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2.1. CONCEPTOS BÁSICOS

2.1.1. El agua en el terreno

Se considera que el medio físico donde se mueve el agua y se realizan todos


los fenómenos relacionados con la hidrología subterránea es un ambiente
geológico. Esto significa que un estudio estructural, litológico y textural de las
formaciones litológicas o rocas en las que se mueve el agua, constituyen un
paso previo al estudio hidrológico de una región.

La propia geología es un factor condicionante del funcionamiento de los


acuíferos, en cuanto a la distribución de los materiales permeables o
impermeables, a la presencia de fallas, de fracturas, etc... Además, el medio
geológico en el cual circula el agua no es una roca homogénea sino que
presenta discontinuidades debidas a los procesos de formación y/o de
alteración de dicha roca. Los procesos de formación pueden ser, por ejemplo,
la acumulación de material granular en un aluvial. Los procesos de alteración
se pueden producir por fracturación o disolución, creándose espacios vacíos
por los que circula el agua. Así pues, las condiciones geológicas de la zona
influirán en el comportamiento de la circulación del agua.

Por último, y para poner fin a la tradición popular que habla de vetas de agua o
ríos subterráneos, tenemos que insistir sobre el hecho de que en realidad, el
agua se infiltra en el terreno y al descender en él, se acumula en los espacios
vacíos que deja la roca, de forma parecida al agua en una esponja. La
gravedad hace que por debajo de un cierto nivel nos encontramos que todo el
terreno está empapado de agua. Es decir, dado que el terreno está formado de
material rocoso con espacios vacíos, podemos imaginárnoslo como una
esponja que contiene el agua y permite su movimiento a su través.

2.1.2. Definiciones

• Acuífero: formación geológica que permite el almacenamiento y el


desplazamiento o transmisión del agua por poros o por grietas,
proporcionando cantidades apreciables de agua para su explotación de una
manera fácil y económica.
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• Acuífugo: formación geológica absolutamente impermeable que no


almacena agua ni la transmite.

• Acuitardo: formación geológica de baja permeabilidad que almacena agua


pero la transmite con mucha dificultad, es decir, en todo caso muy
lentamente. No es posible su explotación directa pero puede recargar, por
flujo vertical inducido a otros acuíferos.

• Acuicludo: formación geológica que almacena agua pero no la transmite,


es decir, que por sus características no permite el movimiento o circulación
del agua en su seno. Ello hace que no sea posible su explotación.

2.1.3. Relatividad de las definiciones anteriores

Cabe destacar que los conceptos de almacenamiento y transmisividad (definido


aun como capacidad de permitir el movimiento del agua; más adelante
definiremos este concepto con precisión), no pueden atribuirse de forma
absoluta, sino que se deben considerar en función del tema particular que se
esté estudiando.

Así, por ejemplo, pensemos en un acuífero de baja transmisividad, de forma


que su explotación no sea interesante. Sin embargo, dicha transmisividad
puede resultar ser lo suficientemente elevada como para, a largo plazo, permitir
la contaminación del acuífero y los que estén comunicados con éste a causa
de, por ejemplo, los lixiviados que se originen en un vertedero conectado con
dicho acuífero de baja permeabilidad. Desde el punto de vista del que
considera las posibles ubicaciones de un vertedero, el acuífero no es adecuado
por ser demasiado transmisivo, mientras que otra persona interesada en
construir pozos para extraer agua diría lo contrario, tratándolo de casi
impermeable.

Tradicionalmente, los conceptos hidrogeológicos se definían sobre todo según


criterios de explotación del agua. Hoy en día, la relatividad de dichos términos
es consecuencia de los nuevos usos del suelo y de la influencia que ejercen
sobre los acuíferos, así como la relevancia que han adquirido los temas de
impacto ambiental y su necesaria visión pluridisciplinar (contaminación,
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almacenamiento de residuos, zonas naturales protegidas, impacto de


actividades agrícolas y ganaderas, etc...)

Respecto a los espacios del medio geológico donde se almacena el agua,


podemos distinguir diferentes tipos de terrenos. Estos espacios intersticiales
pueden ser originados por acumulación de material que generan poros
relacionados con la génesis de la roca y que darán lugar a la porosidad
primaria (típico de materiales sedimentarios). Otra posibilidad es que
fenómenos geológicos secundarios afecten a la roca, como por ejemplo, la
alteración o la disolución, o la fracturación mecánica, que generan grietas o
fisuras en el terreno que actúan como conductos para la circulación preferente
del agua.

En cuanto a la permeabilidad de un acuífero, podemos distinguir entre factores


intrínsecos y factores extrínsecos. Los factores intrínsecos son aquellos que
dependen del propio acuífero y que están relacionados con el tamaño de los
poros. Así por ejemplo, para un mismo fluido, un terreno con un tamaño de
grano mayor será más permeable que un mismo terreno pero con un tamaño
de grano menor. Los factores extrínsecos son aquellos que dependen del
fluido, fundamentalmente de su viscosidad. Puesto que la viscosidad depende
de la temperatura, en ocasiones, se deberá también tener a ésta en cuenta
(p.ej. en el estudio de yacimientos geotérmicos o aguas termales).

Cabe destacar, que según la influencia de los factores intrínsecos y los factores
extrínsecos, la permeabilidad presenta un enorme rango de variabilidad,
abarcando muchos órdenes de magnitud. A continuación definiremos con
mayor precisión todos estos conceptos.

2.1.4. Porosidad

Para estudiar estos ámbitos y fijar los conceptos, utilizaremos los denominados
volúmenes de control.

Imaginemos un volumen determinado de terreno(1) limitado por una superficie


cerrada arbitraria, es decir, sea V el volumen total en m3 del terreno de control
contenido dentro de esta superficie que actúa de frontera:
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TERRENO
V
VOLUMEN
ANALIZADO
DE
CONTROL

Supongamos que pudiésemos medir la parte de ese volumen que está


“ocupado” por espacio vacío, es decir, el volumen total de los poros, y que
llamaremos Vp. Es evidente por tanto que la diferencia V-Vp se corresponde
con el volumen de material o roca sólido.

Definimos como porosidad total(2) la siguiente razón entre el volumen total de


poros y el volumen de control:
Vp
mt =
V
Es decir, la porosidad total es la fracción del volumen ocupado por los poros.
No obstante, esta porosidad total no es una magnitud interesante desde el
punto de vista hidrológico, ya que a efectos de movimiento de agua sólo
intervienen los poros interconectados. Por ello introduciremos el concepto de
porosidad eficaz. Considerando el volumen de control V y el volumen ahora
únicamente de sus poros interconectados Ve, definimos como porosidad eficaz
la siguiente razón:
Ve
me =
V
Puesto que Ve es inferior a Vp (es evidente que el volumen de poros
interconectados es inferior al volumen total de poros), tenemos que la
porosidad eficaz es menor que la porosidad total.

Nota: relatividad del concepto(3).

La porosidad eficaz es la que más utilizamos en hidrología y por eso, cuando


hablamos de porosidad sin más atributos, generalmente nos referimos a la
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porosidad eficaz. Vamos ahora a relacionar estas magnitudes con otros


conceptos.

La densidad aparente de un terreno poroso va a depender evidentemente de la


densidad de la roca que lo compone y de que los poros estén ocupados o no
por agua (grado de saturación).

2.1.5. Grado de saturación de agua en el terreno

El grado de saturación de agua en un terreno es la magnitud que mide la


fracción de poro o espacio vacío de la roca ocupado por agua líquida, es decir,
depende de la cantidad de agua contenida en los espacios vacíos o intersticios
(o poros) del terreno. Esto nos lleva a considerar dos ámbitos: la zona saturada
(poros íntegramente rellenos de agua líquida) y la zona no saturada (con
espacios por tanto ocupados por aire u otro fluido).

En este terreno, si hay cierta cantidad de agua en los poros, podremos medir
cuál es el volumen de agua que tenemos, y lo denominaremos Va. Es evidente
asimismo que Va es menor que Vp (o no?, meditar sobre ello). Podemos por
tanto definir una nueva magnitud representativa de hasta qué punto los poros
están “inundados” de agua, a la que bautizaremos como grado de saturación,
con una relación del tipo:
Va
s′ = (0 < s′ < 1)
Vp
es decir, es la fracción del espacio de los poros que está ocupado por agua. La
parte no ocupada por agua restante estará ocupada por aire u otros fluidos. Por
la definición de los conceptos que acabamos de introducir, el lector debe ver
que es evidente que este grado de saturación S′ es una magnitud que varía
entre cero y uno, según el terreno esté totalmente seco, o totalmente
impregnado de agua.

Hay que hacer notar que el grado de saturación se refiere más estrictamente a
los poros interconectados, ya que el contenido de los poros aislados no juega
ningún papel en la circulación de fluidos en acuíferos (si no fuese así ya no
podrían considerarse aislados). Por tanto, una definición más rigurosa de grado
de saturación usando la misma terminología que cuando hablábamos de
porosidad eficaz y porosidad total, sería:
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Va
s=
Ve
Que será a la que nos referiremos siempre que aludamos a este concepto.

Definimos como medio saturado aquellas zonas del terreno en las que los
poros están íntegramente ocupados por agua o mezcla con otros líquidos,
dicho de otro modo, las zonas donde se cumple s=1. Análogamente, si
hablamos de medio no saturado nos estaremos refiriendo a terrenos en que los
poros contienen asimismo aire u otro fluido. Aunque se trata de una distinción
simple, LA FENOMENOLOGÍA ASOCIADA A AMBOS TIPOS DE MEDIOS ES
RADICALMENTE DIFERENTE. Las ecuaciones que rigen en ambos medios
son distintas, siendo el medio no saturado mucho más complejo. En adelante,
siempre que no se diga lo contrario, nos estaremos refiriendo a medio
saturado.

Tal como lo hemos definido, s sería en tanto por uno. También podría
expresarse en porcentajes simplemente multiplicándolo por 100 y añadiendo el
símbolo % para evitar confusiones.

Veamos cómo podemos relacionar la densidad aparente y el grado de


saturación de un terreno.

Es lógico que la densidad aparente del terreno variará según el medio esté
lleno de agua o no. Consideremos los siguientes valores:
- ρa la densidad del agua
- ρm la densidad de la roca o material compacto
- Vm el volumen de la roca o material compacto

La densidad aparente de un terreno completamente seco sería:


masa ρ ⋅V
Densidad aparente = = m m = (1 − mt ) ρm
volumen V

dado que: Vm = (1-mt)·V y no hay nada de agua.


Va
Recordemos cómo se expresa el grado de saturación: s = (0<s<1). En el
Ve
caso en que el medio está saturado, se verifica s=1, y por tanto la densidad de
un terreno saturado en el supuesto que los poros aislados estuviesen vacíos,
para ser estrictos sería:
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masa total ρ a ⋅ Ve + ρ m ⋅ Vm
ρh = = = mρ a + (1 − m t )ρ m
volumen V

dejamos para el lector el cálculo de la expresión ρh para valores intermedios de


s.

2.1.6. Tipos de acuífero

La porosidad de un terreno suele ser consecuencia de diferentes fenómenos,


generalmente relacionados con su formación. La situación más frecuente es la
que se da en terrenos constituidos por agregado de granos y que
habitualmente se corresponde con el de terrenos sedimentarios; ya estén
formados por granos de mayor o menor tamaño y que sean más o menos
homogéneos. Así, en este caso, la porosidad es consecuencia de los
intersticios que existen entre los granos; y que representa ser el caso más
común en hidrogeología.

En este primer caso el medio poroso está formado por un agregado de granos
entre los cuales existen espacios vacíos que pueden ser ocupados por un
fluido; estos espacios vacíos son los poros a los que aludimos. Este tipo de
medio poroso puede ser consolidado o no consolidado según que exista o no
un cemento que aglutine y ligue las diversas partículas integrantes, o se
establezca alguna cohesión entre las mismas.

Sin embargo, como hemos dicho, la porosidad puede estar ligada a otros tipos
de procesos. Como, por ejemplo, la fracturación de origen mecánico del
terreno. Esta situación se da cuando una roca sólida sometida a tensiones
mecánicas del tipo que sea, se fractura y deja espacios libres en forma de
planos, propagados con estructuras de grietas más o menos homogéneas,
heterogéneas, perpendiculares, etc... dependiendo de las características de la
roca. Estas grietas, más o menos amplias, también pueden ser el resultado de
otros fenómenos tal como la disolución como sucede en el caso del karst, en el
que la propia circulación del agua va creando canales preferentes de mayor o
menor tamaño.

Cabe indicar que, en esencia, en los medios fracturados o karstificados, y


especialmente cuando las grietas empiezan a ser importantes, más que el flujo
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por un medio poroso tradicional empezamos a tener una circulación del agua
que se parece más a una circulación de agua por una red de tuberías. Por este
motivo, las leyes que rigen la circulación del flujo en estas condiciones serían
distintas, especialmente si los flujos son importantes y por tanto el régimen de
circulación pasa de laminar a turbulento (estos conceptos se explicarán más
adelante).

Todo lo que sigue y que se refiere fundamentalmente al curso de hidrología


tiende a asociarse con el concepto de medio granular. En dicho medio la
circulación del agua en cuanto a la velocidad del agua es relativamente
pequeña y la circulación del agua es un flujo eminentemente laminar. Más
adelante veremos en qué se traduce esto desde el punto de vista cuantitativo, y
de cómo podemos asegurarnos mediante el denominado número de Reynolds
de que, efectivamente, se están cumpliendo estas condiciones.

Acuífero libre y acuífero confinado

Imagínese un vaso lleno de arena y al que posteriormente se vierte agua hasta


la mitad, tal como podría controlarse mirando a través del cristal. El agua tiende
a acumularse en los poros de la parte inferior del vaso, de manera que hasta
cierto nivel tendremos la arena completamente saturada de agua, es decir, con
los poros íntegramente llenos de agua. A partir de cierta altura observaremos
que, aunque los poros tal vez contienen agua que ha quedado retenida
mojando los granos de arena al descender desde arriba, la mayor parte de
estos espacios vacíos están ocupados por el aire.

Luego podemos distinguir dos zonas claramente diferenciadas:

La parte superior donde la arena contiene básicamente aire.


La parte inferior en la que los poros están íntegramente llenos de agua.

Existe una superficie que separa ambas zonas. Esta superficie es la que
denominamos nivel freático o piezométrico y en este caso se caracteriza
porque la presión en esta superficie es igual a la presión atmosférica (no existe
ningún tipo de carga hidrostática, ya que por encima no hay líquido sustentado,
excepto en todo caso el retenido por capilaridad mojando los granos).
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Llamamos acuífero libre aquel en que el límite de la zona saturada coincide


con la interfaz donde empiezan los granos o poros sin agua, de forma que
nuevos aportes de agua simplemente elevarían esta interfaz a una nueva
posición más alta; o a la inversa, si extrajésemos agua, esta interfaz bajaría.

Obsérvese nuevamente que en la situación descrita, la característica de la


superficie freática es que la presión que se aplica sobre ella es la presión
atmosférica (p=0 relativa a la atmósfera).

Superficie del terreno

Límite de la zona saturada


=
nivel freático
agua

Ahora cabe preguntarse, ¿es posible que no coincida esta superficie


piezométrica con la zona saturada del terreno? Veamos como.

Consideremos una capa impermeable de terreno (p.ej. de roca compacta, sin


poros) debajo de la que hay una capa de material granular, debajo de la cual, a
su vez, vuelve a haber un zócalo impermeable (es equivalente a imaginarse un
sándwich de gravas entre dos formaciones geológicas impermeables).

Supongamos que podemos ir llenando de agua esta formación de material


granular. Inicialmente el agua se va a acumular en la parte baja, de forma
parecida a lo que sucedía antes con el vaso de arena. A medida que añadamos
agua, esta superficie freática (interfaz agua/aire) irá ascendiendo lentamente.
Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿qué sucederá cuando esta zona saturada
alcance el techo del acuífero?

A priori puede parecer que a partir de este instante ya no podemos añadir más
agua, ya que no cabe más, y en todo caso, para añadir más agua, habría que
inyectarla a presión. En estas circunstancias, cuanto más presionemos al agua
para que entre, conseguiremos aumentar la presión del agua en el terreno, y en
particular sobre el techo que confina esta formación granular.
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Presión del agua sobre el


techo impermeable

agua Material granular

Presión del agua sobre el


zócalo impermeable

La presión que ejerce el agua sobre el techo impermeable puede medirse por
su equivalente a la altura h que alcanzaría una columna de agua con la base
situada sobre dicho techo.

La superficie imaginaria definida por h es ahora el nivel piezométrico, y como


se observa en la figura siguiente, no coincide en absoluto con el límite de la
zona saturada. Es la situación que se da en lo que definimos como un acuífero
confinado.

Nivel piezométrico

Límite de la zona saturada

agua
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Obsérvese que este mismo acuífero, si contuviese menos agua se comportaría


como un acuífero libre, ya que si la zona saturada ocupa sólo parte del material
granular, estamos en la situación del vaso de arena.

Límite de la zona saturada


=
nivel piezométrico
agua

En consecuencia, que un acuífero se comporte como libre o confinado depende


no sólo de su configuración física (existencia o no de una capa superior
confinante), sino también de la cantidad de agua que contiene.

2.1.7. Movimientos del agua en el terreno

Si tenemos un terreno con poros interconectados, el agua podrá circular en su


seno a través de los mismos.

No obstante, dado el carácter heterogéneo y extraordinariamente intrincado de


los intersticios que proporciona la porosidad al terreno, las trayectorias de las
moléculas de agua serán extraordinariamente complicadas y tortuosas, con
constantes cambios de dirección y de velocidad, tal como lo muestra la figura:
Trayectorias de las
moléculas de agua

Velocidad instantánea
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En estas circunstancias es difícil caracterizar el flujo de agua a partir de las


trayectorias y velocidades individuales de las moléculas del líquido y debemos
recurrir a medias estadísticas.

La velocidad media vectorial de todas las velocidades de cada una de las


moléculas de una determinada zona se llama velocidad real de flujo. Tiene
dimensiones de velocidad (LT-1), y aunque no representa ninguna velocidad
real de ninguna de las partículas del agua en particular, si es representativa del
desplazamiento del conjunto del fluido a través del terreno.

Si imaginamos un determinado contaminante disuelto en el agua, la velocidad


real de flujo sería en principio la velocidad con la que la mancha del
contaminante se desplazaría en el terreno (despreciando de momento los
fenómenos de dispersión y/o de retención que se tratarán más adelante).

Velocidad media de todas las


velocidades instantáneas

Esta velocidad real de flujo es la magnitud más lógica para describir el flujo,
como promedio de las velocidades reales de las casi infinitas moléculas que se
desplazan en el movimiento de las aguas subterráneas en un terreno real. Pero
la tradición ha impuesto el uso de otra magnitud con dimensiones de velocidad.
Aún podemos definir otra velocidad imaginaria. Es frecuente definir como
velocidad de flujo aquella velocidad tal que multiplicada por la sección de paso
nos da el caudal.
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S Sección de paso

Q caudal que cruza la sección S

Q = v*S

A este valor tal que multiplicado por la sección nos da el caudal, le llamamos
velocidad de flujo o velocidad de Darcy. No es ninguna velocidad real (no es
representativa del desplazamiento de las moléculas del fluido estudiado), sino
de lo que matemáticamente denominamos un flujo específico. No obstante, es
muy cómodo de utilizar y por ello se la emplea con asiduidad en hidrología
subterránea, hasta el punto que cuando se habla de velocidad de aguas
subterráneas sin más atributos, normalmente nos referimos a la velocidad de
Darcy, análogamente a lo que sucede para la porosidad, en que nos referimos
a la porosidad eficaz a no ser que se indique lo contrario.

Entonces cabe preguntarse, ¿cómo se relaciona la velocidad real de flujo y la


velocidad de Darcy? El agua que circula lo hace sólo a través de los intersticios
o poros, mientras que la velocidad de Darcy refleja el caudal por unidad de
superficie total de terreno.

Dado que los intersticios representan sólo una parte pequeña de esa sección
total es evidente que la velocidad real de flujo es mucho mayor que la velocidad
de Darcy.
¿Porqué? (4)

Se puede demostrar que la relación entre ambas superficies (aquella por donde
circula realmente el agua (los poros) y la total del terreno considerada S) es
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igual a la porosidad eficaz. Dado que el caudal es único, tendremos que la


sección de paso real multiplicado por velocidad real v* es igual a sección total
multiplicada por velocidad de Darcy v, y por tanto, si las secciones se
relacionan por la porosidad se tendría que la velocidad real de flujo multiplicada
por la porosidad eficaz será igual a la velocidad de Darcy:

v* . me = v

Así, por ejemplo, si tenemos un terreno de me=20%, la velocidad real de flujo


será cinco veces mayor que la velocidad de Darcy.
¿Porqué? (5)

La velocidad de Darcy es un concepto muy práctico para calcular caudales


totales. Sin embargo, hay que ser consciente que esta velocidad tiene un
sentido sólo conceptual. Así por ejemplo, si lo que nos preocupa es determinar
la velocidad con la que se desplaza un determinado contaminante, la velocidad
de Darcy no nos sirve de nada. Puesto que, despreciando los fenómenos de
retención, reacción y dispersión, el contaminante es arrastrado por el agua y se
mueve en principio con ella, la velocidad relevante a efectos de cálculos de
transporte y movimientos de contaminantes es la velocidad real de flujo, y no la
velocidad de Darcy. En cambio, para caudales de agua el concepto de
velocidad de Darcy es muy cómodo.

Veamos un ejemplo.

Imaginemos un terreno con una porosidad eficaz del 10%, y donde el gradiente
y la permeabilidad del terreno nos proporcionan una velocidad de Darcy de
1m/día. Si aguas arriba, en unos pozos, se ha producido una contaminación a 1
km de distancia del punto de extracción, podríamos preguntarnos cuanto
tiempo transcurrirá aproximadamente hasta que la contaminación aparezca en
los pozos. Una primera respuesta ERRÓNEA sería considerar: ya que la
velocidad de Darcy es 1 m/día y la distancia es del orden de 1 km, tardaremos
casi 3 años (1000 días) en ver la contaminación. Pero, obviamente, esto es
falso puesto que el contaminante se traslada con el agua y la velocidad real de
flujo es:

v 1 m/dia
v* = = = 10 m/dia
me 0,1
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Por tanto, en poco más de 3 meses ya puede ser que nos aparezca la
contaminación.

Es fundamental que el lector asimile perfectamente esta distinción. Aunque


insistiremos a lo largo de todo el curso sobre esta cuestión, recomendamos que
se dedique a la misma toda la reflexión que sea necesaria hasta su total
comprensión.

Previo a definir el concepto de gradiente, conviene recordar algunos conceptos


de dinámica de fluidos. En un fluido en movimiento, la energía mecánica
consta de tres términos: el de presión, el de posición (o altura) y el de
velocidad (este último corresponde a la energía cinética). Así, la energía
mecánica de un fluido en un punto en función de dichos términos se puede
expresar como la suma de:

p v2
+z+
γ 2g

donde:
p es la presión
γ es el peso específico del fluido
z es la altura del punto
v es la velocidad del fluido en este punto
g es la aceleración de la gravedad

y que constituyen los términos característicos de la Ecuación de Bernouilli es


una ecuación general importante de la hidrodinámica 6.

El teorema de Bernoulli: en cualquier punto de un líquido ideal que se mueve


en régimen estacionario, el nivel energético total, es decir, la suma de término
de presión, el término de velocidad y el término de altura, se mantiene
constante. Una de las aplicaciones del teorema de Bernouilli es el efecto
Venturi que explicamos a continuación.
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2.1.8. Componentes de la energía de un fluido

EFECTO VENTURI

Supongamos un fluido que se desplaza por un tubo horizontal con distintas


secciones.

Aplicando el teorema de Bernouilli en dos puntos A y B situados sobre la


misma línea de corriente, obtenemos:

1
(
pA − pB = ρ vB2 − vA 2
2
)
dado que A y B están a la misma altura.

