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Autores:
Cruzado Hurtado, Erika Raquel
Pérez García, Marco Antonio
Trujillo – Perú
2019
Introducción
El feminismo se concibe como un movimiento de emancipación de la mujer, que
durante muchos años ha ido obteniendo diferentes influencias. Comparándola con
otros movimientos, ha posicionado una transformación en el pensar y accionar de
las personas, por medio de teoría y práctica de sus diferentes postulados.
(Gamba, S., 2007).
La Revolución Francesa, fue uno de los acontecimientos que sirvió para que las
mujeres empezaran a expresarse de manera grupal, gracias a figuras como
Condorcet y Mary Wollstonecraft; quienes con sus obras hacían expresión a la
independencia e igualdad de las mujeres tanto en sus vidas personales como
sociales, postulando también los derechos políticos; como el derecho al voto.
Aunque tomaron conciencia del colectivo oprimido, el feminismo fue derrotado y
aquellas mujeres que participaron de la emancipación fueron castigadas con la
guillotina o el exilio.
En los años 30, casi todos los países desarrollados habían aceptado el derecho
de las mujeres al voto, excepto Suiza, que lo reconoció hasta 1970.
Las feministas del siglo XIX y XX, buscaban también la igualdad de los derechos
democráticos, basado en principios liberales.
El problema que los posmodernistas descubrieron al finalizar los 60’s, fue que
existe una cantidad de maneras casi infinita de interpretar un hecho, por ejemplo,
si se toma la biblia o una obra de Shakespeare, hay un sinfín de potenciales
interpretaciones a los que se puede derivar, porque es muy complejo y
sofisticado; al imaginar que se puede interpretar, la palabra, la frase, el párrafo, el
capítulo, se puede interpretar en todos los sentidos de la obra y de toda la
tradición, teniendo en cuenta también la información previa almacenada es los
esquemas mentales, luego en el contexto de la discusión que se está teniendo y
todo esto afectaría en cómo se interpreta la obra.
En conclusión, existe una cantidad infinita de maneras para interpretar un texto,
una cantidad infinita de formas para ver el mundo, he aquí la famosa frase de
Nietzsche “No existe la verdad, solo interpretaciones.” Posteriormente, los
posmodernistas, concluyeron que no hay una forma correcta de interpretar los
hechos, se pueden interpretar de cualquier forma, proveniente de ello se
generaron términos como “diversidad” y términos que anduvieron en crisis como
“Igualdad”, “Libertad” y “Progreso.”
De tal manera, se puede argumentar que son los mismos axiomas ideológicos del
posmodernismo los que componen a la política feminista, que busca una igualdad
totalitaria, promoviendo una visión del mundo en la que los hombres son los
opresores lo que equivale en el discurso marxista a un “capitalista”, y las mujeres
son las oprimidas a lo que se podría llamar “proletariado”.
Según Gracia, E. & Marlo, J. (2016) en su artículo “La violencia de pareja íntima
contra las mujeres y la paradoja nórdica” concluyó que los Países Nórdicos son
los estados con mayor igualdad de género y que poseen más altas tasas de
violencia contra la mujer, los investigadores la han denominado “Paradoja
Nórdica” y destacan que el conocimiento de las causas de esta paradoja puede
abrir nuevas perspectivas para orientar la investigación en violencia de pareja con
el propósito de atender adecuadamente a este problema de salud pública,
además señalan que al parecer la igualdad de género no tiene relación con alta
tasa de violencia de pareja en dichos países, se plantea la hipótesis en una
tercera variable aun no considerada, también manifiestan que estos estados
poseen similitud en igualdad de género y que son casi iguales en características
que aumentan los niveles de violencia de género como las conductas adictivas al
alcohol.
Otro estudio conducido, por Steat, G. & Geary, D (2018) desarrolló una
investigación denominada, “La paradoja de la igualdad de género en ciencia,
tecnología, ingeniería y educación matemática” se analizaron los datos de 475
000 adolescentes de 65 países y encontró una paradoja en la equidad de género,
pues entre mayor igualdad haya en una sociedad, las diferencias entre sexos se
remarcan aún más; concluyeron que en países escandinavos (Suecia, Noruega o
Finlandia), donde hay niveles más altos de equidad de género, no cuentan con
muchas graduadas en Matemáticas, Ciencia, Ingeniería y Tecnología. Por otro
lado, en países más conservadores cuentan con más mujeres graduadas en
dichas carreras, los investigadores aseguran que en países más liberales y ricos,
las preferencias personales se expresan con más fuerza, por el contrario en
países con menos oportunidades dichas carreas bien remuneradas pueden
resultar atractivas para las mujeres.
