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Temprana
en educación
infantil
Educación
ATENCIÓN TEMPRANA
EN EDUCACIÓN INFANTIL
© Rosalía E. Aranda Redruello
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ISBN: 978-84-7197-898-1
Depósito Legal: BI – 662 – 08
Printed in Spain
Impreso en España por: RGM
Padre Larramendi, 4
48012 Bilbao (Vizcaya)
Sumario
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Índice
Autores ............................................................................................................ 15
Prólogo ............................................................................................................ 19
Presentación.................................................................................................... 21
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Atención Temprana en educación infantil
2. Alimentación ............................................................................................ 52
2.1. Leche materna ..................................................................................... 52
2.2. Lactancia artificial .............................................................................. 54
2.3. Alimentación complementaria ............................................................ 55
3. Signos de alarma en los controles periódicos de salud ......................... 59
3.1. Signos de alarma en el recién nacido .................................................. 59
3.2. Indicadores de riesgo social ................................................................ 60
3.3. Detección de problemas en el desarrollo psicomotor ......................... 60
4. Alteraciones aparato locomotor ............................................................. 65
4.1. Pie ................................................................................................... 65
4.2. Caderas ............................................................................................... 66
4.3. Rodilla................................................................................................. 67
4.4. Columna vertebral .............................................................................. 67
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Índice
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Atención Temprana en educación infantil
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Índice
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Atención Temprana en educación infantil
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Índice
BIBLIOGRAFÍA............................................................................................ 405
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Coordinadora
Doctora ROSALÍA ARANDA REDRUELLO
Catedrática de Escuela Universitaria
Departamento de Didáctica y Teoría de la Educación
Facultad de Formación del Profesorado y Educación
Universidad Autónoma de Madrid
Autores
ROSALÍA ARANDA REDRUELLO
Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación
Catedrática de E.U.
Departamento de Didáctica y Teoría de la Educación
Facultad de Formación del Profesorado y Educación
Universidad Autónoma de Madrid
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Atención Temprana en educación infantil
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Autores
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Prólogo
No es la primera vez que prologo una obra dirigida y coordinada por la Dra. Aran-
da Redruello. En aquella ocasión ella y sus colaboradores desarrollaban el tema de la
educación especial. Esta vez presentan el resultado de sus trabajos sobre un aspecto
más restringido de la misma educación especial, la Atención Temprana.
Pero, como en el caso de la educación especial –y esto hay que calificarlo positi-
vamente–, sitúan la Atención Temprana en el ámbito de la escuela ordinaria, porque
hoy la Atención Temprana, que nació orientada a niños discapacitados y por lo tanto
con un carácter esencialmente rehabilitador, se ha normalizado. No son sólo los
niños discapacitados los que tienen necesidad de Atención Temprana, sino todos los
niños, cada uno conforme a sus peculiares e individuales características.
Por eso la obra se presenta como un compendio amplio y global para la formación
de maestros, padres y educadores con el propósito de ayudarles a dar respuesta a la
educación, sin más, del niño de 0 a 6 años, que incluye como un requisito esencial
la llamada Atención Temprana.
El contenido de la obra, organizado en cuatro bloques y once capítulos, abarca los
temas básicos y necesarios para el soporte de la acción educativa: el conocimiento
de los sujetos (aspectos médicos, biológicos y psicológicos); la intervención educa-
tiva en general (aspectos pedagógicos y didácticos), y la intervención específica en
las diferentes áreas (Lenguaje, Música, Plástica…). Incluye también, finalmente, el
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Atención Temprana en educación infantil
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Presentación
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Atención Temprana en educación infantil
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BLOQUE 1
ASPECTOS MÉDICO-PEDIÁTRICOS
JUSTIFICACIÓN
Hasta mediados de los años setenta del siglo pasado, la actividad médica en Aten-
ción Primaria tanto en adultos como en niños se centraba en las acciones curativas en
detrimento de la prevención y promoción de la salud. Desde que se celebró la Asam-
blea Mundial de la Salud en 1977, seguida por la Conferencia de Alma Ata (URSS,
1978), sobre Atención Primaria de Salud, y la promulgación de la Carta de Ottawa
en 1986, tanto la filosofía como las estructuras básicas de salud han presentado cam-
bios importantes para encarar las nuevas responsabilidades determinadas por estos
importantes eventos mundiales.
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Atención Temprana en educación infantil
Para alcanzar estos objetivos, es necesario realizar una detallada historia clínica,
un examen físico y realizar las pruebas necesarias de laboratorio. La prevención
exige un buen cumplimiento del calendario vacunal y, la promoción de la salud una
buena educación sanitaria tanto para los niños como para sus padres.
Las edades en las que los niños deben realizar la visita son: la primera semana de
vida, a los quince días, un mes, dos, cuatro, seis, ocho, diez, doce, quince y dieciocho
meses. Dos, cuatro, seis, ocho, once y catorce años de edad.
En estos controles, el médico pediatra utiliza aquellos procedimientos preventi-
vos diagnósticos y /o terapéuticos que considere oportunamente indicados. La his-
toria clínica y la exploración física, sobre todo en la primera visita, constituyen de
hecho una actividad preventiva de cribado. No obstante, la prevención no sólo se
administra en los controles periódicos de salud, cualquier ocasión puede ser buena
para reforzar mensajes o cumplimentar actividades. Al mismo tiempo, los niños que
pertenecen a determinados grupos de riesgo pueden ser susceptibles de actividades
preventivas específicas.
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CAPÍTULO I.
CONTROLES PERIÓDICOS DE SALUD
EN EL NIÑO DE 0 A 6 AÑOS
1.1. Introducción
Ante la llegada del recién nacido, los padres experimentan nuevas responsabili-
dades que, en el ámbito de la salud, pueden plantearles dudas a las que tendrán que
buscar la respuesta más adecuada.
Actualmente, la pediatría curativa, que atiende a los niños cuando están enfermos,
se ha ampliado para abarcar la atención de su salud también cuando están sanos,
incluyendo la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. No hay que
olvidar la atención hacia las nuevas formas de patología de tipo social.
La labor del pediatra, requiere de un protocolo a través del tiempo que exponemos
a continuación.
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos médico-pediátricos
Valorar implantación y morfología de pabellones auriculares. Apéndices cu-
táneos.
Valoración cardiopulmonar: ritmo cardiaco, soplos, tonos y murmullo vesicu-
lar. Presencia y simetría de pulsos periféricos.
Locomotor: clavículas, columna y pies. Maniobras de Ortolani y Barlow. Rea-
lizar ecografía en caso de maniobras dudosas y si presenta, al menos, dos
de los tres siguientes factores de riesgo para la displasia evolutiva de cadera
(DEC):
- Sexo femenino.
- Parto de nalgas.
- Antecedente familiar de DEC.
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Atención Temprana en educación infantil
- Irritabilidad persistente.
- Trastornos de succión.
- No fija la mirada momentáneamente.
- No reacciona con los ruidos.
Lenguaje: el llanto tiene un valor comunicativo. Es importante hablar frecuen-
temente al niño.
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Aspectos médico-pediátricos
1.3.6. Inmunizaciones
Realizar según el calendario de la Asociación Española de Pediatría.
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Atención Temprana en educación infantil
Habilidad de los padres para el cuidado del niño. Valoración de la relación
padres-hijo, del apego materno-paterno-filial. Evaluación del apoyo social o
familiar a la madre y al niño.
Evidencias de buen trato o sospechas de maltrato infantil.
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Aspectos médico-pediátricos
1.4.6. Inmunizaciones
Según el calendario de la Asociación Española de Pediatría.
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos médico-pediátricos
1.5.6. Inmunizaciones
Según el calendario de la Asociación Española de Pediatría.
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos médico-pediátricos
Aspecto de los genitales. En niños, comprobar si ambos testículos permanecen
en la bolsa escrotal. Los niños con criptorquidia deben ser derivados a un ciru-
jano infantil si la situación persiste a los 6 meses de edad. En niñas, valoración
de sinequias.
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Atención Temprana en educación infantil
1.6.6. Inmunizaciones
Según el calendario de la Asociación Española de Pediatría.
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Aspectos médico-pediátricos
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos médico-pediátricos
Prensión: entrega voluntariamente algo cuando se le pide. Arrastra juguetes de
una cuerda. Lanza la pelota con una mano y el balón con las dos. Puede chutar
un balón. Realiza la pinza superior.
Lenguaje: conoce su nombre. Entiende el “no”. A los 12 meses dice tres pala-
bras (papa, mama, tata, yaya).
Desarrollo social: imita gestos. Ayuda a vestirse. Recorrerá la casa por sí solo.
Disfruta empujando sillas y objetos que hacen ruido. Se lleva a la boca el vaso
que se le ofrece. Se puede entretener solo muchos momentos.
1.7.6. Inmunizaciones
Según el calendario de la Asociación Española de Pediatría.
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Atención Temprana en educación infantil
Alimentación: diversificación de alimentación complementaria, cantidades y
frecuencia.
Problemas de conducta: con las comidas (anorexia, masticación, cuchara, come
solo), con el sueño, relación con otros niños, rabietas y angustia de separación.
Características de las deposiciones
¿Va a guardería? ¿Lo cuida alguien?
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Aspectos médico-pediátricos
1.8.6. Inmunizaciones
Según el calendario de la Asociación Española de Pediatría.
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos médico-pediátricos
1.9.6. Inmunizaciones
Depende del calendario vacunal de cada comunidad.
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Aspectos médico-pediátricos
1.10.6. Inmunizaciones
Depende del calendario vacunal de cada comunidad.
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Aspectos médico-pediátricos
1.11.6. Inmunizaciones
Depende del calendario vacunal de cada comunidad.
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Atención Temprana en educación infantil
2. ALIMENTACIÓN
El único alimento que debe tomar el RN es la leche materna (LM). Para la OMS, la
lactancia materna es la manera ideal de alimentar al RN y un proceso fisiológico con-
secuencia natural del embarazo y parto. La superioridad de la LM es incuestionable,
disminuye las infecciones digestivas y respiratorias, la probabilidad de alergias ali-
mentarias y tiene ventajas psicológicas, sociales, económicas y medioambientales.
La OMS recomienda LM exclusiva hasta los seis meses de edad y suplementando
la alimentación complementaria hasta el segundo año de vida o más. Para que la LM
se establezca debidamente, es preciso que, durante el embarazo, parto y lactancia,
las madres reciban información por parte del personal sanitario, así como el apoyo
activo de los familiares.
La decisión última de cómo alimentar al niño la debe tomar la madre en completa
libertad. Si por cualquier motivo no se da de mamar al bebé, no debe tener sentimien-
tos de culpabilidad. La alimentación del niño se realizará con fórmula artificial.
La LM debe hacerse a demanda, cuantas más veces se le ofrezca, más leche se
producirá. Se aconseja una periodicidad entre toma y toma de 2 horas y media a 4
horas. El número y frecuencia de las tomas a lo largo del día y la noche es muy varia-
ble de un lactante a otro. Si la ganancia ponderal es adecuada la lactancia es correcta,
aproximadamente 20 grs/día durante el primer trimestre.
Se debe evitar el uso de biberones, pues interfiere con la LM. El bebé debe estar
en una posición correcta para que pueda alcanzar el pecho cómodamente. Una mala
posición en la lactancia da lugar a grietas en los pezones y consecuentemente fallo
en la lactancia.
No ofrecerle un biberón después del pecho, pues a menudo tomará una cantidad
extra innecesaria, ya que tiene un reflejo de succión muy potente. Si la madre tiene
que salir unas horas, puede extraerse leche y guardarla en el frigorífico hasta 24 ho-
ras. También se puede congelar.
A los 2 meses la pausa nocturna puede ser de 6-7 horas. Algunos bebés siguen
mamando por la noche y esto es importante para mantener la lactancia y prevenir la
ingurgitación mamaria. Si la madre se incorporara al trabajo, debe extraerse la leche
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Aspectos médico-pediátricos
antes de ir a trabajar para que la persona que cuide al bebé se la dé en taza o a cucha-
raditas. Si fuera preciso, pasar a lactancia mixta, explicar la técnica de preparación
de biberones.
Un niño sano que es amamantado a demanda es capaz de regular, automáticamen-
te, la producción de leche. Cuando se produce poca leche, el niño pide comer más a
menudo. Recordar que el niño no necesita ningún otro alimento hasta los 6 meses,
siempre que su crecimiento sea el adecuado. A los 6 meses se recomienda iniciar
alimentación complementaria. El destete se realiza de forma gradual, poco a poco.
Lo ideal es poder ir añadiendo nuevos alimentos pero sin dejar de dar el pecho. Se
puede ofrecer el pecho como “postre” y mantener alguna toma.
La leche materna (LM) tiene una serie de ventajas:
De índole psicológica. Las relaciones afectivas entre la madre-hijo son mucho
más intensas, aumentando los lazos afectivos entre ambos.
Biológicas. Favorece el desarrollo del maxilar y la boca del lactante y dismi-
nuye la incidencia de cáncer de mama de la madre.
Digestivas y nutritivas. El estrés digestivo es mucho menor que con cualquier
otro tipo de alimento. La duración del tránsito gástrico es de 1,5 h para la LM,
mientras que aumenta a 3 h con leche de fórmula. Las deposiciones son blan-
das, a diferencia de las emitidas por los niños lactados artificialmente que son
duras y escasas.
La LM se adapta exactamente a las necesidades nutritivas cambiantes del lactante.
Protección anti-infecciosa y anti-alérgica. La LM ofrece protección al RN, es
una fuente rica de inmunoglobulinas sobre todo de IgA con efecto protector
en el intestino. Tiene sistemas defensivos (enzimas, lactoferrina, macrófagos,
etc.) que ayudan a que los niños amamantados padezcan menos episodios de
diarreas, otitis y alergia.
Higiénico-social. La LM es totalmente estéril y esta disponible en cualquier
lugar y momento a la temperatura adecuada. Además, la LM es gratuita.
2.1.1. Diez pasos para una lactancia materna exitosa (OMS - UNICEF).
1) Disponer de una política, por escrito, relativa a la lactancia natural.
2) Capacitar a todo el personal de salud para que pueda poner en práctica esta
política.
3) Informar a todas las embarazadas de los beneficios de la lactancia natural.
4) Ayudar a las madres a iniciar la lactancia durante la media hora siguiente al
parto.
5) Mostrar a las madres cómo se debe dar de mamar al niño.
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Atención Temprana en educación infantil
6) No dar a los recién nacidos más que la leche materna sin ningún otro alimento
o bebida, salvo cuando medie indicación médica.
7) Facilitar el alojamiento conjunto de las madres y los niños durante las 24
horas del día.
8) Fomentar la lactancia natural cada vez que el niño la pida.
9) No dar a los niños alimentados al pecho tetinas o chupetes artificiales.
10) Fomentar el establecimiento de grupos de apoyo a la lactancia natural y
procurar que las madres se pongan en contacto con ellos.
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Aspectos médico-pediátricos
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aceptando los nuevos componentes de la dieta y pueda detectarse más fácilmente qué
alimento es el causante de los eventuales problemas que puedan presentarse.
Carnes
Se introducen a partir del 6.º mes con las verduras en una cantidad 40 gr/día. Tienen
proteínas de alto valor biológico, vitaminas del complejo B y minerales, sobre todo
hierro. Se comienza habitualmente con el pollo. Posteriormente, se introducirán ternera,
cordero, conejo y cerdo. No utilizar vísceras (acumulan parásitos, hormonas y tóxicos),
además de exceso de colesterol. El jugo de carne no aporta ningún valor nutritivo.
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Aspectos médico-pediátricos
Hortalizas y verduras
Frutas
Pescado
Al igual que la carne, se compone de proteínas de alto valor biológico. Tiene áci-
dos grasos polinsaturados, importantes por su poder hipocolesteremiante. Contiene
vitaminas y es muy rico en minerales, sobre todo fósforo.
Introducir después de los 10 meses por riesgo alérgico. Empezar por el pescado
blanco, dar azul a partir de los 18 meses. El pescado congelado tiene los mismos
nutrientes que el fresco y evita infestación por anisakis.
Huevo
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Atención Temprana en educación infantil
Legumbres
Lácteos
Agua
Introducir un solo alimento nuevo cada vez para poder detectar posibles reaccio-
nes. Sin periodos de interrupción para evitar la sensibilización alérgica. Todos los
alimentos deben estar triturados, al principio finamente y cerca del año de edad con
textura más gruesa.
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Aspectos médico-pediátricos
6m 7m 8m 9m 10 m 11 m 12 m 18 m 24 m
Leche materna
Fórmula de inicio
Fórmula de continuación
Derivados lácteos
Leche de vaca
Cereales sin gluten
Cereales con gluten
Frutas
Verduras
Carne
Pescado blanco
Pescado azul
Huevo yema
Huevo clara
Legumbres
Nota: los recuadros señalados en color gris marcan el inicio y/o final de la introducción del alimento.
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Atención Temprana en educación infantil
Padezca una anomalía congénita: Síndrome de Down, errores innatos del me-
tabolismo, síndromes polimalformativos, cardiopatías congénitas.
Padezca una ictericia neonatal con bilirrubina superior a 20 mg/100ml.
Bajo peso. Su peso sea inferior a dos desviaciones estándar a su edad gestacional.
Padezca alteraciones hemorrágicas de cualquier etiología.
Haya sufrido traumatismo obstétrico, anoxia cerebral.
Sea hijo de madre alcohólica o drogadicta.
Sea hijo de madre en tratamiento por epilepsia.
Haya padecido una infección congénita perinatal: rubéola, SIDA, herpes vagi-
nal, sífilis, toxoplasmosis, citomegalovirus.
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Aspectos médico-pediátricos
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Atención Temprana en educación infantil
Estimulación escasa/pobre.
Deficiencias sensoriales.
Trastornos de relación.
Dificultades del aprendizaje escolar.
Signos de alerta
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Aspectos médico-pediátricos
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Atención Temprana en educación infantil
Interacción negativa entre la madre y el niño o la niña. No están a gusto los
dos, aunque en general es la madre la que se siente más molesta porque el niño
le parece difícil o demasiado activo.
El niño o la niña no juega con los demás niños o niñas. Se enfada o pelea con
frecuencia o todo lo contrario, es demasiado tímido y prefiere estar solo.
El niño o la niña presenta conductas extrañas: se muerde, golpea, tiene rabietas
frecuentes y exageradas.
Es un niño o una niña cruel con los demás.
Generalmente son rasgos especiales de los niños que parecen predisponer a los
padres contra ellos. El niño no suele ser el determinante de una situación de malos
tratos:
Malformaciones congénitas.
Minusvalías síquicas.
Recién nacidos de bajo peso.
Niños difíciles.
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Aspectos médico-pediátricos
4.1. Pie
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Atención Temprana en educación infantil
4.2. Caderas
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Aspectos médico-pediátricos
4.3. Rodillas
4.4.1. Escoliosis
Consisten en curvamientos laterales de la CV de 10º o más en la Rx anteroposte-
rior de la CV. Se dividen en:
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Atención Temprana en educación infantil
Funcionales. Son flexibles y desaparecen en la inclinación o con el decúbito.
Se trata más de una malposición que de una deformidad y son más frecuentes
en la edad escolar. Evolucionan normalmente hacia la desaparición espon-
tánea. También pueden ser debidas a que una extremidad sea más corta que
la otra. Se resuelven al corregir la distinta longitud de las piernas colocando
alzas.
Estructurales. Presentan habitualmente una doble curva (la patológica y la que
intenta compensar la anterior). No se modifican con los cambios posturales
y no pueden reducirse. Los cuerpos vertebrales están rotados en las curvas.
Tratamiento: siempre ortopédico y se derivará al traumatólogo.
4.4.2. Cifosis
Es una exageración de la curva dorsal fisiológica. Se dividen en:
Funcionales. Desaparecen con el decúbito. Son frecuentes en los niños en
edad escolar y se deben a la llamada «actitud cifótica»; como compensación
se produce una hiperlordosis compensatoria (actitud lordótica). El tratamiento
consiste en ejercicio para reforzar la musculatura de la CV.
Estructurales. Se pueden producir por parálisis de músculos del tronco o mio-
patías. Derivar al traumatólogo infantil.
68 © WK Educación
BLOQUE 2
ASPECTOS PSICOPEDAGÓGICOS
CAPÍTULO II.
DESARROLLO DE CAPACIDADES
EN LOS NIÑOS DE 0 A 6 AÑOS
Creemos fundamental que todos los educadores sean conscientes del proceso de
construcción del desarrollo del niño para fomentar las competencias, capacidades y
habilidades necesarias a fin de lograr un excelente proceso y reforzar o compensar
aquellos aspectos más débiles.
© WK Educación 73
Atención Temprana en educación infantil
Podemos decir, como León de Viloria (1997), que el desarrollo cognitivo “es un
proceso de cambios en los mecanismos que posibilitan el conocimiento y la adap-
tación al medio, percibir, atender, discriminar, memorizar, conceptualizar, razonar,
resolver problemas y tomar decisiones”.
Las competencias cognitivas del individuo interactúan con el ambiente para de-
terminar conductas y habilidades cognitivas. Según Gessel y Chomsky, existe una
predisposición genética que establece una serie de adquisiciones y habilidades que
se van adquiriendo regularmente. Skiner y Thorndike, consideran el desarrollo cog-
nitivo como unidades independientes de conducta que se adquieren mediante un
mecanismo ambiental. Otros como Sternbers (1984), siguiendo a Piaget, opinan que
el desarrollo cognitivo es un proceso de construcción de significado.
Actualmente se siguen estudios sobre qué es el desarrollo cognitivo y cómo ocurre
éste, pero se pone más interés en la eficacia del procesamiento de la información, en
la capacidad de codificación y representación, en la adquisición de conocimientos y
en las estrategias empleadas para ello.
En definitiva, se estudia la metacognición como la competencia y capacidad del
ser humano de conocer y controlar sus procesos cognitivos e interpretarlos al contex-
74 © WK Educación
Aspectos psicopedagógicos
Los educadores debemos comenzar por conocer las adquisiciones biológicas que
va realizando el niño y paralelamente las competencias que desarrolla en otras áreas,
como por ejemplo la motora-gruesa debida a la maduración del sistema nervioso
central, o el desarrollo de la percepción que es una capacidad cognitiva.
El desarrollo motor se inicia en la vida prenatal pero entre los 0 y 6 años la acti-
vidad madurativa alcanza sus máximos. Las destrezas y habilidades del desarrollo
motor se pueden agrupar en habilidades locomotoras y no locomotoras y habilidades
manipulativas.
Por ello, es singularmente significativo que el educador conciba esta área como
base para la educación de la inteligencia y la personalidad.
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Atención Temprana en educación infantil
Cada sentido exige una estimulación mínima a partir de la cual actúa y un umbral
máximo a partir del cual provoca la ruptura entre estímulo y sujeto que lo percibe.
La educción sensorial implica no sólo el conocimiento de los órganos de los sentidos
y sus funciones sino, fundamentalmente, comprobar que a través de ellos es posible
conocerse y percibir lo que nos rodea discriminando y distinguiendo las propiedades
básicas de los objetos. Para afianzar esas discriminaciones se debe facilitar al niño un
gran número de experiencias directas que le permitan ejercitar la percepción a través
de cada uno de los sentidos.
Por tanto en este desarrollo se tienen en cuenta al menos dos aspectos: la sensa-
ción y la percepción.
La sensación es la forma primera y más sencilla de vida mental. En toda sensación
hay un componente físico (el estímulo) un componente fisiológico (receptor, órgano
sensible y neurona) y un componente psicológico (toma de conciencia del hecho). Se
producen a través de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) y son el punto de
partida del conocimiento. La mente las compara y asocia con experiencias sensoria-
les pasadas, las interpreta y les da un significado para pasar a ser una percepción.
La percepción tiene tres fases: sensación, discriminación e identificación de im-
presiones sensibles, y unificación de impresiones actuales con experiencias pasadas.
Un fallo en cualquiera de ellas dará lugar a percepciones incorrectas, por lo que la
Educación Sensorial debe asegurar el conocimiento del estímulo desarrollando y
educando los sentidos para conocer el cuerpo, diferenciar sus partes y establecer
relaciones con los objetos.
El proceso de percepción del niño se desarrolla paulatinamente. Partiendo del
momento de la escolarización voluntaria podemos observar:
Con 3 años identifica visualmente un objeto, distinguiendo su forma, tamaño y
color. Le sirven de marco comparativo para clasificar otros nuevos que vaya co-
nociendo. Realiza operaciones prelógicas de semejanza, pertenencia, igualdad,
concepto o grupo de cosas, diferencias, orden, espacio y verbalización.
A los 4 años se afianza en el dominio de estas tareas y consolida su conoci-
miento y aplicación de las propiedades perceptibles de los objetos (color, for-
ma, tamaño, textura, grosor). Al establecer estas relaciones entre los objetos, le
facilita la cuantificación tanto indefinida (muchos, pocos, algunos, ninguno...)
como numérica.
Con 5 años utiliza las operaciones anteriores con mayor soltura, sujeto al ma-
tiz perceptivo; es incapaz de aislar e independizar los aspectos perceptivos de
los lógicos o mentales. El desarrollo y perfección de la percepción espacial y
temporal le facilitarán la capacidad de ordenar objetos y acontecimientos.
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Aspectos psicopedagógicos
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Atención Temprana en educación infantil
Estos tres elementos van a definir el “yo”, que es el núcleo del área afectiva. Por
tanto, define León de Viloria que “el desarrollo afectivo es un proceso de cambios que
definen el sistema del yo, esto es, la interacción entre el autoconcepto y la autoestima
78 © WK Educación
Aspectos psicopedagógicos
Una vez que hemos visto sucintamente el desarrollo de las capacidades del niño,
vamos a pasar a analizar cómo debe comprometerse la educación en el desarrollo de
estas competencias y capacidades. Para hablar de competencias en el caso de los ni-
ños, la Convención de los Derechos de los niños de 2003, nos alerta de que aquellos
que viven en ambientes y culturas diferentes y que, por consiguiente, se enfrentan
con vivencias diversas, adquieren competencias a distintas edades y su adquisición
varía en función de las circunstancias. Las teorías convencionales sobre el desarrollo
infantil, son tenidas en cuenta, basándose en cinco hipótesis clave:
1) El desarrollo infantil es un proceso universal.
2) La adultez tiene estatus normativo.
3) Los objetivos de desarrollo son universales.
4) La desviación de la norma representa un peligro para el niño.
© WK Educación 79
Atención Temprana en educación infantil
Y esto último es lo que preocupa hoy día porque estas hipótesis no recogen, en la
medida que corresponde, las diferencias de contexto social de los niños, ya que es
un hecho probado que los niños no adquieren competencias sencillamente a conse-
cuencia de la edad, sino más bien mediante la experiencia, la cultura, el apoyo de sus
padres y las expectativas que éstos tienen sobre sus hijos.
Competencia
Competer: incumbir, pertenecer (derivan competencia, competente, apto, ade-
cuado).
Competir: rivalizar, competitividad.
En inglés, skill, se debe traducir por habilidades y destrezas, capacidades, ta-
lentos, saberes, conocimientos prácticos.
En francés, competences, son las características que hacen que una persona
obtenga unos niveles superiores a los normales en una tarea.
80 © WK Educación
Aspectos psicopedagógicos
Hay muchas clasificaciones de competencias, pero siguiendo las del proyecto Tun-
ning, podemos agruparlas en competencias específicas y competencias genéricas.
Las competencias específicas están más centradas en el “saber”. En nuestro caso,
¿qué deben saber los niños? Según el informe Delors, los niños deben:
Aprender a conocer.
Aprender a hacer.
Aprender a vivir juntos.
Aprender a vivir con los demás.
Las genéricas se sitúan en “el saber estar y saber ser”. Constituyen una dimensión
de la formación de la persona que se ha ido desarrollando o conformando en diferen-
tes ámbitos (familia, escuela, actividades de tiempo libre).
Capacidad
Es el término general que indica poder de realizar un acto físico o mental. El tér-
mino designa la cualidad, competencia, habilidad, etc. que posee una persona para
realizar determinadas tareas o actividades: lingüística, motriz, etc. En este sentido es
sinónimo de habilidad y aptitud.
La diferencia a veces estriba en que mientras el termino capacidad se usa para
designar lo potencial o innato de la persona, el de habilidad se utiliza cuando la posi-
bilidad de ejecutar una acción deriva de un aprendizaje o entrenamiento previo.
Habilidades y destrezas. Son características perceptivas, motoras, manuales,
intelectuales y sociales que incluyen: conocimiento, saber hacer, actitudes y
comportamientos.
Conocimientos. Destrezas. Valores, virtudes. Indican responsabilidad y efi-
ciencia.
Cualidades personales. Se vinculan al dominio emotivo-ético.
Tipos de capacidades
Como hemos dicho, las capacidades indican una competencia o habilidad que el
individuo posee y que debe desarrollar. Hay diferentes disciplinas que contribuyen a
mejorar nuestra comprensión de cómo adquieren las capacidades los niños, entre ella,
la antropología, que nos ayuda a conocer las diferencias transculturales en la concep-
ción de los niños, el derecho internacional, la psicología evolutiva, la pedagogía, etc.
En nuestro campo educativo, las teorías de la psicología evolutiva han seguido
su marcha, dejando atrás los modelos prescriptivos tradicionales y adoptando una
concepción que se concentra más en el aspecto cultural, social y contextual de cómo
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crecen los niños. Sin embargo, estas nuevas ideas aún no han calado en todos los edu-
cadores y psicólogos en la medida de lo necesario como para influir en las políticas
educativas y en las prácticas que repercuten en la vida del niño y se sigue la marcada
influencia de suposiciones demasiado prescriptivas respecto al desarrollo del niño.
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Aspectos psicopedagógicos
Conceptos. Desarrollo de unos procesos de asociación, clasificación generali-
zación, discriminación.
Imaginación. Imagen cerebral de lo que no existe, modo de expresar lo vivido
y experimentado.
Además de estas habilidades generales debemos distinguir las habilidades cognitivas
típicamente escolares, que son aquellas que se relacionan con los aprendizajes escolares.
En primer lugar debemos advertir que hay que tener en cuenta el nivel de posibilidades
del niño, su etapa de evolución, sus experiencias previas y su madurez intelectual.
El aprendizaje se construye desde el nacimiento porque el bebé, al nacer, llega a un
mundo desconocido en un estado de extrema indefensión y dependencia. Deberá co-
nocer dicho mundo para apropiarse de él poco a poco, aprehenderlo y así sobrevivir.
Los diferentes modelos, cognitivos, conductistas y ecológicos, nos van a dar una
idea de cómo aprende el alumno, sin embargo, no podemos profundizar en ello y
ahora sólo nos fijamos en los factores que ejercen mayor influencia en esta tarea a
realizar por el alumno.
Factores de aprendizaje
En primer lugar señalamos la habilidad para aprender. Habilidad significa capa-
cidad para aprender (como potencial de aprendizaje, no como destreza del logro).
Witehe (1965), distingue entre habilidades de asociación (recogida inicial de los da-
tos y primer agrupamiento), y habilidades de elaboración cognitiva (procesamiento
posterior y transformación de la información).
Cook y Mayer (1983) identifican cuatro componentes de esta habilidad en el
aprendizaje (selección, adquisición, construcción e integración). Por otra parte,
Winn y Marx (1983) han estudiado la forma en que los estudiantes operan con tres
estrategias cognitivas:
Orientarse (se refiere al manejo de la atención).
Operar mentalmente (se refiere al proceso de comparación).
Consolidar (se refiere al almacenamiento y recuperación de la información).
De todo ello podemos deducir que hay diversos niveles de habilidad:
Habilidades de tipo estructural básico (la percepción, memoria y atención).
Habilidades de tipo operacional cognitivo (esquemas, conexiones...).
Todas estas habilidades no las posee el alumno cuando entra a la escuela, por
tanto se debe trabajar sobre ellas. Tales habilidades se aprenden y se perfeccionan a
través de estrategias y estas estrategias acaban afectando el proceso de codificación
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Aspectos psicopedagógicos
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El sentido del oído adquiere gran importancia por su relación con el lenguaje. En
el sentido del oído se encuentran la audición, el equilibrio y la orientación. El trabajo
pedagógico consistirá en hacer distinguir sonidos y ruidos, diferenciar sonidos musi-
cales, evitar ruidos, aprender a escuchar el silencio, calcular distancias.
El sentido del tacto reside en la sensibilidad de la piel, las mucosas y las arti-
culaciones y ligamentos del aparato locomotor. Todo este conjunto de sensibilidad
constituye la sensibilidad somatovisual, térmica, profunda, dolorosa. El concepto
principal que se debe trabajar es que el sentido del tacto permite conocer las caracte-
rísticas “visibles “de los objetos salvo el color y brillo.
2.3.1. La creatividad
El niño debe manifestarse como es, pues la importancia en toda expresión es co-
municar las experiencias que se tienen dentro. Para representar aquello que vive, el
niño “CREA”. El artista necesita sentirse inspirado y esta inspiración le viene dada
por algún impulso interno o externo que desencadena en él el arte. El impulso no
es más que una motivación, que le puede sobrevenir por cualquier acontecimiento,
experiencia o por el mismo educador, que le da oportunidad de ponerse en contacto
con la naturaleza, observar e interiorizar sus propias experiencias y organizarlas para
plasmarlas.
La capacidad que el niño tiene para crear es inmensa, sin embargo se puede po-
tenciar desarrollando su imaginación y es capaz de imaginar cosas nuevas cuando
observa. Esta observación en un primer momento es global, luego va analizando
cada imagen, forma, color, hasta llegar a una síntesis de expresión.
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Aspectos psicopedagógicos
La audacia: por este atributo el niño es capaz de explorar el medio valiéndose
de su curiosidad.
La flexibilidad: capacidad de adaptarse a situaciones nuevas y desarrollar con-
ductas nuevas.
El niño es flexible por naturaleza y normalmente salta de una cosa a otra, esto
en cierto modo es positivo, pues así tendrá una gran cantidad de experiencias. Dice
Piaget que el niño que es capaz de acomodarse a una gran variedad de actividades y
situaciones obrará con mayor flexibilidad en la vida adulta.
2.3.2. La independencia
Supone un grado de madurez y es característica de la persona creativa. El niño ne-
cesita ser alentado, motivado, pero nunca dirigido, para alcanzar su independencia.
Él debe explorar el medio y éste le interesará tanto más cuanto más libremente lo
explore. Así, indagará con alegría, combinará objetos, experimentará nuevas figuras,
intentará nuevas aptitudes motrices, y todo ello a través del juego, porque para el
niño, jugar es una forma de pensar y actuar.
2.3.3. La originalidad
Ésta constituye la base misma de la creatividad. Para el niño originalidad significa
probar cosas nuevas, descubrirlas, puesto que no inventa nada que no existiera antes.
En el proceso creativo, este buscar supone estar siempre en proceso (proceso de ga-
rabateo, pintar, acomodarse a formas y colores), y no se tiene en cuenta el resultado
como en general se cree. Estar “en proceso” supone estar construyendo y renovando
continuamente, y ahí está la esencia de la originalidad.
Las habilidades que podemos desarrollar con esta área serían, entre otras:
El desarrollo de la sensibilidad ante la belleza. La observación y la percepción
con un enfoque estético cada vez más definido permitirá a los alumnos pene-
trar en la apreciación de las obras de arte. El profesor debe dar oportunidad de
observar la belleza en la naturaleza y en las obras de arte.
El desarrollo de la creatividad, es decir, el desarrollo de la capacidad de inicia-
tiva para resolver aquello que quieren expresar.
El desarrollo del sentimiento de asombro. Este sentimiento viene a ser el pla-
cer que el niño experimenta al saber que el gesto gráfico se plasma en una
imagen bella.
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Debemos acudir a diversos autores, como los ya citados y otros que estudian la
educación emocional, como son Álvarez (2001), Bisquerra (2000), Salvador (2000),
Vallés Arándiga (1999), de cuyas reflexiones se llega a acuñar el termino de compe-
tencia emocional, para entender por esta competencia un conjunto de conocimientos,
capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular
de forma apropiada los fenómenos emocionales.
Estas competencias, según Bisquerra (2000), se pueden agrupar de la siguiente
manera:
Competencia emocional o capacidad para tomar conciencia de las propias
emociones y las de los otros y captar el clima emocional de un contexto deter-
minado. Esto implica el desarrollo de habilidades de percibir los propios sen-
timientos, identificarlos y etiquetarlos, habilidades de dar nombre a las propias
emociones, habilidades para empatizar...
Competencia de autonomía personal: incluye una serie de habilidades como
son la autoestima, actitud positiva ante la vida, responsabilidad, capacidad
para analizar críticamente las normas sociales, saber buscar ayuda y recursos,
la autoeficacia emocional.
Competencia de inteligencia interpersonal: supone habilidad para mantener
buenas relaciones con otras personas; esto implica todas las habilidades so-
ciales, las comunicativo-afectivas, las pro-sociales, la asertividad, que supone
mantener un comportamiento equilibrado entre la agresividad y la pasividad.
Competencias para la vida y bienestar, que implica habilidades como la identi-
ficación de problemas, fijar objetivos adaptativos, solucionar conflictos, etc.
¿Cómo educar en estas competencias, capacidades, habilidades? Podemos decir
que la educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente que
pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento
esencial del desarrollo integral de la persona con objeto de capacitarle para la vida y
que tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social.
En definitiva, la educación emocional es una “educación para la vida”, axioma
que ya se venía tratando en todos los movimientos de renovación pedagógica desde
principios de siglo XX, con autores como Pestalozzi, Froebel, Montessori, etc.
Los objetivos de la Educación emocional se pueden resumir en:
Adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones.
Identificar las emociones de los demás.
Desarrollar la habilidad para regular las propias emociones.
Prevenir los efectos nocivos de la emoción negativa.
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Aspectos psicopedagógicos
El desarrollo del lenguaje del niño lleva implícita una serie de destrezas, conoci-
mientos, pasos y adquisiciones que debemos considerar en el momento de propor-
cionar ayuda a los niños en su desarrollo normal y a los que presentan algún factor
de riesgo.
La Atención Temprana pretende en esta área facilitar aquellos canales que ayuden
en el uso, la forma y la comprensión del lenguaje. En el desarrollo del lenguaje del
niño tienen un papel preliminar la familia, más tarde la escuela y en el caso de difi-
cultades lingüísticas, el especialista o logopeda.
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La familia tendrá un papel muy importante, pero también la comunidad, que debe-
rá aceptar a cada una de las personas como miembros de la misma con sus derechos
y obligaciones. El niño aprenderá a moverse en entornos conocidos utilizando los
servicios comunitarios propios y públicos, sorteando las barreras que dificultan su
accesibilidad, manifestando sus derechos para compartir.
a) Habilidades en la vida diaria del hogar. Estas habilidades están asociadas a las
conductas en el hogar, el barrio, la sociedad, la relación con los adultos y con
los iguales. Implican sentirse miembros de la familia que participa en sus vi-
vencias, alegrías, emociones, trabajos y tareas domésticas, utilización y orden
en el hogar, reconocimiento de sus pertenencias y respeto por los demás.
b) Habilidades para la utilización del ocio. Hacen referencia al desarrollo de
intereses variados de entretenimiento y juego. Incluyen habilidades relacio-
nadas con seguir los intereses propios y disfrutar de las posibilidades de ocio
en el hogar y en la comunidad. Suponen que el niño aprende a participar en
actividades compartidas de juego y disfrutar cuando las realiza. Indican rela-
cionarse con los niños de su edad y con el entorno.
c) Habilidades para el trabajo. Suponen mostrar habilidades para relacionarse
con las tareas, los horarios, saber buscar ayuda, mejorar destrezas, interactuar
con los compañeros…
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riesgos y accidentes en los espacios del hogar y fuera de él, saber conocer las conse-
cuencias del riesgo y evitar los peligros, así como denunciar el maltrato.
Habilidades para relacionarse con adultos. Valores, actitudes, normas y estilos
familiares
El niño se desarrolla en un ambiente social, por tanto el proceso de interacción
con la sociedad y con el adulto, desde la satisfacción de las necesidades biológicas,
va a influir sobre todas las competencias a nivel cognitivo, lingüístico, social y emo-
cional.
Los trabajos de investigación realizados en esta área de la interacción social han
estudiado cómo esta dimensión social influye en los procesos evolutivos de todos
los niños y sobre todo en aquellos con riesgo biológico y social (Beckwsth, 1990;
Minuchin, 1985).
A la luz de estos estudios y otros similares (Tompson, 2000; Osofisky, 2001),
podemos resumir que en las relaciones cuidador-niño es necesario potenciar las fi-
guras paterna/materna y la situación social en que se desarrollan estas relaciones en
la familia.
Valores y estilos familiares
En esta relación con los adultos se dan las normas y valores de carácter general,
que son aprendidos durante la infancia y tienden a permanecer toda la vida; además
sirven como modelo y sistema organizado en la orientación y motivación de la ac-
ción a nivel general.
