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LOS HECHOS
Con fecha 07 de febrero de 2018, siendo aproximadamente las 18:30 horas, don JUAN
PEDRO TOBAR ARENAS, chileno, chofer, cédula nacional de identidad N° 7.627.465-7,
domiciliado en Avenida Italia N° 473, comuna de Lampa, ciudad de Santiago, conducía el
automóvil P.P.U. CXXG-88, marca Hyundai, modelo Accent, color negro, año 2013, el cual
se trabajaba como taxi colectivo en dicho momento y, además, es de propiedad de mi
representada, doña MYRIAM HORTENSIA GODOY FERNÁNDEZ.
Según consta en el parte policial, don JUAN PEDRO TOBAR ARENAS, a la hora
señalada, conducía el vehículo antes individualizado por la Carretera 5 Norte. Al llegar al
kilómetro 25, el conductor procedió a subir el paso a nivel ubicado en el cruce Liray, con
sentido de sur a norte y con dirección a Batuco, teniendo el derecho preferente de paso,
cuando el vehículo que conducía fue impactado en el costado delantero izquierdo por la
camioneta P.P.U. YW-3799-K, marca Chevrolet, modelo Luv Dmax 3.0, color verde, año
2007, la cual circulaba en la primera pista del paso sobre nivel señalado, con sentido
poniente a oriente. Cabe hacer presente que la camioneta que impactó a mi vehículo era
conducida por don JOAQUÍN EDUARDO ORTIZ OLMOS, quien no respetó una señal
PARE ubicada en la zona de los hechos.
Es importante señalar que, producto de este accidente de tránsito, mi vehículo sufrió daños
de gran consideración y no pudo seguir circulando como taxi colectivo. Por lo demás, estos
perjuicios fundan la demanda civil que interpongo en un otrosí de este escrito.
A través de los hechos narrados, S.S. podrá advertir que, en el momento del accidente, el
querellado de autos no se encontraba atento a las condiciones del tránsito, pues no
advirtió la existencia de una señal PARE e impactó a mi vehículo, aun cuando este último
tenía el derecho preferente de paso.
Asimismo, cabe hacer presente a S.S. que el día del accidente había luz natural, que el
pavimento se encontraba seco y que tengo numerosos testigos de los hechos reseñados en
esta presentación.
EL DERECHO
El artículo 114 de la Ley de Tránsito, Nº 18.290, establece que: “Todo conductor deberá
mantener el control de su vehículo durante la circulación y conducirlo conforme a las
normas de seguridad determinadas en esta ley, sin que motivo alguno justifique el
desconocimiento o incumplimiento de ellas.
Asimismo, los conductores estarán obligados a mantenerse atentos a las condiciones del
tránsito del momento.”.
Por otro lado, el artículo 144 de la precitada Ley, establece que “El conductor que enfrente
el signo “PARE” deberá detener el vehículo y permitir el paso a los que circulen por la
otra vía, y reiniciará la marcha sólo cuando pueda hacerlo en condiciones que eliminen
toda posibilidad de accidente”. Además, el artículo 197 N° 2 del mismo cuerpo legal
prescribe que no detenerse ante la señal “PARE” es una infracción o contravención
gravísima.
Finalmente, es importante destacar que el artículo 174, de la Ley de Tránsito prescribe que
“De las infracciones a los preceptos del tránsito será responsable el conductor del
vehículo…”, razón por la cual, interpongo la presente querella en contra de don JOAQUÍN
EDUARDO ORTIZ OLMOS, puesto que él conducía la camioneta P.P.U. YW-3799-K al
momento de producirse el accidente de tránsito.
RUEGO A U.S.: tener por interpuesta querella infraccional en contra de don JOAQUÍN
EDUARDO ORTIZ OLMOS, chileno, empleado, cédula nacional de identidad N°
15.066.264-8, domiciliado en domiciliado en Calle Principal 1 Pob. Eliecer Estay, comuna
de Llay Llay, acogerla a tramitación, y, en defintiva, condenar al querellado por las
infracciones a los preceptos que establece la Ley de Tránsito, con la expresa condenación
en costas.
RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
El artículo 2314 de nuestro Código Civil prescribe lo siguiente: “El que ha cometido un
delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a la indemnización; sin
perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito”.
En un similar sentido, el artículo 2329 del mismo cuerpo legal señala que “Por regla
general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser
reparado por ésta…”
En nuestra doctrina, Enrique Barros Bourie1 ha entendido que los requisitos para que nazca
responsabilidad civil extracontractual son los siguientes:
- Un hecho voluntario, es decir, una acción u omisión ejecutada por una persona
capaz.
- Que el hecho voluntario sea realizado con culpa o dolo, ya que en nuestro derecho
se recoge la doctrina clásica, según la cual el fundamento de la responsabilidad
extracontractual está en la culpa del autor, que comprende la culpa como tal y
también el dolo, sin importar el grado en que se incurra. En síntesis, la
responsabilidad requiere que el daño sea imputable.
- Que exista un daño, ya que se ha entendido que sin daño no hay obligación de
reparar. El daño comprende todo menoscabo que experimente un individuo en su
persona y bienes, la pérdida de un beneficio de índole material o moral, de orden
patrimonial o extrapatrimonial.
- Que haya una relación de causalidad entre la acción u omisión culpable y el daño.
Es decir, el hecho ilícito ha de ser considerado la causa del daño y el daño el efecto
del hecho ilícito, siendo posible imputar el resultado dañino a la conducta del autor.