Esta ecuación nos indica que cuando la velocidad es mayor, corresponde a las
partes del tubo donde el fluido está a menor presión (esta es la razón para que
los aviones vuelan). Si la conducción de un fluido es horizontal, la presión del
fluido aumenta en las zonas de mayor sección y disminuye en las zonas de
estrechamiento.

El efecto Venturi puede ser utilizado para obtener la velocidad de un fluido


mediante un medidor de Venturi. Este aparato mide la diferencia de presión
que existe entre dos puntos de un fluido mediante un manómetro. Cuanto
mayor es la diferencia de velocidades entre estos puntos, mayor es la
diferencia de presión y por tanto, con una escala graduada que midiese estas
diferencias puede establecerse cual es la velocidad.

S3
S1
A B C
S2
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En general, el movimiento de las aguas subterráneas es muy lento, por lo que


el término de energía cinética es despreciable. Así pues, consideramos
únicamente los términos de la presión y de la posición:

p
+z
γ

2.1.9. Gradiente hidráulico

Ahora cabe preguntarse, ¿qué sucede si instalamos un pozo, de momento en


un acuífero libre? Para ello podemos imaginarnos una analogía:
Imaginemos un vaso de granizado. Cuando sorbemos con una caña, el
movimiento del líquido en el vaso es parecido al que se describe en un acuífero
cuando bombeamos el agua que contiene. Así, al extraer líquido de un punto,
en sus inmediaciones se crea una disminución de presión que genera un
gradiente negativo hacia el punto de tal modo que el nivel piezométrico forma
un cono hacia abajo con el ápex situado en el punto de extracción (la parte
inferior de la caña en el caso del granizado).

Se observa que la superficie libre del agua adquiere una cierta pendiente o
gradiente que es la responsable del movimiento del agua desde la zona del
mayor nivel a la zona del menor nivel. Y, ¿qué es exactamente el gradiente?

Los componentes de energía de una agua subterránea acabamos de ver que


constan de dos términos, el de posición y el de presión. La suma de estos dos
términos, en cualquier punto del acuífero, es el indicador del nivel energético
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del fluido (en nuestro caso, agua) en dicho punto. Como siempre en la
naturaleza, las diferencias de niveles energéticos inducirán movimientos, de
forma análoga a como se sucede con una esfera que, situada sobre un plano
inclinado se desplaza según la dirección de máxima pendiente.

Consideremos los puntos A, B y C representados en la figura siguiente:


zA

B· z B
C· z C

El punto A, al estar en el límite de la zona saturada, soporta una presión


relativa igual a cero (la presión atmosférica, que tomamos de referencia), por lo
que su nivel energético es únicamente zA, la altura a la que está situado
respecto a la cota de referencia (que puede ser la base del acuífero o cualquier
otro con tal que sea único en el sistema que analicemos). El punto B, dado que
está a una determinada profundidad en un fluido, soporta una determinada
presión hidrostática, concretamente: (zA-zB)γ y su posición es zB. Luego,
tenemos que su nivel energético total es, desarrollando términos:

PB (Z − Z B )γ + Z = Z
+ ZB = A B A
γ γ

es decir, resulta tener el mismo nivel energético que A situado justo encima en
la vertical. Por tanto, no se producirá ningún desplazamiento de agua según la
dirección AB ya que están al mismo nivel energético (una superficie horizontal
en el símil que hemos hecho con la mesa y la bola).

Veamos qué sucede en cambio con el punto C. Hemos comprobado ahora


mismo que el nivel energético en un punto de un acuífero libre viene definido
por la altura del nivel saturado situado encima de su vertical. En este caso,
como se observa en la figura, en el punto C la altura del nivel saturado es
mayor que la altura del nivel saturado en B, luego, el nivel energético en C es
mayor que el nivel energético en B. Puesto que el agua se mueve desde
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niveles de mayor energía a menor energía, se producirá un flujo de agua


subterránea de C a B.

Este proceso es el que induce una movilización general del agua subterránea
en el entorno del pozo sustituyendo el agua que va siendo bombeada.

En los párrafos anteriores hemos introducido la expresión matemática del


concepto de potencial hidráulico como la suma de los términos de posición y de
presión, que constituyen el nivel energético en un determinado punto del fluido.

En el caso de los acuíferos libres, este potencial puede visualizarse muy


fácilmente como la superficie que limita la zona saturada, ya que hemos visto
que en cualquier vertical, la posición de la superficie (zA en la figura) representa
el nivel energético de cualquier punto B situado en su vertical (más adelante
veremos que este supuesto es cierto sólo si el flujo es estrictamente horizontal,
pero por el momento prescindimos de este detalle).

En el caso de acuíferos cautivos, el límite de la zona saturada coincide con el


techo del acuífero.


zA
agua
B· zB C· z C

Por tanto, en el punto A situado en el límite de la zona saturada, la presión


relativa ya no es cero. Obsérvese que en este punto la presión es equivalente a
la presión ejercida por una columna de agua de altura h, por lo que el nivel
piezométrico vuelve a ser representativo del nivel energético en el punto A.
Cabe destacar que, aunque esta superficie representativa de los niveles
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energéticos en un acuífero cautivo es una superficie imaginaria, tiene sin


embargo la misma validez a efectos de visualizar la causa del movimiento de
las aguas subterráneas. Así, si esta superficie no es horizontal, el agua se
moverá desde puntos de mayor nivel a otros de menor nivel según la dirección
de la máxima pendiente (como en el caso de la esfera rodando sobre la mesa).

Así pues, el gradiente representa la máxima pendiente de la superficie


piezométrica, ya sea en el caso de un acuífero libre (límite de la zona saturada
o nivel freático), o en el caso de un acuífero cautivo (en este caso una
superficie imaginaria).

Estos conceptos se pueden definir con mucho más rigor matemáticamente:


Definimos el nivel piezométrico h en un punto (x,y,z) de un acuífero en el
instante t como:

p ( x, y , z, t )
h ( x, y , z, t ) = + z ( x, y )
γ

y que lógicamente variará según las coordenadas del punto (x,y,z) y del
momento t considerado.

Puesto que el gradiente es una pendiente, se puede definir con todo rigor
como:

r  ∂h ∂h ∂h 
i = ∇h =  , , 
 ∂x ∂y ∂z 

se trata de un vector según la dirección de la máxima pendiente, hacia arriba, y


de módulo proporcional al valor de dicha pendiente. Por ejemplo, una esfera
sobre una mesa se queda inmóvil cuando la mesa está plana; sin embargo,
cuanto más inclinemos la mesa, más pendiente hay y lógicamente el
movimiento de la esfera será proporcional a la inclinación de la mesa.
Clase 2.1 Pág. 21 de 27

Superficie plana: el
gradiente es nulo.

Superficie poco inclinada:


gradiente menor

i
Superficie muy inclinada:
gradiente mayor

Hay que insistir sobre el hecho de que el desplazamiento del fluido no se debe
a diferencias de presiones, como a veces se piensa intuitivamente.

Consideremos, por ejemplo, los dos puntos A y B representados en el siguiente


dibujo en un vaso lleno de arena y saturado de agua.
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·A

·B

El nivel piezométrico es constante y el agua no se mueve y, sin embargo, pA es


claramente menor que pB puesto que B se halla a mayor profundidad que A.

Esto ilustra el hecho de que el agua no se mueve del punto de mayor presión al
punto de menor presión, sino por diferencia de potencial hidráulico, magnitud
que incluye la presión pero también la posición (y, si el fluido tuviese
velocidades importantes, también un componente de energía cinética, pero ello
no sucede prácticamente nunca en el ámbito de la hidrología subterránea).

2.1.10. Propiedades de los fluidos

Antes de seguir trabajando sobre el movimiento del agua en un sistema


acuífero, necesitamos repasar algunos conceptos de mecánica de fluidos.

La mecánica de fluidos se estudia a dos escalas: a escala microscópica


mediante la teoría cinética de partículas; y a escala macroscópica, mediante la
mecánica de fluidos clásica. Otra manera de abordarla es desde el punto de
vista de la física estadística.

A efectos del tema tratado aquí, sin embargo, nos basta la mecánica de fluidos
clásica.

Los fluidos se caracterizan por las magnitudes habituales, es decir la masa, el


volumen y la densidad, ya utilizados con frecuencia en los apartados
anteriores.
Clase 2.1 Pág. 23 de 27

Pero, otra de sus características es la compresibilidad, que se define a partir


del módulo de elasticidad. Para introducir este concepto, recordemos que la
densidad es función de la presión de tal manera que a mayor presión, el fluido
se comprime aumentando la densidad. Podemos relacionar las variaciones de
densidad al variar la presión por un coeficiente de proporcionalidad del tipo:

∆ρ
= α ⋅ ∆P
ρ

Donde α es este coeficiente de proporcionalidad, y cuyo inverso es igual a:


1/α = E
Llamamos E al coeficiente o módulo de elasticidad:
dP
E = ρ⋅

De hecho, el agua es un fluido poco compresible, de modo que en general no
se cometen grandes errores considerándola incompresible. Pero ello no es
siempre así: ciertos fenómenos solo se explican por la pequeña
compresibilidad del agua, según veremos después.

Concretemos con un calculo la poca compresibilidad del agua:


¿Cuanta presión hay que aplicar para aumentar la densidad del agua en un
1%? Veámoslo integrando la relación que define α y, por tanto, E.

dρ 1 ρ1
∫ρ E ∫ρ0
= ⋅ dP

ρ
⇒ P1 − P0 = E ⋅ ln 1
Puesto que el módulo de elasticidad, en el caso ρ0
del agua, es de E = 2,08 · 108 kg/m2,
1,01
⇒ P1 − P0 = 2,08·108 ln
1
⇒ P1 − P0 = 2080000kg / m = 208 atm
2

Así tenemos que para aumentar la densidad en un 1%, se requiere una presión
de 208 atm. Lo que nos confirma la intuición de que el agua es muy poco
compresible.

Analizaremos otra propiedad de los fluidos.


La viscosidad de un fluido es la resistencia que opone a fluir a causa del
rozamiento interno entre sus capas (más estrictamente, a causa de fuerzas
intermoleculares que se generan en las deformaciones).
Clase 2.1 Pág. 24 de 27

Imaginemos un fluido situado entre dos placas de superficie S, y apliquemos a


la placa superior una fuerza F paralela a su superficie.

Placa que se mueve a


v
una velocidad v

d
Y

Placa estacionaria

Como consecuencia de esta fuerza, la placa adquiere una velocidad v; la


película de fluido que está inmediatamente en contacto con la placa superior
será arrastrada por la placa con la misma velocidad v. Debido al rozamiento
interno del líquido, esta capa superficial arrastra la capa del fluido
inmediatamente inferior con una velocidad v" menor que v.

Se observa que la fuerza que se aplica a la placa sigue la siguiente ley en


relación con la velocidad:
v
F = µ *S*
d
Es decir, la fuerza tangencial que se ha de aplicar a la placa superior para que
se desplace a una velocidad v respecto a la placa inferior, es directamente
proporcional a la velocidad v y la superficie S de la placa e inversamente
proporcional a la distancia d que las separa.

µ es una constante de proporcionalidad denominada coeficiente de viscosidad


dinámica. Su valor depende de la naturaleza del líquido, así como de la
temperatura a que esté el fluido.

El coeficiente de proporcionalidad es específico para cada líquido a unas


determinadas condiciones de presión y de temperatura. Se mide en poises. La
viscosidad dinámica para el agua se expresa con la fórmula de Poiseuille de la
siguiente manera:
0,0178
µ=
1 + 0,0337t + 0,0002t 2
donde t es la temperatura.
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También se define la viscosidad cinemática ν:

µ
ν= L2 T −1 
ρ

El efecto de la viscosidad es el de disipar energía, es decir, la conversión de la


energía mecánica en calor, como el rozamiento, lo que se traduce en pérdidas
de carga. Las pérdidas de carga dependen del fluido, de por donde pasa y de
cómo pasa.
Clase 2.1 Pág. 26 de 27

(1) “Volumen determinado de terreno”: es un volumen de terreno lo


suficientemente grande como para ser representativo de la heterogeneidad del
terreno, pero también lo suficientemente pequeño como para reflejar
adecuadamente la especificidad local del terreno. Así, por ejemplo, si en un
terreno de gravas, con un tamaño homogéneo de 2 cm de diámetro,
escogemos un volumen de control muy pequeño como por ejemplo un cubo de
2 mm de lado, no es adecuado porque, o estará vacío, o estará lleno de sólido
según quede nuestro cubo centrado en medio de uno de los cantos de grava o
quede justo en medio del intersticio entre gravas, como se muestra en la figura.

Canto de
gravas
Porosidad = 1

Intersticio entre Porosidad = 0


los cantos

¿Cuál es la porosidad con este volumen de control? Como se ve es aleatorio,


según donde ubiquemos nuestro volumen de control.
Igualmente, pero yendo al extremo opuesto, si esta formación de gravas tiene
un espesor de 10m sobre la base impermeable, un volumen de control de
100x100x100m tampoco sería representativo de las gravas por la razón
contraria.

(2) “m”: es un valor adimensional y se expresa en tanto por uno o en


Vp
porcentaje: m t (% ) = 100 *
V

(3) Nota: Relatividad del concepto de porosidad eficaz. El concepto de


porosidad eficaz depende de la porosidad total y de las conexiones entre los
poros. Si estas conexiones son mayores, la porosidad eficaz y la total se
parecen mucho. Si estas conexiones son extraordinariamente tortuosas y muy,
Clase 2.1 Pág. 27 de 27

muy pequeñas, el agua tiene mucha dificultad para circular entre los poros y
por lo tanto puede ser que la porosidad eficaz dependa de la escala temporal
considerada. Esto significa que si se vacía por drenaje rápido un determinado
terreno, mucha del agua puede quedar retenida en los poros; con lo cual la
porosidad eficaz aparente para un vaciado rápido es muy baja. Pero en cambio
si este vaciado se hace mucho más lento, dejando pasar meses, años, de
manera que el agua tenga tiempo de fluir muy, muy lentamente, puede ser que
la cantidad de agua que se obtenga sea mucho mayor; con lo cual la porosidad
eficaz aparente ahora para un vaciado muy lento es muchísimo mayor. De aquí
que el concepto de porosidad eficaz sea relativo a nivel de que depende
también de la escala de tiempo que estamos considerando. A efectos de un
pozo que bombea, podemos tener una porosidad eficaz para un acuitardo muy
pequeña, pero en cambio si es un vaciado de un acuífero muy lento a lo largo
de muchísimos años, puede ser que los resultados de la porosidad eficaz sean
significativamente altos, a esto se refiere la relatividad.

(4) Si la sección por donde circula el agua es sólo una parte (y por tanto menor)
que la sección total S. Dado que el caudal es único, el producto de la velocidad
real por la sección real ha de ser igual que el producto de la velocidad de Darcy
por la sección total. Luego, si la sección real es menor, la velocidad real debe
ser mayor para mantener la constancia del producto, tal como veremos en
breve.

(5) Demostración: si me = 20 % = 0,2 = 1/5,


entonces: v* ·1/5 = v
y por tanto: v* = 5 v
Así pues, en este caso la velocidad real de flujo es cinco veces la velocidad de
Darcy.

(6) Recordemos el teorema de Bernouilli: En cualquier punto de un líquido ideal


que se mueve en régimen estacionario, el nivel energético total, es decir, la
suma de término de presión, el término de velocidad y el término de altura, se
mantiene constante. Una de las explicaciones del teorema de Bernoulli es el
efecto Venturi.
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2.2. ECUACIONES DE FLUJO EN AGUAS SUBTERRÁNEAS

2.2.1. Experimento de Darcy

∆h

El experimento de Darcy consiste en colocar un cilindro de material poroso, de


sección S y de longitud L, en un tubo que conecta a dos depósitos con
diferente nivel de agua que se mantiene constante en cada uno de los
depósitos.

Lógicamente, cuando en los dos depósitos el nivel de agua es el mismo, no se


produce movimiento de líquido. En cambio, si los niveles en los dos depósitos
son diferentes, para una diferencia de altura ∆h, observamos un caudal Q de
agua que circula desde el depósito de nivel más alto hacia el depósito de nivel
más bajo. Midiendo este caudal en función de ∆h, se comprueba que el caudal
Q que circula es proporcional a tres parámetros (supuestos los dos otros
constantes):

ƒ la sección de paso S (a doble sección, doble caudal)


ƒ la diferencia de alturas de agua entre los dos depósitos: ∆h
ƒ el inverso de la longitud: 1/L (a doble longitud, mitad de caudal)

o sea, dicho esto mismo matemáticamente, que responde a la siguiente


expresión:
∆h
Caudal = velocidad × sección = constante ⋅ ⋅S
L
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que escribiremos de la siguiente forma, llamando k a la constante de


proporcionalidad citada:
∆h
Q = v ⋅S = k ⋅ ⋅S
L

En esta expresión, definimos la velocidad de Darcy como:


∆h
v =k⋅
L
∆h
dado que este producto de k * tiene dimensiones de velocidad. Dicha
L
velocidad es la v tal que multiplicada por la sección total de paso nos da el
caudal, pero dado que nuestro cilindro de sección S está relleno de material
poroso, esta v no es la velocidad media del agua que circula por dicho material
∆h
(recuérdese lo comentado en el apartado 2.1.7). Por otro lado, como es la
L
pendiente del potencial hidráulico, es decir, el gradiente i, podemos rescribir
nuestra ecuación anterior como:
r r
v = −k ⋅ ∇h = −k ⋅ i

donde el signo negativo aparece dado que el flujo es en la dirección contraria al


gradiente, es decir, va de mayor potencial hidráulico a menor potencial (desde
el depósito de mayor nivel al de nivel más bajo).

2.2.2. Ley de Darcy

Así, acabamos de ver que:


r r
v = −k ⋅ i

Ésta es la ley básica de la hidrología subterránea y nos indica que la velocidad


de Darcy (o flujo específico) es proporcional al gradiente. Al coeficiente de
proporcionalidad se le llama permeabilidad del terreno y, en el caso más
general, tiene carácter tensorial (es un coeficiente de proporcionalidad entre
dos vectores, la velocidad y el gradiente, lo que matemáticamente es un
tensor).

Veamos a continuación cómo aproximarnos de una forma intuitiva a la ley de


Darcy. Tenemos un ejemplo análogo en mecánica en la expresión de la
segunda ley de Newton:
Clase 2.2 Pág. 3 de 44

r r
F = m⋅a

que relaciona el valor de la fuerza ejercida sobre una masa con la aceleración
que le produce. Como puede verse en esta fórmula, la masa no es más que el
coeficiente de proporcionalidad entre la causa (la fuerza) y el efecto (la
aceleración). Así, un cuerpo de mayor masa, sometida a la misma fuerza, sufre
una menor aceleración.

En el caso del agua subterránea, la causa es el gradiente piezométrico y el


efecto es el movimiento del agua. La permeabilidad es una característica
intrínseca del terreno que indica la mayor o menor resistencia que ofrece el
terreno a la circulación del agua. Así, el flujo hidráulico en un terreno de
elevada permeabilidad necesitará menos gradiente que un terreno de menor
permeabilidad, en el que deberán darse unas condiciones de mayor gradiente,
para que exista igual movimiento de agua.

De hecho, la ley de Darcy se obtiene de las ecuaciones de Navier-Stokes para


un flujo laminar. Recuérdese que el régimen de movimiento de un fluido puede
conocerse a partir del valor del número adimensional de Reynolds, que
conceptualmente relaciona el cociente entre las fuerzas de inercia y las fuerzas
viscosas según la expresión siguiente:
v ⋅d ⋅ρ
Re =
µ
donde:
v = velocidad de flujo en m/s
d = tamaño medio de las partículas: d50 o en medios fisurados: d = 2e
ρ = la densidad del fluido en g/cm3
µ = la viscosidad dinámica en dinas.seg/cm2

En medio poroso es válida la ley de Darcy cuando tenemos que:


Re < 1-10

(el rango es debido a que la transición de flujo laminar a turbulento no es


súbita, sino gradual). En estas circunstancias, con valores de Re inferiores a la
unidad, tenemos la seguridad que el flujo es laminar y por tanto Darcy es
válido, ya que según hemos dicho, el número de Reynolds relaciona las fuerzas
de inercia y las fuerzas viscosas, es decir, si dominan unas o las otras. Cuando
∆h
dominan las fuerzas viscosas, el flujo es laminar y es proporcional a la
L
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velocidad. Cuando dominan las fuerzas de inercia, el flujo pasa a ser en


∆h
régimen turbulento y es proporcional a la velocidad al cuadrado, lo que
L
implica que la relación entre las pérdidas de carga y la velocidad del fluido sea
según una relación ya no lineal.

Por tanto, la Ley de Darcy es estrictamente válida únicamente cuando


predominan las fuerzas viscosas, es decir, cuando existe un régimen laminar.
En las aguas subterráneas, dado que en general las velocidades son muy
pequeñas, la ley de Darcy es casi siempre válida.
Veamos en que casos esta ley no es válida:

ƒ En las proximidades de la rejilla de un pozo, el caudal es muy importante


frente a una sección decreciente y las velocidades aumentan rápidamente.
Estamos en un régimen turbulento, y la ley de Darcy pierde su validez.
ƒ En medios fracturados, si las grietas son pequeñas, (<1 mm) y el gradiente
es razonable, el flujo se comporta según el régimen laminar y la ley de
Darcy es aplicable. Sin embargo, si las fisuras son más grandes, actúan
como conductos de circulación preferente en los que el flujo es turbulento y
obedece a otras leyes de la hidrodinámica. En este caso, la ley de Darcy no
sería utilizable.

Relaciones matemáticas análogas a la ley de Darcy se encuentra


frecuentemente, en otros ámbitos de la física (además de la ya citada ley de
Newton), como por ejemplo:

ƒ La ley de transferencia de calor por conducción en termodinámica, que se


define como:
r
⎛q⎞
⎜⎜ ⎟⎟ = −λ ⋅ ∇T
⎝A⎠
⎛q⎞
donde se relaciona la circulación del flujo de calor ⎜ ⎟ a causa de un
⎝A⎠
gradiente de temperatura ∇T (λ es la conductividad térmica, que es mayor, por
ejemplo, en los metales que en los aislantes).

ƒ En electromagnetismo en que la ley de densidad de corriente es definida


como (ley de Ohm generalizada):
r
j = −σ ⋅ ∇V
Clase 2.2 Pág. 5 de 44

r
donde consideramos la presencia de una corriente eléctrica j en función del
gradiente de potencial eléctrico ∇V ⋅ σ .

Ello permite por analogías, simular fenómenos de un ámbito mediante modelos


de otros más fáciles de construir (por ejemplo, simular un acuífero mediante un
circuito de resistencias eléctricas, según se verá al hablar de modelos de
simulación de acuíferos).

2.2.3. Permeabilidad

De forma análoga a las otras constantes de conductividad de las expresiones


físicas citadas en el párrafo anterior, en la ley de Darcy, el factor k es un tensor
que varía según la dirección. Su valor es una constante para cada medio y
cada fluido en unas mismas condiciones (en general, está ligado a la porosidad
eficaz del terreno, a la interconexión de poros y al tamaño de poro, así un
terreno muy poroso de grano grueso será en principio muy permeable).

La permeabilidad que hemos definido depende del medio pero también del
fluido, principalmente de su densidad y de su viscosidad. Es interesante
disponer de una magnitud que dependa únicamente del medio, y no del fluido
que circula por el mismo. Esta magnitud, caracterizada por un coeficiente k0
ρg
que depende sólo del medio, se define por la igualdad siguiente: k = k 0
µ
donde:

[ ]
k = conductividad hidráulica LT −1 (m s )
k0 = permeabilidad intrínseca, específica, geométrica o coeficiente de
[ ]
permeabilidad del terreno L2 (m 2 )

ρ = densidad o masa específica [ML ] (−3 kg


)
m3

g = aceleración de la gravedad [MT ] (


−2
) m
s2

µ = viscosidad dinámica del fluido [ML T ] (Pa * s)


−1 −1

Cabe destacar que en la permeabilidad k, también influye la temperatura, ya


que ésta modifica principalmente la viscosidad. Estas variaciones en la
permeabilidad suelen ser relevantes únicamente en casos de sistemas
Clase 2.2 Pág. 6 de 44

geotérmicos, puesto que en la mayoría de situaciones la temperatura del agua


subterránea es bastante constante.

