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A nivel productivo el niño pasa del estado del balbuceo indiferenciado. Hacia los 6 y 8
meses el niño empiezan a tener un cierto control de la fonación y prosodia. Estos sonidos
(balbuceo) tienen un significado y en ese momento los niños comienzan con el balbuceo
reduplicad, es decir, producción de series de silabas consonante vocal (CV).
Entre los 9 y 10 meses el niño pasa progresivamente a la fase del balbuceo no
reduplicado, es decir, en vez de ser CV, las series incluirán “silabas vocal-consonante
vocal (VCV) y CVC.
Entre los 10 y 18 meses el niño dice sus primeras palabras. En el curso de su segundo
año de vida la articulación aún es imperfecta, ya que el habla del niño contiene omisiones,
sustituciones y distorsiones. En el tercer año el niño ya es comprendido por personas
cercanas como la familia y personas externa. Durante los 4 años ha mejorado de manera
ascendente la articulación, y a los 5 años los niños son capaces de producir
correctamente casi todos los sonidos de su lengua materna, aprendiendo los contorno de
la entonación y la prosodia de dicha lengua
Por lo que se respecta a las vocales, según Boysson y Cols, han demostrado que los
bebes tienen preferencia por las vocales que más dicen los adultos.
Tener noción sobre las silabas es importante, ya que las sustituciones y las asimilaciones
aparecen de forma variable. Por lo que respecta la asimilación, la sonorización de las
consonante varía según ubicación de la silaba, a nivel de armonía consonántica, los niños
muestran una limitación precoz en su producción y la asimilación vocálica y la
desnasalización implican un factor importante un segmento de una silaba no acentuada
es mas débil que una acentuada. La mayor parte de los niños se orientan hacia una
silaba de base CV
Preferencias Fonológicas:
Consisten en una preferencia del niño por un patrón articulatorio determinado, es decir,
por una clase particular de fonemas o por una estructura silábica concreta. Las
consonantes se pueden clasificarse en tres grupos según el lugar de articulación: labiales,
dentales y alveolopalatales. Los niños pueden tener preferencia por una localización del
sonido de la palabra , en las consonantes se clasifican en tres: inicial, media y final, en
donde puede variar el punto articulatorio según la preferencia del niño. Se debe tener en
cuenta que no todos los niños utilizan todos los procesos fonológicos a diferencia de
otros.
Desarrollo Léxico
Entre los 10n y 13 meses el niño dice sus primeras palabras, la expansión del léxico al
comienzo es bastante lento (de 50 a 100 palabras hacia los 18 meses) y a medida del
tiempo esto se acelera progresivamente: 200 palabras hacia los 20 meses, de 400 a 600
a los dos años y 1.500 hacia los 3 años. Entre los 2 y 5 años, el niño aprende una palabra
por cada hora de vigilia, dando un total de 3.500 palabras nuevas cada año.
A partir de los 10 años, se calcula que adquiere 10.000 palabras nuevas por año, y se ha
estimado que es de suma importancia la lectura de libros, ya que los niños de 9 a 15 años
incrementan nuevas palabras. Este aumento de adquisición se debe que los niños deben
entender la funcionalidad de las producciones verbales de los adultos y también deben
comprender las dimensiones de la realidad a la que hace referencia el lenguaje.
El ritmo de adquisición de las primeras palabras puede variar de un niño a otro.
¿A qué se refiere las primeras palabras del niño?
El niño habla de categorías ya sea de prendas de ropa, animales, alimentos, partes del
cuerpo, juguetes u objetos que se encuentren en la casa, pero también de la localización
en el espacio y de ciertas rutinas. Las primeras acciones a las que se refieren suelen ser
acciones generales (hacer, ir o tener) pero esto se va restringiendo a medida que van
aprendiendo términos más precisos.
La referencia de los lexemas utilizados por el niño puede ser diferente de la de los
adultos, ya que permiten la evolución de los significados que los niños dan a los lexemas,
se describen cinco tipos de relaciones posibles entre la extensión de un lexema en el
adulto y la de este mismo lexema en el niño. Estas posibles relaciones son la
sobreextensión, la subextensión, el recubrimiento, la identidad y la discordancia.
Los problemas fundamentales que presenta el niño al momento que adquiere al léxico es
la ambigüedad referencial de los lexemas.
