Вы находитесь на странице: 1из 1

Por otro lado, Boudieu plantea ver al lenguaje como una cuestión que excede la

comunicación interpersonal. Desde este punto de vista se concluye que el intercambio


lingüístico no es solamente competencia lingüística, ni tampoco es solamente intercambio
comunicativo. Para entender mejor este argumente, Boudieu plantea tres nociones.

En primer lugar la SITUACION LINGÜÍSTICA. Toda situación lingüística funciona como un


“mercado lingüístico” en el cual el productor lingüístico (el hablante) coloca sus productos
lingüísticos (discurso) en el marcado. El valor del producto dependerá de las condiciones de
recepción de ese mercado, entonces, el productor, para obtener mayor ganancia de sus
productos, tendrá que poder anticipar cuales son las condiciones de recepción del mercado en
el cual coloca sus productos. Eso quiere decir que el locutor (hablante) no solo debe poseer
criterios de gramaticalidad con respecto a sus enunciados, sino que también, tendrá que
poseer criterios de aceptabilidad de esos enunciados

En segundo lugar el HABITUS LINGUISTICO, que es un conjunto de condiciones sociales las


cuales, si bien están definidas de manera socio historia es todo hablante, también se perciben
como dadas. El habitus lingüístico origina la capacidad de los hablantes para producir un
discurso. Cuando se produce un discurso, el locutor (el que produce el discurso), no es el que
“novedosamente” genere un discurso totalmente propio, sino que “nuestros propios discursos”
son discursos que a la vez están siendo producidos por nuestro entorno discursivo, o sea que
somos los re-productores de los discursos de nuestra propia época.

En tercer lugar el MERCADO LINGUISTICO, que es una situación lingüística particular. Hay
mercado lingüístico siempre que alguien produce un discurso dirigido a receptores capases de
evaluarlo, apreciarlo y recompensarlo. Por lo tanto, el productor lingüístico (hablante) va a
colocar su producto lingüístico (discurso) en un mercado lingüístico en el que sea valorado.
Esa ganancia o valor que obtenga el productor lingüístico de su producto, va a depender de la
recepción del mercado, y van a ser layes de formación de precios que impone ese mercado.
Es por eso que el productor lingüístico va a tener que anticipar el valor que el mercado le va a
dar a su producto para saber que producto usar, ya que el valor del mercado dependerá del
lugar en donde se coloque ese producto.

De esa manera Boudieu propone la idea de reemplazar la teoría de competencia lingüística


por la noción del capital lingüístico. En otras palabras, para Boudieu, la función predominante
del lenguaje no es la función comunicativa (intercambio de información), ni la función cognitiva
(intercambio de pensamiento), sino una función simbólica, en donde lo que se intercambia son
beneficios lingüísticos en términos de “tomar la palabra”

El hablante o locutor que tenga capital lingüístico va a tener la capacidad de tomar la palabra,
es por eso que será parte de su capital lingüístico el poder anticipar cuales son los precios que
obtendrá su producto en determinado mercado para poder decidir si colocarlo o no.

¿Quiénes son los que obtienen capital lingüístico en una sociedad?

Boudieu dice que, así como el marcado económico está dominado por determinados
productores monopólicos, el mercado lingüístico esta monopolizado por determinados
sectores sociales que dominan las leyes de formación de precios. Para que se pueda dominar
a determinados productores, debe existir la unificación del mercado lingüístico, por lo tanto,
estas relaciones de poder, (también llamadas relaciones de fuerzas o relaciones simbólicas)
son asimétricas, ya que algunos productores tienen más capacidad lingüística que otros
porque poseen el lenguaje dominante

Вам также может понравиться