Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Docente:
Eleonora Amaya Enciso
Nombre de los integrantes del grupo:
Diana Paola Morales Castro
Dayana Valeska Rubio Ríos
Angélica María Tapiero Ledezma
Adelaida Urueta Guzman
PRIMER CORTE
Actividad 1: Reseñas críticas.
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
2
Reseña 1
Becerra García, J. A. (2009). Etiology of pedophilia from a
neurodevelopmental perspective: Markers and brain alterations.
Revista De Psiquiatría y Salud Mental (English Editio), 2(4),
190-196. Doi: 10.1016/S2173-5050(09)70051-2
Angélica María Tapiero Ledezma – 1234639292
De acuerdo con el artículo seleccionado y el análisis exhaustivo que se llevó a cabo con
el mismo, es posible identificar que dicho documento de saber científico, está enfocado en la
unificación de diversas teorías, estudios y postulados que demuestran la gran relevancia que
posee el neurodesarrollo, como indicador de una conducta pedófila. Por lo cual su objetivo es
“revisar los estudios anteriores y actuales sobre indicadores de alteraciones neuronales,
estructurales y funcionales de la pedofilia” (Becerra, 2009, p 192).
Lo anterior como resultado de la frecuencia cada vez más exorbitante de abusos sexuales
que se presentan en la sociedad. De allí, que en el cuerpo de éste artículo científico- teórico, lo
más esencial para su autor, radique en proveer importancia a las señales neuropsicológicas que
son comunes en pedófilos o pederastas. Teniendo en cuenta que clínicamente la pedofilia y la
pederastia, aunque son diferentes, a su vez, son términos relacionados, por lo cual sólo se utiliza
el término pedofilia (Becerra, 2009). No obstante, aunque científicamente se reconoce que las
causas de la pedofilia son diversas y que dentro de ellas los factores medioambientales pueden
predisponer a los sujetos a convertirse en pedófilos, el desarrollo del sistema nervioso central
también es crucial en especial para la conducta sexual, asimilando que su desarrollo está
determinado no solo por la genética y la neuroquímica, sino también por las factores
nutricionales y ambientales, de donde la alteración puede promover trastornos del
neurodesarrollo, que se conocen como: “lesiones cerebrales que se expresan como trastornos
neuropsiquiátricos cuyo origen estaría relacionado con el desarrollo intrauterino y sensitivo tras
el parto”(Becerra, 2009, p 191).
Con respecto a lo que se encuentra en el artículo y las revisiones antiguas que fueron
halladas especialmente de caso único y estudios de personas normales con fantasías pedófilas,
se identificó que el CI de los delincuentes sexuales es menor en comparación con el resto de la
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
3
población; entre menor es el CI menor es la edad del niño foco de interés y mayor es la cantidad
de víctimas. Acerca de la preferencia manual, se descubrió que los criminales sexuales
orientados hacia menores utilizan la mano izquierda en proporciones dos veces mayor, que los
que preferían adolescentes. Finalmente, en relación con la talla estudios comparativos entre
pedófilos y sujetos normales se representa que los primeros tienen menores tallas físicas. Sin
dejar de lado que algunos experimentos demuestran que el orden de nacimiento tardío y la edad
de la madre pueden ser otros factores adicionales
En cuanto a los hallazgos recientes, se identifica que se han originado teorías
neuroanatómicas para explicar la pedofilia. La primera de ellas es la teoría frontal disejecutiva
(se asocia la pedofilia con disfunción en la corteza prefrontal y la desinhibición conductual), la
segunda es la teoría témporo límbica (abarca estructuras del lóbulo temporal en la conducta
sexual) y la tercera es la de la disfunción dual (disfunción en las regiones temporales y las
regiones frontales). Así mismo también existen estudios de pedofilia, mediante resonancia
magnética para estudiar la sustancia gris en regiones de interés, donde se halló que los pedófilos
difícilmente pueden inhibir la conducta repetitiva del trastorno obsesivo compulsivo agregando
que poseen un volumen disminuido del amigdalar derecho y la sustancia gris del hipotálamo
(Becerra, 2009, p 193).
De manera concluyente en relación a lo expuesto, el artículo ratifica que poseer
deficiencias neuropsicológicas traducidas en deficiencias del neurodesarrollo, conlleva a
identificar que existen algunos indicadores visibles como la talla física y la preferencia manual
izquierda, agregando otros más abstractos como poseer un coeficiente intelectual bajo. Por lo
que se refiere a los estudios neuronales, diversos análisis de morfometría encontraron en
pedófilos un menor volumen en la sustancia blanca que conecta regiones corticales que
responden a señales sexuales. Aun así cabe esclarecer que los pedófilos presentan un patrón de
activación cerebral predominante en áreas subcorticales ante estímulos sexuales y menor
activación en áreas corticales. Aunque los indicadores puedan ser determinantes no son la causa
de la pedofilia, pero si pueden predecirla (Becerra, 2009).
