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"El hombre muerto," escrito por Horacio Quiroga, es un cuento muy intenso que nos da
un mensaje que nadie quiere oír de verdad: la muerte es inevitable. Sin embargo, no solo es
inevitable, sino que también puede venir en cualquier momento. Como la Belleza y la
Naturaleza, la muerte es impredecible. Nunca podemos saber exactamente cuando nuestras vidas
van a terminar, y no hay nada que podamos hacer para prevenirlo. Quiroga, como muchos
escritores de su tiempo, la describe como una tormenta de la selva – como una "pesadilla." Es
inevitable. Es alarmante. A veces es repentina e inesperada. Dada la vida que Quiroga tuvo, no es
una sorpresa que muchos de sus cuentos se centran en la muerte. Muchos de sus seres queridos
murieron o se mataron inesperadamente, y es obvio que esto tuve un gran efecto en sus
pensamientos igualmente como sus sentimientos. Se muestra por sus mensajes y sus cuentos en
“Monografías,” un sitio de numerosas biografías, Quiroga solo tenía dos meses cuando sus
experiencias personales con la muerte empezaron. En este momento, su padre fue matado por
accidente de un tiro. Después, sus dos hermanas, quien se llamaban Pastora y Prudencia, se
murieron por causa de la fiebre tifoidea. Quiroga también fue testigo del suicidio de su padrastro
después de que él sufrió de una grave parálisis cerebral. Poco después de casarse, su primera
esposa había sido envenenado, y por eso ella murió. Un año después, su hija se suicidó. Y
finalmente, Quiroga en si mismo se quitó la vida una vez que se enteró de que tenía cáncer
(“Monografías,” n.p.).
Obviamente, no es una sorpresa que el tema de la muerte es un tema recurrente en los
cuentos de Quiroga. Es natural que sus experiencias se muestran entre sus obras. Si se piénsalo,
las experiencias de todos los artistas se muestran en sus obras. La pinturas de Van Gogh, quien
Dorothea Lange, quien sufrió del abandono y la discapacidad, retratan los sufrimientos
sentimientos por arte es natural – incluso lo tiene un término psicológico. Se llama sublimación.
Como explica “Alley Dog,” un sitio de definiciones psicológicas, la sublimación ocurre cuando
alguien tiene sentimientos, ideas, o impulsos que no son aceptables en la sociedad, pero se los
enfrenta por modos que sί son aceptables (“Alley Dog,” n.p.). En el caso Quiroga, él
probablemente hubiera tenido muchos de estos sentimientos e impulsos, podemos asumir esto
porque él se suicidó al final. Pero, en vez de someterse a los impulsos, Quiroga los enfrentaba
por la escritura.
Paso a paso, Quiroga presenta el tema de la muerte durante su cuento “El hombre
muerto.” La presentación empieza inmediatamente cuando los lectores leen el título, “El hombre
muerto.” Cuando leen esta frase, ya saben que algún personaje del cuento va a morir. Ni siquiera
tienen que leer la primera línea; solamente tienen que leer el título para saber lo que pasará. Un
hombre pronto estará muerto. Lo que pasará al hombre en el cuento es inevitable; va a morir. El
título no nos da ningún tipo de esperanza. En realidad, se quita cada rayo de luz y de esperanza.
En las palabras dichas por Quiroga, “Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir”
(Quiroga en Garganigo, et al. pp. 365). Este título simplemente representa como la muerte
la muerte siempre realmente es esperada, porque todos sabemos que eventualmente nuestras
vidas en la tierra concluirán, puede ser inesperada en muchos casos. Se puede ser causada
inesperadamente por enfermedad, por un infarto o una apoplejía, o por un accidente grave de
cualquier tipo. En el caso de “El hombre muerto,” el cuento empieza con una escena en la que
hay un hombre que está trabajando en su bananal con su machete. Cuando él quiere descansar en
la gramilla por un rato, su machete cae y corta directamente a través de su abdomen. Es evidente
que lo que sucede es un accidente, pero es un accidente irreversible. Tan pronto como el hombre
da cuenta de que no puede ver la parte afilada de su machete en su cinturón, sabe en su mente lo
que ha ocurrido. El accidente que ha ocurrido fue impredecible, pero el hombre todavía tiene que
vivir con las consecuencias – o se debería ser dicho, morir con las consecuencias.
Sí, el hombre sabe que esto es el momento de su muerte, pero al mismo tiempo no quiere
aceptar la realidad. La lucha entre la realidad e irrealidad se muestra en el resto del cuento.
Después del accidente pero antes de su muerte, Quiroga compara la muerte con una pesadilla. La
muerte, obviamente, es la realidad, y una pesadilla es la irrealidad. Cuando viene el hijo del
hombre a la escena, exclamó, “¡Qué pesadilla!” (Quiroga en Garganigo, et al. 367). ¿Porque se
comparan la muerte y una pesadilla? Pues, esto probablemente fuera un sentimiento familiar para
Quiroga. Como Quiroga padecía de muchísima muerte cuando vivía, es probable que a veces no
supiera la diferencia entre su realidad de las muertes y su irrealidad de unas pesadillas. La verdad
es que la muerte de los seres queridos parece como una pesadilla horrible, y esta noción es
la naturaleza. El narrador demonstra este hecho cuando explica cómo todos los alrededores del
hombre permanecen iguales cuando él está muriendo. “Todo, todo exactamente como siempre; el
sol de fuego, el aire vibrante y solitario, los bananos inmóviles…” (Quiroga en Garganigo, et al.
naturaleza cómo o cuando alguien muere. Solo es parte de la vida. Solo es el ciclo de vida.
Es claro que la vida puede terminar de varias maneras. Puede ser accidente; puede ser
hecho a propósito. Sin embargo, de todos modos la muerta es un tema grave que la mayoría de
personas quieren evitar, pero Quiroga nos hace tener en cuenta cόmo es. Es inevitable, es