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El intestino absorbe los lípidos y son digeridos y metabolizados antes de ser utilizados

por el cuerpo. La mayor parte de los lípidos son grasas y moléculas complejas que el
cuerpo tiene que descomponer antes de se las pueda utilizar y se pueda obtener energía
de ellas.

Digestión de los lípidos


La digestión de los lípidos se compone de las siguientes etapas:

1. Absorción
2. Emulsión
3. Digestión
4. Metabolismo
5. Degradación

Absorción de los lípidos


Los ácidos grasos de cadena corta (hasta 12 átomos de carbono) son absorbidos
directamente.

Los triglicéridos y otras grasas de la dieta son insolubles en el agua lo que dificulta su
absorción. Para lograrlo, las grasas son descompuestas en pequeñas partículas que
aumentan el àrea de la superficie expuesta a las enzimas digestivas.

Emulsión de las grasas


Las grasas de la dieta pasan a ser una emulsión descomponiéndose en ácidos grasos.
Esto tiene lugar mediante una simple hidrólisis de los enlaces éster en los triglicéridos.

Las grasas se descomponen en pequeñas partículas por la acción detergente y la


agitación mecánica dentro del estómago. La acción detergente es producida por los
jugos digestivos en especial por grasas parcialmente digeridas (ácidos grasos
saponificables y monoglicéridos) y las sales biliares.

Las sales biliares (tales como el àcido cólico) tienen una parte hidrofóbica (insoluble en
agua) y otra hidrofílica (soluble en agua). Esto permite que se disuelvan en una interfaz
óleo-acuosa, en la cual la superficie hidrofóbica está en contacto con el lípido y la
superficie hidrofílica entra en contacto con el medio acuoso. Esto se llama acción
detergente y emulsifica las grasas dando como resultado micelas mixtas. Las micelas
mixtas sirven de vehículo de transporte a las grasas menos hidrofílicas provenientes de
la dieta así como para el colesterol y las vitaminas liposolubles A, D, E y K.

Digestión de las grasas


Trás la emulsión, las grasas son hidrolizadas o descompuestas por enzimas secretadas
por el páncreas. La enzima más importante es la lipasa pancreática. La lipasa
pancreática descompone enlaces de tipo éster (del 1er o 3er enlace éster). Esto convierte
los triglicéridos en 2-monoglicéridos (2-monoacilgliceroles). Menos del 10% de los
triglicéridos quedan sin hidrolizar en el intestino.

Metabolismo de las grasas


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Los ácidos grasos de cadena corta penetran la sangre de forma directa pero la mayoría
de los ácidos grasos son re-esterificados con glicerol en el intestino para formar
triglicéridos que se incorporan en la sangre como lipoproteínas conocidas como
quilomicrones. La lipasa lipoproteica actúa sobre estos quilomicrones para sintetizar
àcidos grasos. Estos pueden almacenarse como grasa en el tejido adiposo; utilizándolos
como energía en cualquier tejido con mitocondrios utilizando oxígeno, y convertidos en
triglicéridos en el hígado para ser exportados como lipoproteínas llamadas VLDL (very
low density lipoproteins - lipoproteínas de muy baja densidad).

El VLDL obtiene resultados similares a los quilomicrones y acaban por convertirse en


LDL (proteínas de baja densidad o Low Density Lipoproteins).La insulina estimula los
efectos de la lipasa lipoproteica.

Bajo circunstancias de ayuno prolongado o inanición las lipoproteínas pueden también


convertirse en cuerpos cetónicos en el hígado.

Estos cuerpos cetónicos pueden utilizarse como fuente de energía en la mayoría de


células con mitocondrios. Estos cuerpos cetónicos pueden utilizarse como fuente de
energía para la mayoría de las células que tienen mitocondrios.

Degradación
Los ácidos grasos se descomponen por oxidación beta. Esto tiene lugar en los
mitocondrios y en los peroxisomas para generar acetil-CoA. El proceso es el inverso al
de la síntesis de los àcidos grasos: dos fragmentos de carbono se extraen del grupo
carboxílico del àcido.Esto ocurre tras la deshidrogenación, hidratación y oxidación para
formar in Beta àcidoacetato.

El acetil CoA se convierte en ATP, CO2 y H2O en ciclo de ácido cítrico produciendo
106 ATP de energía. Los ácidos grasos insaturados requieren pasos y enzimas
adicionales para su degradación.
El tejido adiposo es el reservorio mas grande de energía
que tiene el organismo, proporciona entre 10 y 15 Kg. de la
masa total de un adulto joven. El tejido adiposo no es más
que una acumulación organizada de células
especializadas en almacenar ¨gotas¨ de lípidos en el interior
celular. La mayoría de estos lípidos provienen de la dieta y
son adquiridos por el tejido a través de los quilomicrones,
aunque también se sintetizan ácidos grasos a partir de
moléculas no lipídicas por un proceso denominado
lipogénesis.

