de personajes quiméricos, animar-
consejo de prudencia, maldecir al
anos de anicar a los perros buenos
en esos juegos inocentes. Tal es el
1 pedazo de tela puede conmover-
intensamente moral. La casa Pha-
ulas no bromea cuando se trata de
‘mpensada, el crimen es castigado,
2s hombres infiles apaleados por
familiar, con tendencias a educar
al lado de esas escenas demasiado
so menos elevadas. Muchos cuen-
culos jestculados de gran interés.
nn escenas mui cautivantes. Acon-
‘sas{ no se tocarfa la obra misma;
Asimismo es uno de los encantos
‘ose resiente, Los personajes guar-
cs. Esuna gran fortuna. El teatro
1s imdjenes acompafiadas por una
sofas, vaa divertrs, ise divier-
sus puertas a ese espectéculo, El
de cinematégrafo y se debe fire
var, la mayor parte pereenecientes
artes: con dos francos se paga una
le ordinatio vale cinco o seis veces
sma del teatro barato, ventaja que
la parte del piblico que no va al
importa el jénero del espectéculo
se pata el cinematégrafo, i més
invierno, a ceder ante la moda i
céculo cinematogeéfico se monta
he durante un siglo, Es una gran
se reciba la proyeccién.
20, el cinematégrafo es una de las
s tiempos. Algunas mejoras hardin
Leahimaclnyfonones line =
de dun inscrumentos perfecto i verdaderamente méjico (se ha dado el primer
paso con la fotografia en colores de Lumiére). Entonces conoceremos verdaders-
mente la vasta tierra hasta en sus mds inaccesibles rincones i las costumbres di-
vetsas de los hombres vendrin a aicarse ante nosotros como un cuerpo de déciles
balarinas. Aprovechémoslo. Lleno de limpieza i de incuria seré.quien desdefie
«60s espectéculos. Dan alla inteliencia una singular ilustracién. El cinemarografo,
clafio pasado, me dio datos sobre Marruecos, que nunca hubiera encontrado en
los relatos confusos de los viaeros. Vi desfilar el ejércto, a arilerfa del Sultén i
comprendi la estupidez de los hombres piiblicos que tomaban a serio la potencia
deesefantoche. Fra una leccién visual i solo esa se puede contar.
“El cinematégrafo”
Elteatroilustrado, primera quincena de julio de 1912
Esta invencién principié por ser una curiosidad, pasé a er un entretenimiento
yesté llamado a ser un medio educativo.
Yao estésiendo y no solamente para los individuos de cierca edad, sino para
los de todas las edades no para los de una clase socal, sino para todas las clases;
no para un pueblo, sino para la humanidad entera. Porque el Cinematdgrafo ha-
bla el verdadero idioma universal y el que estéal alcance de todas ls ineligencias.
Elniffo que no ha salido de la ignorancia, y el anciano que vuelve ala ignorancia,
comprenden igualmente el mensaje que les leva la pintura moviente, lo desci-
fan inconscientemente, lo inscriben en la memoria y el efecto es superior al de
cualquiera lectura y al de cualquiera leccién oral, y de ese modo viaja el espirtu,
aunque el cuerpo no cambie de lugar.
El fendmeno es més sorprendente, més completo y sugestivo cuando se trata
del Cinematégrafo, que no solamente nos oftece la vista fotogréfica con movi-
riento, con expresin, siendo perfecta la ilusién hasta el punto de hacernos vivir
Jo que estamos contemplando, y de llegar a persuadienos de que formamos parte
del cuadro que representa. Y como el Cinematégrafo tiene mayor semejanza con
Ja ida multiplica indefinidamente el valor de la Fotografia, como elemento edu-
cativo
‘Asi como el cuadto cinematogréfico nos instruye y deleita, al presentarnos he-
hos histricos, paisajes, costumbres de otros pueblos, aspectos de la nacuraleza,
deja impresiones més o menos profundas asf también sitve para connaturalizar-
ros con escenas de horror, de erfmenes, y son un medio de propagacién del viio.Si, ciercamence, el mal existe. Hasta ahora esos episodios solo han sido con-
siderados por el lado cémico, sin parar mientes en las consecuencias trégicas, ls
ue, repito, considero como remoras y asladas. ¥ si tomo en cuenta esas reflexio-
nes, no es para combatirlas, ni para modificar su fuerza, sino a fin de apoyarme en
cllas para patentizas la influencia del Cinemat6grafo, pues mientras més lo estu
dio, més lo admiro; mientras més aquilato sus triunfos del presente, més inmenso
encuentro su campo de accién en lo porvenis.
“Los ataques al cinematégrafo” por Jotapé
Chile Cinematogréfco, n°2, en"Editoral, 25 de julio de 935
Ha cinco afos llegé a creerse que el cinemat6grafo habia entrado francamente
a las postrimerias de su reinado como especticulo teatral
Yen verdad, se inicié en esa época una campafa que, naciendo en los circulos
literaios, fructificé fécilmente entre el elemento artistico europeo cuyos repre-
sentantes sugestionados por esta labor creyeron a su ver que la pantalla animads,
invadiendo los escenatios, encerraba para ellos un peligro positivo, que llegaria en
un plazo no remoto a reducirlos, sino a exonerarlos por completo de su habitual
“érbita de acci
‘Mucho se hablo y se escribieron centenares de carillas autorizadas por firmas
prestigiosas en el mundo de las letras, sefialando al cinematégrafo como un espec-
ticulo sencillote, chocarrero, cuyo ambiente solo se amoldaba alas grucsas masis
populates con las espeluznantes escenas del drama sangriento ¢ inverosttmil 0 con
las situaciones ridfculamente grotescas de una pelicula eémicas ino faltando quien
con cruel ensafiamiento, lo tildara de prostitucién del arte!
La campafa fue tan ruda y sostenida que impresioné no solo al pibico sino |
que aun Jos fabricances temblaron contagiéndose con el pesado ambiente que
auguraba un agotamiento més 0 menos préximo de la faz explotable del cinema-
tégrafo y con ello la muerte de lo que hoy dfa ha llegado a constituir uno de los
ramos mis extensos y productivos del arte teatral.
Pero como no hay mayor fuente de recursos que la necesidad misma de encon-
tratlos para conjurar algsin peligro, de ahi que los fabricantes del film atacacos ea
la base de sus intereses, lejos de conformarse con la perspectiva de un aniquil
rmiento cercano, resuelven conquister nuevos campos de accién que luego invades,
con admirable fortuna apelando a los medios de resurgimiento con tanto aciert |
{que las mismas plumas que no ha mucho desfojaban en airados articulos su ma
cencubierto enc
confesado abier
humano,
Qué sucedi
en la marcha de
Se estudiaror
que el decaimier
de los temas exp
grafos y 2° Lace
se le hacia desde
Conocido el
cruzada del resu
que, aunque de
las primeras den
nueva era que hs
objeto.
Estas obras f
interpretacién e
sgrafla ha registr:
no ha logrado se
de la visién anin
en escenario alg
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Pudo algin
visi6n sublime,
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indudable.
Por otra par