Del mismo modo, la composición química del agua también puede condicionar
la permeabilidad del terreno como consecuencia de los fenómenos de
disolución o precipitación que pueden ocurrir en contacto con el terreno.

2.2.4. Flujos en paralelo y en serie

Analicemos qué sucede con la ley de Darcy en medios heterogéneos.

• Entendemos por flujo en paralelo, el flujo que pasa por varias capas
paralelas o estratificadas de materiales de distintas permeabilidades en
la misma dirección que la estratificación.

∆h

k1 b1

k2 b2
k3 b3
k4 b4

kn bn

Cada nivel i del estrato de permeabilidad ki y de espesor bi sufre la misma


pérdida de carga ∆h. La cantidad total de agua que circula por toda la sección
es la suma de las que circulan por cada capa. Individualmente, el caudal que
circula por la capa 1 sería (por unidad de anchura en la dirección perpendicular
a la pantalla):
∆h
q1 = b1 ⋅ k1 ⋅
L
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Para la capa 2 tenemos que:


∆h
q2 = b2 ⋅ k 2 ⋅
L
Para la capa n:
∆h
qn = bn ⋅ k n ⋅
L
El caudal total que pasa por todo el conjunto sería la suma de todos estos
caudales:
∆h ∆h
q = ∑ bi K i = ∑ bi K i
L L

La permeabilidad equivalente del conjunto es aquella tal que:


∆h
q = b ⋅k ⋅ ; pero b = ∑ bi
L

luego, tenemos que esta permeabilidad equivalente se relaciona con la del


conjunto de estratos por la relación:
∑ bi K i
K eq =
∑ bi

En esta expresión para valores realistas, se obtiene que generalmente la capa


más permeable domina, es decir, que los medios más permeables condicionan
el flujo de agua.

• En cambio, en el flujo en serie, el flujo pasa perpendicularmente a los


estratos de materiales de distintas permeabilidades, en una única
sección de paso S.
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∆h1
∆h2
∆h3
∆h4
∆hi

k1 K2 k3 k4 Ki Li
L1 L2 L3 L4

En este caso, el caudal que cruza todas las capas es único, y para cada tramo
de sección S, tendremos una distinta pérdida de carga, es decir, tenemos que:
∆h i
q = S* Ki
Li
tal que ∆h = ∑ ∆h i y L = ∑ L i

ya que la pérdida de carga total es la suma de la de cada tramo.


Luego:
∆hi ∆h
S/ ⋅ k i ⋅ = S/ ⋅ k ⋅
Li L
kLi ∆h
⇒ ∆hi = ⋅
ki L
∆h L
⇒ ∑ ∆hi = ∆h = k ⋅∑ i
L ki
L
⇒ keq=
L
∑ ki
i

En este caso, la capa con la permeabilidad menor acostumbra a ser la que


condiciona la permeabilidad equivalente del conjunto.
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2.2.5. Derivación de la ecuación general del flujo

Lo anterior nos da ya las herramientas para deducir la expresión cuantitativa


que nos permite relacionar y cuantificar los flujos de aguas subterráneas con la
piezometría y las características del terreno, una vez hemos visto que esta
piezometría (o más exactamente los gradientes piezométricos) son los motores
de los movimientos del agua en el terreno.

Esta ecuación que vamos a derivar es por tanto, la clave de la ciencia de la


hidrología subterránea. A partir de ella, seremos capaces de ir particularizando
cada situación sin más que aplicar estas particularidades a cada caso concreto.

Por tanto, es la ecuación fundamental en lo que se refiere al flujo de agua


subterránea.

Esta ecuación se deriva de un simple balance de masas y de la Ley de Darcy.


Un balance de masas consiste en plantear una ecuación tan sencilla como la
siguiente:

Entradas – Salidas = Variación de almacenamiento

Esta ecuación se podría aplicar a un volumen de control constante arbitrario;


pero ello nos obligaría a utilizar teoremas de cálculo que requieren un cierto
nivel matemático. Por eso vamos a definir un volumen de control sencillo que
nos permita derivar la ecuación con igual rigor matemático, aunque tal vez con
menor elegancia.

En nuestro caso consideraremos un volumen de control definido en un sistema


de coordenadas rectangulares de ejes X, Y y Z, como un paralelepípedo de
lados de dimensiones ∆x, ∆y y ∆z, como se puede observar en la figura
siguiente.
Clase 2.2 Pág. 10 de 44

∆x
X
∆y
Y ∆z
Z
1 2

Flujo de agua en la dirección X

Sobre el volumen de control que acabamos de definir, aplicaremos el balance


de masas, es decir, determinaremos qué cantidad de masa de fluido entra, qué
cantidad sale, y cómo varía la cantidad almacenada.

Entradas y salidas

Dado que este volumen es un paralelepípedo es decir, con seis caras, tenemos
que estudiar el flujo de masa a través de las seis caras, que tomaremos de dos
en dos según la dirección de los ejes.

Consideraremos para empezar, el eje X y las dos caras que le son


perpendiculares. Veamos los diferentes términos que describen dichos flujos
por ambas caras:

- La masa de fluido que entra por la cara 1 sería el caudal específico por la
densidad por el área de paso, es decir:
ρqx x ∆y∆z

donde qx x se refiere al caudal o flujo específico en la dirección X en el punto


de coordenada x.

- La masa de fluido que saldría por la cara 2, opuesta a la cara 1, sería:


ρqx x +∆x ∆y∆z

donde indicamos por qx x +∆x el hecho que no es el mismo flujo específico de


antes, en x, sino en la nueva posición de la cara 2 que es x + ∆x.
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Desarrollando esta última expresión mediante el teorema de Taylor(7), y


despreciando los términos para n>1, escribimos el término que representa la
masa que sale por la cara 2 en función de la que entra por la cara 1:


ρq x x +∆x ∆y∆z = ρqx x ∆y∆z + ∆x ( ρqx ) ∆y∆z
∂x

Al efectuar el balance de masas entre las caras 1 y 2 obtenemos que lo que


entra menos lo que sale nos queda como:


ρq x x ∆y∆z − ρqx x +∆x ∆y∆z = − ( ρqx ) ∆x∆y∆z
∂x

Si operamos análogamente según los ejes Y y Z, tenemos que las entradas


menos las salidas para las seis caras del volumen de control quedarán como:

⎛ ∂ ∂ ∂ ⎞
− ⎜ ( ρqx ) + ( ρqy ) + ( ρqz ) ⎟ ∆x∆y∆z
⎝ ∂x ∂y ∂z ⎠

Variación del almacenamiento

Veremos a continuación qué sucede con el otro término del balance, es decir,
con la variación del almacenamiento. Para ello debemos efectuar una serie de
consideraciones previas que nos permitirán llegar a la fórmula que describe la
variación de almacenamiento. Empecemos por establecer algunas magnitudes:

• La masa de agua en el volumen de control está representada por el


producto del volumen por la densidad, pero a su vez el volumen de agua
no es más que el volumen total multiplicado por la porosidad, es decir:
M = m · ρ · ∆x ∆ y ∆ z
• El volumen de material sólido dentro de nuestro volumen de control
viene dado en cambio, por el siguiente producto:
(1 − m) ∆x ∆y ∆z

Es importante destacar esta expresión porque utilizaremos la baja


compresibilidad de la roca para relacionar las variaciones de porosidad con las
otras variables. Para ello establecemos que este volumen de roca es
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constante, o lo que es lo mismo dicho matemáticamente, que tiene derivada


nula respecto al tiempo o cualquier otra magnitud (presión, etc.).

• La variación temporal de la masa M respecto al tiempo viene


cuantificada por la derivada respecto al tiempo de M:
∂M ∂
= ( m ρ∆x∆y∆z )
∂t ∂t

Ahora cabe preguntarse qué parámetros pueden provocar variaciones de la


masa contenida en el volumen de control. El motivo principal que provoca
cambios en la masa contenida en el volumen de control es la variación de la
presión en la vertical. En efecto, los cambios de presión inducen variaciones de
la densidad del agua, y también variaciones de la porosidad del terreno. Estas
dos consecuencias, resultado de la misma acción de la presión, pueden
cuantificarse mediante dos parámetros: la compresibilidad del agua y la
compresibilidad del terreno. Sus expresiones son, respectivamente:

- Compresibilidad del agua:


1 dρ
β=
ρ dP
(es por tanto el inverso del módulo de elasticidad definido anteriormente)

- Compresibilidad del terreno:


1 d ( ∆z )
α=
∆z dP

expresiones que, aunque puedan parecer complicadas, son las típicas de


cualquier coeficiente de variabilidad: p.ej. un coeficiente de dilatación que se
define como variación de longitud de una barra POR UNIDAD DE LONGITUD
(de aquí el 1/L) y POR UNIDAD DE TEMPERATURA de variación (el dL/dT).

Veamos ahora como con estos parámetros varía la porosidad del terreno con la
presión. Si, como hemos dicho, consideramos despreciable la compresibilidad
del terreno, su volumen permanece constante, lo que es lo mismo que decir
que:
d ⎡⎣(1 − m ) ∆x ∆y ∆z ⎤⎦ = d ⋅ Vsolido = 0
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Si desarrollamos este diferencial utilizando la fórmula del diferencial del


producto, obtenemos cuatro términos (es el producto de cuatro términos), de
las cuales solo quedan estos dos:

− dm ∆x ∆y ∆z + (1 − m) ∆x ∆y d (∆z) = 0

puesto que ∆x y ∆y son constantes(8). Si operamos y simplificamos, tenemos


que:
∆z ⋅ dm = (1 − m ) ⋅ d ( ∆z )

⇒ dm =
(1 − m ) ⋅ d ( ∆z )
∆z
expresión que relaciona la variación de la porosidad con las variaciones de
dimensión vertical ∆z.

Pasemos seguidamente a estudiar cómo varía la densidad del agua al variar la


presión. Ya sabemos que el valor de la presión en cualquier punto se halla
mediante la fórmula: P = P0 + ρgh

Siendo h la profundidad del punto considerado respecto al nivel de referencia


donde la presión es P0.
Luego: dP = ρg dh [1]
Si ahora sustituimos dP por su valor derivado de la expresión de la
compresibilidad del agua y reemplazamos los términos, tenemos que las
variaciones de densidad se relacionan con las variaciones de h según:
dρ = ρβ ( ρg dh ) [2]

Operando del mismo modo con la expresión de la compresibilidad del terreno


obtenemos la relación entre las variaciones de ∆z y las de h:
d ( ∆z ) = α∆z ( ρg dh )

Y por último, utilizando esta expresión en la relación entre la variación de la


porosidad respecto a ∆z tenemos finalmente como varía la porosidad con h:
(1 − m ) ⋅ d ( ∆z ) =
dm = (1 − m ) αρg dh [3]
∆z

Estas tres expresiones [1], [2] y [3] relacionan pues las variaciones de presión,
de densidad, y de porosidad con las variaciones de potencial piezométrico h.
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Con ello hemos conseguido nuestro objetivo que es relacionar todos los
parámetros que afectan el almacenamiento con la piezometría, que a su vez ya
sabemos que es el motor del movimiento que nos hace fluir el agua a través del
volumen de control. Estamos pues en condiciones de empezar a relacionar
ambos conceptos: flujos y almacenamientos.

• Una vez establecidos estos términos, volvamos a la expresión de la


variación temporal de la masa de agua contenida en el volumen de
control, que desarrollaremos con la derivada del producto, y en la que
sustituiremos las expresiones que hemos obtenido anteriormente, [1], [2]
y [3]:

∂M ∂ ⎛ ∂ ( ∆z ) ∂m ∂ρ ⎞
= ( mρ∆x∆y∆z ) = ⎜ ρm + ρ∆z + m∆z ⎟ ∆x∆y =
∂t ∂t ⎝ ∂t ∂t ∂t ⎠
⎛ ∂h ∂h ∂h ⎞
= ⎜ ρmα∆zρg + ρ∆z (1 − m ) αρg + m∆zρβρg ⎟ ∆x∆y =
⎝ ∂t ∂t ∂t ⎠
⎛ ∂h ⎞
= ⎜ ( ρmα∆zρg + ρ∆z (1 − m ) αρg + m∆zρβρg) ⎟ ∆x∆y =
⎝ ∂t ⎠
⎛ ∂h ⎞
= ⎜ ( mαρg + (1 − m ) αρg + mβρg) ∆zρ ⎟ ∆x∆y =
⎝ ∂t ⎠
⎛ ∂h ⎞
= ⎜ ( mαρg + αρg − mαρg + mβρg) ∆zρ ⎟ ∆x∆y
⎝ ∂t ⎠

(recomendamos que el alumno coja un papel y compruebe estos pasos por si


mismo). Así pues, la ecuación que expresa la variación de almacenamiento es:
∂M ∂h
= ( αρg + mβρg ) ρ∆x∆y∆z
∂t ∂t

• Luego, juntándolo todo, la expresión del balance general es de la


siguiente forma:

⎛ ∂q ∂q ∂q ⎞ ∂h
− ⎜ x + y + z ⎟ ρ∆x∆y∆z = ( αρg + mβρg) ρ∆x∆y∆z
⎝ ∂x ∂y ∂z ⎠ ∂t

y simplificando tendremos que:

⎛ ∂q ∂qy ∂qz ⎞ ∂h
−⎜ x + + ⎟ = ( αρg + mβρg)
⎝ ∂x ∂y ∂z ⎠ ∂t
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si ahora utilizamos la Ley de Darcy que nos define el flujo específico q según
las tres direcciones del espacio X, Y y Z, es decir:

∂h ∂h ∂h
qx = −k x ; qy = −k y ; qz = −k z ;
∂x ∂y ∂z

y lo sustituimos en la expresión anterior:

∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂h
⎜ kx ⎟ + ⎜ky ⎟ + ⎜ kz ⎟ = ρg ( α + β m )
∂x ⎝ ∂x ⎠ ∂y ⎝ ∂y ⎠ ∂z ⎝ ∂z ⎠ ∂t

Ss = Coeficiente de
almacenamiento específico

∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂h ECUACIÓN GENERAL
k + ⎜k ⎟+ k = Ss DEL FLUJO
∂x ⎜⎝ x ∂x ⎟⎠ ∂y ⎜⎝ y ∂y ⎟⎠ ∂z ⎜⎝ z ∂z ⎟⎠ ∂t
DE AGUA SUBTERRÁNEA

Para resolver esta ecuación diferencial en una situación real, debemos


disponer además de dos elementos adicionales:

- Las condiciones de contorno en el instante t = 0, es decir, las condiciones


iniciales en que: h (x,y,z,t) = h0 (x,y,z,0) para todo x,y,z
- Las condiciones de contorno en la frontera del espacio donde se aplica la
ecuación (p.ej. un límite impermeable, un contacto con el mar o un lago,
etc.)

Observemos que dicha ecuación es de segundo orden (derivadas segundas)


para el espacio y de primer orden (primera derivada) para el tiempo.
Evidentemente, el potencial hidráulico depende de la posición y el tiempo, es
decir, h=h(x,y,z,t), y los restantes parámetros dependen de las posiciones:
ki=ki(x,y,z) y Ss=Ss(x,y,z).

Así pues, finalmente, hemos obtenido una ecuación que describe el flujo de
agua subterránea. Si conseguimos una ecuación similar en cuanto a
concentraciones de solutos (elementos disueltos), es decir, la ecuación general
del transporte, ambas de hecho englobarían toda la teoría del curso de
Clase 2.2 Pág. 16 de 44

hidrología subterránea. Por desgracia el mundo no es tan fácil y no se resume


en este par de ecuaciones.

El problema se presenta a la hora de resolver casos reales. Esta ecuación es


demasiado complicada para tener solución directa en situaciones reales.
Además, su resolución implica un conocimiento perfecto de la distribución de
permeabilidades en todos los puntos, así como del coeficiente de
almacenamiento; situación que en un acuífero no se da nunca porque se
obtienen únicamente valores puntuales y no de la distribución en todo el
espacio, tanto para las permeabilidades como para los coeficientes de
almacenamiento específicos.

En la ecuación general del flujo de agua subterránea destaca un término por su


importancia, dado que es un parámetro hidráulico de gran relevancia en esta
materia; se trata del coeficiente de almacenamiento específico. Ya hemos visto
de donde sale (es consecuencia de la compresibilidad del agua y de la
compresibilidad vertical del terreno), y cual es su expresión matemática.
Veamos ahora también como se define conceptualmente.

DEFINICIÓN: El coeficiente de almacenamiento específico SS, es la cantidad


de agua cedida o absorbida por unidad de volumen de acuífero al variar el nivel
piezométrico en un metro. Esta capacidad del terreno para absorber o ceder
agua es función de la compresibilidad del agua, β, y de la compresibilidad del
terreno, α. De manera que este coeficiente no puede ser 0 nunca, ya aunque la
roca no sea compresible, la compresibilidad del agua nunca será nula.

Conviene advertir, ya que más adelante veremos que este coeficiente de


almacenamiento específico no es el parámetro más usado para caracterizar el
almacenamiento de agua en el terreno, que se prefiere utilizar otro que sea por
unidad de área. Pero ya llegaremos a ello.
Clase 2.2 Pág. 17 de 44

Analicemos algunos casos particulares.

a) Estado estacionario

En este caso, las derivadas respecto al tiempo son cero ya que los niveles
no varían en el tiempo. Estamos en un régimen estacionario, y por tanto

∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞
⎜kx ⎟ + ⎜ky ⎟ + ⎜kz ⎟=0
∂x ⎝ ∂x ⎠ ∂y ⎜⎝ ∂y ⎟⎠ ∂z ⎝ ∂z ⎠

b) Flujo horizontal

Si el flujo es horizontal, no depende de la coordenada z, y por tanto, la


ecuación general se reduce a

∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂h
⎜kx ⎟ + ⎜⎜ k y ⎟⎟ = S s
∂x ⎝ ∂x ⎠ ∂y ⎝ ∂y ⎠ ∂t

Si además la permeabilidad horizontal es isótropa ( kx = ky = k )

∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂h
⎜ k ⎟ + ⎜⎜ k ⎟⎟ = S s
∂x ⎝ ∂x ⎠ ∂y ⎝ ∂y ⎠ ∂t

Si el espesor b del acuífero es prácticamente constante, y la permeabilidad


⎡ ∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ 2h ⎤
varía lentamente en el espacio ⎢ ⎜ k ⎟ ≈ k 2 ⎥
⎣ ∂x ⎝ ∂x ⎠ ∂x ⎦

podríamos escribir que

∂2h ∂2h ∂h
T + T =S
∂x 2
∂y 2
∂t

donde T=K*b y S=Ss*b


Clase 2.2 Pág. 18 de 44

Ahora, el significado de S es distinto, ya que pasa a ser:

DEFINICIÓN: El coeficiente de almacenamiento S, es la cantidad de agua


cedida o absorbida por unidad de área de acuífero al variar el nivel
piezométrico en un metro.

Esta aproximación se puede rescribir como

∂ 2h ∂ 2h S ∂h
+ =
∂x 2
∂y 2
T ∂t

o simplificadamente
S ∂h
∇2h =
T ∂t

donde ∇ 2 es una forma compacta de escribir el operador (9)

∂2 ∂2
∇2 = +
∂x 2 ∂y 2

Si además estamos en situación estacionaria, llegamos a

∇2h = 0 ECUACIÓN DE LAPLACE

Veremos más adelante aplicaciones concretas de todas estas parafernalias


matemáticas.

2.2.6. Soluciones a casos particulares de la ecuación general del flujo de


agua subterránea

Veamos ahora algunos casos particulares que simplifican la ecuación general


del flujo y permiten hallar una solución simple.

• En el caso bidimensional de un acuífero isótropo e homogéneo, la


ecuación se reduce a:
S ∂h
∇ 2h = ⋅
T ∂t
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• Consideremos ahora un acuífero cautivo de permeabilidad constante k y


espesor b que conecta dos lagos de niveles diferentes, tal como se
indica en la figura siguiente:

h=h(x)

ho
Acuífero cautivo
hL
b k

X
Es un sistema unidimensional (sólo hay variaciones en la dirección x) y
estacionario, donde la altura o nivel piezométrico sólo varía como: h = h(x)
Tenemos que (dado que estamos en estado estacionario, es decir, la derivada
temporal es cero) nuestra ecuación general de flujo se reduce a:

∇ 2h = 0
Es decir:
d 2h
=0
dx 2

ya que estamos en un sistema estacionario, homogéneo, isótropo y


unidireccional.
Y si integramos, obtenemos:

dh
dx
= A siendo A una constante

Volviendo a integrar se establece una función o relación de dependencia tal


que:
h ( x ) = Ax + B
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Las condiciones de contorno son en este caso que el nivel en los contactos con
los dos lagos corresponden al nivel de la lámina libre de agua. Si aplicamos
estas condiciones de contorno para hallar el valor de las constantes de
integración, tenemos que:

h ( 0 ) = h0 = A ⋅ 0 + B ⇒ B = h0

h (L ) = hL = A ⋅ L + h0 ⇒ A =
(hL − h0 )
L

Y si sustituimos los valores que hemos obtenido para A y para B, la expresión


de la función h (x) es la siguiente:

h(x) =
(hL − h0 ) x + h
0
L

La representación gráfica de esta función es la recta que describe la superficie


piezométrica para el acuífero (línea roja discontinua en la figura anterior).

De esta ecuación sorprende que la superficie piezométrica no depende de la


permeabilidad. Esta aparente contradicción es debida a que si bien el gradiente
(es decir, el motor del movimiento) efectivamente es constante
independientemente de k, la consecuencia, es decir, el flujo, sí variará(10).

• Consideremos ahora un acuífero cautivo en el que perforamos un pozo,


tal como se indica en la figura siguiente:

sr

Acuífero cautivo
ho
k b

r
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Es un sistema bidimensional, y si suponemos el caso de un flujo estacionario,


se cumple que:
∇ 2h = 0

Fijémonos que al bombear, se forma un cono de bombeo. Cada punto de este


cono puede ser representado por coordenadas de tipo cilíndricas.
Recordemos que las coordenadas cilíndricas (r, Υ, z) de un punto P se
describen como:

P
·

Z z

r X
Υ
Y

En este caso con simetría radial, la Laplaciana se escribe como:

1 d ⎛ dh ⎞
∇ 2h = ⋅ ⎜ r
r dr ⎝ dr ⎟⎠

Y puesto que hemos considerado un caso estacionario, podemos escribir:

1 d ⎛ dh ⎞ d ⎛ dh ⎞
∇ 2h = 0 = ⋅ ⎜ r ⎟ ⇒ ⎜r =0
r dr ⎝ dr ⎠ dr ⎝ dr ⎟⎠
lo que integrando nos da:

dh
r =A siendo A una constante
dr
y por tanto:
dh A
=
dr r

Luego, integrando nuevamente la expresión de la función h (r) es la siguiente:

h ( r ) = A lnr + B
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A la vista de esta ecuación, en el momento que intentemos calcular las


constantes de integración A y B podemos deducir que la solución en estado
estacionario no existe. Para obviar esta dificultad, supongamos que a una
cierta distancia R, denominada radio de influencia, el nivel se mantiene
inalterado y de valor constante h(R)=ho, entonces la expresión anterior a esta
distancia R queda de la siguiente forma:
h (R ) = A lnR + B
Por otro lado, h depende del caudal extraído Q, luego aplicando la ley de
Darcy, tenemos:
dh
Q = sup erficie ⋅ permeabilidad ⋅ gradiente = 2πrb ⋅ k ⋅
dr

si T=K*b, operando tenemos que:


dh Q
=
dr 2πrT

De las precedentes igualdades mientras integrábamos observemos:


dh A Q Q
= = ⇒A=
dr r 2πrT 2πT
Así pues:
Q
h (r ) =
lnr + B
2πT
A partir de ahora en lugar de usar el término nivel h utilizaremos el término
descenso. Sea s la diferencia de altura de h0 a h:

s = h0 − h

Para un radio igual al radio de influencia, tenemos que h es igual que h0 y S=0.
Luego:
Q Q
h0 = lnR + B ⇒ B = h0 − lnR
2πT 2πT

es decir, la expresión que describe los descensos de nivel en función del radio
es la siguiente:

⎛ Q Q ⎞
s ( r ) = h0 − ⎜ lnr + h0 − lnR ⎟
⎝ 2πT 2πT ⎠
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y operando (diferencia de logaritmos igual a logaritmo del cociente) tenemos:

Q r
s (r ) = ln
2πT R

Se ve que el descenso de nivel dependerá del diámetro del pozo (mayor


diámetro menor descenso), y que el descenso también dependerá de la T.