En un sentido similar al del precitado autor, René Ramos Pazos 2 postula que los requisitos
de la responsabilidad extracontractual son los siguientes:
- Que concurra un nexo causal entre el hecho u omisión dolosa o culpable y el daño.
1
BARROS BOURIE, Enrique. Tratado de responsabilidad extracontractual.
2
RAMOS PAZOS, Reneé . De la responsabilidad extracontractual.
En el caso en comento, se cumplen los referidos requisitos para que nazca responsabilidad
civil extracontractual, según se detalla a continuación:
Según expresa nuestra doctrina, no basta con causar daño a otro para que se genere la
obligación de indemnizar, sino que, además, es necesario que el acto o hecho que produce
el daño sea resultado de una conducta dolosa o culpable del actor. Ello resulta de relacionar
el artículo 2314 con el artículo 2284 incisos 3° y 4° del Código Civil. Es decir, se responde
por haber incurrido en un delito o en un cuasidelito que ha inferido daño a otro. En el caso
del delito hay intención de dañar (dolo) y en el caso del cuasidelito no existe tal intención
de dañar (culpa).
Arturo Alessandri Rodríguez3 define la culpa como “la falta de aquella diligencia o
cuidado que los hombres prudentes emplean ordinariamente en sus actos y negocios
propios”. Por su parte, los artículos 2319 y 2329 del Código Civil la hacen sinónimo de
descuido o negligencia.
Conforme a los hechos analizados, podemos observar que estamos en presencia de una
acción a lo menos culpable, toda vez que don JOAQUÍN EDUARDO ORTIZ OLMOS
reconoció expresamente no haber advertido la existencia de una señal “PARE” en el lugar
del accidente, razón por la cual impactó al vehículo de propiedad de mi representada,
generándole daños de gran consideración.
La conducta del demandado refleja una clara negligencia de su parte, puesto que el artículo
144 de la Ley de Tránsito, establece que “El conductor que enfrente el signo “PARE”
deberá detener el vehículo y permitir el paso a los que circulen por la otra vía, y reiniciará
la marcha sólo cuando pueda hacerlo en condiciones que eliminen toda posibilidad de
accidente”. Además, el artículo 197 N° 2 del mismo cuerpo legal prescribe que no
detenerse ante la señal “PARE” es una infracción o contravención de carácter gravísimo.
Asimismo, el artículo 172 N° 10 de la Ley de Tránsito establece que: “En los accidentes
del tránsito, constituyen presunción de responsabilidad del conductor, los siguientes casos:
3
ALESSANDRI RODRIÍGUEZ, Arturo. De la responsabilidad extracontractual en el derecho civil chileno.
10.- No respetar el derecho preferente de paso de peatones o vehículos y las indicaciones
del tránsito dirigido o señalizado”.
Por lo tanto, es posible concluir que el querellado infraccional y demandado civil no iba
atento a las condiciones e indicaciones del tránsito al momento en que ocurrieron los
hechos, puesto que no respetó la señal PARE, ni tampoco respetó el derecho preferente de
paso del vehículo al cual colisionó, y, por ende, actuó, a lo menos, con culpa.
3. Existencia de daños
El actuar negligente del querellado infraccional y demandado civil le provocó los siguientes
daños a mi representada:
Además, luego de la colisión, tuvo que contratar un servicio de grúa para trasladar el
vehículo, el cual tuvo un valor de $40.000.-
En nuestra doctrina, el lucro cesante ha sido entendido como la frustración de una legítima
utilidad que hubiera incrementado el patrimonio de no haber sucedido el hecho dañoso y,
en este caso, mi representada se vio impedida de seguir obteniendo ganancias a través de
la utilización del vehículo como taxi colectivo, toda vez que, como ya se señaló, éste quedó
inutilizable luego de la colisión.
Hernán Corral Talciani4 define al nexo causal como la “relación que debe existir entre el
comportamiento voluntario e ilícito del autor, y el daño sufrido por la víctima”. Este
requisito se encuentra implícitamente en el artículo 2314 del Código Civil, el cual señala
que, para ser fuente de responsabilidad, el delito o cuasidelito debe haber inferido daño a
otro; repiten la misma idea los artículos 2318, 2319 y 2325 del precitado cuerpo legal.
En este caso, existe una clara relación de causalidad entre el hecho ilícito y los daños
demandados, pues, debido a que el conductor no respetó el signo PARE ni el derecho
preferente de paso del vehículo de propiedad de mi representa, se produjo la colisión y, en
consecuencia, los perjuicios ya señalados.
SOLIDARIDAD
Es del caso señalar que, en la especie, resulta aplicable el artículo 174 de la Ley de
Tránsito, N° 18.290, el cual prescribe que:
“De las infracciones a los preceptos del tránsito será responsable el conductor del
vehículo.
El conductor, el propietario del vehículo y el tenedor del mismo a cualquier título, a menos
que estos últimos acrediten que el vehículo fue usado contra su voluntad, son
solidariamente responsables de los daños o perjuicios que se ocasionen con su uso, sin
perjuicio de la responsabilidad de terceros de conformidad a la legislación vigente…”.
4
CORRAL TALCIANI, Hernáé n. Lecciones de responsabilidad civil extracontractual.
2318, 2319, 2325 y 2329 del Código Civil; 144, 172 N° 10, 174 y 197 N° 2 de la Ley de
Tránsito, N° 18.290; y en las demás normas legales pertinentes,
TERCER OTROSÍ: Que, por este acto, solicito a S.S. tener por acompañados el siguiente
documento: