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Miguel Rios
Asimismo, este concepto nos remite a cuestiones de suma trascendencia, como, por
ejemplo, quienes son considerados seres humanos y quiénes no. También, nos confronta
con nuestras responsabilidades frente a los y las que sufren, víctimas de la violencia, la
discriminación o la exclusión social, e incluso nos confronta con el valor que les asignamos
a las personas que son diferentes a nosotras, en razón de su género, su etnia, su clase social,
su nacionalidad, su orientación sexual, entre otros.
Aunque las luchas más importantes por reivindicar los derechos humanos se inician con la
Ilustración europea, la verdad es que el concepto toma insumos de muchas culturas y
tradiciones del mundo al rescatar los valores y deseos de libertad, dignidad e igualdad.
Y esto es lo que lamentablemente parece estar ocurriendo en Costa Rica. Un artículo como
el publicado por Francisco Chacón, ministro de Comunicación, en días anteriores, es un
ejemplo de esto (La Nación, 19/6/12). Vanagloriarse porque en el país se cumplen los
derechos humanos de primera generación es fácil. Esa pelea se dio hace más de 200 años y
ya estos derechos forman parte de la institucionalidad democrática de muchos Estados, al
menos formalmente.
Más allá de la retórica. Los hechos, sin embargo, no parecen indicar que, más allá de la
retórica, este gobierno le asigne un valor trascendente a los derechos humanos. Veamos
algunos de estos hechos: el discurso repetido hasta el cansancio por la presidenta de que
estos asuntos no son prioridad de su gobierno. El haber negociado el nombramiento de J.
Gerardo Orozco como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea
Legislativa, espacio en el que tienen que discutirse los proyectos de ley atinentes a los
derechos de nueva generación. Un Gobierno que valora los derechos humanos, no facilita la
llegada a una comisión de esta naturaleza de una persona con una visión ultraconservadora,
prejuiciada, casi premoderna, dónde las creencias religiosas particulares tienen más valor
que los sujetos de carne y hueso, y que sus derechos.
La primera clasificación que a muchas personas les viene a la mente esta relacionada con la
legalidad. Esto haría una clasificación simple de legales e ilegales, aunque visto el ritmo de
aparición de nuevas sustancias podríamos incluir la categoría de alegales.
Cada cultura tiene sus drogas “legales” e “ilegales”, y los motivos de que una y no otra sea
legal o ilegal no suelen tener mucho sentido. Como ejemplo cercano en lo referente a las
diferencias en los usos de drogas por cultura, tenemos a los países de mayoría musulmana,
donde el alcohol está prohibido y en cambio el consumo de cannabis se tolera. En los países
occidentales suele ocurrir al contrario, el alcohol está permitido y promocionado mientras
que los productos del cannabis están perseguidos.
Aunque no siempre fue así. Han habido algunos intentos de prohibir el alcohol en el mundo
occidental. El que más repercusión tuvo fue el de EEUU por las graves consecuencias
sociales que tuvo llevar a cabo esa prohibición. La llamada Ley Voldstead (ley seca) fue la
culminación de unas demandas civiles que tenían que ver con los efectos del alcohol en las
personas. Mezclando argumentos morales: el alcohol corrompe a las personas, rompe
familias, condena al infierno; con argumentos de salud: toda la serie de enfermedades
hepáticas, mentales, etc..; fuerzas populares organizadas en lo que se llamó el Movimiento
por Templanza comenzaron a ganar adeptos y simpatías. De esa manera en 1914 se
reunieron 6 millones de firmas pidiendo al congreso la prohibición del alcohol. Lo que
sucedió a partir de ahí se podría resumir en justamente lo contrario de lo que se proponía:
Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación. El demonio de la
bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios
bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos; los
transformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos,
sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas
del infierno. (Voldstead, 1920).
Lejos de vaciarse las cárceles, éstas se llenaron de personas que hacían negocio con el
alcohol, como policías, médicos, farmacéuticos, etc. que también querían ganar dinero.
Muchas personas sufrieron enfermedades e incluso murieron por consumir alcohol
adulterado, de baja calidad, contaminado, etc. La ley no suprimió la demanda, sino que esta
continuó, por lo que pronto aparecieron grupos organizados que ofrecían aquello que
legalmente no se podía conseguir. Así que unos años después esa prohibición se eliminó y
el alcohol volvió a fluir por las calles estadounidenses.
Moverse en este tipo de parámetros puede facilitar las decisiones a la hora de consumir,
pero puede ser perjudicial para la salud, pues muchas veces no se tienen en cuenta los
factores de salud de las sustancias legales.