Desde una perspectiva personal, lo anteriormente expuesto, no quiere decir que cada
artículo que se publica en una revista de saber científico, posee conocimiento original, poco
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
4
conocido y absoluto. Por el contrario a medida que pasa el tiempo, y a través de la misma
demanda que emana el ambiente, se ha convertido en algo más que una simple necesidad,
estudiar la conducta del ser humano y analizar la etiología de la misma, con el fin de prevenir y
controlar sus posibles repercusiones en la sociedad. La conducta pedófila, es un
comportamiento nocivo para quienes viven sus consecuencias. De ahí que hablar de influencias
biológicas y neuropsicológicas en la emisión de patrones de conducta de aquellos sujetos que
padecen esta parafilia, es crucial, debido a que permite de manera parcial prevenir futuras
víctimas del abuso sexual.
Referir que el CI de los pederastas o pedófilos es bajo, puede ser una afirmación que
cause revuelo y controversia en la sociedad, puesto que aunque sean sujetos que tienen rasgos
patológicos de la personalidad, como menciona Becerra (2013), son individuos que tienen
distintas maneras de operar. Es decir, todas las personas con pedofilia poseen diversas
preferencias desde cómo obtener lo que desea de un niño, hasta que tipo de sujeto es el que
desea tener cerca. De ahí que también, en relación a diversas investigaciones, se tenga en cuenta
que la mayoría de ellos posee el determinado trastorno psicopático, lo cual indica además de la
nula empatía, la capacidad de preparación y seguimiento ante lo que desea (Becerra, 2013).
Por otra parte, generar énfasis en que las características visibles y un poco abstractas de
este tipo de personas son el CI bajo, la preferencia manual izquierda y las tallas pequeñas, más
que algo desmesurado es aparatoso, pues en Colombia existen diversas pruebas de CI
provenientes de otros países que no han sido adaptadas, al país en que residen actualmente.
Además aquellos sujetos que tiene una unificación entre pedofilia y psicopatía, son personas
que poseen su entera razón para planear lo que van a hacer con su próxima víctima al acecho.
Sin dejar de lado que la variable referente a la talla corporal, es insólita, puesto que así como
existen elementos que inciden que los patrones de la condiciones corporales de algunos sujetos,
también existen otros que pueden ser completamente diferentes, sobre los cuales influyen no
solo el sistema fisiológico, sino también el contexto ambiental y nutricional (cada organismo
responde de manera adversa ante limitados estímulos).
Así que, si el verdadero interés está fundamentado en conocer las bases
neuropsicológicas que inciden o son etiología de la conducta pederasta, se deben impartir
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
5
Reseña 2
Tenbergen G, Wittfoth M, Frieling H, Ponseti J, Walter M, Walter H,
Beier KM, Schiffer B and Kruger THC. (2015).The Neurobiology and
Psychology of Pedophilia: Recent Advances and Challenges
Fronties in Human Neuroscience, 9:344. doi:
10.3389/fnhum.2015.00344.
Diana Paola Morales-Castro
El artículo tiene como propósito general mostrar diferentes estudios que se han realizado
en torno al tema de Neurobiología y Neuropsicología dentro del espectro de preferencia sexual
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
6
humana y el trastorno pedófilo, por tanto, se centra en “Las teorías sobre la etiología de la
pedofilia, como el concepto de neurodesarrollo general trastorno y/o alteraciones de estructura y
función en las áreas del cerebro frontal, temporal y límbico” (Tenbergen et al., 2015)
Como primer concepto que empieza a ser relevante en el estudio del desarrollo
neurológico es la pedofilia, vista desde “el nuevo DSM-5, la pedofilia es des-patologizada
diferenciando entre la preferencia sexual por los niños pre púberes (es decir, la pedofilia) y el
trastorno en caso de factores adicionales” (Tenbergen et al., 2015)
Es así como, desde una perspectiva de la neurobiología se busca establecer una relación
entre las preferencias de tipo sexual, para determinar y regular dichos comportamientos, dado
que, “En el dominio de la investigación, la pedofilia se considera actualmente como un fenotipo
de preferencia sexual dentro del ámbito de la sexualidad humana, incluyendo varios fenotipos
diferentes” (Tenbergen et al., 2015); Fenotipos como por ejemplo la edad o el género que
estarían relacionados con las preferencias sexuales de los sujetos.
