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TEMA:

LA INDIGNIDAD

CURSO: DERECHO CIVIL VII

DOCENTE: EDGAR ARIAS CUTIPA

INTEGRANTES:

 CATHERINE CHAVEZ ROMERO


 VANESSA MAMANI INQUILLA
 ZAMIR MACHACA
 JOSHEP CAYO HUAYHUA
 HANS JAIRO QUENAYA LAYME

TACNA – PERÚ

2018
INDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. GENERALIDADES
3. CAUSALES DE INDIGNIDAD
4. CONFIGURACIÓN DEL PROCESO DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN
POR INDIGNIDAD
5. PERSONAS QUE PUEDEN EJERCITAR LA ACCIÓN DE EXCLUSIÓN
DE LA SUCESIÓN POR INDIGNIDAD
6. PERSONAS CONTRA LAS QUE SE DIRIGE LA ACCIÓN DE
EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN POR INDIGNIDAD
7. EFECTOS DECLARACIÓN DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN
INDIGNIDAD
8. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN
POR INDIGNIDAD
9. ÓRGANO JURISDICCIONAL COMPETENTE PARA CONOCER DEL
PROCESO DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN POR INDIGNIDAD
10. LEGITIMACIÓN EN EL PROCESO DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN
POR INDIGNIDAD
11. TRAMITACIÓN EL PROCESO DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN POR
INDIGNIDAD
12. EFECTOS DE LA DECLARACIÓN DE INDIGNIDAD
13. PERDÓN O REHABILITACIÓN DEL INDIGNO
14. CONCLUSIONES
15. BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se desarrollara es la Indignidad, aquella que está regulado


desde el artículo 667 del Código Civil al Artículo 671 del mismo articulado
podemos apreciar que comienza con una detallada relación de las causales en
las cuales se cae en la indignidad y luego ve el aspecto tanto procesal y las
consecuencias jurídicas del mismo se puede destacar algunos temas como la
desheredación, el perdón, la prescripción y la restitución de los bienes del
indigno.

La transmisión de los derechos hereditarios supone la existencia de vínculos


afectivos entre causante y heredero o legatario. Cuando se deriven de conductas
atribuibles al sucesor, presunciones que adviertan que el heredero o legatario no
es moralmente digno de convertirse en sucesor del causante se lo excluye de la
herencia, salvo en el caso de que el causante hubiera perdonado la ofensa de la
cual fue objeto. Esta exclusión sólo puede darse a través de una sentencia
judicial, a petición de parte interesada, que declara al heredero o legatario que
incurrió en las causales establecidas legalmente, indigno de sucesor.
2. GENERALIDADES

CONCEPTO DE INDIGNIDAD.-

Julios Binder: define a la indignidad como la sanción civil impuesta por la ley al
heredero o legatario por haber incurrido en actos delictuosos que privar el
derecho de heredar.

. Luis Echecopar: por su parte dice que la indignidad es la sanción que se le


impone a una persona en virtud de la cual no puede heredar, por haber incurrido
en actos de tal naturaleza respecto al causante que no justificarían que este le
dejase todo o parte de sus bienes.

La indignidad constituye la sanción civil por la que se resuelve la vocación


sucesoria de un heredero o legatario y le priva el derecho a la herencia por los
actos de carácter ilícito civil o penal cometidos en la persona del causante, su
cónyuge, ascendiente o descendiente.

Consiste en la sanción civil que se impone al heredero o legatario cuando incurre


con respecto al causante, sus ascendientes, descendientes, o cónyuge, en actos
delictuosos o reprobables previstos por la ley como causales de indignación, por
cuyo motivo ese sucesor puede ser excluido de la herencia o el legado a
instancia de los llamados a sucederle a falta o en concurrencia con el indigno,
siempre que la acción sea amparada por sentencia judicial firme.

GENERALIDADES SOBRE LA EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN POR


INDIGNIDAD

La indignidad está normada en el Título III («Indignidad») de la Sección


Primera («Sucesión en general») del Libro IV («Derecho de Sucesiones»), en los
artículos 667 al 671.
Gatti define a la indignidad como «... una sanciono pena civil, dictada por
autoridad judicial competente, a pedido de los interesados, que tiene por objeto
excluir al indigno de la sucesión, y que se traduce prácticamente por la caducidad
del derecho hereditario» (GATTI, 1950:16).
Domínguez Benavente y Domínguez Águila califican a la indignidad como «...
una anomalía de la vocación sucesoria fundada en el demérito del sucesor, sea
por haber faltado a los deberes que tenía con el causante y durante la vida de
éste; sea por faltar a los deberes que el respeto a la memoria del de cujus le
imponía» (DOMÍNGUEZ BENAVENTE; y DOMÍNGUEZ ÁGUILA, 1990, Tomo I:
213).

Para Castañeda, «la indignidad crea prohibiciones para suceder. El indigno


podría ser heredero o legatario, pero debido a que ha cometido ciertos hechos
es excluido de la herencia por la ley, siempre que ésta sea invocada por los otros
herederos o por quienes van a ser herederos en sustitución del indigno»
(CASTAÑEDA, 1975, Tomo I: 46). El indicado jurista concluye que «la indignidad,
en sustancia, constituye una imposibilidad jurídica de suceder» (CASTAÑEDA,
1975, Tomo I: 50).

Lanatta anota que «la indignidad consiste en haber incurrido, el heredero o el


legatario, con respecto al causante o a los herederos de éste, en los actos
delictuosos o vituperables previstos por la ley, por cuyo motivo el sucesor puede
ser excluido de la herencia, por demandarlo así alguno de los otros sucesores y
mediante la sentencia judicial correspondiente» (LANATTA, 1981, Tomo 1:262).
Lanatta agrega que «para que la indignidad funcione como causal de exclusión
se requiere: Io Que el sucesor haya incurrido en cualquiera de las causales que
la ley señala taxativamente; 2° Que la acción no esté prescrita; 3o Que alguno
de los otros sucesores promueva la correspondiente acción judicial y pruebe los
hechos que constituyen la indignidad, y 4o Que ésta sea declarada por sentencia
firme» (LANATTA, 1981, Tomo I: 263).

Ramírez Fuertes afirma por su parte que la indignidad «... es la exclusión que se
pronuncia, a título de pena civil, contra el culpable de determinados agravios al
difunto o a su memoria» (RAMÍREZ FUERTES, 1988: 29). Dicho autor añade
que:
«a) (...) La indignidad es particular en cuanto solo se refiere a una sucesión
dada.(...) La indignidad requiere, para configurarse, el fallo judicial fundado en la
prueba de los hechos que se señalan como causal.
c) (...) El indigno adquiere la herencia y ejerce su posesión legal, pero la pierde
en virtud de sentencia que lo declara indigno.
d) (...) La indignidad se remite solo a personas naturales» (RAMÍREZ FUERTES,
1988: 29).