2.2.7. Flujos verticales

Imaginemos la situación siguiente. Dos acuíferos, es decir, dos niveles de


terrenos relativamente buenos conductores de agua con permeabilidades altas,
separados por un material de menor permeabilidad. Esto correspondería a una
situación con un acuífero libre en la parte superior con nivel piezométrico
determinado, y un acuífero cautivo en la parte inferior con otro nivel
piezométrico independiente (es una situación relativamente corriente en la
realidad).

Ahora vamos a analizar lo que sucede si el nivel piezométrico del acuífero


inferior es superior que el del acuífero superior, incluso por encima del nivel del
terreno.
h2

h1
Acuífero superior (1)
Acuífero libre de permeabilidad alta

• A
Acuitardo de baja permeabilidad
b

• B
Acuífero inferior (2)
Acuífero cautivo de permeabilidad alta
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A continuación realizaremos un ejercicio conceptual consistente en visualizar


distintas situaciones, a base de variar un nivel manteniendo el otro constante, y
estudiando como afecta ello al flujo de agua entre ambos acuíferos. Para ello
analizaremos como va a circular el agua entre ambos acuíferos a medida que
modificamos el nivel h2.

- Dado que en el punto A, cota inferior del acuífero superior, el nivel


piezométrico es h1, y en el punto B, cota del techo del acuífero inferior es h2,
entre los puntos A y B hay una diferencia de nivel piezométrico.
Recordemos que precisamente las diferencias entre niveles piezométricos
son el motor para que el agua se mueva, y se originen flujos de agua.

¿Cómo va a ser este flujo de agua? Evidentemente desde el mayor nivel


piezométrico al menor nivel piezométrico. Por tanto, en esta situación inicial
tenemos un flujo de agua vertical desde el acuífero inferior hacia el acuífero
superior.

h2

h1
Acuífero superior

• A

FLUJO VERTICAL HACIA ARRIBA b


Acuitardo de baja permeabilidad
• B
Acuífero inferior

¿Cómo podemos cuantificar el caudal de agua?


Sabiendo que la permeabilidad vertical de este acuitardo intermedio es kv,
aplicando la ley de Darcy el caudal equivale al producto de la superficie
horizontal del sistema, que llamaremos A por la permeabilidad vertical kv, y por
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el gradiente, que es el cociente de la diferencia de niveles (∆h) dividido entre la


distancia, es decir el espesor b del acuitardo:

h2 − h1
Q = A ⋅ kv ⋅
b

- Ahora, ¿qué sucede si este nivel h2, el nivel en el acuífero inferior, empieza
a disminuir?

construiremos una gráfica en la cual vamos a representar el caudal entre


ambos acuíferos a medida que varía h2.

Q
Caudal
vertical
inicial

0 h1 Nivel inicial del h2


acuífero inferior

En principio este caudal tenía sentido ascendente, de abajo a arriba, y el valor


del caudal inicial es el que acabamos de calcular dado por la h2 inicial.
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Ahora vamos bajando el nivel, ¿qué va a suceder?

h2

h1
Acuífero superior

• A

FLUJO VERTICAL HACIA ARRIBA b


Permeabilidad vertical = kv
• B
Acuífero inferior

Es bastante obvio que cuando h2 va disminuyendo, el caudal va a ir


disminuyendo, puesto que el término ∆h y por tanto el gradiente vertical se va
reduciendo.

0 h1 h2

- ¿Hasta qué momento va a ir disminuyendo el caudal?

Pues hasta que coinciden h2 y h1, es decir, cuando en la gráfica h2 sea igual a
h1, el nivel de abajo y el nivel de arriba están exactamente al mismo nivel
piezométrico, y en este caso, el caudal es cero. No hay gradiente, por tanto no
hay movimiento de agua. Así pues, este caudal entre ambos acuíferos se iría
reduciendo linealmente con la disminución de la diferencia de nivel, y en el
momento en que h2 pasa a ser h1, el caudal es nulo.
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h2 = h1
Acuífero superior

• A
NO HAY FLUJO
b
Permeabilidad vertical = kv
• B
Acuífero inferior

- Si sigue descendiendo el nivel h2, ¿qué sucederá en el momento en que h2


empieza a estar por debajo de h1?

h1
Acuífero superior
h2

• A
FLUJO VERTICAL HACIA ABAJO

Permeabilidad vertical = kv
• B
Acuífero inferior

Puesto que el nivel en la base del acuífero superior, es más alto que el nivel
en el techo del acuífero inferior, el flujo ahora es claramente descendente, y
el caudal pasa a ser negativo respecto al anterior.
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0 h1 h2

- Y ahora cabe preguntarse, ¿esto sucederá indefinidamente?


Reflexionemos, ¿qué ocurrirá cuando h2 llegue a la base del acuífero superior?

h1
Acuífero superior

• A h2
FLUJO VERTICAL HACIA ABAJO

Permeabilidad vertical = kv
• B
Acuífero inferior

Pues sigue existiendo un gradiente, es decir, h1 – h2 tiene un determinado


valor, y el caudal continúa siendo vertical hacia abajo.

- Si continua descendiendo el nivel h2, ¿qué ocurrirá cuando h2 se coloque


por debajo del techo del acuífero inferior?
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Zona no saturada
h1
Acuífero superior

• A
Permeabilidad vertical = kv

Zona no saturada
• B
h2

Acuífero inferior

Suceden dos cosas:


1. El acuífero inferior cuando h2 es menor que la cota del techo del acuífero
inferior o, lo que es lo mismo, si h2 es menor que la cota de la base del
acuitardo, tenemos que el acuífero de abajo pasa de confinado a libre, con
una zona no saturada entre medio.
2. En dichas circunstancias, ¿cuánto vale el nivel piezométrico en el punto B
del techo del acuífero inferior? El nivel piezométrico en este punto, dado
que no hay término de presión, sólo hay término de posición. El término de
presión es cero, es decir, presión atmosférica (que es la referencia que
tomamos por cero), por tanto, la h aquí es hB. ¿cuánto vale el nivel
piezométrico en el techo del acuitardo? Pues es h1. Por lo tanto el caudal
que tenemos ahora será:

hB − h1
Q = A ⋅ kv ⋅
b

Ahora, fijémonos en que por mucho que descienda h2, el nivel piezométrico del
acuífero de abajo, el término del gradiente es constante(11) y por tanto, el caudal
va a ser constante, es decir que tiene un máximo.
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0 hB h1 h2

Qmax

Por tanto tenemos una función de flujo entre los dos acuíferos que no es lineal,
es decir, los flujos verticales tienen una función no lineal. Es lineal siempre y
cuando h2 esté por encima del techo del acuífero inferior. Pero en el momento
en que h2 pasa a estar por debajo del techo del acuífero inferior, se desconecta
el acuífero inferior, tenemos una zona no saturada intermedia, y entonces el
flujo viene controlado por la cota del techo del acuífero inferior, y asume su
valor máximo.

En este caso se produce un flujo por goteo a través de la zona no saturada


dentro del acuífero inferior, exactamente igual como sucede con la infiltración
de lluvia, por ejemplo, en el acuífero superior. En resumen, la función de los
flujos verticales es no lineal a partir del momento en que h2 está por debajo de
hB y tenemos que el flujo pasa a tomar un valor máximo constante,
representado por Qmax en la gráfica.

Esta situación de flujo vertical no sólo se da entre acuíferos, también sucede


cuando tenemos conexión entre láminas libres de agua y acuíferos, como es el
caso de una conexión entre un río y un acuífero. Esta conexión en general,
esquemáticamente, viene a ser del tipo siguiente, es decir, en un río,
normalmente se forma una cierta capa de limos, materiales menos permeables
por sedimentación de arrastre de finos por el propio río, que separa lo que es el
Clase 2.2 Pág. 31 de 44

cauce del río, la lámina libre de agua, y lo que es el material aluvial en el cual
está encajado el río.

Material aluvial
Capa de limos

Esta situación la podemos representar mediante un modelo ideal tal como este:

Es decir, una conexión entre lámina libre de agua con un material poroso a
través de un cierto espesor de limos e, que conecta con el acuífero inferior.
Ahora, vamos a ver qué sucede si en este material aluvial también tenemos un
acuífero.
Ahora estudiaremos diversas situaciones y veremos cómo esquematizarlas.

- ¿Qué sucede si el nivel en el río hr es menor que el nivel en el acuífero hA?

En estas circunstancias, es evidente que por debajo de los limos, el nivel


piezométrico es más alto que por encima de los limos, por lo tanto tendremos
un flujo vertical hacia arriba, es decir que habrá flujo del acuífero hacia el río.
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hA

hr

Considerando que el ancho del río es a y la longitud del río es L, el caudal es:

hA − hr
Q = a ⋅L ⋅ kv ⋅
e
Estamos en la situación de un río efluente, es decir, el río recibe agua del
acuífero aluvial.

Esto se correspondería con la situación anterior en la que hA equivale a h2, y hr


equivale a h1. Sin embargo, aunque antes se trataba de un acuífero, y no de
una lámina libre de agua, conceptualmente es exactamente lo mismo, porque
antes, también suponíamos que la permeabilidad de los medios que formaban
los acuíferos era sensiblemente superior a la de los limos intermedios. Veamos,
como en el caso anterior, qué sucede cuando disminuye hA, análogamente a
como antes sucedía cuando disminuía h2, y qué ocurre en el momento en que
ambos niveles coinciden.

hA = hr

Es evidente que ahora el caudal es cero. Simplemente, el río está en equilibrio


con el acuífero y no existe flujo entre ambos.
Clase 2.2 Pág. 33 de 44

- Si continúa descendiendo el nivel en el acuífero, estaremos en una


situación en la que hA es menor que hr y por tanto, lógicamente el flujo va a
ser hacia abajo, y el valor del caudal será:

hr − hA
Q = a ⋅L ⋅ kv ⋅
e

Nos encontramos entonces en la situación de un río influente, en la que se


registra un flujo del río al acuífero.

hr
p hA

- Ahora cabe preguntarse si esta situación continua indefinidamente. Pues


no, porque llegará el momento en el que en el acuífero, hA pasa a estar por
debajo de la base de los limos. En estas circunstancias, ¿qué es lo que
sucede?

En este caso, a partir de la base de los limos hay una desconexión. Si


llamamos p a la profundidad del agua en el río, cuando hA es menor que el de
la base de los limos, ¿cuál es el nivel en la parte alta, en el techo de los limos?
Lógicamente, es p.

¿Cuál es el nivel en la parte baja, en la base de los limos? De hecho será cero,
así pues el caudal, cuando hA es menor que hbase es:

p+0
Q h A <h base = a ⋅ L ⋅ K v ⋅ = Q max = cte
e

Y además, este caudal es el caudal máximo del río al acuífero, y a partir de


aquí, la entrada de agua al acuífero se produce por goteo a través de una zona
no saturada.
Clase 2.2 Pág. 34 de 44

Fijémonos en que nos encontramos en la misma situación anterior entre los


dos acuíferos, con una gráfica similar donde hemos cambiado las letras. Esta
gráfica del caudal entre acuífero y río también representa una función no lineal,
en la cual a partir de un valor hr el caudal toma un valor máximo y permanece
constante.

Qacuífero-río

0 hbase hr hA

Qmax

2.2.8. Flujo en acuífero libre

Para estudiar el flujo en un acuífero libre, efectuaremos un balance análogo al


del caso general, pero considerando un volumen de control diferente. El
volumen de control que utilizaremos será un prisma cuya altura coincide con el
espesor del acuífero, es decir, ∆z = h. En este caso el flujo es horizontal, y por
tanto h=h(x,y,t). En nuestro volumen de control, sólo hemos de valorar las
entradas por flujo horizontal en las direcciones x e y, pero también deberemos
tener en cuenta que puede haber entradas a través de la cara superior, por
infiltración de lluvia por ejemplo. En este caso, ya adelantamos que la
compresibilidad del agua juega un papel casi nulo, y por tanto podemos hacer
un balance de volúmenes en vez de uno más riguroso de balance de masas,
como hicimos al derivar la ecuación general. Nuestro volumen de control es
ahora un paralelepípedo limitado por abajo por la base impermeable del
acuífero.
Clase 2.2 Pág. 35 de 44

1 2

h
4
Y
∆y
3
∆x
X
Consideremos el flujo según el eje X, es decir, el caudal que pasa por la cara 1
menos el que pasa por la cara 2:

∂h ∂h
-h (x) ∆y k x x ∆t + h ( x+∆x ) ∆y k x x+∆x ∆t
∂x ∂x

Ahora, consideremos el balance según el eje Y, es decir, el caudal que pasa


por la cara 3 menos el que pasa por la cara 4:

∂h ∂h
-h (y) ∆x k y y ∆t + h ( y+∆y ) ∆x k y y+∆y ∆t
∂y ∂y
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∆h

1 2
4
Y

3 ∆y

∆x
X

En la dirección z no hay que hacer el análisis de flujos. Sin embargo, por arriba,
también hay entradas como consecuencia de la infiltración por unidad de
superficie (la infiltración es una condición de contorno que se define como un
flujo vertical a través de la zona no saturada). Consideremos el término del
caudal de infiltración, que denotaremos por I (en volumen por unidad de tiempo
por unidad de superficie). El agua que entra por la cara superior de nuestro
volumen de control será:
I ∆x ∆y ∆t

Si en un intervalo de tiempo t y t + ∆t, el nivel registra un incremento de nivel


piezométrico ∆h, podemos expresar la variación de almacenamiento según:

∂h
S ∆x∆y
∂t

Donde en este caso el coeficiente de almacenamiento es debido al llenado o


vaciado de poros, y por tanto es igual a la porosidad eficaz m. Agrupando y
operando tenemos que:
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⎛ ∂h ∂h ⎞
K x ⎜ − h (x , y ) x + h (x + ∆x , y ) x + ∆x ⎟∆y +
⎝ ∂x ∂x ⎠
⎛ ∂h ∂h ⎞
K y ⎜⎜ − h (x , y ) y + h (x , y + ∆y ) y + ∆y ⎟⎟ ∆x +
⎝ ∂y ∂y ⎠
∂h
I∆x∆y = ∆x∆yS
∂t

si dividimos por ∆x∆y, obtenemos:

⎛ ∂h ∂h ⎞
⎜ h ( x+∆x,y ) ∂x x +∆x - h ( x,y )
∂x x ⎟⎠
kx ⎝ +
∆x
⎛ ∂h ∂h ⎞
⎜ h ( x,y+∆y ) y +∆y - h ( x,y ) ⎟
⎝ ∂y ∂y y ⎠ ∂h
ky +I=S
∆y ∂t

y si tomamos el límite cuando ∆x, ∆y tienden a cero, los términos no son más
que la definición de la derivada, es decir:

∂ ⎛ ∂h ⎞ ∂ ⎛ ∂h ⎞ I S ∂h Ecuación de
h + ⎜h ⎟ + =
∂x ⎜⎝ ∂x ⎟⎠ ∂y ⎝ ∂y ⎠ k k ∂t Boussinesq

Esta ecuación es válida para un flujo horizontal, suponiendo que kx = ky = k.


Puesto que:
∂ 2 ∂f
∂x
( )
f = 2f
∂x

podemos rescribir la ecuación de Boussinesq, y considerando que al tratarse


de un acuífero libre el valor del coeficiente de almacenamiento se asimila al
valor de la porosidad efectiva, de la forma:

∂ 2h 2 ∂ 2h 2 2I m ∂h
+ + =2
∂x 2
∂y 2 K k ∂t

y en el caso de ausencia de infiltración se cumple que:

∂ 2h2 ∂ 2h2 m ∂h
+ 2 =2
∂x 2
∂y k ∂t
Clase 2.2 Pág. 38 de 44

y suponiendo un régimen permanente, en el que h no depende de t, tenemos


que:
∂ 2h2 ∂ 2h2 Ecuación de
+ 2 =0
∂x 2 ∂y Forchheimer

A continuación plantearemos y veremos cómo resolver diversos problemas


tipo.

• Sea un acuífero libre conectado con dos lagos con el mismo nivel
piezométrico, y consideremos una recarga, como se observa en la siguiente
figura:

?
?
I

ho

Acuífero libre

L
X

Dicha situación equivale, por simetría, a un acuífero con un borde


impermeable, tal como muestra la siguiente figura:

?
?
I

ho

k
Acuífero libre

X
Clase 2.2 Pág. 39 de 44

Así pues, en este caso, es suficiente resolver la mitad del problema (problema
simétrico):

- Cuando no hay infiltración I = 0, se cumple que: h (x) = h0


- Cuando llueve, se genera una infiltración I ≠ 0, y entonces el nivel
piezométrico asciende hasta alcanzar un nivel estacionario, en el que el
agua fluye hacia los lados.

Vamos a resolver la ecuación aplicable, que es la de acuífero libre en un caso


unidimensional, en estado estacionario, es decir:

∂ 2h2 2I ∂ 2h2 2I
+ = 0 ⇒ =−
∂x 2
k ∂x 2
k

Integrando obtenemos que:


∂ 2 2I
h =− x+B
∂x k

Tenemos como condiciones de contorno que para x=L: h (L) = h0, y para x=0
tenemos que (condición de contorno impermeable: gradiente =0):
∂ 2
h =0
∂x 2

luego, aplicando primero esta segunda condición:


B=0

Volviendo a integrar tenemos que:


I
h2 ( x ) = − x 2 + C
k
pero como h (L) = h0:
I
h02 = − L2 + C
k
I
C = h02 + L2
k
Luego:

h (x) =
2 (
I L2 − x 2 ) +h 2
0
k
Clase 2.2 Pág. 40 de 44

Y finalmente:
I 2
h(x) =
k
( )
L − x 2 + h02

Ahora como comprobación, determinaremos cual sería el caudal que pasaría


por una sección cualquiera. Recordemos la ley de Darcy que define el caudal
como:
∂h
Q = Ak
∂x
−1 A = área de la sección = h(x)*1
1⎛ I
2⎝k
( )⎞
Q = h (x )k ⎜ L2 − x 2 + h o 2 ⎟

2 ⎛−I ⎞
*⎜
⎝ k
2x ⎟

Sustituyendo h(x) por la expresión anterior para encontrar el caudal Q(x) que
cruza por la sección de área A:

⇒ Q = I*x

Luego en estado estacionario, el caudal que cruza cualquier sección A en x es


igual a lo que se infiltra entre 0 y x, como era lógico esperar.

Cabe destacar que el ascenso no depende sólo de las características


geológicas del medio (L, k, I), sino que también depende de h0. Así, el mismo
caudal pasando por un terreno de misma permeabilidad pero con diferentes h0
generará gradientes diferentes. Tal como puede verse en la figura siguiente:

Ascenso

ho

Acuífero libre ho Acuífero libre

La figura siguiente muestra un caso ideal que representa qué sucede en un


acuífero aluvial encajado en un material impermeable, y que prácticamente
podría calcularse con lo que acabamos de analizar:
Clase 2.2 Pág. 41 de 44

Es lo que se denomina almacenamiento en riberas, aplicable a muchos


acuíferos aluviales.

• Consideremos ahora un acuífero libre conectado con dos lagos de diferente


nivel piezométrico, como se observa en la siguiente figura (aunque de
momento aun no hemos calculado la forma de la piezometría, por lo que la
representamos plana, si bien ya vimos que esto no es así):

ho

hL
Acuífero libre

En este caso la ecuación es la misma de antes para acuífero libre, de momento


sin infiltración, y las condiciones de contorno son:
h ( 0 ) = h0
h (L ) = hL
∂h2 ∂ 2
= 0; h = A; h2 = Ax + B
∂x 2 ∂x 2

para x = 0 h02 = B ⇒ B = h02


hL2 − h02
para x = L hL2 = A ⋅ L + h02 ⇒ A =
L
Clase 2.2 Pág. 42 de 44

Luego:
hL2 − h02
h= x + h02
L

Que es una piezometría ligeramente curvada hacia arriba, lo que es evidente


dado que la sección de paso se va reduciendo (al disminuir el espesor
saturado), y por tanto para que el caudal sea constante debe ir creciendo el
gradiente. Este caso se complica ligeramente cuando existe infiltración.
Veamos qué sucede según la cantidad de agua que se infiltra.

Si llueve poco estaríamos en el caso del ascenso hasta el nivel piezométrico 1


de la figura siguiente, con un ascenso pequeño.

ho

hL
Acuífero libre

A medida que llueva cada vez más, la infiltración se hace más importante, y
lógicamente el ascenso también aumenta pasando sucesivamente por las
fases 2 y 3 como se observa en las siguientes figuras:

ho

hL
Acuífero libre
Clase 2.2 Pág. 43 de 44

ho

hL
Acuífero libre

Línea divisoria de aguas

En la fase 3, el ascenso es tal que la curvatura del nivel hace que podamos
imaginar una línea de separación de flujo o una divisoria de aguas, es decir,
que se generan dos gradientes a partir del eje que representa la divisoria de
aguas. Y se generan entonces dos flujos en dos sentidos simétricos a esta
línea.

Matemáticamente podemos establecer la expresión siguiente:

∂ 2h2 2I
+ =0
∂x 2 k

operando y aislando tenemos que:

∂ 2h2 2I ∂ 2 2I I
=− ; h = − x + B; h2 = − x 2 + Bx + C
∂x 2
k ∂x k k
En este caso, las soluciones son:

h2 ( 0 ) = h02 = C ⇒ C = h02
I 2
L − h02
I
h2 (L ) = hL2 = − L2 + B ⋅ L + h02 ⇒ B = k
k L

Dejamos para el lector calcular la infiltración necesaria para que el gradiente


sea cero en x=0, o cual es posición de la divisoria de aguas en función de la
infiltración para la situación de la última figura (fase 3).
Clase 2.2 Pág. 44 de 44

(7) Recordemos que el desarrollo en serie de Taylor nos permite aproximar el


valor de una función en x + ∆x a partir del valor de la función en x mediante la
siguiente expresión:
df ∆x 2 d 2 f ∆x n d n f
f ( x + ∆x ) = f (x ) + ∆x + * + .... + * + ...
dx s dx n! dX n
a efecto de ilustración, podemos considerar el ejemplo siguiente:
en una carretera con una pendiente del 10%, en un momento dado sabemos
que estamos a una cota de 1000 m de altitud. ¿A qué altura estaré cuando
haya recorrido 5000 m? cualquier persona puede deducir que la altura a la cual
estaré será:

f (x + ∆x) = Altura después el recorrido


f (x) = Altura inicial = 1000 m
∆x = Recorrido = 5000 m
df
= = pendiente = 10 %
dx

Altura después el recorrido = 1000 + (5000 · 10 %) = 1500 m es pues una


sencilla aplicación del teorema de Taylor solo que despreciando las sucesivas
derivadas, o dicho de otra forma, suponiendo que la pendiente es constante.