Por otro lado, algunos de los métodos más utilizados para el diagnóstico de la pedofilia
es la medición falométrica “Este método mide la excitación sexual genital mediante la
estimulación y se basa en el cambio relativo en la respuesta del pene” (Tenbergen et al., 2015)
también, se han realizado investigaciones con el método de El Stroop pictórico que muestra
cómo la pupila realiza dilatación o seguimiento hacia imágenes con contenido sexual, de igual
manera en las investigaciones realizadas por neuropsicólogos, por otra parte se ha encontrado
una comorbilidad relacionada con otros trastornos psicóticos “Trastornos de ansiedad, el 60%
tenía antecedentes de abuso de 51% nombraron el alcohol como su droga de elección y el 60%
calificaron para un diagnóstico de trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo (25%),
antisocial (22,5%), narcisista (20%) y evasiva (20%)” (Tenbergen et al., 2015).
En relación a los resultados asociados a aspectos neuropsicológicos y neurobiológicos
con el predominio de conductas pedófilas, se ha encontrado una relación con el lóbulo frontal,
el cual: “Se refiere al orbitofrontal y las diferencias de corteza prefrontal dorsolateral izquierda
y derecha que son a menudo visto en hombres pedófilos como la corteza orbitofrontal es
responsable del control del comportamiento especialmente inhibiendo comportamiento sexual”
(Tenbergen et al., 2015). De igual manera, se ha encontrado una relación con el lóbulo temporal
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
7
el cual puede incidir en el comportamiento de un pedófilo, dado que, “el perfil de activación
específico de la hipersexualidad, que el papel del lóbulo temporal en la expresión de la
hipersexualidad se observa a menudo en los trastornos del comportamiento sexual” (Tenbergen
et al., 2015).
Por otro lado, se ha investigado una teoría sobre la relación entre el lóbulo temporal y
lóbulo frontal, esta, “Afirma que las fronteras y los lóbulos temporales afectan la expresión de
preferencia sexual pedófila y sus comportamientos asociados de manera diferente, con el lóbulo
frontal relacionado a cometer los delitos sexuales contra los niños y las infracciones lóbulo
frontal (amígdala e hipocampo) que representan las relaciones de preocupación por los niños a
menudo vistos en hombres pedófilos” (Tenbergen et al., 2015). Por consiguiente, la etiología en
la pedofilia se ha estudiado desde diferentes líneas en los trastornos psicológicos, aspectos
neuropsicológicos o del desarrollo, que buscan encontrar una relación entre el cerebro y las
conductas disruptivas de abusadores sexuales de menores, fundamentándose en investigaciones
de Neuroimagen.
Finalmente, dichas investigaciones hacen el llamado a continuar con la indagación de
bases neurológicas y neurobiológica en conductas de hombres o mujeres pedófilos, ya que al
encontrar una fundamentación científica en dichas conductas se puede ayudar a disminuir la
recurrencia con las que una persona puede llegar a cometer un delito sexual con menores de
edad, además abre tema de discusión a nuevos espacios estigmatizados en nuestra sociedad.
Las investigaciones realizadas en el campo de la neuropsicología nos llevan a pensar en
la incidencia que tiene la configuración y formación de nuestro cerebro en las conductas que
realizamos, es por ello que se hace importante comprender la base biológica que lleva a los
pedófilos a tener una preferencia sexual por niños/niñas, sin desconocer que son diversos los
factores que inciden en dichas conductas.
También, es crucial recalcar que dichas investigaciones además de aportar al campo
científico y académico del conocimiento, no debe dejar de lado la problemática existente, sin
poner a dichas investigaciones como una excusa a la responsabilidad personal que tienen estos
sujetos al cometer delitos. Es por lo cual, que dichas investigaciones han tenido tantas críticas
puesto que en la penalización de dichas conductas no se puede eximir a una persona por tener
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
8
Reseña 3
Carlstedt, A., Nilsson, T., Hofvander, B., Brimse, A., Innala, S.,
Anckarsäter, H., (2009) Does Victim Age Differentiate Between
Perpetrators of Sexual Child Abuse? A Study of Mental Health,
Psychosocial Circumstances, and Crimes. Sexual Abuse: A Journal of
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
11
Este artículo retoma el tema de investigación de la pedofilia, donde hay un amplio campo para
abordar y en esta oportunidad se plantearon como idea principal, si la edad de la víctima hace
alguna diferencia entre los autores de abuso sexual infantil, en el cual realizaron un estudio, para
luego hacer la comparación entre los diagnósticos psiquiátricos, circunstancias psicosociales,
problemas neuropsicológicos y datos sobre la delincuencia y crímenes cometidos, para poder
responder a una de las interrogantes planteadas; ¿Los que abusan de niños más pequeños están
más graves a nivel de salud mental y tienen mayor cantidad de problemas neuropsicológicos y
sociales que los que abusan de niños más grandes?, para aclarar a que se refieren con niños
pequeños y grandes en el estudio, dividieron a los participantes en tres grupos, grupo 1
conformado por las personas con víctimas de 0 a 5 años, el grupo 2 de 6 a 11 y por último el
grupo 3 con personas de víctimas en edades entre 12 y 15.