En opinión de Ferrero:
«La indignidad es in personam, relativa. El indigno puede suceder últimamente
a cualquier persona respecto a la cual la causa de indignidad no existe. Este
carácter personalísimo se pone de manifiesto claramente en el derecho que
consagra la ley para que los descendientes del indigno puedan representarlo
para recibir lo que éste no puede obtener sucesoralmente debido a su indignidad.
Asimismo, el carácter personalísimo se aprecia en que sólo la persona natural
está incursa en las causales, no así la persona jurídica (...).

La indignidad responde a un hecho de una persona que le impide recoger bienes


a título gratuito por causa de muerte. Se trata de una incompatibilidad moral.
Los bienes de la herencia que deja de adquirir el indigno son recogidos por los
demás herederos, cuando no se da la representación sucesoria .

La indignidad produce la caducidad de la institución de heredero, cuando éste


no deja descendientes que puedan representarlo...» (FERRERO, 2005: 197-
199).
Lohmann Luca de Tena puntualiza que:
«(a) La indignidad es instituto que se aplica tanto a la sucesión testada como
intestada.
(b) La indignidad es figura que puede afectar tatito a legatarios como a
herederos, y sin importar que estos últimos hayan sido designados
testamentariamente o tengan vocación legal.
(c) La indignidad es causal de pérdida de la legítima de los herederos forzosos
(d) La indignidad no es causa de incapacidad -y por eso se purga con el tiempo,
al año de haber entrado el indigno 'en posesión de la herencia'-, sino que
presupone la capacidad, por lo que suele hablarse de incapacidad relativa
sucesoria
Por lo tanto, los indignos no quedan privados de todo llamamiento o delación,
sino sólo respecto de la sucesión del sujeto afectado o agraviado.
(e) La indignidad no alcanza a la donación que hubiese recibido el heredero
forzoso antes de cometer el acto causante de indignidad. Para dejar sin efecto
esta donación se requiere revocación expresa de la misma...» (LOHMANN LUCA
DE TENA, 1995, Tomo 1:160-161).

3. CAUSALES DE INDIGNIDAD

El art. 667 del Código Civil es infeliz , en 5 incisos regula las causales de
indignidad, cuando con mejor técnica legislativa, depurada redacción, tales
causales se puedan reducir a lo mas a 2 inciso uno que comprenda eventos
penales y otro ilícitos civiles.

No existe explicación alguna del porque se ha regulado en los inciso 1, 3, 4 y 5


los eventos penales típicos cuando los mismos pudieron haberse regulado
dentro del tipo general que consigna el inciso 2 del art. 667 del Código Civil.

Lo expuesto llevar sostener que a redactar la causales de indignidad en la forma


como se las ha hecho, se ha incurrido en error de técnica legislativa que debe
ser superada.

El Código Civil del 84 consigna como causales por las que proceda la declaración
de indignidad las siguientes:

a.- Autores o cómplices de homicidio doloso o de su tentativa cometidos


contra la vida del causante, de sus ascendientes, descendiente o cónyuge.
Esta causal de indignidad no desaparece por el indulto ni por la
prescripción de la pena.

El inciso merece las siguientes observaciones:

a.1. La norma circunscribe su acción a los autores y cómplices, omitiendo otras


formas de participación como la del instigador que induce a otro a la comisión
del hecho punible contemplado en el artículo 24 del Código Penal acaso no
podría darse la situación del heredero que a través del mandato, la persuasión,
el consejo, la orden, la amenaza provoque a través del terceros la comisión del
hecho en agravio de la persona de su causante, ascendiente, descendiente o
cónyuge del causante.

a.2. El inciso que se comenta es incompleto la situación de autor, cómplice o


instigador de un evento delictivo surge de una sentencia que ha quedado
consentida o ejecutoriada.

Los antecedentes legislativos son concretos, el artículo 3291 del Código Civil
argentino prescribe "que son incapaces para suceder como indignos los
condenados en juicio por delito o tentativa de homicidio".

El inciso 1 del artículo 1009 del Código Civil boliviano prescribe "quien fuera
condenado por haber voluntariosamente dado muerte a intentado matar al
cujus".

De igual forma el inciso 2 del artículo 756 de Código Civil español regula "el que
fuera condenado en juicio por haber atentado contra la vida de su testador.

La observación se sustenta en bases sólidas que deben merecer una corrección


oportuna.

a.3. la última parte del inciso en comentario regula que la causal de indignidad
no desaparece por él, indulto ni por la prescripción de la pena.

De conformidad a lo dispuesto por el inciso del artículo 233 de la de constitución


política del estado nadie puede ser condenado en ausencia, de donde resulta
que habrá autores, cómplices y hasta instigadores que pretendan enervar la
acción de la justicia, con su eventual desaparición impidiendo el normal ejercicio
de la acción penal.

El atentado contra la vida del causante es grave, si como causal de indignidad


no puede desaparecer por la prescripción de la pena, es menester considerar,
que tampoco es posible su extinción por la prescripción de la acción, no es crear
un criterio de inestabilidad jurídica, sino la sanción por un algo grave y que no
puede justificar por el transcurso del tiempo menos por la conducta de quien con
sus hechos, hace ilusoria la acción de la justicia.
En esta causal no se requiere que se haya perpetrado el delito con la intención
de recoger la herencia del causante, es indiferente el móvil que lo haya
impulsado a cometer el delito.

La indignidad por la causal de homicidio o su tentativa no pueden ser impuestas


sin que medie una condena penal dictada en el proceso respectivo.

b.- Los que hubieran sido condenados por el delito cometido en agravio del
causante o de alguna de las personas a las que se refiere el inciso anterior.

De su interpretación se llegan a comprender todos los eventos penales


cometidos a titulo de dolo regulados por el Código Penal.

Merece criticar el dispositivo:

b.1 comprende dentro de su amplitud, causales específicas de desheredación


como por ejemplo el caso del abandono de personas en peligro o el ultraje al
honor del causante.

b.2. Omite el inciso precisar la pena que se le debe imponer al autor del delito
por el que es condenado.

Existen delitos por dolosos que no revisten gravedad, por las que las penas a
imponerse pueden ser limitativas de derechos como por ejemplo la injuria o pena
de multa para el delito de calumnia, si estos eventos son inferidos por una vez
no hay razón que justifique la indignidad.

La razón expuesta impone exigir que el inciso que se comenta sea integrado con
la mención de la penalidad aplicable.

c.- Los que hubieren denunciado calumniosamente al causante por el delito


al que la ley, sanciona con pena privativa de libertad.

La denuncia constituye una imputación, la que puede ser cierta o falsa. Cuando
es falsa da a entender el abuso en el ejercicio del derecho y cuando el imputado
es un familiar la conducta se agrava porque se denuncia a quien no ha cometido
delito alguno.
La denuncia falsa constituye la comisión del delito de contra la administración de
justicia, sancionado por el artículo 402 del Código Penal.

