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1
De
acuerdo
con
Kant
estas
tres
máximas
se
pueden
aplicar
a
cualquier
situación
para
saber
cuál
es
el
modo
de
actuar
moralmente.
A
la
primera
máxima
se
le
llama
de
la
consistencia:
una
acción
puede
ser
correctamente
solamente
si
cualquiera
puede
seguir
el
mismo
principio
subyacente.
A
la
segunda,
se
le
llama
de
la
dignidad
humana;
la
tercera
es
la
de
la
universalidad:
qué
tanto
estaría
dispuesto
cualquier
ser
humano
a
seguir
la
base
de
los
principios
que
guían
mi
conducta.
A
esta
última
se
le
llama
la
máxima
“del
titular
del
periódico”,
es
decir,
qué
tan
bien
me
sentiría
si
los
principios
que
guiaron
mis
acciones
fueran
reportado
en
la
prensa
nacional.
Críticas
al
imperativo
categórico
Las
críticas
que
se
han
hecho
al
imperativo
categórico
son
tres:
1. Le
da
muy
poca
importancia
a
los
resultados
o
consecuencias
de
nuestras
acciones,
2. Es
muy
complicada
de
aplicar
a
situaciones
concretas,
3. Es
demasiado
optimista
porque
subestima
el
peso
del
egoísmo
humano.
La
teoría
de
los
derechos
y
la
justicia
Locke
señaló
que
existen
ciertos
derechos
naturales
que
poseen
todas
las
personas
cuyo
cumplimiento
podemos
reclamar
siempre
y
que
deben
ser
protegidos
por
la
sociedad
y
el
Estado.
Entre
los
más
importantes
entre
estos
principios
están
el
derecho
a
la
libertad,
la
vida
y
la
propiedad.
Los
derechos
de
una
persona
imponen
a
las
demás
límites
para
no
interferir
con
esos
derechos.
Derechos
y
deberes
son
así
dos
caras
de
la
misma
medalla.
La
noción
de
derechos
se
basa
en
ciertos
supuestos
axiomáticos
sobre
la
naturaleza
humana
o
la
dignidad
humana.
Esta
teoría
sostiene
que
debemos
actuar
respetando
en
todo
momento
estos
derechos
naturales.
Su
influencia
fue
grande
en
la
Declaración
de
los
Derechos
del
Hombre
en
la
Revolución
Francesa,
en
la
Constitución
Americana
y
en
la
Carta
de
Derechos
Humanos
de
las
Naciones
Unidas.
Problemas
de
la
teoría
de
la
justicia
El
principal
problema
de
esta
ética
de
los
derechos
consiste
en
cómo
llevarla
a
la
práctica,
por
ejemplo,
¿cómo
debo
determinar
qué
constituye
una
justa
compensación
para
las
comunidades
oriundas
por
la
extracción
de
los
recursos
naturales
y
la
mano
de
obra?
,
¿cómo
debo
actuar
con
justicia
ante
las
demandas
de
la
comunidad
por
problemas
ambientales?,
etc.
2
La
justicia
consiste
en
tratar
a
las
personas
de
un
modo
que
asegure
que
cada
uno
obtenga
lo
que
merece
en
cada
situación.
Esta
definición
implica
dos
cosas:
- Procedimientos
justos:
que
todo
el
mundo
tenga
la
oportunidad
de
conseguir
un
premio
justo
por
sus
esfuerzos.
- Resultados
justos:
que
las
consecuencias
de
los
hechos
sean
repartidas
a
todas
las
partes
en
proporción
a
su
responsabilidad.
Muchos
modelos
de
justicia
tratan
de
alcanzar
las
dos
condiciones,
pero
esto
no
siempre
se
puede
lograr.
Ejemplo:
en
los
Juegos
Olímpicos
se
abren
plazas
especiales
para
atletas
de
países
con
bajo
nivel
competitivo
para
asegurarse
que
los
lugares
se
distribuyan
equitativamente
entre
todos
los
países,
pero
así
solamente
se
logra
un
procedimiento
injusto
que
puede
dejar
sin
plazas
a
mejores
atletas
de
países
que
ya
están
muy
representados.
El
problema
de
la
distribución
justa
de
los
bienes
El
problema
de
la
distribución
justa
de
los
bienes
ha
sido
siempre
un
problema,
y
ha
derivado
en
dos
tipos
de
teorías:
la
igualitarista
y
la
no
igualitarista.
- El
igualitarismo
sostiene
que
la
justicia
es
sinónimo
de
igualdad
y
que
las
grandes
desviaciones
de
la
misma
son
injustificables;
por
ejemplo,
un
trabajador
norteamericano
cobra
cuarenta
veces
más
que
un
trabajador
norcoreano
por
hacer
el
mismo
trabajo;
¿por
qué
deberíamos
aceptar
esta
situación?
Los
350
hombres
más
ricos
del
mundo
poseen
más
bienes
que
la
mitad
de
la
población
mundial.
¿No
nos
dice
esa
situación
que
algo
anda
mal
con
la
justicia?
El
problema
con
la
teoría
igualitarista
es
que
acaba
fomentando
la
ineficiencia,
desalienta
el
esfuerzo
personal
y
limitando
las
libertades
individuales,
como
la
libertad
de
comercio.
- El
no
igualitarismo
señala
que
la
distribución
justa
de
los
bienes
es
producto
de
tener
procesos
justos
en
el
mercado.
Son
las
fuerzas
de
la
libre
competencia
las
que
se
encargan
de
tratar
con
justicia
a
las
personas.
Sin
embargo,
las
diferencias
de
partida
pueden
impedir
cualquier
noción
de
justicia
en
este
sentido
y
es
potencialmente
muy
peligroso
seguir
este
punto
de
vista
extremadamente.
3
El
punto
medio
entre
estas
dos
teorías
viene
dado
por
la
teoría
de
la
justicia
de
John
Rawls
(1971),
quien
sugiere
dos
criterios
para
que
una
acción
pueda
ser
denominada
“justa”:
1) Cada
persona
debe
tener
el
mismo
derecho
al
más
amplio
sistema
de
libertades
básicas
posible.
2) Las
inequidades
sociales
y
económicas
deben
ser
ordenadas
de
modo
que
sean:
a) para
el
mayor
beneficio
para
los
más
desaventajados
y
b) atendidas
por
oficinas
abiertas
a
personas
de
todas
las
condiciones
por
igual.
Esta
teoría
parte
entonces
del
supuesto
que
no
se
pueden
evitar
las
desigualdades
en
una
sociedad
libre
y
que
en
ese
contexto
un
trato
es
justo
si,
en
primer
lugar,
la
parte
más
débil
queda
mejor
de
lo
que
estaría
sin
él.
La
segunda
condición
se
explica
con
el
siguiente
ejemplo:
en
una
empresa
pocos
son
los
que
pueden
ascender
a
los
puestos
de
dirección,
pero
la
justicia
consiste
en
que
todos
tengan
la
misma
posibilidad
de
que
sus
méritos
sean
reconocidos
y
de
competir
por
esos
ascensos.
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