Una segunda clasificación sería la relacionada con los efectos que producen las sustancias
en el cerebro. Los tres tipos de efectos más habituales serían: estimulantes, depresores y
alucinógenos. Aún así podríamos hilar más fino y hablar de efectos entactógenos
(capacidad de generar contacto con el interior, de despertar empatía hacía uno mismo y
hacia los demás), enteógenos (la etimología de la palabra vendría a decir algo así como “el
nacimiento de dios en un o mismo” o “manifestación interior de lo divino”, ese concepto
sirve para designar sustancias alucinógenas que se han utilizado en contextos religiosos,
rituales, etc…), disociativos (efectos que producen una sensación de separación del propio
cuerpo y del entorno), etc. Y sobre todo, los efectos pueden variar de persona a persona.
Por ejemplo, el alcohol puede estimular levemente a algunas personas y a otras aletargarlas,
el cannabis puede relajar a algunas personas, estimular levemente a otras o producir
alucinaciones. A pesar de ello, una clasificación de los tipos de drogas más comunes sería
la siguiente:
Estimulantes: Tabaco, cocaína, anfetamina, cafeína, MDMA
Depresoras: alcohol, cannabis, benzodiazepinas, GHB, opio, opiaceos
Alucinógenas: LSD, setas mágicas, 2CB
Otra posible clasificación de los tipos de drogas que existen sería la que tiene que ver con el
daño que produce su consumo. Es posiblemente la clasificación más compleja de elaborar.
Definir el daño para poder evaluarlo es una tarea difícil ya que por un lado es un concepto
subjetivo y por otro lado hay distintos tipos de daños así como grados del mismo. El
investigador David Nutt hizo un estudio para evaluar los daños que producen algunas
drogas y los dividió en tres categorías: daño físico, dependencia y daños sociales.
Por daño físico entiende el daño que produce el consumo de una sustancia en el propio
consumidor. Se valoraban factores como la vía de administración, los posibles efectos
adversos como depresión respiratoria, cardiopatías, etc.
Por dependencia se valora la capacidad que tiene una sustancia de generar algún tipo de
dependencia en el consumidor. Desarrollar dependencia a alguna sustancia es un factor de
riesgo que produce daños en distintas áreas de la persona: relaciones sociales, salud física,
salud psicológica, laboral, etc. La dependencia está muy relacionada con el placer que
aporta el consumo de la sustancia. Placer relacionado con el refuerzo positivo (inicialmente
la persona consume porque le gusta o le aporta satisfacción) y con el refuerzo negativo (la
persona consume para paliar el malestar producido por el síndrome de abstinencia). Estos
placeres están relacionados con las descargas de dopamina (entre otros neurotransmisores)
en determinadas partes del cerebro.
Y por último, en cuanto al daño social se tienen en cuenta factores como el daño al entorno
familiar o al social más próximo, a los costes para el sistema de salud, etc.
Utilizando estas tres variables David Nutt llevó a cabo una recogida de datos que le sirvió
para categorizar los daños que produce el consumo de distintas drogas. Los resultados
chocaron de frente con las listas de fiscalización de estupefacientes. Estas listas se supone
que están basadas en la protección de la salud, pero la manera en la que se llevaron a cabo
no se conoce. Es decir, se puso de manifiesto que alrededor de las drogas no hay una razón
objetiva que sirva para prohibir o no una sustancia, o regular o no otra. Si nos guiáramos
por la escala de peligrosidad de Nutt, sustancias de uso y abuso actuales y legales estarían
prohibidas por la cantidad de daños que producen a la persona, a la sociedad y por la
dependencia que generan.
La clasificación más adecuada de las drogas es según los efectos que producen en el sistema
nervioso central, aparato que se encarga, entre otras cosas, de recoger y procesar las sensaciones
que percibimos a través de los sentidos, regular el funcionamiento de nuestros órganos internos
(latidos del corazón, respiraciones, sueño, etc.), analizar la información recibida para tomar
decisiones, y también se encarga de controlar los movimientos de nuestro cuerpo.
Hay tres tipos de drogas según esta clasificación:
Alcohol
Tranquilizantes y ansiolíticos
Hipnóticos o inductores del sueño (barbitúricos, benzodiacepinas)
Opiáceos (heroína, morfina, metadona, opio, codeína)
GHB (Gamma Hidroxi Butírico)
Estimulantes: hacen que estés como despierto/a o con sensación de gran energía, ya que aceleran
las funciones del sistema nervioso central.