El inciso considera incompleto lo siguiente:

c.1 Bastara la mera denuncia del causahabiente? Se considera que no, también
se puede imputar la comisión de un delito ante la autoridad policial y luego
abandonarla.

La conducta que merezca ser sancionada con la indignidad debe obedecer un


requisito además de su falsedad, a su ratificación ante el órgano jurisdiccional
correspondiente luego que el Ministerio Público haya formalizado la denuncia
respectiva, así una denuncia habrá tenido trascendencia en el mundo del
derecho.

c.2 el inciso debe completarse a que la denuncia deber sido formulada por la
comisión de un delitos titulo de dolo, el silencio de la ley al respecto puede crear
problemas de interpretación.

d.- Los que hubieran empleado dolo o violencia para impedir al causante
que otorgue testamento o para obligarle a hacerlo, o para que revoque total
o parcialmente el otorgado.

En este supuesto se encuentra dos ilícitos: uno civil y otro penal.

En el campo del ilícito civil cuando se coacta la voluntad, para que otorgue un
testamento o que lo haga o para que revoque lo que ya fue hecho.

La ley sanciona el atentado contra la libertad de testar, la majestad de la


autodeterminación de la persona para la realización de lo que pretende o el
respeto de lo ya realizado.

El ejercicio de la violencia de conformidad a lo establecido por el art. 214 del


Código Civil constituye causa de anulabilidad de acto jurídico.

En el campo del derecho penal impedir o exigir que uno realice lo que no quiere,
constituye la comisión del delito de violación de la libertad personal penado y
sancionado por el art. 151 del Código Penal.
En el autor de la infracción se exige intención deliberada para la realización de
un acto no querido por el agente.

e.- Los que destruyan, oculten, falsifiquen o alteren el testamento de la


persona de cuya sucesión se trata y quienes, a sabiendas, hagan uso de
un testamento falsificado.

En el supuesto se encuentra dos eventos delictivos distintos: la comisión del


delito contra la fe pública en sus modalidades de destrucción, falsificación o
alteración de un testamento, sancionado por el art. 427 del Código Penal y la
utilización de un instrumento falso, como si fuera verdadero.

El supuesto constituye violación de la verdad de un acto Jurídico, de su seriedad


con el objeto de crear derechos inexistentes a favor de una o varias personas y
en perjuicio de quienes legítimamente merecen ser heredero de uno.

OTRAS CAUSALES DE INDIGNIDAD:

En el código civil se encuentran otras causales por las que se que se puede
aplicar la indignidad como forma de exclusión de la herencia, ellas son:

a.- De conformidad a lo dispuesto por el art. 343 del Código Civil el culpable de
la separación pierde los derechos hereditarios que le corresponden.

El matrimonio se sustenta sobre los principios de la fidelidad, consideración,


respeto y socorro, si acaso la separación de los cónyuges o el divorcio se
producen como causa imputable a alguno de ellos , el culpable además de otras
sanciones pierde el derecho hereditario respectivo, pudiendo invocarse la
indignidad para esa privación.

b.- De conformidad a los dispuesto por el art. 398 del Código Civil al
reconocimiento de un hijo mayor de edad no le concede a quien lo hace derecho
sucesorio, excepto en el caso de que haya tenido respecto a su persona la
posesión constante de estado de hijo.
Este inciso sanciona el reconocimiento por interés que en forma proterva podrían
algunos hacer de un hijo, que cuando más lo quería y merecía el padre se
comportó irresponsablemente y lo expuso a un inminente peligro moral y
abandono material.

Esa conducta debe ser objeto de sanción y no hay peor que la de ser declarado
indigno.

c.- De conformidad a lo dispuesto por el Art. 669 del Código Civil una persona
puede fundar la indignidad en alguna de las causales de la desheredación.

El dispositivo amplia la causales de indignidad, es precisamente el dispositivo


que le viene privando a la desheredación de la importancia que dentro de la
sucesión tenía.

«Las causales de indignidad son, únicamente, las señaladas por la ley. La


enumeración que en ésta se hace es taxativa, es decir, limitativa. No hay otras
causales de indignidad, sino las que la ley establece. La razón está en que,
tratándose de una sanción civil que trae consigo la pérdida de un derecho, que
es el de suceder, la ley debe ser en tal caso interpretada restringidamente, sólo
a los casos expresamente señalados, y nunca por analogía a situaciones
similares» (LANATTA, 1981, Tomo I: 264).

Gatti afirma que las causales de exclusión de la sucesión por indignidad «...
pueden agruparse en dos categorías: a) Hechos que constituyen un atentado a
la personalidad física o moral del de cujus; y b) Hechos que constituyen un
atentado a la libertad de testar» (GATTI, 1950: 22).

En opinión de De Ruggiero, las causales de exclusión de la sucesión por


indignidad son estas:
«1) Haber matado o intentado matar al causante; habrá de ser homicidio
voluntario o tentativa, aunque no medie condena criminal; se excluye el homicidio
preterintencional, el culposo o el que es efecto de la legítima defensa o de una
orden de la autoridad (...).
2) Haber acusado al causante de delito punible con pena criminal (...) cuando la
acusación hubiese sido declarada calumniosa en juicio; la constatación de la
calumnia debe ser hecha enjuicio (criminal o civil), sin que haya sido impuesta la
pena.
3) El haber constreñido al difunto a hacer testamento o a cambiarlo o el haberle
impedido hacerlo o revocar el hecho, el haber destruido, ocultado o alterado el
testamento; en otros términos y más sintéticamente, el haber atentado a la
libertad de testar o a la voluntad testamentaria del difunto. No todo atentado
implica indignidad en el que lo realiza, y sí sólo aquellos caracterizados por
significar una violencia empleada para forzar a hacer testamento, la violencia o
el dolo empleados para impedir testar o revocar el testamento, la destrucción del
testamento» (DE RUGGIERO, s/a, Tomo II, Volumen Segundo: 409).
Alterini sostiene que son causales de exclusión de la sucesión por indignidad las
siguientes:
a) Delito de homicidio o tentativa de homicidio (...).
b) Omisión de denunciar la muerte violenta del causante (...).
c) Acusación por delito contra el difunto (...).
d) Condena por adulterio con la mujer del difunto (...).
e) Pariente que no cuidó del difunto demente y abandonado (...).
f) Atentado contra la voluntad del causante...» (ALTERINI, 1981: 667-668).

Las causas de indignidad y de desheredación no son coincidentes, tampoco su


significado ni funcionamiento, pues las causas de desheredación sólo permiten
desheredar al legitimario (se requiere una conducta activa por el ofendido o
testador).

