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Nuestro personaje nace en la época aproximada a la muerte de Alfonso XII,
la cual dio paso a la regencia de María Cristina, periodo que se inició con el gobierno
de Sagasta. Este estaba caracterizado por la aprobación de la Ley de Asociaciones,
la libertad de prensa, la extensión del sufragio universal a los hombres (1890) y la
creación de la institución del jurado, entre otros muchos avances. La nueva
regulación permitió la aparición de otro partido político en escena, el Partido
Republicano de España, que tendrá gran influencia en el futuro. Comenzó en este
periodo la aparición del anarquismo y del socialismo a través del PSOE (fundado en
1879) con los primeros movimientos obreros que surgen de la revolución industrial.
María Lejárraga mostrará simpatía con las filas socialistas prácticamente a lo largo
de toda su vida.
De todas maneras, por los ambientes teatrales, para los que escribían
muchas obras, enseguida empezó a correr el rumor de que las obras de Gregorio
eran en realidad de su mujer. El marido, antes de morir, firmó una documento donde
reconoce los hechos. Más tarde, se ha sabido que María llegó incluso a escribir bajo
el nombre de otros autores, como Eduardo Marquina, sabiéndose que la obra
firmada por él “El pavo real” fue en realidad escrita por ella.
Como dato curioso, en el año 2012 salieron a la luz dos libros en los que
María era la protagonista. El primero es “Palabras insensatas que tú comprenderás”,
del escritor Salvador Compán, y el segundo “Cándida”, obra de Isabel Lizarraga.
María falleció, en el año 1974, en Argentina.
También hay que aclarar que la revista Helios (en la que escribieron nombres
fundamentales como los de los hermanos Machado, Pérez de Ayala, Unamuno,
Rubén Darío y muchos otros), fundada en abril de 1903 y de la que solo se
publicaron once números, se atribuye erróneamente al poeta Juan Ramón Jiménez.
Sin embargo, fue fundada por Gregorio y María de la O, siendo su principal promotor
el poeta Juan Ramón Jiménez, con el que María compartía secretos y confidencias.
Él mismo le dedicó el siguiente poema a María: