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Factores de Riesgo y Protección de Violencia

La violencia está sumergida en diferentes esferas de la vida, por lo que es difícil llegar a un

conceso conceptual ya que cada una tiene sus propias manifestaciones y características. Sin

embargo, algunos autores han querido establecer definiciones ampliamente aceptadas. Por

mencionar algunos que han investigado sobre el tema: Jean Claude Chesnais nos dice que:

La violencia en sentido estricto, la única violencia medible e incontestable es la

violencia física. Es el ataque directo, corporal contra las personas. Ella reviste un triple

carácter: brutal, exterior y doloroso. Lo que la define es el uso material de la fuerza, la rudeza

voluntariamente cometida en detrimento de alguien (Martínez, 2016, pág. 9).

Otro autor, Jean –Marie Domenach llama la violencia como “al uso de una fuerza abierta

o escondida, con el fin de obtener de un individuo o un grupo eso que ellos no quieren

consentir libremente” (Rodríguez Rejas, 2017, pág. 324). En estas definiciones encontramos

elementos centrales: el uso de fuerza por parte de alguien; el daño; recibir dicho daño por una

o varias personas; la intencionalidad del daño; el propósito de obligar a la víctima o dar algo

o hacer algo que no quiere. En relación a lo anterior, se destaca el elemento central que hace

de la violencia cobre sentido. El daño y no como una mera intervención de un individuo o

grupo y es que para dichas intervenciones deberán estar agregados el perjuicio, el deterioro,

la destrucción o la coartación y que éstos se presentan como el fin mismo de la intervención.

Por ejemplo, al futbolista que golpea a otro jugador en el desarrollo de una jugada, no se le

puede considerar persona violenta, si su actitud y accionar no está dirigido a causar daño, al

contrario, toda vez que el sentido de la violencia se despliega como tal como tal, cuando en

realidad se desea causar perjuicio al otro, tanto física como psíquica o moralmente.

La OMS (2014) en su informe mundial sobre la violencia y la salud, evaluó a la violencia

como un problema de salud pública en todo el mundo y nos da una definición aceptada sobre

dicho fenómeno:
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La violencia es el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza

o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga

muchas posibilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo

o privaciones. De esta definición se excluye los accidentes no intencionados como los de

tránsito y quemaduras.

Esta definición nos demuestra que las causas de la violencia son multidimensionales y se

entiende que su uso llega a ser una herramienta para conseguir un beneficio dañando a los

demás.

Características de la Violencia

Como ya se mencionó anteriormente, la violencia tiene variedad de formas de expresión y

según Pueyo y Redondo (2007) proponen 5 propiedades que la caracteriza:

1. Complejidad: El acto violento posee componentes cognitivos,

emocionales, actitudinales y motivacionales que interrelacionados buscan una finalidad del

acto violenta. Como se dijo con anterioridad la violencia es una herramienta para conseguir

algo que se desea. Esto motivará a la persona a buscar medios y recursos para poder alcanzar

su objetivo con el fin de violentar los derechos de los demás.


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2. Heterogénea: Este término hace referencia que la violencia se puede observar desde

distintas perspectivas ocupe de la prevención, el control y la reducción de la violencia. Hay

varios tipos de violencia que se distinguen por sus criterios: Por la forma de ejercerla (física,

psicológica, sexual, verbal, económica), las características del agresor (jóvenes, adultos,

mujeres), por las características de la víctima (violencia de género, de maltrato infantil) y por

el contexto (violencia escolar, laboral, doméstica o familiar). En muchas ocasiones pueden

Ilustración 1 Esquema Clasificatorio de los Tipos de Violencia Propuestos por la OMS (2002)

aparecer conjuntamente y de forma combinada.

3. Multicausal: El objetivo de este punto se refiere a conocer las causas principales que

denotan el acto violento, en otras palabras las causas de la conducta violenta no es tan

relevante como los factores que detona el acto violento para infringir algún tipo de agresión

hacia alguien. Para predecir la violencia, los profesionales de la salud, sustituyen las causas

por los factores de riesgo que están asociados. Por ejemplo, el violento historial de vida de

una persona es un factor de riesgo en común en todo tipo de violencia, las parafilias lo son

para la violencia sexual pero no para la física o verbal. Debido a su naturaleza multicausal la
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conducta violenta no es predecible, pero la suma de los factores de riesgo puede estimar de

forma estadística el riesgo que ocurra.

