecho de que se trata de un ser racional; para lograr el objetivo,
usaremos la figura del hombre virtuoso en la cual se expresan todas estas cuestiones.
Las razones para la elección de este tema son dos: en primer lugar la vigencia de la
problemática respecto la responsabilidad del individuo sobre sus respectivas acciones; con
esto me refiero a aquellas ocasiones en que los individuos pretenden no tener justificación
para la acción que llevaron a cabo, y en la propuesta kantiana podemos observar claramente
como se trata este problema y, en segundo lugar es, mostrar la importancia de tomar
conciencia de que estamos en contacto con otros sujetos morales y por esta razón se debe
tomar en cuenta que nuestras acciones los afectan .

Desarrollo.

Para comenzar es preciso aclarar a qué hombres pertenece dicha denominación; ésta solo se
expresa en aquéllos que hacen del imperativo categórico un principio para la adopción de
máximas y que persiguen la perfección moral. Asimismo, llevar una vida conforme a
máximas es fundamental pues, como lo explica Fabiola Rivero, éstas serán necesarias para
la formación del carácter de aquél que aspira a la virtud en la ética kantiana: "De acuerdo
con Kant, la adopción de máximas éticas es una exigencia que los individuos se hacen a sí
mismos en la medida en que estén motivados a vivir de acuerdo con valores morales y
adquirir un carácter moralmente bueno."1

Es importante aclarar que la perfección moral no es sinónimo de la virtud, puesto


que la primera es un ideal en el que el sujeto debe siempre actuar moralmente y cualquier
tipo de falla implicaría que el sujeto no es perfecto moralmente, por esta razón podemos
decir que la perfección moral es únicamente un ideal al que se aspira para perfeccionarnos
como sujetos morales sin estar necesariamente a nuestro alcance, pero sin dejar de
considerar que de éste se apoya el imperativo categórico.

Retomando el primer párrafo, las máximas son principios autoimpuestos y elegidos


tomando en cuenta el imperativo categórico que guían el actuar de un individuo y en las
cuales se respaldan la acciones de una persona, pues una vez elegida esa máxima será en la
que el sujeto se basará para cualquier acción, esto es, ésta será el fundamento de las
acciones de esa persona. Por lo tanto, podemos decir que este tema es fundamental dentro

1
Rivera Faviola, Virtud y justicia en Kant, México, Fontamara, 2003, p. 34.
de la ética de Kant porque "es a través de la función reflexionante de nuestra facultad de
juzgar, donde la máxima es la protagonista principal, que la moral puede responder a la
pregunta "¿Qué debo hacer?""2.

Desde este primer punto se puede comenzar a apreciar que la intención de esta
propuesta ética reafirma la autonomía y la libertad de los individuos en su desarrollo como
sujetos morales, puesto que la elección de llevar una vida conforme a máximas como la
elección de misma máxima es el resultado de una decisión personal, lo cual a mi parecer es
un punto bastante acertado dentro de la propuesta, porque la responsabilidad respecto a los
actos morales además de darle coherencia a la propuesta hace que toda acción tenga una
justificación permitiendo el análisis de los actos morales.

En lo que respecta al imperativo categórico podemos decir que es un principio que


nos exige la adopción de máximas y que la máxima que el sujeto escoja no transgreda a los
otros como resultado de una elección racional, es decir, en cualquier acción moral el
hombre virtuoso actúa por deber sin importar si esa acción le resulta grata o no, en otras
palabras, actúa sin buscar ningún tipo de reconocimiento o satisfacción personal guiado
únicamente por su elección racional conforme a deber. Este imperativo tiene un opuesto: El
imperativo hipotético, éste "(...) nos dice que si queremos un fin debemos también querer
los medios para ese fin" 3, por consiguiente este segundo imperativo nos dice que
"tomemos los medios necesarios para la realización de nuestros fines"4

"El imperativo categórico es algo así como el principio natural de la voluntad libre;
es incondicionado porque la voluntad no puede elegir no actuar de acuerdo con él en la
medida de que se trata de voluntad, tiene que actuar de acuerdo con las leyes universales."5
En esta cita se puede observar que el asunto de la voluntad es de suma importancia, puesto
que ésta proviene directamente de la persona que decide actuar, y ello nos precisará si la

2
Casales García Roberto, La "máxima" como base de la acción en la filosofía práctica de Kant, Universitas
philosophica, vol.30, núm. 61, julio - diciembre, 2013, p. 240

3
Rivera Castro Faviola, El imperativo categórico en la fundamentación de la metafísica de las costumbres,
Revista Digital Universitaria, vol. 5, núm. 11, 11 diciembre 2004, p.3

4
Ídem.
5
Rivera Faviola, Virtud y justicia en Kant, México, Fontamara, 2003, p. 59-60.
acción tiene mérito o no, lo cual es totalmente opuesto a la exigencia del Imperativo
hipotético.