Las relaciones familiares juegan un papel fundamental en la manera como se de-
sarrollan las actitudes y valores y también los contravalores, como el egoísmo, el
rencor o la violencia, que constituyen un riesgo para la educación del niño. Por tanto,
el estilo familiar va a condicionar el sistema de valores, creencias y conocimientos
que tenderán a desarrollar unas actitudes y que van a regular la conducta.
Estos procesos de identificación y asimilación de las actitudes y valores familiares
se ven potenciados por la proximidad, el afecto, la comunicación y cooperación en
el contexto familiar, que supone un marco para el aprendizaje de valores y actitudes,
el modo de ser personal, el saber hacer, la capacidad y el compromiso de la acción
eficaz.
Las actitudes son predisposiciones aprendidas, relativamente estables, de valorar
la realidad y actuar sobre ella. Incluyen procesos cognitivos y afectivos y tienen una
gran importancia en el desarrollo de la personalidad.
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Aspectos psicopedagógicos
Estas últimas son las que han de modificar sus estructuras, adaptándose a las ne-
cesidades y exigencias de sus miembros, al entorno y a los nuevos tiempos. Por
ejemplo, el avance de “la cultura urbana” ha hecho profundas transformaciones en la
familia dificultando el clima familiar estable.
Algunos valores dejan de estar vigentes y se aceptan otros nuevos acuerdos con
factores cambiantes, como son:
Los estilos educativos familiares son diversos. Pérez (1996) establece tipologías
como:
Padres comprometidos con el logro. La educación para éstos es como una in-
versión: los padres apoyan y ayudan a sus hijos en términos de inversión bus-
cando el logro académico. Esto tiene sus desventajas cuando las expectativas
paternas no se corresponden con los logros alcanzados por los hijos.
Padres permisivos. La educación postmoderna implica la libertad ante todo, la
ausencia de normas, el bajo nivel de exigencia, la permisividad… Esto tiene
como consecuencia educativa negativa la falta de autoridad, la dificultad en la
socialización como incorporación de normas.
Padres comprometidos con la educación integral de sus hijos. En este caso los
niños se desarrollan en un clima de comunicación afectiva, apacible, cálida
y con apoyos de todos los tipos. La comprensión hace avanzar a los niños y
permite una comunicación padres-hijos muy favorables. Este estilo produce
un marco idóneo para el aprendizaje de valores y actitudes.
Padres invisibles. Son aquellos que hacen dejación de funciones, es decir,
aquellas familias que no se implican afectivamente en la educación de sus hi-
jos y al mismo tiempo crean situaciones de poder con respecto a sus hijos por
el mero hecho de ser padres.
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Habilidades para relacionarse con los iguales, hacerse amigos. Reforzar una
imagen positiva de sí mismos
El conocimiento de los otros se realiza por mera comparación. Se va pasando de
lo concreto a lo abstracto, es decir, de lo físico a lo psicológico hasta conseguir de-
sarrollar la capacidad de ponerse en la perspectiva del otro.
En esta relación del niño con el entorno se dan una serie de comportamientos:
movimientos, miradas, balbuceos y, más tarde, palabras, caricias. Por tanto, enten-
demos que las habilidades sociales son las formas de comportamiento cuando nos
relacionamos con otras personas, es decir, son conductas que nos permiten actuar de
manera eficaz y satisfactoria en diversas situaciones sociales.
Estas habilidades no son innatas. Se aprenden, por eso es el educador quien se
ocupa de desarrollarlas. La importancia de desarrollar dichas habilidades radica, en-
tre otras cosas, en que la persona, en este caso el niño, tendrá mayor seguridad, au-
mentará su autoestima y la de aquellos que le rodean, controlará su propia conducta,
se sentirá más querido y valorado, más feliz y, por último, le ayudará a obtener mejor
rendimiento escolar.
En primer lugar el sujeto debe formar una imagen positiva de sí mismo, tener con-
ciencia de sí, a esto le llamamos autoconcepto. Esto supone un proceso progresivo
de separación de la simbiosis inicial en que el bebé se encuentra con respecto a la
madre o quien le atiende. Reconoce que hay “otro” en función de que sus necesida-
des biológicas estén atendidas, como la fuente de alimento o pecho de la madre, la
fuente de voz o voces conocidas. Posteriormente, existe una atracción por los objetos
que percibe por medio de los sentidos y rechaza o anhela dichos objetos arrojándolos
o asiéndolos.
A partir de los 8 o 9 meses se ven signos de autoconocimiento pues los bebés
muestran interés por su propia imagen. A los 15 meses se reconocen en una foto o
película y a los dos años comienzan los sentimientos de competencia y frustración
cuando consigue o no algo para sí. En este momento se da una conquista del “yo”
con la aparición de oposiciones o rabietas, en las que el yo se conquista al mismo
tiempo que se opone.
Es decir, el autoconcepto supone una dimensión cognitiva y descriptiva del yo:
cómo soy yo, a quién pertenezco, y esto tiene una proyección concreta en la conduc-
ta del sujeto.
Implica también el conocimiento de la propia imagen corporal: autoidentidad.
Una adquisición del yo (yo, mío, tuyo) y una conciencia del yo que tiene unas sen-
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La subjetividad y las metas propuestas van cambiando con la edad y las circuns-
tancias; los contenidos son en principio un todo global y luego se van diferenciando,
y a raíz de estas tres características se van adquiriendo unas conductas positivas o
negativas.
Estos contenidos con múltiples facetas o dimensiones tienen que ver con:
Su aspecto físico y destrezas y habilidades corporales.
La valoración que los adultos y compañeros hagan de él: “eres gordo”, “eres
pelirrojo”.
La valoración de su conocimiento: “eres listo”, “eres torpe”.
Todos estos contenidos y facetas, además de ser cambiantes, se relativizan con
la edad y en función de la importancia que cada persona les dé en un determinado
momento de su vida. En lo que se está de acuerdo es en que hasta los 8 años, que es
cuando se establece la comparación con los demás, no existe una visión realista de
uno mismo.
Según el estudio de Coopersmith, son factores determinantes de la autoestima:
1) El estilo de educación familiar (que cronológicamente es el factor que inter-
viene primero en la autoestima.), al que ya hemos hecho referencia. Este fac-
tor nos va a demostrar cómo la familia va a ser responsable de la autoestima
del niño según su estilo (democrático o no); el nivel de afecto y comunica-
ción; las reglas (permisivas, flexibles o autoritarias e indiferentes).
2) La relación con los iguales. Las relaciones con sus compañeros/as son más
significativas que la propia familia, y a partir de los 8 años las relaciones de
amistad tienen una gran influencia.
3) La relación con los profesores/as, que son el principal punto de referencia
durante mucho tiempo al día. El afecto que el profesor/a le muestra al niño,
sus palabras, su confianza, son un hito importantísimo en el desarrollo de la
autoestima.
4) Las personas más significativas para él (una tía, cuidadora, abuela/o) por-
que inciden en el afecto del niño, que necesita de los mayores y de su apro-
bación.
Otros factores que inciden en la autoestima son la inteligencia, la creatividad, la
expresividad, el bienestar, la adaptación personal.
Para el desarrollo de la capacidad de inserción social del niño de educación in-
fantil, es necesario programar una serie de estrategias o habilidades básicas. Según
Monjas (1993), estas estrategias están relacionadas con seis áreas:
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BLOQUE 3
ASPECTOS DIDÁCTICOS
CAPÍTULO III.
ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
EN LA ATENCIÓN TEMPRANA
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Sobre esto hay posturas a favor y en contra. Las primeras alegan que cuanto antes
se proporcione al niño una serie de estímulos, antes se verá reforzada su actitud ante
el aprendizaje. Otros opinan que el aprendizaje es sólo fruto de la madurez y que sin
ella los estímulos son vanos.
Los que están a favor de la intervención temprana piensan que los primeros años
de vida son determinantes para el desarrollo posterior (Cohen, 1983; Domman, 1978).
Los que opinan en contra de la intervención temprana argumentan que el ambiente
puede influir en el ritmo del aprendizaje pero no sobre la propia adquisición, pues no
existen métodos exactos para evaluar el proceso de aprendizaje del recién nacido.
Actualmente, especialistas de todas las ramas del saber nos dan su opinión sobre si
es posible y conveniente intervenir tempranamente en el aprendizaje de un niño. Gene-
tistas, como Jacquard (1978), o neurólogos, como Changeux (1977), nos insisten en la
idea de que la maduración de la corteza cerebral tiene un proceso muy largo y la edu-
cación incide en él. Lingüistas, como Söderbergh (1977), afirman que no hay nada en
el proceso cerebral del niño que le impida leer si ha alcanzado la madurez para hablar.
Educadores, como Doman, han creado un método que ayuda a los niños a desarrollar
al máximo sus capacidades en el momento actual; autores como Mulas, Hernández,
Benavides, Palencia, y otros (2004), destacan la importancia que los factores físicos y
neurológicos y su incidencia en el proceso de aprendizaje. En general todas estas opi-
niones, fruto de la investigación, nos hacen ver a los educadores que la evolución del
cerebro es vertiginosa en los primeros años de vida y esto significa que es un periodo
donde los aprendizajes tendrán un mayor impacto. Nos insisten en que la estimulación
externa influye en el desarrollo cerebral y por tanto, en el aprendizaje.
Desde el punto de vista físico, en un desarrollo normal, se sabe que el niño he-
redará factores de sus progenitores, pero la herencia no determina totalmente sus
posibilidades, y será la educación quien asuma el reto de mejorar la herencia y los
factores internos.
Por otro lado, también la educación ayudará a mejorar el ambiente, la familia, la
alimentación, etc. Si el desarrollo de este niño ofrece problemas, la escuela será un
agente decisivo para esa mejora en todos los factores.
La educación no puede influir en el código genético pero sí en la aportación de
estímulos sensoriales, mayores y mejores. Para ello, es necesario que el profesional
conozca el importante papel del sistema nervioso central, la importancia de su patri-
monio neuronal, la maduración del propio sistema nervioso, la función del cerebro
en cada una de sus divisiones con el fin de estimular todos los órganos sensoriales.
El educador debe aplicar en cada momento el estímulo que, por una parte, pueda
comprender y asumir el niño, y por otra, el estímulo que sea más útil.
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La capacidad de inserción social es el proceso por el cual el hombre, por medio del
sistema nervioso, recibe información del medio exterior, la interpreta y reacciona de
manera apropiada entrando así en “relaciones humanas” con el mundo.
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El autoconcepto supone una dimensión cognitiva y descriptiva del yo: cómo soy
yo, a quién pertenezco; esto tiene una proyección concreta en la conducta del suje-
to. Implica también el conocimiento de la propia imagen corpora: autoidentidad.
Diferentes estudios desde los años 60 a los 90, entre los que podemos citar a Mulas
(2004), Gimeno Sacristán (1976-78), Aranda (1996), relacionan el autoconcepto con
el rendimiento. Estos autores afirman que los sujetos que tienen un autoconcepto
positivo rinden mejor en las tareas escolares y a su vez se da la respuesta en sentido
inverso: un buen rendimiento hace que se tenga una mejor imagen.
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
nos relacionamos con otras personas, es decir, son conductas que nos permiten ac-
tuar de manera eficaz y satisfactoria en diversas situaciones sociales.
Estas habilidades no son innatas, se aprenden, por eso es el educador quien se ocu-
pa de desarrollarlas. La importancia de desarrollar dichas habilidades radica, entre
otras ventajas, en que la persona, en este caso el niño, tendrá mayor seguridad, au-
mentará su autoestima y la de aquellos que le rodean, controlará su propia conducta,
se sentirá más querido y valorado, más feliz y por último le ayudará a obtener mejor
rendimiento escolar.
Las otras variables que se relacionan con el binomio autoestima-aprendizaje son
la familia, la escuela y el clima de aula.
Los programas de intervención con los padres pueden ser variados, según el
grupo donde se dé el proceso de aprendizaje, sin embargo damos unas sencillas
pautas para que los profesores sepan hacer intervenir a los padres en el proceso de
aprendizaje temprano desde su entorno natural y lo antes posible.
Entre los programas que se pueden desarrollar en la escuela están los de acogida,
seguimiento, grupales, padre a padre, seguimiento individual y seguimientos fami-
liares (Perpiñan, 2004; Llenares, Von Schmiterlöw y Rodríguez Fernández, 2004).
La intervención que el profesor lleva a cabo con las familias debe tener como fi-
nalidad ayudar a los padres en la reflexión y adaptación a la nueva situación de tener
un nuevo hijo y mucho más si éste tiene alguna discapacidad.
La atención individual a las familias facilita el atender no sólo a los aspectos rela-
cionados con el niño sino aquellas demandas familiares que no siempre son fáciles
de manifestar, relacionadas con la pareja, los vínculos afectivos, etc.
Las estrategias de intervención deben estar dirigidas básicamente a:
1) Definir un modelo de relación. Esto supone: construir un sistema de atribucio-
nes compartidas entre la familia y el profesorado; sistematizar la intervención
por medio de contactos periódicos y colaborar en la toma de decisiones.
2) Incidir en lo positivo. Partir de los logros. Reforzar las conductas que fa-
vorecen el desarrollo del niño. Rescatar los aspectos positivos del entorno
familiar. Fomentar actitudes de disponibilidad, corresponsabilidad, autocom-
petencia en los cuidados habituales del niño.
3) Favorecer la información bidireccional. Por ejemplo, orientarles en las ayu-
das sociales existentes, como las atenciones específicas en los centros de De-
sarrollo Infantil de Atención Temprana (CDIAT).
4) Evaluar continuamente el proceso de relación e intervención.
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Aspectos didácticos
5) En el caso de las familias que tienen hijos con problemas o riesgo de padecerlos
tendremos en cuenta las características individuales, culturales, forma de vida,
valores y creencias, de cada uno de sus miembros porque estas características
van a ser determinantes en el ámbito de la actuación e intervención (Gath y
Gumley, 1986; Dunst, Trivette y Jodry, 1997; Linares y Rodríguez Fernández,
2004).
Todo lo dicho anteriormente sirve para trabajar con estos niños, sin embargo, es
necesario hacer una valoración de necesidades específicas para poder hacer un trata-
miento educativo adecuado a cada una de ellas.
Niños con retraso mental y niños con Síndrome de Down
La estimulación temprana ha demostrado ser el método más adecuado de tra-
tamiento para acelerar el desarrollo de los niños con retraso mental y disminuir el
retraso respecto al desarrollo normal.
Los niños con retraso mental y niños con Síndrome de Down, presentan necesi-
dades educativas tales como: ritmo lento, fatiga rápida de la atención, ausencia de
interés, falta de curiosidad, falta de memoria, falta de organización, falta de crea-
tividad, dificultad para adaptarse a problemas nuevos. Esto supondrá dificultad en
las áreas de aprendizaje especialmente en la comunicación, la lecto-escritura, las
matemáticas y sobre todo las habilidades de socialización y adquisición de hábitos
básicos (Candel, 2004).
Para estos niños, destacamos tres principios de intervención educativa:
Tomar como referente para el proceso de intervención el nivel de desarrollo
concreto del alumno. Este principio implica la identificación y valoración de
las necesidades educativas del alumno con retraso mental.
Significatividad y funcionalidad de los aprendizajes. Un conocimiento es fun-
cional cuando se ha aprendido de manera significativa, y se es capaz de acti-
varlo en las circunstancias que los exijan.
Aprendizaje autónomo. Debe partir de que el alumno es capaz de hacer y
aprender por sí mismo.
Cualquier programa educativo que pongamos en marcha va a estar condicionado
por las características evolutivas de la deficiencia mental:
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Atención Temprana en educación infantil
Físicas: equilibrio escaso, locomoción deficitaria, dificultades en coordinación
compleja...
Personales: ansiedad, bajo autocontrol, menor control interno...
Sociales: retraso evolutivo en el juego, ocio y rol sexual, déficit en la organi-
zación, déficit lingüístico...
Por tanto, a nivel didáctico, lo que podemos plantear desde edades tempranas será
el desarrollo de programas de conductas sociales, habilidades y hábitos de autonomía
personal, habilidades de interacción social y de comunicación, habilidades percep-
tivo motrices, funciones cognitivas básicas, desarrollo del aprendizajes básicos etc.,
teniendo en cuenta una educación individual y la integración en aulas ordinarias, o
en centros específicos cuando sea necesario.
Niños ciegos o de baja visión
Lowenfeld señala que la ceguera impone tres limitaciones básicas:
En la cantidad y la variedad de experiencias que la persona puede realizar.
En la capacidad de conocer el espacio que le rodea y moverse libremente.
En el control del mundo que le rodea y en las relaciones que establece el “Yo”
del niño ciego con este entorno.
Para los bebés ciegos es sumamente importante, por ejemplo, mientras están en la
cuna, oír los pasos de su madre, su voz, percibir la sensación de su cuerpo cuando su
madre lo coge en brazos y le habla, la calidez, la presión, el afecto, todo ello configu-
ra una experiencia para él. De otra manera, el niño no podría reconocerla. Por tanto,
parece que para el resto de las percepciones necesitan ayuda auditiva (Leonhart y
Catavella López, 2002).
El tratamiento educativo será el mismo pero intensificando en aquellos programas
que le sirvan para el desarrollo de la movilidad: el eje de la estimulación temprana
en el niño con daño visual, es su motricidad…
En los primeros cuatro o cinco meses, el lactante con daño visual ha de ser
“movido” con mucha frecuencia y debe sentir los movimientos de la madre. El
contacto corporal como compensación por el contacto visual ocupa un impor-
tante lugar en la relación madre-hijo. Son totalmente necesarios los estímulos
externos para posibilitar el desarrollo de una actividad motora coherente. En caso
contrario, se suelen crear movimientos estereotipados. Frecuentemente aparece
o existe un retraso en el control de la cabeza, ya que se puede oír perfectamente
sin levantar la cabeza. La solución entonces es una fuerte estimulación mediante
juguetes sonoros.
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
Los que van a intervenir más tempranamente en la tarea de aprovechar los restos
auditivos y la producción fonológica van a ser los de su entorno familiar que tiene
un papel muy importante, ya que son ellos los que pasan mayor parte del tiempo con
el niño, además, intervienen otros profesionales como el médico, audioprotesista,
logopedas, etc.
Descubrimiento del sonido y desarrollo de la atención y discriminación audi-
tiva, así como el desarrollo de estructuras fonologías, semánticas y sintácticas
básicas.
Pronunciación. Es fundamental que, antes de los seis años, lo que diga el niño
sordo resulte inteligible para cualquier otra persona.
Refuerzo de los conocimientos adquiridos y ampliación de algunos aspectos
más complejos como el caso de las estructuras del lenguaje escrito o lenguaje
signado.
Cada distorsión del desarrollo estado motor, con independencia del origen del
daño, trae consigo la alteración de factores en el desarrollo global del lactante y el
niño de primera infancia.
Los objetivos de la estimulación temprana para estos niños serán entre otros:
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
Programas en español:
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Aspectos didácticos
Picq y Pierre Vayer. Provienen del campo de la Educación física. Introducen la
psicomotricidad en la escuela infantil. Aspectos a trabajar:
Boucher. Programas de tipo terapia relacional por medio de la exploración
motriz.
Bernard Aucouturier y A. Lapierre. Programa:
Programas perceptivos motores que tienen como objetivo aliviar o remediar las
incapacidades para el aprendizaje.
Kephart. Técnicas para la exploración de las funciones motoras. La reeduca-
ción de los procesos perceptivo-motores como preparatorios para la lectura.
Bryant J. Carthy. Propone un modelo integrado del comportamiento percep-
tivo motor, basado en los resultados de los distintos análisis realizados sobre
modelos de otros autores.
Marina Frostig. Elaboró los Test de percepción visual, porque consideraba
que unas adecuadas habilidades visual-perceptivas son imprescindibles para
la lecto-escritura.
El programa Bender y Valletutt (1976). Son técnicas conductuales de (reforza-
miento, imitación, modelado). Tiene dos secciones: verbal y no verbal.
Programa de Berreiter y Engelman (1977). Programas de entrenamiento lin-
güístico. Dos partes: inicial y superior, con tareas jerarquizadas. Hay un mé-
todo de enseñanza.
Modelo Cooper (1982) para favorecer el desarrollo del lenguaje. Un método de
desarrollo para niños con una problemática del lenguaje en edades tempranas.
Programa INNEE (Instituto de educación especial). Programa sin jerarquizar
objetivos, sin profundizar en metodología y evaluación.
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Atención Temprana en educación infantil
Programa DISTAR (1981). Utiliza los principios de aprendizaje junto con es-
trategias avanzadas de programas educativos. Engloba programas de lenguaje,
lectura y aritmética.
PROGRAMA PAPEL de adquisición del lenguaje (1984). Tiene tres fases:
- Preverbal.
- Receptivo verbal.
- Productivo verbal
PROGRAMA DE BUSH Y GILES (1974). Se desarrolla a partir de las pruebas
de diagnóstico de Kirt y Kirt. Está integrado por tres subprogramas: Recep-
ción auditiva. Recepción visual. Expresión verbal. Expresión manual. Cierre
gramatical. Memoria secuencial (auditiva y visual). Actividades perceptivo-
motoras. Actividades recreativas e integración intermodal.
Programas centrados en operaciones o procesos: Clasificación, inferencia,
comparación (programas de operaciones cognitivas). Ejemplo: Enriqueci-
miento instrumental de Feuerstein. PEI.
Programa heurísticos (procedimiento de resolución de problemas):
P:I:H. Son 99 lecciones vinculadas a un área cognitiva (razonamiento, lengua-
je, razonamiento oral, solución de problemas, toma de decisiones, pensamien-
to inventivo).
Programas para el desarrollo de estrategias básicas de aprendizaje (Molina,
1993).
Programas de adiestramiento y maduración mental (González Mas, 1978).
Aprendo a pensar-Pascal (para final de infantil y final de primaria). Tienen un
manual del profesor. Son actividades que abarcan todas las áreas curriculares.
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Aspectos didácticos
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CAPÍTULO IV.
ÁREA DE LENGUAJE.
DESARROLLO EVOLUTIVO DE
LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE EN
LOS NIÑOS DE 0-6 AÑOS
Las primeras palabras que emiten los niños van ligadas a gestos. La competencia
comunicativa hace su aparición antes que la competencia lingüística. Durante el pri-
mer año, la comunicación y la vocalización avanzan por caminos distintos.
Cuando el niño ya es capaz de emitir distintas palabras, empiezan a ponerse de
manifiesto una serie de capacidades cognitivas.
Cuando los niños empiezan a combinar palabras, ya podemos aplicar métodos
de análisis sintáctico. En el proceso de desarrollo de este código debemos tener en
cuenta al menos estos tres aspectos:
El desarrollo de la vocalización.
El desarrollo de la comunicación.
El desarrollo de las capacidades cognitivas.
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos didácticos
Utiliza el gesto para comu-
Se produce una evolución
Es capaz de entender algu-
nicarse, primero con la mira- en el balbuceo: va asocian- nos de los mensajes verbales
da y luego el gesto de se- do vocales y consonantes, del adulto por los elementos
ñalar. formando sílabas bien defi- sonoros que los acompañan
A pesar de que ahora es mu- nidas y repitiendo fonemas (melodía, tono, ritmo) y por
cho más diversificada, con- y sílabas iguales. los que acompañan a la pa-
tinúa siendo muy global.
Aparecen cadenas silábicas labra (gestos, mímica, mo-
(consonante-vocal). vimientos…).
Al final del primer año, utili-
Responde a algunas pala-
zan algunas palabras con sig- bras familiares en los con-
nificado aunque no se parez- textos comunicativos co-
can a las del lenguaje adulto, rrespondientes y unidas a
incorporando onomatopeyas, experiencias cotidianas
exclamaciones y palabras para el niño.
propias.
Es capaz de reconocer algu-
nas palabras por identifica-
ción de algunos fonemas.
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Atención Temprana en educación infantil
Producción morfosintáctica. A
los 12 meses se emiten palabras de
forma aislada, hasta los 18 meses.
Suelen darse las siguientes reglas:
No aparecen cuantificadores
ni se distingue el singular del
plural.
No se utilizan los artículos.
Empiezan a incorporar la opo-
sición masculino/femenino
(apo/apa, nene/nena).
Producción sintáctica
La mayor parte de las palabras
que los niños emiten a esta edad
son nominales, alto porcentaje
referido a animales, después a
alimentos y en último lugar al
nombre de los juguetes.
Pragmática
Una palabra puede desempeñar
diferentes funciones según el
contexto y la entonación.
A esta edad los niños usan el
lenguaje (gestos, sonidos y pa-
labras).
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos didácticos
Producción léxico-semántica
A los 2 años:
Vocabulario formado por
términos básicos (perro o
coche)
No entiende que el mismo
objeto pueda denominarse
con dos nombres diferentes
(p.e.: burro/as.
A los 3 años:
Es capaz de entender 500 y
600 palabras.
Mayor capacidad creadora
con el lenguaje.
Pregunta sobre las pala-
bras.
Repite frases o expresiones
hechas de adultos (“¿esto
qué es?”).
Utiliza términos tempo-
rales y espaciales (arriba,
abajo, dentro, fuera, antes,
después…).
Aprende a utilizar, por opo-
sición, palabras (grande/pe-
queño, frío/caliente).
Pragmática
El niño incorpora las con-
versaciones como forma de
intercambio social no sólo
con el adulto, sino también
con los otros niños.
El uso de las frases inte-
rrogativas: le va a permitir
iniciar pequeñas conver-
saciones. El niño habla
de lo que está presente. El
lenguaje sigue refiriéndose
fundamentalmente al aquí
y ahora.
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Atención Temprana en educación infantil
De una manera muy rápida, pero sin olvidarnos de mencionar estos aspectos, de-
bemos enumerar algunos de los factores asociados al proceso lector que van a ser
importantes en el desarrollo de la madurez lectora y cuya deficiencia traerá como
consecuencia la dificultad lecto-escritora.
No volvemos a incidir en los factores cognitivos y emocionales, porque ya fueron
mencionados, y tampoco nos detenemos mucho en los lingüísticos por la misma
razón, pero destacamos al menos los siguientes:
1. La evolución psicomotriz
Perfila aspectos como el conocimiento del esquema corporal, el desarrollo de la
orientación espacial y la orientación temporal. Para el aprendizaje lector es muy im-
portante que el niño posea una imagen clara de su propio cuerpo y que éste le sirva
como punto de referencia para elaborar el sentido de lateralidad y direccionalidad
propios de su organización en el espacio.
En cuanto a la organización espacial, lo que más importancia tiene para el apren-
dizaje lector es la elaboración de la lateralidad, de la direccionalidad y el desarrollo
de la percepción espacial (Buissan y Marin, 1982; Aranda, 1999). La incidencia de
este factor en el resultado del aprendizaje lector difiere según la edad. Hasta los diez
140 © WK Educación
Aspectos didácticos
años puede ser importante para mejorar los resultados lectores o para incidir en algún
trastorno si el niño no reconoce, por ejemplo, la orientación derecha-izquierda, sin
embargo, después de esta edad puede alcanzarse el dominio de la orientación espa-
cial y, en cambio continuar los trastornos lectores.
2. Factores sensoriales
Los alumnos con déficit auditivo presentan alteraciones en el ritmo lector, de-
ficiencias en la puntuación y acentuación y como consecuencia deficiencias en la
comprensión.
Trastornos graves que se dan en los niños sordos profundos son la impercep-
ción verbal auditiva o dificultad para comprender las palabras habladas aunque
perciban el sonido y la dificultad para discriminar sonidos individuales usados en
el lenguaje.
3. Factores lingüísticos
Estos factores ya han sido tratados, sólo añadir que las dificultades más frecuentes
que guardan relación con los problemas lectores son los retrasos simples en el desa-
rrollo del lenguaje, los problemas articulatorios, que definen dificultades específicas
en el aprendizaje lector y el uso particular que cada individuo hace del lenguaje.
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Atención Temprana en educación infantil
4. Factores ambientales
En esta misma línea están los estudios de Chall, Jacobs y Baldwin (1990); sin
embargo, tales afirmaciones, según Cabrera y Espin (1986), no se confirman en mu-
chos casos, ya que las comparaciones a veces están hechas con diferentes códigos
escritos.
En este campo hay una extensa proliferación de estudios que, en general, se rea-
lizan con el objetivo de observar los resultados y la eficacia de los métodos y ma-
teriales para la enseñanza de la lectura. Todos ellos llegan a la conclusión de que la
variable “profesor” es la que más va a incidir sobre las otras variables estudiadas,
es decir, los resultados documentan de forma consistente que el rendimiento lector
de los alumnos varía más entre clases con diferente profesor que entre clases con
diferente material y método de enseñanza. Por ello, nosotros nos preocupamos por
mejorar la capacitación y preparación del profesor.
Las habilidades, según Harris y Hodges (1981), citado por Cooper (1998), son
aptitudes adquiridas para llevar a cabo una tarea con efectividad. La enseñanza de
las habilidades, con frecuencia, se ha centrado en ayudar al alumno a que adquiera la
142 © WK Educación
Aspectos didácticos
habilidad en sí, pero sin elaborar el significado del texto relacionando la información
con las propias experiencias.
El número de habilidades puede ser amplio y complejo, por eso es necesario ele-
gir aquellas que son necesarias para el momento de madurez lectora del niño, y el
esquema o programa elegido no debe representar un orden jerárquico sino apuntar o
sugerir posibles ejercicios.
Procesos perceptivos.
Procesos léxicos.
Procesos sintácticos.
Procesos semánticos.
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Atención Temprana en educación infantil
1. Procesos perceptivos
Son aquellos que comienzan por el análisis de letras y palabras. Intervienen la me-
moria icónica, la memoria a corto plazo (operativa) y la memoria a largo plazo. Las
dificultades perceptivas son diversas según sea la discapacidad que tenga el niño.
2. Procesos léxicos
Suponen el reconocimiento de palabras a través de dos vías o rutas: ruta léxica o
directa (“casa”) y ruta fonológica (“midriasis”).
Las dificultades más frecuentes se dan cuando la memoria operativa se ocupa en la
decodificación y hay problemas en la comprensión. Otras dificultades son la lectura
de homófonos, pseudopalabras y de palabras poco frecuentes.
La intervención del educador puede fijarse en la ruta léxica: dibujos, homófonos,
lecturas repetidas, supresión de palabras; y en la ruta fonológica: rimas, ejercicios de
asociación grafema-fonema.
3. Procesos sintácticos
Suponen la identificación de las relaciones que se establecen entre las palabras.
El origen de las dificultades está en la menor capacidad de la memoria a corto plazo,
mal funcionamiento de las claves sintácticas, incapacidad de segmentar en consti-
tuyentes. Esto se manifiesta en la asignación de papeles gramaticales y semánticos,
signos de puntuación cuando hay escritura.
4. Procesos semánticos
Suponen la comprensión total del texto. Extracción del significado e integración
en la memoria. Las dificultades más frecuentes son el desconocimiento de esquemas,
conexión de conocimientos previos con nuevos, identificación de ideas principales y
secundarias, por tanto la incomprensión del objetivo final.
Para intervenir se utiliza el modelado que ayuda a realizar (jerarquía de las ideas,
estructuras y macroestructuras, inferencias, predicciones).
5. Procesos en la escritura
Escribir es mucho más que transformar sonidos en signos gráficos. En la escritura
distinguimos procesos como los siguientes:
1) Procesos de planificación del mensaje. Búsqueda de contenidos y de la fina-
lidad del escrito. Las dificultades más comunes son la distinción de de ideas
principales, estructuras inadecuadas, irreflexión.
144 © WK Educación
Aspectos didácticos
2) Procesos sintácticos. Selección del tipo de oración y uso de los signos de pun-
tuación. Origen de las dificultades: carencia de registros lingüísticos orales.
Dificultades: construcción de oraciones gramaticalmente correctas, carencia
de registros escritos.
3) Procesos léxicos o de recuperación de palabras. Elección de términos a través
de dos rutas o vías: ruta ortográfica y ruta fonológica. Origen de las dificulta-
des: suelen ser niños con escasos hábitos de lectura, utilización de una única
ruta, poca memoria visual. Dificultades: sustituciones, inversiones y omisio-
nes de letras, errores en la secuenciación fonética-grafémica.
4) Procesos motores. Elección y ejecución de los grafemas. Origen de las difi-
cultades: confusiones en la etapa de aprendizaje de alógrafos. Dificultades:
mezcla de alógrafos, mal trazado de los grafemas, organización general del
escrito.
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CAPÍTULO V.
ÁREA DE LENGUAJE.
INTERVENCIÓN LOGOPÉDICA
EN ATENCIÓN TEMPRANA
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Atención Temprana en educación infantil
de donde aparecerá el monólogo. Y que del progreso del lenguaje dependerá además
de la inteligencia, la socialización, pues en el lenguaje la representación tiene un ca-
rácter arbitrario. La palabra representa un objeto porque los demás la nombran. Los
niños repiten la palabra de su medio social, aprenden la lengua de su entorno.
Y, ¿cómo afecta este déficit en la visión que los demás tienen de él? Los demás le
perciben como menos capaz intelectualmente, ya que expresa pocas ideas, y menos
sociable, ya que interviene menos y con pocas habilidades sociales y comunicativas.
Por lo que en muchos casos desembocará en la no-consecución de la autonomía y de
la integración sociolaboral.
Generales:
Partir de una intervención no muy directiva, que parta de los intereses del
niño.
Buscar que el niño se interese por el objeto y quiera aprender las cualidades de
éste y sus relaciones. Que le motive el juego, el juguete o la imagen, que sea
significativa para él. Que disfrute, pues pensamos que sólo si disfruta imita y
expresa. Sólo si le interesa va a manipular y a desplazarse, lo que le permitirá
interiorizar sus experiencias, la aparición de las representaciones mentales.
Proporcionar a los niños “su espacio”, es decir, que durante las sesiones el
niño sienta que se le pasamos el turno, es decir, que contamos con él, que
queremos escucharle, que nos vale lo que nos cuente y cómo nos lo cuente,
que le aceptamos como es. De esta manera le estaremos dando seguridad para
intervenir.
Ofrecer recursos comunicativos al niño como mirar, señalar, gesticular, nom-
brar. El educador le servirá de modelo, buscando que el niño los imite y viven-
cie para generalizarlos e interiorizarlos.
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Aspectos didácticos
Enseñar gestos naturales para que el niño se haga entender. Se acompañará
los gestos de los niños con sonidos, palabras que designen, que describan, que
hablen de sentimientos, emociones.
Realizar aprendizajes que sean significativos, que todo esté relacionado con
lo que le rodea al niño (su ambiente, su vida cotidiana, sus rutinas), o con lo
que surja después de algún acontecimiento. Se aprovecha cualquier pretexto
(situación, estado anímico, época del año, lugar, presencia de otros), para que
pueda poner en práctica sus adquisiciones. Para ello es importante tener infor-
mación de la familia y mucha comunicación con ella.
Facilitar los aprendizajes partiendo de sus puntos fuertes, que en la mayoría de
los casos entre la población que trabajamos, suele ser la percepción visual, por
eso en logopedia se trabaja mucho con imágenes.
Ofrecer estrategias para que asocien y generalicen los aprendizajes adquiridos.
Llevar una hoja de registro, donde figuren los objetivos del tratamiento a corto
plazo.
Comunicar el trabajo realizado y compartirlo con los padres, de modo que es-
tos entren en la sesión a menudo, para enseñarles nuestros objetivos, y obser-
var sus pautas de interacción con el niño para mejorarlas en lo que podamos,
siempre con un criterio de normalización y sentido común. Es decir, los padres
deben implicarse sin agobiarse.
Coordinar con la escuela Infantil, sus educadores y los Equipos de Atención
Temprana para obtener información sobre cómo se comporta el niño con sus
iguales y en otros grupos, así como para hacer una puesta en común de los
objetivos de tratamiento y llevar a cabo un reparto de tareas.
“Los bebés con daños neurológicos severos, y algunos que van a presentar poste-
riormente retrasos importantes en el desarrollo, pueden presentar síntomas iniciales
de alarma, que se definen principalmente por sospechas de déficit sensorial, falta
de respuesta y anomalías en las pautas expresivas, como el llanto. Estas anomalías
iniciales no son normalmente detectables, con los sistemas estándar de observación,
en los bebés cuyo desarrollo posterior va a cursar con cuadros profundos de trastor-
no profundo de desarrollo en general, autismo en particular y disfasia receptiva de
evolución” (Rivière).
En un primer encuentro con el niño, a partir de dos situaciones diferentes: una
primera de juego libre y otra más dirigida, debemos observar:
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
5.1 Pautas
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Aspectos didácticos
Escuchar objetos y animales (ya sean juguetes o imágenes) para imitar los so-
nidos que producen, ayudará a conseguir los diferentes fonemas que componen
las palabras. Se pueden utilizar múltiples sonidos. Utilizar la imaginación.
Las primeras imágenes que usemos deben ser muy familiares, parecidas a la
realidad, mejor dibujos separados. Estas imágenes nos servirán para esconder-
las y sacarlas cuando el niño intente llamarlas.
El aprendizaje verbal se refuerza con formas extralingüísticas, como la ento-
nación, la mímica, la mirada y la postura.
Desde pequeños necesitan tener experiencias con juguetes ruidosos. Es conve-
niente pararse a escuchar los distintos ruidos que nos rodean y darle la infor-
mación de lo que está sonando.
Añadir palabras y conceptos a sus frases les aporta ideas nuevas. Repetir el
enunciado del niño en una estructura algo más compleja, así le ayudamos a
desarrollar la sintaxis.
Traducir gritos o balbuceos a palabras o repetir los enunciados de los niños
mejorando la pronunciación.
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Atención Temprana en educación infantil
6. INTERVENCIÓN LOGOPÉDICA
6.1. Prelingüística
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Aspectos didácticos
Después, se trabajaría la asociación auditiva o capacidad para asociar un ruido
con la fuente o situación que lo produce.
Se empieza con las onomatopeyas. Se presenta al sujeto el sonido producido
por el logopeda, primero asociado con el objeto. Después, el sonido asociado
con la imagen de la fuente del sonido. Más tarde, se le presentarán los sonidos
en un casete en concomitancia con el objeto o la imagen que represente, y
posteriormente, le pediremos que los discrimine sin tener la imagen presente
delante. Se presentarán tantos estímulos seguidos como permita la atención
del niño.
Se trabajan, sonidos del cuerpo: risa, carcajada, llanto, bostezo, tos, estornudo,
suspiro, soplar, chupar, mascar, beber, palmas, patadas, etc.
Sonidos que producen los animales: perro-guau; gato- miau.
Ruidos ambientales cotidianos ambientales: reloj, teléfono, cisterna, batidora,
persiana, agua del grifo, aspiradora, coche, moto, avión.
Ruidos de la naturaleza: trueno, lluvia, olas, relámpago.
Material: “Descubrir los sonidos” de EDUCA; “Mira y escucha” de La Guaira;
“Look & Hear” de LDA (Learning Development Aids).
Trabajaremos las características del sonido:
Con el habla humana. Se trabaja la intensidad: jugaremos a hablar con cuchi-
cheos, con voz coloquial, y con gritos. El tono: la voz infantil es más aguda
que la adulta. La de los niños es más aguda que la de las mujeres y la masculi-
na más grave que la de éstas. Jugaremos a hablar como los papás y las mamás,
como los niños pequeños y como los abuelos.
Con instrumentos musicales: discriminar el sonido grave del tambor del agudo
del piano. El logopeda y el niño tendrán los mismos instrumentos, separados
por una pantalla. El logopeda toca uno, el niño tiene que señalar de entre sus
instrumentos el que está oyendo, o hacerlo sonar.
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Atención Temprana en educación infantil
158 © WK Educación
Aspectos didácticos
Ejemplo: Juego de la Habana ha venido un barco cargado de “s”: sopa, seta,
silla...
6.4. Ritmo
Ejercicios:
- Libremente.
- Pasos a ritmo de palmas (más despacio, más deprisa), o de instrumentos
musicales (tambor...).
- Marcha con ritmos por orden verbal.
Reproducir ritmos.
Incluir el fonema tratado en un ritmo regular, primero en sílaba directa (pa,
pa, pa...).
Incluir el fonema en diversas estructuras rítmicas y en sílaba directa (mama-
ma, ma, mama...).
Incluir en un ritmo regular pero en sílaba inversa (at, at, at...).
Incluir en estructuras rítmicas (as, as, as. as, as, asas, asas).
Incluir el fonema entre vocales empezando con ritmo regular (am, am,
ama...).
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Atención Temprana en educación infantil
Incluir el fonema en sílaba directa e inversa empezando con ritmo regular
(nananana, anananan).
Incluir en estructuras rítmicas diversas.
Se combina el fonema con distintas vocales, siempre se empieza con la “a” y
una estructura rítmica regular (gaga, gogo, gaga, gugu). En algunos fonemas
puede variar el punto de articulación según la vocal que le siga.
Se combinan con otros que tengan el mismo punto de articulación par reforzar
el modo de articulación. Por ejemplo: lana, lana, laralaralara.
Siempre el ritmo regular primero, luego estructuras rítmicas no complicadas.
Se combina el fonema con los que confunde (sasasaza, sasasaza, sasaza, sa-
sazaza, etc.).
