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KITVEI HA’KODESH
(Escritos Apartados)
CLASE Nº 6
Es una lástima que los lectores cristianos de las Escrituras no siempre hagan
las mismas investigaciones. Muchos parecen abrirla y leerla al azar. O
empiezan con el libro de Bereshit [Génesis] y se quedan estancados en
Vayiqrá [Levítico]. O continúan penosamente por un sentido de obligación,
aun leyendo las Kitvê Ha'Kodesh ([ )כתבי קודשEscrituras de santidad] de
manera completa, sección por sección, en cinco años o menos, pero sin
aprovechar mucho de su estudio por falta de comprensión del propósito total
del libro. O bien abandonan la lectura, o nunca la empiezan, porque no
pueden ver cómo el relato de un pueblo lejano en una época lejana puede
significarles algo en el día de hoy. Por lo general tratan al conjunto de libros,
a los que llaman “Biblia” de una manera muy particular. La abren cuando
tienen sus reuniones dominicales o por una situación difícil de la vida, no hay
un hombre diario de su lectura ¿Por qué sucede esto? Hubo una mala
enseñanza de parte de aquellos que estaban encargados de guiarlos a Elohím,
y de enseñarles sus caminos.
Por otro lado podemos decir, que las escrituras que conforman el TANAJ
()תנ״ך, no forman en realidad un libro, sino una biblioteca de libros, y éstos
sin duda tienen un "propósito" determinado. Fueron compiladas por
diferentes autores, en diferentes épocas, con diferentes propósitos. Contiene,
en realidad, una gran variedad de temas y de autores humanos. Pero detrás
de éstos, hay un único Autor divino, con un solo tema unificador. La misma
Escritura declara cuál es este tema. Lo dice varias veces, en diversos lugares,
pero tal vez en ninguna parte más sucintamente que cuando Shaúl le escribe
a Timotios: “como desde la niñez has conocido las Escrituras Kadoshim que
pueden darte la sabiduría que te lleva a la salvación, por medio de estar
confiando en Yeshûa Ha'Mashíaj. Toda Escritura está inspirada por Elohím, y
es valiosa para enseñar la verdad, para convencer de pecado, corregir los
errores y entrenar en una vida justa; a fin de que todos los que pertenezcan a
Elohím, puedan estar completamente equipados para toda obra buena” [1].
Aquí Shaúl une el origen y el propósito de la Escritura: de dónde viene y a
qué está destinada.
Su origen: "que es inspirada por Elohím mismo" (los autores fueron
inspirados a través del Ruaj Ha'Kodesh, ya que Elohím exhaló de su Ruaj
sobre los escritores). Como ya explicamos antes, cuando Shaúl escribe esto,
los “Kitve ha'Talmidím Rishoním” no estaba conformado y así que cuando él
lo escribe, solo se refiere al TANAJ. El objetivo del TANAJ es ser: "útil" para
los hombres. En realidad, es útil para los hombres solo porque es inspirada
por el Ruaj de Elohím. Debemos dejar el tema de la inspiración del TANAJ
para más adelante; en este capítulo queremos investigar la naturaleza de su
utilidad. Para ello tomaremos tres palabras que emplea Shaúl: "salvación",
"Mashiaj" y "emunáh [fe obediente]".
UN LIBRO DE SALVACIÓN
Tal vez ninguna palabra de las Escrituras ha sido tan mal interpretada y
utilizada como la palabra "salvación". Algunos creyentes somos culpables
por haber presentado al mundo una caricatura de ella. Como resultado, la
"salvación" es para muchos una fuente de confusión, y aun objeto de ridículo.
Necesitamos rescatarla del estrecho concepto al que a veces la hemos
reducido. Porque "salvación" es una palabra grande y noble, como pronto lo
demostraremos. Salvación es “libertad”. Sí, y también “renovación”;
finalmente la renovación de todo el cosmos. Ahora bien, el propósito
supremo de las Escrituras, le dice Shaúl a Timotios, es instruir a sus lectores
"para la salvación”. Esto indica que la Escritura tiene un propósito práctico, y
que ese propósito es moral más bien que intelectual. O más bien que su
instrucción intelectual (su "sabiduría", como sugiere el término griego), se
imparte con vistas a la experiencia moral llamada "salvación". A fin de captar
más firmemente este propósito positivo de la Escritura, puede ser útil
contrastarlo con algunos otros que son negativos.