4. Intencionada: Este término indica la acción violenta siendo deliberada y con

finalidad, en otras palabras es la toma de acción con conciencia. Sin embargo, en esta toma

de decisión siempre va a estar influida, no causada, por un conjunto de factores como;

biológicos (alteraciones neurológicas, endocrinas o intoxicaciones) psicológicos (trastornos

de personalidad y psicosis) y sociales (exposición a modelos violentos y situaciones de crisis

social intensas) esto se debe a que no hay la capacidad para el debido procesamiento de

información y pueden comprometer la acción para un acto violento.

5. Infrecuente: A pesar de la percepción colectiva que nos encontramos en un contexto

violento, lo cierto es que es un fenómeno poco habitual, raro e infrecuente, por lo tanto, por

su baja frecuencia complica su predicción por más que conozcamos los factores de riesgo que

la producen.

Factores de Riesgo

Podemos definir que son elementos que tienen gran posibilidad de originar o asociarse al

desencadenamiento de un hecho indeseable, o de una mayor posibilidad de enfermar o morir,

pueden ser la causa de un daño o actuar como moduladores del mismo sí influye en él, un

ejemplo sería el alcohol y la conducción (Orbegoso, 2012).

Tipos de Factor de Riesgo

A continuación se propone una explicación acerca de los tipos de factores de riesgo

asociados a la violencia (Gómez Acosta, 2014):


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1. Factores Biológicos: Existe una gran cantidad de evidencia empírica que enfatiza en

los elementos anatómicos y fisiológicos asociados a la violencia. Las investigaciones en el

área sugieren que incluso las pautas comportamentales más sencillas están bajo un complejo

control neuro-hormonal en interacción mutua .Según esto, parece improbable que en un

individuo una sola sustancia química (un neurotransmisor o una hormona específica) o una

estructura anatómica aislada sean las responsables del desencadenamiento o modulación de

cualquier comportamiento violento; más aún, el propio comportamiento agresivo puede

retroalimentar la bioquímica general del organismo.

2. Factores Psicológicos: Dentro de este factor se pueden destacar componentes

importantes que desarrollan en amplitud el impacto que tiene la falta o el mal desarrollo de

estas habilidades dentro de lo cognitivos, cognoscitivismo, cognitiva-social ya que todos los

autores están de acuerdo que la falta de un desarrollo adecuado y la integración de esta

información en un ambiente sano hace propenso a la persona para que pueda desarrollar

conductas violentas sin importar su edad, género, etnia y cultura ya que dentro del ambiente

en donde se desarrollen se podrán adaptar para poder sobrevivir a las circunstancias adversas

que se encuentran. Se podría destacar que la violencia se ha visto como una expresión del

medio ambiente, relacionada al procesamiento y manejo de la información que el individuo

tenga.

3. Facturas Estructurales: Este apartado nos habla de la relación que hay entre la

violencia y la estructura que afecta al individuo ya que estas estructuras son las que influyen

en cómo el individuo se comporta dentro de los diferentes subsistemas. Los subsistemas son

los responsables de predecir el comportamiento que tendrá el individuo a partir de las pautas

establecidas para sobrevivir y cómo éste se tendrá que adaptarse a ellas, sin embargo estas

pautas serán las que indicarán cómo el individuo utilizará la violencia


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4. Factores Sociales: En los ambientes donde el niño y adolescente crece se ha

naturalizado la violencia y los medios coercitivos, punitivos y agresivos en la interacción

como una forma disciplinar y de poner límites. La familia es el mayor proveedor de modelos

violentos, ya que muchas presentan fallas en el establecimiento de comportamientos.

Factores de Protección

Estos factores son aquellos que están asociados a la reducción de una conducta de riesgo,

específicamente a la reducción de la violencia. Actúan como amortiguadores de los factores

de riesgo a los cuales los individuos se ven expuesto. En la medida que se vean fortalecidos,

será posible disminuir los efectos negativos de los factores de riesgo y con ello disminuir las

conductas de riesgo y el consumo de sustancia (Orbegoso, 2012).

Otro autor propone que los factores de protección son circunstancias, características,

condiciones y atributos que facilitan el logro de la salud con la calidad de vida y el desarrollo

de estos como individuos y como grupo (Payá, 2012).

Tipos de Factores de Protección

Se realiza una serie de clasificación con respecto a los tipos de factores de protección en la

violencia tiendo en cuenta los atributos que fomentan la protección (Abáigar, 2017):

1. Atributos Individuales: Las características y atributos que posee la persona propios

de su personalidad que lo harán propenso a cometer algún acto violento. Entre ellos tenemos:

Baja irritabilidad e impulsividad, ser socialmente competente, tener habilidades de resolución

de problemas, posee expectativas altas.