Dentro de palabras sencillas con un ritmo silábico (zapato, zumo, cocina,
maceta).
La interiorización rítmica de la palabra y el lenguaje, ayuda a la integración
articulatoria del fonema y a aquellos sonidos que presentan inmadurez articu-
latoria. Un niño, puede cometer errores en lenguaje expresivo y no cometerlos
al hacer repetición de fonemas. Son problemas de integración articulatoria y
no de dislalias en sí. Aunque la mecánica sea la misma.
Cuando hay inmadurez articulatoria hay que combinar cada fonema alterado
con otros que no lo estén en ritmos regulares a menor o mayor velocidad y en
distintas posiciones. Por ejemplo: sopa, sopa, sopa... Aspa, aspa, aspa... asa,
apa, sapa, aspa). Se introduce un sonido de campanilla par diferenciar los dos.
Luego el fonema alterado se integra, en palabras dichas a ritmo silábico (mo-
nosílabas, bisílabas): as, más, tos, nos, sopa, paso, piso.
Repetir a ritmo regular y silábico frases cortas que incluyan el fonema o fo-
nemas tratados, se pueden trabajar con más de un fonema alterado, pero no
se mezclan entre sí hasta que no lleguemos a las frases, antes se mezclan con
otros que sabe.
Antes hay que hacer siempre ejercicios de noción e integración de ritmo y de
estructuras rítmicas. Se repiten palabras dando golpes con un lápiz, si son mo-
nosílabas o bisílabas (sol, tos, vaca, coma). Así se ve dónde y cómo se produce
la separación silábica y la siente al mismo tiempo.
Que diga distintas palabras con distintos ritmos para que se dé cuenta de las
variaciones. Luego debe integrarlas en frases de menor a mayor complejidad:
primero le pedimos la reproducción rítmica de la frase por palabras. Ejemplo:
mi hermana va a la escuela: 0 0 0 0 0 0; luego, escribir la frase debajo de la
estructura rítmica y luego leerla llevando el ritmo. Ejemplo: 0 00 00: La casa
roja; más tarde, hacer el ritmo bajo un texto escrito. Ejemplo: El lápiz está
encima de la mesa. 0 00 00 000 0 0 00.
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Aspectos didácticos
Es importante que el niño fije la mirada en el objeto o persona, para que analice
los objetos y para que siga la mirada del adulto, que tenga pautas de atención
conjunta. Es ésta una herramienta indispensable ya que cuando hablamos con
el niño, lo hacemos acerca de los objetos y de las personas que miramos.
© WK Educación 161
Atención Temprana en educación infantil
También se tendrá en cuenta si el niño hace bien el barrido visual o si tiene
dificultades, por ejemplo de visión periférica o en un hemicampo.
Identificación visual de objetos o juguetes. Se pondrán sobre la mesa unos
cuantos y se le pedirá que señale o nos enseñe el que le nombremos. Siempre
le daremos un apoyo gestual a nuestra palabra. Así, si le pedimos la pelota,
haremos el gesto de votar.
Identificación de imágenes de objetos aislados. Un ejemplo: se le presentarán
al niño al menos tres tarjetas, una de un lápiz, otra de un cuento, otra de una
silla. Se le pedirá que señale el lápiz, acompañando nuestra palabra con el ges-
to de pintar. Se irá aumentando progresivamente el número de tarjetas, según
la atención del niño. También se trabaja con cuentos de imágenes aisladas en
cada página y con láminas con varios objetos.
Identificación de imágenes de acciones aisladas. Se presentan varias tarjetas:
cada una con imágenes de una sola acción que le sea familiar. Por ejemplo:
peinarse, comer, dormir. Se pedirá al niño que señale una. Se lo pediremos con
apoyo gestual.
Identificación visual de escenas o imágenes globales. Por ejemplo: el parque,
el aula, el cuarto de baño, el campo, la piscina, la playa, la calle. Entre varias
tarjetas se le pide que señale una.
Conservación de objetos en distintas posiciones. Por ejemplo: reconocer los
objetos de lado, por detrás, de frente, desde abajo.
Identificación de imágenes superpuestas.
Material: Intervención cognitiva en la enfermedad de Alzheimer. Manual de acti-
vidades. Peña Casanova. La Caixa, 99.
Reconocimiento de semejanzas y diferencias entre dos objetos. Por ejemplo:
entre manzanas de distintos colores, entre un tomate y una manzana, el mismo
niño con o sin pantalón.
Tareas de observación. Ver qué le falta a un objeto. Por ejemplo: se le presenta
un memory con dos relojes exactos con manillas y otro sin ellas. El niño tiene
que decir qué falta.
Material: “Buscamos la diferencia” de Vicens Vives; “Observamos” de Vicens Vives.
162 © WK Educación
Aspectos didácticos
golpes, caídas... son un apunte de información del propio cuerpo. Al combinarse con
las imágenes visuales darán lugar a las imágenes espaciales. Por ello si el niño no
tiene experiencias, la integración espacial y el esquema corporal se retrasarán y el
pensamiento y el lenguaje tendrán un gran retraso.
Ejercicios:
Trabajar la motricidad estática y dinámica. Las posiciones del cuerpo y los
movimientos en estas posiciones.
Posiciones: de pie, sentado, de cúbito prono y supino, en cuclillas, a cuatro
patas, de rodillas.
Caminar a distintos ritmos, de puntillas o talones cambiando sobre la marcha
por orden verbal o siguiendo variaciones rítmicas. Correr y pararse instantá-
neamente, saltar sobre el sitio.
Sentado: piernas encogidas, extendidas, cruzadas, abiertas. Sentado sobre ta-
lones, silla, suelo. Arrastrarse, rodar.
Ejercicios de imitación motora.
Le pedimos que los nombre, primero refiriéndonos a su cuerpo, luego al del otro
y al final a la imagen.
© WK Educación 163
Atención Temprana en educación infantil
6.7 clasificación
6.8. Memoria
6.8.1. Visual
Le enseñamos una serie de objetos, tapamos cada uno por separado, le pedi-
mos que nos señale el que le nombramos.
Hacemos lo mismo con imágenes: tarjetas o lotos.
Evocar el nombre de un objeto o imagen que le señalemos entre varias que le
hemos enseñado antes de taparlas.
Recordar un objeto o imagen, que le hemos quitado entre varios.
Recordar qué le falta a un objeto que previamente le hemos enseñado y al que
le hemos quitado algo.
164 © WK Educación
Aspectos didácticos
Recordar lo que le falta a una imagen exacta a la previamente presentada,
excepto por un detalle.
Recordar una secuencia de estímulos visuales, le enseñamos una serie de dibu-
jos sin relación, los desordenamos y le pedimos que los coloque en el mismo
orden.
Material: “Memo memo” de Preschool Educacional.
6.8.2. Auditiva
Repetir ruidos.
Repeticiones rítmicas: sin letras o con letras de canciones.
Repetir dos, tres o más palabras.
Repetir frases de dos, tres o más palabras.
Recordar una pequeña historia.
Repetir series de números o palabras. Trabalenguas.
Repetición de series lógicas ordenadas: abecedario, números, días, meses, nú-
meros de teléfono…
Repetición de sonidos producidos por distintas personas o medios de repro-
ducción.
Repetición de palabras o frases teniendo en cuenta los caracteres prosódicos
de los enunciados: distintos tonos de voz, según el volumen, la entonación,
más rápido o lento.
Palabras mal acentuadas.
© WK Educación 165
Atención Temprana en educación infantil
Es muy útil pedir a los padres que fotografíen sus objetos personales y a su
familia, y trabajar con esas fotos en la sesión. Por ejemplo: su plato, taza,
cuchara; biberón, chupete, babero. Su cama, silla, mesa, su bañera, su peine.
Sus zapatos, su pijama. Su cubo, su pala, su triciclo. Su cuento preferido. Su
juguete favorito, su mascota, así como algún objeto que le sea especialmente
atractivo de la casa o de sus padres, como las llaves del coche, el teléfono mó-
vil, las gafas. Es decir las imágenes que representen su vida, sus rutinas, sus
gustos, sus manías.
Se trabajan con tarjetas de comida, ropa, objetos de una casa, lugares, tiendas,
oficios, profesiones.
Con láminas temáticas (el parque, la granja, la playa...). Se le pide que señale
distintos objetos que aparecen en la lámina.
166 © WK Educación
Aspectos didácticos
© WK Educación 167
Atención Temprana en educación infantil
Con tarjetas de objetos exactamente iguales, le pedimos que nos señale dónde
está el coche o los coches.
168 © WK Educación
Aspectos didácticos
Semejanzas. Relación lógica léxico-semántica. Razonar en qué se parecen. Por
ejemplo: pantalón-camiseta (ropa); perro-gato (animal); señor-niño (persona).
Diferencias. Reconocer rasgos semánticos no compartidos. Razonar cuál es la
diferencia: Manzana-pera-naranja-carne; Rojo-azul-casa-amarillo; Pie-mano-
pantalón-cara.
Buscar el error. El niño tiene que observar algo que le falta a una imagen. Por
ejemplo: una pata a una silla. Una patilla a unas gafas. Los cordones al zapato.
Los bigotes al gato.
Juegos de Asociación. Consisten en encontrar imágenes relacionadas.
- Objeto-acción: almohada-dormir; cuchara-comer.
- Objetos relacionados habitualmente. Por ejemplo: peine-pelo, tarta-velas,
casco-bicicleta, jarrón-flores.
- Los animales y su hábitat. Por ejemplo: pez-agua, ardilla-árbol.
- Por el lugar: objetos del baño, de la cocina, del parque.
- Oficios-herramientas. Por ejemplo: sierra-carpintero, brocha-pintor, pizarra-
maestro.
-Relaciones léxico-semánticas: comprensión de efectos de acciones. Por
ejemplo: ¿Qué pasa si... pisas en un suelo mojado; vas de pie en bici; cascas
un huevo; no cierras el grifo?
© WK Educación 169
Atención Temprana en educación infantil
6.11.1. Respiración
Se trabaja con niños de edades posteriores a los dos años de edad de desarrollo.
Los ejercicios de reeducación respiratoria van encaminados a lograr:
1) Un patrón respiratorio con inspiración nasal.
2) Mayor capacidad diafragmática.
3) Que prolongue el tiempo espiratorio.
Ejemplos:
1) Respiración nasal: sonarse la nariz, por un orificio nasal luego por el otro.
2) Ejercicios diafragmáticos:
Se harán delante de un espejo amplio para que observe el diafragma, la movi-
lización abdominal que se eleva en la inspiración y desciende en la espiración,
o también elevando el tórax en la espiración llenando los pulmones de abajo a
arriba: costodiafragmática.
Se le puede poner un saquito de arena en la pared abdominal o la palma de la
mano para que compruebe que lo mueve. Se comenzará por la mano y luego
se le irá aumentando el peso del saco de arena. Siempre se cogerá aire por la
nariz y le soltará por la boca. La inspiración será corta, la espiración más larga
y mantenida soplando ligeramente.
3) Ejercicios para alargar el tiempo espiratorio:
Suspirar.
Soplar globos, pitos, silbatos, molinillos, pompas de jabón, tanto tiempo como
pueda.
Soplar la llama de una vela de manera que se tumbe y no se apague. Si se le-
vanta, indica que se ha cogido aire.
Soplar un avión de papel e intentar que no caiga.
Seguir caminos soplando bolas de papel, de ping-pong.
Hacerle repetir una palabra muchas veces en una sola espiración. Si sabe con-
tar, que cuente hasta diez en una sola espiración.
Emisión de sonidos alargables sostenidos (vocales, consonantes fricativas).
Mantenimiento de sonidos con fluctuación en la intensidad. Por imitación so-
nora directa. Por asociación de líneas o círculos de distintos tamaños y grosor.
Alargamiento de sonidos con acompañamiento de movimientos corporales,
especialmente de miembros superiores y manos.
Asociación de sonidos a movimientos (desplazamientos, paradas).
Creación de pautas sonoras rítmicas.
170 © WK Educación
Aspectos didácticos
(Nota. Para animar al niño a sostener la fonación, conviene que vea el reloj du-
rante la emisión).
6.11.2. Praxias
Son movimientos voluntarios de los órganos que intervienen en la articulación de
los fonemas. Tendremos que tener en cuenta que el niño no podrá realizarlos si no
ha adquirido cierta madurez en los movimientos globales. Así, un niño que no gire
todavía las caderas, no va a tener madurez para masticar. Las praxias siempre se
realizarán en el contexto de un juego. Se consiguen con más facilidad si las hacemos
frente al espejo. Si se trabaja en grupo, se puede nombrar a un niño líder y que vaya
nombrándolas.
En el mercado hay láminas donde están dibujadas las praxias, de manera que se le
enseñe al niño a asociar la imagen con el movimiento. Siempre se hará el movimien-
to contrario. Así, después de poner morritos, se pondrá sonrisa. Después de llevar la
lengua a un lado, se llevará al otro. Por ejemplo: imagen del reloj (llevar la punta de
la lengua a las comisuras de la boca). En “Imágenes para el entrenamiento fonético”
de Inés Bustos. CEPE.
Praxias de labios
Son adecuadas para sacar los fonemas bilabiales. Por ejemplo: beso, abocinar o
poner morritos, hacer el pez, sujetar una pajita sin morderla, si el niño la muerde ha-
cerle absorber por un tubito de plástico duro, sujetar papeles con los labios mientras
habla, sujetar un botón mientras se tira de él con un hilo, llevar los labios hacia una
comisura u otra, poner un labio encima del otro. Vibrar los labios.
Praxias de lengua
Son adecuadas para sacar los fonemas alveolares.
Se facilita untando al niño nocilla, o azúcar en los labios y en las comisuras
de la boca, también poniendo comida entre las muelas y los dientes y los ca-
rrillos.
Sacar la punta de la lengua llevándola a las comisuras de la boca (reloj), a
continuación llevar las puntas a los carrillos, por dentro, a izquierda y derecha
(caramelo).
Asomar la punta de la lengua entre los dientes.
Sacar rápidamente la lengua (camaleón).
Elevar, rodear toda la boca con la lengua (balón), hacer lo mismo por dentro
de los labios.
© WK Educación 171
Atención Temprana en educación infantil
Relamerse el labio de arriba por fuera, por dentro. Relamerse el labio de abajo,
por fuera, por dentro y llevar la lengua detrás de los dientes.
Hacer sonidos con la lengua (trote del caballo).
Tomar conciencia de la punta de la lengua al tragar. Podemos facilitarlo ponien-
do en las papilas gustativas azúcar. Hacer que se barre el techo de la boca.
Observar la función de la lengua en la producción de los sonidos.
Praxias de mandíbula
Para tragar y masticar igual que para hablar tenemos que mover la mandíbula, la
lengua, los labios y el velo.
Hay veces que el niño tiene mucha sensibilidad en la boca, y en la cara en general
y nos va a dificultar cualquier trabajo de articulación. Por eso hay que tratar de nor-
malizarlo. Se trabajarán siempre fuera del tiempo de la comida.
Presionaremos con las palmas de la mano sobre la cara, de forma mantenida,
para ir acercando esta posición hacia la zona más cercana a la boca para pasar
después a los labios. Trabajaremos poco a poco en la medida que el niño tolere
la presión. Cuidar esto al limpiarle con la servilleta o al secarle la cara con la
toalla.
Utilizaremos un cepillo de dientes pequeño y suave para estimular la punta de
la lengua, la cara interna de las mejillas y el paladar.
Estimular el orbicular mediante masajes y vibraciones.
172 © WK Educación
Aspectos didácticos
Presionar con el dedo los lados de la lengua para que la resistencia que muestra
ésta favorezca la lateralización.
Sujetaremos con el depresor la punta de la lengua detrás de los alvéolos y le
haremos beber gota a gota.
Nos aseguraremos de que no se sigue alimentando con biberón, para evitar la
protusión lingual que éste favorece.
Colocaremos trozos de comida entre los dientes o encías para que le moleste
e intente sacárselo.
La imitación gestual del significante es más comprensible para el niño que la
palabra. La imitación motora ayuda a los niños a elaborar las representaciones
mentales, a fijar el vocabulario, a hacerse entender, a adquirir seguridad para
atreverse a nombrar.
La producción de verbos por lo general ocurre en paralelo a la imitación de
acciones y al reconocimiento de ellas. Es importante que nuestros mensajes
orales vayan acompañados de gestos naturales, para enfatizar nuestra comuni-
cación y ayudar en su comprensión ya que hacemos llegar la información por
varios canales.
Gestos de comunicación: sorpresa, saludo, llanto, gesto de que se vaya, de que
vuelva, de que está loco, adiós, de llorar. Primero le pedimos al niño que nos
imite, después que lo haga por orden verbal sin servirle nosotros de modelo.
Les enseñamos canciones infantiles acompañadas de gestos.
© WK Educación 173
Atención Temprana en educación infantil
Cuando vemos tarjetas, a la vez que nombramos las acciones, vamos haciendo
gestos naturales. Por ejemplo: con el peine hacemos la acción de peinar, con la
pelota de chutar, con la aguja de coser.
Cuando contamos un cuento, las descripciones y narraciones de lo que este-
mos viendo, también irán acompañadas de gestos naturales.
Jugamos a dramatizar, a hacer pantomima.
Jugaremos a adivinar aquellas acciones que representamos. Representar aque-
llas muy familiares.
Es importante secuenciar bien las acciones. Se le enseña al niño imágenes y se
le pide que nos enseñe qué se hace con ellas. Por ejemplo: cámara fotográfica,
le pedimos que simule lo que se hace con ella: enfocar y disparar. Aumentando
poco a poco la dificultad. Ejemplos sacados del subtest de expresión motora
del ITPA (Illinois Test Psicolingüístic Aptituds).
Repetición de sonidos
174 © WK Educación
Aspectos didácticos
Repetición de fonemas
Pautas:
Respetar el orden cronológico-madurativo de adquisición de los fonemas.
Apoyarse en los ya nominados para pasar a los nuevos.
Procederemos mediante el principio de contraste u oposición entre ellos.
Hacerle tomar conciencia de las posiciones y praxias orolinguales que inter-
vengan en la emisión del fonema que queremos conseguir. Luego les enseña-
mos los fonemas teniendo en cuenta: el punto y el modo de articulación.
Trabajar ante espejos.
Ayudarse de depresores.
Hacer ejercicios de control y adiestramiento respiratorio.
Recurrir a sonidos extralingüísticos como facilitadores de fonemas, éstos
siempre deben ser significativos para el niño.
Discriminación y reconocimiento del fonema, primero aislado, después en sí-
labas directas, inversas, complejas y mixtas y luego en palabras.
Automatizar los aprendizajes.
Emitir fonemas en distintos contextos fónicos, en distintas palabras, fáciles y
difíciles. Respetar el principio de longitud, complejidad silábica y cotidiani-
dad de empleo.
Material: Lotos fonéticos: M. Monfort y A. Juárez. CEPE. Cuñas de ejercicios
logocinéticos de J. Caño Díaz.
La adquisición de los fonemas o segunda articulación lingüística:
Para sacar el fonema /p/, animamos al niño a cerrar los labios y que sople pro-
vocando una pequeña explosión.
El sonido /b/ partiendo de la /a/ y cerrando los labios suavemente.
Para los fonemas nasales, /m/, /n/, /ñ/, es necesario controlar la espiración por
las fosas nasales mientras que la lengua adopta las posiciones correctas en
cada caso.
Si no se emite la /m/, se alarga la /a/ mientras que se unen ambos labios y se-
guidamente se separan.
Para la /n/, es preciso que la punta de la lengua toque los alvéolos de los dien-
tes superiores y para la /ñ/, la parte anterior del paladar, es decir un poco más
atrás que para la /n/.
La /f/ se consigue si hacemos que el niño sople y que contacte el labio inferior
con los dientes superiores.
La /z/, se emite si el niño sopla introduciendo la lengua entre los dientes.
© WK Educación 175
Atención Temprana en educación infantil
La /s/, presenta un gran número de trastornos articulatorios, los sigmatismos
orales se deben a incorrectas posiciones de la lengua, los nasales, si el aire pasa
a las fosas nasales por mal control del velo del paladar y los faringolaríngeos,
si se producen sonidos anormales de origen en esos órganos.
La /s/, se facilita cuando se alarga la /f/ y se desciende con el dedo el labio
inferior. También uniendo los dientes, con la lengua situada detrás de los inci-
sivos inferiores, y después soplando. Otra maniobra recomendada es intentar
el sonido que utilizamos para hacer callar, el alargar la /i/ susurrando y silbar.
La /l/ está comprometida a veces por nasalización, por lo que tendremos que
evitar que se le escape el aire por la nariz, le haremos fonar cerrándose ambos
orificios nasales, animándole a empañar un espejo con el aire que salga exclu-
sivamente por las boca, y proyectando el aire al cráneo; A veces el sonido /l/
está comprometido porque el aire no se desplaza bien por las partes laterales
de la boca, para lo que podemos intentar separar la mejilla de las encías con
un depresor.
La /r/ es uno de los fonemas afectados con más frecuencia y que tarda más
en corregirse, se consigue colocando la punta de la lengua en los alvéolos e
intentando que vibre. Se puede facilitar con un logofón, en su defecto con un
cepillo eléctrico o cualquier cosa que produzca vibraciones y le ayude al niño
a sentir ese movimiento. También se consigue partiendo de fonemas con el
mismo punto de articulación, como la /t/, /d/, y /l/.
La /ch/ se confunde a veces con la /s/ o con la /f/. Se hará ver la diferente forma
de salir el aire por la boca. Hay que separar los dientes para diferenciarla de la
/s/ y retirar el labio inferior si se confunde con la /f/.
La /j/ se facilita haciendo carraspeos y los ejercicios del velo del paladar.
La /g/ se facilita haciendo gárgaras, a partir de la /k/ provocando vibraciones
laríngeas y pronunciando “nk” mientras se tapan las narices.
La /ll/ es pronunciada como /y/ en distintas provincias españolas y americanas,
es el yeísmo. Se confunde o sustituye a veces por /ch/, /l/. Se corrige cuidando
las posiciones de la lengua, poniéndola en el paladar duro mientras el aire sale
por ambos lados de la cavidad oral. Se facilita pronunciando “la” y a partir de
/y/.
“La aparición de las primeras palabras, se halla determinada tanto por el control
que ejerce el niño sobre la articulación del lenguaje, como por su capacidad para
asociar designaciones, con objetos. La mayoría de los niños pueden entender y res-
ponder adecuadamente a cierto número de palabras antes de que puedan producir
cualquiera de ellas” (De Villiers, 1980).
176 © WK Educación
Aspectos didácticos
El niño realiza los fonemas primero en ciertas palabras que le son cotidianas,
luego en las de mayor longitud o estructura silábica y menos frecuencia Por eso
se elegirán aquellas que pertenezcan a su mundo de intereses o de relación.
Primero trabajaríamos las palabras monosílabas, luego las bisílabas, así en
progresivo orden de dificultad.
Siempre introduciremos palabras en un contexto. Por ejemplo: pato en el
agua.
Teniendo en cuenta la evolución de las secuencias fonemáticas silábicas:
Así se trabajará con los lotos fonéticos o con una lámina donde todas las imá-
genes contengan un determinado fonema. Ej. de /p/: una lámina con los si-
guientes dibujos: perro, pato, polo, puño, perro, pico. Por ejemplo: de lámina
donde se trate el fonema /s/: sapo, isla, tos.
Repetición de frases
Hay que tener en cuenta que los verbos aparecen en paralelo a la imitación de
acciones.
Se trabaja con tarjetas de acciones cotidianas acompañándolas de gestos na-
turales.
Poco a poco pasaremos de frases sencillas a otras de más dificultad morfosin-
táctica, en cuanto a estructura y a integración gramatical.
Completar frases, palabras. Aprovechar esta actividad para estimular verbos,
adverbios, adjetivos.
Repetición de frases incompletas, con omisión de alguna palabra, con cambio
de alguna palabra, añadiendo alguna palabra.
Repetición de trabalenguas.
Repeticiones rítmicas y musicales: canciones.
Repetición de series lógicas (días, meses, números, abecedario).
© WK Educación 177
Atención Temprana en educación infantil
Estructura de la frase
Mostrar imágenes de objetos (alimentos, árboles, flores, animales, muebles,
ropa, herramientas, instrumentos musicales, deportes, medios de transporte),
178 © WK Educación
Aspectos didácticos
Material: Color cards. Vocabulario básico de CEPE. Photo Cued Cards de LDA.
Visually Cued lLnguage Cards. Consulting Psychologists. Press de Palo Alto (Cali-
fornia, 1975).
Integración gramatical
Definiciones
Pedir que busque una palabra que signifique lo mismo (sinónimo), y otra que
signifique lo contrario.
Descripciones
© WK Educación 179
Atención Temprana en educación infantil
Narración
6.12. Juego
El juego facilita la expresión espontánea. A través del juego el niño integrará
sus experiencias previas y necesidades básicas. Le ayuda a comprender su
entorno ya que podremos reproducirlo lentamente y explicárselo dando lugar
a vivenciar e interiorizar las relaciones entre los objetos.
180 © WK Educación
Aspectos didácticos
Cuando los niños entran a la sesión de lenguaje, ya tienen cierto juego funcio-
nal, con la presencia al menos de esquemas presimbólicos. Lo más frecuente
es que entren con esquemas simbólicos, simulando rutinas.
Intervención:
Delimitaremos el espacio para jugar.
Partiremos del momento evolutivo. Como ya suelen imitar la conducta de otro,
les serviremos de modelo y combinaremos varios esquemas de acción, como
dar de comer y peinar.
Aumentaremos e introduciremos las secuencias en el juego y sus combina-
ciones: Por ejemplo: bañar, secar y peinar al muñeco. Bañarle en la bañera, la
piscina. Secarle el pelo, el cuerpo, con secador, con toalla…
Le ayudaremos a simbolizar, alternando el significado del juguete, distancián-
donos de lo convencional. Verbalizaremos las transformaciones simbólicas
que llevemos a cabo. Y llegaremos a un acuerdo con el niño sobre el signifi-
cado de la acción. Ofreciéndole tanto material estructurado como no estruc-
turado: plastilina, pinturas, cuento, palitos, construcciones, piezas encajables,
articulables, muñecos, animales, coches…
Según su edad de desarrollo iremos contando nuestras intenciones, para in-
troducirles en un juego planificado, luego el juego de roles y más tarde el de
reglas, con cartas, con el dominó, con la oca…
La actitud del terapeuta del lenguaje tiene que ser la de proponer sin abrumar.
7. CONCLUSIONES
© WK Educación 181
CAPÍTULO VI.
ÁREA DE MÚSICA.
LA MÚSICA COMO HERRAMIENTA
TERAPÉUTICA EN ATENCIÓN TEMPRANA
Lévi-Strauss
1. INTRODUCCIÓN
La música es lenguaje universal, todas las razas y culturas de todos los tiempos le
han dado varios usos y funciones: como medio de comunicación, como herramienta
terapéutica, en situaciones grupales para favorecer la interacción y crear sentimiento
de grupo…
Un fenómeno sonoro aparentemente no pasa a ser musical sin más, “es musical en
realidad aquel fenómeno sonoro que un grupo cultural acepta y considera como tal”
(Nattiez, 1975)1. Los componentes físicos del sonido, junto con la estética, confor-
man el carácter de la música, su estilo y funcionalidad.
La música es “la armonía del universo, la armonía del cuerpo y del alma, produci-
da por instrumentos musicales, incluida la voz”2.
© WK Educación 185
Atención Temprana en educación infantil
3. Citado por Lévi-Strauss: The Raw and the Cooked, Londres, Cape (1970), p. 19.
4. “Rhythm and Melody in Gelada Vocal Exchanges”, Primates, vol. 28, n.º 2, abril 1987, pp.
199-223.
186 © WK Educación
Aspectos didácticos
El ritmo
El ritmo como elemento musical es la división perceptible del tiempo o del espa-
cio en intervalos iguales. Es la sucesión regular de los tiempos fuertes y débiles, or-
denación y proporción de los sonidos en el tiempo. Así pues, esta definición nos que-
da claro que se refiere a un concepto musical, pero términos como sucesión regular,
proporción, ordenación, se podrían extrapolar a otras disciplinas como: a) en el cine,
el ritmo es el movimiento que se imprime a la acción en una película y se consigue
adecuando la duración de cada plano y los recursos sonoros, icónicos y expresivos
que se utilizan. El ritmo puede lograrse con planos de corta duración y numerosos,
en un ritmo rápido, con planos de larga duración y muy poco numerosos, en un ritmo
lento, planos cada vez más breves o cada vez más largos (in crescendo), o sin norma
fija, con cambios bruscos. Los sonidos y la música pueden apoyar el ritmo de las
imágenes; b) en literatura, es el orden acompasado en la sucesión de las palabras de
una obra literaria; c) en plástica, la repetición de una serie de elementos plásticos; d)
en medicina, el ritmo cardiaco es la frecuencia del latido del corazón.
El ritmo es un elemento que proporciona unidad, permite una estructura, favorece
un desarrollo y hace previsible una acción. El movimiento es ritmo en el espacio, el
lenguaje contiene ritmo en las sílabas, las palabras, las frases. Tener de referente el
ritmo en Atención Temprana es fundamental para ayudar al desarrollo del niño/a, para
potenciar su comunicación con el adulto, para establecer un orden en su comunicación
con el medio ambiente. Con los niños nos comunicamos mediante estructuras rítmicas
que adoptamos desde el mismo momento en que nacen (e incluso antes): les mecemos,
les hablamos pausadamente, con un tempo5 lento, tenemos en cuenta cómo se mueven,
cuál es su ritmo, su tempo cuando respiran, cuando duermen, cuando nos miran…
A. Perinat escribe: “Los ritmos constituyen la matriz de la comunicación al estado
puro. Es aquel nivel en que meramente se hace patente la disposición recíproca de
aceptarse como comunicantes”. Podemos ver aquí la interacción rítmica que existe
entre el bebé y la madre o el adulto que le cuida en esa comunicación preverbal, de la
reorientación de la acción hacia el otro que la interpreta y completa6. Este espacio de
intención comunicativa entre el bebé y el adulto es la base de la actuación musicotera-
péutica, teniendo en cuenta el aspecto rítmico de la intervención. Pero no es el único:
la melodía, junto con el ritmo, está presente en ese intercambio comunicativo desde el
nacimiento del niño/a; la importancia de la voz en la comunicación preverbal.
5. Frecuencia media del pulso, parámetro musical que determina la velocidad de un hecho sonoro;
por ejemplo, al hablar, caminar, tocar, bailar, expresarse...
6. Español, S. (en prensa): “Live movement in symbol formation”, en J. Valsiner y A. Rosa (eds.):
The Cambridge Handbook of Social-Cultural Psychology, Cambridge: Cambridge University Press.
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Atención Temprana en educación infantil
La melodía
La melodía es una sucesión organizada de tonos, enlazados en el tiempo para
producir una expresión musical coherente. En términos de la música occidental, la
melodía es (junto con el ritmo) el aspecto horizontal de la música que avanza en el
tiempo, mientras que la armonía es el aspecto vertical, el sonido simultáneo de tonos
distintos. Laurent Miroudot: “La conducta musical (de todas las culturas) se basa en
el principio de que si parece tan universal es porque está profundamente afianzada
en la naturaleza biológica del hombre, el ritmo de las acciones, de los gestos, las vo-
calizaciones, todo esto es compartido y esta sintonía está acordada por los sistemas
afectivos y motores que permite la interacción y el intercambio”.
Encontramos melodía en el habla, en las vocalizaciones y balbuceos de los bebés.
Según la entonación de nuestras palabras y frases expresamos emociones diferentes,
si nuestra voz es cálida y pausada, con una entonación suave y melódica, difícil-
mente podríamos expresar angustia o rabia, pero si, por el contrario, nuestra voz
es enérgica y utilizamos un tono grave, seguramente expresamos sensaciones muy
parecidas o próximas a las anteriores.
Laurent Miroudot sigue diciendo: “Hay una tradición en la psicología del desa-
rrollo que encuentra el origen de la emoción y de la vida afectiva en la tonicidad y
la motricidad de la expresión. En un reciente artículo, la prestigiosa revista Musicae
Scientiae revela que la calidad y la eficacia de la comunicación entre los niños y en-
tre éstos y los adultos depende de lo que podemos llamar ‘musicalidad’ de los com-
ponentes de la interacción”7. Esta musicalidad viene dada por los componentes me-
lódicos de la voz de los interlocutores. Edgar Willems también hace referencia a la
importancia del uso de la melodía en la primera etapa del desarrollo del niño, ya que
según este autor, “la melodía está directamente relacionada con la afectividad”8.
La armonía
En la armonía, el principal elemento es el “acorde”. Un acorde está hecho de una
simultaneidad de sonidos. Tiene un valor afectivo que proviene de los intervalos
melódicos que lo componen. Pero lo que caracteriza la armonía es la síntesis, que
es la capacidad de análisis, y ésta es de índole mental9 (E. Willems). El elemento
melódico puede realizarse y ser creado sin ayuda de la inteligencia: un grito, un
7. Miroudot, L.: Structuration Mélodique et Tonalité chez L’Enfant, Ed. Harmattan, París (2000).
8. En su libro Bases psicológicas de la educación musical, Ed. Universitaria de Buenos Aires,
Buenos Aires 1979.
9. Ibídem
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
2. ¿QUÉ ES LA MUSICOTERAPIA?
190 © WK Educación
Aspectos didácticos
Por tanto, la musicoterapia es una terapia que usa la música como elemento tera-
péutico. Hace falta un profesional cualificado y una metodología de trabajo con unos
objetivos a desarrollar, y éstos vendrán determinados por el ámbito de aplicación en
que la terapia se lleve a cabo.
12. En ningún momento es una lista cerrada, sino una orientación de objetivos por orden alfabético.
© WK Educación 191
Atención Temprana en educación infantil
Educativo: centros de Educación Especial, escuelas de Música, escuelas in-
fantiles, centros de Atención Temprana, aulas específicas, aulas de diversifi-
cación, IES…
Sanitario. hospitales: salud mental, geriatría, neonatos, oncología, rehabilita-
ción neurológica, psiquiatría, pediatría, cuidados intensivos pediátricos, per-
sonas en coma. Musicoterapia hospitalaria en general.
Social: centros de acogida de menores, instituciones penitenciarias, centros de
rehabilitación de personas con adicción a drogas y otras sustancias...
192 © WK Educación
Aspectos didácticos
niño una necesidad de comunicar. Hay una “intención comunicativa” cuando el bebé
balbucea o usa el sonajero. “La intención de hacer música, el gesto que convierte esa
intención en sonido, la experiencia de los que escuchan, que saben reconocer esas
intenciones y esos gestos, son los puntos de partida para entender la percepción del
bebé de la música, y no el objeto acabado” (Brailovsky, 2000)13.
Los recién nacidos son seres muy frágiles, en constante cambio. Todo está por
hacer en su cerebro y en su cuerpo, todo debe presentarse de forma coherente para
un buen desarrollo. El encéfalo contiene 100.000 millones de neuronas al nacer, y
cada una desarrolla una media de 15.000 sinapsis a los tres años de edad. Confor-
me se desarrollan unas sinapsis, otras desaparecen. La experiencia tiene un efecto
directo sobre las propiedades físicas del encéfalo. El medio ambiente en el que el
niño se encuentra influye directamente sobre su desarrollo. Experiencias traumáticas
pueden crear alteraciones perdurables en los sistemas neurotransmisor y endocrino,
que producen respuestas directas en el estrés, aumentando el riesgo de enfermedades
mentales. Por tanto, los factores biológicos, psicológicos y sociales se combinan
para modular el desarrollo.
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Atención Temprana en educación infantil
194 © WK Educación
Aspectos didácticos
La influencia del medio ambiente en el desarrollo del niño es un tema tratado por
todas las corrientes psicológicas actuales. Es en el primer año de vida cuando se es-
tablece el “impulso básico” (Eric Erikson), a través de la respuesta del adulto frente
a las necesidades del niño. Durante los años cincuenta del siglo pasado, numerosos
estudios sobre lactantes en hospitales documentaron la importancia de la carencia
materna y señalaron la importancia del apego.15
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos didácticos
Los lactantes deben recuperar o superar su peso de nacimiento a las dos semanas
de edad. El hecho de estar en un medio ambiente adecuado que favorezca la rela-
jación del bebé permitirá que éste gane peso antes. La sonrisa se produce de modo
involuntario y el bebé gira la cabeza hacia la voz de la madre (memoria de reconoci-
miento auditivo). Estudios realizados por la doctora J. Standley19 ponen de manifies-
to la importancia de usar la música como elemento terapéutico con bebés de riesgo.
Canciones de cuna grabadas y escuchadas por el bebé en la incubadora a través de
auriculares proporcionan los siguientes beneficios:
1) Mejoran los niveles de saturación de oxígeno.
2) Incrementan el aumento de peso.
3) Acortan la estancia hospitalaria.
Estas canciones pueden corresponder a melodías escogidas por el musicoterapeu-
ta, teniendo en cuenta las características del niño y del medio ambiente, con el fin de
enmascarar sonidos desagradables de la sala, y proporcionar un estímulo adecuado
al bebé. La voz cantada de la madre es otra posibilidad de actuación con el bebé,
aunque cuando éste se encuentra en incubadora es difícil actuar directamente, y se
opta por grabar la voz de la madre y ponérsela al bebé a través de unos altavoces que
se encuentran en la incubadora.
Las actividades del cuidador proporcionan estímulos visuales, olfatorios y auditi-
vos que favorecen el desarrollo cognitivo. Los bebés en esta edad pueden emparejar
18. Citado por Rodríguez, C.: “La biología se orienta hacia el otro. En el principio es el ritmo”.
19. Standley, J.: Meta-análisis, eficacia de la Musicoterapia en niños prematuros (2002).
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Atención Temprana en educación infantil
Hacia los dos meses, la aparición de sonrisas voluntarias y un mayor contacto ocular
marcan cambios importantes en la relación padres-hijo. La regulación mutua adopta la
forma de intercambios sociales complejos. “Para Piaget, la biología desemboca en la
acción individual, mientras que para Wallon la biología hace que el niño se oriente hacia
el otro. Está socialmente orientada. Y al principio se manifiesta básicamente a través
de las emociones” (Rodríguez, 1999). El bebé interactúa con la música, antes de poder
interiorizar formatos y características que definen a la música, reacciona corporalmente
ante estímulos sonoros, imita y explora. Los bebés de cuatro meses se interesan por un
mundo cada vez más amplio. Interactúan con su cuerpo, responden a patrones rítmicos
y a los cambios en la intensidad de la voz del adulto, distinguen la voz de la madre
(diferente timbre) de la de otra persona. La interacción es un hecho preventivo en el de-
sarrollo del niño. Para vivir, el ser humano necesita respirar, alimentarse y comunicarse.
La interacción del niño con el otro es necesaria para un buen desarrollo físico, cognitivo
y emocional. Los niños de esta edad exploran el mundo con poca posibilidad de acción,
“el bebé, ojo que mira sin posibilidad de acción” (Rodríguez y Moro, 1999); si además
encontramos dificultades añadidas, como que el niño presente algún tipo de discapaci-
dad, el hecho de la actuación terapéutica en estas edades es básica.
¿Qué ofrece la musicoterapia?
Los símbolos son un producto de la comunicación del niño con las personas que le
rodean, hay una comunicación intencional en el bebé. La musicoterapia, al tratarse de
una terapia que utiliza la música y el sonido como medio de comunicación no verbal,
favorece la comunicación con el niño en cualquier circunstancia, a través del sonido, el
ritmo, la música y el silencio. Gracias a los usos simbólicos, los objetos pueden transfor-
marse y significar muchas cosas; analizar cómo se produce su adquisición es un objeti-
vo del trabajo en musicoterapia y discapacidad (relación prelingüística con el objeto).
En el periodo sensoriomotor encontramos:
200 © WK Educación
Aspectos didácticos
1) Presencia del objeto. El uso de objetos musicales por el bebé, como sonaje-
ros, propicia una actuación musicoterapéutica por parte del adulto, atendien-
do al ritmo como parámetro esencial de la música.
2) Inicios de la comunicación. Comunicación no verbal a través de la actuación
musical.
3) Primeras conductas inteligentes. Durante la infancia, los niños sin problemas
vocales cantan y balbucean: pueden emitir sonidos únicos, producir patrones
ondulantes y tonos prosódicos. Los bebés de cuatro meses pueden igualar la
estructura rítmica propuesta por el adulto20. También pueden involucrarse en
juegos sonoros que muestran propiedades creativas y generativas.
Los niños de esta edad exploran su cuerpo, se miran intencionadamente las manos,
vocalizan, balbucean. La sensación propioceptiva de mantener la mano levantada y
mover los dedos se acompaña siempre de la visión de los dedos moviéndose. Las
canciones que mantienen la atención sobre este segmento corporal son adecuadas
para hacer una intervención en musicoterapia tanto con niños con discapacidad o sin
ella. Sólo hay que tener en cuenta el tiempo de respuesta a la acción. El niño que mira
al mundo externo interacciona cada vez más. La música le ofrece el vehículo para
entender lo que éste presenta ante sus ojos y sentidos.