(8) El que d(∆x) y d(∆y) sean nulos puede entenderse por un símil. Imagínese
un bocadillo de tortilla poco hecha. Si apretamos el bocadillo, se observa el
fenómeno siguiente: la tortilla se espachurra entre el pan (es decir, ∆z se hace
pequeño) al mismo tiempo que sale la tortilla por los bordes del bocadillo (es
decir, ∆x y ∆y aumentan). Dicho matemáticamente, en este experimento
nuestro volumen de control reduce el ∆z y aumenta los ∆x y ∆y. El lector
comprenderá que en el caso de acuíferos las dimensiones horizontales no
sufren el mismo efecto de expansión horizontal que la tortilla, y por tanto
mantiene ∆x y ∆y constantes, o lo que es lo mismo dicho matemáticamente,
con derivada nula.

(9) Los matemáticos son muy aficionados a compactar las expresiones. El


operador ∇ 2 es conocido como “Laplaciana” y en el caso general 3-D no es
más que

∂2 f ∂2 f ∂2 f
∇ f = 2 + 2 + 2
2

∂x ∂y ∂z
Clase 2.2 Pág. 45 de 44

(10) Relación entre caudal y permeabilidad:


el caudal, al contrario del nivel piezométrico, sí depende de la permeabilidad. El
caudal no es más que la velocidad de flujo (calculada por Darcy) multiplicado
por la sección de paso, y si tomamos ésta por unidad de acuífero en la
dirección perpendicular al dibujo, dicha sección es S=b·1. Veámoslo:
∠h hL – h0
Q = S·v = b ·1 · (-ki) = -b k = -b k
∠x L

que si que varía con la permeabilidad (el signo – sólo indica que el flujo va del
lago de mayor nivel al de menor nivel).

hB − h1 0 − h1 h1
(11) = = = constante
b b b
Clase 2.3 Pág. 1 de 11

2.3. DETERMINACIÓN DE PARÁMETROS

2.3.1. Porosidad

Hemos visto en la clase 2.1, que la razón entre el volumen de huecos o poros,
conectados entre sí y el volumen total de una muestra dada es la porosidad de
dicha muestra:
Volumen total de poros conectados entre sí
m=
Volumen total de la muestra

La porosidad total mt, es la suma de la porosidad gravífica (o eficaz o útil) me,


que se puede drenar fácilmente por gravedad en periodos de tiempo
suficientemente largos, más la porosidad de retención mr, o retención
específica, que hace referencia a los poros semicerrados o no conectados
entre sí y que se puede drenar o secar mediante centrifugación intensa:
m t = me + m r

La porosidad de retención o retención específica se relaciona directamente con


el concepto de humedad equivalente centrífuga (peso del agua retenida en una
muestra saturada, después de someterla durante una hora, a una aceleración
de 1.000 veces la de la gravedad, respecto al peso de muestra seca).

La porosidad depende: - del empaquetado (considerando en cada caso el


mismo diámetro de grano)
cúbico Æ 48%
rómbico Æ 40%
romboédrico Æ 26%
- del tamaño del grano
- de la forma del grano

Sin embargo en la naturaleza, es decir en la realidad física o geológica, los


granos o partículas no son esféricos; ni homométricos; ni homogéneos, ya sea
morfométrico o mineralógicamente; los granos pequeños pueden rellenar los
espacios dejados por los granos mayores, disminuyendo la porosidad del
conjunto; pueden existir granos que, a su vez sean porosos, etc...

Se deben considerar además, otros factores geológicos que también influyen


en la porosidad: la compactación; la presencia de arcillas; precipitaciones
Clase 2.3 Pág. 2 de 11

químicas o bioquímicas, posteriores o sincrónicas con la formación de la roca,


etc...

Para el estudio y la determinación de la porosidad resultan muy interesantes y


útiles las curvas granulométricas. Dichas curvas se obtienen a partir del
tamizado de muestras de rocas sueltas y la posterior confección de curvas
acumulativas de los diferentes tamaños de grano. Así, el tamaño dx representa
el tamaño o diámetro de grano tal que el x por ciento de los granos son de un
tamaño menor. Por tanto, representa también el ancho de malla del tamiz que
deja pasar el x por ciento de la muestra.

Coeficiente de uniformidad o de distribución f = d60/d10

Al tamaño d10 se le suele denominar tamaño eficaz o efectivo


100
90
80
PORCENTAJE QUE PASA (%)

70
60
50
40
30
20
10
0
0.01 0.1 1 10
TAMAÑO DE GRANO (mm)

Algunos valores de la porosidad eficaz están recogidos en la siguiente tabla (de


Custodio, E., y Llamas, M.R., 1983).

Porosidad eficaz (%)

Material Máxima Mínima Media


Arcilla arenosa 18 3 7
Arena fina 28 10 21
Arena media 32 15 26
Arena gruesa 35 20 27
Arena con grava 35 20 25
Gravas finas 35 21 25
Gravas medias 26 13 23
Gravas gruesas 26 12 22
Clase 2.3 Pág. 3 de 11

En otro tipo de formaciones geológicas, pueden utilizarse los valores del


extenso cuadro 8.2. (pág.468, de Custodio, E., y Llamas, M.R., 1983).

Sin embargo, cabe destacar que todos los valores citados o recogidos deben
usarse como índices meramente estimativos, comparativos o cualitativos,
puesto que las condiciones locales de cada situación, acuífero o
emplazamiento hidrogeológico presentan características o aspectos propios y
específicos de los mismos que, además suelen o pueden ser difícilmente
conocibles o determinables, y que imposibilitan una generalización de estos
valores, no ya a nivel mundial, sino ni siquiera a nivel nacional o regional.

En este sentido, se recomienda leer con suma atención los párrafos 2.5 y 2.6
de la página 467 de Custodio, E., y Llamas, M.R., 1983.

El concepto de porosidad está muy claro en los medios porosos de tipo


granular o de materiales sueltos, sin embargo en los medios porosos con una
porosidad como consecuencia de la fracturación puede no ser tan evidente, y a
veces, es preciso considerar grandes masas del macizo fracturado para
obtener unos valores representativos reales de la porosidad.

2.3.2. Determinación de la porosidad

2.3.2.1. Determinación de la porosidad en el laboratorio

La tabla siguiente recoge para cada parámetro las técnicas o métodos de


laboratorio que se emplean para determinarlo:

Parámetro Métodos
- Saturación y drenado de muestras
mt - Métodos nucleares
- Métodos volumétricos
- Saturación y drenado de muestras
- Correlaciones granulométricas
me
- Drenado por centrifugación
- Inyección de mercurio

Sin embargo, al tratarse de ensayos sobre muestras tomadas en el campo, ya


sea directamente o procedentes de sondeos, deberán tenerse muy presentes
las siguientes consideraciones sobre los resultados obtenidos:
Clase 2.3 Pág. 4 de 11

• Pueden existir problemas de fiabilidad, tanto en la toma de muestras como


en los valores facilitados por los respectivos laboratorios, sobretodo en las
muestras de terrenos sueltos, según el método de determinación. En
muestras de terrenos coherentes o consolidados, la fiabilidad de los
resultados obtenidos puede ser mucho mayor.

• Las muestras tomadas, sobretodo las procedentes de materiales o rocas


sueltas, pueden no ser representativas en absoluto de las condiciones en
las que se encuentran en el interior del terreno estudiado. Y en particular, su
textura o estructura, puesto que a pesar de haberlas obtenido con sistemas
especiales de muestreo (tubos sacatestigos de doble pared, muestras
parafinadas, etc...) en el laboratorio, la estructura original puede destruirse o
modificarse.

• Los ensayos realizados suelen ser destructivos y, en consecuencia, no


repetitivos excepto para casos específicos (sobretodo en las muestras
procedentes de rocas coherentes).

• Aún así, y en el mejor de los casos (tanto en la toma de muestras como en


su determinación), los resultados obtenidos para cada muestra representan
exclusivamente un valor único y puntual de la porosidad del terreno a una
determinada profundidad en el punto o lugar donde se tomó la muestra, es
decir, exclusivamente en unas coordenadas X, Y y Z.

Así, para estudiar una gran zona acuífera y/o con gran espesor, pueden
precisarse muchos sondeos con muchas muestras, lo cual encarece y
ralentiza el problema (o estudio) enormemente.

En consecuencia, en la mayoría de los casos la determinación del valor de


la porosidad en el laboratorio suele tener el mismo valor, validez o fiabilidad,
como mínimo que el valor obtenido por simple estimación o comparación de
la porosidad, sobretodo si se procura contrastarlo con el valor obtenido
mediante otros sistemas de determinación.

Como conclusión insistir en que, deben tenerse muy presentes las


consideraciones mencionadas al usar los valores de la porosidad
procedentes de determinaciones en el laboratorio, y ser conscientes o muy
críticos con el valor intrínseco o real de las cifras facilitadas por los mismos.
Clase 2.3 Pág. 5 de 11

2.3.2.2. Determinación de la porosidad en el campo

Veamos qué métodos se utilizan para determinar la porosidad en el campo:

Parámetro Métodos
- Bombeos controlados con pozos de
observación (para largos periodos de
me tiempo)
- Balance hídrico en períodos cortos
- Ensayos con trazadores

En estos casos, los valores de me obtenidos son mucho más fiables que los
obtenidos en el laboratorio por los siguientes motivos:

• Se obtienen unos valores medios de este parámetro para grandes áreas


(muchos km2 y con notable espesor vertical o potencia; que es de hecho lo
que interesa en estos trabajos).

• Se efectúan con las condiciones y con la estructura original del terreno, sin
variarla en absoluto.

• Recogen simultáneamente todos los factores, positivos o negativos.

• Son repetibles y verificables más de una vez, puesto que no destruyen las
muestras.

2.3.3. Permeabilidad

La permeabilidad es el caudal que pasa o atraviesa una sección vertical


unitaria del acuífero, bajo un gradiente unidad y a una temperatura dada.

Se suele representar por k, y tiene por dimensiones (L3/T)/L2 = L/T.

Sin embargo, a pesar de tener unidades de velocidad (L/T), es importante


destacar que no es una velocidad. Suele medirse en metros por día, para
manejar así valores de fácil recordatorio (decenas, centenas de m/día); frente a
los valores expresados en cm/seg o m/seg (Francia), u otras unidades
Clase 2.3 Pág. 6 de 11

anglosajonas (galones americanos por día y pie cuadrado), más difíciles de


recordar.

Es importante asimilar que en hidrología debe razonarse de una manera global,


naturalista, geológica, medioambiental..., evitando una percepción físico-
matemática de ella; es decir, la hidrología debe entenderse como el arte de
razonar bien sobre grandes cifras aproximadas. Así por ejemplo, un valor de
permeabilidad de k = 123,45 m/día no tiene ningún sentido hidrológico real, y
en su lugar lo adecuado es considerar el valor de 120 m/día, como mucho.

En la definición de la permeabilidad, hay que considerar la temperatura. Esto


se debe a la influencia que ejerce la temperatura sobre la viscosidad del fluido
que circula por el medio poroso (aire, petróleo, gas, agua fría o caliente, etc...).

Sin embargo, a pesar de que puede ser importante considerar este aspecto en
determinadas situaciones hidrogeológicas o investigaciones del subsuelo, con
cambios en la temperatura del agua subterránea superiores a los ± 5 ºC (un
fenómeno que no acostumbra a suceder), el factor temperatura así como el
gradiente unidad, no suelen tenerse en cuenta aunque físicamente sean
necesarios para su definición.

Aunque, en general, suele hablarse de k como la permeabilidad o coeficiente


de permeabilidad, lo correcto sería llamarla conductividad hidráulica.
Reservando el término de permeabilidad, o mejor todavía el de permeabilidad
intrínseca, específica o geométrica k0, para cuantificar la capacidad de un
terreno para transmitir un fluido, con independencia de la naturaleza de éste.

Así pues, tenemos que: k = k0(γ/µ), donde γ es el peso específico del fluido y µ
la viscosidad del mismo. Esta k0 tiene dimensiones de superficie (L2), y se
expresa en darcys o en milidarcy.
k = K0(γ/µ)
donde: k0 es el área en Darcy
γ es el peso específico del fluido
µ es la viscosidad del fluido

Hazen relacionó la permeabilidad intrínseca k0 con el diámetro equivalente de


las partículas, que él identifica con el valor del tamaño eficaz de las mismas d10,
mediante la expresión k0 =C*de, donde C es una constante.
Clase 2.3 Pág. 7 de 11

Es obligado considerar en las determinaciones de la permeabilidad, que las


pruebas o ensayos que se realicen pueden estar afectados por situaciones
hidrogeológicas muy diversas, ya sean naturales o antrópicas, lo cual puede
hacer variar o modificar mucho los resultados cuantitativos finales. Una vez
más, por lo tanto, se demuestra que no debe perderse de vista que se está
midiendo el valor de algún parámetro hidrológico en medios naturales sujetos a
condiciones muy específicas y concretas que en muchas ocasiones, pueden
desconocerse completamente.

Y salvo que se indique lo contrario, se sobreentenderá siempre permeabilidad


horizontal o kh, en contraposición a la permeabilidad vertical kv, (que por otro
lado es preciso usarla en casos muy específicos); ya que por lo general se
tratará de terrenos estratificados, con acuíferos verdaderos (sin percolación
vertical, efectos ducha, drenajes verticales diferidos, problemas especiales en
vertederos, etc...).

En cuanto al rango de variabilidad, tenemos que la porosidad oscila entre el


0 % y el 40 %, (variabilidad de 0,1 a 40 es decir, de unas 400 veces), mientras
que la permeabilidad puede tomar valores comprendidos entre 10-4 o 10-5,
como valores más pequeños y 104 y 105, como valores más altos, si se
expresan en metros por día, es decir, una variación de 1 a 1010 (de uno a diez
mil millones) o más.

Cabe prestar mucha atención a la gran diferencia entre el rango de variabilidad


o amplitud de ambos parámetros, porosidad y permeabilidad, y el significado
práctico que supone en la hidrología subterránea. Es decir, varía mucho más el
valor de la permeabilidad que el de la porosidad, por esta razón se debe afinar
más en los valores del primer parámetro ya que un error en éste puede ser muy
grave.

En la siguiente tabla se recogen los rangos de permeabilidades y cómo se


aplican para calificar el terreno, además de ejemplos de terrenos con tales
permeabilidades (de Custodio, E., y Llamas, M.R., 1983).
Clase 2.3 Pág. 8 de 11

Rango -7
10
-4
10
-2
10
0
10 10
2
10
5

Poco Algo
Calificación Impermeable Permeable Muy permeable
permeable permeable
Acuífero
Calificación de Acuífero
Acuicludo Acuitardo regular a Acuífero excelente
la formación pobre
bueno
Arena fina
Arcilla compacta Limo arenoso Arena limpia
Ejemplos de Arena limosa
Pizarra Limo Grava y arena Grava limpia
materiales Caliza
Granito Arcilla limosa Arena fina
fracturada

2.3.4. Determinación de la permeabilidad

2.3.4.1. Determinación de la permeabilidad en el laboratorio

Parámetro Métodos
- Uso de permeámetros (de carga fija, variable o diferencial) sobre muestras.
- Métodos intrínsecos mediante fórmulas matemáticas, según la granulometría,
etc.:
Hazen: K0 = C* (deficaz)2 el rango de C varía entre 90 y 120
Slichter: K0 = C * (deficaz)2 * mtn, donde n = 3,3
Kozeny, Fair y Hatch:
 V   m
2 3 
K o =  X *   * 
  S    (1 − m )2 
k  
siendo V/S la superficie específica de los granos (superficie total de los
poros del volumen V)
2
V
El valor C *   puede admitirse como 1/200 (Custodio, E., y
S
Llamas, M.R., 1983).
- Uso de los gráficos de Breddin y de las curvas granulométricas de las
muestras

Indicar que todas estas técnicas de determinación de la permeabilidad en el


laboratorio adolecen de los mismos defectos mencionados anteriormente al
tratar la determinación de la porosidad en el laboratorio, por lo que no se
repiten aquí.
Clase 2.3 Pág. 9 de 11

2.3.4.2. Determinación de la permeabilidad en el campo

Parámetro Métodos
- Ensayos de bombeo controlados, con todas sus variantes (caudal fijo,
variable, etc.)
- Determinación de caudales específicos q (caudal / unidad de descenso
hidráulico), y que en realidad se trata de una medida de la transmisividad, T.
- Ensayos de descenso o admisión en piezómetros o sondeos, registros
geofísicos, ensayos de marcado de columna de agua, ya sea por tramos
k
verticales o en la totalidad de la columna de agua, etc.
- Ensayos con trazadores naturales o artificiales (físicos, químicos,
colorantes, isotópicos, microbiológicos, hidrológicos, etc...). Esto supone
que hay que prestar mucha atención a la dilución, las distancias, la
orientación del ensayo con respecto al flujo subterráneo, su destrucción o
eliminación, tomas de muestras, límites analíticos de detección, etc...

Destacar que estas técnicas ofrecen las mismas ventajas que las mencionadas
anteriormente al tratar la determinación de la porosidad en el campo, por lo que
tampoco se detallan aquí.

2.3.5. Transmisividad

La transmisividad (T) es el caudal que atraviesa una franja vertical del acuífero,
que tenga por ancho la unidad de medida y por altura, la altura saturada del
acuífero “b”, bajo un gradiente unidad y a una temperatura dada.

Se calcula como el producto de la permeabilidad horizontal k por el espesor


saturado b:
T = k*b

Sus unidades son L2/T (m2/día), y representa también una medida del caudal
específico q (caudal/unidad de descenso hidráulico). Así por ejemplo, se habla
de 500 m2/día, 6500 m2/día, menos de 1 m2/día, etc.

Cabe indicar que la influencia que ejerce la temperatura sobre la transmisividad


es análoga a como sucede en el caso de la permeabilidad, y por tanto no lo
desarrollamos aquí.
Clase 2.3 Pág. 10 de 11

Cuanto mayor sea T, mayor será el caudal explotable del pozo en cuestión
(mayor permeabilidad y/o mayor espesor susceptible de ser abatido, disminuido
o bajado).

Los sistemas de determinación son, obviamente los mismos que los de la


permeabilidad, puesto que en realidad este es el parámetro que suele
determinarse y no el de la transmisividad, salvo en casos específicos.

La siguiente fórmula empírica nos permite tener una idea aproximada de la


transmisividad, es la aproximación de Galofré:

Q (l / s )
100 ⋅
s (m)
(
= T m 2 / dia )

siendo s el descenso del nivel en el pozo.

2.3.6. Coeficiente de almacenamiento

El coeficiente de almacenamiento es el volumen de agua que se obtiene de un


prisma de acuífero, que tenga por base la unidad de área y por altura, la altura
saturada del acuífero, cuando se deprime o rebate el nivel piezométrico en una
unidad.

Suele denotarse por S y es adimensional (L3/L3), es decir es un número.

La tabla siguiente presenta las diferencias entre acuífero libre y cautivo con
respecto al coeficiente de almacenamiento.
Clase 2.3 Pág. 11 de 11

Acuífero libre Acuífero cautivo


Efectos elásticos del agua y del acuífero.
Problemas de subsidencia o hundimiento del
terreno progresivos por explotación excesiva
Simple drenaje físico del acuífero cautivo.
Relación con los cambios de presión
atmosférica (eficiencia barométrica) o a las
mareas (eficiencia a las mareas)
S = γ · b · (m · β + α)
γ Peso específico del agua
b Espesor del acuífero
S ≅ me m Porosidad del acuífero
β Coeficiente de compresibilidad del agua
α Coeficiente de compresibilidad del terreno

Valores: de 0 y 0,3 a 0,4


Valores: de 10-3 a 10-5

400 L/m3 y m de descenso.


0,001 a 0,0001 L/m3 y metro de descenso.

2.3.7. Determinación del coeficiente de almacenamiento

Métodos
Parámetro
Acuífero libre Acuífero cautivo
- Ensayos de bombeo.
Se determina de forma análoga
- Cálculos con α y β.
S que para determinar la porosidad.
- Cálculos con la eficiencia a las mareas o
S≈me
a los cambios de presión atmosférica.
Clase 2.4 Pág. 1 de 37

2.4. MÉTODOS GRÁFICOS

2.4.1. Superficies piezométricas

2.4.1.1. Introducción

Una superficie piezométrica es el lugar geométrico de los puntos que indican la


altura piezométrica de cada una de las porciones de un acuífero, referidas a
una determinada profundidad.

Las superficies piezométricas se representan mediante curvas llamadas


isopiezas o hidroisohipsas, que son líneas de igual altura piezométrica; y que
se asocian también a líneas equipotenciales. A partir de las líneas
equipotenciales, se trazan las líneas de flujo o líneas de corriente que deben
ser normales a las isopiezas.

A continuación se ilustra este concepto mediante varias figuras.

Líneas de flujo

Líneas equipotenciales
Clase 2.4 Pág. 2 de 37

2.4.1.2. Trazado de las isopiezas

Para trazar las isopiezas, hay que tener en cuenta las condiciones del límite o
borde es decir, si el borde es impermeable o permeable.

• Borde impermeable:

Un borde impermeable se considera como una línea de flujo. No existe flujo a


su través y las líneas equipotenciales le son perpendiculares.

• Borde permeable:

Un borde permeable se considera como una línea de potencial hidráulico


constante; se representa mediante una isopieza y las líneas de flujo se
disponen perpendiculares a éste.
Clase 2.4 Pág. 3 de 37

• Construcción de isopiezas

Supongamos que tenemos los puntos de medida dispuestos como sigue,


donde la letra es el nombre del punto y el número indica la cota del nivel
piezométrico:
B
A 15,0
15,1

D E
13,2 13,0

C
13,5

F
10

A continuación unimos los puntos mediante líneas rectas, y trazamos también


dos líneas auxiliares
B
A 15,0
15,1

D E
13,2 13,0

C
13,5

F
10 Líneas auxiliares
Clase 2.4 Pág. 4 de 37

Aproximamos las isopiezas por el método de triangulación. Las líneas


auxiliares nos permitirán dividir, mediante proyección, los segmentos entre
puntos de acuerdo con sus valores de nivel piezométrico.
B
A 15,0
15
15,1

14
D E
13,2 13,0

C 13
13,5 12

11
13
12
11
13,5 13 12 11 F
10

2.4.1.3. Ejemplos

A continuación estudiaremos algunos ejemplos que ilustran los efectos


puntuales de los bordes permeables o impermeables, de las zonas de recarga
o de descarga, y cómo actúan para dibujar las superficies piezométricas.

• Bordes impermeables - bordes permeables

El siguiente ejemplo ilustra un flujo divergente, con las isopiezas que se


espacian a medida que los bordes impermeables se separan.
Clase 2.4 Pág. 5 de 37

A continuación se puede observar las diferentes geometrías que adoptan las


equipotenciales según si el río es efluente (drena el acuífero) o influente
(recarga el acuífero).

10

9
10

5
Río efluente Río influente

Una combinación de un borde impermeable cerca de un río que es efluente en


su margen derecha e influente en su margen izquierda generaría una red de
flujo como se muestra en la siguiente figura:

10
9

6
Clase 2.4 Pág. 6 de 37

• Zonas de recarga y de descarga

Zona de recarga (por ejemplo una zona


15 de riego intensivo)

14
13
12
11
10

7
Zona de descarga (por ejemplo
zona de bombeo)

• Veamos ahora la influencia que ejercen sobre la superficie piezométrica las


variaciones en el acuífero, como consecuencia de cambios en la permeabilidad
o en su espesor.

Los siguientes dibujos representan un corte del terreno paralelo a la dirección


de flujo. En la parte inferior se representa la piezometría en planta de la
situación descrita en el corte.
Clase 2.4 Pág. 7 de 37

Las líneas equipotenciales sugieren el El cambio de litología, de un material poco permeable a


aumento del gradiente piezométrico un material muy permeable, está representado en la
cerca del contacto con el límite piezometría como un cambio en el espaciamiento de las
permeable. líneas equipotenciales.