4. CONFIGURACIÓN DEL PROCESO DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN


POR INDIGNIDAD

De acuerdo a lo normado en el artículo 668 del Código Civil:


- La exclusión por indignidad del heredero o legatario debe ser
declarada por sentencia, en juicio (proceso de conocimiento: art. 475
inc. 1, del CPC., conforme se verá más adelante, que pueden
promover contra el indigno los llamados a suceder a falta o en
concurrencia con él.
- La acción prescribe al año de haber entrado el indigno en posesión de
la herencia o del legado.
Sobre el particular, Poviña enseña que “… la ley crea la indignidad y el
juez declara indigno al sucesor cuya conducta encuadra en la norma
fijada, es decir, se requiere indefectiblemente el ejercicio de la acción que
debe terminar con la correspondiente sentencia constitutiva”.
Según Zannoni:
“… Las causas (de indignidad) (…) no operan de pleno derecho, ni podría
concebirse, en esencia, que operasen ipso iure dada la naturaleza del
instituto. Como toda sanción exige obviamente una acción a través de la
cual se virtualicen los extremos alegados y un pronunciamiento que
declare excluido al indigno. La acción de indignidad es, en efecto,
declarativa al momento de la apertura de la sucesión y, por efecto de la
sentencia, se reputará al indigno ‘como no habiendo sido nunca heredero’,
sin perjuicio del derecho de representación (…).
La acción de indignidad debe sustanciarse por juicio ordinario en cuanto
significa una modificación esencial del título hereditario obtenido mediante
la declaración de herederos.
Borda señala al respecto lo siguiente:
“… La indignidad no se opera de pleno derecho; requiere un
pronunciamiento dictado por el Juez civil. Se confiere el derecho de
pedirla a ciertos herederos, con carácter exclusivo; lo que significa que si
ellos no la piden, la indignidad no surte efectos ni aun cuando existiera
condena criminal.
Desde luego, la acción solo podrá intentarse después de la muerte del
causante, puesto que hasta ese momento éste podría perdonar. A veces,
nacerá después del fallecimiento, como ocurre en la hipótesis de falta de
denuncia de la muerte violenta del cujus, o de sustracción o destrucción
del testamento posterior a ese hecho.
Es destacar que los Jueces Civiles son los órganos jurisdiccionales
competentes para conocer del proceso de exclusión de la sucesión por
indignidad, porque ello se colige del inciso 1 del artículo 475 del Código
Procesal Civil, que establece que se tramitan en proceso de conocimiento
ante los Juzgados Civiles los asuntos contenciosos que no tengan vía
procedimental, no estén atribuidos por ley a otros órganos jurisdiccionales
y, demás, cuando por su naturaleza o complejidad de la pretensión (como
ocurre tratándose de la acción de exclusión de la sucesión por indignidad)
el Juez considere atendible su tramitación. Por otro lado, según el artículo
19 del Código Procesal Civil, en materia sucesoria, es competente el Juez
del lugar en donde el causante tuvo su último domicilio en el país, siendo
tal competencia improrrogable. El artículo 19 del Código Procesal Civil
tiene afinidad con el artículo 663 del Código Civil, que prescribe que
corresponde al juez del lugar donde el causante tuvo su último domicilio
en el país, conocer de los procedimientos no contenciosos y de los juicios
relativos de la sucesión.

5. PERSONAS QUE PUEDEN EJERCITAR LA ACCIÓN DE EXCLUSIÓN


DE LA SUCESIÓN POR INDIGNIDAD

En lo que respecta a las personas que pueden ejercitar la acción de exclusión


de la sucesión por indignidad, cabe indicar que, conforme al Código Civil, la
exclusión por indignidad del heredero o legatario debe ser declarada por
sentencia, en juicio que pueden promover contra el indigno los llamados a
suceder a falta o en concurrencia con él. Ello según el artículo 668 del Código
Civil.

Acerca de lo tratado en este punto, Hernández y Ugarte enseñan lo siguiente:


«En lo que se refiere a legitimación activa, (...) las exclusiones por causa de
incapacidad o indignidad no pueden ser demandadas sino por los parientes a
quien corresponda suceder a falta del excluido de la herencia o en concurrencia
con él.

(...) El cónyuge supérstite (...) también se encuentra habilitado para demandar la


indignidad, dada la condición sucesoria que (se) le otorga (...) y la posición
especial que se le ha dado, según la cual no es excluido por ningún otro orden,
concurre con descendientes y ascendientes y excluye a los colaterales, y
además es un heredero forzoso.

(...) El heredero instituido también podrá accionar por indignidad. Aun cuando no
sea pariente, como tiene vocación al todo de la herencia, y vocación potencial
expansiva derivada de su condición de heredero, también estará legitimado,
como el cónyuge sobreviviente (...).

En suma, los legitimados para demandar la indignidad serán los parientes -en
grado sucesible, obviamente-, el cónyuge y los herederos instituidos»
(HERNÁNDEZ; y UGARTE, 1996: 89).

Según Lohmann Luca de Tena, «... puede demandar todo aquel que, de no haber
indignidad, hubiera concurrido con el indigno. Es decir, está legitimado el sucesor
que sigue en el puesto siguiente de la línea sucesoria. Por lo tanto, no es
solamente el llamado en el momento de la muerte del causante, sino también
quien siga a éste si muere o renuncia a la herencia, o situación semejante. No
están, pues, legitimados quienes como consecuencia de la declaración de
indignidad no pueden obtener un beneficio o mejorar el que les corresponda»
(LOHMANN LUCA DE TENA, 1995, Tomo I: 177). El mencionado tratadista
nacional agrega que «... legitimados activamente no son sólo los llamados a
suceder a falta del indigno o que hubieran concurrido con él, sino también los
pasibles de una acción de reducción a pedido del presunto indigno, o de colación
por la participación de él» (LOHMANN LUCA DE TENA, 1995, Tomo 1:179).

En opinión de Zannoni:
«... Las exclusiones por causa de indignidad no pueden ser demandadas sino
por los parientes a quienes corresponda suceder a falta del excluido en la
herencia o en concurrencia con él (...) (Al mencionarse) a los parientes llamados
a suceder a falta del indigno o en concurrencia con él pareciera (...) (limitarse) la
acción sólo a los herederos legítimos, cuya vocación ab intestato hace la ley en
base al vínculo de parentesco. Sin embargo, (...) también están legitimados todos
los que, en concurrencia o con exclusión del indigno, tienen vocación hereditaria:
así, el cónyuge supérstite si es heredero; el heredero instituido en testamento,
desde que, aun cuando su vocación encuentra fundamento en un acto de última
voluntad del causante, independientemente del vínculo de parentesco, goza
tanto respecto de terceros como respecto de los coherederos 'de los mismos
derechos que los herederos legítimos' y 'puede ejercer todas las acciones que
podría ejercer un heredero legítimo', etc.