Las expresiones primarias de ira, alegría, interés, miedo, disgusto y sorpresa aparecen
en contextos adecuados. Cuando no es así, la música puede ayudar a entender qué ocurre
con ese estado emocional. Sócrates reconoció las relaciones entre modos musicales espe-
cíficos y distintos rasgos de carácter humano, asociando los modos jónico y lidio con la in-
dolencia y la apatía, y los modos dórico y frigio con el valor y la determinación. Stravinski
dijo que “la música se expresa a sí misma [...] un compositor trabaja en la encarnación de
sus sentimientos y desde luego se puede considerar como los expresa o simboliza...”21.
Las razones de los efectos de la música están directamente relacionados con los
estados emocionales, motivacionales y perceptivos del oyente.
4.3. De 6 a 12 meses
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Atención Temprana en educación infantil
externalización del movimiento, incorporando el uso del objeto. Cada acción repre-
senta una idea no verbal sobre la intencionalidad de la propia acción. La llegada de
la constancia del objeto corresponde con cambios cualitativos en el desarrollo social
y comunicativo. El juego temporal con el objeto manifiesta la constancia de elemen-
tos musicales en la acción y en la interpretación de esa acción por el adulto. El bebé
juega con el sonajero, lo percute, para, vuelve a percutirlo, con una secuencia rítmica
que permite la interacción del otro.
El que el niño se relacione de esta forma permite que el propio niño cree un códi-
go, un sistema semiótico de comunicación basado en un elemento musical como es
el ritmo, y el adulto responde utilizando el mismo código que el bebé. El lenguaje no
verbal es rítmico, musical y sonoro. Piaget dice que “hay un cambio en el desarrollo
muy importante que se produce cuando emergen conductas anticipatorias nuevas
en relación con objetivos funcionales también nuevos”. Darwin defendía que “los
movimientos de la expresión en la cara y el cuerpo son de la mayor importancia [...]
sirven como los primeros medios de comunicación entre la madre y su hijo”, y éstos
son básicamente rítmicos (1872, citado por Rodríguez, 2003).
En este sentido, es importante reflexionar sobre lo que dice Daniel Brailovsky
en La música en el jardín maternal. Este autor describe así el proceso anterior a la
producción del sonido por parte del niño: “Antes del sonido hay una intención de
producirlo, un gesto que lo sustenta, que lo dibuja y lo anticipa. A estos gestos, que
sin ser lo mismo guardan también relación con lo que usualmente llamamos ‘modos
de acción’, subyace una importante capacidad: la de percibir el efecto sonoro como
propio, que el bebé sepa que ese sonido lo ha producido él, y que tiene el poder de
repetirlo si lo desea, de cambiarlo, de dirigirlo, de variarlo y transformarlo. El sonido
nos interesa, pero es sólo el punto de llegada. El deseo de producirlo lo antecede. Y
entre esa intención y ese sonido está el gesto. Esta relación entre el gesto y el efecto
sonoro del gesto es el primer eje de trabajo que se propone”.
El gesto sonoro-musical puede manifestarse de diferentes formas: rítmico, meló-
dico, vocal, instrumental, corporal...
El hecho de que el bebé haga un gesto sonoro-musical y tenga por parte del adulto
que interacciona con él una respuesta, hace que empecemos a entender que hay todo un
lenguaje no verbal, musical por excelencia, con todos los elementos musicales (tono,
intensidad, timbre y duración) de los que el ser humano se sirve para comunicarse.
El elemento rítmico está presente en todas las culturas, es el “organizador e im-
pulsor de energía” (Thayer Gaston, 1993), el ritmo por sí solo establece el orden
temporal de la música, posibilita la acción con el otro. Mediante el movimiento in-
teractuamos con nuestro cuerpo. Damos información acerca de nuestro estado emo-
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Aspectos didácticos
4.4. De 12 a 18 meses
22. Cassiers, F.: El silencio: dificultades en sesiones de musicoterapia, Buenos Aires (2004).
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Atención Temprana en educación infantil
niño tiene impedida la marcha por alguna discapacidad física, los padres y cuidado-
res deben facilitar la exploración. Los juegos rítmicos que precisan de movimientos
en el espacio son muy adecuados, y facilitarán la tarea a los padres y educadores,
proporcionando al niño un mayor control sobre la idea de proximidad y separación.
Podemos coger al niño en brazos y bailar con él, ayudarle a sentir la separación y la
distancia aunque esté en silla de ruedas. Nuestros movimientos deben ser sencillos
y coherentes. La música escogida debe tener un ritmo adecuado al ritmo del niño.
Aparte del movimiento, el lenguaje es el gran protagonista en esta etapa. El niño
pasa de un lenguaje receptivo al expresivo, responde de forma adecuada a varias
expresiones simples. Es muy importante tener en cuenta los elementos musicales
en el lenguaje de los niños de esta edad: el tono, la intensidad y sobre todo el ritmo
actuarán como elementos comunicativos y descriptivos del lenguaje verbal.
El lenguaje depende de la integración simultánea de un número de procesos. En
la producción del lenguaje hay tres procesos simultáneos: 1) emite sonidos; 2) se
activan sintagmas en un formato de comunicación fonético, y 3) se planifica el resto
del enunciado. Las sílabas acentuadas (los acentos establecen el ritmo en el lenguaje)
tienen mayor amplitud que las no acentuadas y presentan vocales más largas (200
sílabas por minuto en el habla normal). La secuenciación correcta del habla está
basada en un principio rítmico subyacente (la poesía se recuerda por su ritmo). “Es
posible que haya una especie de compás biológico subyacente que permita a los se-
res humanos organizar el lenguaje en una secuencia temporal” (Lenneberg, 1967).
¿Por qué los niños empiezan a hablar espontáneamente entre los 18 y 28 meses?
Lennberg propuso cuatro características de las conductas biológicamente programa-
das referentes al lenguaje:
1) La conducta surge antes de que sea necesaria.
2) Su adquisición no es consecuencia de una decisión voluntaria.
3) Su adquisición no viene determinada por sucesos externos, el entorno facilita
que el desarrollo de esa conducta sea el adecuado. ¿Qué ocurre cuando el
niño se encuentra en un medio ambiente inadecuado? (niños en situación de
riesgo, ambiente hospitalario, incubadoras…).
4) La instrucción explícita y la práctica intensiva tienen escasos efectos.
Explicación de los apartados:
1) El lenguaje se desarrolla antes de que el niño lo necesite para vivir (los pa-
dres satisfacen las necesidades de los niños antes de que éstos adquieran el
lenguaje).
2) Los niños adquieren el lenguaje sin tomar ninguna decisión consciente al
respecto.
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
“El niño incorpora los movimientos de danza pautados por la cultura. Su expe-
riencia con los antecedentes de las artes temporales hace que pueda reconocer
los movimientos prototípicos del flamenco a partir de las múltiples exposicio-
nes a su regularidad variada y ornamentada. Tiene además una larga historia
evolutiva con el moldeado temporal del movimiento que lo torna capaz de
percibir la dinámica alternada del movimiento de la danza flamenca y de reali-
zarlo con tal maestría que es inmediatamente reconocido por quien lo observa.
En los movimientos del niño se transparenta la corporeidad de la cultura en
la que está inmerso. Es la forma del movimiento destilada en su cultura, su
manera de moverse, lo que ha incorporado. El estilo de movimiento, que varía
radicalmente de una cultura a otra, deviene así en un mediador para la acción
comunicativa” (Español, S., 2005).
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
El niño en esta etapa camina con marcha segura y corre estable antes de los 3
años. Sube y baja escalones de uno en uno, abre puertas, salta. A los 30 meses sube
escaleras alternando los pies. A los 36 meses manifiesta mayor sentido del equilibrio,
se puede mantener momentáneamente sobre un pie. A los 4 años sus movimientos
son mayores y precisos, salta a la pata coja, monta en triciclo… Las propuestas mu-
sicales de baile y movimiento pueden tener mayor dificultad y estructura compleja.
Puede aprender y recordar pasos de danzas sencillas.
El desarrollo del lenguaje ocurre con mayor rapidez entre los 2 y los 5 años. El vo-
cabulario aumenta hasta más de 2.000 palabras. Las frases son más elaboradas, incor-
porando todos los elementos gramaticales importantes. Utiliza un lenguaje expresivo
y el medio ambiente es determinante en su adquisición. Aunque la experiencia influye
en la velocidad de adquisición del lenguaje, muchos lingüistas creen que la base para
el aprendizaje del lenguaje está en el encéfalo. “Los niños no imitan simplemente el
habla de los adultos; por el contrario, abstraen las reglas complejas de gramática des-
de el lenguaje del entorno y generan hipótesis implícitas” (R. Needlman).
El lenguaje funciona como barómetro crítico del desarrollo cognitivo y emocio-
nal del niño, desempeña un papel determinante en la regulación de su conducta y
le permite expresar sentimientos como la ira y la frustración sin interpretarlas. Los
elementos musicales del lenguaje permiten esa interpretación. Un niño sube la in-
tensidad de su voz si está enfadado, así como habla más pausadamente y con una
entonación más suave para expresar su ternura. El adulto se da cuenta del estado de
ánimo y afectivo del niño por la entonación e intensidad de su voz. De esta manera,
también podrá utilizar de forma consciente estos elementos musicales para hacer ver
al niño cómo es su emoción y su actitud.
Las experiencias musicales que se pueden ofrecer a los niños de esta edad a través
del juego cada vez son de mayor complejidad. Reconocer diferentes ritmos percuti-
dos con las manos o escuchados a través de la música grabada. Distinguir los cambios
de intensidad en la voz o al tocar un instrumento. Diferenciar algunos timbres, como
sonidos de tambores o sonidos de otros instrumentos de cuerda o viento. Acompañar
el canto con un instrumento musical como cascabeles, xilófonos, o cualquier ins-
trumento de pequeña percusión, generará en el niño una idea de unidad y estructura
básica para su desarrollo. Utilizar este recurso musical con niños con discapacidad
física, psíquica o sensorial normalizará su desarrollo a través de la acción conjunta
con el adulto en igualdad de condiciones. El adulto en este momento se coloca ante
el niño como un interlocutor que usa el mismo lenguaje, el sonoro, y este lenguaje
tiene la capacidad de amoldarse a la acción y límites de los interlocutores.
208 © WK Educación
Aspectos didácticos
Todos estos juegos musicales permitirán que el niño adquiera mayor experiencia
en lo sonoro, y favorecerá su desarrollo musical. Desde los primeros años de la in-
fancia, encontramos procesos creadores que se reflejan sobre todo en sus juegos. Du-
rante este periodo, el juego se caracteriza por ser el eje de la vida del niño, los juegos
musicales son una de las primeras experiencias estéticas que el niño va a vivir. En
esta etapa el juego es más complejo e imaginativo. La creatividad inherente a todos
los juegos se pone de manifiesto sobre todo al realizar cualquier tipo de actividad
artística.
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos didácticos
Los niños, desde muy pequeños, son capaces de distinguir diferentes tipos de
emociones a través de la observación de las expresiones faciales de los adultos. Los
niños pueden saber con facilidad lo que los demás sienten porque los sentimientos
suelen reflejarse en el gesto facial, pero también reconocen distintos estados de áni-
mo y emoción por la entonación de la voz, su intensidad y el ritmo y acento de la
frase. Es por eso que cuando estamos con niños que presentan alguna alteración, o
que tienen algún tipo de discapacidad señorial (falta de visión o audición), el adulto
debe tener en cuenta estos elementos musicales y sonoros en la interacción con el
niño en su desarrollo.
Los estados emocionales son transparentes, podemos mentir con las palabras,
pero no con la voz y el gesto. Uno de los primeros científicos que hizo observaciones
minuciosas en este sentido fue Darwin23, que observó la gran similitud que existía
entre las expresiones faciales de diferentes culturas. Partiendo de estas semejanzas
planteó que las expresiones emocionales tienen una base innata y universal.
“Las emociones son los hilos que mantienen unida la vida mental” (Le Doux,
1999). Las emociones son funciones biológicas del sistema nervioso, el ubicarlas
dentro de los mecanismos cerebrales no es alejarlas de su estudio psicológico.
Cuando el cerebro se divide, deja de existir comunicación entre ambos hemisfe-
rios; las funciones del lenguaje se localizan en el hemisferio izquierdo, y si a una
persona con el cerebro escindido se le muestran estímulos que sólo ve el hemisferio
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Atención Temprana en educación infantil
Los impulsos de ver, oír, tocar y gustar son tan naturales e intensos como el deseo
de comprender. “Una emoción es un sentimiento consciente” (Le Doux, 1999), los
sentimientos conscientes, como el miedo, el enfado, la alegría…, no son diferentes
de otros estados de consciencia como la percepción del tamaño de un objeto, o que
una frase que acabamos de oír se ha dicho en un idioma que desconocemos; lo que
difiere entre sentir una emoción y percibir algo son los sistemas que proporcionan la
información al mecanismo del conocimiento consciente.
Las áreas prefrontales del cerebro gobiernan nuestras reacciones emocionales. El ca-
mino nervioso más largo de los que sigue la información sensorial no va a la amígdala,
sino al neocórtex y a sus muchos centros para asumir y dar sentido a lo que se percibe.
Esa información, así como nuestra respuesta, la coordinan los lóbulos prefrontales. En
el neocórtex, una serie de circuitos registra y analiza esta información, la comprende
y organiza gracias a los lóbulos prefrontales, y la respuesta emocional la dictará el ló-
bulo prefrontal trabando con la amígdala y otros circuitos del cerebro emocional. Las
conexiones nerviosas existentes en el córtex prefrontal y el sistema límbico resultan
esenciales para ajustar las emociones y ayudarnos a navegar a través de ellas.
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Aspectos didácticos
24. Blacking, J.: “A Commonsense View of All Music”, Cambrige University Press, Cambridge
(1987). (Citado por Store, A. La música y la mente, Paidós, p. 45, Barcelona, 2002.)
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Atención Temprana en educación infantil
25. Olmo, M. J. del: “Institute for Internacional Research”, UCIs 2004 (conferencias nov. 2004).
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
cuida como si buscara orientación: una expresión temerosa por parte del adulto o
una falta de expresividad inhibe su exploración. Sus emociones irán cambiando y se
irán diversificando, así como la expresión de éstas sobre el cuerpo (a través del tono
muscular y de la tensión). Entre los 13 y 18 meses, el niño comienza a mostrarse
amoroso: besos y abrazos no se hacen esperar a medida que explora las sensaciones
agradables que trae consigo el contacto físico.
A partir de los 15 meses pueden aparecer los celos. A esta edad, el narcisismo está
en furor, acompañado de nuevos sentimientos como celos, ansiedad, confianza en sí
mismo, orgullo y frustración. Con estas emociones surge también la habilidad del
pequeño para expresarlas de forma sutil e indirecta. También puede desarrollar mie-
do frente a cualquier situación. Una forma de atender las necesidades emocionales
del niño es dedicar tiempo al contacto físico: abrazarlo, tocarlo y besarlo siempre
que se pueda.
Los niños entre 19 a 24 meses entran en un periodo emocional de difícil manejo,
el deseo de independencia y autonomía del menor está en contraposición con su ne-
cesidad de dependencia. Esta fase de desarrollo está marcada por un fuerte egocen-
trismo. El camino a la independencia es su principal ocupación, lo que puede resultar
frustrante para los padres.
A los 24 meses se produce un cambio importante: el niño comienza a consolar de
forma deliberada. Se vuelven expertos en provocar situaciones que desencadenen
diferentes estados emocionales en otra persona, como enfadar o consolar al otro
deliberadamente. Los niños que sufren maltrato físico no suelen mostrar interés ante
un niño afligido, incluso pueden mostrar hostilidad.
Entre los 2 y 3 años, los niños pegan de un modo más o menos involuntario cuan-
do se les frustra o no pueden conseguir algo que quieren, sin intención de hacer daño,
aunque a veces utilizan estrategias. Las investigaciones sugieren que la interrupción
temprana del desarrollo emocional y las relaciones con quien está a cargo del cuida-
do del niño pueden tener consecuencias negativas a largo plazo.
El desarrollo del cerebro de los niños más pequeños apunta a la importancia de las
primeras experiencias no sólo para el desarrollo cognoscitivo sino también, de ma-
nera significativa, para el desarrollo emocional. Los niños que han carecido de calor
y cuidado en sus relaciones pueden experimentar consecuencias adversas tales como
malos resultados escolares y dificultades en establecer relaciones ricas y afectuosas
hacia otras personas. El sistema biológico del niño, en conjunción con experiencias
de tensión a temprana edad asociadas con la pobreza, el abuso de sustancias tóxicas
por parte de los padres y las enfermedades mentales, pueden debilitar el desarrollo
del cerebro y preparan el terreno para un comienzo temprano de los desórdenes de
216 © WK Educación
Aspectos didácticos
1) Empatía hacia el bebé, a través del ritmo, del acento de frases y palabras,
mediante el tono de voz y su intensidad y de los movimientos del cuerpo.
2) Estimular la expresión de sus emociones, con melodías conocidas por él o
nuevas que le ayuden a calmarse en estados de irritación o ansiedad.
3) Poner nombre a lo que sienten cuando no son capaces de hacerlo por sí mis-
mos, bien de forma verbal o a través de la expresión musical con instrumen-
tos de pequeña percusión que les sirvan como válvula de escape.
4) Ponerle límites claros, coherentes y adecuados a su desarrollo. El hecho de
tocar alguna pieza musical con otros niños donde debe actuar de un modo
concreto y estructurado, tocando o dejando de tocar en un momento determi-
nado, son límites a sus acciones que establece la propia dinámica musical.
5) Ayudarle a salir de las rabietas y a entrar en calma. La elección de piezas mu-
sicales por el adulto, adecuadas para esos estados emocionales, escucharlas
con ellos y trabajar la respiración.
6) Utilizar un tono de voz adecuado al dirigirnos a él.
7) Calmar y enseñar a calmarse cuando está nervioso. Enseñarle a trabajar el
control de su respiración, haciéndola más calmada en situaciones de agita-
ción nerviosa.
8) Expresar con claridad de forma no verbal y verbal todo tipo de emociones.
9) Ofrecerle oportunidades para elegir y demostrar su “poder personal”. Grabar
sus improvisaciones y juegos musicales, escuchando con él después el re-
sultado de éstas, y haciéndole ver lo bonitas y artísticas que son, sobre todo
porque son suyas y nacen de su creatividad.
10) Elogiar su comportamiento positivo y la expresión adecuada de emociones,
a través del uso de los instrumentos musicales, sobre todo teniendo en cuen-
ta la importancia de utilizar cambios en la intensidad del sonido al tocar los
instrumentos (muy fuerte, demasiado fuerte, suave, muy suave…).
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Atención Temprana en educación infantil
7. CONCLUSIONES
218 © WK Educación
CAPÍTULO VII.
EL ÁREA ARTÍSTICO-PLÁSTICA
EN EDUCACIÓN INFANTIL
El ejercicio mental y físico realizado para conseguir llevar a término la obra plás-
tica, nos pone en forma como seres pensantes y “obrantes” y ese estar en forma lo
podemos hacer extensible a otros órdenes de la vida. Esto lo saben muy bien médicos
© WK Educación 221
Atención Temprana en educación infantil
y terapeutas, que utilizan en muchos casos el quehacer artístico plástico para ayudar
a sus pacientes.
26. Para ampliar este punto ver “Procesos de creatividad en la expresión Plástica para la educa-
ción primaria” de Mª Isabel Merodio de la Colina, en Oriol de Alarcón, Nicolás (Coord.) (2001): La
Educación Artística, clave para el desarrollo de la creatividad. Madrid, Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte, Instituto Superior de Formación del Profesorado.
222 © WK Educación
Aspectos didácticos
lores, lo que se quiere contar; conocer los materiales que suelen utilizarse
para ello, saber cómo se emplean y poseer la práctica suficiente para que sea
un verdadero instrumento al servicio del ser humano. Cada vez que el artista
creador -niño o adulto- intenta concretar plásticamente sus ideas, tiene que
utilizar su creatividad para:
Seleccionar ideas, conceptos. De todo lo que ha visto o sentido tiene que
seleccionar lo que quiere decir o transmitir.
Seleccionar técnicas, materiales. Hay que decidir también con qué téc-
nica y materiales se va a llevar a cabo. No da igual seleccionar una u otra
técnica. Si utilizamos acuarelas conseguimos transparencias difíciles de lograr
con ceras empastadas, y si damos gruesas pinceladas con pintura de témpera
conseguimos efectos diferentes a las imágenes creadas por ordenador. Cada
una de esas texturas expresan cosas diferentes, de forma distinta.
También hay que:
Seleccionar tipo de trazados, forma, color, claroscuro, texturas, etc. Cada
línea que se traza, cada color o forma que se selecciona, cada zona que se re-
llena o elabora supone un cúmulo de decisiones creativas en cada momento.
Otro punto sería:
Utilizar su sensibilidad artística para realizar la obra. Porque no se trata
sólo de expresar, sino de hacerlo artísticamente. Por eso no es suficiente con
saber manejar los materiales y las técnicas, ya que se intenta «decir con Arte»,
lo que supone utilizar todos esos instrumentos plásticos de acuerdo con lo que
llamamos conocimientos estéticos, que entroncan la obra con la sociedad y las
diferentes culturas, proyectándola hacia el futuro.
© WK Educación 223
Atención Temprana en educación infantil
ción para cualquier estudio posterior relacionado con el Arte, o cualquiera otro en el
que intervengan estas capacidades, aunque no sea necesariamente artístico.
Si pensamos en el desarrollo de la personalidad y del sentido estético, la actividad
artística se convierte en un medio con el que establecer un diálogo enriquecedor con el
entorno físico y social del individuo, desarrollando en él capacidades creativas a la vez
que contribuye a que adquiera una actitud estética hacia el medio. Todo ello porque:
Le ayuda a construir pensamiento.
Le proporciona un método de expresión.
Le capacita para apreciar esta forma de lenguaje.
Podemos afirmar sin equivocarnos que es instrumento de formación del ser hu-
mano ya que condiciona su percepción, estructura su pensamiento, le proporciona
un lenguaje expresivo, le permite desarrollar su creatividad y estimula su fantasía e
imaginación; además, puede convertirse en instrumento profesional. Todo ello por-
que incide en aquellos factores comunes a cualquier planteamiento artístico, en su
triple enfoque:
Capacidad de percibir.
Capacidad de realizar y comunicar.
Capacidad de criticar.
Resumiendo, la Educación Artístico-Plástica intenta desarrollar las capacidades
de los alumnos de una manera integral; les ayuda a ser “más personas”, para que
puedan desenvolverse en la vida, integrarse en la sociedad de forma positiva y, en
definitiva, ser más felices. A continuación valoraremos cómo conseguir todo esto.
224 © WK Educación
Aspectos didácticos
emocionado con ellas, que las hemos vivido y las conocemos bien en cuanto a forma,
tamaño, color, textura, olor, etc.
Lowenfeld27 nos explica que, si nos piden que dibujemos algo muy conocido -la
puerta de nuestra casa, por ejemplo- puede ser que no lo sepamos representar si sólo
tenemos de ella conocimiento pasivo. Eso no quiere decir que nos equivoquemos de
puerta al ir a nuestro domicilio; pero si nos avisan que la vamos a tener que dibujar,
la vemos de otra manera, fijándonos en su tamaño, proporción, detalles, etc. De esa
forma convertimos el conocimiento pasivo en conocimiento activo. Si a esa forma
de ver pudiéramos sumarle una experiencia emocionante, agradable o no, todavía
nuestro conocimiento artístico aumentaría.
De ahí que lo primero es “vivenciar” lo que queremos representar. Por ejemplo
dejarles tener experiencias con un perrito, jugar con el, acariciarlo, etc. antes de pedir
que lo dibujen; escenificar lo que vamos a dibujar; hacerles sentir y pensar sobre el
dulzor de una naranja y la acidez de un limón, etc.
Si no sabemos escribir, poco podremos contar por escrito. De igual manera tenemos
que saber utilizar el material plástico para poder expresarnos de esta forma; pero sin
quemar etapas, poco a poco, aprendiendo a utilizar correctamente lápices, pinceles,
pinturas, plastilina, tijeras, arcilla, etc. antes de aprender técnicas más complejas.
Tipos de ejercicios que se pueden realizar para aprender instrumentalidades
Picados
Si los niños son muy pequeños y no saben utilizar el lápiz, comenzar por picados
sobre papel. Emilia Puig Álvarez29 nos propone la siguiente progresión:
Picado libre sobre una hoja de papel sin contornos.
Picado libre sobre una hoja de papel con una línea arriba y otra abajo.
Picado sobre una hoja de papel, dentro de una forma sencilla (círculo, cuadra-
do, triángulo, rectángulo…).
© WK Educación 225
Atención Temprana en educación infantil
Picado entre líneas paralelas (en diferentes hojas de papel, trazamos paralelas
cada vez más juntas).
Picado sobre líneas rectas.
Picado siguiendo el contorno de figuras realizadas con trazos rectos.
Picado sobre líneas curvas.
Picado siguiendo el contorno de figuras trazadas con líneas curvas.
Picado de siluetas varias, realizadas con líneas rectas y curvas.
Los picados preparan para realizar trazos al ejercitar direcciones y grado de pre-
sión. Una vez que saben escribir o dibujar, no es necesario seguir realizándolos.
Ceras
Desde el punto de vista de los aprendizajes instrumentales podemos realizar las
siguientes actividades:
Primer nivel
Dibujar con cada mano o con las dos manos a la vez, realizar trazos en una
dirección dada, simétricamente, siguiendo una música…
Rellenar formas procurando seguir el ritmo marcado por el contorno (hay que
vivenciarlo primero haciendo los movimientos en el aire, si se puede, al ritmo
de una música o canción. Por ejemplo: pintan globos en el aire haciendo círcu-
los mientras cantan alguna canción alusiva, luego lo hacen en el papel.
Procurar que se realicen las formas básicas: de izquierda a derecha y al revés,
de arriba abajo y al revés, en círculos, en forma oblicua en diferentes direc-
ciones…
Segundo nivel
Diferenciar colores claros de colores oscuros. Aprender que los oscuros tapan
y los claros transparentan.
Mezclar colores, dando el color oscuro suavecito y empastar con el claro apli-
cado con más fuerza, para que empaste.
Realizar técnicas de raspados. Cubrir todo con un color de cera y taparlo con
otro color para, posteriormente, raspar.
Tercer nivel
Realizar mezclas cromáticas. Que vean cuántos rosas, verdes, naranjas… dife-
rentes son capaces de conseguir.
Dibujar con ceras muy grasas y “rellenar” los huecos con pintura de acuarela
sobrepuesta.
226 © WK Educación
Aspectos didácticos
Realizar la técnica de raspado partiendo de un fondo de cera que se ha cubierto
de temple y se ha dejado secar.
Lápices, rotuladores, etc.
Primer nivel
Igual que las ceras, pero requiere más precisión al ser unas puntas más finas.
Segundo nivel
Realizar grecas, repetir un motivo inventado.
Superponer formas geométricas.
Tercer nivel
Realizar grecas con motivos de mayor dificultad.
Realizar desplazamientos de formas geométricas.
Realizar composiciones libres con formas geométricas.
Témperas30
Primer nivel
Conocer y diferenciar los colores.
Aprender a escurrir el pincel, calculando la cantidad necesaria que hay que
dejar para pintar sin que gotee.
Pintar primero sobre papel colocado horizontalmente y después en situación
vertical, sin que la pintura se embalse o gotee.
Rellenar a dedo o con pincel las formas trazadas, siguiendo la dirección del
contorno.
Conseguir efectos con los dedos, punteando con el pincel, con tampones, etc.
Segundo nivel
Pintar un color junto a otro sin que se mezclen, cuidando de que el primero
haya secado.
30. Hemos elegido las témperas en lugar de los colores acrílicos, porque facilitan la limpieza poste-
rior. Únicamente habrá que advertir a los familiares para que no laven la ropa que se haya ensuciado
en un programa de elevada temperatura, porque entonces teñirían la prenda. Es suficiente agua del
grifo a temperatura ambiente. Y si no se acaba de quitar la mancha, ponerla al sol, porque decolora.
Los colores acrílicos los podemos utilizar cuando los niños tienen más edad, advirtiéndoles de lo que
pasa si se deja secar la pintura en el pincel o en la ropa, que se plastifica y no se puede arreglar.
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Atención Temprana en educación infantil
Tercer nivel
Primer nivel
Segundo nivel
Tercer nivel
Decorar objetos de arcilla lisos (cuencos, vasijas, etc.) con incisiones, o aña-
diendo formas superpuestas.
Representar personas, animales, objetos, ya sea dados, sugeridos o inventados.
Construir títeres sencillos.
Realizar objetos tridimensionales, sugeridos o inventados, con materiales de
reciclaje.
31. Barbotina. Mezcla que se consigue mezclando la arcilla con agua hasta que queda como un
engrudo que se utiliza para untar las partes a unir de forma que no quede nada de aire en su interior.
Advertencia. Tiene que ser de la misma arcilla que se pretende unir.
228 © WK Educación
Aspectos didácticos
Primer nivel
Aprender a rasgar y cortar primero a mano y posteriormente con tijeras.
Pegar recortes de papel ya sea siguiendo líneas o a partir de consignas dadas.
Rellenar formas dadas con recortes de papel, manteniendo un ritmo o direc-
ción de pegado.
Recortar lo que nos gusta de periódico o revistas.
Realizar plegados sencillos (papiroflexia).
Coser con lanas sobre dibujos, o retículas (sirven muy bien las bolsas de red
en las que vienen muchos productos de supermercado).
Aprender a realizar nudos, lazadas, a grapar papeles, etc.
Segundo nivel
Recortar a mano y con tijera siguiendo la silueta o líneas establecidas.
Dividir en trozos una forma dada mediante cortes y reconstruirla manteniendo
la forma inicial.
Realizar mosaicos sencillos.
Realizar tapices sencillos, pegando, cosiendo, etc.
Realizar formas un poco más complicadas plegando (papiroflexia).
Tercer nivel
Trabajos en equipo: vitrales (con papel celofán), mosaicos, tapices… de acuer-
do con sus propios dibujos previos.
Realizar “collages” con lanas, telas, etc.
Realizar formas de mayor complejidad plegando (papiroflexia).
Aunque sólo sean un medio y nunca el fin último de nuestra enseñanza, es nece-
sario adquirir unas habilidades y destrezas básicas necesarias, al igual que los mate-
riales y técnicas. Sin embargo no tenemos que olvidar que lo importante es generar
pensamiento y querer transmitir lo que sentimos y pensamos; ya lo contaremos como
podamos.
En este apartado entraría todo lo referente a utilizar materiales; por ejemplo: apren-
der a utilizar las tijeras de forma cada vez más hábil, saberlas coger; utilizar la arcilla
sin manchar todo el aula; aprender a graduar la cantidad de pintura del pincel cada vez
mejor; aprender a doblar y grapar papel; aprender a extender el pegamento, etc.
© WK Educación 229
Atención Temprana en educación infantil
Hoy en día parece que hablar de estética es volver a movimientos artísticos del
pasado, porque “se lleva” lo horrible. Nuestros niños ya no juegan con muñecas o ju-
guetes “bonitos” sino con monstruos, extraterrestres, dinosaurios y formas similares.
Sin embargo iniciarles en el aprecio de la Belleza -y/o si se quiere de la Fealdad- su-
pone crear en ellos capacidades de asombro que les predispongan para ver el mundo
con interés y curiosidad, ya vayan a ser artistas, científicos o cualquier otra cosa.
Para ello tendremos que comenzar por dar ejemplo, demostrando que hay cosas
que nos gustan, haciéndoles ver la belleza de un color, de una forma, de un trozo de
papel o de un cromo; da igual. Lo importante es crear el sentido de lo bello. Si no-
sotros no nos emocionamos “públicamente” ante las cosas, ¿cómo podemos esperar
que lo hagan ellos? Podemos establecer en la clase “el rincón de las cosas bonitas”
y que cada uno traiga lo que encuentre: un trozo de cinta de color, una canica, una
hoja caída del árbol…
230 © WK Educación
Aspectos didácticos
Los científicos nos explican que el placer estético es lo más parecido que existe al que
se siente con la droga… pero sin que nos haga daño. Esto nos lleva también a crear.
Esta etapa es, probablemente, una de las que tiene mayores cambios. Desde el
pequeñito casi bebé, hasta la personita de 6 años, hay todo un recorrido con muchas
variaciones. Al principio, cuando somos muy pequeños, reaccionamos casi exclu-
sivamente en función de nuestras sensaciones. Nos atraen los colores con mayor
longitud de onda y casi todo se relaciona a través del tacto. En los bebés, es la boca
© WK Educación 231
Atención Temprana en educación infantil
uno de los mayores centros de relación con lo que les rodea. Por eso se lo llevan todo
a ella.
Cuando ya empiezan a andar, a moverse, es cuando comienzan a interesarse por
los materiales plásticos. Es entonces cuando, un buen día, y generalmente por casua-
lidad, el objeto que tienen en la mano deja una huella en su entorno. Puede ser un
lápiz o un rotulador sobre cualquier superficie, o una línea trazada sobre la arena o el
rastro de la mano sucia sobre un mantel. Cualquier cosa sirve. Si los adultos no nos
entrometemos, asustados de lo que están haciendo: “¡No, eso no, que manchas!”, es
posible que el niño lo repita, como también lo hacen los primates y otros animales,
porque la propia fuerza del trazado gráfico les anima a continuar.
Acaba de comenzar la época del garabateo, en la que los trazados responden a
movimientos kinestésicos, de juego, y por tanto siguen el ritmo de los brazos; prin-
cipalmente:
Trazados oblicuos en forma de flecha.
Trazados en forma de giros circulares.
Con esas sencillas líneas van a comenzar a realizar “garabatos”, al principio sin
ningún sentido, fuera del propio movimiento juguetón.
La progresión que tenemos que realizar con ellos es:
Controlar el gesto en el aire.
Controlar el gesto sobre el papel.
Controlar el grafismo con una motricidad cada vez más fina.
Hacia los tres años -puede ser antes o después, depende de la estimulación visual-
van a comenzar a poner nombre a esos dibujos. Ese trazado informe puede ser un
coche, una nube, una persona…
¿Qué ha ocurrido? Algo muy importante. Acaba de descubrir que puede repre-
sentar el mundo, no sólo con palabras, sino también con formas. Que puede trazar
formas que representen algo. Acaba de entrar en el universo simbólico de los hom-
bres, en el mundo de la representación, y, por primera vez, esa representación ya es
consciente.
Resulta muy curioso. En cuanto comienza a dar nombre a los garabatos, en poco
más de un mes, esos garabatos van a comenzar a tomar forma, van a empezar a
“parecerse” a lo que se quiere representar, van a convertirse en “imágenes”. Sin em-
bargo, como su capacidad plástica es todavía muy limitada, sus formas son muy sim-
ples, esquemáticas, construidas con líneas y círculos, que, si se separan del contexto,
232 © WK Educación
Aspectos didácticos
dejan de ser lo que representan (mano, pie, ojo…). Es lo que Lowenfeld33 denomina
etapa del esquematismo.
Desde aquí hasta los cinco o seis años, sus representaciones van a sufrir variacio-
nes en función del conocimiento activo que hemos explicado anteriormente. Los es-
quemas van a ir adquiriendo cada vez más parecido, van a incluir más y más detalles
de acuerdo con su propia experiencia, hasta alcanzar la etapa del realismo, porque
acaba de descubrir el pensamiento imaginativo y se dedica, con todo interés a la
creación consciente de la forma. En la etapa anterior, si separábamos algún detalle,
la mano de una persona, por ejemplo, se convertía en una serie de líneas exclusiva-
mente. Ahora ya no. Si separamos la mano del contexto lo sigue siendo, porque ya
tiene los detalles suficientes para caracterizarla.
Sin embargo, no nos confundamos. Su realismo no es el realismo mimético de una
fotografía, sino la representación de la experiencia que ha realizado en contacto con
lo que quiere representar. Y, ¿no es esto lo que tratan de hacer los artistas adultos,
incluso los que se denominan hiper-realistas? Eso es lo que hace que, muchas veces,
las obras de los artistas sean más auténticas que la propia realidad. Todavía, hoy en
día, las fotografías logradas con el microscopio electrónico no han conseguido su-
perar la veracidad de algunos de los dibujos que Santiago Ramón y Cajal realizaba
minuciosamente, mirando por un microscopio que ahora nos parece de juguete.
Resulta importante escuchar lo que nos cuentan los niños de su trabajo, verles
cuando lo realizan, intentar entender lo que han hecho, pero sin prejuicios de adultos
que, en muchos casos, nos hacen juzgar de acuerdo con lo que pensamos, más que
intentando averiguar lo que ese pequeño artista ha querido representar.
Los adultos solemos valorar la obra terminada, mientras que los niños, de forma
inteligente, disfrutan con el proceso creativo, se lo pasan bien haciéndolo. Incluso,
en muchos casos, cuando preguntas de quién es un dibujo ya terminado hace un
tiempo, ni siquiera lo reconocen como suyo. Tiene razón Adriana Bisquert cuando
nos asegura:
“Aquello que enriquece al niño en su capacidad creativa no es la obra creado-
ra, sino su proceso creador; es decir, ese suceder continuo de decisiones, de
toma de postura ante un diálogo abierto con aquello que se está creando. ¿Y
no es acaso esto la base de partida de toda educación? Lo que no queda plas-
mado en el papel, aquello que no se puede elogiar como obra maestra, puesto
que no se ve ni se oye, es importante porque ha quedado plasmado en lo más
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Atención Temprana en educación infantil
profundo del ser, y es el alimento de sus raíces que ha sido engendrado durante
el proceso creativo”34.
Arno Stern35 afirma que todos los niños, sean de donde sean, aunque pertenezcan a
países diferentes, comienzan de la forma que hemos explicado. Pero enseguida va a
ser la cultura en que se encuentran la que les marque, configurando incluso su forma
de ver y hacer.
¿Se podría mantener esa visión objetiva infantil durante más tiempo? ¿Podríamos
mantener su creatividad intacta o incluso aumentada, hasta llegar a la edad adulta?
Pensamos que sí, aunque exige de nosotros una gran sensibilidad y preparación.
La persona humana es uno de los temas que más dibujan los niños. Ellos mismos,
su familia, sus amigos… Es posible que la experiencia del propio cuerpo sea una de
las más intensas y probablemente la más antigua. Sabemos que los niños pequeños
van reconociendo el mundo a través de sus experiencias corporales, de su contac-
to físico con lo que le rodea. Tardan bastante en poder ver las cosas, las personas,
“desde fuera”, como algo diferenciado de ellos mismos. Por tanto no es extraño que
el esquema corporal sea uno de los temas que tendremos que estimular y vivenciar,
para que vayan conociéndolo cada vez mejor.
Las primeras representaciones suelen ser una especie de círculo -donde se inclu-
yen otros dos círculos para indicar los ojos- del que salen dos líneas para representar
las piernas y puede ser que otras dos para simular los brazos. Es lo que algunos
estudiosos del tema denominan “renacuajos”. Poco a poco esas formas se van com-
plejizando. Puede ser que se separe la cabeza del cuerpo, o se añadan a los redon-
deles/ojos otro redondel interior para indicar la pupila del ojo. Sucesivamente se
irán poniendo nariz, boca, boca con dientes, pelo, dedos, manos con dedos, pies, se
indicará el vestido, la cintura… Entre las últimas cosas que se suelen integrar están
los hombros y el cuello. Cada vez que realicen una vivencia que les haga percibir de
forma “activa” alguna parte, la integrarán en su dibujo. Por ejemplo: al lavarse los
34. Bisquert, A. (1977). Las artes plásticas en la escuela. Madrid, INCIE, p. 93.
35. Artista que ha estudiado las imágenes infantiles de gran parte del mundo. Entre sus principales
obras escritas están: La expresión y Aspectos y técnicas de la pintura infantil.
36. Llamamos esquema corporal a la imagen que tenemos de las diferentes partes del cuerpo, unas
en relación con otras, y que es la que nos permite situarlo en el espacio.
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Aspectos didácticos
Al principio tanto los brazos, como las piernas, etc., se representan por una única
línea. Cuando comienzan a considerar su corporeidad y solidez, en lugar de una lí-
nea suelen poner dos, para reflejar la consistencia de esa parte del cuerpo. A esto lo
llamamos representación bidimensional.
Desproporciones. Cuando exageran (si lo consideran muy importante) o dis-
minuyen (si les parece secundario) algunas partes o todo.
Omisiones. Se omite lo que no es importante o lo que plantea conflicto o no
se tiene conciencia de ello.
Estereotipo. Denominamos así los esquemas que se repiten invariablemen-
te sin ningún cambio. Sabemos que los esquemas se repiten para afianzarse
en ellos, pero siempre tienen pequeñas (o grandes variaciones) según evo-
lucionan lo que aprecian respecto a ellos. Cuando eso no ocurre, es que su
pensamiento está en otras cosas, posiblemente bloqueado emocionalmente.