Material muy permeable Material poco permeable

Efectos, sobre la geometría de la


Efectos, sobre la geometría de la piezometría, de una variación de
piezometría, de los cambios de la espesor en un acuífero cautivo.
permeabilidad en un acuífero
cautivo.
Clase 2.4 Pág. 8 de 37

2.4.1.4. Difracción de las líneas de flujo

h1 h2

α1
k1
C
A B
α2
D
k2

h1
h2

Aplicando la Ley de Darcy en las secciones AC y BD, tenemos que:


el caudal Q que pasa por la sección AC es el mismo que el que pasa por la
sección BD.
h1 − h2 h −h
Q1D= k1 ⋅ AC = k 2 1 2 ⋅ BD
BC AD
BD
k1 AD tgα1
= =
k 2 AC tgα 2
BC
k1 tgα1
=
k 2 tgα 2

El siguiente ejemplo ilustra la difracción de las líneas de flujo según la


permeabilidad del terreno. Está dibujada la piezometría en un acuífero donde
existe una franja de terreno de mayor permeabilidad. Se observa que en el
borde de esta franja, las líneas de flujo cambian de dirección bruscamente al
encontrarse con un medio más permeable (se alejan de la perpendicular al
borde).
Clase 2.4 Pág. 9 de 37

Aluvial
Río seco
Superficie freática

Material moderadamente permeable

Río Seco

Ejemplo esquemático de
drenaje por una zona de
mayor permeabilidad. El
río lleva agua cuando el
relleno aluvial no es
capaz de transmitir toda
el agua aportada por las
laderas del valle.

Aluvial

2.4.1.5. Utilidad de las superficies piezométricas para establecer el balance

• Vamos a cuantificar el balance en la zona S1 (ABEF) cuando hay recarga


(R) o descarga (B).
li-1 li li+1

hi-1

C hi

A O B hi+1

D hi+2
S1
E F hi+3
P
N hi+4
Clase 2.4 Pág. 10 de 37

Apliquemos la ley de Darcy en el punto O:

q = k ⋅ A ⋅i
hi − hi+ 2
El gradiente en el punto O es: i0 =
CD
hi − hi+ 2
Q AB = TAB ⋅ AB ⋅
CD
h − hi+ 4
QEF = TEF ⋅ EF ⋅ i+ 2
DN

Los términos de este balance son:

Entrada por AB – Salida por EF = Descarga en S1 – Recarga en S1


QAB – QEF + R – B = 0

Para: R = 0 y B = 0 ⇒ Q AB = QEF

Entonces:
TAB · AB · i0 = TEF · EF · ip
Si AB = EF e ip = i0 ⇒ TAB = TEF

• Cálculo de la recarga y de la porosidad eficaz en el caso de que la forma de


la superficie piezométrica se mantenga igual en un tiempo t2 – t1 y sólo
cambian los valores de los niveles piezométricos.

Ψ1 Ψ2 Te; ieΨ3 Ψ4
le
h1

h2
W
A
h3

h4
ls
Ts; is
Clase 2.4 Pág. 11 de 37

El balance entre t1 y t2 es:

Entradas – Salidas + Aportación = variación de almacenamiento


t2
(leTeie − lsTsis ) ⋅ ( t 2 − t1 ) + W ⋅ A ( t 2 − t1 ) − ∫t
1
Bdt = A ⋅∆h ⋅ S

siendo:
W = recarga (por unidad de superficie en altura de agua por unidad de tiempo)
B = bombeo (volumen por unidad de tiempo)

2.4.1.6. Casos reales

1) Caso de sobreexplotación de un acuífero: evolución de la piezometría desde


septiembre 1980 hasta octubre 1988 del acuífero superior de la Llanura
Manchega (España). Las Tablas de Daimiel, son unas zonas húmedas que se
alimentan a partir de las aguas subterráneas del acuífero. Esta zona está
ocupada por regadíos que utilizan el agua subterránea, y se ejerce una fuerte
explotación de las aguas del acuífero. El resultado es una acelerada
disminución del área que ocupan las zonas húmedas de Las Tablas de Daimiel.
Clase 2.4 Pág. 12 de 37

ALCAZAR DE
SAN JUAN

SOCUELLAMOS

VILLARROBLEDO

VILLARRUBIA
DE LOS OJOS

TABLAS DE OJOS DEL GUADIANA


DAIMIEL
ARGAMASILLA
DE ALBA

DAIMIEL

MANZANARES

CIUDAD REAL

Isopieza

Línea de flujo

0 20 km a) Esquema piezométrico de La Mancha


Septiembre 1980

ALCAZAR DE
SAN JUAN

SOCUELLAMOS

VILLARROBLEDO

VILLARRUBIA
DE LOS OJOS

TABLAS DE OJOS DEL GUADIANA


DAIMIEL
ARGAMASILLA
DE ALBA

DAIMIEL

MANZANARES

CIUDAD REAL

Isopieza

Línea de flujo

b) Esquema piezométrico de La Mancha


0 20 km Septiembre 1984

Figura con mapas de Las Tablas de Daimiel: disminución del área de zonas húmedas como consecuencia
de la sobreexplotación del acuífero.
Clase 2.4 Pág. 13 de 37

Se observa claramente la formación de un cono de bombeo, debido a las


fuertes extracciones que se producen.

ALCAZAR DE
SAN JUAN

SOCUELLAMOS

VILLARROBLEDO

VILLARRUBIA
DE LOS OJOS

TABLAS DE OJOS DEL GUADIANA


DAIMIEL
ARGAMASILLA
DE ALBA

DAIMIEL

MANZANARES

CIUDAD REAL

Isopieza

Línea de flujo

d) Esquema piezométrico de La Mancha


0 20 km Septiembre 1988

2) Ejemplo de la piezometría de un acuífero aluvial imaginario con zonas de


recarga, zonas de descarga, dren y presa subterránea.
mina
41,8 Zona de descarga por bombeos
• 39,6 Presa
• subterránea

33,15 31 Zona de recarga por riego


• 31

29,6 30 29 28
36,2 •


• • 30,6 •
25,3
34,6 25,2 • 29,25


31,3
36
35
32 • 26 •
34 33 31 30 25,9 • 27,5
29 25,3
28 27

28 27

28
Clase 2.4 Pág. 14 de 37

Se observa como en las zonas de riego, las líneas piezométricas forman un


domo de recarga, que significa una entrada de agua en el acuífero. Por el
contrario, en las zonas de bombeo en las que se extrae agua del acuífero, las
líneas piezométricas dibujan unos conos de descenso del nivel.

En el dibujo se observa unas líneas punteadas que pueden llamarse divisoria


de aguas, son zonas en que las líneas piezométricas divergen. El caso
contrario se denomina vaguada y determinan zonas en que las líneas
piezométricas convergen.

Puede observarse también que en algunos tramos, el río se comporta como


influente, y en otros como efluente.

2.4.2. Redes de flujo

Una red de flujo es el conjunto de curvas formadas por las líneas de flujo y las
equipotenciales en un momento determinado.

• En general en un medio poroso, si es homogéneo, las líneas son simples.


Sin embargo, si el medio poroso es anisótropo o heterogéneo, es más difícil
establecer las redes de flujo ya que hay refracciones de las líneas cada vez
que varían las características del medio.
• Se suelen dibujar las redes de flujo para un flujo considerando permanente
y laminar.
• Las condiciones en los límites son las siguientes:
- los límites deben ser fijos y conocidos, por ejemplo, un
borde permeable o impermeable.
- En una superficie libre, sometida a presión atmosférica, no
hay flujo a su través.

• Las redes de flujo se pueden describir matemáticamente mediante la


solución de la ecuación general del flujo y que recordamos a continuación:

∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂h
 kx  + ky  +  kz  = Ss
∂x  ∂x  ∂y  ∂y  ∂z  ∂z  ∂t
Clase 2.4 Pág. 15 de 37

La solución de dicha ecuación para medios homogéneos y en régimen


permanente es:

En medios homogéneos e isótropos: kx = ky = kz = k


∂h
Flujo permanente: =0
∂t
∂ 2h ∂ 2h ∂ 2h
+ + =0
∂x 2 ∂y 2 ∂z 2
∂ 2h ∂ 2h
Para flujo bidimensional y horizontal: ∇ h = 2 + 2 = 0
2

∂x ∂y
Se puede demostrar que la solución de la ecuación general del flujo es
combinación de la ecuación de Laplace y de unas funciones armónicas
conjugadas. Así pues, si Φ representa una función del potencial, y Ψ una
función de corriente, se tiene que las curvas Φ(x,y) son ortogonales a las
curvas Ψ(x,y).

La velocidad de flujo (caudal por unidad de sección) aproximada en P es:

Φ Φ 2 − Φ1
Φ1 En P: Vp = =
B ∆s ∆s
Ψ Ψ 2 − Ψ1
∆S Vp = =
M ∆n ∆n
C ∆n
P Φ2 ∆ q = Vp ⋅ ∆n = ( Φ 2 − Φ1 ) = Ψ 2 − Ψ 1
∆s
A
N
∆n
Ψ2
D

Ψ1

∆q representa aproximadamente, el flujo que pasa por MN.

∆n
En el caso de las redes cuadradas se cumple: =1
∆s
Clase 2.4 Pág. 16 de 37

• Construcción de redes de flujo en medios homogéneos e isótropos.

Φ0
Φ1
Ψ0 ∆S Φ2
Φ3
∆n Φ4
Ψ1 Φ5
Ψ2

Ψ3

Ψ4

Φn : líneas equipotenciales
Ψn : líneas de flujo
n : “saltos”
s : “tubos de flujo”

La red de la figura se compone de:


n + 1 líneas equipotenciales
s + 1 líneas de corriente

∆h = h5 − h0
∆h donde n en este caso tiene un valor de 5 “saltos”
δh =
n
Q
El caudal que pasa entre dos líneas de corriente es: ∆q =
s

Si se conoce la permeabilidad k y ∆h , tendremos:


Φ1 − Φ 0
∆q = ⋅ ∆n
∆s

si ∆n = ∆s, es decir si Ψ y Φ son ortogonales, tendremos:


∆q = Φ1 − Φ 0 = kδh

Dibujo: formas cuadradas curvilíneas o mallas en las que ∆n = ∆s

1- Dibujar los límites del dominio de flujo.


2- Trazar tentativamente unas pocas líneas de corriente.
Clase 2.4 Pág. 17 de 37

3- Trazar las líneas equipotenciales perpendiculares a las líneas de


corriente.

• Dibujo de las condiciones físicas de contorno:

PRESA

A B H I

C D F G

E n

t
J K

En el límite impermeable, es decir, en el segmento B-C-D-E-F-G-H y en el


segmento J-K, tenemos que:

∂Φ ∂Ψ
= = 0 (n = normal, t = tangencial)
∂n ∂t

En el límite del agua libre con el terreno saturado, es decir, en el segmento A-B
∂Φ ∂Ψ
y en el segmento H-I, tenemos que: = =0 Φ = cte
∂t n

Es decir, los bordes impermeables son líneas de flujo y los límites de agua libre
son equipotenciales.
Clase 2.4 Pág. 18 de 37

A continuación, veremos algunos ejemplos y aplicaciones:

1) Presa simple, sin pantalla:

Distribución de las subpresiones

5m

h=5 m 0

k = 10 m/dia
h=4,5 m

4 3,5 3 2,5 2 1,5 1 0,5

Sea n el número de tubos entre las dos líneas equipotenciales límite y s el


número de tubos entre las dos líneas de flujo límite.

En el ejemplo, la diferencia de niveles entre la entrada y salida del acuífero es


de cinco metros: ∆h = 5 m. Dibujando una red en la que n = 10 y s = 7
tenemos que la diferencia de nivel entre dos equipotenciales será:
∆h 5
δh = = = 0,5
n 10

El caudal que circula por un tubo de corriente es decir que pasa a través de
una equipotencial y entre dos líneas de corriente consecutivas es:

∆q = k. i. ∆s = k. ðh . ∆s siendo k la permeabilidad del medio


∆n ∆s distancia entre dos líneas de corriente
∆n distancia entre dos equipotenciales
δh diferencia de nivel entre dos
equipotenciales
i gradiente hidráulico entre dos
equipotenciales consecutivas i = δh / ∆n
Clase 2.4 Pág. 19 de 37

si ∆s = ∆n ∆q = k. δh Entonces el caudal que pasa a través de toda una


equipotencial por debajo de la presa es q = ∆q . s siendo s el número de tubos
de corriente

El caudal que circula por debajo de la presa será:

∆q = k ⋅ δh ⇒ q = s ⋅ k ⋅ δh = 7 ⋅ 10 ⋅ 0,5 = 35m2 / dia / m

También es importante calcular las presiones a las que está sometida la presa
por debajo, ya que ésta puede llegar a volcar si dichas presiones son
demasiado elevadas.
p
h= + z ⇒ p = γ (h − z )
γ

Recordando que la densidad del agua es: γ=1000 kg/m3, podemos calcular la
presión en diferentes puntos (puntos de contacto de las equipotenciales con la
base de la presa) de la presa como se recoge en la tabla siguiente:

Punto h γ (h – z)1 P (kg/cm2)


1 4,5 4500 0,45
2 4 4000 0,40
3 3,5 3500 0,35
4 3 3000 0,30
5 2,5 2500 0,25
6 2 2000 0,20
7 1,5 1500 0,15
8 1 1000 0,10
9 0,5 500 0,05

¿Cómo afecta la presencia de una pantalla en una presa?

La presencia de una pantalla en una presa, provoca:


- Aumentar el recorrido del agua, es decir, alargar las líneas de flujo creando
más equipotenciales;
- Disminución de las subpresiones en la base de la presa;

1
z = 0 Æ es el plano de referencia.
Clase 2.4 Pág. 20 de 37

- Reducción del caudal de infiltración, con lo que disminuyen las pérdidas.


Recordemos que el caudal viene dado por la siguiente fórmula:

∆h
Q = k ⋅i⋅ A = k ⋅ ⋅A
∆L

Al disminuir la sección de paso (A) y al aumentar el recorrido del agua (∆L) el


caudal lógicamente disminuye.

PRESA
Dren

Pantalla

¿Cómo afecta la presencia de un dren en una presa?

El dren se comporta como una equipotencial cuyo nivel sería el de su boca por
la que saldría el agua. Este dispositivo permite reducir las subpresiones en la
base de la presa.
Clase 2.4 Pág. 21 de 37

2) Presa con pantalla:

60 m

X Y
3m
57 m

54 m 6m

9m
51 m

12 m
36 m 30 m 18 m
48 m 45 m 42 m 24 m
39 m 33 m 27 m 21 m 15 m

Número de equipotenciales = n+1 = 21


Número de líneas de corriente = s+1 = 9

Dados n = 20 y s = 8 y puesto que la diferencia de niveles es: ∆h = 60 m,


tenemos que el caudal que se infiltra es:
∆h 60
Q =k⋅ ⋅ s = 0,2 ⋅ ⋅ 8 = 4,8m3 / dia / m
n 20

La subpresión en el punto X es:


∆h
∂h = =3
n
h = 60 − 3 * 3 = 51m siendo ∆h=9 y n=3
p = hγ = 5,1 kg / cm 2
Clase 2.4 Pág. 22 de 37

La subpresión en el punto Y es:


∂h = 3
h = 60 − 16 * 3 = 12 m
p = hγ = 1,2kg / cm 2

3) Pozo o zanja:

En este ejemplo se ilustra como en la zona inferior de la zanja, el gradiente es


muy elevado y se puede producir sifonamiento. Este fenómeno se puede
producir en casos de pozos en arenas finas con grandes descensos de nivel.

4) Caso real:

En grandes cuencas sedimentarias se pueden presentar flujos verticales por lo


que la representación de la red de flujo vertical permite determinar su
circulación y distribución de niveles piezométricos.
Clase 2.4 Pág. 23 de 37

En el siguiente ejemplo se ilustra como un pozo según su profundidad puede


tener alturas piezométricas o niveles diferentes. Esto se explica por el hecho de
que en una misma vertical, haya varias líneas equipotenciales dependiendo de
las condiciones del medio. Por eso, una perforación puede cruzar varias líneas;
dependiendo de donde esté situada la rejilla del pozo, estará en contacto con
una línea equipotencial u otra. Por lo tanto su nivel depende de la profundidad
a la que tenga la rejilla.

Esto es importante en el caso de pozos surgentes, por lo que hay que definir
correctamente la red de flujo para evitar encontrarse con “sorpresas”. Es decir,
considerar un determinado nivel como el nivel del acuífero en el emplazamiento
del pozo y que en realidad sea el nivel de la equipotencial que pasa por la zona
ranurada del pozo o piezómetro a dicha profundidad.
Clase 2.4 Pág. 24 de 37

Figura de Lopez-Camacho y Camacho B., Geohidrología de las grandes cuencas


sedimentarias continentales, MOPU, 1983.
Clase 2.4 Pág. 25 de 37

Los dos pozos en un mismo emplazamiento están abiertos por la parte inferior, y se observa
que aunque el nivel en la superficie del acuífero del pozo 1 esté más bajo que el del pozo 2, el
nivel del agua a la profundidad a la que está abierto el pozo es más alto en el pozo 1 que en el
pozo 2.

Pozo 1 Pozo 2

Equipotencial

5) Ejemplos de redes de flujo verticales en acuíferos de grandes cuencas


sedimentarias.

Sección que muestra los flujos locales, intermedios y regionales obtenidos mediante solución
analítica de la ecuación de Toth (1953).
Clase 2.4 Pág. 26 de 37

Sección que muestra el flujo subterráneo obtenido mediante solución numérica de la ecuación
del flujo según Freeze (1969).

Esquema de un acuífero multicapa según Lamas (1970).

2.4.3. Oscilaciones piezométricas

2.4.3.1. Hidrometría subterránea

Nivel
piezométrico
ENTRADAS SALIDAS

ACUÍFERO RESPUESTA

Tiempo
Clase 2.4 Pág. 27 de 37

La imagen anterior pretende mostrar como el nivel piezométrico de un acuífero


no es constante sino que, por el contrario, varía a lo largo del tiempo como
consecuencia de las entradas y salidas a las que se encuentra sujeto.

Es necesario conocer la variación de los niveles piezométricos de un acuífero a


lo largo del tiempo, para establecer los balances hídricos y plantear los
modelos matemáticos de flujo.

El control de los niveles se efectúa midiendo la profundidad del nivel del agua
respecto a un punto de referencia (brocal del pozo, cota del terreno, etc...).
Esta operación se tiene que efectuar con cierta periodicidad a fin de poder
observar las variaciones. La representación gráfica de dichas variaciones
mediante limnigramas o hidrogramas, facilita su visualización e interpretación.

La siguiente tabla describe sucintamente las reglas básicas es decir, cómo,


cuándo y dónde se debe efectuar la toma de niveles.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?


- Sondas - En función de la variación del nivel - en pozos
Eléctricas - Según los objetivos y el personal - en sondeos
Acústicas - De manera continua - en piezómetros
Mecánicas - De manera discontinua (diaria,
Neumáticas semanal, mensual, estacional, anual,
Piezoeléctricas etc...)
etc...
- Limnímetros
- Limnígrafos
Clase 2.4 Pág. 28 de 37

¿Cuáles pueden ser las causas de las variaciones de nivel en un acuífero?


Las clasificaremos en dos grupos: las grandes oscilaciones y las pequeñas
oscilaciones.

• Las grandes oscilaciones se valoran para las cuestiones de gestión de


acuíferos. Estas oscilaciones pueden variar de 1 a 20 metros según la
época, la amplitud de las extracciones, etc... Los causantes de estas
grandes oscilaciones pueden ser los bombeos, recargas, descarga natural o
variaciones en la explotación.

• Las pequeñas oscilaciones se consideran en el estudio más detallado de


una zona o de un problema en concreto. Éstas pueden ser debidas a
cambios de presión atmosférica, efectos de la marea, sobrecargas o
simplemente la evapotranspiración.

Existen también diferentes tipos de oscilaciones en función del periodo:

- Oscilaciones rápidas: de 1 minuto hasta 1 día


- Oscilaciones medias: un ciclo semanal, por ejemplo, los
paros de bombeo durante los fines de semana.
- Oscilaciones lentas: ciclos semi-anuales, anuales, etc...,por
ejemplo, las debidas al propio clima, es decir, las
variaciones estacionales.

A continuación veremos varios ejemplos de oscilaciones.


Clase 2.4 Pág. 29 de 37

1) Oscilaciones debidas a la evapotranspiración de plantas freatófitas2.

217
(cm)

220
profundidad del nivel freático

223

226

229
6 7 8 9 10 11 12 13 14
mes de junio

Oscilaciones debidas a la evapotranspiración de plantas freatófitas (Robinson, T.W.,


Phreatophytes. U.S. Geological Survey Water Supply, Paper 1423., 1950).

En este gráfico las oscilaciones que se pueden apreciar son consecuencia de


la evapotranspiración que se produce en las horas solares. Cuando cesa la
pérdida de agua por evapotranspiración, los niveles se recuperan por la noche.
La tendencia general del perfil a bajar, representa la extracción total de agua
debida a la evapotranspiración a lo largo de los días.

2) Oscilaciones debidas a la compresión del aire en la zona no saturada.

(a) (b)
2
Toman alternativamente agua de la zona no saturada o de la zona saturada en momentos de
escasez.
Clase 2.4 Pág. 30 de 37

En este ejemplo se describe lo que sucede en un acuífero libre suponiendo que


esté delimitado por bordes impermeables.

En el caso (a) no existe recarga. En el caso (b) se produce una recarga.


La recarga que se produce forma una capa de agua en la zona no saturada,
que comprime el aire presente entre ésta y la zona saturada del acuífero. Esto
tiene como consecuencia un descenso de nivel en el acuífero y un aumento del
nivel en el pozo, que está en contacto con el aire de la atmósfera no
comprimido. Este fenómeno induce a creer que se ha producido rápidamente
una recarga que en realidad tardará su tiempo en llegar al nivel freático.

3) Oscilaciones debidas al almacenamiento en riberas.

Cuando aumenta el nivel del río, se produce una recarga lateral en las riberas
del río. Y esto se traduce en una recarga del acuífero conectado al río.

En los acuíferos cautivos puede detectarse fácilmente los efectos de las


variaciones de la presión atmosférica y de las mareas (en los acuíferos
costeros).

4) Eficiencia barométrica

Se trata de la reacción que se genera en un acuífero sometido a un aumento


de la presión atmosférica ∆Pa
Clase 2.4 Pág. 31 de 37

Pa + ∆ Pa Pa + ∆ Pa Pa + ∆ Pa

h0

×A

En el punto A, la presión es:


P = h0γ + Pa
Si suponemos ahora que se produce una variación de la presión atmosférica
∆Pa, la presión en el punto A es:

P + f∆ Pa = (h0 + ∆h) γ + Pa + ∆ Pa
Donde:
f es un factor que depende de la elasticidad del terreno
∆h es el incremento del nivel en el pozo
∆ Pa es el incremento de la presión de aire

Luego:
∆Pa
∆h = − (1 − f )
γ
Si denominamos por EB la eficiencia barométrica, tenemos que:
∆h
EB = ⋅ γ = 1− f
∆Pa

EB =
α + mβ

Siendo α el coeficiente de compresibilidad del terreno y β el coeficiente de


compresibilidad del agua.

Recordemos la expresión del coeficiente de almacenamiento:


S = γ · b · (α+mβ)
Clase 2.4 Pág. 32 de 37

Se puede relacionar el coeficiente de almacenamiento con la eficiencia


barométrica:

S = γ ⋅b⋅
EB
5) Eficiencia a la marea.

En un acuífero, cuando sube la marea, el acuífero se ve sometido en la zona


por debajo del mar a una compresión, con lo que los niveles en los pozos en la
zona continental, suben.