En el Perú, en correspondencia del INEI Instituto Nacional de Estadística (2017)
en su documento “Brechas de género”, concluye que la desigualdad en el Perú
posee una media de 0,391 que vacila entre 0 (sin desigualdad) y 1 (desigualdad
completa). Se tomaron en cuenta tres dimensiones: mercado laboral,
empoderamiento y salud reproductiva, se dice que mientras mayor sea las
disparidades de genero de en todas las dimensiones, más alto será el valor del
índice de desigualdad. Refieren que el índice de desigualdad de género es
necesario para comprender las brechas entre hombres y mujeres, es útil medir las
desventajas que padecen las mujeres, ya que permite observar el progreso de los
objetivos de la equidad de género que son erradicar la jerarquía del patriarcado
con el fin de llegar a la igualdad perfecta e impulsar a los gobiernos a tomar cartas
en el asunto.
La Primera Guerra Mundial, sirvió como aliado para que los hombres
fueran a la guerra y las mujeres tomaran el mando de la economía
industrial, y la administración pública. En dicho contexto, el Rey
Jorge V; no pudo oponerse a la ley del sufragio femenino,
aprobándola en 1917.
b) La distinción de lo público/privado
El hecho de que un ámbito central de la desigualdad sexual yace
en la familia, esta ha quedado fuera del debate político, por ende
se asume que la justicia solo participa en un mundo público y
que la familiar es parte de la forma de vida íntima.
a) Jaques Derrida
Con la aparición de Jacques Derrida a mediados de los 70’s,
quien concluyó que la gente interpreta el mundo de una forma
que facilita su adquisición de poder, se dice que el poder es la
razón.
c) Brecha salarial
El concepto de brecha salarial, tiene su origen en la
connotación de género que se da en las diferencias de
retribución entre hombres y mujeres en el ámbito laboral.
d) Sexismo
El sexismo es el poder que ejerce un grupo de personas
sobre otra en razón a su sexo.
Los hombres buenos, son agresivos, pero saben controlar esa parte de su
personalidad, porque la han integrado correctamente, los hombres buenos,
no son para nada hombres pasivos, ni neutrales, son hombres que
enfrentan los conflictos porque son concienzudos, los hombres buenos son
hábiles y competentes.
La igualdad de género como propuesta de la política feminista es
paradójica, ya que se ha visto países más igualitarios en género, al
disminuir la desigualdad generada por variables socio-ambientales entre
ambos géneros, se maximizan las diferencias biogenéticas, porque es todo
lo que habría. ¿O algo más?
Las brechas entre hombres y mujeres existen, realmente sí, pero cualquier
científico que sea serio, sabe y reconoce la importancia de analizar el
problema en relación a todas las variables posibles, para determinar lo que
es real, entonces no se puede argumentar que la única causa de una
brecha salarial sea el prejuicio por género.
Algunas categorías agrupan más personas que otras, razas por ejemplo, el
problema de esto es que hay varias formas de clasificar a las personas en
grupos axiomáticos, pero no hay forma evidente de determinar qué grupo
es más importante que otro, he aquí donde la política de izquierda radical
emplea el juego de agrupar y desagrupar, se prioriza la jerarquía más baja,
y se hace la pregunta: ¿Es 50% hombres y 50% mujeres? Si la respuesta
es negativa, la razón causal es “opresión sistemática”, “prejuicio”,
“intolerancia” y “misoginia”. Luego se dice que la personas de la empresa
son intolerantes y misóginos, si no es conscientemente se dice que es
inconscientemente, posteriormente se arma un plan de acción para reducir
la desigualdad en ese nivel jerárquico que representa proporcionalmente la
organización. El analista escoge convenientemente que grupo se
representara y a cual pertenece cada persona, aunque existan una
cantidad infinita de formas de agrupar a las personas, y con qué población
compararla. Con ese enfoque se puede mantener a la gente, es una
inestabilidad permanente.
Por ende, no se comparte en lo absoluto esta política del feminismo
posmoderno, es un parásito engendrado por el marxismo el cual a través
de Jaques Derrida y demás pensadores posmodernos, todos neomarxistas,
hicieron una jugada “maestra” en cambiar la cancha de juego del marxismo
clásico de burgués contra clase obrera en la economía, a hombres vs
mujeres en el poder, porque para ellos todo es poder, porque sencillamente
están hambrientos de poder, es una clara “proyección” si se quiere ver
desde el punto de vista del pensamiento psicoanalítico.
Realmente este es el juego, juego patológico de por sí. El juego que los
neo-marxistas han desplazado hacia las universidades, especialmente
corroyendo las humanidades. Porque solo genera emociones negativas
constantes en las mujeres que asumen esta ideas, genera crisis de
masculinidad, y afecta principalmente a las mujeres del sector universitario
de psicología quienes suelen estar receptivas a esta política en los últimos
años.