Y es necesario saber qué es lo que impide la continuidad del desarrollo, para
poderlo arreglar.
Posiblemente, una de las personas que más ha estudiado el desarrollo de los di-
bujos sobre la figura humana sea Elizabeth Münsterberg Koppitz37. Esta autora ha
seleccionado una serie de ítems evolutivos que separa en grupos ítems básicos, co-
munes, se dan a veces o excepcionalmente, y nos indica cuáles suelen estar en cada
edad.
37. Münstenberg Koppitz, E. (1973): El dibujo de la figura humana en los niños. Buenos Aires, Edi-
torial Guadalupe.
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Atención Temprana en educación infantil
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Aspectos didácticos
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Atención Temprana en educación infantil
5.3. El color
38. No hagáis como yo cuando comenzaba a dar clase, que les repartí unas preciosas hojas de
papel blanco un día que nevaba y ¡claro! cuando quisieron pintar la nieve, vinieron rápidamente a
decirme: “Isabel, estas ceras no pintan”. Hubo que cambiar el papel por otro oscuro para solucionar-
lo. Sin embargo, uno de los niños, al mirar por la ventana, comprobó que los copos se veían oscuros,
ya que estábamos a contraluz. Muy nervioso, comenzó a explicar a los demás: “¡Qué la nieve no es
blanca!” Y enseguida se reflejó este conocimiento en su trabajo.
39. Recordemos que solo vamos a conseguir verdaderos “violetas” si tenemos azul turquesa (cyan)
y rojo púrpura (magenta), porque si alguno de ellos lleva un poco de amarillo, estaríamos mezclando
los tres primarios, y entonces nos daría el marrón.
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Aspectos didácticos
blanco conseguiremos el rosa y no el rojo claro, y con rojo más negro tendremos un
bonito marrón. Sólo nos faltaría conseguir el gris (negro más blanco) o el marrón que
sale de los tres primarios o de un primario y su complementario. Pero todo esto tene-
mos que conseguir que lo aprendan desde la práctica, no como una lección previa.
En cualquier caso, lo más importante es “que vean” y aprecien diferencias de co-
lores y que comiencen a utilizarlos como valor expresivo desde su propia experien-
cia emocional: colores fríos, colores calientes… dejarles experimentar con el color,
que se emocionen con uno diferente que han conseguido, incluso dejarles preparar
el color, mezclar los pigmentos con la cola, que vean cómo cambia su fluidez, cómo
queda. Descubrir la expresividad del color es una experiencia que, desgraciadamen-
te, solemos realizar de adultos, ¿por qué no dársela como “lenguaje materno”? pen-
sar que el color puede representar sensaciones, cosas, personas…
Y, por favor, recordad que “pintar” no es rellenar. Lo que es bueno para aprender
a precisar el gesto de la pre-escritura, puede llevarnos a creer que todo es así: una
línea de contorno y rellenar. Pues no. No es así. Al rellenar estamos haciendo úni-
camente ejercicios de precisión, que son importantes, pero que no tienen nada que
ver con la manera en que los colores construyen una forma como si la estuviéramos
modelando, expresando lo que sentimos, viviendo el color.
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Atención Temprana en educación infantil
en una línea azul que comienza a aparecer en sus trabajos en la parte superior del
papel) y entre medias está el aire que respira. De ahí que, artísticamente, no suelan
“rellenar” ese espacio, porque ¿tiene sentido dar color al aire? Sin embargo, los adul-
tos, con un criterio de obra “terminada” solemos pedirles que lo hagan, con lo que
únicamente demostramos nuestra incomprensión de lo que están haciendo.
Otra posibilidad está en querer representar lo que está cerca y lo que está lejos.
Como todavía no utilizan la perspectiva, lo solucionan con dos líneas base, una para
lo cercano y otra para lo que está lejos, considerando el espacio que queda entre am-
bas como el lugar donde se encuentran las cosas, pero no como un plano de profun-
didad sobre el que están, sino a la manera del hueco que queda entre las bambalinas
de un teatro.
Cada variación de este esquema general supone un cambio en sus conceptos, algo
nuevo que han captado y quieren representar. La línea base se puede curvar para
representar una montaña, o la del cielo transformarse en una especie de embudo, por
el que cae el agua de lluvia, etc.
Otro gran problema estaría en representar algo que ocurre dentro y fuera de un
espacio (una casa, o de una cueva, o algo por el estilo). En ese caso estaríamos
hablando de transparencias o cuadros de tipo rayos x, porque lo solucionan rea-
lizando ambas cosas a la vez. Por ejemplo: el exterior de la casa o de la cueva y lo
que hay dentro.
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Aspectos didácticos
En cuanto al paso del tiempo, puede estar representado de formas diversas, por
ejemplo: En una misma escena lo que ocurre primero y lo que sucede después, en
escenas sucesivas, a la manera de una historieta, etc.40
Pero existe también otra dimensión espacial, la que utiliza en las construcciones
que realiza: cuando crea un espacio para juego, por ejemplo, ya sea para utilizarlo
en persona o para sus juguetes. En ese caso estamos hablando de construcciones en
las que muchas veces se trazan líneas imaginarias que marcan zonas o divisiones,
o en las que cualquier objeto (silla, cojín, caja, etc.) puede ser una casa, un garaje,
una nave espacial o cualquier otra cosa. Esta forma de tratar el espacio es necesaria
para aprender a dominarlo, a controlarlo… (y, ¿quién sabe si no tenemos delante un
futuro arquitecto/a urbanista?).
El concepto de espacio tridimensional lo tocamos también en todos los trabajos re-
ferentes a formas volumétricas. Cuando los niños modelan (arcilla, plastilina…) están
manejando su propia corporeidad y las de los objetos con los que se relacionan.
En la cultura occidental, que se esfuerza por priorizar el enfoque analítico, no es
extraño que la mayoría de los niños realicen sus obras por trozos o partes que poste-
riormente van ensamblando: para hacer un árbol modelan el tronco, la copa, el nido
que está en el árbol, etc. y van uniendo las piezas. Si están trabajando con plastilina
de colores, suelen poner cada parte con el color que le otorgan (el tronco marrón,
la copa verde…). Sin embargo algunos niños, muy pocos, no lo hacen así, sino que
cogen todo el bloque y lo estiran, doblan, pellizcan, horadan, etc. trabajando la forma
en su totalidad, viendo la imagen en su conjunto. Son maneras diferentes de enfocar
el problema. ¿Por qué dos formas tan diferentes de trabajar?, ¿se da más esta segun-
da manera en culturas orientales? No lo sabemos. Sería interesante estudiarlo.
No es lo mismo trabajar con arcilla o con plastilina. La plastilina se reblandece
con el calor de la mano y cuanto más la modelamos más fácil es trabajarla. La arcilla,
en cambio, si se soba mucho pierde agua por evaporación, se reseca y comienza a
cuartearse. Por eso hay que tocarla lo menos posible y, si es necesario, incorporar
agua a la masa. También la forma de guardar el material es distinta, ya que la arcilla
la tendremos que proteger con un paño húmedo y un plástico que la cubra. Todo esto
hay que explicárselo a los niños, para que sus trabajos tengan el éxito que se mere-
cen. Pero no nos tenemos que asustar por usar materiales diferentes. La arcilla es un
material muy noble e insustituible como experiencia. Tampoco estaría de más que
40. Recuerdo el precioso dibujo de una ciudad que estaba realizando una niña, que posteriormente
cubrió cuidadosamente todo de negro, para enseñármelo diciendo con una amplia sonrisa: “Se ha
hecho de noche”. Lo colocamos con los demás en el panel valorando su hallazgo.
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Atención Temprana en educación infantil
6. REFLEXIONES FINALES
El gusto por el Arte se adquiere, no se nace con ello. Venimos al mundo con un
sinfín de capacidades, pero hay que desarrollarlas, llevarlas a término, conseguir
alcanzar el máximo de lo que somos capaces. Solo así seremos personas plenas,
maduras, y podremos disfrutar con el conocimiento y el corazón siempre dispuestos
a emplearse en su totalidad.
Arno Stern41 nos dice que el arte no debe entrar en el niño, sino salir de él. Como
jardineros que cuidan pacientemente sus plantas, tendremos que respetar los diferen-
tes ritmos de crecimiento, sin interferir, pero, eso sí, ayudándoles a crecer, propor-
cionando el apoyo que necesitan en un momento dado, estableciendo las condiciones
para que ese desarrollo se complete de forma armónica.
Ser creativos debe constituirse en un hábito, una forma de actuar que les ayuda a
expresarse en el lenguaje plástico. A veces se nos olvida eso, que estamos hablando
de un lenguaje, y que, como cualquier otra forma de expresión, necesita un tiempo
y unos conocimientos que suelen necesitar más tiempo del que se le otorga en los
planes de estudio. Pero desgraciadamente nuestra sociedad sigue considerando esta
forma de expresión como una “manualidad”, un “adorno prescindible”, en lugar de
comprender su importancia.
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Aspectos didácticos
Tengamos exigencia respecto a que sean cuidadosos, que trabajen a fondo y sin-
ceramente, pero tengamos también un respeto imponente por ese proceso creador
que va producir obras plásticas que responden a una experiencia humana propia e
insustituible, importantísima, aunque venga firmada por una mano de de una persona
con muy pocos años. Y, ¿quién sabe si llegará a ser un (gran) artista? En cualquier
caso estaremos ampliando sus capacidades y posibilitando que puedan disfrutar con
el mundo del Arte. En definitiva, les estaremos haciendo más felices.
© WK Educación 243
BLOQUE 4
ATENCIÓN TEMPRANA
Y DISCAPACIDAD
JUSTIFICACIÓN
En este bloque del libro hacemos un recorrido por las características y necesida-
des de los niños con las principales discapacidades y como se pueden atender en el
aula ordinaria a estos alumnos proporcionándoles el acceso al currículum común y
apoyándoles con programas específicos de rehabilitación.
Dedicamos dos capítulos a la discapacidad sensorial: ceguera y sordera, otro para
a la discapacidad psíquica (los niños de Síndrome de Down) y otro a la discapacidad
física (parálisis cerebral).
El niño ciego o de baja visión
Para poder llevar con eficacia una intervención sobre el desarrollo del niño ciego,
además de tener unos conocimientos lo más amplios posibles del desarrollo evolu-
tivo teórico que ha de seguir cualquier niño, es necesario conocer los efectos que la
ausencia de visión produce en el desarrollo de las personas ciegas, efectos que de
algún modo lo hacen singular. Esto no quiere decir que el desarrollo de las personas
ciegas no pueda sustentarse en las mismas teorías en que lo hace el desarrollo de las
personas que ven, ni tampoco que no exista un cierto paralelismo en la mayoría de
sus adquisiciones.
En primer lugar, se hace una breve descripción del desarrollo evolutivo del niño
ciego: desarrollo cognitivo, manipulativo… para mostrar cuál sería el diagnóstico
evaluativo de todas estas capacidades en el niño ciego. Una vez realizado el diagnós-
tico, el educador puede proceder al tratamiento educativo.
En este tratamiento debe diferenciarse entre el objetivo a lograr en un determinado
momento y/o en una determinada área, por un lado, y las actividades que deben lle-
© WK Educación 247
Atención Temprana en educación infantil
varse a cabo para su consecución, por otro lado. Estas últimas deben estar adaptadas
a las rutinas diarias y los juegos de interacción, propios de los padres con sus bebés.
Han de tenerse en cuenta, las características y necesidades que el niño presenta y
respetar el entorno natural en el que ambos se desenvuelven.
El niño sordo
En el caso del niño sordo, presentamos una experiencia singular en un centro de
educación especial que actualmente sigue una escolarización combinada. Esta mo-
dalidad permite flexibilizar el sistema educativo de tal manera que sea capaz de dar
respuestas que se adecuen a las particularidades del niño y no ser el alumno el que se
adapte a los medios que la escuela ordinaria puede ofrecerle.
Además del enfoque educativo, se apuesta por un enfoque rehabilitador orientado a:
Favorecer el desarrollo y aprovechamiento de la audición desde el momento
en el que existe un diagnóstico de pérdida auditiva.
Desarrollar el lenguaje como vehículo transmisor del pensamiento, del cono-
cimiento y de las ideas.
Posibilitar la autonomía intelectual, facilitándole estrategias que le permitan
desenvolverse en su entorno social.
Es de gran importancia el diagnóstico precoz de la sordera, pues de ahí va a de-
pender su grado de rehabilitación.
Una vez realizada la valoración inicial se establecen una serie de medidas técnicas
y metodológicas que quedarán plasmadas en un programa de habilitación o rehabi-
litación individualizado.
Este programa tiene por objetivo facilitar el desarrollo del niño/a a nivel cogni-
tivo, motórico, social, auditivo y lingüístico. Los objetivos se desarrollarán dentro
de un método pedagógico y rehabilitador de trabajo concreto como es el método
verbotonal, pero no desechamos el lenguaje signado como lengua vehicular que pro-
porcionará al niño una mayor rapidez en la comunicación con el entorno.
El niño Síndrome de Down
El niño con Síndrome de Down presenta una problemática propia que obliga a
adaptar objetivos, métodos, evaluación a sus propias características, con el objeto de
conseguir avances progresivos.
El educador debe establecer con cada alumno una relación personal de calidad,
transmitiéndole la seguridad de que es querido y valorado y facilitando el estableci-
miento de un vínculo afectivo mutuo (R. Aranda, 2002).
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Atención temprana y discapacidad
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Atención Temprana en educación infantil
sona que esté al cuidado del niño, deben implicarse en el tratamiento, y el fisiotera-
peuta tiene que enseñar el manejo del niño y la aplicación de la pauta de tratamiento
que recomiende para el domicilio.
El tratamiento del niño es dinámico y continuada a la largo del día, a nivel físico
y psico-social. Quiere decir esto que las pautas de manejo que realizan los padres en
el domicilio ayudarán al mantenimiento de los logros del terapeuta en la sala y que
forman una parte importante del tratamiento.
250 © WK Educación
CAPÍTULO VIII.
ATENCIÓN TEMPRANA EN ALUMNOS
CON CEGUERA
En este capítulo nos centraremos en el niño ciego de nacimiento, por ser él quien
encuentra mayores dificultades para el establecimiento de relaciones con el mundo
exterior.
Para poder llevar con eficacia una intervención sobre el desarrollo del niño ciego,
además de tener unos conocimientos, lo más amplios posibles, del desarrollo evo-
lutivo teórico que ha de seguir cualquier niño, es necesario conocer los efectos que
la ausencia de visión produce en el desarrollo de las personas ciegas, efectos que de
algún modo lo hacen singular. Esto no quiere decir que el desarrollo de las personas
ciegas no pueda sustentarse en las mismas teorías en que lo hace el desarrollo de las
personas que ven, ni tampoco que no exista un cierto paralelismo en la mayoría de
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Atención Temprana en educación infantil
254 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
semanas, el bebé se queda inmóvil; su cabeza no gira en busca del sonido di-
rigiendo su mirada. Esta inmovilidad suele durar un corto espacio de tiempo,
aproximadamente 15 días por término medio.
A partir de entonces, se observa que el niño ciego empieza a realizar con éxito
su primera adaptación, ante un sonido lateral o presentado de frente, el niño
gira la cabeza en sentido inverso a la fuente sonora, quedando su oído justo
enfrente de ésta, como si el oído «mirara» al otro y no su cara. Esta conducta
suele ser mal interpretada por parte de los padres, al considerarse rechazados
porque el niño dirige su cara hacia el lado contrario del que se le habla. Es
muy importante advertir esto antes de que ocurra y, aún así, pueden encontrar
dificultades en aceptarlo. No podemos olvidar que el desarrollo madurativo
no se lleva a cabo de forma espontánea en el ser humano, sino que se precisa
de una estimulación, en el sentido amplio, en la que juega un papel funda-
mental el afecto de los padres.
3) Reacciones intencionales. A partir del tercer mes, se da una cierta intencio-
nalidad en el uso de medios para lograr un fin. Si el niño, al tirar de una cuer-
da, ha hecho sonar una música agradable para él, volverá a repetir la acción
de forma intencionada. Todavía no conoce bien las posibilidades y los límites
de su acción; sin embargo, de esta manera se puede observar que realiza el
mismo acto para conseguir otro objetivo diferente. A partir de este momen-
to, empezamos a encontrar una considerable diferencia entre el desarrollo
del niño que ve y el del niño ciego. El niño vidente comenzará a coordinar
los esquemas de visión y prensión, mirará sus manos situándolas en la línea
media de su cuerpo y, posteriormente, irá agarrando los objetos situados a su
alcance, de los que le informa su sentido de la vista.
Al final de esta etapa el niño que ve podrá encontrar un objeto parcialmente tapa-
do o buscarlo allí por donde se ha escondido. El niño ciego sólo podrá tener noticia
de los objetos que están en contacto directo con su cuerpo y sólo podrá explorar
táctilmente aquel que tenga entre sus manos, ignorando la existencia de otros que
pudiera haber a su alcance. La única posibilidad que tiene el niño ciego de conocer
la existencia de otros objetos es a través del sonido. Pero ni todos los objetos emiten
sonido, ni el sonido informa de la sustancialidad del objeto que lo hace.
Fraiberg y Bigelow (1986) han encontrado en sus investigaciones que el sonido
tiene una importancia relativa con relación al tacto a la hora de la búsqueda de un
objeto. El sonido ayudaba a la localización de un objeto cuando se había dado un
contacto previo con él, y no se le planteaba un conflicto entre los datos de uno y otro
tipo. Si se producía esto último y el objeto sonoro era desplazado por el experimenta-
dor fuera del lugar donde lo había tocado, los niños más pequeños iban a buscarlo al
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Atención Temprana en educación infantil
lugar donde lo habían encontrado por primera vez. Esto nos permite afirmar que son
las claves táctiles las que permiten, en un principio, la localización de los objetos.
La coordinación oído-mano se logra al final del primer año, con un retraso de
seis meses con respecto a la coordinación ojo-mano. La orientación hacia el sonido,
como reflejo primario, se pierde a pesar de su entrenamiento. No aparece como ad-
quisición hasta este momento. Nos encontramos aquí con un nuevo problema, que
Fraiberg (1977) formula en forma de pregunta: ¿Cómo adquiere el niño ciego la
sensación de sí mismo y del mundo de los objetos? ¿Cómo construye él un mundo
de objetos que tenga «permanencia», en el sentido utilizado por Piaget, es decir, de
objetos que existan independientemente de su percepción?
Son varios los autores que han estudiado este problema (Fraiberg, 1977; Bigelow,
1986; Rogers y Puchalski, 1988). Todos coinciden en que los niños ciegos siguen
la misma secuencia descrita por Piaget para los niños que ven, aun cuando con un
importante retraso. También al igual que ellos, el niño ciego elabora antes la «perma-
nencia» de los objetos sociales, de las personas y, en especial, de la figura de apego,
que la «permanencia» de los objetos físicos.
Fraiberg elaboró unas pruebas, que denominó «de barrera», para la comprobación
de la permanencia. Trabajó con objetos sonoros y con objetos táctiles, a los que en
un momento dado él silenciaba y/o cambiaba de lugar. Las pruebas se comenzaban a
aplicar una vez que el niño era capaz de coger algo siguiendo su pista sonora (último
trimestre del primer año). Encontró que era una tarea muy difícil y poco estimulante;
esto daba lugar a problemas tanto a los niños como a quienes pasaban las pruebas,
por lo que abandonó este método. Consideró suficiente la observación naturalista.
Pero, en sus resultados, el retraso encontrado puede estar influido por el hecho de
que una conducta puede estar instaurada desde hace tiempo y no darse, durante los
momentos de observación, las condiciones naturales para ofrecer dicha respuesta.
Mientras que, en el niño vidente de 5 meses, la imagen visual de la madre sintetiza
todas las demás percepciones de la misma, el sonido, en el caso del niño ciego a los 8
meses, no le ofrece todavía una imagen de ella; por eso, le prestará atención a su voz,
pero no ejecutará ningún movimiento y tampoco lo hará para recuperar su juguete
favorito, que le han quitado y sigue sonando a poca distancia.
Fraiberg encuentra que se dan conductas de búsqueda, en relación con la voz de
la madre, entre los 10 y los 16 meses. El gesto de estirar los brazos hacia la madre,
habitual en los bebés videntes de 5 meses, no aparece en los ciegos hasta el segundo
trimestre del primer año. Esto es explicable por la distinta connotación que tiene el
gesto en unos y otros. En el bebé vidente no es preciso el concepto de «madre»; lo
único que precisa es coordinar el ojo y la mano, acción que realiza con todo tipo de
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Atención temprana y discapacidad
objetos animados o no. El niño ciego ha de tener el concepto de «madre» como algo
permanente y único, aunque sólo pueda percibir características aisladas, como su
voz. Este logro en el niño ciego supone un progreso en el desarrollo conceptual y
evidencia una gran capacidad de deducción.
El hecho de que resulte más lenta la adquisición de este concepto, por parte del
niño ciego, sólo indica la complejidad que tiene la elaboración de imágenes mentales
de objetos y su ubicación en el espacio, en ausencia de la visión, y las limitaciones
que tienen el oído y el tacto para reconocer el mundo.
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Atención Temprana en educación infantil
Todo lo anterior nos lleva a afirmar que la función simbólica nace y se desarrolla
con la interacción social. De aquí que los juegos de «roles» que se repiten siempre
dentro de una misma cultura (los papás, médicos, el colegio, los coches...) «escenifi-
quen» mediante símbolos los usos y costumbres propios de ésta. El lenguaje, como
signos propios de esa cultura, ayudará en la comunicación con los demás y permitirá
el pensamiento o comunicación con uno mismo.
Ahora bien, en el caso de los niños ciegos, encontramos dos grandes escollos para
lograr esta representación. Por un lado, la falta de visión incide en el conocimiento
de un número menor de objetos, los cuales, además, le han de ser mostrados directa-
mente en sus manos y sobre los que la madre ha de despertarle el interés, para luego
poder «hablar» sobre ellos. Y existe también una gran dificultad, como hemos visto,
para interpretar las pautas de comunicación preverbal del niño ciego. En tal caso, la
labor de interpretación exige una mayor sutileza y dejar a un lado -cosa harto difí-
cil- el «visuocentrismo», que caracteriza las relaciones con los bebés de la inmensa
mayoría de los adultos.
Está claro que el niño ciego es capaz de «representar» los objetos. En un primer
momento, en él son más fáciles las representaciones táctiles que las auditivas, tal
y como vimos al hablar de la «permanencia de objeto». Pero no hay duda que la
representación tiene necesariamente en su caso un carácter multimodal (oído, tacto,
propiocepción, etc.); y tampoco hay duda en afirmar que todos esos sentidos son
menos eficaces que la visión en la recogida y procesamiento de los datos para elabo-
rar dichas representaciones. Todo esto constituirá una característica del desarrollo y
forma de aprendizaje de la persona ciega.
a) La imitación
Cuando hablamos de la capacidad que tienen los niños para imitar, uno se suele
fijar tan sólo en aquellas acciones que son percibidas a través del sentido de la vista;
olvidando otro tipo de imitaciones en las que este sentido puede no intervenir y, por
tanto, son susceptibles de ser realizadas por un niño ciego. Ejemplos de esto son: los
juegos de ritmo y movimiento realizados con los adultos o la imitación de sonidos y
las vocalizaciones. Por su importancia, vamos a detenernos un momento en el análi-
sis de los resultados obtenidos en la imitación de palabras y frases.
El hecho de que el niño ciego repita palabras y frases oídas con anterioridad no
implica necesariamente que estas repeticiones tengan un carácter «ecolálico». Esto
ocurre cuando no hay una buena comunicación con las personas que le rodean y
cuando se dan problemas en la formación de la comunicación intencional. Pero en la
mayoría de los casos, estas repeticiones tienen un evidente valor funcional, ya que
constituyen formas de imitación no visuales. La repetición de palabras cuyo signifi-
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Atención temprana y discapacidad
cado desconoce puede interpretarse como un modo de pedir información sobre algo.
Sólo cuando las personas que rodean al niño no entienden sus intentos comunicati-
vos, esas imitaciones acabarán teniendo un carácter «ecolálico».
Hemos de considerar la imitación auditiva-verbal como la más idónea para repro-
ducir diversas escenas de su mundo cotidiano. Urwin (1984) es la primera autora que
destaca el valor que tienen las representaciones verbales como medio para que el niño
lleve a cabo juegos de carácter «representacional», que le facilitarán la realización de
actividades especialmente complicadas o ante las que siente un cierto temor.
b) El lenguaje: la adquisición del «yo»
Ya hemos visto cómo el niño posee, al nacer, una serie de conductas de carácter
reflejo, que se originan ante determinados estímulos. Sin embargo, el adulto inter-
preta estas conductas como si realmente fueran intencionales, y actúa en consecuen-
cia. También los niños ciegos poseen estas conductas prefiguradas que tienden a la
interacción con el adulto. Investigadores como Junefelt (1987), Preisler (1991) y
Urwin (1978 y 1983) encuentran que tanto la madre como el hijo son capaces de
«conversar» mediante interacciones vocálicas y verbales, así como mediante juegos
táctiles y rítmicos. Ésta es la razón de que no puedan considerarse imprescindibles
los intercambios visuales para el logro de una adecuada comunicación no verbal.
Pero, aún existiendo una adecuada relación madre-hijo, las dificultades van a comen-
zar cuando el bebé deja de interesarse separadamente por las personas y los objetos,
para comunicarse con éstas acerca de aquéllos.
También hemos visto ya cómo el niño ciego desarrolla más tardíamente la idea de
un mundo de objetos que permanecen independientemente de su acción o contacto
directo con ellos. Esto acarrea sin duda un retraso en la posibilidad de despertar su
atención sobre lo que le interesa y comenzar el juego con objetos. Por eso, es necesa-
rio que el adulto estimule el interés del niño acerca del mundo exterior y fomente el
juego compartido con objetos en los que se incluyan las acciones típicas de «toma y
dame», o de «sacar e introducir» en un recipiente, mediante los cuales se inicia en el
intercambio de papeles, y en los que aparezca el uso de los pronombres «yo», «tú», o
los adverbios de lugar «aquí», «allí», que luego utilizará en el lenguaje verbal.
Es evidente también la dificultad que tiene el niño para señalar los objetos lejanos,
aun cuando ya posea la noción de permanencia, y poder así manifestar su deseo de
compartirlo de algún modo con el adulto. A la edad en que el sonido le informa de
la presencia de algún objeto de su interés, podrá realizar algún tipo de movimiento
como medio de poder establecer con el adulto una conversación sobre el objeto. Pero
este tipo de señal no es fácilmente interpretable, por lo que también aquí será bene-
ficiosa la ayuda prestada por el profesional de Atención Temprana especializado en
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Atención Temprana en educación infantil
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Atención temprana y discapacidad
adaptarse a una determinada situación, sino que puede realizar los ensayos adaptati-
vos en su interior. Es en este contexto donde se sitúa el juego simbólico propiamente
dicho como manifestación de la inteligencia representativa, que, como veremos a
continuación, con algunas características propias adaptativas a la falta de visión se
da también en los niños ciegos.
Seguiremos los resultados obtenidos por Lucerga y otros (1992) en su investiga-
ción sobre «juego simbólico y deficiencia visual», en la que plantean tres hipótesis
y cuyos resultados, según las propias autoras, no difieren de los recogidos en la
revisión bibliográfica que ellas mismas aportan en su libro. Estas hipótesis son las
siguientes:
1) El niño deficiente visual accede al juego simbólico con un cierto retraso sobre
sus compañeros videntes.
2) El juego de los niños deficientes visuales reviste peculiaridades propias atri-
buibles al déficit sensorial.
3) Estos condicionamientos no anulan la función consustancial del juego. Desde
un punto de vista cognitivo, el juego es una muestra de la existencia de pensa-
miento simbólico y contribuye a su desarrollo; desde un punto de vista afecti-
vo, el juego cumple también la función de proporcionar al niño un medio para
expresar y elaborar las fantasías y los contenidos de su mundo interno.
En la reflexión que hacen sobre el tema, consideran necesario plantearse algunos
aspectos que inciden en el juego y que claramente parece que pueden verse condicio-
nados por la deficiencia visual. Estos aspectos son: la evolución afectiva, el espacio y
la movilidad, y el reconocimiento de objetos y juguetes e identificación de roles.
Las autoras corroboran la primera hipótesis, coincidiendo con todos los demás
autores que han tratado el tema: Wills y Sandler (1968), Fraiberg y Adelson (1978) o
Rogers y Puchalski (1984). Dado que el retraso del que se habla en ella se encuentra
en todos los casos, independientemente del ambiente y de la intervención educativa
obtenida, sólo puede deberse al propio déficit visual. Teniendo en cuenta las carac-
terísticas del desarrollo propias del niño ciego, parece lógico pensar en el carácter
adaptativo que tiene este retraso. De aquí tenemos que concluir que la acción edu-
cativa no ha de encaminarse a acelerar el proceso, sino a proporcionar orientación
adecuada a las familias, para que le ayuden en el proceso de diferenciación «yo,
no-yo» y puedan proporcionarle ocasiones de experimentación que le permitan el
conocimiento del mundo externo.
No se puede olvidar que el juego simbólico se logra a través de un proceso ma-
durativo, por lo que es preciso, por tanto, haber superado los estadios evolutivos
previos, y esto tanto desde los aspectos cognitivos como los afectivos. Para lograr el
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Atención Temprana en educación infantil
acceso del niño ciego al juego simbólico es preciso planificar la intervención educa-
tiva y armonizar la enseñanza de pautas y elementos tipo según el nivel de juego que
corresponda (por ejemplo, la representación que el juguete supone del objeto real),
con tiempos no dirigidos en los que el niño combine a su manera aquellos elementos
y puede, por tanto, expresarse libremente.
Por lo que respecta a la segunda hipótesis, es decir, sobre las peculiaridades de que
se reviste el juego simbólico en el niño ciego, hay que atender a algunos aspectos de
orden cualitativo:
1) En relación con el espacio. La población de niños deficientes visuales tiende
a una utilización restringida del espacio y a una cierta inhibición de la movili-
dad. Este tipo de conducta se considera adaptativa en tanto en cuanto permite
un mayor disfrute de la actividad del juego, al reducir la tensión que implica
el control del medio donde realiza la actividad. Es conveniente, por tanto,
la delimitación de los espacios de juego, dándole puntos de referencia que
puedan servirle de elementos significativos para la identificación del lugar en
que va a jugar. Cuando pueda representar el juego en más de un escenario,
deberemos acordar con él los lugares y señalarlos con algún elemento, que, al
menos durante el juego, deberá permanecer estable.
2) En relación con los objetos y los juguetes. Ya hemos visto anteriormente la
dificultad que impone la falta del sentido de la vista para el reconocimiento
de los objetos y, por tanto, también de los juguetes que los representan. Sin
embargo, esto no le impide al niño ciego usar el juego como vehículo de ex-
presión simbólica. A pesar de que sus experiencias son más restringidas y a
pesar de las características propias de la exploración táctil, las condiciones de
interacción social en las que se da todo aprendizaje y la carga emocional que
el objeto adquiere favorecen el conocimiento. Esto se hace patente al com-
probarse que el niño ciego incorpora en su juego elementos representativos
de la realidad a los que no ha tenido acceso directo: un arma, un animal o un
avión de juguete pueden ser ejemplos.
No obstante, son los objetos «sonoros» y los más realistas, es decir, los que
representan objetos cercanos a su experiencia, por los que muestra mayor
preferencia. Los primeros, por la fascinación que les produce el ruido, que es
algo similar a la contemplación del juguete por parte del niño vidente antes
de ponerse a jugar con él. Esto no ha de ser un fin en sí mismo. Los segundos
tendrían que ver más con el nivel de juego que puedan llegar a alcanzar, en-
contrándose que incorporan juguetes «no estructurados» cuando un adulto les
acompaña en el juego (algo propio de los niveles superiores), pero que siguen
prefiriendo los más «concretos» al hacerlo solos.
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Atención Temprana en educación infantil
En este tiempo, el reflejo tónico del cuello hará que el niño, teniendo la cabeza gi-
rada hacia un lado, estire el brazo de ese mismo lado; con lo que pronto descubrirá
su mano. Hacia los tres meses, comienza a tener preferencia por mantener la cabe-
za dirigida hacia el centro, en posición paramedial; de esta manera tiene un mayor
campo de visión. En esta posición podrá examinar mejor sus manos, que llegarán
a tocarse, en un primer momento, de forma casual y, luego, intencionalmente. Esta
voluntariedad, así como la alianza entre los ojos y las manos, le llevarán a intentar
coger otros objetos; esto lo logrará plenamente, con aquellos que están a su alcance,
a los cuatro meses y medio aproximadamente. La prensión seguirá perfeccionándose
y logrará coger objetos pequeños, con la pinza hecha por los dedos pulgar e índice,
a los nueve meses del nacimiento.
En el caso del niño ciego, perdido ya el reflejo tónico del cuello, la cabeza se
situará en el eje de su cuerpo. Pero sus manos quedarán situadas a la altura de los
hombros, donde seguirán la pauta refleja de agarrar y soltar, hecha casi siempre en
el vacío, a no ser que alguien se preocupe de estar poniéndole algo en sus manos.
Por tanto, no tendrá dificultades para agarrar y seguirá la misma pauta evolutiva que
los niños con visión. Sin embargo, al niño ciego le faltan modelos de acción con los
objetos que tiene agarrados (agitar, golpear, tirar, etc.); por eso, se le debe facilitar
la consecución de estos objetivos, porque él espontáneamente tiende a prolongar la
fase de chupar los objetos en lugar de manejar sus manos de forma coordinada. Al
finalizar el periodo sensorio-motor se destacan dos nuevos logros en el desarrollo de
la mano, en los que media la coordinación visomotora:
1) «El sostenimiento de objetos entre la punta de los dedos», algo que habrá que
enseñar al niño ciego; ahuecándole la palma de la mano y colocándole los
dedos de ambas manos sobre el objeto. Este logro resulta imprescindible para
la coordinación bimanual y para la adquisición de las destrezas manipulativas
más complejas.
2) «La pinza», tal y como la conocemos, no es útil para personas ciegas; si a al-
guien que ve se le cae una moneda en un lugar oscuro, no intentará localizarla
con el índice y el pulgar; al igual que el bebé ciego arrastrará la punta de los
dedos. Pero hay tareas de precisión en las que resulta imprescindible, como
para introducir un objeto por un orificio. El niño ciego debe realizar aquí una
importante adaptación, situando el dedo corazón por detrás del dedo índice y
del pulgar, que sujetan el objeto, para poder establecer, tocando con él la boca
u orificio, la posición relativa que ocupa el objeto respecto de este último.
Todo este largo proceso, tiene por objeto la identificación y la exploración de los
objetos. El interés por éstos se retrasa respecto a sus compañeros videntes. En el
primer año lo único significativo para él son las «figuras de apego», como veremos
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Item 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24
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movilidad autoiniciada
Figura 2. Porcentaje de nuestra muestra de niños ciegos con un retraso por encima de los límites
superiores de los márgenes de los niños con visión normal (según Bayley).
Fuente. Fraiberg, S.: Niños ciegos, INSERSO, Madrid (1977).
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Atención Temprana en educación infantil
Ítem 8 10 12 14 16 18 20 22 24
Se da la vuelta pasando de
estar de espaldas a estar
sobre el estómago. Proyecto de desarrollo infantil
Camina si se le cogen las dos
manos Norris
Se pone de pie apoyándose
en un mueble.
Está de pie solo.
Camina solo, unos pocos pasos.
Camina solo, atraviesa la
habitación.
Figura 3. Comparación de dos grupos de ciegos: > 50 por 100 de Norris y 60 por 100; del «Proyecto
de Desarrollo Infantil» (sin correcciones en los casos de parto prematuro). Edad en meses.
Ítem 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36
Figura 4. Comparación de dos grupos de ciegos: > 75 por 100 de Norris y 80 por 100
del «Proyecto de Desarrollo Infantil» (sin correcciones en los casos de parto prematuro). Edad en meses.
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Atención temprana y discapacidad
Los niños establecen relación con su madre, o con la figura que la sustituta, desde
el nacimiento. Su conducta está determinada por la de la figura materna. Pero él
modifica también con sus respuestas la conducta de la madre. Desde Freud, en los
años cuarenta, se ha venido subrayando la importancia de la relación del bebé con su
madre y la influencia que tiene esta relación en la formación de la personalidad del
individuo para sus relaciones sociales futuras. Esto nos lleva a preguntarnos por el
cómo se forma esta relación madre-hijo.
Hasta Bowlby (1958) se aceptaba la teoría de que el niño, al recibir las atenciones
de su madre en forma de alimentación, limpieza, mitigación del dolor, etc., asocia
estas situaciones con las personas que las producen por un mecanismo de condicio-
namiento. Esta teoría ha sido comúnmente aceptada tanto por los seguidores de la
teoría del aprendizaje como por los psicoanalistas.
Bowlby se basa en el supuesto de que el niño desarrolla una conducta de «apego»
hacia la madre, porque esta conducta tiene un valor adaptativo para la especie hu-
mana; porque, en efecto, la madre es la que proporciona los medios para que el niño
pueda subsistir. Tiene, por tanto, un carácter instintivo, siendo el vínculo del niño
hacia su madre el producto de la actividad de diversos sistemas conductuales, que
tienen como resultado predecible la proximidad a la madre. El carácter primario de
este vínculo no implica determinación genética. Como ya se ha dicho antes, el apego
es el resultado de un proceso interactivo, en el que el adulto tiene el papel de guía,
al ir dando respuesta a las conductas, en un principio reflejas, del niño y que poco a
poco, con su ejercitación, pasarán a ser voluntarias.
Es fácilmente observable cómo, hacia los dieciocho meses, el niño ciego conside-
ra también a su madre como la persona más importante del mundo, porque le sirve
de intermediaria con las personas y los objetos exteriores; por eso, la toma como
referencia y puerto seguro a donde volver al comienzo de sus desplazamientos. Ya
se ha dicho, al hablar de las características del bebé ciego, que éste dispone de todas
las conductas prefiguradas, a excepción de las netamente visuales, así como de vías
alternativas para relacionarse con los adultos.
Pero son estos adultos, como también hemos visto, los que van a alterar su com-
portamiento ante la presencia del bebé ciego, ya que las expectativas sobre su desa-
rrollo suelen ser muy bajas. Además, al adulto le resulta muy difícil establecer una
interacción con su bebé cuando a éste le falta la mirada, puesto que, para la especie
humana, ésta resulta ser la principal vía de contacto con el otro hasta la aparición del
lenguaje. Así, puede ocurrir que los padres del niño ciego se ocupen de atenderle en
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sus necesidades físicas; pero les pueden fallar los aspectos afectivos de comunica-
ción y socialización por no saber interpretar sus conductas primarias de interacción.
Como terapeutas, se ha de ayudar a los padres a comprender las señales del hijo
ciego, para que pueda producirse la interacción paterno-filial. Y, una vez lograda
ésta, para seguir avanzando en el proceso de maduración, es necesario que el niño
gane en autonomía y explore cada vez espacios más amplios, aumentando el nú-
mero de contactos tanto con otros adultos como con sus iguales. Todo lo cual le va
a permitir un mayor número de aprendizajes sociales de todo tipo. Esto constituye
un largo proceso, que únicamente puede sustentarse en la seguridad que en la etapa
anterior le ha ofrecido al niño la figura de apego. De ahí que una ruptura repentina o
prolongada del niño con su figura de apego puede tener graves consecuencias en el
desarrollo físico y psicológico del individuo, tal y como han señalado Spitz (1965)
y Bowlby (1973 y 1980).
En el caso del niño ciego, esto se ve agravado, ya que depende en mayor medida
de las relaciones interpersonales para el conocimiento del mundo y, sin embargo, es
también mayor el número de separaciones de esas relaciones, originadas por hospi-
talizaciones y debido al estado de sus ojos o de la enfermedad que le produjo la ce-
guera. Ochaíta (1993) propone que los niños ciegos puedan tener más de una figura
de apego, tal como Parke y colaboradores (1981) han demostrado que pueden tener
los niños videntes (aunque haya una preferencial), ya que así, una segunda figura de
apego sustituiría a la principal en un momento dado, en el que ésta no pueda estar
disponible para el niño.
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se alcanza más tarde en el caso de los niños ciegos, podrá ampliarse la edad
de aplicación del mismo. También será necesario que adaptemos su presenta-
ción al niño, incluyendo un tiempo para el reconocimiento de los objetos.
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Todos los padres se forman, por supuesto, una imagen ideal del hijo que están
esperando. En ocasiones, tendrán que quitarse de la cabeza el temor a que pueda no
estar sano o a que padezca algún tipo de deficiencia; han de confiar en que eso no
sucederá en su caso. Nadie está preparado de antemano para recibir la noticia de que
su hijo, que acaba de nacer, es deficiente; en nuestro caso, ciego. La crisis emocional
provocada por una noticia así, puede hacerles llegar a un desinterés por el niño, a
sentirlo como algo ajeno a ellos. En cualquier caso, el ser humano, aunque pueda
precisar de ayuda externa, tiene recursos propios, la mayoría de las veces para salir
de esta crisis personal. Tras el «duelo por la pérdida del niño ideal», estos recursos
serán siempre algo necesario, para que no queden enquistados los sentimientos y no
tomen protagonismo, en caso contrario, los «mecanismos de defensa».