2. Atributos Familiares: Esta categoría hace énfasis en los apoyos principales que

ofrece la familia como la cultura, educación y apoyo; sin estos son proclives a tener un
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comportamiento violento. Entre ellas tenemos: Apoyo por parte de los padres, disciplina

consistente, comportamientos de modelados.

3. Atributos de la Comunidad: Estos factores hacen referencia a lo social, en donde el

género, edad, personalidad no dependen si el individuo realizará o no un hecho delictivo ya

que no todo factor de protección va ligado a sucesos agradables es decir, un suceso negativo

para el sujeto ya que puede tener consecuencias positivas, por ejemplo: haber ingerido en

algún momento de la adolescencia alguna bebida alcohólica y no le haya gustado los efectos

secundarios en él, esto hace que se adapte, fortalezca y aprenda a vivir bajo presión.

Tenemos: Actividad de ocio saludable, vínculos sociales con pares positivos, relaciones de

apoyo y vínculo social.

Factores de Protección más relevantes para la prevención de la Violencia

Como se planteó anteriormente los factores de protección son aquellos recursos, ya sea

personales, sociales o institucionales que promueven el desarrollo exitoso del sujeto o que

disminuye el riesgo de que surja un desarrollo alterado dando como consecuencia

comportamientos violentos. Entre los más destacados podemos encontrar (Florenzano,

2014):

- Redes de Apoyo: Tanto como dentro y fuera de la familia, el contar con adultos

interesados es de suma importancia. Dentro de esto, se ha visto que el ser aceptado

incondicionalmente pro alguien es muchas veces crucial. Los grupos informales de amigos

ofrecen generalmente a los adolescentes esta experiencia, lo que explica el poder tanto para

bien o para mal que estos grupos tienen. La familia que funciona bien proporciona a sus

miembros esa sensación de apoyo y aceptación incondicional, al contrario, cuando la familia


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no muestra preocupación por el niño, la carencia emocional puede llevar a desarrollar

múltiples psicopatológicos en la vida adulta.

- Sentido de la Vida o Proyecto de Vida: El hombre siempre se encuentra buscando

su sentido y en las etapas más jóvenes esta búsqueda se hace más ferviente. Desde esta

perspectiva la familia, la escuela y el mundo adulto debería proporcionar al sujeto opciones

de planes para lograr la autorrealización ya que es uno de los aspectos más demostradamente

importantes para sostener a una personas en momentos conflictivos. Víctor Frankl aprovechó

este recurso para desarrollar la logoterapia, justamente centrada en la trascendencia y el

significado de la vida para llegar a la realización de la persona.

- Desarrollo de actitudes sociales y destrezas en la resolución de conflictos: La

adquisición de capacidades sociales son necesarias para la resolución de situaciones críticas.

Las personas deben de sumergirse en las posibilidades que su cultura le ofrezca para

solucionar problemas y situaciones complejas ya sean académicas, sentimentales o

familiares. El tema del locus de control interno está ligado a esto: el contar con la sensación

de que se puede iniciar el cambio y que una actitud proactiva es mejor que una reactiva frente

a las situaciones. La entrega progresiva de responsabilidades, así como el que el sujete

reconozca normas y valores externos, son modos de desarrollar un sentido ético que ayudan a

enfrentarse mejor a las situaciones que trae la vida consigo.

- La Autoestima: Es una de las áreas que más interés ha producido en relación con su

rol central en muchas conductas de riesgo. La actitud positiva de la familia, así como los

logros sucesivos y adecuados al desarrollo del individuo según su edad y capacidad es uno de

los puntos más cruciales al respecto. Muchos padres tienen la dificultad de evitar una

situación crítica de tipo destructivo, y una de las áreas en las que más se puede ayudar es

promoviendo las llamadas Escuelas de Padres que es la práctica de habilidades críticas,

positivas y constructivas. Comportamientos como: rechazar la conducta, pero aceptar al


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joven como persona; o bien buscar las primero las cualidades positivas detrás del hecho, para

luego señalar los problemas, y el mantener un respeto incondicional al autoestima pueden

ayudar mucho a ayudar mucho a corregir esta tendencia frecuente de las familias de practicar

críticas destructivas.