En estado de ayuno, con la finalidad de satisfacer los


niveles energéticos de los órganos esenciales, los lípidos de
los adipocitos, compuestos básicamente por Triglicéridos
(TAG), se degradan a ácidos grasos libres que se
transportan en la sangre hacia otros tejidos unidos a una
proteína llamada albúmina. Este constante
almacenamiento y degradación de los lípidos en el tejido
adiposo está altamente regulado por hormonas, como la
insulina y las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina),
por el estado nutricional de un individuo y también por la
actividad física del mismo durante el día.

Síntesis y almacenamiento de los triglicéridos

Origen de los ácidos grasos

Lipogénesis

Como ya hemos mencionado, la lipogénesis es la síntesis de


ácidos grasos a partir de compuestos no lipídicos. El sustrato
más importante en este proceso es el piruvato, obtenido de
la vía glicolítica. La lipogénesis se lleva a cabo en dos
tejidos: en el hígado y en el tejido adiposo.
Este proceso no se conoce bien del todo, aunque su
estudio ha ofrecido mejores resultados en el tejido
hepático. Se ha comprobado que en hígado la cantidad
de lípidos obtenida mediante este proceso es
significativamente más baja que la adquirida con los lípidos
de la dieta. Sin embargo, se ha podido observar que
individuos que mantienen una dieta con altas cantidades
de carbohidratos este proceso se ve aumentado, al igual
que se asocia a condiciones patológicas como las
personas obesas o pacientes con diabetes tipo 2 que
presentan hipertrigliceridemia[1].
Se ha determinado que en el tejido adiposo las principales
enzimas que intervienen en este proceso son la Sintasa de
Ácidos Grasos y la Acetil Coenzima A carboxilasa (ACC1). El
mismo está regulado por diferentes factores, tanto como
hormonales como nutricionales. Se sabe a ciencia cierta
que en roedores la lipogénesis hepática está estimulada
bajo la acción de la hormona insulina y en la presencia de
altas cantidades de glucosa, a la vez que se inhibe bajo los
efectos del glucagón y en presencia de ácidos grasos
polinsaturados.
Obtención vía sanguínea de ácidos grasos

Una pequeña parte de los lípidos que se encuentran en el


tejido adiposo proviene de la lipogénesis; el resto es
obtenido a través de la sangre, ya sea de los ácidos grasos
libres que se encuentran unidos a la albúmina o de los
ácidos grasos esterificados que son transportados por las
lipoproteínas, específicamente los quilomicrones y las VLDL.
Para que los ácidos grasos esterificados (TAG, ésteres de
colesterol y fosfolípidos) sean captados por el tejido deben
ser liberados de las lipoproteínas por acción hidrolítica de la
enzima Lipasa de Lipoproteínas (LPL). La expresión de la
enzima y su actividad en el tejido adiposo se ve
incrementada en estado postprandial, sobretodo con una
dieta rica en carbohidratos [2]. La captación de los ácidos
grasos también depende de un receptor de VLDL, que se
expresa en el tejido adiposo y une a lipoproteínas ricas en
apoproteínas E, como lo son las VLDL, quilomicrones y sus
remanentes [2]. En experimentos con ratones se desmotró
que la deficiencia en receptores VLDL reducen la grasa
corporal, y desarrollan resistencia a obesidad inducida [3].
Síntesis de triglicéridos

Obtención de ácidos grasos

Sin importar su origen, los ácidos grasos de cadena larga no


pueden difundir libremente a través de la membrana
plasmática de las células. Actualmente, en los humanos, los
procesos que describirían la manera que estos ácidos
grasos se transportan hacia la célula son muy
controversiales. Se piensa que para su transporte deben
estar involucrados tanto procesos de difusión por medio de
¨flip-flop¨, como proteínas transportadoras en la membrana
celular. Diversos estudios se han realizado en ratones que
han logrado identificar proteínas involucradas en estos
procesos, y proteínas con funciones parecidas se han
encontrado en los humanos. En los experimentos se pudo
determinar que algunas de estas proteínas estaban
estimuladas por la acción hormonal de la insulina, y que
una función alterada de estas proteínas pudiera estar
relacionada con la evolución de enfermedades como la
diabetes, la resistencia a la insulina y la obesidad.
Producción de Acil Coenzima y Glicerol 3-Fosfato

Para la síntesis de los triglicéridos es necesario que el glicerol


y los ácidos grasos sean transformados en glicerol 3-fosfato
y ácidos grasos activos respectivamente. El glicerol 3-
fosfato se obtiene por dos vías diferentes: la primera es
mediante el primer paso de la glucólisis, que la glucosa 6-
fosfato pasa a formar el glicerol 3-fosfato; por otro lado, el
glicerol 3-fosfato también se obtiene por la vía
glicerogénica mediante sustratos de la gluconeogénesis,
como lo es el piruvato.
Esterificación del glicerol 3-fosfato: síntesis de TAG