∆h
∆h’
2
1
mar

×A

f ⋅ ∆h'⋅ γ ' = ∆h ⋅ γ
γ'
≈ 1
γ
γ ' : peso especifico del agua de mar
γ ' : peso especifico del agua de continental
∆h ≈ f∆h'
∆h
EM = =f
∆h'
EB + EM = 1
α
EM =
α + mβ
Siendo EM la eficiencia de marea.
Clase 2.4 Pág. 33 de 37

6) Ejemplo de oscilación piezométrica estacional

En la figura se muestra la evolución del nivel en el piezómetro Alcover,


según los datos semanales.

EVOLUCIÓN DEL NIVEL EN EL PIEZÒMETRO ALCOVER (datos setmanales)


170

Recuperación en invierno

165
cota absoluta del nivel del agua (m)

16 0

155

150

Extracciones en verano

145
o ct-73 oct-75 oct-77 oct -79 oct-81 oct -83 oct-85 oct -87 oct-89 oct-91 oct-93 oct-95 oct -97 oct-99

Evolución del nivel piezométrico en el piezómetro Alcover, según datos semanales. Datos
proporcionados por cortesía de la Agencia Catalana del Agua.

Los picos hacia abajo indican las fuertes extracciones durante el verano como
consecuencia de la mayor demanda de agua en esta época: riego, turismo,
etc...

7) Ejemplo de oscilación piezométrica en un piezómetro cercano al río


Llobregat (Barcelona, España) de un evento puntual: una avenida.

En la figura se muestra la evolución del piezómetro L-1 en la Cubeta de


Sant Andreu.
Clase 2.4 Pág. 34 de 37

EVOLUCIÓ DEL NIVELL EN EL PIEZÒMETRE L-1, A LA CUBETA DE SANT ANDREU

36

35 Avenida: en un día, el nivel


subió 4 metros
cota absoluta del nivel del agua (m)

34

33

Datos proporcionados por cortesía de la Agencia Catalana del Agua.


32
1 1 31 30 30 29
dias de septiembre-96 hasta enero-97

8) Ejemplo de la oscilación piezométrica desde el año 1972 al 2000 en un


piezómetro del acuífero del Baix Camp (Tarragona).

EVOLUCIÓN DEL NIVEL EN EL PIEZOMETRO PIF B-6 (Baix-Camp-Tarragona)


cota absoluta del nivel del agua (m)

Bajada general del nivel de


50m en 6 años debido a la 1989:
55
sobreexplotación de la zona Llegada de aguas
del mini-trasvase
45
del río Ebro.

35

25

Oscilaciones
15
debidas a la
explotación en
5 verano

-5
oct-72 oct-74 oct-76 oct-78 oct-80 oct-82 oct-84 oct-86 oct-88 oct-90 oct-92 oct-94 oct-96 oct-98 oct-00

Datos proporcionados por cortesía de la Agencia Catalana del Agua.

En este acuífero hubo una fuerte explotación hasta 1989, año en el cual la
sobreexplotación llegó a provocar una fuerte intrusión marina.
Clase 2.4 Pág. 35 de 37

Se prohibió construir más pozos y se propuso una medida alternativa para


satisfacer la demanda de agua. Dicha medida consistía en traer agua de otra
cuenca (río Ebro, España). A partir de este momento el acuífero se recuperó al
cesar las fuertes extracciones para abastecimiento industrial y urbano.

2.4.4. Aplicación

• La figura siguiente representa un acuífero sobre el que tenemos dibujadas


unas isopiezas equidistantes y la localización de dos puntos C y B:

×C

×B

Si suponemos que no hay infiltración, y que no disponemos de más


información, ¿qué podemos deducir de las características del acuífero?
Recordemos la ley de Darcy que expresaba el caudal de la siguiente forma:
Q = A·k·i

Siendo A el área, K la permeabilidad e i el gradiente hidráulico.


Clase 2.4 Pág. 36 de 37

Suponiendo que el caudal en C es igual que el caudal en B, tenemos que el


gradiente es el mismo (mismo desnivel dividido por misma distancia).

La superficie entre las dos isopiezas más próximas de C es mayor que la


superficie en B, entonces hay que suponer que lo que cambia es la
permeabilidad, es decir que la permeabilidad en C es menor que la
permeabilidad en B.

Otra posible solución sería considerar que el espesor del acuífero en C es


diferente que en B, pero si no se tienen más datos, en general esta conjetura
no se suele hacer.

• Imaginemos ahora un acuífero con las isopiezas dibujadas como sigue:

×C

×B

×D

En esta situación, ¿qué podemos deducir de las características del acuífero?


Clase 2.4 Pág. 37 de 37

Puesto que suponemos que el caudal es constante, en este caso es el


gradiente el que varía, es decir que la distancia entre las isolíneas no es
constante, a menor distancia, mayor gradiente.

Así pues en C, el gradiente es mayor que en D, que a su vez es mayor que en


B. Ya que un mayor gradiente implica una menor permeabilidad, es decir, el
agua necesita mayor energía para atravesar un terreno poco permeable. Así
pues, para que circule el mismo caudal se necesita mayor gradiente, luego:
kC < kD < kB.
Clase 2.5 Pág. 1 de 32

2.5. FLUJO MULTIFÁSICO EN MEDIO NO SATURADO

2.5.1. Introducción

Por medio no saturado se entiende un medio en el cual todos los poros no


están llenos de agua. La importancia de la zona no saturada destaca en
hidrología por ser el soporte de la vegetación y de muchas actividades
humanas, ya que en él tienen lugar procesos de infiltración, evaporación,
erosión, recarga subterránea, atenuación y transformación de contaminantes...

2.5.2. Propiedades del suelo no saturado

En la zona no saturada coexisten tres fases: agua, aire y sólido, que


constituyen la estructura de los poros en el suelo. La fase sólida se considera
inmóvil, la fase líquida se encuentra en forma de meniscos y la fase gaseosa
en forma de burbujas. En estas dos últimas fases se establece el flujo
multifásico o bifásico. El agua envuelve los granos de sólido y el aire se queda
en la parte central de los poros. En condiciones cercanas a la saturación, la
fase líquida es continua y se puede mover por efecto de la gravedad, es la
llamada agua gravitacional. El aire se presenta en forma de burbujas
discontinuas, inconexas, por lo que no puede circular y se queda atrapado.

Cuando un suelo casi saturado drena por gravedad, alcanza la capacidad de


campo. En este estado el contenido de humedad es la capacidad de retención,
y son los fenómenos de capilaridad los responsables de que el agua se quede
retenida en los poros.

Finalmente, destacar que el contenido de humedad puede disminuir por efecto


de la evapotranspiración y excepcionalmente alcanzar el grado de saturación
irreducible en el que únicamente permanece en el suelo el agua adherida, a
modo de fina película ligada a la superficie de los granos.
Clase 2.5 Pág. 2 de 32

2.5.2.1. Definiciones

A continuación definiremos algunos parámetros que intervienen en el estudio


del flujo multifásico. Las letras V, M, P(1) y ρ(2)representan el volumen, la masa,
la presión y la densidad respectivamente.
Magua Vagua ρw
Humedad en peso o masa: ω= =
Msólido Vsólido ρs

Msólido
Densidad seca: ρd =
Vtotal

Densidad del agua (ρw): se considera 1000 kg/m3


Densidad del sólido (ρs): se refiere a la densidad de los granos, de las
partículas sólidas y suele ser superior a los 2000 kg/m3
Densidad del suelo o densidad seca o bulk density (ρd): se refiere a la densidad
de un volumen representativo de medio poroso, inalterado (sin comprimir ni
destruir) y seco (sin agua, en general secado a 105 ºC). Suele estar
comprendida entre 1500 y 2000 kg/m3.

Vagua Vagua Vsólido Vaguaρw Vsólido ρw ωρd


Contenido volumétrico: = = = =
Vtotal Vsólido Vtotal Vsólidoρs Vtotal ρw ρw

La tabla siguiente muestra el carácter del agua, o lo que es lo mismo, su


distribución en el suelo, según las condiciones del terreno y su grado de
saturación (s).

(1) (2)
Pa = presión de aire; ρw = densidad de agua;
Pg = presión del gas; ρl = densidad de líquido;
Pw = presión del agua; ρd = densidad de terreno seco.
Pl = presión del líquido.
Clase 2.5 Pág. 3 de 32

Vagua Y
Grado de saturación S = =
Vhue cos φ

El grado de saturación es adimensional y varía entre 0 y 1 (0 y 100%).

Siendo φ la porosidad.
Condiciones del Seco en horno a Capacidad de
Bajo aire seco Suelo saturado
terreno 105º campo
Grado de
s=0 s min 0<s<1 s=1
saturación
Carácter del agua Agua absorbida Agua capilar Agua gravitacional

Relaciones aire-agua para diferentes contenidos en agua

Se constata que en un suelo que contiene simultáneamente aire y agua, el


agua libre "moja" los granos de sólido, es decir, los envuelve. Mientras que el
aire tiende a disponerse en medio de los huecos, nunca en contacto con el
sólido. De este modo:

• En un suelo casi saturado en agua, la fase acuosa es continua y puede


descender por efecto de la gravedad. La fase aire es discontinua y no
circula. La configuran burbujas inconexas, atrapadas e inmóviles. El aire
atrapado puede alcanzar entre el 10 y el 15% de la porosidad en un medio
teóricamente saturado, cerca del nivel freático. Sólo si la presión en la fase
acuosa es muy elevada, las burbujas se contraen y pueden movilizarse.
Con el tiempo las burbujas tienden a desaparecer puesto que el gas se
disuelve en el agua.

• En un suelo con saturación de equilibrio la fase agua todavía es continua


pero ya no circula bajo la influencia única de la gravedad. Se trata de un
suelo varios días después de una lluvia, cuando el agua que ha podido
percolar por gravedad se ha ido del perfil. En agronomía se dice que el
suelo ha alcanzado la capacidad de campo. La presión se transmite por la
fase agua, que es continúa y por lo tanto, la saturación de equilibrio varía
rigurosamente con la elevación del punto considerado por encima de la
superficie libre del acuífero (nivel freático). La fase aire también es continua
pero en general no circula.
Clase 2.5 Pág. 4 de 32

• En un suelo muy poco saturado la fase agua se dispone alrededor de los


granos, en forma de película y forma meniscos en el contacto entre granos.
Como todos los granos de sólido tocan a los granos vecinos (no hay granos
de sólido flotando en los huecos), la fase acuosa sigue siendo continua. La
presión se puede transmitir pero el movimiento de agua es muy lento debido
al hecho de la delgadez de la película o lámina mojada. La fase aire, muy
abundante, es continua pero generalmente inmóvil. En este caso la
evaporación al interior del suelo puede llegar a ser un proceso relativamente
importante. Para salir del suelo, el agua evaporada debe migrar por difusión
molecular hacia el exterior, un proceso que es muy lento.

• En un suelo mucho más seco los meniscos se reducen y la lámina de agua


es más delgada, pero nunca desaparece. Cuando se llega a la saturación
irreducible, solo queda el agua ligada o higroscópica, que sigue ocupando
toda la superficie de los granos.

En consecuencia, sea cual sea el grado de saturación de un medio poroso, la


fase agua es siempre continua y permite la transmisión de las presiones. El
comportamiento distinto de los dos fluidos (aire y agua) mezclados en el medio
es debido a sus propiedades internas. Entre los dos fluidos y el sólido, el agua
es el fluido "mojante".

Presión Capilar

Se define por presión capilar o succión (Pc) la diferencia entre la presión del
agua y la del aire. La presión capilar refleja la tendencia del medio no saturado
a “succionar” al agua o a repeler el aire:

Pc = Pa – Pw = Pg - Pl
Suelo no saturado: Pl < Patm Pc = Patm - Pl
NF

Suelo saturado: Pl > Patm

En el caso de que la fase gaseosa sea continua, la presión del aire coincide
con la atmosférica y, entonces la presión de la fase acuosa es negativa. Esta
Clase 2.5 Pág. 5 de 32

presión negativa, expresada en altura de columna de agua, se llama succión o


tensión.

Recordemos que el nivel piezométrico (h) se expresa como sigue:


Pw
h= z+
ρw g

si definimos el nivel de presión capilar o succión (hc) como la siguiente


Pc P − Pl
razón: hc = , de donde hc = g
ρw g ρw g

observamos que el nivel piezométrico corresponde a la diferencia de la altura


menos el nivel de presión capilar: h = z – hc

El parámetro pF es un potencial definido como el logaritmo decimal de la


succión expresada en cm de altura de agua, es decir: pF = log10 hc

El ascenso capilar crítico o nivel de entrada de aire en un suelo se define


como la siguiente razón:
Pcc
hcc =
ρw g

El ascenso capilar crítico, define cuánto sube el agua en el suelo por encima
del nivel Pl = 0 (nivel piezométrico). Como se verá, esto depende del tamaño de
los poros.

La tabla siguiente muestra los valores del ascenso capilar crítico en diversos
materiales, y nos proporciona una idea intuitiva de las fuerzas capilares que se
ejercen en el suelo en función de éste:

suelo hcc (cm)


Arena gruesa 2a5
Arena 12 a 35
Arena fina 35 a 70
Limo 70 a 150
Arcilla 200 a 400
Clase 2.5 Pág. 6 de 32

Por ejemplo, sólo por efecto de la Pc, en la arcilla el agua puede subir más de
2m.

Pero, incluso bajo succión, podemos decir que un suelo se encuentra


prácticamente saturado:

Suelo no saturado: s < 1 Pl<0 Pc>0

Suelo casi saturado: s 1 hcc Pl = Patm = 0


NF
Suelo saturado: s = 1
Pl>0
Perfil hidrostático de
presiones de agua

profundidad
Pc<0

2.5.2.2. Tensión superficial

Por efecto de la gravedad, el agua tiende a fluir verticalmente formándose


interfases agua-aire en forma de meniscos. El agua se queda retenida por
efecto de la tensión superficial. Debido a dichas fuerzas capilares la presión del
agua es inferior a la presión atmosférica. El equilibrio entre las fuerzas de
tensión superficial y las de presión da lugar a una curvatura del menisco como
una lentilla.
partícula

Por la curvatura se sabe que: Pg>Pl


gas

El radio de curvatura de estos meniscos depende de la magnitud de la succión.


Al ir progresando el drenaje, la curvatura de los meniscos es más pronunciada
y la succión aumenta. Se describe el equilibrio entre las fuerzas de tensión
superficial y las de presión en el cuadro siguiente:
Clase 2.5 Pág. 7 de 32

(Pa − Pl )π(2r sen α )2 = σ sen α2π(2r sen α )


area = π(2r sen α )2
perimetro=2π(2r sen α )
σ α
r De la que se obtiene la Ley de Laplace para tubos
con radio constante:
Pa

Pa − Pl =
Pl r
en la que se supone que el menisco tiene forma de
casquete esférico, es decir que la curvatura es la
misma en cualquier dirección.

La diferencia de presiones recibe el nombre de presión capilar o succión.


A partir de la expresión anterior, puede calcularse la altura de ascenso capilar
en un tubo:

Introduciendo la presión del agua bajo el


menisco resulta:


Pa − ( Pa − ρgh) =
r
h 2σ 2σ cos θ
rt h= =
c
ρ gr ρgrt

(si r aumenta hc disminuye)

en la que se ha contemplado el radio del tubo


rt y el ángulo de mojado θ (ángulo que hace la
tensión superficial con la pared del tubo).

La interfaz agua-aire se va desplazando hacia los espacios intergranulares más


estrechos que permiten una curvatura mayor. Los poros más grandes se
vacían con valores bajos de la succión, mientras que los más estrechos se
drenan con succiones más altas.

Un suelo no saturado puede imaginarse como un medio formado por tubos


capilares de diferentes tamaños. La Ley de Laplace está referida a un radio de
los tubos “r” que se mantiene constante, pero en el suelo este radio varía como
puede verse en la figura:
Clase 2.5 Pág. 8 de 32

Si la zona no saturada del suelo contiene poros pequeños, el agua alcanzará


una altura mayor.

Para cada radio el ascenso será diferente y por tanto, cuanto mayor sea la
altura por encima del plano de presión atmosférica (nivel freático) menos tubos
estarán llenos de agua.

2.5.3. Curvas de retención

2.5.3.1. Curvas de retención e histéresis

Recordemos que una medida del volumen de agua en un suelo no saturado es


el grado de saturación, y que se define como:

Volumen de agua
sl =
Volumen de huecos

Definamos también el contenido volumétrico de agua que es otra medida del


contenido de agua en un medio poroso no saturado:

Volumen de agua
= = sl φ
Volumen total de medio poroso

Luego en un suelo no saturado a una determinada altura, el grado de


saturación será tanto mayor cuanto menores sean los tamaños de los poros.
Vemos pues, que existe cierta relación entre los tamaños de los poros y el
grado de saturación.
Clase 2.5 Pág. 9 de 32

La forma de relacionar el contenido de agua y la presión capilar en un medio


poroso (teóricamente la ley de Laplace) es mediante la curva de retención.
Dicha curva nos permite establecer la relación entre el nivel capilar y el
contenido en agua o bien, entre la presión capilar y el grado de saturación.

Esta curva, característica de cada tipo de suelo, se conoce como curva de


retención o curva de succión-humedad. Su forma depende de la estructura del
suelo y de la geometría y distribución de los tamaños de los poros.

La curva es más lineal en medios arcilloso y más escalonada en arenas finas.


Esta curva característica de cada tipo de suelo, se conoce como curva de
retención o curva de succión-humedad. Su forma depende de la estructura del
suelo y de la geometría y distribución de los tamaños de los poros.
La curva de retención de un suelo nos permite saber la succión que le
corresponde a cada grado de humedad.

Variación en la succión potencial de un suelo debido al descenso de saturación para


diferentes medios (Bear, 1972).

Las curvas características de un suelo se determinan en un laboratorio de


forma experimental, relacionando la presión capilar con el contenido en agua.
De todos modos hay modelos empíricos que permiten dibujar las curvas en
función de unos parámetros.
Clase 2.5 Pág. 10 de 32

A continuación presentamos la expresión del modelo de van Genuchten para la


curva de retención:
S e − S mín
Se =
S máx − S mín

se = Saturación efectiva (smax = 1 y smin = 0). El grado de saturación mínimo


tiende a 0, pero no llega a 0 ya que queda el grado de saturación residual, no
se puede sacar toda el agua, una parte queda retenida en los poros, y esto se
observa en la curva de Van Genuchten, en la que Smin no llega a ser 0.

λ
   
m
   
 1  
1

se =   Æ Se = 
  P − P 1−λ
1
  n 
 1 +  h c 
 
 1+  g l
   h  
    cc  
  P  

Siendo:
n, m parámetros determinados por la forma de la curva.
λ = parámetro empírico que está relacionado con la mejor o peor graduación
de suelo.
σ
P = P0
σ0
σ = tensión superficial
σ0 = tensión superficial a temperatura de referencia

Este modelo es uno de los más utilizados en la modelización de flujos en


suelos no saturados.

hc

hcc

s
smin smax
Clase 2.5 Pág. 11 de 32

Las curvas de retención muestran como el agua es retenida en el suelo debido


a las fuerzas capilares que actúan en contra de la fuerza gravitacional.

Las siguientes figuras muestran las curvas ajustadas a los resultados


experimentales mediante el modelo de van Genuchten.

10000 10000

1000 1000

100 100

succión (MPa)
succión (MPa)

10 10

1 1

Siltstone Claystone
0.1
0.1
van Genuchten con P=35 Mpa, λ=0.4 van Genuchten con P=15 Mpa, λ=0.36
0.01
0.01
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
Grado de saturación Grado de saturación

Curva de retención
1000

100
succión (MPa)

10

0.1 Modelo de van Genuchten (Po=18 MPa, λ = 0,38)

Datos experimentales (Bentonita)


0.01
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
Grado de saturación

Una particularidad importante de las curvas de retención es que la curva de


retención obtenida en drenaje es diferente de la curva de retención obtenida en
proceso de humedecimiento del suelo. Esto se explica mediante el fenómeno
de la histéresis, que desarrollaremos a continuación.

Los procesos dinámicos de mojado y de secado tienen un comportamiento no


simétrico. Cuando estamos en un proceso de secado o drenaje, al descender el
nivel del agua en los tubos más estrechos, ésta tiene tendencia a quedarse
retenida por culpa de las fuerzas capilares, lo que hace que la velocidad de
vaciado sea menor en los tubos estrechos y mayor en los tubos anchos. En un
proceso de mojado o imbibición ocurre lo contrario, es decir, la velocidad es
mayor en los poros de sección menor, y menor en los poros de sección mayor.
Clase 2.5 Pág. 12 de 32

Secado: Mojado:
v1 > v2 v3 > v4
v3

v4

v1 v2

La histéresis se explica por el hecho de que los ángulos de contacto del agua
con la fase sólida son distintos en el proceso de mojado y en el proceso de
secado.

Cabe destacar que los efectos de la histéresis aumentan con la presencia de


aire atrapado, y sobre todo en suelos que tiendan a hincharse.

Indicar también que los fenómenos de histéresis actúan de forma importante en


el flujo de agua y en el transporte de solutos en condiciones en las que se
alternan con frecuencia los procesos de mojado y de secado, como sucede en
el caso de la infiltración del agua de lluvia o de riego.

La figura siguiente nos muestra que para un mismo nivel o una misma presión
de capilaridad se pueden considerar dos estados de saturación, como
consecuencia precisamente del diferente comportamiento del medio sometido a
un proceso de mojado o de secado.

hc ó Pc

secado

hi ó Pi
mojado

ós
smin smax

Se ve que el grado de saturación es mayor si se procede de un proceso de


drenaje que si el proceso es de humidificación.
Clase 2.5 Pág. 13 de 32

Cuando la curva de mojado llega a la presión 0, la saturación todavía no es


total porque queda aire atrapado aislado e inmovilizado. Cabe notar que si se
espera un tiempo suficientemente grande, el aire atrapado se disuelve y/o se
moviliza por la circulación de agua y el punto final de la curva tiende al inicio de
la curva de secado.

Perfil de equilibrio hidrostático

Saturación de equilibrio.
Por encima de la parte superior de la franja capilar, la presión capilar aumenta
y la saturación disminuye hasta la saturación de equilibrio, entonces el perfil es
estático. Se denomina perfil de equilibrio hidrostático al perfil vertical de suelo
en que las presiones están equilibradas y que por lo tanto no hay movimiento
de la fase acuosa.

Saturación no en equilibrio.
Hacia la superficie de suelo, debido a los cambios en la superficie (lluvia,
evaporación, transpiración,...) los cambios de estado se suceden y el perfil de
saturación no suele estar en equilibrio y son estados transitorios. Después de
una lluvia el agua gravífica se va a infiltrar y descender a lo largo del perfil del
suelo. Una desecación importante en la superficie provocará un ascenso de
agua hacia la superficie.

El movimiento del agua a lo largo de un perfil vertical de un medio poroso no


saturado se explica más adelante.

Ahora estamos en condiciones de poder dibujar un perfil vertical de saturación


típico desde la superficie del terreno hasta el nivel freático. También podemos
trazar la variación de la presión del agua a lo alto de todo el perfil.
Según las leyes de la hidrostática, un perfil en equilibrio debe mostrar una
variación lineal de la presión.
Clase 2.5 Pág. 14 de 32

Perfiles de saturación y presión en un suelo.

Por definición, la presión es nula (es decir, igual a la presión atmosférica), en la


superficie libre del acuífero. Por debajo la presión crece de forma lineal con la
profundidad, por encima decrece (se convierte en succión) con la cota. Dicho
de otro modo, puesto que la fase de agua es continua, dos puntos en equilibrio
hidrostático distantes ∆z verticalmente, tienen una diferencia de presión de
ρg·∆z.

Recíprocamente, todos los puntos representativos situados a la izquierda de la


recta de equilibrio de presión, son indicadores de un flujo ascendente. Y al
revés, los puntos a la derecha indican flujo descendente.