En cuanto a los deudores de la sucesión: 'No podrán oponer al demandante la


excepción de indignidad'. Tampoco están legitimados los acreedores de la
sucesión desde que carecen de todo interés jurídico, ni los acreedores de otros
herederos podrán por la vía de la acción subrogatoria demandar la indignidad
del coheredero: estamos frente a una acción no ejercible subrogatoriamente y,
reiteramos, el ejercicio de la acción no se sustenta para ellos en la tutela de
ningún interés legítimo.

Sólo se legitima la acción entre coherederos con vocación actual, o eventual


realizable por la exclusión del indigno (...).

(...) El fisco, en ningún caso estará en condiciones de oponer la indignidad: ni


aun siquiera cuando se trate del único heredero...» (ZANNONI, 1976, Volumen
1:169-171).
Borda, en cuanto a las personas que pueden ejercitar la acción de exclusión de
la sucesión por indignidad, refiere lo siguiente:
«... Las exclusiones por causa de indignidad sólo pueden ser demandadas por
los parientes a quienes corresponda suceder a falta del excluido de la herencia
o en concurrencia con él.
Se trata, por tanto, de un derecho excepcional, que la ley confiere únicamente a
los parientes interesados desde el punto de vista patrimonial en la exclusión del
indigno. Los restantes parientes no pueden promover la acción so color de la
defensa de la memoria del difunto. La ley ha dispuesto que si aquéllos, que son
los más allegados al causante, prefieren guardar silencio, no debe facultarse a
los demás para remover cuestiones tan íntimas (...).
Aunque la ley habla sólo de parientes y aunque, en rigor, el cónyuge no lo es, no
cabe duda de que también él tiene la acción, desde que su unión afectiva con el
causante es por cierto más íntima que la de cualquier otro pariente (...).
(...) Debe reconocerse la acción al heredero instituido no pariente. Debe
suponerse que en él confluyen el afecto hacia el causante y el interés patrimonial
de los parientes; es tan heredero como éstos (...).

(...) No pueden reconocerse la acción a los legatarios. Es verdad que ellos


también pueden tener un interés en la declaración de indignidad (como ocurriría
en el caso de que el legado no pudiera cumplirse íntegramente por afectar la
legítima del heredero); pero (...) no es posible permitir que los extraños
promuevan estas cuestiones, por mucho que sea un interés económico.
Tampoco el Fisco puede demandar la indignidad. Su derecho no es propiamente
el de un heredero, sino que, cuando nadie se presenta, adquiere los bienes del
difunto por el derecho que le compete sobre todas las cosas sin dueño (...). La
indignidad se funda sobre todo en razones morales; los parientes son los mejores
jueces para resolver si deben o no ventilar esas causas; el Fisco nada tiene que
hacer con ellas.

Tampoco gozan de la acción los acreedores de la sucesión. Ellos ni siquiera


pueden invocar un interés económico, pues, cualquiera que sea el heredero, lo
mismo cobrarán su crédito. Y si la solvencia del indigno les parece dudosa,
tienen a su disposición el recurso de pedir la separación de patrimonios.

Se ha discutido si los acreedores del heredero que vendría a ocupar el lugar del
indigno pueden, por vía de la acción subrogatoria, intentar la demanda (...) Es
verdad que los acreedores tienen un interés patrimonial evidente en la
declaración de indignidad. Pero en esta materia pesan consideraciones más
importantes que las simplemente pecuniarias. Se trata de evitar que salgan a la
luz miserias disimuladas en el seno de la familia; de impedir el escándalo que
significa dar a publicidad el mal proceder de un pariente muy allegado al
causante. El derecho de intentar la acción de indignidad, por todas las
implicancias que supone, debe reputarse inherente a la persona; escapa, por
tanto, a la acción oblicua...» (BORDA, 1980: 105-108).
6. PERSONAS CONTRA LAS QUE SE DIRIGE LA ACCIÓN DE
EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN POR INDIGNIDAD

En cuanto a las personas contra las que se dirige la acción de exclusión de


sucesión por indignidad, el Código Civil establece lo siguiente:

Son excluidos de la sucesión de determinada persona, por indignidad, como


herederos o legatarios:

1. los autores y cómplices de homicidio doloso o de su tentativa, cometidos


contra la vida del causante, de sus ascendientes, descendientes o cónyuge, no
desapareciendo esta causal de indignidad por el indulto ni por la prescripción de
la pena;

2. los que hubieran sido condenados por delito doloso cometido en agravio del
causante o de alguna de las personas a las que se refiere el inciso anterior;

3. los que hubieran denunciado calumniosamente al causante por delito al que


la ley sanciona con pena privativa de la libertad;

4. los que hubieran empleado dolo o violencia para impedir al causante que
otorgue testamento o para obligarle a hacerlo, o para que revoque total o
parcialmente el otorgado; y

5. los que destruyan, oculten, falsifiquen o alteren el testamento de la persona


de cuya sucesión se trata y quienes, a sabiendas, hagan uso de un testamento
falsificado (art. 667 del Código Civil).

No pueden ser desheredados los incapaces menores de edad, ni los mayores


que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento. Estas
personas tampoco pueden ser excluidos de la herencia por indignidad (art. 748
del C.C.)
7. EFECTOS DECLARACIÓN DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN
INDIGNIDAD
El Código Civil, en lo que atañe a los efectos de la declaración de indignidad
prescribe lo siguiente:

A. La indignidad es personal. Los derechos sucesorios que pierde el


heredero indigno pasan a sus descendientes, quienes los heredan por
representación (art. 670 del Código Civil). Al respecto, cabe indicar que la
representación, sucesoria se halla normada en el Título V
(«Representación») de la Sección Primera («Sucesión en general») del
Libro IV («Derecho de Sucesiones») de Código Civil, en los artículos 681
al 685, numerales que establecen lo siguientes:

