Вы находитесь на странице: 1из 14

Principios Ingenieriles Básicos:

Circuitos Regenerativos
Ricardo Solorzano | Dec 05, 2016

Los circuitos regenerativos permiten aprovechar el flujo de un lado del actuador al


otro. Al hacer esto, logramos obtener mayor velocidad en etapas de desplazamiento
muerto del ciclo, es decir, cuando no se efectúa trabajo. A continuación les
presentamos los circuitos regenerativos más comunes:

Circuito 1
Al energizar el lado A de la válvula direccional observe como se dirige flujo desde la
bomba hacia el lado del pistón del cilindro y al estar bloqueada la conexión B en la
válvula, el caudal del lado anular regresa a la línea principal. Esto permite una
extensión más rápida del cilindro. Al llegar a la pieza de trabajo, la fuerza se logra
mediante el diferencial entre las áreas del cilindro, por lo que es importante
seleccionar uno con un diferencial considerable, por ejemplo 2:1.

Circuito 2

El combinar la extensión rápida mostrada en el Circuito 1 con fuerza total al


encontrar resistencia (pieza de trabajo), aprovechamos al máximo las ventajas de un
circuito regenerativo. El circuito mostrado en la figura permite una extensión más
rápida del cilindro; al encontrar resistencia se genera presión piloto que abre la
válvula de secuencia y permite flujo de aceite desde el lado anular del cilindro hacia
tanque. Cuando esto ocurre, contamos con la fuerza efectiva total del cilindro contra
la pieza de trabajo.

Circuito 3

Este circuito permite obtener las mismas ventajas que el Circuito 2, pero a un costo
más bajo. En lugar de utilizar una válvula de secuencia con antirretorno incorporada,
utilizamos una antirretorno y un orificio. Existe contrapresión remanente en el lado
anular del cilindro debido a la resistencia del orificio al final de la carrera, pero al
llegar a extensión completa, no hay flujo a través del orificio, por lo que se cuenta
con la fuerza total. Se debe estudiar la efectividad del circuito en cuestión en base a
la fuerza requerida.

Circuito 4
Cuando se desee un control eléctrico, se puede utilizar un interruptor límite o de
proximidad para activar o desactivar un circuito regenerativo. En el circuito
mostrado, al energizar los solenoides a y b, se extiende el cilindro como circuito
regenerativo. Al alcanzar el final de carrera, el interruptor de-energiza el solenoide
b, lo que causa que se envíe el caudal a tanque y se obtenga un circuito diferencial
convencional (fuerza en su totalidad).
H&P EN ESPANOL

Procedimiento de Limpieza o
‘Flushing’ de un Sistema
Hidráulico
Las tolerancias de fabricación en los sistemas hidráulicos de alta presión existentes
hoy en día demandan un control estricto de contaminación en el sistema. Aquella
que entra al sistema en el proceso de fabricación y ensamblaje debe ser removida
antes de la puesta en marcha para asegurar un desempeño adecuado y predecible
durante la vida útil del mismo.

Tanto los sistemas nuevos como los reconstruidos deben ser limpiados antes de
ponerlos en marcha. El concepto de lavado o ‘flushing’ consiste en liberar y remover
partículas contaminantes del sistema, forzando un fluido a alta velocidad a través del
mismo. En teoría, debería dejar las paredes internas de los conductores con el mismo
nivel de limpieza que el aceite que se va a introducir. Luego, durante operación, el
sistema experimentará únicamente contaminación generada internamente, o traída
desde el exterior que puede ser controlada a través de filtración convencional.

Una desventaja de los procesos de flushing, es que están basados en procedimientos


para limpiar el fluido, pero ignoran la limpieza interna del sistema. Incluso cuando
se instalan tuberías y conductores con sumo cuidado a nivel visual, el ojo humano
solo puede ver partículas más grandes de 40 micrones – muy por debajo del
requerido hasta por el sistema más básico en tecnología hidráulica.

¿Qué tal alta debe ser la velocidad?

La variable crítica en el proceso de flushing que determina si obtenemos la limpieza


que buscamos es la velocidad del fluido. Los métodos tradicionales usualmente la
establecen de una de las siguientes maneras:

 Que sea tal que se alcance un número de Reynolds (NR) de 3,000 o más, o,

 Debe llegar o exceder la velocidad de operación del sistema en condiciones normales


de acuerdo al diseño.

La experiencia dice que ninguna de las velocidades indicadas son suficientes para
asegurar que se alcance una limpieza adecuada de los conductores. Si analizamos la
dinámica de los fluidos, veremos el por qué.
Figura 1: sketch simplificado del experimento utilizado por Reynolds para estudiar
y definir los tres tipos de flujo.