Los sujetos seleccionados provienen de una investigación psiquiátrica forense en Suecia, donde
se hizo una revisión en archivos psiquiátricos, por el cual se obtuvieron 162 participantes
idóneos para dicho estudio, se acudió a la realización de entrevistas, evaluaciones psiquiátricas,
pruebas neuropsicológicas, de personalidad, exámenes físicos y toda la revisión de archivos e
historiales escolares, sociales, personales, criminales y reportes médicos, con lo que se
construyó un informe psiquiátrico forense, entre el personal encargado de la recaudación de
información y realización de todos los procesos pertinentes, estuvieron presentes un psiquiatra
forense, un psicólogo clínico, un investigador social y el personal de sala.
Para la obtención de resultado se utilizó spss, que es el programa estadístico para ciencias
sociales, y tablas de contingencia de chi cuadrado para comparar los tres grupos, con base a eso
poder hacer las comparaciones pertinentes y obtener respuesta principal del artículo en revisión.
Paralelo se puede decir que no se encontró mayor diferencia en los resultados, en cuanto a la
relación que existe entre abusador y abusado entre los grupos, el tipo de delito más común
cometido fue la penetración en los 3 grupos, algo que fue difícil encontrar fue la duración y la
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
12
frecuencia de cada grupo. En cuestión de sexo, se supo que en su mayoría las niñas son más
abusadas que los niños, excepto en el grupo 3, donde se encontró mayor evidencia de abuso en
niños; también en el grupo 1 se halló que hay cruce de géneros, es decir no hay patrón de género
específico, y en el 2 y 3 mayor incidencia de padres biológicos.
Otra diferencia significativa fue el diagnóstico de mayor frecuencia de pedofilia DSM-IV en los
sujetos con las víctimas más pequeños que el grupo con las víctimas más grandes. Entre los
padres biológicos, los diagnósticos de pedofilia fueron asignados en 6 de 9 en el Grupo 1, 7 de
23 en el Grupo 2, y 1 de 6 en el Grupo 3.
Otro aspecto que fue revisado fueron los trastornos de comportamiento o de aprendizaje en la
infancia y la orientación sexual, se observó que en más de la mitad de los sujetos de cada grupo
habían signos que indican problemas conductuales y / o de aprendizaje en la infancia. Los
cuales fueron más comunes en el Grupo 1 y características autistas en los Grupos 2 y 3, pero
ninguna de estas diferencias alcanzó significación estadística, la explicación de la alta
frecuencia de desórdenes de comportamiento puede estar debido a que los adultos con
problemas de interacción social e inmadurez emocional sienten más comodidad a la interacción
con niños que con adultos; y de la orientación sexual autoinformada, la mayoría de los
delincuentes se describieron como heterosexuales, pero había una pequeña frecuencia de
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
13
Para cerrar la idea cabe destacar que para este estudio todos los sujetos fueron seleccionados de
la investigación psiquiátrica forense, esto probablemente implicó una sobrestimación de
problemas psiquiátricos entre delincuentes en general. Desórdenes psiquiátricos bastante
severos que motivan sentencias al tratamiento forense psiquiátrico en vez de la prisión, sin
embargo, fueron diagnosticados en sólo 47 de los 162 delincuentes y los tres grupos de estudio
no se diferenciaron en cuanto a esto.