 Por la representación sucesoria los descendientes tienen derecho de,


entrar en el lugar y en el grado de su ascendiente, a recibir la herencia
que a éste correspondería si viviese, o la que hubiera renunciado, perdido
por indignidad o desheredación (art. 681 del Código Civil).
 En la línea recta la representación es ilimitada en favor de los
descendiente de los hijos, sin distinción alguna (art. 682 del Código Civil).
 En la línea colateral sólo hay representación para que al heredar a un
hermano, concurran con los sobrevivientes los hijos de los hermanos
premuertos que tengan derecho a representarlo en los casos previsto en
el artículo 681 del Código Civil (art. 683 del Código Civil), citad
precedentemente.
 Quienes concurran a la herencia por representación sucesoria, recibe: por
estirpes lo que habría correspondido al heredero a quien representa (art.
684 del Código Civil).
 En la sucesión legal, la representación se aplica en los casos
mencionados en los artículos 681 al 684 del Código Civil. En la sucesión
testamentaria, rige con igual amplitud en la línea recta descendente, y en
la colateral se aplica el artículo 683 del Código Civil salvo disposición
distinta del testador (art 685 del Código Civil).
B. El indigno no tiene derecho al usufructo ni a la administración de los
bienes que por esta causa reciban sus descendientes menores de edad
(art. 670, parí final, del Código Civil). Lohmann Luca de Tena anota al
respecto lo siguiente «... La privación del usufructo parece explicable,
pues si al ascendiente indigno no se le privara de él podría obtener
provecho indirectamente de los bienes que fueron del causante. En
cambio, lo que no me parece tan adecuad es que se le prive de la
administración, que es asunto que nada tiene que ver con los bienes
heredados o con los frutos que produzcan. Puede el indigno ser imputable
de lo que sea, pero eso no presupone que vaya a ser mal administrador
de los intereses patrimoniales de sus descendientes. Y, además, nótese
que norma sólo le priva de la administración de los bienes heredados, no
de otros bienes de los descendientes, con lo cual se llega al absurdo que
el menor acaso tendría que tener dos administradores de su patrimonio.

C. Declarada la exclusión del indigno, éste queda obligado a restituir a la mal


los bienes hereditarios y a reintegrar los frutos (art. 671, parte inicial, del
Código Civil). El precepto parte de la premisa de que el indigno ya esté en
posesión de la herencia o del legado, pero dicha premisa no
necesariamente se cumple siempre, porque nada impide la declaración
de indignidad, aunque el sucesor no haya accedido a posesión alguna.El
indigno queda excluido de la sucesión por tanto queda obligado (a)
devolver a la masa hereditaria (no a un sucesor en particular, salvo que
tenga designado sustituto) los bienes que detenta sin título válido.

D. Si (según el art. 671, parte final, del Código Civil) hubiera enajenado (el
indigno) los bienes hereditarios, la validez de los derechos del adquirente
regirá por el artículo 665 del Código Civil y el resarcimiento a que está
obligado por la segunda parte del art. 666 del C.C., según la cual en todos
los casos, el poseedor de mala fe de un bien hereditario está obligado a
resarcir al heredero el valor del bien y de sus frutos y a indemnizarle el
prejuicio que le hubiera ocasionado. Es de resaltar que el art. 665 del C.C.
establece lo siguiente:
 La acción reivindicatoria procede contra el tercero que sin buena fe
adquiere los bienes hereditarios por efecto de contratos a título oneroso
celebrados por el heredero aparente que entro en posesión de ellos.
 Si se trata de bienes registrados, la buena fe del adquirente se presume
si antes de la celebración del contrato, hubiera estado debidamente
inscrito, en el registro respectivo, el título que amparaba el heredero
aparente y la transmisión de dominio en su favor y no hubiera anotado
demanda ni medida precautoria que afecte los derechos adscritos.
 En los demás casos, el heredero verdadero tiene derecho de reivindicar
el bien hereditario contra quien lo posea a título gratuito o sin título.

8. PRESCRIPCION DE LA ACCION DE EXCLUSION DE LA SUCESION POR


INDIGNIDAD

“La acción de indignidad prescribe al año de haber entrado el indigno en


posesión de la herencia o del legado. Así lo determina el artículo 668 parte final
del Código Civil”1.

TITULO III - INDIGNIDAD

“Artículo 667º.- Exclusión de la sucesión por indignidad

Son excluidos de la sucesión de determinada persona, por indignidad, como


herederos o legatarios:

1.- Los autores y cómplices de homicidio doloso o de su tentativa, cometidos


contra la vida del causante, de sus ascendientes, descendientes o cónyuge. Esta
causal de indignidad no desaparece por el indulto ni por la prescripción de la
pena.

2.- Los que hubieran sido condenados por delito doloso cometido en agravio del
causante o de alguna de las personas a las que se refiere el inciso anterior.

3.- Los que hubieran denunciado calumniosamente al causante por delito al que
la ley sanciona con pena privativa de la libertad.

1
HINOSTROZA MINGUEZ, ALBERTO. PROCESOS JUDICIALES DERIVADOS DEL DERECHO SUCESORIO. Año
2007. p. 59.
4.- Los que hubieran empleado dolo o violencia para impedir al causante que
otorgue testamento o para obligarle a hacerlo, o para que revoque total o
parcialmente el otorgado.

5.- Los que destruyan, oculten, falsifiquen o alteren el testamento de la persona


de cuya sucesión se trata y quienes, a sabiendas, hagan uso de un testamento
falsificado”2.

9. ORGANO JURISDICCIONAL COMPETENTE PARA CONOCER DEL


PROCESO DE EXCLUSION DE LA SUCESION POR INDIGNIDAD

“Son los jueces Civiles los que tienen competencia para conocer del proceso de
exclusión de la sucesión por indignidad, pues ello se refiere del inciso 1) del
artículo 475 del Código Procesal Civil, según el cual se tramitan en proceso de
conocimiento ante los Juzgados Civiles los asuntos contenciosos que no tengan
una vía procedimental, no estén atribuidos por ley a otros órganos
jurisdiccionales y, además, cuando por su naturaleza o complejidad de la
pretensión (como es el caso de la pretensión de exclusión de la sucesión por
indignidad) el Juez considere atendible su empleo.

Además, conforme se desprende del artículo 19 del Código Procesal Civil, en


materia sucesoria (como es el caso que nos ocupa), es competente el Juez del
lugar en donde el causante (persona física que al fallecer da origen a la sucesión
mortis causa) tuvo su ultimo domicilio en el país, siendo tal competencia
(territorial) improrrogable. El indicado precepto legal resulta concordante con lo
dispuesto en el artículo 663 del Código Civil, según el cual corresponde al juez
del lugar donde el causante tuvo su último domicilio en el país, conocer de los
procedimientos no contenciosos y de los juicios relativos a la sucesión.

10. LEGITIMACION EL PROCESO DE EXCLUSION DE LA SUCESION POR


INDIGNIDAD

Poviña apunta que la doctrina, que confiere el ejercicio de la acción de indignidad


únicamente a los parientes a quienes corresponda suceder a falta del indigno o
en concurrencia con él, revela el propósito de establecer que la discusión sobre
la indignidad se circunscriba a los parientes exclusivamente, sin permitir la
ingerencia de extraños al nucleo familiar para evitar que las cuestiones atinentes

2
Citado en la página web siguiente: [[http://www.abogadoperu.com/codigo-civil-seccion-primera-
sucesion-en-general-titulo-11-abogado-legal.php]]
al concepto de solidaridad de la familia al cumplimiento de los deberes que ella
impone sean ventiladas por iniciativa de personas que no invisten aquella calidad

Valencia Zea sostiene que:

Quien alega la indignidad debe acreditar un interés serio en la exclusión del


heredero o legatario indigno. Los hermano del causante pueden ejercerla si al
declararse, entran a heredar abintestato. También los hijos en relación con otro,
para mejorar su cuota hereditaria”3.