El número de Reynolds es un número adimensional utilizado, junto con otros


factores, para clasificar el flujo como laminar, turbulento, o algún punto entre ambos
(ver Figura 1). Su valor depende de la viscosidad del fluido, su velocidad y el diámetro
interno de la tubería o conductor. Un flujo se considera laminar cuando el número
de Reynolds es menor a 2,000, que implica un flujo organizado con líneas de
trayectoria paralelas. Cuando el número de Reynolds es mayor a 3,000, el flujo se
considera turbulento, que se define como la condición bajo la cual las líneas de flujo
pierden el orden. Cuando el número está entre 2,000 y 3,000, el flujo se considera
transicional.
La velocidad requerida para alcanzar un flujo turbulento se encuentra en el rango
recomendado en las directrices de velocidad para conductores de fluido hidráulico.
La ecuación siguiente refuerza el enunciado:

NR = VD/v

Donde V es la velocidad en pies por segundo,

D es el diámetro interno del conductor en pies, y

v es la viscosidad cinemática en pies cuadrados por segundo.

Dos ejemplos

Supongamos que el número de Reynolds es 3,000, que el conductor es un tubo de 1


pulgada con un espesor de pared de 0.049 pulgadas., y que la viscosidad cinemática
es 1.288 x 10-4 pies cuadrados por segundo. La velocidad del fluido entonces se´ria
de 5.14 pies por segundo, lo que corresponde con un caudal de 10.24 gpm en este
caso.

La viscosidad, y por ende el número de Reynolds, de un fluido hidráulico típido viene


influenciada por la temperatura y presión. Por lo que mientras más caliente esté el
aceite, mayor será el número de Reynolds para la misma velocidad y presión.
Mientras más alta sea la presión, menor será el número de Reynolds para un fluido
a la misma velocidad y temperatura. Por lo tanto, el simplemente especificar que el
número de Reynolds sea 3,000, no representa un requerimiento estricto pero que
está entre el rango de velocidad de operación normal de un sistema. Por definición,
se ha creado un flujo turbulento, ya que las líneas de flujo ya no son paralelas, pero
aún no existe suficiente movimiento del fluido como para limpiar las paredes
internas de los conductores con eficacia.
Inclusive a velocidades máximas y número de Reynolds para conductores
hidráulicos, el flujo no es lo suficientemente turbulento como para afectar la
contaminación en las paredes en gran medida. El fluido en la capa límite en contacto
con las superficies interiores se mantiene sin perturbación.

El número de Reynolds para un flujo en condiciones normales de velocidad puede


ser calculado utilizando el mismo tamaño de conductor y viscosidad cinemática del
primer ejemplo pero con la velocidad incrementada a 20 pies por segundo. El
aumento en velocidad nos da como resultado un número de Reynolds de 11,671, el
cual corresponde con un caudal de 39.8 gpm.

Figura 2: Diagrama Moody modificado que muestra la relación entre el factor de


fricción f, el número de Reynolds NR y la rugosidad de la superficie e.

A medida que aumenta el número de Reynolds, las condiciones de flujo pasan de


laminar, por transición y a turbulento. Una vez que excede 3,000, la resistencia al
flujo es una combinación de los efectos de turbulencia y del frenado por viscosidad
en las paredes del conductor (la región donde ocurre esto es conocida como la
subcapa viscosa). Existe una zona de transición entre el rango de flujo turbulento
donde la resistencia al flujo pasa de ser mayormente influenciada por los efectos de
turbulencia, a serlo por la rugosidad en la pared interna del conductor.

Esto se muestra en el diagrama de Moody en la Figura 2, el cual demuestra la relación


entre el número de Reynolds, el factor de fricción, y la rugosidad de la pared interna
del conductor de manera gráfica. La resistencia al flujo solo se ve afectada por la
rugosidad cuando el número de Reynolds excede 4,000. Por lo tanto, la mayor parte
de la resistencia es creada por efectos de turbulencia hasta que se llega a este punto.

Rugosidad de la Superficie

Para tubería laminada en frío, la rugosidad promedio de la superficie, e , es de


0.000005 pies. Si el conductor es el mismo de 1 pulgada con un espesor de pared de
0.049 pulgadas, la razón entre el espesor de pared y el diámetro e/D será de
0.000067. El diagrama de Moody indica que el número de Reynolds deberá ser por
lo menos 25,000 para que la superficie interna exponga su resistencia al flujo. Para
asegurarnos que las paredes internas se limpien, el número de Reynolds deberá ser
mayor a 25,000. Para que el flujo esté completamente en la zona crítica de
turbulencia, el número de Reynolds debe ser superior a 3.25 x 107. Utilizando 1.288
x 10-4 pies cuadrados / Segundo (la misma viscosidad cinemática del primer
ejemplo), un número de Reynolds de 25,000 corresponde a una velocidad del fluido
de 42.8 pies por segundo, o un caudal de 85 gpm – aún fácilmente alcanzable con
bombas hidráulicas convencionales.

Sistemas de la Vida Real


Podríamos pensar que si las paredes de un conductor no se ven afectadas por
velocidades normales, existe entonces una probabilidad baja de que los
contaminantes atascados se suelten y entren en el fluido. Aunque esto es
parcialmente correcto, solo aplicaría para conductores relativamente lisos, en línea
recta y en condiciones de flujo y presión estables, es decir, en condiciones ideales.
Por supuesto, no es representativo de instalaciones de la vida real, que combinan
tramos rectos, curvos y una cantidad de conectores en los cuales el patrón de flujo es
solo predecible empíricamente, y donde las fluctuaciones y picos de presión son
comunes.