Un problema de este estudio podría ser falta de veracidad, ya que el grado verdadero de
pedofilia no puede ser averiguado, porque solo contábamos con el testimonio de los abusadores
y no se sabe en qué medida son reales porque el diagnóstico DSM-IV depende de la buena
voluntad del sujeto investigado y la capacidad de relatar los detalles íntimos de fantasías,
pensamientos, y actos, que podrían ser difíciles de adquirir en cualquier circunstancia y sobre
todo tan cuando consecuencias legales están implicadas y no sería ético reproducir
conclusiones, también hubo cierta dificultad con las preguntas de validez y fiabilidad, que no
podían ser dirigidas en este estudio, considerando la naturaleza clínica del proceso diagnóstico
en investigaciones forenses psiquiátricas. Sin embargo, los diagnósticos en estas investigaciones
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
14
son cuidadosos, y los informes psiquiátricos son opiniones sólidas expertas hechas para
mantenerse firme para el examen cercano en el tribunal.
A pesar de que nuestros datos no estuvieron de acuerdo con las conclusiones antes encontradas
de morbosidad psiquiátrica aumentada y problemas neuropsicológicos y sociales en los
delincuentes sexuales, se puede decir que el sexo o el género no son de gran importancia hasta
que la víctima desarrolla y empiezan a ver características masculinas o femeninas además de las
distinciones genitales. La atracción sexual también puede ser secundaria en el sentido de poder
experimentar cuando la víctima carece de las habilidades físicas y cognoscitivas de poder
defenderse o informar en contra de los delincuentes por eso los niños más pequeños parecen ser
la presa fácil en particular para los delincuentes inmaduros y oportunistas con o sin la pedofilia
u otras formas de desviaciones sexuales.
Referencia
Carlstedt, A., Nilsson, T., Hofvander, B., Brimse, A., Innala, S., Anckarsäter, H., (2009)
Does Victim Age Differentiate Between Perpetrators of Sexual Child Abuse? A Study of
Mental Health, Psychosocial Circumstances, and Crimes. Sexual Abuse: A Journal of Research
and Treatment. 21(4), 442–454. Recuperado de
h3ttp://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1079063209346699
Factores de comparación:
su vez el elemento
específico junto a las citas,
que permiten proteger los
derechos de autor y la
relación que el último
tiene con su obra.
SEGUNDO CORTE
Aspecto a 5 4 3 2 1
evaluar Excelente Muy Bueno Bueno Deficiente Critico
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
20
Dominio del
conocimiento
Comprensió
n del tema
Vocabulario
Apoyos
didácticos
Manera de
evaluar a los
compañeros
Creatividad
Aunque algunos debido a su experiencia poseen más habilidades que otros, de manera
conjunta consideramos que en la asignatura, hemos aprendido analizar artículos científicos
y de saber cotidiano con base en su estructura, reconocer las ideas principales de diversos
textos, redactar, integrar ideas justificándolas y adquirir practicidad gradualmente en el
uso de las normas APA
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
21
Consideramos que Fuentes es una materia integral, puesto que excede los parámetros de
un currículo estrictamente académico, en el que el docente se concentra especialmente en
multiplicar su conocimiento a sus estudiantes. Lo anterior, lo justificamos argumentando
que no solo hemos adquirido conocimientos en relación a nuestra profesión, sino también,
hemos adquirido valor de sí mismas, por nuestro trabajo, entusiasmo por lo que hacemos y
esperamos a futuro, tolerancia ante las diferencias, competencias desconocidas y respeto
por el otro.
4. ¿Qué aprendizajes de la materia consideramos que nos aportan a nivel profesional?
A nivel profesional, es una materia fundamental ya que es la base del desarrollo adecuado
en las demás asignaturas que ofrece el currículo de la universidad y en el exterior cuando
nos encontremos ejerciendo nuestra carrera. Los conocimientos que van de la mano con
APA próximamente se convertirán en nuestra carta de presentación profesional, puesto
que por medio de dichas normas hemos aprendido no solo como estilizar nuestro trabajos
e incluso evadir la cárcel por plagio, sino también cómo justificar nuestras ideas y criticar
aquellas con las que no estamos cien por ciento de acuerdo.
Las fortalezas, están relacionadas principalmente con evadir el área de confort, ya que
como estudiantes de primer semestre, nos hemos encontrado inmersos en fluctuantes
relaciones de trabajo con diversas personas que no conocemos, por lo cual las diferencias
de cada cual nos ha conllevado a ampliar nuestro conocimiento respecto a ciertos temas,
fomentar el respeto y la tolerancia, no solo entorno a los otros, sino también entorno a
cada una de nosotras, porque el conocimiento compartido y debatido promueve grandes
ideas
6. ¿Qué aspectos podemos mejorar para este corte que inicia?
· El respeto por el otro
· La integración del grupo en general
· El compartir ideas
· El verdadero trabajo en equipo
· La asistencia al que lo necesita, en caso de existir vacíos en temas poco comprendidos
en clase
7. ¿Cuáles son 3 tareas puntuales a las que nos podemos comprometer para este corte?