Primera etapa: crisis de adaptación. En ella se da una negación total o par-
cial del diagnóstico y, junto con ella, la necesidad de consultas sobre el tema.
Segunda etapa: dinámica de adaptación. Ya no se niega el problema: los pa-
dres se mueven emocionalmente entre el sentimiento de culpa y/o la depresión
y se problematiza la situación familiar. De la solución interna que la persona
dé a estos problemas van a depender, por un lado, sus actitudes frente al niño;
pero, por otro lado, en caso negativo, serán de sobreprotección, negación, re-
chazo encubierto e incluso rechazo manifiesto.
Tercera etapa: posiciones de adaptación. Esta etapa está íntimamente ligada
con la resolución que se haga de la etapa anterior, siendo mutuamente inter-
dependientes. Se considera positiva, si hay una aceptación conectada con la
realidad o al menos relativamente cercana. Y negativa, cuando se fantasea o
se niegan los efectos de la ceguera, y por tanto será difícil el equilibrio y la
reorganización. Por último, se da también la posición desintegrada, de conse-
cuencias muchas veces irreparables: puede llevar a destrucción de la pareja o
a la enfermedad mental.
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comprobar nuevamente, por otro lado, que hay algo que no puede hacer como los
demás, sino de su forma específica. Esto no significa que todas las crisis tengan la
misma intensidad; en la medida en que se van superando las primeras y se va adap-
tando la familia (padres e hijo, fundamentalmente) a la nueva forma de interacción
que conlleva la ceguera, se irán fijando más en aquellas cosas que hace que en las
que no puede hacer y así se irán allanando las dificultades y alcanzando sin tantos
traumas los futuros retos.
Para ello, los juegos, teniendo en cuenta lo dicho en el apartado que se le ha dedi-
cado en este mismo capítulo, se deben insertar siempre en un programa de estimula-
ción. A través de ellos, pueden trabajarse muchos de sus objetivos: permanencia de
objeto, habilidades manipulativas, desarrollo vestibular, comunicación, desarrollo
simbólico, etc.
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Atención Temprana en educación infantil
Las consecuencias que suceden de modo natural son las más eficaces para
enseñar al niño que puede influir en su entorno.
Las consecuencias sociales (expresiones de entusiasmo, caricias, etc.) deben
emplearse con prudencia, sobre todo para que sea posible apoyar al niño,
cuando tenga que aprender a realizar tareas difíciles, en las que las conse-
cuencias más naturales puedan apreciarse poco o conseguirse sólo con un gran
esfuerzo.
Las consecuencias sociales son un resultado natural de la enseñanza de habi-
lidades de comunicación.
Las mismas consecuencias no son eficaces para todos los niños.
Es importante cambiar a menudo las consecuencias positivas eficaces, para
evitar el aburrimiento.
La consecuencia ha de ser inmediata.
La consecuencia tiene que ocurrir siempre.
Cuando comienzan a entender el lenguaje hablado, la explicación verbal de las
consecuencias aumenta su eficacia.
5) Dividir una tarea en varias partes cuando sea necesario. Esta división puede
ser un cambio de materiales y/o la enseñanza de las diferentes partes por
separado.
6) Proporcionar continuidad y cambio. La continuidad les proporciona un sen-
tido de seguridad. Dentro de ese mundo seguro, al niño le resulta posible
reconocer los cambios e interesarse por provocarlos.
7) Preparar el éxito. La actividad debe suponer un reto, no una imposibilidad.
8) Incorporar experiencias educativas a las rutinas cotidianas. Hay buenas razo-
nes para creer que las experiencias que constituyen una parte de la rutina dia-
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ria enseñan de manera más eficaz que las que constituyen, de manera aislada,
una actividad educativa específica.
9) Conceder al niño tiempo para descansar. El adulto puede enseñar mucho al
niño, sencillamente manifestando sensibilidad y entusiasmo por sus intereses.
Existen guías, con objetivos y actividades, que permiten seguir de forma secuencial
los logros que en las distintas áreas va realizando el niño. En este sentido destacamos
la guía elaborada por Lucerga y Gastón (2004). En ella se ofrecen los ítems que pueden
alcanzar los niños ciegos entre 0 y 3 años en las áreas: perceptivo-cognitiva, motora
gruesa, manipulativa, socio-comunicativa y hábitos de autonomía (véase Tabla 1.).
En cuanto al modelo de prestación de servicios, hay tres que resultan ser los más
utilizados en la aplicación de estos programas:
1) El servicio prestado a domicilio.
2) El servicio prestado en un centro especializado.
3) Una combinación de ambos servicios. En este caso, por lo general, la aten-
ción se presta preferentemente en el domicilio durante los primeros meses,
aunque pueda asistir también al centro. Posteriormente, aumenta la frecuen-
cia de sesiones en el centro, al tiempo que se ofrecen orientaciones para ac-
tuar en el hogar.
En el caso de los alumnos ciegos, se tiende a que reciban los servicios de Atención
Temprana en el marco de un centro especializado, tal como sucede también con los
demás niños cuya deficiencia no es de origen ambiental. En el programa se incluyen
siempre pautas para llevar a cabo en la casa y, en ocasiones, sobre todo al principio,
puede ser conveniente realizar alguna visita al hogar familiar, especialmente si sur-
gen dudas en la forma de interactuar los padres con el niño.
La eficacia de seguir uno u otro modelo, tal como afirma Olson (1989), no parece
tener relación con el lugar donde se realiza la intervención. No es un factor importante
para el logro de los objetivos que los programas se presten en el propio hogar, en un
centro o que se dé una combinación de ambos. En cambio, sí puede ser una variable
significativa la facilidad del acceso entre el hogar y el centro, en la medida en que
resulta sin duda determinante el compromiso con el programa por parte de los padres,
porque éste les facilita la interacción con el hijo. Y este compromiso resulta más fácil
de adquirir si la asistencia al centro no obliga a largos y engorrosos desplazamientos.
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Atención Temprana en educación infantil
Por último, hay que señalar la necesidad, que existe en el área de la Atención
Temprana de niños ciegos y deficientes visuales, de seguir profundizando en las
peculiaridades del desarrollo de éstos. No puede olvidarse que el hecho de no tener
un sentido, o tenerlo alterado, va a obligarle a alcanzar los aprendizajes por caminos
diferentes. En ocasiones, será necesario ofrecerle al niño ciego técnicas que difieran
de las utilizadas por el resto de la población; como es el caso, por ejemplo, de la
pinza de «tres dedos»; pero esto, claramente, es apropiado desde el punto de vista
del desarrollo, puesto que permite la ejecución de tareas, de otro modo imposibles de
realizar por él. Tiene por tanto un valor adaptativo para el niño ciego.
Tabla 1. Objetivos básicos del desarrollo de los niños con ceguera o con deficien-
cias visuales graves1.
El niño de 0 a 6 meses
Motricidad gruesa,
Comunicación, Comprensión Manipulación y
esquema corporal Hábitos y
lenguaje y sensoriomotora y conducta adapta-
y organización autonomía
socialización cognición tiva a los objetos
espacial
• Se calma con el • Da señales de • Mantiene las • Mantiene la • Vuelve la cabe-
contacto respuesta a los es- manos preferente- cabeza erguida, za hacia la tetina
tímulos externos mente abiertas tumbado boca aba- cuando se le toca
• Sonríe y ríe
jo y en los brazos la mejilla
en situaciones • Presta atención • Juega con sus
del adulto
adecuadas al sonido y busca manos y con las • Abre la boca
la fuente del adulto • Puede colocarse para recibir el
• Atiende prefe-
de costado estando alimento
rentemente a la • Vuelve la mano • Sujeta activa-
tumbado boca
voz de la madre para coger el mente • Se alimenta con
arriba
objeto cuchara
• Vocaliza y emite • Chupa los
• Tumbado boca
algún sonido • Se muestra objetos • Duerme fuera
arriba se impulsa
consonántico atento cuando le de la habitación
• Agita para obte- hacia atrás
hablan de los padres
• Explora el ner sonido
• Se mantiene sen-
rostro y el pelo • Mantiene
• Recupera un tado con apoyo
de la madre y/o hábitos regulares
objeto colocado
algunos objetos • Juega con sus de alimentación y
sobre el pecho
personales de ésta pies (*) sueño
• Protesta cuando
tiene hambre o
está incómodo
(*) Estos objetivos suelen conseguirse al final de este periodo o al inicio del siguiente.
1. Fuente: Rosa Lucerga y Elena Gastón, En los zapatos de los niños ciegos (Guía de desarrollo de 0 a 3
años), Madrid (2004) Edit. ONCE..
278 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
El niño de 6 a 12 meses
Motricidad
Comunicación, Comprensión Manipulación y gruesa, esquema
Hábitos y
lenguaje y sensoriomotora y conducta adaptiva corporal y
autonomía
socialización cognición a los objetos organización
espacial
• Acepta ge- • Reconoce sonidos • Cambia el obje- • Realiza y le • Inclina el bibe-
neralmente las familiares y jugue- to de mano gustan los juegos rón y bebe inde-
propuestas del tes propios corporales con el pendientemente
• Golpea horizon-
adulto adulto
• Muestra pre- talmente • Chupa pan o
• Reclama y ferencia por un • Se mantiene galletas
• Golpea vertical-
protesta oportuna- objeto y lo retiene sentado sin apoyo
mente • Come sentado
mente
• Busca entre sus • Sentado, hace en una silla
• Da palmitas
• Hace algún piernas cuando apoyos laterales
• Hace algunas
gesto para conti- cae el objeto • Saca objetos de cuando se le
conductas de
nuar un juego o un bote de boca desequilibra
• Coge por anticipación de
actividad ancha
coordinación • Hace rotaciones situaciones coti-
• Establece oído-mano • Aprieta un de boca abajo dianas
algunas relaciones muñeco de goma a boca arriba y
• Entiende el • Se muestra más
diferenciadas con blando para obte- viceversa
«toma» activo en los
otros miembros ner sonido
• Se sienta en una hábitos de la vida
de la familia • Retira un pañue-
• Pulsa un botón silla baja diaria
lo de su cara
• Hace extraña- blandito (*)
• Repta o avanza
miento • Retira una
estando boca
pantalla para en-
• Tolera periodos abajo
contrar un objeto
cortos de espera
escondido • Se mantiene de
• Bisílaba repetiti- rodillas
vamente
• Se mantiene de
• Dice no con la pie con apoyo (*)
cabeza
• Pasa de tumbado
• Aparecen las a sentado (*)
primeras palabras
con intención
comunicativa
• Hace alguna
gracia familiar
• Responde
diferenciadamente
cuando se le llama
por su nombre
(*) Estos objetivos suelen conseguirse al final de este periodo o al inicio del siguiente.
© WK Educación 279
Atención Temprana en educación infantil
El niño de 12 a 18 meses
Motricidad
Comunicación, Comprensión Manipulación y
gruesa, esquema Hábitos y
lenguaje y sensoriomotora y conducta adaptiva
corporal y organi- autonomía
socialización cognición a los objetos
zación espacial
• Echa brazos a la • Señala tres par- • Explora los • Se mantiene en • Toma alimentos
madre desde otro tes de su cuerpo objetos un balancín o en blandos y semitri-
adulto un correpasillos turados
• Muestra interés • Destapa un bote
• Dice adiós con por los objetos redondo • Salta sobre una • Bebe de una taza
un gesto pelota o cama o vaso que se le
• Entiende el • Saca anillas elástica, de las sujeta
• Tira besos “dame” ensartadas en un manos del adulto
palo vertical • Conoce el plato
• Acepta a otras • Busca objetos • Pasa de sentado y la cuchara y
personas cono- escondidos en • Saca las a de pie. sabe para qué
cidas diversidad de chinchetas del sirven
lugares clavijero • Se desplaza
• Tiene alguna sentado • Colabora en las
jerga • Tira de una cuer- • Mete objetos en tareas de vestirse
da para conseguir una cubeta • Se desplaza de y desvestirse
expresiva o imi- un objeto (*) pie con apoyo
tación • Abre puertas y
cajones • Camina sujeto a
• Dice 2 o 3 pala- un correpasillos
bras con sentido o
sonidos consis- • Camina de for-
tentes ma independiente
(*)
• Responde a
alguna pregunta
sencilla
(*) Estos objetivos suelen conseguirse al final de este periodo o al inicio del siguiente.
280 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
El niño de 18 a 24 meses
Motricidad
Comunicación, Comprensión Manipulación y gruesa, esquema
Hábitos y auto-
lenguaje y sociali- sensoriomotora y conducta adaptiva corporal y
nomía
zación cognición a los objetos organización
espacial
• Aumenta la • Mantiene la • Tapa un bote • Trepa a un sofá • Se quita los cal-
ansiedad ante la atención durante redondo cetines y zapatos
separación periodos de tiem- • Avanza y contro- como acción de
po cortos • Mete una bola la el correpasillos desvestirse
• Soporta peque- en un bote con
ñas frustraciones • Comprende prensión dígito- • Gatea • Toma alimentos
deprisa/despacio palmar • Sube escaleras sólidos y variados
• Obedece alguna como actividad
orden sencilla • Ensarta anillas de la mano sin • Abandona la
sensoriomotora alternar pies
en un palo alimentación con
• Comprende • Comprende biberón
• Se pone en
muchas frases fa- arriba/abajo como • Vuelca el bote cuclillas
miliares y emplea actividad senso- para sacar • Permanece sin
algunas expresio- riomotora • Lanza la pelota chupete durante
nes con intención (*) el día
comunicativa: • Inicia el juego
del “como si...” • Indica cuando
- Utiliza diferen- tiene el pañal
tes entonaciones: sucio
pregunta, enfado,
pena
- Expresa deseos
o demandas de
forma verbal
- Dice como
mínimo entre 4
y 6 palabras con
sentido
- Imita o termina
algunas palabras
- Puede construir
frases de 2 o 3
palabras (*)
(*) Estos objetivos suelen conseguirse al final de este periodo o al inicio del siguiente.
© WK Educación 281
Atención Temprana en educación infantil
El niño de 24 a 30 meses
Motricidad
Comunicación, Comprensión Manipulación y
gruesa, esquema Hábitos y auto-
lenguaje y sociali- sensoriomotora y conducta adaptiva
corporal y organi- nomía
zación cognición a los objetos
zación espacial
• Besa y acerca la • Comprende los • Parte plastilina • Se desliza por • Intenta utilizar
cara para que le conceptos lleno/ un tobogán la cuchara
• Inicia tareas de
besen vacío
apilar • Se desplaza solo • Bebe sostenien-
• Habla por teléfo- • Identifica obje- por la casa do el vaso
• Mete objetos pe-
no con familiares tos familiares por
queños en frascos • Puede guiarse • Controla esfín-
su uso
• Muestra conduc- de boca estrecha siguiendo una teres
tas oposicionistas • Selecciona un pared
• Coloca chinche- • Identifica su
objeto entre tres
• Amplia su tas con pinza de • Se baja del ropa más común
vocabulario y • Identifica tres dedos correpasillos
• Pasa la noche en
emplea frases más algunos juguetes apoyado en un
• Explora un su habitación
complejas: realistas mueble
relieve en una
- Utiliza frases de • Generaliza superficie bidi- • Baja escaleras
dos o tres palabras acciones de juego mensional con apoyo
a varios sujetos
- Imita e incor- • Chuta apoyán-
pora muchas dose
palabras que oye
al adulto
• Le gusta que le
cuenten cuentos (*)
• Se enorgullece
de sus éxitos (*)
(*) Estos objetivos suelen conseguirse al final de este periodo o al inicio del siguiente.
Motricidad
Comunicación, Comprensión Manipulación y
gruesa, esquema Hábitos y auto-
lenguaje y sociali- sensoriomotora y conducta adaptiva
corporal y organi- nomía
zación cognición a los objetos
zación espacial
• Es capaz de • Puede elegir • Realiza una • Se desplaza con • Puede quitarse
hacer compatibles entre dos alterna- exploración intencionalidad algunas prendas
aspectos positivos tivas propuestas organizada de los • Maneja el trici- de ropa
y negativos de sus • Realiza dife- objetos clo sin pedales • Utiliza la cucha-
figuras significa- rentes acciones • Desenrosca y ra para remover
tivas simbólicas de casi enrosca líquidos
forma aislada
282 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
• Puede sopor- • Inicia el trabajo • Hace torres de • Salta con los • Abre y cierra
tar la ausencia en espacios bidi- piezas sencillas pies en el suelo grifos
temporal de los mensionales con ayuda con algún apoyo • Intenta secarse
padres • Domina los • Mete monedas • Puede correr de las manos
• Establece con el conceptos dentro- en la mano del adulto • Pide ir al lavabo
padre una relación fuera huchas (*) • Experimenta • Tira de la cadena
específica y signi- • Inicia la dife- • Inserta bolas diferentes formas • Colabora en
ficativa renciación de gruesas en cuerda de desplazarse algunas tareas de
• Comprende y tamaños (grande- semirrígida (*) • Puede seguir un orden
acepta algunas pequeño) • Dirige una mano ritmo
normas • Empieza a donde le indica la
• Empieza a inte- distinguir los con- otra en espacios
resarse por otros ceptos encima- bidimensionales
niños debajo • Encaja círculo
• El lenguaje • Inicia la dife- en un tablero
oral predomina renciación de individual (*)
sobre cualquier otra formas: redondo-no
forma de comuni- redondo
cación gestual: • Inicia activida-
– Utiliza palabras des de clasifica-
que no son nom- ción
bres ni verbos • Domina los
– Combina al conceptos mucho/
menos 2 palabras uno/ninguno
para expresar • Recuenta un
petición grupo de 1 ó 2
– Responde elementos
a preguntas
sencillas sobre
sus experiencias
inmediatas
– Responde a pre-
guntas sencillas
de dónde y qué
– Combina al
menos 2 palabras
para expresar
posesión
– Dice su nombre
y los años que
tiene
– Habla habitual-
mente en primera
persona
– Utiliza el plural
regular
(*) Estos objetivos suelen conseguirse al final de este periodo o al inicio del siguiente.
© WK Educación 283
Atención Temprana en educación infantil
284 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
A veces, la falta de reacción a los estímulos visuales durante las primeras sema-
nas, e incluso meses de vida, debido, por ejemplo, a una atrofia macular, es lo que
© WK Educación 285
Atención Temprana en educación infantil
va a impedir que el niño fije su mirada y siga los objetos. Sin embargo, con una
adecuada estimulación, otra zona de la retina podría asumir, al menos en parte, estas
funciones y evitar que la falta de visión durante el primer año de vida inhiba el desa-
rrollo estructural y funcional de la retina y el nervio óptico, única vía a través de la
cual puede lograrse la percepción visual.
Tampoco debemos olvidar que la visión funcional se refiere a la habilidad de usar
la visión para ejecutar tareas concretas; por lo que con medidas clínicas similares se
podrán obtener resultados distintos. Por otro lado, esta funcionalidad dependerá de la
tarea y de las condiciones en que se presenta. Esto puede dar lugar a cierta confusión en
los padres y también en las otras personas con las que se relaciona el niño, dado que no
pueden predecir la actuación del mismo. En la adquisición de las distintas habilidades
funcionales de la visión tienen una gran importancia los siguientes factores:
1) La motivación, muy relacionada con los sentimientos y actitudes psicológi-
cas de los padres.
2) La capacidad cognitiva, cuyo techo en cada momento lo será también de la
percepción.
3) Las oportunidades de ver que se le ofrezcan.
En este sentido Barraga y Morís (1983) nos ofrecen algunas sugerencias que pue-
den ser útiles y que resumimos a continuación:
Cuando el bebé o el niño mira la luz o pestañea frente a una luz brillante, es
porque existe algún tipo de visión. Aunque el bebé haya sido diagnosticado
como «ciego», el exponerlo a que mire la luz de una linterna o el sol brillante
estimula a los ojos, para que pestañeen o se abran permitiendo la entrada de
la luz.
Mientras el bebé está despierto y sus ojos abiertos, aunque sea por pocos se-
gundos, o cuando gira la cabeza hacia la luz, se le debe acercar a sus ojos toda
clase de objetos que reflejen la luz.
Colgarle alrededor de la cuna objetos brillantes. Los colores más visibles son
el blanco y negro y colores mezclados. Al mirar, el bebé usa los músculos
oculares y trata de enfocar, re-enfocar y fijar la mirada en formas, colores y
diseños.
Mover lentamente los objetos de atrás hacia delante, para provocar el segui-
miento con los ojos. Alrededor de los cuatro meses, o antes, ayudar al niño a
alcanzar los objetos y acercárselos a la cara.
Aunque tenga muy poca respuesta, continuar con la estimulación varias veces
por día. Las cosas comenzarán a emerger de la bruma, y el mirar puede empe-
zar a ser interesante cuando hay algo que ver.
286 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
Cuando el bebé comience a moverse, ayudarle a alcanzar cosas, a que gatee
y vaya hacia los objetos. Esto hace que, en la última parte del primer año, el
sistema motriz comience a coordinarse con el sistema visual.
Cuando se pueda parar, la estimulación táctil, combinada con la visual, motiva
para moverse hacia algo.
Proporcionar al niño gran libertad para moverse, explorar y mirar y tocar si-
multáneamente. La visión se desarrolla con mayor consistencia cuando los
niños se autoestimulan, moviéndose y mirando. Continuar diciendo frecuente-
mente «mira», llamándole siempre la atención para que vea.
Estimular la exploración en lugares abiertos, parques, plazas, patios de juego.
Golpes y moretones son parte de la vida de todo niño, y la baja visión no es
razón para restringir el movimiento.
Llamar constantemente la atención sobre cosas interesantes; así el niño no
pierde la ocasión de conocer, acercándose a ellas y tocándolas. Tratar de pen-
sar menos en el impedimento del niño que en su necesidad de buscar visual-
mente la manera de fomentar que aprenda a ver.
Hacerle ver láminas y dibujos de cosas conocidas. Acercárselas a los ojos para
motivarlo a que mire. Hay una gran relación entre el uso de la visión y el es-
pontáneo progreso en el desarrollo cognitivo perceptivo.
Permitir caídas comunes a causa del mal cálculo de distancias o por no ha-
ber visto un objeto. Si no lo hace, el niño nunca aprenderá cómo mirar para
moverse con independencia. La sobreprotección crea dependencia, limita las
actividades motrices y exploratorias y demora el desarrollo de importantes
habilidades funcionales.
Enseñar al niño que hay cosas que ver y cómo hacer para verlas. Para el niño
con baja visión, el mirar es necesario para que pueda llenar su cerebro con me-
morias visuales. Al principio, los niños no son conscientes de su impedimento;
sólo ven lo que pueden.
Comprender que las medidas de agudeza no tienen significado antes de los 4-5
años (Siedenberg, 1975). Aunque el niño no mire directamente a los padres o
a los objetos, esto no quiere decir que no los vea. Los adultos se deben acercar
al niño y establecer el contacto visual. La exacta capacidad visual no puede
determinarse en la primera infancia.
Tratar de recordar que la experiencia y el progreso de aprendizaje son mu-
cho más importantes que cuánto puede ver el niño para realizar una tarea o
cómo aparece ante las demás personas. Los padres suelen desear, consciente
o inconscientemente, que su niño parezca normal y, sin advertirlo, dejan de
lado el acercarle las cosas, porque puede parecer diferente y provocar a veces
preguntas molestas.
© WK Educación 287
Atención Temprana en educación infantil
Ayudar al niño a que disfrute viendo, haciéndolo jugar con cosas con las que
sea divertido ver.
Cuanto más se lo anime a mirar y a moverse en estos primeros años, mejores
serán sus posibilidades futuras para usar con eficiencia la visión.
288 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
2) Poder efectuar demandas mediante el lenguaje y ser, por tanto, capaz de re-
presentar. El sonido que percibimos por el oído no informa de la naturaleza
del objeto que lo produce, como tampoco lo hacen el olor o el sabor. Es la
forma lo verdaderamente distintivo de los objetos, forma que, al igual que lo
hace la vista, también el tacto puede percibir. Ahora bien, el universo del tacto
sólo abarca la extensión de los brazos, por lo que difícilmente pueden entrar
en este espacio todos los objetos que la vista percibe y menos aún establecer
las relaciones espaciales que existen entre ellos.
Es preciso, por lo tanto, el concurso del lenguaje, por su valor de represen-
tación, tal como señalan abundantes estudios, concurso que, al menos en el
caso de las personas ciegas, actúa como organizador del pensamiento. Es
notorio que gracias a él las personas ciegas pueden alcanzar la mayoría de los
conocimientos, a los que no hay que confundir con las experiencias visuales.
Ésta es la razón de que el mundo de los objetos, antes de la aparición del len-
guaje, sea un caos imposible de integrar por el niño ciego, y por eso requiere
estar en una situación de especial contención, que sólo puede prestarle la
madre o un sustituto de ésta.
Con la aparición del lenguaje, los objetos del mundo externo irán tomando
su sentido. Al nombrarlos, empezará a representarlos y a poder establecer
relaciones entre los diversos objetos y a confeccionar los primeros “mapas
espaciales”, en el sentido que le da Piaget. También podrá expresar sus deseos
y demandar que se cubran algunas de sus necesidades, así como acercarse o
alejarse de los demás, en función del uso que puede hacer de ellos. La pose-
sión de este valioso instrumento es algo fundamental a tener en cuenta a la
hora de tomar la decisión de entrada del niño en la Escuela.
3) Haber alcanzado la permanencia de objeto afectivo. Para el niño ciego, la
madre es un principio, el único referente claro del mundo exterior. Éste es
para él un mundo imposible de comprender, pero en el que ella está, y sólo
por esto vale la pena poner interés en lo que le muestra, en caminar, en hablar,
etc. Una ruptura del vínculo con la madre, realizada antes de tiempo, pondrá
al niño en una tremenda angustia y un profundo miedo, que le van a impedir
seguir avanzando en su desarrollo como persona.
El niño que ve, cuando comienza a desplazarse, lo hace alejándose paulatinamente
cada vez más. Poco a poco, sin dejar de controlar a su madre con la mirada y vol-
viéndose a ella una y otra vez, se asegura de este modo continuamente su presencia,
hasta tener la convicción de que ella no va a desaparecer, aunque él se aleje. El niño
experimenta esa permanencia de su madre, aunque todavía no pueda representársela
en su ausencia. En su caso, los niños ciegos no pueden experimentar, tal y como lo
© WK Educación 289
Atención Temprana en educación infantil
290 © WK Educación
CAPÍTULO IX.
ATENCIÓN TEMPRANA EN ALUMNOS
SORDOS Y CON DIFICULTADES
DE AUDICIÓN
Nuestra Institución atiende de forma gratuita por estar concertado con la Diputa-
ción General de Aragón (DGA), Departamento de Educación Cultura y Deporte a
niños/as desde los 3 o 4 meses hasta los 21 años, abarcando, si así fuera preciso, toda
su escolarización. Nuestros alumnos, desde su ingreso en el centro y en función de
sus necesidades, pueden pasar por las siguientes etapas educativas:
Ahora bien, aunque pueda parecer una obviedad, todos los niños sordos no son
iguales. No todos tienen la misma perdida auditiva, ni su sordera se ha detectado con
la misma precocidad; algunos tienen deficiencias asociadas y otros carecen de ellas.
Por lo tanto la respuesta educativa tiene que estar a la altura de las necesidades in-
dividuales de cada niño/a. Nuestra estructura organizativa es compleja, ya que tiene
que dar una respuesta óptima e integral que respete las circunstancias particulares de
cada individuo.
© WK Educación 293
Atención Temprana en educación infantil
También debemos tener en cuenta otros factores que de forma directa están influ-
yendo en el sistema educativo. La sociedad que nos rodea no es la misma hoy que
hace diez años. Muchos aspectos en ella han cambiado y nosotros hemos debido
adecuar nuestra estructura organizativa a estos cambios. Pongamos como ejemplo
alguno de estos aspectos:
La existencia de un Plan autonómico de detección precoz de la sordera que
permite comenzar con mayor rapidez la Atención Temprana.
El incremento de niños con patologías asociadas a la sordera.
La constante afluencia de niños inmigrantes que se incorporan a nuestro centro
educativo en edades diversas y con problemáticas diferentes.
Cambios en la composición y organización familiar. Mayor número de madres
que se incorporan al mundo laboral o la creciente existencia de familias mo-
noparentales…
La aparición de nuevas ayudas técnicas.
Innovación en metodología y materiales aplicados a la educación.
La escuela no puede vivir de espaldas a estas realidades, ya que la falta de di-
namismo en nuestra respuesta supondría la negación del derecho a una educación
adecuada para nuestros alumnos y alumnas.
Es difícil conjugar por un lado la atención a estas diferencias y por otro conseguir
que el término “Educación Especial” no asuste, sobre todo a la familia. Debemos
pensar que desde su punto de vista, este término está de alguna manera etiquetando,
a edades muy tempranas, a sus hijos. Es lógico que sientan que los están señalando
como diferentes y que esto suene discriminatorio. Por el contrario nosotros preferi-
mos hablar, desde un punto de vista práctico, de “Educación Especializada” ya que
nuestra diferencia radica precisamente en los medios técnicos, los recursos metodo-
lógicos y el personal altamente especializado con el que contamos.
A lo largo de lo dicho anteriormente se ha podido ver la gran importancia que
tiene la “estructura organizativa” en la oferta educativa que desde nuestro centro se
plantea. Por todo ello, a continuación pasaremos a desarrollar este punto.
294 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
© WK Educación 295
Atención Temprana en educación infantil
Tipos de atención
Gran grupo Pequeño grupo Tratamiento individual
Responsable Responsable Responsable
Prof. Tutor Prof. Pedagogía terapéutica Prof. Pedagogía Terapéutica
Prof. Área Prof. Audición y Lenguaje
Fisioterapeuta
Actividad Actividad Actividad
Rehabilitación Refuerzo educativo Refuerzo educativo
Desarrollo curricular Desarrollo curricular
Rehabilitación de la Audición
y del Lenguaje
Rehabilitación fisioterapéutica
Tiempos Tiempos Tiempos
En función de las necesida-
En función de las necesida- Dos o tres sesiones semanales
des del estudiante / mayor des del alumno/a
n.º de horas semanales
El paso por las Etapas educativas el alumno las puede desarrollar dentro de dos
modalidades educativas:
Por suerte para los deficientes auditivos aragoneses, sus autoridades educativas
comprendieron con rapidez y eficacia, las ventajas que esta modalidad educativa
ofrecía y así quedó reflejada en la correspondiente Orden que regula el funciona-
miento de la Educación Especial en Aragón.
296 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
Alumno/as que acceden a este régimen de integración después de su escola-
rización en el centro específico, permitiendo así su adaptación progresiva al
nuevo entorno escolar.
Alumnos/as que estando escolarizados en centros ordinarios, presentan difi-
cultades en el desarrollo del lenguaje y necesitan el centro especifico de forma
puntual.
Alumnos/as que tienen su residencia fuera de Zaragoza capital, y que por su
edad o problemática, no se considera adecuado el desarraigo de su entorno
social y familiar.
Pero para que esta labor educativa, tanto en centro específico como en escolaridad
combinada, se lleve a cabo es necesario contar con una serie de requisitos que ayu-
den a un mejor desarrollo y organización de la escolarización de los alumnos/as:
Este equipo tiene como Objetivo evaluar la situación real del alumno/a a nivel
comunicativo, curricular, auditivo y psicológico, para dar continuidad al proceso
educativo en función de los logros alcanzados y de las necesidades individuales.
Determinar el sistema comunicativo más adecuado a las características del
niño/a.
Establecer los tiempos de refuerzo pedagógico y de tratamiento logopédico
que cada alumno/a recibe.
Supervisar las Adaptaciones Curriculares Individuales y los informes psico-
pedagógicos.
Valorar la promoción de los alumnos a las diferentes etapas Educativas.
Determinar la modalidad educativa.
Organizar la atención y orientación a los alumnos y sus familias a lo largo de
toda la escolaridad.
© WK Educación 297
Atención Temprana en educación infantil
Establecer, en su caso, todas aquellas ayudas técnicas, didácticas o metodoló-
gicas que el alumno/a pudiera necesitar.
298 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
© WK Educación 299
Atención Temprana en educación infantil
Clasificación de la hipoacusia
1. Según la edad de aparición
Prelinguales. Graves dificultades para estructurar el lenguaje de forma espontánea.
Perilinguales. Mantiene el lenguaje en función de su memoria auditiva adquirida, pero no suele
ser suficiente si no se establece un programa de intervención rehabilitadora.
Postlinguales. No se produce una desestructuración del lenguaje ya que está bien desarrollada
su memoria auditiva.
300 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
Hipoacusia leve (20-40 dB). Dificultades en el desarrollo fonético. No hay alteraciones en el
desarrollo de la estructura lingüística. No precisa prótesis auditiva.
Hipoacusia media (41-70 dB). Alteraciones en la comprensión del lenguaje, requiere de inter-
vención rehabilitadota. Precisa prótesis auditiva.
Hipoacusia severa (71-90 dB). No perciben los sonidos del habla. Precisa intervención rehabili-
tadota. Precisa prótesis auditiva o implante coclear.
Hipoacusia profunda (> 90 dB). Precisa intervención rehabilitadora. Precisa prótesis auditiva o
implante coclear.
3. Según la topografía de la lesión
Hipoacusia de transmisión:
Adquirida
Congénita
Genéticas: malformaciones de oído medio, alteraciones autonómicas dominantes, alteraciones
autosómicas recesivas, alteraciones ligadas al sexo, hipoacusias genéticas no sindrómicas de
herencia ligadas al sexo, alteraciones genéticas multifactoriales, alteraciones cromosomitas.
No genéticas: enfermedades infecciosas congénitas y neonatales, Ototóxicos, prematuridad e
inmadurez, hiperbilirrubinemia neonatal, traumatismos craneoencefálicos.
Fase I. Niños recién nacidos. Antes de abandonar el centro hospitalario: se les
realiza la primera exploración mediante una Otoemisión acústica (OEA). Si el
resultado de la prueba es negativo se le realiza un Potencial evocado auditivo
de tronco cerebral (PEATC). Si el resultado continúa siendo negativo pasa a
la Fase II.
Fase II. Primer mes de vida, se repite el PEATC, si lo pasa sale del protocolo,
si el resultado es negativo de nuevo, se informa a los padres y se les explican
pautas de observación. Pasa a la Fase III.
© WK Educación 301
Atención Temprana en educación infantil
Fase III. Tercer mes de vida, se repite el PEATC, si el resultado es positivo sale
del protocolo, si es negativo se explica a los padres sobre la existencia de un alto
índice de sospecha de hipoacusia. Se les indican pautas de observación y pasan
a nuestro centro para comenzar la estimulación precoz. Pasa a la fase IV.
Fase IV. Sexto mes. Se han repetido los PEATC si son positivos sale del pro-
tocolo, si son negativos se establece el diagnóstico de hipoacusia se continua
con el programa de estimulación Temprana. Se realizan los primeros intentos
de adaptación protésica. Se continúa con la exploración auditiva por observa-
ción de la conducta para ayudar a completar el diagnóstico lo más rápidamente
posible.
5. INTERVENCIÓN EDUCATIVA
Una vez realizada la valoración inicial se establecen una serie de medidas técnicas
y metodológicas que quedarán plasmadas en el programa de habilitación o rehabili-
tación individualizado.
Este programa tiene por objetivo facilitar el desarrollo del niño/a a nivel cogni-
tivo, motórico, social, auditivo y lingüístico. Desde luego no se trata de estimular
anárquicamente, es importante conocer la situación de la que partimos y establecer
objetivos secuenciados que sean fácilmente evaluables. Estos objetivos se desarro-
llarán dentro de un método pedagógico y rehabilitador de trabajo concreto.
Desde hace más de veinte años la línea metodológica que se utiliza en nuestro cen-
tro es el método verbotonal. Su creador, el Profesor Petar Guberina, es un lingüista
y fonetista croata, seguidor de la escuela estructuralista de Saussure.
302 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
© WK Educación 303
Atención Temprana en educación infantil
304 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
Se deduce de ello que para cada sonido del habla existe un movimiento óptimo que
provoca la tensión necesaria de los órganos fonatorios y que reúne sus características
propias, favoreciendo así su emisión y percepción. Macromovimientos corporales se
corresponden con micromovimientos de los órganos fonatorios.
Así pues, los ritmos fonéticos utilizan un procedimiento pedagógico que persi-
gue la percepción y la emisión de los sonidos del habla mediante la utilización de
estructuras rítmicas en el movimiento corporal y en la fonación, en función de las
estructuras rítmicas del lenguaje.
Los aspectos más importantes de la estructura del habla son: ritmo, entonación,
tensión, tiempo, intensidad y pausa. Estos aspectos estructurales del habla están en
relación con el cuerpo ya que éste crea los sonidos del habla por medio del mo-
vimiento. Si utilizamos en nuestro trabajo las cancioncillas o rimas infantiles nos
encontraremos ante el ritmo musical, si por el contrario son estructuras compuestas
por secuencias de movimientos en el espacio en las que se respeta de forma estética
el ritmo y la entonación, nos encontraremos ante el ritmo corporal. Es así como los
ritmos fonéticos se desglosan en Ritmo Musical y Ritmo Corporal siendo estas dos
actividades complementarias entre sí, utilizando la una la música y sus parámetros y
el movimiento la otra.
Hasta este momento hemos hablado de habla, voz y audición pero en modo al-
guno debemos dejar de lado algo tan fundamental como es la función significativa
y comunicativa del lenguaje. Nuestro objetivo es lograr que el niño desarrolle un
habla clara y correctamente pronunciada, junto con un lenguaje rico en vocabulario
y estructuralmente organizado.
En el trabajo con los niños la utilización del movimiento nos ofrece grandes posi-
bilidades. La utilización del movimiento como intermediario visual, cinético, kines-
tésico y afectivo, sin por supuesto olvidarnos de las posibilidades que nos ofrece el
mimo o la danza.
© WK Educación 305
Atención Temprana en educación infantil
Ritmo corporal
Los elementos comunes entre habla y movimiento son: espacio, ritmo, tiempo,
entonación, tensión e intensidad. En base a estos elementos comunes esta constituido
el trabajo de ritmo corporal. A través de ellos tratamos de desarrollar el lenguaje en
el niño deficiente auditivo, siguiendo el mismo cauce que seguimos en el desarrollo
del lenguaje en los niños normoyentes.
306 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
sentados o tumbados en el suelo para lograr una mayor estabilidad ya que en muchos
casos el desarrollo de sus capacidades motóricas se encuentra en proceso.
Los movimientos del ritmo corporal persiguen cuatro objetivos fundamentales:
Provocación de la vocalización en los niños muy pequeños.
Producción de los sonidos concretos del habla.
Corrección de los sonidos.
Producción y corrección de las frases y de las unidades rítmicas del habla.
Todas estas actividades se desarrollarán en formato de juego de forma que para
el niño sea agradable y afectivamente gratificante. No debemos olvidar que la con-
tinua corrección favorece un pobre desarrollo de la autoestima. Debemos fomentar
el desarrollo del lenguaje dentro de parámetros de espontaneidad y de normalidad,
creando situaciones de complicidad que estimulen al niño a la fonación. El cuerpo es
un gran aliado en esta difícil tarea.
Ritmo musical
El ritmo corporal está íntimamente ligado al Ritmo Musical y juntamente con él
se definen como Ritmos fonéticos. No se trata de enseñar a cantar al niño o de que
sea capaz de ejecutar pequeñas piezas musicales. El objetivo del Ritmo musical es el
de contribuir mediante estimulaciones rítmicas musicales a la correcta articulación
de los sonidos del habla.
La música está presente en los planes de estudio de las diferentes etapas educati-
vas ya que es un medio que acerca al hombre a la armonía y a la cultura. Por supuesto
la educación del deficiente auditivo no podía quedar al margen de esta realidad ya
que los elementos fundamentales de la música ayudan al niño sordo a percibir los
valores más esenciales del habla.
Éste es el momento en el que se materializan dos de los principios fundamentales
de la metodología verbotonal. El ritmo y la entonación se transmiten a través de las
frecuencias graves y los factores fundamentales y estructurales del habla son el ritmo
y la entonación. El cuerpo humano es extremadamente sensible a las frecuencias ba-
jas tal y como lo demuestra la utilización que se hace de ellas en la danza y el baile
moderno.