Tal como señala Markman, el niño que oye pronunciar una palabra en un contexto dado,
debe deducir, a partir del análisis del contexto, cuales son las características del entorno a
la que se aplica el término, deducir según el contexto, cuáles son las características de su
entorno en donde se aplicará aquel término, haciendo una hipótesis sobre la estructura
del léxico y guían el aprendizaje y la generalización de las nuevas palabras. A raíz de
esto, los autores han denominado la dificultad taxonómica, el principio de exclusión mutua
y la dificultad del objeto total
- Dificultad total del objeto: Consiste en que el menor al igual que el adulto
aplican un nuevo término más bien al objeto completo que a una de sus
propiedades, los niños tienden a interpretar innatamente las palabras nuevas
como objetos nuevos, sin embargo esto ha sido objeto de críticas de acuerdo con
sus distractores, si los niños siguieran serian incapaces de aprender palabras que
no fueran que designan objetos.
En cuanto a la forma la diferencia que existe entre los enunciados de los niños y adultos
es que de los primeros son de dos y tres palabras y en los adultos existen dos tipos (
simplificar las palabras gramaticales y marcaje morfológico de inflexión) siendo estos
ausentes en el lenguaje del niño.
Existe ya la posibilidad de expresar toda una seria de relaciones semánticas.
Fillmore y chale defienden que la base del lenguaje sin duda es de naturaleza semántica,
apuntan a materializar esta base semántica en enunciados a través de léxico y reglas
morfosintácticas, la utilización de enunciados en un contexto funcional y social esto sería
el dominio de la pragmática.
El orden de las palabras y los marcadores morfológicos de inflexión son esenciales para
traducir las relaciones de significado que quiere expresar, además permiten codificar las
relaciones de sentidos adicionales.
La utilización combinada en los enunciados del orden de las palabras y de los marcadores
de inflexión permite la expresión explicita de informaciones semánticas.
Las principales diferencias entre los enunciados de 2 o 3 palabras del niño y el adulto son
dos, una para simplificar palabras gramaticales y el en marcaje morfológico de inflexión,
estos elementos están ausentes en el lenguaje del niño, lo cual lo llamaremos lenguaje
telegrafico, otra diferencia que encontraremos es el marcaje sintáctico que nos hablan de
las modalidades del discurso que en el niño se verá fuertemente reducido en algunos
casos inexistente.
ONTOGENESIS DE LA FRASE
Frase es una unidad gramatical que contiene como mínimo un sintagma nominal sujeto y
un sintagma verbal.
El sintagma nominal estará formado por uno o varios artículos, adjetivos, preposiciones,
adverbios y los nombres que componen al núcleo.
Hasta los 6 años el niño será capaz de que el articulo indefinido sea la mayoría de veces
utilizado donde correspondería que fuera un articulo definido, antes de esas edad es
incapaz de apreciar este conocimiento
Las preposiciones de lugar aparecen alrededor de los 3 años, al igual que las
preposiciones de tiempo.
Desde los 5 años el menor utiliza las mismas formas verbales que el adulto
Hasta alrededor de los 6 años el niño recurre mas a los adverbios y conjunciones de
tiempo.
Entre los 12 y los 18 meses el niño recurre a la entonación para expresar una orden, una
declaración o una simple pregunta.
Las preguntas las formula por media de la entonación utilizando una partícula
interrogativa
A partir de los 4 años las modalidades discursivas comienzan a ser cada vez más
formales.
Coordinación y subordinación
A los 3 años las frases subordinadas viene precedida de falsas frases en donde no existe
ningún tipo de subordinación, solo la colocación de un pronombre.
Más tarde aparecen las oraciones relativas y completivas correctamente construidas.
Estas oraciones relativas se construyen de manera exclusiva proporcionales al sintagma
verbal.
Después de los 8 años los niños empiezan a comprender que el orden de las oraciones y
el orden de los acontecimientos son independientes. Nos es hasta los 9 o 10 años que el
niño puede comprender de forma correcta los medios formales que encontramos en el
lenguaje para expresar estas relaciones temporales, es capaz de integrarlos en un
sistema coherente.
El niño recién a los 7 u 8 años es capaz de recién de recurrir a las frases formuladas en
voz pasiva
De forma muy rápida el niño adquiere las estructuras básicas de su lengua materna. A los
5 años su vocabulario le permite reaccionar y responder frente a situaciones cotidianas,
además de que sus enunciados ya presentan la mayor parte de las construcciones
sintácticas. El discurso en el niño indica que las conoce y que puede ejecutarlas
fonológicamente.
La puesta en práctica del lenguaje va más allá de producir o comprender palabras
aisladas incluso si son correctos, implica saber combinar los enunciados en su discurso
coherente, utilizar el lenguaje con fines sociales
Los enunciados sucesivos no deben contener informaciones que entren en conflicto entre
si, tampoco debe de carecer de un vinculo semántico.
La segunda dimensión designa que los enunciados comportan marcas lingüísticas las que
codifican el vinculo que relaciona la utilización de un pronombre personal para indicar l la
referencia a un nombre el cual le ha servido para introducir un personaje.