· Escuchar con atención a nuestros compañeros y respetar se intervención
· Trabajar de manera equitativa en nuestro grupo, asistiéndonos de manera constante.
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
22
1 Aunque la información
presentada posee
características expositivas no
Contenido argumentativas, no se tiene
reconocimiento visible alguno
de las posibles fuentes de
información, lo que genera
que lo leído no promueva
inherentemente un grado
confiabilidad ante las
afirmaciones enseñadas. Es
decir, ante la evidente
construcción del texto se
comprenden algunas ideas
que se arraigan a una posible
hipótesis y objetivo en el
estudio de los factores
psicosociales referentes a los
agresores sexuales de
menores de edad, pero no se
identifican el marco que lo
puede sustentar y argumentar,
los aportes personales, la
pregunta y un título que le
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
23
3 Utilizar fuentes de
información, es elemental
para la construcción de un
Referencias artículo; en el trabajo no se
reconoce ninguna fuente.
esencial resaltar la
Redacción necesidad de la
objetividad en este tipo de
textos; escribir en tercera
persona. Sin dejar de lado
que aunque no se quieran
implantar muletillas al
usar la misma palabra, se
debe estudiar con
detallado cuidado los
sinónimos a utilizar.
Introducción
La conducta pedofílica, es un acto que paulatinamente ha ido generando conmoción y
preocupación en la sociedad colombiana, puesto que a medida que transcurre el tiempo y las
grandes ciudades y poblaciones se transforman, a su paso aumentan los casos de abuso sexual a
menores con especial gravedad, que requieren atención. De allí la importancia de reconocer,
aquellos factores neuropsicológicos que inciden en la promoción del comportamiento ya
mencionado, debido a que la identificación de parte de su etiología puede permitir en
investigaciones futuras, la minimización del exorbitante porcentaje de abuso sexual infantil en el
que se incurre aún en la actualidad, por medio de proyectos de control y prevención. Sin
embargo, es de considerar que los factores neuropsicológicos, no son la única causa subyacente
de la pedofilia, puesto que los componentes sociales y vivenciales, también pueden incurrir en la
aparición de esta parafilia (Pinillos, 2015).
Lo dicho hasta aquí, supone que la orientación del artículo está en función de revisar
literatura actualizada, con el propósito de identificar cuál es el funcionamiento y rasgos a nivel
neuropsicológico que se fomentan en la pedofilia, pero en especial como aquellas peculiaridades
neuropsicológicas aparecen y atrofian el desarrollo normal de un individuo. Añadiendo por
consiguiente, que las expectativas de este estudio se sitúan en la suposición de que la pedofilia es
un trastorno sexual originario desde el desarrollo fetal biológicamente inadecuado, que incide en
las deficiencias neuropsicológicas. Por lo cual a través del artículo se introduce un análisis
respecto a la ya mencionada parafilia, su etiología neuropsicológica y como es explicada a partir
de tres (3) teorías neuropsicológicas de la pedofilia.
De acuerdo con Halguin y whitbourne, “la pedofilia es una parafilia que un adulto de 16
años o más presenta, a través de deseos sexuales incontrolables hacia infantes con una sexualidad
inmadura” (2004, p 272). Es decir, la conducta pedófila, es un trastorno de la sexualidad en la
que un sujeto, especialmente de género masculino posee fantasías sexuales con un niño (menor
de 12 años), donde en casos extremos estos últimos pueden ser sometidos a condiciones
aversivas como el abuso sexual.
Así mismo, es fundamental resaltar que desde la perspectiva psicológica y el estudio del
desarrollo neurológico de la pedofilia, vista desde el DSM- IV, se tiene en cuenta que ésta es
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
26
conocen como: “lesiones cerebrales que se expresan como trastornos neuropsiquiátricos cuyo
origen estaría relacionado con el desarrollo intrauterino y sensitivo tras el parto”(García, 2009, p
191).
En concordancia a lo anterior la naturaleza heterogénea de la violencia, ofrece múltiples
miradas en relación a los factores biológicos que predisponen los comportamientos pedófilos, es
decir, “la predisposición biológica al crimen, puede ser causada por la interrupción de los
mecanismos neurales normales que median y controlan el comportamiento” (Raine, 2013,
p.105). Dicho de otra manera, la importancia del adecuado desarrollo y funcionamiento de las
áreas cerebrales en consonancia con las funciones ejecutivas (área orbito frontal), el sistema
límbico y el hipotálamo no sólo es relevante con respecto a la conducta pedófila, sino a su vez
fundamental, puesto que a partir de las estructuraciones neurológicas y cada una de sus funciones
en relación al comportamiento sexual, se puede llegar a promover instintiva y
neuroquímicamente una regulación, inhibición o por lo contrario una anormal excitación.
