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CRECIMIENTO Y TRANSFORMACIÓN EN JESUCRISTO

-Cuando Jesucristo llega a tu vida, todo se transforma, pero si deseas creer en Él debes
permanecer en Él; dice la Palabra que por sus frutos los reconocerán (Mt 7, 16).

"El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados


de mí no podéis hacer nada (Jn 15,5 ).

- Si quieres crecer y transformarte a Jesucristo necesitas de Su presencia en todo momento,


pero lo más importante es aceptarlo a Él como el único Señor de tu vida y como tu salvador,
ese es el primer paso.

-Una vez que des este gran paso, necesitas permanecer en Él. ¿A qué me refiero? Tenerle en
todo momento cerca, invitarle a todo lo que tú hagas, preguntarle su voluntad, y si ya conoces
su voluntad, cumplirla; porque la obediencia atrae la bendición.

-Esto es un camino, un proceso de día a día, como dice Santa Teresita del Niño Jesús: sólo por
hoy! Y cada día dile al Señor te acepto como el Señor de mi vida y como mi salvador.

Para que puedas crecer en el Señor vamos a tocar cuatro puntos importantes:

1. Oración diaria: Mt 6, 6 "Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y,


después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que
ve en lo secreto, te recompensará.".

-la oración diaria, el lugar secreto es el único sitio donde vas a conocer al Señor cara a
cara como un amigo que en realidad es lo que Él es, es ahí donde recargas tus fuerzas,
es el lugar donde se te manifestará personalmente a ti el Espíritu Santo.

-Velen y oren, manténganse en oración dice la Palabra del Señor. Jesús mismo dijo mi
casa es casa de oración (Mt 21, 13) y cuál es la casa del Señor? Pues la única Iglesia que
Él fundó y cada uno de nosotros somos parte de esta casa, por lo tanto el Señor nos
invita a orar constantemente.
-Es ahí donde recibes los dones del Espíritu Santo. Si tú dejas de orar te secas y te
separas de la vid que es el Señor y esa savia que es el Espíritu Santo dejará de fluir, y
qué pasa cuando arrancas una planta de su lugar? Se seca. Es exactamente igual.
-La oración debe ser tu alimento diario, cada oración que tú haces es un eslabón de
una cadena, y si un día dejas de orar, esa cadena pierde ese eslabón y se corta, esta
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cadena está atada a la roca que es Cristo, y mientras vayan desapareciendo los
eslabones, te vas soltando de la roca, y te empiezas a alejar más y más, hasta que
pierdes de vista a donde estaba atada tu cadena.

- Jesucristo mismo dice oren para que no caigan en tentación (Mt 26, 41); mientras
más te acerques al Señor, llegarán más tentaciones pero si te mantienes en
oración será más fácil huir de la tentación, tendrás en tu alma esa sensibilidad, ese
temor de Dios, que es un don del Espíritu Santo, para no querer herir al Señor y te
preguntarás si hago esto heriré al Señor?, mejor corro.

- La oración es el arma del creyente convertido, el deseo de orar es parte de los


frutos de la presencia del Señor en tu vida, de que en verdad tuviste un encuentro
con el Espíritu Santo.

2. Lectura de la Palabra: Dice el Señor no sólo de pan vive el hombre sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios (Mt 4,4 ).
- La Palabra de Dios (la Biblia) es la espada del Espíritu Santo (Ef 6, 17), es el arma
que debes empuñar en todo momento para batallar contra el enemigo, dice San
Pablo: (Ef 6, 12)
"Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino
contra los Principados, contra las Potestades, contra los
Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del
Mal que están en las alturas."
- Cuando recibes al Señor te conviertes en su soldado, pero un soldado está siempre
armado, por eso es necesario que lleves tu Biblia a todo lado, como soldado de
Cristo siempre preparado para la batalla.
- La lectura de la Palabra, el hambre por leerla y meditarla, es otro fruto de un
verdadero encuentro con el Espíritu Santo. Así como para vivir necesitas el
alimento diario, para que tu alma viva y no muera debes comer el alimento diario
de la Palabra del Señor, no sólo la leas sino que la medites como María lo hacía:
guardaba todas las cosas en su corazón y las meditaba.
- Para leer la Palabra del Señor y comprenderla, necesitas la ayuda del Espíritu Santo
que es su autor, caso contrario no podrás comprenderla.
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- Cada vez que leas más y más la Palabra del Señor te darás cuenta que tu alma se
hace más dócil a la presencia del Señor y sentirás un amor único en tu corazón.
3. Eucaristía y sacramentos:
- La Eucaristía es Cristo entregado a nosotros, la palabra Eucaristía significa acción
de gracias; es el culmen del amor infinito de Dios por cada uno de nosotros.
- Jn 6, 48-59: "Yo soy el pan de la vida. 49.Vuestros padres comieron el maná en el
desierto y murieron; 50.este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma
no muera. 51.Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá
para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.»
52.Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su
carne?» 53.Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del
Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54.El que come
mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
55.Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56.El que
come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. 57.Lo mismo que el
Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma
vivirá por mí. 58.Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros
padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.»"
- Quieres crecer aún más pues busca al Señor en la Eucaristía, a diario si te es
posible.
- En cada Eucaristía conmemoramos la pasión y resurrección de nuestro Señor.
- Cuando yo voy a Eucaristía siento como el Señor me fortalece. La Eucaristía es la
oración más grande y más completa que en nuestra humanidad podemos elevar al
Señor.
EXPLICACIÓN DEL PADRE PÍO DE LA EUCARISTÍA:

- Él me había explicado poco después de mi ordenación sacerdotal que celebrando


la Eucaristía había que poner en paralelo la cronología de la Misa y la de la Pasión.
Se trataba de comprender y de darse cuenta, en primer lugar, de que el sacerdote
en el Altar es Jesucristo. Desde ese momento Jesús en su Sacerdote, revive
indefinidamente la Pasión.