Anfetaminas
Speed (generalmente es una anfetamina, que significa ‘velocidad’ en inglés por la
sensación de aceleración que produce en el organismo)
Metanfetamina (metanfetamina y anfetamina no son lo mismo puesto que la meta tiene
efectos más potentes que las anfetaminas comunes)
Cocaína / crack
Nicotina
Xantinas: teína, teobromina y cafeína
Taurina (bebidas energéticas)
PUEBLOS DE GUATEMALA.
Achi'
Este idioma se habla en cinco municipios del departamento de Baja Verapaz: Cubulco,
Rabinal, Salamá, San Jerónimo (parte) y San Miguel Chicaj.
Akateko
Idioma hablado en cinco municipios del departamento de Huehuetenango: concepción
Huista (parte), Nentón (dos aldeas), San Miguel Acatán, San Rafael La Independencia y
San Sebastián Coatán (hom).
Awakateko
Se habla en parte del municipio de Aguacatán, departamento de Huehuetenango.
Chuj
Se habla en tres municipios del departamento de Huehuetenango: Nentón (parte), San
Mateo Ixtatán y San Sebastián Coatán.
Ch'orti’
Itza’
Es hablado en seis municipios del departamento de El Petén: Flores, La Libertad
(parte), San Andrés (parte), San Benito (parte) y San José (parte).
Ixil
Hablado en tres municipios del departamento de El Quiché: Chajul, Cotzal y Santa María
Nebaj.
Kaqchikel
K'iche'
Departamento de Sololá: Nahualá, San Juan La Laguna (tres aldeas), Santa Catarina
Ixtahuacan, Santa Clara La Laguna, Santa Lucía Utatlán, Sololá.
Mam
Mopán
Se habla en cuatro municipios del departamento de El Petén: Dolores, San Luís, parte de
Melchor de Mencos y Poptún.
Popti (Jakalteko)
Se habla en seis municipios del departamento de Huehuetenango: Jacaltenango, La
Democracia (parte), Concepción, San Antonio Huista, Santa Ana Huista, parte de Nentón.
Poqomam
Departamento de Jalapa: San Carlos Alzatate, San Luis Jilotepeque, San Pedro Pinula
Poqomchi'
Departamento de Alta Verapaz: San Cristóbal Verapaz, Santa Cruz Verapaz, Tactic,
Tamahú y Tucurú (parte).
Q'anjob'al
Q'eqchi'
Departamento de Cobán: Chahal, Chiséc, Cobán, Fray Bartolomé de las Casas, Lanquín,
Panzos, San Juan Chamelco San Pedro Carchá, Santa María Cahabon, Senahu, Tucurú
(parte).
Departamento de Petén: La Libertad parte, Poptún, San Luís (parte), Sayaxché.
Sakapulteko
Se habla en parte de Sacapulas, municipio de El Quiché.
Sipakapense
Se habla únicamente en Sipacapa, municipio de San Marcos.
Tektiteko
Departamento de Huehuetenango: Cuilco (parte) y Tectitán
Tz'utujil
Departamento de Sololá: San Juan La Laguna, San Lucas Tolimán, San Pablo La Laguna,
San Pedro La Laguna, Santa María Visitación y Santiago Atitlán.
Uspanteko
Hablado en Uspantán municipio del departamento de El Quiché.
Xinka
Es uno los cuatro pueblos que conviven en el territorio guatemalteco, este es un Pueblo
diferente al Pueblo Maya y Garífuna, tiene su propia cosmovisión, su idioma y sus
características.
El territorio Xinka ocupa los departamentos de Santa Rosa, Jutiapa, Jalapa, parte de
Escuintla, El Progreso, Zacapa, parte de Chiquimula parte del departamento de Guatemala
y parte del departamento de Mazatenango.
Garífuna
Los Garífunas son el resultado de un mestizaje de tres grupos étnicos: los indios caribes, los
arahuacos originarios de la América de Sur y de los negros procedentes de África. A
principios del siglo XIX, se establecieron en las costas de Livingston, Izabal en Guatemala,
y lo llamaron “La Buga”, que quiere decir “La Boca” porque está situada en la
desembocadura del Río Dulce.
Castellano
El idioma oficial de Guatemala es el Castellano o Español, se hablan también Idiomas
mayas. Aunque el idioma oficial sea el español, no es entendido por toda la población
indígena. Sin embargo, los Acuerdos de Paz firmados en diciembre de 1996 aseguran la
traducción de algunos documentos oficiales en varios idiomas indígenas. Se han hecho
esfuerzos por hacer escritura de cada uno de los idiomas.
shrub – arbusto
thistle – cardo
toadstool – seta venenosa
tree – árbol
weed – mala hierba / coloquial para marihuana
wheat – trigo
wild flower – flor silvestre
10 ORACIONES CON MAYUSCULA.