La percepción de los sonidos que el niño hace, no sólo a través de los aparatos
SUVAG, sino también de su propio cuerpo, se utiliza precisamente en el desarrollo
de su proceso rehabilitador haciendo posible que el niño tome conciencia de la exis-
tencia del sonido. Este punto será fundamental en este proceso ya que hará posible
que el niño adquiera la concepción de que el mundo está lleno de sonidos y que éstos
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nos proporcionan información valiosa sobre el entorno que nos rodea. El tiempo de
emisión, los espacios entre sonidos (silencios), la intensidad del mismo, etc.… son
parámetros existentes en la comunicación. Asimismo, en este desarrollo del habla,
es fundamental la percepción que el propio niño tienen de sus posibilidades vocali-
zadoras, sus gorjeos, sus gritos su llanto…
¿Pero qué ocurre con el niño sordo? El niño sordo profundo no tiene estos pa-
tronos sonoros que acompañan su desarrollo y evolución desde el momento de su
nacimiento e incluso desde antes. Sin embargo, los estímulos sonoros deben ser in-
troducidos desde los primeros momentos de su habilitación.
Debemos tener en cuenta que el aparato fonador de nuestros niños es capaz de
funcionar también de forma rítmica, el ritmo y la entonación se transmite a través de
las frecuencias graves a las que el niño sordo es sensible y por último el niño percibe
y memoriza las formas rítmicas con mayor facilidad en la infancia.
Con el ritmo musical pretendemos lograr la adquisición del dominio del habla y
una mejor comunicación. Para ello utilizamos cancioncillas óptimas para cada uno
de los sonidos del habla así como movimientos que ayudan al niño a una correcta
emisión y a la memorización de las estructuras rítmicas.
En el ritmo musical trabajamos de forma específica la melodía, ya que a través de ella
se aprende a distinguir el ritmo de una canción. Dicha melodía se forma a partir de una
serie de tonos de distinta serie y duración: los intervalos. Los intervalos se distinguen por
ciertas características que los hacen expresivos y significativos dentro de la melodía.
La entonación se trabaja a través de las cancioncillas infantiles. Son en su mayoría
canciones afectivas con un fuerte atractivo, son repetitivas con un tiempo largo en la
emisión que permite una correcta percepción de la misma, siendo posible que el niño
diferencie entre la voz hablada o la voz cantada.
La tensión tiene un papel fundamental en la corrección de los fonemas. El mo-
vimiento largo o corto une o separa las silabas permitiendo la corrección en la ar-
ticulación. El tiempo lo iremos estableciendo combinando tiempos largos o cortos
en la emisión hasta establecer el tiempo propio de cada niño. La intensidad permi-
te establecer dos parámetros fundamentales fuerte o suave. Con el juego del ritmo
lograremos que los niños adquieran una intensidad correcta en su emisión, siendo
capaces de controlar su voz.
El lenguaje de la música es capaz de transmitir todas las emociones y debemos
tener en cuenta el efecto que produce sobre nuestro cerebro. El ritmo de la música
establece la medida, armoniza el movimiento y se caracteriza por su regularidad.
Por el contrario el ritmo en el habla es arbitrario, no obedece pautas. Con los juegos
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rítmicos queremos conseguir el cultivo y creación del ritmo interior que le ayudará a
desarrollar su motricidad y su propio control.
Los objetivos de los juegos rítmicos son:
Obtener una expresión espontánea.
Nitidez en su voz y en su timbre.
Introducirle en el mundo del ritmo.
Potenciar sus posibilidades rítmicas, motóricas y fonéticas.
Desarrollar formas flexibles, no fijas ni estáticas.
b) Clase verbotonal
Los conceptos de pedagogía, educación y rehabilitación están fuertemente entre-
lazados en la Clase Verbotonal (CVT). La CVT está plagada de ideas, racionalidades
y teorías obtenidas a través de la investigación sobre la educación de los niños defi-
cientes auditivos. Nada se realiza de forma arbitraria, todo obedece a un fin.
La rehabilitación de las personas sordas no se limita a la rehabilitación auditiva
sino que abarca todo el desarrollo de la persona. Nuestros alumnos han de desarro-
llar el currículo a través de toda su escolaridad al igual que lo hacen sus compañeros
oyentes. Los contenidos son los mismos, pero no lo es el método de trabajo que em-
pleamos con ellos. El espíritu de la clase verbotonal está en todas las áreas presentes
en el currículo ordinario. Nuestros alumnos al igual que otros alumnos deben apren-
der la numeración, los colores o el ciclo del agua. Es precisamente la rehabilitación
el cauce posibilitador del desarrollo del currículo. El lenguaje está implícito en todos
y cada uno de los conceptos que nuestros alumnos deben integrar, en la medida que
su proceso rehabilitador avance, avanzará la adquisición de sus conocimientos.
Dentro de la clase VT utilizamos herramientas que nos van a ayudar en la conse-
cución de los objetivos propuestos en las diferentes materias, así como en la rehabi-
litación de la audición y el lenguaje. Estas herramientas fundamentalmente son las
siguientes:
La situación.
La dramatización.
El juego.
El método estructuroglobal audiovisual (SGAV).
La situación
El habla surge cuando planteamos una situación con diferentes relaciones entre
los protagonistas, sus acciones y los objetos que les rodean. Cuando creamos una si-
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y organizada. Sin una estructura de los elementos que la componen no hay éxito
posible en la clase verbotonal.
La clase verbotonal debe crear las condiciones previas para que se genere un cli-
ma positivo entre el niño y la rehabilitadora que favorezca la relación lingüística. El
juego forma parte del armazón teórico sobre el que se sustenta la clase verbotonal, ya
que ayuda a estimular la observación, la afectividad y la imaginación creativa. Tam-
bién desarrolla la riqueza del mundo interior infantil, favoreciendo la necesidad de
expresarlo a través de la palabra. El juego asimismo favorece que aumenten las habi-
lidades del niño gradualmente y por tanto su madurez neurológica y psicológica.
El juego también ayuda a cada niño a expresar sus deseos y sentimientos y a expli-
car sus observaciones y sus experiencias. Elementos como el movimiento, el sonido
o la palabra están presentes en el juego. Es, pues, el mundo lúdico, un gran aliado
que no debemos desaprovechar.
El SGAV está basado en la percepción del habla, y teniendo en cuenta este punto
debemos presentar los principios básicos que conforman este método.
El lenguaje se enseña a través de estructuras habladas, al igual que en la vida
diaria. La enseñanza se lleva a cabo dentro del contexto de situaciones propias
o experiencias del niño.
Cada dibujo del la filmina va acompañado de una unidad rítmica hablada, así
se transmite la secuencia por el oído y por la vista.
La pronunciación se transmite a través del ritmo y de la entonación.
La gramática se enseña siempre dentro del diálogo.
El trabajo se realiza en grupo a partir de los dos años.
Los ejercicios de cada unidad son diálogos entre los diferentes personajes que
participan en una o varias situaciones.
En cada filmina, puede aparecer uno o varios centros de interés.
Los diálogos son sencillos y naturales.
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Lenguaje expresivo oral y/o gestual: en situaciones cerradas o en situaciones
espontáneas.
Lenguaje comprensivo oral y/o gestual: en situaciones cerradas o en situacio-
nes espontáneas.
Valoración de la audición: con y sin ayuda técnica. En campo libre o en cabina
audiométrica.
Una vez realizada esta evaluación inicial y en base a los resultados obtenidos ela-
boraremos un Programa de trabajo que constará de las siguientes partes:
Progresión prosódica.
Progresión fonética.
Progresión lingüística.
Progresión auditiva.
Los niños menores de 2 años asisten al Centro en régimen ambulatorio dos días
a la semana. Durante estas sesiones siempre están presentes los padres o en algunas
ocasiones la persona que se hace cargo del niño/a. El trabajo se realiza de forma glo-
balizada ya que son niños muy pequeños. Todas las áreas curriculares están presen-
tes, aunque en dosis muy pequeñas. Asimismo, están presentes todos los principios
y procedimientos de la Metodología Verbotonal.
Nuestra intervención comienza poco después de que los padres reciban el diag-
nóstico de sordera. En muchos casos somos las primeras personas a las que tienen
que decir que su hijo/a es sordo; en otras ocasiones se limitan a darnos el informe del
otorrinolaringólogo y a esperar. Son muchos los padres que no saben exactamente
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lo que significa la sordera, pero lo que todos saben es que en modo alguno es una
buena noticia.
En nuestro centro tenemos una máxima para esta situación, es simple: “ponte en
su lugar”. El momento de la acogida debe estar lleno de profesionalidad, pero a la
vez de cercanía. Deben saber desde ese instante que pueden confiar en ti, que sabes
qué se ha de hacer y cómo hacerlo. Es fundamental que de esa primera entrevista sal-
gan pensando que por difícil que sea la tarea que les espera, en ningún momento van
a estar solos y que juntos padres, niño y rehabilitador lograrán alcanzar los objetivos
que poco a poco se van a ir marcando.
Más tarde la psicóloga y la trabajadora social del centro recogen los datos y docu-
mentos que necesitamos para completar el historial del niño. Para elaborar el progra-
ma de trabajo individualizado el primer paso es realizar la Evaluación Inicial.
Esta evaluación la realiza el Equipo Psicopedagógico del centro. Una vez realiza-
do el Informe de Evaluación Psicopedagógica se realizará el Programa Individuali-
zado de Trabajo. A modo de ejemplo vamos a mostrar la estructura de este programa
de intervención incluyendo alguno de los apartados que pueden aparecer en él.
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I. Datos de identificación
Alumno/a:
Profesor/a responsable:
Fecha:
II. Objetivos
Identidad y autonomía personal
Jugar con la cuchara cuando se le da de comer.
Dar unos pasos cogidos de la mano.
Agacharse y levantarse cogido de una silla.
Arrastrar un juguete mientras camina.
Reconocer una parte del cuerpo por lectura labial.
Lanzar una pelota estando sentado.
Comenzar a reconocer sus objetos personales.
Agacharse para coger objetos del suelo.
Descubriendo el medio físico y social
Participar en juegos sencillos.
Comprender el significado de una prohibición.
Reconocer objetos familiares sencillos.
Coger objetos que están a su alcance.
Coger y soltar objetos con ambas manos.
Encontrar un objeto escondido delante de él.
Coger bolitas pequeñas y meterlas en una botella.
Meter y sacar objetos en un recipiente.
Mostrar interés por las ilustraciones de los libros.
Buscar objetos por los que se le pregunta.
Imitar acciones de la vida cotidiana.
Construir una torre con dos cubos.
Mostrar un objeto cuando se le pide.
Colocar el cuadrado en el tablero de formas.
Observar el color rojo.
Comunicación y representación
Atraer su atención hacia nuestra cara.
Emitir balbuceos aunque no tengan intención comunicativa.
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V. Materiales
VI. Temporalización
Se emite un sonido, el niño/a debe moverse, cuando cesa el sonido, cesa el mo-
vimiento nos escondemos debajo de una tela y tocamos el pandero. El niño/a
debe buscar la fuente sonora y destaparnos. Pueden acompañarlo los papas en
la búsqueda.
Tumbados en el suelo nos hacemos los dormidos cuando suena el pandero nos
despertamos y nos levantamos. El niño/a puede tocar el pandero con ayuda de
sus padres.
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Podemos preparar actividades que nos ayuden a tener a los niños motivados, ale-
gres y participativos. Las actividades son la herramienta que nos ayuda a lograr la
consecución del objetivo. El niño/a sólo ve juego donde nosotros vemos trabajo
pensado y organizado, las actividades no se realizan al azar. Planificamos objetivos
y después buscamos estrategias y materiales que nos ayudan a conseguirlos.
A veces no alcanzamos el objetivo porque las actividades preparadas no son las
adecuadas para ese niño/a en concreto. Flexibilidad y creatividad son dos grandes
aliados en el trabajo del rehabilitador/a.
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CAPÍTULO X.
LA ATENCIÓN TEMPRANA EN NIÑOS CON
SÍNDROME DE DOWN
Este principio general es aplicable a todos, incluidos los niños con Síndrome de
Down. Si la educación se lleva a cabo bien a lo largo de todo el proceso, hay una
gran probabilidad de alcanzar los mejores objetivos para cada alumno. Va a ser im-
portante conocer las características cognitivas de los niños con Síndrome de Down,
problemas que aparecen durante las primeras etapas educativas, incluida la inter-
vención temprana y cómo es preciso aplicar un cuidado pedagógico individual para
poder desarrollar y perfeccionar habilidades imprescindibles: relación con el entor-
no, atención, percepción, discriminación, destrezas manuales, habilidades sociales y
autonomía…
El niño con Síndrome de Down presenta una problemática propia que obliga a
adaptar objetivos, métodos, evaluación… a sus propias características, con el objeto
de conseguir avances progresivos.
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Los educadores de la escuela infantil son desde los primeros momentos quienes
garantizan las oportunidades de aprendizaje y ayudan a vencer una serie de retos que
se prolongan a lo largo del periodo escolar.
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Atención Temprana en educación infantil
ras etapas del desarrollo y que de no recibir los estímulos adecuados, podría verse
retrasada su maduración. La evolución de los niños con Síndrome de Down en su
desarrollo dependerá en gran medida del inicio de la Atención Temprana.
Así, Autores como Gessell, Piaget, Wallon o Spitz han realizado indicaciones de
cuándo y cómo deben esperarse las adquisiciones que el niño debe ir haciendo a lo
largo del primer año de vida.
Se ha observado que todos los niños con Síndrome de Down siguen la misma pau-
ta de desarrollo que el niño normal aunque presentando variaciones en cuanto a su
ritmo de desarrollo. Esto es importante destacarlo pues aunque el niño con Síndrome
de Down vaya a una velocidad constante, la distancia entre él y el niño normal va
aumentando al hacerse mayores. No debemos dar importancia al número de meses
o años que el niño con Síndrome de Down está retrasado respecto al niño normal en
cualquier edad determinada, lo importantes es que mantenga ese desarrollo.
Las primeras relaciones afectivas que el niño establece con el adulto son funda-
mentales como base de seguridad necesaria para futuros aprendizajes. El desarrollo
afectivo es el vehículo que permite el desarrollo de todos los demás, de aquí la
importancia del trabajo con los padres. Favorecer la vinculación padres-hijo será la
mejor garantía del bienestar y de una adecuada estimulación.
El vínculo afectivo o el apego es lo que va a permitir al bebé madurar y relacionar-
se, primero con los padres y a continuación con el exterior puesto que le han ofrecido
seguridad y confianza en sí mismo y en los demás (Bowly). En el Síndrome de Down
debemos estar muy atentos y fomentar este vínculo afectivo tan crucial, pues sin él,
el niño no podrá desarrollar y madurar en otras parcelas de su desarrollo.
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Entusiasmo y sensibilidad
Respeto al niño: paciencia “activa”
Flexibilidad: enfoque positivo
Calma y sentido del humor
Figura 1. Buenas prácticas de educadores eficaces (Troncoso, 2003).
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Hay que ser flexibles en el papel de profesores: cuando trabajamos con niños no
sabemos si van a estar contentos, sanos, etc. Antes de que vengan a nuestra Escuela
Infantil les ocurren muchas cosas, depende de lo que le haya sucedido antes de venir
va influir en la receptividad del niño en la Escuela.
El proceso educativo comienza desde los primeros meses de vida con los progra-
mas de Atención Temprana. En función de sus características se decidirá cuándo es
el momento oportuno para asistir a un centro educativo en el que comenzará a cursar
la etapa de Educación Infantil.
Actualmente, los niños con Síndrome de Down se incorporan a las Escuelas In-
fantiles desde las primeras edades, que duda cabe de que sus profesores, sus compa-
ñeros de aula y todos los agentes sociales con los que entran en contacto van a tener
importantes efectos sobre su desarrollo.
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Todos los niños con Síndrome de Down tienen sus puntos fuertes y débiles. Para
desarrollar cualquier intervención en la escuela infantil debemos partir, como requi-
sito, de una valoración de ese niño. La valoración conlleva, una información inicial
relativa al desarrollo normal del niño (datos más significativos de la vida del niño y
sobre la dinámica familiar), constituye un elemento de gran ayuda para llevar a cabo
una escolaridad adecuada en este periodo y una evaluación de las capacidades del
niño.
Una observación durante juego libre nos permite destacar las habilidades y capa-
cidades que aporta espontáneamente y los déficits que trataremos de mejorar. Nos
permite adquirir información sumamente rica, sobre su conducta, carácter, autono-
mía, comunicación, relación con sus padres, relación con el educador y capacidad de
aprendizaje e iniciativa.
A continuación, se debe establecer la línea de base. Una vez que están especifi-
cadas las distintas conductas y tomándolas como punto de partida elaboraremos y
concretaremos los objetivos.
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Atención Temprana en educación infantil
Simultáneamente se debe hacer una toma de datos. Ésta será cuantitativa o cualita-
tiva, en función de aquello que se quiera evaluar y dependiendo de las características
del niño y del educador. La toma de datos cuantitativa debe de ser simple, concisa,
precisa y con la posibilidad de hacer un análisis rápido y concreto en cualquier mo-
mento. La toma de datos cualitativa valora más la actitud del niño, su relación con el
educador, el juego espontáneo que se observa y la comunicación.
Toda esta toma de datos nos informa sobre si los objetivos escogidos y su secuen-
ciación es apropiada para la edad equivalente del niño y de sus características indi-
viduales. A la hora de planificar los objetivos diariamente y de una forma práctica,
debemos de tener en cuenta ciertos aspectos:
Las características individuales del niño: activo, pasivo, etc.
Material didáctico y lúdico disponible.
Adecuar y adaptar actividades al ritmo del aprendizaje del niño.
Utilización de juegos amenos y divertidos que motiven al niño.
Favorecer el diálogo y la comunicación.
Distribución del espacio y el tiempo.
Isidoro Candel apunta que los programas de A.T. en estos niños deben centrarse
en mejorar los patrones de relación entre padres e hijos desde los primeros meses
de vida. Una vez desarrolladas estas capacidades estarán en mejores condiciones de
sentirse bien y de participar de todos los recursos que les brinda la Escuela Infantil.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la estimulación (centrada en el
desarrollo sensorio-motor del niño) no puede ser óptima si no va acompañada de un
entorno natural, dentro de la familia, apropiado y normal.
En la actualidad los profesionales tienden a actuar de un modo más completo
dada la decisiva importancia que tiene el ambiente familiar en la evolución del niño,
y prevalece la evidencia de que el niño obtiene un mayor desarrollo, autonomía y
bienestar cuando se trabaja conjuntamente con los padres.
Tanto la familia como el centro escolar juegan un papel importante durante estos
primeros años. Al principio de la escolarización se les comunicará a los padres los
objetivos marcados para el niño, lo mismo que es importante resaltar cuáles son las
habilidades que posee, más cuáles son las dificultades. Se trata de conseguir una
visión positiva a la vez que real sobre la situación del niño.
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PROFESIONALES FAMILIA
TRABAJAR CONJUNTAMENTE
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Atención Temprana en educación infantil
Las familias tienen un vínculo más fuerte con el niño, son los responsables de
estos niños aunque no estemos de acuerdo con sus principios y sus decisiones,
pero como profesionales tenemos que trabajar con la familia. Hay que escu-
char a las familias. Las familias ofrecen las experiencias más motivadoras.
Necesitan ser escuchados y debemos atender su demanda porque su estado
anímico va a repercutir en el niño. En definitiva un niño con Síndrome de
Down exige una estrecha colaboración, un esfuerzo común con la familia.
Antes de entrar en la escuela infantil, es muy útil que los padres deseen relle-
nar una guía antes de la interacción; de tal manera que cuando ese niño llega al
centro o al aula se saben más cosas sobre “ese muñequito”. Incluir en la guía:
qué le gusta, qué le disgusta, qué le enfada, notas de los hermanos, etc.
Los padres tiene una función imprescindible especialmente cuando es un bebé,
puesto que pasan mucho tiempo junto. Aportan información sobre su estilo fa-
miliar, características de sus hábitos y preferencias.
Los padres pueden estar angustiados por los problemas del hijo y se angustian
aun más al no saber “acercarse” a ellos. Explicarles dificultades, conductas,
comportamientos, mostrarles ayuda. Muchas veces los padres descargan su
angustia, sus dudas, sus quejas... en nosotros. Es importante conseguir padres
que se sienten bien interactuando con sus hijos.
En ocasiones los padres tienen sentimientos de culpabilidad cuando se dan
cuenta que su hijo no es capaz de conseguir en casa lo mismo que en la escuela
infantil... entonces se cuestionan su papel de padres y pueden sentir que les
“usurpamos” su rol o delegar en nosotros sus funciones paternas. Por todo ello
el profesor tendrá que estar atento para no quedar atrapado en este “juego”.
Facilitar información para llevar las mismas pautas de educación en casa que en
la escuela infantil. Identificar objetivos con la familia: que es lo que queremos
que colaboren en la instauración de conductas, generalización de los aprendiza-
jes, refuerzo en casa. Hacerles ver cómo pueden incrementar estrategias.
Para plantear un programa educativo concreto cualquier alumno, con o sin Sín-
drome de Down, se ha de partir del conocimiento del alumno. Por ello es esencial
comenzar por establecer cuáles son las principales características psicológicas del
niño con Síndrome de Down y a partir de ahí planificar la intervención educativa.
Se debe partir de dos premisas:
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1) Existe una enorme variabilidad entre las personas con Síndrome de Down.
No hay dos niños con Síndrome de Down iguales.
2) No se puede determinar a priori lo que pueden llegar a aprender.
Estas características no se dan siempre ni en todos, ya que el único rasgo común a
todos los niños con Síndrome de Down es la trisomía del par cromosómico 21.
Por esa razón, es recomendable estudiar las características propias del Síndrome
de Down por aspectos de desarrollo (motricidad, cognición, etc.) para más tarde
poder aportar sugerencias de intervención.
4.1. Motricidad
La afectación cerebral propia del Síndrome de Down produce lentitud para proce-
sar y codificar la información y dificultades para interpretarla, elaborarla y responder
a sus requerimientos tomando decisiones adecuadas. Por eso les es costoso, en ma-
yor o menor grado, los procesos de conceptualización, abstracción, generalización y
transferencia de aprendizajes. También les cuesta planificar estrategias para resolver
problemas y atender a diferentes variables. Otros aspectos cognitivos afectados son la
desorientación espacial y temporal y los problemas con el cálculo aritmético es espe-
cial el cálculo mental.
En el Síndrome de Down existen alteraciones en los mecanismos cerebrales que
intervienen a la hora de captar el objeto de atención (Flórez, 1999). Por ello suelen
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Atención Temprana en educación infantil
Sugerencias de intervención
La atención es una capacidad que requiere un entrenamiento específico para
ser mejorada. Es conveniente proponer actividades variadas y amenas que fa-
vorezcan el que consigan mantenerla en aquello que están haciendo. En etapa
escolar es imprescindible programas ejercicios para que aumenten el periodo
de atención poco a poco, primero un minuto, luego dos y así sucesivamente, o
realizar varias actividades de corta duración en lugar de una actividad larga.
Se debe presentar la estimulación siempre que sea posible a través de más de
un sentido.
Es esencial el entrenamiento de la memoria.
El modelado o aprendizaje por observación, la práctica de conducta y las acti-
vidades con objetos e imágenes son muy adecuados.
Les resulta trabajoso dar respuestas verbales, dando mejor respuestas motoras,
por lo que es más fácil para ellos que explicar lo que hacen o lo que deben hacer.
Presentan también dificultades para captar la información hablada por lo que se ha
de destacar que tiene mejor nivel de lenguaje comprensivo que expresivo, siendo la
diferencia entre unos y otros especialmente significativa.
Les cuesta transmitir sus ideas y en muchos casos saben qué decir pero no encuen-
tran palabras para decirlo. De ahí que se apoyen en gestos y onomatopeyas cuando
no son comprendidos. Sus dificultades de índole pragmática conllevan con frecuen-
cia a dar respuestas estereotipadas como “no sé”, “no me acuerdo”...
Sugerencias de intervención
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Atención temprana y discapacidad
Se les ha de dar tiempo para que contesten, sin adelantarse a su posible res-
puesta.
4.4 Sociabilidad
Los niños con Síndrome de Down desarrollan sus habilidades sociales en sus tres
primeros años de vida de un modo bastante parecido, aunque a un ritmo más lento,
al de los niños normales (Collen y otros 1981).
No puede dejarse a un lado el hecho de que el aprendizaje de los niños esté social-
mente mediado, es decir, las personas que le rodean cumplen un papel fundamental
por medio del modelo que muestran y la manera de enseñar y motivar a los niños.
Con frecuencia les cuesta aprender a solucionar situaciones relacionadas con las
habilidades socio-emocionales y la necesidad de enseñar este tipo de habilidades se
pone de manifiesto, cuanto antes se trabajen estas capacidades, más fácil será que lo
aprendan y lo generalicen.
En el desarrollo del niño tiene un gran peso la relación con otras personas. No hay
que olvidar que en cualquier situación nos comunicamos con otros y esto siempre
tiene que llegar a ser gratificante. Por esta razón, las habilidades interpersonales son
tremendamente valiosas en la vida de cualquier persona e imprescindibles para las
personas con Síndrome de Down.
Una persona no sólo tiene que relacionarse sin más, sino que tiene que saber
hacerlo para que otros también se sientan cómodos en esa relación. La educación
preescolar supone un periodo crucial para aprender hábitos emocionales sanos y pre-
venir una baja autoestima, inhabilidad social o problemas a la hora de relacionarse.
Conviene empezar cuanto antes.
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Atención Temprana en educación infantil
La escuela infantil puede aportar al niño muchas ventajas que no es fácil que
encuentre solamente en el medio familiar. La escuela infantil para el niño con Sín-
drome de Down presenta grandes ventajas para su desarrollo, ya que se producen
interacciones sociales muy ricas y variadas entre los propios niños y los adultos, que
no se dan en otro lugar de forma organizada y sistemática y que generan unas condi-
ciones en el ambiente que hacen más fácil los distintos aprendizajes.
Valorar la información que los padres den sobre las cosas que le gustan o dis-
gustan, sobre sus capacidades, sobre sus limitaciones.
Cuando el niño inicie la escolaridad, conviene que el horario sea reducido.
Aumentar progresivamente si el niño se siente bien.
Enviar mensajes por escrito sobre las incidencias más relevantes del centro.
Informar de la realidad del niño en el centro. No basta decir “todo va bien”.
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Atención temprana y discapacidad
Prestar atención a los mensajes no verbales del niño, sirve para detectar a
tiempo los problemas.
Inicialmente es más importante que el niño se encuentre a gusto en el centro
que los aprendizajes escolares, éstos vendrán después.
En la escuela, un ambiente distendido, con sonrisas y buen humor, es el que
produce mejores resultados en todas las situaciones de aprendizaje.
A la hora de determinar los objetivos educativos que son más adecuados para los
niños con Síndrome de Down se ha de tener en cuenta que adquieren las capacidades
con mayor lentitud que otros niños. Es imprescindible, por tanto, seleccionar lo que
se les va a enseñar, estableciendo prioridades. Se ha de tener claro cuál es el objetivo
educativo fundamental y preparar muchos y variados recursos para alcanzarlo.
Es esencial personalizar los objetivos porque los que son válidos para un niño no
son útiles para otro. Será necesario incluir objetivos distintos a los de sus compañe-
ros (por ejemplo, habilidades de autonomía básica o social) y en algún caso habrá
que priorizar objetivos, cambiando el momento de su presentación. Siempre que se
pueda, se deben escoger objetivos prácticos, útiles, funcionales, aplicables inme-
diatamente o al menos aplicables lo más pronto posible y secuenciarlos en orden
creciente de dificultad.
En todo caso, esa selección de objetivos se ha de basar en unos criterios que pue-
den ser (Troncoso, 1995; MEC, 1992):
Los más importantes y necesarios para el momento actual de la vida del niño,
los que le sirven aquí y ahora.
Los que tienen una mayor aplicación práctica en la vida social y los que se
pueden aplicar a mayor número de situaciones.
Los que sirven de base para futuras adquisiciones.
Los que favorezcan el desarrollo de sus capacidades: atención, percepción,
memoria, comprensión, expresión, autonomía, socialización.
Reglas de oro para una educación eficaz
Conocer al niño en sus habilidades y posibilidades y no tanto en sus limitacio-
nes y debilidades.
Aceptar al niño como es y no como quisiéramos que fuera. Ayudarle a mejorar,
sin intentar cambiarle.
Confiar plenamente en que si actuamos bien, siempre es capaz de aprender y
de progresar.
Valorar sus esfuerzos y sus logros, aunque parezcan pequeños.
Sancionar negativamente sólo las conductas inadecuadas.
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Atención Temprana en educación infantil
Aunque las personas con Síndrome de Down poseen unas características parti-
culares y específicas que van a condicionar la intervención va a ser muy importante
respetar su individualidad. Nuestro objetivo sigue siendo conseguir el máximo de
sus posibilidades en todas las áreas del desarrollo así como un buen equilibrio de su
personalidad.
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Atención temprana y discapacidad
Presentación de imágenes, dibujos e incluso objetos para manipular les ayuda-
rá a mejorar su retención (perciben mejor la información por la vía visual que
por la auditiva).
Presentar actividades de corta duración, utilizando un aprendizaje basado en el
juego lúdico, entretenido, atractivo.
Posibilidad de trabajar con objetos reales y que pueda obtener información a
partir de otras vías sensoriales. Utilizar materiales que favorezcan la experien-
cia directa. Se debe tener preparado el material que se va a utilizar con ante-
lación. Conviene disponer de material en abundancia por si se han de cambiar
las actividades.
Secuenciar los objetivos y contenidos en orden creciente de dificultad. Em-
plear ayuda directa y demostraciones o modelado en lugar de largas explica-
ciones. Aplicar lo que se enseña y dejar que se realice una práctica repetida.
Dejarles tiempo suficiente para acabar y poco a poco ir pidiéndoles mayor
velocidad en sus realizaciones.
5.2.1. Estrategias para ayudar a un niño con Síndrome de Down (de ce-
ro a un año)
1) Poner el acento en el niño, no en el Síndrome de Down. Son en primer lugar
personas, y en segundo lugar personas con Síndrome de Down. Mirar en pri-
mer lugar en lo bueno, lo que está bien. Observar lo que está bien y cómo se
pueden aumentar esos puntos positivos. Tratarlo como a cualquier otro bebé,
esperar mucho, no limitar su potencial, proveerle de experiencias nuevas y
variadas.
2) Establecer una buena relación con el niño. Un niño con un buen vínculo se
siente seguro, querido, confiado y esto le va a permitir en el futuro una inde-
pendencia porque confiará en la gente, se sentirá bien y tendrá una autoestima
alta.
3) Utilizar rutinas regulares de la escuela infantil para que sean momentos de
interacción. Proporcionarle interacciones naturales: el ser humano aprende
a través de las interacciones sociales con otros humanos. Es a través de la
interacción social como mejor nos desarrollamos.
Las rutinas escolares son momentos individualizados y flexibles. Las rutinas
diarias son más motivadoras para el niño y son más predecibles crean más
oportunidades de aprendizaje. Hay que lograr integrar sus oportunidades de
aprendizaje en las rutinas. Una vez establecidas, las rutinas ayudan a entender
lo que está pasando, ayudan a prever y a entender lo que va a suceder.
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16) Fomentar todos los cambios posturales. Nuestro objetivo es que consiga pa-
sar de tumbado a sentado y de sentado a de pie, y viceversa, solo. Debido a
la hipotonía hay peligro de adquirir ciertas malas posturas. Se pretende que
adquieran unos patrones de movimiento que le van a servir para evitar malas
posturas y luxaciones en el futuro. Unos buenos cambios posturales favore-
cen un buen control del cuerpo y del movimiento en el futuro y evita lesiones
y luxaciones. Jugar en el suelo fomenta constantemente cambios posturales y
esto aumenta el tono automáticamente.
2) Asegurarse que la familia sigue actuando como guía del progreso del niño.
4) Las rutinas deben dar oportunidad que el niño inicie, el niño debe ser el más
interesado en las actividades que elige. Identificar las rutinas que le gusta
al niño, incluir acciones, a los niños pequeños les gustan las acciones, e ir
introduciendo variaciones en las rutinas, variaciones pueden ser cambio de
material, cambiar la hora, cambiar de persona…
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Juego de ejercicios simples (motores, descubrir sentidos, con objetos sin fun-
ción.
Juego relacional (uso de objetos de manera no funcional).
Juego funcional (esquema presimbólico).
Esquema simbólico.
Al hablar de juego simbólico incluyo también el dibujo libre ya que tiene las
mismas características que el juego. El juego simbólico es fundamental para
un desarrollo global y autónomo. Da funcionalidad a todo aquello que le en-
señamos. Los niños con Síndrome de Down, al tener dificultad de expresarse,
pueden comunicar sus conocimientos y vivencias a través del juego, y así ayu-
dan al educador a conocer con más exactitud lo que saben. A través del juego el
niño nos va a contar su historia personal y afectiva, ofreciéndonos información
sobre su desarrollo madurativo, en al ámbito motor, cognitivo y socioafectivo.
Asimismo, el juego favorece la relación, el placer de jugar motiva al niño y la
niña a demandar y a interactuar con los objetos y las otras personas:
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Procesos Estrategias
Atención. Elemento clave para los
Presentar la información de forma
aprendizajes. visual apoyándola con auditiva.
Motivación. Importantísima para
Instrucciones con frases cortas y
generar y mantener conductas. Sin sencillas.
motivación ni atención no es posible
Recordar conceptos aprendidos y re-
el aprendizaje.
lacionarlos con los nuevos.
Memoria. Entrenarla con activida-
Secuenciar aprendizajes.
des que la favorezcan.
Programar y diseñar actividades
Imitación. La imitación es la base
adecuadas.
del aprendizaje.
Enseñar estrategias específicas.
Esperar respuestas.
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Programa de tamaños
Objetivo: conocer y generalizar los tres tamaños: grande, mediano y pequeño.
Material: objetos iguales de los tamaños nombrados; objetos de distinto tama-
ño; tarjetas con dibujos de un objeto en los distintos tamaños.
Programa: discriminar y generalizar los tres tamaños tanto entre objetos como
entre imágenes.
Objetivo: promover el desarrollo de las actividades de discriminación visual y
potenciar la discriminación auditiva (puede ayudar al desarrollo del lenguaje
expresivo).
Material: se puede hacer de fabricación casera. Existen diversos tipos de lotos
comercializados. Tener en cuenta los gustos del niño a la hora de hacerlos.
Programa: está compuesto por tres partes básicas: emparejar, discriminar y
distribuir.
Programa de colores
Programa de números
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Atención temprana y discapacidad
La intervención educativa dentro del aula debe dar especial importancia a la im-
plicación del educador en este proceso. La misión del educador es estimular el desa-
rrollo del niño atendiendo al nivel real del niño.
Realizar un seguimiento individual del alumno, analizando su proceso educa-
tivo, reconociendo sus avances, revisando con frecuencia su trabajo... Diseñar
una hoja individual de cada alumno con Síndrome de Down, con los objetivos
y actividades programados para él para un plazo determinado.
Favorecer la realización de actividades controladas de forma individual por
el profesor, teniendo previstos momentos para llevar a cabo supervisiones y
ayudas en relación con los aspectos concretos en que tiene dificultades.
Establecer momentos en las clases en que se realicen ayudas mutuas entre
iguales, buscando compañeros que apoyen al alumno y le ayuden en sus ta-
reas. Es una forma de facilitar interacciones sociales, hay que buscar situacio-
nes en las que hay que buscar dos niños; niños que hacen de tutores del niño
con Síndrome de Down, un niño responde mejor a otro niño que al adulto. El
niño es muy buen profesor para otro niño.
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Realizar una distribución flexible de espacios y tiempos. Los niños con Sín-
drome de Down son capaces de hacer muchas cosas aunque con más tiempo.
Darles más tiempo para reaccionar. Hay que tener conciencia de esta necesi-
dad de más tiempo. Actividades de transición: necesitan tiempo para que su
mente pueda cambiar.
El espacio físico: también se puede adaptar rápidamente, elementos más gran-
des, más brillantes, para que las pistas llamen más la atención del niño, cuer-
das, juguetes que se pueden comprar. Teniendo en cuenta que hay juguetes
que estimulan la interacción y otros que dificultan la interacción (juguetes que
facilitan la interacción son aquellos que motivan una actividad que necesita
dos niños, por ejemplo: los balancines).
Juguetes. Es difícil estimular a un niño a lo largo del tiempo sin contar con
juguetes sencillos, pero apropiados para su momento evolutivo, diseñados para
cumplir objetivos y que reúnan las óptimas condiciones. Es un error carecer del
material apropiado o que sea viejo, estropeado y sin ningún atractivo. Conviene
cuidarlos, renovarlos y tenerlos ordenados y en buen uso. No se debe pensar
que su propia creatividad le va a ser suficiente, probablemente le va a ayudar
pero los juguetes introducen un elemento lúdico y pedagógico importante.
Incluir actividades de refuerzo, buscando nuevas estrategias para llegar a los
mismos aprendizajes.
Planificar actividades variadas para el mismo objetivo, utilizando materiales o
soportes de trabajo distintos.
Nunca debemos facilitar por encima de las posibilidades del niño, puesto que
le va a suponer un esfuerzo tan grande y tampoco podemos facilitar por debajo
de sus posibilidades porque se desmotivará y no aprenderá. De nuevo una de
las reglas de oro: tenemos que dar suficiente tiempo al niño.
Siempre que sea posible se dará a elegir al niño la actividad a realizar ya que
así garantizamos mantener la atención con más facilidad.
Se debe especificar claramente el tipo de respuesta que se requiere para cada
actividad (señalar o indicar, igualar a una muestra, respuesta verbal…).
Se realizará un análisis motivacional del alumno, con el objetivo de encontrar
elementos o hechos realmente reforzador o aversivos para el alumno en par-
ticular.
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CAPÍTULO XI.
ATENCIÓN TEMPRANA EN LA PARÁLISIS
CEREBRAL INFANTIL
Para llevar a cabo este objetivo, es obligado saber cómo es el desarrollo normal
del niño pues esto nos facilita el diferenciar los aspectos anormales que pueden pre-
sentar los niños con PCI. Por otro lado, definimos el término de parálisis cerebral
infantil, los tipos, características y posibles causas para situarnos mejor en las nece-
sidades que nos presentan estos niños.
En 1843, William John Little, cirujano ortopédico inglés, reconoció que distintas
deformidades en los niños se asociaban con lo que denominó “Parálisis Espástica
Infantil”. Little, en un artículo de 1861, documentó la correlación entre la anomalía
del embarazo, trabajo del parto, parto y los déficits posteriores del desarrollo.
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Atención temprana y discapacidad
La incidencia de la PCI es de uno de cada cinco mil nacidos vivos (Tors y Cols.,
1990) y solo el 60% tiene causa identificable, según un estudio de Hargberg de 1979
(Batshaw y Perret, 1986). En la actualidad la incidencia puede ser mayor debido,
paradójicamente, al avance de la medicina en el cuidado de muchos recién nacidos
con factores de riesgos, como los niños prematuros o nacidos con un peso muy bajo,
que pueden sobrevivir, pero con deficiencias motoras.
SIDA. Ausencia de malformaciones fetales observadas. Transmisión transpla-
centaria, con mal pronostico.
Hepatitis. Puede provocar aborto espontáneo y prematuridad en el parto, con
anomalías congénitas; parálisis, convulsiones; ictericia, 34% de mortalidad.
Malaria. Retardo del crecimiento del feto, fiebre, hipertrofia de hígado y bazo,
convulsiones, ictericia, edema pulmonar a las 48 – 72 horas después del parto.
Rubéola. Efecto sobre el feto, Síndrome de la rubéola congénita; 70% de pro-
babilidades de infección directa del feto en las 12 primeras semanas de em-
barazo, con riesgo de malformación fetal o muerte entre 10-34%; cataratas,
ceguera, cardiopatías, sordera, retraso mental, parálisis cerebral, encefalitis,
paladar hendido, anemia hemolítica, hepatoesplenomegalia, etc.
Sarampión. Malformaciones congénitas.
Infección estreptocócica. Sepsis perinatal, meningitis, 25 % neumonía.
Toxoplasmosis. Nacimiento prematuro, posible retardo mental, hidrocefalia,
microcefalia, convulsiones, ceguera, sordera.
El consumo de Drogas y fármacos sedantes SIN control médico a lo largo del
periodo de gestación. Nacimiento prematuro y afectación neurológicas con
convulsiones.
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4.2. El atetoide
4.3. El atáxico
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Todos los padres quieren saber si su hijo se desarrolla con normalidad, sobre todo
si en un embarazo anterior hubo un aborto o mortinato, o si el niño presenta una
minusvalía física o mental. Si hubo una infección, toxemia u otra enfermedad en
el embarazo, o parto difícil, es natural que los padres estén ansiosos por saber si su
nuevo hijo se desarrolla con normalidad.
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El pediatra necesita ser capaz de valorar el desarrollo mental del niño cuando se
enfrenta a problemas de succión en el recién nacido, retraso en cualquier área del
desarrollo o con un niño de apariencia o comportamiento no habitual. Puede ser el
primero en reconocer los signos de malnutrición, carencias afectivas, etc. Y más tar-
de necesitará valorar los resultados de estos problemas para poder determinar hasta
qué punto la lesión es reversible.