Desde la señal de la cruz inicial hasta el ofertorio es necesario reunirse con Jesús
en Getsemaní, hay que seguir a Jesús en su agonía, sufriendo ante esta "marea
negra" de pecado. Hay que unirse a él en el dolor de ver que la Palabra del Padre,
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que él había venido a traernos, no sería recibida o sería recibida muy mal por los
hombres. Y desde esta óptica había que escuchar las lecturas de la misa como
estando dirigidas personalmente a nosotros.

El Ofertorio, es el arresto. La Hora ha llegado...

El Prefacio, es el canto de alabanza y de agradecimiento que Jesús dirige al Padre


que le ha permitido llegar por fin a esta "Hora".

Desde el comienzo de la Plegaria Eucarística hasta la Consagración nos


encontramos ¡rápidamente! con Jesús en la prisión, en su atroz flagelación, su
coronación de espinas y su camino de la cruz por las callejuelas de Jerusalén
teniendo presente en el "momento" a todos los que están allí y a todos aquellos
por los que pedimos especialmente.

La Consagración nos da el Cuerpo entregado ahora, la Sangre derramada ahora. Es


místicamente, la crucifixión del Señor. Y por eso el Padre Pío de Pietrelcina sufría
atrozmente en este momento de la Misa.

Nos reunimos enseguida con Jesús en la Cruz y ofrecemos desde este instante, al
Padre, el Sacrificio Redentor. Es el sentido de la oración litúrgica que sigue
inmediatamente a la Consagración.

El "Por él, con él y en él" corresponde al grito de Jesús: "Padre, a tus manos
encomiendo mi espíritu". Desde ese momento, el Sacrificio es consumado y
aceptado por el Padre. Los hombres, en adelante, ya no están separados de Dios y
se vuelven a encontrar unidos. Es la razón por la que, en este momento, se recita
la oración de todos los hijos: "Padre Nuestro....."

La fracción del Pan marca la muerte de Jesús.....

La intinción, el instante en el que el Padre, habiendo quebrado la Hostia (símbolo


de la muerte...) deja caer una partícula del Cuerpo de Cristo en el Cáliz de la
preciosa Sangre, marca el momento de la Resurrección, pues el Cuerpo y la Sangre
se reúnen de nuevo y es a Cristo vivo a quien vamos a recibir en la comunión.
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La bendición del Sacerdote marca a los fieles con la cruz, como signo distintivo y a
la vez como escudo protector contra las astucias del Maligno....
- Los sacramentos son signos visibles del entrañable amor de Cristo y son 7:
Bautismo, Comunión, Confirmación, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden
Sacerdotal y Matrimonio y cada uno de ellos nos acerca más aún al Señor.
- Todos son importantes y necesarios, pero la Confesión junto con la Eucaristía son
necesarios para nuestro crecimiento.
- Es en la Confesión donde limpias tu casa que es tu corazón para recibir al amado
en la Eucaristía, así como cuando recibes visitas necesitas tener la casa limpia, no
se diga para recibir al más grande del universo y del mundo.
- Por medio de la confesión vuelves al estado de gracia y qué es la gracia? La
presencia del Señor dentro de mí, al pecar pierdes esa gracia, pero Él sigue aún
contigo esperándote para que regreses junto a Él y te espera y te espera.
- Confesar y comulgar harán a tu alma un lugar propicio para que Cristo se
manifieste a través de ti y tu alma, tu cuerpo, todo lo que tú eres se irá pareciendo
más y más a Cristo y lo reflejarás.
- Mientras más estés en Su presencia más te parecerás a Él.

4. Comunidad:
-Es fundamental la vida comunitaria, de hecho así nació la Iglesia dentro de una
comunidad, no estaban cada cual por su lado, sino que estaban reunidos en un solo
lugar en compañía de María y en oración.
"Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de
algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos." Hch 1, 14

"Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. 2.De
repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó
toda la casa en la que se encontraban. 3.Se les aparecieron unas lenguas como de
fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; 4.quedaron todos
llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
concedía expresarse." Hch 2, 1-4
- Jesucristo tampoco evangelizó a cada uno por separado sino en comunidad. Es
necesario que te congregues; dice el mismo Señor donde dos o tres se reúnan en
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mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos (Mt 18, 20), en este texto Jesús nos
muestra que Él habita en medio de una comunidad.
- Para que crezcas es necesario que te congregues porque no eres un ente aislado
sino que tienes hermanos en Cristo Jesús.
- Dentro de una comunidad experimentarás el amor de Cristo, aprenderás a sufrir
con paciencia los defectos de tu prójimo, es decir te perfeccionarás en el amor y
quién es amor? Dios es amor y así comprenderás que cada uno no va por su lado,
sino que todos constituimos el cuerpo de Cristo y si un cuerpo se separa de la
Cabeza que es Cristo, no funciona.
- Y en la comunidad es donde todos los puntos anteriores confluyen, una
comunidad crece con la oración, con la Eucaristía, con la lectura de la Palabra y
sobretodo por la presencia del Espíritu Santo, si llega a faltar Él, la comunidad se
estanca y se convertirá en un club de amigos.

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