Teniendo en cuenta que aunque debería existir una correspondencia de modulación del
comportamiento sexual por parte del lóbulo frontal ante la excitación, en individuos pedófilos,
dicha área posee una serie de alteraciones estructurales y funcionales que le impiden
interrumpirla (Tenbergen et al., 2015), por lo cual claramente se evidencia la relación
unidireccional inconsistente de la corteza cerebral y el comportamiento sexual.
Reafirmando lo anterior Raine afirma que (2013) “la corteza frontal recibe proyecciones
del núcleo medio dorsal del tálamo el cual está involucrado en el desarrollo cognitivo abstracto,
la inteligencia, inhibición del comportamiento y regulación de la emoción; funciones que tienen
relevancia superficial a la conducta delictiva” (p. 105), y son un indicador del quebrantado
funcionamiento que poseen los pedófilos con respecto a sus capacidades cognitivas donde se
refleja su incapacidad de actuar racionalmente frente a su conducta sexual inaceptable, ya que
no realizan una regulación de sus acciones y emociones en torno a la normatividad de las
conductas socialmente aceptadas.
De igual manera, se ha encontrado una relación con el lóbulo temporal el cual puede
incidir en el comportamiento de un pedófilo, dado que, “el perfil de activación del lóbulo
temporal en la expresión de la hipersexualidad se observa a menudo en los trastornos del
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
28
comportamiento sexual” (Tenbergen et al., 2015, p. 348), es decir, que las personas que tienen
una conducta pedofílica pueden llegar a tener una activación mayor en el lóbulo temporal de su
cerebro ya que sus conductas sexuales se predisponen ante algunas situaciones.
Por otra parte, estudios demuestra que el sistema límbico es “particularmente importante
porque está involucrado no sólo en procesos cognitivos tales como el aprendizaje y la memoria,
sino también en el comportamiento agresivo” (Raine, 2013, p. 106). Dado este planteamiento,
conviene recalcar que dicho conjunto de estructuras regula las emociones y los instintos
sexuales, específicamente en la amígdala que está involucrada en el aprendizaje emocional y la
regulación de conductas como la felicidad, miedo o enojo. Por consiguiente, aquellas personas
que cometen abuso sexual a menores de edad, pueden tener una alteración neurológica en el
sistema límbico, debido a que las deficiencias en los mecanismos neuronales que regulan las
emociones y los deseos, donde están afectados el hipotálamo el hipocampo y la amígdala.
Algo similar declara un estudio teórico, que en medio de sus análisis revela que existe un
menor volumen de sustancia gris en los circuitos fronto estriatales y en el estriado ventral, que se
extiende en el núcleo accumbens y en la corteza orbitofrontal en la personas con pedofilia al
igual que en las personas que padecen TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) (Pinillos, 2014),
precisando la notoria disminución de la sustancia blanca la cual conecta las señales sexuales con
las regiones corticales.
Finalmente se han logrado establecer tres tipos de teorías neuroanatómicas predominantes
sobre pedofilia. En primer lugar está aquella que relaciona la pedofilia con una disfunción en la
corteza prefrontal y con la desinhibición conductual llamada teoría frontal-disejecutiva. En
segundo lugar, está la teoría temporolímbica que involucra ambas regiones en la desinhibición
conductual y a estructuras profundas del lóbulo temporal en la regulación de la conducta sexual.
Y para terminar, la teoría de la disfunción dual, la cual propone que los pedófilos sufren de
disfunción, tanto en las regiones temporales que causaría la perturbación de los impulsos
sexuales y en las regiones frontales que causaría la desinhibición conductual. (Becerra, 2009).
Método
Claramente en Colombia, las exorbitantes cifras año tras año, de menores de edad entre
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
29
niños y niñas que han sido violados, maltratados y vulnerados en concordancia con los niveles
físico, psicológico y legal, ya que son sujetos de derecho, conlleva desde tiempos remotos a la
necesidad de identificar y estudiar, cuales son los factores que estimulan que la conducta
pedófila se genere.