La indignidad solo puede alegarse después de la muerte del causante. En vida


de este no es posible, pues bien podría suceder que aquel perdonara al autor de
la conducta ilícita.

En relación al tema que acapara nuestra atención, Lidia Hernández y Luis Ugarte
señalan lo siguiente:

En lo que se refiere a legitimación activa, las exclusiones por causa de


incapacidad o indignidad no pueden ser demandadas sino por lo parientes a
quien corresponda suceder o falta del excluido de la herencia o en concurrencia
con él.

Consideramos que el cónyuge supérstite también se encuentra habilitado para


demandar la indignidad, dada la condición sucesoria que se le otorga y la
posición especial que se le ha dado, según la cual no es excluido por ningún otro
orden, concurre con descendientes y ascendientes y excluye a los colaterales, y
además es un heredero forzoso.

De la misma forma, el heredero instituido también podrá accionar por indignidad.

Aun cuando no sea pariente, como tiene vocación al todo de la herencia, y


vocación potencial expansiva derivada de su condición de heredero, también
estará legitimado, como el cónyuge sobreviviente.

“En suma, los legitimados para demandar la indignidad serán los parientes en
grado sucesible obviamente, el cónyuge y los herederos instituidos.

3
Ibídem p.61.
Domínguez Benavente y Domínguez Águila, acerca de la legitimidad activa en el
proceso de exclusión de la sucesión por indignidad, manifiestan lo siguiente:

Como es principio que sin interés no hay acción, se estima que está facultado
quien obtenga con la exclusión del indigno una inmediata utilidad o llamamiento.

Por consiguiente, los coherederos del indigno están facultados, si entre ellos hay
derecho de acrecer; los que, eliminado el indigno, deban recoger de inmediato
la asignación, entre los que puede estar el Fisco; los legatario si el indigno, en
su calidad de legitimario, hace valer el derecho para que sea reducido el legado,
etcétera.

En opinión de Maffia:

Las exclusiones por causa de indignidad no pueden ser demandadas sino por
los parientes a quienes corresponda suceder a falta del excluido de la herencia
o en concurrencia con él.

La acción también esta conferida al cónyuge, unido naturalmente al causante por


lazos más estrechos que los derivados de la relación parental.

Debe incluirse entre los titulares de la acción de indignidad a los herederos


instituidos.

Los legatario carecen de la legitimación activa.

El fisco tampoco pueden ejercer la acción los acreedores del heredero que
pasaría a ocupar el lugar del indigno, ya que este supuesto invalidaría los casos
en que es concedida la acción subrogatoria, puesto que si bien estamos en
presencia de un contenido patrimonial, el derecho está fundado en razones
eminentemente morales y debe, por tanto, considerarse inherente a la persona.

Carecen de legitimación activa, también, los acreedores y deudores del


causante. Las motivaciones que pudieran justificar la acción de los primeros
encuentran su remedio en otras previsiones de la ley, como puede ser la
separación de patrimonios. En cuanto a los segundos se les niega la posibilidad
de excepcionarse en la indignidad de demandante.

A decir de Zannoni:
Las exclusiones por causa de indignidad no pueden ser demandadas sino por
los parientes a quienes corresponda suceder a falta de excluido en la herencia o
en concurrencia con él. Al mencionarse a los parientes llamados a suceder a
falta del indigno o en concurrencia con él pareciera limitarse la acción solo a los
herederos legítimos, cuya vocación ab intestato hace la ley en base al vínculo de
parentesco. Sin embargo, también están legitimados todos los que, en
concurrencia o con exclusión del indigno, tienen vocación hereditaria: así, el
cónyuge supérstite si es heredero; el heredero instituido en testamento, desde
que, aun cuando su vocación encuentra fundamento en un acto de última
voluntad del causante, independientemente del vínculo de parentesco, goza
tanto respecto de terceros como respecto de los coherederos de los mismos
derechos que los herederos legítimos y puede ejercer todas las acciones que
podría ejercer un heredero legítimo, etc.

En cuanto a los deudores de la sucesión. No podrán oponer al demandante la


excepción de indignidad. Tampoco están legitimados los acreedores de la
sucesión desde que carecen de todo interés jurídico, ni los acreedores de otros
herederos podrán por la vida de la acción subrogatoria demandar la indignidad
del coheredero: estamos frente a una acción no ejercible subrogatoriamente y,
reiteramos, el ejercicio de la acción no se sustenta para ellos en la tutela de
ningún interés legítimo.

Solo se legitima la acción entre coherederos con vocación actual, o eventual


realizable por la exclusión del indigno.

Finalmente, el fisco, en ningún caso estará en condiciones de oponer la


indignidad: ni aun siquiera cuando se trate del único heredero.

Se trata, por tanto, de un derecho excepcional, que la ley confiere únicamente a


los parientes interesados desde el punto de vista patrimonial en la exclusión del
indigno. Los restantes parientes no pueden promover la acción so color de la
defensa de la memoria de difunto. La ley ha dispuesto que si aquello, que son
los más allegados al a causante, prefieren guardar silencio, no debe facultarse a
los demás para remover cuestiones tan íntimas.
Aunque la ley habla solo de parientes y aunque, en rigor, el cónyuge no lo es, no
cabe duda de que también él tiene la acción, desde que su unión afectiva con el
causante es por cierto más íntima que la de cualquier otro pariente.

Debe reconocerse la acción al heredero instituido no pariente. Debe suponerse


que en él confluyen el afecto hacia el causante y el interés patrimonial de los
parientes, es tan heredero como estos.

No pueden reconocerse la acción a los legatarios. Es verdad que ellos también


pueden tener un interés en la declaración de indignidad (como ocurriría en el
caso de que el legado no pudiera cumplirse íntegramente por afectar la legitima
del heredero); pero no es posible permitir que los extraños promuevan estas
cuestiones, por mucho que sea un interés económico.

Tampoco el Fisco puede demandar la indignidad. Su derecho no es propiamente


el de un heredero, sino que, cuando nadie se presenta, adquiere los bienes del
difunto por el derecho que le compete sobre todas las cosas sin dueño. La
indignidad se funda sobre todo en razones morales; los parientes son los mejores
jueces para resolver si deben o no ventilar esas causas; el Fisco nada tiene que
hacer con ellas.

Tampoco gozan de la acción los acreedores de la sucesión. Ellos ni siquiera


pueden invocar un interés económico, pues, cualquier que sea el heredero, lo
mismo cobraran su crédito. Y si la solvencia del indigno les parece dudosa,
tienen a su disposición el recurso de pedir la separación de patrimonios.

2. Legitimación pasiva en el proceso de exclusión de la sucesión por


indignidad

Para Zanoni Todo sucesos mortis causa, legitimo o testamentario, universal o


particular, es susceptible de exclusión por indignidad.