Como fisioterapeutas, la valoración del desarrollo nos aporta una valiosa informa-
ción para poder hacer el diagnóstico diferencial del niño, que nos ayudará a planifi-
car el tratamiento según sus necesidades.
Los principios del desarrollo
El desarrollo es un proceso continuo desde la concepción a la madurez. Esto sig-
nifica que se produce ya en el útero, y el nacimiento es simplemente un hecho en el
curso del desarrollo, aunque marca el principio de la acción de factores ambientales
externos.
La secuencia del desarrollo es la misma en todos los niños, pero el grado varía de
un niño a otro. Por ejemplo, un niño tiene que aprender a sentarse antes que a andar,
pero la edad a la que aprenda a sentarse o andar varía de forma considerable.
El desarrollo está íntimamente relacionado con la maduración del sistema nervio-
so. Por ejemplo, la práctica no puede hacer que el niño camine hasta que su sistema
nervioso esté listo para ello. Por otra parte, también puede ocurrir que el SNC esté
listo para realizar, por ejemplo, la función de caminar, pero que el niño, por alguna
razón, no la ejecute; en esos casos la aparición de dicha función se retrasará.
La actividad generalizada en masa, es sustituida por respuestas individuales es-
peciales. Por ejemplo, aunque el lactante pequeño mueve tronco, brazos y piernas
frenéticamente y jadea excitado cuando ve algo interesante que desea, el lactante
más mayor simplemente sonríe y lo coge.
Se desarrolla en dirección cefalocaudal. El primer paso hacia la deambulación es
el desarrollo del control de la cabeza. Puede hacerse con las manos, antes de ponerse
a andar, puede avanzar hacia delante con sus manos antes de que pueda gatear usan-
do manos y rodillas. Hay que perder ciertos reflejos primitivos antes de adquirir el
movimiento voluntario correspondiente (R. prensión).
La secuencia del desarrollo
Las secuencias del desarrollo en Locomoción: desarrollo general motor o patrones
generales motores; manipulación: patrones generales de las manos > preparación
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Atención temprana y discapacidad
para las destrezas: alimentación, vestir, dibujar…; la visión; desarrollo del habla y
el lenguaje.
La mayoría de los niños adquieren estas habilidades un poco antes o un poco des-
pués de las fechas dadas (siempre nos referimos a los niños a término). Durante el
desarrollo de la locomoción, cada niño sigue una secuencia ordenada de desarrollo
desde el primer día de vida, sujeción de la cabeza, volteo.., a la etapa de marcha
liberada, correr y saltar.
El desarrollo de la locomoción se puede observar en distintas posiciones y postu-
ras, tales como suspensión ventral, decúbito supino, decúbito prono, sentado, de pie
y andando.
Resultados de la valoración
Como resultado de la valoración, estamos en condiciones de decir cuánto se ha
desarrollado un niño respecto a su edad y por tanto compararle con la media de otros
de su edad y podemos hablar de su grado de desarrollo; diagnosticar retrasos menta-
les moderados o severos, valorar el tono muscular, diagnosticar sordera moderada o
severa, defectos visuales o subluxación de cadera.
Pero no podemos trazar una línea divisoria entre lo normal y lo anormal, aunque
cuanto más lejos de la media esté en algo, es más probable que no sea normal; si
fuese un niño de bajo peso al nacer y no sabemos el periodo de gestación, no pode-
mos saber después del periodo neonatal si debemos tener en cuenta la prematuridad
o no; no podemos confiar en diagnosticar parálisis cerebral infantil leve o deficiencia
mental leve en las primeras semanas de vida. Si encontramos signos neurológicos
anormales en las primeras semanas, no podemos estar seguros a menos que sean
graves y no desaparezcan; y si desaparecen, no podemos asegurar que cuando sea
mayor, en edad escolar, los tests de coordinación y orientación espacial más finos
disponibles no mostrarán algunos signos residuales como torpeza.
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Atención temprana y discapacidad
Decúbito supino
R.T.A.C. presente muy marcado, manos fuertemente cerradas (r. de prensión
presente), cabeza girada hacia un lado (izquierda), los miembros inferiores
están elevados del suelo y un miembro inferior flexionado y el otro extendido
(diagonal respecto a los miembros superiores), r. del escalón presente, r. de
Galant presente.
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Visión
Mantiene la cabeza girada hacia un lado, el neonato parpadea en respuesta
al sonido, al movimiento o a que toquen su cornea. Pero no suele hacerlo al
aproximarse un objeto; el neonato muestra percepción visual y sigue con los
ojos a una persona en movimiento, puede seguir con dificultad un anillo que
se balancea en un ángulo de unos 45º de cuando se sostiene en unos 20 cm.
de distancia.
Edad de 4 semanas
Motor
Supino: espalda redondeada, cadenas flexionadas, patalea entre flexión y semi-
flexión, levanta las piernas unos 5 cm, actitud de R.T.A.C (cuando está descan-
sado), manos fuertemente cerradas, algunas veces una mano a la boca, piernas
flexionadas entre R.E y talones en el suelo, voltea parcialmente hacia el lado.
Prono: Suspensión Ventral.
Cabeza colgando, codos flexionados, caderas extendidas ligeramente, rodillas
flexionadas.
Prono sobre la mesa
La cabeza girada de lado, brazos aducidos y flexionados, caderas y rodillas
flexionadas (posición agazapada), pequeños movimientos de reptación de las
piernas, levanta la cabeza ligeramente.
Sedestación
Test de tirar de sí para sentarse (pull to sit): P.T.S. la cabeza cuelga, cae hacia
atrás; sentado: la cabeza cuelga hacia delante sobre el pecho, pero puede man-
tenerse erguida momentáneamente, espalda redondeada momentáneamente.
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Atención temprana y discapacidad
Figura 4. Test de tirar del niño para sentarse, la cabeza cuelga hacia atrás.
De pie
Al mantenerse de pie se deja caer sobre las rodillas y caderas, marcha automá-
tica cuando la planta del pie contacta con una superficie plana.
Una mano a la boca (importante para la alimentación), cierra la mano al con-
tacto (R. de prensión); hay que pillarle con la mano abierta para recibir el
sonajero, inmediatamente cae, pulgar ocioso (no lo usa) y sin función.
Visión
Mantiene la cabeza girada hacia un lado, puede sentir la pluma sobre la frente
y el pie, pero no puede mirar, frente a un aro colgante, solamente mira la línea
de división, sigue hasta la línea media con un movimiento combinado de ojo y
cabeza, entonces la cabeza gira otra vez hacia el lado.
Edad de 6 semanas
Motor
Suspensión ventral: mantiene la cabeza momentáneamente en el mismo plano
que el resto del cuerpo, algo más de extensión de cadera y flexión de rodillas,
flexión de los codos.
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Atención Temprana en educación infantil
En prono sobre mesa: pelvis elevada, pero las rodillas ya no están bajo el ab-
domen; mucha extensión intermitente de caderas, levanta la mejilla de forma
intermitente y vuelve la cabeza de un lado.
P.T.S
Retraso considerable pero no completo de la cabeza.
Sedestación
Levanta intermitente la cabeza.
De pie
La cabeza cae hacia delante, puede levantarla de manera momentánea.
Supino
En ocasiones se ve la actitud de R.T.A.C., cuando descansa.
Manos
A menudo abiertas (permanece el efecto del R. de prensión).
Visión
Fija la vista en la pared (los ojos ven antes que el pueda alcanzar), sigue a las
personas en movimiento.
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Atención temprana y discapacidad
A las 8 semanas
Motor
Suspensión ventral: puede mantener la cabeza en el mismo plano que el resto
del cuerpo, alineado con el tronco.
Prono sobre la mesa: la cabeza en la línea media, levanta la cabeza de forma
intermitente pero no de forma sostenida, el ángulo entre el plano de la cara y
el suelo es de 45º.
Supino: la cabeza a un lado, se ve la actitud del R.T.A.C. de manera intermi-
tente cuando duerme.
P.T.S
Retraso menor de la cabeza. Cuando llega a la sedestación, la cabeza predomi-
nante bamboleando erecta. En sedestación, arquea menos la espalda.
Manos
A menudo abiertas, ligera secuela del R. prensión. Mantiene el sonajero breve-
mente. Los dedos exteriores son los más fuertes, agarra en pronación.
Visión
Sujeta el aro sin inspeccionarlo y la mirada en la línea media retrasada (no la
mantiene bien). Mira las manos extendidas (sigue pasando la línea media) y el
arco de visión es de 90º.
Motor
Suspensión ventral: sujeta la cabeza durante un periodo prolongado en un pla-
no superior al del resto del cuerpo.
Prono: (pelvis lisa sobre una superficie). Levanta la cabeza y hombros durante
periodos prolongados de forma que el ángulo entre el plano de la cara y el
suelo alcanza los 90º apoyando el peso en los antebrazos.
Supino: La cabeza predominantemente de medio lado. Se puede ver algunas
veces la cabeza en la línea media. Manos blandamente cerradas y no hay ac-
titud de R.T.A.C.
Sedestación
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Atención Temprana en educación infantil
Bipedestación: sujeto por las axilas sustenta una pequeña parte del peso breve-
mente, algunas veces levanta el pie.
Manos
Como se ha dicho anteriormente, tiene las manos blandamente cerradas y suje-
ta el sonajero activamente mirándolo en su mano. Tira de la ropa y del vestido
automáticamente (importante para vestirse). No hay R. de prensión.
Visión
En supino observa los movimientos de sus propias manos, los ojos siguen el
objeto que se mueve (a corta distancia). Sigue el aro colgante, rápida mirada
en la línea media y el arco de visión es de 180º.
Edad de 16 semanas
Motor
Supino: cabeza predominantemente en la línea media. Postura de brazos si-
métrica, ocasionalmente actitud del R.T.A.C. Manos enlazadas cerca de la
cabeza, cara o pecho. Dedos algunas veces extendidos, la mayor parte del
tiempo ligeramente flexionados. Flexión, alternando con una extensión de
las piernas.
Prono: Suspendido centralmente hay un buen alineamiento del tronco y man-
tiene la cabeza en la línea media. Prono sobre una superficie, levanta la cabeza
y el tórax de forma que el plano de la cara forma un ángulo de 90º con el suelo.
Se sujeta sobre los antebrazos, un brazo flexionado y el otro más extendido y
tiende a caerse hacia un lado.
Sedestación: la cabeza cuelga ligeramente. Con el P.T.S. le gusta la postura
sentada y mantiene la cabeza erecta pero tirada hacia delante estable. La espal-
da muestra solamente la curva lumbar. La zona vertical está más extendida.
Mira las manos, las entrelaza cerca de la cara sobre el pecho. Con el sonaje-
ro en la mano durante mucho tiempo, lo agita, lo mira, lo lleva a la boca, lo
aproxima con la mano libre. Se echa la ropa sobre la cara jugando y las manos
no están abiertas por completo. Ahora es ambidiestro hasta las 24 semanas.
Tiene una aproximación prensil bilateral con ambas manos sobre el juguete.
Transfiere la mirada de la mano al sonajero. Es el primer paso para relacionar
la mano con el objeto.
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Atención temprana y discapacidad
Visión
La cabeza empieza a preferir la línea media para tener una visión mejor de
todo lo que le rodea.
Edad 20 semanas
Prono
A menudo trata de “nadar” sobre el suelo, cabeza arriba, piernas extendidas y
arriba, brazos flexionados y retraídos (ejercitando los músculos extensores);
brazos extendidos arañan la superficie de la mesa; apoya el peso en los ante-
brazos.
Supino
Lleva el pie a la boca.
P.T.S.
La cabeza alineada con el tronco.
Sedestación
Buen control de cabeza, espalda recta. De pie, al mantenerle así, soporta casi
todo su peso.
© WK Educación 371
Atención Temprana en educación infantil
24 semanas
Prono
Apoya el peso sobre las manos (no en los antebrazos), levanta el pecho y la
parte superior del abdomen; voltea de supino a prono. Repta sobre la tripa;
puede tirar hacia arriba de las rodillas, pero no puede avanzar.
P.T.S.
Levanta la cabeza.
Sedestación
28 semanas
Supino
Levanta la cabeza espontáneamente como si quisiera sentarse; voltea de prono
a supino.
Prono
Mantiene la cabeza bien levantada y soporta el peso sobre el abdomen y ma-
nos. En esa postura, puede levantar un brazo hacia un juguete con el apoyo del
otro. Trata de pivotar sin éxito.
Sedestación
Bipedestación
Si le ponemos de pie, mantiene una gran parte de su peso sobre las piernas
extendidas, salta activamente con placer. Juega con los pies.
A las 32 semanas
Se sienta en el suelo sin apoyo momentáneamente, ajusta su postura para al-
canzar objetos, es decir, se inclina hacia delante para alcanzarlos. Puede po-
nerse de pie agarrándose. Alarga la mano de forma persistente hacia juguetes
fuera de su alcance. Busca juguetes que se han caído.
372 © WK Educación
Atención temprana y discapacidad
A las 36 semanas
En Prono
Al intentar gatear avanza hacia atrás. Se mantiene sentado en el suelo sin per-
der el equilibrio durante 10 minutos. Puede coger un objeto del tamaño de una
pasa entre el índice y el pulgar (prensión de tijera).
A la edad de 40 semanas
Es la edad más idónea para valorar a un niño sano, donde se presta a realizar
las maniobras que deseamos. A esta edad el niño no tolera estar en supino
(únicamente para dormir) siempre se escapa para sentarse.
En prono se pone sobre las manos y las rodillas. Desde esa postura, gatea hacia
delante. Pasa de sentado a prono. No se queda en esa postura pero gatea duran-
te los siguientes tres meses desarrollando la marcha bipedal. A menudo gatea
hacia atrás debido a que las piernas se quedan todavía rezagadas.
En esta etapa, el niño se sienta con buen control de tronco, estable y por tiem-
po indefinido y se pone de esta postura a de pie en el parque y se mantiene
agarrándose a él y se agacha, y cuando las manos están agarradas, se mantiene
de pie aguantando todo su peso.
Con las manos golpea o empuja objetos sobre la mesa, suelta los objetos y
tiende a dejarlos caer. Tiene pinza con el pulgar y la punta del índice o con
dedo medio, cuando la mano se descansa sobre la mesa; se aproxima a los
objetos con el índice extendido, el dedo índice investiga y recoge una miga
del suelo.
A las 48 semanas
En sedestación
El niño gira sobre su eje dando vueltas para coger un objeto. En bipedestación,
anda agarrándose a los muebles y anda cogiéndole las manos.
A la edad de 50 a 52 semanas
El gateo se hace plantígrado, con las rodillas extendidas y las plantas de los
pies y de las manos apoyados en el suelo (camina como un oso). Puede arras-
trase sobre la nalga y la mano.
Locomoción a cuatro patas hasta que se pone de pie, y las manos se quedan
libres, paso final para asumir la postura erecta. Se pone de pie sujetándose a la
barandilla, cruza de lado agarrándose y se agacha solo. Puede caminar cuando
se le agarra de una mano.
© WK Educación 373
Atención Temprana en educación infantil
Edad de 15 meses
Sube escaleras gateando, se arrodilla sin apoyo. Puede ponerse de pie sin ayu-
da y andar solo unos pasos, se para y se cae desplomándose. No puede dar la
vuelta a la esquina.
Edad de 18 meses
Sube y baja escaleras agarrado a los pasamanos sin ayuda y también cogién-
dole de una mando. Anda arrastrando un juguete o llevando un muñeco (hace
dos funciones al mismo tiempo). Camina rápido pero tambaleándose y corre
rígidamente con los pies planos sin mover las rodillas.
A los 24 meses
Corre bastante bien sin caerse y suele correr más a menudo que andar. Los
tobillos y las rodillas son más flexibles y puede subir y bajar escaleras solo. Se
pone a menudo en cuclillas para jugar en el suelo sin caerse. Da una patada a
la pelota al decírselo.
A la edad de 30 meses
Puede andar de puntillas (para experimentar esa forma de andar, pero si lo
hace porque no sabe andar de otra manera, entonces tiene que ser valorado por
su pediatra), salta con ambos pies y trata de mantenerse sobre un solo pie.
A los 36 meses
Al bajar la escalera salta el último escalón. Se mantiene sobre un solo pie du-
rante unos segundos. Está experimentando el equilibrio. Camina de puntillas.
Puede ayudar a poner la mesa sin dejar caer los platos (ejercicio de coordina-
ción y estabilidad). Se viste y se desviste por completo si se le ayuda con los
botones y se le dice qué zapato es el que le corresponde a cada pie.
Posteriormente, a los cuatro años, el niño baja escaleras poniendo un pie en cada
escalón (es un ejercicio de coordinación en la transferencia del peso corporal en la
marcha). Salta a la pata coja (sólo sabe sobre un pie). Puede abrocharse la ropa del
todo (es un ejercicio de manipulación fina y perfeccionando la coordinación). Y a los
cinco años, salta a la pata coja con capacidad de alternar los pies.
Como hemos observado, en el relato sobre el desarrollo normal del niño en sus
distintas etapas, apreciamos que las etapas de las edades de 16, 24, 28 y 40 semanas
parecen representar el fin de los logros anteriores y el principio de los nuevos. El ni-
vel de 12 semanas prepara para la orientación en la línea media pero aún con mucha
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Atención temprana y discapacidad
El nivel de 20 semanas prepara los logros de las 24 tales como la extensión simé-
trica con abducción de brazos y piernas, alcanzar algo con las manos y los brazos
extendidos y ayudar cuando se tira de él para sentarle con la cabeza levantándose
desde supino. El nivel de 28 semanas se prepara para el logro de las 32 tales como
rotación dentro del eje del cuerpo, volteo a decúbito prono, sentarse desde prono,
sentarse apoyado con los brazos extendidos a los lados del cuerpo y para un perfecto
equilibrio en sedestación sin apoyo.
También encontramos una similitud postural entre un recién nacido y un niño con
parálisis cerebral infantil de una edad cronológica más avanzada como por ejemplo
flexión generalizada, falta de control de cabeza, alteración del tono muscular, refle-
jos arcaicos presentes que deberían modificarse o desaparecer, todo eso impide el
desarrollo de la funcionalidad del niño afectado.
Nuestro interés en presentarles aspectos del desarrollo normal del niño se basa en
que nos pueden ayudar a identificar las deficiencias motoras en un niño con parálisis
cerebral. Así, dado que en un niño valoramos su edad funcional y no su edad crono-
lógica, un niño con parálisis cerebral de 10 meses, puede tener una edad funcional
que corresponda a los 3 meses en un niño normal.
Hemos hecho esta exposición del desarrollo normal de edades tempranas porque
aunque no correspondan a niños de edad escolar, pueden corresponder a niños con
parálisis cerebral con edades cronológicas más allá de tres, cuatro o cinco años.
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Atención temprana y discapacidad
Las informaciones que debemos obtener sobre el niño: nombre y apellidos, nom-
bre de los padres y sus edades, el nombre de la persona que al cuidado del niño. En
la primera valoración es imprescindible la presencia de la madre para preguntarle la
edad de gestación: menor de 37 semanas completas lo consideramos prematuro, de
37 a menos de 42 semanas completas le llamamos A término y si es de 42 semanas
completas o más, Post término.
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2. El estado de salud
La actitud de los padres hacia el niño con PCI es diversa; hay una aceptación y
dedicación plena por parte de las madres, que se levantan muy temprano para asear
al niño y prepararle para llevarle al colegio o esperar a que pase la ruta del autobús
del colegio; lo llevan al médico si se pone enfermo, a fisioterapia para su tratamiento,
al logopeda, a la piscina, al psicólogo, de paseo enfrentándose a las barrera arquitec-
tónicas en las calles de su pueblo o su ciudad y a las impertinencias de la gente de la
calle o de los vecinos, etc. Mientras el niño está en el colegio, la madre va hacer la
compra para hacerle la comida, si el niño no come en el colegio. Si la madre trabaja
en la parada del autobús de la ruta, le lleva a casa, le da de merendar, está con él para
jugar o hacerle la pauta de recomendaciones de los profesionales que le atienden,
le ayuda a hacer los deberes del colegio y en ocasiones le hace completamente los
deberes escolares, dañando su desarrollo intelectual; le baña, le da cenar, le acuesta
y está pendiente de él toda la noche. Además de todoo esto, atiende al resto de la
familia.
Ese problema, genera otros, como restringir las salidas de ocio e incluso los pa-
seos del niño y reducir el contacto con los familiares y amigos, creando un entorno
muy reducido y contaminado psíquica y emocionalmente. Esa jornada de trabajo
intensivo las 24 horas con el niño por parte de la madre, le genera cansancio físico
e incluso alguna que otra patología vertebral u hombros por esfuerzo de manejo del
niño y mental y al niño dependencia total, que le resta motivación para hacer las
cosas o el intento de hacerlas y cargar con el estrés de la madre y su problemática
afectiva y emocional afectando negativamente a la evolución psico-motor del niño.
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4. Tono muscular
Tipos del Tono Muscular:
1) Tono muscular básico. Es el tono en situación de relajación absoluta, sin la
influencia de ningún tipo de estímulo, que puede ser tono normal, alto (hiper-
tonía), bajo (hipotonía).
2) Tono muscular con estímulo. Es el tono que manifiesta el niño con influencia
de algún estimulo, como un sonido, ruido fuerte o movimiento brusco que le
provoque miedo e inseguridad; dolor, que hace aumentar el tono de forma
exagerada, y si el niño tuviera un tono básico elevado, con estímulo se va a
subir mucho más y le bloqueará cualquier posibilidad de movimiento.
3) Hipertono o espasticidad. Hay una gran limitación o ausencia del movimiento
activo.
4) Hipotonía. También hay ausencia del movimiento activo
5) Normotonía o Tono normal. Tiene que ser lo suficientemente alto para que
nos permita mantenernos y realizar movimientos en contra de la gravedad y/o
suficientemente bajo para que sean movimientos armónicos, suaves y ordena-
dos, que se encuentra en el medio del dibujo. También encontramos un tono
ligeramente más bajo de lo normal, que le damos el nombre de tono Normal
Bajo, con este tono tenemos movilidad e Inervación Recíproca y otro tono
más alto sin llegar a ser hipertono, que nos da estabilidad y co-contracción (el
equilibrio entre agonistas y antagonistas).
Valoramos el tono muscular mediante:
La observación de la postura, en estado de reposo en decúbito supino, si tiene
asimetría en el tronco (inclinado hacia un lado), R.T.A.C. (Reflejo Tónico Asi-
métrico Cervical), también vemos la posición de la cabeza al acostarle de sentado
o al tirar de él para sentarle (P.T.S.), si se queda colgando (hipotonía o es un bebé
normal que todavía no está en la etapa de desarrollo que le permite controlar la
cabeza) o está en línea con el tronco (tono muscular normal) o más elevada que la
línea del tronco (puede corresponder a un tono más elevado que el normal).
Palpación de los músculos con los dedos índice y el pulgar diferenciando la
sensación de un músculo suave y muy blando (niño con Síndrome de Down),
suave y blando con semitensión (niño normal), y músculo duro (hipertonía).
Valoración de la resistencia al movimiento pasivo como la extensión del codo
o la rodilla y la abducción de las caderas. La velocidad del movimiento influye
determinantemente en el resultado, al movimiento rápido y seco el niño nos
ofrece una gran resistencia, en cambio, al movimiento lento, la resistencia es
claramente menor.
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Valoración de la amplitud de los movimientos activos y pasivos de las caderas
y tobillos, si encontramos una gran limitación, puede ser, debido a una hiper-
tonía y si no hubiera limitación, nos indica, una hipotonía o normotonía.
La limitación en la respuesta de abducción (Separación) de los brazos del niño
al provocar el Reflejo de Moro, es debido a una hipertonía en la cintura esca-
pular, a nivel de los hombros.
Valoración del signo de la bufanda. Se trata de un test para valorar el tono
muscular a nivel de los hombros. Se realiza de la siguiente forma: mantene-
mos el niño en una posición de semisentado, cogemos una mano del niño y
llevamos el brazo hacia el hombro opuesto, lo más lejos posible, pasando por
delante del pecho, registramos la posición del codo del niño respecto a la punta
de la nariz o al ombligo: la línea media). Si el codo no alcanza la posición de
la punta de la nariz (línea media), significa: Hipertonía o que el niño es obeso
y el volumen de su brazo no le permite alcanzar mayor recorrido o porque el
niño tiene mal humor y no nos deja realizar la maniobra; si el codo sobrepasa
la línea media: tono normal; y, por último, el movimiento es muy amplio, el
brazo rodea el cuello, percibiendo muy poca resistencia en los músculos de la
cintura escapular, nos indica una hipotonía.
5. Funciones que puede hacer el niño y cómo las hace
Se levanta solo o con ayuda de la cama, se lava las manos y la cara, se viste y come
solo, escribe, pasa las páginas del libro, etc.
¿Cómo las hace? Tenemos que observar la forma de realizar esas funciones, si
las hace correctamente o compensando con otra parte de su cuerpo; en este último
caso, ¿cuánto compensa? ¿Por qué compensa?, ¿Porque tiene el tono aumentado
(hipertonía) y no le permite realizarlas o porque tiene una rigidez en una o más ar-
ticulaciones? Al lavarse las manos, la cara o al comer, ¿acerca la cara al lavabo o al
plato?, ¿se mantiene más erguido y sube las manos a la cara y a la boca?, ¿los codos
se quedan pegados al cuerpo o los separa?
6. Funciones que no puede hacer y por qué no las puede hacer
Levantarse de la silla para ponerse de pie y mantenerse erguido, si no puede man-
tenerse erguido de pie, difícilmente podrá andar. Tenemos que preguntarnos ¿por qué
no puede levantarse?, ¿por hipertonía o por hipotonía?
En el caso de poder estar en bipedestación (de pie), tenemos que anotar si está
apoyando sobre las dos piernas por igual, o sobre una pierna y la otra con flexión
de cadera y de rodilla en rotación interna (R.I.). La cadera en retropulsión (echada
hacia atrás) es propio de un niño con hemiplejia, se le acompaña la postura del brazo
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del mismo lado con abducción (separación), flexión del codo, flexión de muñeca y
Rotación Interna (R.I.), en el caso de Diplejia, estará de pie cargando el peso casi por
igual, con flexión de caderas y de rodillas, las rodillas están en aducción (juntas) y
en rotación interna, los pies en equino (en puntillas).
Otras posibilidades de estar de pie son las siguientes: con apoyo unilateral o bi-
lateral con el mismo patrón descrito anteriormente (flexión de caderas y de rodillas
con R.I. y pies en equino).
7. Reflejos y reacciones
a) Reflejo Tónico Asimétrico Cervical (R.T.A.C.). Es una respuesta propiacep-
tiva obtenido de los músculos del cuello, también de los ligamentos y articu-
laciones de la columna cervical.
Cuando el niño está supino (boca arriba): la cabeza girada hacia un lado, el
brazo facial está extendido (con separación del cuerpo de unos 45º), el brazo
occipital flexionado; al mismo tiempo los miembros inferiores (MM.II.) se
manifiestan de forma cruzada o diagonal, lo que quiere decir que la pierna
opuesta al brazo extendido está flexionada y la otra extendida. Este reflejo
debe desaparecer a partir de los 4 meses, pero puede dejar algunas secuelas
hasta los 6 meses, pasado este periodo y si el reflejo permanece, se conside-
rará patológico.
b) El reflejo de Prensión. Este reflejo consta de dos partes: 1) la prensión en
respuesta al estímulo en la palma de la mano y 2) la respuesta a tracción del
brazo hacia arriba, que aumenta la prensión.
Se coloca el niño en decúbito supino, con la cabeza en la línea media, si no
lo está nos dará resultado falso por el efecto del R.T.A.C., es imprescindible
que el niño esté en posición simétrica, introduciendo un dedo u otro objeto
en la palma de la mano, cuando se estimula la palma, se flexionan los dedos
y se agarra al objeto o el dedo. No se debe tocar el dorso de la mano durante
la prueba, porque esto estimula el reflejo opuesto y la mano se abre. Una vez
obtenido el reflejo de prensión, se puede retirar el dedo con suavidad hacia
arriba, al hacer esto en el niño A Término se refuerza la prensión y hay una
tensión progresiva de los músculos desde la muñeca al hombro, hasta que el
niño se suelta del dedo. En el prematuro el brazo puede dirigirse hacia arriba,
pero al aplicar la tracción abre la mano y hay menos tensión de los múscu-
los de la mano. Se puede demostrar una respuesta similar, acariciando con
suavidad la planta del pie entre los dedos. Desaparece hacia los 3 meses, su
persistencia puede indicarnos alguna alteración neurológica importante.
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También aparecen en el M.I, cuando el niño está sentado y realiza algún mo-
vimiento forzado con las manos, la pierna afectada se extiende y se rota in-
ternamente y en equino.
Las reacciones asociadas (R.A.) no deben confundirse con los movimientos
asociados (compensaciones) al realizar un gran esfuerzo y aparecen en cir-
cunstancias normales cuando se aprende una nueva destreza.
8. Contracturas y deformidades
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6.1.2. Facilitación
La facilitación, es la aplicación de estímulos en unas zonas determinadas del cuer-
po (puntos clave), que nos permiten ayudar a que el niño ejecute un movimiento
selectivo, que será integrado en una función determinada de las Actividades de la
Vida Diaria (AVD).
Los Puntos Claves son zonas localizadas en la cabeza, hombros, caderas, ester-
nón, codos, muñecas, rodillas y tobillos, hay unos puntos se llaman puntos clave de
estabilidad y otros de movilidad. Los puntos claves de estabilidad, que promocionan
mayor control postural del niño, que se encuentran en los hombros, caderas, muñecas
y tobillo. Los puntos clave de movilidad se encuentran en la cabeza (la movilidad de
la cabeza arrastra el tronco consigo, si el niño no tiene control cefálico, no tendrá esta-
bilidad en el tronco, que a su vez en el resto del cuerpo.), esternón, codos y rodillas.
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Los músculo esqueléticos se pueden controlar desde muchos niveles diferentes del
SNC: la medula espinal, la sustancia reticular del bulbo, protuberancia y mesencéfalo,
los ganglios básales, el cerebelo y la corteza motora. Cada una de estas áreas desem-
peña su propio papel específico en el control de los movimientos corporales; las re-
giones inferiores están relacionadas principalmente con las respuestas automáticas e
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instantáneas del organismo a los estímulos sensitivos y las regiones superiores con los
movimientos deliberados, controlados por el proceso de pensamiento del cerebro.
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La corteza cerebral es esencial para la mayor parte de nuestros procesos de pen-
samiento, aunque tampoco puede funcionar en forma aislada respecto de esto.
Cada porción del sistema nervioso lleva a cabo funciones específicas. Muchas
funciones integradoras están bien desarrolladas en la medula espinal y nu-
merosas funciones subconscientes se originan en su totalidad en las regiones
inferiores del encéfalo y son ejecutadas allí. Pero la corteza la que hace que el
mundo sea accesible para nuestra mente.
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Referente a los padres principalmente o la persona que esté al cuidado del niño,
deben implicarse en el tratamiento, y el fisioterapeuta tiene que enseñar el manejo
del niño y la aplicación de la pauta de tratamiento que recomiende para el domicilio.
El tratamiento del niño es dinámico y continuado a la largo del día, a nivel físico
y psico-social. Quiere esto decir que las pautas de manejo que hacen los padres en
el domicilio ayudarán al mantenimiento de los logros del terapeuta en la sala y que
forman una parte importante del tratamiento. Como hemos dicho anteriormente, hay
que tratar el niño como un todo y de forma integral, fomentando las funciones de las
Actividades de la vida diaria.
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Figura 8. Postura aconsejada para dormir. Almohada baja, dos almohadas finas o una alta según la
edad del niño debajo de la rodilla y pierna la de arriba, con triple flexión, la cadera, rodilla y el pie
(dorsiflexión), el tronco, cadera apoyada en extensión (si lo permite la espasticidad) y la rodilla en
ligera flexión que dará estabilidad a la postura.
Con esta postura inhibimos los patrones patológicos, tanto en el Miembro Supe-
rior como en el Inferior, y esta postura representa la posición de paso de la marcha,
quiere decir, que estamos facilitando los patrones normales de la marcha.
Si la asimetría con acortamiento es del lado izquierdo, colocamos en niño sobre
este lado. La razón por la cual colocamos los niños sobre el lado acortado, es porque
durante el periodo de sueño, el cuerpo del niño se relaja y se vence hacia abajo y
corrige así el acortamiento del tronco. También, cuando quiere levantarse de la cama,
tiene que incorporarse de lado, estirando el lado acortado.
La postura en supino (tumbado boca arriba), provoca el aumento de la espastici-
dad en los MM.II. (miembros Inferiores) y en el tronco en extensión, y en los miem-
bros superiores (MM.SS.) en flexión, esta postura facilita la activación del R.T.A.C
(Reflejo Tónico Asimétrico Cervical) y los laberínticos.
La postura en prono (boca abajo), aumenta la espasticidad en flexión en las cade-
ras y extremidades, que a su vez aumenta la lordosis lumbar de forma exagerada. Por
lo tanto, las posturas tanto la de supino como la prono son descartadas para dormir,
e incluso para los niños que no sufren lesión neurológica alguna. Hay que tener en
cuenta la tendencia del niño de girar la cabeza, que condiciona la colocación de la
cama o el niño en la cama, para que pueda recibir los estímulos visuales (la luz de la
ventana o el movimiento de las personas que entran a la habitación) y sonoros.
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Figura 9. Es la misma postura anterior, sirve para jugar y manipula las manos en la línea media.
Figura 10. La niña está en prono sobre una cuña grande, con las piernas extendidas y separadas por
un rulo, las manos apoyadas y en extensión de los codos, que le va a facilitar apoyar sobre una mano
para alcanzar y coger los objetos con la otra.
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En un niño que tiene una sedestación inestable y con las caderas y rodillas flexio-
nadas, nos sentamos con él para jugar frente a frente y al mismo tiempo para corregir
la flexión de las rodillas colocando nuestras piernas sobre sus rodillas sin ejercer
fuerte presión, para no provocarle dolor, porque el dolor aumenta la espasticidad y
será difícil conseguir la extensión de las rodillas, y en esta postura le damos estabili-
dad para poder manipular con las manos y mejorar la extensión del tronco.
Figura 11. Sedestación estable, los miembros inferiores en abd., extensión de tronco con ligera
flexión de las rodillas.
También podemos sentar el niño sobre un rulo delante de una mesa que le llegue
a la altura de los hombros para jugar o hacer cualquier manipulación sobre la mesa
para mejorar la destreza en las manos y extender los codos, y conseguimos mayor
extensión de tronco, e inhibir la aducción de las rodillas.
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Figura 12. La niña sentada en un rulo, para mantener la abducción de las rodillas con los pies apo-
yados, tronco extendido, jugando sobre una mesa alta para conseguir la extensión del tronco.
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El manejo del niño en el domicilio es más complejo, ya que necesita un gran es-
fuerzo por parte los padres que tienen que estar vigilantes de las posturas, actitudes
y el entorno del niño. Los padres necesitan unos medios adecuados para manejar al
niño sin hacerse daño, para bañarle, vestirle y desvestirle, etc.
Los niños en esa edad temprana, son manejables, los padres deben adoptar unas
posturas como flexionar las rodillas para coger el niño, utilizar los puntos clave de
los que he hablando anteriormente, para mover el niño o corregirle la postura con un
mínimo esfuerzo y con eficacia.
Las posturas recomendadas para manejar o incluso hacer una pauta de tratamiento
del niño en el domicilio son las siguientes:
La madre o el padre está sentada/o en una silla de comedor, el niño sentado en
un solo muslo de la madre con las piernas colgando (montado a caballo), se le
coge de los hombros (puntos clave) de forma suave para mantenerle erguido o
para vestirle, puede utilizar esta postura para relajarle dando golpecitos en el
suelo con el talón del pie de forma rítmica (como si fuera un trote de caballito),
pero si da golpes secos con un intervalo más largo dará el efecto de aumentar
el tono.
No sienten el niño sobre los dos muslos, porque al no abarcar los dos muslos,
juntará las rodillas y separará los pies, es una postura anormal que lleva el niño
al patrón anormal y contraria a lo que buscamos, que es la inhibición de las
posturas y patrones anormales.
Los padres ayudarán a que el niño haga sus funciones de vestir, comer a su
ritmo, se le acerca una silla para apoyarse si quiere ponerse los pantalones o la
falda solo/a, instálenle una barra de sujeción en el cuarto de baño para poder
agarrarse para levantarse y colocar la ropa.
En el caso de que el niño no puede llegar con la mano a la boca por el efecto de
la espasticidad, es aconsejable subirle la mesa a una altura cercana a la boca, así le
damos la posibilidad de intentar comer solo. Es importante que el niño mastique
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7. CASO CLÍNICO
Niña de ocho (8) años, motóricamente normal pero no hablaba. Se preguntó a sus
padres las razones por las cuales la niña no habla, se miraban el uno al otro, y me
respondían que no saben, entonces les pregunté: ¿qué tal come la niña?, me respon-
de la madre, que la niña no come sola, le damos todo en purés y papillas. La niña
no experimentó nunca el masticar alimentos sólidos. Este dato fue llamativo, pero
seguramente habría un factor psicológico, porque los padres se echaban la culpa
mutuamente y siempre discutían.
Todas las recomendaciones posturales que vamos a realizar a continuación para
llevar a cabo las funciones de las AVD ayudarán a mantener los logros que consiguen
los profesionales de la fisioterapia en la sala de tratamiento, esos logros se logran
con el trabajo diario de esos profesionales, que darán el carácter cariñoso y amable
hacia los niños. Las pautas de tratamiento que marca el profesional de la fisioterapia,
siempre tienen que estar basadas en el desarrollo normal del niño y en el movimiento
normal, en sus reacciones y movimientos selectivos y funciones que realiza en cada
etapa del desarrollo. Así, cada etapa prepara para la siguiente y cuando empieza una
etapa, ya habrá perfeccionado la anterior: ésta es la filosofía que vamos a aplicar a
los niños con PCI.
Como hemos dicho al principio del capítulo, como resultado del proceso de va-
loración, identificamos los problemas fundamentales, que impiden la funcionalidad
del niño.
Empezamos el tratamiento, tomando al niño depende del caso, de alguna manera
u otra: por ejemplo, un niño con una cuadriplejia espástica: debemos de cogerle con
suavidad, cerca de nuestro cuerpo, para darle seguridad y cariño, evitando el miedo,
los sustos y así evitamos el aumento de tono, al mismo tiempo inhibiendo los patro-
nes anormales en los MM.SS. y en los MM.II. y la flexión de cadera, colocamos el
niño de espalda a nuestro pecho, con la cara mirando de frente y los brazos dirigidos
hacia la línea media (al pecho), con una de nuestras manos le sujetamos a nivel del
pubis para mantener las caderas en extensión y abducción de los MM.II., y con la
otra mano le damos seguridad, sujetándole del hombro (punto clave), de esta manera
le facilitamos la extensión del tronco, la simetría y le damos la posibilidad de tener
un campo de visión muy amplio para recibir estímulos visuales y sonoros.
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Figura 13. La madre controla la postura del niño, con la mano derecha controla la extensión de la
cadera, la separación de las piernas y la asimetría en el tronco del lado derecho, con la mano izquierda
controla la extensión del tronco, punto clave del hombro (el niño de foto tiene un desarrollo normal).
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Figura 14. Posición de partida, con los MM.II. en abd., extensión y Rotación Externa (R.E.)
Figura 15. Aplicamos el estímulo a nivel del punto clave de la muñeca con extensión del codo, se
observa la extensión del tronco y la elevación de la cabeza.
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Hay otra posición para facilitar la extensión total, partiendo de las posiciones
anteriores, nos colocamos delante del niño/a, aplicamos estímulo a nivel del punto
clave del codo, manteniendo los codos extendidos, lanzamos suavemente los brazos
del niño/a hacia arriba de forma rítmica varias veces, consiguiendo una extensión de
tronco y caderas.
Figura 16. Las manos del fisioterapeuta se colocan sobre los codos extendidos. Se elevan los brazos
del niño/a varias veces de forma rítmica, consiguiendo la extensión deseada.
Figura 17. La niña está intentando ponerse de pie con la ayuda de una espaldera.
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Figura 18. La puesta de pie asistida, corrigiendo el patrón de los MM.II. y consiguiendo una mejor
extensión de tronco.
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trotes o saltos ayudado por la acción de la gravedad, el niño lo sentirá como juego, y
si podemos hacerle reír a carcajadas o llorar, le ayudará a expulsar las secreciones.
También, podemos colocar el niño sobre un balón (véase Figura 14.), y le hace-
mos votar suavemente y de forma rítmica sin levantarle del suelo, ayudará a mover
y expulsar las secreciones.
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Este libro es un compendio amplio y global
para la formación de maestros, padres y edu-
cadores, de modo que puedan dar respuesta
Atención a todas las necesidades de la educación del
niño de 0 a 6 años. El objetivo de sus autores,
Temprana especialistas en las diferentes áreas que abarca
la atención temprana (física, médica, psicoló-
Educación