Análisis de Factores de Riesgo y Protección

Existen diversos estudios realizados donde se establecen de manera sistemática los factores

de riesgo asociados a la violencia, la interrelación entre ellos, los hallazgos en la seguridad y

eficacia de las intervenciones en violencia y otros desenlaces diferentes a la reducción de la

violencia, las características similares de las intervenciones efectivas y de las no efectivas y

los puntos que se deben tener en cuenta en investigaciones futuras.

Los factores de riesgo que se asociaron con ser victimario, se encontró significancia

estadística como único factor independiente, ser hombre y, sólo si se vincula con otros,

pertenecer a un estrato socioeconómico bajo. Se encontraron, además, otros factores

asociados en los hombres como la ira, el consumo de cigarrillo y los delitos previos no

violentos. Para las mujeres se encontró como factor asociado los antecedentes de delitos no

violentos También se describen factores que, al presentarse simultáneamente, aumentan el

riesgo. Antecedentes de riesgo perinatal asociados con un ambiente familiar desfavorable,

evaluado a los siete años, incrementan la probabilidad de cometer crímenes en la edad adulta,

entre los hombres que pertenecen a un grupo urbano de alto riesgo, y el uso de múltiples

Sustancias Psicoactivas (SPA). (Duffy, 2014).

Para violencia repetida se observaron factores como vivir en un vecindario de estrato

socioeconómico bajo, la falta de culpa, el inicio temprano de actividad sexual, el portar armas

y la poca comunicación en el hogar, así como un vecindario de estrato socioeconómico alto


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asociado con agresión física durante la juventud. En otros estudios se encontraron, además de

los ya mencionados, factores individuales como la hiperactividad, la impulsividad, el pobre

control en el comportamiento, los trastornos del ánimo (18%-48%), las conductas de alto

riesgo, los problemas de atención, la inteligencia y escolaridad baja, la aceptación de

conductas antisociales, la conducta/personalidad antisocial (75%- 100%), la promiscuidad

sexual, el consumo de SPA, el uso de armas y la baja autoestima Respecto al uso de SPA se

sabe que en el 60% de los casos de violencia doméstica el victimario ha consumido alcohol, y

en general que entre el 27% y el 63% de los jóvenes violentos consumen alcohol y SPA. Así

mismo, los jóvenes que consumen SPA pertenecen con mayor frecuencia a pandillas, venden

estas sustancias y llevan armas consigo (Del Barrio Gándara & Roa Capilla, 2016).

Dentro de los factores personales se encontró en niños y adolescentes con conductas

antisociales, cifras de frecuencia cardiaca bajas tanto basal como en respuesta a situaciones

estresantes. Factores familiares como la criminalidad en los padres, el maltrato infantil, las

familias disfuncionales, las familias uniparentales, las malas técnicas de crianza, las familias

numerosas y la baja cohesión familiar predisponen a los jóvenes a cometer acciones

violentas; entre tanto, ser testigos de violencia intrafamiliar o de actos violentos por parte de

los padres predispone tanto a ser víctima como victimario de actos violentos.

En cuanto a factores situacionales y comunitarios son significativos que los jóvenes de las

áreas urbanas, así como los que habitan en barrios con altos índices de desempleo, pobreza y

mujeres cabeza de familia, son más violentos que los de las áreas rurales. La disponibilidad

de armas, de SPA y de pandillas en el vecindario son factores de riesgo importantes. La

pobreza, la inequidad y los medios de comunicación también contribuyen a este problema

(Muñoz Rivas, Gámez , & Jimenez, 2018).

Los factores protectores hallados se han agrupado según dominios. En el ámbito

individual: la actitud intolerante hacia conductas incorrectas, el alto coeficiente intelectual, el


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ser mujer, la orientación social positiva y el percibir las consecuencias de actos incorrectos.

En el campo familiar: las buenas relaciones con los padres y otros adultos, la vigilancia por

parte de los padres y una estructura familiar intacta. En el área escolar: el compromiso con la

escuela y la participación activa en actividades convencionales. Por último, en los pares:

grupos de pares positivos Algunos de ellos con acción amortiguadora principalmente los que

se refieren a intolerancia ante conductas incorrectas y compromiso con la escuela. La mayoría

de los jóvenes con factores de riesgo, incluso acumulados, nunca se vuelven violentos; esto se

ha adjudicado a la resiliencia, es decir, la capacidad de un individuo de reaccionar y

recuperarse ante las adversidades. Sin embargo, se necesitan más estudios al respecto.

(Molero & Moral, 2013)


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