La síntesis de triglicéridos se lleva acabo en pequeños


compartimientos formados en los adipocitos llamados
microsomas. Las diferentes enzimas que intervienen en este
proceso son la glicerol 3-fosfato aciltransferasa (GPATs) [4],
1-acilglicerol 3-fosfato aciltransferasa (AGPATs) [5], y la
diacilglicerol aciltransferasa (DGATs) [6;7]; en el tejido
adiposo humano se pueden encontrar diferentes
isoenzimas. Los intermediarios de la síntesis de TAG, tal
como ácido lisofosfatídico, ácido fosfatídico y diacilglicerol
desempeñan otras funciones en la célula, como la
señalización celular. Esto quiere decir que una alteración en
este proceso no sólo afectará el almacenamiento de TAG,
sino que podría perjudicar otros procesos bioquímicos en la
célula.
Lipólisis

La lipólisis es el proceso mediante el cual los TAG se


transforman en DAG, luego en MAG y finalmente en tres
moléculas de ácidos grasos libres y una molécula de
glicerol. Este proceso está mediado por una hormona muy
sensible a los cambios hormonales, y de ahí deriva su
nombre, que es lipasa sensible a hormonas, LSH (también
llamada enzima triglicérido lipasa sensible a hormonas). Las
hormonas que ejercen efecto sobre esta enzima, como ya
hemos mencionado, son la insulina y las catecolaminas.
Este proceso es bastante conocido y tiene un cierto grado
de complejidad, ya que dependiendo de a que tipo de
receptor se une la hormona, la respuesta será una u otra.
Los receptores, llamados receptores adrenérgicos, están
asociados a proteínas G estimuladoras o inhibidoras,
dependiendo del receptor. Los receptores Beta-
adrenérgicos están asociados a proteínas G estimuladoras
que aumentan la producción de AMPc por activación de
la Adenil Ciclasa (AC); por otro lado, los receptores Alfa-
adrenérgicos estan asociados a proteínas G inhibidoras que
disminuyen la producción de AMPc. El AMPc promueve la
activación de la Proteína Quinasa A (PKA). La PKA fosforila
a la LSH, lo que la hace activa para degradar TAG en DAG
y finalmente en MAG, el cual es degradado por enzimas
monoacilglicerol lipasas no específicas, que no son
reguladas por hormonas [8].
La inhibición de la lipólisis está mediada por la enzima
fosfodiesterasa III (PDE-3) que convierte el AMPc en 5’AMP
[9], lo que acaba con la señal intracelular, sin dejar atrás la
inhibición hormonal por los receptores alfa-adrenérgicos
antes mencionados. El glicerol producido por la lipólisis casi
no se reutiliza en este tejido y se transporta hacia otros
tejidos (principalmente el hígado) para ser metabolizado. El
glicerol atraviesa la membrana plasmática de los
adipocitos a través de unos canales formados por unas
proteínas denominadas aquaporinas, que para el tejido
adiposo se abrevia AQPap. Las aquaporinas son proteínas
integrales de las membranas que permiten el paso de
agua, pero otras son capaces de permitir el paso del
glicerol. El otro producto de la lipólisis, los ácidos grasos
libres, no puede atravesar la membrana debido a sus largas
cadenas carbonadas y su transporte es mediado por
proteínas, proceso que no se conoce con detalle. Luego
de abandonar los adipocitos, los ácidos grasos libres se
unen a diversas proteínas transportadoras, entre ellas la más
importante es la albúmina, y son transportados en la sangre
hacia otros tejidos.
Lipasa Sensible a Hormonas (LSH)

La LSH es la principal enzima en la lipólisis. La LSH se


encuentra en diferentes tejidos: principalmente en el tejido
adiposo blanco, en las glándulas adrenales, ovarios, islotes
pancreáticos, tejido adiposo pardo y músculo cardíaco y
esquelético. La LSH también cumple funciones en tejidos
esteroideogénicos hidrolizando ésteres de colesterol.
Las perlipinas

Las perlipinas son una familia de fosfoproteínas codificadas


por el gen ¨Plin¨. Existen diferentes isoformas de esta
proteínas denominadas perlipinas A, B, C y D, de las cuales
la A es la más abundante. Las perlipinas se unen a los
microsomas, compartimientos en los cuales se encuentran
los TAG y se lleva a cabo la lipólisis, e impiden la interacción
de las enzimas, principalmente la LSH, con los ácidos grasos,
disminuyendo así la velocidad de la lipólisis. Cuando las
perlipinas son fosforiladas por la PKA, en respuesta a la
unión de la hormona a los receptores beta-adrenérgicos,
las mismas cambian su conformación y permiten que las
enzimas degraden los ácidos grasos presentes en estos
compartimientos celulares.
Regulación de la lipólisis