El mérito moral solamente puede reconocerse si la acción realizada expresa una


buena voluntad y se relaciona nuevamente con las máximas: "El valor moral de una acción
[...] depende radicalmente del aspecto interno de ésta, donde la máxima cobra vida"6,
puesto que, como ya habíamos mencionado anteriormente, ahí se encuentra la respuesta a si
el sujeto está actuando por deber y sin buscar reconocimiento alguno, en otras palabras, en
ello está la respuesta a si el sujeto ha optado por el imperativo categórico o por el
imperativo hipotético.

Retomando lo dicho en el párrafo anterior, me parece importante resaltar cómo Kant


nuevamente hace al hombre autónomo y responsable de su actuar, lo que implica que todo
sujeto dotado de libertad y conciencia es capaz de justificar el porqué de sus acciones,
además de que en la medida que se reconoce como el autor estas y de cómo afectan a los
otros es que el sujeto es libre; esta idea se expresa de forma clara en la siguiente cita: "él no
sostiene que podamos tener conocimiento de nuestra libertad, sino que en la medida que
nos concibamos a nosotros mismos como los autores de nuestras acciones tenemos que
presuponer que somos libres: que no estamos determinados a actuar por causas ajenas sino
que nosotros mismos nos determinamos a actuar."7

Entrando en materia, en la ética kantiana el imperativo categórico es un elemento


indispensable en el ethos de aquél que aspira a la perfección moral, por lo tanto, es preciso
que se tenga presente la siguiente afirmación: "el imperativo categórico nos exige que
tratemos a los demás como fines en sí mismos independientemente de la cualidad moral de
su carácter y de sus acciones."8. La cita anterior quiere decir que de acuerdo con el
imperativo categórico todo hombre debe ser tratado como un fin en sí mismo por el simple
hecho de tratarse de una persona, por consiguiente, es a través del razonamiento como el
hombre virtuoso debe percatarse de esta cuestión y tratar a los demás como fines
independientemente de cómo actúen.

6
Casales García Roberto, La "máxima" como base de la acción en la filosofía práctica de Kant, Universitas
philosophica, vol.30, núm. 61, julio - diciembre, 2013, p. 244
7
Ibídem, p.57
8
Ibídem, p.81
Continuando con lo anterior, planteamos que aquel hombre que participe de la
virtud será capaz de ver al otro como un fin en sí mismo en cualquier contexto, puesto que
su ethos lo ha llevado a localizarse más allá de los prejuicios y vicios morales al mantenerse
en el ejercicio constante de la virtud, y por lo tanto, no existe la necesidad de tratar al otro
como medio. Asimismo, debe entenderse que si se toma al otro como un fin en sí mismo se
le debe permitir decidir respecto a su forma de actuar y respecto a las máximas por las que
opte, u

ñpues "según Kant, nadie tiene la autoridad para coaccionar a otras personas para llevar una
vida ética."9

En resumidas cuentas podemos entender que el imperativo categórico y las


máximas son los aspectos fundamentales para relación del hombre virtuoso con los demás y
para éste pueda considerarse como tal, según lo planteado por la ética kantiana, es decir, el
hombre virtuoso actúa conforme a la máxima que elige pero siempre buscando tratar a los
demás como un fin en sí mismos y no como un medio, puesto que sus acciones son guiadas
por el imperativo categórico. Este panorama respecto al hombre virtuoso me parece una
buena propuesta para mejorar la convivencia entre los hombres, porque exige que éste se
responsabilice de su actuar, dado que se trata de un sujeto dotado de libertad y conciencia
para decidir y razonar cómo cada una de sus acciones repercute sobre los otros; esto último
se aplica ya que en muchas ocasiones se busca alcanzar metas personales sin importar si
esto afecta de forma negativa a los demás, y es en este tipo de cuestiones donde la
propuesta de Kant cobra sentido y nos hacer reflexionar sobre nuestra forma de proceder
con respecto a los demás y en que somos responsables de nuestro proceder.

9
Ibídem, p.34
Bibliografía:

 Casales García Roberto, La "máxima" como base de la acción en la filosofía


práctica de Kant, Universitas philosophica, vol.30, núm. 61, julio - diciembre,
2013.

 Rivera Castro Faviola, El imperativo categórico en la fundamentación de la


metafísica de las costumbres, Revista Digital Universitaria, vol. 5, núm. 11, 11
diciembre 2004.
 Rivera Faviola, Virtud y justicia en Kant, México, Fontamara, 2003.

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