Gatti asevera que:

La acción de indignidad se ejerce contra el heredero legítimo o testamentario, o


el legatario, que incurrió en alguna de las causas de indignidad previstas por la
ley.
La acción solo es posible promoverla después de abierta la sucesión, no solo
porque hasta ese momento el causante puede perdonar al indigno, sino porque
el interés jurídico de obrar nace para los interesados, cuando ha muerto la
persona de cuya sucesión trata.

Dominguez Benavente y Dominguez Aguila, acerca de las personas contra las


que se intenta la acción de indignidad, refieren que”4:

Deberá ser emplazado el indigno. Si fallece durante el juicio, seguirá el proceso


contra sus herederos, como sucede en todo litigio. Si fallece el indigno sin
haberse propuesto el litigio, se intentara contra sus herederos.

Es el heredero el que representa al indigno y no el legatario. La posesión que


tenía el indigno pasa a sus herederos, con el mismo vicio de indignidad, con la
misma mala fe del instituido por el de cujus. Lo que se puede ejercer contra los
herederos del indigno es la acción de indignidad y no la acción enderezada a
establecer la causa de la indignidad, si ésta requiere de un juicio separado. Este
solo se puede seguir contra el indigno, si la causa es de índole penal. Luego, si
la sentencia (penal) no se llegó a pronunciar en vida del indigno, no hay
posibilidad de un juicio de indignidad.

11. TRAMITACIÓN EL PROCESO DE EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN POR


INDIGNIDAD
La indignidad no opera de pleno derecho, sino que debe ser declarada
judicialmente por fallo ejecutoriado, expedido en la acción respectiva. Es una
acción de naturaleza personal. Se ventila como proceso de conocimiento, al no
tener vía procedimental propia.
Según el inciso 1 del artículo 75 del código procesal civil, se tramitan en el
proceso de conocimiento ante los juzgados civiles los asuntos contenciosos que
no tengan una vía procedimental y no estén atribuidos por la ley otros órganos
jurisdiccionales y además cuando por su naturaleza o complejidad de la
pretensión del Juez considere su empleo. En consecuencia al enmarcarse la
pretensión de la exclusión de la sucesión por indignidad dentro de la hipótesis

4
Idem. p. 65.
prevista en el referido inciso 1 del artículo 475 en el código procesal civil se colige
que dicha pretensión se sustancia en vía de proceso de conocimiento.

12. EFECTOS DE LA DECLARACIÓN DE INDIGNIDAD

El que fue declarado indigno de suceder es excluido de la herencia por causa de


su indignidad, de la persona hacia la cual se ha hecho culpable de la falta por la
que se pronunció su indignidad.

En lo patrimonial, el indigno que ha entrado en posesión de los bienes está


obligado a restituir a las personas a las cuales pasa la herencia por causa de su
indignidad, todos los objetos hereditarios de que hubiere tomado posesión con
los accesorios y aumentos que hayan recibido, y los productos o rentas que
hubiere obtenido de los bienes de la herencia desde la apertura de la sucesión.
Los productos o rentas se deben desde la apertura de la sucesión.

Los créditos que el declarado indigno tenían contra la herencia o de los que era
deudor el heredero excluido por causa de indignidad como también sus derechos
contra la sucesión por gastos necesarios o útiles, renacen con las garantías que
los aseguraban como si no hubieran sido extinguidos por confusión.

En relación con los herederos del indigno, a éstos se transmite la herencia o


legado de que su autor se hizo indigno, pero con el mismo vicio de indignidad
por todo el tiempo que falte para completar los 3 años.

Respecto de terceros, ventas, hipotecas, donaciones y servidumbres hechas por


el indigno durante el tiempo intermedio, son válidas y sólo hay acción contra él
por daños y perjuicios. Si existió fraude con los terceros, estos actos pueden ser
revocados.

13. PERDÓN O REHABILITACIÓN DEL INDIGNO

La rehabilitación del indigno es conocida en la doctrina también como el perdón


del mismo es decir causante.
En cuanto el perdón o rehabilitación del indigno, el código civil expresa lo
siguiente es lo siguiente:

EL causante puede perdonar al indigno de acuerdo con las normas de


la desheredación. (artículo 669 del código civil)

La indignidad queda revocada por instituir heredero al indigno o por


declaración expresada en el testamento o en escritura pública. (artículos
169 y 753 del código civil)

Revocada la indignidad no puede ser renovada sino por hechos


posteriores. (artículo 669 y 754 del código civil)

El causante tiene la potestad de perdonar la indignidad, independientemente de


la persecución penal.
El perdón otorgado por el causante puede ser:
* Expreso: Cuando lo manifiesta claramente en el testamento o por escritura
pública.
*Tácito: Cuando se instituye como heredero o legatario al indigno.

LANATTA sostiene que el perdón debe ser expreso, no se admite la dispensa


tácita. Señala que la institución de heredero o legatario al indigno sin mención
expresa no basta, porque el testador puede ignorar la existencia de la causal de
indignidad; no puede haber perdón tácito de algo que se ignora.

CORNEJO CHÁVEZ señala, al respecto, que sí procede el perdón tácito cuando


el causante instituye al heredero o legatario a sabiendas de que era indigno.
14. CONCLUSIONES

El código civil peruano, en ninguna de sus disposiciones define lo que


debe entenderse por indignidad para suceder, sin embargo contiene un
marco normativo suficiente para determinar que la misma se basa en la
comisión por parte del heredero de una falta que la ley prevé
expresamente, donde se requiere de la expedición de una sentencia
judicial que la declare concreta y personalmente.

La desheredación por cualquier causal la impone el testador mas no el


juez, pues tal decisión se materializa en el testamento, a diferencia de la
exclusión por indignidad que debe estar declarado por sentencia, en
acción promovida contra el indigno por los llamados a suceder.

La indignidad es aquella institución que se es aplicable ya sea al heredero


o al legitimario que ha cometido hechos que contravengan la ley en que
se le prohíbe de suceder, siendo incompatible moralmente.
15. BIBLIOGRAFIA

 HINOSTROZA MINGUEZ, ALBERTO. PROCESOS JUDICIALES


DERIVADOS DEL DERECHO SUCESORIO. Año 2007. p. 59.
 MANUAL DE DERECHO DE SUCESIONES
 ACCION DECLARATIVA DE LA INDIGNIDAD PARA SUCEDER (2ª ED.)
ROSA MARIA MENDEZ TOMAS; AURA ESTHER VILALTA NICUESA
CONSULTAS WEB
 https://www.academia.edu/4581156/EXCLUSION_A_LA_HERENCIA
 https://app.vlex.com/#vid/324288 LA INDIGNIDAD PARA SUCEDER:
CAUSAS DE DESHEREDACION

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