EL MESÍAS EN LA TORÁH
La salvación para la cual las Escrituras nos instruyen está a nuestro alcance
"mediante la emunáh [fe obediente] en Yeshûa". Por tanto, puesto que la
Escritura tiene que ver con la “salvación” y la salvación es mediante el
Mesías, la Escritura está llena del Mesías. El mismo R' Yeshûa entendía así la
naturaleza y función del TANAJ. Él dijo: “Ustedes se mantienen examinando el
Tanaj porque piensan que en él tienen vida eterna. Esas mismas Escrituras
dan testimonio de mí” [7]. O sea, que "las Escrituras mismas dan testimonio de
Él, hablan de Él y hacen referencia a su venida". Y otra vez, después de la
resurrección, yendo con dos talmidím [discípulos] de Yerushalayím a Emaús,
les reprochó su incredulidad, debido a su ignorancia de las Escrituras. Luqa,
que relata el caso, agrega: “Entonces, empezando por Moshé, y siguiendo por
todos los profetas, les explicó las cosas que pueden ser encontradas en el Tanaj
referente a El” [8]. Poco más tarde, el Adón resucitado dijo a un grupo mayor
de sus talmidím [discípulos]: “Yeshûa les dijo: "A esto me refería, cuando
todavía estaba con ustedes, y les decía que todo lo que está escrito en la Toráh
de Moshé, los Profetas, y los Salmos tenía que ser cumplido” [9].
El Mesías afirmaba, pues, no sólo que las Escrituras daban testimonio de él
en general, sino que en cada una de las tres divisiones de la Escritura del
TANAJ (la Toráh, los Neviím [profetas] y los Tehilím [Salmos] (o Ketuviím
"Escritos")- había cosas referentes a él, y que todas esas cosas debían
cumplirse. La relación fundamental entre el TANAJ y los “Kitve ha'Talmidím
Rishoním”, según el Mesías, es entre la promesa y el cumplimiento. La
palabra "cumplido", fue la primera que R' Yeshûa pronunció en su ministerio
público: “¡El tiempo ha llegado, El Reino de Elohím está cerca! ¡Vuélvanse a
YHWH de sus pecados y crean en las Buenas Noticias!” [10]. R' Yeshûa
Ha'Mashíaj estaba plenamente convencido de que los largos siglos de
expectación habían terminado, y que él mismo había introducido los días del
cumplimiento. Así que pudo decir a sus talmidím [discípulos]: "Pero ustedes,
¡bendecidos son sus ojos, porque ellos ven; y sus oídos, porque ellos oyen! ¡Sí, en
verdad! Les aseguro que muchos profetas y muchos tzadiqím quisieron haber
visto esto que ustedes están viendo, y no lo vieron; quisieron haber oído esto
que ustedes están oyendo, y no lo oyeron” [11]. R' Yeshûa afirmó que los ojos y
oídos que ven y oyen y entienden Su misión como Mesías, eran bendecidos
sobre todos, porque era la restauración individual y nacional de Yisra'el tan
esperada, pero que no habían visto los hombres Kadoshim de la antigüedad.
A la luz de esta afirmación, examinaremos primero el TANAJ en sus tres
divisiones y luego los “Kitvê ha'Talmidím Rishoním”, y trataremos de ver
cómo nuestro Salvador, R' Yeshûa Ha'Mashíaj mismo (en términos de
promesa y cumplimiento), es el tema unificador de la Escritura. Por "Toráh"
se entiende lo que el cristianismo llama “Pentateuco”, o sea, los primeros
cinco libros del TANAJ. ¿Podemos realmente hallar al Mesías en ellos? Sin
duda alguna. Para empezar, contienen algunas profecías fundamentales de
la salvación de Elohím por medio del Mesías y que se reflejan en el resto de
las Escrituras. Elohím prometió en primer lugar que la simiente de Javâh
[Eva] aplastaría la cabeza de la serpiente; luego, que por medio de la
reino que los reyes de Yisra'el y Yehudáh, y aun el mismo David, habían
prefigurado tan imperfectamente. En su reino la opresión daría lugar a la
justicia, y la guerra a la paz. Y su extensión o su duración no tendrían límites,
porque su dominio se extendería de mar a mar, hasta los fines de la tierra, y
duraría perpetuamente. Estas cuatro características del reino del Mesías -
paz, justicia, universalidad y eternidad- aparecen juntas en una de las más
famosas profecías de Yeshayah [Isaías]: ““Porque un niño nos es nacido, un
hijo nos es dado; cuyo dominio reposará sobre sus hombros y le será dado el
Nombre Pele-Yoetz, El Gibbor, Avi-Ad, Sar-Shalom, [Maravilla de Consejero,
Elohim Poderoso, Padre de la Eternidad, Príncipe de Shalom], su gobierno será
grandioso, y de su Shalom no habrá fin; [estará] sobre el trono y reinado de
David, para asegurarlo y sostenerlo mediante justicia y rectitud desde ahora y
para siempre El celo de YHWH-Tzevaot realizará esto” [19].
Si bien es verdad que los profetas predijeron la gloria del Mesías, también lo
es que predijeron sus sufrimientos. La más conocida de tales profecías,
obviamente definitiva para la interpretación de su ministerio por nuestro
propio Adón, es la del Siervo sufriente, de Yeshayah 53:3. Sería: "Pero su
forma era innoble, e inferior a la de los hijos de hombre, un hombre de
sufrimiento… como alguno de quién la gente vuelve el rostro, fue despreciado,
nosotros no lo estimamos". Sobre todo, llevaría los pecados de su pueblo:
“Pero Él fue herido por causa de nuestros pecados, machacado por nuestras
iniquidades; el castigo de nuestro Shalom cayó sobre El y por sus llagas hemos
sido sanados. Todos nosotros, como ovejas, nos descarriamos; cada cual se
volvió por su propio camino sin embargo, YHWH cargó sobre la culpa de todos
nuestros pecados” [20].