De ahí, que a través de investigaciones previas a la construcción del presente texto
fueran retomados artículos de saber cotidiano y científicos, que brindaron un panorama general
de la pedofilia, llegando a la conclusión de que la ya mencionada parafilia posee dos
componentes, los cuales son psicosocial y neuropsicológico- biológico, donde el último es un
determinante del organismo, ya que el sujeto posee una serie de predisposiciones biológicas y
posteriormente neuropsicológicas que pueden definir patrones conductuales sin desconocer la
importancia del elemento psicosocial.
Por lo que se refiere a éste estudio de revisión documental que consiste en, a través de
información ya existente responder una pregunta de investigación, es conveniente resaltar que su
interés implícito radica en conocer cuál es el efecto de los factores neuropsicológicos sobre la
conducta pedófila. Por lo cual de manera crítica se ha fomentado el análisis de la concepción de
la pedofilia según documentación científica, el origen biológico y las teorías más recientes que
estudian la misma a partir de postulados que buscan comprender cómo la actividad disfuncional
del cerebro incide en la conducta ya mencionada. Aunque, inicialmente se consideraba que
clínicamente existía una amplia diferencia entre pedofilia y pederastia, la revisión de artículos,
libros, la construcción de reseñas previas al moldeamiento del artículo y del DSM V, ofrecieron
luces aun esclarecimiento teórico de lo mencionado. Es decir, independientemente de que
pedofilia y pederastia sean palabras que refieren acciones diferentes, las últimas son
subsecuentemente cercanas y compartidoras de significado, por lo cual para referirse a
cualquiera de ellas se utiliza el término pedofilia.
En consonancia, ya con un campo de interés delimitado se utilizaron Neuropsicología y
Pedofilia como palabras claves, donde en inmediaciones de tesauros como DEC´s, se lograron
normalizar los términos, que permitieron identificar un título exacto para la investigación
posterior en bases de datos como Elsevier Doyma, E-Book, NCBI y APA, con el fin de
conseguir suficiente documentación que resolviera el interrogante central de la investigación.
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
30
Así mismo cabe agregar, que para facilitar la búsqueda de la información, y la validez
de la misma, se recurrió no sólo a artículos científicos sino también libros electrónicos los cuales
además de ser de habla hispana también eran de habla Inglesa en portales virtuales de las
bibliotecas de la Universidad el Bosque, la Universidad Sergio Arboleda y la Universidad de
Ibagué; es decir se utilizó un libro y dos artículos en inglés, un libro y dos artículos en español.
Resultados
En concordancia con lo anterior, los resultados encontrados en investigaciones de
neurociencias y neurodesarrollo, se ha encontrado una relación con los factores neurobiológicos
y en la morfología cerebral que tienen una afectación en las conductas pedófilas, asociado a
distintas áreas cerebrales como el lóbulo frontal, el sistema límbico, el hipotálamo y la amígdala,
siendo algunas de estas áreas las encargadas de controlar las conductas, la inhibición del
comportamiento y regulación de la emoción y el deseo, que al haber una disfunción en dichas
áreas ocasiona que las personas estén más propensas a cometer crímenes sexuales con menores,
sin embargo, lo que se ha podido evidenciar dentro de las investigaciones es que estas se han
realizado con grupos focales de hombres y mujeres lo que no determina una generalidad causal,
sino que muestra datos sectorizados dependiendo la población que se estudie.
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
31
Referencias
Becerra García, J. A. (2009). Etiology of pedophilia from a neurodevelopmental perspective:
Markers and brain alterations. Revista De Psiquiatría y Salud Mental (English Edition),
2(4), 190-196. Doi: 10.1016/S2173-5050(09)70051-2
Grisolía González, G. (2006) Pedofilia: sexo y violencia. Anuario de derecho. Recuperado de
http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/27070/1/articulo5.pdf
Halguin, R y Whitbourne, K. (2004). Psicología de la anormalidad: perspectivas clínicas sobre
desórdenes psicológicos. México: McGraw Hill.
Pinillos, A. (2015). La pedofilia desde la perspectiva de la neurocriminología. RAE
Jurisprudencia, 12 (88), 122-128. Recuperado de
https://www.researchgate.net/publication/288826430
Raine, A. (2013). The Psychopathology of Crime. Criminal Behavior as a Clinical Disorder.
California: Academic Press.
Morales Diana, Rubio Dayana, Tapiero Angélica y Urueta Adelaida
32
Tenbergen G, Wittfoth M, Frieling H, Ponseti J, Walter M, Walter H, Beier KM, Schiffer B &
Kruger THC. (2015). The neurobiology and psychology of pedophilia: recent advances
and challenges. Frontiers in Human Neuroscience, 9 (344), pp 1-20. Recuperado de
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4478390/