Estimulación de la lipólisis
En la especie humana la lipólisis está principalmente
estimulada por las catecolaminas, que pueden llegar al
tejido adiposo por vía sanguínea, (adrenalina) o por vía de
inervación simpática (noradrenalina). Como se comentó
anteriormente, esta estimulación está mediada por unos
receptores beta-adrenérgicos, que al unirse a la hormona
desencadenan una serie de eventos que terminan en la
fosforilación de la LSH y las perlipinas, induciendo la lipólisis.
Se ha demostrado que existen tres tipos de receptores
beta-adrenérgicos, pero sus funciones y diferencias entre
cada uno aún no son claras. Otros factores que pudieran
inducir la lipólisis son los glucocorticoides, las hormonas
tiroideas, la hormona del crecimiento y las hormonas
sexuales, así como también la glucosa; pero los
mecanismos por los cuales estos factores intervienen en la
regulación no se han descrito con precisión.
Inhibición de la lipólisis
La insulina juega un papel fundamental en la inhibición de
la lipólisis. La insulina es el inhibidor más potente de la misma
promoviendo diferentes acciones en los adipocitos, como
por ejemplo la entrada de la glucosa y la estimulación de la
LPL para la entrada de ácidos grasos. A pesar de que
estudios han logrado determinar que la insulina inhibe le
degradación de los ácidos grasos, no se ha podido
demostrar cómo se logra esta inhibición. Se sabe que el
primer paso sería a interacción hormona-receptor que
desencadenaría la autofosforilación de residuos de tirosina
del receptor, y que este a su vez activaría diversas proteínas
llamadas sustratos de receptores de insulina (IRS). Los
sutratos de receptores de insulina son capaces de realizar
muchas funciones, no todas comprendidas. Esta proteína
podría ser capaz de tanto inducir la activación de la PDE-3,
disminuyendo la concentración de AMPc, como activando
la fosfatidil inositol quinasa 3 (PIK-3), que se cree que pueda
activar enzimas que desfosforilen a la LSH. Otro mecanismo
por el cual se cree que la insulina inhibe la lipólisis es
estimulando la incorporación de los receptores beta-
adrenérgicos [10], e inhibiendo la adenil ciclasa [11].
Pero la insulina no es el único factor capaz de inhibir la
lipólisis. Existen dos prostanglandinas, E1 y E2, que han
demostrado ser potentes inhibidores de la lipólisis, pero con
una acción más que todo para y autocrina. Además, se ha
mostrado que el neuropéptido Y y el péptido YY pueden
inhibir la adenil ciclasa y la lipólisis mediante la interacción
con proteínas G inhibidoras [12].
Modulación fisiológica del metabolismo lipídico en los
estados post-prandial, post-absortivo y ayuno.
Luego de una comida las grasas son absorbidas en el
intestino y empaquetadas en grandes lipoproteínas
llamadas quilomicrones, los cuales vía linfática llegan a la
circulación sistémica para su transporte en el organismo.
Otra parte de las grasas, originadas por lipogénesis en el
hígado, se transporta en VLDL hacia otros tejidos. Los tejidos
que obtienen estos ácidos grasos son principalmente el
músculo, para su oxidación y posterior obtención de
energía, y el tejido adiposo para su almacenamiento. En el
endotelio de los capilares de los tejidos previamente
mencionados la LPL hidroliza los ácidos grasos obtenidos en
los quilomicrones y VLDL para su transporte hacia las células
del tejido correspondiente. Este proceso está estimulado
por la insulina, que es secretada por el páncreas ante altas
concentraciones de glucosa en la sangre.
Luego de varias horas de culminado el periodo absortivo, el
organismo comienza a requerir un aporte de energía que
no proviene directamente de la dieta, sino de las moléculas
que no fueron utilizadas durante el período absortivo sino
almacenadas. La oxidación de los ácidos grasos puede
aportar más del 70% de la energía total de consumo del
organismo. Los lípidos se oxidan principalmente en el
hígado, la corteza suprarrenal, los músculos esqueléticos en
reposo y el corazón [13]. En el período post-absortivo
predomina la lipólisis, accionada por el decaimiento de los
niveles de insulina en la sangre, además del efecto de las
catecolaminas por los receptores beta-adrenérgicos, los
cuales aumentan la lipólisis. Al dejar el tejido adiposo, los
ácidos grasos libres se unen a la albúmina para ser
transportados hacia otros tejidos.

Videos

https://www.youtube.com/watch?v=4sv9Kvy001I

https://www.youtube.com/watch?v=7VpWVkCv3YU

https://www.youtube.com/watch?v=Uvzdlm-1IXk&list=PLA10F4986A9488D24

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