19 Yeshayah 9:6-7.
20 Yeshayah 53:5-6.
Cuando un goy [gentil] cree en el Mesías deja de ser “goyím” y pasa a ser
“israelita”. Shaúl lo explica así: “Por lo tanto, recuerden el estado en que
estaban antes: Ustedes, Gentiles de nacimiento, llamados los incircuncisos
por aquellos que por una simple operación en la carne son llamados
circuncisos, en aquel tiempo no tenían Mashíaj. Estaban apartados de la
vida nacional de Yisra'el, extranjeros a los Pactos que personifican la
promesa de Elohím. Estaban en este mundo sin esperanza y sin Elohim. Pero
ahora ustedes, que estaban muy lejos, han sido acercados por medio del
derramamiento de la sangre del Mashíaj. Porque El mismo es nuestro
Shalom, Él nos ha hecho a ambos pueblos uno y ha derrumbado la mejitzah
que nos dividía, destruyendo en su propio cuerpo la enemistad ocasionada por
la Toráh con sus mandamientos, manifestada en la forma de dogmas. El hizo
esto, para crear en unión con El mismo de los dos, un hombre renovado, y
entonces hacer Shalom. Para así, reconciliar para Elohím, ambos pueblos
en un sólo cuerpo, siendo ejecutado como un criminal, entonces mató en sí
mismo esa enemistad. También cuando vino, El anunció como Buenas
Noticias, Shalom a ti que estás lejos, y Shalom a aquellos que están cerca,
noticias, que por medio de El ambos tenemos acceso en un Ruaj al Padre. Así
que, entonces, ya no son extranjeros ni desconocidos. Por el contrario,
ustedes son conciudadanos con el pueblo de YHWH y miembros de la
misma familia de YHWH. Ustedes han edificado sobre el fundamento de los
emisarios y de los profetas, con la piedra angular, siendo esta, Yeshûa
Ha'Mashíaj mismo. En unión con El, el edificio completo crece hacia el Lugar
Kadosh de morada en Elohím. ¡Si, en unión con El, ustedes están siendo
edificados juntos en el hogar de Elohím en el Ruaj!” [29].
Y para terminar esta tema, citaremos casi las últimas palabras del Séfer de
Gilgalút [Revelación] son en el péreq 22:17a, 20: “El Ruaj y la Esposa dicen:
'¡Ven!' Que todos los que oiga digan: '¡Ven!'… El que da testimonio de estas
cosas dice: '¡Si, Yo vengo pronto!'" ¡Amein! ¡Ven, Adón Yeshûa!”. Entre los libros
del TANAJ y de los “Kitvê ha'Talmidím Rishoním” hay una gran diversidad de
contenido, estilo y propósito, y en algunos de ellos el testimonio sobre Él
Mesías es indirecto, hasta podría decirse oblicuo. Pero este breve repaso del
TANAJ y de los escritos de los “Kitve ha'Talmidím Rishoním” debieran bastar
para demostrar que " el testimonio de Yeshûa es el Ruaj de profecía" [30]. Si
31 Romaniyím 3:22.
Clase 6 – “El propósito del TANAJ Página 100
Casa de Estudios “Torâh Emet” – Proclamando la Dávar de Adonay hasta el retorno de R' Yeshûa Ha'Mashíaj”
Esto es lo que Shaúl tenía en mente cuando escribió: “Así que la confianza
viene de lo que es oído, y lo que es oído viene de una palabra proclamada sobre
el Mashíaj” [32]. Hemos visto que el propósito de Elohím en y a través de las
Escrituras es severamente práctico. El la ha ordenado como su principal
instrumento para llevar a los hombres a la "salvación", entendida en su
sentido más vasto y pleno. Todas las Escrituras [TANAJ] y “Kitve ha'Talmidím
Rishoním” es una Besoráh [Buenas Nuevas] de salvación, y la Besoráh es
además "poder de Elohím para salvación a todo aquél que cree". Shaúl escribe:
“Pues no me avergüenzo de las Buenas Noticias, porque es el medio poderoso
de Elohím de traer salvación a todo aquel que permanece confiando, al Judío
especialmente, pero igualmente a los Gentiles” [33]. Así, pues, las Escrituras
apuntan con sus numerosos dedos inequívocamente al Mesías, de modo que
sus lectores lo vean, crean en él y sean salvos. El Sheliaj [Emisario] Yojanán
escribe algo muy similar al final de su libro. Ha registrado, dice, solamente
una selección de las señales y enseñanzas de R' Yeshûa, quien hizo además
realizó muchas otras más. Y continúa diciendo: “Pero estos que han sido
escritos, están aquí para que puedan confiar que Yeshûa es el Mashíaj, el Hijo
de Elohím, y que por esta confianza ustedes puedan tener vida por quien es Él”
[34].