En la práctica, un suelo casi nunca está en equilibrio hidrostático y el perfil real


de presión se separar casi siempre de la recta de equilibrio, pero el sentido de
esta diferencia precisamente indica la dirección del flujo.
Clase 2.5 Pág. 15 de 32

Estas presiones negativas elevada (inferiores al vacío absoluto) a las que


puede estar sometida el agua en un suelo no saturado no nos deben de
sorprender. De hecho miden o son indicadoras del estado energético del agua
del suelo es decir, la cantidad de energía que debe ser suministrada para
extraer una molécula, que está ligada al suelo por la fuerzas electrostáticas.

Definición estricta de zns y de la posición del nivel freático.


El nivel freático de un acuífero está localizado en la cota topográfica donde la
presión del agua es exactamente igual a la atmosférica, es decir, cero. Es
exactamente el nivel que nos proporcionarán de forma directa los piezómetros
abiertos normales en un acuífero. Por debajo del nivel freático la presión del
agua es positiva y se denomina zona saturada. Por encima del nivel freático la
presión del agua es negativa y hablamos de zona no saturada,
independientemente del grado de saturación.

Por lo tanto la franja capilar, de existir, aunque su grado de saturación puede


ser 100%, se encuentra en la zona no saturada en el sentido hidrogeológico.
En definitiva, la zona no saturada de un acuífero es aquella en que la presión
del agua es negativa.

Esto tiene implicaciones importantes cuando se trata de formular las


ecuaciones de flujo de agua en medio no saturado.
La presión del agua es un parámetro continuo en todo el medio poroso y es
muy útil para representar el flujo en cualquier parte del dominio. El grado de
saturación no es continuo y además no varía dentro de la zona no saturada.

Medida de la presión capilar

Tensiómetros.
Medir la presión del agua en el subsuelo es muy útil. En la zona saturada la
presión es positiva y se puede medir fácilmente con sensores de presión
sumergidos en el agua.
En la zona no saturada la presión del agua es negativa y no hay suficiente
agua para poder sumergir el sensor.

Para medir la succión en el medio no saturado se utilizan los tensiómetros que


consisten en una cápsula de cerámica microporosa (de 5 a 10 cm de largo y 1
Clase 2.5 Pág. 16 de 32

a 2 cm de diámetro, de presión de entrada de aire conocida, facilitada por el


fabricante) conectadas al extremo de un tubo rígido que se hinca horizontal o
verticalmente en el suelo. El otro extremo del tubo va conectado de forma
estaca a un manómetro. Todo el sistema es "estanco" y está completamente
lleno de agua.

Cuando el tensiómetro está dentro del suelo, el agua contenida dentro de él se


pone en equilibrio de presión, a través de la cápsula porosa, con el agua del
suelo. Recordemos que la fase acuosa es continua del suelo no saturado hacia
la cápsula, puesto que se trata de un medio poroso normal. Entonces se mide
la succión directamente con el manómetro.

Para tensiómetros que no están en posición horizontal, hay que tener en


cuenta la diferencia de cota entre la cápsula y el manómetro, puesto que
medimos la presión del agua y la "columna de agua" ejerce cierta presión.

Este sistema está limitado a la succión igual a la presión de entrada de aire de


la cápsula que utilicemos. Éste es un parámetro que el fabricante proporciona.
De todos modos, este dispositivo está limitado a una succión máxima de 800 a
900 milibares. Para presiones inferiores y a temperatura normal, el agua
empieza a hervir dentro de la cápsula y el tensiómetro "desceba", hay que
purgarlo y volverlo a llenar.

Para descender por debajo de 1 bar se precisan métodos indirectos como


bloques de yeso con electrodos, situados dentro del suelo, donde el agua que
contiene se pone en equilibrio de presión con la del suelo. Se mide la
resistividad eléctrica y mediante calibración de presión-contenido en agua-
resistividad eléctrica se puede medir la presión.
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Para establecer las mediciones de laboratorio (en suelos reales o bloques de


yeso) de la relación succión-contenido en agua, se aumenta artificialmente la
presión atmosférica (cámara presurizable) para evitar que la succión conlleve a
la ebullición.

2.5.3.2. Almacenamiento en un acuífero libre

Supongamos un descenso del nivel freático de NP1 a NP2, de una altura ∆h =


d2 – d1:

d1
d2

NP1 z1

∆h
NP2 z2

El incremento ∆Vw recibe el nombre de variación de almacenamiento; y a


continuación obtendremos su expresión:
d1 d2
∆Vw = φ∆h + ∫
z1= 0
φsdz − ∫
z2 = 0
φsdz =
S: grado de saturación
Φ: porosidad
d1 d1 d2
= φ∆h + ∫
z1=0
φsdz − ∫
z2 =0
φsdz − ∫
z2 = d1
φsdz =

d2
= φ∆h − ∫
z2 = d1
φsdz

Para el nivel freático que se encuentra más alejado de la superficie del terreno
(NP2), la variación de almacenamiento se expresa de la siguiente forma:

∆Vw = φ∆h − φsmin ∆h = ∆hφ(1 − smin )

Para el nivel freático que se encuentra más próximo de la superficie del terreno
(NP1), la variación de almacenamiento se expresa de la siguiente forma:
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d2
 1
d2

∆Vw = φ∆h − ∫
z2 = d1
φsdz = φ∆ h  1 − ∫
 ∆h z2=d1
sdz  < φ∆h(1 − smin )

El grado de saturación mínimo o agua irreducible, es el agua que permanece


en la muestra incluso con presiones muy elevadas de capilaridad, y que se
define como sigue: θr = φsmin

La siguiente tabla presenta unos valores de humedad irreducible según la


granulometría del suelo:

Suelo Partícula (mm) Porosidad Humedad irreducible

Arcilla 0,001 0,50 0,40

Limo 0,01 0,45 0,30

Arena 0,1 a 1 0,40 0,10

Grava 10 0,30 0,01

2.5.4. Flujo de agua en medio no saturado

El flujo de agua en la zona no saturada se rige por el gradiente del nivel


piezométrico, de manera que el flujo de agua en la zona no saturada es
 ∂h 
 
 ∂x 
∂h
proporcional al gradiente: q e α − ∇h siendo ∇h =  
∂y
 

 h 
 ∂z 

El gradiente más importante es el vertical, de manera que el flujo de agua en la


∂h
zona no saturada puede expresarse como: q e vertical α
∂z
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2.5.4.1. Ley de Darcy. Permeabilidad relativa

Ley de Darcy

Carga hidráulica.
El estado energético del agua en un medio poroso se define como la carga
hidráulica. Es la energía interna total y tiene varias componentes que se
suman: potencial, cinética y química.

La química vendría dada por la presión osmótica, importante para soluciones


muy concentradas, despreciable en flujos naturales a escala de hidrogeología.
La cinética es la debida al estado de movimiento, pero puesto que el agua se
mueve a una velocidad tan "pequeña", esta componente es siempre varios
órdenes de magnitud inferior a la energía potencial.

La energía potencial prácticamente es la única componente de la carga


hidráulica. Esta energía, a su vez, tiene dos componentes: la energía de
"presión" y la energía de "posición".

Como su nombre indica, la energía de presión es debida a la presión a la que


está sometida el agua de un punto y la energía de posición es debida a la
aceleración de la gravedad y está relacionada con la posición o cota de ese
punto, respecto a una cota de referencia.

Los tres términos de la ecuación siguiente son respectivamente la energía


potencial de presión, la energía potencial de posición y energía cinética
(despreciable).
pw U2
h= +z+
ρg 2g

donde:
h carga hidráulica del agua en un punto del medio poroso [L]
pw presión hidrostática del agua en ese punto [ML-1T-2]
ρ densidad del agua [ML-3]
g aceleración de la gravedad [LT-2]
z cota topográfica de ese punto respecto a un nivel de referencia [L]
U velocidad a la que se mueve el agua [LT-1]
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En este caso hemos presentado la carga hidráulica en metros de columna de


agua. Se puede expresar en unidades de presión multiplicando los tres
términos por ρg.

Si expresamos la presión de agua en metros de columna de agua, teniendo en


cuenta que 105 Pa = 1 bar = 10 metros de columna de agua dulce, entonces, la
expresión genérica de carga, que siempre vamos a recordar será.

h = pw + z

todo en unidades de longitud.

Teorema de Bernouilli: La carga hidráulica es constante en un fluido inmóvil y,


en caso de flujo, decrece en el sentido del mismo.
La carga hidráulica de cualquier punto de un fluido inmóvil siempre es el valor
de la cota topográfica de la superficie libre del fluido.

Esta definición de carga hidráulica es válida para cualquier fluido y medio


tridimensional, incluida la zns.

Puesto que el movimiento del agua generalmente será sobre la vertical, como
ya se ha dicho, para visualizar la variación de la carga hidráulica y sus dos
componentes en un perfil vertical de zns sobre un acuífero, consideramos que
se trata de un sistema unidimensional vertical.

La z siempre es vertical (por supuesto) y crece hacia arriba. En edafología o


geotecnia a menudo se considera que z crece hacia abajo y es cero en la
superficie del suelo. En hidrogeología siempre crece hacia arriba y,
generalmente, tiene el origen al nivel del mar y se expresa en metros sobre el
nivel de mar (msnm). De todos modos puede tener un origen arbitrario.

Consideramos un perfil en equilibrio hidrostático en el que la presión


hidrostática varía linealmente con la cota.
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<----- (-) 0 (+) ----->

z, pc, h (m)

pw (eq)

h (eq)
zona no saturada
nivel fréatico
zona saturada

cota (msnm)
En un perfil vertical la z aumenta con la cota, y si está en equilibrio, la presión
disminuye al aumentar z, de forma lineal.

La presión del agua (pw) es siempre 0 en el nivel freático por definición. En la


zona saturada la presión aumenta con la profundidad puesto que la columna de
agua aumenta. En la zona no saturada, la presión del agua disminuye.
Recordemos que siempre es menor a la presión del aire y que por tanto
siempre será negativa. Si el perfil está en equilibrio la disminución de la presión
del agua con la cota en la zns es lineal.

Puesto que la z aumenta al subir en un perfil vertical y la presión del agua


(expresada en unidades de longitud) disminuye con la misma pendiente,
tendremos que la carga total, al ser la suma, será constante en todo el perfil. El
valor de la carga total será el valor de la cota topográfica del nivel freático, el
único punto del perfil donde la presión del agua es 0.

En el nivel freático:
h = pw + z = 0 + z = z; h=z

Este valor es el que medimos con una sonda de nivel en un piezómetro o un


pozo parado.
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Si la carga es constante en toda la vertical, el gradiente de carga a lo largo del


perfil es 0, no hay variación de carga con la profundidad. Si el gradiente es 0, el
flujo vertical es 0, como ya veremos.

Cualquier cambio en el perfil de presión repercutirá en el perfil de carga.

<----- (-) 0 (+) ----->

z, pc, h (m)

pw (eq)

h (eq)
zona no saturada
nivel fréatico
zona saturada

cota (msnm)

Una lluvia hace aumentar el contenido de agua en la superficie, esto hace


disminuir la presión capilar (aumentar la presión del agua) y por lo tanto
aumentar la carga hidráulica total, de manera que se genera un gradiente
vertical descendente que origina un flujo vertical descendente de agua. Con el
tiempo esta alteración se irá trasladando hacia abajo, hasta que el exceso de
agua llegue a la zona saturada y el perfil vuelva al equilibrio.

Si por lo contrario, en la superficie hay una extracción del agua capilar por las
plantas, la presión del agua disminuirá, la carga también y el gradiente será
ascendente, esto empezará a movilizar el agua de todo el perfil hasta volver a
equilibrarse con agua recuperada de la zona saturada.

Los movimientos del nivel freático hacen cambiar la cota donde la presión es
cero, hacen cambiar el perfil de presión y consecuentemente el perfil de carga,
hasta que tiende de nuevo al equilibrio.
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Permeabilidad relativa

La conductividad hidráulica es función del contenido en agua o del grado de


saturación:
k ( ) = k (s)

pero hay pérdida de permeabilidad por efecto de desaturación y la


permeabilidad en función del grado de saturación es:

k (s) = kr (s) · ksat


siendo:
kr la permeabilidad relativa
ksat la permeabilidad de un suelo

kr disminuye al disminuir el contenido de humedad . Esta disminución es tanto


más brusca cuanto más gruesa es la textura del medio sólido.
kr es una función empírica que se tiene que medir y está definida en el
intervalo:
0 ≤ kr (s) ≤ 1

En la zona no saturada existen “espacios ocupados por gas” que dificultan la


circulación del agua de manera que en esta zona, la permeabilidad tiene un
valor ≤ al de la permeabilidad de la zona saturada.

Como se observa en la siguiente figura, cuando el valor de S es muy pequeño,


el agua tiene dificultad para circular ya que los meniscos no están totalmente
conectados y no se produce flujo. Por esta razón la curva no empieza en el
valor de Se=0 (no circula el agua y Kno sat=0) sino hasta que Se no alcanza un
valor determinado.
kr Ksat

k ( s)
kr ( s) =
Krelativa

k sat

0 1 S

Este intervalo corresponde en el


suelo a meniscos no conectados.
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Teniendo en cuenta que a medida que circula el agua, va variando el grado de


saturación S y que medir la Krelativa presenta muchas dificultades, suponiendo la
curva de retención conocida, se puede encontrar una relación Krelativa en función
del Se.

2
(
k r = (1 − se ) ⋅ 1 − se
2
) (de Corey, 1957)

( )
2
 1 m

k r = se ⋅  1 − 1 − se m  (de Mualem, Van Genuchten)
 

Los parámetros, m, se max y se min se sacan de la curva de retención.


Esta función es muy difícil de determinar en laboratorio, porque en un suelo no
saturado, la saturación varía con la distancia.

kr (s) = kr (s (Pc) ) = kr (Pc)

Esta curva kr ( ) también suele presentar efectos de la histéresis motivados


por los problemas también de histéresis de la curva de retención. En ciertos
suelos la conductividad en saturación puede verse reducida durante el
humedecimiento debido a la presencia de aire atrapado. Por esta razón es más
recomendable relacionar Sefectivo con la permeabilidad relativa ya que la curva
de esta función casi no presenta histéresis, a diferencia de la relación
permeabilidad relativa/presión capilar.

Ley de Darcy para un flujo no saturado unidimensional:

Recordemos la ley de Darcy:


Q = k ⋅ ∆h
En forma matricial sería:
 ∂h 
 qx   k xx k xy   ∂x 
q e = − k∇ h   = −  
 qy   k xy k yy   ∂h 
 ∂y 
 
Siendo K la permeabilidad de la zona no saturada.
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¿Cuál es la relación entre la fórmula anterior y la siguiente?


Pl
h= z+ = z − hc
ρlg
Pc P
hc = z + =− l
ρlg ρlg

La ley de Darcy en la zona no saturada puede definirse como:

q e = − K nosat ∇h si sustituimos el nivel piezométrico por la expresión que


definíamos antes h = z − h c :

q e = − K nosat (θ)∇(z − h c ) siendo θ el contenido volumétrico

de manera que desarrollando y agrupando:

q e = −K nosat (θ)∇z + K nosat (θ )∇h c

El primer término se refiere al flujo debido a la diferencia de altura, y el segundo


término a la presión capilar.
 ∂h 
 K nosat (θ) c 
q  
x
0   ∂x 
 e     ∂h c 
y
qe  =  0  +  K nosat (θ) 
 z   ∂y
 q e   K nosat (θ )  

∂hc

 
nosat (θ )
 K 
 ∂z 

Usando la relación entre la presión capilar hc y el contenido volumétrico θ que


nos proporciona la curva de retención:

∂h c
∇h c = ∇θ
∂θ

Con esta relación se obtiene que:

∂h c
q e = − K nosat (θ)∇z + K nosat (θ) ∇θ
∂θ
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De manera que esta relación dice que el movimiento del agua en la zona no
saturada es debida a:

- la diferencia de altura z (por la gravedad)


- a que el agua se desplaza “ desde donde hay más agua hacia donde
hay menos”.

∂h c
El término K nosat (θ) se define como la difusividad [− D(θ)] de la zona no
∂θ
saturada.

Finalmente se han obtenido 2 versiones de la ley de Darcy para suelos no


saturados:

1. en función del nivel piezométrico: q e = − K nosat (θ)∇h


2. en función del contenido de agua: q e = − K nosat (θ)∇Z − D(θ)∇θ

Suelo no saturado
Flujo no saturado
unidimensional

Suelo saturado

El valor máximo que se puede infiltrar en el suelo, sin producir encharcamiento,


en dirección vertical es: qmax = ksat

Si llueve más que ksat, se produce escorrentía o encharcamiento;


Si lleve menos que ksat, se produce infiltración.

Es decir, el flujo máximo que se puede infiltrar sin encharcamiento es la Ksat.


q e = − K nosat (∇Z − ∇h c ) su máximo será q e = − K nosat (∇Z − ∇h c ) ≡ − K sat

0
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Si la intensidad de la lluvia supera la capacidad de infiltración se genera agua


en la superficie (encharcamiento) y esto permitirá posteriormente una
infiltración.

Se parte de la situación hidrostática:

Se<1
0 S
Se >1
Pe

Si llueve se produce un flujo descendente, de manera que el gradiente irá


aumentando. Cuando no llueve y actúa la evapotranspiración, se produce un
flujo ascendente.

En régimen transitorio, después de producirse una lluvia muy fuerte e


importante (intensidad de lluvia supera la capacidad de infiltración) se produce
un frente de agua que satura la parte más superficial del suelo no saturado y va
saturándolo a medida que avanza hacia abajo.

La siguiente figura ilustra la succión en función de la altura, y las diversas


posiciones de las curvas según en qué sentido se mueve el agua:

Cuando hay recarga, el nivel


de presión capilar disminuye
y el flujo es descendente

z (q-z)3 (q-z)2 (q-z)1


qz = - k c = n
q-z = qz = 0

(qz)1 Cuando hay evaporación, el


nivel de presión capilar
aumenta y el flujo es
ascendente.
(qz)2

45º

0
Superficie freática
hc
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A continuación tenemos los perfiles de humedades; éstos se encuentran por


debajo de la curva de retención cuando hay recarga, y por encima de la curva
de retención cuando hay evaporación.

q-z = qz = 0

(qz)2 (qz)1 (q-z)1(q-z)2 (q-z)3


z
q-z = - k c = n

0
Superficie freática
n S

En la siguiente figura se representan los perfiles de hidrostáticos de presión de


agua, de presión capilar o altura capilar y de saturación en agua en la zona no
saturada y su límite con la zona saturada:

Perfil de humedades; sigue la curva de


retención cuando se encuentra encima
del nivel freático; su forma está ligada al
movimiento del nivel freático.

zona no saturada h Pw Pc o hc

s<1
zona saturada Pw = 0
s=1
Pw = - ρ g z Pc = ρ g z
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2.5.5. Ecuación de flujo; ecuación de Richards

Recordemos la expresión de la ecuación del flujo:

∂ ( masa de agua )
+ ∇ ( flujo de masa de agua ) = 0
∂t

Donde el primer término representa la variación de almacenamiento.

La masa de agua es: ρl sl Φ


El flujo de masa de agua es: ρl ql = ρl (-k · ∇h)

O sea que la ecuación del flujo se escribe:


∂ ( ρl sl Φ )
+ ∇ ( ρlql ) = 0
∂t

• Sea la ecuación de flujo en función de θ = Sl Φ, y suponiendo ρl constante


tenemos que:
∂ ( θ)
ρ1 + ρ1 ∇ ( −k ( θ ) ∇h ) = 0
∂t

Recordemos los niveles en función de la altura capilar:

∂hc
∇h = ∇ ( z − hc ) = ∇z − ∇hc = ∇z − ∇θ
∂θ

Reemplazando ∇h por la expresión anterior en nuestra ecuación, tenemos que:

∂ ( θ)   ∂h 
+ ∇  −k ( θ )  ∇z − c ∇θ   = 0
∂t   ∂θ 

Finalmente llegamos a la ecuación de Richards:

∂ ( θ)  ∂h  Ecuación de
+ ∇ ( −k ( θ ) ∇z ) + ∇  k ( θ ) c ∇θ  = 0 Richards
∂t  ∂θ 
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Esta ecuación define matemáticamente el flujo en un medio parcialmente


saturado.

Esta ecuación presenta dificultades:


- no sirve en suelos saturados, porque en suelos saturados θ = Φ.
- θ, el contenido volumétrico, no es continuo si el suelo no es homogéneo.

En cuanto a los términos de esta ecuación, se parecen a los términos de la


ecuación del flujo saturado:
- El primer término es una derivada temporal y es un término de
almacenamiento.
- El segundo término es complejo y su estudio no es objeto de este curso.
- El tercer término es una derivada segunda y es el término de difusividad en
el terreno.

• Consideremos ahora la ecuación del flujo en función del nivel piezométrico


h. Partiremos desde la ecuación del flujo que hemos visto al principio de
este párrafo, que es una ecuación conservativa:

∂ ( ρlslΦ ) θ contenido volumétrico de agua


+ ∇ ( ρlql ) = 0 φ porosidad
∂t

derivando y desarrollando tenemos que:

∂ ( ρlΦ ) ∂sl
sl + ρlΦ + ρl∇ ( −k ( sl ) ∇h ) = 0
∂t ∂t
 ∂s  ∂h
ρl  slS y + θ l  + ρl∇ ( −k ( sl ) ∇h ) = 0
 ∂h  ∂t
 ∂sl  ∂h
 slS y + θ ∂h  ∂t + ∇ ( −k ( sl ) ∇h ) = 0
 

En un suelo
saturado, sl = 1. Permeabilidad
saturada en un
Curva de retención, este
Coeficiente de suelo saturado.
término desaparece cuando
almacenamiento el suelo está saturado.
específico.
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Un caso particular a esta ecuación sería en suelo saturado:

∂h
Sy + ∇ ( −k∇h ) = 0
∂t

El coeficiente de almacenamiento específico se expresa de la siguiente forma:

1 ∂ ( ρlΦ )
Sy = ⋅
ρl ∂h

y se expresa en unidades de inverso de longitud (m-1).

• Soluciones analíticas
Dado su carácter no lineal, es difícil encontrar soluciones analíticas exactas
para la ecuación de Richards. No obstante, en ciertos casos pueden obtenerse
soluciones muy próximas a las exactas. Estas soluciones generalmente
suponen medio homogéneo, geometrías sencillas y condiciones de contorno
simplificadas. Por ello, su aplicabilidad al análisis de problemas reales es
limitada. A pesar de ello, estas soluciones son útiles para comprender el
complejo funcionamiento del flujo en medios parcialmente saturados y sobre
todo sirven como elementos de contraste y verificación de los programas de
cálculo numérico.

• Soluciones numéricas
La resolución de la ecuación del flujo en problemas reales requiere la utilización
de métodos numéricos que permiten simular el flujo bajo condiciones
generales. Los métodos numéricos utilizados incluyen diferencias finitas,
diferencias finitas integradas y elementos finitos.

2.5.6. Estimación del tiempo de ascenso de agua en un suelo no saturado

La ley de Darcy generalizada establece que:

k  ∂p  k ρ g  hcc 
qz = −  + ρg  = − 1
µ  ∂z  µ  ζ 
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siendo ζ la altura de ascenso del agua y hcc el nivel de presión capilar en la


zona seca.


Por continuidad resulta que: qz = n
dt
siendo n la porosidad. Esta continuidad expresa que el flujo de agua es igual a
la variación de almacenamiento de agua.

Igualando las anteriores:

d ζ k ρ g  hcc 
n = − 1
dt µ  ζ 

se puede despejar:

nhcc µ   hcc  ζ 
t= ln  − 
k ρ g   hcc − ζ  hcc 

En esta expresión se observa que cuando t→∞ resulta que ζ→hcc.

φh cc   h cc  hc 
Se puede expresar esta ecuación como: t = ln  −  siendo φ la
K   h cc − h c  h cc 
porosidad

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