Dependiendo del nivel de severidad del servicio del sistema, los picos de presión
harán que se suelten contaminantes atascados en las paredes de los conductores y
entre conectores. En sistemas críticos, partículas de 3 a 25 micrones pueden
impactar el desempeño del mismo en gran medida. La única manera de garantizar
que estos contaminantes no afecten al sistema sería el proteger cada componente
con un filtro, cosa que sería prohibitiva en precio. A pesar de que al hacer el flushing
de conductores a velocidades encontradas durante la operación normal del sistema
nos permitiría llegar a números de Reynolds mayores a 3,000, es posible que las
paredes internas de los mismos no se limpien efectivamente.

‘Flushing’ a Alta Velocidad y Presión

Caudales que producen un número de Reynolds mayor a 25,000 permiten que las
paredes del conductor se expongan completamente a flujo turbulento. Como los
sistemas consisten de tuberías, mangueras, conectores y accesorios, la especificación
del número exacto requerido para asegurar la limpieza al 100% resulta dificultosa.
Lo mejor que podemos hacer es establecer las condiciones que maximicen el número
de Reynolds, cosa que se hace utilizando la mayor velocidad posible a la menor
viscosidad. Los factores limitantes son la presión máxima del conductor y
temperatura máxima del fluido utilizado.
Un proceso de limpieza en condiciones seguras requiere que los actuadores se
obvien, de manera que la única resistencia al flujo sea la caída de presión en los
conductores y conectores. Cuando el flujo se vuelve turbulento, la caída de presión
es directamente proporcional a la velocidad al cuadrado. Al extrapolar la relación al
máximo obtenemos que la máxima velocidad posible ocurre cuando la caída de
presión en el conductor es igual a la presión máxima aceptable por el mismo. El hacer
flushing a este nivel de caudal y presión tiene la ventaja de expandir y contraer los
conductores y conectores mientras se induce además un flujo altamente turbulento.
Esto por supuesto optimiza la acción de limpieza.

Al igualar la caída de presión a la máxima permisible, podemos calcular el número


de Reynolds y velocidad máxima posible. La temperatura del fluido afecta
directamente su viscosidad, la cual es la otra variable que influye al número de
Reynolds. La presión de limpieza también afecta la viscosidad pero es difícil de
cuantificar porque la misma variará en el conductor desde la máxima a la salida de
la fuente de bombeo, hasta la atmosférica a la salida.

La ecuación utilizada para calcular la caída de presión en la zona de turbulencia es:

hl = fLV2/2D ,

Donde:

hl = caída de presión,
f = factor de fricción del diagram de Moody,

L= longitud del conductor en pies,


V= velocidad del fluido y
D = diámetro interno del conductor en pulgadas.
Con esta ecuación se calcula la velocidad máxima y número de Reynolds que se
puede alcanzar para una presión de limpieza máxima específica.

Para determinar el factor de fricción de acuerdo al flujo en tuberías, se requieren


iteraciones utilizando el diagrama de Moody. Dada la presión límite, diámetro
interno y rugosidad relativa del conductor, se puede asumir un factor de fricción para
luego calcular la velocidad del fluido. Luego se puede calcular el número de Reynolds
y determinar un nuevo factor de fricción desde el diagrama de Moody. Repita la
iteración hasta que converja el factor de fricción.

La tabla mostrada en la figura contiene velocidades y números de Reynolds que han


sido calculados para 200 pies de tubería Sch 80, utilizando la presión máxima
permisible y una rugosidad de superficie de 0.00015 pies para tubería de hierro
forjado. Los cálculos deprecian la caída de presión generada por los conectores
varios que generalmente se utilizan, por lo que los valores de velocidades y Reynolds
son altos. También es importante considerar que fluidos especiales con viscosidades
más bajas o un flushing a temperaturas altas para reducir la viscosidad del fluido
utilizado podrían incrementar el número de Reynolds.

Los valores determinados de velocidad máxima de flushing y caudal máximo indican


que algunas de las condiciones – principalmente en líneas con diámetro interno
menor a ¾ de pulgadas – puede ser satisfecho utilizando bombas de alta presión
convencionales que cuenten con la capacidad adecuada, aunque podría ser
dificultoso inducir las fluctuaciones de presión necesarias para soltar los
contaminantes. En sistemas con tuberías más largas, se deben utilizar métodos
especiales para alcanzar las presiones, velocidades y números de Reynolds
requeridos para limpiarlas correctamente.

Para mayor información en Español, o si está interesado en realizar una evaluación


de su equipo hidráulico para determinar la necesidad de realizar labores de limpieza
de fluidos y componentes, por favor no dude en contactarnos al: +1(855)462-
7633, info@eemtechnologies.com, o visite nuestra página web
en: www.eemtechnologies.com.

0 COMMENTS

Вам также может понравиться